La Gran Musa

todo y por eso manejan la información de manera más natural. En cambio,el padre de este niño es homofóbico total: ni siquiera entiende queen el colegio le enseñen a su hijo a cocinar. Y la paradoja es que, comoestá sin trabajo, tiene que trabajar en un bar gay. Se hace pasar porhomosexual, se tiñe el pelo, imagínate. El tipo va aprendiendo, porqueempieza a vivir el rechazo, la burla, incluso le pegan.Víctor Ruiz¿Cómo crees que este público que se hace el leso va a ver estapelícula? Si fuera un drama, y no una comedia, quizás tomaríadistancia, arriscaría la nariz.− Yo creo que la gente va a ir a verla porque el tema es interesantey hay que conversarlo. ¿Te fijas que ahora todos dicen que los temashay que conversarlos y todos esos lugares comunes para no quedarmal? Bueno, la película tiene muchas cosas para que la gente se sientaidentificada. Se va a reír, además, y va a ver a Coco Legrand como gay.Si hubiéramos puesto a otro actor, tal vez la película habría agarradootro tenor. Yo creo que es una historia que promueve la aceptación delas diferencias. Al revés es muy fome, no hay crecimiento en relacióna lo que significa la vida.20 años de TeatroBastidas sólo tiene que cruzar la calle para moverse entre dos de suslugares de trabajo: la Facultad de Actuación de la Universidad SantoTomás, de la cual es director, y la sala del Teatro Aparte, que tambiéndirige. Ambos se encuentran en Ernesto Pinto Lagarrigue, barrio Bellavista,casi frente a frente, para ser exactos. La sala de la compañíaque este actor –quien este semestre volverá a las teleseries con MalaConducta, de Chilevisión– fundó en 1988 junto a figuras como ElenaMuñoz, Magdalena Max-Neef y Gabriel Prieto, empezará en marzo sutercer año de funciones con el reestreno de la exitosa De Uno a Diez,¿Cuánto me Quieres?“Estamos muy contentos porque siempre habíamos querido tener unteatro y esta es la primera vez que ensayamos en nuestra propia sala.Es un momento bastante especial, porque después de muchos añosvamos a reunirnos los cinco integrantes originales, que no habíamostrabajado juntos desde Dementes, del 2003. No es fácil tener unacompañía por tantos años. Son veinte desde El Monstruoso Orgasmode Tokito, nuestro primer estreno. Ojalá que alguien lo recuerde, porquesiempre nos han dejado de lado”, afirma.¿Los han mirado en menos, quieres decir, por hacer un teatro máscomercial?− No sé, pero siento que nuestro trabajo no ha sido reconocido comose merece, tanto por nuestros colegas como por la prensa. Pero aestas alturas ya no nos preocupa, nos da lo mismo. Sí creo que a lagente le cuesta entender que otra gente siga junta, que sea amiga, quetenga éxito. Te vuelves un poco incomprendido. Nosotros postulamos alFondart para arreglar la sala y no nos dieron plata, porque, supimos,alguien dijo “cómo les vamos a dar plata, ellos tienen plata”, lo cualno es tan así. Con la película Lokas nos pasó lo mismo. El problema esde los jurados, gente que tiene un pensamiento estrecho para analizarlas cosas. En cine es atroz: de las diez películas que ganaron el últimoFondart, ninguna es comedia. Eso no puede ser, es increíble.“El Fondart es súper bueno, pero los jurados son rascasde pensamiento. No todos, pero los rascas influyen en losbuenos”.Quizás por eso no le dan plata al Teatro Aparte, porque lo consideranpoco serio.− En Chile somos tan ignorantes, que pensamos que la comedia esfrívola. Gracias a Dios que Chaplin no nació aquí, porque habría terminadohaciendo humor con Kike Morandé, ¿te fijas? El humor es lomás profundo que hay. El Fondart es súper bueno, pero los jurados sonrascas de pensamiento. No todos, pero los rascas influyen más que losbuenos. Por eso me gusta hacer teatro con mi grupo, porque nadie nosdice qué hacer y nos viene a ver harta gente.¿Se han cumplido las expectativas que tenías cuando empezastetu carrera de actor?− Es que nunca tuve ni he tenido ninguna expectativa. Nunca me puseel objetivo de llegar a ninguna parte. Las cosas fueron saliendo solas,a raíz de mi trabajo, de lo que fui aprendiendo, de los conocimientosque me entregaron personas que estuvieron a mi lado. Pero nunca mepropuse tener un teatro ni nada, porque nunca he tenido una relaciónansiosa con mi profesión. Siento que me ha ido bien, que he hechocosas distintas. No tengo de qué quejarme. Si me preguntas qué megustaría hacer, no sabría qué responder. Te podría decir dónde megustaría estar viviendo, quizás.¿Dónde te gustaría estar viviendo?− La verdad que es me gustaría vivir seis meses en Santiago, tresmeses en París y tres en Nueva York. Me encantaría vivir fuera deChile, pero es difícil hacerlo. Ah, me gustaría tener más tiempo paraescribir, porque uno trabaja mucho. Y me encantaría dirigir cine, esome gustaría hacer.20MARZO