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RockBottomMagazine.Num.02

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oscuro y creativo “Fair Warning”) o “Let’s

Get Rockin“ (tema reconvertido 30 años

después a “Outta Space“ para su último

álbum hasta la fecha, el brillante “A

Different Kind of Thruth” disco que

supuso el retorno de David Lee Roth a

los estudios para grabar un álbum de

larga duración después de 28 años de

ausencia ) daban ya testimonio de la

fiereza de la banda con el hardblues como

su gran consigna por aquel entonces. Una

vez realizada la demo, la banda se lanzaría

a la carretera para defender lo que habían

creado sobre los escenarios con resultados

un tanto desiguales. Mientras que los

shows que ofrecían sobre las tablas solían

ser a cada cual más demoledores (famosa

es la anécdota la cual versaba sobre un

Eddie Van Halen tocando de espaldas al

público, temeroso de que alguien

patentase su nueva técnica: el hoy en día,

archiconocido tapping. Técnica, la cual

Ed daría a flote después de ver a Jimmy

Page ejecutar el estridente solo de

“Heartbreaker” en un concierto de Led

Zeppelin años atrás), con un frontman

que no era de este mundo (un David Lee

Roth, que incluso llegaría a ganarse más

adelante el respeto de la comunidad punk

estadounidense dado su talante de animal

salvaje sobre el escenario. Todo esto

teniendo en cuenta que la música que

practicaba la banda era un hard rock que

se encontraba completamente en las

antípodas de lo que representaba la ya

consagrada escena punkie en el país), sus

conciertos, por alguna extraña razón no

lograron darle la vitalidad que la banda

necesitaba fuera de la escena angelina.

Pero meses después, en un golpe de

suerte, a uno de sus shows acudiría el

afamado productor Ted Templeman,

quien al igual que Gene Simmons,

quedaría totalmente embelesado con el

poderío de la banda sobre el escenario. Y

como se suele contar en estos casos, el

resto es historia. Pero por supuesto, esa

historia es digna de contarse una vez más

pues estamos hablando del 40 aniversario

de la obra magna de los de Pasadena que

significó también su debut de manera

oficial para el mundo entero. Templeman

(un hombre que venía ya de producir a

Van Morrison, The Doobie Brothers y el

gran disco que significó el pistoletazo de

salida de la carrera de Montrose),

completamente hechizado con la

propuesta de la banda, no tardaría en

conseguirles el ansiado contrato con la

Warner, y así estaba ya todo predispuesto

para que el mismo productor se pusiese a

los mandos para llevar a cabo la creación

de lo que resultaría ser el primer álbum

de Van Halen. Nos encontramos a finales

de 1977, y los contratiempos para su

producción ciertamente no fueron

muchos. Resulta resaltable la anécdota

que aconteció en torno a la demoledora

versión que hicieron de “You Really Got

Me” de The Kinks (un tema que la banda

trasladó a su terreno de manera

prodigiosa. Siendo incluso considerado a

día de hoy tan iconoclasta como su

versión original). Frank DiMino,

vocalista de los ya consagrados Angel, al

tener conocimiento de que Van Halen

preparaban una versión del tema del

grupo británico para su álbum de debut

(esta información se la pasaría el mismo

Eddie Van Halen), no tardaría en hacer

una propia con su banda y confesaría

después por los circuitos más cercanos

que pensaban incluirla también en su

cuarto disco. Eddie al enterarse de esto

acabaría hecho una furia y le diría a Ted

Templeman que habría que acelerar la

producción de su propio disco para que

este viese la luz antes que el trabajo de

Punky Meadows y los suyos. Dicho y

hecho, “Van Halen” vería la luz el 10 de

febrero de 1978 (aunque “You Really Got

Me” seria lanzado como single poco antes

como adelanto. En su otra cara iría

incluida “Eruption”), y el éxito, aunque

no fue instantáneo (a día de hoy, se

contabilizan más de diez millones de

copias vendidas), vendría de manera

meteórica al cabo de pocos meses. “Van

Halen” consiguió ser alabado por buena

parte de la crítica más exigente de nuevas

sensaciones y, por supuesto, también tuvo

a sus detractores (estos, aunque alabando

la técnica de EVH, no veían nada nuevo

en la propuesta de la banda, que según

ellos, no conseguía apartarse del cliché

más recurrente en sus canciones). Al

margen de esto, “Van Halen” era un

álbum que desprendía una energía y una

electricidad poco habitual en el género.

Su éxito masivo, a pesar de que la banda

se encontraba entre toda aquella vertiente

del Punk Rock que asolaba a todo el país

(aunque bien es cierto que en USA la

repercusión del Punk fue un tanto menor

a lo que ocurría en U.K.), fue toda una

sorpresa dada su supuesta trasnochada

oferta. Pero “Van Halen“ resultó ser una

auténtica patada en los mismísimos

testículos para aquellos que esperaban

otro trabajo más de simple Hard Rock

melódico. El disco daba el pistoletazo de

salida con el sonido de una alarma de

fábrica para enseguida dejar aparecer los

sencillos pero efectivos acordes de

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