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Variación lingüística - Escuela Normal Superior

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INDICE<br />

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………………………………………<br />

PROPÓSITOS GENERALES DEL CURSO……………………………………………………………………………….<br />

ORGANIZACIÓN DE LOS CONTENIDOS………………………………………………………………………………..<br />

ORIENTACIONES DIDÁCTICAS Y DE EVALUACIÓN………………………………………………………………<br />

BLOQUE I<br />

EL ESTUDIO DE LA LENGUA EN EL CONTEXTO DE SU USO……………………………………………….<br />

BLOQUE II.<br />

LOS PROCESOS LINGÜÍSTICOS A PARTIR DE SUS ASPECTOS SOCIALES Y<br />

CULTURALES…………………………………………………………………………………………………………………………..<br />

BLOQUE III.<br />

MÉXICO, UN PAÍS MULTILINGÜE………………………………………………………………………………………….<br />

MATERIAL DE APOYO<br />

BLOQUE I<br />

EL ESTUDIO DE LA LENGUA EN EL CONTEXTO DE SU USO.<br />

LOS ENFOQUES PRAGMÁTICOS, SOCIOLINGÜÍSTICOS Y COGNITIVOS………………………….<br />

BLOQUE II<br />

LOS ASPECTOS LINGÜÍSTICOS A PARTIR DE SUS ASPECTOS SOCIALES Y<br />

CULTURALES<br />

LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD…………………………………………………………………………………………<br />

ACTIVIDADES DE OBSERVACIÓN E INVESTIGACIÓN …………………………………………………..<br />

13. NIVELES DE FORMALIDAD…………………………………………………………………………………………….<br />

3<br />

3<br />

4<br />

4<br />

16<br />

37<br />

48<br />

52<br />

73<br />

179<br />

183<br />

1


INTRODUCCIÓN<br />

El contenido de este material es el producto de una serie de consultas y de aportaciones,<br />

opiniones y sugerencias de diferentes sujetos involucrados con la tarea educativa de los<br />

maestros en formación; así como de alumnos de la <strong>Normal</strong> <strong>Superior</strong> que cursan la<br />

especialidad de la materia quienes aportaron valiosas sugerencias para la elaboración de<br />

este documento.<br />

El programa de “<strong>Variación</strong> Lingüística” pretende aportar a los maestros coordinadores de<br />

grupos de las normales superiores elementos útiles para la planeación de su trabajo en el<br />

aula; a los maestros en formación les proporciona conocimiento sobre los temas,<br />

actividades y lecturas de apoyo que se proponen en la asignatura con el propósito de<br />

aprovechar eficazmente el tiempo y el espacio de la enseñanza y del aprendizaje.<br />

Este curso tiene como antecedentes los temas de español que se abordaron en los<br />

semestres anteriores; por lo cual es necesario el rescate de conocimientos adquiridos a<br />

través de las diferentes asignaturas que conforman el currículo del plan 99 de la materia de<br />

español.<br />

PROPÓSITOS GENERALES DEL CURSO<br />

Se pretende que los estudiantes de normal superior mediante el tratamiento de los<br />

contenidos y la realización de las actividades de este curso:<br />

• Analicen la lengua en el contexto de su uso y conozcan las explicaciones que sobre<br />

los fenómenos lingüísticos aportan diversas disciplinas del lenguaje.<br />

• Comprendan la importancia de enriquecer las situaciones cognitivas como las bases<br />

en la formación de un excelente maestro de español.<br />

• Revisen y discutan los conceptos de lengua, cultura y sociedad para identificar su<br />

interacción y comprender las variedades <strong>lingüística</strong>s que se producen.<br />

• Reflexionen sobre los procesos de la adquisición y uso de nuestra lengua en<br />

diferentes contextos.<br />

• Reconozcan la variedad estándar y la incidencia de la escuela para lograr que los<br />

alumnos accedan a ella, manteniendo a la vez el respeto a la diversidad que se<br />

deriva de la comprensión de las causas que la originan.<br />

• Reflexione y discuta sobre el concepto de corrección desde una perspectiva<br />

socio<strong>lingüística</strong> y analice el fenómeno de la diversidad <strong>lingüística</strong> en México.<br />

• Desarrollen habilidades para lograr una comunicación correcta, funcional y pertinente<br />

en los diferentes ámbitos en donde el maestro se desenvuelve, principalmente en<br />

el contexto de la escuela secundaria.<br />

• Comprendan la importancia que tiene el maestro de español en la educación<br />

secundaria al propiciar de manera intencional el conocimiento y uso correcto de<br />

nuestra lengua en los adolescentes.<br />

3


ORGANIZACIÓN DE LOS CONTENIDOS<br />

Este documento por razones prácticas está organizado en tres bloques de estudio los cuales<br />

deben ser analizados secuencialmente promoviendo la sistematización en el desarrollo del<br />

curso estableciendo vínculos entre los temas y así favorecer una perspectiva integradora con<br />

el análisis reflexivo de las actividades y bibliografía seleccionada, evitando que los temas<br />

sean estudiados como cuestiones aisladas entre sí.<br />

Bloque I El estudio de la lengua en el contexto de su uso; en este Bloque se analiza la<br />

lengua como un fenómeno que cambia paralelamente al avance de la sociedad, sus<br />

diferentes enfoques, funciones, usos, relación e impacto del idioma en la sociedad. El bloque<br />

II Los procesos lingüísticos a partir de sus aspectos sociales y culturales, en él se abordan<br />

conceptos de lengua cultura y sociedad como base para comprender las variantes<br />

socio<strong>lingüística</strong>s como parte de la cotidianidad, así como el papel de la escuela en las<br />

actitudes <strong>lingüística</strong>s y su aprendizaje. Bloque III México, un país multilingüe, en esta parte<br />

conoceremos diversas culturas y lenguas indígenas de México con la finalidad de hacer<br />

conciencia y valorar formas de hablar español en diferentes regiones y grupos sociales,<br />

reflexionando sobre la discriminación asociada a las formas de hablar y las alternativas para<br />

evitarla.<br />

Los temas referidos serán parte fundamental de nuestro estudio para reafirmar temas<br />

anteriores de una forma más particular, analítica y reflexiva para que el maestro en<br />

formación logre los propósitos que el plan 99 de Educación Secundaria propone en su perfil<br />

de egreso.<br />

En cada bloque es importante la reflexión de cada tema y su influencia en el lenguaje<br />

cotidiano, escolar y especializado, analizándolo e incorporándolo de una forma gradual y<br />

funcional, tomando en cuenta el tratamiento teórico-práctico de los elementos del lenguaje<br />

que este curso nos marca para desarrollar habilidades y competencias tanto didácticas como<br />

<strong>lingüística</strong>s que coadyuven a el logro práctico de la comunicación tanto oral y escrita.<br />

Se promocionará de manera muy especial la investigación como medio de confrontación de<br />

los temas propuestos en donde se recomienda registrar las referencias de la fuente de<br />

consulta.<br />

En todos los bloques se tomarán en cuenta la practicidad y funcionalidad de los temas con<br />

los programas de la educación secundaria, así como el desarrollo de nuevas habilidades<br />

comunicativas del maestro en formación.<br />

Las sugerencias bibliográficas y materiales pueden consultarse en las bibliotecas de las<br />

normales o adquirirse fácilmente en librerías o bibliotecas de la comunidad.<br />

ORIENTACIONES DIDÁCTICAS Y DE EVALUACIÓN<br />

Lo que a continuación trataremos son sugerencias que nos servirán en el tratamiento de los<br />

temas, de las lecturas, de los materiales de estudio y la bibliografía de la asignatura.<br />

En el desarrollo del documento encontraremos actividades y estrategias que permitirán dar<br />

una visión más amplia de la variación <strong>lingüística</strong>, sin embargo es factible que maestro y<br />

4


estudiantes propongan, cuando consideren pertinente, la adaptación o el cambio de las<br />

sugerencias del programa, no sin tomar en cuenta que el tratamiento de los temas implica<br />

vertebración y secuencia.<br />

Proponemos la revisión de diferentes aportes teóricos que promuevan el acercamiento a<br />

diferentes puntos de vista, con el propósito de desarrollar prácticas y capacidades que<br />

permitan la empatía con teorías y enfoques que se manifiestan en las asignaturas que se<br />

estudian en el mapa escolar de la normal superior y conocimientos anteriores.<br />

Es deber del coordinador de los grupos y sus estudiantes promover otros recursos que<br />

permitan construir aprendizajes significativos, tales como visitas a museos, bibliotecas,<br />

hemerotecas y otros lugares de la comunidad; análisis de videos, lecturas, audios, periódicos<br />

y revistas que proporcionen experiencias para la formación del alumno.<br />

La congruencia entre el enfoque, tratamiento del programa y propósitos a alcanzar permitirá<br />

una evaluación justa, variada y pertinente que permita ver la realidad del avance del<br />

alumno, ya que los instrumentos que se utilicen para evaluar al estudiante deben conciliar<br />

tanto el enfoque del programa como el proceso de enseñanza empleado a lo largo de curso<br />

en el aula y fuera de ella; se sugiere que desde el inicio del curso, el profesor de la<br />

asignatura proponga las formas de evaluar, llegando a acuerdos y compromisos que<br />

permitan desarrollar este proceso de manera eficaz. Tomando en cuenta que debe haber un<br />

equilibrio entre el dominio de temas y contenidos con el desarrollo de las habilidades<br />

didácticas.<br />

Antes de iniciar con el tratamiento de los bloques se sugiere la lectura siguiente con la<br />

finalidad de tener información previa y así comprender mejor la variación <strong>lingüística</strong>; se<br />

sugiere formar un glosario para su mayor comprensión,<br />

1 CONCEPTO DE VARIACIÓN<br />

Según el diccionario de la RAE, variación significa "acción y efecto de variar", y variar es un<br />

verbo que tiene dos usos gramaticales, como transitivo es un verbo causativo que significa<br />

"hacer que una cosa sea diferente de lo que antes era"; y como verbo intransitivo significa<br />

"cambiar una cosa de forma, propiedad o estado" o "ser una cosa diferente de otra". Vamos<br />

a tomar el verbo variar en su uso intransitivo e interpretar la expresión variación <strong>lingüística</strong><br />

como "el lenguaje puede cambiar", es decir, "ofrecer variaciones, variar".<br />

Las variantes que en términos generales ofrece más explícitamente el lenguaje pueden<br />

resumirse en tres:<br />

a) la variación entre lenguas, que incluye el análisis de la tipología <strong>lingüística</strong><br />

b) la variación en una misma lengua, básicamente los cambios históricos, que se traducen en<br />

el tema de la evolución de las lenguas, incluidas la aparición y desaparición de lenguas vivas<br />

c) la variación grupal o individual dentro de una misma comunidad <strong>lingüística</strong>,<br />

fundamentalmente ligada o bien a las características de los hablantes o a las situaciones de<br />

comunicación.<br />

A.2. Cómo la teoría <strong>lingüística</strong> ha tratado la variación<br />

En primer lugar para responder a esta cuestión hay que precisar de qué teoría <strong>lingüística</strong><br />

tratamos, a qué teoría <strong>lingüística</strong> nos referimos.<br />

5


Hay que tener en cuenta que la Gramática Generativa Transformacional ha sido la propuesta<br />

teórica más prominente en los últimos años. Decimos, y queremos subrayarlo, la más<br />

prominente, y no la única. No debemos olvidar, sin embargo, que esta propuesta ha<br />

constituido un nuevo paradigma dentro de la <strong>lingüística</strong> y que, en su seno, se han dado<br />

modelizaciones distintas del conocimiento lingüístico, que constituyen variantes, pero que en<br />

ningún caso invalidan sus supuestos fundamentales.<br />

Es cierto que ha habido intentos alternativos para complementar esta propuesta, por cuanto<br />

no daba razón de determinados fenómenos lingüísticos, entre los que cabe destacar el factor<br />

sociocomunicativo de las lenguas. Sin embargo, propuestas alternativas como la <strong>lingüística</strong><br />

funcional o la socio<strong>lingüística</strong> no han proporcionado todavía, A mi entender, un modelo<br />

global, explícito, sistemático y formalizado, de funcionamiento del lenguaje en su conjunto.<br />

Por ello, nosotros no negaremos la validez de la propuesta teórica, si bien dentro de ella<br />

analizaremos sus insuficiencias para dar cuenta de la variación, que es el tema que nos<br />

ocupa.<br />

En segundo lugar, para responder a la cuestión anterior de cómo la teoría <strong>lingüística</strong> ha<br />

tratado la variación, analizaremos cómo ha sido tratado el léxico en esta teoría y lo<br />

compararemos con el tratamiento que se ha hecho de la sintaxis.<br />

A. 2.1 El papel del léxico en las propuestas <strong>lingüística</strong>s<br />

La GGT ha tratado el léxico, en contraposición a otros aspectos de la gramática, como su<br />

componente más irregular, hasta el extremo de considerarlo en un momento dado como el<br />

depósito de las irregularidades de la gramática. Por lo tanto, siguiendo este razonamiento, si<br />

el léxico existía en la gramática, debía reducirse a una mera lista de palabras.<br />

a) En el primer modelo de Chomsky (1957), el léxico era variación abierta, la gramática no<br />

incluía un diccionario.<br />

B) En los modelos posteriores, pero fundamentalmente en el modelo estándar iniciado en<br />

1965 con Aspectos de la teoría de la sintaxis, la gramática empieza a contener un diccionario<br />

especificado<br />

X =<br />

pieza léxica<br />

información fonológica<br />

información sintáctica: rasgos categoríales<br />

información semántica: rasgos selectivos y una serie de reglas de redundancia del tipo:<br />

N= + - animado<br />

+ animado= + - humano<br />

En este modelo, el componente léxico incluía las palabras ya formadas. No se hablaba de<br />

formación, sino sólo de utilización de las palabras en la frase a partir de la llamada regla de<br />

inserción léxica.<br />

El inventario léxico continuaba siendo considerado VARIACIÓN abierta en el sentido de que<br />

cada pieza tenía sus características propias y específicas, sin relación entre ellas.<br />

6


c) En Remarks on Nominalisations (1970), Chomsky concibe por vez primera en sus<br />

propuestas alguna regularidad en el componente léxico pero sólo entre palabras relacionadas<br />

gramaticalmente, como por ejemplo el verbo y su nominalización.<br />

A.2.2 La posición de los especialistas en morfología<br />

Los especialistas en morfología, situados en una posición inversa a la de los sintactistas,<br />

únicamente se han preocupado por los aspectos más regulares del léxico, y han dejado de<br />

lado su gran índice de variación.<br />

Desde Chomsky hasta hoy, dos han sido las grandes propuestas de los morfólogos:<br />

a) la teoría transformacionalista del léxico que defiende (o defendió) que existían relaciones<br />

sintácticas entre las palabras que daban cuenta de un hecho de competencia del hablante.<br />

No parece lógico defender que un individuo hablante no conozca la relación que existe entre<br />

dos palabras como árbol y arboleda, y que las considere como dos piezas distintas de un<br />

listado léxico. Para explicar esta relación, la propuesta transformacionalista defendió que se<br />

trataba del mismo tipo de conexión que el que existe entre dos oraciones como Juan vio a<br />

Pedro y Pedro fue visto por Juan o entre A quien vio Juan fue a Pedro y Juan vio a Pedro.<br />

Es decir, que en este esquema, el léxico era sintaxis y por tanto no disponía de reglas<br />

propias de funcionamiento.<br />

b) Una concepción lexicalista alternativa, actualmente predominante, es la que defiende la<br />

autonomía del componente léxico en la gramática. Según esta posición la gramática consta<br />

de varios componentes y en uno de ellos, en el léxico, se formarían las palabras. Así Halle<br />

(1973) en su artículo Prolegómenos a una teoría de la formación de palabras defiende esta<br />

idea y propone por vez primera un modelo global del componente léxico de una gramática.<br />

Esta posición, matizada diversamente y materializada en propuestas alternativas, es la más<br />

defendida actualmente y se sintetiza en tres puntos existenciales:<br />

--el léxico de una lengua constituye un componente de la gramática que describe esta<br />

lengua.<br />

--como todo componente gramatical, el léxico se rige por sus propias leyes, que afectan<br />

básicamente a las palabras.<br />

--la autonomía interna que tiene el componente léxico no interfiere en el hecho de que deba<br />

estar en interacción con los demás componentes de la gramática, ya que sin esa interacción<br />

no existiría una coherencia en el modelo global de descripción de las lenguas.<br />

B. Léxico y variación<br />

Parece obvio que si un modelo lingüístico desea dar cuenta de la variación en el léxico deba<br />

plantearse si los supuestos teóricos de los que parte son los adecuados para ello.<br />

El modelo de la teoría <strong>lingüística</strong> predominante adopta una posición hipotético-deductiva<br />

para explicar los hechos del lenguaje, sin entrar en la descripción de las lenguas particulares.<br />

A la teoría <strong>lingüística</strong> actual, como se sabe, le interesa básicamente explicar la competencia<br />

de los individuos hablantes, con independencia de la lengua que efectivamente utilicen y<br />

plantearse así cuáles serían los rasgos lingüísticos comunes a toda la especie humana. Este<br />

enfoque parece lógico si partimos de la base de que el lenguaje es una capacidad cognitiva<br />

de base biológica, propia de toda la especie humana como lo son la facultad de ver, de oír,<br />

de moverse, de conocer, de orientarse, etc. El lenguaje se concibe así como una capacidad<br />

innata que se desarrolla en una u otra dirección (es decir, que se materializa en una u otra<br />

7


lengua particular) en virtud de los estímulos a los que los individuos se encuentran<br />

sometidos. Y así, las diferencias entre las lenguas se consideran simples variaciones<br />

paraméricas de una base común, que configura la Gramática Universal (GU). En síntesis, el<br />

objetivo fundamental de la teoría <strong>lingüística</strong> sería describir esta capacidad y los mecanismos<br />

que se ponen en marcha para ejercerla, es decir, para hablar y entender cualquier lengua.<br />

A este primer punto hay que añadir que el objeto científico que sobre el lenguaje construye<br />

la teoría <strong>lingüística</strong> tampoco puede integrar la noción de variación, ya que, preocupada<br />

fundamentalmente por actuar como las ciencias experimentales, considera que las lenguas<br />

son modelos idealizados de la realidad. Su objeto de estudio es una construcción parcial<br />

hipotetizada como un modelo global. Y este modelo es analizado solamente en tanto que<br />

sistema de principios y condiciones comunes a todas las lenguas; es decir, sólo desde el<br />

punto de vista de la competencia (o conocimiento innato que los hablantes tenemos del<br />

lenguaje), y nunca desde el de la actuación (es decir, cómo los hablantes usamos este<br />

conocimiento), y menos aun considera las circunstancias especiales en que se dan las<br />

lenguas naturales y las características de la colectividad que las utiliza.<br />

En esta misma lógica, el sujeto lingüístico de la teoría, que es hablante-oyente ideal,<br />

individuo hipotético considerado fuera de las contingencias de espacio y tiempo, que lo sabe<br />

todo sobre el lenguaje, no asume la realidad y contingencia del sujeto real que funciona en<br />

sociedad, que necesita el lenguaje como sistema de expresión e intercambio y que, por el<br />

hecho de estar sometido a la situación real, tiene del lenguaje un conocimiento parcial e<br />

interferido por los conflictos que se producen inevitablemente entre las lenguas en contacto.<br />

Finalmente, como que para la teoría <strong>lingüística</strong>, el lenguaje es un sistema que debe ser<br />

inmanente, el lingüista debe poder explicarlo todo por las reglas propias de su sistema, y<br />

nunca haciendo alusión a aspectos extralingüísticos, ni relativos a la evolución, ni mucho<br />

menos a su uso.<br />

No cabe duda de que una posición de este tipo no puede dar cuenta de ningún modo de la<br />

variación <strong>lingüística</strong> en toda su amplitud. Por ello, consideramos que para poder incluirla, la<br />

<strong>lingüística</strong> debería asumir una serie de premisas fundamentales alternativas a las que utiliza<br />

en este momento; o mejor dicho, debería ensanchar los supuestos que mantiene, forzando<br />

sus límites, yendo un poco más allá en algunos aspectos como los siguientes:<br />

a) Debería ir más allá de la noción de competencia <strong>lingüística</strong> e incluir la de competencia<br />

PRAGMÁTICA O COMUNICATIVA.<br />

Porque como ya hemos dicho, el objeto de estudio de la <strong>lingüística</strong> teórica no son las lenguas<br />

particulares, sino el conjunto de conocimientos que poseen los hablantes: la competencia<br />

<strong>lingüística</strong>. Y esta competencia se manifiesta en la capacidad del hablante de construir frases<br />

correctas, es decir, de acuerdo con el sistema gramatical. Así, dos frases como:<br />

La conferencia de hoy es aburrida y este palique de hoy es un rollo, las consideraría<br />

sinónimas.<br />

Pero todo hablante nativo de la lengua sabe que la segunda frase nunca la pronunciaría en<br />

una situación formal, sino únicamente en una situación manifiestamente informal. Para dar<br />

8


cuenta de estos aspectos no basta con la noción de competencia <strong>lingüística</strong>, sino que hay<br />

que hace referencia a la competencia comunicativa.<br />

b) Debería ir más allá de la simple teoría de la competencia y abarcar la teoría de la<br />

actuación.<br />

Ya que, si en lugar de trabajar con idealizaciones del lenguaje, trabajamos con muestras<br />

reales del uso del lenguaje, observamos una variación muy compleja, que, sin embargo,<br />

puede estar regida por reglas.<br />

Esta variación está ligada a distintas variables relacionadas con el hablante:<br />

--su procedencia o espacio geográfico<br />

--su nivel cultural<br />

--el grupo social (o grupos sociales) a los que pertenece o en los que se mueve<br />

--su generación<br />

--el grupo profesional, etc.<br />

o relacionadas con la situación comunicativa:<br />

--tema<br />

--canal<br />

--grado de formalidad<br />

-propósito<br />

-deseo de intercomunicación (el estándar)<br />

c) Debería ir más allá de la noción de hablante-oyente ideal y basarse en los hablantesoyentes<br />

reales.<br />

En síntesis, una gramática que quisiera dar cuenta de la competencia en sentido global<br />

debería incluir reglas que explicaran el uso que se hace del lenguaje, y, por tanto, la<br />

variación.<br />

Podemos afirmar sin ninguna duda que el léxico de la gramática es uno de los puntos<br />

privilegiados de la variación del lenguaje. Sin embargo, no se ve afectado por todos los tipos<br />

de variación que existente en el lenguaje. Esta limitación podemos observarla en algunos<br />

aspectos: las variedades ligadas a los individuos producen , en efecto, variación en el léxico<br />

que utilizan (los genolectos, sociolectos y cronolectos léxicos), pero la situación comunicativa<br />

y el grado de formalidad en que se produce un acto comunicativo son origen de variedades<br />

específicas (los tecnolectos, con la terminología, básicamente), pero parece ser que ni el<br />

canal de transmisión de la información ni el propósito del acto comunicativo afecten mucho<br />

la variación léxica.<br />

Las variedades más usuales que se producen en cada uno de los parámetros de variación<br />

son bien conocidas:<br />

a) Desde el punto de vista de los dialectos geográficos encontramos en el léxico variante<br />

como: localismos, comarcalismos, regionalismos, internacionalismos, etc.<br />

b) Desde el punto de vista de los dialectos sociales: cultismos, popularismos, vulgarismos,<br />

léxico infantil, argot, etc.<br />

c) Desde el punto de vista de los dialectos temporales: arcaísmos, neologismos, etc.<br />

9


Si analizamos estas posibilidades podemos observar que en los tres casos, las variedades<br />

podrían describirse como posibilidades graduales organizadas en un eje de dos polos + y -:<br />

+ -<br />

local (internacional)<br />

vulgar (culto)<br />

arcaico (nuevo)<br />

Y un caso parecido (aunque sólo parcialmente coincidente) se daría en los tecnolectos<br />

léxicos, es decir, en las variedades léxicas regidas por el parámetro de las profesiones y<br />

ámbitos de especialización. El léxico que puede organizarse en un eje que tenga en cuenta el<br />

grado de especialización o el nivel de abstracción respecto al léxico común:<br />

+ -<br />

general (especializado)<br />

Pero estamos en una situación distinta cuando nos referimos a la variación en relación a la<br />

norma o al estándar (independientemente de que consideremos la norma única o plural, caso<br />

que no analizamos aquí), ya que el concepto de corrección o de estándar sería una magnitud<br />

discreta, y no gradual; con lo que el eje de gradualidad tendría sólo dos opciones:<br />

Correcto o incorrecto.<br />

Y, en todo caso, se podría establecer una gradación dentro de la incorrección según se<br />

tratara de un tema más o menos clave para ella.<br />

Un último punto que desearíamos abordar antes de terminar con las variedades que se dan<br />

en el léxico, es subrayar que dentro de cada variedad léxica existe también variación,<br />

variación que vacilamos en considerar discreta o continua por cuanto el factor<br />

extralingüístico (necesariamente continuo) es determinante para la clasificación.<br />

En esta línea, situados en las variedades geográficas, cada una de las categorías de<br />

variedades establecidas hace un momento se desplegaría en tipos distintos. Así, los<br />

localismos se clasificarían de acuerdo con su lugar específico de uso; las variedades<br />

argóticas, en relación a su temática o al tipo de colectivo en el que se usa, y los tecnicismos,<br />

de acuerdo con la clasificación estereotipada (más o menos plausible) de los ámbitos<br />

científico-técnicos o profesionales en los que se utilizan.<br />

Pero a pesar del carácter inicialmente y aparentemente discreto de cada clasificación, la<br />

frontera que en la realidad separa una modalidad dialectal de otra, o un ámbito especializado<br />

de otro, es totalmente artificial, como también lo es la división de la ciencia como modelo de<br />

descripción de la naturaleza y el universo.<br />

Los diccionarios de lengua general o los especializados que quieran informar del valor<br />

gramatical y pragmático que tienen las piezas léxicas no pueden obviar la información sobre<br />

el carácter más o menos restringido de una forma o de una acepción, tanto desde un punto<br />

de vista dialectal (geográfico, social, y, en menor grado, temporal), como temático.<br />

No hay duda de que si separamos los diccionarios más usuales observamos que en todos<br />

ellos se da información sobre las variedades del léxico, aunque aparezca de forma distinta:<br />

a) O a través de las llamadas marcas de uso o etiqueta pragmáticas<br />

b) O a través de expresiones restrictivas dentro del texto de la definición de las palabras<br />

10


c) O en forma de notas adicionales<br />

Y tampoco hay duda de que las marcas de uso son el recurso más utilizado en los<br />

diccionarios generales para expresar la variación; tanto si esas marcas tienen un valor<br />

simplemente informativo (dar datos adicionales sobre el uso de una unidad) como si tienen<br />

un valor restrictivo (y, por tanto, limitativo sobre el uso de dicha unidad).<br />

Pero en ambos casos, de forma inconsciente o premeditada y aunque no lo pretendan,<br />

siempre jerarquizan los usos, por cuanto los hablantes de una lengua tenemos interiorizado<br />

el valor social de cada etiqueta en relación al modelo de referencia.<br />

TERMINOLOGÍA Y VARIACIÓN<br />

Es ya un lugar común criticar uno de los principios en que se ha fundamentado la teoría<br />

clásica de la terminología: la relación de univocidad entre un concepto y su denominación.<br />

Pocos especialistas consiguen argumentar que en terminología real (no en terminología<br />

estandarizada para usos representacionales) exista una relación entre una forma y su<br />

significado, ni siquiera en el interior del mismo ámbito de especialidad. La observación del<br />

uso real que los profesionales hacen de los términos revela que una noción puede ser<br />

expresada (y de hacho casi siempre lo es) por varias denominaciones, que varían en función<br />

de los parámetros dialectales, comunicativos y estilísticos que, en menor grado que en la<br />

comunicación general, rige también la comunicación especializada.<br />

En este sentido, los diccionarios especializados por la temática, y, por lo tanto, ya<br />

restringidos en cuanto al factor de la especialidad, dan muestra también de variación<br />

dialectal, si bien en muchísimo menor grado que los diccionarios generales.<br />

Como muestra, baste recordar que en la norma ISO relativa a la representación de la<br />

información, se habla de la codificación geográfica de las variedades, dato que para el caso<br />

de lengua de gran extensión o de distribución variada es sumamente importante reflejar en<br />

la terminología la variación léxica que de hecho se produce.<br />

Menor peso , en cambio, tienen las variedades sociales en los diccionarios especializados por<br />

la temática, porque la terminología se supone que sirve prioritariamente a la comunicación<br />

profesional, y que esta se produce básicamente en un registro formal. son escasas las<br />

muestras de términos argóticos recogidas en diccionarios especializados o en terminología<br />

técnico-científicas, aunque no quepa ninguna duda de que toda profesión tiene su argot<br />

específico.<br />

C. Concepción de un componente léxico que incluya la variación<br />

C.1 ¿Cómo se representarían las piezas léxicas y terminológicas en el componente de la<br />

gramática?<br />

Parece fuera de toda duda que un componente léxico que quiera dar cuenta de los aspectos<br />

de variación debe recoger las variantes léxicas en su diccionario. El problema es cómo puede<br />

o debe hacerlo.<br />

Intentamos a continuación sugerir algunas ideas que constituyen el núcleo inicial de una<br />

reflexión más amplia sobre la teorización de los modelos terminológicos, siempre dentro de<br />

una concepción de base <strong>lingüística</strong>.<br />

11


PROPUESTAS INICIALES<br />

Sin dudar ni un momento de que el conocimiento especializado forma parte de la<br />

competencia del hablante, el cual, según sus características dialectales y profesionales<br />

configura una competencia más profunda en determinadas opciones del léxico de su lengua,<br />

consideramos que podría haber dos vías alternativas para explicar la presencia de la<br />

terminología en la competencia del hablante.<br />

a) La primera supondría que los hablantes poseen más de una gramática, es decir una<br />

gramática distinta para cada variedad parametrizada, como si se tratara de hablantes<br />

plurilingües.<br />

b) La segunda supondría que el hablante tiene en su gramática todas las posibilidades de<br />

variación, que se activarían de manera espontánea en función de sus características y se<br />

ampliarían a medida que adquiriera más variedades.<br />

Sin embargo en ambos casos, el componente léxico del hablante comprendería:<br />

--un diccionario de palabras (más o menos amplio según el grado de competencia y más o<br />

menos especializado o especializado en uno u otro capo en función de sus características).<br />

Cada palabra estaría especificada gramatical y pragmáticamente<br />

--un conjunto de reglas de formación, que darían razón de cómo este hablante hace nuevas<br />

creaciones utilizando los recursos neológicos diversos<br />

--un conjunto de reglas de interpretación de las palabras y de sus combinaciones<br />

La evolución entre uno y otro modelo tomarían en cuenta dos aspectos. El primero sería la<br />

adecuación entre defender una única competencia dentro de una misma lengua o proponer<br />

varias competencias <strong>lingüística</strong>s simultáneas; o, en otros términos, en el hecho de postular o<br />

bien que el hablante posee una única gramática para su lengua primera, y que adquiere<br />

nuevas gramáticas a medida que va aprendiendo nuevas lenguas, o bien que posee<br />

diferentes gramáticas a la vez. El segundo aspecto sería descodificar mensajes según se<br />

realizara estas operaciones dentro de una misma gramática o partiendo de la base que<br />

cambia de gramática según la situación.<br />

No pretendemos discutir ahora las ventajas e inconvenientes de cada propuesta ni llevar a<br />

cabo una evaluación explícita de cuál sería el modelo más adecuado para dar cuenta del<br />

modo de proceder de un hablante en su propia lengua. Debemos decir sin embargo que<br />

defendemos prioritariamente la opción que sostiene que realizamos la comunicación general<br />

y profesional utilizando una misma gramática, si bien, en función de las características de<br />

cada caso seleccionamos prioritariamente estrategias comunicativas distintas.<br />

C.2 ¿Cómo representarían las unidades léxicas y terminológicas en la gramática?<br />

En lexicografía práctica, el conjunto formado por una entrada de diccionario con todas sus<br />

especificaciones constituye, como se sabe, un artículo de diccionario. En lexicografía teórica,<br />

también se parte del artículo de diccionario, concebido como el conjunto de la rúbrica léxica<br />

y sus informaciones.<br />

12


De acuerdo con esta idea, cada palabra del componente léxico de una gramática estaría<br />

especificada gramatical y pragmáticamente. Este componente comprendería tanto las<br />

unidades de tema general como las de tema especializado que conoce el hablante, de<br />

acuerdo con su especialización. Esta propuesta supondría que formarían parte de la<br />

competencia algunos rasgos pragmáticos.<br />

Y así, el diccionario estaría compuesto por:<br />

--una lista de entradas léxicas (generales y especializadas)<br />

--un conjunto de especificaciones sobre cada una de ellas (gramaticales, pragmáticas y<br />

extra<strong>lingüística</strong>s)<br />

Las especificaciones gramaticales darían cuenta del uso morfológico y sintáctico de cada<br />

unidad, de su significado y de su pronunciación.<br />

Las especificaciones pragmáticas comprenderían rasgos (que irían marcados o no marcados)<br />

en referencia a tres parámetros:<br />

--el ámbito de uso: geográfico, social, temporal<br />

--la temática<br />

--la situación de comunicación<br />

Las especificaciones extra<strong>lingüística</strong>s serían propias de cada hablante y darían cuenta de las<br />

connotaciones causadas por factores individuales. Estas especificaciones serían los únicos<br />

rasgos (nos referimos a tipos de características y no a ejemplos individuales) no<br />

generalizables en el componente léxico.<br />

C. 3 Propuesta de selección de las variedades léxicas<br />

De acuerdo con el modelo de artículos léxicos descrito, el hablante seleccionaría las unidades<br />

léxicas en función de dos variables:<br />

--el concepto a transmitir<br />

--el grado de especialización del acto comunicativo, en virtud del interlocutor, de los<br />

objetivos comunicativos y del nivel adecuado de la comunicación<br />

La selección de las posibilidades abiertas para cada parámetro podría representarse como un<br />

mecanismo en el que la situación por defecto sería la no marcada (situación de comunicación<br />

estándar, comunicación general en cuanto al tema, ni formal ni informal en cuanto al tono, y<br />

medianamente redundante en cuanto al nivel); y en los casos de situaciones marcadas por la<br />

temática, el grado de formalidad o el nivel de abstracción, se activarían los rasgos marcados.<br />

Algunos de ellos, los correspondientes a las variedades dialectales, estarían condicionados<br />

por las características de los hablantes e integrarían inicialmente su léxico. Otros, los<br />

relacionados con la temática y las características de las situaciones comunicativas, serían<br />

seleccionados por los hablantes en función de cada circunstancia de comunicación.<br />

En síntesis, que esta gramática de concepción medular, uno de cuyos módulos sería el<br />

componente léxico, incluiría todas las unidades léxicas que conoce el hablante 1 .<br />

Conclusiones<br />

Si la aproximación que hemos esbozado parece adecuada, asumiendo que todo hablante<br />

posee una sola gramática, que incluiría la variación en todas sus facetas, desearíamos<br />

proponer, a modo de conclusión, una serie de puntos de reflexión, poco explorados todavía,<br />

13


que suponemos que pueden contribuir a ensanchar los límites de la gramática y a explicar<br />

dentro de ella la terminología:<br />

En primer lugar, creemos que la teoría <strong>lingüística</strong> debería asumir que la variación es una<br />

noción a tener en cuenta en su concepción, sin que por ello se deba abandonar la<br />

sistematicidad.<br />

En segundo lugar, desearíamos sostener que la variación no presupone en absoluto la<br />

ausencia de reglas en los fenómenos lingüísticos, aunque sea cierto que mediante reglas<br />

exclusivamente gramaticales no podemos dar cuenta de ella.<br />

En tercer lugar, hemos intentado defender que la variación comparte con la unidad la<br />

competencia del hablante, y que para dar cuenta de esa competencia global, la teoría<br />

<strong>lingüística</strong> debería incluir tanto la competencia gramatical como la competencia pragmática.<br />

En cuarto lugar, nos parece imprescindible que la teoría <strong>lingüística</strong> formalice un modelo que<br />

incluya la variación, en lugar de afirmar que todos los fenómenos no predictibles por reglas<br />

gramaticales son conocimientos extralingüísticos.<br />

Finalmente deseamos subrayar que, aunque la explicación de fenómenos aparentemente no<br />

predictibles por reglas explícitas parezca difícil, la evolución que el tratamiento del léxico ha<br />

tenido a lo largo de la historia de la gramática transformacional demuestra que, poco a poco,<br />

las propuestas teóricas van superando las fronteras de los fenómenos más explícitamente<br />

regulares y entrando en otros aspectos que, no por el hecho de parecer irregulares o poco<br />

sistemáticos, no se rijan por reglas de base. Sin la explicación de esos fenómenos ninguna<br />

teoría por muy perfecta que formalmente sea podrá explicar la compleja variación de los<br />

fenómenos lingüísticos.<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

Cabré, M. T. (1992) La terminología. La teoría, els mètodes, les aplicacions. Barcelona,<br />

Empúries.<br />

Cabré, M. T. (1994a) A l’entorn de la paraula (I). Lexicología general. València, Servei de<br />

publicacions de la Universitat de València.<br />

Cabré, M. T. (1994b) A l’entorn de la paraula (II). Lexicología catalana. València, Servei de<br />

publicacions de la Universitat de València.<br />

Cabré, M. T. (1996) (en premsa) Diversidad en la terminología: de la disciplina a su<br />

funcionalidad. En: Sendébar.<br />

Cabré, M. T (1995) (en prensa) Termiologia: correcció i adequació.<br />

Carroll, L (1871) Alicia en el país de las maravillas. Madrid, Akal, 1984.<br />

Scalise, S. (1984) Morfologia lessicale. Padua, CLESP.<br />

1<br />

Dejamos de lado en este punto la posibilidad de que el componente léxico contenga<br />

reglas que den cuenta de la formación de palabras nuevas, tanto generales como<br />

especializadas.<br />

14


BLOQUE I EL ESTUDIO DE LA LENGUA EN EL CONTEXTO DE SU USO.<br />

Temas<br />

1. Pragmática<br />

15


2. Socio<strong>lingüística</strong>.<br />

3. Lingüística del texto.<br />

4. Psico<strong>lingüística</strong>.<br />

PROPÓSITOS DE BLOQUE<br />

Que el maestro en formación:<br />

Analice la lengua como un fenómeno que cambia paralelamente al avance de la sociedad.<br />

Reconozca los diferentes enfoques de la lengua para que comprenda el impacto del idioma<br />

en la sociedad.<br />

Analice las funciones y usos del lenguaje en una sociedad.<br />

ACTIVIDADES<br />

1. Buscar, seleccionar y registrar información de distintos textos sobre los enfoques<br />

pragmáticos, sociolingüísticos cognitivos de nuestro lenguaje.<br />

2. Elaborar resúmenes, tablas, gráficas, diagramas y cuadros sinópticos.<br />

y notas como apoyo al estudio o al trabajo de investigación<br />

3. Escribir una monografía integrando la información de resúmenes y notas; Incluir la<br />

referencia bibliográfica del material consultado: el nombre del autor, el título, paginas<br />

consultadas, editorial, editorial, edición y fecha, número total de páginas.<br />

4. Contrastar lo investigado con la lecturas: Del lenguaje, competencia comunicativa y<br />

enseñanza de la lengua “Los enfoques pragmáticos, sociolingüísticos y cognitivos” (que se<br />

encuentra al final del programa en materiales de estudio), y con las lecturas<br />

complementarias: “Pragmática” y “Desviaciones pragmáticas de la gramática”.<br />

Lecturas complementarias.<br />

PRAGMÁTICA<br />

Al hablar sobre la semántica nos hemos extendido bastante sobre el concepto de significado:<br />

el significado de las palabras, el significado de las oraciones. Y, al hacerlo, nos hemos<br />

habituado en alguna medida a ver el significado como una relación entre los signos y la<br />

realidad. Es preciso ahora que recordemos que el examen del lenguaje no se agota en ese<br />

vínculo, y que este mismo vínculo no es objetivo ni permanente,-ya que depende enteramente<br />

de las complejas relaciones entre los hombres. En efecto, si una expresión<br />

<strong>lingüística</strong> significa algo, lo significa siempre para alguien y porque alguien más quiso<br />

significarlo: el significado no es más que uno de los elementos del lenguaje, y el lenguaje es,<br />

ante todo, una herramienta para la comunicación entre los hombres. Al examinar este<br />

aspecto de la comunicación, nos adentramos en la dimensión pragmática del signo.<br />

16


La pragmática ha sido definida como la disciplina que estudia el discurso (es decir, el habla,<br />

el acto de hablar o de escribir) como un acto humano que se dirige a la producción de ciertos<br />

efectos; pero su campo de interés es más amplio que el mero análisis del discurso: puede<br />

decirse que la pragmática es la parte de la semiótica que trata del origen de los signos, de<br />

sus usos y de los efectos que ellos producen en la conducta dentro de la cual aparecen.<br />

Podrá observarse ahora el modo en que las distintas partes de la semiótica se encuentran<br />

estrechamente ligadas entre sí. La sintaxis es el punto de partida de la semántica, ya que<br />

para estudiar las formas de significación y sus problemas es preciso admitir primero ciertas<br />

expresiones a las cuales haya de atribuirse aquella significación, y para distinguir las expresiones<br />

aceptables (bien formadas) de las inaceptables (mal formadas) es necesario conocer o<br />

establecer ciertas reglas de formación. A su vez, la semántica es una base necesaria para la<br />

pragmática, ya que el uso que se hace del lenguaje presupone el manejo de los significados<br />

atribuidos a los signos que se empleen.<br />

El ámbito de la pragmática es muy amplio. Han llegado a mencionarse, como ejemplos de<br />

investigaciones pragmáticas, las relativas a los procesos fisiológicos del acto de hablar, los<br />

análisis psicológicos, etnológicos y sociológicos comparativos entre los hábitos lingüísticos de<br />

distintas personas o grupos sociales y a los procedimientos utilizados por los científicos al<br />

registrar el resultado de sus experimentos. Pero, para los fines que nos interesan, bastará<br />

examinar someramente ciertos aspectos del lenguaje en el que están o deberían estar<br />

expresadas las ciencias.<br />

PARA QUÉ SIRVE EL LENGUAJE, Y CÓMO SE LO USA<br />

Dijimos no hace mucho que las oraciones pueden servir muchos propósitos. En efecto, tal es<br />

la característica del lenguaje, instrumento del que se sirve el hombre para diversos fines.<br />

Cuando una persona (el emisor) dice algo (emite un mensaje) a otra persona (el receptor),<br />

intenta siempre producir algún efecto en este último: busca influir en él. ¿Por qué quiere<br />

influir, cuáles son los motivos que lo impulsan a hacerlo? Responder esta pregunta sería muy<br />

complicado, y nos llevaría fuera del ámbito de nuestro análisis.<br />

¿Consigue influir? A veces sí y a veces no; esto depende de factores tales como que el<br />

mensaje llegue a destino (no sea dicho a un sordo, o remitido por una carta que se pierda en<br />

el camino) y que el receptor comparta con el emisor un mismo código lingüístico (por<br />

ejemplo, que ambos hablen el mismo idioma). Pero ¿qué clase de influencia se busca con el<br />

mensaje?<br />

Hay muchas formas de influir en el otro, y a todas ellas sirve el lenguaje: el emisor puede<br />

tratar de informar, de preguntar, de pedir, de insultar, de persuadir, de dominar, de halagar,<br />

de ordenar, de despreciar, de engañar, de entretener. Existe una variada gama de relaciones<br />

de comunicación que pueden presentarse entre dos o más personas (diálogo, reunión social),<br />

e incluso entre una o algunas personas y una masa indeterminada de ellas (el novelista y su<br />

público, los legisladores y sus gobernados).<br />

Toda esta variedad de funciones, sin embargo, puede clasificarse en grandes grupos y<br />

reducirse así a unas pocas funciones primarias. Como en toda clasificación, el modo de<br />

17


imaginar tal agrupamiento es materia opinable; pero hay funciones sobre las que existe<br />

cierto consenso:<br />

a) Función descriptiva. Un primer grado puede englobarse dentro de la función descriptiva,<br />

que es la usada para llevar a la mente del receptor una determinada proposición. Esta<br />

función (o uso) del lenguaje suele llamarse también informativa; pero el uso común del<br />

término "informar" sugiere la intención, por parte del emisor, de producir en el receptor una<br />

modificación de creencias a través del aporte de nuevos datos. Y no siempre que usamos el<br />

lenguaje en su función descriptiva deseamos realmente informar sobre lo que decimos. Sí<br />

durante un examen de historia se nos interroga sobre la caída del Imperio Romano,<br />

trataremos de describirla (en la medida de nuestras posibilidades); pero probablemente no<br />

estaremos tan seguros de la originalidad de nuestra respuesta como para que tengamos la<br />

intención de aportar nuevos datos y acrecentar o modificar con ellos los conocimientos del<br />

profesor. A través de nuestra descripción (de los hechos que culminaron con el fin del<br />

Imperio Romano de Occidente) el profesor obtiene sin embargo una información acerca de la<br />

extensión y la profundidad de nuestros conocimientos, que no es lo mismo que estábamos<br />

describiendo. Claro está que, pese a esta diferencia entre información y descripción, en la<br />

mayoría de los casos las descripciones están destinadas a informar.<br />

Usamos el lenguaje en su función descriptiva, pues, cuando discurrimos y razonamos acerca<br />

del mundo que nos rodea; y por ello -como ya hemos observado- el lenguaje científico<br />

pertenece a esta división de los usos del lenguaje. Pero corresponde recordar aquí que<br />

calificar una expresión <strong>lingüística</strong> de descriptiva no importa prejuzgar sobre su veracidad, ya<br />

que tanto puede describirse lo existente cuanto lo irreal: tal descriptiva es una afirmación<br />

veraz como otra errónea, o incluso una aserción falseada adrede y con plena conciencia.<br />

El sistema normalmente utilizado para describir consiste en relacionar propiedades con<br />

sujetos, de tal modo que las propiedades se atribuyen a los sujetos y éstos se suponen<br />

portadores de aquellas. Si decimos “Sócrates y mi tía Etelvina son mortales", "el perro de mi<br />

vecino es violeta" o "el faraón Pepi se casó con su hermana", estamos atribuyendo<br />

respectivamente al filósofo, a la tía, al perro y al faraón las propiedades de ser mortales,<br />

tener color y haber practicado el tradicional incesto de los reyes egipcios. Cuando una<br />

proposición es examinada bajo esta óptica, ella resulta verdadera o falsa según que el sujeto<br />

a que se refiere pertenezca o no a la clase de los que gozan (o sufren) de la propiedad en<br />

cuestión. Cuando se dice "la estupidez es una enfermedad contagiosa", se afirma que,<br />

cualquier cosa que sea la estupidez, ella pertenece a la clase de los objetos que tienen la<br />

propiedad de ser "enfermedad contagiosa", junto con la gripe, la tuberculosis y la sífilis.<br />

b) Función directiva. El segundo grupo de expresiones es el de las que cumplen una función<br />

directiva: se trata de las expresiones que emplea una persona para provocar en otra ciertos<br />

comportamientos o para influir en su voluntad.<br />

El ejemplo que primero llega a nuestra mente es la orden, el mandato, la norma: "¡A<br />

retaguardia, carrera mar!"; "Será reprimido con prisión o reclusión de uno a cinco años e<br />

inhabilitación especial por doble tiempo... el funcionario que desempeñando un acto de<br />

servicio cometiera cualquier vejación contra las personas o les aplicare apremios ilegales”.<br />

18


Pero no se trata sólo de las órdenes: un pedido ("solicito el puesto de cocinero en el<br />

restaurante de su propiedad") o un ruego ("páseme el chimichurri, por favor") tienen<br />

también por objeto lograr que otra persona actúe (o se abstenga de actuar) de cierta<br />

manera.<br />

Incluso puede considerarse que una pregunta también integra el grupo de las expresiones<br />

directivas, porque constituye un pedido de respuesta, el reclamo de una conducta<br />

consistente en proporcionar una información. Así, la expresión "¿qué hora es?" podría<br />

traducirse por "dígame usted la hora, por favor".<br />

De cualquier manera, es preciso tener siempre presente que la función directiva, a diferencia<br />

de la descriptiva, no guarda relación con los valores de verdad. Supongamos que el jefe de<br />

una oficina indica al empleado: ‘‘ prepare esta planilla", y el empleado le contesta: "¡Mentira!<br />

Lo que usted dice es falso". Más que desobedecido, el jefe se sentirá perplejo. Esto se debe a<br />

que las propiedades de "ser falso" o "ser verdadero" no pueden atribuirse a las expresiones<br />

directivas, así como la calidad de mamífero no puede predicarse de la belleza ni la de ser un<br />

número racional puede afirmarse del cerro Aconcagua. De una directiva puede afirmarse que<br />

es justa o injusta, razonable o irrazonable, eficaz o ineficaz respecto del comportamiento que<br />

pretende; pero no es posible calificarla ni de verdadera ni de falsa.<br />

c) Función expresiva. El tercer grupo es el de las combinaciones <strong>lingüística</strong>s qué cumplen una<br />

función expresiva; esto es, que sirven para manifestar sentimientos o emociones. Esta<br />

exteriorización puede tener varias finalidades, de las que al menos tres son fácilmente<br />

distinguibles: "¡Pardiez!", "¡Voto a Satanás!" o las variadas expresiones que proferimos<br />

cuando nos golpeamos un dedo con un martillo generalmente se limitan a facilitar nuestro<br />

desahogo o se agotan en manifestar el sentimiento que experimentamos sin que nadie<br />

(podemos incluso hallarnos solos) sea el destinatario de nuestra expresión. Diferente es el<br />

caso en que pretendemos comunicar a otro nuestros sentimientos, transmitirle una emoción<br />

o una actitud: "¡Amor mío!", o "¡Pedazo de estúpido!". Y, por último, la expresión puede<br />

emitirse con la intención de provocar o generar en otro cierta emoción o cierto sentimiento:<br />

"¿Acaso vamos a permitir que el desorden y el libertinaje sigan carcomiendo las bases de<br />

nuestra sociedad y que cualquier hijo de inmigrante piense lo que se le dé la gana?"<br />

Claro está que estas finalidades expresivas suelen superponerse en el uso diario, de tal modo<br />

que lo que decimos puede tener más de una. Así, un caso típico en este grupo es el del<br />

lenguaje poético, que puede cumplir las tres finalidades a que nos referíamos: el poeta que<br />

hemos sentido bullir en nuestro espíritu nos hizo escribir alguna vez poemas que luego<br />

guardamos celosamente para que nadie los viera; un poema puede también expresar un<br />

sentimiento, o incluso (tal es el caso de los poemas que se dirigen los enamorados)<br />

despertar o fortalecer en el receptor emociones análogas a las del poeta.<br />

De las expresiones que cumplen esta función tampoco pueden predicarse la verdad ni la<br />

falsedad: desde una óptica psicológica podrá decirse que son auténticas o artificiales; desde<br />

el punto de vista estético, que son bellas o que carecen de valor; pero no puede afirmarse<br />

que un poema sea verdadero ni que la expresión "¡Cáspita!" sea falsa.<br />

19


d) Función operativa. Existe, finalmente, el uso que se hace del lenguaje en ceremonias o en<br />

actos formales, expresado en palabras que en la ocasión se pronuncian en cumplimiento de<br />

normas o reglamentos para obtener cierta finalidad o determinado efecto que la misma regla<br />

prevé. Esta función se llama operativa porque en ella el lenguaje no describe, expresa ni<br />

ordena, sino que realiza u opera directamente un cambio en la realidad. La fórmula que el<br />

oficial público pronuncia para declarar unida en matrimonio a la temeraria pareja que ha<br />

acudido a él, el “buenos días, señor jefe”, el “yo te absuelvo" del discurso religioso, son<br />

ejemplos de esta función. Cuando decimos "buenos días" no describimos el real estado del<br />

tiempo (empleamos esta expresión incluso cuando llueve); no exteriorizamos emoción<br />

alguna (a menudo lo decimos maquinalmente) ni pretendemos provocar una conducta de<br />

nuestro interlocutor: estamos saludando. Una vez pronunciadas las palabras operativas,<br />

como a través de un mágico abracadabra, la persona con la que nos encontramos queda<br />

saludada, los contrayentes quedan casados, el penitente queda absuelto. Hemos hecho lo<br />

que nos proponíamos hacer; y aquí también quedaría fuera de lugar que alguien calificase lo<br />

que hemos dicho de verdadero o de falso.<br />

e) Los usos mixtos. A menudo las funciones del lenguaje guardan cierta correspondencia con<br />

alguna característica gramatical que le es peculiar. Así, el modo indicativo resulta<br />

especialmente apropiado para la función descriptiva, el modo imperativo cuadra<br />

perfectamente a órdenes o ruegos, la interrogación a las preguntas (como especie de la<br />

función directiva), y los signos de admiración (o, en idiomas como el latín, el caso vocativo)<br />

sirven los fines del lenguaje expresivo.<br />

Sin embargo, el habla de una comunidad <strong>lingüística</strong> es mucho más complicada que todo eso,<br />

y así las características gramaticales que en principio corresponden a cierta función resultan<br />

a menudo utilizadas para otra.<br />

Formas gramaticalmente descriptivas sirven para inducir la conducta de otros: "el que<br />

matare a otro será reprimido con prisión"; "soldado, sus botas están sucias"; "me sentiría<br />

feliz si usted retirara su pie de encima del mío". Una pregunta no siempre requiere una<br />

respuesta directa: a veces rectarlia una conducta diferente. Por ejemplo, si decimos a<br />

alguien "¿tiene hora?" o "¿podría tomar un café?", no nos conformaremos con que nos responda<br />

simplemente "sí". El modo imperativo puede traducir una función puramente<br />

expresiva: ";Vaya, vaya!". Y otro tanto puede lograrse con el modo indicativo: "Galopa la<br />

noche en su yegua sombría/desparramando espigas azules sobre el campo". A su vez, las<br />

formas expresivas pueden esconder una función directiva: si exclamamos "¡Ay, cuánta sed<br />

tengo!", tal vez estemos procurando que quien nos oye nos sirva nuestra quinta copa de<br />

champán.<br />

En resumen, la intención de hacer cumplir al lenguaje una determinada función no se exhibe<br />

sino algunas veces a través de la forma gramatical utilizada. Por lo general, para interpretar<br />

cuál es esa intención habrá que recurrir al contexto y a las circunstancias que rodearon la<br />

emisión del mensaje en cuestión.<br />

Pero las complicaciones no terminan allí. Ocurre, además, que -sea cual fuere la forma<br />

empleada- las distintas funciones del lenguaje rara vez se nos muestran en forma pura. Una<br />

orden pretende obtener de nosotros una conducta, pero a la vez nos proporciona cierta<br />

20


información sobre las preferencias de quien la emite, y es fácil hallar también en ella la<br />

expresión de cierta actitud emotiva: el deseo del emisor por aquello que prescribe, o su<br />

rechazo por aquello que prohíbe. Aun el mensaje más puramente expresivo, corro "¡ay!",<br />

incluye la información de que su emisor siente alguna clase de dolor y, en cierto contexto,<br />

puede servir para incitarnos a darle ayuda.<br />

Pero la mezcla más común es la que combina la función descriptiva con la expresiva. No<br />

siempre describimos los acontecimientos con la asepsia de una proposición matemática: "los<br />

triángulos equiláteros tienen tres ángulos agudos". A veces lo hacemos, cuando nuestros<br />

intereses o emociones no están involucrados en la descripción: "Tokio tiene más habitantes<br />

que Osaka". Pero en cuanto nos sentimos afectados por lo que relatamos, es difícil que<br />

mantengamos la imparcialidad; y esto ocurre normalmente en temas tan cercanos a<br />

nuestros intereses como la política y el derecho. Decir que "los partidos X e Y tratan de<br />

superar sus diferencias para coincidir en un programa común de gobierno" es lo mismo (en<br />

un sentido) y no lo es (en otro sentido) que afirmar que "otra vez los políticos de X e Y<br />

traicionan sus ideales para tramar un contubernio". De este modo se habla habitualmente a<br />

nuestro alrededor, y las opiniones y actitudes de mucha gente resultan influidas por el modo<br />

en que los acontecimientos les son relatados por otras personas o por la prensa. Aun cuando<br />

las descripciones sean verdaderas, la función expresiva entremezclada en ellas constituye<br />

una poderosa arma para el dominio de las voluntades. Si queremos, pues, ganar para<br />

nosotros esta parcela de libertad; si, interesados en la política, en el derecho o en las<br />

ciencias sociales en general, queremos manejar por nosotros mismos la herramienta<br />

<strong>lingüística</strong> en lugar de ser conducidos por ella, es imprescindible que conozcamos los efectos<br />

emotivos del lenguaje y estemos así en condiciones de prevenir los lazos que ellos nos<br />

tienden a cada paso. Allá vamos.<br />

EFECTOS EMOTIVOS DEL LENGUAJE.<br />

Bien dicen que el gato escaldado huye del agua fría. Esto significa que si alguien ha sufrido<br />

una fuerte conmoción, es probable que durante mucho tiempo cualquier circunstancia que le<br />

recuerde aquella oportunidad le produzca reacciones favorables o desfavorables. Cualquiera<br />

de nosotros ha experimentado esto con algún aroma o con alguna melodía que, más allá de<br />

sus cualidades olfativas o armónicas, nos recuerdan una época o un acontecimiento de<br />

nuestra vida, agradable o desagradable. Lo mismo ocurre -y con frecuencia mucho mayorcon<br />

las palabras.<br />

Supongamos que alguien ha estado preso y que, durante ese lapso, ha sufrido experiencias<br />

muy penosas. Puede ocurrir que desde entonces, al oír la palabra "comisaría", sufra un<br />

sobresalto o se le ponga la piel de gallina. Este efecto, que incide en las actitudes del oyente<br />

más que en sus creencias, no debe confundirse con la representación figurativa o pictórica<br />

que acompaña a menudo a los términos. El sujeto de nuestro ejemplo comprende, igual que<br />

cualquier otra persona, una oración que incluya la palabra "comisaría"; y este vocablo<br />

despierta en su mente la imagen de cierta dependencia policial; pero, además de esto, la<br />

palabra lo perturba emocionalmente.<br />

21


Este fenómeno, consistente en que una palabra se presente asociada con determinada<br />

reacción emotiva, no sólo puede resultar de un condicionamiento individual, como en el caso<br />

del ejemplo: a menudo es también un fenómeno social. Es común observar que en<br />

determinada comunidad ciertas palabras van generalmente acompañadas por reacciones<br />

favorables o desfavorables, de tal modo que la relación entre palabra y efecto emotivo es tan<br />

habitual entre los habitantes como el vínculo entre la palabra y su significado. Por esto, la<br />

capacidad de una palabra de provocar ciertas reacciones en los hablantes de una comunidad<br />

ha sido denominada a veces significado emotivo, para diferenciarlo del significado<br />

cognoscitivo o descriptivo, de relación de las palabras con la realidad. Aquí, para evitar<br />

confusiones, llamaremos al primero efecto emotivo del lenguaje y reservaremos el nombre<br />

de significado para el segundo, como lo hemos hecho hasta ahora.<br />

Cuando el efecto emotivo está generalizado socialmente, esto es, cuando normalmente la<br />

palabra en cuestión provoca en los miembros de una comunidad el mismo efecto emocional,<br />

tales vocablos son objeto de un doble uso: para referirse al objeto que denotan y, al mismo<br />

tiempo, para influir en las emociones del auditorio. El lenguaje se presta para este doble uso<br />

y nos ofrece a menudo un repertorio de palabras, con distintos matices de efecto emotivo,<br />

para que escojamos la que mejor convenga a nuestros intereses del momento. Así, palabras<br />

que son sinónimas desde el punto de vista del significado no resultan en absoluto<br />

equivalentes en relación con su efecto emotivo: abogado y picapleitos; médico y matasanos;<br />

caballero, señor, hombre, individuo y sujeto; virtuoso y santurrón, son ejemplos que podrían<br />

multiplicarse a voluntad: un mismo objeto puede tener un nombre emocionalmente neutro y<br />

otros favorables o desfavorables en diversos grados.<br />

Pero aquí conviene formular una nueva aclaración: así como no hay que confundir el<br />

significado con el efecto emotivo, tampoco debe confundirse este efecto con el significado de<br />

ciertas palabras que denotan emociones. La palabra "miedo" significa una emoción (la que<br />

sentimos, por ejemplo, frente a una mesa examinadora); pero no inspira miedo. Tal vez<br />

inspire menosprecio, al menos a aquellas personas que siempre hacen alarde de valentía;<br />

pero una cosa es lo que significa y otra distinta el efecto emotivo que provoca.<br />

Esta peculiaridad del lenguaje abre un ancho margen de posibilidades pragmáticas. Así, en<br />

poesía podemos utilizar palabras que generen emociones; pero cuando desarrollamos una<br />

actividad científica preferimos seleccionar los términos de menor contenido emocional, para<br />

evitar que nuestras actitudes y las de nuestro interlocutor interfieran en la comunicación y<br />

en la comprensión de nuestras respectivas creencias.<br />

Pero lo común es que hablemos sobre lo que nos interesa; y de este modo, cuando<br />

describimos los acontecimientos que nos incumben, lo hacemos de tal modo que nuestro<br />

interlocutor sea empujado emocionalmente en la dirección que preferimos. Bertrand Russell,<br />

con el buen humor que lo caracterizaba, proponía la "conjugación de verbos irregulares",<br />

como el siguiente:<br />

Yo soy firme;<br />

tú eres obstinado;<br />

él es un tonto cabeza dura.<br />

Y sobre este modelo se han imaginado otras "conjugaciones":<br />

22


Yo lo he reconsiderado;<br />

tú has cambiado de opinión;<br />

él ha retirado su palabra.<br />

Yo soy exigente;<br />

tú eres melindroso;<br />

él es una vieja maniática.<br />

Otro ejemplo divertido -y sumamente ilustrativo del modo en que se emplea el efecto<br />

emotivo del lenguaje- es el ya clásico de Carrió:<br />

Los abogados piden la actualización de su arancel de honorarios. Los auxiliares de la justicia<br />

estiman que la compensación de sus servicios profesionales no está de acuerdo con la<br />

jerarquía de los mismos. Los avenegras pretenden ganar todavía más.<br />

No se trata, por cierto, de combatir este modo de describir opinando; seria una lucha<br />

infructuosa, ya que esta modalidad se halla profundamente arraigada en los hábitos<br />

lingüísticos del mundo entero. Por otra parte, el uso descriptivo-emotivo de las palabras hace<br />

más sabrosa la comunicación, le otorga implícitamente contenidos que de otro modo<br />

deberían explicitarse en más palabras y, en definitiva, sirve uno de los fines fundamentales<br />

del hombre: influir en las actitudes de los demás para lograr que se conformen a las propias.<br />

