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NO. 1321/ SÁBADO <strong>10</strong> / octubre / <strong>2015</strong> FUNDADO EL 24 DE MARZO DE 1990<br />
fotografía<br />
>Elvis Aviv Guzmán,<br />
retrato <strong>de</strong> lo efímero<br />
(El Salvador)
“Cada uno <strong>de</strong> los movimientos <strong>de</strong> todos los individuos se realizan por tres únicas razones: por honor, por dinero o por amor” (Napoleón Bonaparte)<br />
Aquel terremoto<br />
<strong>de</strong>l <strong>10</strong> <strong>de</strong> octubre<br />
El recuerdo más surrealista <strong>de</strong> mi vida fue el terremoto<br />
<strong>de</strong> 1986. Estudiaba preparatoria en el Externado San<br />
José, estaba cerca <strong>de</strong> concluir el año escolar y los<br />
vientos <strong>de</strong> octubre aún eran protagónicos.<br />
Le pedí permiso a la profesora Celmira Estrada<br />
para ir al baño, no tenía <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> hacer mis necesida<strong>de</strong>s sino <strong>de</strong><br />
escapar un rato <strong>de</strong>l aula. Iba saltando y cantando, en esa época<br />
lo hacía muy seguido hasta que unos maestros me regañaron,<br />
porque iba haciendo <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n. Camino al sanitario sentí que<br />
perdía el equilibro, justo como cuando andaba todo el día con<br />
patines. Esa sensación <strong>de</strong> quitarme los patines y sentir que<br />
todo se movía me recuerda la niñez y ese <strong>10</strong> <strong>de</strong> octubre. Miré<br />
a mi izquierda esperando una gran ola, pero no había nada, sin<br />
embargo sentía que se nos venía encima el mar. Me moví al jardín<br />
central <strong>de</strong>l edificio y vi como lluvias <strong>de</strong> ripio y polvo caía <strong>de</strong>l<br />
techo <strong>de</strong> las aulas. El edificio tronaba. De pronto vi salir a uno <strong>de</strong><br />
mis compañeros con el rostro pintado <strong>de</strong> sangre, que aunque la<br />
conocía en mi ingenuidad la comparé con jalea. Era el único en el<br />
patio, miraba el cielo y luego veía a todos los pisos, la gente corría<br />
y gritaba. No me asusté. Aquel escenario me parecía una película,<br />
tenía seis años. Tanto que quería ir a recuperar mi bolsón y mi<br />
lonchera, pero la lógica me dijo que no era buena i<strong>de</strong>a regresar.<br />
Luego <strong>de</strong> que se agruparon en el centro <strong>de</strong>l jardín formaron filas<br />
para salir <strong>de</strong>l edificio. Los grados estaban <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nados, no<br />
alcanzaba a ver mis compañeros <strong>de</strong> sección. En el recorrido, sin<br />
la habitualidad <strong>de</strong> ir con mis compañeros, vi al hermano Sanpedro<br />
Bitácora<br />
Mauricio Vallejo Márquez<br />
coordinador<br />
<strong>Suplemento</strong> <strong>Tres</strong> mil<br />
golpeado, comencé a ver que la cosa estaba rara. Entonces nos<br />
fuimos todos a la cancha <strong>de</strong> fútbol don<strong>de</strong> estaba un conjunto<br />
musical, el terremoto había sucedido el día <strong>de</strong>l psicólogo.<br />
Mientras bajaba las gradas vi que la piscina <strong>de</strong>l colegio se había<br />
rajado y ya no había agua, busqué con la mirada al profesor<br />
Archila, pero en esa turbulencia <strong>de</strong> gente fue al que menos vi.<br />
Des<strong>de</strong> la cancha observé como el edificio comenzó a partirse.<br />
La gente se miraba distorsionada. Mi amigo <strong>de</strong> ese año, Gerardo<br />
Vanegas lloraba. Su mamá murió en el terremoto, él no lo sabía<br />
aún, ni yo. Llamaba a su mamá, y aún lo veo hacerlo. Fue la<br />
imagen que más me impactó.<br />
Tras un buen rato un señor <strong>de</strong> bigote me cargaba en sus brazos y<br />
me preguntaba como me sentía. Yo (no sé porque) tranquilo. Hasta<br />
que llegó la señorita Celmira y le dijo que yo era <strong>de</strong> sus niños,<br />
entonces me llevó don<strong>de</strong> estaba la preparatoria “b”. Empecé a<br />
ver que llegaban a recoger a mis compañeros. Mi mamá llegó,<br />
en tacones, casi corriendo. Había <strong>de</strong>jado el carro un poco lejos,<br />
había trabazones. Mientras me iba con ella sucedió otra replica.<br />
Hasta ese momento en que ella estaba conmigo comprendí que<br />
todo lo que había visto era un terremoto.<br />
Al llegar a la casa comenzaron las propuestas <strong>de</strong> qué hacer. Que<br />
no se podía dormir a<strong>de</strong>ntro porque nos podía caer el techo encima<br />
como lamentablemente pasó con el edificio Darío. Así que<br />
dormimos en el garage <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la camioneta <strong>de</strong> mi mamá. Esos<br />
días me dieron la lección <strong>de</strong> que la gente se podía organizar, como<br />
lo hicieron en la San Luis, los vecinos hicieron su campamento.<br />
Se turnaban para cuidar, eran solidarios. Compartían todo. Nada<br />
era habitual, sólo la vida. Era <strong>10</strong> <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1986.<br />
@vallejomarquez<br />
vallejomarquez.blogspot.com<br />
Mauricio Vallejo Márquez<br />
Plurilingüismo salvadoreño en el siglo XVIII<br />
Dos siglos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la cura… Miguel Tagle y Sotelo, hombre<br />
llegada <strong>de</strong> los españoles juicioso y diestro en los idiomas Kacchiquel<br />
y Kiché pág. 178; Parroquia<br />
a El Salvador en 1768, el<br />
panorama <strong>de</strong> las lenguas étnicas<br />
mostraba una riqueza chorti pero se habla castellano pág. 211;<br />
<strong>de</strong> Texuthla el idioma materno es el<br />
cultural lingüística en convivencia con el Parroquia <strong>de</strong> Chalchuapa idioma común<br />
castellano, como el náhuat-pipil utilizado es castellano pero se habla pokoman pág.<br />
por la facilidad administrativa. Las lenguas 235. Parroquia <strong>de</strong> Jutiapa idioma que se<br />
son <strong>de</strong>scritas por Pedro Cortés y Larraz Arzobispo<br />
<strong>de</strong> Guatemala: “el monarca español<br />
habla es el xinka, alias xinca y uno <strong>de</strong><br />
Carlos III lo propuso en junio <strong>de</strong> 1766 para<br />
el Arzobispado <strong>de</strong> Guatemala a raíz <strong>de</strong> la Intimissimun<br />
muerte <strong>de</strong> Monseñor Figueredo y Vitoria.<br />
Fue consagrado en Puebla <strong>de</strong> los Ángeles<br />
en agosto <strong>de</strong> 1767 e ingresó a la metrópoli<br />
Caralvá<br />
centroamericana <strong>de</strong>l 21 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1768”<br />
Fundador<br />
según el libro: Descripción geográficomoral<br />
<strong>de</strong> la diócesis <strong>de</strong> Guatemala/Pedro<br />
<strong>Suplemento</strong> <strong>Tres</strong> mil<br />
Cortés y Larraz, San Salvador: DPI, 2000 ellos el mexicano, aunque todos hablan<br />
pág. <strong>10</strong>.<br />
castellano. Pág. 241.<br />
El idioma <strong>de</strong> nuestras étnicas prevalecía en Las parroquias don<strong>de</strong> existe convergencia<br />
lingüística son: Apaneca, Nahuizal-<br />
la mayoría <strong>de</strong> la parroquias <strong>de</strong> la división<br />
eclesial <strong>de</strong> aquél tiempo, en las treinta y tres co, Sonsonate, Caluco , Izalco, Guaymoco<br />
Atheos, Mexicanos, San Salvador -1<br />
parroquias permanece la lengua original, en<br />
esas crónicas se refiere como: Mexicano ciudad, 6 pueblos, 24 haciendas- : “no<br />
pipil, mexicano, o nahuate pipil, como en <strong>de</strong>jando <strong>de</strong> causar admiración que en una<br />
la Parroquia <strong>de</strong> San Pedro Matzahuat -6 ciudad que se dice <strong>de</strong> españoles, <strong>de</strong>masiado<br />
numerosa, no haya escuela alguna<br />
pueblos, 13 haciendas, 1 valle- “el idioma<br />
que tienen estos indios es nahuate (pipil) para enseñar gramática… (pág. <strong>10</strong>1) …<br />
Pág 128; Parroquia <strong>de</strong> Ozicala -11 pueblos-<br />
La administración está a cargo <strong>de</strong> un hablan y entien<strong>de</strong>n castellano (pág.<br />
Su idioma materno es el mexicano, pero<br />
<strong>10</strong>2);<br />
Para la libertad<br />
Des<strong>de</strong> su lanzamiento en 1972, el<br />
hermoso poema <strong>de</strong> Miguel Hernán<strong>de</strong>z,<br />
vuelto alegre y combativa canción,<br />
por el genio <strong>de</strong> Joan Manuel Serrat (1943),<br />
se convirtió en símbolo <strong>de</strong>finitivo <strong>de</strong> la lucha<br />
<strong>de</strong>l pueblo español contra la dictadura <strong>de</strong>l<br />
general Franco. Pero también fue una <strong>de</strong><br />
las primeras gran<strong>de</strong>s campanadas <strong>de</strong> una<br />
transformación cultural que rejuveneció a la<br />
España <strong>de</strong> reclinatorio y revólver, acartonada,<br />
artísticamente, durante muchas décadas.<br />
Inspirado en la rica tradición <strong>de</strong> las coplas<br />
populares, y en las composiciones <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s<br />
poetas como Machado, Hernán<strong>de</strong>z, Alberti,<br />
García Lorca, León Felipe y otros, Serrat, el<br />
joven <strong>de</strong> madre aragonesa y padre catalán, fue<br />
punta <strong>de</strong> lanza <strong>de</strong> un movimiento in<strong>de</strong>tenible,<br />
que abriría las puertas <strong>de</strong> la ansiada <strong>de</strong>mocracia<br />
española.<br />
De esta manera, “Para la libertad”, se<br />
popularizó increíblemente: “Para la libertad<br />
sangro, lucho y pervivo. / Para la libertad,<br />
mis ojos y mis manos, / como un árbol carnal,<br />
generoso y cautivo, / doy a los cirujanos”.<br />
Comencé a escuchar a Serrat, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> finales <strong>de</strong><br />
los años setenta, y mi pubertad, adolescencia y<br />
primera juventud, están fuertemente vinculadas<br />
a su música. Fueron los elepé y luego los<br />
casetes, mis preciados soportes, escuchados y<br />
escuchados hasta el cansancio.<br />
La sociedad con Serrat, continuó, en las<br />
fiestas universitarias <strong>de</strong> los ochenta, en casa<br />
<strong>de</strong> Víctor Hugo Granados, cuando, al final,<br />
ya ebrios, entre ceniceros llenos <strong>de</strong> colillas,<br />
y botellas vacías, nos quedábamos, los<br />
pocos amigos, y ya no sonaban las cumbias,<br />
ni el merengue, ni Michael Jackson, ni<br />
Culture Club, sino Serrat y Merce<strong>de</strong>s Sosa,<br />
y por supuesto, Pablo <strong>Mil</strong>anés y el bendito<br />
Silvio.<br />
Serrat, fue siempre un privilegiado para mi<br />
gusto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que Edwin Pastore, mi primo,<br />
me introdujo en sus misterios, cantándome<br />
sus letras, y leyéndome<br />
Claraboya<br />
Álvaro Darío Lara<br />
Escritor y poeta<br />
paralelamente a Machado<br />
y a Miguel Hernán<strong>de</strong>z, con esa su voz infantil<br />
y dulce, actoral, al fin y al cabo; teniendo<br />
como telón <strong>de</strong> fondo, la avanzada noche y<br />
un gigantesco póster <strong>de</strong>l Comandante Cero,<br />
héroe nicaragüense a la sazón.<br />
Y <strong>de</strong>l brazo <strong>de</strong> Edwin, también ingresé,<br />
como espectador, al mundo <strong>de</strong>l teatro y<br />
<strong>de</strong> los títeres. El mundo don<strong>de</strong> eran amos<br />
y señores, el Maestro Edmundo Barbero,<br />
San Jacinto, Santo Tomás Texaquangos,<br />
San Juan Olocuilta, San Pedro Matzahuat,<br />
