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para obligarme a cerrar los ojos y recordar cosas ya que no me dejan ver cosas, tocar<br />
cosas, oler cosas: maldita pareja, ¿cuánto tardarán en traer un cura, apresurar mi muerte,<br />
arrancarme confesiones? Allí sigue, de rodillas, con la cara lavada. Trato de darle la<br />
espalda. El dolor de costado me lo impide. Aaaay. Ya habrá terminado. Estaré absuelto.<br />
Quiero dormir. Allí viene la punzada. Allí viene. Aaah-ay. Y las mujeres. No, no éstas.<br />
Las mujeres. Las que aman. ¿Cómo? Sí. No. No sé. He olvidado el rostro. Por Dios, he<br />
olvidado ese rostro. No. No lo debo olvidar. Dónde está. Ay, si era tan lindo ese rostro,<br />
cómo lo voy a olvidar. Era mío, cómo lo voy a olvidar. Aaaah-ay. Te amé a ti. Cómo te<br />
voy a olvidar. Fuiste mía, cómo te voy a olvidar. ¿Cómo eras, por favor, cómo eras?<br />
Puedo creer en ti, duermo contigo, ¿cómo eras? ¿Cómo te invocaré? ¿Qué? ¿Por qué?<br />
¿Otra vez la inyección? ¿Eh? ¿Por qué? No no no, otra cosa, rápido, recuerdo otra cosa;<br />
eso duele; eso duele; aaaah-ay; eso duele; eso duerme... eso...<br />
TÚ cerrarás los ojos, consciente de que tus párpados no son opacos, de que a pesar<br />
de que los cierras la luz penetra hasta la retina: la luz del sol que se detendrá, enmarcado<br />
por la ventana abierta, a la altura de tus ojos cerrados: los ojos cerrados que eliminan el<br />
detalle de la visión, alteran la brillantez y el color pero no eliminan la visión misma, la<br />
misma luz de ese centavo de cobre que se derretirá hacia el poniente. Cerrarás los ojos y<br />
creerás ver más: sólo verás lo que tu cerebro quiera que veas: más que lo ofrecido por el<br />
mundo: cerrarás los ojos y el mundo exterior ya no competirá con tu visión imaginativa.<br />
Cerrarás los párpados y esa luz inmóvil, invariable, repetida del sol creará detrás de tus<br />
párpados otro mundo en movimiento: luz en movimiento, luz que puede fatigar,<br />
amedrentar, confundir, alegrar, entristecer: detrás de tus párpados cerrados, sabrás que<br />
la intensidad de una luz que penetrara hasta el fondo de esa placa reducida e imperfecta<br />
podría provocarte sentimientos ajenos a tu voluntad, a tu estado. Y sin embargo, podrás<br />
cerrar los ojos, inventar una ceguera pasajera. No podrás cerrar tus oídos, simular una<br />
sordera ficticia; dejar de tocar algo, así sea el aire, con tus dedos, imaginar una<br />
insensibilidad absoluta; detener el paso continuo de la saliva por la lengua y el paladar,<br />
superar el sabor de ti mismo; impedir la respiración trabajosa que seguirá llenando de<br />
vida tus pulmones, tu sangre, escoger una muerte parcial. Siempre verás, siempre<br />
tocarás, siempre gustarás, siempre olerás, siempre escucharás: habrás gritado cuando te<br />
atraviesen la piel con esa aguja llena de un líquido calmante; gritarás antes de sentir<br />
dolor alguno. El anuncio del dolor viajará a tu cerebro antes que el dolor mismo sea<br />
sentido por tu piel: viajará a prevenirte del dolor que sentirás, a ponerte en guardia para<br />
que te des cuenta, para que sientas el dolor con más agudeza, porque darse cuenta<br />
debilita, nos convierte en víctimas cuando nos damos cuenta de que sólo nosotros nos<br />
daremos cuenta de las fuerzas que no nos consultarán, no nos tomarán en cuenta;<br />
ya: los órganos del dolor, más lentos, vencerán a los de la prevención refleja,<br />
y te sentirás dividido, hombre que recibirá y hombre que hará, hombre sensor y<br />
hombre motor, hombre construido de órganos que sentirán, trasmitirán el sentimiento a<br />
los millones minúsculos de fibras que se extenderán hacia tu corteza sensorial, hacia esa<br />
superficie de la mitad superior del cerebro que durante setenta y un años recibirá,<br />
acumulará, gastará, desnudará, devolverá los colores del mundo, los tactos de la carne,<br />
los sabores de la vida, los olores de la tierra, los ruidos del aire: devolviéndolos al motor<br />
frontal, a los nervios, músculos y glándulas que transformarán tu propio cuerpo y la<br />
fracción del mundo exterior que te tocará en suerte<br />
pero en tu medio sueño, la fibra nerviosa que conducirá el impulso de la luz no<br />
conectará con la zona de la visión: escucharás el color, como gustarás los tactos, tocarás<br />
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