Tampoco se trata de mantenernos al margen de la manipulación emotiva del lenguaje:<br />

nosotros formamos parte de la humanidad, y también buscamos influir en los demás. Si<br />

renunciáramos a este medio, quedaríamos en inferioridad de condiciones en medio de una<br />

lucha sin cuartel.<br />

Se trata, en cambio, de tomar conciencia de esta herramienta persuasiva, para evitar, en lo<br />

posible, ser influidos más allá de nuestro consentimiento. Y, al mismo tiempo, para ser<br />

capaces de distinguir, especialmente dentro del lenguaje científico, o que se presenta a sí<br />

mismo como científico, dónde termina la descripción (susceptible de demostraciones sobre<br />

su verdad o su falsedad) y dónde empieza la valoración (cuyas vías de demostración -en<br />

caso de admitirse su existencia- no deben confundirse con las primeras y mucho menos<br />

oscurecerlas sin que lo advirtamos).<br />

DEFINICIÓN PERSUASIVA<br />

Las palabras, pues, no sólo son una herramienta de la comunicación: también son un medio<br />

de persuasión, un instrumento de dominio, un arma de guerra. Cuando advertimos el poder<br />

que les inyecta su efecto emotivo, comienza la lucha por ellas. Cada uno quiere apoderarse<br />

de las palabras, para usar las favorables hacia el propio campo y arrojar las desfavorables, a<br />

modo de obuses semánticos, hacia el campo adversario. ¿La palabra "democracia" suscita<br />

sentimientos favorables en la gente? Trataremos a toda costa de presentarnos como<br />

demócratas, y tildaremos de totalitarios a quienes no comulgan con nuestras ideas. ¿Ocurre<br />

otro tanto con la palabra "libertad"? "El trabajo libera", decía una inscripción en la entrada de<br />

un campo de concentración nazi. Hace años estaba de moda hablar de "los pueblos amantes<br />

de la paz": eran los de la órbita soviética, lanzados (como sus oponentes) a una<br />

desenfrenada carrera armamentista.<br />

23


El lenguaje jurídico constituye en sí mismo un complicado sistema de significados teñidos<br />

fuertemente de emotividad. Estamos habituados a suponer que el derecho es justo y el delito<br />

es malo, y tendemos entonces a prestar irreflexiva aprobación a lo que se presenta bajo la<br />

forma de la ley y a desaprobar lo que se nos muestra como fuera de la ley. En conocimiento<br />

de esto, cuando una organización terrorista mata a alguien no dice que lo asesinó, sino que<br />

lo ejecutó; cuando se apropia de lo ajeno no proclama que robó, sino que expropió. Es que la<br />

ejecución y la expropiación son formas legales de matar y de apoderarse de lo ajeno, de<br />

modo que el uso de estas palabras sugiere a quien las oiga una imagen más favorable. Del<br />

mismo modo, los autores de un golpe de Estado no dicen que han usurpado el poder, ni que<br />

han cometido delito de rebelión: perifonean que han asumido el gobierno del Estado; en<br />

otras palabras, que se han apropiado del lenguaje jurídico y que en adelante el modo de<br />

entenderse será llamar leyes a lo que ellos hagan y subversión a la oposición que puedan<br />

hacerle quienes ayer eran gobierno.<br />

En ocasiones, este uso del lenguaje en función de su efecto emotivo no se queda en mera<br />

práctica, sino que incursiona en lo teórico: esto ocurre cuando quien utiliza una palabra para<br />

designar algo distinto de lo que la gente comúnmente entiende por tal se siente en el caso<br />

de explicar su actitud. Aparecen así las definiciones retóricas o persuasivas, falaces<br />

volteretas semánticas que buscan cambiar el significado de las palabras para apoderarse de<br />

su contenido emotivo. Supongamos que un sector minoritario, que gobierna un país por la<br />

fuerza, desea llamarse a sí mismo democrático. Alguno de sus ideólogos nos explicará que la<br />

democracia no depende, en realidad, del acceso al poder por mayoría electoral, sino del<br />

modo en que ese poder se ejerza; y que el modo democrático de ejercer el poder consiste,<br />

ante todo, en el respeto por el derecho de las minorías. Imaginemos que un moderno émulo<br />

de Torquemada desea apropiarse de la palabra "libertad". Dirá que la verdadera libertad no<br />

consiste en hacer lo que se quiere, sino en poder hacer lo que se debe; y que el resto es<br />

puro libertinaje.<br />

FUNCIÓN IDEOLÓGICA DEL LENGUAJE<br />

Se notará que en los ejemplos precedentes, algo exagerados aunque no inusuales, se utilizan<br />

expresiones como "verdadero" o "en realidad". Estas palabras sugieren que la relación entre<br />

el concepto definido y su definición (o, más rigurosamente, entre definiendum y definiens) es<br />

un dato de la realidad que el autor de la definición, más sagaz que nosotros, ha<br />

desentrañado y nos comunica generosamente. Es más: en las definiciones persuasivas no<br />

suele utilizarse entre comillas la palabra a definir, ya que se busca profundizar el contenido<br />

del concepto, mostrar aquello en que consiste la cosa.<br />

Pero ¿no habíamos desistido de estas definiciones reales al aceptar que la relación de<br />

significado es en principio convencional? Desde luego; pero aquí es donde se muestra la<br />

importancia de las definiciones reales en cierto esquema del mundo, lo que permite explicar<br />

su tenaz persistencia en la filosofía de hoy.<br />

Una definición persuasiva ejerce cierta manipulación sobre el significado: lo limita, lo<br />

extiende o lo cambia lisa y llanamente, según el interés de su autor por utilizar la palabra en<br />

cierto contexto. Esto, naturalmente, es estipular un significado. Pero si sostuviéramos que<br />

24


estamos estipulando, gran parte del efecto persuasivo de la definición se perdería. Conviene,<br />

pues, afirmar que el significado propuesto no es invención nuestra, sino que, de algún modo,<br />

estaba allí para ser desentrañado por quien fuese sensible a ciertas evidencias de una<br />

realidad trascendente. La definición persuasiva, por tanto, encaja a las mil maravillas en el<br />

esencialismo, aunque no necesite estrictamente de él: la creencia en significados inherentes<br />

a la realidad y, por tanto, en definiciones reales, facilita la aceptación de la definición<br />

persuasiva al proteger a ésta contra una crítica muy obvia.<br />

EXAMINEMOS, POR EJEMPLO, EL SIGUIENTE PÁRRAFO TOMADO DE UN TEXTO DE<br />

DERECHO CIVIL:<br />

Para designarlas se ha elegido la palabra, institución, de acepción indudablemente multívoca,<br />

pero que expresa bastante bien la idea de que esas entidades se encuentran por encima de<br />

la voluntad de sus miembros y aun de la propia ley, que no puede desconocerlas sin grave<br />

violación del derecho natural.<br />

Por institución, pues, debe entenderse `una colectividad humana organizada, en el seno de<br />

la cual las diversas actividades individuales compenetradas de una idea directora, se<br />

encuentran sometidas para la realización de ésta a una autoridad y reglas sociales.'<br />

La familia es, por tanto, una institución típica, y sin duda la más importante de todas."<br />

En este fragmento se observa el modo en que se da por sentado que ciertos estudios de<br />

base no empírica pudieron poner en evidencia la verdadera naturaleza jurídica de la familia.<br />

La familia tiene, pues, una naturaleza (en otras palabras, el vocablo "familia" tiene cierto<br />

significado, y la realidad social a que dicho vocablo alude puede insertarse en cierta clasificación);<br />

pero entre las distintas "naturalezas" que puedan atribuírsele hay una que es la<br />

verdadera (no sólo la más conveniente o fructífera desde el punto de vista del clasificador).<br />

Se clasifica a la familia, pues, como miembro del género de las instituciones. Se reconoce<br />

que la palabra "institución" es multívoca (es decir, ambigua), pero se la elige porque expresa<br />

la idea de hallarse por encima de la propia ley (esto es, porque su contenido emotivo la hace<br />

más respetable, por ejemplo, que la palabra "contrato"), lo que facilita el enfoque<br />

iusriaturalista del tema. A continuación se estipula una definición para aquella multívoca<br />

palabreja, con el objeto de atribuirle un significado preciso; pero este significado no se<br />

plantea como una propuesta estipulativa sino como lo que debe entenderse. Por último, la<br />

inclusión de la familia entre las instituciones no se presenta como una decisión clasificatoria<br />

sino como una averiguación de su esencia (su "naturaleza jurídica"), demostrada (tal es el<br />

sentido de las palabras "por tanto") mediante las consideraciones anteriores.<br />

De este modo se ha completado el panorama de la definición persuasiva: 1) la palabra<br />

"institución", de contenido emotivo favorable e inspirador de respeto, tiene un solo<br />

significado verdadero; 2) ese significado incluye la característica de hallarse fundada en el<br />

derecho natural, y por encima de las leyes, así como de la voluntad individual de sus propios<br />

integrantes; 3) las diferencias de la familia con las características de la mayoría de los<br />

contratos indican que la palabra "familia" tiene un significado verdadero (y sólo uno), que la<br />

incluye dentro de la clase de las instituciones. Más adelante será fácil deducir de este<br />

razonamiento diversas conclusiones; entre ellas, seguramente, que el matrimonio es<br />

25


esencialmente indisoluble (incluso desde el punto de vista jurídico), y que una ley que<br />

estableciese el divorcio vincular sería contraria a la naturaleza e irrita en el plano<br />

trascendente.<br />

Claro está que el divorcio vincular podría atacarse mediante argumentos de política social;<br />

por ejemplo, podría decirse que la seguridad y la educación de los hijos requieren cierta<br />

estabilidad familiar, y que la instauración del divorcio alentaría a las parejas a separarse ante<br />

la primera dificultad. Pero argumentos de esta naturaleza deberían enfrentar otros argumentos<br />

semejantes, aunque de sentido contrario; y en todo caso, podrían hallarse sujetos a<br />

cierto grado de verificación empírica (mediante encuestas y estadísticas sociológicas, por<br />

ejemplo). El razonamiento en examen, en cambio, no corre estos riesgos: presenta las cosas<br />

como una situación de hecho demostrada por la ciencia jurídica, y nos conduce a aceptar sus<br />

conclusiones sin un análisis crítico de sus fundamentos.<br />

Tal es la función ideológica del lenguaje, que (por encima de nuestra capacidad de análisis, y<br />

aun sin que su propio usuario lo advierta) nos lleva a aceptar y a utilizar estructuras de<br />

pensamiento prefijadas. Estas estructuras dependen, en general, de la historia <strong>lingüística</strong> de<br />

cada comunidad; pero en las partes que mejor se prestan a la manipulación ideológica son a<br />

menudo objeto de ella por los más diversos sectores; y alguien dotado de suficiente poder de<br />

difusión (la propaganda) o prestigio (grupos prominentes en una sociedad) puede lograr que<br />

estas estructuras de pensamiento se esclerosen a través del uso del lenguaje y sirvan, en<br />

adelante, a sus propios puntos de vista. Sobre este fenómeno pueden citarse como ejemplos<br />

los lenguajes oficiales nacionalsocialista (hipertrofia de palabras como "raza" o 6 `patria"), o<br />

comunista (recorte ideológico de la palabra "imperialismo" contenido del vocablo "burgués").<br />

Entre nosotros puede recordarse el contenido emotivo desfavorable que el autoritarismo<br />

asigna a la expresión "hacer política", efecto que va unido a la costumbre de afirmar que<br />

siempre son los otros los que hacen política, mientras nosotros gobernamos o al menos<br />

trabajamos por la grandeza de la Nación. Pero el ejemplo más completo y estructurado<br />

proviene de la ficción (a menudo espejo clarividente de la realidad). George Orwell imaginó<br />

un idioma oficial, la neolengua, en el que el Ministerio de la Paz se ocupaba de la guerra, el<br />

de la Abundancia de administrar la pobreza y el del Amor era la jefatura de policía. Además,<br />

la palabra "libertad" se había recortado semánticamente de tal modo que sólo podía usarse<br />

para decir que un campo estaba libre de malezas, pero no para referirse a una de las más<br />

caras ambiciones de los hombres.<br />

DESVIACIONES PRAGMÁTICAS DE LA GRAMÁTICA<br />

..... En El abecé de la pragmática, Graciela Reyes, al tratar de definir esta especialidad<br />

relativamente reciente, parodia la rima XXI de Bécquer. Si el poeta sevillano pudo decir:<br />

¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?<br />

Poesía eres tú.<br />

a quien nos pregunte qué es la pragmática también podemos responderle: "Pragmática eres<br />

tú" (Reyes, 1998, 8). Porque la pragmática estudia el lenguaje en relación con los hablantes.<br />

Son estos quienes construyen sus estrategias de acuerdo con las necesidades que impone la<br />

vida social. De acuerdo con cada situación comunicativa, nos vemos precisados a elegir<br />

26


determinadas palabras, a recurrir a ciertas construcciones sintácticas, incluso a modificar el<br />

tono y la gestualidad, a mantener la distancia correcta con el otro, distancia <strong>lingüística</strong>, pero<br />

también física.<br />

..... En esta charla, vamos a tratar, especialmente, ciertas peculiaridades o desviaciones de<br />

la norma académica que corresponden a una determinada situación comunicativa o a ciertos<br />

usos sociales. No se trata de que el hablante desconozca la normativa, sino que esta se<br />

flexibiliza o se pospone a otros intereses, o, incluso, se decreta que una forma no es la<br />

socialmente correcta. En un artículo de hace ya unos cuantos años, tomé como tema de<br />

estudio los marcadores léxicos de clase (Carricaburo, 1994, 5-11). La clase alta argentina,<br />

por lo general, ha seleccionado algunas formas léxicas y algunas construcciones sintácticas,<br />

y ciertas peculiares pronunciaciones de fonemas para señalar la inclusión en el grupo.<br />

Muchos escritores han señalado, especialmente en las décadas de los 60 y de los 70, este<br />

rasgo, y también lo divulgó humorísticamente la revista Tía Vicenta. Sin embargo, lo que en<br />

esa publicación se tomaba en broma, mucha gente lo leía en serio, para saber cuáles eran<br />

las formas supuestamente "correctas" para parecer de la clase alta en un momento en que el<br />

Barrio Norte comenzaba a poblarse de propiedades horizontales, y eran muchos lo que creían<br />

que una traslación geográfica implicaba también un desplazamiento social.<br />

Manuel Puig presenta algunas de estas variaciones léxicas en Pubis angelical. La<br />

protagonista, argentina en el exilio, conversa con una amiga mejicana:<br />

..... ..... […] pero allá en Buenos Aires decimos comer en vez de cenar como dicen ustedes.<br />

..... ..... –Cenar es correcto español ¿no?<br />

..... ..... –Y ustedes dicen comer al mediodía y nosotros almorzar. Pero también allá hay<br />

gente que dice cenar. Pero esa es una cosa cómica, porque está visto como de clase baja.<br />

[…] Hay palabras que allá están consideradas como de clase baja, como rojo…, esposa…,<br />

hermoso…, cena…, y qué se yo. Y el primer día que vi a Pozzi, yo le dije que tenía que ir a<br />

comer y él hizo un chiste y todos se rieron de mí, y me hizo quedar como una snob. […] Yo<br />

fui educada así, en casa nunca se dijo rojo, siempre colorado. Y mujer en vez de esposa,<br />

marido en vez de esposo. Fue él que me hizo ver hasta qué punto era una cuestión snob,<br />

clasista.<br />

Y luego continúa su relato la argentina:<br />

..... ..... […] Y me invitó a, bueno, a cenar, a la salida. Me lo dijo como chiste.<br />

..... ..... –¿Y tú lo corregiste?<br />

..... ..... –No, le dije que estaba bien dicho, porque después de medianoche se puede decir<br />

cenar. […] me preguntó si yo clasificaba a la gente que decía cenar en vez de comer,<br />

hermoso en vez de mono, etc. Me mortificó porque tenía razón. Me aseguró que estas<br />

palabras habían quedado así desprestigiadas por una maniobra de hace muchos años. De<br />

gente de clase alta. Un grupito que no tenía nada que hacer y quiso tenderles una trampa a<br />

los… ¿cómo dice él? trepadores sociales. Entonces eligieron palabras con el mismo sentido,<br />

como rojo y colorado y declararon de mal gusto una de las dos, pero en secreto, ¿entendés?<br />

así quien la pronunciaba se delataba solo, que era de origen no alto […] Y me olvidaba lo<br />

peor, "tomar la leche" en vez de "tomar el té". Peor todavía que decir "rojo". […] Pero es<br />

fantástico el poder de una palabra. Si alguna compañera de colegio me invitaba a la casa a<br />

tomar la leche, yo no iba […] (Puig, 1979, 52-53).<br />

27


..... Lo dicho por Puig podría ampliarse con las listas de Tía Vicenta. En "La página del Barrio<br />

Norte", esta revista incluía un vocabulario de lo que había que decir y de lo que no debía<br />

decirse, de los programas que había que ver y de los que no, de la música que oían las<br />

personas "bien" y de la que no, de los boliches a los que era posible concurrir y de los que<br />

eran out. Hacer lo que era correcto proporcionaba como premio ser "bien", ser "gente como<br />

uno". Hacer lo que no se debía era quemarse, era ser mersa o piruja ('mersa del sexo<br />

femenino'). Según Tía Vicenta, era correcto decir menú, pero no lista; traje de baño, pero no<br />

malla; plata, pero no dinero; frecuente, pero no asiduo; impermeable, pero no piloto;<br />

mucama, pero no muchacha; zapatos, pero no calzado; anteojos, pero no lentes; lavatorio,<br />

pero no lavabo; toilette, pero no tocador; bañadera, pero no bañera; médico, pero no<br />

doctor; sobretodo, pero no abrigo; novia, pero no prometida; velorio, pero no velatorio;<br />

bolsa, pero no bolso ni bolsón; vista, pero no película; hospital, pero no policlínico; mersa,<br />

pero no grasa, etcétera.<br />

..... Pero estas palabras, al divulgarse, perdían precisamente lo que tenían de código secreto<br />

y, entonces, debían renovarse. Cuando el 4 de noviembre de 1977 reaparece Tía Vicenta en<br />

una segunda época, se ve precisada a señalar ciertos cambios: turcada reemplaza a mersa,<br />

chetos a caqueros, pardos a pirujos, ¿sabes qué? a ¿viste?<br />

..... La revista también daba las palabras y las expresiones que se utilizaban como muletillas.<br />

Aparecían tétrico, regio, asquete, ¡qué divertido!, ¡qué opio!, miusta, sorry, etcétera. Muchas<br />

palabras de esta lista son utilizadas por Quique, un personaje de Sobre héroes y tumbas,<br />

novela en la cual Ernesto Sábato se propone mostrar distintos sociolectos de la ciudad1.<br />

Quique es un personaje de clase alta, económicamente venido a menos, como la<br />

protagonista. Su discurso está lleno de muletillas tales como ¿Realizas?, Burdísimo, Sorry,<br />

Never y adjetivos como mono, cache, etcétera. Este personaje, pese a utilizar estos<br />

distintivos, critica a su prima Lala, para quien el mundo se divide en "opio" y "monada". Pero<br />

la crítica del personaje va más a la frívola simplificación del mundo que al uso de los<br />

marcadores de clase. Pero estos marcadores no siempre son léxicos. A veces, son<br />

sintácticos. Basta recordar El gran teatro, de Manuel Mujica Lainez, cuando la abuela<br />

instruye al nieto sobre usos agramaticales, pero socialmente correctos en su clase. El nieto<br />

se asombra: "¡Cuánta gente ha venido al Colón!", y la abuela lo corrige: "No al Colón, a<br />

Colón", y ante la sorpresa del muchacho, la abuela lo instruye: "Nosotros decimos a Colón"<br />

(Mujica Lainez, 1979, 24-25). El nosotros señala, claramente, la pertenencia a un grupo<br />

cerrado. La supresión del artículo implica una construcción similar a "vamos a casa", vamos<br />

a algo que es nuestro, que no necesita otra señal más que el nombre.<br />

También existen los marcadores en el nivel fónico. En una Tía Vicenta, hallamos la siguiente<br />

indicación:<br />

Si no quiere requemarse no pronuncie exageradamente las "eses", en medio de la palabra<br />

pronuncie la "s" como si fuera "j". (Ejemplo: no diga "mosssca" diga "mojca") (Tía Vicenta,<br />

12 de diciembre de 1965).<br />

..... Y precisamente esta variante alofónica es la que hemos conservado, pues delante de<br />

otra consonante, volvemos glotal la pronunciación de -s-.<br />

..... Como vemos, en esta selección de variantes y hasta modificación de la normativa, hay<br />

una fundamentación pragmática2. La adscripción a un determinado grupo social y la<br />

28


marcación <strong>lingüística</strong> de quienes no pertenecen a este grupo. Por otra parte, el fenómeno<br />

sociolingüístico se complica cuando la clase media intenta adquirir los marcadores de una<br />

clase a la que no pertenece (pero a la cual desea pertenecer), y obliga, por una parte, a la<br />

continua renovación de la clase alta y, por otro lado, en muchos casos, al generalizarse,<br />

desplazará a la norma culta lo que se inició como propio de unos pocos2. La pragmática<br />

actúa, en el caso de la clase alta argentina, como un principio de identificación. De<br />

identificación, dentro de un grupo socialmente prestigioso, y de rechazo a quienes no<br />

pertenecen legítimamente a él.<br />

..... Si bien este es un condicionamiento social de elecciones <strong>lingüística</strong>s, veremos otros<br />

fenómenos que son mucho más generales.<br />

Otra posibilidad de variación está dada por el orden de las palabras. En español, el orden no<br />

es fijo, y es tan correcto decir "No tengo dinero" como "Dinero no tengo". Sin embargo, la<br />

elección de una o de otra frase depende de un contexto situacional. La primera forma es la<br />

más extendida, y puedo decirla, prácticamente, en cualquier contexto. En cambio, la<br />

segunda presupone una determinada situación comunicativa en que alguien pudo haber<br />

sugerido una salida cara o un desembolso de dinero por parte mía. Es la situación<br />

comunicativa la que permite que yo tematice el objeto directo desplazándolo a la izquierda.<br />

Otro ejemplo, si estoy en las Galerías Pacífico con un amigo extranjero y veo que se queda<br />

mirando una pintura, puedo aclararle: "Ese panel lo pintó Berni". Otra vez tematizo el objeto<br />

directo, porque es allí donde se dirige la mirada de mi amigo. Es lo primero que recupero en<br />

un contexto situacional. En estos casos, es la pragmática y no, la gramática la que determina<br />

el orden oracional. Todos los desplazamientos a derecha y a izquierda son propios de la<br />

oralidad, porque es en el acto del coloquio donde la pragmática prevalece sobre la<br />

gramática.<br />

..... En general, en el coloquio, nos manejamos sobre tres ejes que se corresponden con el<br />

yo, aquí, ahora de la enunciación. El yo remite a un eje deíctico personal, en el que alternan<br />

las personas del coloquio; el aquí se relaciona con un eje deíctico espacial, en el que es<br />

importante la delimitación territorial de los hablantes; y el ahora remite a un eje deíctico<br />

temporal. Gramaticalmente, el primero y el tercero (yo, ahora) revisten fundamental<br />

importancia en los enunciados. Pero el espacial también es importante, porque determina<br />

cuáles son los límites del hablante y del oyente, y las soluciones <strong>lingüística</strong>s que hallamos<br />

cuando invadimos, sin querer, el espacio de otro (un choque, un pisotón) o nos vemos<br />

obligados a invadirlo <strong>lingüística</strong>mente (pedidos, órdenes, ofertas), y en el caso inverso,<br />

cuando invaden nuestra territorialidad.<br />

Pero los desplazamientos que produce el hablante no son solo personales o temporales,<br />

también los hay modales. Todos estos desplazamientos se relacionan con la imagen que el<br />

emisor quiere dar o tiene de sí mismo o del alocutario. Entre los desplazamientos deícticos,<br />

hallamos los de persona pronominal y verbal, y los desplazamientos temporales.<br />

DESPLAZAMIENTOS DEÍCTICOS DE PERSONA PRONOMINAL Y VERBAL<br />

1. EL PROBLEMA DE LAS SEGUNDAS PERSONAS<br />

29


Entre los desplazamientos deícticos de persona pronominal y verbal, el más complejo y<br />

extendido entre las lenguas europeas es el de la segunda persona. Según el respeto, la<br />

jerarquía, la autoridad, el grado de proximidad o la identificación que se establezca con el<br />

alocutario, la segunda persona del singular puede transformarse en una segunda del plural o<br />

en una tercera persona, con pronombre de segunda (usted) o con tratamientos nominales de<br />

tercera. El caso de la transformación en segunda persona del plural fue un fenómeno<br />

panrománico que dejó huellas en las principales lenguas latinas y se filtró aún en otras no<br />

latinas. Este desplazamiento hacia la segunda persona del plural pasa luego en muchas<br />

lenguas a la tercera persona (singular o plural). Un esquema en las lenguas latinas<br />

europeas3 podría mostrárnoslo comparativamente:<br />

Francés: Sing.: tu – vous<br />

..... ..... Pl.: vous<br />

En el francés, el vous funciona como segunda del singular en el trato formal y está impuesto<br />

por el tipo de situación comunicativa más que por el estrato social de los hablantes. Arraiga<br />

sobre todo entre las gentes de mayor edad, en tanto que los jóvenes optan por el tuteo sin<br />

discriminación de clase social.<br />

Italiano: Sing.: tu - voi – lei<br />

Pl.: voi - loro<br />

..... En italiano, el tu y el voi alternan en algunas regiones. La bibliografía nos advierte que el<br />

uso de lei es formal, pero que la formalidad no implica respeto, pues el mayor respeto se<br />

tiene para con Dios, y para hablar con la divinidad se utiliza el tu.<br />

Rumano: Sing.: tu - dumneata - dumneavostrà<br />

..... ..... Pl.: voi - dumneavostrà<br />

En rumano, nos encontramos con un pronombre de formalidad intermedia entre el tu familiar<br />

y el dumneavostrà reverencial.<br />

Catalán.: Sing.: tu - vos – vosté<br />

..... ..... Pl.: vosaltres - vostés<br />

En catalán, se verificaría una alternancia geográfica del vos y del vosté. El primero sería el<br />

preferido en las zonas rurales, y el segundo, en las zonas urbanas.<br />

Portugués.: Sing.: tu - você - o senhor /a señora<br />

..... ..... ...Pl.: vocês - os senhores /as senhoras<br />

En portugués, el vos ha quedado relegado al uso religioso o a la oratoria formal, lo que hace<br />

que la segunda persona del plural haya desaparecido. En cuanto a la alternancia tu/você, se<br />

trata de dos formas de tratamiento informal frente a o senhor, a senhora que son formales.<br />

El tu es preferido en el ámbito familiar, mientras que el você corresponde a la informalidad<br />

entre amigos, colegas, vecinos, etcétera.<br />

En otras lenguas no latinas, como en el inglés, la utilización del you como forma de respeto<br />

(importada en su origen de la corte francesa) acabó por desplazar al pronombre del singular<br />

que en la actualidad está perdido. De un viejo sistema inglés donde hubo una segunda<br />

persona de singular y dos de plural, una para el dual y otra para más de dos, solo queda el<br />

you y, por lo tanto, el hablante debe marcar la formalidad o la distancia con formas<br />

nominales: títulos, apellidos, etcétera.<br />

30


En toda la extensión del español, el sistema es muy complejo. En el peninsular, la norma<br />

culta es:<br />

Español peninsular: Sing.: tú – usted<br />

..... ..... ..... ..... ...Pl.: vosotros/as - ustedes.<br />

..... He trazado este cuadro comparativo para verificar algo que, de manera práctica, todos<br />

hemos experimentado: la dificultad que presenta utilizar, en una lengua segunda, estos<br />

grados de formalidad o de distancia. Estas normas no están pautadas por la normativa<br />

<strong>lingüística</strong>, sino por el uso social, y este es siempre variable. Por lo general, los libros para<br />

extranjeros dan pautas generales que, luego, hay que acomodar a las distintas situaciones<br />

comunicativas. Las dificultades en el aprendizaje se proyectan a veces, incluso, en la<br />

traducción. Partiendo de un punto de vista práctico, en general, todos los libros de<br />

aprendizaje de idioma para extranjeros proponen esquemas tales como<br />

formalidad/informalidad, familiaridad/respeto, distancia/cercanía. Sin embargo, por lo<br />

común, la formalidad, la distancia, el respeto no son valores equivalentes en las distintas<br />

culturas, y esto complica, a su vez, las situaciones comunicativas, incluso más allá de los<br />

enunciados. Por ejemplo, para nosotros, el silencio pesa negativamente desde el punto de<br />

vista social, en cambio, en otras culturas, está socialmente bien visto.<br />

..... Y no es necesario tomar civilizaciones o lenguas distantes. Entre los mismos<br />

hispanohablantes, se dan diferencias notables en las fórmulas de tratamiento. Cuando un<br />

español de América, en diálogo con hablantes peninsulares, pasa del tú singular al ustedes<br />

plural (dado que, en América, no utilizamos el vosotros), los alocutarios españoles se sienten<br />

como imprevistamente desplazados hacia la formalidad o frente a un alejamiento<br />

injustificado.<br />

..... Este desplazamiento de la segunda persona del singular al plural y, posteriormente, a la<br />

tercera señala dos cosas:<br />

El desgaste que sufren estas formas y su necesidad de reemplazarlas.<br />

La dificultad que ha implicado siempre un tratamiento basado en lo puramente lingüístico<br />

cuando están en juego los papeles sociales (autoridad, respeto, poder), que prevalecen<br />

sobre la norma gramatical.<br />

..... Este fenómeno de una segunda persona informal y otra de respeto es, posiblemente, el<br />

más notable, tanto por su extensión geográfica como por su riqueza de posibilidades en el<br />

tiempo.<br />

..... Sin embargo, hay otros desplazamientos pronominales que realizamos con la segunda<br />

persona. A veces, la primera persona se transforma en una segunda para transmitir al<br />

oyente la experiencia del hablante, cuando ésta es sentida como propia de todos:<br />

–¿Por qué has regresado tan tarde?<br />

–Porque fui al banco, y para cobrarte un impuesto, te mandan de una ventanilla a otra, y<br />

luego te dicen que esa es una sucursal y que solo te lo cobran en la casa central.<br />

También, en este caso, el desplazamiento es pragmático. Cobramos distancia de ciertas<br />

incomodidades que, por ser generales, no vale la pena narrarlas en primera persona, sino<br />

que optamos por una segunda impersonal.<br />

1. Las primeras personas<br />

31


..... El más común es el desplazamiento del yo al nosotros. Desde antiguo, los gramáticos lo<br />

han observado y lo denominaron mayestático. Ha sido utilizado por reyes, papas y altas<br />

dignidades de la Iglesia. Su funcionalidad es claramente pragmática. Bajo "nos el rey" o "nos<br />

el papa", quedan ignominados ministros y consejeros que han ayudado a tomar una<br />

determinada decisión. El rey y el papa acumulan en sí toda la autoridad, representan todo el<br />

estado.<br />

..... Modernamente, este plural mayestático reconoce una construcción semejante, pero<br />

desde la óptica opuesta. No es un yo que se agranda en un nosotros, sino que se esconde o<br />

disimula tras el nosotros. Se trata del plural auctoris o de modestia. Benveniste lo llama nous<br />

d'auteur ou d'orateur. A veces, funciona para incluir al lector/oyente en el derrotero que lleva<br />

el expositor:<br />

Y ya llegamos al punto en que demostraremos la falsedad de esos conceptos.<br />

..... En este ejemplo, la primera forma plural, llegamos, es inclusiva de los alocutarios,<br />

puesto que uno llega disertando, y los otros, prestando atención. En cambio, la segunda<br />

forma verbal, demostraremos, es exclusiva de la audiencia, pues solo realizará esa<br />

demostración el conferenciante. ..... La primera persona del plural en reemplazo de yo no<br />

siempre implica modestia. A veces, es un plural sociativo y en algunos casos puede implicar<br />

"mitigación referencial de tipo egocéntrico", según Haverkate, como en este ejemplo que<br />

toma de Boves Naves (y que a su vez recuerda otro de Gili Gaya, 1964, § 23) , en que un<br />

médico le dice al enfermo: "Nos hemos equivocado de cura". En este caso, es evidente que<br />

el único que se ha equivocado es el médico y con el nosotros busca atenuar su culpa.<br />

..... A veces, el nosotros reemplaza a un tú en lugar de a un yo. En esos casos, también son<br />

varias las posibilidades pragmáticas del desplazamiento. En el caso del médico que le<br />

pregunta al paciente "¿Cómo hemos andado?", en realidad, el médico sabe cómo anduvo él,<br />

y lo que está preguntando es cómo anduvo un tú, pero se incluye en el enunciado mediante<br />

esa forma verbal de la primera persona del plural para mostrar su interés, su preocupación<br />

por el enfermo. El mismo efecto tiene la primera persona del plural utilizada por un profesor<br />

cuando tiene un alumno con dificultades de aprendizaje. "¿Por qué no lo intentamos de<br />

nuevo? " es una fórmula en que la inclusión del hablante sirve para no afectar la autoestima<br />

del discípulo.<br />

..... En otros casos, la inclusión del hablante es para atenuar una orden. Por ejemplo, el jefe<br />

que entra en la oficina y encuentra a los empleados hablando, puede optar por la expresión<br />

"A ver si nos callamos". Aunque él no estaba hablando, al incluirse en el enunciado atenúa el<br />

peso exhortativo. No es lo mismo "A ver si nos callamos" que "A ver si se callan". La primera<br />

forma es más cortés y preserva la imagen de los alocutarios.<br />

3. Las terceras personas<br />

..... Al hablar de las segundas personas, mencionábamos que, en español, la segunda<br />

persona formal se desplaza a la tercera con el empleo de usted, ustedes, y lo mismo ocurre<br />

con los tratamientos honoríficos. Según Haverkate, se trata de una “desfocalización” cortés<br />

de la segunda persona hacia la no persona.<br />

..... Pero, a veces, también la primera persona se desplaza a una tercera. Por ejemplo,<br />

cuando hablamos por teléfono, nos anunciamos en tercera persona: "Hola, habla Fulano".<br />

32


Hay, además, una serie de fórmulas que son típicas del estilo epistolar: "el que suscribe", "su<br />

servidor", "su amigo de siempre", etcétera.<br />

..... La fórmula pronominal este más un sustantivo también puede acompañarse de verbos<br />

en tercera persona del singular para señalar al hablante: "Este presidente ha previsto todos<br />

los medios para combatir el desempleo".<br />

..... En las entrevistas periodísticas, radiofónicas o televisivas, el entrevistador, que desea<br />

orientar a la audiencia que se va incorporando sobre quién es el entrevistado, construye la<br />

pregunta en tercera persona y pone como sujeto el apellido o el título del entrevistado:<br />

"¿Entonces Maradona no juega en la Selección…?". Y el entrevistado responde de la misma<br />

forma refiriéndose a sí mismo en tercera persona: "Maradona no fue invitado ni quiere…". De<br />

este modo, al eludir la primera persona, se objetiva y parece constituirse en su propio<br />

vocero, cobrando distancia sobre su dictum.<br />

..... La forma impersonal es otra alternativa recurrente cuando no queremos invadir el<br />

territorio de la segunda persona con observaciones y órdenes que afecten su imagen. Por<br />

ejemplo, el jefe que devuelve un trabajo a su secretaria, en lugar de decirle "Rehágalo de<br />

acuerdo con los enviados anteriormente", puede optar por una forma más cortés: "Habría<br />

que rehacerlo de acuerdo con los enviados anteriormente".<br />

..... Formas pseudorreflexivas llama Haverkate a construcciones del tipo "¿Se puede pasar?"<br />

o "¿Se puede interrumpir?". Estas construcciones tienden a desdibujar la zona deíctica del<br />

hablante o del oyente. Por ejemplo, el fiscal que dice: "Se puede demostrar que esas<br />

pruebas son falsas", utiliza la tercera persona en lugar de la primera. Con este recurso,<br />

generaliza una acción personal y pone el énfasis en la falsedad de las pruebas. En cambio, el<br />

profesor que le devuelve un trabajo al alumno y le dice: "Se deben rever las conclusiones de<br />

la tesina", “desfocaliza” cortésmente, en una oración aseverativa, la segunda persona que<br />

corresponde a la exhortación.<br />

..... En estas construcciones, el se, a veces, es pasivo y otras es impersonal: "No se debe<br />

marginar a ningún tipo de enfermos". Aquí la construcción evita una segunda persona que<br />

podría ser descortés.<br />

..... Otras veces, la tercera persona resulta de un título que nos autootorgamos: "¿A quién<br />

dices eso, a tu madre?", donde sirve para señalar la autoridad; o este ejemplo que trae<br />

Beinhauer, en que el cambio de persona implica cierto reproche: "¡Qué poca confianza tiene<br />

usted con este amigo!".<br />

DESPLAZAMIENTOS DEÍCTICOS TEMPORALES<br />

..... En el eje del tiempo, el hablante también puede desplazarse para cobrar distancia de su<br />

propio enunciado. Los tiempos que se adaptan a la cortesía son el imperfecto, el potencial y<br />

el futuro.<br />

..... La perspectiva de alejamiento común a todos los pasados (en cualquier modo) explica<br />

los usos llamados de "modestia" o de "cortesía", tanto del imperfecto como del potencial.<br />

Beinhauer sostiene que un efecto de modestia se consigue trasladando al pasado la<br />

manifestación del deseo, una opinión, etcétera. El imperfecto opera mediante un proceso de<br />

distanciamiento por el cual el hablante se aleja de su aquí y ahora. Ejemplos de este tipo<br />

33


son: "¿Qué deseaba?", "Venía por el aviso del periódico", "Quería saber si habías aceptado la<br />

invitación", "Yo deseaba que tú te quedaras", "¿Tenías que decirme algo?", "¿Cómo te<br />

llamabas?", "Debías ser más cauto", etcétera.<br />

..... La distancia puede establecerse tanto hacia el pasado como hacia el futuro. El futuro<br />

también es apto para la expresión de la cortesía: "Si no se molesta, le haré algunas críticas",<br />

"No me malentiendan, pero no daré esos nombres". El futuro de cortesía hace depender la<br />

acción (frecuentemente por medio de una pregunta) de la decisión del oyente: "¿Será tan<br />

amable de cederme el turno?", "¿Querrá reservarme este libro hasta mañana?".<br />

..... En el caso del condicional o del potencial, sus formas están, según Haverkate, marcadas<br />

negativamente respecto del tiempo presente. Quiere decir que su punto de referencia no<br />

puede coincidir con el momento de la enunciación. Esto se debe a que es el único paradigma<br />

del verbo que denota una amalgama de dos rasgos temporales contrastivos: [+ pretérito] y<br />

[+ futuro]. Esta doble posibilidad de alejamiento distancia al hablante y al oyente del<br />

enunciado, y permite que el condicional pueda reemplazar tanto al imperfecto como al futuro<br />

de cortesía. El potencial de modestia sirve para expresar una opinión o una postura que está<br />

o puede estar en contradicción con la sostenida por los interlocutores. Se usa,<br />

especialmente, con verba dicendi: "Yo que tú no lo haría", "Apostaría a que no lo han<br />

vendido", etcétera.<br />

..... El potencial de cortesía difiere del potencial de modestia en que se intenta una<br />

modificación en la acción o en la conducta del otro: "Tendrías que ser más estudioso",<br />

"¿Podrías apagar la luz?", "Querría ver los viajes que ofrecen al Caribe", etcétera. También<br />

las respuestas a estas formas corteses suelen sufrir un desplazamiento de tipo cortés: "No<br />

faltaría más".<br />

DESPLAZAMIENTOS MODALES<br />

..... Son aquellos en que, por cortesía, el hablante suele producir las oraciones exhortativas<br />

como aseverativas o interrogativas, o negativas. A veces, una aseveración puede encerrar<br />

un acto de habla indirecto. Por ejemplo, un paciente que, en el consultorio, le dice a la<br />

empleada: "Hace frío aquí", en realidad, puede estar pidiendo que le enciendan la estufa.<br />

..... Otras veces, se puede disimular una exhortación anticipando un agradecimiento previo o<br />

un ruego: "Te agradeceré que no salgas", "Te suplico que no vuelvas sobre lo mismo".<br />

..... Asimismo el presente del indicativo puede utilizarse como una exhortación atenuada:<br />

"Vas al banco y te quedas hasta que te den todos las comprobantes anteriores".<br />

..... Más cortés es que el hablante apele a la interrogación para atenuar una orden. Al clásico<br />

ejemplo de "¿Me pasas la sal?", se pueden agregar otros en que la interrogación se une al<br />

potencial: "¿Me llevarías en tu auto al centro?" e, incluso, para una mayor cortesía la<br />

interrogación puede valerse de otro desplazamiento a la negación: "¿No me llevarías en tu<br />

coche al centro? Posiblemente, con el no le estamos dejando más expedita la posibilidad de<br />

rehusar a quien le solicitamos el favor.<br />

..... En otros casos, la exhortación puede darse por expresiones voluntarias del tipo ("Quiero<br />

que te pongas a trabajar"), o bien, apelar a la habilidad del interlocutor ("¿Puedes hacerme<br />

un favor?"), o a su posibilidad ¿podrías repetirme las instrucciones?("¿Podrías repetirme la<br />

34


consigna?").<br />

..... El valor exhortativo de todo enunciado depende de la situación de la enunciación. Por<br />

ejemplo, un "¡No fumes!", dicho a alguien que sabe que nos preocupamos por su salud, no<br />

es descortés, porque lo hacemos en procura de su beneficio y no, del nuestro.<br />

..... Del mismo modo, hay otras formas imperativas que son corteses, por ejemplo, las<br />

invitaciones amistosas: ven con nosotros que la vas a pasar muy bien<br />

..... En estos casos, los desplazamientos se producen por cortesía. Son desviaciones de la<br />

norma gramatical, y es, precisamente, esa desviación la que los vuelve corteses. La cortesía<br />

tiene sus propias normas, y estas tienen peso propio en todas las civilizaciones más allá de<br />

las normas gramaticales.<br />

..... El lenguaje no es siempre lógico, ni la gramática de una lengua es autónoma. El<br />

lenguaje se realiza en situaciones comunicativas en que el peso de lo social exige sus propias<br />

pautas, que exceden lo puramente gramatical o escapan a ello.<br />

Norma Beatriz Carricaburo CONICET Argentina<br />

1 Sobre héroes y tumbas apareció en 1961. Un año antes, Julio Cortázar publicaba Los<br />

premios, novela en la que también intentaba un catastro sociolingüístico de la ciudad. Tía<br />

Vicenta apareció entre 1957 y 1967. En los primeros tres años, no hallamos "La página del<br />

Barrio Norte", pero, en 1965, ya esta página había ganado tanto espacio, que salía otra<br />

revista con el nombre de una de las jovencitas que dialogaban en "La página del Barrio<br />

Norte": María Belén. Todo esto muestra la importancia que los marcadores lingüísticos<br />

cobraron en ese período, pues no eran nuevos. En la novela y, especialmente, en el ensayo<br />

argentino, se detectan desde fines del siglo XIX.<br />

2 Un fenómeno de este tipo lo constituye la variante alofónica sorda/sonora en la<br />

pronunciación de los grafemas ll y y en gran parte de nuestro país.<br />

3 Hablamos sólo de las europeas, porque en América las formas de segunda persona no<br />

suelen coincidir con aquéllas. En el español, este fenómeno es muy complejo, y he tratado<br />

de sistematizarlo en un estudio previo (Carricaburo, 1997). En cuanto al portugués, también<br />

existen variantes regionales. Por ejemplo, la zona sur del Brasil conserva el tu, en tanto que<br />

la del norte lo ha reemplazado con el você.<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

BEINHAUER, Werner. 1991. El español coloquial, Madrid, Gredos.<br />

CARRICABURO, Norma. 1994. "Los clasificadores léxicos y la clase alta argentina", Letras,<br />

29-30, enero-diciembre. 1997. Las fórmulas de tratamiento en el español actual, Madrid,<br />

Arco/Libros.<br />

GILI GAYA, Samuel. 1964. Curso superior de sintaxis española, Barcelona, Vox.<br />

HAVERKATE, Henk. 1994. La cortesía verbal. Estudio pragmalingüístico, Madrid, Gredos.<br />

MUJICA LAINEZ, Manuel. 1979. El gran teatro, Barcelona, Planeta.<br />

PÁEZ URDANETA, Iraset. 1981. Historia y geografía hispanoamericana del voseo, Caracas, La<br />

Casa de Bello.<br />

35


PUIG, Manuel. 1979. Pubis angelical, Barcelona, Seix-Barral.<br />

REYES, Graciela. 1998. El abecé de la pragmática, Madrid, Arco/Libros.<br />

WOODWARD SMITH, Elizabeth. 1997. Lo formal y familiar en español e inglés, Universidade<br />

da Coruña.<br />

36<br />

¿Cuáles fueron las coincidencias y las diferencias entre la información del las lecturas<br />

y lo investigado por el grupo?<br />

¿Cuál será la aportación de los enfoques anteriores para la construcción del enfoque<br />

comunicativo y funcional del español?<br />

5. Elaborar un punteo de los aspectos más importantes del tema para presentarlo como<br />

conclusión.<br />

EVALUACIÓN<br />

• La presentación de la información investigada pertinentes al los temas.<br />

• Las diferentes funciones que las gráficas, tablas, diagramas y cuadros sinópticos<br />

tienen en la presentación de información investigada y el contraste con la<br />

información de este documento.<br />

• Las formas de organizar la información en la estructura general del texto (tema y<br />

subtemas, orden cronológico, presentación de un problema y su solución).<br />

• Los modos de presentar las ideas a partir de las relaciones entre los enunciados de<br />

los párrafos (sucesión temporal, definición y ejemplos, clasificación y ejemplos,<br />

comparación entre ideas, orden temático y comentarios o paráfrasis).<br />

• Participaciones relevantes.<br />

• Conocimientos generales.<br />

BLOQUE II. LOS PROCESOS LINGÜÍSTICOS A PARTIR DE SUS ASPECTOS SOCIALES<br />

Y CULTURALES.


Temas<br />

1. Conceptos de lengua cultura y sociedad.<br />

2. La interacción de la lengua con la cultura y la sociedad: identidad, clase social, poder,<br />

“mercado lingüístico”.<br />

3. Reconocimiento de las variantes (“códigos”) sociolingüísticos.<br />

4. <strong>Variación</strong> social, geográfica, histórica, profesional-ocupacional, generacional, por género,<br />

por función comunicativa (registro).<br />

5. Actitudes <strong>lingüística</strong>s y su aprendizaje.<br />

6. La variedad estándar y el papel de la escuela.<br />

PROPÓSITOS DEL BLOQUE.<br />

Que los alumnos de la <strong>Escuela</strong> <strong>Normal</strong> <strong>Superior</strong>:<br />

• Identifiquen algunas características sobre la diversidad <strong>lingüística</strong> y cultural de los<br />

pueblos hispanohablantes.<br />

• Reflexionen sobre algunos prejuicios, estereotipos y formas de discriminación<br />

asociados al modo de hablar de distintos grupos y analicen alternativas para evitarla.<br />

• Tomen conciencia y valoren la diversidad <strong>lingüística</strong> y cultural de los pueblos del<br />

mundo.<br />

• Reflexionen sobre el impacto de la variedad estándar y formal en la socialización del<br />

conocimiento y en la comunicación a través del tiempo y del espacio geográfico, de<br />

La riqueza del contacto entre culturas y lenguas y el dinamismo de las lenguas y su<br />

historicidad.<br />

ACTIVIDADES:<br />

1. Leer los textos<br />

“ La lengua cultura y sociedad” en como hacer cosas con las palabras de Carlos<br />

Lomas. (Materiales de estudio)<br />

“Enseñar lengua” de Daniel Cassany, Marta Luna, Loria Sanz. (Materiales de<br />

estudio)<br />

“Los códigos sociolingüísticos” y “Glosario” en Texto contexto y situación”<br />

Manuel Cerezo Arrias. (Materiales de estudio)<br />

“La cocina de la escritura” Daniel Cassany. (Materiales de estudio) y...<br />

2. Reflexionar acerca de:<br />

• La diversidad como manifiesto de una cultura dinámica y el dinamismo lingüístico<br />

de las sociedades.<br />

• La lengua y su jerarquía de estilo en las diferentes manifestaciones culturales de las<br />

sociedades.<br />

• La utilización del habla en una sociedad y la existencia e implicación de varias<br />

lenguas en una comunidad en contraste con el idioma del país.<br />

37


38<br />

• La educación <strong>lingüística</strong> institucional.<br />

• Los usos lingüísticos y el estatus en la sociedad.<br />

• El uso del lenguaje de acuerdo al género.<br />

• El contexto sociocultural y el uso de la lengua.<br />

• El idiolecto y la diglosia: su diacronía en el mundo actual.<br />

• La interpretación del uso de la lengua bajo parámetros sociológicos.<br />

• Las diferencias entre idiolecto, diglosia y dialecto como manifestaciones culturales<br />

dentro de la sociedad.<br />

• La diversidad <strong>lingüística</strong>. La dialectología y la gramática histórica.<br />

• Las características de una comunidad <strong>lingüística</strong>.<br />

• La variedad estándar.<br />

• El enfoque didáctico de la diversidad socio<strong>lingüística</strong>.<br />

• La formalidad y la informalidad en el lenguaje.<br />

3. Elijan una estructura temática para dar a conocer las reflexiones y utilicen diversos<br />

recursos para socializarlas.<br />

4. Después de leer el texto ¿Qué es la semántica? Respondan a las interrogantes: ¿Cuál es la<br />

importancia de la semántica en la comunicación? ¿Cuál será el papel de la semántica en la<br />

variedad estándar del español en un país? ¿Cómo influyen el significado y la interpretación<br />

de las palabras en las características de una comunidad <strong>lingüística</strong>? ¿Qué se entiende por<br />

connotación y como lo explica la semántica? ¿Cómo interpretas la “lógica simbólica”? ¿De<br />

qué trata la semántica filosófica? ¿Qué aporta la etno<strong>lingüística</strong> al estudio de la variación<br />

<strong>lingüística</strong>? ¿Cuál es el papel de la escuela en la concepción de la variedad estándar de una<br />

lengua?<br />

¿QUÉ ES LA SEMÁNTICA?<br />

Semántica (del griego semantikos, 'lo que tiene significado'), estudio del significado de los<br />

signos lingüísticos, esto es, palabras, expresiones y oraciones. Quienes estudian la semántica<br />

tratan de responder a preguntas del tipo "¿Cuál es el significado de X (la palabra)?". Para<br />

ello tienen que estudiar qué signos existen y cuáles son los que poseen significación —esto<br />

es, qué significan para los hablantes, cómo los designan (es decir, de qué forma se refieren a<br />

ideas y cosas), y por último, cómo los interpretan los oyentes—. La finalidad de la semántica<br />

es establecer el significado de los signos —lo que significan— dentro del proceso que asigna<br />

tales significados.<br />

La semántica se estudia desde una perspectiva filosófica (semántica pura), <strong>lingüística</strong><br />

(semántica teórica y descriptiva) así como desde un enfoque que se conoce por semántica<br />

general. El aspecto filosófico está asentado en el conductismo y se centra en el proceso que<br />

establece la significación. El lingüístico estudia los elementos o los rasgos del significado y<br />

cómo se relacionan dentro del sistema lingüístico. La semántica general se interesa por el<br />

significado, por cómo influye en lo que la gente hace y dice.


Cada uno de estos enfoques tiene aplicaciones específicas. En función de la semántica<br />

descriptiva, la antropología estudia lo que entiende un pueblo por importante desde el punto<br />

de vista cultural. La psicología, sustentada por la semántica teórica, estudia qué proceso<br />

mental supone la comprensión y cómo identifica la gente la adquisición de un significado (así<br />

como un fonema y una estructura sintáctica). El conductismo aplicado a la psicología animal<br />

estudia qué especies animales son capaces de emitir mensajes y cómo lo hacen. Quienes se<br />

apoyan en la semántica general examinan los distintos valores (o connotaciones) de los<br />

signos que supuestamente significan lo mismo, (del tipo 'el manco de Lepanto' y 'el autor del<br />

Quijote', para referirse los dos a Cervantes). La crítica literaria, influida por los estudios que<br />

distinguen la lengua literaria de la popular, describe cómo las metáforas evocan sentimientos<br />

y actitudes, entroncándose también en la semántica general.<br />

LA PERSPECTIVA FILOSÓFICA<br />

A finales del siglo XIX, el lingüista francés Jules Alfred Bréal, propuso la "ciencia de las<br />

significaciones", avanzando un paso más en los planteamientos del suizo Ferdinand de<br />

Saussure, que había investigado de qué forma se vincula el sentido a las expresiones y a los<br />

demás signos. En 1910 los filósofos británicos Alfred North Whitehead y Bertrand Russell<br />

publicaron los Principia Mathematica, (Principios matemáticos) que ejercieron una gran<br />

influencia en el Círculo de Viena, un grupo de filósofos que desarrollaron un estudio filosófico<br />

de gran rigor conocido por positivismo lógico.<br />

LÓGICA SIMBÓLICA<br />

Una de las figuras más destacadas del Círculo de Viena, el filósofo alemán Rudolf Carnap,<br />

realizó su más importante contribución a la semántica filosófica cuando desarrolló la lógica<br />

simbólica: sistema formal que analiza los signos y lo que designan. El positivismo lógico<br />

entiende que el significado es la relación que existe entre las palabras y las cosas, y su<br />

estudio tiene un fundamento empírico: puesto que el lenguaje, idealmente, es un reflejo de<br />

la realidad, sus signos se vinculan con cosas y hechos. Ahora bien, la lógica simbólica usa<br />

una notación matemática para establecer lo que designan los signos, y lo hace de forma más<br />

precisa y clara que la lengua también constituye por sí misma un lenguaje, concretamente<br />

un metalenguaje (lenguaje técnico formal) que se emplea para hablar de la lengua como si<br />

de otro objeto se tratara: la lengua es objeto de un determinado estudio semántico.<br />

Una lengua objeto tiene un hablante (por ejemplo una francesa) que emplea expresiones<br />

(como por ejemplo la plume rouge) para designar un significado, (en este caso para indicar<br />

una determinada pluma —plume— de color rojo —rouge—. La descripción completa de una<br />

lengua objeto se denomina semiótica de esa lengua. La semiótica presenta los siguientes<br />

aspectos: 1) un aspecto semántico, en el que reciben designaciones específicas los signos<br />

(palabras, expresiones y oraciones); 2) un aspecto pragmático, en el que se indican las<br />

relaciones contextuales entre los hablantes y los signos; 3) un aspecto sintáctico, en el que<br />

se indican las relaciones formales que existen entre los elementos que conforman un signo<br />

(por ejemplo, entre los sonidos que forman una oración).<br />

39


Cualquier lengua interpretada según la lógica simbólica es una lengua objeto que tiene unas<br />

reglas que vinculan los signos a sus designaciones. Cada signo que se interpreta tiene una<br />

condición de verdad —una condición que hay que encontrar para que el signo sea<br />

verdadero—. El significado de un signo es lo que designa cuando se satisface su condición de<br />

verdad. Por ejemplo la expresión o signo la luna es una esfera la comprende cualquiera que<br />

sepa español; sin embargo, aunque se comprenda, puede o no ser verdad. La expresión es<br />

verdadera si la cosa a la que la expresión o signo se vincula —la luna— es de verdad una<br />

esfera. Para determinar los valores de verdad del signo cada cual tendrá que comprobarlo<br />

mirando la luna.<br />

SEMÁNTICA DE LOS ACTOS DE HABLA<br />

La lógica simbólica de la escuela positivista intenta captar el significado a través de la<br />

verificación empírica de los signos —es decir, comprobar si la verdad del signo se puede<br />

confirmar observando algo en el mundo real—. Este intento de comprender así el significado<br />

sólo ha tenido un éxito moderado. El filósofo austriaco nacionalizado británico Ludwig<br />

Wittgenstein la abandonó en favor de su filosofía del "lenguaje corriente" donde se afirmaba<br />

que la verdad se basa en el lenguaje diario. Puntualizaba que no todos los signos designan<br />

cosas que existen en el mundo, ni todos los signos se pueden asociar a valores de verdad.<br />

En su enfoque de la semántica filosófica, las reglas del significado se revelan en el uso que<br />

se hace de la lengua.<br />

A partir de la filosofía del lenguaje diario la teoría ha desarrollado la semántica de los actos<br />

de habla, (donde habla es una realización concreta del lenguaje, según fue definida por<br />

Saussure). El filósofo británico J. L. Austin afirma que, cuando una persona dice algo, realiza<br />

un acto de habla, o hace algo, como enunciar, predecir o avisar, y su significado es lo que se<br />

hace en el acto de hablar por medio de la expresión. Recordando y dando un paso más en<br />

esta teoría, el estadounidense John R. Searle se centra en la necesidad de relacionar las<br />

funciones de los signos o expresiones con su contexto social. Afirma que el habla implica al<br />

menos tres tipos de actos: 1) actos locucionarios, cuando se enuncian cosas que tienen<br />

cierto sentido o referencia (del tipo la luna es una esfera); 2) actos ilocucionarios, cuando se<br />

promete o se ordena algo por medio de viva voz, y 3) actos perlocucionarios, cuando el<br />

hablante hace algo al interlocutor mientras habla, como enfurecerlo, consolarlo, prometerle<br />

algo o convencerlo de algo. La fuerza ilocucionaria, que reciben los signos —gracias a las<br />

acciones implícitas en lo que se dice— expresa las intenciones del hablante. Para conseguirlo,<br />

los signos que se empleen tienen que ser adecuados, sinceros y consistentes con las<br />

creencias y conducta del hablante, y así mismo tienen que ser reconocibles por el oyente y<br />

tener para él significado.<br />

La semántica filosófica estudia la distinción entre la semántica organizada sobre los valores<br />

de verdad y la semántica de los actos de habla. Las críticas a esta teoría mantienen que su<br />

verdadera función es analizar el significado de la comunicación (como opuesto al significado<br />

del lenguaje), y que por consiguiente se convierte en pragmática, es decir, en semiótica, y<br />

por tanto relaciona los signos con el conocimiento del mundo que muestran los hablantes y<br />

los oyentes, en lugar de relacionar los signos con lo que designan (aspecto semántico) o de<br />

40


establecer las relaciones formales que hay entre los signos (aspecto sintáctico). Quienes<br />

realizan esta crítica afirman que la semántica debe limitarse a asignar las interpretaciones<br />

que corresponden a los signos, independientemente de quien sea el hablante y el oyente.<br />

PERSPECTIVA LINGÜÍSTICA<br />

Básicamente se distinguen dos escuelas: la semántica descriptiva y la teórica.<br />

SEMÁNTICA DESCRIPTIVA.<br />

Desde esta perspectiva, las investigaciones se centran en examinar lo que significan los<br />

signos en una lengua concreta. Por ejemplo, investigan lo que constituye un nombre, un<br />

sintagma nominal, un verbo o un sintagma verbal. En algunas lenguas como el español, el<br />

análisis se hace a través de la relación sujeto-predicado. En otras lenguas que no tienen<br />

claras las distinciones entre nombres, verbos y preposiciones, se puede decir lo que<br />

significan los signos cuando se analiza la estructura de lo que se llaman proposiciones. En<br />

este análisis, un signo es un operador que se combina con uno o más argumentos, signos<br />

también, —a menudo argumentos nominales (o sintagmas nominales)— o bien relaciona los<br />

argumentos nominales con otros elementos de la expresión (como los sintagmas<br />

preposicionales o los adverbiales). Por ejemplo, en la expresión: El árbitro señaló falta al<br />

delantero, señaló es un operador que relaciona los argumentos 'el árbitro', 'al delantero', con<br />

el operador 'falta'.<br />

Tanto si se hace el análisis basándose en la relación sujeto-predicado, como si se realiza<br />

partiendo de la proposición, la semántica descriptiva fija las clases de expresiones (o clases<br />

de unidades que se pueden sustituir dentro de un mismo signo) y las clases de unidades,<br />

que son las partes de la oración, como se llaman tradicionalmente (como nombres y verbos).<br />

Así pues las clases que resultan, se definen en términos sintácticos, que además ejercen<br />

papeles semánticos; planteado de otra manera, las unidades que constituyen las clases<br />

realizan funciones gramaticales específicas, y cuando las realizan, establecen el significado<br />

por medio de la predicación, la referencia y las distinciones entre entidades, relaciones y<br />

acciones. Por ejemplo 'mojar' pertenece a una determinada clase de expresión que contiene<br />

otras unidades como 'modificar' y 'curar', y también pertenece a la parte de la oración que se<br />

conoce por verbo, donde forma parte de la subclase operadores que necesitan dos<br />

argumentos, uno agente y otro paciente. En La lluvia moja las calles, el papel semántico de<br />

'moja' es el de relacionar dos argumentos nominales ('lluvia' y 'calles'), por lo tanto su papel<br />

semántico es el de identificar un tipo de acción. Desgraciadamente no siempre es posible<br />

establecer una correlación exacta entre clases semánticas y papeles semánticos. Por<br />

ejemplo, 'David' tiene el mismo papel semántico —el de identificar a una persona— en las<br />

siguientes oraciones: No nos parece fácil querer a David y No parece fácil que David nos<br />

quiera. Sin embargo el papel sintáctico de 'David' es diferente en las dos oraciones: en la<br />

primera 'David' es paciente y receptor de la acción, en la segunda es agente.<br />

La antropología, llamada etno<strong>lingüística</strong>, se sirve de la semántica <strong>lingüística</strong> para determinar<br />

cómo expresan los signos de una lengua las percepciones y creencias del pueblo que la<br />