Santiago Nonualco, Zacatecoluca, Usulután,<br />
Ereguaiquin, San Miguel, Conchagua<br />
(castellano), Gotera “ Y que respecto a escuelas<br />
<strong>de</strong> niños lo que se ha tenido por más<br />
conforme es que los mismos indios maestros<br />
<strong>de</strong> los pueblos enseñen a leer y escribir y el<br />
método <strong>de</strong> oficiar las misas y divinos oficios<br />
a tres o cuatro, que en cada pueblo toman<br />
su cargo” Pág. 168. Parroquia Titiguapa -1<br />
villa, 2 pueblos, 33 haciendas-Idioma es<br />
el castellano pág. 184. Parroquia <strong>de</strong> San<br />
Vicente – 1 villa, 2 pueblos, 30 haciendasidioma<br />
el castellano pág. 191. Parroquia<br />
<strong>de</strong> Cojutepeque -5 pueblos- En la cabecera<br />
hay algunas escuelas particulares… en San<br />
Pedro Perulapán hay una escuela a que<br />
asisten <strong>de</strong> ordinario treinta niños… pág. 197.<br />
Parroquia <strong>de</strong> Suchitoto – 4 pueblos- hablan<br />
castellano pág. 202 ; Parroquia Chalatenango<br />
se habla castellano pág 206. Parroquia<br />
<strong>de</strong> Tonacatepeque el idioma materno es<br />
el mexicano pág. 215, Parroquia <strong>de</strong> Opico<br />
hablan castellano pág. 220. Parroquia <strong>de</strong><br />
Texistepeque idioma castellano. Pág. 225.<br />
Parroquia Santa Ana idioma es castellano<br />
pero el materno es el mexicano.<br />
El plurilingüismo continuó otro siglo más,<br />
aunque en <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia hasta finales <strong>de</strong>l<br />
siglo XIX.<br />
Eugenio Acosta Rodríguez, y Mario<br />
Tenorio. Y al mundo <strong>de</strong> los poetas,<br />
escritores y pintores nacionales más<br />
contemporáneos, seres <strong>de</strong>menciales,<br />
alucinados, que habitaban los bares y<br />
las noches <strong>de</strong> una ciudad sitiada por<br />
la guerra.<br />
Bajo el amparo <strong>de</strong> Serrat y <strong>de</strong> Edwin, se<br />
terminó mi infancia, y comenzaron los<br />
naturales <strong>de</strong>scubrimientos <strong>de</strong> otra edad,<br />
maravillosamente bohemia, pletórica<br />
<strong>de</strong> arte. Como dice Serrat: “Crucé<br />
por la niñez imitando a mi hermano. /<br />
Descerrajando el viento y apedreando al<br />
sol. / Mi madre crió canas/ pespunteando<br />
pijamas, / mi padre se hizo viejo/ sin<br />
verse al espejo, / y mi hermano se fue/<br />
<strong>de</strong> casa, por primera vez. / Y ¿dón<strong>de</strong>,<br />
dón<strong>de</strong> fue mi niñez?”.<br />
Extrañamente, con lo años, Serrat entró<br />
en un larguísimo silencio. Vino mucho<br />
trabajo, y poquísimas horas <strong>de</strong> ocio.<br />
Sin embargo, hace unas semanas, en<br />
una esquina cualquiera, Serrat, apareció<br />
<strong>de</strong> nuevo. Lo llevé a casa. Las añejas<br />
imágenes regresaron. Había comprado,<br />
sin saberlo, un boleto <strong>de</strong> ida y vuelta a<br />
todas “aquellas pequeñas cosas/ que nos<br />
<strong>de</strong>jó un tiempo <strong>de</strong> rosas/ en un rincón,<br />
/ en un papel/ o en un cajón” ¡Y ahora<br />
que viene Serrat, no lo dudéis, hay que<br />
verlo!<br />
El único suplemento cultural<br />
<strong>de</strong> El Salvador<br />
2 TRESMIL Sábado <strong>10</strong> / octubre / <strong>2015</strong><br />
Director Diario Co Latino: Francisco Valencia.<br />
Coordinador: Mauricio Vallejo Márquez.<br />
Colaboradores: Caralvá, José Roberto Cea, Augusto Crespín, Julio Iraheta<br />
Santos, Álvaro Darío Lara, Tirso Canales, Jenifer Valiente, Luis Antonio Chávez,<br />
Rob Escobar, Elvis Aviv Guzmán, Wilfredo Arriola y Bilal Arif Portillo. Armando<br />
Molina (San Francisco), Dora Olivia Magaña (Los Ángeles), Rafael Lara-Martínez<br />
(Nuevo México), Alfonso Velis-Tobar (Canadá), Perla Rivera Núñez (Honduras) y<br />
Edgar Quisquinay (Guatemala).<br />
<strong>Suplemento</strong> <strong>Cultural</strong> 3000 fue fundado el 24 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1990 por Gabriel<br />
Otero y Caralvá. Durante 25 años lo han coordinado en diferentes periodos<br />
Gabriel Otero, Caralvá, Walter Raudales, Otoniel Guevara (2) , Luis Alvarenga,<br />
Álvaro Darío Lara, José Roberto Cea y Mauricio Vallejo Márquez.<br />
Toda colaboración <strong>de</strong> artículos, cuentos, ensayos, poesía, ilustración, pintura y fotografía<br />
pue<strong>de</strong> enviarse al correo electrónico: suplemento3000@gmail.com
(32). Los que se fueron…<br />
| Artículo |<br />
RENÁN ALCIDES<br />
ORELLANA<br />
Escritor y Poeta<br />
Corrían los años<br />
intermedios <strong>de</strong> la<br />
década 1940. En<br />
la cintura <strong>de</strong> mi<br />
primaria, en mi<br />
natal Villa El Rosario, al norte<br />
<strong>de</strong> Morazán, yo esperaba la<br />
llegada <strong>de</strong>l periódico El Diario<br />
<strong>de</strong> Hoy para leer, con asombro<br />
literario y jocosa admiración,<br />
la columna periodística<br />
“Componiendo al Mundo”,<br />
por Goyito Componedor. Y,<br />
a mis escasos años, surgía la<br />
interrogante obligada: ¿quién<br />
será este personaje que cuestiona<br />
y <strong>de</strong>leita con tanto humor? Como<br />
aspiración satisfecha, un día le<br />
conocí…<br />
Le traté breve y tangencialmente,<br />
al principio. Un día caminaba<br />
yo hacia el periódico “Tribuna<br />
Libre” don<strong>de</strong> laboraba y <strong>de</strong><br />
pronto me vi frente<br />
al poeta, semblante<br />
grave con síntomas <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>svelo y vistiendo<br />
con <strong>de</strong>scuido. “Poeta<br />
tierno… compártele<br />
algo al poeta viejo…”,<br />
me dijo con tono suave<br />
y amable. A cambio, me<br />
entregó un periódico que<br />
traía consigo y, segundos<br />
<strong>de</strong>spués, cruzó la calle y, en<br />
la acera opuesta, entró al bar<br />
Atlacatl. Por curiosidad abrí<br />
el periódico, era una edición<br />
sabatina <strong>de</strong> “Tribuna Libre” y ahí<br />
encontré la razón <strong>de</strong>l calificativo<br />
tierno, que el poeta Gamero<br />
me había dado. No era simple<br />
cumplido para obtener algo: en<br />
la página literaria estaban mi<br />
nombre y algunos <strong>de</strong> mis poemas,<br />
en una presentación que sobre<br />
mis incipientes trabajos, había<br />
hecho el poeta José Roberto Cea.<br />
Seguí viendo a Gamero, pero<br />
ocasionalmente…<br />
José Antonio Mulato Gamero<br />
(Antonio Gamero o Goyito<br />
Componedor o el Poeta Salvaje),<br />
nació en San José Villanueva,<br />
<strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> La Libertad, el<br />
19 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1917 y murió en<br />
San Salvador, el 20 <strong>de</strong> octubre<br />
<strong>de</strong> 1974. Poeta y periodista <strong>de</strong><br />
punzante palabra, fue mimbro<br />
<strong>de</strong>l Grupo SEIS (Grupo Social<br />
en I<strong>de</strong>as Superiores), fundado<br />
en 1942. En ese grupo compartió<br />
afanes literarios con Oswaldo<br />
Escobar Velado, Cristóbal<br />
Humberto Ibarra, Alfonso<br />
Morales, Matil<strong>de</strong> Elena López,<br />
Ricardo Trigueros <strong>de</strong> León,<br />
Manuel Alonso Rodríguez,<br />
Tránsito Huezo Córdova, Pilar<br />
Bolaños y otros…<br />
Gamero laboró en varios medios<br />
impresos <strong>de</strong> San Salvador.<br />
Fue colaborador <strong>de</strong> Opinión<br />
Estudiantil, órgano informativo<br />
<strong>de</strong> la Asociación General <strong>de</strong><br />
Estudiantes Universitarios<br />
Salvadoreños (AGEUS); y la<br />
Revista Síntesis (1954-1958), entre<br />
otros medios alternativos. Con<br />
el pseudónimo “Poeta Salvaje”<br />
publicó algunos trabajos literarios<br />
y, entre 1940 y 1941, promovió el<br />
haikú, un estilo breve <strong>de</strong> poesía<br />
atribuido a los japoneses. También,<br />
bajo el pseudónimo Goyito<br />
Componedor, mantuvo durante<br />
varios años, en El Diario <strong>de</strong> Hoy,<br />
la columna periodística en verso<br />
“Componiendo al mundo”, una<br />
sátira jocoso-punzante ilustrada<br />
con la figura <strong>de</strong> un hombrecillo<br />
con bastón, sombrero y levita. Por<br />
su actitud crítica, generó polémica<br />
con otros intelectuales <strong>de</strong> su<br />
generación.<br />
De mucho impacto fue la<br />
aparición <strong>de</strong> su primer libro<br />
titulado TNT (San Salvador, 1943),<br />
porque provocó escándalo con<br />
poemas fuertes, que rompían con<br />
“Soy poeta,<br />
nada más”,<br />
le oí <strong>de</strong>cir<br />
airado<br />
cierta vez,<br />
en una<br />
rueda <strong>de</strong><br />
amigos<br />
la poesía tradicional<br />
<strong>de</strong> la época. El libro le<br />
dio fama, pero también<br />
tuvo <strong>de</strong>tractores,<br />
especialmente gente<br />
<strong>de</strong> la llamada alta<br />
sociedad, que hasta<br />
llegó calificar al poeta<br />
Gamero <strong>de</strong> irreverente.<br />
Durante las décadas<br />
1940-1950 laboró<br />
en distintos medios impresos,<br />
como corrector <strong>de</strong> pruebas,<br />
reportero y redactor, mientras<br />
publicaba, esporádicamente, su<br />
producción poética en los pocos<br />
suplementos literarios que existían,<br />
especialmente en el semanario El<br />
Magazine.<br />
Como poeta, Antonio Gamero<br />
reía cuando se le calificaba<br />
primero <strong>de</strong> intelectual <strong>de</strong>rechista<br />
y luego <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia izquierdista,<br />
<strong>de</strong> la que, en el fondo, sí lo era<br />
realmente. “Soy poeta, nada<br />
más”, le oí <strong>de</strong>cir airado cierta vez,<br />
en una rueda <strong>de</strong> amigos. Entre<br />
otros trabajos en el área oficial,<br />
fue colaborador <strong>de</strong> Prensa <strong>de</strong> la<br />
Presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la República (1945-<br />
1948); redactor <strong>de</strong>l periódico “El<br />
Nacional” (1945); colaborador<br />
en el Departamento <strong>de</strong> Prensa<br />
y Publicidad <strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong><br />
Defensa, durante varios períodos; y<br />
director <strong>de</strong>l Boletín Postal, órgano<br />
oficial <strong>de</strong> difusión <strong>de</strong> la Dirección<br />
General <strong>de</strong> Correos (1951).<br />
Otro impacto literario <strong>de</strong>l poeta<br />
Gamero, fue la aparición <strong>de</strong> su<br />
libro “Bajo el temblor <strong>de</strong> Dios”,<br />
publicado en San Salvador en 1950.<br />
Poesía también punzante, que<br />
rompía con la tradicional manera<br />
<strong>de</strong> expresión, pero comentada<br />
favorablemente y aceptada por<br />
la crítica. Por aquellos años, en<br />
mi natal Villa El Rosario, tuve la<br />
oportunidad <strong>de</strong> conocer ambos<br />
libros <strong>de</strong>l poeta (TNT y “Bajo<br />
Antonio<br />
Gamero:<br />
“bajo el temblor<br />
<strong>de</strong> Dios...”<br />
el temblor <strong>de</strong> Dios”, así como<br />
poemas sueltos publicados en<br />
algún periódico o revista. Del<br />
segundo libro, me agradó mucho<br />
la temática y, sin mucho esfuerzo,<br />
memoricé parcialmente algunos<br />
poemas, como los siguientes<br />
versos que se i<strong>de</strong>ntifican, en parte,<br />
con el título <strong>de</strong>l libro: “Bajo el<br />
temblor <strong>de</strong> Dios palpé <strong>de</strong>snudas/<br />
mil formas <strong>de</strong> mujer sin corazón/<br />
bajo el temblor <strong>de</strong> Dios lloré por<br />
