Orquídeas

4 de octubre de 2015 El Jarocho Cuántico
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Cuenta la antigua leyenda que los totonacas
decidieron amarrar y atar al Dios Tajín con el
arcoíris en las profundidades del mar, donde sería
vigilado por 12 ancianos. Hasta que una doncella
trajera una flor de vainilla y la arrojara al mar, es
que sería liberado el Dios Tajín.
En la ciudad de Papantla en Veracruz se localiza
el centro ceremonial El Tajín, área en la cual se
desarrolló la cultura Totonaca y que es considerado
en la actualidad, como uno de los sitios más
importantes de Mesoamérica. Se destaca por ser
el asentamiento antiguo más grande de la costa
norte del golfo de México. Se descubrió en el año
de 1785, sin embargo hasta el año de 1992 fue
inscrito como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Esta zona arqueológica cuenta con 168 edificios,
distribuidos en complejos arquitectónicos y sus
construcciones se han clasificado en varias
categorías: templos, adoratorios, juegos de
pelota, residencias y casas habitación. Entre las
edificaciones más importantes está la Pirámide
de los Nichos que cuenta con 365 de ellos, lo
que le otorga un valor simbólico asociado con el
calendario solar, representado por medio de esta
pirámide.
Esta zona se encuentra ubicada en lo que
fue una selva mediana sub perennifolia, se cree
que esta era la vegetación original que cubría la
mayor parte del entorno de El Tajín. Actualmente,
sólo quedan pequeños fragmentos de selva, los
cuales han sido manejados y enriquecidos por
los antiguos totonacas con diversas especies
útiles como son los zapotes (Manilkara zapota),
la pimienta (Piper nigrum), aguacate (Persea
americana), hule (Castilla elástica) y en especial
el ojite o ramón (Brosimum alicastrum), cuyas
semillas aún se usan como sustituto de maíz en
temporadas de escasez.
Debido al paso del tiempo, los alrededores
del Tajín han pasado por muchas generaciones
de propietarios, lo que ha provocado una
transformación de paisajes bellos a terrenos para la
agricultura y ganadería, alterando así al ecosistema.
Sin embargo, a pesar de esas condiciones de
perturbación antrópica, la zona Arqueológica El
Tajín funge como refugio para la vegetación en el
cual se han establecido poblaciones de plantas
epífitas, entre ellas las orquídeas.
En la cultura totonaca la palabra Xanat significa
orquídea debido a que en la época prehispánica,
cuenta la leyenda, existió una princesa tan hermosa
que se decía que su belleza igualaba a la de una
flor de vainilla. A su vez, la palabra Xanattalhpan
significa orquídea de flores amarillas o flor de
mayo y hace referencia a la especie Oncidium
sphacelatum. Se caracteriza por tener flores muy
atractivas con vistosos colores, como la vainilla
que para la cultura totonaca desde sus ancestros
la han cultivado, ya que le han otorgado un valor
tanto económico como cultural, además de ser
utilizada para ofrendas, costumbres, elaboración
de productos.
La mayoría de las semillas de las orquídeas
son muy pequeñas y de peso ligero, lo que les ha
permitido dispersarse a largas distancias de sus
plantas progenitoras a través del viento. Y una vez
que han germinado las orquídeas, se adhieren a
las ramas y troncos de los árboles (forofitos), para
poder recibir el calor, la luz y el aire húmedo que
necesitan. Una estrategia que han desarrollado
para poder adaptarse las orquídeas es que sus
raíces cuentan con un tejido especial (velamen),
que capta el agua de la lluvia y a la vez, esta raíz al
deshidratarse se llena de aire, lo cual actúa como
un aislante contra el calor y la desecación.
Por otra parte, lo especial y raro de las flores de
las orquídeas radica principalmente en que uno de
sus pétalos es un labelo, que tiene forma, tamaño
y colores diferentes a los demás pétalos, con el
único fin de atraer a los polinizadores, que en su
gran mayoría son los insectos. El tamaño de las
orquídeas es muy variado, las hay desde miniaturas
de unos pocos centímetros, cuyas flores sólo se
observan con lupa, hasta plantas alargadas de 15
metros, que crecen enredándose en los árboles,
como la vainilla.