41


habla, y esto es lo que se realiza por medio del análisis semántico formal (o análisis de<br />

componentes). Se entiende por signo una palabra, con unidad propia en el vocabulario, a la<br />

que se llama lexema. El análisis de componentes demuestra la idea de que las categorías<br />

<strong>lingüística</strong>s influyen o determinan la visión del mundo que tiene un determinado pueblo; esta<br />

hipótesis, llamada por algunos "hipótesis de Whorf", la han formulado varios autores y ha<br />

sido muy debatida a principios de este siglo por otros autores como Sapir, Vendryes o<br />

Menéndez Pidal. En el análisis de componentes, los lexemas que pertenecen al mismo campo<br />

de significación, integran el dominio semántico. Éste se caracteriza por una serie de rasgos<br />

semánticos distintivos (componentes o constituyentes) que son las unidades mínimas de<br />

significado que distinguen a un lexema de otro. Un análisis de este tipo fija, por ejemplo, que<br />

en español el dominio semántico de asiento recubre básicamente los lexemas silla, sillón,<br />

sofá, banco, taburete y banqueta que se distinguen entre sí por tener o no respaldo, brazos,<br />

número de personas que se acomodan en el asiento, y altura de las patas. Pero todos los<br />

lexemas tienen en común un componente o rasgo de significación: algo sobre lo que<br />

sentarse.<br />

Con el análisis de componentes, los lingüistas esperan poder identificar el conjunto universal<br />

de los rasgos semánticos que existen, a partir de los cuales cada lengua construye el suyo<br />

propio que la hace distinta de otra. El antropólogo estructuralista francés Claude Lévi-Strauss<br />

ha aplicado la hipótesis de los rasgos semánticos universales para analizar los sistemas de<br />

mito y parentesco de varias culturas. Demostró que los pueblos organizan sus sociedades e<br />

interpretan sus jerarquías en ellas de acuerdo con ciertas reglas, a pesar de las aparentes<br />

diferencias que muestran.<br />

SEMÁNTICA TEÓRICA<br />

Esta escuela busca una teoría general del significado dentro de la lengua. Para sus<br />

seguidores, llamados generativistas, el significado forma parte del conocimiento o<br />

competencia <strong>lingüística</strong> que todo humano posee. La gramática generativa, como modelo de<br />

la competencia <strong>lingüística</strong>, tiene tres componentes: el fonológico, (sistema de sonidos), el<br />

sintáctico y el semántico. Éste último, dado que forma parte de la teoría generativa sobre el<br />

significado, se entiende como un sistema de reglas para decidir cómo hay que interpretar los<br />

signos susceptibles de interpretación y determina qué signos carecen de interpretación<br />

aunque sean expresiones gramaticales. Por ejemplo la frase Los gatos impresionistas pitaron<br />

una escalera carece de significado aunque sea una oración aceptable desde el punto de vista<br />

de su corrección sintáctica, —no hay reglas que puedan interpretarla porque la frase está<br />

semánticamente bloqueada—. Estas mismas reglas también tienen que decidir qué<br />

interpretación es la adecuada en algunas oraciones ambiguas como: Tropezó el burro de<br />

Sancho que puede tener al menos dos interpretaciones.<br />

La semántica generativa surgió para explicar la capacidad que tiene el hablante para producir<br />

y entender expresiones nuevas donde falla la gramática o la sintaxis. Su finalidad es<br />

42


demostrar cómo y por qué una persona, por ejemplo, comprende, en seguida que carece de<br />

significado la oración Los gatos impresionistas pitaron una escalera aunque está construida<br />

según las reglas de la gramática española; o cómo ese hablante decide en cuanto la oye, qué<br />

interpretación da, dentro de las dos posibles, a Tropezó el burro de Sancho.<br />

La semántica generativa desarrolla la hipótesis de que toda la información necesaria para<br />

interpretar semánticamente un signo, (generalmente una oración) está en la estructura<br />

profunda sintáctica o gramatical de la frase. Esa estructura profunda incluye lexemas (que<br />

hay que entender como palabras o unidades del vocabulario que están formadas por rasgos<br />

semánticos que se han seleccionado dentro del conjunto universal de los rasgos semánticos).<br />

En una estructura superficial (esto es cuando se habla) los lexemas aparecerán como<br />

nombres, verbos, adjetivos y otras partes de la oración, es decir, como unidades del<br />

vocabulario. Cuando un hablante produce una oración, asigna a los lexemas los papeles<br />

semánticos (del tipo sujeto, objeto y predicado); el oyente escucha la oración e interpreta<br />

los rasgos semánticos que significan.<br />

Se discute si son distintas la estructura profunda y la interpretación semántica. La mayoría<br />

de los generativistas afirman que una gramática debe generar la serie de expresiones bien<br />

construidas que sean posibles en cada lengua, y que esa gramática debería asignar la<br />

interpretación semántica que corresponda a cada expresión.<br />

Se discute también si la interpretación semántica debe entenderse que está basada en la<br />

estructura sintáctica (esto es, procede de la estructura profunda de la oración), o si debe<br />

estar basada sólo en la semántica. De acuerdo con Noam Chomsky, el fundador de esta<br />

escuela —dentro de una teoría de base sintáctica— puede que la estructura superficial y la<br />

profunda determinen conjuntamente la interpretación semántica de una expresión.<br />

SEMÁNTICA GENERAL<br />

Se centra en responder a la cuestión que plantea cómo los pueblos valoran las palabras y<br />

cómo influye en su conducta esa valoración. Sus principales representantes son el lingüista<br />

estadounidense de origen polaco Alfred Korzybski y el también lingüista y político de la<br />

misma nacionalidad S. I. Hayakawa, quienes se esforzaron en alertar a la gente de los<br />

peligros que conlleva el tratar las palabras sólo en su condición de signos. Estos autores usan<br />

en sus escritos las directrices de la semántica general para invalidar las generalizaciones<br />

poco rigurosas, las actitudes rígidas, la finalidad incorrecta y la imprecisión. No obstante,<br />

algunos filósofos y lingüistas han criticado la semántica general porque carece de rigor<br />

científico, razón por la cual este enfoque ha perdido popularidad.<br />

5.Investigar sobre las variantes sociales, geográficas, históricas, profesionalesocupacionales,<br />

generacionales, de género y de función comunicativa en la sociedad.<br />

43


44<br />

• Compartir<br />

• Analizar<br />

• Reflexionar<br />

• cuestionar<br />

• Concluir<br />

6. Rescatar saberes previos sobre ortografía: ¿Qué es y para qué sirve la ortografía en una<br />

comunicación funcional? ¿Cuál es la importancia de la ortografía en las diferentes lenguas?<br />

¿Marca la ortografía la formación de un lenguaje estándar? ¿Los dialectos tomarán en cuenta<br />

la ortografía?<br />

7. Lean en forma grupal el siguiente texto.<br />

¿PARA QUÉ SIRVE LA ORTOGRAFÍA?<br />

La ortografía se puede describir como: es el uso correcto de las letras para escribir palabras.<br />

Concretamente el término ortografía subraya que las letras se usan de acuerdo con unas<br />

determinadas convenciones que se expresan a través de un conjunto de normas. Éstas<br />

establecen el uso correcto de las letras y los demás signos gráficos en la escritura de una<br />

lengua cualquiera en un tiempo concreto. La escritura alfabética es en su origen una<br />

escritura fonética, ahora bien, no existe alfabeto alguno que sea una representación exacta<br />

de su lengua. Incluso en el caso del español, que es junto al alemán una de las lenguas que<br />

mejor representa su fonética, existen 28 letras para representar sus 24 fonemas básicos.<br />

Esto demuestra que un solo fonema puede escribirse con más de una letra, como el palatal<br />

/y/, que se puede escribir según las normas ortográficas con la letra y o con el dígrafo ll; el<br />

fonema velar /x/, que se escribe por medio de las letras g o j (y en México también x); o el<br />

fonema /s/ que para los latinoamericanos en general se escribe con las letras c, s y z, y en<br />

algunas palabras de origen náhuatl con la letra x. En otras lenguas el desajuste entre la<br />

fonética y la ortografía es mayor, como por ejemplo en el caso del inglés, donde sólo un 25%<br />

de las palabras se escriben siguiendo una adecuación fonética. Además, hay que tener en<br />

cuenta que la pronunciación de una lengua varía de forma notable tanto en el espacio, por lo<br />

que aparecen los dialéctos, como en el tiempo. Por otro lado, algunas normas ortográficas<br />

son de origen gramatical y no fonético como por ejemplo el escribir con mayúscula cualquier<br />

nombre propio, o escribir n ante f o v. Esta exigencia gramatical se aplicará incluso a los<br />

neologismos que puedan entrar en la lengua.<br />

La ortografía no es un mero artificio que pueda cambiarse con facilidad. Un cambio<br />

ortográfico representa un cambio importante en una lengua. La ortografía es el elemento que<br />

mantiene con mayor firmeza la unidad de una lengua hablada por muchas personas<br />

originarias de países muy alejados. Esto ocurre con el español, el árabe, el inglés o el<br />

francés, por poner algunos ejemplos. Si la ortografía cambiara para ajustarse sólo a criterios<br />

fonéticos, el español podría fragmentarse en tantas lenguas como regiones del mundo donde<br />

se habla, pues poseen algunos hábitos articulatorios diferentes, y si se representara en la


escritura, con el paso del tiempo aparecerían graves problemas de comprensión que<br />

conducirían a la incomunicación. La ortografía no es sólo un hecho estrictamente gramatical,<br />

sino que también obedece a motivos claramente extralingüísticos.<br />

En la escritura del español se observan tres grandes etapas, que coinciden en términos<br />

generales con los tres momentos de su evolución histórica. Los primeros documentos que se<br />

escriben en castellano no se ajustan a una única norma ortográfica, porque no existía, pero a<br />

partir del reinado de Alfonso X sí se detecta una cierta uniformidad; ésta es quizás la<br />

escritura más fonética de la historia del idioma, porque intenta reproducir las creaciones<br />

recientes de una lengua que pugna por ocupar el lugar del latín como lengua culta. Por<br />

ejemplo, en esta gráfica medieval tienen su lugar consonantes hoy desaparecidas: ss, que<br />

correspondería a un sonido sordo de [s] en posición intervocálico, ç para un sonido [ts], que<br />

desapareció siglos después y algunos otros.<br />

En el siglo XV Nebrija escribe su Gramática de la lengua castellana y fija en ella la primera<br />

norma ortográfica que reproduce y retoca el humanista Gonzalo Correas en el siglo XVII,<br />

aquí se consagra que la diferencia entre b y v es sólo ortográfica pero no fonética. De<br />

acuerdo con ella, se publican y editan los textos del Siglo de Oro. Los cambios fonéticos de la<br />

lengua hablada, que se habían iniciado con la propagación del castellano por el mundo,<br />

habían concluido y se hacía necesaria una nueva norma ortográfica que los fijara y divulgara<br />

a regiones tan extensas como alejadas: por esta razón en 1741 la Real Academia Española<br />

publica la Ortografía que está prácticamente vigente hasta el siglo XX. En el año 1959 la<br />

Academia publica las Nuevas Normas de Prosodia y Ortografía que se distribuyen por las<br />

estaciones de radio, por las redacciones de los periódicos y se pactan con las otras<br />

academias de la lengua del continente americano lo que garantiza su cumplimiento y<br />

asegura un único criterio para la lengua literaria impresa. Aquí reciben el mismo tratamiento<br />

tanto las normas referidas a la escritura de las palabras como las referidas a los demás<br />

signos que necesita la escritura.<br />

En otras lenguas, las reformas ortográficas proceden también de hechos relacionados con los<br />

cambios fonéticos y gramaticales que cada una sufre a lo largo de su historia; así el<br />

holandés, el francés o el noruego, por citar algunos ejemplos, han sufrido recientes reformas<br />

ortográficas que han patrocinado sus gobiernos respectivos, porque durante el siglo XX todas<br />

las lenguas han conocido la necesidad de adoptar préstamos procedentes de la revolución<br />

tecnológica, informativa y científica; todas están en contacto y se hace necesario fijar con<br />

nitidez las características peculiares de cada una. Ello sin olvidar la presión ejercida por el<br />

inglés que se está consagrando como una auténtica lengua franca. En esta lengua, la obra de<br />

Webster consagró los usos del inglés de Estados Unidos y con ello sus cambios ortográficos<br />

frente a las escrituras del inglés europeo.<br />

En el caso del francés, la primera fijación de la ortografía coincide también con el siglo XVII y<br />

es resultado de la fundación de la Academia Francesa por Richelieu que obligó y consagró de<br />

forma oficial el uso y las normas de la lengua culta. A finales del siglo XVIII había tanta<br />

diferencia entre la lengua culta y la popular, que una de las formas por las que los<br />

revolucionarios franceses descubrían la condición de los nobles, era su forma de leer las<br />

letras del diptongo oi que correspondía a los fonemas /e/ para la lengua culta y /wa/ para la<br />

45


vulgar y popular, consagrándose por razones políticas este valor fonético, sin que ninguna<br />

reforma ortográfica posterior la haya recogido.<br />

Como queda demostrado por todos estos hechos, la ortografía en una lengua no es tan<br />

arbitraria como parece y responde no sólo a la representación fonética de las lenguas, sino<br />

que sobre todo, supone un elemento de cohesión que fija una norma escrita única en las<br />

lenguas que son comunes a países diferentes.<br />

8. Registrar individualmente lo que considere más significativo.<br />

• Leer algunos de los registros<br />

• Retomar y comentar las interrogantes de la actividad 6<br />

• Concluir grupalmente.<br />

9. Analizar las reglas ortográficas que consideren más necesarias.<br />

46<br />

EVALUACIÓN<br />

• Elaboración de un registro individual sobre los temas de este bloque y la congruencia<br />

con los programas de secundaria, mediante un análisis de los contenidos de<br />

aprendizaje que se relacionen con variación <strong>lingüística</strong>.<br />

• Presentación de un ensayo sobre la importancia de conocer, comprender, respetar y<br />

hacer uso de la variedad <strong>lingüística</strong> como parte esencial de la cultura individual<br />

dentro la vida en sociedad.<br />

• Los procesos cognitivos y dominio de contenidos.


BLOQUE III. MÉXICO, UN PAÍS MULTILINGÜE<br />

TEMAS<br />

1. La educación bilingüe: español-lengua indígena.<br />

2. El prejuicio lingüístico frente a las lenguas indígenas.<br />

PROPÓSITOS<br />

Que los maestros en formación:<br />

• Comprendan los beneficios, ventajas y desventajas del multilingüismo como una<br />

característica de nuestro país.<br />

• Analicen palabras y expresiones en el español de México que surgen por el contacto<br />

con culturas y lenguas indígenas o extranjeras.<br />

• Reconozcan y valoren las diversas culturas y lenguas indígenas de México y tomen<br />

conciencia de la discriminación asociada a las formas de hablar de la gente y las<br />

alternativas para evitarla.<br />

• Valoren la influencia de las lenguas indígenas u otras lenguas en el español de<br />

México.<br />

ACTIVIDADES<br />

1. Buscar y leer una versión bilingüe de un texto literario de lengua indígena.<br />

2. Investigar sobre algunos elementos gramaticales de una lengua indígena y los modos<br />

diferentes de construir significados y de nombrar objetos, personas, animales y acciones en<br />

algunas lenguas indígenas y en el español.<br />

• compararlos con el español<br />

3. Organizar una discusión sobre el respeto de la diversidad y la importancia de hablar y<br />

escribir más de una lengua.<br />

4. Hacer un análisis sobre indigenismos y extranjerismos utilizados en nuestra lengua.<br />

5. Investigar las formas del español que se habla en México y los contextos de uso de esas<br />

variedades (regionales, sociales, generacionales y de género); compartir los datos de su<br />

investigación y discutir sobre los problemas sociales relacionados con la aceptación y rechazo<br />

de las diferencias.<br />

48<br />

• Revisar diversos materiales impresos, multimedia o páginas electrónicas y<br />

seleccionar los que se consideren pertinentes. Formar grupos de discusión sobre<br />

los subtemas.


• Elabore un cuadro CQA.<br />

• Registrar conclusiones.<br />

• Compartir lo registrado.<br />

6. Elaborar un esquema entre el contenido de este bloque y la relación con los programas de<br />

secundaria.<br />

EVALUACIÓN<br />

• Elaboración de un registro individual sobre las investigaciones.<br />

• Presentación del esquema de contenidos.<br />

• Participaciones relevantes.<br />

• Forma de presentar los registros de lo investigado.<br />

• Los procesos cognitivos y dominio de contenidos.<br />

EVALUACIÓN FINAL<br />

Un ensayo sobre ¿Qué es la variación <strong>lingüística</strong>?<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

Cabré, M. T. (1994a) A l’entorn de la paraula (I). Lexicologia general. València, Servei de<br />

publicacions de la Universitat de València.<br />

Cabré, M. T. (1994b) A l’entorn de la paraula (II). Lexicologia catalana. València, Servei de<br />

publicacions de la Universitat de València.<br />

Cabré, M. T. (1996) Diversidad en la terminología: de la disciplina a su funcionalidad. En:<br />

Sendébar.<br />

Cabré, M. T (1995) Termiologia: correcció i adequació.<br />

Cabré, M. T. (1992) La terminologia. La teoría, els mètodes, les aplicacions. Barcelona,<br />

Empúries.<br />

Cassany, Daniel (1995), La cocina de la escritura, Barcelona, Anagrama, pp. 186-217.<br />

Cassany, Daniel, Martha Luna y Glòria Sanz (1998), “Introducción”, “Diversidad <strong>lingüística</strong>”,<br />

“Socio<strong>lingüística</strong>” y “Cultura”, en Enseñar lengua, Barcelona, Graó (Serie Lengua, 117), pp.<br />

435-437, 438-460, 461-485 y 538-555.<br />

Carroll, L (1871) Alicia en el país de las maravillas. Madrid, Akal, 1984.<br />

Cerezo Arriaza, Manuel (1997), “Los códigos sociolingüísticos” y “Glosario”, en Texto,<br />

49


contexto y situación. Guía para el desarrollo de las competencias textuales y discursivas,<br />

Barcelona, Octaedro (Nuevos instrumentos, 1), pp. 115-125 y 167-169.<br />

Lomas, Carlos, Andrés Osoro y Amparo Tusón (1997), “Los enfoques pragmáticos,<br />

sociolingüísticos y cognitivos”, en Ciencias del lenguaje, competencia comunicativa y<br />

enseñanza de la lengua, Barcelona, Paidós (Papeles de pedagogía, 13), pp. 29-57.<br />

Lomas, Carlos (1999), “Lengua, cultura y sociedad”, en Cómo enseñar a hacer cosas con las<br />

palabras. Vol. II.Teoría y práctica de la educación <strong>lingüística</strong>, Barcelona, Paidós (Papeles de<br />

pedagogía, 39), pp. 159- 257.<br />

Scalise, S. (1984) Morfologia lessicale. Padua, CLESP.<br />

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA<br />

Páginas de internet del INI(www.ini.gob.mx) y Sedesol<br />

(www.sedesol.gob.mx/perfiles/nacional). Para buscar información actualizada sobre las<br />

características de la población indígena y lenguas indígenas en México y sus hablantes.<br />

Seco, Manuel (1994), Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española, Madrid,<br />