ellas/ cuando nadie lloraba por<br />
amor…”<br />
Como el anterior, varios <strong>de</strong> sus<br />
poemas lo i<strong>de</strong>ntificaron como un<br />
verda<strong>de</strong>ro poeta, <strong>de</strong> personalidad<br />
rebel<strong>de</strong>, a través <strong>de</strong> una poesía<br />
<strong>de</strong> ruptura, forjada con elementos<br />
<strong>de</strong>l entorno popular. Recuerdo<br />
los títulos <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> sus<br />
trabajos: “Elogio a mi propia<br />
fealdad” (autorretrato asumiendo<br />
con humorismo poético lo que<br />
él consi<strong>de</strong>raba su “fealdad <strong>de</strong><br />
nacimiento”), “Buscando tu<br />
saliva”, “La novia antiortográfica”,<br />
“Canciones proletarias”, “Un<br />
canto a la ramera” y “Encargo <strong>de</strong><br />
un nuevo Cristo”, entre muchos<br />
otros, que le valieron especiales<br />
reconocimientos..<br />
En los últimos años <strong>de</strong> la década<br />
1960, en mi recorrido por las<br />
fuentes noticiosas <strong>de</strong>l Palacio<br />
Nacional, <strong>de</strong> vez en cuando<br />
veía al poeta Antonio Gamero,<br />
cerca <strong>de</strong> la entrada principal, y<br />
siempre, como aquella primera<br />
vez que lo vi cerca <strong>de</strong>l periódico<br />
“Tribuna Libre”, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l<br />
saludo <strong>de</strong> rigor, la solicitud <strong>de</strong><br />
compartir algo con “este poeta<br />
viejo”. Ningún reclamo, ningún<br />
reproche mío por su “auto<br />
<strong>de</strong>scuido”; al contrario, siempre<br />
la <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> aprecio a un<br />
verda<strong>de</strong>ro poeta; lamentando, eso<br />
sí, que la realidad literaria nuestra<br />
<strong>de</strong> cada día, sea así: tan indolente<br />
y <strong>de</strong>spreocupada, que asesina<br />
con puñales <strong>de</strong> indiferencia a los<br />
poetas… (RAO).<br />
Sábado <strong>10</strong> / octubre / <strong>2015</strong> TRESMIL 3
ÁLVARO DARÍO LARA: El Salvador (1966). Poeta, académico y periodista<br />
cultural. Licenciado y Profesor en Letras, con especialidad en Literatura por la<br />
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA). Ha ejercido la docencia<br />
media y universitaria en instituciones educativas nacionales.<br />
Álvaro Darío Lara<br />
El Salvador<br />
| poesía |<br />
RETRATO DE OTROS FOLIOS<br />
A Carlos Balaguer<br />
(1997)<br />
“La tierra tiene sus llaves”<br />
Emily Dickinson<br />
I<br />
Quizás otros espacios<br />
un cielo crepuscular<br />
en la efusión <strong>de</strong>l recuerdo<br />
mi nuevo peinado <strong>de</strong> fin <strong>de</strong> semana<br />
las flores <strong>de</strong> mamá<br />
y su vestido para el bautizo<br />
<strong>de</strong>l árbol genealógico.<br />
Quizás otros espacios<br />
menos este grito anudado en el tiempo<br />
el volver a casa<br />
exactamente igual que en la madrugada.<br />
Un espejo que cae<br />
haciéndose pedazos en el retrete<br />
el teléfono por octava vez <strong>de</strong>sconectado.<br />
Se mueven adolescentes los pinos<br />
hierve la leche<br />
nadie comenta la cena<br />
atrás queda mi madre<br />
el verano<br />
el joven almendro.<br />
II<br />
Necesitamos huir<br />
<strong>de</strong>l cuadrante universal <strong>de</strong> la tristeza.<br />
Escupida mortal.<br />
Maldición al otro lado <strong>de</strong> la calle.<br />
Las bicicletas resplan<strong>de</strong>cen al mediodía.<br />
¿Por qué no quieres ir?<br />
III<br />
Apagamos la radio.<br />
Cambiamos los canales<br />
<strong>de</strong>l imposible aparato <strong>de</strong> imágenes.<br />
Domingo estrangulador.<br />
Los locutores <strong>de</strong>seaban continuar<br />
recetándote canciones.<br />
Había un libro<br />
un ejercicio<br />
todavía sin resolver.<br />
Mañana exigirán las respuestas<br />
sin importar<br />
tu rota ventana<br />
el tren que ya no pasa<br />
la canción que no programaron.<br />
IV<br />
Aparece<br />
y <strong>de</strong>saparece<br />
<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> las columnas.<br />
Su figura se escon<strong>de</strong>. Cabello único.<br />
Rostro en mis manos.<br />
Pienso en tus pecas. Es inútil<br />
disolver tu presencia.<br />
Sigues escondiéndote<br />
<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> tu traje blanco.<br />
¿Te golpea aún el sol?<br />
V<br />
Debo merecer algo <strong>de</strong> odio.<br />
De un odio íntegro y débil.<br />
Bestialmente implacable<br />
cuando me observa<br />
en los espejos.<br />
Mortal en su afilado cuchillo<br />
y a pesar <strong>de</strong> todo…fugaz.<br />
VI<br />
Quieren brillar las estrellas<br />
sobre la ciudad.<br />
Pero la gente no llega a ellas.<br />
Gente <strong>de</strong>l infeliz circuito.<br />
La gente.<br />
VII<br />
Volvías a ver en dirección<br />
<strong>de</strong> la antigua carretera.<br />
Sólo sequedad. Alta temperatura.<br />
Un pájaro yacía abierto <strong>de</strong>l pecho,<br />
cubierto <strong>de</strong> polvo<br />
increíblemente muerto.<br />
VIII<br />
Sí, muerto como el pájaro.<br />
Desanimado ante la luz <strong>de</strong> la mañana.<br />
Prolongando la normalidad <strong>de</strong>l sueño.<br />
El abandono <strong>de</strong>l yo mismo.<br />
Agua que corre a la <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> los días.<br />
Nahuales marchitos.<br />
Algo tuvo que suce<strong>de</strong>r hace ya mucho tiempo.<br />
Seguramente algo <strong>de</strong>bió suce<strong>de</strong>r.<br />
IX<br />
Se leyeron todas las bibliotecas.<br />
El laberinto infinito y circular<br />
<strong>de</strong> los secretos saberes.<br />
Había luces, colores, perfumes inciertos.<br />
A medida que invadía el Reino <strong>de</strong> las Palabras,<br />
la felicidad era patrimonio<br />
<strong>de</strong> aquel viaje solitario<br />
extraordinario<br />
íntimo.<br />
X<br />
¿Quién te conoce, felicidad?<br />
Dicen que eres una mujer, un hombre,<br />
un hijo maravilloso<br />
esperado<br />
en el Edén <strong>de</strong> la dicha matrimonial.<br />
Otros te buscan en los tronos, en la posesión,<br />
en el placer –río ilimitado y paradójico- .<br />
En la muerte.<br />
¿Quién eres, felicidad?<br />
Máscara implacable.<br />
Vena abierta.<br />
Acaso piedra filosofal<br />
<strong>de</strong> aquéllos<br />
que jamás reconocieron<br />
el color <strong>de</strong>l agua<br />
que corría<br />
al fondo <strong>de</strong> sí mismos.<br />
4 TRESMIL Sábado <strong>10</strong> / octubre / <strong>2015</strong>
| testimonio |<br />
40 horas <strong>de</strong> amor en el<br />
Valle <strong>de</strong> las Hamacas<br />
Los gritos y llantos iban cesando, solo pocas personas nos quedamos<br />
hablando. No sé si estaban muriendo o si estaban prestando atención.<br />
No podía verles, pues los escombros nos separaban<br />
Alicia Herrera Rebollo<br />
Sobreviviente<br />
Valle <strong>de</strong> las Hamacas,<br />
así es conocido nuestro<br />
El Salvador, porque<br />
<strong>de</strong>finitivamente<br />
los movimientos<br />
telúricos (imperceptibles y otros muy<br />
perceptibles) no son ajenos a nosotros.<br />
Algunos <strong>de</strong> esos terremotos “famosos”<br />
ocurridos en nuestro país, como el <strong>de</strong>l<br />
3 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong>l 65, <strong>10</strong> <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong>l 86<br />
y los dos <strong>de</strong>l 2001, han <strong>de</strong>jado muchos<br />
daños materiales, muchas muertes y<br />
temor en la población. Sin embargo,<br />
por la misericordia <strong>de</strong> Dios ha habido<br />
innumerables sobrevivientes. Entre esas<br />
vidas, está la <strong>de</strong> quien escribe. Dentro<br />
<strong>de</strong>l vientre <strong>de</strong> mi madre Conchita, viví<br />
el <strong>de</strong>l 3 <strong>de</strong> mayo, y a consecuencia<br />
<strong>de</strong>l stress producido, ella se enfermó<br />
pasando 3 meses hospitalizada y a<br />
punto <strong>de</strong> per<strong>de</strong>rme, los médicos pedían<br />
que fuera abortada pues su vida corría<br />
peligro, pero <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una oración<br />
elevada por mi padre Carlos a favor<br />
<strong>de</strong> su esposa e hija, milagrosamente<br />
fue dada <strong>de</strong> alta, salvándome la vida.<br />
El otro terremoto que sobreviví, fue<br />
cuando estaba por cumplir 21 años, es<br />
<strong>de</strong>l cual quiero compartir lo vivido unos<br />
momentos antes, durante y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
aquel viernes <strong>10</strong> <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1986,<br />
en el que con certeza puedo <strong>de</strong>cir que<br />
fueron unas horas <strong>de</strong> amor. ¡40 horas <strong>de</strong><br />
amor en el Valle <strong>de</strong> las Hamacas!<br />
Un día casi como cualquiera<br />
Han pasado 29 años, y año con año<br />
recuerdo ese día, como si fuera ayer.<br />
Tenía 5 meses <strong>de</strong> estar trabajando en<br />
la Dirección <strong>de</strong> Cooperación Técnica<br />
Internacional, específicamente en el<br />
Departamento <strong>de</strong> Capacitación <strong>de</strong><br />
Recursos Humanos, en el Ministerio<br />
<strong>de</strong> Planificación conocido como<br />
MIPLAN, que se ubicaba atrás <strong>de</strong> la<br />
Casa Presi<strong>de</strong>ncial y frente al Parque<br />
Venustiano Carranza, hoy llamado Juan<br />
José Cañas, en el Barrio San Jacinto.<br />
Mi oficina estaba en el segundo piso<br />
<strong>de</strong>l edificio <strong>de</strong> 5 plantas. Ese día no<br />
tenía clases en la UES, así es que salí<br />
<strong>de</strong> la casa junto a mi madre hacia mi<br />
oficina. Eran apenas las 7:30 am cuando<br />
al bajarme <strong>de</strong>l microbús <strong>de</strong> mi mamá,<br />
me dijo: “Que Dios te bendiga hija”.<br />
Vi hacia el cielo, me llamó la atención,<br />
pues había un resplandor diferente, el<br />
sol brillaba <strong>de</strong> una manera especial y las<br />
nubes estaban como bolas <strong>de</strong> algodón<br />
bien unidas, como nunca antes en mi<br />
memoria, respondiéndole: “Gracias<br />
mami, igualmente, Dios la bendiga”.<br />
Realmente, otras veces me había ido<br />
con ella, pero no recuerdo que me haya<br />
dicho esas palabras. Llegué a la oficina,<br />
cantando, contenta por la plática que<br />
había tenido con unas compañeras <strong>de</strong><br />
trabajo, el día anterior. En el transcurso<br />
<strong>de</strong> la mañana, la mayoría <strong>de</strong> compañeros<br />
y compañeras fueron saliendo a hacer sus<br />
visitas <strong>de</strong> campo a varios proyectos que<br />
se veían en la Dirección. Junto a la Sra.<br />
<strong>de</strong> Ávila (esposa <strong>de</strong> un militar) y otro<br />
compañero nos quedamos atendiendo al<br />
público. También estaban las secretarias<br />
y una jefa <strong>de</strong> los otros <strong>de</strong>partamentos <strong>de</strong><br />
la Dirección. Como a eso <strong>de</strong> las 11:00<br />
am llegó un vecino <strong>de</strong> mi colonia a pedir<br />
información <strong>de</strong> becas, no recuerdo su<br />
nombre, pero sí su apodo: “El Pollito”.<br />
Un compañero lo atendió, <strong>de</strong> vez en<br />
cuando cruzábamos palabras recordando<br />
cosas <strong>de</strong> la colonia. Con la Señora<br />
<strong>de</strong> Ávila, que era la nueva secretaria,<br />
habíamos quedado <strong>de</strong> ir a Goldtree<br />
