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monográfico|Cuidados<br />
Cuidados |monográfico<br />
biográfica<br />
nota<br />
Nesrine Sellal (Argel, 18 de mayo de 1987-18 de julio<br />
de 2014) realizó una fértil y apasionante carrera<br />
de periodista en el periódico Libertè y desde 2011<br />
en El Watan, en el Canal 3 de la Radio Argelina y en<br />
el periódico electrónico TSA (Tout sur Algerie). Fue<br />
también fotógrafa, guionista, cineasta, y escritora de<br />
poemas, prosas y relatos. Incansable luchadora a favor<br />
de los derechos humanos y en especial de los de<br />
las mujeres, tan amenazados y a menudo humillados<br />
en su país. Siempre concedió mayor importancia a los<br />
sufrimientos ajenos que a los suyos. La enfermedad<br />
con la que convivió y peleó desde niña le impidió ver<br />
publicado su único libro, paradójicamente titulado:<br />
Diario íntimo de una condenada a vivir. A él pertenece<br />
el siguiente texto.<br />
Soy seria en mis estudios, pero mi diploma no me servirá nunca para trabajar.<br />
Mi diploma sólo me servirá para certificar mi inteligencia ante mis eventuales<br />
futuros suegros. Después será guardado en un cajón mientras yo me consagro a<br />
servir a mi marido y a criar a mis hijos.<br />
Sobre mí pesa el honor de la familia. Vergüenza si mi corazón palpita más de lo<br />
habitual, si mi mirada se enternece, si mi sonrisa se ensancha. Vergüenza si una<br />
mano viril me roza, si un cuerpo de hombre me atrae, si me abandono sobre<br />
un torso velludo. La reputación de mi familia depende de una grieta entre mis<br />
muslos y la respetabilidad de los míos se mide por el grado de neutralidad de<br />
mi actitud. Nada de indolencias, nada de gestos sugestivos, ni una sola palabra<br />
desatenta.<br />
Yo soy una mujer<br />
Una hembra.<br />
Madama.<br />
Nesrine Sellal<br />
Sin embargo, yo soy un ser humano.<br />
Cada paso que me aleja de mi casa me acerca a mi ser. Lejos del yugo familiar,<br />
me vuelvo más espontánea, más alegre, más libre. Mi mirada se ilumina, mi<br />
lengua se desata, mis miembros pierden su rigidez.<br />
Cuando estoy totalmente segura de no encontrarme con mi padre, ni mi<br />
hermano, ni mi tío, ni mi abuelo, soy por fin yo misma. Mi foulard se afloja,<br />
mi vestido se abre y dejo aparecer la insinuación de mis senos, mis labios se<br />
encienden y mis pestañas se alargan. Lejos de casa me convierto, por fin, en<br />
mujer.<br />
Sexo tierno o sexo débil. Depende.<br />
Sometida a la voluntad de mi madre y temerosa de la cólera de mi padre. Me<br />
han inculcado el respeto, la educación y las tareas domésticas. Bajo los ojos<br />
ante todas las miradas, adopto un caminar recto sin contoneos y no alzo nunca<br />
el tono de mi voz. Debo borrarme, hacerme olvidar. Y, sobre todo, no llamar la<br />
atención.<br />
Nunca me encontraréis por la calle después del atardecer, nunca me veréis<br />
pasear por un lugar que no sea mi haouma o la universidad. Digo naâm y<br />
maâliche, sirvo el café a mi padre, los refrescos a mis hermanos, pongo la mesa<br />
y lavo los platos. Soy la criada de los varones de la familia, la valedora de las<br />
mujeres. Y si la tentación de rebelarme se apoderase de mí, los morados que<br />
cubren mi cuerpo y las injurias gravadas en mi memoria me paralizarían.<br />
Si puedo colorear mis mejillas y dibujar el contorno de mis ojos durante<br />
alguna tarde, si nadie me reprocha un escote o una falda atrevida durante las<br />
ceremonias ruidosas y agitadas de las bodas, es sólo para poder encontrarme un<br />
buen marido. Rico y de buena familia, se entiende.<br />
Mis tacones resuenan sobre el asfalto, las cabezas se giran a mi paso. Mis<br />
caderas se mecen y hacen delirar a los hombres. Mi mirada arde y por todas<br />
partes me saludan, me llaman, me insultan también.<br />
Yo soy la chebba, la mliha, la zina, laâmour pero también la kahba. Y si los<br />
piropos me hacen volver la cabeza y me levantan la moral, los insultos me<br />
descomponen y enturbian mi alegría.<br />
En mi corazón se han ido sucediendo los hombres y en mi agenda telefónica<br />
sus nombres se disfrazan de mujeres. Cuando vuelvo a casa, los labios todavía<br />
trémulos, me regocijo poniéndome el delantal y mi máscara de hija bien educada.<br />
Robo con avidez esos instantes de despreocupación y de quietud antes de<br />
ser rehén de mi destino. Un día, tarde o temprano, acabaré sobre un lecho<br />
nupcial, con las piernas abiertas, y mi única esperanza será acabar amando la<br />
vida que me espera.<br />
(Traducción de Juan Vicente Piqueras)<br />
GLOSARIO<br />
Haouma.| Barrio.<br />
Naâm.| Sí.<br />
Maâliche.| De<br />
acuerdo, vale.<br />
Chebba.| Guapa.<br />
Mliha.| Buena.<br />
Zina.| Preciosa.<br />
Laâmour.| Amor.<br />
Kahba.| Puta.<br />
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