Espasa-Calpe.<br />

50


MATERIALES<br />

DE<br />

APOYO<br />

51


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

52<br />

BLOQUE I<br />

EL ESTUDIO DE LA<br />

LENGUA EN EL<br />

CONTEXTO DE SU USO.<br />

LOS ENFOQUES PRAGMÁTICOS, SOCIOLINGÜÍSTICOS Y COGNITIVOS<br />

Lomas, Carlos, Andrés Osoro y Amparo Tuson,<br />

"Los enfoques pragmáticos, sociolingüísticos y<br />

cognitivos", en Ciencias del lenguaje, competencia<br />

comunicativa y enseñanza de la lengua,<br />

Barcelona, Paidos (Papeles de pedagogia, 13),<br />

1997, pp. 29-57.<br />

Durante el presente siglo y, en parte,<br />

debido a los avances<br />

experimentados por la ciencia<br />

<strong>lingüística</strong>-, han sido muchas las disciplinas<br />

que han incluido dentro de su espacio de<br />

interrogantes la reflexión sobre el lenguaje.<br />

Actualmente, algunas de estas disciplinas<br />

han llegado a resultados en sus<br />

investigaciones que iluminan de forma enriquecedora<br />

nuestra visión de la lengua y de<br />

su uso y que, a nuestro juicio, no pueden<br />

obviarse tanto en la formación inicial de<br />

quienes enseñan lengua como en un trabajo<br />

didáctico orientado a la mejora del uso<br />

expresivo y comprensivo del alumnado,<br />

Las diversas disciplinas a que nos referimos<br />

podrían agruparse dentro de tres grandes<br />

bloques: en primer lugar, la filosofía analítica<br />

o pragmática filosófica, que aborda el estudio<br />

de la actividad <strong>lingüística</strong> entendiéndola como<br />

una parte esencial de la acción humana; en<br />

segundo lugar, la antropología <strong>lingüística</strong> y<br />

cultural, la socio<strong>lingüística</strong> y la sociología<br />

interaccional, que se ocupan de la lengua en<br />

relación con sus usuarios entendidos como<br />

miembros de una comunidad sociocultural<br />

concreta; en tercer lugar, la ciencia cognitiva<br />

(tanto los estudios en psicología como en<br />

inteligencia artificial) que se ocupa de los<br />

procesos cognitivos que subyacen a la<br />

adquisición y al uso de las lenguas.<br />

Actualmente, las aportaciones de este<br />

conjunto de disciplinas tienden a integrarse<br />

en propuestas teóricas y metodológicas que<br />

intentan ser capaces de dar cuenta del complejo<br />

mecanismo que subyace a la<br />

producción y a la comprensión <strong>lingüística</strong> y<br />

no <strong>lingüística</strong> contextualizada.<br />

Así, la <strong>lingüística</strong> textual, el análisis del<br />

discurso, la socio<strong>lingüística</strong> interaccional o la<br />

semiótica aparecen ante nuestros ojos como<br />

disciplinas de gran interés a la hora de<br />

abordar un planteamiento globalizador en la<br />

enseñanza de la lengua. Estos enfoques<br />

tienen al menos dos puntos de coincidencia<br />

que les configuran como una perspectiva<br />

sugerente y útil al acercarse a los fenómenos


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

lingüísticos y comunicativos, y en<br />

consecuencia al programar acciones didácticas<br />

en el aula de lengua orientadas al<br />

logro de las finalidades descritas en los<br />

objetivos generales del área (la competencia<br />

de uso comprensivo y expresivo de los<br />

aprendices):<br />

-Por una parte, su voluntad de centrar el<br />

estudio lingüístico en unidades discursivas<br />

que no se limiten al marco oracional por<br />

considerar que no es la oración el núcleo a<br />

partir del cual es posible entender los<br />

fenóm0enos comunicativos.<br />

- Por otra, la atención a los aspectos<br />

pragmáticos de la comunicación que ligan el<br />

discurso oral, escrito o iconográfico a sus<br />

contextos de producción y recepción.<br />

Estas aproximaciones funcionales al estudio<br />

del lenguaje presuponen que comunicarse es<br />

hacer cosas con determinadas intenciones en<br />

situaciones concretas. No estamos ya ante<br />

sistemas abstractos de signos ajenos a la<br />

voluntad de los usuarios, sino ante prácticas<br />

comunicativas en las que “el lenguaje, la<br />

acción y el conocimiento son inseparables”<br />

(Stubbs, 1983). Y si de lo que se trata es,<br />

desde un punto de vista educativo, desde la<br />

intervención didáctica en el aula de lengua,<br />

de mejorar la competencia comunicativa (de<br />

uso socioculturalmente adecuado a los<br />

diversos contextos y situaciones de<br />

comunicación) del alumnado, entonces habrá<br />

que asumir los límites e insuficiencias de las<br />

teorías gramaticales al acercarse a los<br />

fenómenos de la significación y de la<br />

comunicación y ampliar los horizontes<br />

teóricos de nuestra formación disciplinar con<br />

aquellas visiones que, desde enfoques<br />

cognitivos, sociolingüísticos y pragmáticos,<br />

entienden el discurso como un lugar de<br />

encuentro semiótico entre las diversas<br />

manifestaciones textuales y las variables de<br />

orden situacional y contextual que regulan<br />

los intercambios comunicativos» (Lomas y<br />

Osoro, 1991: 24).<br />

Precedentes de estos enfoques<br />

comunicativos y funcionales de la lengua y<br />

de este interés creciente por el análisis del<br />

uso en sus contextos de recepción y<br />

producción existen ya, como hemos<br />

apuntado, en un pasado remoto con los antiguos<br />

retóricos.<br />

Ya en el siglo XX en su primera mitad,<br />

asistimos, tal y como hemos señalado, a la<br />

hegemonía de las teorías gramaticales, con<br />

su preocupación por la descripción sincrónica,<br />

autónoma y científica de la lengua como<br />

sistema ideal e institución social. En Europa,<br />

el peso de lenguas con amplia tradición<br />

escrita y siglos de reflexión gramatical<br />

acentúa esta visión inmanentista de los<br />

aspectos formales de la lengua (de ahí las<br />

prioridades otorgadas por el estructuralismo<br />

europeo a la fonología y a la morfosintaxis)<br />

aunque se observen ya abundantes<br />

excepciones en su seno. Así, ya en 1929, los<br />

lingüistas de la <strong>Escuela</strong> de Praga afirman en<br />

su primera tésis que la lengua es un sistema<br />

funcional determinado por la intención del<br />

hablante. En consecuencia, (en el análisis<br />

lingüístico debe uno situarse en el punto de<br />

vista de la función” (Trnka y otros, 1971:<br />

31). Buhler (1934) y Jakobson (1963)<br />

insisten en este enfoque funcional al referirse<br />

a la multifuncionalidad del uso lingüístico<br />

(funciones referencial, conativa, emotiva,<br />

poética, fática y meta<strong>lingüística</strong>).,Durante los<br />

años treinta, Bakhtin, para quien “la<br />

interacción verbal constituye la realidad<br />

fundamental de la lengua” o (Voloshinov,<br />

1929), trabaja sobre el carácter dialógico y<br />

polifónico del discurso, y más tarde<br />

53


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

Benveniste (1966, 1974) pone las bases de<br />

la teoría de la enunciación, desarrolladas<br />

luego por Duerot (1984), según la cual el<br />

enunciado cobra sentido a partir del<br />

reconocimiento<br />

enunciador.<br />

de una intención en el<br />

En Estados Unidos, por el contrario, la<br />

necesidad de estudiar las lenguas<br />

amerindias, sin tradición escrita y gramatical,<br />

lleva a un grupo de antropólogos como Boas,<br />

Sapir o Whorf al estudio de los usos<br />

comunicativos, al descubrimiento de<br />

estrechas relaciones entre lengua, cultura y<br />

comunidad y al reconocimiento del papel que<br />

juega el lenguaje en la construcción<br />

sociocultural de los pueblos. Estos<br />

investigadores seguían, de hecho, las ideas<br />

que respecto a la relación entre lengua y<br />

pensamiento y lengua y cultura habían<br />

planteado anteriormente Herder y Humboldt.<br />

A LA PRAGMÁTICA: JUEGOS DE<br />

LENGUAJE, ACTOS DE HABLA Y<br />

PRINCIPIO DE COOPERACIÓN<br />

Si la semántica se plantea la pregunta “Qué<br />

quiere decir X?”, la pragmática intentara<br />

responder (Calsamiglia Tusón, 1991) a<br />

preguntas del tipo<br />

1. “¿Qué quieres decir con X?”<br />

2. “¿Cómo hemos de decir X para pacer lo<br />

que queremos?”<br />

3. “¿Qué hacemos al decir X?”<br />

4. “¿Qué principios máximas /reglas de juego<br />

regulan nuestra actividad <strong>lingüística</strong>?”<br />

5. “¿Qué diferencia hay entre lo que<br />

queremos decir, lo que decimos y lo que<br />

decimos sin querer?” (Reyes, 1990)<br />

El punto de partida de la pragmática es la<br />

consideración de “el hablar, como “un hacer”.<br />

54<br />

La lengua es su uso, y ese uso es siempre<br />

contextualizado. Como señala Levinson<br />

(1983), “la pragmática es el estudio de la<br />

capacidad de los usuarios de una lengua<br />

para asociar oraciones a los contextos en<br />

que dichas oraciones son apropiadas. El<br />

objeto de la pragmática será el estudio de la<br />

lengua en su contexto de producción. Desde<br />

esta perspectiva, se entiende por contexto<br />

no sólo el “escenario” físico en que se realiza<br />

una expresión sino también el bagaje de<br />

conocimientos que se asume como<br />

compartido entre los participantes en un<br />

encuentro comunicativo. Ese conocimiento<br />

compartido es el que asegura el<br />

entendimiento de los hablantes y permite<br />

poner en funcionamiento todo un juego de<br />

presuposiciones. El acto comunicativo no se<br />

entiende como algo estático, ni tan siquiera<br />

como un proceso lineal, sino como un<br />

proceso cooperativo de interpretación de<br />

intenciones. Al producir un enunciado, el<br />

hablante intenta hacer algo, el interlocutor<br />

interpreta esa intención y sobre ella elabora<br />

su respuesta, y sea <strong>lingüística</strong> o no<br />

<strong>lingüística</strong>. Tanto el proceso de manifestación<br />

de intenciones como el proceso de<br />

interpretación exigen que los interlocutores<br />

compartan una serie de convenciones que<br />

permitan otorgar coherencia y sentido a los<br />

enunciados que se producen, sentido que va<br />

más allá del significado gramatical de las<br />

oraciones, como se pone de manifiesto en<br />

los enunciados indirectos.<br />

Wittgenstein (1953) parte de la crítica a la<br />

concepción, largamente mantenida en la<br />

historia de la filosofía, de la separación entre<br />

lenguaje y pensamiento. Niega la existencia<br />

de un espacio interior, privado, donde el<br />

pensamiento se ordena antes de ser<br />

expresado a través del lenguaje. Para Wittgenstein,<br />

el lenguaje se ordena de acuerdo


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

con las reglas de uso público, el significado<br />

de las palabras reside en su uso cultural,<br />

regulado y público y, por lo tanto, es la<br />

cultura, las formas de vida” concepto paralelo<br />

al de “juegos de lenguaje”, la que confiere<br />

significado a los enunciados, En la<br />

proposición 23 leemos: “La expresión juego<br />

de lenguaje ha de subrayar aquí que hablar<br />

es una parte de una actividad o de una forma<br />

de vida”.<br />

El juego de lenguaje es el uso reglamentado<br />

del lenguaje y las reglas se constituyen en la<br />

publicidad del uso lingüístico. En el proceso<br />

de adquisición de una lengua lo que se<br />

adquieren son, precisamente, esas reglas de<br />

uso socialmente marcadas que debemos<br />

aprender a usar en diversas situaciones y<br />

contextos y que, si bien son implícitas, están<br />

en el propio uso, ni están por debajo de él ni<br />

son diferentes a él. En la citada proposición<br />

23 Wittgenstein presenta una lista, a modo<br />

de ejemplo, de la multiplicidad de los juegos<br />

del lenguaje. Entre otros, cita los siguientes:<br />

dar ordenes y actuar siguiendo ordenes,<br />

describir un objeto por su aspecto o por sus<br />

medidas, fabricar un objeto de acuerdo con<br />

una descripción, relatar un suceso, hacer<br />

conjeturas acerca de un suceso, formar y<br />

comprobar una hipótesis, hacer un chiste y<br />

contarlo, suplicar, agradecer, maldecir ,<br />

saludar, rezar... Así pues, el lenguaje no es,<br />

según Wittgenstein, un simple; instrumento<br />

para expresar lo que uno piensa, sino una<br />

forma de actividad, regulada y pública.<br />

La teoría de los actos de habla, formulada<br />

por Austin (1962) y desarrollada<br />

especialmente por Searle (1964, 1969,<br />

1975), propone una explicación del uso<br />

lingüístico basada en la observación de que<br />

cuando producimos un enunciado se realizan<br />

simultáneamente tres actos: el acto elocutivo<br />

la expresión de una oración con un sentido y<br />

un referente determinado, el significado<br />

literal, el acto locutivo la producción de una<br />

enunciación, una promesa, una orden, etc.,<br />

en virtud de una fuerza convencional que se<br />

asocia a la expresión, la fuerza locutiva y el<br />

acto perlocutivo el efecto que se produce en<br />

la audiencia.<br />

El centro de atención para el analista de los<br />

actos de habla es la fuerza ilocutiva, ya que<br />

un mismo acto locutivo puede, dependiendo<br />

del contexto, poseer fuerzas ilocutivas<br />

diferentes; así, una pregunta puede ser<br />

simplemente una petición de información o<br />

una orden, un ruego, etc. La interpretación<br />

correcta de los actos de habla indirectos se<br />

basa, precisamente, en el reconocimiento de<br />

esa fuerza asociada al acto locutivo y que<br />

difiere de su significado literal. Tanto el<br />

hablante como el oyente confían en las<br />

presuposiciones, que hacen referencia al<br />

conocimiento del mundo compartido por<br />

ambos, para que los enunciados quo<br />

producen sean interpretados con éxito. De la<br />

misma manera que Wittgenstein señala que<br />

no se puede hablar del lenguaje desligándolo<br />

de su uso, Austin observa que, excepto en<br />

contadas ocasiones, no se puede decir de los<br />

enunciados que son verdaderos o falsos, sino<br />

que son “afortunados” o “desafortunados”,<br />

en virtud del contexto en que se producen y<br />

de los efectos que provocan.<br />

Grice (1975) plantea que el intercambio<br />

conversacional es similar a cualquier<br />

transacción contractual en la que los<br />

participantes tienen un objetivo en común,<br />

sus actuaciones son mutuamente<br />

interdependientes y existe un acuerdo tácito<br />

para que la transacción continúe hasta que<br />

ambas partes decidan terminarla de común<br />

acuerdo. Esta concepción le llevara a<br />

formular el principio de cooperación como<br />

55


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

principio regulador de todo acto<br />

comunicativo: “Haz que tu contribución a la<br />

conversación sea la adecuada, en el momento<br />

en que se produce, para la finalidad<br />

aceptada del intercambio conversacional en<br />

el que estas participando” (1975: 45-46).<br />

Este principio se completa con las siguientes<br />

cuatro máximas:<br />

1. Cantidad:<br />

1.1. Haz que tu contribución sea tan<br />

informativa como lo exijan los propósitos del<br />

intercambio.<br />

1.2. No hagas tu contribución más<br />

informativa de lo que se exija.<br />

2. Calidad: Trata de que tu contribución sea<br />

verdadera.<br />

2.1. No digas lo que crees que es falso.<br />

2.2. No digas aquello para lo que careces de<br />

evidencia adecuada.<br />

3. Relación: Sé pertinente.<br />

4. Modo: Se claro.<br />

4.1. Evita la oscuridad en la expresión.<br />

4.2. Evita la ambigüedad.<br />

4.3. Se breve.<br />

4.4. Se ordenado.<br />

Grice observa que, si bien estas máximas son<br />

convenciones que regulan los intercambios<br />

comunicativos, en muchas ocasiones se<br />

transgreden o se producen desajustes. En<br />

esos casos, los participantes en el<br />

intercambio realizan un proceso de<br />

implicatura para que quede a salvo el<br />

principio de cooperación. Así como en la<br />

teoría de los actos de habla se distingue<br />

entre el significado literal y la fuerza<br />

ilocutiva, desde la teoría del principio de<br />

cooperación se establece una diferencia entre<br />

“lo que se dice” y “de que se implicata”. Para<br />

Levinson (1983: 97), el concepto de<br />

56<br />

implicatura es altamente interesante porque<br />

“es un ejemplo paradigmático de la<br />

naturaleza y el poder de las explicaciones<br />

pragmáticas de los fenómenos lingüísticos.<br />

Se puede mostrar que el origen de estos<br />

tipos de inferencia pragmática residen fuera<br />

de la organización del lenguaje, en algunos<br />

principios generales de la interacción<br />

cooperativa y, sin embargo, permeabilizan la<br />

estructura del lenguaje.<br />

Posteriormente, Sperber y Wilson (1986) han<br />

señalado que se puede considerar la máxima<br />

de relación o pertinencia como el principio<br />

fundamental del que dependerían las demás<br />

máximas. Plantean que, desde un punto de<br />

vista cognitivo, la producción y la<br />

interpretación de los enunciados se basan en<br />

elegir aquel que se considera más pertinente<br />

para la situación concreta de comunicación<br />

en que se da, es decir, aquel que puede ser<br />

interpretado con un mínimo cóste de<br />

procesamiento. Esta característica del<br />

mecanismo cognitivo es la que justificaría<br />

que a menudo se transgredan otras<br />

máximas.<br />

También muy interesantes resultan los<br />

trabajos sobre la cortesía, entendida como<br />

otro de los principios básicos quo regulan el<br />

uso comunicativo de las lenguas (Brown y<br />

Levinson, 1987). Si partimos de la idea de<br />

que la lengua es un conjunto de opciones<br />

ligadas al contexto y qua tienen un<br />

significado social (Gumperz, 1986),<br />

convendremos en que la elección de una<br />

opción no se produce al azar sino que<br />

existen restricciones de tipo sociocultural e<br />

interpersonal que nos conducen a hacer esa<br />

elección y no otra. Entre esas restricciones<br />

se sitúa la cortesía, la relación entre la<br />

imagen que tenemos del otro y la que<br />

queremos dar de nosotros mismos;<br />

imágenes que construimos o activamos a


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

través de la elección que hacemos entre las<br />

posibilidades que nos ofrece la lengua.<br />

Pensemos, por ejemplo, en las diferencias<br />

que nos sugieren en cuanto a la relación que<br />

existe entre los interlocutores los dos<br />

enunciados siguientes, utilizados ambos para<br />

conseguir que alguien cierre una puerta:<br />

1. iCierra la puerta, caray!<br />

2. Por favor, ¿sería tan amable de cerrar la<br />

puerta?<br />

2.2. ENTRE LA ANTROPOLOGÍA Y LA<br />

SOCIOLOGÍA: SOCIOLINGÜÍSTICA,<br />

ETNOGRAFÍA<br />

COMUNICACIÓN,<br />

DE LA<br />

ETNOMETODOLOGÍA E<br />

INTERACCIONISMO SIMBÓLICO<br />

La socio<strong>lingüística</strong> empieza a desarrollarse en<br />

los años cincuenta con los trabajos de<br />

Weinreich sobre las consecuencias del<br />

contacto de lenguas, los de Haugen sobre el<br />

comportamiento de los inmigrantes bilingües<br />

en Estados Unidos, los primeros análisis de<br />

Gumperz sobre la situación socio<strong>lingüística</strong><br />

en la India y la presentación, por parte de<br />

Ferguson, de la distribución social de las<br />

variedades <strong>lingüística</strong>s.<br />

El objeto de la socio<strong>lingüística</strong> es el uso<br />

lingüístico. Esto implica que se presta una<br />

atención especial a los agentes de ese uso<br />

los hablantes. Los usuarios de la lengua son<br />

considerados como miembros de<br />

comunidades de habla, y una de las<br />

características esenciales de la comunidad de<br />

habla es su diversidad <strong>lingüística</strong>; se parte de<br />

la idea de que sus miembros pueden hablar<br />

más de una variedad o más de una lengua.<br />

La totalidad de los recursos lingüísticos de los<br />

hablantes constituye su repertorio verbal. La<br />

socio<strong>lingüística</strong>, pues, Contra su interés en la<br />

diversidad de usos lingüísticos que<br />

constituyen el repertorio verbal de cada<br />

comunidad de habla y en las<br />

determinaciones<br />

socioeconómicas que condicionan el acceso a<br />

los registros de uso<br />

8. Weinrcich, V. (1953); Haugen, E. (1953),<br />

(1966); Ferguson, C (1959).<br />

(Tuson, 1991 a: 51-53) así como a los<br />

filtros culturales que determinan un acceso<br />

desigual a los usos “legítimos” de la lengua<br />

aquellos que generan beneficios en el<br />

mercado de los intercambios comunicativos y<br />

relegan las variedades ilegítimas a las<br />

posiciones más bajas de la jerarquía de los<br />

estilos expresivos (Bourdieu, 1982).<br />

Durante los años sesenta se desarrollan,<br />

dentro del marco de la socio<strong>lingüística</strong>,<br />

estudios de orientación propiamente<br />

sociológica sobre la situación <strong>lingüística</strong> en<br />

naciones en vías de desarrollo,<br />

especialmente sobre la planificación<br />

<strong>lingüística</strong>, tema en el que convergen otros<br />

muchos problemas, como los criterios que se<br />

usan para decidir que lengua o variedad se<br />

propone como lengua oficial o variedad estándar,<br />

la elaboración de una normativa, el<br />

establecimiento de una política <strong>lingüística</strong>,<br />

etc. La socio<strong>lingüística</strong> demuestra que esas<br />

acciones no son neutras sino que<br />

presuponen determinados valores y posturas<br />

ideológicas por parte de los planificadores.<br />

Se observa que el estudio de los procesos de<br />

estandarización de las lenguas puede ayudar<br />

a entender el lugar que ocupa la lengua<br />

como símbolo de identidad nacional.<br />

También durante los años sesenta<br />

comienzan los trabajos de otra corriente<br />

socio<strong>lingüística</strong>, en cierto modo heredera de<br />

la dialectología, que hoy conocemos como<br />

57


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

“teoría de la variación ” Los trabajos de Labov<br />

sobre el Black English Vernacular demuestran<br />

que la variación no es caótica, sino que sigue<br />

unos patrones y que, por lo tanto, puede ser<br />

descrita sistemáticamente. Actualmente, la<br />

teoría de la variación o socio<strong>lingüística</strong><br />

correlacional ha desarrollado una<br />

metodología muy elaborada que, a partir de<br />

unas reglas de variancia, permite analizar y<br />

predecir las restricciones de carácter social y<br />

cultural a que esta sujeta la variación<br />

<strong>lingüística</strong>.<br />

La etnografía de la comunicación corriente<br />

antropológica que se ha desarrollado a partir<br />

de los años sesenta parte de los trabajos que<br />

habían realizado investigadores como Boas,<br />

Sapir y Malinowski, quienes habían<br />

demostrado, como ya señalamos<br />

anteriormente, la relación existente entre la<br />

lengua y la cultura de los pueblos que habían<br />

estudiado. El significado no es para estos<br />

autores una relación unívoca entre un<br />

referente y la palabra que lo designa sino<br />

entre ésta y un contexto cultural. Analizando<br />

el comportamiento comunicativo de una<br />

comunidad de habla es posible, a su juicio,<br />

entender el mundo cultural de un grupo social<br />

determinado.<br />

Los primeros etnógrafos de la comunicación<br />

(Gumperz y Hymes) configuran esta<br />

disciplina en torno a su objeto de estudio: la<br />

competencia comunicativa. Este término<br />

necesariamente remite al concepto<br />

chomskiano de competencia <strong>lingüística</strong>.<br />

Gumperz (1972: vii) explica así su<br />

concepción de la competencia comunicativa:<br />

(La competencia comunicativa) es aquello<br />

que un hablante necesita saber para<br />

comunicarse de manera eficaz en contextos<br />

culturalmente significantes. Como el término<br />

chomskiano sobre el que se modela, la<br />

competencia comunicativa se refiere a la<br />

58<br />

habilidad para actuar.<br />

9. Fishman, J. A .C. Ferguson y J Das Gupta,<br />

comps. (1958); Fishman, J. (1975).<br />

10 Labov, W. (I972a), (19720); Sankoff, D.,


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

comp. (1978).<br />

11. Labov, W. (1969).<br />

Se hace un esfuerzo para distinguir entre lo<br />

que un hablante sabe sus capacidades<br />

inherentes y la manera como se comporta en<br />

situaciones particulares. Sin embargo,<br />

mientras que los estudiosos de la<br />

competencia <strong>lingüística</strong> tratan de explicar<br />

aquellos aspectos gramaticales que se creen<br />

comunes a todos los humanos,<br />

independientemente de los determinantes<br />

sociales, los estudiosos de la competencia<br />

comunicativa consideran a los hablantes<br />

como miembros de una comunidad, como<br />

exponentes de funciones sociales, y tratan de<br />

explicar cómo usan el lenguaje para<br />

autoidentificarse<br />

actividades.<br />

y llevar a cabo sus<br />

Para los etnográficos de la comunicación, la<br />

competencia comunicativa es un conjunto de<br />

normas que se va adquiriendo a lo largo del<br />

proceso de socialización y, por lo tanto, esta<br />

socioculturalmente condicionada. Los<br />

antropólogos lingüistas han demostrado que<br />

las normas comunicativas varían de cultura a<br />

cultura, e incluso dentro de una misma<br />

cultura de un grupo a otro (jóvenes/adultos,<br />

hombres/mujeres, etc.).<br />

12. Con la publicación citada en la nota 2 se inician<br />

los estudios de la etnografía de la comunicación.<br />

Una revisión y puesta al día de esta disciplina se<br />

puede encontrar en Saville-Troike, M. (1982), Una<br />

propuesta de trabajo en el aula en torno a los usos<br />

orales de la lengua desde la etnografía de la<br />

comunicación la encontramos en Tusón, A. (1991<br />

a). Sobre los usos orales en la escuela nos parecen<br />

útiles las aportaciones de Calsamiglia, H.1991) y<br />

Nussban m, L. t<br />

A medida que nos vamos relacionando con<br />

diversas personas, en contextos diversos,<br />

hablando sobre temas diferentes, vamos<br />

descubriendo y apropiándonos de las normas<br />

que son adecuadas para las diferentes<br />

situaciones comunicativas en que nos<br />

encontramos. Así, vamos distinguiendo<br />

cuando es apropiado hablar de una manera<br />

formal o informal, con quién podemos<br />

“chismorrear” y con quien no (y cómo se<br />

“chismorrea”), delante de quien podemos<br />

decir, palabrotas, y delante de quién no,<br />

cuando es preferible que nos mantengamos<br />

en silencio, etc. La noción de competencia<br />

comunicativa trasciende así su sentido de<br />

conocimiento del código lingüístico para<br />

entenderse como la capacidad de saber que<br />

decir a quien, cuando y cómo decirlo y<br />

cuando callar (Cots y otros, 1990: 55).<br />

Al aprender a hablar, pues, no solo<br />

adquirimos la gramática de una lengua<br />

(aquella que se habla en nuestro entorno)<br />

sino que también aprendemos sus diferentes<br />

registros y, la manera apropiada de usarlos<br />

según las normal de nuestro ambiente<br />

sociocultural. El concepto de competencia<br />

comunicativa se refiere tanto a la<br />

competencia <strong>lingüística</strong> (en el sentido<br />

chomskiano) como a la competencia<br />

pragmática: el componente sociolingüístico,<br />

que nos permite reconocer un contexto<br />

situacional determinado, distinguirlo de otros<br />

y, por lo tanto, seleccionar las normas<br />

apropiadas de comportamiento<br />

comunicativo, la variedad o variedades<br />

<strong>lingüística</strong>s adecuadas, etc.; el componente<br />

discursivo, que nos permite construir<br />

enunciados coherentes en cooperación con el<br />

interlocutor, y el componente estratégico,<br />

gracias al cual somos capaces de reparar los<br />

59


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

posibles conflictos comunicativos e<br />

incrementar la eficacia de la interacción.<br />

Las normas comunicativas abarcan, pues,<br />

conocimientos verbales y no verbales (cinesia<br />

y proxemia), normas de interacción y de<br />

interpretación, estrategias para conseguir las<br />

finalidades que se persiguen y conocimientos<br />

socioculturales (valores, actitudes, relaciones<br />

de poder, etc.). Lógicamente cuando en un<br />

encuentro comunicativo los interlocutores<br />

poseen normas diferentes pueden producirse<br />

con comunicativos y malentendidos (Tuson,<br />

1988).<br />

El interés de la etnografía de la comunicación<br />

reside en que presenta un marco teórico que<br />

sitúa en su justo lugar las diferentes<br />

habilidades que un individuo necesita conocer<br />

y dominar para comportarse de manera<br />

competente, es decir, adecuada, en cualquier<br />

situación. El conocimiento del código la<br />

competencia <strong>lingüística</strong> queda integrado<br />

junto con la competencia pragmática y deja<br />

de ser una pura abstracción. Asimismo, el<br />

conocimiento de la normativa adquiere<br />

sentido ya que cualquier/individuo ha de<br />

saber que, en determinadas situaciones y<br />

para conseguir ciertas finalidades, su<br />

utilización de la lengua, ya sea oral o escrita<br />

(especialmente si es escrita), deberá<br />

adaptarse a las normas académicas si quiere<br />

que su actuación comunicativa sea eficaz.<br />

En los últimos quince años, dentro del marco<br />

de la sociología ha ido creciendo el interés<br />

por el estudio de la interacción humana:<br />

Tanto la etnometodología como el<br />

interaccionismo simbólico ofrecen en sus<br />

estudios aportaciones teóricas y<br />

metodológicas que pueden ser de gran<br />

interés para el estudio del uso lingüístico.0<br />

Los etnometodólogos se han ocupado<br />

especialmente del análisis de la conversación<br />

espontánea entendida como una actividad<br />

60<br />

social más. Parten de la idea de que las<br />

actividades cotidianas que realizan las<br />

personas son métodos que sirven para dar<br />

sentido a las diversas situaciones en que se<br />

encuentran, y consideran que el lenguaje es<br />

un instrumento privilegiado para dar sentido<br />

a una situación. Así, pues, orientan su<br />

estudio hacia el descubrimiento de las vías a<br />

través de las cuales los significados emergen<br />

de una situación concreta, los métodos con<br />

los que los actores interpretan su entorno de<br />

una manera significativa. Uno de los<br />

presupuestos teóricos de la etnometodología<br />

consiste en la consideración de que la<br />

realidad no se descubre, sino que se<br />

interpreta, es decir, que se construye, se<br />

negocia y se mantiene a través de las<br />

interacciones en las que participarnos.<br />

Advierten que la conversación, como<br />

cualquier otra actividad propia del<br />

comportamiento humano, es racional y está<br />

sujeta a reglas que provienen de nuestro<br />

bagaje de experiencias y que constituyen la<br />

propiedad estructural de los actos sociales.<br />

Los etnometodólogos consideran que los<br />

turnos a palabra son el principio organizador<br />

de la conversación (como de muchas otras<br />

actividades: juegos, tráfico, compras, trabajos<br />

en grupo...). El análisis de las<br />

conversaciones espontáneas demuestra que<br />

la organización de los turnos de palabra esa<br />

sujeta a unas reglas y que, a la vez, sirve<br />

para estructurar la conversación. Así, la<br />

coherencia temática en una conversación se<br />

va construyendo de manera articulada<br />

mediante la colaboración de los<br />

participantes. Estudiando la forma como se<br />

organizan los turnos se pueden descubrir los<br />

procedimientos que se utilizan para<br />

“manejar” o “gestionar” la conversación<br />

(conversational management), para iniciar,


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

cambiar o mantener un tema, para cambiar<br />

el tono de la interacción, para reformular la<br />

constelación de los participantes, etc.<br />

Los etnometodólogos establecen una<br />

diferencia entre las conversaciones<br />

espontáneas su objeto de estudio y otros<br />

tipos de interacciones comunicativas, como<br />

las que se produces en el aula, en una sala<br />

de un juzgado, en un debate con moderador,<br />

etc. Estas otras interacciones están también<br />

sujetas a unas reglas, pero son de índole<br />

diferente. Por ejemplo, una regla<br />

fundamental de las conversaciones espontáneas<br />

es que, si quien tiene el uso de la<br />

palabra no selecciona al próximo<br />

participante, cualquiera de los presentes<br />

puede autoseleccionarse pero, en cambio, la<br />

aplicación de esta regla podría resultar del<br />

todo inconveniente en el transcurso de un<br />

juicio.<br />

El interés de la perspectiva etnometodológica<br />

reside, precisamente, en que presenta las<br />

interacciones comunicativas corno<br />

actividades sociales estructuradas y sujetas a<br />

reglas que se adquieren a través de la<br />

experiencia interactiva en que considere el<br />

uso del lenguaje como el mecanismo<br />

fundamental con el que producimos sentido<br />

en esas actividades.<br />

El interaccionismo simbólico considera que<br />

las interacciones son semejantes a los<br />

rituales y, por lo tanto, están altamente<br />

estructuradas. Los participantes, al iniciar<br />

una interacción, establecen un compromiso<br />

conversacional (conversational involvement)<br />

que deberán mantener a lo largo de todo el<br />

encuentro y que romperán al final de común<br />

acuerdo.<br />

Goffman F. (1959) 1974 Y (1931)<br />

Cada participante presenta a la interacción<br />

con una imagen (face) determinada y<br />

durante el transcurso de la interacción ira<br />

negociando con el resto de los participantes<br />

el mantenimiento o el cambio de esa imagen<br />

así como la orientación de la propia<br />

interacción (el tema, el tono, etc.). Para<br />

entender como funciona ese proceso de<br />

negociación es fundamental el concepto de<br />

posición (footing). Las diversas “posiciones”<br />

que adoptan los participantes en un<br />

encuentro comunicativo se manifiestan a<br />

través de señales <strong>lingüística</strong>s y no<br />

<strong>lingüística</strong>s, como la prosodia; la elección del<br />

registro, los gestos, la mirada, etc., y cada<br />

cambio de posición es un índice que sirve<br />

para descubrir como la interacción se organiza<br />

en diversas secuencias que provienen<br />

de la aplicación de unos marcos (frame)<br />

determinados. Los marcos son patrones tipo<br />

de actuación interactiva, de carácter social y<br />

cognitivo y que fundamentan la idea de<br />

considerar la interacción como un ritual.<br />

2.3. LINGÜÍSTICA DEL TEXTO,<br />

ANÁLISIS DEL DISCURSO,<br />

SOCIOLINGÜÍSTICA<br />

INTERACCIONAL,<br />

TEXTUAL...<br />

SEMIÓTICA<br />

Los avances teóricos y metodológicos de las<br />

disciplinas que acabamos de comentar han<br />

contribuido en gran medida a que desde la<br />

<strong>lingüística</strong> se haya planteado el estudio de<br />

unidades supraoracionales como objeto<br />

central de investigación. La <strong>lingüística</strong> del<br />

texto, el análisis del discurso y la<br />

socio<strong>lingüística</strong> interaccional coinciden en<br />

proponer el estudio sistemático de la<br />

producción <strong>lingüística</strong> contextualizada, si<br />

61


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

bien cada una de estas corrientes ha puesto<br />

el acento en unos aspectos determinados de<br />

ese uso y presenta particularidades<br />

metodológicas y analíticas propias.<br />

La <strong>lingüística</strong> del texto comienza en el punto<br />

en que la <strong>lingüística</strong> oracional deja de<br />

proporcionar explicaciones adecuadas a los<br />

fenómenos lingüísticos. Si en sus comienzos<br />

se ocupó del análisis de ciertos aspectos<br />

lingüísticos que operan en la construcción de<br />

los tiempos verbales, el uso del artículo, los<br />

elementos deícticos situacionales, el orden de<br />

las palabras, pronto surgieron cuestiones<br />

como la existencia de un plan textual<br />

subyacente (Van Dijk), los mecanismos de<br />

cohesión (Dressler, Halliday), los<br />

mecanismos de coherencia (Coseriu) y la<br />

coincidencia de emisión-recepción (Schmidt)<br />

que exigían un tratamiento pragmático y, a<br />

la vez, la recuperación de los trabajos de<br />

retórica.<br />

Mientras que la <strong>lingüística</strong> oracional<br />

considera el lenguaje como un sistema de<br />

signos, como un aparato formal, la <strong>lingüística</strong><br />

textual lo considera como una forma de<br />

actividad humana, como un proceso. El texto<br />

es un artefacto planificado con una<br />

orientación pragmática. Para Beaugrande<br />

(1981) son siete las características básicas<br />

de la textualidad: dos de ellas cohesión y<br />

coherencia son nociones centradas en el<br />

texto, propiamente dicho; las otras cinco<br />

intencionalidad, aceptabilidad,<br />

informatividad, situacionalidad e<br />

intertextualidad son nociones centradas en<br />

los usuarios de la lengua.<br />

15. Para una historia de los inicios de la <strong>lingüística</strong><br />

del texto, case Rigau, G. (1981). Una aproximación<br />

al análisis textual europeo la encontramos en<br />

62<br />

Bernárdez, E. (19`<br />

Estas siete características son, para este<br />

autor, principios constitutivos de la<br />

comunicación textual que actúan junto con<br />

tres principios reguladores eficiencia, eficacia<br />

y adecuación. Beaugrande (1981: 31) ve así<br />

la relación entre lo textual y lo pragmático:<br />

Nuestras nociones de cohesión y coherencia<br />

pueden ser útiles para estudiar el texto solo<br />

si con ellas nos referimos a como se<br />

establecen las conexiones entre los<br />

acontecimientos comunicativos. Las<br />

preocupaciones de la pragmática se tienen<br />

en cuenta al explorar las actitudes de los<br />

productores (intencionalidad) y de los<br />

receptores (aceptabilidad) y las situaciones<br />

comunicativas (situacionalidad).<br />

La <strong>lingüística</strong> del texto estudia la<br />

organización del lenguaje más allá del límite<br />

arbitrario de la oración en unidades<br />

<strong>lingüística</strong>s mayores, como la conversación,<br />

investigando el uso del lenguaje en el<br />

contexto de la interacción social.<br />

Se suele hablar de texto frente a discurso, y<br />

referirse a ambos como discurso interactivo.<br />

Uno de los lingüistas del texto más notables,<br />

Van Dijk (1977, 1980), utiliza el termino<br />

para referirse al constructo teórico y<br />

abstracto que se realiza en el discurso: el<br />

texto es al discurso lo que la oración es al<br />

enunciado; para otros autores, sin embargo,<br />

texto es el producto meramente lingüístico<br />

de un intercambio comunicativo mientras<br />

que discurso es ese texto contextualizado,<br />

tomando en consideración todos los<br />

elementos que intervienen en el acto de<br />

comunicación.<br />

16. La recuperación de la retórica clásica en<br />

nuestro siglo tiene su máximo exponente en la<br />

obra de Perelman y Olbrechts-Tyteca (1958). De<br />

gran interés son también los trabajos de Murphy<br />

(1974), el Grupo m y Mortara y seville (1988).<br />

Una introducción a la retórica hecha en nuestro


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

país se puede encontrar en el libro de Albaladejo<br />

(1989).<br />

Siguiendo el pensamiento textual de Van<br />

Dijk, así como una oración es más que la<br />

simple suma de una serie de palabras,<br />

también un texto es una estructura superior<br />

a la simple secuencia de oraciones que<br />

satisfacen las, condiciones de conexión y<br />

coherencia. Este autor establece una<br />

diferencia entre macroestructuras,<br />

microestructuras y superestructuras.<br />

Las macroestructuras son estructuras<br />

textuales globales de naturaleza semántica.<br />

La macroestructura de un texto es una<br />

representación abstracta de la estructura<br />

global de su significado. Mientras que la<br />

secuencia de oraciones debe cumplir la<br />

condición de coherencia lineal, el texto debe<br />

también cumplir la condición de coherencia<br />

global. Cada macroestructura debe cumplir<br />

las condiciones de conexión y coherencia<br />

semánticas en los niveles microestructurales<br />

para que un macronivel pueda ser, a su vez,<br />

micronivel en otro texto. Las<br />

macroestructuras tienen un decisivo papel<br />

cognitivo en la elaboración y en la<br />

comprensión del texto. Sin macroestructura,<br />

al oír a una serie de enunciados nos seria<br />

imposible comprenderlos La existencia de las<br />

macroestructuras es lo que nos permite<br />

resumir el contenido de un texto: producir<br />

otro de extensión menor que guarde relaciones<br />

macroestructurales con el original.<br />

Mientras que las macroestructuras<br />

semánticas explican el significado global de<br />

un texto, las superestructuras son estructuras<br />

textuales globales que caracterizan<br />

el tipo de texto: una estructura narrativa es<br />

una superestructura, independientemente del<br />

contenido (macroestructura) de la narración.<br />

Si la macroestructura es el contenido del<br />

texto, la superestructura es su forma. Las<br />

superestructuras son necesarias para<br />

adecuar el contenido del texto al contexto<br />

comunicativo. Para Van Dijk, las<br />

superestructuras fundamentales son la<br />

narración y la argumentación.<br />

Lo que tienen en común las<br />

macroestructuras y las superestructuras es<br />

que no se definen en relación a oraciones o<br />

secuencias de oraciones aisladas de un<br />

texto, sino en relación al texto en su<br />

conjunto. Por ello se habla de estructuras<br />

globales, a diferencia de las estructuras<br />

locales o microestructuras del nivel<br />

oracional. Si decimos de un texto que se<br />

trata de una narración., estamos<br />

caracterizando el texto globalmente, y no a<br />

las oraciones que lo componen. Las<br />

superestructuras permiten concebir el texto<br />

como un esquema.<br />

La <strong>lingüística</strong> del texto y la pragmática<br />

coinciden necesariamente en su concepción<br />

del juego de la acción comunicativa: el<br />

lenguaje jamás se produce aisladamente,<br />

sino en relación con los factores no<br />

lingüísticos, en el marco de los procesos<br />

interactivos de la comunicación.<br />

La mayor diferencia que existe entre el<br />

análisis lingüístico oracional y el pragmático<br />

textual radica en la consideración del papel<br />

de los interactuantes en la situación<br />

comunicativa: su mutua contribución a la<br />

construcción del sentido y el manejo<br />

competente de los contextos comunicativos<br />

son esenciales para entender Los<br />

mecanismos que rigen la producción y la<br />

comprensión <strong>lingüística</strong>. La teoría que estudio<br />

la comunicación <strong>lingüística</strong> deberá<br />

investigar el lenguaje en su funcionamiento<br />

real no simulado arbitrariamente en el<br />

contexto comunicativo.<br />

La tarea de la <strong>lingüística</strong> del texto consiste<br />

en desarrollar una teoría explícita que de<br />

63


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

cuenta de la producción y recepción do<br />

textos lingüísticos en el marco de los<br />

procesos comunicativos. Por lo tanto, del<br />

mismo modo que recupera la retórica,<br />

integra las aportaciones que la pragmática, la<br />

antropología y la sociología ofrecen en este<br />

terreno.<br />

Tomando como punto de partida la tradición<br />

de la <strong>lingüística</strong> funcional también hoy<br />

llamada <strong>lingüística</strong> sistémica, cuyos máximos<br />

representantes son Firth (1968) y Halliday<br />

(1973, 1978 y 1985), se ha desarrollado,<br />

básicamente en Gran Bretaña, una corriente<br />

conocida con el nombre de análisis del<br />

discurso. Para Brown y Yule (1983), “el<br />

análisis del discurso es, necesariamente, el<br />

análisis del lenguaje en su uso. Como tal, no<br />

puede restringirse a la descripción de las<br />

formas <strong>lingüística</strong>s independientemente de<br />

los propósitos o funciones, que esas formas<br />

desempeñan en los asuntos humanos”. Y,<br />

como postulado metodológico, tal y como<br />

señala McCarthy (1991), “la descripción del<br />

lenguaje más allá de la oración” y el interés<br />

por “el contexto y la influencias culturales<br />

que afectan al uso del lenguaje”.<br />

Los analistas del discurso establecen una<br />

diferencia entre texto y discurso; el texto<br />

sería el producto meramente lingüístico<br />

mientras que el discurso sería ese texto<br />

contextualizado. Parten de datos naturales<br />

procedentes del lenguaje ordinario con el<br />

objetivo de descubrir regularidades y describirlas.<br />

Se considera el discurso como el<br />

resultado de un proceso activo (el<br />

comportamiento linguistico-comunicativo)<br />

que para su análisis exigirá, por lo tanto, que<br />

se tomen en consideración las restricciones<br />

de la producción y de la recepción textual,<br />

Brown y Yule (1983; 36) presentan de este<br />

modo el trabajo del analista del discurso:<br />

64<br />

El analista del discurso trata sus datos corno<br />

la representación auténtica (texto) de un<br />

proceso dinámico en el que un hablante/escritor<br />

usa la lengua como un<br />

instrumento de comunicación en un contexto<br />

para expresar significados y conseguir sus<br />

intenciones (discurso). Trabajando con esos<br />

datos, el analista trata de describir las<br />

regularidades de las realizaciones <strong>lingüística</strong>s<br />

que usa la gente para comunicar esos<br />

significados y esas intenciones.<br />

La noción de contexto abarca tanto el<br />

contexto cognitivo la experiencia acumulada<br />

y estructurada en la memoria como el<br />

contexto cultural las visiones del mundo<br />

compartidas por los participantes en una<br />

interacción y el contexto social los aspectos<br />

institucionales e interactivos que nos<br />

permiten identificar y definir situaciones y<br />

acciones. La referencia al contexto es la que<br />

permite explicar las presuposiciones y las<br />

inferencias en las que se basan la producción<br />

y la comprensión discursivas.<br />

Para el análisis de discurso resultan<br />

centrales, también, las nociones de cohesión<br />

y coherencia. La cohesión remite al texto,<br />

mientras que la coherencia es la<br />

característica fundamental que permite<br />

interpretar el discurso. Para el estudio de la<br />

coherencia discursiva, los analistas del<br />

discurso recurren a la teoría de los actos de<br />

habla y a las aportaciones de los estudios de<br />

inteligencia artificial. Así, hacen intervenir en<br />

su análisis conceptos como marcos, guiones,<br />

escenarios y esquemas.<br />

17 Un excelente libro sobre la importancia de los<br />

avances en Inteligencia Artificial para la enseñanza


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

de la lengua es el de Schank R. C. (1982)<br />

Uno de los aspectos de especial interés de<br />

esta escuela para nuestros propósitos es que<br />

ha tomado como uno de sus campos de<br />

estudio el discurso escolar. Los trabajos de<br />

Sinclair y Coulthard (1975), Stubbs (1976),<br />

Edmonson (1981), entre otros, ofrecen un<br />

modelo de análisis que permite entender las<br />

características específicas de este tipo de<br />

discurso frente al discurso espontáneo o a<br />

otros discursos más formales. Otras de las<br />

preocupaciones de los analistas del discurso<br />

derivada de su interés por el discurso escolar<br />

ha sido la de establecer las diferencias<br />

formales, funcionales, situacionales y<br />

estructurales entre el discurso oral y el<br />

discurso escrito. En este campo son de especial<br />

interés los trabajos de Brown y Yule<br />

(1983) y Perera (1984).<br />

La socio<strong>lingüística</strong> interaccional arranca de la<br />

tradición antropológico-<strong>lingüística</strong> de la<br />

etnografía de la comunicación e incorpora las<br />

aportaciones de la pragmática filosófica, la<br />

psicología social de orientación cognitiva, la<br />

sociología interaccional, el análisis del<br />

discurso y los estudios de inteligencia<br />

artificial que puedan ayudar a la comprensión<br />

del uso lingüístico situado. Los estudiosos<br />

que se enmarcan dentro de esta corriente,<br />

cuyo máximo representante es Gumperz<br />

(1982a, 1982b), consideran la lengua como<br />

uno de los elementos que constituyen la<br />

realidad social y cultural de los grupos<br />

humanos. A la vez, consideran que el uso lingüístico<br />

es expresión y síntoma de esta<br />

realidad, puesto que el mundo socio-cultural<br />

se construye, se mantiene y se transforma a<br />

través, en gran parte, de las interacciones<br />

comunicativas.<br />

Puerto que su objeto de estudio es el uso<br />

lingüístico situado, proponen un análisis que<br />

se caracterice por su multidimensionalidad;<br />

un modelo que de cuenta de la producción<br />

<strong>lingüística</strong> debe integrar los factores verbales<br />

y no verbales de la comunicación así como<br />

los factores cognitivos; situacionales y<br />

socioculturales. En un encuentro<br />

comunicativo, los participantes deben poner<br />

en funcionamiento múltiples competencias<br />

que abarcan todos esos factores y que<br />

constituyen su competencia comunicativa.<br />

Desde esta perspectiva, la interacción<br />

comunicativa se puede considerar como un<br />

tipo específico de texto en el que la<br />

coherencia se construye a través de la<br />

cooperación convencional entre los<br />

participantes, el análisis de la coherencia<br />

textual se lleva a cabo a través del estudio<br />

de la inferencia conversacional, entendida,<br />

en palabras de Gumperz, como “el conjunto<br />

de procesos a través de los cuales los participantes<br />

en una conversación llegan a<br />

interpretar de una manera situada,<br />

contextualizada, las intenciones comunicativas<br />

de los otros participantes y, a partir de<br />

aquí, construyen sus respuestas” (1978:<br />

395). Esta inferencia se basa en las<br />

convenciones contextualizadoras que son un<br />

conjunto de pistas o indicios lingüísticos y no<br />

lingüísticos que sirven para manifestar que<br />

los conversadores están de acuerdo en<br />

mantener la interacción en unos<br />

determinados términos. Las convenciones<br />

contextualizadoras pueden ser la entonación,<br />

el ritmo, el tono de voz, las pausas, los<br />

gestos, los ruidos de asentimiento o<br />

extrañeza, los cambios de lengua o de<br />

registro, etc., y permiten que a lo largo de la<br />

conversación se vaya negociando su propia<br />

estructura y coherencia (mantenimiento o<br />

cambio de tema, organización de los turnos<br />

de palabra, orientación intencional, etc.).<br />

El interés de este tipo de análisis para las<br />

tareas didácticas es múltiple. Apuntaremos<br />

65


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

sólo tres aspectos a modo de ejemplo. En<br />

primer lugar, permite la formación de individuos<br />

competentes oralmente a través del<br />

trabajo sobre el discurso oral, proponiendo<br />

situaciones comunicativas diversas en las<br />

que se hayan de poner en juego habilidades<br />

verbales y no verbales específicas, partiendo<br />

de la reflexión sobre los diferentes elementos<br />

que intervienen en su producción. En<br />

segundo lugar, permite tomar conciencia de<br />

la existencia del currículo “oculto” dentro del<br />

discurso pedagógico, poniendo de relieve la<br />

importancia del autoanálisis para los<br />

enseñantes con el fin de conocer los modelos<br />

que, consciente o inconscientemente,<br />

proponen a través del propio<br />

comportamiento comunicativo. Y, en tercer<br />

lugar, ayuda a comprender la compleja<br />

relación que existe entre el uso oral y escrito<br />

de una lengua al analizar los diferentes<br />

mecanismos que se usan para la<br />