Liebes a comprar telas, durante la hora<br />
<strong>de</strong> almuerzo. Me levanté, para darle<br />
unos papeles <strong>de</strong> unas becas y <strong>de</strong>spués<br />
irme al baño, ella me dijo: “Espéreme,<br />
espéreme… le tengo algo” agachándose<br />
Alicia Herrera tras ser rescatada<br />
hacia la gaveta <strong>de</strong> su escritorio.<br />
Llegó el caos… la incertidumbre reinó,<br />
dando paso a la vida.<br />
Estaba <strong>de</strong> pie, frente a su escritorio<br />
cuando a las 11:50 am comenzó a temblar.<br />
Creí que solo era un temblorcito, pero en<br />
fracción <strong>de</strong> segundos, alce mi mirada<br />
hacia el final <strong>de</strong>l pasillo y observé que<br />
“El pollito” se estaba tirando, casi<br />
volando hacia mi escritorio, vi hacia el<br />
techo, y todo estaba cayendo. En esos<br />
momentos pensé: “Dios, ¿Por qué?, pero<br />
luego pensé: Señor ¿Para qué? Eran<br />
las 11:51 <strong>de</strong> la mañana, el silencio y la<br />
oscuridad cubrió el lugar.<br />
Cuando volví en mí, no sé cuánto tiempo<br />
<strong>de</strong>spués, el silencio estaba siendo<br />
interrumpido por gritos y llantos. La<br />
angustia se palpaba, mi corazón a pesar<br />
<strong>de</strong> la condición, se sentía tranquilo.<br />
Mi reacción fue pedirles calma y<br />
que guardaran silencio. Comencé<br />
a compartirles acerca <strong>de</strong> Jesús y la<br />
salvación que Él da. Me angustiaba pensar<br />
que íbamos a morir, que muchos <strong>de</strong> ellos<br />
morirían sin Cristo y que yo no había<br />
compartido directamente un llamado<br />
a seguir a Cristo, salvo el día anterior.<br />
En mi mente había un arrepentimiento<br />
genuino por no haber hablado <strong>de</strong><br />
Él, le pedía perdón y que me diera la<br />
oportunidad <strong>de</strong> que mis compañeros y<br />
compañeras me escucharan y creyeran<br />
en Él. Los gritos y llantos iban cesando,<br />
solo pocas personas nos quedamos<br />
hablando. No sé si estaban muriendo<br />
o si estaban prestando atención. No<br />
podía verles, pues los escombros nos<br />
separaban. Vilma Dawson, una <strong>de</strong> las<br />
secretarias, me preguntaba si estaba bien.<br />
Ella se encontraba junto a otra secretaria,<br />
Silvia, ambas se habían <strong>de</strong>splazado,<br />
creo que gateando, quizás buscando por<br />
don<strong>de</strong> salir, las sentía más cerca. Yo<br />
no podía moverme, solo mis brazos,<br />
me encontraba como en posición fetal,<br />
acostada sobre mi hombro izquierdo.<br />
Alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> mí, había como hierro o<br />
pare<strong>de</strong>s, mis pies los tenía atrapados,<br />
uno hacia arriba y el otro cerca <strong>de</strong>l suelo,<br />
bajo algún hierro. Al nivel <strong>de</strong> mi cintura<br />
<strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>recho, tenía atravesado un<br />
hierro, no <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mí, sino atrás, ese<br />
me <strong>de</strong>tenía para po<strong>de</strong>r doblarme hacia la<br />
<strong>de</strong>recha. Parecía como si me encontraba<br />
en una tumba. En esos momentos, le<br />
<strong>de</strong>cía a Dios: “Señor llévame”, y es<br />
que sabía que si moría, iba al cielo<br />
para estar con él, pensaba que por fin<br />
volvería a ver el rostro <strong>de</strong> mi papá y el<br />
rostro <strong>de</strong> Jesús, y que ambos estarían<br />
recibiéndome. Creo que ese “Señor<br />
llévame” lo oyó Vilma, porque me dijo<br />
que no pensara en eso, que pronto nos<br />
sacarían. Me comencé acordar <strong>de</strong> mis<br />
hermanas, mi hermano, mi mami y mi<br />
abuelita Mina. Por un momento creí que<br />
mi mamá, quien recientemente había<br />
sido trasladada <strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong> Salud<br />
hacia MIPLAN, y estaba en el edificio <strong>de</strong><br />
enfrente, se encontraba muerta o igual<br />
que yo. Hablaba con Dios, diciéndole<br />
que me diera una oportunidad para vivir.<br />
Vinieron a mí, las palabras <strong>de</strong> Jesús antes<br />
<strong>de</strong> morir: “Padre, si quieres pasa <strong>de</strong> mi<br />
esta copa, mas no se haga mi voluntad<br />
sino la tuya”. Le dije que si salía viva,<br />
le serviría toda mi vida <strong>de</strong> la manera<br />
que Él quisiera. La paz <strong>de</strong> Dios inundó<br />
más mi corazón, aquel resplandor que vi<br />
tempranito, lo volví a ver cuándo cerraba<br />
mis ojos. De repente, comenzamos a oír<br />
más voces, al parecer eran <strong>de</strong> los que<br />
estaban en el tercer piso. Eso me alegró,<br />
pues significaba que había más personas<br />
vivas. También se oían voces <strong>de</strong> gente<br />
afuera, queriendo ayudar, preguntaban<br />
por nuestros nombres. Vilma me pidió<br />
que orara para que nos sacaran pronto. En<br />
ese momento <strong>de</strong>scubrí que en mi cabeza<br />
había una herida, el cuero cabelludo se<br />
había <strong>de</strong>sprendido en la parte <strong>de</strong> arriba<br />
<strong>de</strong> la misma, y que en la espalda tenía<br />
otra. Inspeccionando con mis manos,<br />
<strong>de</strong>scubrí como una especie <strong>de</strong> canaleta<br />
cerca <strong>de</strong> mi cabeza, sentí mojado;<br />
seguí inspeccionando, notando que era<br />
sangre <strong>de</strong> mi cabeza que bajaba por mi<br />
cabello. Rompí la ropa para ponerme en<br />
la herida, también <strong>de</strong>sabroché mi sostén<br />
para que no me faltara aire. Me angustié,<br />
me asusté, pero había esperanza, fe y<br />
alabanza a Dios. ¡Sí!, empecé a cantarle<br />
a Dios, con el Salmo 145 y una alabanza<br />
llamada “Jesús es tu amigo”. Tenía un<br />
año <strong>de</strong> ser cristiana, y un mes antes <strong>de</strong>l<br />
terremoto, en una vigilia había orado<br />
para reconciliarme con Dios. Margarita<br />
<strong>de</strong> Orellana me dijo en esa ocasión, que<br />
Dios me formaría en paciencia. ¡Y vaya<br />
que si lo estaba haciendo! Fueron tantas<br />
Sigue en página 6/<br />
Sábado <strong>10</strong> / octubre / <strong>2015</strong> TRESMIL 5
Viene <strong>de</strong> página 5/<br />
vivencias y pensamientos que vinieron a<br />
mi mente en esos momentos. Oraba por<br />
mi hermano Carlos, por mis hermanas<br />
Maritza y Susy, quienes no conocían aún<br />
<strong>de</strong>l Señor, por Ana Celina y mi abuelita<br />
Mina, que ya eran cristiana. Vilma y<br />
Silvia comenzaron a quejarse <strong>de</strong> frío, me<br />
toqué la piel, pero yo estaba calientita,<br />
sentí que era Dios quien me estaba<br />
abrazando. El rescate había llegado, no<br />
sé cuánto tiempo había pasado, pero<br />
oí que rescataron al Pollito, al vice<br />
ministro <strong>de</strong> Planificación, quien había<br />
pedido que le amputaran la pierna,<br />
pues no aguantaba el dolor, y a otros.<br />
Mi hermana Ana Celina y Carlos<br />
llegaron al lugar el viernes por la tar<strong>de</strong>,<br />
lloraron abrazándose porque pensaron<br />
que estaba muerta. Nadie podía<br />
sobrevivir ante lo que estaban viendo.<br />
Mi tío Meme, llegó el sábado 11 en<br />
la mañanita, oyó que yo estaba viva,<br />
saliendo emocionado a la casa para<br />
dar la noticia a mi mami y hermanos.<br />
Cuando entró, gritaba: “Alicia está<br />
viva”, y el perro <strong>de</strong> la casa lo mordió<br />
por el susto, seguramente. Maritza que<br />
no sabía que pasaba conmigo, pues no<br />
le habían querido <strong>de</strong>cir, ya que tenía<br />
a mi sobrino Vicente <strong>de</strong> apenas dos<br />
meses <strong>de</strong> nacido, lloró <strong>de</strong> emoción al<br />
saber que había pasado y que estaba<br />
viva.<br />
Recuerdo que llegó el Ing. René<br />
Cuenca, <strong>de</strong> PROCONSA, y me dijo:<br />
“hija, yo soy amigo <strong>de</strong> tu tío, fui<br />
amigo <strong>de</strong> tu papá y tu mamá, no te<br />
preocupes que te vamos a sacar”. Él<br />
puso a disposición todo su equipo para<br />
rescatar a alguien conocido <strong>de</strong> él, pero<br />
cuando supo que yo estaba allí, también<br />
lo usó para ayudarme y ayudar a otras<br />
personas. Las horas pasaron, se oían<br />
las voces, el ruido <strong>de</strong> las herramientas,<br />
los soldados <strong>de</strong>l Cuartel el Zapote y<br />
los Topos <strong>de</strong> México llegaron para<br />
ayudar, por fin las dos secretarias<br />
fueron rescatadas a las 25 horas. Me<br />
quedé sola, sentí mucho temor, grité:<br />
¡Sáquenme por favor! Sin embargo, en<br />
todo ese tiempo, a pesar <strong>de</strong> las heridas,<br />
no sentía dolor, ni hambre, ni nada.<br />
Mi madre cuenta, que cuando salió<br />
<strong>de</strong>l edificio en el que estaba, cruzó la<br />
calle y al estar en el parque, vio que mi<br />
edificio había <strong>de</strong>saparecido, se hincó<br />
pidiendo a Dios que me tuviera en su<br />
seno, llorando por mi supuesta muerte.<br />
Vio hacia arriba <strong>de</strong>l edificio, por don<strong>de</strong><br />
estaban los baños y manifiesta que<br />
vio una especie <strong>de</strong> hilo plateado que<br />
bajaba hacia ella, al llegar cerca, sintió<br />
que alguien tocó su hombro diciéndole:<br />
“Tu hija está viva, vete a casa”, volvió<br />
a ver hacia ambos lados, pero no había<br />
nadie. Comenzó a orar, a pedirle que yo<br />
no sintiera nada <strong>de</strong> dolor, ni hambre, ni<br />
que <strong>de</strong>fecara, ni orinara, ni tuviera frío.<br />
Dios la escuchó.<br />
El rescate se tornó difícil, tuvieron<br />
que pedir autorización al Presi<strong>de</strong>nte<br />
Duarte, al Ministro <strong>de</strong> Planificación,<br />
Dr. Fi<strong>de</strong>l Chávez Mena y al Ministro <strong>de</strong><br />
Salud, Dr. Benjamín Val<strong>de</strong>z, para usar<br />
<strong>de</strong>scargas <strong>de</strong> dinamita. Los soldados<br />
y especialistas <strong>de</strong>l Cuartel el Zapote<br />
estaban a cargo <strong>de</strong> esa operación, mi<br />
tío Miguel Ángel Herrera Rebollo,<br />
el hermano <strong>de</strong> mi papá, que era<br />
cristiano y mi hermana Ana Celina,<br />
oraron antes. Fueron siete <strong>de</strong>scargas<br />
<strong>de</strong> dinamita, que por cierto, no sentí,<br />
para po<strong>de</strong>r abrir el hoyo por el cual me<br />
sacaron. Después <strong>de</strong> cada <strong>de</strong>scarga,<br />
mi hermana Ana Celina, mi primo<br />
Edgar y mi hermano Carlos llegaban a<br />
preguntarme como estaba. Carlos creía<br />
que me estaba volviendo loca, porque<br />
le hablaba <strong>de</strong> las becas y las clases <strong>de</strong><br />
inglés. También el Ingeniero Duarte,<br />
llegó hablar conmigo asegurándome<br />
que pronto me sacarían. Durante el<br />
rescate, me quemaron las piernas y la<br />
ca<strong>de</strong>ra con antorchas <strong>de</strong> acetileno que<br />
usaron para <strong>de</strong>shacer el hierro, el dolor<br />
horrible. Mi primo Edgar me contó<br />
<strong>de</strong>spués, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio mi<br />
primo Oscar Armando, se iba arriba <strong>de</strong><br />
un lugar entre los escombros, y <strong>de</strong>cía:<br />
“¡Aquí está la Alicia, aquí está!”, pero<br />
nadie le hacía caso. Al final, ese fue<br />
el lugar don<strong>de</strong> abrieron el hoyo para<br />
comunicarse conmigo y <strong>de</strong>spués por<br />
el que a las 40 horas, el domingo en<br />
la madrugada, fui rescatada. Antes <strong>de</strong><br />
