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I Spain La leyenda de Sant Jordi (español)
Dice la leyenda que un monstruo feroz y terrible asolaba los
alrededores de la villa de Montblanc. Un monstruo que poseía las
facultades de andar, volar y nadar y que tenía un aliento apestoso
hasta el punto de que, hasta en la lejanía, su aliento envenenaba el aire
y producía la muerte de todos aquellos que lo respiraban. Causaba
estragos entre el ganado y las gentes y por toda la comarca reinaba un
temor profundo.
Las gentes pensaron en darle cada día una persona que le serviría
de presa y así no haría estragos a diestra y siniestra. Ensayaron el
sistema y dio buen resultado. La cosa difícil fue encontrar a alguien que
sintiera suficientemente aburrido para dejarse comer voluntariamente
por el monstruo feroz. Todo el vecindario concluyó que diariamente
se haría un sorteo entre todos los vecinos de la villa y aquel al que la
suerte destinara sería ofrecido a la fiera. Y así se hizo durante mucho
tiempo y el monstruo debió sentirse satisfecho ya que dejó de hacer
los estragos y las maldades que había hecho hasta entonces.
Pero llegó el día que la suerte quiso que fuera la hija del rey la que
fuera destinada a ser la presa del monstruo. La princesa era joven,
gentil y gallarda como ninguna otra y era muy doloroso tener que
ofrecerla a la bestia. Hubo ciudadanos que se ofrecieron a sustituirla
pero el rey fue severo e inexorable y con el corazón lleno de dolor dijo
que tanto era su hija como la de cualquier otro de sus súbditos. Y así el
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