Psicosis en niños y adolescentes - Familianova Schola
Psicosis en niños y adolescentes - Familianova Schola
Psicosis en niños y adolescentes - Familianova Schola
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
anteced<strong>en</strong>tes familiares, retraso psicomotor, inicio rápido de los síntomas, síntomas<br />
psicóticos congru<strong>en</strong>tes con el estado de ánimo o hipomanía inducida por fármacos.<br />
Los trastornos bipolares se dan aproximadam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un 1% de adultos y afecta<br />
igualm<strong>en</strong>te a mujeres que a hombres, aunque <strong>en</strong> los varones con un trastorno bipolar I<br />
suele ser más frecu<strong>en</strong>te que un episodio depresivo mayor preceda a la manía. Los datos<br />
epidemiológicos sobre el trastorno bipolar <strong>en</strong> <strong>niños</strong> y adolesc<strong>en</strong>tes son limitados. Casi no<br />
existe información epidemiológica sobre el trastorno bipolar <strong>en</strong> <strong>niños</strong> prepúberes. En una<br />
muestra de adolesc<strong>en</strong>tes, Carlson y Kashani (1988) refirieron manía <strong>en</strong> un 0,6%, utilizando<br />
una <strong>en</strong>trevista diagnóstica estructurada, si se t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta tanto la gravedad como la<br />
duración. Lewinsohn y cols. (1995) observaron que aproximadam<strong>en</strong>te el 1% de una<br />
muestra de adolesc<strong>en</strong>tes más mayores pres<strong>en</strong>taban trastornos bipolares, básicam<strong>en</strong>te el<br />
trastorno bipolar II y el trastorno ciclotímico; el curso del trastorno bipolar era relativam<strong>en</strong>te<br />
crónico. Durante los últimos 50 años la preval<strong>en</strong>cia de los trastornos del estado de ánimo<br />
parece haber aum<strong>en</strong>tado (Klerman, 1988), y se inician a edades más tempranas. Cuando la<br />
manía se inicia <strong>en</strong> la adolesc<strong>en</strong>cia, los individuos suel<strong>en</strong> ser más agresivos y pres<strong>en</strong>tan un<br />
mayor riesgo de problemas legales (McGlashan, 1988). Los adolesc<strong>en</strong>tes con trastornos<br />
bipolares suel<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>tar más recaídas que los adultos (Strober y cols., 1990). Los datos<br />
que exist<strong>en</strong> sobre la epidemiología de la depresión psicótica <strong>en</strong> <strong>niños</strong> son muy limitados.<br />
Como ya se ha señalado, el trastorno bipolar se pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> una minoría relativam<strong>en</strong>te<br />
considerable de <strong>niños</strong> y adolesc<strong>en</strong>tes que con anterioridad manifiestan depresión (Strober y<br />
Carlson, 1982).<br />
EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL<br />
La evaluación del niño o adolesc<strong>en</strong>te con una posible psicosis debe ser minuciosa y<br />
muy at<strong>en</strong>ta (Tabla 4). Se requiere a muchos informadores y varias sesiones con el niño con<br />
el fin de obt<strong>en</strong>er una historia adecuada y un exam<strong>en</strong> del estado m<strong>en</strong>tal. El diagnóstico sólo<br />
puede realizarse tras una conci<strong>en</strong>zuda evaluación y sólo después de que quede claro que<br />
los síntomas no son debidos a un proceso orgánico (p.ej., el efecto del abuso de sustancias<br />
o alguna <strong>en</strong>fermedad médica como un trastorno convulsivo) (Minns y Val<strong>en</strong>tine, 1994;<br />
Werry, 1996). Debe recabarse información sobre la actividad premórbida, el inicio del<br />
trastorno, y los cambios <strong>en</strong> la actividad académica y social, así como una historia del<br />
desarrollo y anteced<strong>en</strong>tes familiares. Por ejemplo, se ha sugerido (p.ej., Dalkin y cols.,<br />
1994) que las características de la personalidad premórbida pued<strong>en</strong> influir <strong>en</strong> la expresión<br />
de los f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os psicóticos, de la misma manera que puede referirse una historia<br />
premórbida de apr<strong>en</strong>dizaje o de problemas académicos (Werry, 1996). Si se sospecha de<br />
la pres<strong>en</strong>cia de psicosis, lo primero que debe t<strong>en</strong>erse <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta es la seguridad del<br />
paci<strong>en</strong>te (y si es necesario, la seguridad de los demás).<br />
En adolesc<strong>en</strong>tes y <strong>en</strong> <strong>niños</strong> más mayores el diagnóstico de esquizofr<strong>en</strong>ia es más<br />
directo. Para los <strong>niños</strong> más pequeños y <strong>niños</strong> con problemas <strong>en</strong> el desarrollo, el diagnóstico<br />
puede ser muy complicado, sobre todo si el inicio es insidioso; Asarnow (1994) proporciona<br />
un resum<strong>en</strong> de los instrum<strong>en</strong>tos diagnósticos específicos para <strong>niños</strong>. En la esquizofr<strong>en</strong>ia se<br />
observan alteraciones del estado de ánimo, pero cuando esa alteración afectiva se<br />
prolonga o es muy acusada, deb<strong>en</strong> considerarse los diversos trastornos afectivos con