sacarme, vieron que no podían, porque<br />
mi pie izquierdo estaba enterrado,<br />
y <strong>de</strong> nuevo las herramientas fueron<br />
puestas a trabajar para liberarlo. Me<br />
pusieron lazos alre<strong>de</strong>dor y por <strong>de</strong>bajo<br />
<strong>de</strong> mis brazos, para subirme como dos<br />
metros, iba <strong>de</strong>snuda y me lanzaron una<br />
sábana blanca. En ese momento al ver<br />
hacia arriba, perdí el conocimiento,<br />
mi presión arterial llegó a 0/0,<br />
prácticamente morí por unos minutos.<br />
Volví en mí, a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la ambulancia<br />
<strong>de</strong> la Cruz Roja, los paramédicos y el<br />
Dr. Cartagena que iban conmigo, me<br />
contaron lo que había pasado.<br />
Ese día 12 <strong>de</strong> octubre, cerca <strong>de</strong> las<br />
3:00 <strong>de</strong> la madrugada, ¡Yo volví a la<br />
vida!<br />
Durante el rescate participaron<br />
también gente <strong>de</strong> la Cruz Ver<strong>de</strong><br />
uniforme amarillo bajo la dirección<br />
<strong>de</strong> la Dra. Alma Guirola, Bomberos<br />
<strong>de</strong> Guatemala, el Mayor Angulo, el<br />
Sargento Portillo, el Dr. Jaime Mejía<br />
Batle, socorristas como Rolando<br />
Martínez que no <strong>de</strong>scansaron hasta<br />
rescatarme. Después supe que murieron<br />
11 personas <strong>de</strong> MIPLAN durante el<br />
terremoto, entre ellas la Sra. <strong>de</strong> Ávila,<br />
otra secretaria y una Licenciada, cuyo<br />
nombre y apellido no recuerdo, que era<br />
<strong>de</strong> jefa <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los Departamentos <strong>de</strong><br />
la Dirección. También, en el hospital<br />
murió por gangrena, “El Pollito”. Sus<br />
muertes me dolieron profundamente,<br />
pero me sentí más comprometida con<br />
Dios y con la vida, pues yo seguía viva.<br />
Con certeza puedo afirmar: ¡Estas<br />
fueron mis 40 horas <strong>de</strong> amor!<br />
Mientras hay vida, hay esperanza…<br />
Estuve hospitalizada una semana en<br />
el Hospital <strong>Mil</strong>itar, porque allí nos<br />
llevaron a los <strong>de</strong> MIPLAN. Me curaron<br />
las heridas, el Dr. Douglas Soler fue <strong>de</strong><br />
los primeros en aten<strong>de</strong>rme. En la tar<strong>de</strong>,<br />
mi madre comenzó a revisarme <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />
punta <strong>de</strong>l pie hasta la última hebra <strong>de</strong>l<br />
cabello y <strong>de</strong>scubrió que el <strong>de</strong>do gordo<br />
<strong>de</strong>l pie estaba morado, algunos le dijeron<br />
que era por las quemadas, pero siguió<br />
insistiendo y llamó a la Dra. González,<br />
quien a su vez llamó al Dr. Herberth<br />
Santamaría, vieron que la pierna se<br />
estaba en gangrenando, inmediatamente<br />
me hicieron una fasciotomía en ambos<br />
lados <strong>de</strong> la pantorrilla <strong>de</strong>recha. No cabe<br />
duda que fueron usados para salvar<br />
mi pierna, mi vida. A los días notaron<br />
que toda yo estaba inflamada, otros<br />
médicos hicieron algún procedimiento<br />
y buscando la vena suclavia, por error<br />
colapsaron el pulmón. Eso, más las<br />
quemadas <strong>de</strong> tercer grado en los pies me<br />
impedían moverme. A pesar <strong>de</strong>l dolor<br />
y mi terquedad, mi madre me inspiraba<br />
fe y alabanza a Dios. Llegaron a verme<br />
gente linda <strong>de</strong> mi Iglesia Nazaret, como:<br />
Hno. José Cruz, hna. Lolita Leiva,<br />
Yany Peña, hna. Any <strong>de</strong> Peña, Lorena<br />
<strong>de</strong> Cal<strong>de</strong>rón, Moisés Humberto Mejía,<br />
Sonia <strong>de</strong> Acuña, Patty, Carmen y Beatriz<br />
Fuentes, Margarita <strong>de</strong> Orellana, y otros<br />
que llevaron una palabra <strong>de</strong> aliento y una<br />
canción, mi familia, en especial Elizabeth<br />
<strong>de</strong> Rebollo, y amista<strong>de</strong>s, que estuvieron<br />
pendiente <strong>de</strong> mí y oraron por mi rescate<br />
y salud. Fue un tiempo en el que el<br />
amor <strong>de</strong> Dios me cubrió con el amor <strong>de</strong><br />
ellos, con sus cuidados y presencia.<br />
Por medio <strong>de</strong> amigos <strong>de</strong> mis padres,<br />
como el Dr. Abraham Rodríguez,<br />
fui trasladada al Barco-Hospital El<br />
Zapoteco, <strong>de</strong> la Fuerza Naval <strong>de</strong> México,<br />
que había llegado a prestar auxilio. Viajé<br />
en un helicóptero, en ambulancia para<br />
llegar a un Barco. ¡Se imaginan! Toda<br />
una aventura en dos días. Pues me<br />
tocó pasar la noche en el Hospital <strong>de</strong><br />
Sonsonate, antes <strong>de</strong> llegar a Acajutla.<br />
Me curaron las heridas <strong>de</strong> las piernas y la<br />
espalda, y cerraron la herida <strong>de</strong> la cabeza,<br />
permaneciendo una semana. El grupo<br />
<strong>de</strong> médicos y personal paramédico, me<br />
trató con tanto amor, y la última noche,<br />
llegó Susy, unos enfermeros nos llevaron<br />
cocos y nos pusimos a jugar el “Cuatro<br />
en línea”, un juego <strong>de</strong> mesa que habían<br />
improvisado con corcholatas <strong>de</strong> sodas.<br />
Al día siguiente, hasta casi que pelearon<br />
por irme a <strong>de</strong>jar casa. Recuerdo algunos<br />
nombres como: Dr. Octavio Rojas Díaz,<br />
Dr. Oscar María Tejada y<br />
el personal <strong>de</strong> enfermería:<br />
Yolanda <strong>de</strong> Mejía, Silvia<br />
Mecedo y Miguel Angel<br />
Sosa y otros que se me<br />
escapan sus nombres.<br />
Permanecí en mi casa por<br />
unos seis días, mi madre<br />
con tanta paciencia y amor<br />
curaba mis quemadas,<br />
hasta por dos horas.<br />
Ella y mi primo Carlos<br />
Atilio, quien es médico,<br />
empezaron a limpiar una<br />
quemada en la ca<strong>de</strong>ra,<br />
que yo no sentía, pues<br />
estaba necrótica. Vieron<br />
que era profunda, y junto a mi hermana<br />
Ana Celina, me llevaron al Hospital<br />
San Juan <strong>de</strong> Dios, <strong>de</strong> Santa Ana. Estuve<br />
unos 4 días, el día que me iban a operar,<br />
ocuparon la sala <strong>de</strong> operaciones en<br />
una emergencia, <strong>de</strong>jándome en espera.<br />
Pero a los <strong>10</strong> minutos llamó mi mamá,<br />
diciéndonos que nos llegarían a recoger<br />
con mi primo Manuel, pues Dios<br />
proveyó a través <strong>de</strong>l Ministro <strong>de</strong> Salud,<br />
la oportunidad <strong>de</strong> que me trasladaran<br />
al Shriners Burns Institute en Boston,<br />
Mass. Llegamos al Hospital <strong>Mil</strong>itar<br />
y me encontré con la Srita. Sermeño,<br />
una <strong>de</strong> las enfermeras que me había<br />
atendido, me dijo: “Usted sí que es<br />
consentida <strong>de</strong> Dios…mire a don<strong>de</strong> irá a<br />
curarse, dígame, ¿Qué hace?” A lo que<br />
respondí: “Nada, todo lo hace Dios”.<br />
Parece que varios se habían dado cuenta<br />
que iba a que me revisara el Grupo<br />
Médico <strong>de</strong>l Proyecto Hope, <strong>de</strong> AID,<br />
para ver si ameritaba que me llevaran.<br />
Su diagnóstico fue que estaba mal y que<br />
<strong>de</strong>bían llevarme. El día 8 <strong>de</strong> noviembre<br />
salimos <strong>de</strong>l Aeropuerto militar <strong>de</strong><br />
Ilopango, un grupo <strong>de</strong> 20 pacientes<br />
junto a un familiar responsable. Niños<br />
y niñas como Rita Palacios, Carlos<br />
Menjívar, Dilian Acosta, Manuelito,<br />
María, y otros, y yo la única joven,<br />
viajamos hacia Boston en un avión <strong>de</strong>l<br />
Ejército estadouni<strong>de</strong>nse,<br />
En ese hospital <strong>de</strong> Boston fuimos<br />
ben<strong>de</strong>cidos por la entrega <strong>de</strong> ese<br />
equipo médico, personal <strong>de</strong> enfermería,<br />
voluntarios y fisioterapistas, como Lisa<br />
Giangregorio, con quien hasta el día <strong>de</strong><br />
hoy somos amigas, pues mantuvimos<br />
vivo el contacto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa época hasta<br />
hoy, en re<strong>de</strong>s sociales. Toda la gente<br />
linda que conocí en ese Hospital y<br />
salvadoreños y salvadoreñas resi<strong>de</strong>ntes<br />
en Boston que nos ayudaron, siempre<br />
están en mis oraciones.<br />
Aún recuerdo<br />
el día en<br />
que junto a<br />
Lisa y otras<br />
fisioterapistas,<br />
volví a caminar<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
mes y medio,<br />
<strong>de</strong> estar<br />
acostada y con<br />
una férula en el<br />
tobillo <strong>de</strong>recho<br />
En ese tiempo, fui<br />
sometida a unas<br />
14 intervenciones<br />
quirúrgicas, para<br />
limpiar la quemada<br />
<strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>ra, que<br />
era profunda, tanto<br />
mi pierna izquierda.<br />
Permanecí 3 meses<br />
hospitalizada que casi<br />
llegó al hueso. Los<br />
médicos se asombraban<br />
<strong>de</strong> la rapi<strong>de</strong>z con la<br />
que el nuevo tejido<br />
iba creciendo. Ahora<br />
estaban salvando<br />
conociendo a muchas<br />
personas <strong>de</strong> varios países, que llegaban<br />
para ser tratados por quemaduras, en su<br />
mayoría.<br />
Aún recuerdo el día en que junto a<br />
Lisa y otras fisioterapistas, volví a<br />
caminar <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mes y medio, <strong>de</strong><br />
estar acostada y con una férula en el<br />
tobillo <strong>de</strong>recho (allí me <strong>de</strong>scubrieron<br />
que había habido quebradura que<br />
tenía una fisura en el tercer lumbar <strong>de</strong><br />
la columna),al final <strong>de</strong>l trayecto, entre<br />
bromas y aplausos <strong>de</strong>l personal, me<br />
<strong>de</strong>tuve y me puse a bailar, <strong>de</strong> las rodillas<br />
hacia arriba, cantando alguna canción<br />
<strong>de</strong> rock and roll, pero con lágrimas y<br />
sonrisa di gracias a Dios por mis pies<br />
por mis piernas.<br />
Durante este tiempo mi hermana Ana<br />
Celina estuvo conmigo, a tal grado <strong>de</strong><br />
per<strong>de</strong>r su ciclo <strong>de</strong> la Universidad.<br />
Me tocó celebrar mi cumpleaños 21.<br />
El 16 <strong>de</strong> diciembre, fui <strong>de</strong>spertada por<br />
el canto <strong>de</strong> Happy Birthday que el<br />
personal médico y paramédico entonó<br />
durante su rutina diaria. Me llenaron<br />
<strong>de</strong> regalos mi hermana, pacientes,<br />
y <strong>de</strong> parte <strong>de</strong>l hospital. En la tar<strong>de</strong>,<br />
celebré con una fiesta “sorpresa”. Es<br />
el cumpleaños que más recuerdo por<br />
la sorpresa (medio sorpresa, porque ya<br />
me había dado cuenta que la estaban<br />
organizando).<br />
En enero me hicieron la última<br />
operación cerrando la quemada ya<br />
limpia, haciendo un colgajo que me<br />
<strong>de</strong>jó marcada. ¡Benditas cicatrices!<br />
Que me recuerdan el amor y el cuidado<br />
<strong>de</strong> mi Dios.<br />
Regresamos al país en febrero <strong>de</strong> 1987,<br />
sin haber gastado un cinco, con la<br />
esperanza <strong>de</strong> un mejor mañana, y con<br />
la convicción que Dios dispondría <strong>de</strong><br />
mi vida. En la casa me recibieron con<br />
alegría, mi familia y amigos. Mi jefe el<br />
Lic. Jorge Amaya y otros compañeros<br />
<strong>de</strong> la oficina llegaron también.<br />
Todo ayuda a bien a los que aman a Dios<br />
Todo en la vida tiene un propósito,<br />