Otra característica de las orquídeas es que
La ciudad del trueno
y sus orquídeas
desarrollan relaciones con otros organismos. Entre
estas interacciones ecológicas se encuentran las
asociaciones mutualistas como la polinización,
en la que un insecto lleva polen de una flor a otra
haciendo posible su fecundación, y al mismo tiempo
el polinizador es recompensado por la orquídea ya
sea en forma de polen, néctar, aceites o aromas.
En otros casos, algunas especies de orquídeas no
ofrecen tal recompensa ya que algunas de ellas lo
que hacen es engañar al polinizador, al semejar
el dorso de su flor al dorso de algunos insectos
hembras o segregar una sustancia olorosa como
la que secretan las glándulas mandibulares de las
hembras, con lo cual incitan al macho a querer
copular con la orquídea.
En términos culturales, desde la época
prehispánica y hasta nuestros días, muchas
especies de orquídeas han sido utilizadas para
adornar las celebraciones religiosas de las
distintas culturas mexicanas, gracias a la belleza
y aromas de sus flores. En la zona Arqueológica
El Tajín se pueden encontrar diferentes orquídeas.
Por ejemplo, Oncidium sphacelatum conocida
comúnmente como flor de mayo, la cual es utilizada
para la celebración de la Santa Cruz en el 3 de
mayo para elaborar una cruz, ofrendándola como
adorno de los pozos. Esta costumbre se basa en
la tradición prehispánica en donde los pueblos
mesoamericanos veneraban los manantiales, pozos
y arroyos. Se encuentran también en la vegetación
de la zona, la aromática Vanilla planifolia, la cual
familias papantecas la han cultivado desde hace
muchos años, Catasetum integerrimum o cola
de pato (utilizada para curar tumores, nacidos y
mordeduras de víbora), el género Trichocentrum
sp., conocida como orejas de burro, que con sus
llamativos colores adornan y embellecen las copas
de los árboles de Parmentiera edulis (chote),
Crescentia cujete (jícaro), o Guazuma ulmifolia
(guácima) por mencionar algunos.
w Guadalupe Deniss Ortiz del Ángel*
Sin embargo una de las mayores amenazas para
las orquídeas es la destrucción de sus hábitats,
lo cual repercute también en las interacciones
ecológicas que mantienen con sus polinizadores y
demás organismos. Por ello es importante realizar
estudios que nos permitan conocer las distintas
especies de orquídeas así como el forofito sobre
el cual se desarrollan, sus polinizadores y las
relaciones existentes entre ellos; debido a que las
orquídeas constituyen una pieza indispensable en
la estructura y funcionalidad de los ecosistemas.
Por lo anterior debemos ayudar mantener y
conservar los hábitats naturales de las orquídeas
y sus polinizadores, para que las hermosas flores
de estas plantas sigan embelleciendo los bosques
y selvas.
Por último, cabe mencionar y recordar que
puedes observar la belleza de las orquídeas en
la ciudad del Trueno, el Tajín así como adquirir
alguno de los diversos productos y artesanías que
elaboran las familias papantecas con la vainilla,
como cremas, licores, extracto y esencia, estas dos
últimas utilizadas para la preparación de helados,
dulces y refrescos i
* Alumna de la Maestría en Ciencias del Ambiente,
Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias,
campus Tuxpan, Universidad Veracruzana.
Literatura recomendada:
Jiménez, L. P. 2013. Cuaderno de Trabajo: Arquitectura
y poder en El Tajín. Instituto de Investigaciones Histórico
Sociales Universidad Veracruzana. México. pp. 53.
Hágsater, E., Soto-Arenas, M. Salazar G., Jiménez R.,
López, M. y Dressler, R. 2005. Las Orquídeas de México.
Instituto Chinoín, México. pp. 302.