árbol genealógico monofiletigo del reino vegetal. - Ateneo de Madrid

ltó REVISTA EUROPEA.—26 DE ENERO DE 1879. NÚM. 257
verdaderos organismos animales. Los hongos
se acercan, por muchos rasgos de parantesco,
á las más inferiores algas; así sucede que los
hongos-algas ó ficomicetes (saprolegineas y
peronospóreas) no se diferencian, on rigor, de
las algas tubuladas ó sifóneas (conferváceas y
caulerpeas) de que me he ocupado, sino por la
ausencia de la materia verde de las hojas ó
clorofila. Tienen además todos los verdaderos
hongos un aspecto tan característico, y de tal
modo difieren de las demás plantas, especialmente
en la nutrición, que con ellos se podría
formar una gran clase completamente distinta
del reino vegetal. Las demás plantas se nutren
principalmente de materias inorgánicas,
ó compuestos sencillos que si combinan para
formar compuestos más complejos. Así, por
ejemplo, por la combinación del agua con el
ácido carbónico y con el amoniaco, producen
el plasma. Además las plantas absorben el ácido
carbónico y exhalaneloxígeno. Los hongos,
por el contrario, se alimentan como los animales,
de materias orgánicas, y viven de compuestos
carbonados complejos é instables que,
reciben de otros organismos para descomponerlosenseguida.
Respiran, además, el oxígeno
y exhalan el ácido carbónico, como los demás
animales; por todo lo cual jamás producen los
hongos la materia verde de las plantas, la clorofila,
que es tan característica en los demás
vegetales, ni nunca forman el almidón. Por
todas estas .razones algunos botánicos eminentes
han propuesto, en./iistintas ocasiones,
separarlos por completo del reino animal, y
formar con ellos un tercer reino que sea intermedio
entre los animales y vegetales. Este
reino completaría admirablemente mi reino
de los protistas, porque los hongos se agrega.
rian ante todo á los «hongos mucosos» ó micomicetes,
qus sin embargo no tienen hifas.
Pero como muchos hongos se reproducen por
generación sexual, y como la mayor parte de
los botánicos consideran tradicionalmente á
los hongos como verdaderas plantas, prefiero
dejarlos en el reino vegetal, aproximándolos á
los liqúenes, á los cuales con toda seguridad, se
parecen más que á las otras plantas. El origen
filético de los hongos ha de estar ignorado por
mucho tiempo. El próximo parentesco que
existe entre los ficomicetes y las sifóneas, sobre
todo las saprolegineas y las conferváceas
hace suponer que los hongos descienden de
las sifóneas, en cuyo caso habría que considerar
á los hongos como algas metamorfoseadas
de un modo especial, por el hecho de haberse
adoptado á la vida de parásitas. Sin em-
bargo, hay muchos hechos que me inclinan á
pensar que los hongos más inferiores han salido
directamente de las maneras arquigónicas.
La segunda clase do los liqúenes {Liehenes)
es muy notable bajo el punto de vista filogenetico.
Recientes é inesperados descubrimientos
han demostrado que todo liquen está compuesto
de dos vegetales completamente distintos,
á saber: de un tipo de alga inferior (nostoceaceas
crococaceas) y *de un hongo parásito
(ascomicéteas) que vive á expensas de
esta alga, absorbiendo la materia ya asimilada
por ella. Las células verdes, clorófileas (gonidias)
que se encuentran en los liqúenes, pertenecen
por su naturaleza á las algas; por el
contrario, las células filiformes ó incoloras
(hifas) que se entrecruzan formando la mayor
parte del liquen, pertenecen á los hongos parásitos;
pero los dos tipos de plantas, hongo y
alga, que se consideran como pertenecientes
á dos grandes clases distintas, están tan íntimamente
unidos y de tal modo se- confunden,
que el liquen nos parece á todos un organismo
distinto. Los liqúenes forman ordinariamente,
sobre las piedras y sobre la corteza