construcción, producción, expresión y<br />

comprensión de la coherencia discursiva o<br />

textual (aspectos gramaticales, prosódicos,<br />

léxicos, etc.). Es evidente que para un<br />

tratamiento adecuado de todo el proceso de<br />

aprendizaje del texto escrito hemos de<br />

conocer mejor las características específicas<br />

del discurso oral espontáneo, ya que esto<br />

permitirá ver los aspectos que son<br />

específicos de cada tipo de texto, ya sea<br />

dicho o escrito.<br />

La semiótica, en fin, en cuanto teoría general<br />

o ciencia de los signos, ha sufrido también en<br />

los últimos años un giro pragmático dando<br />

lugar a enfoques textuales o discursivos en<br />

los que la atención se centra “más” en lo que<br />

los signos hacen que en lo que los signos<br />

representan” (Lozano y otros, 1986: 16). En<br />

este sentido, el objeto de una semiótica de<br />

raíz pragmática sería el de disponer de “una<br />

teoría sobre los modos socioculturales de<br />

66<br />

producción y recepción de los discursos<br />

usados en las interacciones simbólicas” que<br />

estudie “los procesos culturales como<br />

procesos de comunicación entre interlocutores<br />

que presuponen y comparten un<br />

sistema de códigos determinado a través del<br />

cual construyen el conocimiento (...) y<br />

supone entender los fenómenos culturales<br />

(desde el uso de objetos y el intercambio de<br />

bienes y servicios hasta la iconosfera visual y<br />

los intercambios verbales) como un complejo<br />

sistema de significaciones” (Lomas, 1991: 31<br />

y 32). Desde la semiótica textual (Greimas y<br />

(Courtes, 1979; Eco, 1976 y 1979) es<br />

posible dar cuenta de las formas y<br />

estrategias discursivas a través de las cuales<br />

los sujetos (enunciadores y enunciatarios) se<br />

inscriben en el texto y del itinerario de sentido<br />

que recorre éste al servicio del hacer<br />

persuasivo.<br />

El texto así entendido oral, escrito,<br />

iconoverbal, objetual contiene, junto a los<br />

valores semánticos de los enunciados,<br />

instrucciones de uso lector indicaciones<br />

concretas en la fase de enunciación que<br />

actúan como huellas del sujeto enunciador<br />

así como presuposiciones con respecto a la<br />

fase de recepción que consagran<br />

estereotipos de enunciatarios y formas<br />

concretas de percibir el entorno (Lomas,<br />

1991).<br />

Especialmente útil nos parece la semiótica en<br />

su afán de dar cuenta de los procedimientos<br />

iconoverbales de creación<br />

18. Para un análisis de las interferencias de lo oral<br />

en los textos expositivos escolares, véase Tusón,<br />

A. (1991b).<br />

19. Una aplicación al trabajo educativo de los<br />

enfoques de la semiótica textual la hallamos<br />

referida a los textos literarios en Usandizaga, H.<br />

(1991) y (1993) Una aproximación semiótica a los<br />

textos iconográficos la encontramos, en Lomas,<br />

Carlos (1990). Desde una semiótica de orientación


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

pragmática en Lomas (1991) se analizan las bases<br />

para un trabajo escolar sobre el discurso<br />

publicitario. Desde el mismo enfoque, véase Lomas<br />

(1993), donde se justifica la conveniencia del<br />

trabajo didáctico en el aula de lengua con los usos<br />

iconoverbales de la comunicación.<br />

y transmisión del sentido utilizados por las<br />

industrias culturales de la comunicación de<br />

masas. La mirada semiológica de autores<br />

como Barthes (1957 y 1965) o Eco (1965)<br />

sobre los fenómenos de la cultura de masas<br />

(Eco escribirá jugosas páginas sobre la<br />

televisión, el cómic o la publicidad, mientras<br />

Barthes hará lo propio con la moda, la<br />

fotografía o el sistema de objetos) abre el<br />

camino a una perspectiva de análisis que<br />

trasciende metodologías de origen lingüístico<br />

obsesionadas por el puro inventario de<br />

recursos formales y atiende al estudio de los<br />

significados trasladados por la vía de la<br />

connotación y al análisis de las estrategias de<br />

enunciación desplegadas en situaciones<br />

culturalmente determinadas.<br />

Los mensajes simbólicos de la cultura de<br />

masas son así susceptibles de ser leídos<br />

desde la semiótica como usos específicos de<br />

los diversos sistemas de signos: la<br />

persuasión publicitaria, el discurso del cómic,<br />

el lenguaje cinematográfico, el sistema de<br />

objetos, las crónicas de la prensa o los diversos<br />

géneros televisivos constituyen textos<br />

iconoverbales que denotan la mitología<br />

contemporánea y connotan formas concretas<br />

de percibir el entorno sociocultural. La<br />

realidad se construye y se mantiene así al<br />

dictado de sistemas tecnológicos de<br />

comunicación que permiten una difusión a<br />

gran escala y un alto nivel de iconicidad en la<br />

representación medial, y mediatizada, del<br />

espacio real mediante complejas maniobras<br />

retóricas y elaboradas estrategias estilísticas<br />

orientadas a producir determinados efectos<br />

éticos y pragmáticos traducibles en pautas<br />

colectivas de acción. Los usos iconoverbales,<br />

insertos en las industrias audiovisuales de la<br />

comunicación de masas, contienen en su<br />

estructura formal y temática instrucciones de<br />

uso puestas en juego con arreglo a normas<br />

sintácticas y estratagemas discursivas muy<br />

precisas que generan la ilusión de lo real (el<br />

efecto de realidad, la confusión entre las<br />

imágenes de la realidad y la realidad de las<br />

imágenes) hasta crear en los destinatarios<br />

un flujo hipnótico que deviene con frecuencia<br />

en discursos como el publicitario o el<br />

televisivo en eficacísimo recurso de<br />

persuasión ideológica (Lomas, 1990 y 1991).<br />

Desde la escuela es preciso ir produciendo, a<br />

lo largo de toda la educación obligatoria, un<br />

saber comprensivo y metacomunicativo en<br />

torno a los mensajes de la persuasión de<br />

masas, es decir, una competencia lectora<br />

(<strong>lingüística</strong>, discursiva, sociocultural,<br />

espectatorial...) mediante la cual los<br />

alumnos y las alumnas entiendan la<br />

comunicación iconoverbal como un complejo<br />

proceso de producción de sentido orientado a<br />

producir determinados efectos culturales (Lomás,<br />

1993).<br />

Por ello parece cuanto menos razonable<br />

incluir como contenidos de una enseñanza de<br />

la lengua orientada al desarrollo de la<br />

competencia comunicativa del alumnado, tal<br />

y como se hace en los documentos que<br />

regulan el currículo del área (MEC, 1991a,<br />

1991b y 1992a), este tipo de prácticas<br />

discursivas (el discurso del cómic, del cine,<br />

de la prensa, de la televisión, de la<br />

publicidad...) que se articulan a través de un<br />

uso combinado de sistemas icónicos y<br />

verbales de comunicación y que, emitidas<br />

por las industrias culturales mediante<br />

eficacísimos resortes tecnológicos de<br />

naturaleza electrónica o fotográfica,<br />

constituyen el fenómeno cotidiano de los<br />

67


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

mensajes de la comunicación de masas.<br />

Desde el aula, y desde tempranas edades, la<br />

escuela debe incorporar a sus<br />

programaciones didácticas actividades de<br />

enseñanza y aprendizaje orientadas a evitar,<br />

en la medida de lo posible, que los teleniños<br />

y los depredadores audiovisuales que anidan<br />

en las aulas de la escolaridad obligatoria<br />

caigan en la ilusión de lo real y en una<br />

alienación perceptiva que les impida una<br />

comprensión cabal del entorno en el que<br />

viven (Lomas, 1992 y 1993). No hemos de<br />

olvidar que el ámbito escolar es con<br />

frecuencia el único escenario en el que es<br />

posible crear un tiempo y un espacio de<br />

enseñanza y aprendizaje dirigido al desarrollo<br />

de una competencia comunicativa de los<br />

alumnos y de las alumnas que integre, entre<br />

otras destrezas discursivas, estratégicas y<br />

socioculturales, la competencia espectatorial.<br />

De ahí a urgencia por abordar en el aula de<br />

lenguaje, tal y como no sólo sugerimos sino<br />

como ahora prescriben las disposiciones<br />

oficiales ya citadas, el análisis de las estrategias<br />

discursivas de la comunicación<br />

iconoverbal con el fin de impulsar desde<br />

tempranas edades un aprendizaje lector de<br />

los códigos de la persuasión de masas y del<br />

uso que de esos códigos se hacen en sus<br />

contextos sociales de recepción y producción.<br />

Un saber escolar en torno a los usos iconoverbales<br />

(un saber pacer y un saber cómo se<br />

hacen) capaz de impulsar una competencia<br />

espectatorial dirigida a una comunicación<br />

cabal de la iconosfera en la que vivimos<br />

paralela a la competencia <strong>lingüística</strong> del<br />

aprendizaje lectoescritor que la escuela ha<br />

asumido tradicionalmente desde tempranas<br />

edades.<br />

68<br />

2.4. PSICOLOGÍA DEL APRENDIZAJE<br />

Y PSICOLINGÜÍSTICA<br />

Unas breves frases para referirnos a las<br />

aportaciones de la psicolingüistica (y, más<br />

concretamente, a los enfoques cognitivos) y<br />

de la psicología del aprendizaje. La primera,<br />

nacida en buena medida como consecuencia<br />

de la búsqueda de explicaciones validas<br />

sobre la adquisición y el desarrollo del<br />

lenguaje y sobre su uso (Vila, 1993), ofrece<br />

el interés didáctico de ocuparse de los<br />

procesos cognitivos implicados en los<br />

momentos de la comprensión o de la producción<br />

de los mensajes. De hecho, si<br />

observamos con detenimiento los diversos<br />

cambios metodológicos a los que se ha visto<br />

sometida la didáctica de las lenguas en las<br />

últimas décadas, es fácil rastrear en ellos<br />

casi siempre una traducción casi literal de las<br />

concepciones psicolingüisticas dominantes en<br />

cada momento y una voluntad por tanto de<br />

trasladar al campo de los métodos<br />

pedagógicos las visiones que sobre la<br />

adquisición y el desarrollo del lenguaje han<br />

ido teniendo lugar en los últimos tiempos. La<br />

segunda, a través de los distintos enfoques<br />

integrables en una visión constructivista de<br />

los procesos de enseñanza (Coll, 1986,<br />

1990), proporciona una base para entender<br />

los mecanismos del aprendizaje y de la<br />

construcción del conocimiento y, más indirectamente,<br />

los implicados en el aprendizaje<br />

lingüístico.<br />

Por lo que se refiere a los estudios<br />

psicolinguisticos sobre adquisición y<br />

desarrollo del lenguaje, el panorama hasta<br />

los años sesenta refleja el dominio de los<br />

modelos conductistas. El paradigma<br />

conductual insiste en que el aprendizaje de<br />

una lengua se logra con la formación de


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

hábitos lingüísticos mediante la repetición y<br />

el refuerzo. En sintonía con las corrientes<br />

<strong>lingüística</strong>s de signo estructuralista dominantes<br />

entonces en los ámbitos<br />

anglosajones, se defiende que la adquisición<br />

y dominio de una lengua se consigue mediante<br />

el refuerzo de emisiones verbales<br />

correctas y el rechazo de las expresiones<br />

incorrectas. El aprendizaje linguistico será<br />

pues un proceso de adaptación del niño o de<br />

la niña a los estímulos extremos de<br />

corrección y repetición del adulto en las<br />

diversas situaciones de comunicación que<br />

son creadas con estos fines.<br />

La concepción mecanicista del aprendizaje<br />

que subyace a los modelos conductuales<br />

sobre la adquisición y desarrollo del lenguaje<br />

pronto fue adoptada por los lingüistas que<br />

desde los diversos estructuralismos<br />

elaboraban métodos para la y enseñanza de<br />

la lengua. El aprendizaje debía limitarse<br />

entonces a la apropiación de hábitos<br />

fonológicos, morfológicos y sintácticos<br />

mediante metodologías que relegaban al<br />

olvido los aspectos semánticos y pragmáticos<br />

de la comunicación y la consideración por<br />

tanto de que el significado de los enunciados<br />

se construye en el uso lingüístico.<br />

A principios de los años sesenta, los enfoques<br />

racionalistas, con la irrupción de las ideas de<br />

Chomsky como punto de partida, insisten en<br />

atribuir a factores biológicamente innatos los<br />

procesos de desarrollo del lenguaje en los<br />

niños y en las niñas. Con la publicación en<br />

1957 de su tésis doctoral (Syntactic<br />

Structures) Chomsky inaugura la hegemonía<br />

de la gramática generativa y en consecuencia<br />

una visión formal del lenguaje que le lleva a<br />

rechazar que éste se adquiera, como<br />

señalaba la tradición conductista, mediante<br />

estímulos y refuerzos. La adquisición del<br />

lenguaje es ante todo, a juicio de los<br />

psicolinguistas de orientación generativa, la<br />

adquisición de unas reglas gramaticales<br />

(competence) que son las que hacen posibles<br />

las emisiones <strong>lingüística</strong>s del uso<br />

(performance).<br />

Chomsky (1957 y 1965) parte pues como<br />

hipótesis de trabajo de la afirmación de la<br />

existencia de una gramática innata,<br />

universal, común a todos los seres humanos,<br />

entendida como un mecanismo genético<br />

(Language Acquisition Device) que les<br />

permite descubrir las unidades, estructuras y<br />

reglas de combinación del lenguaje. El<br />

lenguaje, así entendido, es un sistema de<br />

reglas para cuyo manejo el ser humano esta<br />

dotado en condiciones normales de<br />

desarrollo. Ello explica una concepción<br />

psicolingüistica de la creatividad <strong>lingüística</strong><br />

concebida como la capacidad natural de la<br />

raza humana para comprender y producir un<br />

número infinito de, enunciados a partir de un<br />

número limitado de reglas combinatorias. De<br />

forma innata, los niños y las niñas elaboran<br />

hipótesis sobre las formas <strong>lingüística</strong>s que<br />

van desarrollando y éstas, al ser<br />

contrastadas con los principios gramaticales<br />

universales, se acaban interiorizando en<br />

estructuras sintácticas.<br />

Chomsky, en su rechazo de las concepciones<br />

conductistas sobre la adquisición del<br />

lenguaje, defiende por tanto una noción del<br />

lenguaje como sistema gobernado por reglas<br />

y unos procesos de adquisición <strong>lingüística</strong><br />

guiados por la interiorización de dichas<br />

reglas (véase capítulo 1 de este libro). De<br />

ahí el rechazo generativista de una tradición<br />

didáctica caracterizada por la imitación, la<br />

repetición sistemática, la memorización o la<br />

descontextualización de los enunciados y la<br />

propuesta, a nuestro juicio insuficiente, de<br />

una metodología de la enseñanza de las<br />

lenguas orientada a la puesta en marcha de<br />

69


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

una serie de prácticas didácticas centradas<br />

en las estructuras de la lengua en el retorno<br />

al estudio de la gramática como principio<br />

rector de la actividad pedagógica. El propio<br />

Chomsky (1974: 155-156) resumía así las<br />

consecuencias didácticas de sus concepciones<br />

teóricas “… ciertas tendencias y<br />

planteamientos en <strong>lingüística</strong> y psicología<br />

pueden tener un impacto potencial en la<br />

enseñanza del lenguaje. Creo que éstos<br />

pueden ser sintetizados de una manera<br />

práctica bajo cuatro epígrafes: el aspecto<br />

creativo del uso del lenguaje; la naturaleza<br />

abstracta de la representación <strong>lingüística</strong>; la<br />

universalidad de la estructura <strong>lingüística</strong><br />

subyacente; el papel de organización intrínseca<br />

de los procesos cognitivos”.<br />

En este intento de demostrar la existencia de<br />

procesos universales en la adquisición y<br />

desarrollo de la competencia <strong>lingüística</strong> del<br />

hablante ideal, se inician las investigaciones<br />

sobre las gramáticas infantiles y la aparición<br />

de las denominadas gramáticas pivot. Estas,<br />

al no atender a los problemas de la<br />

producción del significado, olvidaban algunos<br />

aspectos cognitivos implicados en la<br />

codificación del conocimiento por parte del<br />

niño o de la niña. El relevo lo asume la<br />

semántica, que proclama que el niño o la<br />

niña no solo conocen palabras aisladas sino<br />

las relaciones semánticas subyacentes a las<br />

estructuras superficiales del discurso y por<br />

tanto el sentido de los enunciados. La<br />

gramática del caso (Fillmore, 1968) estudiara<br />

en términos de significados las estructuras<br />

semánticas de las frases nominales en<br />

relación con las verbales. De ahí sus trabajos<br />

sobre las relaciones semánticas de los<br />

primeros enunciados de las hablas de los niños<br />

y de las niñas y en consecuencia sobre<br />

los condicionantes previos que permiten la<br />

aparición del lenguaje.<br />

70<br />

Algunos enfoques actuales sobre la<br />

adquisición y el aprendizaje del lenguaje<br />

revisten un interés innegable para una<br />

didáctica de las lenguas orientada al<br />

desarrollo de la competencia comunicativa<br />

del alumnado. Así, por ejemplo, desde las<br />

visiones cognitivistas (Piaget e Inhelder,<br />

1969), se trata de atender, junto a los<br />

aspectos innatos derivados del equipamiento<br />

genético de los seres humanos, a los<br />

procesos cognitivos y funcionales implicados<br />

en la adquisición y el desarrollo de la lengua<br />

ya que en el curso de su relación con el<br />

medio los niños y las niñas van desarrollando<br />

procesos en los que superan el contenido<br />

particular de los objetos o de las acciones<br />

para dotarlos de función simbólica o<br />

semiótica, es decir, de una capacidad que<br />

“consiste en poder representar algo (un<br />

significado cualquiera: objeto, acontecimiento,<br />

esquema conceptual...) por medio<br />

de un significante diferenciado y que sólo<br />

sirve para esa representación: lenguaje,<br />

imagen mental, gesto simbólico... etc.»<br />

(Piaget e Inhelder; 1969: 59). El desarrollo<br />

en el niño o la niña de la función semiótica<br />

engendra los símbolos (la imitación diferida,<br />

el juego simbólico, la imagen gráfica, el<br />

recuerdo...), que son motivados, y el signo<br />

que, “como convencional, ha de ser<br />

necesariamente colectivo: el niño lo recibe<br />

por el canal de la repetición, pero esta vez<br />

como adquisición de modelos exteriores”<br />

(Piaget e Inhelder, 1969: 64). El niño o la<br />

niña aprenden pues una lengua en su<br />

interacción con el medio físico a la vez que<br />

construyen su inteligencia y elaboran<br />

estrategias de conocimiento y de resolución<br />

de problemas. El lenguaje forma parte así de<br />

las funciones semióticas superiores del ser<br />

humano y tiene por ende una dimensión<br />

esencialmente representativa.


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

Especialmente sugerentes nos parecen las<br />

concepciones psicolingüisticas que ponen el<br />

acento en el origen sociocultural de los<br />

procesos psicológicos superiores (Vygotsky,<br />

1977 y 1979; Luria, 1979) y en la ligazón<br />

entre aprendizaje, desarrollo y contextos de<br />

relación interpersonal. Estas visiones que<br />

ligan la adquisición y el desarrollo de una<br />

lengua a las situaciones socioculturales en<br />

que tiene lugar el uso comunicativo<br />

contribuyen al giro copernicano que desde la<br />

filosofía del lenguaje (la teoría de los actos<br />

de habla de Austin y Searle), desde la<br />

antropología <strong>lingüística</strong> (en especial, desde la<br />

etnografía de la comunicación de Gumperz y<br />

Hymes) y desde las diversas socio<strong>lingüística</strong>s<br />

estaba teniendo lugar en los estudios sobre<br />

el lenguaje (ver en este sentido los capítulos<br />

2.1, 2.2 y 2.3 de este volumen). Es a nuestro<br />

juicio evidente la solidaridad entre estas<br />

teorías funcionales sobre la adquisición y el<br />

aprendizaje del lenguaje y las concepciones<br />

pragmáticas con su énfasis en las<br />

determinaciones culturales del uso<br />

lingüístico. Hablar una lengua no es solo<br />

conocer las reglas del lenguaje sino saber<br />

usarla de forma adecuada en sus contextos<br />

de producción y recepción (la competencia<br />

<strong>lingüística</strong> como parte de la competencia comunicativa).<br />

Al insistir en el uso verbal como<br />

una acción orientada a producir efectos en<br />

situaciones de comunicación concretas, las<br />

ciencias del lenguaje de orientación pragmática<br />

iban a coincidir en sus postulados con<br />

los derivados de la revolución iniciada con la<br />

publicación de las obras de Lev S. Vygotsky.<br />

Para el psicólogo ruso, el lenguaje es antes<br />

comunicación que representación y el<br />

desarrollo del conocimiento humano esta<br />

íntimamente condicionado por los<br />

intercambios comunicativos.<br />

Como demuestran los estudios de<br />

psico<strong>lingüística</strong> y psicología evolutiva de las<br />

últimas dos décadas, el lenguaje no sólo<br />

requiere bases cognitivas sino sobre todo<br />

situaciones comunicativas. Las interacciones<br />

verbales en este sentido “desempeñan un<br />

papel esencial en la organización de las<br />

funciones psicológicas superiores” facilitando<br />

el desarrollo de “las formas más puramente<br />

humanas de la inteligencia práctica y<br />

abstracta” (Vygotsky, 1979: 47 y 48). No<br />

estamos ya tan sólo ante estructuras innatas<br />

sino ante instrumentos que regulan<br />

conductas y controlan los intercambios<br />

comunicativos. Estos enfoques<br />

sociocognitivos dan un valor relevante a los<br />

factores sociales que determinan el<br />

desarrollo del lenguaje. Éste es entendido<br />

como una acción sociocomunicativa que es<br />

fruto de la interacción entre el organismo y<br />

el entorno cultural. El ser humano construye,<br />

en su relación con el medio físico y social,<br />

esquemas de representación y comunicación<br />

que ponen las bases para el desarrollo de las<br />

funciones psíquicas superiores mediante una<br />

interiorización gradual que a la postre deriva<br />

en pensamiento. O dicho de otra manera,<br />

“las relaciones sociales, o relaciones .entre<br />

personas, subyacen genéticamente a todas<br />

las funciones superiores y a sus relaciones”<br />

(Wertsch, 1988: 77).<br />

Tras el fracaso de los modelos innatistas y<br />

sintácticos, el auge de los enfoques<br />

sociocognitivos sobre la adquisición del<br />

lenguaje y la incorporación de los aspectos<br />

semánticos y pragmáticos al estudio de la<br />

lengua traerá como consecuencia una nueva<br />

perspectiva de acercamiento a los fenómenos<br />

de la significación y de la<br />

comunicación y en consecuencia un nuevo<br />

paradigma en el campo de la didáctica, el<br />

denominado “enfoque comunicativo” de la<br />

enseñanza de las lenguas (ver a continuación<br />

71


LOS ENFOQUES PRAGMATICOS, SOCIOLINGÜISTICOS Y COGNITIVOS______________<br />

el capítulo 3 de este volumen).<br />

El acento puesto por estos enfoques<br />

pragmáticos, sociolingüísticos, discursivos y<br />

psicolingüísticos en la descripción de los usos<br />

verbales y no verbales de la comunicación,<br />

de los procesos implicados en la comprensión<br />

y en la producción de los mensajes y de las<br />

determinaciones socioculturales que regulan,<br />

la expresión y la recepción de los discursos<br />

supone sin duda un marco teórico atractivo<br />

para un trabajo en el aula, de lengua<br />

orientado al desarrollo de la competencia<br />

comunicativa del alumnado. Lo que sigue es<br />

un intento en este sentido de extraer algunas<br />

consecuencias didácticas que orienten las<br />

tareas escolares de quienes enseñamos<br />

lengua desde estos presupuestos y desde<br />

estas finalidades.<br />

72


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

BLOQUE II<br />

LOS ASPECTOS<br />

LINGÜÍSTICOS A<br />

PARTIR DE SUS<br />

ASPECTOS SOCIALES<br />

Y CULTURALES<br />

COMO ENSEÑAR A HACER LAS COSAS<br />

CON LAS PALABRAS<br />

VOL. II<br />

LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD<br />

Lomas, Carlos (1999), "Lengua, cultura y<br />

sociedad", en Cómo enseñar a hacer cosas con las<br />

palabras. Vol.II. Teoría y práctica de la educación<br />

<strong>lingüística</strong>, Barcelona, Paidós (Papeles de<br />

pedagogía, 39), pp. 159-257.<br />

La diversidad <strong>lingüística</strong> se manifiesta<br />

en las diversas variedades (dialéctos,<br />

registros, estilos, lenguas) que se<br />

usan en una comunidad de habla<br />

determinada, es decir, en su repertorio<br />

lingüístico o verbal. La diversidad pragmática<br />

se manifiesta en las formas en que todas<br />

esas variedades son usadas: quien las usa,<br />

cuándo, con que finalidades, etc., es decir,<br />

en las prácticas socio<strong>lingüística</strong>s que se<br />

producen en esa colectividad.<br />

AMPARO TUSÓN VALLS*<br />

Los usos sociales de la lengua reproducen en<br />

el orden simbólico el sistema de las<br />

diferencias sociales. Hablar es apropiarse de<br />

uno u otros de los estilos expresivos ya<br />

constituidos en y para el uso, y<br />

objetivamente caracterizados por su posición<br />

en una jerarquía de estilo que expresa la<br />

jerarquía de los correspondientes grupos<br />

sociales.<br />

PIERRE BOURDIEU**<br />

Nos quejarnos de la confusión de lenguas, de<br />

la variedad de conversaciones, porque<br />

soñamos con la atención universal, inabarcable<br />

para, nuestra finitud. Pero la cultura es<br />

una conversación cuyo centro no está en<br />

ninguna parte. La verdadera cultura<br />

universal no es la utópica Aldea Global; es la<br />

babélica multitud de aldeas.<br />

GABRIEL ZAID***<br />

73


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

La educación debe estar siempre al servicio<br />

de la diversidad <strong>lingüística</strong> y cultural, y de las<br />

relaciones armoniosas entre las diferentes<br />

comunidades <strong>lingüística</strong>s del mundo.<br />

Declaración Universal de Derechos<br />

Lingüísticos, 1996.<br />

Amparo Tusón Valls, Análisis de la conversación,<br />

Barcelona, Ariel, 1997, pág, 89.<br />

*** Pierre Bourdieu, ¿Qué significa hablar?<br />

Economía de los intercambios lingüísticos..Madrid,<br />

Akal, 1985, pág. 28.<br />

Gabriel Zaid, Los demasiados libros, Barcelona,<br />

Anagrama, 1996, pág. 26.<br />

74<br />

3.8.1. LENGUA, CULTURA Y<br />

SOCIEDAD<br />

Durante las últimas décadas el<br />

estructuralismo lingüístico y la <strong>lingüística</strong><br />

generativa han indagado en los entresijos de<br />

la gramática de las lenguas con el fin de<br />

analizar como se organiza ese objeto formal<br />

que es el código de una lengua y cuales son<br />

las reglas que hacen posible la emisión y la<br />

comprensión de las oraciones. Sin embargo,<br />

y de forma deliberada, olvidaron algo tan<br />

obvio como que una lengua no solo es una<br />

tupida red de entresijos gramaticales sino<br />

también, y sobre todo, algo que sirve para<br />

que las personas hagan algunas cosas con<br />

las palabras en diferentes contextos de<br />

comunicación Como señala Graciela Reyes<br />

(1990, pág. 14): “Somos lo que hablamos y<br />

nos hablan”. De ahí que al aprender a usar<br />

una lengua aprendamos no solo a emitir<br />

frases gramaticalmente correctas sino<br />

también a saber que decir a quien, y cuando,<br />

como y en que contextos decirlo (y que y<br />

cuando callar). 0 sea, a utilizar esa lengua<br />

no solo de una manera correcta sino también<br />

adecuada a las características del contexto<br />

interpersonal y social en que tienen lugar los<br />

intercambios lingüísticos entre las personas.<br />

Lo dijo hace tiempo alguien tan poco<br />

sospechoso de veleidades socio<strong>lingüística</strong>s<br />

como Roman Jakobson (1963 [1984, pág.<br />

15]) al escribir que “lengua y cultura se<br />

implican mutuamente por lo que la lengua<br />

debe concebirse como parte integrante de la<br />

vida en sociedad”. Pese a ello, a menudo se<br />

ha olvidado, en la <strong>lingüística</strong> contemporánea<br />

y en las escuelas e institutos, algo tan obvio<br />

como que las personas hablan entre sí en los<br />

diferentes ámbitos de la vida social y que<br />

cuando hablan lo hacen de maneras<br />

diferente porque utilizan una u otra variedad


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

<strong>lingüística</strong> (dialéctos, registros, sociolectos,<br />

estilos...), usan unas u otras estrategias<br />

discursivas y poseen una mayor o menor<br />

cantidad de capital lingüístico.<br />

Quizás una de las causas (aunque no la<br />

única) de este olvido sea el vértigo<br />

epistemológico que produce el estudio de<br />

algo tan diverso como el uso lingüístico de<br />

las personas en nuestras sociedades. Porque,<br />

corno acabamos de señalar, no todas las<br />

personas usan de la misma manera la lengua<br />

en los diferentes contextos del intercambio<br />

lingüístico. Si bien es cierto que, como<br />

señalara Roger Bacon hace siglos (1214-<br />

1294) “la gramática es, en lo esencial, una y<br />

la misma para todas las lenguas”, también lo<br />

es que el uso lingüístico no es uno e igual<br />

para todas las personas sino diverso y<br />

desigual. Cualquier lengua es diversa en<br />

tanto que es usada, ya que en el uso<br />

lingüístico de cada persona intervienen de<br />

una manera determinante diferentes factores<br />

geográficos, culturales, sociales e<br />

individuales. Quizá por ello el uso de la<br />

lengua es un espejo privilegiado de la<br />

diversidad <strong>lingüística</strong> y sociocultural de<br />

nuestras sociedades. En ellas las personas<br />

desempeñan unos u otros oficios, tienen una<br />

determinada edad y un determinado sexo,<br />

pertenecen a una u otra clase social, tienen<br />

una ideología y un determinado capital<br />

cultural, nacen o viven en una comunidad<br />

donde se hablan una o varias lenguas, donde<br />

se usa de manera habitual una variedad<br />

dialectal... Esta diversidad (y esta<br />

desigualdad) <strong>lingüística</strong> y cultural en<br />

nuestras sociedades tienen su reflejo en el<br />

uso lingüístico a través de diversas manifestaciones:<br />

sociolectos, registros, jergas,<br />

dialéctos, bilingüismo, diglosia,<br />

interferencias...<br />

Esto, es algo tan obvio que ya nadie lo niega.<br />

Abundan las investigaciones en el ámbito de<br />

la dialectología, de las diversas,<br />

socio<strong>lingüística</strong>s, de la antropología<br />

<strong>lingüística</strong> y cultural, de la etnografía del<br />

habla, del análisis del discurso y de la<br />

psicología social que demuestran con<br />

absoluta contundencia el influjo de los<br />

contextos sociales en el uso que los<br />

hablantes hacen de sus lenguas. Una<br />

<strong>lingüística</strong> socialmente conformada estudia<br />

“el lenguaje como parte de la conducta<br />

comunicativa y de la acción social” (Hymes,<br />

1974, pág. 196) ya que considera “a los<br />

hablantes como miembros de una<br />

comunidad, como exponentes de funciones<br />

sociales, y trata de explicar como usan el<br />

lenguaje para autoidentificarse y llevar a<br />

cabo sus actividades” (Gumperz y Hymes,<br />

1972, pág. VII).<br />

Hasta no hace mucho tiempo se creía que la<br />

diversidad <strong>lingüística</strong> era algo caótico e<br />

imposible de constituirse en un objeto de<br />

estudio en el ámbito de las ciencias sociales.<br />

Hoy, sin embargo, el acercamiento<br />

interdisciplinar al uso lingüístico de las personas<br />

en sus contextos sociales (véase el<br />

epígrafe 6 de este capítulo) se, traduce en<br />

un enfoque de estudio del lenguaje que se<br />

ocupa “del uso de los enunciados en el<br />

discurso, dentro de una, situación<br />

comunicativa inseparable del contexto social.<br />

Los fenómenos del orden social se incorporan<br />

así al análisis lingüístico y” con el fin de<br />

lograr un conocimiento más profundo del<br />

lenguaje, se concede prioridad a lo social<br />

antes que a lo lingüístico” (Lavandera, 19,88<br />

[1992, pág. 19]). Si el énfasis en otros<br />

enfoques de estudio como la retórica, la<br />

pragmática y el análisis de la conversación,<br />

se ponía en el estudio del contexto<br />

interpersonal, tal y como analizamos en<br />

algunos apartados de los epígrafes 4 y 6 de<br />

75


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

este capítulo, ahora el acento se sitúa en el<br />

contexto social, encontró y se distribuyen el<br />

poder el capital lingüístico en la sociedad y<br />

en cómo el lenguaje refleja esa desigual<br />

distribución del poder y del capital lingüístico<br />

en el intercambio lingüístico de las personas<br />

y de los grupos sociales.<br />

Desde este punto de vista, tener en cuenta el<br />

contexto social en el que tienen lugar los<br />

intercambios lingüísticos exige tener en<br />

cuenta no sólo el contexto interpersonal de la<br />

interacción (intenciones, situación de<br />

comunicación y estrategias de hablantes y<br />

oyentes) sino también como esta organizada<br />

la sociedad, cual es el estatus de cada<br />

persona en cada contexto comunicativo,<br />

como se expresan en el uso lingüístico las<br />

diferencias y las desigualdades<br />

socioculturales, cómo y en que situación se<br />

utilizan unas u otras variedades<br />

<strong>lingüística</strong>s..Por ello es esencial analizar (y<br />

hacerlo también en las aulas) no sólo cómo la<br />

organización de la sociedad influye en los<br />

usos lingüísticos de los hablantes sino también<br />

indagar sobre cómo los diferentes usos<br />

de la lengua y algunas actitudes ante esos<br />

usos contribuyen a mantener y a reproducir<br />

hasta el infinito las desigualdades<br />

socioculturales en nuestras sociedades. Dicho<br />

de otra manera: el uso lingüístico es un<br />

espejo de la diversidad (y de la desigualdad)<br />

sociocultural de las comunidades de habla la<br />

vez que los usos de la lengua contribuyen de<br />

un modo eficacísimo a la construcción de la<br />

identidad cultural de las personas y de los<br />

grupos sociales.<br />

Cuando las personas hablan en sociedad<br />

utilizan<br />

a) unas u otras variedades geográficas o<br />

dialéctos, con las que subrayan verbalmente<br />

76<br />

su origen geográfico;<br />

b) unas u otras variedades sociales o<br />

sociolectos, con las que reflejan su<br />

vinculación a determinados grupos sociales<br />

(clase social, sexo, edad, etc.);<br />

c) unas u otras variedades funcionales o<br />

situacionales, es decir, usan unos u otros<br />

registros en función de las características de<br />

la situación comunicativa (el tema, la<br />

intención, los interlocutores, el contexto<br />

social, etc.); y<br />

d) unos u otros estilos o idiolectos, con los<br />

que denotan sus características individuales.<br />

Es obvio que cuando las personas hacen<br />

cosas con las palabras (Austin, 1962) estas<br />

variedades <strong>lingüística</strong>s no aparecen de una<br />

forma aislada. Cuando una persona habla<br />

con otras personas saltan al escenario verbal<br />

a la vez su identidad geográfica, sociocultural<br />

e individual y, claro esta, usa la<br />

palabra en una situación comunicativa<br />

determinada (Lomas y Tusón, 1995. pág.5).<br />

Por ello en este epígrafe, titulado<br />

genéricamente Lengua, cultura y sociedad”,<br />

aludiremos a las lenguas y a los dialéctos<br />

pero también a otros asuntos de una<br />

especial relevancia ideológica como lengua y<br />

clase social, lengua y genero, lengua y<br />

poder, lengua y desigualdad, lengua y<br />

emancipación social...<br />

En el ámbito de la educación <strong>lingüística</strong> es<br />

esencial contribuir a la adquisición de los<br />

conocimientos y de las actitudes que favorezcan<br />

una conciencia crítica del papel que<br />

desempeña el uso lingüístico no solo en la<br />

interacción comunicativa de los hablantes<br />

sino también en la construcción de la<br />

identidad personal y cultural de las personas<br />

y de los grupos sociales y en el<br />

mantenimiento de la realidad social, Es<br />

urgente volver a pensar en las aulas sobre la


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

diversidad <strong>lingüística</strong> y cultural en nuestras<br />

sociedades con la voluntad de indagar no<br />

sólo sobre las lenguas y sus variedades<br />

geográficas sino también sobre cómo los<br />

bienes de la lengua están injustamente<br />

distribuidos en el mercado de los intercambios<br />

lingüísticos ya que no todas las<br />

personas tienen acceso a las diferentes<br />

situaciones y contextos de comunicación ni<br />

están en igualdad en la hora de adquirir las<br />

habilidades comunicativas que hacen posible<br />

un uso adecuado de la lengua.<br />

Por otra parte, abundan a nuestro alrededor<br />

una serie de actitudes <strong>lingüística</strong>s que, en<br />

forma de prejuicios ideológicos y<br />

sociolingüísticos, asignan un diferente valor a<br />

unas u otras lenguas, a unas u otras<br />

variedades geográficas o sociales, y a unos u<br />

otros usos. Cuando alguien opina que es<br />

mejor el castellano de Burgos que el de Jaén,<br />

cuando alguien afirma que existen lenguas<br />

vulgares y cultas cuando en las comunidades<br />

con lenguas en contacto se opina sobre<br />

cuando, cómo y en que lengua se ha de<br />

hablar y enseñar, cuando se niega que el uso<br />

del lenguaje sea sexista o cuando en fin se<br />

considera que el habla de tal zona<br />

geográfica, o de tal clase social, es el habla<br />

correcta (y por tanto legítima) y cualquier<br />

otro uso dialectal, cualquier otro sociolecto,<br />

cualquier otro registro o cualquier otro estilo<br />

es incorrecto (y par tanto ilegítimo),unos y<br />

otros no están haciendo otra cosa que<br />

confirmar que todas las personas tenemos a<br />

menudo de una manera inconsciente una<br />

determinada teoría sobre la lengua y sobre<br />

los usos lingüísticos. En este contexto<br />

conviene contribuir desde la educación<br />

<strong>lingüística</strong> a la conciencia de las personas<br />

sobre sus teorías sobre la lengua fomentando<br />

el aprendizaje no solo de conocimientos<br />

lingüísticos sino también de actitudes de<br />

aprecio a la diversidad <strong>lingüística</strong> y a la<br />

pluralidad cultural de nuestras sociedades.<br />

Hasta ahora, la educación <strong>lingüística</strong> tenía<br />

como objetivo esencial el conocimiento de la<br />

gramática de la lengua y el dominio de una<br />

escritura atenta tan solo a la corrección<br />

ortográfica y a la precisión léxica. En algunos<br />

casos se estudiaban los dialéctos como<br />

formas de hablar una lengua un tanto<br />

incorrecta e incluso vulgares mientras casi<br />

nunca se reflexionaba sobre los prejuicios<br />

asociados al menosprecio las variedades<br />

dialectales y al elogio de la variedad<br />

estándar de lengua., También, en algún<br />

momento de la educación <strong>lingüística</strong>, se<br />

hacía referencia a “las otras lenguas de<br />

España” sin ahondar en exceso en aspectos<br />

tan esenciales como el bilingüismo, la<br />

diglosia, las actitudes <strong>lingüística</strong>s, las<br />

interferencias entre una y otra lengua y las<br />

ideologías socio<strong>lingüística</strong>s. En nuestra<br />

opinión conviene insistir en las aulas en un<br />

estudio de la diversidad <strong>lingüística</strong> en<br />

nuestras sociedades que incorpore la<br />

reflexión sobre los factores económicos,<br />

culturales y sociales que influyen en el uso<br />

de las lenguas y sobre cómo éste depende<br />

no solo de las capacidades innatas de los<br />

hablantes y de la gramática de cada lengua<br />

sino también de la pertenencia de las<br />

personas a una determinada clase social, a<br />

un sexo, a una generación, a una comunidad<br />

monolingüe o bilingüe...<br />

Por otra parte, no hay que ir fuera de las<br />

aulas para estar ante el espectáculo de la<br />

diversidad <strong>lingüística</strong>. En el escenario<br />

comunicativo del aula y en el uso lingüístico<br />

de los alumnos y de las alumnas<br />

encontramos indicios suficientes de esa<br />

diversidad <strong>lingüística</strong> y cultural tan<br />

heterogénea y tan desigual. Observar y<br />

reflexionar sobre el habla en las aulas es de<br />

77


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

nuevo (como insistimos a lo largo y ancho de<br />

este manual) una estrategia educativa<br />

esencial para favorecer la conciencia de los<br />

alumnos y de las alumnas sobre el uso<br />

lingüístico, tanto propio como ajeno. La tarea<br />

no es fácil y surgen de nuevo algunos<br />

interrogantes: ¿Cómo hablan los alumnos y<br />

las alumnas y cómo desea la escuela que<br />

hablen? ¿Lengua del alumno o lengua de la<br />

escuela? ¿Usos espontáneos o usos formales?<br />

En este capítulo intentaremos encontrar<br />

algunas respuestas al siguiente interrogante<br />

78<br />

¿Cómo se manifiesta la diversidad<br />

<strong>lingüística</strong> y cultural en nuestras<br />

sociedades y en las aulas?<br />

¿Cómo influye el contexto<br />

<br />

sociocultural de las personas en el<br />

uso de la lengua y en la adquisición<br />

de la competencia comunicativa?<br />

¿Es sexista la lengua?<br />

¿Cómo influye el dominio de la lengua<br />

en el éxito o en el fracaso escolar?<br />

¿Es conveniente enseñar actitudes<br />

<strong>lingüística</strong>s?<br />

¿Es posible contribuir desde la<br />

educación <strong>lingüística</strong> a una lectura<br />

crítica del mundo, y a la<br />

emancipación de las personas?<br />

3.8.2. IDEAS PREVIAS<br />

1. En cuanto a las lenguas en el mundo, creo<br />

que<br />

a) nos guste o no, existen lenguas cultas y<br />

lenguas vulgares, lenguas literarias y lenguas<br />

primitivas, lenguas perfectas y lenguas,<br />

imperfectas, lenguas mayoritarias y lenguas<br />

minoritarias, lenguas con un vocabulario<br />

inmenso y lenguas de una innegable pobreza<br />

léxica. Por ello no se entiende ese afán de<br />

algunas personas en la defensa de las<br />

lenguas minoritarias, sin apenas tradición<br />

literaria y con un uso social escaso. Lo mejor<br />

es aprender una de las lenguas que, como<br />

el, inglés, son útiles en cualquier sitio y no<br />

perder el tiempo con lenguas con pocos<br />

hablantes e incapaces de servir para la<br />

transmisión de ideas abstractas y de conceptos<br />

científicos;<br />

b) todas y cada una de ellas constituyen un<br />

elemento esencial de la identidad<br />

sociocultural de las personas y de los pueblos.<br />

No hay una lengua mejor que otra:<br />

todas las lenguas son iguales aunque tengan<br />

una diferente cantidad de gramática, léxico o<br />

tradición literaria. Cada lengua es un espejo<br />

de la identidad cultural de una comunidad de<br />

habla y es útil en el seno de ella como<br />

herramienta de comunicación entre las<br />

personas y como herramienta de representación<br />

de su mundo. Otra cosa es la difusión<br />

social de las lenguas: hay lenguas habladas<br />

por más de mil millones de personas (como<br />

el chino o el inglés) y lenguas habladas por<br />

cien mil personas (como el iracú en Tanzania<br />

o el mazahua en México). Es necesario<br />

conjugar el conocimiento y el uso habitual de<br />

la lengua propia (sea cual sea su estatus<br />

cultural y su ámbito de uso) con el dominio<br />

de una lengua de relación que garantice el<br />

intercambio comunicativo más allá de las<br />

fronteras de la comunidad de habla donde se<br />

utiliza dada lengua materna. En el contexto<br />

de la diversidad sociocultural (etnias, razas,<br />

costumbres, creencias, estilos de vida<br />

diferentes...), la diversidad <strong>lingüística</strong> es algo<br />

que nos enriquece;<br />

c) es una fuente de conflictos, especialmente<br />

en las comunidades bilingües. No tiene<br />

sentido que los hablantes de lenguas<br />

minoritarias se empeñen en hablar esas<br />

lenguas cuando entienden, hablan y dominan


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

la lengua mayoritaria. En el caso de España,<br />

es absurdo defender el uso del euskera, del<br />

asturiano, del gallego y del catalán en pie de<br />

igualdad con una lengua como la castellana<br />

que tiene una mayor difusión social y un<br />

prestigio, literario sin igual.<br />

La educación <strong>lingüística</strong> en las escuelas e<br />

institutos debe contribuir a<br />

a) enseñar la lengua correcta y la norma<br />

culta ya que el uso correcto y culto de la<br />

lengua goza de un innegable prestigio social<br />

y es el mejor instrumento para la expresión<br />

de cualquier tipo de significados. Por ello, la<br />

educación <strong>lingüística</strong> ha de orientarse al<br />

aprendizaje de la gramática, a la corrección<br />

ortográfica, al estudio de la lengua literaria y<br />

a la evaluación negativa de otros usos<br />

lingüísticos incorrectos e inadecuados (como<br />

el habla vulgar, las variedades dialectales o<br />

las jergas juveniles);<br />

b) respetar de forma absoluta las formas de<br />

hablar de los alumnos y de las alumnas ya<br />

que forman parte de su identidad cultural y<br />

tienen derecho a hablar en las aulas como<br />

hablan habitualmente en su vida cotidiana<br />

fuera de la escuela. Por ello, la educación<br />

<strong>lingüística</strong> debe evitar enseñar un modelo de<br />

lengua o estimular el uso de una variedad<br />

<strong>lingüística</strong> determinada. Cualquier actitud en<br />

este sentido atentaría contra su identidad<br />

<strong>lingüística</strong> y cultural;<br />

c) evitar cualquier tipo de prejuicio sobre la<br />

lengua de los alumnos y de las alumnas. El<br />

uso lingüístico en las aulas denota la<br />

identidad geográfica (dialéctos), generacional<br />

(argots y jergas), social y sexual<br />

(sociolectos) de los alumnos y de las<br />

alumnas y debe ser objeto de reflexión<br />

meta<strong>lingüística</strong> sin que ello conlleve censura<br />

o devaluación de ese uso. No obstante, la<br />

educación <strong>lingüística</strong> debe contribuir también<br />

al aprendizaje del uso de la variedad<br />

estándar de la lengua y al conocimiento de la<br />

norma <strong>lingüística</strong> ya que es la variedad<br />

estándar la que se utiliza en la escuela y la<br />

que goza de un cierto consenso social.<br />

Impedir a los alumnos y a las alumnas el<br />

conocimiento y el dominio u, la lengua<br />

estándar es quizá condenarles a un cierto<br />

aislamiento en diversos contextos de<br />

comunicación y aumentar las dificultades en<br />

el acceso a oficios que requieren el uso de la<br />

variedad estándar de la lengua y el<br />

conocimiento de la norma <strong>lingüística</strong>.<br />

3. La existencia de varias lenguas en una<br />

comunidad<br />

a) es algo bastante incómodo porque<br />

bastaría con una lengua para comunicarse.<br />

Por ello, quizá fuera conveniente fomentar el<br />

uso y el estudio de la lengua mayoritaria<br />

(casi siempre, la que se habla en el conjunto<br />

del Estado) y dejar la lengua autóctona como<br />

materia optativa para el ámbito familiar; No<br />

tiene sentido invertir tanto dinero en<br />

políticas de normalización <strong>lingüística</strong> y en<br />

programas de inmersión <strong>lingüística</strong>: en las<br />

escuelas ya que sólo sirven para imponer el<br />

uso de una lengua minoritaria, dificultar la<br />

convivencia <strong>lingüística</strong> entre las personas y<br />

crear tensión en la vida política;<br />

b) esta consecuencia de una serie de<br />

avatares históricos en los que algunas<br />

lenguas sufrieron una larga etapa de marginación<br />

cultural y social. Pese a ello, esas<br />

lenguas siguen siendo habladas y<br />

constituyen un elemento esencial de la<br />

identidad cultural de sus hablantes. De ahí<br />

que sea deseable la extensión de su uso<br />

social de manera que puedan ser utilizadas<br />

en cualquier contexto, al igual que ocurre en<br />

él caso de la lengua mayoritaria;<br />

c) es la consecuencia de una serie de<br />

79


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

avarates históricos que convirtieron a unas<br />

lenguas en mayoritarias y a otras lenguas en<br />

minoritarias. Sin embargo, lo cierto es que la<br />

lengua mayoritaria es la que tiene una mayor<br />

difusión y un mayor número de hablantes, y<br />

es la lengua que hace posible el acceso a la<br />

cultura y a los medios de comunicación. Hay<br />

que conservar el uso de la lengua minoritaria<br />

en aquellos ámbitos y situaciones en los que<br />

se habla pero optar por la normalización<br />

<strong>lingüística</strong> no es sino crear una frontera<br />

artificial en una comunidad de habla donde<br />

todo el mundo habla ya la lengua mayoritaria<br />

y se entiende entre sí sin ningún problema.<br />

4. La educación bilingüe en las escuelas e<br />

institutos de las comunidades con dos<br />

lenguas en contacto<br />

a) sólo se entiende si se tiene en cuenta la<br />

influencia de los sectores regionalistas o<br />

nacionalistas y ciertas actitudes de nostalgia<br />

del tiempo pasado;<br />

b) es la causa de la alarmante pobreza del<br />

uso de la lengua mayoritaria en los alumnos<br />

y en las alumnas sometidos a inmersión<br />

<strong>lingüística</strong>. Al tener que aprender dos<br />

lenguas, no aprenden bien ninguna de ellas.<br />

En este sentido, es obvio que el aprendizaje<br />

simultaneo de dos lenguas (y en las dos lenguas)<br />

hace que los alumnos hablen y<br />

escriban con continuas interferencias<br />

<strong>lingüística</strong>s, tengan un vocabulario limitado y<br />

lean incapaces de utilizar estructuras<br />

sintácticas complejas;<br />

c) es una consecuencia de la convivencia de<br />

las dos lenguas en la vida cotidiana de esas<br />

comunidades y de la voluntad educativa de<br />

incorporar esta realidad al ámbito de las aulas<br />

de manera que los alumnos y las alumnas<br />

aprenden a usar ambas lenguas con<br />

semejante grado de competencia. De ahí que<br />

la enseñanza en ambas lenguas como<br />

80<br />

herramientas de aprendizaje no solo sea un<br />

objetivo del actual sistema educativo sino<br />

también el único modo de asegurar el<br />

bilingüismo y la adquisición de competencias<br />

comunicativas en ambas lenguas de los<br />

alumnos y de las alumnas.<br />

5. En las clases de lengua castellana en<br />

Galicia, Asturias, Euskadi, Cataluña, Valencia<br />

o Baleares<br />

a) no es esencial tener en cuenta el contexto<br />

sociolingüístico de cada comunidad ya que el<br />

castellano esté normalizado es en las<br />

lenguas minoritarias donde se dan algunos<br />

fenómenos diglósicos. Por ello, es en las<br />

clases de gallego, asturiano, euskera o<br />

catalán donde deben ser tratados esos<br />

problemas y en las clases de lengua<br />

castellana enseñar como se enseña en<br />

Burgos o en Toledo;<br />

b) es esencial ser conscientes del contexto<br />

sociolingüístico de las comunidades de habla<br />

con lenguas en contacto. No solo a causa de<br />

las interferencias <strong>lingüística</strong>s sino también de<br />

la presencia de actitudes y de prejuicios<br />

lingüísticos en los alumnos y en las alumnas<br />

hacia una u otra lengua que no son, en<br />

ocasiones, sino un fiel reflejo de las actitudes<br />

y de los prejuicios lingüísticos que aun<br />

perviven en la sociedad. Por otra parte, la<br />

enseñanza de ambas lenguas (y en ambas<br />

lenguas) invita a una serie de acuerdos tanto<br />

lingüísticos como didácticos que hagan<br />

posible la coordinación pedagógica del<br />

profesorado que, aun enseñando lenguas<br />

diferentes, tienen objetivos y contenidos<br />

semejantes.


