Boletín informativo del mes de Julio - Ministerio de Agricultura ...

Las sirenas gallegas no se jubilan http://www.lavozdegalicia.es/vigo/2011/07/24/0003_201107V24C8991.htm
a los que mantener y con la retirada del subsidio mensual que hasta ahora
ofrecía la Xunta, ya no puede barajar otra opción que la de continuar trabajando:
«Tal e como está o panorama non me queda outro remedio que seguir faenando.
Se aínda nos deran a pensión que até o de agora viñan ofrecendo, quedaría na
casa, porque xa estou no tempo de xubilarme; pero como non é así, non me
queda outra».
La redondelana Rosa Otero consiguió su primer permiso de marisqueo en el año
1956, pero desde los 10 años excavaba en el mar. Ella es una de las
mariscadoras que no tuvo el tiempo suficiente para llegar a cotizar los 15 años
mínimos y que con 65 fue obligada a jubilarse.
Desde hace tres años, Rosa no ha vuelto a ponerse sus botas de goma, pero
con sus 68 años quiere volver al mar y no entiende por qué no le dejan
completar los años que le quedan para conseguir cumplir el mínimo: «No
entiendo por qué ahora retoman la ley del 2007 que permite trabajar a las que
no han completado los años, ¿por qué a unas las dejan trabajar y a otras no nos
dejan volver?». Mientras observa con una profunda nostalgia a sus compañeras
en la playa, esta mariscadora comenta que «muchas no quieren volver al mar,
pero yo sería feliz ahí, removiendo en la arena. Si me devolvieran el permiso me
darían la vida, porque el mar es mi único vicio».
Viuda desde los 39 años, Rosa considera que deberían permitirle trabajar porque
«mariscadoras con tanta experiencia ya quedan muy pocas y además es una
injusticia que unas sí puedan y otras no», afirma la mariscadora.
Estas dos mariscadoras pertenecen a la cofradía de Redondela, en la que una
docena de ellas se vieron afectadas por la retirada de las pagas, al igual que en
Baiona, en donde ocho personas no recibirán el subsidio, mientras que en otros
municipios de la ría como en Moaña, ninguna se ha visto afectada. María Regina
Migueles, vicepatrona de la cofradía redondelana y mariscadora desde hace 20
años, asegura que hay una clara discriminación en las acciones emprendidas por
la Xunta, ya que «en nuestra cofradía hay hombres que están trabajando con
más de 70 años, mientras que a nosotras se nos obliga a jubilarnos a los 65
años, así que ellos parten con la ventaja de poder tener más años cotizados».
La conselleira do Mar, Rosa Quintana, afirma que estas medidas se han llevado a
cabo porque «o que está sucedendo é unha situación absurda. Mentres que as
mariscadoras que están en activo teñen uns ingresos medios duns 7.000 euros,
as que están xubiladas e gozaban desta axuda tiñan uns ingresos medios duns
11.000 euros, e iso non pode ser. Hai que darlle prioridade ás mariscadoras que
producen».
Las opciones que se les presentan a estas mujeres son trabajar unos cuantos
meses o años más para completar el mínimo de años cotizados, teniendo en
cuenta que la mayoría supera los 65, o bien conformarse con los 350 euros para
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