esto Dios lo ocupó para varias cosas:<br />
mostrarme el amor <strong>de</strong> mi familia, <strong>de</strong><br />
mis amista<strong>de</strong>s, conocer maravillosas<br />
personas, enseñarme cuanto me amaba,<br />
que para Él tengo un gran valor, y<br />
que siempre me ha estado cuidando,<br />
preservando mi mente, mi alma, corazón<br />
y mi cuerpo.<br />
Como muestra <strong>de</strong> que lo sucedido fue<br />
para la Gloria <strong>de</strong> Dios, mi hermano<br />
Carlos y dos compañeras <strong>de</strong> trabajo,<br />
Nydia Fuentes, una <strong>de</strong> ellas, recibieron<br />
a Jesús en su corazón como Señor y<br />
Salvador. Posteriormente mis hermanas<br />
Maritza y Susy también lo hicieron. Sin<br />
duda, mi vida es <strong>de</strong> Él.<br />
Jamás olvidaré a toda esa gente que<br />
<strong>de</strong> una u otra manera, intervinieron en<br />
mi vida para este evento. Mi eterna y<br />
profunda gratitud a todas esas personas,<br />
que mencioné y aquellas que no, que<br />
participaron en mi rescate y posterior<br />
tratamiento médico. Dios les bendiga<br />
gran<strong>de</strong>mente.<br />
Sólo puedo <strong>de</strong>cir: ¡A Dios sea la gloria<br />
por lo que hizo por mí!<br />
“Pero en cuanto a mí, el acercarme a<br />
Dios es el bien;<br />
He puesto en Jehová el Señor mi<br />
esperanza, para contar todas tus obras”<br />
Salmo 73:28<br />
<strong>10</strong> <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> <strong>2015</strong><br />
6 TRESMIL Sábado <strong>10</strong> / octubre / <strong>2015</strong>
Álvaro Rivera Larios<br />
Escritor salvadoreño<br />
De la poesía actual, <strong>de</strong> los<br />
rasgos y las búsquedas que<br />
la caracterizan y el mundo<br />
en el cual se mueve, no<br />
tendremos cierta claridad<br />
hasta que no removamos o superemos la<br />
visión incompleta, confusa y errónea que<br />
nos hemos hecho <strong>de</strong>l pasado inmediato <strong>de</strong><br />
nuestra lírica.<br />
Si recurrimos a la foto fija <strong>de</strong> un pasado<br />
literario para enmarcar la ebullición creativa<br />
<strong>de</strong>l presente, resulta obvio que solo tendremos<br />
una imagen compleja <strong>de</strong> la singularidad<br />
actual en la medida en que construyamos una<br />
visión lúcida <strong>de</strong> ese ayer con el cual hemos<br />
roto, <strong>de</strong> ese ayer que hemos “superado”.<br />
Los poetas jóvenes, por razones<br />
comprensibles, cuando se ponen el disfraz<br />
<strong>de</strong> críticos se <strong>de</strong>dican a ese género que<br />
podríamos bautizar como “el elogio<br />
<strong>de</strong>l presente literario”. Y los elogios<br />
convencionales <strong>de</strong>l presente se limitan a<br />
empequeñecer retóricamente ese pasado con<br />
el cual se comparan. La imagen alta <strong>de</strong>l poeta<br />
mo<strong>de</strong>rno se pone a la par <strong>de</strong>l retrato <strong>de</strong> grupo<br />
<strong>de</strong> los poetas bajitos <strong>de</strong>l pasado. El presente,<br />
qué duda cabe, siempre tiene sus ventajas.<br />
Pero concentrarse en ellas a costa <strong>de</strong> olvidar<br />
o silenciar sus carencias conduce a un tipo<br />
<strong>de</strong> crítica literaria escrita por jóvenes que<br />
únicamente les dicen a sus jóvenes lectores<br />
lo que estos <strong>de</strong>sean escuchar.<br />
Esta voluntad <strong>de</strong> presentar amablemente a<br />
la poesía que hoy se escribe, silenciando sus<br />
problemas y sus limitaciones, convierte los<br />
elogios <strong>de</strong>l presente literario en un discurso<br />
cercano al <strong>de</strong> la estimulante publicidad. Si<br />
queremos hacer un diagnóstico lúcido <strong>de</strong><br />
la poesía salvadoreña última, no habrá más<br />
remedio que <strong>de</strong>jar atrás los balances literarios<br />
autocomplacientes que vocean las victorias<br />
<strong>de</strong>l presente, pero no sus <strong>de</strong>sconciertos.<br />
Cualquiera diría que hoy la poesía salvadoreña<br />
está a la altura <strong>de</strong> su tiempo gracias a los<br />
premios literarios que ha cosechado en el<br />
exterior, pero habría que preguntarse si<br />
los criterios <strong>de</strong> exigencia se reducen a la<br />
ganancia <strong>de</strong> trofeos literarios. Otros criterios<br />
nos pue<strong>de</strong>n salir al paso planteándonos la<br />
pregunta <strong>de</strong> si la poesía salvadoreña actual<br />
está a la altura <strong>de</strong> esta época, <strong>de</strong> este tiempo<br />
nublado en el que ahora está sumido el país.<br />
¿Cómo dialoga nuestra lírica con el hecho<br />
<strong>de</strong> que nuestros poetas viven en una <strong>de</strong><br />
las ciuda<strong>de</strong>s más violentas <strong>de</strong> la tierra?<br />
¿Cómo se manifiesta esa conciencia en la<br />
superficie <strong>de</strong> sus palabras y en los juegos<br />
<strong>de</strong> su imaginación? Tal parece que quienes<br />
se entregan al culto <strong>de</strong> la belleza verbal lo<br />
hacen a costa <strong>de</strong> negar el mundo ¿Tiene que<br />
ser así? ¿No hay un margen <strong>de</strong> encuentro?<br />
No se trata <strong>de</strong> exigir a la poesía que cumpla<br />
el papel <strong>de</strong> periodista. Tampoco se trata<br />
<strong>de</strong> convertir la crónica roja en la agenda<br />
primordial <strong>de</strong> los poetas, en el único horizonte<br />
que cabe para la lírica en nuestro mundo. Hay<br />
algo más. No se pue<strong>de</strong> vivir en un mundo<br />
como el mundo en el cual viven los poetas<br />
salvadoreños sin que eso no afecte a las<br />
fronteras <strong>de</strong> la subjetividad y la imaginación,<br />
sin que eso no afecte a las mismas palabras<br />
y el modo en el que interpretamos su vida<br />
en una <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s más violentas <strong>de</strong> la<br />
tierra.<br />
Sin embargo, hay poetas que huyen <strong>de</strong><br />
| artículo |<br />
Acerca <strong>de</strong> la<br />
poesía actual<br />
estas implicaciones porque temen manchar<br />
la arquitectura cristalina <strong>de</strong> sus versos con la<br />
turbia experiencia <strong>de</strong>l universo que los ro<strong>de</strong>a.<br />
Algunos balbucean una excusa atendible. No<br />
quieren repetir los empobrecedores tratos que<br />
tuvo con la experiencia la poesía salvadoreña<br />
<strong>de</strong> los años 80, pero ¿esas eran las únicas<br />
relaciones posibles entre la poesía y la turbia<br />
experiencia?<br />
Nuestra poesía salió <strong>de</strong> los años 80 <strong>de</strong>l siglo<br />
pasado escaldada <strong>de</strong> sus relaciones con el<br />
mundo, <strong>de</strong>seosa <strong>de</strong> ser significante, <strong>de</strong>seosa <strong>de</strong><br />
acomodarse en los tranquilos espacios <strong>de</strong> una<br />
interioridad que la historia le había negado.<br />
Ese era el plan, esa era la intención, ese el<br />
<strong>de</strong>seo hasta que nuestra ciudad se convirtió en<br />
una <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s más violentas <strong>de</strong> la tierra.<br />
Por supuesto que la poesía continúa jugando<br />
su juego en los espacios interiores, pero ¿cuál<br />
es el estado <strong>de</strong> esos espacios, si<br />
uno vive en una <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s<br />
más violentas <strong>de</strong> la tierra?<br />
Hay gente a la que no le interesa<br />
hurgar en estas preguntas,<br />
simplemente se las saltan porque<br />
se han construido una casa<br />
en esa brecha que hoy existe<br />
entre el lenguaje y la turbia<br />
experiencia que nos ro<strong>de</strong>a. Esta<br />
brecha entre el significante y el<br />
significado poéticos que limita<br />
nuestra palabra y nos <strong>de</strong>ja sin<br />
visión a la hora <strong>de</strong> penetrar en<br />
las tormentas <strong>de</strong>l presente quizás<br />
sea un efecto <strong>de</strong> la poca luci<strong>de</strong>z<br />
con que ajustamos las cuentas<br />
con la lírica <strong>de</strong> los años sesenta y setenta <strong>de</strong>l<br />
siglo pasado.<br />
Del mal diagnóstico que hicimos <strong>de</strong><br />
aquella época <strong>de</strong> nuestra literatura salimos<br />
con planteamientos poéticos que en las<br />
encrucijadas actuales revelan sus limitaciones.<br />
Esto nos impone una doble tarea: la <strong>de</strong> volver<br />
a juzgar aquel tiempo y la <strong>de</strong> juzgar también<br />
a sus jueces actuales, a esos jóvenes que hoy<br />
se <strong>de</strong>dican a escribir convencionales elogios<br />
<strong>de</strong>l presente.<br />
Para los partidarios <strong>de</strong>l rigor literario abstracto,<br />
<strong>de</strong>l rigor literario sin historia, <strong>de</strong>l rigor literario<br />
sin contexto, no hay problema. El tiempo<br />
<strong>de</strong> la literatura se reduce a una contienda<br />
abstracta entre lo viejo y lo nuevo. Y si ellos<br />
son lo nuevo, lo único que cabe es antologizar<br />
el presente y las pruebas irrefutables <strong>de</strong> su<br />
presunta diferencia. No hay discusión. Lo<br />
nuevo es lo nuevo como siempre y los <strong>de</strong>bates<br />
filosóficos sobre la filosofía <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> lo<br />
nuevo se <strong>de</strong>claran inexistentes. Qué lindo ser<br />
joven y dogmático al mismo tiempo.<br />
Inventariar las últimas voces en antologías<br />
es necesario, pero no suficiente, si tales<br />
inventarios carecen <strong>de</strong> sutileza y soli<strong>de</strong>z<br />
interpretativa.<br />
Un error que hemos cometido es confundir<br />
la crítica literaria con el marketing y la<br />
polémica <strong>de</strong> las cuales se valen los escritores<br />
para presentar sus noveda<strong>de</strong>s y sus presuntas<br />
rupturas en el mundo <strong>de</strong> nuestras letras.<br />
La tentación <strong>de</strong> colgarse medallas y <strong>de</strong><br />
negárselas a otros; la tentación <strong>de</strong> atribuirse<br />
los primeros pasos, silenciando los <strong>de</strong> otros,<br />
convierten la interpretación <strong>de</strong> los textos en<br />
una pugna por ganar o erosionar prestigios.<br />
De tal manera, sin que nos <strong>de</strong>mos cuenta,<br />
nos <strong>de</strong>slizamos <strong>de</strong> la discusión literaria a la<br />
sociología que examina con cru<strong>de</strong>za la forma<br />
en que luchan los escritores para conservar su<br />
jerarquía o acce<strong>de</strong>r a ella.<br />
Si la teoría es una forma <strong>de</strong> contemplación es<br />
porque sueña con un espacio para la mente en<br />
el cual que<strong>de</strong>n suspendidos, neutralizados, los<br />
efectos más crudos <strong>de</strong> nuestros intereses sobre<br />
la forma en que miramos los problemas.<br />
Aquí ya no se trataría <strong>de</strong> saber quién se<br />
agencia las rupturas en un proceso literario.<br />
Lo importante sería la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> ese<br />
proceso y <strong>de</strong> las múltiples “variables” que<br />
hayan podido intervenir en él.<br />
Los poetas<br />
jóvenes,<br />
por razones<br />
comprensibles,<br />
cuando se<br />
ponen el disfraz<br />
<strong>de</strong> críticos se<br />
<strong>de</strong>dican a ese<br />
género que<br />
podríamos<br />
bautizar como<br />
“el elogio<br />
<strong>de</strong>l presente<br />
literario”<br />
Todo esto significa que no<br />