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

3.3.3. LENGUA E IDENTIDADES<br />

CULTURALES<br />

Cuando las, personas utilizan una lengua no<br />

sólo construyen, oraciones y transmiten<br />

significados sino también, y a la vez, exhiben<br />

en sus formas de hablar una serie de indicios<br />

lingüísticos acerca de sus, identidades<br />

socioculturales. Cuando hablamos (sea cual<br />

fuere, el contenido de lo dicho) las palabras<br />

dicen alumnas cosas sobre quiénes somos,<br />

cual es nuestro origen geográfico, cual es<br />

nuestro sexo y edad, a que clase social<br />

pertenecemos y cuanto capital cultural<br />

poseemos... Dicho de otra manera: el uso<br />

lingüístico , es, un espejo de la identidad<br />

sociocultural de las personas y de los pueblos<br />

por lo que no es posible entender las formas<br />

de Vida de una sociedad si no se analiza<br />

como se refleja en el lenguaje, la estructura<br />

social de cada cultura y, a la vez, cómo<br />

contribuye en, lenguaje a conformar esa<br />

cultura y a asignarle sentido.<br />

En los años en los que la <strong>lingüística</strong><br />

estructural se afanaba en el análisis; de la<br />

estructura formal de lenguas con una larga<br />

tradición escrita, y, gramatical, desde la<br />

antropología <strong>lingüística</strong> algunos estudiosos<br />

como Boas, Sapir y Malinowski se interesaron<br />

por otras lenguas que carecían de usos<br />

escritos y en consecuencia sin tradición<br />

gramatical. ¿Cómo estudiar estas lenguas?<br />

Como, es natural estos antropólogos y<br />

lingüista escogieron el único camino<br />

transitable: el camino del aprendizaje de<br />

esas lenguas inmersas en situaciones<br />

cotidianas de comunicación en sus comunidades<br />

de habla. Es entonces cuando<br />

comienzan a ser conscientes, de que al<br />

aprender a hablar esas lenguas están<br />

aprendiendo, no, solo el código que desean<br />

investigar ya a que a través del aprendizaje<br />

lingüístico están aprendiendo también a<br />

conocer las formas, de vida de, una cultura,<br />

el estatus social asignado a uno a otro,<br />

grupo cultural, la importancia del contexto<br />

de situación en la comprensión de los<br />

enunciados lingüísticos, la función fática de<br />

los usos lingüísticos en la interacción<br />

comunicativa, las diferentes estrategias<br />

conversacionales entre unos y otros, el papel<br />

de los tabúes y, de las inferencias, las<br />

opciones léxicas y las diferencias<br />

semánticas.;.. En resumen, adquirieron una<br />

clara conciencia de la estrecha delación entre<br />

las formas de vida de una cultura y las<br />

formas de hablar de las personas.<br />

En otras ocasiones la manera de hablar de<br />

las personas tiene que ver con su<br />

pertenencia a una u otra clase social (y al<br />

nivel económico, al estatus, al nivel de<br />

instrucción, al poder y al capital cultural de<br />

que goza cada clase social 'en nuestras<br />

sociedades). Por ello, cuando una persona<br />

habla nos dice no solo quien es (hombre o<br />

mujer, niño o adulto) y de dónde es (cual es<br />

su origen geográfico) sino también a que<br />

clase social pertenece o, dicho de otra manera,<br />

que es y cuánto vale a los ojos de la<br />

sociedad. De esta manera el uso lingüístico<br />

identifica a las personas en tanto que<br />

integrantes de un grupo social específico<br />

(sexo, edad, clase...). Por otra parte, el uso<br />

de la lengua es objeto de una evaluación no<br />

solo <strong>lingüística</strong> sino también social en la<br />

medida en que los usos lingüísticos se<br />

evalúan en función de su adecuación a una<br />

norma y a una variedad estándar que no es<br />

sino la norma y la variedad <strong>lingüística</strong> de las<br />

clases sociales acomodadas. Es obvio que al<br />

aprender a hablar aprendemos no solo el<br />

código de una lengua sino también a usar<br />

81


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

una determinada variedad de esa lengua que<br />

suele ser la variedad <strong>lingüística</strong> que se habla<br />

habitualmente en el grupo social al que<br />

pertenecemos. De ahí que aprender a hablar<br />

consista sobre todo en “apropiarse de uno u<br />

otro de los estilos expresivos ya constituidos<br />

en y por el uso, y objetivamente caracterizados<br />

por su posición en la jerarquía de estilos<br />

que expresa la jerarquía de los<br />

correspondientes grupos sociales” (Bourdieu,<br />

1982 (1985, Pág. 29]).<br />

En este apartado analizaremos el uso del<br />

lenguaje en relaciòn con la clase social,<br />

aludiremos a la diferente valoración cultural<br />

de los usos lingüísticos de unas y otras clases<br />

sociales en nuestras sociedades y<br />

evaluaremos el papel de la educación (y de la<br />

educación <strong>lingüística</strong>) en la transmisión de lo<br />

que Pierre Bourdieu (1982) denomina «la<br />

lengua legítima”.<br />

No hace falta ser un sociolingüista para saber<br />

que la manera de hablar de las personas<br />

tiene bastante que ver con su posición en la<br />

escala social. No hace falta ser un sociólogo<br />

ni un especialista en ciencias políticas para<br />

saber que en una sociedad conviven<br />

diferentes clases sociales, con sus conflictos<br />

y tensiones, y en algunos casos junto con<br />

otras variables socioculturales como el<br />

estatus la raza, la etnia, el genero, las<br />

castas... La división en clases de nuestras<br />

sociedades tiene su origen, según la teoría<br />

marxista (Marx, 1867), en su diferente<br />

relaciòn con los medios de producción (una<br />

minoría ostenta la propiedad del capital y de<br />

los medios de producción mientras una<br />

mayoría carece de cualquier control sobre el<br />

capital y sobre la producción). De ahí el<br />

conflicto de intereses entre las clases sociales<br />

y la idea de que en última instancia, es la<br />

lucha de clases la causa de los conflictos y de<br />

los vaivenes de la historia de la humanidad.<br />

82<br />

En la actualidad diferentes teorías<br />

sociológicas coinciden, en que la división en<br />

clases sociales se sustenta ante todo en las<br />

diferencias de estatus y de poder de cada<br />

grupo en el seno de la sociedad. Desde esta<br />

perspectiva (Guy, 1988), la clase social es<br />

una realidad, relativamente extensa y<br />

continua dentro de la cual las personas<br />

ostentan diferentes estatus según el nivel de<br />

educación, los ingresos económicos, las<br />

formas de vida, la profesión, el sexo....<br />

Quizás el ejemplo más obvio e innegable de<br />

las diferencias de estatus dentro de una<br />

clase social se encuentre en las desigualdades<br />

culturales entre hombres y mujeres<br />

que, aun perteneciendo a una misma clase<br />

social, tienen una valoración social diferente,<br />

y, en lo que respecta al asunto que nos<br />

ocupa en estas paginas, usos lingüísticos<br />

distintos (véase el apartado siguiente<br />

“Lengua y género”). Por ello, al estudiar los<br />

usos lingüísticos de una clase social conviene<br />

evitar las equivalencias estáticas entre la<br />

clase social de quienes hablan y su uso<br />

lingüístico ya que no siempre en el ser de<br />

una clase social, todas las personas<br />

comparten los mismos valores, ideologías<br />

semejantes y formas de vida idénticas.<br />

ESTATUS PODER Y MERCADO<br />

LINGÜÍSTICO<br />

El estatus es la posición que ocupa una<br />

persona en el seno de la estructura social de<br />

una determinada comunidad. Como consecuencia<br />

de ese estatus las personas<br />

desempeñan distintas tareas en la sociedad y<br />

en consecuencia su comportamiento<br />

comunicativo esta relacionado con el estatus<br />

social de cada una de ellas. A menudo el<br />

estatus privilegiado de una clase alta en la<br />

sociedad de clases determina el aprecio y el


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

respeto social de las personas, de los estilos<br />

de vida, de los usos lingüísticos y de las<br />

culturas adscritas a ella mientras el<br />

devaluado estatus de las clases bajas explica<br />

el menosprecio social de las personas, de los<br />

estilos de vida, de los usos lingüísticos y de<br />

las culturas de quienes a ellas pertenecen<br />

(Bourdieu, 1979 y 1982). De hecho, cada<br />

estatus suele conllevar una determinada<br />

conducta <strong>lingüística</strong> (una manera de habla en<br />

público un léxico concreto, unas formas de<br />

cortesía específicas...) y a menudo las<br />

personas aprenden otra variedad <strong>lingüística</strong><br />

cuando cambian su estatus social, bien por<br />

un ascenso en la escala social, en cuyo caso<br />

han de aprender el sociolecto de clase<br />

apropiado, bien por estar en una situación de<br />

comunicación diferente a la habitual, en cuyo<br />

caso adoptan un registro adecuado a los<br />

fines del intercambio comunicativo y a las<br />

expectativas de los receptores.<br />

Por otra parte, el poder se define como la<br />

capacidad de realizar la propia voluntad, aun<br />

por encima de la voluntad de los demás, y<br />

esta desigualmente repartido en las<br />

sociedades de clases ya que las personas de<br />

la clases cuales acomodadas disponen de una<br />

serie de bienes económicos y culturales que<br />

les sitúan en una posición favorable en el<br />

mercado económico y cultural con respecto a<br />

quienes pertenecen a clases sociales<br />

desfavorecidas. En este sentido, los<br />

diferentes usos sociales de la lengua tienen<br />

un papel determinante en el mercado<br />

lingüístico. En el concepto de “mercado<br />

lingüístico”, acunado por Sankoff y Laberge<br />

(1978), subyace la idea marxista de que la<br />

conducta <strong>lingüística</strong> tiene bastante que ver<br />

con el vinculo de cada hablante con los<br />

medios de producción. En el mercado<br />

lingüístico algunas personas desempañan<br />

ciertos oficios en los que se exige un uso<br />

normativo de la lengua y otras no, por lo que<br />

un aspecto que conviene estudiar es “cómo<br />

la actividad económica de los individuos,<br />

entendida en un sentido amplio, requisito o<br />

esta necesariamente asociada con su<br />

competencia en la variedad socialmente<br />

legitimizada o estándar, (Sankoff y Laberge,<br />

1.978, Pág. 239).<br />

En el mercado lingüístico de los intercambios<br />

comunicativos no todos los usos lingüísticos<br />

gozan de igual valoración social. El uso<br />

legítimo, culto, correcto y adecuado de la<br />

lengua no es sino el uso de la variedad<br />

<strong>lingüística</strong> de las clases acomodadas<br />

mientras las formas de hablar de las clases<br />

desfavorecidas socialmente se consideran<br />

ilegitimas, vulgares, incorrectas e<br />

inadecuadas. Por otra parte, el origen<br />

sociocultural de las personas condiciona su<br />

diferente acceso a los bienes lingüísticos ya<br />

que no todas las personas tienen acceso a<br />

las diferentes situaciones de comunicación<br />

(especialmente a las situaciones formales en<br />

las que se utiliza una variedad culta). Por<br />

ello, el acceso de las personas de las clases<br />

bajas a la competencia comunicativa (a la<br />

capacidad para usar la lengua de una<br />

manera adecuada en diferentes situaciones<br />

de comunicación) se ve restringido por una<br />

serie de causas sociales (su pertenencia a<br />

una clase socialmente desfavorecida, su<br />

estatus inferior, su escaso capital económico<br />

y cultural..). De ahí que la educación<br />

<strong>lingüística</strong> tenga la difícil tarea de intentar<br />

compensar en la medida en que le sea<br />

posible el déficit de capital lingüístico y<br />

cultural de los alumnos y de las alumnas de<br />

las clases socialmente desfavorecidas<br />

promoviendo situaciones de aprendizaje<br />

vinculadas a contextos formales de<br />

comunicación y a los registros y a las<br />

variedades adecuados en tales contextos.<br />

83


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

Variedades sociales, lengua legítima y norma<br />

<strong>lingüística</strong><br />

¿Qué es hablar bien? ¿Quién habla bien? Es<br />

obvio que cuando evaluamos el uso social de<br />

la lengua esa evaluación no es estrictamente<br />

<strong>lingüística</strong> ya que esta sujeta a algunas ideas<br />

previas sobre que es hablar bien y sobre<br />

quienes utilizan de una manera más incorrecta,<br />

coherente y adecuada la lengua en<br />

nuestras sociedades. Si indagamos sobre<br />

esas ideas previas comprobaremos cómo en<br />

la evaluación de los usos lingüísticos de las<br />

personas conviene tener en cuenta su<br />

cualidad de usos específicos de la lengua de<br />

una .u otra clase social porque si no es así<br />

hablaremos de lengua culta y de lengua<br />

vulgar, de lengua refinada y de lengua<br />

grosera, de lengua legítima y de lengua<br />

ilegítima... olvidando que “ todas las prácticas<br />

<strong>lingüística</strong>s se valoran con arreglo al<br />

patrón de las prácticas legítimas, las<br />

prácticas de los dominantes” (Bourdieu, 1982<br />

[1985, Pág. 27]): De ahí que, cuando se<br />

analizan los usos vulgares, estándar o cultos<br />

de la lengua, sea conveniente no solo aludir a<br />

los diferentes usos en la pronunciación, en la<br />

morfología, en la sintaxis y en el léxico sino<br />

también a cómo las variedades o dialectos<br />

sociales de la lengua se sustentan en las<br />

diferencias de clase y cómo éstas influyen<br />

tanto en los prejuicios lingüísticos con<br />

respecto a las lenguas, a los usos y a los<br />

hablantes como en el establecimiento de la<br />

norma <strong>lingüística</strong> y de la variedad estándar<br />

de una lengua:<br />

La evaluación social de las diferencias<br />

<strong>lingüística</strong>s depende rectamente, y sin lugar<br />

a Judas, de las diferencias de poder, estatus<br />

y clase. El ejemplo más evidente lo<br />

encontramos en la propia noción de norma.<br />

La creencia en la existencia de una variedad<br />

84<br />

de la lengua “inherentemente buena” es uno<br />

de los dogmas más intensamente afianzados<br />

en la opinión pública de la mayoría de los<br />

países occidentales. Basta un análisis<br />

superficial para revelar que estas variedades<br />

estándar no son otra cosa que el dialecto social<br />

de las clases dominantes.<br />

(Guy, 1988 [1992, Pág. 60])<br />

En la misma línea Pierre Bourdieu (1982<br />

[1985, Págs. 19 y 20) alude al origen<br />

sociopolítico de la instauración de la norma<br />

<strong>lingüística</strong> y subraya cómo se instaurar el<br />

uso lingüístico de la clase dominantes como<br />

lengua legítima que actúa de modelo expresivo<br />

del resto de las prácticas <strong>lingüística</strong>s<br />

y de los dialectos sociales de cada clase:<br />

Hablar de la lengua, sin ninguna otra<br />

precisión, es aceptar tácitamente la<br />

definición oficial de la lengua oficial: la<br />

lengua que se impone a todos los súbditos<br />

como la única legítima. [...] Es en el proceso<br />

de constitución del Estado cuando se crean<br />

las condiciones de la creación de un mercado<br />

lingüístico unificado y dominado por la<br />

lengua oficial: obligatorio en las ocasiones<br />

oficiales y en los espacios oficiales (escuela,<br />

administraciones públicas, instituciones políticas,<br />

etc.), esta lengua del Estado se<br />

convierte en la norma teórica con que se<br />

miden objetivamente todas las prácticas<br />

<strong>lingüística</strong>s. [...] Para que una forma de<br />

expresión entre otras (en el caso de<br />

bilingüismo una lengua, un uso de la lengua<br />

en el caso de la sociedad dividida en clases)<br />

se imponga como la única lengua legítima es<br />

preciso que el mercado lingüístico se unifique<br />

y que los diferentes dialectos de clase se<br />

midan en la práctica por el fraseo de la<br />

lengua o según su uso legítimo. La<br />

integración en la misma, comunidad


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

<strong>lingüística</strong>, que es un producto de la<br />

dominación política constantemente<br />

reproducida por instituciones capaces de<br />

imponer el reconocimiento universal de la<br />

lengua dominante, constituye la condición de<br />

la instauración de relaciones de dominación<br />

<strong>lingüística</strong>.<br />

Sin embargo, el acceso a la norma <strong>lingüística</strong><br />

y a la variedad estándar de la lengua no es<br />

igual para todas las personas ya que su<br />

origen sociocultural (y los usos lingüísticos<br />

asociados a su grupo social de referencia)<br />

condicionan enormemente tanto su opinión<br />

sobre la norma <strong>lingüística</strong> como su dominio<br />

de la variedad estándar de la lengua.<br />

Gregory R. Guy (1988 [1992, Pág. 72]) alude<br />

en las siguientes líneas a este asunto<br />

Una norma <strong>lingüística</strong> " un factor unificador<br />

en una comunidad: todo el mundo la conoce,<br />

y conocerla distingue a los propios de los<br />

extraños. Pero incluso en el caso de que<br />

todos puedan conocer cuál es la variante de<br />

alto estatus, no es necesariamente cierto que<br />

todos quieran adoptarla en el habla diaria.<br />

Para las personas de la clase trabajadora, sin<br />

expectativas de alcanzar un estatus social<br />

más alto, el uso de estas variantes puede<br />

resultar, afectado, y un acto de hostilidad o<br />

de traición hacia sus familiares, amigos y<br />

vecinos Numerosos estudios han demostrado<br />

que las reacciones subjetivas frente a las<br />

variantes socio<strong>lingüística</strong>s no son idénticas<br />

en las distintas clases sociales y que no<br />

entrañan una escala única de prestigio.<br />

William Labov (1972) distingue en este<br />

sentido entre el prestigio público de la<br />

variedad estándar de la lengua, asociada a<br />

los hablantes de las clases acomodadas y a<br />

quienes gozan de un estatus privilegiado y de<br />

un innegable poder en la sociedad, y<br />

difundida a gran escala por los agentes de la<br />

estandarización (y, entre ellos, los medios de<br />

comunicación y el sistema educativo), y el<br />

prestigio encubierto de las variedades no<br />

estándar de la lengua, asociadas a los<br />

hablantes de las clases bajas y cuya función<br />

social es subrayar su identificación con esas<br />

clases sociales y su solidaridad con las<br />

personas que integran la cultura a la que<br />

pertenecen.<br />

Códigos elaborados, códigos restringidos y<br />

educación <strong>lingüística</strong><br />

El habla es una herramienta de socialización<br />

esencial en la vida de las personas. Desde<br />

tempranas edades los niños y las niñas<br />

acceden al conocimiento cultural de su<br />

entorno físico y social a través del uso<br />

lingüístico. Es cierto que no toda la cultura'<br />

se transmite ni se aprende de una manera<br />

verbal, pero también lo es que en esas<br />

edades la interacción con la familia y con las<br />

demás personas y los procesos educativos en<br />

las escuelas se manifiestan casi siempre de<br />

una manera <strong>lingüística</strong>. De ahí que se haya<br />

analizado el papel que desempeña el<br />

lenguaje de los niños y las niñas en el acceso<br />

al conocimiento escolar que se enseña en las<br />

escuelas y se haya investigado en que<br />

medida el dominio de determinadas habilidad<br />

es <strong>lingüística</strong> condiciona el éxito o el fracaso<br />

escolar. En este ámbito de análisis e<br />

investigación destacan los estudios de Basil<br />

Berstein (1975 y 1977), quien estudió el<br />

habla de las madres de diferentes clases<br />

sociales con el fin de mostrar como el código<br />

elaborado del habla de madres británicas de<br />

clase media favorece el éxito escolar de sus<br />

hijos e hijas mientras el código restringido<br />

del habla de madres de clases bajas dificulta<br />

e impide el aprendizaje de los alumnos y<br />

alumnas originarios de los sectores más desfavorecidos<br />

de la sociedad. David Crystal<br />

(1987 [1994, Págs. 39 y 40]) resume de la<br />

85


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

siguiente manera la teoría de los “códigos<br />

elaborados” y de los, códigos restringidos” de<br />

Basil Berstein:<br />

Los conceptos de “código elaborado” y de<br />

“código restringido” intentan explicar de que<br />

manera la distribución del poder v los<br />

principios de control de una sociedad llegan a<br />

configurar y a invadir modalidades de<br />

comunicación completamente diferentes, que<br />

son portadoras de las culturas de las<br />

distintas clases sociales y de la cultura de los<br />

colegios, reproduciendo así unas ventajas<br />

educacionales desiguales. La teoría sostiene<br />

que la red de relaciones sociales en que las<br />

personas están integradas actúa de manera<br />

selectiva sobre la producción de significados,<br />

y por lo tanto sobre la elección de las<br />

alternativas que ofrecen los recursos<br />

lingüísticos comunes<br />

Se dice que los códigos tienen su origen en<br />

las distintas estructuras familiares, asociadas<br />

(aunque no de forma inevitable) con las<br />

clases sociales, y que se transmiten a través<br />

de contextos socializantes, instrucciónales y<br />

regulativos de importancia crucial, que<br />

orientan a los niños de manera diferente<br />

hacia las funciones, significados y valores del<br />

colegio. Los códigos restringidos surgen allí<br />

donde hay significados propios del contexto<br />

local en que están enclavados, y la necesidad<br />

de hacer que los significados sean específicos<br />

y explícitos se ve reducida por la vigencia de<br />

sobrentendidos, valores e identificaciones<br />

compartidas, Por el contrario, las formas de<br />

los códigos elaborados surgen de relaciones<br />

sociales en las que hay menos elementos<br />

sobrentendidos, los valores e identificaciones<br />

comunes no están en primer plano, y por lo<br />

tanto se tiende a exigir una comunicación<br />

más explícita y específica. Se sostiene que<br />

los niños de clase media tienen acceso a<br />

86<br />

ambos códigos mientras los niños de clase<br />

media trabajadora son más propensos a<br />

verse limitados, inicialmente, a un código<br />

restringido, y a encontrar dificultades para<br />

acceder a la forma de código elaborado que<br />

el colegio requiere, y por lo tanto también a<br />

los significados y a las prácticas pedagógicas<br />

que dicho código elaborado regula.<br />

Dicho de otra manera: en la medida en que<br />

la escuela utiliza una variedad elaborada de<br />

la lengua, independiente del contexto y útil<br />

para el pensamiento lógico y la abstracción,<br />

los niños y las niñas de la clase media se ven<br />

favorecidos en su aprendizaje escolar porque<br />

ésa y no otra es su variedad social de origen<br />

mientras los niños y las niñas de las clases<br />

bajas están en desventaja al usar una<br />

variedad restringida inútil en la escuela.<br />

¿Cuales son los rasgos lingüísticos que<br />

caracterizan a uno otro código? En lo que se<br />

refiere al código restringido, los rasgos<br />

lingüísticos más sobresalientes en su uso<br />

público serían los siguientes (véase Moreno<br />

Fernández, 1998, Págs. 58 y 59; Stubss,<br />

1976 [1984, Págs. 42-63]):<br />

1. Lenguaje gramaticalmente sencillo, a<br />

menudo con oraciones inconclusas y<br />

elementales en su estructura sintáctica.<br />

2. Uso elemental y reiterado de conjunciones<br />

y escaso empleo de oraciones subordinadas.<br />

3. Uso habitual de las interjecciones.<br />

4. Dificultad para mantener un tema a lo<br />

largo del discurso.<br />

5. Uso restringido y limitado de adjetivos y<br />

adverbios.<br />

180<br />

6. Empleo poco habitual de los pronombres<br />

impersonales como sujetos de oraciones<br />

condicionales.<br />

7. Uso frecuente de enunciados categóricos.<br />

8. Escasez de vocablos y de sinónimos.<br />

9. Transmisión implícita de significados.


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

Por lo que respecta a los rasgos lingüísticos<br />

del código elaborado, señalaremos entre<br />

otros los siguientes:<br />

1. Orden gramatical adecuado.<br />

2. Uso de tuna variada gama de conjunciones<br />

y oraciones subordinadas.<br />

3. Uso habitual de preposiciones que indican<br />

relaciones lógicas y contigüidad temporal y<br />

espacial.<br />

4. Uso habitual del pronombre personal yo.<br />

5. Elección correcta y consciente de adjetivos<br />

y adverbios.<br />

6. Organización adecuada de la información.<br />

7. Uso lingüístico apropiado a una<br />

organización compleja de las ideas.<br />

8. Abundancia de vocablos y empleo<br />

adecuado de los sinónimos.<br />

9. Transmisión explícita de significados.<br />

La compleja teoría de Berstein fue objeto de<br />

una cierta vulgarización cuando se<br />

subrayaron en exceso tanto los efectos escolares<br />

y sociales de las diferencias <strong>lingüística</strong>s<br />

en los niños y niñas de las diferentes clases<br />

sociales como las deficiencias <strong>lingüística</strong>s de<br />

las clases trabajadoras y su presunta<br />

incapacidad (a causa de su variedad<br />

restringida) para el pensamiento abstracto y<br />

el razonamiento lógico. El propio Berstein<br />

matizó en su día algunos excesos en la<br />

interpretación de sus discípulos pero fue<br />

William Labox (1969) quien critica el mito de<br />

la deficiencia <strong>lingüística</strong> de las clases<br />

socialmente desfavorecidas al demostrar en<br />

una investigación socio<strong>lingüística</strong> sobre el<br />

inglés no estándar de los negros<br />

estadounidenses que un hablante de clase<br />

baja (y de una raza marginada) puede<br />

manejar conceptos abstractos en su código<br />

restringido a pesar de que utilice una<br />

variedad ajena al código elaborado y al uso<br />

estándar de la lengua.<br />

•El desequilibrio en las formas de<br />

tratamiento que refleja la escasa autonomía<br />

atribuida a las mujeres y su diferente estatus<br />

con respecto a los hombres.<br />

•Algunos usos que consagran una imagen<br />

peyorativa de la mujer, como los duales<br />

aparentes (“hombre público/mujer pública”),<br />

las asociaciones estereotipadas (“hombre<br />

estresado/mujer histérica”), insultos<br />

configurados de miseria positiva en el caso<br />

de asignarse al universo de lo masculino y<br />

negativa en el caso de atribuirse al universo<br />

de lo femenino (“ser cojonudo/ser un<br />

coñazo), refranes sexistas....<br />

•Algunos fenómenos que reflejan, una visión<br />

masculina de la cultura, como los vocablos<br />

andracéntricos., la ausencia de formas<br />

femeninas en el léxico referidas a oficios y<br />

titulaciones, el uso equívoco del masculino<br />

genérico (el genera gramatical masculino<br />

incluyendo a ambos sexos), cuyo efecto es<br />

en ocasiones no solo la ocultación de la<br />

mujer en la designación <strong>lingüística</strong> sino<br />

también el malentendido y cierta<br />

ambigüedad semántica...<br />

Sin embargo, el sexismo no solo se<br />

manifiesta en la gramática y en el léxico de<br />

la lengua (véase García Messeguer, 1988)<br />

sino también en la conversación espontánea<br />

(Maltz y Barker, 1982; Tuson, 1995a [1997,<br />

Págs. 93-96]), en el discurso de los medios<br />

de comunicación de masas (Fowler, 1991) o<br />

en el espectáculo de la seducción publicitaria<br />

(Marmori, 1977; Pena Marín y Fabretti,<br />

1990; Lomas, 1996b; Lomas y Arconada,<br />

1999, en prensa)... A través del uso<br />

lingüístico cotidiano y del discurso de los<br />

medios de comunicación y de la publicidad se<br />

87


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

construyen y defienden hasta el infinito los<br />

estereotipos de género y se impone a las<br />

personas una determinada manera de<br />

entender el mundo y las relaciones entre<br />

hombres y mujeres.<br />

En cualquier caso, en todos y en cada uno de<br />

los estudios e investigaciones sobre lengua y<br />

genero subyace una idea coincidente: el<br />

sexismo en la lengua y en los usos<br />

lingüísticos de las personas no es sino un<br />

espejo diáfano de las desigualdades sociales<br />

(asociadas casi siempre al estatus<br />

económico, al sexo y al poder) y de las<br />

diferencias culturales entre unas y otros (con<br />

sus diferentes concepciones de la realidad,<br />

sus diferentes valores y sus diferentes<br />

conductas sociales). Por ello, en estos<br />

estudios e investigaciones sobre el sexismo<br />

en la lengua se describe, cómo el<br />

androcentrismo no sólo coloca al varón, a sus<br />

preocupaciones y a sus puntos de vista en<br />

una posición central, sino que ignora y si a<br />

otros discursos y otros puntos, de vista,<br />

instituyéndose como norma. El discurso<br />

androcentrico constituye un ejemplo mis de<br />

apropiación de la palabra. El<br />

resquebrajamiento de este orden discursivo<br />

solo puede producirse por una modificación<br />

de las relaciones de poder, que conlleva una<br />

"redistribución" de los discursos. De la<br />

exclusión total del discurso femenino<br />

estamos pasando a exclusiones y diálogos<br />

parciales y conflictivos entre ambos géneros”<br />

(Martín Rojo, 1996, Pág. 10).<br />

En lo que se refiere al segundo interrogante<br />

(“¿Existe un sociolecto de las mujeres, una<br />

forma de hablar típicamente femenina o, si<br />

se prefiere, un estereotipo de habla<br />

femenina?”) la investigación antropológica y<br />

socio<strong>lingüística</strong> se ha ocupado del análisis de<br />

los elementos lingüísticos y de los<br />

comportamientos comunicativos<br />

88<br />

considerados socialmente como “masculinos,<br />

o femeninos” con el fin de evaluar si existen<br />

diferencias <strong>lingüística</strong>s en las formas de<br />

hablar de unos y de otras y si esas diferencias<br />

son innatas o por el contrario no son<br />

sino una consecuencia del modo en que se<br />

les enseña y aprenden a usar la lengua. Mc-<br />

Connell-Ginet (1988) señala al menos dos<br />

ámbitos en los que se reflejan las diferencias<br />

<strong>lingüística</strong>s entre hombres y mujeres:<br />

1. Por una parte, en las gramáticas o<br />

sistemas de conocimiento lingüísticos que<br />

subyacen al uso de la lengua, en los que<br />

conviene identificar los marcadores de<br />

género que nos permitan hablar de una<br />

lengua de las mujeres o de un sociolecto<br />

femenino. En este contexto Robin Lakoff<br />

(1972) analiza una serie de elementos<br />

lingüísticos que aparecen en el habla de las<br />

mujeres, especialmente en el contexto de las<br />

conversaciones mixtas. Lakoff señala como<br />

indicios de este sociolecto femenino una<br />

mayor variedad de patrones de entonación,<br />

algunas formas específicas de nombrar en el<br />

ámbito léxico (por ejemplo, en la designación<br />

de los colores o en el uso de adjetivos valorativos,<br />

diminutivos y superlativos), la<br />

utilización de giros y formas de cortesía con<br />

el fin de sustituir al imperativo verbal al<br />

hablar con una función conativa (¿no te<br />

gustaría ir al teatro?), el empleo de<br />

elementos lingüísticos que atenúan sus<br />

afirmaciones o expresan duda (quizá sea<br />

así), el recurso a preguntas eco (¿no crees?,<br />

¿verdad?, ¿qué te parece?, ¿sabes?, ¿eh?,<br />

¿no?..,) con el fin de obtener el acuerdo del<br />

interlocutor y evitar el conflicto, el recurso a<br />

citas de autoridad (opiniones de otras<br />

personas y de grupos sociales) con el fin de<br />

avalar el propio discurso, especialmente en<br />

aquellas situaciones de comunicación en las


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

que se observan desigualdades de poder<br />

(conversaciones mixtas, contextos<br />

asimétricos...) y un comportamiento<br />

fonológico conservador y apegado a la<br />

norma. Este último aspecto de la conducta<br />

comunicativa de las mujeres se manifiesta,<br />

en opinión de Pierre Bourdieu (1982 [1985,<br />

Pág. 24]), “en que Sean las mujeres quienes<br />

antes adoptan la lengua o la pronunciación<br />

legítima: condenadas a la docilidad respecto<br />

a los usos sociales dominantes por la división<br />

del trabajo entre los sexos, las mujeres están<br />

siempre predispuestas a aceptar ya desde la<br />

escuela las nuevas exigencias del mercado<br />

de bienes simbólicos<br />

En realidad, estos usos lingüísticos no serían<br />

tanto marcadores de género o indicios de un<br />

sociolecto femenino como elementos que<br />

conforman un estereotipo de habla femenina<br />

que tiene bastante que ver con como se<br />

enseña a hablar a las mujeres. En este<br />

sentido las formas de hablar antes citadas<br />

serían el reflejo de un aprendizaje cultural<br />

que niega a las mujeres el derecho a usar la<br />

palabra con absoluta autonomía y favorece<br />

una expresión <strong>lingüística</strong> insegura y en<br />

ocasiones trivial. Como escribe Luisa Martín<br />

Rojo (1996, Pas. 12), “los rasgos del<br />

estereotipo de habla femenina señalan la<br />

exclusión de la mujer de la esfera del poder,<br />

no sólo porque socialmente no puede<br />

ejercerlo, sino también porque no puede<br />

expresarlo <strong>lingüística</strong>mente”. Luce Irigaray<br />

(1990, Pág. 389) señala, como un aspecto de<br />

la ocultación de las mujeres en el escenario<br />

do las palabras, la tendencia femenina a la<br />

inclusión constante de los puntos de vista y<br />

del discurso del otro mediante una estrategia<br />

comunicativa polifónica y la enunciación de<br />

un discurso intertextual que, en lugar de<br />

construirse sobre los cimientos del “yo” de<br />

las mujeres, se centra en un “tú” que casi<br />

siempre es masculino. En opinión de Luce<br />

Irigaray, esta conducta <strong>lingüística</strong> tiene al<br />

menos dos causas: la casi absoluta ausencia<br />

de referentes femeninos socialmente<br />

legitimados y la naturaleza relacional de la<br />

mujer que por tradición, imposición, esencia<br />

o voluntad, tiende a dialogar con “el otro” en<br />

mayor medida que el hombre.<br />

2. Por otra parte, en las estrategias<br />

pragmáticas y en sus expectativas de<br />

quienes hablan sobre como se usa (o debe<br />

usarse) el lenguaje y sobre como deben<br />

comportarse quienes hablan en las diversas<br />

situaciones de comunicación. En este aspecto<br />

incluiríamos los estereotipos de género<br />

(cómo se considera socialmente que es o<br />

debe ser el habla femenina) y las normas de<br />

género (cómo deben hablar las mujeres en<br />

cada situación de comunicación). En este<br />

ámbito de estudio las investigaciones<br />

antropológicas y socio<strong>lingüística</strong>s sobre la<br />

conversación espontánea entre hombres y<br />

mujeres demuestran cómo las desigualdades<br />

de poder entre unos y otras o la diferente<br />

socialización de niños y niñas es la causa<br />

determinante de las estrategias<br />

conversacionales utilizadas por las personas<br />

de uno u otro sexo.<br />

Autores como West y Zimmerman (1983)<br />

señalan como en las conversaciones mixtas<br />

la mayoría de los hombres utilizan de manera<br />

casi excluyente los turnos de palabra e<br />

interrumpen de forma continua el uso de la<br />

palabra de las mujeres. En este contexto de<br />

desigualdad conversacional el papel de las<br />

mujeres acaba restringiéndose en bastantes<br />

casos al uso de respuestas breves, a la<br />

formulación de preguntas y a la utilización de<br />

estrategias de colaboración y de solidaridad<br />

conversacional (Tannen, 1990) que sin<br />

embargo se ven anuladas a causa de las<br />

89


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

continuas interrupciones y del control de los<br />

temas de conversación por parte de los<br />

hombres quienes, en su afán de ejercer el<br />

poder en la interacción y de subrayar su<br />

estatus de dominio, acaban excluyéndolas de<br />

los escenarios del discurso. Otros trabajos de<br />

naturaleza antropológica y etnográfica<br />

apuntan a las diferencias subculturales entre<br />

hombres y mujeres a la hora de analizar las<br />

estrategias conversacionales entre unos y<br />

otras (Maltz y Borker, 1982) y aluden a la<br />

diferente socialización de los niños y de las<br />

niñas, incluida su socialización en el ámbito<br />

escolar (Moreno, 1986, Brullet y Subirats,<br />

1988; ,Askew y Ross, 1988; Spender y<br />

Sarah, 1988; Woods y Hammersley, 1993;<br />

Subirats, 1,999, en prensa, entre otros)<br />

como una de las causas de las diferentes<br />

conductas comunicativas (y de los posibles<br />

malentendidos) en las conversaciones entre<br />

personas de ambos sexos.<br />

Amparo Tuson (1995a [1997, Pág. 94-96), al<br />

referirse al estudio de Maltz y Borker (1982),<br />

describe algunas estrategias conversacionales<br />

entre hombres y mujeres,<br />

subraya el origen cultural del<br />

comportamiento comunicativo de unos y<br />

otros y concluye. señalando como los<br />

estereotipos del habla masculina y femenina<br />

con un efecto de las diferencias culturales<br />

entre hombres y mujeres y como el estilo<br />

masculino tiene una legitimidad social infinitamente<br />

mayor que el estilo femenino.<br />

Los estudios sobre el discurso masculino y<br />

femenino son de diversa índole. Algunos se<br />

han centrado en aspectos del léxico (más<br />

procaz o vulgar en los hombres y más<br />

edulcorado en las mujeres), otros han<br />

analizado aspectos referidos a los temas que<br />

unos y otras preferentemente tratan (los<br />

hombres tienden a hablar de temas que<br />

pertenecen al ámbito de lo público la política,<br />

90<br />

los deportes, etc. mientras que las mujeres<br />

hablan sobre temas del ámbito privado la<br />

casa, la familia, etc.). Últimamente, sin embargo,<br />

y a la luz de las propuestas del<br />

análisis de la conversación, se están<br />

realizando interesantes investigaciones que<br />

tienen como objetivo descubrir si, en efecto,<br />

es posible plantear que existen diferencias<br />

en las estrategias conversacionales de<br />

hombres y mujeres y, si es así, como parece,<br />

a que se deben y qué consecuencias pueden<br />

desprenderse de ellas en la interacción<br />

cotidiana entre hombres y mujeres.<br />

En un interesante artículo, Maltz y Borker<br />

(1982) revisan la bibliografía sobre el tema<br />

y, tras aceptar que existen diferencias, dan<br />

una explicación de carácter antropológico,<br />

cultural. Niños y niñas, aun perteneciendo a<br />

una misma cultura en sentido amplio y a una<br />

misma clase social, crecen de una forma<br />

parcialmente diferente que se refleja en<br />

múltiples aspectos: vestidos, juguetes... y<br />

formas de relacionarse y de comunicarse.<br />

Por poner solo un ejemplo: quien conozca el<br />

mundo escolar, habrá observado que los<br />

niños tienden a jugar con los niños y las<br />

niñas, con las niñas (aun en escuelas donde<br />

la coeducación es un principio básico). Los<br />

estudios sobre el desarrollo en la<br />

socialización de niños y niñas demuestran<br />

que, generalmente, los niños basan más sus<br />

relaciones en la acción física y las niñas más<br />

en la conversación. Por otra paste, los niños<br />

son discursivamente más “directos” y las<br />

niñas más “Indirectas".<br />

A medida que van creciendo, tanto los chicos<br />

como las chicas siguen tendiendo a pasar<br />

más horas en grupos uniformes. chicos con<br />

chicos, chicas con chicas. Y en ese trato<br />

cotidiano no es de extrañar que vayan<br />

desarrollando y consolidando hábitos<br />

conversacionales propios y parcialmente


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

diferentes en muchos sentidos: desde la<br />

elección de los temas y su tratamiento (que<br />

se puede reflejar, por ejemplo, en el léxico<br />

utilizado) hasta aspectos más sutiles como la<br />

utilización de enunciados indirectos para<br />

manifestar las propias intenciones o como la<br />

forma de entender que mecanismos son los<br />

apropiados para cooperar en la construcción<br />

organizativa v del sentido de la conversación.<br />

Así por ejemplo, parece ser común que los<br />

hombres emiten menos expresiones del tipo<br />

mm, ahá, sí-sí, claro-claro, y que las<br />

interpretan, cuando se producen, como<br />

expresiones de asentimiento al contenido de<br />

lo que se está diciendo. Las mujeres, Por su<br />

parte, producen más este tipo de<br />

vocalizaciones y expresiones y las interpretan<br />

como marcas o señales fáticas que sirven<br />

para animar a quien tiene la palabra para<br />

que continué hablando. Como resultado de<br />

esta diferencia, cuando un hombre y una<br />

mujer conversan puede suceder que la mujer<br />

piense que el hombre no le está hacienda<br />

caso porque no utiliza esos elementos y que<br />

el hombre crea que la mujer esta<br />

completamente de acuerdo con lo que dice<br />

por lo que si, después, ella manifiesta su<br />

desacuerdo, él resultará, como mínimo,<br />

sorprendido.<br />

De todas estas diferencias surgen<br />

estereotipos: No hay manera de entender a<br />

las mujeres, nunca le dicen las cosas claras<br />

o Los hombres son unos insensibles,<br />

estereotipos basados en diferencias discursivas<br />

reales que no solo pueden llevar al<br />

mal entendimiento entre unos y otras en<br />

situaciones informales de comunicación, sino<br />

que permiten que socialmente, públicamente,<br />

se valoren más unos estilos que otros. Y no<br />

nos puede asombrar que, tal como funcionan<br />

nuestras sociedades, el estilo más valorado<br />

como aquel apropiado para las situaciones<br />

más formales o públicas sea el masculino y<br />

que se tilde de inadecuado (o de cursi,<br />

caótico, inseguro o histérico) un estilo<br />

discursivo construido con estrategias más<br />

típicamente femeninas.<br />

Otras autoras, como Deborah Tannen<br />

(1986), insisten en este enfoque al señalar<br />

como en las conversaciones mixtas las<br />

expectativas de hombres y mujeres son<br />

diferentes ya que unos y otras proceden de<br />

“subcultura” diferentes que convertirían las<br />

conversación>,s heterosexuales en<br />

conversaciones interculturales en las que los<br />

malentendidos y Los conflictos son<br />

habituales. En opinión de Tannen (1990), en<br />

la mayoría de los hombres el estilo discursivo<br />

dominante es un estilo informativo (report<br />

talk) cuyo uso se orienta a conservar su<br />

independencia y a negociar su estatus en el<br />

contexto de las jerarquías entre uno y otro<br />

sexo mientras que en la mayoría de las<br />

mujeres el estilo discursivo dominante es un<br />

estilo relacional (rapport talk) orientado a la<br />

solidaridad conversacional y a la continua<br />

negociación de la interacción a través de<br />

estrategias de cortesía positiva, de búsqueda<br />

de semejanzas y de la aportación de<br />

información referida al ámbito de lo privado<br />

frente a la exhibición masculina de<br />

conocimientos, habilidades y citas de<br />

autoridad.<br />

Si bien es cierto que las diferencias<br />

culturales entre unas y otros nos ayudan a<br />

entender las diferentes formas de hablar de<br />

hombres y mujeres, también lo es que “las<br />

diferencias culturales no surgen de forma<br />

espontánea. Habría que preguntarse por que<br />

niñas y niños se educan por separado, por<br />

que desarrollan valores tan distintos. Y aquí<br />

las respuestas posibles son numerosas: su<br />

diferente socialización (explicación<br />

psicoanalítica, muy arraigada hoy en el<br />

91


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

feminismo de la diferencia), su diferente<br />

esencia (argumente arraigado en el discurso<br />

sexista, pero también en algunos desarrollos<br />

del feminismo de la diferencia) o bien<br />

mantener una explicación basada en las<br />

diferencias de poder que no ignore las<br />

diferencias entre los géneros” (Martín Rojo,<br />

1996, Pág. 15).<br />

En los últimos años se observa en algunos<br />

ámbitos como el educativo una mayor<br />

conciencia en torno al papel que juega el<br />

lenguaje en la construcción cultural del<br />

género, en el mantenimiento de Los<br />

estereotipos sexuales y en la ocultación<br />

simbólica de las mujeres en el escenario de<br />

las palabras. De allí que hayan proliferado en<br />

este tiempo algunas iniciativas orientadas<br />

tanto a evitar el sexismo en la lengua<br />

(Instituto de la Mujer, 1989) como a<br />

encontrar las formas <strong>lingüística</strong>s, que nos<br />

permitan nombrar a unos y otros en su<br />

calidad de personas con una condición sexual<br />

diferente (Nombra, 1995). En ambos casos<br />

se parte de la idea de que es urgente evitar<br />

el androcentrismo lingüístico y cultural que<br />

esta en el origen de los usos sexistas de la<br />

lengua y subrayar en la enunciación<br />

<strong>lingüística</strong> la voluntad de las mujeres de ser<br />

nombradas en tanto que personas con<br />

derecho a la palabra tanto en el ámbito de lo<br />

privado como en la esfera de lo público.<br />

La lengua castellana, como la inmensa<br />

mayoría de las lenguas, tiene abundantes<br />

recursos a la hora de nombrar (y por Canto<br />

de pacer visible en el discurso) la diferencia<br />

sexual. La coincidencia en ocasiones entre el<br />

género gramatical y el género sexual<br />

(niñas/niños) suele traer consigo el uso<br />

habitual del masculino para denominar tanto<br />

a hombres como a mujeres con lo que se<br />

acaba excluyendo a estas en la designación<br />

<strong>lingüística</strong> y aquellos acaban siendo los<br />

92<br />

únicos sujetos de referencia. Frente a esta<br />

situación, fruto de los hábitos lingüísticos de<br />

las personas y de algunas estructuras<br />

gramaticales de la lengua, es urgente ir<br />

construyendo otras formas de decir que<br />

incorporen a la mujer al territorio de las<br />

palabras y fomentar las actitudes de<br />

creatividad <strong>lingüística</strong> en las personas que<br />

hagan posible la representación simbólica de<br />

las mujeres en el escenario del discurso.<br />

Por ejemplo, la existencia de términos<br />

genéricos tanto masculinos como femeninos<br />

que incluyen a los dos sexos (“el ser humano”<br />

“ el profesorado”, “la ciudadanía”,”las<br />

personas”, “gente”...) hace posible designar<br />

simbólicamente a unos y a otras sin ocultar a<br />

nadie. En otras ocasiones, y pese a que<br />

algunas personas argumenten en contra en<br />

nombre de la economía expresiva, no es<br />

redundante nombrar en masculino y en<br />

femenino cuando se designa a un grupo de<br />

personas en el que hay mujeres y hombres.<br />

No se duplica el lenguaje por decir “niños y<br />

niñas” y padres y madres”, por la misma<br />

razón que no se duplica el lenguaje al decir<br />

“azul y rosa”. La palabra “niño” no<br />

representa a las niñas de igual manera que<br />

(padre,) no alude a las madres. No olvidemos<br />

que “la diferencia sexual esta ya<br />

dada en el mundo, no es el lenguaje quien la<br />

crea. Lo que debe hacer el lenguaje es, simplemente,<br />

nombrarla, puesto que existe. Si<br />

tenemos en cuenta que hombres y mujeres<br />

tenemos el mismo derecho a ser y a existir,<br />

el hecho de no nombrar esta diferencia es no<br />

respetar uno de Los derechos<br />

fundamentales: el de la existencia y la<br />

representación de esa existencia en el<br />

lenguaje” (Nombra, 1995, Pág. 15). Otros<br />

recursos disponibles son los términos<br />

abstractos (“tutoría”) en vez de “tutores”,<br />

“dirección” en vez de “directores”...) o el uso


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

de la primera persona del plural o de las<br />

formas impersonales de tercera persona que<br />

evitan la distinción de genero gramatical.<br />

Conviene en fin afilar las armas de la crítica<br />

ante el uso asimétrico de algunas formas de<br />

tratamiento (“señorita” en vez de “señora”,<br />

independientemente de su estado civil) o<br />

ante el empleo exclusivo y excluyente del<br />

masculino en los documentos administrativos<br />

y comerciales ( “firma del cliente”, “el titular”<br />

o el solicitante”...).<br />

¿Que efecto lean tenido los estudios sobre<br />

lengua y género, la crítica feminista al<br />

sexismo lingüístico en el habla y en la<br />

escritura '' las orientaciones para un uso no<br />

sexista de la lengua? En opinión de Crystal<br />

(1987 [1994, pag. 46 y 47]): “Hasta ahora,<br />

el efecto ha sido más notable en la escritura<br />

que en el habla. [...j Existen pruebas<br />

evidentes de que el movimiento feminista<br />

tuvo un notable impacto en la década de<br />

1970 sobre varios géneros del lenguaje escrito,<br />

en publicaciones dirigidas a un público<br />

general, no solo a las mujeres. Esté claro que<br />

ha habido un aumento general de la<br />

concienciación frente al problema del<br />

sexismo lingüístico, por lo menos en lo que<br />

respecta al lenguaje escrito. Lo que no está<br />

claro es si se podría encontrar esa misma<br />

concienciación en las conversaciones<br />

habituales, y la pregunta es cuanto durarán<br />

esos efectos”.<br />

La educación <strong>lingüística</strong> debería tratar de<br />

contribuir a evitar los usos sexistas de la<br />

lengua y a fomentar las habilidades expresivas<br />

(orales y escrita) que permitieran<br />

nombrar a hombres y a mujeres en tanto que<br />

tales con el fin de que los prejuicios culturales,<br />

las inercias <strong>lingüística</strong>s o ciertos corsés<br />

gramaticales no nos impidan designar a unos<br />

y a otras como diferentes en su identidad<br />

sexual aunque iguales en derechos. Se trata<br />

de promover desde las aulas una<br />

“democratización”, del discurso (Fairclough,<br />

1902) que evite en la medida de lo posible<br />

las asimetrías de género en el uso<br />

lingüístico. Porque, como señala Francesca<br />

Graziani (1992 [1997, pag. 3".1): ,La lengua<br />

puede ser de todas y de todas: no es un<br />

sistema rígido, cerrado a cualquier mutación<br />

sino, al contrario, el cambio esta previsto en<br />

sus mismas estructuras; es un sistema<br />

dinámico, un medio (medium) flexible, en<br />

continua transformación, potencialmente<br />

abierto a escribir en él infinitos significados,<br />

y por ello prevé también la expresión de la<br />

experiencia humana femenina Y en este<br />

sentido “la escuela es un lugar privilegiado y<br />

ofrece un contexto donde la experiencia<br />

femenina puede encontrar espacio y<br />

denominación” (Salvi, 1992[1997, pág. 22]).<br />

3.8.6. LENGUA Y EDAD<br />

Como acabo de señalar en los apartados<br />

anteriores, los dialectos sociales o<br />

sociolectos son las variedades <strong>lingüística</strong>s<br />

asociadas a las diferencias de clase social,<br />

etnia, sexo... En este apartado aludiremos a<br />

los sociolectos asociados a la edad de<br />

quienes utilizan la lengua y, especialmente, a<br />

las variedades socio<strong>lingüística</strong>s asociadas a<br />

la juventud.<br />

La edad es sin duda uno de los factores que<br />

inciden con mayor claridad en el uso<br />

lingüístico de las personas en una comunidad<br />

de habla. Conforme aumenta la edad de las<br />

personas, estas cambian no sólo su manera<br />

de ser y sus hábitos culturales sine también,<br />

v a la vez, su conducta <strong>lingüística</strong>. Labov<br />

(1964) delimitó con precisión hasta seis<br />

fases en la evolución socio<strong>lingüística</strong> de las<br />

personas en el contexto de la adquisición de<br />

la variedad estándar del inglés. En opinión<br />

93


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

de Labov, el momento determinante en el<br />

proceso de adquisición <strong>lingüística</strong> se produce<br />

en la fase de adquisición del dialecto social,<br />

así como en el alejamiento consiguiente de<br />

los usos lingüísticos de la adolescencia por la<br />

voluntad de las personas de adecuarse a la<br />

lengua de la generación adulta de la sociedad<br />

Según Labov (1964), las etapas del proceso<br />

de adquisición socio<strong>lingüística</strong> de las<br />

personas son las siguientes:<br />

1. Adquisición de la gramática elemental en<br />

la primera infancia, en contacto con la familia<br />

y especialmente con la madre.<br />

2. Adquisición de la lengua vernácula, entre<br />

los 5 y 12 años, en relación con los amigos y<br />

compañeros de estudios.<br />

3. Conocimiento del entorno sociolingüístico,<br />

entre los 14 y 15 años, por influencia de los<br />

hablantes adultos.<br />

4. Desarrollo de la variación estilística a<br />

partir de los 14 años, en contacto con la<br />

familia, la escuela, los compañeros y las<br />

compañeras...<br />

5. Inicio de un uso estándar en la primera<br />

etapa adulta.<br />

6. Desarrollo de los usos lingüísticos de la<br />

variedad estándar culta de la lengua<br />

(especialmente en las personas con un nivel<br />

de instrucción alto o cuyos oficios aconsejan<br />

un uso normativo del lenguaje).<br />

Esta especie de “universales” de la<br />

adquisición de las variedades sociales del<br />

lenguaje ha sido objeto de algunas críticas al<br />

considerar que no se introducen en ella las<br />

variables que tienen que ver con las<br />

diferencias sociales entre jóvenes o adultos<br />

(Romaine, 1994), o con las diferencias<br />

dialectales, sexuales y sociales en un<br />

determinado tramo de edad (Reid, 1978;<br />

Wolfram, 1989, entre otros). De hecho, el<br />

propio Labov (1966) ofrece una explicación<br />

94<br />

de la evolución <strong>lingüística</strong> de los hablantes<br />

basada en la adquisición no solo de una<br />

variedad <strong>lingüística</strong> concreta sino también de<br />

las normas de habla de la comunidad. Según<br />

Labov, entre los dos y los tres años asistimos<br />

al inicio de la adquisición <strong>lingüística</strong> en los<br />

niños y en las niñas, bajo la tutela y el<br />

ejemplo del padre y de la madre. Más tarde,<br />

entre los 4 y los 13 años, el modelo de habla<br />

que sirve como referente del uso lingüístico<br />

es el de los grupos de preadolescentes. Es en<br />

esta etapa cuando se adquieren los patrones<br />

automáticos de la expresión <strong>lingüística</strong>.<br />

Posteriormente, durante la adolescencia, el<br />

hablante comienza a adquirir una serie de<br />

normas de evaluación de los usos lingüísticos<br />

(especialmente en el contexto escolar y<br />

social del mundo adulto) en función de<br />

criterios que establecen como se debe hablar<br />

en determinados contextos, y a los 17 0 18<br />

años es casi siempre consciente de cual es el<br />

significado social de su manera de hablar y<br />

de cuales son los usos lingüísticos que tienen<br />

prestigio social en la comunidad y cuales por<br />

el contrario se consideran incorrectos,<br />

vulgares e inadecuados. La adquisición de las<br />

formas <strong>lingüística</strong>s asociadas al uso estándar<br />

o culto de la lengua es posterior y no<br />

siempre se produce en todas las personas ya<br />

que en ese momento (entre los 25 y los 40<br />

años) actúa como una variable determinante<br />

el nivel de educación y la mayor o menor<br />

oportunidad de los hablantes de intervenir de<br />

una manera activa en los diferentes<br />

contextos sociolingüísticos en los que se<br />

requiere un uso formal de la lengua.<br />

En cualquier caso, como señala Moreno<br />

Fernández (1998, Pág. 44) En los grupos<br />

generacionales y las etapas de adquisición<br />

del sociolecto pueden determinar el uso de<br />

ciertas variables o rasgos lingüísticos que<br />

sirven para marcar distancias entre niños y


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

jóvenes, entre jóvenes y adultos. Son<br />

elementos que funcionan como indicadores<br />

de pertenencia a un grupo generacional<br />

determinado. Ocurre aquí, sin embargo, lo<br />

mismo que en otras variables: son los niveles<br />

más superficiales de la lengua el léxico, la<br />

fraseología, el discurso los que acusan más<br />

claramente la determinación del factor edad,<br />

sin que medien otras variables <strong>lingüística</strong>s.<br />

De igual modo que ciertas prendas de vestir,<br />

ciertos peinados, ciertos gustos y actitudes,<br />

ciertos modos de división se consideran<br />

característicos de tal o cual generación,<br />

existen unos usos lingüísticos que se<br />

consideran propios de ciertos grupos de<br />

edad, que se acaban convirtiendo en<br />

auténticos símbolos generacionales”.<br />

Analizaremos a continuación el habla de la<br />

juventud, o sea, los argots asociados a las<br />

actuales generaciones de adolescentes y de<br />

jóvenes (Rodríguez González, 1989), en los<br />

que intervienen también otra serie de<br />

variables subculturales como la adscripción<br />

de cada grupo de jóvenes a una a otra “tribu<br />

urbana”. De igual manera, algunos de las<br />

cosas que se señalan a continuación son<br />

también aplicables al dialecto social de las<br />

hablas de algunos sectores marginales de la<br />

sociedad, o sea, a la jerga de los<br />

delincuentes o caló jergal, en el que “a las<br />

diferencias subculturales vienen a sumarse<br />

un componente de clase baja, marginación y<br />

un cierto grado de aislamiento social” (Martín<br />

Rojo, 1995, Pág. 37).<br />

¿Cuales son los rasgos lingüísticos y las<br />

funciones socioculturales del habla juvenil y<br />

de las hablas marginales? Quizás el rasgo<br />

más evidente sea su capacidad para la<br />

creación de un léxico propio y la modificación<br />

de las palabras ya existentes en la lengua<br />

común por medio de metáforas y<br />

metonimias, alteraciones fonéticas y<br />

morfológicas, cambios semánticos,<br />

prestamos lingüísticos... Ejemplos del léxico<br />

de nueva creación serian términos como<br />

birra o garimba (cerveza), calcos (zapatos),<br />

jelares (pantalones), pinreles (pies)... En<br />

otras ocasiones se opta por otorgar nuevos<br />

significados a palabras ya existentes en la<br />

lengua: pasar (despreocuparse), sobar<br />

(dormir), comerse el coco (preocuparse),<br />

chocolate (hachís), pasma (policía), caballo<br />

(heroína), talego (mil pesetas)... En el<br />

ámbito morfológico sobresalen algunos<br />

fenómenos como la sufijación en -ata<br />

(bocata: bocadillo, bugata: automóvil,<br />

tocata: tocadiscos...) o los acortamientos<br />

léxicos (depre, ecolo...). Finalmente<br />

conviene señalar algunos usos pragmáticos<br />

como la continua alusión al interlocutor a<br />

través de vocativos como tío, macho, colega,<br />

tronco... A través de estos y de otros procedimientos<br />

las personas que hablan estas<br />

variedades juveniles y marginales se<br />

identifican como miembros de una<br />

subcultura, se distinguen de otras personas<br />

originarias de otras culturas y de mayor edad<br />

y marcan discursivamente el territorio de su<br />

identidad generacional y social. Dicho de otra<br />

manera: es a través del uso del sociolecto<br />

juvenil o marginal como estos grupos<br />

sociales subrayan su identidad cultural por lo<br />

que la lengua cumple en este caso, al igual<br />

que en los usos lingüísticos asociados a la<br />

clase social oral sexo, una serie de funciones<br />

socioculturales a las que alude. Luisa Martín<br />

Rojo (1995, Págs. 38-40) en las siguientes<br />

líneas:<br />

• Función identificadora<br />

La utilización de una determinada variedad<br />

de habla permite al individuo distinguirse de<br />

otros individuos por su forma de habla y,<br />

paralelamente, asemejarse a aquellos que se<br />

95


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

consideran integrantes del mismo grupo: los<br />

jóvenes, los jóvenes marginales, en este<br />

caso, pero también los estudiantes frente a<br />

los profesores, las personas de clase alta<br />

frente a los de clase baja, las mujeres frente<br />

a los varones. Las variedades <strong>lingüística</strong>s<br />

permiten adscribirse e identificarse con un<br />

grupo social, situarse dentro del continuum<br />

social. Actúan, así, como símbolos de<br />

pertenencia a un grupo y, por ello,<br />

desempeñan un papel en la construcción de<br />

la identidad. A través de distintas<br />

identificaciones, el individuo construye su<br />

identidad: ser joven y no viejo, mujer y no<br />

varón, «bacaladero» y no “heavy” ser “niño<br />

bien” y no “macarra”, ser de clase media y<br />

no de clase baja.<br />

Función delimitadora<br />

La variedad <strong>lingüística</strong> permite al hablante<br />

reconocer y delimitar su grupo social. La<br />

existencia de unos rasgos y usos lingüísticos<br />

peculiares que caracterizan a los distintos<br />

grupos sociales permiten el reconocimiento<br />

de estas unidades sociales tanto desde el<br />

interior como, desde el exterior.<br />

•Función de confrontación o exclusión<br />

Las variedades permiten así la expresión de<br />

las diferencias, encarnan lo que los<br />

individuos creen que tienen en común y de<br />

diferente. Aquellos que no participan de un<br />

dialecto social se sentirán excluidos cuando<br />

sus hablantes lo utilicen, y no solo por las<br />

dificultades de intercomprensión. Este<br />

sentimiento de exclusión explica la aparición<br />

de reacciones de rechazo y, entre ellas, de<br />

juicios evaluativos o prejuicios lingüísticos.<br />

Los prejuicios son el exponente del electo<br />

retroactivo que desencadena toda variedad,<br />

al que llamare función estigmatizadora,<br />

porque señala y excluye a sus hablantes,<br />

96<br />

proyectando una imagen negativa tanto de la<br />

variedad como de sus hablantes.<br />

•función privatizador,<br />

La creación de unidades léxicas que permiten<br />

referirse a aquellas realidades que son<br />

relevantes para el grupo y que conforman su<br />

universo propio permite la designación de lo<br />

propio y la coordinación de la acción grupal.<br />

Los valores crípticos que suelen atribuirse a<br />

estas variedades pueden, así, entenderse<br />

como uno subfunción dentro de este valor<br />

particularizador.<br />

•Funcion liberadora<br />

Si las variedades permiten la expresión de<br />

una realidad distinta, de unos valores<br />

sociales y culturales alternativos, si<br />

conforman y organizan las creencias y<br />

valores de los individuos, la imposición de<br />

una variedad distinta supone mucho más que<br />

la modificación de un hábito lingüístico. Ante<br />

esta imposición se generan actitudes de<br />

rechazo y de resistencia. Sin embargo, el<br />

mantenimiento de estas variedades,<br />

asociadas a su contexto social y cultural,<br />

puede ser compatible con el uso de otras<br />

variedades en otros contextos, siempre que<br />

las primeras sean tomadas como base y<br />

sobre ellas no se proyecten los prejuicios que<br />

poseen otros sectores de la sociedad, casi<br />

siempre dominantes. La existencia de<br />

variedades pone de manifiesto tanto la<br />

diversidad social como los conflictos sociales.<br />

Si las variedades <strong>lingüística</strong>s asociadas a la<br />

juventud contribuyen a la construcción de la<br />

identidad sociocultural de adolescentes y<br />

jóvenes, y si las variedades <strong>lingüística</strong>s que<br />

enseña la escuela son las variedades<br />

<strong>lingüística</strong>s asociadas a menudo a los grupos<br />

sociales que ostentan el poder en nuestras


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

sociedades, ¿cuál es el papel de la educación<br />

<strong>lingüística</strong> en este contexto? ¿Criticar y<br />

prohibir el uso del argot juvenil o de las<br />

jergas marginales por no ajustarse a la<br />

norma <strong>lingüística</strong> y a la variedad estándar o<br />

culta de la lengua? ¿Considerar el uso del<br />

sociolecto juvenil como un derecho<br />

inalienable de la juventud y por tanto evitar<br />

en clase el aprendizaje de la variedad<br />

estándar por ser una forma de expresión<br />

asociada a las clases sociales acomodadas<br />

por tanto al poder y a sus estrategias de<br />

dominación simbólica a través del lenguaje?<br />

No es nada fácil la respuesta. Por una parte,<br />

cot viene evitar cualquier prejuicio peyorativo<br />

en torno a las formas de hablar de la<br />

juventud y de los grupos marginales de la<br />

sociedad ya que negarles el derecho al uso<br />

de la palabra (un uso ajeno a la variedad<br />

estándar y a la norma culta) es una manera<br />

de ocultar su identidad cultural y de<br />

condenarles al fracaso escolar, a la<br />

segregación social y al denominado círculo de<br />

la pobreza. Por otra, si evitamos el uso en las<br />

aulas de la variedad estándar y de los<br />

registros cultos de la lengua estaremos<br />

contribuyendo a impedir a los adolescentes y<br />

a los jóvenes el acceso a unos usos de la<br />

lengua de una innegable utilidad social en<br />

determinadas situaciones y contextos do<br />

comunicación.<br />

En el apartado “Lengua y clase social” de<br />

este epígrafe aludimos a las teorías de<br />

Berstein (1975 y 1977) sobre los códigos elaborado<br />

y restringido y a sus efectos en el<br />

éxito y fracaso escolar.<br />

Berstein afirma en sus trabajos sobre clase<br />

social, códigos lingüísticos y educación que<br />

los alumnos y las alumnas originarios de las<br />

clases bajas tienen en las escuelas<br />

dificultades de aprendizaje en ocasiones<br />

insalvables a causa de la variedad <strong>lingüística</strong><br />

que utilizan (código restringido) mientras los<br />

alumnos y las alumnas de las clases medias<br />

y altas no tienen esta desventaja inicial ya<br />

que utilizan una variedad <strong>lingüística</strong> (código<br />

elaborado) que coincide 'casi siempre con la<br />

variedad <strong>lingüística</strong> que la escuela usa y<br />

exige como lengua de aprendizaje. Ya<br />

entonces aludimos al mito de la deficiencia<br />

<strong>lingüística</strong> de las clases bajas que se derivaba<br />

de una interpretación literal de las teorías<br />

de Berstein ya que investigaciones<br />

socio<strong>lingüística</strong>s como las de Labov (1969)<br />

mostraron en su día que los hablantes de las<br />

clases bajas también son capaces de<br />

expresar y de comprender ideas complejas y<br />

conceptos abstractos a partir de su variedad<br />

restringida. No obstante, es obvio que las<br />

formas de hablar de la juventud de clase<br />

baja son distintas de las formas <strong>lingüística</strong>s<br />

que exige la institución escolar y que este<br />

hecho dificulta tanto la comunicación en las<br />

aulas como en consecuencia el aprendizaje<br />

escolar. Aunque el fracaso escolar no se<br />

deba tan sólo a factores lingüísticos sino<br />

también, y sobre todo, a causas<br />

socioculturales, es innegable que el escaso<br />

dominio de la variedad estándar que exige la<br />

escuela a los alumnos y a alumnas de clases<br />

bajas no contribuye a favorecer su rendimiento<br />

académico. ¿Qué hacer entonces?<br />

Desde la teoría del déficit, y en sintonía con<br />

los estudios de Berstein, se parte de la idea<br />

de que los alumnos y las alumnas cuyo<br />

origen social desfavorecido y cuya edad se<br />

traducen en el uso de una variedad<br />

<strong>lingüística</strong> restringida, ajena al uso estándar<br />

de la lengua, tienen unas carencias<br />

<strong>lingüística</strong>s que es preciso subsanar. La<br />

lengua de los niños y de las niñas de las<br />

clases bajas no se adapta al tipo de<br />

actividades <strong>lingüística</strong>s y culturales de la<br />

educación formal por lo que están abocados<br />

97


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

a un fracaso escolar que actúa como indicio<br />

de la inadecuación entre el código restringido<br />

de estos niños y el código elaborado de la<br />

escuela y de las clases medias. Con el fin de<br />

evitar este déficit, nada que una “inyección<br />

<strong>lingüística</strong> y cultural” que les adiestre en el<br />

dominio de la variedad estándar de la lengua<br />

a través del cambio de sus hábitos<br />

lingüísticos y del alejamiento de su variedad<br />

<strong>lingüística</strong> original. Se parte de la idea de que<br />

son menos competentes en el uso de la<br />

lengua que sus compañeros y compañeras de<br />

clase media y de que sólo abandonando su<br />

sociolecto de clase y de edad e imitando y<br />

adoptando la variedad estándar y culta de las<br />

clases acomodadas les será posible romper<br />

con el círculo de pobreza y con la<br />

marginación a los que su identidad<br />

sociocultural y sus usos lingüísticos les<br />

condenan.<br />

Aun siendo bien intencionada esta voluntad<br />

de intenta compensar el déficit cultural de los<br />

alumnos y de las alumnas de las clases<br />

bajas, este enfoque de la educación<br />

<strong>lingüística</strong> adolece en mi opinión de al menos<br />

dos inconvenientes: un innegable prejuicio<br />

contra las variedades <strong>lingüística</strong>s<br />

(geográficas, sociales, generacionales...) de<br />

los alumnos y de las alumnas de las clases<br />

desfavorecidas (y por tanto un cierto<br />

menosprecio de su identidad cultural) y una<br />

confianza un tanto ingenua en el valor de<br />

cambio del uso estándar de la lengua en la<br />

sociedad.<br />

En cambio, la teoría de la diferencia, aun<br />

estando de acuerdo con la teoría del déficit<br />

en que el capital lingüístico con el que acceden<br />

a la escuela los alumnos y las alumnas<br />

de las clases bajas contrasta con las formas<br />

<strong>lingüística</strong>s que exige la educación formal,<br />

subraya el papel que desempañan las<br />

actitudes y los prejuicios sociolingüísticos<br />

98<br />

sobre las diversas variedades <strong>lingüística</strong>s en<br />

el aprendizaje de quienes están inmersos en<br />

subcultura ajenas a la cultura dominante.<br />

Stubbs (1978 [1984, Págs. 83-85]) señala<br />

que no se ha demostrado de forma suficiente<br />

una relación de causa/efecto entre el uso de<br />

variedades restringidas y el fracaso escolar,<br />

por lo que sin descartar esta hipótesis quizá<br />

Convenga reflexionar sobre los efectos de la<br />

intolerancia escolar hacia las diferencias<br />

<strong>lingüística</strong>s y hacia la diversidad cultural en<br />

las aulas (veáse más adelante el texto de<br />

Stubbs en el apartado “Lengua y escuela” de<br />

este epígrafe 3). En este contexto, la educación<br />

<strong>lingüística</strong> debe intentar conjugar el<br />

respeto alas variedades <strong>lingüística</strong>s de origen<br />

de cada alumno y alumna con la conciencia<br />

de que conviene contribuir en las aulas al<br />

aprendizaje escolar de aquellas variedades<br />

de la lengua cuyos usos tienen una innegable<br />

utilidad en el mercado de los intercambios<br />

lingüísticos y en el contexto escolar y social.<br />

No se trata por tanto de erradicar en clase<br />

las formas de hablar de quienes por su condición<br />

social y por su edad utilizan una<br />

variedad <strong>lingüística</strong> socialmente<br />

desvalorizada sino de partir de sus usos<br />

lingüísticos para ir avanzando hacia el<br />

aprendizaje de otros usos más complejos y<br />

adecuados a las diversas situaciones y<br />

contextos de comunicación (Lomas, Osoro y<br />

Tusón, 1993, Págs. 14 y 15).<br />

3.8.7 LENGUA, PODER Y<br />

DESIGUALDAD<br />

En apartados anteriores de este capítulo<br />

insistí en la idea de que los usos lingüísticos<br />

de las personas son diferentes porque<br />

reflejan no sólo el estilo individual o idiolecto<br />

de cada una do esas personas sino también,<br />

y sobre todo, porque reflejan las diferencias


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

socioculturales que caracterizan a nuestras<br />

sociedades. Si bien es cierto que todas las<br />

personas son iguales en lo que respecta a so<br />

capacidad de aprender una lengua<br />

(Chomsky, 1965, Pág. 3), y por lo tanto son<br />

en teoría iguales ante las lenguas, en el uso<br />

del lenguaje son diferentes y a menudo esas<br />

diferencias son un reflejo de las diferencias<br />

culturales y constituyen una posible fuente<br />

de desigualdad <strong>lingüística</strong> y social (Hudson,<br />

1980 [1981, Pág. 203-246]). De ahí la<br />

influencia de variables como la clase social,<br />

el sexo, la edad, la etnia o la pertenencia a<br />

una subcultura concreta en el uso social de<br />

las lenguas y de ahí las diversas variedades<br />

<strong>lingüística</strong>s que identifican a los diferentes<br />

grupos sociales (clase alta/media/baja,<br />

hombres/mujeres, niños/adultos...) en el<br />

seno de nuestras comunidades de habla. Por<br />

ello, se habla de lengua culta y de lengua<br />

vulgar, del hablar de los hombres y del<br />

hablar de las mujeres, de variedad estándar<br />

y de variedades incorrectas, del habla infantil<br />

y del habla adulta, de argots juveniles y de<br />

jergas marginales... Dicho de otra manera: la<br />

lengua no es una entidad homogénea sino<br />

heterogénea al ser un espejo de la diversidad<br />

<strong>lingüística</strong> y cultural (y de la innegable<br />

desigualdad social) de las sociedades en la<br />

que se inserta.<br />

Es obvio que el origen sociocultural de cada<br />

hablante condiciona a su acceso a una a otra<br />

variedad <strong>lingüística</strong>, como también lo es que<br />

la variedad <strong>lingüística</strong> utilizada por las clases<br />

acomodadas e ilustradas se constituye en las<br />

comunidades de habla en la variedad<br />

normativa y en el modelo de lengua al que<br />

deben aspirar el resto de las personas. De<br />

esta manera, quienes ostentan el poder<br />

imponen (a través de la escuela, de la norma<br />

<strong>lingüística</strong>, de los medios de comunicación y<br />

de ciertos estereotipos culturales sobre los<br />

usos lingüísticos de los hablantes) una<br />

determinada variedad <strong>lingüística</strong> como<br />

lengua legítima, otorgando beneficios de<br />

distinción opcional a quienes la utilizan de<br />

manera adecuada y sancionando a quienes<br />

usan otras variedades ilegitimas (Bourdieu,<br />

1979 y 1982). En este contexto, quienes por<br />

su origen sociocultural, su estatus y su nivel<br />

de instrucción tienen un capital lingüístico<br />

abundante están en condiciones de utilizar la<br />

lengua para subrayar su jerarquía social en<br />

los intercambios comunicativos con otras<br />

personas, salvo que su voluntad no sea la<br />

del ejercicio del poder y de la manipulación<br />

sino la de la cooperación en la construcción<br />

compartida del significado.<br />

Lengua, poder y desigualdad aparecen en<br />

consecuencia íntimamente entrelazados. Una<br />

lengua es una herramienta utilísima de<br />

comunicación entre las personas, entre los<br />

grupos sociales y entre los pueblos. Sin<br />

embargo, en ocasiones la lengua también es<br />

usada como herramienta de manipulación y<br />

de dominio. Cuando alguien engaña a<br />

alguien con la palabra, cuando en nombre de<br />

una lengua se exterminan otras lenguas,<br />

cuando en nombre de una variedad culta se<br />

censuran y caricaturizan las variedades<br />

<strong>lingüística</strong>s de quienes tienen un estatus<br />

inferior en la sociedad, cuando se difunden<br />

estereotipos y prejuicios sobre algunas lenguas<br />

y sobre sus hablantes, entonces estos<br />

usos del lenguaje contribuyen al ejercicio<br />

obsceno del poder y de la opresión y a la<br />

creación y a la reproducción de las<br />

desigualdades socioculturales.<br />

Sobre lengua, poder y desigualdades ya he<br />

escrito algunas cosas en el epígrafe 5 del<br />

capítulo inicial de este libro (“Lenguas,<br />

identidades culturales y educación”) y en los<br />

epígrafes “Hablar y escuchar” “Pensar la<br />

lengua” y “Lengua, cultura y sociedad” de<br />

99


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

este capítulo tercero. Insistiré de nuevo en<br />

estas ideas en el epígrafe siguiente (“Lengua<br />

y medios de comunicación”), en el que<br />

aludiré al poder de manipulación de los usos<br />

iconoverbales de los medios de comunicación<br />

y de la publicidad y a sus efectos culturales e<br />

ideológicos en las personas.<br />

3.8.8. Lengua y situación: los registros<br />

Cuando el uso lingüístico depende no solo de<br />

la identidad social y sexual de quienes hablan<br />

sino también de las características de la<br />

situación de comunicación en que tiene lugar<br />

estamos ante los registros. El registro es una<br />

variedad funcional de la lengua utilizada por<br />

quien habla o escribe con el fin de adecuarse<br />

a los temas, a los destinatarios y a las<br />

finalidades del intercambio comunicativo en<br />

un contexto determinado. El uso lingüístico<br />

es entonces diferente en función de la<br />

situación de comunicación en que se produce<br />

por lo que los diversos registros de una<br />

lengua se asocian de forma natural a unos<br />

determinados ámbitos de uso. Los cambios<br />

de registro tienen que ver con una serie de<br />

Factores que nos ayudan a clasificar tanto los<br />

ámbitos de uso coma los registros que les<br />

corresponden (Halliday, McIntosh y Stevens,<br />

1962; Payrató, 1988 [1996, Pág. 54 y 55]):<br />

1. El campo del discurso. La lengua que se<br />

utiliza para hablar de temas cotidianos difiere<br />

de la lengua usada para hablar de asuntos<br />

técnicos, estáticos, filosóficos y científicos.<br />

No se habla de igual manera en una tienda<br />

de embutidos que en una conferencia sobre<br />

la ética de Inmanuel Kant o sobre la idea<br />

freudenthaliana de fenomenología didáctica.<br />

En el primer caso, el léxico utilizado reflejara<br />

con claridad el uso de un registro coloquial<br />

en el contexto de una conversación<br />

espontánea mientras que en el segundo caso<br />

el léxico denotara el uso de un registro<br />

100<br />

técnico o científico en el contexto de un texto<br />

expositivo. Algo semejante ocurrirá con la<br />

diferente organización sintáctica del discurso.<br />

El campo del discurso se relaciona par tanto<br />

con el tema del que se habla o escribe.<br />

2. El modo del discurso. Tiene que ver con el<br />

canal de comunicación elegido para el<br />

intercambio lingüístico y permite distinguir<br />

entre registros orales y registros escritos.<br />

3. El tenor del discurso. El uso de la lengua<br />

difiere también según sean los objetivos del<br />

intercambio lingüístico: no es lo mismo<br />

utilizar la lengua con una finalidad estética,<br />

como en algunos textos literarios, que usarla<br />

con un objetivo didáctico, como en los textos<br />

expositivos y descriptivos, o con la intención<br />

de persuadir y convencer, como en los textos<br />

persuasivos y argumentativos.<br />

4. entorno interpersonal. Tiene en cuenta el<br />

tipo de relaciones que establecen entre<br />

quienes participan en cada intercambio<br />

lingüístico. No se utiliza el mismo registro en<br />

una intervención parlamentaria que en una<br />

conversación en un café con personas<br />

amigas. En el primer caso el registro<br />

utilizado tendrá un tono de formalidad<br />

bastante acusado mientras en el segundo<br />

caso el tono será informal y espontàneo.<br />

El ámbito de la educación <strong>lingüística</strong> el auge<br />

de los enfoques comunicativos de la<br />

enseñanza de las lenguas ha traído consideración<br />

mayor énfasis en la adecuación<br />

del hablante (o del escritor) a las<br />

características de cada situación de<br />

comunicación (o sea, a los temas, a los<br />

interlocutores, a los objetivos del intercambio...).<br />

Por ello se entiende que una persona<br />

competente desde un punto de vista<br />

comunicativo es aquella que no solo sabe<br />

hablar y escribir correctamente la lengua<br />

propia sino que además lo hace de una<br />

manera apropiada en cada situación de


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

comunicación. Dicho de otra manera: la<br />

competencia comunicativa consiste no solo<br />

en saber que decir a quien sino también en<br />

cómo y en cuando decirlo de un modo<br />

adecuado. Exige no solo una competencia<br />

<strong>lingüística</strong> (un conocimiento de la gramática<br />

de la lengua) sino también un conjunto de<br />

competencias estratégicas, socio<strong>lingüística</strong>s y<br />

textuales que permiten a quien usa la<br />

palabra adaptar la organización del discurso<br />

a los temas que son objeto de la enunciación<br />

<strong>lingüística</strong>, al canal utilizado (oral o escrito),<br />

a las finalidades del intercambio<br />

comunicativo (exponer, describir, argumentar,<br />

narrar, instruir, informal,<br />

persuadir...) y al tono que se deriva de las<br />

características de los interlocutores (formal,<br />

estándar, coloquial..). De ahí que como<br />

señalamos en otros lugares a lo largo de este<br />

capítulo, una selección de los contenidos y de<br />

las actividades del aprendizaje lingüístico en<br />

torno a ámbitos de uso favorezca tanto la<br />

conciencia sobre las diversas situaciones de<br />

comunicación en que tienen lugar los<br />

intercambios lingüísticos de las personas<br />

como la adquisición de las habilidades<br />

<strong>lingüística</strong>s que se requieren en cada una de<br />

ellas. En última instancia, saber usar la<br />

lengua significa saber usarla en cuantas más<br />

situaciones de comunicación mejor, o sea,<br />

saber usar de una manera apropiada los<br />

diferentes registros de la lengua.<br />

La tarea no es fácil si se piensa en el origen<br />

sociocultural de los alumnos y de las<br />

alumnas, en sus diferentes capacidades comunicativas<br />

y en su desigual acceso a los<br />

bienes lingüísticos y a las diferentes<br />

situaciones de comunicación. Quienes<br />

proceden de un contexto social desfavorecido<br />

casi nunca tienen la oportunidad de hacer un<br />

uso formal de la lengua al ser sus ámbitos de<br />

uso lingüístico aquellos que requieren tan<br />

solo el uso de un registro coloquial e informal<br />

de la lengua. En esos ámbitos de uso la utilización<br />

de sociolectos asociados a las clases<br />

bajas, de jergas y en ocasiones de<br />

variedades dialectales es algo común,<br />

apropiado y aceptado, pero no lo es en otros<br />

ámbitos de uso más formales (y entre ellos,<br />

en ocasiones, en la escuela). Acercarles al<br />

uso estándar de la lengua, ayudarles a<br />

reflexionar sobre las características de las<br />

situaciones de comunicación y sobre el<br />

registro de lengua adecuado a cada una de<br />

ellas y abrirles el abanico de experiencias<br />

<strong>lingüística</strong>s, al menos en el escenario<br />

comunicativo del aula, es hoy una tarea<br />

educativa absolutamente esencial en el<br />

ámbito do la educación <strong>lingüística</strong>.<br />

3.8.9. LENGUA Y LENGUAS:<br />

BILINGÜÍSIMO Y DIGLOSIA<br />

En la actualidad se hablan en el mundo unas<br />

cinco mil lenguas. Algunas (como el chino, el<br />

inglés, el español, el hindú, el francés o el<br />

árabe) tienen centenares de millones de<br />

hablantes. Otras (como el nahalí del sureste<br />

de la India, el ainú en Japón o el tarasco en<br />

México) apenas son habladas por unos miles<br />

de personas. Unas se utilizan a escala<br />

internacional en el ámbito del turismo, de los<br />

negocios, de la política.... Otras se usan tan<br />

solo en ámbitos locales como lenguas<br />

familiares en comunidades de habla con un<br />

escaso número de hablantes. Unas tienen<br />

tras de sí una notable reflexión gramatical y<br />

una dilatada tradición literaria. Otras son<br />

lenguas sin escritura. Unas extienden su<br />

ámbito de influencia a distintos países y<br />

continentes. Otras tan solo son usadas en<br />

una pequeña comunidad geográfica.<br />

101


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

IGUALDAD<br />

PREJUICIOS<br />

DE LAS LENGUAS Y<br />

Sin embargo, y sea cual sea el número de<br />

hablantes, el ámbito geográfico de influencia<br />

y el estatus sociopolítico de cada una de las<br />

lenguas del mundo, todas las lenguas son<br />

iguales ya que todas las lenguas son útiles<br />

como instrumentos de comunicación entre<br />

las personas y como herramientas de<br />

representación del mundo. Todas y cada una<br />

de las lenguas del mundo son iguales en la<br />

medida en que contribuyen a la construcción<br />

de la identidad psicología y sociocultural de<br />

las personas y de los pueblos y en esta tarea<br />

no hay una lengua mejor que otra. De ahí la<br />

conveniencia de contribuir desde la<br />

educación <strong>lingüística</strong> a la eliminación de ese<br />

mito sociopolítico desde el que se establece<br />

una jerarquía entre lenguas de cultura y<br />

lenguas primitivas, entre lenguas de progreso<br />

y lenguas arcaicas, entre lenguas suaves y<br />

lenguas ásperas, entre lenguas claras y<br />

lenguas oscuras... Esta jerarquía entre las<br />

lenguas, construida a base de (pre)juicios de<br />

valor y de supersticiones <strong>lingüística</strong>s que casi<br />

siempre utilizan como criterio de (s)elección<br />

la excelencia cultural de la lengua propia,<br />

carece de cualquier fundamento lingüístico ya<br />

que olvida que “ todas las cultural que han<br />

sido investigadas, independientemente de<br />

que fueran más o menos culturalmente<br />

primitivas, han resultado tener una lengua<br />

desarrollada, en una complejidad<br />

comparable a las de las naciones llamadas<br />

"civilizadas". [...] Todas las lenguas tienen<br />

una gramática compleja: puede existir una<br />

relativa sencillez en algún punto (por<br />

ejemplo, la falta de desinencias en las<br />

palabras), pero siempre parece haber una<br />

relativa complejidad en lo que se refiere a<br />

102<br />

otro (por ejemplo, la posición de las<br />

palabras), Todas las lenguas poseen<br />

intrincadas reglas gramaticales, y en todas<br />

hay excepciones a dichas reglas” (Crystal,<br />

1987 [1994, Pág.6]).<br />

En el siguiente texto David Crystal (1987<br />

[1994, Pág. 7]) alude al mito de la<br />

superioridad de unas lenguas sobre otras y<br />

defiende la radical igualdad entre todas las<br />

lenguas:<br />

La superioridad intrínseca de unas lenguas<br />

sobre otras es una creencia extendida, pero<br />

no esta basada en ningún hecho lingüístico.<br />

Algunas lenguas, por supuesto, resultan más<br />

útiles o prestigiosas que otras en<br />

determinados períodos de la historia pero<br />

eso se debe a la preeminencia de sus<br />

hablantes en aquel momento, no a ninguna<br />

característica <strong>lingüística</strong> inherente. La<br />

opinión de la <strong>lingüística</strong> moderna es que no<br />

se debe valorar una lengua sobre la base de<br />

la influencia política o económica de sus<br />

hablantes. De otra manera, deberíamos<br />

considerar al español y al portugués que se<br />

hablaban en el siglo XVI como algo<br />

“mejores” de lo que son ahora, y el moderno<br />

inglés americano sería “mejor” que el inglés<br />

británico.<br />

Actualmente, no es posible evaluar la<br />

perfección de una lengua en términos<br />

lingüísticos, y no es menos difícil llegar a una<br />

evaluación en términos estéticos, filosóficos,<br />

literarios o culturales. Y, por último, como<br />

podríamos comparar los meritos del latín y<br />

del griego con la proverbial sabiduría del<br />

chino, la extensa literatura oral de las islas<br />

de la Polinesia, o con la profundidad de los<br />

conocimientos científicos expresados en<br />

inglés? Tal vez algún día se invente algún<br />

sistema de medida para evaluar una lengua<br />

de un modo objetivo, pero, hasta entonces,<br />

la tésis de que ciertas lenguas son


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

intrínsecamente mejores que otras debe ser<br />

rechazada.<br />

¿Estás de acuerdo con la opinión de David<br />

Crystal?<br />

SI NO Justifica tu respuesta<br />

Bilingüismo, diglosia y educación bilingüe<br />

En la mayoría de las comunidades del mundo<br />

se hablan varias lenguas. Casi nunca una<br />

comunidad de habla es una comunidad<br />

monolingüe. Por el contrario, en casi codas<br />

las comunidades de habla se hablan en<br />

mayor o en menor medida dos o más<br />

lenguas.<br />

Por esta razón, el bilingüismo (y el<br />

plurilingüismo) es un hecho sociolingüístico y<br />

cultural innegable cuyo estudio interesa a diversas<br />

disciplinas (la <strong>lingüística</strong> general, la<br />

socio<strong>lingüística</strong>, la psico<strong>lingüística</strong>, la<br />

