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<strong>TANABARA</strong><br />
Página 5<br />
Piensalo<br />
¿Qué fin tiene el envejecer?<br />
Isaac Asimov<br />
Parece una pena tener que envejecer<br />
y morir, pero evidentemente<br />
es inevitable. Los organismos<br />
como el nuestro están<br />
efectivamente diseñados para<br />
envejecer y morir, porque<br />
nuestras células están<br />
«programadas» por sus genes<br />
para que vayan experimentando<br />
gradualmente esos cambios<br />
que denominamos envejecer.<br />
¿Qué propósito puede tener el<br />
envejecimiento? ¿Puede ser<br />
beneficioso?<br />
Veamos. La propiedad más<br />
sorprendente de la vida, dejando<br />
aparte su propia existencia,<br />
es su versatilidad. Hay criaturas<br />
vivientes en la tierra, en el<br />
mar y en el aire, en los géiseres,<br />
en los desiertos, en los desiertos,<br />
en la jungla, en los desiertos<br />
polares... en todas partes.<br />
Incluso es posible inventar<br />
un medio corno los que creemos<br />
que existen en Marte o en<br />
Júpiter y encontrar formas elementales<br />
de vida que lograrían<br />
sobrevivir en esas condiciones.<br />
Para conseguir esa versatilidad<br />
tienen que producirse constantes<br />
cambios en las combinaciones<br />
de genes y en su propia naturaleza.<br />
Al dividirse un organismo unicelular,<br />
cada una de las dos<br />
células hijas tiene los mismos<br />
genes que la célula original. Si<br />
los genes se transmitieran como<br />
copias perfectas, la naturaleza<br />
de la célula original jamás<br />
cambiaría por mucho que se<br />
dividiera, y redividiera. Pero la<br />
copia no siempre es perfecta;<br />
de vez en cuando hay cambios<br />
fortuitos («mutaciones»), de<br />
modo que de una misma célula