necesitamos caudillajes<br />
interpretativos sino que marcos<br />
<strong>de</strong> discusión y esfuerzos<br />
sostenidos que eleven la<br />
conciencia teórica <strong>de</strong> nuestras<br />
investigaciones y <strong>de</strong>bates.<br />
A menudo culpamos a Roque<br />
Dalton por el mal estado en<br />
el que hasta hace poco se<br />
encontraba nuestra lírica,<br />
pero, me pregunto ¿quién es el<br />
culpable <strong>de</strong> las carencias teóricas<br />
y las <strong>de</strong>ficiencias interpretativas<br />
que asoman en el discurso <strong>de</strong><br />
aquellos poetas salvadoreños<br />
que hacen juicios estéticos? Supongo que la<br />
culpa es también <strong>de</strong> Roque Dalton.<br />
Dejo claro que no intervengo en el horizonte<br />
<strong>de</strong> las discusiones académicas sino que en<br />
ese confuso espacio en el cual concurren<br />
los escritores y que podríamos <strong>de</strong>nominar<br />
“la esfera <strong>de</strong> la opinión pública literaria”.<br />
En él se vierten diariamente frases, i<strong>de</strong>as y<br />
tópicos que son una especie <strong>de</strong> mantras que,<br />
a fuerza <strong>de</strong> reiteración, acaban convertidos<br />
en certezas indiscutibles. En esta esfera <strong>de</strong><br />
la opinión pública prosperan y se fortalecen<br />
los diferentes prejuicios i<strong>de</strong>ológicos <strong>de</strong> la<br />
comunidad literaria salvadoreña.<br />
Una <strong>de</strong> las tareas <strong>de</strong> la razón crítica es<br />
precisamente la <strong>de</strong> <strong>de</strong>smantelar los pre-juicios<br />
ahí don<strong>de</strong> sus nudos nos impi<strong>de</strong>n acce<strong>de</strong>r<br />
a una visión mejor fundamentada <strong>de</strong> los<br />
fenómenos.<br />
En los años noventa <strong>de</strong>l siglo pasado, <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> la guerra, en un nuevo contexto nacional<br />
e internacional, se empezó a <strong>de</strong>sarrollar un<br />
balance y un diagnóstico <strong>de</strong> lo que había sido<br />
la historia <strong>de</strong> nuestras letras <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1970 a<br />
1992. Se juzgó ese período con la sensación<br />
<strong>de</strong> que ya se estaba juzgando otra época, algo<br />
que había quedado atrás y que <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>jarse<br />
atrás no solo en el plano <strong>de</strong> la valoración<br />
estética sino que también en el plano <strong>de</strong> las<br />
nuevas tareas y nuevos caminos que <strong>de</strong>bían<br />
empren<strong>de</strong>r nuestros escritores.<br />
Uno <strong>de</strong> los síntomas estratégicos <strong>de</strong> ese<br />
distanciamiento fueron los nuevos puntos <strong>de</strong><br />
vista que adoptaron frente a Roque Dalton<br />
personas que en su juventud habían estado<br />
bajo su influencia i<strong>de</strong>ológica. Fueron críticos,<br />
novelistas y poetas cercanos a los cuarenta<br />
años, y no jóvenes veinteañeros como algunos<br />
creen, quienes empezaron a <strong>de</strong>sacralizar <strong>de</strong><br />
forma metódica e irónica al presunto rey <strong>de</strong><br />
nuestra lírica.<br />
Ahí, en ese coro <strong>de</strong> voces, se mezclaron los<br />
análisis sutiles <strong>de</strong> Ricardo Roque Baldovinos<br />
con acusaciones maniqueas e hiperbólicas<br />
(<strong>de</strong> figuras como Rafael Menjívar Ochoa)<br />
que responsabilizaron a Dalton <strong>de</strong> todos los<br />
males que habían asolado a nuestra lírica en la<br />
década <strong>de</strong> los 80. El discurso <strong>de</strong> Menjívar, por<br />
su carácter retórico y la naturaleza juvenil <strong>de</strong><br />
sus <strong>de</strong>stinatarios, <strong>de</strong>jó un pozo más profundo<br />
que el que tenía que haber <strong>de</strong>jado la imagen<br />
compleja que Ricardo Roque Baldovinos<br />
propuso <strong>de</strong> la poética vanguardista <strong>de</strong> Dalton.<br />
El maniqueísmo es más atractivo que el<br />
discurso que opera por medio <strong>de</strong> razonamientos<br />
complejos.<br />
Una mínima atención a la complejidad<br />
dialéctica <strong>de</strong> la poética roqueana nos habría<br />
puesto en la pista <strong>de</strong> cuál había sido en<br />
verdad la naturaleza y los límites <strong>de</strong> esa gran<br />
influencia literaria que forma parte <strong>de</strong> su mito.<br />
Porque hay algo en esa gran influencia que se<br />
le atribuye que es pura leyenda.<br />
Así fue como <strong>de</strong>jamos atrás los años<br />
80, levantando un diagnostico sesgado<br />
y posmo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> lo que habían sido sus<br />
grietas, sus fallos, sus extravíos. Por ese mal<br />
diagnóstico, nuestros escritores han tenido que<br />
pagar un precio en términos <strong>de</strong> inteligencia<br />
crítica.<br />
Del rechazo al realismo esquemático <strong>de</strong>l<br />
testimonio se pasó a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r una imaginación<br />
y una subjetividad concebidas como islas <strong>de</strong><br />
espaldas a la sociedad y a la historia.<br />
Del rechazo a la literatura que atendía lo real<br />
y <strong>de</strong>spreciaba la forma se pasó a una poesía<br />
que consi<strong>de</strong>raba que solo se podía cuidar la<br />
palabra si esta era <strong>de</strong>spojada <strong>de</strong> sus relaciones<br />
con el mundo.<br />
Del rechazo a la lírica i<strong>de</strong>ologizada nos<br />
<strong>de</strong>splazamos a la creencia <strong>de</strong> que era posible<br />
una poesía completamente a salvo <strong>de</strong> la<br />
i<strong>de</strong>ología.<br />
A pesar <strong>de</strong> los cambios operados en nuestra<br />
forma <strong>de</strong> concebir la literatura y su lugar en<br />
el mundo, al final, nos las hemos arreglado<br />
para permanecer en el reino <strong>de</strong> las poéticas<br />
simplistas y dogmáticas.<br />
Hasta ahora hemos pensado que los años 70<br />
y 80 <strong>de</strong>l siglo pasado eran el gran estorbo,<br />
el horizonte gris contra el cual <strong>de</strong>stacan las<br />
brillantes i<strong>de</strong>as y las rutilantes voces <strong>de</strong> los<br />
poetas actuales. Yo trazaría una línea divisoria<br />
y no mezclaría en el mismo plano las obras<br />
literarias y las opiniones <strong>de</strong> sus autores. Y es<br />
porque creo que tales opiniones, a estas alturas<br />
<strong>de</strong> la fiesta, se han convertido en obstáculos<br />
para la comprensión más lucida <strong>de</strong> los últimos<br />
treinta años <strong>de</strong> nuestra poesía.<br />
Hay que volver a pensarlo todo. Porque las<br />
i<strong>de</strong>as simplistas con las cuales salimos <strong>de</strong> los<br />
años 80 nos han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong>sguarnecidos, sin<br />
armas lúcidas, sin planteamientos complejos,<br />
para establecer un diálogo entre la poesía<br />
y el horizonte nublado en el cual vivimos<br />
actualmente. Algunas <strong>de</strong> las tesis que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n<br />
nuestros poetas actuales más “renovadores” es<br />
posible que ya estén afectadas por los primeros<br />
síntomas <strong>de</strong> la “alienación”.<br />
Sábado <strong>10</strong> / octubre / <strong>2015</strong> TRESMIL 7
Svetlana Alexievich,<br />
la cronista <strong>de</strong> las tragedias <strong>de</strong> la URSS<br />
Frie<strong>de</strong>mann Kohler<br />
dpa<br />
Minsk, 8 oct (dpa) - Svetlana Alexievich<br />
reúne voces, voces que han ido marcando<br />
su trayectoria literaria. Con un estilo<br />
propio, la escritora y periodista bielorrusa<br />
se ha convertido en una <strong>de</strong> las conciencias<br />
morales <strong>de</strong> la resquebrajada Unión<br />
Soviética, creando collages en los que<br />
retrataba el sufrimiento, las catástrofes y el<br />
| novela |<br />
Sólo un <strong>de</strong>talle<br />
Antes suponía que me había<br />
mudado a esta ciudad para<br />
estar cerca <strong>de</strong> mi trabajo.<br />
Pero en verdad <strong>de</strong>cidí<br />
mudarme a esta ciudad<br />
huyendo <strong>de</strong> Ella, es <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> todo aquel<br />
ambiente que me hacía recordarla. Las<br />
callecitas tristes y <strong>de</strong>scoloridas, poco<br />
transitadas. La gente que siempre saluda<br />
al encontrarse aunque se encuentren<br />
poco. Las únicas tienditas don<strong>de</strong> en<br />
verdad valía la pena tomarse una cerveza.<br />
Aquella calma <strong>de</strong> pueblo aburrido que le<br />
hacía sentirse sucursal <strong>de</strong>l cielo.<br />
Des<strong>de</strong> esa <strong>de</strong>cisión, me vine a esta<br />
ciudad que pretendí me mostraría<br />
cosas nuevas. Típico pensamiento <strong>de</strong><br />
pueblerino pobre que quiere vivir en<br />
la gran urbe, una gran plasta <strong>de</strong> mierda<br />
llena <strong>de</strong> humo e indiferencia. No me<br />
costó mucho adaptarme a esta vida llena<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>sadaptados y <strong>de</strong>saprobación.<br />
Esa tar<strong>de</strong> que mi compañera <strong>de</strong> trabajo<br />
Quinta entrega<br />
La llaga <strong>de</strong>snuda<br />
Erick Tomasino<br />
ADVERTENCIA<br />
1. Esto no es una autobiografía.<br />
2. El lenguaje utilizado en este texto,<br />
es <strong>de</strong> exclusiva responsabilidad <strong>de</strong> sus<br />
personajes.<br />
3. Es probable que este libro, no sea el<br />
mejor que lea en su vida.<br />
Para adquirir el libro pue<strong>de</strong> escribir a:<br />
@ErickElTomasino<br />
se revolcaba <strong>de</strong> excitación por sentirse<br />
exitosa comparada a mi fracaso, <strong>de</strong>cidí<br />
salir antes <strong>de</strong> la hora <strong>de</strong> mi trabajo. Los<br />
<strong>de</strong>más compañeros me miraban con<br />
inquietud o envidia por mi ímpetu, que<br />
en verdad era algo así como un capricho<br />
excéntrico poco comedido y menos<br />
consciente <strong>de</strong> lo que parecía.<br />
Cuando volví a casa todo giraba al compás<br />
<strong>de</strong>l reloj. Sonó el teléfono y era su voz<br />
-la que había estado tantos días ausenteen<br />
son <strong>de</strong> reclamo por mis tantos días<br />
ausente. “No podrás <strong>de</strong>shacerte <strong>de</strong> mí tan<br />
fácilmente” me dijo con una mezcla <strong>de</strong><br />
amenaza y <strong>de</strong>seo.<br />
Quedamos <strong>de</strong> vernos el siguiente día.<br />
Nos encontramos y nos besamos como<br />
si todo lo anterior no hubiera pasado.<br />
Seguimos con una conversación más<br />
que convencional, con los típicos ¿cómo<br />
estás?, ¿qué has hecho? y un tedioso<br />
bla, bla, bla. Luego <strong>de</strong>vino un enorme<br />
silencio como si las palabras hubieran<br />
huido <strong>de</strong>l caos o hacia el.<br />
Mi problema es que te amo, le solté.<br />
8 TRESMIL Sábado <strong>10</strong> / octubre / <strong>2015</strong><br />
duro día a día <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> su país.<br />
Esa “obra polifónica” es la que hoy le ha<br />
hecho merecedora <strong>de</strong>l Nobel <strong>de</strong> Literatura,<br />
pues según argumentó la Aca<strong>de</strong>mia Sueca,<br />
los libros <strong>de</strong> Alexievich son “un monumento<br />
al sufrimiento y al valor en nuestro tiempo”.<br />
Con la bielorrusa suman 14 las mujeres<br />