neuro<strong>lingüística</strong>, la pedagogía de las lenguas...)<br />

y cuyos efectos afectan a diferentes<br />

ámbitos sociales (desde el ámbito de la<br />

educación bilingüe y de la política <strong>lingüística</strong><br />

hasta el ámbito de la comunicación verbal en<br />

la vida cotidiana de las personas).<br />

El bilingüismo ha sido definido como el<br />

dominio pleno, simultáneo y alternativo de<br />

dos lenguas. Bloomfield (1933) lo definió<br />

como “el dominio nativo de dos lenguas”<br />

mientras Haughen (1953) consideraba<br />

bilingüe a aquella persona cuya conducta<br />

<strong>lingüística</strong> acredita que es competente por<br />

igual en dos lenguas. En cualquier caso, a la<br />

hora de estudiar el bilingüismo conviene distinguir<br />

entre un bilingüismo individual<br />

(capacidad de algunas personas para el uso<br />

alternativo y eficaz de dos lenguas) y un<br />

bilingüismo social (hecho sociolingüístico que<br />

se da en las comunidades de habla en las<br />

que se utilizan de manera habitual dos lenguas<br />

y que afecta a la mayoría de las<br />

personas que habitan en ellas).<br />

Siguán y Mackey (1986, Págs. 17 y 13)<br />

denominan bilingüe a la persona que,<br />

además de utilizar de manera habitual su<br />

primera lengua. (lengua primera, lengua<br />

materna o lengua nativa), aprendida en la<br />

infancia y casi siempre antes de los tres<br />

años, utiliza también con una competencia y<br />

eficacia semejantes una segunda lengua.<br />

¿Cuáles son las características del<br />

bilingüismo?<br />

1. Autonomía (a en el uso de las lenguas.<br />

Cuando una persona bilingüe utiliza la lengua<br />

utiliza de forma espontánea el conjunto de<br />

reglas que le permiten construir mensajes en<br />

esa lengua. Algo semejante ocurre cuando<br />

utiliza la lengua B.<br />

2. Alternancia de lenguas. Una persona<br />

bilingüe transita sin esfuerzo de, una lengua<br />

a otra en función de sus interlocutores, del<br />

contexto de comunicación, de sus<br />

intenciones en el intercambio,<br />

comunicativo... En consecuencia, elige de<br />

forma consciente o inconsciente la lengua en<br />

la que en cada momento habla y, si tiene<br />

una competencia comunicativa adecuada en<br />

ambas lenguas, el registro, la variedad y el<br />

estilo apropiados en cada caso (Spolsky,<br />

1988 [1992, Págs. 132-144]).<br />

3. Traducción. Una persona bilingüe es capaz<br />

de expresar significados en cualquiera de las<br />

dos lenguas ya que es capaz de traducir un<br />

texto de una lengua a otra y de trasladar un<br />

significado desde una lengua a otra. Esta<br />

capacidad de traducción de las personas<br />

bilingües es, en opinión de Siguan y Mackey<br />

(1986), un argumento contundente en<br />

contra de la identificación entre lenguaje y<br />

pensamiento y en favor de un nivel de<br />

significación diferente al nivel estrictamente<br />

lingüístico.<br />

Pero el bilingüismo no es solo, un fenómeno<br />

103


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

de naturaleza individual. Es también un<br />

fenómeno sociolingüístico y cultural que<br />

afecta a bastantes comunidades de habla y a<br />

la vida cotidiana de las personas. Una<br />

comunidad bilingüe es aquella en la que<br />

conviven dos lenguas y en la que una<br />

mayoría de las personas que viven en ella<br />

hablan (o al menos entienden ambas<br />

lenguas. La convivencia de varias lenguas en<br />

el seno de la vida social trae consigo una<br />

serie de fenómenos lingüísticos y culturales<br />

de un especial interés en el ámbito de la<br />

educación <strong>lingüística</strong> y de la investigación<br />

socio<strong>lingüística</strong>; prestamos léxicos,<br />

interferencias (y convergencias) <strong>lingüística</strong>s,<br />

conflictos sociolingüísticos, alternancia de<br />

lenguas, políticas <strong>lingüística</strong>s, educación<br />

bilingüe... No es este el lugar para detenerse<br />

en el análisis de estos y de otros aspectos<br />

derivados del contacto de lenguas en una<br />

comunidad de habla. Quienes estén<br />

interesados en el estudio del bilingüismo y de<br />

sus efectos en el ámbito educativo<br />

encontraran en diversos estudios de<br />

orientación socio<strong>lingüística</strong> (Appel y<br />

Muysken, 1986; Fishman, 1971 [1988, Págs.<br />

120-136], Siguan, 1994; Moreno Fernández,<br />

1998, Págs. 215223) y educativa (Siguan y<br />

Mackey, 1986; Silva-Valdivia, 1994; Arnau y<br />

otros, 1992; Siguan, 1993; VV.AA., 1998,<br />

entre otros) una abundante información y<br />

algunas ideas cuya consulta contribuirá a<br />

aumentar el conocimiento (y, en algunos<br />

casos, a evitar algunos prejuicios) sobre las<br />

lenguas en contacto y sus implicaciones<br />

educativas.<br />

No obstante, aludiremos de forma breve a<br />

dos aspectos que en nuestra opinión tienen<br />

una especial relevancia socio<strong>lingüística</strong> y<br />

educativa: los diferentes usos y funciones<br />

sociales de las lenguas en las comunidades<br />

bilingües y los diversos modelos de<br />

104<br />

educación bilingüe, con alguna referencia a<br />

la situación socio<strong>lingüística</strong> de las lenguas<br />

minoritarias en España.<br />

En cuanto al primer aspecto, es obvio que en<br />

las comunidades de habla suele haber una<br />

desigual distribución de los usos y funciones<br />

sociales de las lenguas. De ahí que a<br />

menudo quienes investigan el uso lingüístico<br />

en las comunidades con lenguas en contacto<br />

hayan distinguido entre bilingüismo y<br />

diglosia. Con este último término se alude<br />

habitualmente a la desigualdad funcional<br />

entre las variedades sociales de una lengua o<br />

entre diferentes lenguas en una comunidad<br />

bilingüe. Charles Ferguson (1959) introdujo<br />

el concepto de diglosia en la literatura<br />

socio<strong>lingüística</strong> con el fin de aludir al<br />

diferente uso social de las diversas variedades<br />

de una misma lengua. Según Ferguson,<br />

la diglosia “ es una situación <strong>lingüística</strong><br />

relativamente estable en la que, además de<br />

los dialéctos primarios de una lengua (que<br />

pueden incluir un estándar o estándares<br />

regionales), existe una variedad<br />

superpuesta', muy divergente y altamente<br />

codificada, vehículo de un corpus extenso y<br />

respetable de lengua escrita, bien de una<br />

época anterior, bien de otra comunidad<br />

<strong>lingüística</strong>, que es extensamente aprendida<br />

en la educación formal y que es utilizada en<br />

la mayoría de sus funciones formales escritas<br />

y habladas, pero que no es utilizada en la<br />

comunidad en la conversación ordinaria”<br />

(Ferguson, 1959, citado por Hudson, 1980<br />

[1981, Pág. 64]).<br />

A menudo se suele aludir también con el<br />

término de diglosia al diferente uso social de<br />

las diferentes lenguas en una comunidad<br />

bilingüe. Joshua Fishman (1971), por<br />

ejemplo, se refiere al Paraguay como<br />

ejemplo de comunidad diglósica en la que se<br />

habla el español como variedad alta en las


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

situaciones más formales y el guaraní como<br />

variedad baja en las situaciones más<br />

espontáneas y coloquiales de la comunicación<br />

cotidiana. Sin embargo, el español y el<br />

guaraní no son dos variedades dialectales o<br />

sociales de una misma lengua sino dos<br />

lenguas bien diferentes. Por tanto, cuando en<br />

una sociedad existen dos lenguas y se utiliza<br />

una u otra en función de los diferentes<br />

ámbitos sociales del uso lingüístico,<br />

entenderemos que se da también una<br />

situación diglósica. En este contexto se habla<br />

de una lengua A(lta), asociada a los ámbitos<br />

de uso “altos”, o formales (administrativos,<br />

intelectuales, religiosos, académicos,<br />

institucionales, técnicos...) y de una lengua<br />

B(aja), asociada a los ámbitos de uso<br />

considerados socialmente como “bajos” o<br />

informales (coloquiales, familiares, etc.).<br />

En este desigual uso de las lenguas en<br />

contacto en una comunidad bilingüe están<br />

implicados factores culturales (cultura dominante/culturas<br />

devaluadas), sociopolíticos<br />

(grupos con poder grupos sin poder,<br />

estatus y prestigio de una u otra lengua).<br />

1) Educación monolingüe en castellano, con<br />

el catalán como materia optativa, en las<br />

comarcas castellano parlantes; 2) educación<br />

bilingüe con el catalán y el castellano como<br />

lenguas de enseñanza y aprendizaje. En el<br />

contexto de la educación bilingüe, en la<br />

enseñanza primaria existen hasta tres<br />

modalidades: a) inmersión (orientada a<br />

alumnos castellanohablantes que utilizan así<br />

el catalán como lengua de comunicación y<br />

aprendizaje); b) enseñanza en “valenciano”;<br />

y c) incorporación progresiva (enseñanza en<br />

castellano y uso del catalán en algunas áreas<br />

y materias). En cuanto a la educación<br />

secundaria, la opción se reduce a enseñanza<br />

en “valenciano” o a incorporación progresiva.<br />

Finalmente, en las islas Baleares, y pese a<br />

los enunciados de la Ley de <strong>Normal</strong>ización<br />

Lingüística, asistimos a una notable<br />

proliferación de modelos de escolarización<br />

ante la falta de ideas (o al menos de opción)<br />

por parte do la administración educativa,<br />

Una reciente Orden del Gobierno balear<br />

(1994) deja en manos de los centros<br />

educativos el uso del catalán como lengua de<br />

aprendizaje. Quizá como consecuencia de la<br />

ausencia de voluntad política de impulsar la<br />

normalización <strong>lingüística</strong> del uso del catalán<br />

en las islas Baleares a través del sistema<br />

educativo, en 1995 el 67,2% del alumnado<br />

cursaba todas sus enseñanzas de forma<br />

exclusiva en castellano mientras solo el 17 %<br />

lo hacia en catalán, aunque el estudio del<br />

catalán como asignatura es mayoritario. En<br />

síntesis, los modelos de escolarización en las<br />

islas Baleares son los siguientes: a) centros<br />

educativos que tienden a la enseñanza en<br />

catalán; b) centros donde se enseña en<br />

castellano aunque se imparten algunas<br />

asignaturas en catalán; c) centros que tienen<br />

una línea en catalán y una línea en<br />

castellano; d) centros que enseñan el catalán<br />

coma asignatura; y e) centros con<br />

programas de inmersión.<br />

En cualquier caso, y aunque en algunos<br />

casos se detecten algunas conductas<br />

orientadas a la defensa de la lengua propia<br />

desde el menosprecio hacia la otra lengua de<br />

uso habitual en la comunidad de habla (y es<br />

que la sombra de los prejuicios lingüísticos<br />

es a alargada y a todos afecta), en el ámbito<br />

educativo se esta imponiendo<br />

afortunadamente la colaboración didáctica y<br />

metodológica entre quienes enseñan<br />

distintas lenguas porque de tal colaboración<br />

cabe esperar el efectos educativos<br />

enormemente beneficiosos, Esta voluntad de<br />

colaboración entre enseñantes de lenguas en<br />

105


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

contacto invita a la elaboración conjunta de<br />

proyectos lingüísticos de contra (véase el<br />

epígrafe 5 del capítulo 1 de este manual) y al<br />

análisis compartido de las estrategias<br />

didácticas más adecuadas para contribuir a la<br />

adquisición y al desarrollo de competencias<br />

comunicativas en ambas lenguas.<br />

En el siguiente texto (Departamento de<br />

Educación, Universidades e investigación del<br />

Gobierno Vasco, 1992, Págs. 27 y 58-59) se<br />

invita a enseñantes de lengua castellana y de<br />

euskera a una reflexión socio<strong>lingüística</strong><br />

conjunta sobre las lenguas en contacto y<br />

sobre el modo más apropiado de contribuir<br />

desde las áreas <strong>lingüística</strong>s tanto al<br />

conocimiento lingüístico sobre ambas lenguas<br />

como a la, adquisición de habilidades<br />

comunicativas y de actitudes de aprecio a la<br />

diversidad <strong>lingüística</strong>. Finalmente se alude al<br />

estudio comparado de textos en ambas<br />

lenguas y al tratamiento educativo, de las<br />

interferencias <strong>lingüística</strong>s:<br />

Las relaciones de las lenguas entre si y entre<br />

éstas y los hablantes marcan la primera vía<br />

de reflexión. Lo exige una situación de<br />

bilingüismo con diglosia coma la de la<br />

Comunidad Autónoma Vasca. Esta reflexión,<br />

a menudo, podrá basarse en textos que reflejen<br />

las relaciones de conflicto entre las<br />

lenguas, la actitud de los hablantes y<br />

determinados fenómenos (mezcla de códigos,<br />

prestamos,...) que solamente pueden ser<br />

explicados a partir de la consideración social<br />

que tienen las lenguas y de las relaciones<br />

que el hablante mantiene con cada una de<br />

ellas. Este ámbito de reflexión permite<br />

trabajar sobre actitudes que repercutirán<br />

favorable o desfavorablemente en la<br />

motivación y por tanto en el proceso de<br />

enseñanza-aprendizaje de la lengua. Es<br />

preciso que los alumnos tomen conciencia de<br />

la realidad socio<strong>lingüística</strong> en que están in-<br />

106<br />

merso y las repercusiones de todo tipo<br />

(culturales, políticas, etc.) qué Conlleva.<br />

La presencia de dos lenguas en esta área y<br />

la necesidad de reflexionar en torno a ellas<br />

ofrece ventajas desde el punto de vista<br />

cognitivo y del conocimiento lingüístico que<br />

deben ser aprovechadas al máximo para<br />

lograr los mayores beneficios en el conjunto<br />

del área y en el proceso de enseñanzaaprendizaje<br />

en general.<br />

Aprovechar las posibilidades que ofrece un<br />

planteamiento integrador pasa por<br />

diferenciar la existencia de un ámbito de<br />

trabajo común a las dos lenguas y un ámbito<br />

específico para cada una de ellas, Dentro del<br />

ámbito común se enmarca:<br />

• la adquisición de procedimientos hábitos<br />

de reflexión <strong>lingüística</strong> así como de<br />

aprendizaje autónomo de las lenguas.<br />

•el dominio de conceptos lingüísticos<br />

generales que justifiquen la utilización de un<br />

metalenguaje único para el estudio de las<br />

diferentes lenguas,<br />

•el desarrollo de actitudes y valores hacia las<br />

lenguas y la diversidad <strong>lingüística</strong>.<br />

Puede tener interés que el estudio de<br />

determinados aspectos de la lengua se<br />

beneficie del contraste entre ambas; ello<br />

dará oportunidad a los alumnos de adquirir<br />

una mayor amplitud conceptual, dado que la<br />

comprensión de los fenómenos lingüísticos<br />

trasciende el ejemplo concreto de la lengua.<br />

Por ejemplo, la comparación de textos<br />

producidos en el mismo ámbito y en<br />

similares situaciones de comunicación,<br />

además de para observar las diferencias<br />

entre las realizaciones de cada lengua, es<br />

válida desde un punto de vista pragmático,<br />

para comprobar la similitud de esquemas<br />

textuales y macroestructuras semánticas, así<br />

como para trabajar los procesos de


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

planificación y organización textuales<br />

comunes a las lenguas.<br />

Este estudio comparativo puede ampliarse al<br />

análisis de las interferencias y errores que los<br />

textos de los alumnos presentan, evidenciando<br />

la aplicación de reglas de una<br />

lengua a otra. Ello les servirá, además, para<br />

controlar mejor sus propias producciones<br />

desarrollando hábitos de autocorrección.<br />

Las interferencias entre las lenguas en<br />

contacto han de aprovecharse para<br />

reflexionar tanto sobre la situación de las<br />

lenguas como sobre los mecanismos<br />

empleados por lenguas diferentes para<br />

expresar las mismas ideas y relaciones.<br />

Los errores son manifestaciones propias de la<br />

dinámica del aprendizaje de una lengua, ante<br />

los que hay que actuar trabajando su<br />

corrección en gran grupo, analizando y<br />

comparando el funcionamiento de ciertos<br />

elementos en L1 y L2 y proporcionando a los<br />

alumnos modelos correctos y variados, así<br />

como actividades planificadas para superar<br />

dichos errores.<br />

(Departamento de Educación, Universidades<br />

e Investigación del Gobierno vasco: Diseño<br />

Curricular Base de la Comunidad Autónoma<br />

Vasca. Educación Secundaria Obligatoria<br />

Lengua Castellana. Lengua Vasca Y<br />

Literatura. Lenguas Extranjeras. Vitoria-Gasteiz,<br />

1992.)<br />

UNA POLÍGLOTA CASA DE HUÉSPEDES<br />

En Estados Unidos la educación bilingüe se<br />

instauró en su día con el fin de que el<br />

aprendizaje escolar en lengua inglesa no significara<br />

el olvido de la identidad <strong>lingüística</strong> y<br />

cultural de quienes no tenían el inglés como<br />

lengua materna. En la mayoría de las<br />

ocasiones, la educación bilingüe se concebía<br />

como una estrategia de integración social<br />

hacia aquellas personas cuya lengua materna<br />

no era el inglés (por ejemplo, el español)<br />

y cuyos orígenes culturales se alejaban de la<br />

cultura anglosajona. El derecho al uso de la<br />

lengua materna en el ámbito escolar se<br />

simultaneaba con el aprendizaje en la lengua<br />

común (en este caso, el inglés) con la esperanza<br />

de que las diferencias <strong>lingüística</strong>s no<br />

se tradujeran en fracaso escolar, en<br />

desigualdades culturales y en la segregación<br />

social de los inmigrantes.<br />

Sin embargo, en los sectores más<br />

conservadores de la educación, de la política<br />

y de la opinión pública se combate esta<br />

voluntad de mantener la lengua y la cultura<br />

propias en el ámbito educativo<br />

estadounidense con el argumento (o con la<br />

falacia) de que cualquier cultura diversa a la<br />

cultura blanca en lengua inglesa aboca a la<br />

segregación cultural ya que impide a las<br />

personas integrarse en el modo de vida<br />

americano. Ronald Reagan, cuando aún era<br />

presidente de los Estados Unidos, se<br />

manifestó con una obscena claridad en<br />

contra de la presencia de las lenguas de los<br />

inmigrantes en el sistema escolar y en contra<br />

en consecuencia de una educación bilingüe:<br />

“Es completamente erróneo y antiamericano<br />

mantener un programa de educación bilingüe<br />

que persigue expresa, abiertamente,<br />

mantener su lengua nativa y privarles de un<br />

dominio adecuado del inglés que les permita<br />

acceder al mercado de trabajo” (New York<br />

Times, 3 de marzo de 1 981).<br />

Quizá las palabras del otrora mediocre actor<br />

Ronald Reagan no fueran sino un eco tardío<br />

de las palabras de un antecesor en el cargo,<br />

Franklin. Delano Roosevelt, quien en 1918<br />

afirmaba: “No tenemos habitación aquí sino<br />

para una sola lengua, y esa lengua es el<br />

inglés, porque intentamos ver cómo del<br />

crisol surge el pueblo de Estados Unidos, la<br />

107


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

nación estadounidense, y no una políglota<br />

casa de “huéspedes” (citado por Romaine,<br />

1994 [1996, pág. 247]).<br />

Vayan estas dos citas como argumento a<br />

favor de la igualdad de las lenguas y de las<br />

culturas. Sin otro comentario.<br />

3.8.10. LENGUA Y DIALÉCTOS<br />

No es fácil delimitar con precisión las<br />

diferencias entre lengua Y dialectos. A<br />

menudo, estas diferencias se han establecido<br />

utilizando criterios como la extensión<br />

geográfica o el prestigio cultural de un<br />

determinado uso social de la lengua. Sin<br />

embargo, estos criterios no son de naturaleza<br />

<strong>lingüística</strong> y por ello distintos autores<br />

(Matthews, 1979; Hudson, 1980 [1981, pág.<br />

47]; López Mora.<br />

Modelo de lengua culta. Sin embargo, y<br />

aunque la norma <strong>lingüística</strong> tenga una cierta<br />

voluntad uniformadora, si algo caracteriza el<br />

uso lingüístico de las personas es la radical<br />

heterogeneidad de sus formas de decir<br />

(sociolectos, dialéctos, estilos...). Por ello, el<br />

habla de las personas huye de las tendencias<br />

uniformadoras de la norma <strong>lingüística</strong> y la<br />

distancia entre el uso oral de los dialéctos<br />

geográficos y la variedad culta es algo que ya<br />

nadie niega. El problema sin embargo estriba<br />

en la actitud que se adopte, en el seno de la<br />

sociedad y en el mundo de la educación, ante<br />

esos usos dialectales alejados de la norma<br />

<strong>lingüística</strong>.<br />

A lo largo y ancho de este manual insistí<br />

hasta la sociedad en la idea de que los usos<br />

lingüísticos constituyen un elemento esencial<br />

de la identidad personal y sociocultural de las<br />

personas. Por tanto, y en la medida en que el<br />

habla es una de las señas de identidad de<br />

cualquier comunidad cultural, cualquier<br />

108<br />

intento de corregir o de censurar ese habla<br />

no es sino una manera de imponer a las<br />

personas una variedad ajena desde un cierto<br />

prejuicio sociolingüístico y social sobre la<br />

excelencia de esta variedad y por tanto<br />

desde cierto menosprecio de las personas y<br />

de las cultural que utilizan otras variedades<br />

<strong>lingüística</strong>s (Rosenblat, 1967). En el caso del<br />

español peninsular, hasta hoy se ha<br />

considerado como norma de obligada<br />

referencia la variedad castellana de la<br />

meseta norte, por lo que en algunas<br />

ocasiones cualquier otra variedad geográfica<br />

del español se ha considerado vulgar,<br />

incorrecta e ilegítima.<br />

¿Qué hacer en este contexto? Uri Ruiz<br />

Bikandi y Amparo Tusón Valls (1997, Págs. 5<br />

y 6) establecen con claridad el papel de la<br />

educación <strong>lingüística</strong> ante la variedades<br />

geográficas del español al señalar que “dado<br />

que la escuela tiene como uno de sus principales<br />

objetivos hacer buenos usuarios de la<br />

lengua, es precisamente en este terreno<br />

donde ha de desarrollar su trabajo en un<br />

doble sentido: trabajando por superar los<br />

prejuicios lingüísticos, deberá favorecer que<br />

el alumnado se reconozca en su variedad de<br />

origen, la valore y la uso con propiedad, y<br />

promover, a la vez, que distinga entre<br />

ámbitos de uso y contextos de comunicación<br />

en los que tengan cabida los diferentes<br />

registros de habla, incluyendo la norma culta<br />

para aquellas situaciones formales y publicas<br />

que hacen más aconsejable su utilización.<br />

Para ello, resulta del todo imprescindible que<br />

quienes enseñamos prestemos una atención<br />

especial a la variedad <strong>lingüística</strong> y no<br />

traspasemos sin criterio lo que es propio del<br />

código escrito a los usos orales, por<br />

definición vivos y cambiantes”.<br />

Afortunadamente quedan ya lejos en el<br />

tiempo los inadecuados consejos de Tomas


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

Navarro Tomas en torno a la formación de<br />

los maestros y de las maestras. El ilustre<br />

fonetista español consideraba “como norma<br />

general de una buena pronunciación la que<br />

se usa corrientemente en Castilla en la<br />

conversación de las personas ilustradas” y<br />

criticaba que “a los maestros nacionales, no<br />

solo a los que han de enseñar en Castilla,<br />

sino a los que en regiones dialectales han de<br />

encontrarse ante hábitos de pronunciación<br />

distintos de los de la lengua nacional, ni se<br />

les prepara convenientemente para esta<br />

enseñanza, ni siquiera se les pide la<br />

corrección de sus propios dialectalismos”<br />

(Navarro Tomas, 1918, citado por Vera,<br />

1997, Págs. 10 y 11). Frente a esta opinión,<br />

hoy cada vez está más extendida la idea de<br />

que, así como en la escritura existe un<br />

consenso lingüístico y social sobre una norma<br />

de referencia cuya validez afecta a todo el<br />

Ámbito hispánico, en lo que se refiere al uso<br />

oral cada hablante tiene el derecho a usar su<br />

variedad de origen (y sus diferentes<br />

registros) en aquellas situaciones y contextos<br />

de comunicación en los que ese uso tiene<br />

sentido.<br />

Dicho de otra manera: así como se acepta la<br />

existencia de una norma <strong>lingüística</strong> que fije<br />

con claridad el modelo de escritura<br />

compartida en el Ámbito hispánico (y por ello<br />

en la escritura en lengua española, sea cual<br />

sea el origen geográfico del escritor o de la<br />

escritora, casi nunca se encuentran<br />

variedades dialectales salvo que quien<br />

escriba tenga la voluntad de representar en<br />

la escritura una determinada manera de<br />

hablar), hoy el criterio de corrección de las<br />

hablas que no se ajustan al modelo canónico<br />

de habla castellana defendido por Navarro<br />

Tomas no goza afortunadamente de buena<br />

prensa ya que, como señala Manuel Vera a<br />

propósito del habla andaluza, no satisface las<br />

expectativas ni las necesidades de los<br />

hablantes meridionales, cuya conciencia<br />

<strong>lingüística</strong> ha evolucionado en los últimos<br />

tiempos, coincidiendo con circunstancias<br />

políticas y sociales, en el sentido de una<br />

mayor seguridad en la propia forma de<br />

actualizar la lengua común como seña de<br />

identidad, cuando no de la más elemental<br />

autoestima”. Y añade: “La norma académica<br />

no es la única referencia sobre la calidad de<br />

los mensajes de que dispone el hablante (a<br />

veces, y fuera de la escuela, ni siquiera es la<br />

más influyente) sino que, por el contrario, la<br />

comunidad <strong>lingüística</strong> produce continuamente<br />

modelos de habla prestigiosa, si<br />

bien no todos consensuados al mismo nivel,<br />

ni en los mismos ámbitos. Y es que, a fin de<br />

cuentas, la cuestión de la norma se reduce a<br />

una cuestión de autoridad <strong>lingüística</strong>,<br />

socialmente aceptada, en relaciòn con una<br />

pretendida expresión correcta, como uso de<br />

valor,, (Vera, 1997, Págs. 11 y 12).<br />

En este contexto es esencial, en el ámbito de<br />

la educación <strong>lingüística</strong>, determinar con<br />

precisión en que consiste saber usar la<br />

lengua. Como he señalado una y otra vez a<br />

lo largo y ancho de este manual, saber usar<br />

la lengua consiste en saber hacer un uso<br />

adecuado, correcto, eficaz y coherente de la<br />

lengua en las diversas situaciones de<br />

comunicación de la vida de las personas. Por<br />

tanto, la adquisición de la competencia<br />

comunicativa no consiste tanto en el uso<br />

correcto de la variedad geográfica que actúa<br />

como norma de referencia del buen hablar,<br />

tal y como deseaba Tomas Navarro Tomas,<br />

sino en saber usar la variedad geográfica de<br />

origen de cada hablante, en cuantas<br />

situaciones sea preciso, de una manera<br />

correcta, apropiada y eficaz. En este<br />

contexto, y teniendo en cuenta la existencia<br />

de distintos sociolectos y registros de uso en<br />

109


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

cada variedad dialectal del español, la<br />

solución no pasa por el aprendizaje escolar<br />

de la variedad culta del castellano peninsular<br />

o por crear en las aulas una conciencia<br />

diglosia entre la variedad dialectal de origen<br />

de los alumnos y de las alumnas y la<br />

variedad estándar y ajustada a la norma del<br />

español sino por enseñar a utilizar en cada<br />

ocasión el registro apropiado a cada situación<br />

de comunicación a partir de la variedad de<br />

origen de cada persona. Entre otras cosas,<br />

porque afortunadamente no hay ninguna<br />

dificultad de comunicación entre quienes<br />

hablan diferentes dialéctos del español. Y,<br />

además, hablar en una u otra variedad es<br />

siempre una forma legítima de hablar<br />

español (Coseriu, 1993, pág. 172).<br />

3.8.11. LAS ACTITUDES<br />

LINGÜÍSTICAS<br />

¿Qué es una actitud? Encontrar una<br />

respuesta clara e infalible a este interrogante<br />

no es nada fácil. A menudo se ha intentado<br />

desde ámbitos tan diversos como el de la<br />

psicología, la sociología, la antropología, la<br />

educación, la socio<strong>lingüística</strong>, la geografía<br />

humana, la filosofía o las artes y no siempre<br />

sus respuestas eran coincidentes. Por tanto,<br />

el concepto de actitud obliga a un acercamiento<br />

complejo e interdisciplinario. En<br />

cualquier caso, una actitud es una evaluación<br />

sobre ideas, personas y hechos y consta al<br />

menos de tres componentes (Baker, 1992):<br />

•Un componente cognitivo en relación con el<br />

pensamiento y las creencias. En el ámbito<br />

lingüístico se manifiesta, por ejemplo, en las<br />

actitudes de defensa de una lengua y en el<br />

énfasis en su papel como transmisora de la<br />

identidad cultural de una comunidad de<br />

habla.<br />

•Un componente afectivo referido a los<br />

110<br />

sentimientos acerca de un objeto o de una<br />

persona. En el ámbito lingüístico se traduce<br />

en el amor o el odio hacia una lengua, en la<br />

ansiedad producida por la dificultad de su<br />

aprendizaje...<br />

•Un componente conativo que regula las<br />

acciones derivadas de una determinada<br />

actitud. Por ejemplo, la actitud favorable o<br />

contraria a estudiar en una escuela bilingüe.<br />

Más allá de la esfera individual, las actitudes<br />

<strong>lingüística</strong>s son indicios culturales tanto de<br />

los cambios en las creencias, en las<br />

opiniones y en los prejuicios de las personas<br />

y de los grupos sociales como del éxito o del<br />

fracaso de una determinada política<br />

<strong>lingüística</strong>. Esto es especialmente cierto en el<br />

caso de las lenguas minoritarias ya que en<br />

estos casos “las actitudes, como los censos,<br />

nos proporcionan una medida de la salud de<br />

la lengua” (Baker, 1992, pág. 9).<br />

En el ámbito concreto de la educación<br />

<strong>lingüística</strong>, las actitudes constituyen uno de<br />

los factores esenciales tanto en el uso de la<br />

lengua (de una a otra lengua, de una u otra<br />

variedad <strong>lingüística</strong>) como en el aprendizaje<br />

de una segunda lengua o en las creencias<br />

que sobre las lenguas y sus hablantes tienen<br />

las personas. En opinión de Baker (1992,<br />

Pág. 29), una actitud <strong>lingüística</strong> es un<br />

concepto que abarca una serie de actitudes<br />

específicas coma las siguientes:<br />

•actitudes respecto a la variación <strong>lingüística</strong><br />

(dialéctos, registros, sociolectos, estilos...);<br />

•actitudes respecto a una lengua minoritaria;<br />

•actitudes respecto a un grupo lingüístico, a<br />

una comunidad de habla o a una minoría;<br />

•actitudes respecto a los usos de una<br />

lengua;<br />

•actitudes respecto a las elecciones<br />

<strong>lingüística</strong>s de las personas;<br />

•actitudes en relación con el aprendizaje de


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

una nueva lengua;<br />

•actitudes ante el aprendizaje lingüístico en<br />

la clase de lengua…<br />

Gardner (1985, Págs. 40-42, citado por<br />

Todolf y Cuenca, 1994) establece tres tipos<br />

esenciales de actitudes: a) generales (actitud<br />

de interés por el aprendizaje de las lenguas<br />

extranjeras) y específicas (actitudes acerca<br />

de los hablantes de una lengua concreta): b)<br />

actitudes relevantes y no relevantes, y; c)<br />

actitudes educativa (actitudes en el contexto<br />

del aprendizaje escolar de una lengua... y<br />

sociales (actitudes sobre las lenguas y sus<br />

hablantes).<br />

Una educación <strong>lingüística</strong> orientada al<br />

aprendizaje de los conocimientos, de las<br />

habilidades y de las actitudes que hacen<br />

posible el intercambio comunicativo entre Las<br />

personas debe ser contribuir a la adquisición<br />

de actitudes positivas ante las lenguas y sus<br />

hablantes y a la crítica a los prejuicios<br />

lingüísticos, geopolíticos e ideológicos que<br />

afectan de forma negativa a la convivencia,<br />

<strong>lingüística</strong> entre las personas y los pueblos<br />

(véase en este sentido el epígrafe 1 del<br />

capítulo inicial de este libro y algunos<br />

apartado, de los epígrafes 2 y 3 de este<br />

capítulo). La lengua y las lenguas no deben<br />

usarse como herramientas de opresión y<br />

silencio sino “com a instruments de<br />

convivencia, més enlla de la tolerancia indiferent,<br />

coin a eines privilegiades amb que<br />

es pot construir la realitat de tots: una<br />

realitat verbal que conjugui voluntats plurals<br />

i irrepetibles” (Tusón, 1998, pág. 107).<br />

En el siguiente texto Agustín Fernández Paz<br />

(1996) describe a algunos fenómenos del uso<br />

lingüístico en Galicia (el uso del gallego y del<br />

castellano en diversas situaciones de<br />

comunicación) y alude a las actitudes<br />

<strong>lingüística</strong>s que condicionan el comporta-<br />

miento comunicativo en una u otra lengua y<br />

al origen social de los prejuicios y creencias<br />

que ocultan el uso del gallego en las situaciones<br />

de contacto de lenguas.<br />

Inlaxirtenios por un momento que un<br />

habitante doutro planeta, unha especie de<br />

antropólogo das estrelas, chega a Galicia coa<br />

misión de realizar un estudio sobre a<br />

situación <strong>lingüística</strong> do noso país.E<br />

supoñamos tamén que os seus poderes son<br />

limitados, xa que só pode observar a nosa<br />

vida en sociedade, sen que lle sexy posible<br />

entrar no ámbito do privado. Habería moitos<br />

aspectos que este extraterrestre podería<br />

analizar e entender con facilidade (a<br />

existerucia de dúas linguas, os parcials usos<br />

diglósicos que facemos delas, a presencia<br />

asoballante duaha das linguas nos medios de<br />

comunicación...).Pero, habería outros que<br />

axiña lle habían facer ver que algunhas<br />

pearlnon encaixaban no conxunto.<br />

2. “Como instrumentos de convivencia, más<br />

allá de la tolerancia indiferente, como<br />

herramientas privilegiadas con las que se<br />

puede construir la realidad de todos: una<br />

realidad verbal que conjugue voluntades<br />

plurales e irrepetibles” (traducción del autor)<br />

Porque, por porñernlos uln exemplo, o noso<br />

visitante podería consultar os tres tomos do<br />

Mapa Sociolingüístico de Galicia e ler neles<br />

que unha alta porcentaxe do poboación do<br />

país declara ter o galego como lingua<br />

habitual, tamén nas cidades. Mais caudo<br />

pasease de vagar polas rúas e prazas deses<br />

ámbitos urbanos, cuando entrase en<br />

cafeterías e comercios, sempre atento ó<br />

idioma en que se desenvolvesen as<br />

conversas, axiña comprobaria que as<br />

porcervaxes de trso do galego serían<br />

111


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

sensiblemente<br />

menores que as que lle corresponderían de<br />

acordo cos datos do Mapa Sociolingüístico de<br />

Galicia. Mesmo se pasase algunha tarde<br />

paseando polo centro dalgunhas cidades, por<br />

esa zona limitada por ulhas fronteiras<br />

invisibles, pero de doada identificación nun<br />

plano, podería ter a tentacion de pensar que<br />

as personas que utilizan o galegó son unha<br />

minoría ben cativa, case inexistente. A<br />

conclusión que tiraría sería ben doada: ou<br />

ben o Mapa Sociolingüístico de Galicia é unha<br />

ficción ou ben o observao e un espellismo<br />

que oculta a realidade.<br />

Claro que se o noso estraterrestre tivese<br />

máis poderes, e puidese tamén entrar nos<br />

casas e, sobre todo, acceder ós nosos<br />

pensamentos, axiña había ver que a<br />

aparente contradicción se esvaía coma a neboa<br />

dalgunhas mañanciñas de verán. Porque<br />

comprobaría como moítas persoas que nas<br />

oficinas, ou nos comercios, ou nas cafeterías,<br />

desenvolven as s úas relaciorrs en castelán,<br />

recuperan o galego, a súa lingua primeira,<br />

cando están na intimidade das casas, ou na<br />

conversa cos amigos ou, slnxelamente,<br />

cando van soas pensando nos seus asuntos.<br />

E entón o estudio si que podería ter unha<br />

conclusión clara e coherente: esta é unha<br />

sociedade na que unha das dúas linguas que<br />

se falan nela, a propia do país, a habitual na<br />

maioria da poboación, ten unha escasa<br />

presencia na vida social. Dalgún xeito, é<br />

unha lingua que permanece oculta,<br />

agachada, sobre todo nos ámbitos urbanos.<br />

Parece coma se houbese unha prohibición<br />

que impedise falala en público, unha<br />

prohibición só transgredida por unha minoria<br />

que tenta, ás veces con moitos atrancos,<br />

desenvolver a súa vida cotiá na lingua do<br />

país.<br />

Pode que o visitante das estrelas só quedase<br />

112<br />

parcialmente satisfeito con está conclusión,<br />

quizais quixese atopar tanner a resposta a<br />

unha pregunta inevitable: ¿cal é a<br />

explicación destes comportamentos lingüi<br />

sticos? Porque as dúas linguas son cooficiais<br />

e, na teoríd, non. hai atranco ningún para<br />

que unha persoa fale en galego en calquera<br />

ámbito e en calquera situacion. Así que,<br />

¿como falar dunha lingua oculta? ¿Onde está<br />

a prohibición, quien prohibe? Se a xente non<br />

a fala sera porque non quere, ninguen llelo<br />

impide, ten plena liberdade para facelo.<br />

Daquela o estraterrestre quizais decidise<br />

facer un estudio de casos, mirar con másis<br />

atención os comportamentos individuais, na<br />

procura da clave que os explicase. E, dese<br />

xeito, tal vez seguise a esa parella que vai<br />

falando en galego pola rúa e que, ó entrar<br />

nunha cafetería, lle pide en castelán ó<br />

camareiro o que vai tomar. Un camareiro<br />

que lles responde en castelán e que logo,<br />

cando volve tras da barra, continúa a<br />

conversa, tamén en galego, que estaba a<br />

manter co seu compañeiro, Ou seguería a<br />

esa nena que fala en galego ná súa casa<br />

pero que, ó entrar no recinto da escola e<br />

bater coas amigas, cambia de lingua e pasa<br />

a falar con elas en castelán. Ou estaría a carón<br />

dese mestre que vén de conversar en<br />

galego cos seus compañeiros, durante o<br />

tempo de descanso, na sala de profesores,<br />

pero que ó cruzar a porta da clase pasa a<br />

facelo en castelán cos seus alumnos.<br />

Ou...<br />

¿Qué pensaría de nós este observador? ¿Qué<br />

estamos a facer cada dia unha inmensa<br />

representación colectiva? Se cadra, despois<br />

de observar unha longa lista de<br />

comportamentos, e de comprobar a fonda<br />

semellanza entre eles, chegaría á conclusión<br />

de que os habitantes deste país debemos ter<br />

instalado no noso cerebro un diminuto chip,


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

un chip que contén un conxunto de regras<br />

hen definidas, que son as que nos marcan as<br />

pautas que deben rexer o noso<br />

comportamento lingüístico.<br />

Cuando se fala disto, algunhas persoas<br />

tenden a pensar que se trata doutra mostra<br />

da habitual esaxeración dos partidarios da<br />

normalización <strong>lingüística</strong> do galego, sempre<br />

obsesionados coa teima de descubriren<br />

inimigos ocultos. Se unha persoa fala en<br />

castelán no médico, ou na escola, ou no<br />

Corte Inglés, será porque quere, xa que<br />

ninguén lle prohibe facelo en galego. Vivimos<br />

nunha sociedade na que temos a liberdade<br />

de optar por unha ou outra lingua, sen atrancos<br />

de ningún tipo. Así que falar de chip no<br />

cerebro, aínda que sexa metaforicamente,<br />

non son máis que ganas de buscar fantasmas<br />

onde non os hai.<br />

Pero nós si sabemos onde está a orixe dos<br />

nosos comportamemos en relación co idioma,<br />

si sabemos cal é o contido do metafórico chip<br />

imaxinado polo extraterrestre: as actitudes<br />

<strong>lingüística</strong>s. Unhas actitudes que teñen unha<br />

concreción individual, en quen se manifestan<br />

é nas persoas, pero que constitúen un<br />

problema colectivo, na medida en que as<br />

causas que as orixinaron son de orixe social.<br />

(Agustín Fernández Paz, “As actitudes<br />

<strong>lingüística</strong>s”, en Revista Galega de<br />

Educación, n° 25, 1966.)<br />

En el caso de que vivas y trabajes en una<br />

comunidad con lenguas en contacto,<br />

¿coincide la descripción que aparece en el<br />

texto anterior con lo que observas a diario en<br />

lo entorno sociolingüístico? Reflexiona sobre<br />

la semejanza y sobre las diferencias que<br />

encuentres entre lo que se afirma en el texto<br />

y tu experiencia cotidiana.<br />

En este texto de Agustín Fernández Paz se<br />

alude a una serie de actitudes <strong>lingüística</strong>s en<br />

la sociedad gallega que nos ayudarían a<br />

entender el uso social de las lenguas en<br />

Galicia. Reflexiona sobre si en tu entorno<br />

sociocultural abundan estas u otras actitudes<br />

ante las lenguas, sus usos y sus hablantes e<br />

intenta indagar sobre las causas de tales<br />

creencias y opiniones.<br />

Cuando en las comunidades con lenguas en<br />

contacto (Galicia, Asturias, Euskadi,<br />

Cataluna, Valencia, Baleares...) se aborda la<br />

normalización <strong>lingüística</strong> y social del gallego,<br />

el asturiano, el euskera o el catalán, desde<br />

algunos ámbitos castellanohablantes se<br />

expresa cierto terror de que esos procesos<br />

de normalización <strong>lingüística</strong> traigan consigo<br />

el abandono del uso de la lengua castellana y<br />

la segregación <strong>lingüística</strong> y social de sus<br />

hablantes. Expresa tu opinión sobre este<br />

asunto.<br />

3.8.12. LOS PREJUICIOS<br />

LINGÜÍSTICOS<br />

En los dos textos que se citan a continuación<br />

se indaga sobre el origen, sobre la<br />

naturaleza y sobre los efectos de los<br />

prejuicios lingüísticos. En el primero de estos<br />

textos Jesús Tusón (1988) define el prejuicio<br />

lingüístico como “una desviación de la<br />

racionalidad”, que afecta a las opiniones de<br />

las personas sobre las lenguas y sobre sus<br />

hablantes y critica una “exaltación de la<br />

propia lengua como la única posible y<br />

razonable” que actúa como “herramienta de<br />

dominio e incluso de exterminio respecto de<br />

otras lenguas” con lo que al final acabara por<br />

“tornarse un instrumento del silencio”. En el<br />

segundo de los textos Agustín Fernández Paz<br />

(1996) aludee a algunos de los prejuicios<br />

lingüísticos que, en forma de tópicos, aun se<br />

emiten sobre la lengua gallega.<br />

113


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

TEXTO 1<br />

Un prejuicio lingüístico es una desviación de<br />

la racionalidad que, casi siempre, toma la<br />

forma de un juicio de valor, o bien sobre una<br />

lengua (o alguna de sus características), o<br />

bien sobre los hablantes de una lengua (en<br />

tanto que hablantes). Y se trata de un<br />

prejuicio generalmente dictado por la<br />

ignorancia o por la malevolencia, ajustado a<br />

estereotipos maniqueos y dictado por la<br />

desazón que nos producen todas aquellas<br />

cosas y personas que son diferentes a<br />

nosotros.<br />

Así pues, los prejuicios lingüísticos son una<br />

subclase de los prejuicios generales e inciden<br />

sobre lenguas y hablantes que alguien puede<br />

considerar extraños a niveles diferentes: 1)<br />

porque ciertos hablantes usan una lengua<br />

que a ese alguien le es poco o nada conocida;<br />

o 2) porque aquellos hablan una<br />

variedad de la lengua que no es la propia del<br />

perjudicador [...].<br />

En grados diversos, el prejuicio lingüístico<br />

(inocente o perverso) no es otra cosa que<br />

una manifestación del racismo, orientado<br />

ahora hacia las lenguas y los hablantes. El<br />

“ombligüísmo” lingüístico puede llevar a la<br />

exaltación de la propia lengua como la única<br />

posible y razonable, y esta, sin saberlo, y sin<br />

pedirlo, pasara a desempeñar toda la serie<br />

de funciones para las que no estaba preparada.<br />

De ser un instrumento neutro de<br />

comunicación, la expresión del pensamiento<br />

y la consolidación de los humanos como<br />

seres inteligentes, se verá obligada a<br />

convertirse en estandarte, en herramienta de<br />

dominio e incluso de exterminio respecto de<br />

otras lenguas. Porque esta a la orden del día<br />

que una lengua, si es considerada más apta<br />

que otras, y si el poder la acompaña, puede<br />

114<br />

producir la muerte de muchas lenguas;<br />

puede ser impuesta por la fuerza y, de esta<br />

forma, tornarse un instrumento del silencio.<br />

(Jesús Tusón (1988), Los prejuicios<br />

lingüísticos, Barcelona, Octaedro, 1996,<br />

Págs. 22, 27 y 28.)<br />

TEXTO 2<br />

(...) Outras veces, estas actitudes non se<br />

tradacen en comportamientos que afectan<br />

directamente á nosa práctica <strong>lingüística</strong>, senón<br />

que o fan en forma de opinións verbais.<br />

Son os chamados prexuízos linguisticos. É<br />

moi importante identificar e analizar estes<br />

prexuízos, porque na práctica funcionan<br />

como argurnentos que serven para apoiar e<br />

xustificar unha determinada conducta<br />

lingüistica. Algúns deles xa os temo<br />

escoitando tantas veces que mesmo soan a<br />

tópicos. E, sen embargo, seguen vivos e<br />

actuantes, mesmo entre as xeracións máis<br />

novas. Velaquí algúns dos exemplo máis<br />

coñecidos:<br />

-O galego vale para a vida rural ou para a<br />

vida afectiva, pero non vale para andarmos<br />

polo mundo da ciencia e da técnica.<br />

-O galego representa o atraso, o carro de<br />

vacas; o castelán representa a modernidade,<br />

o ordenador.<br />

-Os que falan galego, ou son da aldea ou son<br />

do Bloque<br />

3. El Bloque Nacionalista Gallego es una<br />

coalición política de signo nacionalista.<br />

-O galego significa quedarnos pechados en<br />

nós mesmos, tras d o Telón de Grelos, cando<br />

o que hai que buscar é a universalidade.<br />

-0 galego fálase distinto en cada sitio, non<br />

nos damos posto de acordo entre nós.


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

-O galego bo é o que sempre falou a xente; o<br />

outro é un invento dos profesores, un galego<br />

artificial.<br />

E así poderimos seguir con lista destes<br />

prexuízos, presentes en todos los ámbitos da<br />

sociedade. Cada an deles podería (e debería)<br />

desmontarse e analizarse polo miúdo,<br />

descubrindo as medias verdades, os<br />

estereotipos e as contradiccións gate se<br />

agachan detrás. É dicir, deixando ó<br />

descuberto a súa inanidade.<br />

(Agustín Fernández Paz (1996), “As actitudes<br />

lingüisticas”, en Revista Calego de Educación,<br />

n" 25.)<br />

¿Estas de acuerdo con estos autores? Si es<br />

así, ¿cómo debería orientarse en tu opinión la<br />

educación <strong>lingüística</strong> con el fin de evitar la<br />

influencia de los prejuicios lingüísticos en los<br />

alumnos y en las alumnas? Educar en el<br />

aprecio de la diversidad <strong>lingüística</strong> y en la<br />

critica a los prejuicios lingüísticos y es una<br />

tarea que afecta solo a quienes, enseñan<br />

lenguas minoritarias (gallego, asturiano,<br />

euskera, catalán...) ¿o afecta también a<br />

quienes enseñan lengua castellana?<br />

Justifica tu respuesta<br />

3.8.13. EL APRENDIZAJE DE LAS<br />

ACTITUDES LINGÜÍSTICAS<br />

En los siguientes textos (de orígenes diversos<br />

pero coincidentes en las ideas) se insiste en<br />

el papel que debe desempeñar la educación<br />

<strong>lingüística</strong> en la enseñanza de actitudes<br />

<strong>lingüística</strong>s de aprecio a la lengua, a las<br />

lenguas, a sus usos y a los hablantes;<br />

TEXTO 1<br />

En todo caso, los alumnos han de apreciar<br />

las diferentes variedades <strong>lingüística</strong>s, tanto<br />

las existentes entre diferentes lenguas como<br />

las propias de distintos grupos en el uso de<br />

una misma lengua, apreciando incluso<br />

aquellas variedades que están culturalmente<br />

desvalorizadas, pero que cumplen las<br />

funciones comunicativa y representativa<br />

dentro de un determinado medio social.<br />

También, y sobre todo, el alumno ha de<br />

valorar las otras lenguas del Estado español<br />

que coexisten con el castellano. En este<br />

sentido la educación ha de favorecer el<br />

conocimiento y la valoración positiva de la<br />

realidad plurilingüe y pluricultural del Estado<br />

y, a partir de ello, la valoración positiva de la<br />

pluralidad de las lenguas que se hablan en el<br />

mundo.<br />

(Ministerio de Educación y Ciencia, Real<br />

Decreto 1007/1991, de 14 de junio, por el<br />

que se establecen las enseñanzas mínimas<br />

correspondientes a la Educación Secundaria<br />

Obligatoria. Lengua y Literatura, Suplemento<br />

del número 152 del Boletín Oficial del<br />

Estado, miércoles 26 de junio de 1991, Pág.<br />

53.)<br />

TEXTO 2<br />

Los contenidos actitudinales, relegados hasta<br />

ahora a formar parte del currículum oculto,<br />

adquieren en este Diseño Curricular base<br />

especial relevancia [...]. Las actitudes, los<br />

valores y las normas que desde esta área se<br />

impulsaran en la Educación Secundaria<br />

Obligatoria serán:<br />

•Valoración de la lengua corno medio de<br />

representación y de comunicación.<br />

115


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

•Valoracion de la lengua como manifestación<br />

sociocultural y vehículo de transmisión y<br />

creación cultural.<br />

•Valoración positiva de la realidad plurilingüe<br />

de la sociedad.<br />

•Respeto y valoración positiva del uso de las<br />

diferentes lenguas y variantes.<br />

•Mantenimiento de actitudes positivas y<br />

activas respecto a la utilización del euskera<br />

en todos los Ámbitos.<br />

•Desarrollo de la actitud crítica ante los usos<br />

lingüísticos en que están implícitos prejuicios<br />

racistas, clasistas y sexistas<br />

[...].<br />

(Departamento de Educación, Universidades<br />

e Investigación del Gobierno Vasco, Diseño<br />

Curricular Base de la Comunidad Autónoma<br />

Vasca. Educación Secundaria Obligatoria.<br />

Lengua Castellana, Lengua Vasca y Literatura<br />

y Lenguas Extranjeras, Vitoria- Gateiz, 1992,<br />

Pág. 44.)<br />

TEXTO 3<br />

La intención de crear determinadas actitudes<br />

respecto a las lenguas y a los hablantes será<br />

una responsabilidad compartida por los<br />

profesores de castellano con los de gallego,<br />

francés e inglés. Aspectos de esta tarea<br />

común son los siguientes:<br />

•la eliminación de prejuicios sobre las<br />

lenguas (la supuesta superioridad de algunas<br />

para la transmisión del pensamiento y la<br />

cultura...) o sobre las variedades geográficas<br />

y sociales de las mismas (la idea de que los<br />

dialectos son hablas incorrectas o el supuesto<br />

de que la norma culta es la única aceptable<br />

en cualquier circunstancia);<br />

•la valoración de las lenguas como<br />

instrumentos cognitivos, medios de<br />

comunicación privilegiados y elementos<br />

116<br />

configuradores de la identidad personal y<br />

colectiva; la necesidad, el interés y la<br />

curiosidad por comunicarse con personas de<br />

otras lenguas;<br />

•la valoración de la pluralidad <strong>lingüística</strong><br />

como un patrimonio de la humanidad.<br />

(Xunta de Galicia, Deseño Curricular Base.<br />

Lingua Galega e Literatura. Lengua<br />

Castellano y Literatura, Santiago, Xunta de<br />

Galicia, 1992, Págs. 71 y 72.)<br />

3.8.14. LENGUA Y ESCUELA<br />

El objetivo esencial de la educación<br />

<strong>lingüística</strong> es contribuir a la adquisición y al<br />

desarrollo de la competencia comunicativa<br />

de los alumnos y de las alumnas. De acuerdo<br />

con esta voluntad de mejorar sus<br />

capacidades de expresión y de comprensión<br />

de mensajes, en las aulas el aprendizaje<br />

lingüístico se orienta en la actualidad a que<br />

los alumnos y las alumnas sean capaces no<br />

solo de saber algunas cosas sobre la lengua<br />

sino también de saber hacer cosas con esa<br />

lengua. El interrogante surge de inmediato:<br />

¿Con qué lengua? O, mejor dicho, ¿con que<br />

variedad <strong>lingüística</strong>?<br />

Hasta ahora casi nadie dudaba en responder<br />

que la escuela debía enseñar la lengua<br />

correcta y el respeto a la norma culta. De ahí<br />

el énfasis en el aprendizaje de la gramática,<br />

en la corrección ortográfica, en ejercicios de<br />

sintaxis, en la ampliación del saber léxicosemántica<br />

y en la lengua literaria como<br />

canon de lengua. Sin embargo, en los<br />

últimos tiempos, y al compás de la extensión<br />

de la escolaridad obligatoria y del acceso a<br />

las aulas de alumnos y. alumnas con un<br />

cierto rechazo a la cultura escolar, ese<br />

énfasis se ha atenuado ante la certeza de<br />

que una educación <strong>lingüística</strong> orientada<br />

exclusivamente al aprendizaje de conceptos


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

gramaticales, a la corrección de la ortografía,<br />

al conocimiento de la historia literaria y a la<br />

enseñanza de la norma culta apenas<br />

contribuía a la adquisición de las habilidades<br />

<strong>lingüística</strong>s y comunicativas que hacen<br />

posible un uso de la lengua (oral y escrito)<br />

no solo correcto sino también adecuado y<br />

coherente en las diversas situaciones y<br />

contextos de la comunicación entre las personas.<br />

¿Por qué? A lo largo de este manual he<br />

intentado responder a este interrogante<br />

insistiendo no solo en la inadecuación de<br />

algunas formas de hacer en el ámbito de la<br />

educación <strong>lingüística</strong> sino también en otros<br />

factores do naturaleza-sociocultural que nos<br />

ayudan a entender como las desigualdades<br />

en el seno de la sociedad se traducen en un<br />

desigual acceso a los bienes lingüísticos y en<br />

el éxito académico de unos y en el fracaso<br />

escolar de otros. De ahí que cualquier<br />

evaluación sobre el aprendizaje lingüístico en<br />

las aulas tenga que tener en cuenta los<br />

diferentes contextos socioculturales en los<br />

que unos y otros adquieren y desarrollan sus<br />

habilidades comunicativas. Solo desde la<br />

conciencia socio<strong>lingüística</strong> de que no todos<br />

los alumnos y no todas las alumnas acuden a<br />

la escuela con un capital lingüístico adecuado<br />

será posible evitar el desanimo que en<br />

ocasiones nos acosa al constatar el lento<br />

avance en la mejora de las competencias<br />

comunicativas de algunos alumnos y<br />

alumnas.<br />

De ahí que surjan otros interrogantes que a<br />

su vez exigen otras respuestas. Algunos de<br />

estos interrogantes se refieren a la lengua de<br />

los alumnos: ¿cómo hablan los alumnos y las<br />

alumnas? ¿Cuál es su capital lingüístico?<br />

¿Con qué intenciones y en que contextos<br />

usan la lengua? Otros aluden a las ideas y<br />

expectativas de la institución escolar en<br />

torno al aprendizaje lingüístico en las aulas y<br />

al tipo de lengua que conviene enseñar:<br />

¿cómo espera la institución escolar que<br />

hablen los alumnos? ¿En qué variedad<br />

<strong>lingüística</strong> y con que grado de corrección?<br />

¿Con que intenciones se enseña la lengua en<br />

las escuelas e institutos?<br />

Es evidente que los alumnos y las alumnas<br />

ya hablan cuando acuden a las escuelas e<br />

institutos y en consecuencia saben usar la<br />

lengua para transmitir algunos significados.<br />

Y no hace falta ser un observador<br />

especialmente cualificado para saber que en<br />

la mayoría de las ocasiones utilizan al hablar<br />

una variedad social asociada a su edad, a su<br />

clase social, a su sexo, y en ocasiones, a un<br />

determinado dialecto geográfico. Ese y no<br />

otro es su capital lingüístico, útil en la<br />

conversación espontánea, en el ámbito<br />

familiar y en el uso coloquial de la lengua<br />

pero quizá inadecuado en otras situaciones<br />

de comunicación y en la escuela. Porque la<br />

escuela espera de los alumnos y de las<br />

alumnas que sean capaces de hablar y<br />

escribir correctamente, es decir, que<br />

aprendan a usar la variedad estándar de la<br />

lengua y a ser respetuosos con la norma<br />

<strong>lingüística</strong>. Y ahí es donde aparecen las<br />

dificultades, en la distancia entre la lengua<br />

del alumno y la lengua de la escuela, entre<br />

las variedades <strong>lingüística</strong>s de uso habitual en<br />

sus contextos cotidianos y la variedad<br />

estándar y en ocasiones culta de la<br />

institución escolar, y no tanto en déficit en<br />

su competencia <strong>lingüística</strong>.<br />

Miguel Siguan (1990, Págs., 16 y 17) sitúa<br />

con precisión el problema cuando señala que<br />

la escuela “recomienda y preconiza de<br />

terminadas formas y estructuras <strong>lingüística</strong>s<br />

y desaconseja y condena otras que el<br />

alumno utiliza o puede utilizar. Lo cual<br />

equivale a decir que la escuela reconoce una<br />

117


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

norma <strong>lingüística</strong> una manera correcta de<br />

hablar y que pretende moldear la lengua de<br />

sus alumnos de acuerdo con esa norma”. En<br />

consecuencia, la educación <strong>lingüística</strong> se<br />

orienta al aprendizaje de la norma y al<br />

dominio de la lengua correcta mediante el<br />

estímulo de ciertas formas de hablar y<br />

escribir, el estudio de la gramática, la<br />

aportación de modelos canónicos de habla y<br />

de escritura (casi siempre literaria) y en<br />

algunas ocasiones la censura de las formas<br />

de decir ajenas a la variedad estándar de la<br />

lengua. En este contexto, “la escuela es el<br />

lugar en el cual con el lenguaje se hacen<br />

cosas diferentes de aquellas que el niño<br />

quisiera hacer (y considera justo hacer). La<br />

escuela es "otra cosa, aun <strong>lingüística</strong>mente, y<br />

quizá sea la institución que garantiza mejor<br />

el hecho de que verdaderamente se producirá<br />

la “rendición" (<strong>lingüística</strong> y no <strong>lingüística</strong>)<br />

del niño ante las cosas "tales como son",<br />

ante el mundo tal como es, ante la lógica<br />

como la queremos nosotros, (Simone, 1988<br />

[1992, Pág. 13]).<br />

Esa lógica establece que en la escuela la<br />

norma <strong>lingüística</strong> se traduce, en un modelo<br />

de lengua hacia cuyo aprendizaje se orienta<br />

la enseñanza <strong>lingüística</strong> de los alumnos y de<br />

las alumnas. En la medida en que la lengua<br />

de los alumnos, con sus errores gramaticales<br />

y semánticas, sus vulgarismos, sus rasgos<br />

dialectales o su argot no se ajusta a los<br />

dictados de esa norma y a la variedad<br />

estándar de la lengua, acaba siendo objeto<br />

de crítica y de corrección continua en las<br />

aulas. Afortunadamente, hoy las cosas están<br />

cambiando y ya no es la variedad culta la<br />

que actúa como modelo de lengua en la<br />

educación si no una variedad estándar que<br />

goza de un cierto consenso social, ya que se<br />

sitúa a medio camino entre las formas<br />

socialmente devaluadas de la lengua y el uso<br />

118<br />

culto de una minoría ilustrada. Por otra<br />

parte, y ante la dificultad de establecer el<br />

equilibrio entre lo vulgar y lo pedante, se<br />

observa una mayor tolerancia ante ciertas<br />

transgresiones de la norma y un mayor<br />

aprecio hacia las variedades <strong>lingüística</strong>s que,<br />

aún no ajustándose al uso estándar o culto<br />

de la lengua, son sin embargo un elemento<br />

esencial de la identidad de las personas que<br />

las hablan (dentro y fuera de las aulas).<br />

En esta dirección, en vez de insistir de forma<br />

exclusiva en la imposición de un modelo de<br />

lengua y en la censura de cualquier uso que<br />

se aleje de la norma culta, en la educación<br />

<strong>lingüística</strong> se abre paso la idea de que<br />

conviene conjugar la enseñanza de la<br />

variedad estándar de la lengua con una<br />

actitud más abierta ante los usos lingüísticos<br />

de los alumnos y de las alumnas. No se trata<br />

en fin de uniformar las formas de hablar de<br />

quienes acuden a las aulas en la esperanza<br />

de que hagan en cualquier ocasión un uso<br />

correcto, estándar y si es posible culto de la<br />

lengua, sino de abrir el abanico de sus<br />

capacidades expresivas y de acercarles al<br />

conocimiento y al dominio de un uso formal<br />

del lenguaje que quizá no tengan la<br />

oportunidad de aprender en otro contexto<br />

que no sea el escolar. Dicho de otra manera:<br />

aunque desde la escuela se deba facilitar el<br />

aprendizaje de la variedad estándar de la<br />

lengua, ello no debe hacerse en detrimento<br />

del uso de otras formas expresivas porque<br />

“el resultado último de la educación<br />

<strong>lingüística</strong> consiste no solo en el dominio de<br />

una lengua, correcta, precisa y flexible sino<br />

también en la capacidad de utilizar en cada<br />

situación y para cada función que puede<br />

cumplir el lenguaje la variedad de lengua<br />

adecuada” (Siguan, 1990, Pág. 26).<br />

En este contexto, el énfasis deja de ponerse<br />

en el déficit lingüístico de los alumnos y de


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

las alumnas cuyas variedades <strong>lingüística</strong>s<br />

están alejadas de la norma culta y de la<br />

variedad estándar. Quizá porque el éxito o el<br />

fracaso escolar no dependen tanto de la<br />

utilidad de una u otra variedad <strong>lingüística</strong><br />

para el aprendizaje escolar como de las<br />

diferentes ideas y expectativas que tienen<br />

alumnos y profesores sobre lo que ocurre en<br />

las aulas. En este sentido, es esencial evitar<br />

algunas actitudes hostiles hacia las variedades<br />

<strong>lingüística</strong>s utilizadas por los<br />

alumnos ya que, al ser distintas de la<br />

variedad <strong>lingüística</strong> usada por el profesorado,<br />

esos alumnos a menudo se encuentran ante<br />

la disyuntiva de tener que elegir entre la<br />

adopción de la lengua de la escuela (y el<br />

abandono de sus señas <strong>lingüística</strong>s de<br />

identidad) o la indiferencia hacia la variedad<br />

estándar (y la consiguiente desventaja<br />

escolar).<br />

Michael Stubbs (1976 [1984, Págs. 81-85])<br />

recoge en este texto algunas de estas ideas:<br />

sobre lo que es importante; solo ocurre que<br />

el tiene valores y objetivos diferentes.<br />

La vasta, compleja e imponente literatura<br />

relativa a la importancia del lenguaje en la<br />

educación no debe cegarnos en unas simples<br />

razones no <strong>lingüística</strong>s por las que los niños<br />

de clase trabajadora (y los inmigrantes)<br />

tienden a fracasar en la escuela con más<br />

frecuencia que los niños de clase media. Por<br />

ejemplo, un niño puede de fracasar en la<br />

escuela porque no comparte las ideas<br />

escolares<br />

Una explicación no <strong>lingüística</strong> del fracaso<br />

escolar es que se puede llevar a un niño ante<br />

Euclides, pero no se le puede hacer pensar.<br />

Alternativamente, un niño puede parecer<br />

“ineducable» porque la escuela es insensible<br />

a sus formas de lenguaje y pensamiento<br />

culturalmente distintas, e insiste en tratar<br />

estas diferencias como deficiencias. Una<br />

segunda explicación del fracaso educativo es<br />

que hay que empezar a enseñar desde el<br />

punto donde se encuentra el niño; no hay<br />

ningún otro sitio desde donde empezar, pero<br />

con niños diferentes tenemos que empezar<br />

desde sitios diferentes. Tampoco podemos<br />

presumir, en ningún caso, que tenga que<br />

haber una causa única y nítida del fracaso<br />

educativo: un propósito simple y mágico del<br />

éxito educativo. En general, existe una<br />

evidencia en aumento a favor de una gama<br />

de efectos no tradicionales sobre el<br />

desarrollo cognitivo (incluidos los no<br />

lingüísticos)' incluyendo la confianza del niño<br />

en si mismo, las esperanzas de futuro y las<br />

expectativas del profesor hacia el.<br />

Por lo tanto, el lector debe evitar el dejarse<br />

engañar por el amplio número de estudios<br />

que deba ten la cuestión de si hay una relación<br />

directa causal entre lenguaje y<br />

capacidad educativa. A menudo se han<br />

derrochado ingentes cantidades de tinta<br />

académica en falsos problemas. En la Edad<br />

Media, los eruditos solían debatir cuantos<br />

Ángeles podían danzar sobre la punta de una<br />

aguja; pero debatir un problema no lo<br />

convierte en algo significativo en los<br />

términos del mundo real. Varios libros sobre<br />

el lenguaje en la educación dan por sentido<br />

que la “deficiencia <strong>lingüística</strong>” es un<br />

concepto, significativo, y que puede utilizarse<br />

para “explicar” ciertos problemas educativos<br />

de los niños. No obstante, el concepto se halla<br />

en tela de juicio, y muchos lingüistas se<br />

preguntan si la noción tiene alguna clase de<br />

validez. De hecho, ha surgido ahora una contraliteratura<br />

debido a la necesidad de señalar<br />

algunos de los mitos creados por la<br />

investigación de las ciencias sociales en el<br />

terreno de la educación. Keddie (1973) ataca<br />

119


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

el “mito” de la deficiencia cultural; Labov<br />

(1969) ataca un aspecto de este mito en lo<br />

que el llama la “ilusión de la deficiencia<br />

verbal”, y Jakson (1974) ataca el mito de los<br />

códigos elaborados y restringidos. [...]<br />

Hasta ahora no existe una relación causal<br />

verificada entre el lenguaje de un niño y su<br />

capacidad cognitiva, y ni siquiera esta claro<br />

que tipo de vivencia se requerirá para<br />

demostrar dicha relación. Son<br />

demostrablemente incoherentes las<br />

afirmaciones que asegura que Ciertas<br />

variedades (dialectales) del lenguaje son<br />

“deficientes”, y, consecuentemente, originan<br />

deficiencias cognitivas. Una importante<br />

falacia lógica se deriva, por lo tanto, del<br />

hecho de ver el lenguaje como una causa del<br />

éxito o fracaso educativo. Puesto que, no se<br />

puede demostrar ninguna relación bien<br />

definida entre formas del lenguaje y formas<br />

de cognición, nos quedamos con una simple<br />

correlación: dos grupos de niños, pongamos<br />

por caso de clase trabajadora y de clase<br />

media, emplean distintas variedades del<br />

lenguaje y, asimismo (como tendencia<br />

estadística), actúan do forma diferente en la<br />

escuela. Pero tal correlación nunca puede<br />

ser, en sí misma, demostración de<br />

causalidad.<br />

UN PROBLEMA SOCIOLINGÜÍSTICO<br />

No obstante, lo que surge es una compleja<br />

relación socio<strong>lingüística</strong> entre el lenguaje de<br />

un niño y su éxito escolar. No existe duda de<br />

que diferentes grupos sociales utilizan<br />

diferentes formas de lenguaje en situaciones<br />

sociales comparables. Es decir, tienen<br />

diferentes normas de uso apropiado del<br />

lenguaje. Esto se muestra canto por trabajos<br />

de campo realizados en escenarios naturales<br />

como por trabajos experimentales del tipo de<br />

120<br />

los de Bernstein. Los profesores y las<br />

escuelas pueden estimar que el lenguaje<br />

empleado por ciertos niños es<br />

estilísticamente inapropiado para las convenciones<br />

de la situación del aula (aunque el<br />

lenguaje del niño puede ser totalmente<br />

adecuado para cualquier exigencia cognitiva<br />

que se le haga). Además, los profesores<br />

pueden reaccionar negativamente ante<br />

variedades <strong>lingüística</strong>s de bajo prestigio y,<br />

en situaciones extremas, pueden reaccionar<br />

negativamente ante variedades <strong>lingüística</strong>s<br />

de bajo prestigio y, en situaciones extremas,<br />

pueden incluso malinterpretar al niño<br />

(aunque ninguna de las partes puede darse<br />

cuenta exactamente de lo que esta<br />

ocurriendo). Incluso si el profesor abandona<br />

su norma para aceptar el lenguaje del niño<br />

como distinto, pero igualmente valioso, su<br />

propio lenguaje probablemente sea distinto,<br />

en forma notoria respecto al del niño, en la<br />

dirección de la variedad <strong>lingüística</strong> normativa<br />

de prestigio. Y el niño tendrá conciencia de<br />

que la forma <strong>lingüística</strong> del profesor es la<br />

que recibe apoyo por parte de la autoridad<br />

institucional. El niño, entonces, puede verse<br />

envuelto en una disyuntiva. Puede reconocer<br />

que, para progresar, debe adoptar el estilo<br />

de lenguaje del profesor, pero que hacer<br />

esto le va a separar de sus amigos. Un<br />

dialecto anormativo puede tener bajo<br />

prestigio social para las escuelas, pero sirve<br />

a la función positiva de demostrar lealtad de<br />

grupo a sus hablantes. Y el grupo parejo<br />

siempre es una influencia <strong>lingüística</strong> mucho<br />

más fuerte sobre los niños que su escuela o<br />

familia. [...]<br />

La desventaja educacional puede ser<br />

resultado de la ignorancia o intolerancia<br />

popular en cuanto a las diferencias culturales<br />

y <strong>lingüística</strong>s. Pero tal desventaja no es una<br />

deficiencia. Así pues, yo rechazaría el


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

demasiado simple y peligroso tópico de que<br />

“el fracaso educativo es fracaso lingüístico”, y<br />

lo sustituiría por la afirmación más cauta de<br />

que “el fracaso educativo suele provenir de<br />

diferencias socio<strong>lingüística</strong>s entre escuelas y<br />

alumnos”. Por ello, mi punto de vista sería el<br />

siguiente: (1) Las escuelas y Las aulas<br />

dependen del lenguaje, puesto que la<br />

educación, tal y como la entendemos en<br />

nuestra cultura, es inconcebible sin las<br />

conferencias, explicaciones, lectura y<br />

escritura de que consta. De este modo, (2) si<br />

una escuela define a un alumno como<br />

“<strong>lingüística</strong>mente inapropiado”, este<br />

fracasara, entonces, casi con toda seguridad,<br />

en el sistema educativo formal. Pero esto es<br />

una tautología: (2) es una consecuencia<br />

directa de (I), y solamente plantea la<br />

cuestión de que exigencias <strong>lingüística</strong>s hacen<br />

Las escuelas a sus alumnos. Una de las<br />

exigencias <strong>lingüística</strong>s hechas por la escuela<br />

puede ser la de que el lenguaje normativo es<br />

la lengua adecuada para las aulas. Si la<br />

competencia <strong>lingüística</strong> se iguala de este<br />

modo con la capacidad de emplear formas<br />

dialectales normativas, esto significa que Los<br />

hablantes de dialéctos anormativos son, por<br />

definición, “<strong>lingüística</strong>mente deficientes”.<br />

Pero esta definición es, desde luego, circular<br />

y vacía, y no tiene ninguna base en absoluto<br />

en la realidad <strong>lingüística</strong>.<br />

3.8.15. EDUCACIÓN LINGÜÍSTICA Y<br />

EMANCIPACIÓN SOCIAL<br />

A lo largo de este epígrafe sobre “Lengua,<br />

cultura y sociedad” insistí en la idea de que<br />

los usos lingüísticos están asociados a<br />

factores socioculturales, como la clase social,<br />

el género sexual o la edad, y constituyen un<br />

elemento esencial de la identidad cultural de<br />

los diferentes grupos sociales. De igual<br />

manera aludí a como la variedad estándar de<br />

la Lengua (utilizada, entre otros contextos,<br />

en el educativo) es la variedad <strong>lingüística</strong> de<br />

las clases acomodadas que, en función del<br />

poder que ejercen en la sociedad y gracias a<br />

agentes de estandarización como la escuela<br />

y los medios de comunicación, convierten a<br />

esta variedad en la lengua legítima de una<br />

comunidad de habla. De esta manera, el uso<br />

y el dominio de la variedad estándar o culta<br />

produce en determinados ámbitos sociales<br />

un beneficio de distinción que otorga a sus<br />

hablantes un estatus mayor que el que se<br />

deriva de los usos ilegítimos (dialectales o<br />

sociales) de otros hablantes con menor<br />

poder y nivel de instrucción.<br />

En consecuencia, e insisto en esta idea otra<br />

vez, quizá ante la Lengua seamos iguales<br />

pero somos enormemente desiguales en el<br />

uso (Tusón, 1991). En efecto, los usos<br />

lingüísticos, entre otros efectos enormente<br />

valiosos en el ámbito de la comunicación<br />

entre Las personas, tienen en ocasiones<br />

también un efecto de opresión y de<br />

manipulación al servicio de Las clases<br />

privilegiadas. En educación nada nos es<br />

ajeno y por ello la educación <strong>lingüística</strong><br />

debería ayudar a los alumnos y a Las<br />

alumnos a hacer un uso no sólo correcto,<br />

coherente y adecuado de la lengua sino<br />

también crítico con determinados usos del<br />

lenguaje. Desde la educación <strong>lingüística</strong> ha<br />

de enseñarse el amor a las lenguas y el<br />

aprecio de la diversidad <strong>lingüística</strong>, el<br />

conocimiento de las formas de hablar y de<br />

las culturas de los diferentes grupos sociales<br />

y de las diversas comunidades de habla, la<br />

actitud crítica ante los prejuicios lingüísticos<br />

y los usos sexistas o clasistas del lenguaje y<br />

121


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

la conciencia del papel que desempeña el<br />

lenguaje en la comunicación cotidiana, en el<br />

aprendizaje escolar y social y en la construcción<br />

de la identidad psicológica y cultural<br />

de las personas.<br />

En última instancia la educación <strong>lingüística</strong><br />

ha de contribuir a la adquisición no solo de la<br />

competencia comunicativa de las personas<br />

sino también, y a la vez, a la adquisición de<br />

una conciencia <strong>lingüística</strong> (Van Lier, 1995a),<br />

entendida en un doble sentido: como<br />

conocimiento de la facultad humana del<br />

lenguaje y de su papel en el pensamiento, en<br />

el aprendizaje y en la vida social, y como<br />

“una conciencia del poder y del control que<br />

se ejercen a través del lenguaje y de las<br />

intrincadas relaciones que existen entre<br />

lengua y cultura” (Van Lier, 1995b, Pág. 23).<br />

Desde este enfoque de la educación<br />

<strong>lingüística</strong> esta no se restringe al uso correcto<br />

de la variedad culta de la lengua, a la<br />

identificación de conceptos gramaticales y al<br />

conocimiento académico de las obras y<br />

autores de la historia canónica de la<br />

literatura. Una educación <strong>lingüística</strong>, tal y<br />

como la entendemos a lo largo y ancho de<br />

este manual, debe ayudar a los alumnos y a<br />

las alumnas no sólo a mejorar sus usos del<br />

lenguaje sino también a adquirir una<br />

conciencia crítica de las desigualdades<br />

socioculturales (a través del análisis de los<br />

usos lingüísticos en su calidad de espejo de<br />

las diferencias culturales y en ocasiones de<br />

instrumento de segregación y de dominio) y<br />

una voluntad de cambiar la vida, como escribiera<br />

Arthur Rimbaud. La educación<br />

<strong>lingüística</strong> debe ayudar también a los<br />

alumnos y a las alumnas a adquirir una<br />

conciencia crítica sobre el papel que en<br />

ocasiones desempeña el lenguaje en la<br />

creación y en el mantenimiento de las<br />

desigualdades socioculturales contribuyendo<br />

122<br />

de esta manera a la emancipación de las<br />

personas con respecto a las servidumbres de<br />

una sociedad injusta e insolidaria.<br />

En este contexto nadie mejor que Paulo<br />

Freire para expresar<br />

el objetivo esencial de una educación<br />

<strong>lingüística</strong> comprometida<br />

con cambios sociales que eviten la<br />

discriminación y el olvido de los grupos<br />

sociales desfavorecidos y de los pueblos<br />

oprimidos.<br />

Para el pedagogo brasileño, la educación<br />

<strong>lingüística</strong> (o la alfabetización en la lectura y<br />

en la escritura, en la que tanto trabajó) es<br />

parte de la vida y debe ser un instrumento<br />

de diálogo, de crítica y de liberación. En el<br />

siguiente texto, escrito en colaboración con<br />

Donaldo Macedo (Freire y Macedo, 1987<br />

[1989, Págs. 152-153 y 156-157]), defiende<br />

el derecho de los estudiantes a hablar su variedad<br />

<strong>lingüística</strong>, alude a la necesidad de<br />

enseñar la lengua estándar para “habilitar<br />

<strong>lingüística</strong>mente a los estudiantes para<br />

dialogar con los diversos sectores de la<br />

sociedad” y sugiere que “el acto de aprender<br />

a leer y escribir es un acto creativo que<br />

implica una comprensión crítica de la<br />

realidad” y una comprensión del contexto<br />

social en que cada texto tiene lugar:<br />

Los educadores deben desarrollar estructuras<br />

pedagógicas radicales que ofrezcan a los<br />

estudiantes la oportunidad de utilizar su<br />

propia realidad como base de la<br />

alfabetización. Esto, obvivamente, incluye el<br />

idioma que hablan fuera del aula. Cualquier<br />

otra posibilidad implicaría negar los derechos<br />

de los estudiantes, que se encuentran en el<br />

centro de la noción de alfabetización<br />

emancipadora. Cuando no se logra basar un<br />

programa de alfabetización eh el idioma<br />

nativo, quiere decir que las fuerzas de


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

oposición pueden neutralizar los esfuerzos de<br />

los educadores y líderes políticos en pos de la<br />

descolonización mental. Los educadores y<br />

líderes políticos deben darse cuenta de que<br />

“el lenguaje es inevitablemente una de las<br />

principales preocupaciones de una sociedad<br />

que, liberándose del colonialismo y<br />

negándose a ser arrastrada al neocolonialismo,<br />

busca su propia recreación. En la lucha<br />

por recrear una sociedad, la reconquista de la<br />

propia realidad se convierte en un factor<br />

fundamental”. Es de enorme importancia<br />

otorgar absoluta prioridad a la incorporación<br />

del lenguaje de los estudiantes como<br />

principal vehículo de la alfabetización, porque<br />

a través del propio idioma pueden reconstruir<br />

su historia y su cultura.<br />

En este sentido, el idioma de los estudiantes<br />

es el único medio por el cual puede<br />

desarrollar su propia voz, prerrequisito indispensable<br />

para el desarrollo de un sentido<br />

positivo de la autoestima: Tal como<br />

argumenta Giroux, la voz de los estudiantes<br />

es “el media discursivo de hacerse “escuchar”<br />

y de definirse a sí mismos como autores<br />

activos de su propio mundo”. La autoría de la<br />

propia, realidad, que también incluiría al<br />

propio idioma, implica lo que, Mikhail Bakhtin<br />

define como “volver a narrar un relato con<br />

las propias palabras”.<br />

Si bien el concepto de la voz es fundamental<br />

para el desarrollo de una alfabetización<br />

emancipadora, la meta jamás debería ser limitar<br />

a los estudiantes a lo vernáculo. Esta<br />

constricción <strong>lingüística</strong> conduce<br />

inevitablemente a un gueto lingüístico. Los<br />

educadores deben entender plenamente el<br />

sentido más amplio de la “habilitación” de los<br />

educandos, Es decir, la habilitación jamás<br />

debería limitarse o lo que Aronowitz describe<br />

como el proceso de estimarse y quererse”.<br />

Además de este proceso, la habilitación<br />

también debería ser un medio que capacite a<br />

los estudiantes para “cuestionar y tomar<br />

selectivamente aquellos aspectos de la<br />

cultura dominante que les proporcionaran la<br />

base para definir y transformar, más que<br />

para servir, a un orden social más amplio”.<br />

Esto significa que los educadores deberían<br />

comprender el valor de dominar el lenguaje<br />

estándar del conjunto de la sociedad. Por<br />

medio de la plena apropiación del lenguaje<br />

estándar dominante, los estudiantes se<br />

habilitan <strong>lingüística</strong>mente para dialogar con<br />

los diversos sectores de la sociedad en<br />

general. Lo que quisiéramos reiterar es que<br />

los educadores jamás debieran permitir que<br />

la voz de los estudiantes fuera silenciada por<br />

una legitimación distorsionada del lenguaje<br />

estándar. La voz de los educandos jamás<br />

debiera ser sacrificada, puesto que<br />

constituye el único medio por el cual pueden<br />

dar sentido a su propia experiencia en el<br />

mundo. [...]<br />

ALFABETIZACIÓN EMANCIPADORA<br />

Para mantener cierta coherencia con el plan<br />

revolucionario de reconstruir sociedades<br />

nuevas y más democráticas, los educadores<br />

y líderes políticos necesitan crear una nueva<br />

escuela sobre la base de una nueva praxis<br />

educativa, que exprese diferentes conceptos<br />

educativos y coincidan con el plan pensado<br />

para la sociedad en su conjunto. Para que<br />

esto suceda, el primer paso consiste en<br />

identificar los objetivos de la educación<br />

dominante heredada. En segundo lugar, es<br />

necesario analizar de qué forma funcionan<br />

los métodos seguidos por las escuelas,<br />

legitimando los valores y significados<br />

dominantes, al tiempo que niegan la historia,<br />

la cultura y el idioma de la mayoría de los<br />

estudiantes sometidos. Se dice, asimismo,<br />

que la nueva escuela debe estar también por<br />

123


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

una pedagogía radical, que materializaría<br />

valores tales como la solidaridad, la<br />

responsabilidad social, la creatividad y la<br />

disciplina al servicio del bien común, la<br />

vigilancia y el espíritu crítico. Un rasgo<br />

importante de un nuevo plan educativo sería<br />

el desarrollo de programas de alfabetización<br />

arraigados en una ideología emancipadora,<br />

en que los lectores se conviertan en "sujetos"<br />

más que en menos "objetos". El nuevo<br />

programa de alfabetización necesita alejarse<br />

de los enfoques tradicionales, que insisten en<br />

la adquisición de habilidades mecánicas, pero<br />

separan la lectura de sus contextos<br />

ideológicos e históricos. [...]<br />

De este modo, el desarrollo por parte del<br />

lector de una comprensión crítica del texto, y<br />

del contexto sociohistórico al cual se refiere,<br />

se convierte en un factor importante de<br />

nuestra concepción de la alfabetización. En<br />

este sentido, el acto de aprender a leer<br />

escribir es un acto creativo que implica una<br />

comprensión crítica de la realidad, El<br />

conocimiento acerca de sus conocimientos<br />

anteriores, que los educandos alcanzan a<br />

través de una praxis analítica en su contexto<br />

social, les abre las posibilidades de un nuevo<br />

conocimiento, que revela la razón de ser que<br />

se oculta tras los hechos, desmitificando de<br />

este modo las falsas interpretaciones de<br />

estos mismos hechos. Así pues, ya no hay<br />

separación entre pensamiento lenguaje y<br />

realidad objetiva. La lectura de un texto<br />

exige ahora una lectura dentro del contexto<br />

social al cual se refiere.<br />

3.8.16. ELOGIO DE BABEL<br />

En el Antiguo Testamento (Génesis, 11)<br />

leemos que los descendientes de Noé<br />

intentaron construir una torre de Babel con el<br />

fin de alcanzar el cielo. Ante tal ambición,<br />

124<br />

Yahvé castigó a quienes intentaron tal<br />

empresa (y al resto de la humanidad) con la<br />

confusión de las lenguas. De esta manera<br />

Yahvé humilló a quienes se alejaron de él e<br />

hipotecó la ambición humana de alcanzar el<br />

cielo al dificultar la comunicación entre las<br />

personas y los pueblos,<br />

Algo queda de ese mito bíblico en quienes<br />

aún hoy añoran una lengua única e<br />

identifican la diversidad de lenguas y de<br />

culturas como un castigo divino o como una<br />

lamentable carencia de la humanidad. Frente<br />

a esta idea homogeneizadora sobresale hoy<br />

en el ámbito de la educación y en el ámbito<br />

de la <strong>lingüística</strong>, el elogio de la diversidad<br />

<strong>lingüística</strong> y cultural de los pueblos. No hay<br />

tal castigo ni mucho menos una carencia sino<br />

una infinita diversidad de formas de decir y<br />

de entender la cultura que no es sino un<br />

reflejo de la diversidad cultural de las<br />

personas y de los pueblos. Y aunque haya<br />

miles de lenguas y todas sean diferentes,<br />

todas las lenguas son iguales puesto que han<br />

surgido y se han desarrollado para expresar<br />

las ideas y los sentimientos de sus hablantes:<br />

Por ello, todas merecen ser<br />

habladas y estudiadas porque todas son un<br />

espejo de las señas de identidad de las<br />

personas y de las culturas y todas nos<br />

ofrecen una información valiosísima sobre la<br />

sociedad humana.<br />

Ofrecemos a continuación dos textos que<br />

elogian la Babel de lenguas en que<br />

convivimos y el papel de la educación<br />

<strong>lingüística</strong> en la eliminación de ciertos<br />

prejuicios y estereotipos sociolingüísticos<br />

sobre las lenguas y sus hablantes. En el<br />

primero de ellos Jesús Tusón (1994) alude a<br />

los prejuicios sociales contra lo que es<br />

diferente y señala como un objetivo esencial<br />

de la educación <strong>lingüística</strong> contribuir a la<br />

igualdad de las personas, de sus culturas y


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

de sus lenguas. En el segundo texto<br />

(Dirección Xeral de Política Lingüística,<br />

1994), escrito en gallego y elaborado en el<br />

contexto de una campaña institucional<br />

orientada al fomento de actitudes <strong>lingüística</strong>s<br />

positivas, se interpreta en clave positiva el<br />

mito de Babel en contraposición al<br />

estereotipo negativo que habitualmente se<br />

tiene sobre el.<br />

TEXTO 1<br />

El ámbito educativo es, a la vez, lugar para la<br />

creación y adquisición del saber y también<br />

espacio en el que se asumen pautas básicas<br />

de convivencia. Pero el saber y el convivir se<br />

ven obstaculizados con frecuencia por<br />

prejuicios endémicos hacia todo lo que es<br />

“diferente”: contra el otro sexo, las gentes<br />

diversas, las culturas diferentes y, también,<br />

contra las lenguas distintas de la propia. [...]<br />

Ante un panorama semejante, el mundo de<br />

la educación tendría que romper más de una<br />

pacífica y crítica lanza en favor de la igualdad<br />

de todos los grupos humanos, de sus<br />

culturas y de sus lenguas. Lo que quiere<br />

decir que debería promover, contra instancias<br />

poderosas y contra la inercia de una<br />

mala educación multisecular, el respeto hacia<br />

la diversidad.<br />

Una educación integral de la persona debe<br />

implicar, necesariamente, una educación<br />

<strong>lingüística</strong>. Esta tarea pasa por el amor no<br />

chovinista a la propia lengua, por su cultivo y<br />

por el conocimiento de sus recursos<br />

expresivos, y también por el interés y el<br />

aprecio de las diversas lenguas como<br />

vehículo de comunicación de otros pueblos y<br />

otras culturas, tanto si son avaladas por<br />

fronteras estatales como si no lo son. En<br />

buena medida, la educación para la convivencia<br />

se tendría que fundamentar en un<br />

ejercicio que nos resultará difícil y que es<br />

poco común: el ejercicio de la desfamiliarización,<br />

que nos llevara a vernos a nosotros<br />

mismos también como extraños, coma si<br />

fuéramos los “otros”, y a nuestras<br />

costumbres y lenguas como “diferentes”<br />

desde los ojos ajenos.<br />

Un ejercicio éste de la “desfamiliarización”<br />

que debería ser complementado con el de la<br />

identificación de todo aquello que es común<br />

a las diversas lenguas del mundo: los<br />

llamados, generalmente, “universales” del<br />

lenguaje. En el siglo XIII, el gran filósofo<br />

inglés Roger Bacon, uno de los iniciadores de<br />

la gramática especulativa medieval, escribió<br />

unas palabras que todavía hoy son citadas<br />

con veneración: “La gramática de todas las<br />

lenguas es única, y la misma en lo esencial,<br />

aunque de lengua a lengua puedan darse diferencias<br />

accidentales”. Cierto es que las<br />

lenguas se nos presentan muy diferentes y<br />

mutuamente ininteligibles; pero, en aspectos<br />

fundamentales, todas son la realización de la<br />

facultad <strong>lingüística</strong>. Unas tendrán artículos y<br />

otras no; unas, preposiciones y otras, casos;<br />

esta “sonará” de una forma y aquella de<br />

otra. Pero toda lengua hace posible, para sus<br />

usuarios, la manifestación del pensamiento,<br />

la ordenación del mundo y la cohesión entre<br />

los hablantes. Y en toda lengua es posible el<br />

lujo extraordinario y gratuito de la expresión<br />

literaria. Y, por encima de todo ello, la<br />

posesión de una lengua nos singulariza como<br />

seres especiales en el ámbito de la<br />

naturaleza y pone, de relieve la unidad<br />

incomparable de la especie humana.<br />

(Jesús Tusón (1994): “Prejuicios lingüísticos<br />

y enseñanza”, en Signos. Teoría y práctica<br />

de la educación, n° 11, Gijón, Págs. 25-27).<br />

125


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

TEXTO 2<br />

Se mira o mapa das linguas que se falan en<br />

Europa (algunhais, oficiais; outra,<br />

marxinadas ou insuficientemente recoñecidas<br />

polos gobernos dos respectivos países), a<br />

impresión que se ten é a de estamos ante un<br />

grande mosaico, Un mosaico moi variado e<br />

moi rico, coas súas pezas significativamente<br />

interconectadas.<br />

Diante desta realidade, algunhas voces teñen<br />

falado dos inconvenientes dunha situación<br />

así, lamentando que non haxa un idióma<br />

europeo único, que nos permitise<br />

entendernos e comunicarnos sen problema<br />

ningún.<br />

Quen así falan enfocan a realidade dun modo<br />

equivocado. Do mesma xeito que unha das<br />

grandes riquezas da naturaleza e a biodiversidade,<br />

a súa ampla variedade, na flora e<br />

na fauna (pensemos na preocupación do<br />

mundo científico diante da empobrecedora<br />

uniformización, dalgunhas zonas de planeta,<br />

como resultado dunha irrocional concepción<br />

da agricultura), tamén a variedade de linguas<br />

é unha imensa riqueza. Unha riqueza na que<br />

está reflectida, mellor que en ningúin outro<br />

sitio, toda a historia da humanidade.<br />

Fronte á vision que considera o mito de Babel<br />

como unha maldición,"a que predomina hoxe<br />

e a visión que o considera como unha mostra<br />

da pluralidade, da variedade que caracteriza<br />

e define ó conxunto da humanidade.<br />

Variedade de etnias, de costumes, de linguas,<br />

de xeitos de entende-lo mundo. Dalgún<br />

xeito, caba dicir que tódalas persoas somos<br />

iguais precisamente porque somos diferentes.<br />

Las pretendidas dificultades de comunicación<br />

entre persoas que falan linguas diversas cada<br />

vez son máis inconsistentes. Porque, ó<br />

126<br />

Tiempo que se está a afirma-la necesidade<br />

de manter e potenciar esta variedade, as<br />

persoas que vivimos en Europa vemos tamén<br />

a necesidade de ler unha (ou máis) lingua de<br />

relación " comun, que permita e<br />

Lingua de relación: Trátase dun concepto<br />

que hai que definir xunto con outro<br />

complententario, que é o de lingua de<br />

instalación. Tóda las persoas temos unha<br />

lingua de instalnción, que adoita coincidir<br />

(aínda que non sempre) con lingua familiar<br />

ou “matema”.É a que sentimos como nosa a<br />

que utilizamos na majoria das situacións da<br />

nosa vida cotid (aínda que en Galicia esta<br />

situacidn está moi condicionada polos<br />

problemas diglósicos). 0 concepto de lingua<br />

de relación é completmetario do anterior.<br />

Dise que a lingua de relación (ou lingua, xa<br />

que pode haber máis de unha) e aquella na<br />

que anhan persoa tamén ten competencia<br />

linguistias plena, aindan que non sexa a súa<br />

lingua de instalación (nota de la Dirección<br />

Xeral de Política Lipientica (Concello de<br />

Vigo).<br />

Favoreza a intercomunicación. A importancia<br />

que o estudio dos idiomas está a ter entre a<br />

xuventude dos diferentes países europeos é<br />

a constatación práctica disto.<br />

Ás veces, aínda se escoitan argumentos que<br />

tentan contrapoñer estes dous fenómenos<br />

que hoxe se están a dar simultaneamente en<br />

Europa: o proceso de reencontro coas<br />

propias raíces e a conciencia de pertencer a<br />

unha comunidade continental ou mundial.<br />

Non hai tal contradicción, xa que o segundo<br />

non pode existir sen o primeiro, e só se é<br />

cidadán do mundo desde a pertenza a unha<br />

comunidade propia.<br />

(Direccion Xeral de Política Lingüística /<br />

Concello de Vigo (1994) “(Materiais da<br />

campaña En galego vivo Vigo, en galego Vigo<br />

vaí”, Vigo.)


