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árbol genealógico monofiletigo del reino vegetal. - Ateneo de Madrid

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102 REVISTA EUROPEA.—36 DE ENERO DE 1879. NÚM. 257<br />

<strong>de</strong>bilidad ó <strong><strong>de</strong>l</strong> crimen, que por cuanto sin culpa<br />

<strong>de</strong> ellas las abandonaron sus padres, tienen<br />

<strong>de</strong>recho á la tutela <strong>de</strong> la sociedad.» Complemento<br />

á los artículos ya enunciados anteriormente<br />

fue la Real or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> 26 <strong>de</strong> Marzo <strong>de</strong><br />

1834, que confió á los Sub<strong><strong>de</strong>l</strong>egados las funciones<br />

<strong>de</strong> visitar y vigilar establecimientos benéficos,<br />

corregir sus abusos y examinar sus<br />

cuentas, confiriéndoles la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la<br />

Junta <strong>de</strong> los establecimientos provinciales, y<br />

á los alcal<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las locales, aboliendo la antigua<br />

costumbre <strong>de</strong> elegir solo entre la nobleza<br />

y el clero los individuos <strong>de</strong> las citadas Juntas,<br />

mandando que en lo sucesivo formasen<br />

parte <strong>de</strong> ellas sujetos que cualquiera que fuese<br />

la clase á que pertenecieran, poseyesen conocimientos<br />

<strong>de</strong> la ciencia económica, y estuviesen<br />

animados <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>seo <strong><strong>de</strong>l</strong> bien general.<br />

Restablecido en 8 <strong>de</strong> Setiembre <strong>de</strong> 1834 el<br />

reglamento <strong>de</strong> beneficencia <strong>de</strong> 1822, aparecieron<br />

<strong>de</strong> relieve los inconvenientes <strong>de</strong> no haber<br />

Juntas provinciales cuando existían establecimientos<br />

benéficos con dicho carácter. La falta<br />

<strong>de</strong> armonía entre el citado reglamento y la<br />

ley <strong>de</strong> Ayuntamientos <strong>de</strong> 1822, vigente entonces,<br />

inspiró sin dúdala Real or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> 1836, por<br />

la que se manda á los jefes políticos que propusiesen<br />

el que más conviniese á sus respectivas<br />

provincias, y al efecto se les fijaban reglas<br />

en consonancia con las que entonces regían<br />

para los <strong>de</strong>más ramos. Al ponerse nuevamente<br />

en vigor la ya precitada ley <strong>de</strong> 1822,<br />

se nombró una Comisión con encargo <strong>de</strong> proponer<br />

á la mayor brevedad un plan <strong>de</strong> beneficencia<br />

pública, y <strong>de</strong> reunir todos los fondos<br />

é intereses que <strong>de</strong>bieran servir á tan piadoso<br />

establecimiento.<br />

Presentado por el Gobierno en 1838 al Congreso<br />

el proyecto <strong>de</strong> ley <strong>de</strong> beneficencia, no<br />

llegó á ser discutido; fue reproducido en la legislatura<br />

<strong>de</strong> 1840, en la cual fue retirado <strong>de</strong>finitivamente.<br />

La necesidad <strong>de</strong> una perfecta ley <strong>de</strong> beneficencia,<br />

que armonizase esta con la municipal<br />

y la provincial, inspiró al Gobierno <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Duque <strong>de</strong> la Victoria el nombramiento <strong>de</strong> una<br />

Comisión compuesta <strong>de</strong> D. Martin <strong>de</strong> los Heros,<br />

presi<strong>de</strong>nte, y D. Eus?bio <strong><strong>de</strong>l</strong> Valle, Don<br />