distinguidas con el galardón, que no iba a<br />
parar a una ex república soviética <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que<br />
en 1987 fue distinguido el poeta ruso Joseph<br />
La Llaga Desnuda<br />
Ella me miró <strong>de</strong> forma serena. “Vamos a<br />
tomar un café” dijo sin una sola expresión<br />
en el rostro. Caminamos por las mismas<br />
calles <strong>de</strong> siempre, solo que esta vez un<br />
murmullo <strong>de</strong> lluvia suspiraba por la<br />
tar<strong>de</strong>. Llegamos a la cafetería -la misma<br />
a la que yo iba siempre- or<strong>de</strong>namos.<br />
Para no variar yo pedí café negro y sin<br />
azúcar, ella una bebida carbonatada con<br />
mucho hielo. Estábamos <strong>de</strong> nuevo en<br />
silencio cuando sonó su teléfono celular;<br />
ahí se dibujó una bella sonrisa en su<br />
rostro. La bella sonrisa que no veía en<br />
mucho tiempo.<br />
Quien hablaba era uno <strong>de</strong> sus ex novios<br />
llamando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> algún lugar <strong>de</strong> la<br />
penumbra. Mientras, yo leía un poema<br />
<strong>de</strong> Prévert. Al terminar me confesó que<br />
quería volver con él, que esa era una<br />
<strong>de</strong> las razones por las cuales <strong>de</strong>jaría<br />
<strong>de</strong> verme. No sin antes hacerme todo<br />
un <strong>de</strong>cálogo <strong>de</strong> cómo <strong>de</strong>bería mejorar<br />
mi personalidad. Un memorándum <strong>de</strong><br />
todos los errores que supuestamente<br />
cometí y un ultimátum que me supo a<br />
plomo intravenoso en dosis exportables<br />
a China.<br />
Des<strong>de</strong> aquella tar<strong>de</strong> nada fue igual. Tomé<br />
mis pocas cosas y me mudé <strong>de</strong>l todo <strong>de</strong><br />
ciudad en una especie <strong>de</strong> negación <strong>de</strong> la<br />
realidad, esa que por no estar preparado<br />
duele, hiere y a veces huele a estancada.<br />
Antes <strong>de</strong> que amaneciera con un pedazo<br />
menos <strong>de</strong> mí, inicié un recorrido <strong>de</strong>l cual<br />
hasta hoy, me ha sido ajeno el <strong>de</strong>stino.<br />
Días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mi estancia acá, las<br />
calles se volvieron distintas, a veces me<br />
sonreían y me ofrecían sueños, sonrisas<br />
como poemas, miradas con duda y me<br />
sentí alguien nuevo, un poco diferente<br />
a mí. De hecho era otro, otro más, otro<br />
más en la gran ciudad madre <strong>de</strong>l caos. Un<br />
Brodsky.<br />
La propia Alexievich también habla <strong>de</strong><br />
“novelas a través <strong>de</strong> voces” para <strong>de</strong>scribir su<br />
obra. Periodista <strong>de</strong> formación, este método ya<br />
lo aplicó a mediados <strong>de</strong> los 80 en su primera<br />
obra, “La guerra no tiene rostro <strong>de</strong> mujer”,<br />
que el mes que viene publicará en español<br />
la editorial Debate. A través <strong>de</strong> entrevistas,<br />
documentó cómo fue la Segunda Guerra<br />
Mundial para las mujeres soldado soviéticas.<br />
No eran historias heroicas, sino voces que<br />
hablaban <strong>de</strong> la oscuridad <strong>de</strong> la muerte, la<br />
difícil supervivencia en un mundo <strong>de</strong> hombres<br />
y el duro regreso al día a día. “Los hombres<br />
olvidaron a sus compañeras <strong>de</strong> batalla, las<br />
traicionaron. Les robaron la victoria y no la<br />
compartieron”, afirma la autora. El libro fue<br />
un escándalo en la entonces Unión Soviética,<br />
recuerda la historiadora Irina Shcherbakova,<br />
<strong>de</strong> la organización Memorial <strong>de</strong> Moscú.<br />
En Bielorrusia, la más occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong><br />
las repúblicas soviéticas, la guerra fue<br />
especialmente dura. La violencia sacudió<br />
primero al país con el avance <strong>de</strong> las tropas<br />
alemanas, <strong>de</strong>spués por las luchas <strong>de</strong> los<br />
grupos partisanos y finalmente por la<br />
ofensiva <strong>de</strong>l Ejército Rojo. Las secuelas<br />
<strong>de</strong> aquellos años siguen vigentes hoy, lo<br />
que según Shcherbakova propició que los<br />
artistas bielorrusos se ocuparan <strong>de</strong> cuestiones<br />
existenciales.<br />
En cuanto a Alexievich, la experta sostiene<br />
que posee una “mirada muy oscura sobre<br />
la sociedad”. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la guerra, en otras<br />
<strong>de</strong> sus obras la autora abordó las mayores<br />
catástrofes sufridas por la antigua URSS,<br />
como en “Zinky Boys”, en la que habló con<br />
500 veteranos y madres <strong>de</strong> solados caídos<br />
en la Guerra <strong>de</strong> Afganistán (1978-1992). En<br />
“Voces <strong>de</strong> Chernóbil” (Siglo XXI) retrató el<br />
poco parecido a lo que quería. Sí, nunca<br />
estoy conforme, por eso sigo caminando<br />
“al lado <strong>de</strong>l camino” pero en calles don<strong>de</strong><br />
siempre se tropieza y se sigue caminando<br />
mientras se sacu<strong>de</strong>n las heridas...<br />
Comenzaron a aparecer personas que<br />
compartían sus cuentos, a veces <strong>de</strong> dolor,<br />
a veces con aliento a alcohol, a veces<br />
con sangre en los labios, en el pecho y<br />
en los sueños. Así está la metrópoli, llena<br />
<strong>de</strong> sombras en busca <strong>de</strong> luz con miedo a<br />
<strong>de</strong>saparecer.<br />
Cada día pensaba que mañana encontraría<br />
una nueva historia. Es viernes y los versos<br />
andan bailando a mi lado. Quizá alguna<br />
mujer me lleve a conocer el alba, o <strong>de</strong><br />
nuevo <strong>de</strong>spierte buscando una sombra<br />
<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la almohada preguntando<br />
qué pasará <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> verme al espejo.<br />
De rescatarme <strong>de</strong> mi angustia y <strong>de</strong> mi<br />
tristeza. Estoy incomprensible. No me<br />
culpen. Es el uso común en estos días <strong>de</strong><br />
viento y melancolía.<br />
Los días transcurrían entre la monotonía<br />
y la sorpresa. Nada cambiaba en la<br />
ciudad que todo lo vuelve persecución.<br />
Hasta caminar por las calles con los pelos<br />
<strong>de</strong>stejidos en días <strong>de</strong> viento me volvía un<br />
sospechoso, un potencial <strong>de</strong>lincuente que<br />
quería arrebatar las pertenencias <strong>de</strong> otros<br />
que querían arrebatarme lo poco que<br />
quedaba <strong>de</strong> mí.<br />
Así, un día me encontré a una chica en<br />
uno <strong>de</strong> esos autobuses que si bien no<br />
matan, suelen recordarme a la muerte o<br />
pintármela <strong>de</strong> manera dolorosa. Preguntó<br />
acerca <strong>de</strong> una dirección y rápidamente<br />
<strong>de</strong>duje que tampoco era <strong>de</strong> esta ciudad;<br />
en todo el trayecto me comentó <strong>de</strong> forma<br />
resumida la historia <strong>de</strong> su vida cargada<br />
<strong>de</strong> sufrimiento y pena. Me conmoví y la<br />
invité a una cerveza.<br />
| semblanza |<br />
<strong>de</strong>sastre nuclear mientras que en “Vremja<br />
second chènd” (que podría traducirse como<br />
tiempo <strong>de</strong> segunda mano) creó un collage<br />
<strong>de</strong> conmovedoras experiencias sobre el<br />
experimento comunista en la URSS.<br />
Según su amiga Shcherbakova, Alexievich<br />
no es lo que se dice una persona alegre, pero<br />
quien la visite en su apartamento <strong>de</strong> dos<br />
estancias en Minsk encontrará a una mujer<br />
tranquila y sensata. Cuando habla, cada<br />
frase que pronuncia parece como si estuviera<br />
impresa, y tiene una capacidad especial para<br />
hacer hablar a los <strong>de</strong>más, pues crea en ellos<br />
una sensación <strong>de</strong> confianza. Se toma cuanto<br />
tiempo haga falta en escuchar lo que otros<br />
tengan que contar y luego, recompone sus<br />
voces en monólogos, y estos en gran<strong>de</strong>s<br />
collages.<br />
Alexievich nació el 31 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1948 en<br />
la al<strong>de</strong>a ucraniana <strong>de</strong> Stanislav, actualmente<br />
Ivano-Frankivsk, pero se crió en Bielorrusia.<br />
Estudió periodismo y dio sus primeros pasos<br />
profesionales en un diario local y como<br />
profesora. Abandonó el país a principios <strong>de</strong>l<br />
nuevo milenio <strong>de</strong>bido a la resistencia que<br />
encontraron sus obras en el autoritario régimen<br />
<strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte Alexan<strong>de</strong>r Lukashenko, pero<br />
regresó en 2011.<br />
“Quiero vivir en casa, con mi gente, ver<br />
crecer a mis nietos”, dijo tras años en París,<br />
Gotenburgo y Berlín. A<strong>de</strong>más, la inspiración<br />
<strong>de</strong> su escritura siempre fueron conversaciones<br />
con otras personas. “Y don<strong>de</strong> mejor puedo<br />
hacerlo es aquí, en mi idioma”, añadió.<br />
También por eso, el haber sido merecedora<br />
con el Nobel <strong>de</strong> Literatura es una fiesta para<br />
la oposición bielorrusa: “¡Una fantástica<br />
noticia!”, tuiteó el ex candidato a la presi<strong>de</strong>ncia<br />
Andrei Sannikov.<br />
Llegamos a un bar y continuamos la<br />
conversación, luego pasamos al área<br />
<strong>de</strong> los secretos y mientras las cervezas<br />
<strong>de</strong>sfilaban imparables sobre nuestra<br />
mesa, nos comenzamos a tomar las manos<br />
y cada vez que era posible a besarnos<br />
en cada broma, como un código para<br />
asentir que nos i<strong>de</strong>ntificábamos. Minutos<br />
<strong>de</strong>spués no conseguí ocultar mis <strong>de</strong>seos<br />
y la invité a mi casa. En tiempo récord<br />
estábamos sobre el colchón haciendo<br />
<strong>de</strong> la ropa un <strong>de</strong>sperdicio, besándonos<br />
lascivamente mientras la sangre intentaba<br />
cubrir hasta lo más recóndito <strong>de</strong> nuestras<br />
cavida<strong>de</strong>s.<br />
Estábamos en eso cuando por encima <strong>de</strong>l<br />
techo me apareció ese rostro que durante<br />
las últimas semanas me atormenta, se<br />
reía <strong>de</strong> mí y su mirada me convocaba <strong>de</strong><br />
nuevo a la muerte, a esa que le temo cada<br />
día, cada minuto. Y estoy seguro que no<br />
había fumado nada extraño.<br />
Aparté a la chica abruptamente, ella no<br />
entendía nada <strong>de</strong> lo que pasaba. Como<br />
para no hacerla sentir mal le mentí: “es<br />
que soy gay y mi novio pue<strong>de</strong> venir en<br />
cualquier momento”. Inmediatamente<br />
se puso sus ropas y salió con un tono <strong>de</strong><br />
vergüenza y resentimiento. La figura <strong>de</strong><br />
mi fantasma reía aún con más euforia.<br />
Sabe que me tiene bajo su control. Y<br />
estoy sujeto a su voluntad.<br />
Des<strong>de</strong> ese episodio el recuerdo no me<br />
permite salir <strong>de</strong> mi habitación a menos<br />
que sea para las cosas básicas o para ir a<br />
emborracharme. Lo malo es que me tienta<br />
a buscar chicas en los bares para luego, a<br />
mitad <strong>de</strong> la noche, interrumpirme con su<br />
dulce sonrisa “tu est seulement à moi”.<br />
Ya nadie me llama ni me escribe. Creo se<br />
olvidaron <strong>de</strong> mí. El mundo entero teme a<br />
la muerte. Yo sólo soy su prisionero.<br />
Continuará...