Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Los <strong>corazones</strong> <strong>dormidos</strong><br />
65<br />
Cuando bajé <strong>de</strong> nuevo al salón, la mesa estaba puesta y la cena servida. Me<br />
sorprendió <strong>de</strong>scubrir que, pese a las emociones, me sentía hambrienta.<br />
Miré embelesada <strong>los</strong> <strong>de</strong>stel<strong>los</strong> luminosos <strong>de</strong> las velas que Braulio había<br />
dispuesto entre varios recovecos en la pared <strong>de</strong> piedra. Sobre la mesa había dos<br />
platos <strong>de</strong> sopa, una fuente con muslitos <strong>de</strong> pollo y una jarra con agua.<br />
La escena era tan perfecta, que nada <strong>de</strong>lataba el <strong>de</strong>sastre que nos habíamos<br />
encontrado unas horas atrás.<br />
Me senté a su lado y llené su vaso. Advertí que me temblaba el pulso cuando<br />
<strong>de</strong>jé la jarra sobre la mesa y vi cómo se agitaba el agua.<br />
—¿Estás bien? Pareces inquieta.<br />
—Lo estoy —admití dispuesta a confesar solo un motivo—. Me preocupa<br />
que pueda volver.<br />
—¿Quién?<br />
—<strong>El</strong> que ha hecho estos <strong>de</strong>strozos —respondí sorprendida por la pregunta.<br />
—Estoy seguro <strong>de</strong> que buscaba algo <strong>de</strong> valor, dinero tal vez. Al no encontrar<br />
nada, lo pagó con la casa. No creo que vuelva hoy, pero aun así… —dijo titubeante;<br />
intuí que no sabía cómo pronunciar lo que dijo a continuación—. Es mejor que hoy<br />
pase la noche contigo.<br />
Antes <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r bajé la mirada. Llené la cuchara con cuidado y me la<br />
llevé a la boca con <strong>de</strong>liberada lentitud, pensando al tiempo que tragaba. La sopa<br />
estaba <strong>de</strong>liciosa. Volví a llenar la cuchara antes <strong>de</strong> levantar la vista.<br />
—Te lo agra<strong>de</strong>zco.<br />
Tuve que reconocer que la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> quedarme sola esa noche me inquietaba<br />
más que su presencia en sí. Aun así, no sabía si hablarle <strong>de</strong> Woodhouse. ¿Y si la<br />
persona que me amenazaba por mail era la misma que había estado en la Dehesa<br />
esa tar<strong>de</strong>? Tal vez <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>nunciarlo también a la policía. Si se lo contaba, sabía que<br />
Braulio insistiría en que abandonara la casa, así que antes <strong>de</strong> explicárselo <strong>de</strong>bía<br />
<strong>de</strong>cidir si estaba dispuesta o no a hacerlo.<br />
—De todas formas —dijo Braulio interrumpiendo mis pensamientos—, creo<br />
que <strong>de</strong>berías alejarte <strong>de</strong> aquí unos días.<br />
—No quiero estar con mi tío.<br />
—Hay otra opción…<br />
Libros<strong>de</strong>lcielopersonal.blogspot.com