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“Todos juntos somos algo grande”<br />
Para Rosa Tedesco (73 años) “ser jubilada y pensionada, es tener la posibilidad de<br />
administrar el dinero, darme los gustos que antes no podía, compartir más tiempo<br />
con mi familia y nietos. Sobre todo me dí un gusto en este tiempo como jubilada<br />
que antes de chica no podía, porque era muy caro: estudiar piano, me compré el<br />
piano, de chica iba al conservatorio pero después mis padres ya no podían mandarme.<br />
Ahora me doy el gusto de hacer lo que quiero y lo que me gusta”.<br />
Rosa cuenta entusiasmada que en el Centro “hay muchísimo compañerismo,<br />
con las charlas aprendemos cada día algo nuevo. Nos ayudamos entre nosotros,<br />
todos juntos somos algo grande”.<br />
La madre de Horacio, Emma Asunción<br />
De María fundadora de JUBISOR en<br />
1987, y Elena Iunes hoy con 86 años, se<br />
conocieron en la escuela Osvaldo Magnasco,<br />
más conocida como “Austria”.<br />
Ellas representan la primera generación<br />
de sordos en el país. Silvia Scagliarini, otra<br />
de las integrantes de JUBISOR, representa<br />
la segunda generación y también estuvo<br />
pupila allí. Esta era una escuela de mujeres<br />
y recibía la influencia de la Lengua de<br />
Señas Española, en cambio la escuela de<br />
varones Bartolomé Ayrolo más conocida<br />
como “Devoto” era de tinte italiano porque<br />
la fundó un profesor italiano y los celadores<br />
hablaban de esa forma. Horacio sabe<br />
interpretar las señas de unos y de otros, y<br />
recuerda que “el acceso a las escuelas<br />
especiales no era fácil, había<br />
que trasladarse a la ciudad, en<br />
muchos casos la familia inventaba<br />
señas para entenderse”.<br />
Fue la generación de Silvia, la que unificó<br />
estas dos lenguas, creando la Lengua<br />
de Señas Argentina, porque los sordos<br />
comenzaron a casarse entre sí. Al comienzo<br />
estas escuelas (se crearon entre<br />
1880 y 1910) pretendían que los sordos<br />
se comunicasen mediante la lectura de<br />
labios y de forma oral. “Estaba mal<br />
visto expresarse con el lenguaje<br />
de señas en público e incluso se<br />
enviaba a niños sordos a escuelas<br />
para hablo-parlantes con el<br />
objeto de que se integrasen socialmente”,<br />
aclara Horacio. En 1912 se<br />
creó la Asociación de Sordos de Ayuda<br />
Mutua (ASAM) y con el tiempo fueron surgiendo<br />
nuevas escuelas en las provincias.<br />
Cantar con el alma<br />
Conviven en este Centro de jubilados y<br />
pensionados sordomudos, tres generaciones<br />
de adultos mayores que contaron<br />
con la ayuda incondicional de Horacio<br />
para entenderse entre sí. “En el imaginario<br />
social se cree que los sordos nacieron<br />
así, muchos sufrieron enfermedades<br />
cuando eran chicos: meningitis, otitis, escarlatina…Ellos<br />
conservan una memoria<br />
auditiva que también los diferencia de los<br />
sordos de nacimiento”. Tan poderosa es<br />
la integración en JUBISOR, que permitió<br />
que los padres de Horacio se reencontrasen,<br />
después de cuarenta años de distanciamiento.<br />
En el Centro JUBISOR los participantes<br />
accedieron a su jubilación en la ANSES,<br />
y hoy ese derecho es una realidad como<br />
reconocimiento a sus años de trabajo y de<br />
esfuerzo. Los hermanos Carlos Alberto y<br />
Oscar Jurjo se desempeñaron en Banco<br />
Nación y Banco Español respectivamente.<br />
Juana Marcelina Paz trabajó en Odol.<br />
Silvia Scagliarini escribía a máquina en la<br />
administración de los Ferrocarriles General<br />
Roca. Claudio Maturano, el más joven,<br />
trabaja actualmente en un frigorífico.<br />
En este centro los jubilados realizan diversas<br />
actividades: hacen gimnasia, Yoga,<br />
expresión corporal y coro. Los jubilados<br />
sordos integran la Agrupación Coral JU-<br />
BISOR, y participaron en diferentes eventos<br />
en escuelas, hospitales, Hogares y los<br />
teatros Cervantes, San Martín, El Globo,<br />
La Casa de Carlos Gardel, entre otros.<br />
“Se descalzan sobre el piso de<br />
madera y experimentan las vibraciones<br />
de los tonos graves<br />
amplificados por el alto volumen<br />
de la música. Pero lo más importante<br />
–aclaró Horacio- es que<br />
cantan con el alma”. Durante los ensayos<br />
aprenden a incorporar el ritmo haciendo<br />
palmas, moviendo el cuerpo o siguiendo<br />
el compás de las cucharas sobre<br />
la mesa. Convocados por la Asociación<br />
Para la Integración del Sordo en el Arte,<br />
fueron los encargados de abrir y cerrar el<br />
Primer Festival Internacional de Teatro de<br />
Sordos en la Argentina, en el teatro Coliseo<br />
de La Plata, año 2012.<br />
Integración a través del deporte<br />
El Centro de Discapacitados de La Matanza<br />
(CEDIMA) es una entidad de bien<br />
público sin fines de lucro, que nace con el<br />
objetivo principal de ayudar a la plena integración<br />
del discapacitado en la sociedad,<br />
por medio principalmente del deporte, y<br />
sin excluir otras tareas que facilitan esta<br />
inclusión, como ser la laboral, social, cultural,<br />
lúdica y educativa.<br />
CEDIMA fue creado en el año 1969, con el<br />
nombre de CEMEFIR Club. Y desde hace<br />
5 años, surgió la necesidad de crear un<br />
centro dirigido a los adultos mayores. Ricardo<br />
Perdiguero (50 años), Secretario de<br />
CEDIMA, destaca que “si una persona<br />
de 40 años que trabaja, que<br />
aporta, sufre un accidente, puede<br />
transformarse en un jubilado<br />
por invalidez”, y que en el centro se<br />
mezclan adultos mayores, jóvenes, adolescentes,<br />
que participan de las actividades<br />
gratuitas, tanto deportivas como<br />
sociales (baile, folclore, cursos de costura,<br />
de gasista, tapicería), mientras que algunos<br />
cursos requieren de una cuota social<br />
mínima. CEDIMA recibe no sólo gente de<br />
La Matanza, sino también de otros municipios<br />
e incluso de otras provincias.<br />
La particularidad de este centro es el deporte<br />
y una de sus características es formar<br />
deportistas de alto rendimiento (básquet,<br />
tenis de mesa, natación). El tenis de<br />
mesa es el que más se destaca: Ricardo<br />
recuerda haber participado en la selección<br />
argentina y que el Centro ha aportado 6<br />
jugadores de este deporte para los Juegos<br />
Panamericanos de Toronto. Destaca<br />
también que hay abuelos que participan<br />
en los torneos “Abuelos bonaerenses” en<br />
tenis de mesa y que una abuela fue reconocida<br />
con una medalla olímpica.<br />
Los jubilados acuden al Centro de lunes<br />
a sábado y hay entrenamiento tres veces<br />
por semana para todo tipo actividad.<br />
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