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de King. “La milla verde” es un
nuevo ejemplo de cine mayúsculo
en el que una simple historia del
maestro es tratada de manera
digna por la industria del cine. Un
ejemplo bien distinto al anterior,
ya que el relato es muy corto, y
la película lo alarga y desarrolla
de manera excelsa. Es por tanto,
otro ejemplo de que diferentes
tratamientos pueden resultar
igualmente validos.
Las adaptaciones de King, por
tanto, hasta esos años finales
del siglo XX, oscilaban entre
la imposibilidad de crear poco
más que un pastiche, sesgando
historias o haciéndolas más
truculentas que las originales, y
esos últimos verdaderos intentos
de mostrar una “creación sobre la
creación”, de la mano de guionistas
y directores competentes. Sin
embargo, los primeros años del
siglo XXI, fueron menos prolijos
en estos sentidos. Las nuevas
leyes del mercado audiovisual
estaban cambiado con la
irrupción de HBO: el cine de
calidad ya dejaba de ser producto
exclusivo de las productoras
cinematográficas de toda la
vida. Con estos antecedentes,
era cuestión de tiempo que el
mundo de la televisión post HBO
echara mano a la obra de King
para hacerla suya. No obstante,
el cine en sí mismo seguiría
pendiente de algunos proyectos,
algunos de ellos ya conocidos por
todos; el tortuoso recorrido de
la producción de la adaptación
de la prácticamente inabarcable
“La torre oscura” y el revival de
“It” son claros ejemplos de que el
interés del mundo del cine por las
historias de King sigue vigente.
Las macabras aventuras de
Pennywise han sido parcialmente
recreadas en una película que
deja abierta la posibilidad de
la secuela. A raíz de su éxito, la
novela ha obtenido un enorme
impulso de ventas. Sin embargo,
“La torre oscura” no ha corrido
la misma suerte. Ya sea por el
farragoso empeño en sintetizar
ese “otro mundo” en el que
compiten El Hombre de Negro
y El Pistolero, o por el hecho de
querer modernizar una historia
que, según el propio King, debía
tener un aire entre el western
crepuscular a lo Peckinpah y la
fantasía de Tolkien, la historia
no ha sido capaz de llegar al gran
público. Una auténtica lástima,
ya que la propuesta original tanto
por la historia como por los actores
elegidos para protagonizar la cinta
crearon grandes expectativas.
Sin embargo, encontramos
excepcionales ejemplos del buen
El maestro King dándolo todo en escena.
trabajo que se puede hacer con
las historias de King, saltándonos
el constreñido margen temporal
al que obliga una cinta destinada
a las salas de cine. El mundo de
la televisión, que vive ciertamente
una era dorada, se ha convertido
en tal vez el mejor soporte
narrativo para las historias que
necesitan de un mayor recorrido
de producción. Aunque, a decir
verdad, el resultado no siempre
es el pretendido. Algunas
adaptaciones, en lugar de aclarar
y diluir las tramas, las enredan
dificultando su seguimiento.
Claros ejemplos de esto son las
fallidas “La Cúpula” y “La Niebla”.
La coralidad de las novelas sirve
de excusa para una maraña
de personajes y relaciones mal
resueltos en el paso a la pequeña
pantalla. No pasa igual con “Mr.
Mercedes”, excelente muestra
de entretenimiento tanto en
la versión literaria como en la
televisiva. Las desventuras de un
casi alcoholizado y retirado policía
en pos de un asesino en masa son
el núcleo central de una muestra
sencilla de saber llevar a buen
puerto una historia, respetando
como nunca el original, y siendo
capaz de gestionar de manera
casi milimétrica el evidente in
crescendo que se produce en
la historia. Hablaremos de “Mr.
Mercedes” en el próximo RBM,
donde repasaremos también otras
dos muy decentes adaptaciones
recientes de King surgidas al
amparo de la omnipresente
Netflix. No faltéis a la cita.
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