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numerosas ocasiones por autores
contemporáneos; tal vez, el más
relevante sea Neil Gaiman con su
obra homónima, un referente dentro
del mundo del cómic que confirma
que nos siguen fascinando estas
historias.
Y si nos acercamos a la cultura
grecolatina, dentro de la mitología
griega, y tratamos de recorrer
brevemente el árbol genealógico
hallaremos que primero estaba Kaos
y de ahí surgió su hija Nyx, la noche,
que a su vez engendró por un lado
a Tánatos, la muerte, y a Hipnos, el
sueño, del cual surgen los Óniros
que eran más de mil. Pero entre
ellos había tres que destacaban
en importancia; Morfeo, dios de
los sueños; Fobétor, dios de las
pesadillas y Fantaso, más centrado
en producir sueños confusos.
En esta genealogía podemos ver
como se hermanan conceptos
como la muerte y el sueño que,
como mencionábamos al principio,
algo tienen en común. Se suma
además al catálogo de los sueños
un tipo diferente otorgando a las
pesadillas una naturaleza propia.
No es casualidad que a Fobétor se
le represente con forma animal, con
forma de bestia.
Si geográficamente nos alejamos un
poco más encontramos a las Moras
en la cultura eslava, son espíritus
femeninos que se sientan sobre el
pecho de las personas dormidas
para tratar de matarlas durante la
noche. Responsables por lo visto
de la parálisis del sueño, episodios
que van más allá de la pesadilla.
Para ahuyentarlas existen diferentes
recetas rituales como colocar una
escoba invertida en la puerta o dar
la vuelta a la almohada y dibujar una
cruz en ella.
Ya que existen las pesadillas, existen
remedios más o menos efectivos
para evitarlas. Uno de ellos es el
atrapasueños que se hizo muy
popular en la década de los 70 y
aún hoy lo encontramos en muchos
lugares del mundo entendido de
mejor o peor manera con respecto a
su origen. Los Indios americanos (en
concreto la tribu Ojibwa) construían
estos atrapasueños manufacturados
con hebras vegetales y plumas
que remedan la forma de una tela
de araña y que tenían por objetivo
cribar los sueños impidiendo el paso
a las pesadillas y protegiendo así al
durmiente que se encontrara debajo.
Y si nos vamos al otro lado del
mundo, en la mitología Japonesa
encontramos a los yokai, una
serie de espíritus que viven entre
nosotros y cada uno presenta una
serie de características concretas y
diferenciadas. En ocasiones ayudan a
los humanos, en otras los entorpecen
y en otras resultan completamente
indiferentes. Baku es uno de estos
yokai. Uno puede invocar si lo desea
a Baku para que limpie sus sueños
o los de sus seres queridos. Se le
representa normalmente como una
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