Psicosis en niños y adolescentes - Familianova Schola
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El término "psicosis" da a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der una alteración grave <strong>en</strong> las "pruebas de realidad" puesta<br />
de manifiesto mediante signos patológicos específicos, p.ej., alteración del p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to,<br />
alucinaciones o ideas delirantes (Volkmar y cols., 1995). Durante muchos años el término<br />
"psicosis" se ha utilizado de una manera ext<strong>en</strong>sa, p.ej., para referirse a un amplio abanico<br />
de trastornos <strong>en</strong> individuos de todas las edades y niveles de funcionami<strong>en</strong>to. Últimam<strong>en</strong>te<br />
el concepto de psicosis se ha definido de una manera más restrictiva. Este hecho ha<br />
discurrido de forma paralela a un mayor rigor <strong>en</strong> las definiciones de los trastornos<br />
psicóticos. Estos cambios contemplan el conocimi<strong>en</strong>to de las principales difer<strong>en</strong>cias<br />
evolutivas <strong>en</strong> la percepción de la realidad (Piaget, 1955) y que las cre<strong>en</strong>cias evolutiva o<br />
culturalm<strong>en</strong>te adecuadas, p.ej., <strong>en</strong> figuras fantásticas, por ellas solas no son indicativas de<br />
psicosis. La naturaleza de los procesos psicológicos y neurobiológicos subyac<strong>en</strong>tes al<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o psicótico <strong>en</strong> <strong>niños</strong> y adolesc<strong>en</strong>tes continúa si<strong>en</strong>do un tema importante de estudio<br />
(Asarnow y cols., 1994).<br />
Antes de aparecer el DSM-III (American Psychiatric Association, 1980) todas las<br />
alteraciones graves de la niñez se equiparaban básicam<strong>en</strong>te a la esquizofr<strong>en</strong>ia. Así se<br />
consideraba que el trastorno autista era la primera manifestación de la esquizofr<strong>en</strong>ia; sin<br />
embargo, muchos trabajos señalan que este no es el caso (Kolvin, 1971; Rutter, 1972).<br />
Aunque son poco frecu<strong>en</strong>tes, los trastornos psicóticos <strong>en</strong> la niñez ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un efecto muy<br />
negativo sobre el desarrollo; a su vez, los factores del desarrollo complican también la<br />
evaluación diagnóstica.<br />
PERSPECTIVA EVOLUTIVA EN LOS PROCESOS PSICÓTICOS<br />
Infancia y edad preescolar<br />
Poco se conoce de los procesos psicóticos <strong>en</strong> <strong>niños</strong> muy pequeños. Los primeros<br />
teóricos, como Freud, se plantearon los aspectos evolutivos del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o psicótico. Se<br />
concebía que <strong>en</strong>tre los procesos del desarrollo y los procesos psicóticos había una<br />
continuidad básica, es decir, se p<strong>en</strong>saba que los procesos psicóticos eran el reflejo de una<br />
determinada regresión hacia un nivel de organización anterior y más "primitivo". Así, se<br />
presuponía que los <strong>niños</strong> "alucinaban" como mecanismo de satisfacción de deseos o<br />
p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to pres<strong>en</strong>tando una fase autista "normal". Muchos de los datos de los que<br />
disponemos <strong>en</strong> la actualidad nos han hecho cuestionar esos supuestos. Hoy <strong>en</strong> día los<br />
procesos de desarrollo normal parec<strong>en</strong> ser justam<strong>en</strong>te eso: normales y evolutivos (Stern,<br />
1985).<br />
Antes de que los <strong>niños</strong> adquieran habilidades del l<strong>en</strong>guaje expresivo relativam<strong>en</strong>te<br />
sofisticadas, es difícil establecer la pres<strong>en</strong>cia de procesos psicóticos (Tabla 1). En los <strong>niños</strong><br />
<strong>en</strong> edad preescolar es necesario distinguir las alucinaciones de los f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os relacionados<br />
con el sueño y de otros f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os del desarrollo. Los <strong>niños</strong> <strong>en</strong> este grupo de edad a veces<br />
ti<strong>en</strong><strong>en</strong> amigos imaginarios, cre<strong>en</strong> <strong>en</strong> figuras fantásticas, etcétera. Algunas veces se<br />
observan alucinaciones transitorias <strong>en</strong> <strong>niños</strong> de preescolar, sobre todo <strong>en</strong> mom<strong>en</strong>tos de<br />
estrés y ansiedad (Rothstein, 1981); suel<strong>en</strong> ser alucinaciones visuales y táctiles y<br />
normalm<strong>en</strong>te se inician por la noche, aunque pued<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>tarse incluso cuando el niño<br />
está totalm<strong>en</strong>te despierto. Desde el punto de vista del pronóstico, son relativam<strong>en</strong>te<br />
b<strong>en</strong>ignas. Los <strong>niños</strong> <strong>en</strong> edad preescolar son incapaces de utilizar las reglas lógicas o los