Ramón <strong>de</strong> la Sagra, D. Vicente María Chavarri<br />

y D. Braulio Rodrigo <strong>de</strong> la Dehesa, como<br />

vocales, mandándoles proponer un proyecto<br />

<strong>de</strong> ley que estableciese la oportuna subdivisión,<br />

administración y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los establecimientos<br />

piadosos, bajo la base <strong>de</strong> centralización<br />

<strong>de</strong> todos los fondos aplicados á la<br />

beneficencia, aunque respetando en cuanto<br />

fuese posible la voluntad <strong>de</strong> los fundadores,<br />

cuya Comisión, á causa <strong>de</strong> las vicisitu<strong>de</strong>s políticas,<br />

no llegó á formular dictamen.<br />

En ninguna Nación como en España tomó<br />

un impulso tan gran<strong>de</strong> la beneficencia particular;<br />

en ninguna parte tampoco fueron tan<br />

escandalosos los abusos en la administración<br />

<strong>de</strong> las obras pías; faltos <strong>de</strong> la piedad que animaba<br />

á los fundadores, los patronos (incluidos<br />

en la <strong>de</strong>samortización general <strong>de</strong>cretada en<br />

tiempos <strong>de</strong>Godoy los bienes <strong>de</strong> la beneficencia)<br />

disminuyeron gran<strong>de</strong>mente estos caudales<br />

<strong>de</strong> la caridad; el abandono <strong><strong>de</strong>l</strong> po<strong>de</strong>r civil y<br />

la rapacidad <strong>de</strong> los administradores <strong>de</strong> los bienes<br />

benéficos, unido á lo complejo <strong>de</strong> las-fundaciones,<br />

convirtieron en innumerables ocasiones<br />

en peculio particular el riquísimo tesoro<br />

<strong>de</strong> la caridad. Secularizada la beneficencia<br />

•y convertida en uno <strong>de</strong> los principales ramos<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>recho administrativo, surgieron <strong>de</strong>savenencias<br />

entre las autorida<strong>de</strong>s civiles y los patronos<br />

y los Cabildos eclesiásticos que rechazaban<br />

la inspección <strong><strong>de</strong>l</strong> protectorado <strong><strong>de</strong>l</strong> Estado,<br />

cuya vigilancia les privaba <strong><strong>de</strong>l</strong> disfrute <strong>de</strong>.<br />

pingües riquezas, propiedad <strong>de</strong> los necesitados.<br />

En Andalucía, don<strong>de</strong> la caridad cristiana<br />

fue más pródiga que en ninguna otra región<br />

<strong>de</strong> España, fueron también mayores las dificulta<strong>de</strong>s<br />

opuestas por los Cabildos catedrales<br />

y los patronos á los Jefes políticos, hoy Gobernadores<br />

civiles (1). Libre el Gobierno <strong>de</strong> los<br />

asuntos <strong>de</strong> la guerra, y <strong>de</strong>dicando sus cuidados<br />

á la organización administrativa, ampliando<br />

la comunicación dirigida al Jefe político<br />

<strong>de</strong> Sevilla, para que hiciese enten<strong>de</strong>r al Cabildo<br />

catedral <strong>de</strong> dicha población que es <strong>de</strong> las<br />

atribuciones <strong><strong>de</strong>l</strong> Gobierno supremo, como protector<br />

nato <strong>de</strong> todos los establecimientos <strong>de</strong> beneficenca,<br />

inspecciorarios y adoptar cuantas<br />

provi<strong>de</strong>ncias crea convenientes para corregir<br />

los abusos que se noten en el cumplimiento <strong>de</strong><br />

la voluntad <strong>de</strong> los fundadores, se comunicó á<br />

todas las autorida<strong>de</strong>s provinciales la siguiente<br />

Real or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> 25 <strong>de</strong> Marzo <strong>de</strong> 184G, y en la<br />

que se fijan las funciones <strong><strong>de</strong>l</strong> protectorado.<br />

«Cuando los po<strong>de</strong>res legislativo y ejecutivo residian<br />

en el Trono, disposiciones reales confirieron<br />

á diversas autorida<strong>de</strong>s el protectorado<br />

<strong>de</strong> las fundaciones sin distinción alguna, y<br />

crearon a<strong>de</strong>más Juzgados especiales para fallar<br />

los negocios contenciosos relativos á las<br />

(1) La hiüitoria <strong>de</strong> estas competencias, que por no alargar<br />

esta reseña omitimos, se encuentra amplia y concienzudamente<br />

hecha por ü. Fermín Hernán<strong>de</strong>z Iglesias en<br />

su importantísima obra La Beneficencia en, España, título<br />

I, capítulos 5.°, 6.° y 1."

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