Spring 2007 - European University Institute
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de primera fila, seminarios en los que no entiendes<br />
nada de lo inteligentes que son, la posibilidad de<br />
cursar un semestre en una buena universidad europea<br />
o americana, la oportunidad de aprender nuevas<br />
lenguas o trabajar en la Comisión Europea, el Fondo<br />
Monetario, el Banco Mundial… Y, desde luego, la<br />
completísima dimensión social (de la que hablaré más<br />
adelante).<br />
Pasados los años, existe el riesgo de mitificar Florencia.<br />
Para mí fue desde luego una experiencia fantástica,<br />
intensa y muy feliz (a veces), pero también dura<br />
y agotadora otras. Los cambios de residencia, a veces<br />
de país o de continente (diez mudanzas en un par de<br />
años no es tan extraordinario, ¿verdad? pero agota…),<br />
los exámenes, la oscuridad a las cuatro de la tarde (evidentemente,<br />
no nací en Helsinki), la sensación de: ¿y<br />
ahora qué? (cuando estás entre el capítulo 1 y el de la<br />
tesis), las dificultades para coincidir con tu supervisor,<br />
el vértigo psicológico cuando debes enfrentarte a la<br />
tesis una y otra vez, o cuando debes corregir errores<br />
editoriales cuando no puedes ni verla…<br />
“ Florencia te permite equilibrar una<br />
vida académica todo lo intensa que se<br />
desee con una vida social igualmente<br />
enriquecedora<br />
”<br />
Para mí, lo más duro fue acabar la tesis. Hace falta<br />
mucho empuje físico e intelectual, y hay que sacarlo<br />
de donde no lo hay. Y notas que tu tiempo en la Badia<br />
se acaba, que ya no perteneces a ese lugar. En mi caso,<br />
solo recuerdo otro episodio en mi vida (posterior)<br />
comparable: el parto natural de mi hijo Max y, aún así,<br />
el parto es más corto y al final te dan un nene… mientras<br />
que para la tesis hace falta bastante más resistencia<br />
y en ambos casos se sufre una especie de vacío postevento.<br />
Siempre he pensado que lo mejor de acabar<br />
la tesis es que no tienes que hacerla otra vez. Pero, al<br />
menos, sabes que si puedes con ello, puedes con casi<br />
todo. Así que, en retrospectiva, viendo el mercado de<br />
trabajo actual (cada vez más competitivo y exigente)<br />
tener una tesis es una muy buena carta de presentación.<br />
De hecho, para ciertos trabajos se ha convertido<br />
en un sine qua non. Pero además de para conseguir<br />
un trabajo, y si una no se dedica a la Academia, ¿para<br />
qué sirve realmente la tesis? Yo creo que sobre todo<br />
para desarrollar tu capacidad analítica, de pensar y de<br />
razonar más allá del conocimiento establecido. Sabes<br />
perfectamente cómo empezar de cero con cualquier<br />
tema. También es cierto que, después de cuatro años<br />
en el cubículo profundo y un tanto insalubre de la<br />
tesis, se pierde un poco el sentido de la realidad, y hace<br />
0 <strong>Spring</strong> <strong>2007</strong><br />
falta unas cuantas dosis de “visión global”, de capacidad<br />
sintética… es el momento idóneo para empezar<br />
en el mercado de trabajo.<br />
Pero Florencia te permite equilibrar una vida académica<br />
todo lo intensa que se desee con una vida social<br />
igualmente enriquecedora. Se descubren tantas cosas:<br />
la pasta “al dente” (y no hay vuelta atrás), el chocolate<br />
del Cibreo, el aceite extra virgen de primera extracción,<br />
los paseos por L’Oltrarno, el tiramisú, las “sagras”,<br />
las excursiones de los domingos, los cappuccinos del<br />
Instituto, las pizzas de verdad, los conciertos del Mayo<br />
musical, las pinturas del Renacimiento, la magnifica<br />
arquitectura de la ciudad, las fiestas del Fiasco (el bar<br />
de estudiantes que en mis tiempos estaba en la Badia<br />
Fiesolana), alguna que otra fiesta de “June Ball” épica,<br />
el perfectísimo trasero del David, los atardeceres<br />
desde la Badia en primavera, la bellísima Toscana… y<br />
los amigos: desde luego, de lo mejor de mi experiencia<br />
en FIorencia.<br />
En mi caso, (y para muchísimas de las personas que<br />
conocí en Florencia), lo que ha perdurado de una<br />
manera más rotunda es la amistad (aunque algún que<br />
otro paper entre amigos también ha visto la luz). Por<br />
supuesto que se comparten los logros profesionales<br />
y existe un periodo estándar para “ir a por todas”<br />
(unos años después de la tesis, cuando se empieza a<br />
tener una cierta experiencia profesional), pero, pasado<br />
algún tiempo, es probable que las preferencias evolucionen:<br />
la gente se agrupa, se casa, se divorcia, tiene<br />
hijos, descubren que no son felices si no pueden (por<br />
ejemplo) esquiar o navegar tres veces al año, prefieren<br />
estar más tiempo con su familia. En resumidas cuentas,<br />
el trabajo no siempre tiene que ser el epicentro de<br />
tu vida, pero con una formación académica sólida,<br />
creo que es más fácil calibrar la importancia que le<br />
quieres dar a lo largo de tu vida.<br />
En retrospectiva, el haber ido a Florencia amplía<br />
miras y abre horizontes, y te permite volver de donde<br />
venías, pero con nueva visión y nuevo bagaje. Hace 10<br />
años recuerdo sentir una especie de vértigo personal<br />
pensando que, por trabajo, podría irme a cualquier<br />
recóndito rincón del mundo – ¡y también me moría de<br />
ganas de hacerlo!. Con los años, cada vez que vuelvo<br />
a Valencia (mi ciudad) siento que está más bonita que<br />
nunca, y que me pertenece, y que a lo mejor un día<br />
me mudo. Pero también me pertenece Florencia, y<br />
Londres… y, sobre todo, mis amigos de FIorencia, que<br />
son para siempre, como los diamantes. n<br />
Susana García-Cervero is Senior Euroland<br />
Economist at Deutsche Bank in London