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

3.8.17. IDEAS CLAVES<br />

¿Cómo se manifiesta la diversidad <strong>lingüística</strong><br />

y cultural en nuestras sociedades y en las<br />

aulas?<br />

La diversidad <strong>lingüística</strong> y cultural en<br />

nuestras sociedades se manifiesta en las<br />

diversas lenguas y variedades <strong>lingüística</strong>s<br />

(dialectos, sociolectos, registros, estilos...)<br />

utilizadas en el seno de una comunidad de<br />

habla. Cualquier lengua es diversa en tanto<br />

que es usada ya que en el uso lingüístico de<br />

las personas influyen de una manera<br />

determinante diversos factores geográficos,<br />

culturales, sociales e individuales. Quizá por<br />

ello el uso de la lengua es un espejo<br />

privilegiado de la diversidad <strong>lingüística</strong> y<br />

sociocultural en nuestras sociedades. En ellas<br />

las personas desempeñan unos u otros<br />

oficios, tienen una determinada edad y un<br />

determinado sexo, pertenecen a una u otra<br />

clase social, tienen una ideología y un<br />

determinado capital cultural, nacen o viven<br />

en una comunidad donde se hablan una o<br />

varias lenguas, donde se usa de manera<br />

habitual una variedad dialectal... Esta<br />

diversidad (y esta desigualdad) <strong>lingüística</strong> y<br />

cultural en nuestras sociedades tiene su<br />

reflejo en el uso lingüístico a través de<br />

diversas manifestaciones: sociolectos,<br />

registros, jergas, dialectos, bilingüismo,<br />

diglosia, interferencias, prejuicios...<br />

En cuanto a las aulas, los alumnos y las<br />

alumnas utilizan al hablar una variedad social<br />

asociada a su edad, a su clase social, a su<br />

sexo, y en ocasiones, a un determinado<br />

dialecto geográfico. Ese y no otro es su<br />

capital lingüístico, útil en la conversación<br />

espontánea, en el ámbito familiar y en el uso<br />

coloquial de la lengua pero quizás<br />

inadecuado en otras situaciones de<br />

comunicación y en la escuela. Porque la<br />

escuela espera de los alumnos y de las<br />

alumnas que sean capaces de hablar y<br />

escribir correctamente, es decir, que<br />

aprendan a usar la variedad estándar de la<br />

lengua y a ser respetuosos con la norma<br />

<strong>lingüística</strong>. Y ahí es donde aparecen las<br />

dificultades, en la distancia entre la lengua<br />

del alumno y la lengua de la escuela, entre<br />

las variedades <strong>lingüística</strong>s de uso habitual en<br />

sus contextos cotidianos y la variedad<br />

estándar y en ocasiones culta de la<br />

institución escolar.<br />

En este contexto, en vez de insistir de forma<br />

exclusiva en la imposición de un modelo de<br />

lengua y en la censura de cualquier uso que<br />

se aleje de la norma culta, en la educación<br />

<strong>lingüística</strong> se abre paso la idea de que<br />

conviene conjugar la enseñanza de la variedad<br />

estándar de la lengua con una actitud<br />

más abierta ante los usos lingüísticos de los<br />

alumnos y de las alumnas. No se trata en fin<br />

de uniformar las formas de hablar de quienes<br />

acuden a las aulas sino de abrir el abanico de<br />

sus capacidades expresivas y de acercarles<br />

al conocimiento y al dominio de un uso<br />

estándar del lenguaje que quizá no tengan la<br />

oportunidad de aprender en otro contexto<br />

que no sea el escolar.<br />

En el ámbito de la educación <strong>lingüística</strong> es<br />

esencial contribuir a la adquisición de los<br />

conocimientos y de las actitudes que favorezcan<br />

una conciencia crítica del papel que<br />

desempeña el uso lingüístico no solo en la<br />

interacción comunicativa de los hablantes<br />

sino también en la construcción de la<br />

identidad personal y cultural de las personas<br />

y de los grupos sociales. Es urgente volver a<br />

pensar en las aulas sobre la diversidad<br />

<strong>lingüística</strong> y cultural en nuestras sociedades<br />

con la voluntad de indagar no solo sobre las<br />

lenguas y sus variedades geográficas sino<br />

127


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

también sobre como los bienes de la lengua<br />

están injustamente distribuidos en el mercado<br />

de los intercambios lingüísticos ya que<br />

no todas las personas tienen acceso a las<br />

diferentes situaciones y contextos de<br />

comunicación ni están en igualdad de<br />

condiciones a la hora de adquirir las<br />

habilidades comunicativas que hacen posible<br />

la competencia comunicativa de las personas.<br />

¿Como influye el contexto sociocultural de las<br />

personas en el uso de la lengua y en la<br />

adquisición de la competencia comunicativa?<br />

Cuando hablamos (sea cual fuere el<br />

contenido de lo dicho) las palabras dicen<br />

algunas cosas sobre quienes somos, cual es<br />

nuestro origen geográfico, cual es nuestro<br />

sexo y edad, a que clase social pertenecemos<br />

y cuanto capital cultural poseemos... Por eso,<br />

en escuela dificulta tanto la comunicación en<br />

las aulas como en consecuencia el<br />

aprendizaje escolar. Aunque el fracaso<br />

escolar no se deba tan sólo a factores<br />

lingüísticos sino también, y sobre todo, a<br />

causas socioculturales, es innegable que el<br />

escaso dominio de la variedad estándar que<br />

exige la escuela por parte de los alumnos y<br />

de las alumnas no contribuye a favorecer su<br />

rendimiento académico. ¿Qué hacer<br />

entonces?<br />

La educación <strong>lingüística</strong> debe intentar<br />

conjugar el respeto a las variedades<br />

<strong>lingüística</strong>s de origen de cada alumno y<br />

alumna con la conciencia de que conviene<br />

contribuir en las aulas al aprendizaje escolar<br />

de aquellas variedades de la lengua cuyos<br />

usos tienen una innegable utilidad en el<br />

mercado de los intercambios lingüísticos y en<br />

el contexto escolar y social. No se trata por<br />

tanto de erradicar en clase las formas de<br />

hablar de quienes por su condición social y<br />

su edad utilizan una variedad <strong>lingüística</strong><br />

socialmente desvalorizada sino de partir de<br />

128<br />

esos usos lingüísticos para ir avanzando<br />

hacia el aprendizaje de otros usos más<br />

complejos y adecuados a las diversas<br />

situaciones y contextos de comunicación.<br />

La tarea no es fácil si se piensa en el<br />

contexto sociocultural de los alumnos y de<br />

las alumnas, en sus diferentes capacidades<br />

comunicativas y en su desigual acceso a los<br />

bienes lingüísticos y a las diferentes<br />

situaciones de comunicación. Quienes<br />

proceden de un contexto social desfavorecido<br />

casi nunca tienen la oportunidad de hacer un<br />

uso formal de la lengua al ser sus ámbitos de<br />

uso lingüístico aquellos que requieren el uso<br />

continuo de un registro coloquial e informal<br />

de la lengua. En esos ámbitos de uso la<br />

utilización de sociolectos asociados a las<br />

clases bajas y de jergas marginales es algo<br />

común, apropiado y aceptado, pero no lo es<br />

en otros ámbitos de uso más formales (y<br />

entre ellos, en la escuela). Acercarles al uso<br />

estándar de la lengua, ayudarles a reflexionar<br />

sobre las características de las diferentes<br />

situaciones de comunicación (y sobre el<br />

registro de lengua adecuado a cada una de<br />

ellas) y abrirles el abanico de experiencias<br />

<strong>lingüística</strong>s, al menos en el escenario<br />

comunicativo del aula, es hoy una tarea<br />

esencial en el ámbito de la educación<br />

<strong>lingüística</strong>.<br />

¿Es conveniente enseñar actitudes<br />

<strong>lingüística</strong>s?<br />

En la educación <strong>lingüística</strong>, la enseñanza de<br />

actitudes <strong>lingüística</strong>s constituye uno de los<br />

factores esenciales tanto en el aprendizaje<br />

de la lengua (de una u otra lengua, de una u<br />

otra variedad <strong>lingüística</strong>) como en el<br />

aprendizaje de una lengua extranjera o en<br />

las creencias que sobre las lenguas y sus<br />

hablantes tienen las personas. Una<br />

educación <strong>lingüística</strong> orientada al aprendizaje<br />

de los conocimientos, de las habilidades y de


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

las actitudes que hacen posible el<br />

intercambio comunicativo entre las personas<br />

debe contribuir a la adquisición de actitudes<br />

positivas ante las lenguas y sus hablantes y a<br />

la critica a los prejuicios lingüísticos,<br />

geopolíticos e ideológicos que afectan de<br />

forma negativa a la convivencia <strong>lingüística</strong><br />

entre las personas y los pueblos.<br />

Como señala el Real Decreto que establece<br />

las enseñanzas mínimas de Lengua y<br />

Literatura en la Educación Secundaria Obligatoria,<br />

“los alumnos han de apreciar las<br />

diferentes variedades <strong>lingüística</strong>s, tanto las<br />

existentes entre diferentes lenguas como las<br />

propias de distintos grupos en el uso de una<br />

misma lengua, apreciando incluso aquellas<br />

variedades que están culturalmente desvalorizadas;<br />

pero que cumplen las funciones<br />

comunicativa y representativa dentro de un<br />

determinado medio social. También, y sobre<br />

todo, el alumno ha de valorar las otras<br />

lenguas del Estado español que coexisten con<br />

el castellano. En este sentido la educación ha<br />

de favorecer el conocimiento y la valoración<br />

positiva de la realidad plurilingüe y<br />

pluricultural del Estado y, a partir de ello, la<br />

valoración positiva de la pluralidad de las<br />

lenguas que se hablan en el mundo”<br />

(Ministerio de Educación y Ciencia, 1991 a,<br />

Pág . 53).<br />

¿Es posible contribuir desde la educación<br />

<strong>lingüística</strong> a una lectura crítica del mundo y a<br />

la emancipación de las personas?<br />

Los usos lingüísticos, además de ser útiles<br />

para el intercambio comunicativo entre las<br />

personas, tienen en ocasiones un efecto de<br />

opresión y de manipulación al servicio de las<br />

clases dominantes en nuestras sociedades.<br />

En educación nada nos es ajeno y por ello la<br />

educación <strong>lingüística</strong> debería ayudar a los<br />

alumnos y a las alumnas a hacer un uso no<br />

sólo correcto, coherente y adecuado de la<br />

lengua sino también crítico con determinados<br />

usos del lenguaje: Desde la educación<br />

<strong>lingüística</strong> ha de enseñarse el amor a las<br />

lenguas y el aprecio de la diversidad<br />

<strong>lingüística</strong>, el conocimiento de las formas de<br />

hablar y de las culturas de los diferentes<br />

grupos sociales y de las diversas<br />

comunidades de habla, la actitad critica ante<br />

los prejuicios lingüísticos y los usos sexistas<br />

o clasistas del lenguaje y la conciencia del<br />

papel que desempeña el lenguaje en la<br />

comunicación cotidiana, en el aprendizaje<br />

escolar.<br />

En ultima instancia la educación <strong>lingüística</strong><br />

ha de contribuir a la adquisición no sólo de la<br />

competencia comunicativa de las personas<br />

sino también, y a la vez, a la adquisición de<br />

una conciencia <strong>lingüística</strong>, entendida en un<br />

doble sentido: como conocimiento de la<br />

facultad humana del lenguaje y de su papel<br />

en el pensamiento, en el aprendizaje y en la<br />

vida social, y como conciencia del poder y<br />

del control que se ejercen a través del<br />

lenguaje. Desde este enfoque la educación<br />

<strong>lingüística</strong> debe ayudar a los alumnos y a las<br />

alumnas a adquirir una conciencia crítica<br />

sobre el papel que en ocasiones desempeña<br />

el lenguaje en la creación y en el mantenimiento<br />

de las desigualdades socioculturales<br />

contribuyendo de esta manera a la<br />

emancipación de las personas con respecto a<br />

las servidumbres de una sociedad injusta e<br />

insolidaria.<br />

3.8.18. REVISIÓN DE LAS IDEAS<br />

PREVIAS Y APLICACIÓN A LA<br />

PRÁCTICA DOCENTE<br />

En el apartado 3.8.2 se enunciaban algunas<br />

ideas en torno a la diversidad <strong>lingüística</strong> y<br />

cultural, al papel de la educación en relación<br />

129


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

con la norma <strong>lingüística</strong> y el uso de las<br />

distintas variedades geográficas y sociales de<br />

la lengua, a la convivencia de varias lenguas<br />

en el seno de una misma comunidad, a la<br />

educación bilingüe y a la enseñanza de la<br />

lengua castellana en contextos<br />

sociolingüísticos en los que también se<br />

hablan otras lenguas. Teniendo en cuenta los<br />

aprendizajes adquiridos en este apartado,<br />

reflexiona sobre si se ha producido o no<br />

algún cambio con respecto a lo que opinaste<br />

entonces.<br />

APLICACIÓN<br />

DOCENTE<br />

A LA PRÁCTICA<br />

Teniendo en cuenta los aprendizajes<br />

realizados en este apartado, selecciona<br />

algunos aspectos de tu práctica docente que<br />

en tu opinión convenga revisar o modificar en<br />

relación con el tratamiento didáctico de la<br />

dimensión sociocultural de las lenguas.<br />

Reflexiona sobre las dificultades que en tu<br />

opinión conllevara la introducción de estos<br />

cambios.<br />

PARA SABER MÁS<br />

Berstein, B. (1975 y 1977), Clases, códigos y<br />

control (2 vols.), Madrid, Akal, 1988.<br />

Bourdieti, P. (1982), ¿Qué significa hablar?<br />

Economía de los intercambios lingüísticos,<br />

Madrid, Akal, 1985<br />

Cook-Gumperz, J. (1986), La construcción<br />

social de la alfabetización, Barcelona,<br />

Paidós/MEC, 1998.<br />

Fishman, J. (1972), Sociología del lenguaje,<br />

Madrid, Cátedra, 1988. Freire, P., La,<br />

importancia de leer y el proceso de<br />

liberación, México, Siglo XXI, 1984.<br />

Gumperz, J. J. y A. Bennett (1980), Lenguaje<br />

y cultura, Barcelona, Anagrama. 1981.<br />

130<br />

Hudson, R. A. (1980), La socio<strong>lingüística</strong>,<br />

Barcelona, Anagrama, 1981<br />

Lakoff, R. (1972), El lenguaje y el lugar de la<br />

mujer, Barcelona, Hacer, 1981.<br />

Newmeyer,'F. J. (comp.) (1963), Panorama<br />

de la <strong>lingüística</strong> moderna (De la Universidad<br />

de Cambridge). IV. El lenguaje: contexto<br />

sociocultural, Madrid, Visor, 1992.<br />

Stubbs, M.'(1976), Lenguaje y escuela.<br />

Análisis sociolingüístico de la enseñanza;<br />

Madrid, Cincel-Kapelusz, 1984.<br />

VV. AA., Monografía “Usos lingüísticos y<br />

diversidad sociocultural”, en Textos de<br />

Didáctica de la Lengua y de la Literatura, n °<br />

6, Barcelona, Graó.<br />

W. AA., Monografía “Iguales o diferentes”,<br />

en Signos. Teoría y práctica de la educación,<br />

n° 16, Gijón, 1995.<br />

VV. AA., Monografía “Variedades geográficas<br />

y norma”, en Textos de Didáctica de la<br />

Lengua y de la Literatura, n° 12, Barcelona,<br />

Graó„1997.<br />

VV. AA., Monografía “La enseñanza de las<br />

lenguas del Estado”, en Textos de Didáctica<br />

de la Lengua y de la Literatura, n° 18,<br />

Barcelona, Graó, 1998


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Una lengua es la manifestación concreta que<br />

adopta en cada comunidad la capacidad<br />

humana del lenguaje. En este sentido es,<br />

además del medio que permite la<br />

comunicación entre los miembros de esta<br />

comunidad, un signo de adscripción social, es<br />

decir, de pertenencia a un grupo humano<br />

determinado. No se puede hablar de lengua<br />

sin hablar de sociedad, sin tener en cuenta<br />

que la lengua es un hecho social y que todos<br />

los demás hechos sociales se vehicular a ella.<br />

Por otra parte, el sistema de signos que<br />

utiliza un ser humano es parecido al sistema<br />

de signos de las personas de su mismo grupo<br />

y diferente de los sistemas de otros grupos<br />

más alejados.<br />

Este fenómeno configura conjuntos humanos<br />

que reciben el hombre de comunidad<br />

<strong>lingüística</strong>: un grupo de personas que utiliza<br />

la misma lengua y que, normalmente, esta<br />

vinculado a un entorno geográfico y a un<br />

mismo contexto histórico, social y cultural.<br />

Los miembros de una comunidad <strong>lingüística</strong><br />

comparten muchas más cosas además de la<br />

lengua: una manera de ver el mundo, una<br />

organización social, un espacio, un devenir a<br />

lo largo de la historia, etc. Aprender una<br />

lengua, por lo tanto, no puede limitarse al<br />

conocimiento de la lengua en si misma, del<br />

código lingüístico y de sus reglas, sino que se<br />

vincula a toda una serie de realidades, va sea<br />

porque la rodean o bien porque las<br />

presupone, las incluye o las expresa. Las<br />

relaciones de poder, los intereses<br />

económicos, los cambios políticos, etc.<br />

determinan los usos lingüísticos y el modelo<br />

de lengua de una comunidad, y pueden hacer<br />

nacer, modificar o desaparecer un idioma. La<br />

enseñanza de la lengua no puede ignorar su<br />

dimensión eminentemente social. Las<br />

personas son seres sociales en tanto que se<br />

relacionan con las demás personas y la<br />

lengua es el principal medio de relaciòn<br />

social.<br />

Por lo tanto, las programaciones de lengua<br />

deberán incluir aspectos relacionados con las<br />

ciencias sociales como la socio<strong>lingüística</strong>, la<br />

historia, la dialectología, la literatura, etc.<br />

para tener en cuenta su dimensión histórica,<br />

cultural y social, y su vínculo con la<br />

comunidad que la utiliza. Los contenidos de<br />

estos aspectos se tienen que seleccionar<br />

según el nivel de profundización y deben<br />

tender a dar una visión no especializada pero<br />

lo suficientemente cientifica y objetiva. El<br />

objetivo general de esta selección es<br />

transmitir una conceptualización y un modelo<br />

de lengua adecuados. Se trata de mostrar la<br />

lengua como sistema convencional de signos<br />

que sirve para la comunicación y la relaciòn<br />

interpersonal y social, vinculada<br />

estrechamente a su contexto: la lengua<br />

como producto cultural y vehiculador de<br />

cultura y conocimientos. Desde este punto<br />

de vista, la enseñanza de la lengua también<br />

deberá mostrar la diversidad como fenómeno<br />

enriquecedor de la realidad y de las<br />

experiencias.<br />

Un enfoque de este tipo favorece de manera<br />

muy especial los componentes actitudinales<br />

del aprendizaje y uso de la lengua, ya que<br />

fomenta el respeto hacia todas las<br />

comunidades, hacia todas las lenguas y hacia<br />

todas las variedades. Y es también un factor<br />

131


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

motivador del aprendizaje de la lengua,<br />

porque relaciona los conocimientos<br />

lingüísticos con los conocimientos sobre otras<br />

personas y sobre otras realidades.<br />

En las clases de Lengua tiene que producirse<br />

un intercambio y una producción similar a la<br />

del entorno social: a través de la lengua<br />

hacemos amistades, trabajamos,<br />

aprendemos, nos expresamos, inventamos,<br />

leemos y sentimos lo que expresan las<br />

demás personas. Todos aquellos productos<br />

culturales que se vehiculan a través de la<br />

lengua (canciones, literatura, cine, teatro,<br />

radio, televisión, etc.) pueden ser materiales<br />

didácticos porque contribuyen a ampliar los<br />

horizontes culturales de los alumnos y su<br />

nivel de integración social. En definitiva, toda<br />

una serie de realidades extra<strong>lingüística</strong>s<br />

están involucradas en el aprendizaje de la<br />

lengua y al mismo tiempo forman una parte<br />

importante de ella. Entre otras:<br />

En los siguientes apartados se dan pautas y<br />

criterios para enfocar y seleccionar los<br />

procedimientos, los contenidos y las<br />

actitudes que relacionan la lengua con la<br />

cultura y la sociedad.<br />

PARA LEER MÁS<br />

DE MAURO, Tullio. Guía para el uso de la<br />

palabra. Barcelona. Del Serbal. 1982.<br />

132<br />

Una exquisita reflexión sobre el uso social de<br />

la lengua.<br />

JUNYENT, Carme. Las lenguas del mundo.<br />

Barcelona. Octaedro. 1993. Sucinta visión de<br />

conjunto sobre la diversidad <strong>lingüística</strong> mundial.<br />

VARIEDADES Y REGISTROS<br />

No todos los hablantes de una lengua<br />

presentan la misma realización práctica del<br />

código lingüístico que comparten, es decir,<br />

no usan la lengua de la misma manera. Los<br />

textos orales y escritos que producen<br />

presentan rasgos que los diferencian por<br />

varias causas. La diversidad <strong>lingüística</strong><br />

depende básicamente de dos factores: el<br />

origen de los usuarios v la situación de<br />

comunicación.<br />

Se observan afinidades entre los textos<br />

producidos por los hablantes de un mismo<br />

grupo y diferencias entre los textos -<br />

producidos por otros hablantes más alejados.<br />

Las variedades que dependen de la<br />

procedencia de los usuarios se conocen con<br />

el nombre de dialéctos o variedades<br />

dialectales. Estas variedades se pueden<br />

clasificar en tres grandes tipos: geográficas<br />

(rasgos motivados por la procedencia<br />

geográfica), históricas o generacionales<br />

(rasgos que dependen de la época o de la<br />

edad del hablante), y sociales (según el<br />

grupo social al que pertenezca el hablante).<br />

Por lo tanto, un usuario de la lengua usa una<br />

determinada variedad social, geografita y<br />

generacional.<br />

Por otro lado, un mismo hablante tiene<br />

también un repertorio lingüístico que se<br />

actualiza según la situación comunicativa, ya<br />

que sus actividades se desarrollan en<br />

situaciones totalmente distintas. Las<br />

variedades que no dependen del origen del


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

hablante sino de la situación comunicativa<br />

reciben el nombre de variedades funcionales<br />

o registros. Es difícil clasificar los textos<br />

según su registro y adjudicarles un nombre<br />

concreto, pero si que se pueden constatar<br />

afinidades y diferencias según cuatro factores<br />

principales: el tema (general o<br />

especializado), el canal (oral, escrito; el<br />

teléfono, la radio, etc.), la intención (divertir,<br />

convencer, informar, etc.) y el nivel de<br />

formalidad (el grado 439 de relación entre el<br />

emisor y el receptor).<br />

Para favorecer la relación y la comunicación<br />

entre hablantes diversos, una comunidad<br />

genera lo que se llama variedad estándar. El<br />

estándar tiene una función neutralizadora de<br />

los rasgos diferenciales dialectales. Por un<br />

lado, el estándar recoge y se forma con los<br />

rasgos lingüísticos más útiles, en general, a<br />

toda la comunidad <strong>lingüística</strong> y, por otro, es<br />

la variedad que utilizan los usuarios de una<br />

lengua cuando se encuentran en situaciones<br />

comunicativas de un nivel de formalidad<br />

medio o alto. Es decir, un hablante recorre a<br />

la variedad estándar cuando el interlocutor,<br />

la finalidad, el tema o el canal le exigen un<br />

uso de la lengua más elaborado, más preciso<br />

y más correcto. Por este motivo los medios<br />

de comunicación son una muestra de la<br />

variedad estándar, ya que se dirigen<br />

generalmente a un gran público, a la mayoría<br />

de hablantes de una comunidad, y se<br />

mueven en un nivel de especialización medio<br />

o alto.<br />

Teniendo en cuenta lo expuesto, podemos<br />

analizar los rasgos característicos de un texto<br />

oral o escrito desde estos dos grandes puntos<br />

de vista: su variedad dialectal y. su variedad<br />

funcional. Todo texto pertenece a una<br />

variedad y manifiesta al mismo tiempo un<br />

registro lingüístico.<br />

VARIEDADES DIALECTALES<br />

El origen geográfico, la clase social y la<br />

época o la edad determinan la variedad<br />

dialectal de un texto. Todo usuario de la<br />

lengua hace un uso determinado de ella, que<br />

tiene afinidades con los usuarios de su<br />

mismo territorio, de su grupo social (clase<br />

social, profesión, actividades de ocio, etc.) y<br />

de su época y generación. La manera de<br />

hablar de cada uno es la confluencia de estos<br />

tres tipos de variedades: geográficas,<br />

sociales e históricas y generacionales. Se<br />

llama idiolecto a la variedad individual de un<br />

determinado hablante, según su origen<br />

geográfico, social y generacional y las<br />

circunstancias (variedades familiares,<br />

cambios de domicilio, influencia de la<br />

enseñanza, etc.) que han ido configurando<br />

los rasgos característicos de su modo de usar<br />

la lengua. El esquema siguiente lo muestra:<br />

Antes de la aparición de la socio<strong>lingüística</strong><br />

133


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

como disciplina, algunos estudiosos de la<br />

lengua ya habían constatado diferencias<br />

dialectales entre modelos de lengua, es decir,<br />

habían tenido en cuenta el componente social<br />

como configurador de las características de<br />

los diversos usos de la lengua.<br />

La variedades geográficas han sido<br />

estudiadas por la dialectología y las<br />

variedades históricas, por la gramática<br />

histórica. Las variedades sociales son las<br />

menos estudiadas; la razón es lógica: es<br />

relativamente sencillo moverse por la<br />

geografía u observar textos antiguos,<br />

mientras que "viajar" por las clases sociales<br />

es más difícil. La diversificación social es un<br />

hecho relativamente reciente y la movilidad<br />

social dificulta la identificación de rasgos<br />

caracterizadores. También hay que citar<br />

factores actitudinales: las variedades de las<br />

clases más populares han sido<br />

tradicionalmente subvaloradas, mientras que<br />

las variedades de las clases altas se<br />

autodefinían como "la lengua" correcta y<br />

modélica.<br />

El objeto de estudio de la dialectología son<br />

los rasgos diferenciales entre las diferentes<br />

maneras de hablar una lengua en lugares<br />

separados o unidos por factores geográficos<br />

(mar, montanas, ríos, mercados, caminos,<br />

carreteras, etc.) e intenta delimitar en el<br />

espacio los limites de los dialectos y<br />

subdialectos de la lengua. Estas diferencias<br />

no solo están causadas por factores<br />

geografitos, sino también por fenómenos<br />

históricos y sociales (migraciones,<br />

repoblaciones, conquistas, fronteras, etc.).<br />

Así, se suele establecer una distinción entre<br />

dialectos geográficos constitutivos<br />

(generados en el mismo territorio de<br />

formación de la lengua) y dialectos<br />

geográficos consecutivos (derivados de la<br />

implantación de una lengua en otro territorio<br />

134<br />

a causa de una repoblación).<br />

La historia de la lengua se ocupa de su<br />

estudio diacrónico: su origen, su relaciòn con<br />

las demás lenguas, su evolución. Tiene en<br />

cuenta los cambios históricos (invasiones,<br />

guerras, conquistas, influencias culturales,<br />

etc.) que producen modificaciones no solo en<br />

el corpus de la lengua, sino en su uso y su<br />

prestigio. Se puede distinguir entre el<br />

estudio social de la historia de la lengua y el<br />

estudio de la evolución de los rasgos<br />

lingüísticos (fonética, vocabulario, sintaxis,<br />

etc.). Asignamos el nombre de historia de la<br />

lengua o bien historia externa de la lengua a<br />

los estudios que se han centrado en la<br />

influencia de factores históricos, sociales y<br />

económicos, que han ocasionado<br />

fluctuaciones en el uso, el prestigio o la<br />

oficialidad de una lengua; y gramática<br />

histórica, a los estudios más descriptivos de<br />

las características de los modelos de cada<br />

época. La historia externa de la lengua tiene<br />

puntos en contacto con la socio<strong>lingüística</strong>, es<br />

decir, estudia los cambios en el uso de la<br />

lengua de una manera más interpretativa,<br />

buscando causas y consecuencias de los<br />

mismos.<br />

A pesar de todo, los estudios de las<br />

variedades sociales brillan por su ausencia.<br />

Existen algunas recopilaciones de<br />

vocabulario de grupos marginales, que<br />

suelen llamarse "argots". Son variaciones<br />

principalmente lexicas que tienen una<br />

funciona de autodiferenciación y a menudo<br />

de defensa o aislamiento hacia la sociedad<br />

que margina a estos grupos. Por su misma<br />

función, estos lenguajes cambian muy<br />

rápidamente; normalmente, cuando se<br />

publica un libro sobre el vocabulario de un<br />

grupo de este tipo, la mayoría de las<br />

palabras ya han sido sustituidas por otras.<br />

Faltan estudios exhaustivos y científicos


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

sobre las maneras distintas de hablar de<br />

grupos socialmente diferenciados:<br />

profesiones, clases altas, clases medias,<br />

clases bajas, grupos marginales, población<br />

urbana, población metropolitana, población<br />

rural, etc.).<br />

Variedades<br />

peninsulares<br />

geográficas de las lenguas<br />

Vamos a hacer un repaso rápido y<br />

necesariamente simple de las principales<br />

variantes geográficas de las lenguas del<br />

territorio español.<br />

• Castellano<br />

Desde el punto de vista diacrónico, los<br />

dialectos de la lengua castellana pueden<br />

clasificarse en dos grupos: los constitutivos,<br />

que son aquellos que por razones históricas<br />

no han alcanzado el nivel de estandarización<br />

que posee la lengua con la que se relaciona,<br />

y los consecutivos, que son el producto de la<br />

evolución de una lengua en un lugar y<br />

momento determinados. De acuerdo con<br />

esta clasificación, podemos distinguir en el<br />

ámbito que nos ocupa el astur-leonés y el<br />

aragonés, como dialectos constitutivos, y los<br />

dialectos meridionales (andaluz, extremeño,<br />

murciano y canario) y el español de América,<br />

como dialectos consecutivos.<br />

a) Dialectos constitutivos:<br />

El astur-leones y el aragonés son variantes<br />

que durante la Alta Edad Media poseían el<br />

mismo nivel que las otras tres lenguas<br />

románicas habladas en la actualidad en el<br />

Estado Español. Con la evolución del 443<br />

castellano hacia el sur, por la acción de la<br />

Reconquista, estas dos variantes del latín se<br />

fueron arrinconando, la primera hacia la<br />

zona del gallego-portugués; la segunda,<br />

hacia la frontera del catalán.<br />

Tradicionalmente se distinguen en el dialecto<br />

astur-leones tres zonas: la occidental, con<br />

influencia del gallego-portugués; la oriental,<br />

con presencia de rasgos más castellanizados;<br />

y la central, localizada en Asturias, conocida<br />

con el nombre de bable.<br />

El aragones procede del navarro-aragones<br />

medieval y en la actualidad se localiza<br />

principalmente en la zona más oriental del<br />

Pirineo aragones.<br />

b) Dialectos consecutivos:<br />

Los cuatro dialectos meridionales que forman<br />

este grupo poseen rasgos fonéticos<br />

comunes: ceceo, seseo, yeísmo e igualación<br />

-1 = -r. Estos rasgos se reparten en cada<br />

zona dialectal con mayor o menor<br />

intensidad, e incluso por áreas.<br />

c) Dialectos extra peninsulares:<br />

135


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

Este apartado solo comprende la expansión<br />

del castellano fuera de la península, cuyo<br />

origen se sitúa en el siglo XV. Nos referimos<br />

al español de América (por la conquista del<br />

año 1492) y al judeo - español (por la<br />

expulsión de los judíos en la misma época).<br />

Para más información, consultar Navarro<br />

Tomas (1975), Zamora Vicente (1960) y<br />

Alvar (1991).<br />

Respecto a la situación <strong>lingüística</strong> actual en<br />

Asturias, creemos imprescindible hacer este<br />

pequeño aparte. Si bien es cierto que la<br />

mayor parte de la comunidad cientifica y<br />

política, española e internacional, sigue<br />

tratando el asturiano como dialecto del<br />

castellano tal como se acaba de explicar,<br />

debemos recordar la existencia de la<br />

Academia de la Llingua Asturiana, paralela a<br />

las academias castellana, catalana, vasca o<br />

gallega. Esta institución realiza un importante<br />

esfuerzo de normativización, normalización y<br />

difusión de la lengua, de acuerdo con el<br />

sentimiento de su comunidad <strong>lingüística</strong>.<br />

También existe una moderna colección de<br />

materiales didacticos para la enseñanza de la<br />

lengua asturiana. Para más información,<br />

consultar el Informe so la llingua asturiana y<br />

el texto Una xera de diez años, ambos de la<br />

Academia. El Principau d'Asturies también ha<br />

editado un resumen de todas las<br />

publicaciones en asturiano: Publicaciones<br />

n'Asturiano, 1992.<br />

• CATALÁN<br />

El dominio lingüístico de la lengua catalana<br />

comprende territorios del Principat de<br />

Catalunya, la Catalunya Nord, la mayor parte<br />

del País Valencia, las llles Balears y Pitiüses,<br />

y la poblacion de l'Alguer en la isla de<br />

Cerdeña. A pesar de la gran unidad de la<br />

lengua, la diversidad geográfica ha generado<br />

136<br />

algunas diferencias de pronunciación,<br />

morfológicas o léxicas en las diversas zonas.<br />

Tradicionalmente los dialectólogos suelen<br />

dividir las variedades geográficas catalanas<br />

en dos grandes dialectos: catalán oriental y<br />

catalán occidental. La diferencia más notable<br />

entre estos dos bloques verticales es la<br />

articulación de los sonidos vocálicos. Estos<br />

bloques presentan otras divisiones o<br />

subdialectos. Las diferencias entre los<br />

diversos dialectos o subdialectos se producen<br />

básicamente en rasgos morfológicos, como el<br />

artículo determinado o las terminaciones de<br />

algunos tiempos verbales.<br />

Así pues, en el territorio lingüístico catalán<br />

se distinguen seis grandes dialectos,<br />

clasificados en dos grupos:<br />

- Dialectos orientales: rosellonés o<br />

septentrional, central, insular o balear,<br />

alguerés.<br />

- Dialectos occidentales: noroccidental,<br />

valenciano o meridional.<br />

Para más información, consultar Veny (1982)<br />

y (1985), y Alegre (1990).<br />

• GALLEGO<br />

El gallego es la lengua románica más<br />

occidental de la Península Ibérica y la<br />

que posee, desde el punto de vista<br />

lingüístico, un carácter más conservador y<br />

arcaico. A diferencia de otras lenguas<br />

romances, no presenta una gran división<br />

dialectal. En general, los especialistas<br />

distinguen dos grandes zonas:<br />

a) oriental: abarca el centro y el este de<br />

Galicia;<br />

b) occidental (zona costera): se distinguen la<br />

norte (Rías Altas) y la sur (Rías Bajas). Esta<br />

última se caracteriza por la geada y el seseo.<br />

Hay que añadir también la zona de transición<br />

entre el gallego y el astur-leones.


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

Para más información, consultar Moralejo<br />

Álvarez (1977), Rodrigues Lapa (1979),<br />

Alonso Montero (1991). Para el ámbito de la<br />

enseñanza son útiles Cajide Val (1989) y<br />

Rubal Rodríguez (1992).<br />

• EUSKERA<br />

La comunidad <strong>lingüística</strong> del euskera se<br />

encuentra como la del catalán dividida por<br />

una frontera. En el Estado Español se localiza<br />

en Bizkaia, Araba, Gipuzkoa y Nafarroa; en la<br />

Republica Francesa, en la zona suroeste del<br />

departamento de los Bajos Pirineos.<br />

El euskera, en el marco peninsular, se<br />

caracteriza por su gran fragmentación<br />

dialectal. En el siglo XIX, Luis Bonaparte<br />

distinguió seis dialectos: vizcaíno,<br />

guipuzcoano, alto-navarrés, labortano, bajonavarrés<br />

y suletino. La existencia de tantas<br />

variedades <strong>lingüística</strong>s origino la necesidad<br />

de crear una lengua común: el euskera batua<br />

(de bat = uno) que tiene como dialectos base<br />

el guipuzcoano y el labortano, aunque toma<br />

elementos de las otras variantes.<br />

A pesar de algunas discrepancias en la<br />

decisión de elaborar un euskera unificado, en<br />

general se defiende su existencia debido a la<br />

necesidad de contar con una lengua común<br />

en todos los Ámbitos de la vida social.<br />

Para más información, consultar Villasante<br />

1980 y Euskaltzainda 1979.<br />

• VARIEDADES HISTÓRICAS<br />

Todos los textos reflejan características de<br />

los usos de la época en la que se produjeron.<br />

Los cambios lingüísticos no se deben<br />

únicamente a evoluciones fonéticas sino que<br />

también están condicionados por factores de<br />

índole social, política y cultural. Las<br />

invasiones y las migraciones provocan<br />

contactos entre lenguas, del mismo modo<br />

que las etapas de crisis o de esplendor<br />

literario frenan o favorecen el proceso<br />

evolutivo de las lenguas.<br />

Sin afán de exhaustividad, definiremos<br />

solamente las grandes etapas de las lenguas<br />

peninsulares. Para más información existen<br />

numerosos estudios sobre la historia de cada<br />

una de las lenguas y descripciones detalladas<br />

de rasgos lingüísticos en sus respectivas<br />

gramáticas históricas y diccionarios<br />

etimológicos.<br />

•CASTELLANO<br />

Podemos distinguir tres grandes etapas en la<br />

evolución de la lengua castellana: el siglo<br />

XIII, el siglo XVI y el siglo XVIII. En cada<br />

uno de estos periodos se produce una<br />

reforma <strong>lingüística</strong> que servirá para eliminar<br />

las vacilaciones que se producen<br />

previamente a toda época de cambio y para<br />

establecer soluciones definitivas.<br />

a) El siglo XIII: la labor de Alfonso X, el<br />

Sabio.<br />

La obra de este monarca permite establecer<br />

las características fonológico-gráficas, léxicas<br />

y morfo-sintácticas del castellano medieval.<br />

Los textos escritos en lengua romance hasta<br />

este momento presentan vacilaciones<br />

<strong>lingüística</strong>s que, en el siglo XIII, son<br />

regularizadas y sistematizadas, sobre todo a<br />

nivel fonológico, gracias a la concepción que<br />

de la lengua romance poseía el propio<br />

monarca: la lengua de la administración<br />

tenia que ser el castellano, y no el latín; por<br />

lo tanto, era necesario reconocer<br />

oficialmente las lenguas romances.<br />

b) Siglos XVI y XVII<br />

137


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

En la transición de la época medieval a la<br />

moderna, triunfan los fenómenos lingüísticos<br />

que ya habían ido apareciendo a lo largo de<br />

la Edad Media, debido a la imposición de la<br />

norma de Burgos, frente a la toledana de la<br />

época alfonsí. El principal fenómeno<br />

fonológico que se produce en el castellano y<br />

que le conferirá un carácter peculiar es la<br />

aparición de los fonemas /θ/ /x/ por el<br />

ensordecimiento de las parejas sorda/sonora<br />

de las fricativas prepalatales y de las<br />

africadas dentales. Este último proceso tuvo<br />

una solución distinta en el territorio del<br />

andaluz, que provocó la aparición de dos<br />

fenómenos fonéticos característicos del sur<br />

peninsular: el seseo y el ceceo.<br />

La aparición de corpus léxicos de la lengua<br />

castellana y de la Gramática de Nebrija son<br />

muestras del nivel de prestigio que había<br />

adquirido el castellano en esta época. En el<br />

nivel sintáctico se renuncia, en la escritura, a<br />

las construcciones latinas, tan de moda en el<br />

siglo XV.<br />

c) El siglo XVIII<br />

La labor de la R.A.E.L. fundada en 1713,<br />

podría equipararse a la obra de Alfonso X, ya<br />

que intenta normalizar la lengua-española.<br />

Con este objetivo publica el Diccionario de<br />

Autoridades, la Ortografía y la Gramática<br />

castellana. A lo largo de los siglos XIX-XX se<br />

producirá una ampliación del léxico a causa<br />

de la necesidad de buscar significantes para<br />

los nuevos conceptos introducidos por la<br />

tecnología y la ciencia.<br />

Es en este siglo cuando se introducen un<br />

gran número de anglicismos a través de<br />

distintos mecanismos de adaptación léxica.<br />

138<br />

• CATALÁN<br />

Los textos más antiguos que se conservan en<br />

lengua catalana son jurídicos y religiosos y<br />

datan del siglo XII. Las primeras referencias<br />

a la existencia de una lengua románica<br />

diferenciada del latín aparecen en el siglo IX,<br />

por lo que se podría situar el nacimiento de<br />

la lengua alrededor del siglo VI, un siglo<br />

después de las invasiones germánicas.<br />

La lengua catalana tiene componentes de<br />

substrato vasco-ibérico y céltico, y recibió<br />

influencias germánicas posteriores a su<br />

formación que dejaron numerosos prestamos<br />

léxicos. Fue también importante la influencia<br />

del árabe, del occitano y del francés, estos<br />

dos últimos gracias a la literatura y la<br />

proximidad geográfica y política.<br />

La época de mayor independencia y<br />

esplendor político y comercial (siglos XIV y<br />

XV) coincide con el periodo histórico de<br />

mayor estandarización de la lengua era<br />

lengua de corte, administración y leyes y<br />

literariamente conicidió con un renacimiento<br />

precoz debido a las relaciones<br />

mediterráneas.<br />

Durante los siglos XVII y XVIII gran parte de<br />

esas funciones fueron ocupadas por el<br />

castellano y la lengua atravesó un periodo de<br />

crisis que suele llamarse Decadéncia.<br />

La Renaixenca (siglo XIX) supuso una<br />

recuperación del cultivo literario culto y de la<br />

normalización de la lengua, con clara<br />

influencia de superestrato y adstrato del<br />

español. Se denomina catalán pre-normativo<br />

a la lengua vacilante anterior a la obra<br />

normativizadora de Pompeu Fabra (Normes<br />

ortográfiques, 1913; Gramática catalana,<br />

1918; Diccionari General de la Llengua<br />

-<br />

Catalana, 1932), marco inicial de la<br />

consolidación del corpus de la lengua a lo<br />

largo del siglo XX. En el año 1906 también se


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

fundo el Institut d'Estudis Catalans.<br />

•GALLEGO<br />

En una primera etapa, hasta la expansión del<br />

castellano hacia el sur, el gallego poseía<br />

muchos rasgos fonéticos comunes a las<br />

demás lenguas romances peninsulares.<br />

Durante los siglos XII-XIII, el gallego fue una<br />

lengua de prestigio literario, que floreció<br />

sobre todo en la lírica, y se expandió hacia el<br />

sur hasta alcanzar el romance mozárabe.<br />

Esta Lengua única se conoció como gallego-<br />

Portugués. Durante el siglo XV, y debido a la<br />

mayor presencia de nobles castellanos, se<br />

abandono el cultivo literario del gallego-<br />

Portugués y fue substituido por el castellano,<br />

convirtiéndose el gallego en una Lengua<br />

hablada, sobre todo, en el medio rural. En<br />

Portugal el romance inicial evolucionó de<br />

acuerdo con sus propias tendencias,<br />

diferenciándose y convirtiéndose en la lengua<br />

portuguesa.<br />

Durante la segunda mitad del siglo XIX, a<br />

causa del movimiento romántico que<br />

propiciaba el uso de las lenguas vernáculas,<br />

y al igual que sucedió en Catalunya, se<br />

centro nuevamente el interés en la lengua<br />

gallega. Este factor condujo a la creación de<br />

la Academia de la Lengua Gallega en 1906. El<br />

periodo de defensa de la lengua continuó<br />

hasta la guerra civil, momento en el que<br />

muchos intelectuales se exiliaron.<br />

A partir de la década de los 70 se han creado<br />

instituciones, como el Departamento de<br />

Filología Gallega que, junto con la aprobación<br />

del Estatuto de Autonomía, han convertido al<br />

gallego en vehículo literario y administrativo.<br />

•EUSKERA<br />

El euskera es una lengua prerrománica, la<br />

más antigua de la península, que se<br />

diferencia del gallego, del catalán y del<br />

castellano por poseer un origen distinto,<br />

todavía sin determinar. Para unos, parece<br />

estar emparentado con las lenguas<br />

caucásicas; para otros, su procedencia se<br />

situaría en las lenguas habladas en el norte<br />

de África.<br />

El territorio en el que se hablaba euskera no<br />

fue romanizado, a diferencia del resto de la<br />

península, excepto en la parte liana del<br />

actual Euskadi y de Navarra. Con el tiempo,<br />

el castellano se convirtió en el vehículo de la<br />

comunicación escrita y relego el uso del<br />

euskera a la comunicación oral y rural.<br />

Durante los siglos XVI-X VII el euskera se<br />

utilizó principalmente en la literatura<br />

religiosa, como par ejemplo en traducciones<br />

del Nuevo Testamento, catecismos, etc.,<br />

aunque continuó produciéndose una<br />

literatura oral (el "bertsolarismo", poesía<br />

popular improvisada por los poetas orales<br />

o "bertsolaris").<br />

De los siglos XVIII-XIX se conservan algunas<br />

muestras de literatura popular. En 1976 se<br />

aprobó el Estatuto de Autonomía del País<br />

Vasco, que declara la posesión de una lengua<br />

propia y la existencia de la Real Academia de<br />

la lengua Vasca-Euskaltzaindia. Seis años<br />

más tarde se aprobó la "Ley de<br />

normalización del uso del euskera":<br />

•Variedades generacionales<br />

Las diferencias entre los escritos y las hablas<br />

de distintas épocas son también perceptibles<br />

dentro de una misma época. En nuestro<br />

tiempo conviven generaciones diferentes y,<br />

puesto que los miembros que las integran<br />

tiene mayor contacto entre ellos que con las<br />

demás generaciones, desarrollan una serie<br />

139


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

de características que diferencian el uso de la<br />

lengua de cada generación.<br />

En nuestra sociedad cada vez predominan<br />

más las familias nucleares (padres e hijos<br />

exclusivamente), pero hasta hace muy pocos<br />

años, e incluso actualmente en las zonas<br />

rurales, en un mismo hogar convivían<br />

maneras de hablar de tres generaciones<br />

distintas: padres, hijos y nietos, que<br />

mantenían ciertos rasgos diferenciales.<br />

Los más jóvenes, por ejemplo, suelen<br />

desarrollar argots muy ricos y variables. Las<br />

personas de una franja de edad superior<br />

suelen hablar de una manera más parecida a<br />

la de los medios de comunicación, ya que<br />

están en contacto con el mundo del trabajo y<br />

con una vida social distinta de la de sus<br />

hijos. Los abuelos parecen anclados en una<br />

manera de hablar más antigua, con un<br />

mayor número de frases hechas y de<br />

palabras que a menudo son arcaísmos y que<br />

revelan la formación y la visión del mundo<br />

que recibieron antaño.<br />

En general, el lenguaje de la gente joven en<br />

relación con el de la gente más mayor es<br />

más lúdico y creativo, más arriesgado, pero<br />

menos marcado por los modelos de lengua<br />

estándar y por la normativa; es decir,<br />

incorpora fácilmente soluciones <strong>lingüística</strong>s<br />

poco genuinas. Incluso, a veces, la<br />

imaginación de los jóvenes para crear<br />

palabras nuevas contrasta con el<br />

empobrecimiento que supone el uso abusivo<br />

que realizan de vocablos genéricos o<br />

comodines para referirse a una gran cantidad<br />

de significados.<br />

Un claro ejemplo de rasgos diferenciales lo<br />

encontramos en los mensajes publicitarios. El<br />

mundo de la publicidad es lo bastante eficaz<br />

e inteligente como para dirigirse a su<br />

destinatario de la manera más próxima y<br />

efectiva. No utilizan las mismas palabras ni<br />

140<br />

las mismas estructuras los anuncios de ropa,<br />

discos, motos, etc. dirigidos a los más<br />

jóvenes, que los anuncios de productos de<br />

limpieza, coches, medicamentos, etc. Y estos<br />

últimos también son diferentes de los<br />

anuncios de planes de pensiones, de seguros<br />

de jubilación o de mutuas médicas.<br />

VARIEDADES SOCIALES<br />

Ya hemos comentado que apenas existen<br />

estudios sobre las características de la<br />

variedad <strong>lingüística</strong> de grupos sociales<br />

distintos. No obstante, cada uno de nosotros,<br />

por experiencia propia, podemos constatar<br />

algunas diferencias entre maneras de hablar<br />

de grupos distintos. Las personas que tienen<br />

alguna actividad en común comparten<br />

algunas características <strong>lingüística</strong>s. Es<br />

posible que cualquiera de nosotros, por<br />

ejemplo, durante sus actividades diarias<br />

conviva con otros grupos ligeramente o muy<br />

diferenciados. A veces el trabajo, los<br />

estudios, los deportes u otras actividades de<br />

ocio, nos ponen en contacto con gente que<br />

pace un uso diferente y variado de la lengua.<br />

Constataremos principalmente diferencias<br />

léxicas, modas, palabras que se dicen más a<br />

menudo que otras, entonaciones, acentos,<br />

etc.<br />

Sin ánimo de ser científicos o exhaustivos, a<br />

continuación relacionamos algunas<br />

particularidades entre grupos diversos. Por<br />

ejemplo:<br />

-Estudiantes: Entre los estudiantes hay un<br />

uso de la lengua bastante particular, con<br />

transformaciones léxicas ampliamente conocidas:<br />

abreviaturas como mates, filo, lite,<br />

profe, etc. Expresiones como: saltarse o<br />

chuparse una clase, catear, recuperar, pasar<br />

una asignatura, etc.


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

- Jóvenes en general: jóvenes estudiantes y<br />

no-estudiantes tienen en común todas o<br />

algunas características en su uso de la<br />

lengua.<br />

Influencia de la lengua inglesa: longplay,<br />

diskjokey, récord, vocabulario de algunos<br />

deportes, OK, punky, skin, etc.<br />

Uso de palabras comodín con muchos<br />

significados posibles: rollo, pasar de algo,<br />

guay, colega, chachi, pinta, pote, chiringuito,<br />

tío, chabola, agobiar, alucinante, legal,<br />

pasota, loro, marcha, colocarse, enrollar, etc.<br />

Préstamos de otras lenguas: carro<br />

por coche, birra por cerveza, gibe, ciao,<br />

payo, etc.<br />

-Mundo de la delincuencia: las personas que<br />

viven al margen de la ley, actualmente la<br />

mayoría con el comercio de la droga,<br />

generan un amplio argot que les sirve de<br />

autodefensa. Ej.: bola (conseguirla es salir o<br />

librarse de la prisión, libertad), marrón<br />

(alguien que ha pagado injustamente),<br />

chinarse (autolesionarse), farlopa, caballo,<br />

gorna, (droga), chutarse, picarse<br />

(inyectarse), pasma, madero, pitufos<br />

(policía), talego, hotel (prisión), pasar<br />

(vender o traficar), lote (mercancía), luna de<br />

miel (fase de adicción), mono (fase de<br />

desintoxicación), estar limpio (no llevar nada<br />

o haber cumplido una condena), etc. Este<br />

vocabulario es muy variable, y en el<br />

momento en que es demasiado conocido,<br />

pierde su función primordial.<br />

- Militantes de grupos políticos: Utilizan<br />

mucho léxico propio, sobre todo para hablar<br />

de militantes de otros grupos: sociatas<br />

(militantes del partido socialista), populares<br />

(de PP), macacos (del Movimiento<br />

Comunista), prosoviéticos, anarcos<br />

(anarquistas), ecolos (ecologistas), troscos<br />

(trosquistas), kumbayás (jóvenes cristianos),<br />

fachas (fascistas), etc; para referirse a la<br />

policía usan palabras como: pasma, pitufos,<br />

picoleto, guripa, tocinera; y algunas<br />

abreviaciones: mani (manifestación), etc.<br />

Cualquier grupo que tenga una actividad en<br />

común genera de manera muy espontánea<br />

su vocabulario, que generalmente se<br />

produce por un proceso de substitución<br />

léxica una palabra por otra o de ampliación o<br />

restricción del significado de una palabra de<br />

la lengua común o de otra lengua.<br />

Los colegas de una misma profesión o<br />

actividad generan formulas alternativas a la<br />

lengua común y utilizan un repertorio léxico<br />

que a menudo es difícil de entender por un<br />

profano en la materia. Esto ocurre no porque<br />

las palabras pertenezcan a un vocabulario<br />

técnico de la especialidad, sino por<br />

fenómenos que se nos escapan (la<br />

familiaridad, la economía, la<br />

autodiferenciación, la complicidad, etc.). Un<br />

ejemplo: los autores de este libro habían<br />

trabajado juntos en un despacho y recuerdan<br />

haber usado, seguramente por una intención<br />

lúdica, frases como ¿Me pasas el pintauñas?<br />

(corrector líquido de clisés) o bien ¿Quien se<br />

la llevado el pintalabios? (barra de<br />

pegamento). ¿Alguna vez habeis oído como<br />

hablan dos diseñadores? ¿Y dos fanáticos<br />

usuarios de la informática? ¿Los entendéis<br />

perfectamente?<br />

La mutabilidad rápida que presentan y los<br />

ámbitos reducidos en los que se generan,<br />

dificultan el estudio de las variedades sociales.<br />

141


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

VARIEDADES<br />

REGISTROS<br />

FUNCIONALES O<br />

Los factores que determinan las diferencias<br />

<strong>lingüística</strong>s entre los registros son<br />

básicamente los cuatro factores que podemos<br />

diferenciar en una situación comunicativa: el<br />

tema, el canal, el propósito y el nivel de<br />

formalidad.<br />

El tema del que se habla caracteriza<br />

básicamente el vocabulario y las estructuras<br />

sintácticas de un texto. Para hablar o escribir<br />

sobre temas generales se utilizan palabras<br />

corrientes y estructuras más básicas. Cuando<br />

se tratan temas especializados se hace un<br />

uso más preciso del vocabulario, se suelen<br />

usar palabras especializadas o técnicas y<br />

cultismos, y se utilizan oraciones más<br />

complejas. En el extremo de los niveles de<br />

especialización encontramos los textos<br />

técnicos y científicos, caracterizados<br />

principalmente por el uso de la terminología<br />

específica de una área de la ciencia, de la<br />

técnica o del conocimiento.<br />

Sin embargo, el mismo tema puede tener un<br />

tratamiento general o especializado. Por<br />

ejemplo, un medico explica al paciente su<br />

142<br />

enfermedad con palabras distintas de las que<br />

utilizará posteriormente para hablar de ello<br />

con sus colegas. Entre nosotros podemos<br />

decir que no podemos dar clase porque<br />

tenemos dolor de garganta, pero en el<br />

certificado de baja que llevemos al centro<br />

seguramente figurará la palabra faringitis.<br />

El canal de comunicación es el medio a<br />

través del cual nos comunicamos. Se suelen<br />

distinguir dos canales básicos para el<br />

lenguaje verbal: el canal escrito y el canal<br />

oral. Generalmente, la lengua oral es más<br />

espontánea y menos controlada que la<br />

lengua escrita. De la misma manera<br />

podemos distinguir varios grados de<br />

espontaneidad dentro de cada uno de los<br />

canales. Hay que distinguir entre oral<br />

espontàneo (una conversación con amigos) y<br />

oral no-espontàneo.<br />

(un discurso, una conferencia, un noticiario,<br />

etc.). Hay también contactos entre los dos<br />

canales; por ejemplo, una obra de teatro es<br />

un texto escrito para ser representado<br />

oralmente (consultar Pág. 93).<br />

Los medios tecnológicos actuales han<br />

ampliado, por un lado, las posibilidades de<br />

usar canales diferentes (télex, teléfono,<br />

módem, radio, fax) y, por otro, llevan a<br />

replantear las diferencias que caracterizaban<br />

a ambos canales. Por ejemplo, la lengua oral<br />

es generalmente simultánea y la lengua<br />

escrita, diferida. Actualmente podemos escuchar<br />

un texto oral en diferido o podemos<br />

recibir un texto escrito por fax de manera<br />

casi instantánea.<br />

Un texto se produce con un propósito o<br />

intención determinados: informar,<br />

convencer, divertir, criticar, etc. Desde este<br />

punto de vista existen dos grandes tipos de<br />

textos o de registros: los objetivos y los<br />

subjetivos, según la carga subjetiva que


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

aporta el emisor. Un libro de texto o un texto<br />

divulgativo utilizan un lenguaje muy<br />

diferente del de una crítica de teatro o un<br />

artículo de opinión.<br />

El nivel de formalidad o tenor interpersonal<br />

marca el grado de relación existente entre el<br />

emisor y el receptor de un mensaje. No nos<br />

dirigimos igual a un amigo de toda la vida<br />

que a una autoridad municipal o al jefe de<br />

nuestra empresa; no hablamos de la misma<br />

manera al director del centro cuando<br />

tenemos con el una relaciòn laboral que<br />

cuando charlamos durante la cena de fin de<br />

curso. Es el nivel de formalidad (además de<br />

otros componentes actitudinales y culturales)<br />

lo que nos hace dirigirnos a los desconocidos<br />

con el tratamiento de Usted, sobre todo si<br />

son mayores que nosotros. No utilizan el<br />

mismo lenguaje los textos que se dirigen a<br />

un grupo pequeño y homogéneo (el boletín<br />

de un club social) que los que se dirigen a un<br />

gran público heterogéneo (un noticiario de<br />

televisión).<br />

Unos registros determinados suelen asociarse<br />

con una determinada variedad. En general,<br />

los registros más coloquiales hacen uso de la<br />

variedad dialectal propia del hablante, que<br />

optara por el uso del estándar en los<br />

registros más formales. Los cuadros<br />

siguientes presentan las asociaciones más<br />

habituales entre variedades y registros.<br />

El desarrollo social (la sociedad industrial, los<br />

medios de comunicación de masas, etc.) ha<br />

conllevado la aparición de nuevas situaciones<br />

comunicativas y, por lo tanto, de nuevos<br />

registros. Un hablante también amplía<br />

paulatinamente su experiencia y su<br />

formación, o bien varían sus circunstancias y<br />

entra en contacto con mundos nuevos.<br />

(Técnica, informática, nuevos deportes);<br />

necesita, por lo tanto, ampliar su repertorio<br />

lingüístico.<br />

Una de las principales funciones de la<br />

enseñanza de la lengua, y de la enseñanza<br />

en general, es la maduración de los alumnos<br />

143


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

en dos sentidos: la ampliación de su abanico<br />

de registros y la adquisición de<br />

conocimientos y estrategias para identificar<br />

que registro es el más adecuado para cada<br />

situación comunicativa. La adquisición de la<br />

competencia comunicativa implica también la<br />

adquisición de criterios y de normas sociales<br />

que determinan la elección de la variedad y<br />

el registro adecuado para cada situación.<br />

Se puede encontrar más información en Marí<br />

(1986a) y en Gregory y Carroll (1978).<br />

LA VARIEDAD ESTÁNDAR<br />

El estándar es la variedad de la comunicación<br />

interdialectal. Tiene la función de facilitar la<br />

comunicación entre los diversos hablantes de<br />

una lengua y es el modelo lingüístico de<br />

referencia para las demás variedades. Las<br />

comunicaciones intradialectales se pueden<br />

realizar en la variedad dialectal propia de los<br />

usuarios implicados. En cambio, las<br />

comunicaciones entre hablantes de distintos<br />

dialectos necesitan un cierto grado de<br />

aproximación que facilite la comprensión al<br />

máximo.<br />

Otras funciones que realiza el estándar son:<br />

prestigiadora, participativa, y marco de<br />

referencia para la corrección. Estas funciones<br />

se corresponden con actitudes socio<strong>lingüística</strong>s<br />

del hablante, como muestra el<br />

siguiente esquema extraído de Cassany y<br />

Marí (1990):<br />

144<br />

La lengua estándar se configura<br />

paulatinamente a medida que existen<br />

comunicaciones de tipo general entre toda la<br />

comunidad <strong>lingüística</strong>. Es, por lo tanto, una<br />

variedad supradialectal y la variedad menos<br />

marcada por rasgos sociales, geográficos o<br />

históricos.<br />

Con criterios científicos, la elaboración del<br />

estándar debería escoger las soluciones<br />

<strong>lingüística</strong>s genuinas y más comunes a todo<br />

el dominio geográfico y a todo el abanico de<br />

grupos sociales que conviven en el. Sin<br />

embargo, la historia de las lenguas nos<br />

demuestra a menudo que el estándar se<br />

suele identificar con la variedad dominan lo<br />

geográficamente (centro en relación con<br />

periferia, norte en relación sur, ciudad en<br />

relación con pueblo), socialmente (la<br />

variedad de la clase dominante y de los<br />

profesionales de la cultura), y generacionalmente<br />

(de la banda de edad que tiene más<br />

participación directa en los centros de poder<br />

y en los medios de comunicación).


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

El prestigio de una variedad sobre las demás<br />

y la relación entre los hablantes de una<br />

variedad y los de otra son factores que<br />

pueden condicionar la evolución de la lengua<br />

estándar. La variedad prestigiosa tiende a<br />

sustituir a las demás en muchos casos y<br />

funciones, con lo que se puede producir un<br />

empobrecimiento del repertorio lingüístico en<br />

general. Por ejemplo, las variedades<br />

urbanas, dominantes demográficamente,<br />

pueden llegar a difundir soluciones<br />

<strong>lingüística</strong>s poco genuinas que sustituyen a<br />

otras que hasta entonces habían sido<br />

habituales en las variedades rurales.<br />

Es trabajo de los estudiosos de la lengua, y<br />

de los enseñantes en general, favorecer un<br />

equilibrio que reste importancia a la inercia<br />

que lleva a que una variedad determinada se<br />

muestre como único estándar válido para<br />

ciertas funciones. La enseñanza debe<br />

enriquecer de manera cuantitativa y<br />

cualitativa el modelo de lengua estándar, por<br />

una parte incorporando soluciones y, por<br />

otra, presentando como modelos validos<br />

todas aquellas modalidades y todos aquellos<br />

rasgos que pertenezcan a un grupo amplio de<br />

hablantes.<br />

La creación del modelo de lengua estándar<br />

puede contar con la contribución y las<br />

aportaciones de soluciones <strong>lingüística</strong>s<br />

procedentes; de diversos grupos sociales,<br />

geográficos o de épocas diversas. Además, el<br />

estándar puede admitir también ciertos<br />

matices, es decir, incluso cuando un<br />

hablante opta por no usar la variedad<br />

dialectal propia en favor del estándar,<br />

mantiene unos rasgos propios<br />

(pronunciación, entonación, algún rasgo<br />

léxico o morfológico, etc.).<br />

De hecho, el estándar, además de cumplir la<br />

función de comunicación interdialectal, puede<br />

incluir todos los elementos diferenciadores<br />

que no afecten a la comprensión. De la<br />

misma manera que el timbre de voz, el<br />

volumen o el ritmo no afectan a la<br />

intercomprensión del mensaje, factores<br />

como la pronunciación, los rasgos<br />

morfológicos regulares o la mayoría de<br />

opciones léxicas sinónimas ampliamente<br />

conocidas (caserío/masía,<br />

alubias/habichuelas, muchacha/chica,<br />

demorarse/ tardar...) no son ningún<br />

obstáculo para la intercomunicación. Se<br />

puede afirmar, por lo tanto, que en la<br />

mayoría de lenguas la variedad estándar<br />

presenta ciertas modalidades, es decir,<br />

algunos rasgos opcionales generalmente<br />

determinados por factores geográficos.<br />

Tradicionalmente la lengua estándar se<br />

identificaba con la lengua literaria. Los textos<br />

escritos eran un modelo y el principal medio<br />

de comunicación. Actualmente, la gran<br />

importancia de los medios de comunicación<br />

orales hace que esta identificación haya<br />

quedado desfasada. La causa por la cual las<br />

lenguas gallega, vasca y catalana tienen aun<br />

ciertas dificultades para consolidar un<br />

modelo de lengua estándar es que durante<br />

mucho tiempo la lengua castellana ha ocupado<br />

los espacios de comunicación más<br />

,general que pertenecían a aquellas.<br />

Desde el punto de vista de un hablante, el<br />

estándar es la variedad que aprendió<br />

básicamente en la escuela, la que incluye la<br />

normativa y la que pertenece a los diversos<br />

usos públicos y formales de la lengua; es el<br />

modelo de lengua que utiliza cuando deja a<br />

un lado los rasgos más locales de su<br />

variedad, manteniendo una cierta identidad<br />

que puede servir a los receptores para<br />

identificar su origen. Es evidente que estas<br />

características son casi imperceptibles en la<br />

lengua escrita y más evidente en la lengua<br />

oral.<br />

145


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

La enseñanza de la lengua, además de ser<br />

uno de los canales de transmisión de la<br />

lengua estándar, debe tender a facilitar a los<br />

alumnos criterios de selección de la variedad<br />

propia o estándar según la situación<br />

comunicativa. También es muy importante<br />

que transmita actitudes de lealtad y de<br />

respeto e interés hacia la propia variedad y a<br />

la de los demás hablantes y, en definitiva,<br />

hacia otras maneras de hablar una lengua.<br />

En este sentido, uno de los objetivos<br />

terminales de un conocimiento suficiente de<br />

la lengua es el dominio pasivo del máximo de<br />

variedades y el domino activo de las<br />

variedades propia y estándar.<br />

Finalmente, el estándar es también la forma<br />

internacional de una lengua, la variedad que<br />

aprende un estudiante de segunda lengua o<br />

un hablante no-nativo, y a partir de la que<br />

irá configurando para los usos más<br />

coloquiales una variedad más cercana al<br />

grupo de personas con las que conviva.<br />

Para más información, consultar Marí<br />

(1986b) y Villasante (1980).<br />

DIDÁCTICA DE LA DIVERSIDAD<br />

LINGÜÍSTICA<br />

A nuestro entender, el enfoque didáctico de<br />

la diversidad socio<strong>lingüística</strong> es básicamente<br />

actitudinal y empieza desde los primeros<br />

años de vida. Los niños, por ejemplo, deben<br />

deducir que su lengua no es la "lengua" y<br />

que los demás no hablan de una manera<br />

extraña, sólo de una manera distinta. Hay<br />

que transmitir y promover una actitud que<br />

sea capaz de comprender la diversidad<br />

<strong>lingüística</strong> como natural y fomentar el<br />

respeto hacia todas las lenguas y hacia todas<br />

las variedades. Diferente no quiere decir<br />

extraño.<br />

A medida que un alumno desarrolle su<br />

146<br />

dominio de la lengua, también podrá conocer<br />

la diversidad de una manera más global. La<br />

escuela debe facilitar criterios para saber qué<br />

variedad dialectal propia o estándar y que<br />

registro se tiene que usar según la situación<br />

de comunicación. También debe fomentar el<br />

interés par conocer otras lenguas y otras<br />

culturas, así como transmitir estrategias para<br />

comprender los dialectos ajenos al propio.<br />

Debemos superar el modelo unilingüístico y<br />

uniformizante que el franquismo imprimió en<br />

la enseñanza, y adoptar un punto de vista<br />

más pluralista y tolerante, más respetuoso<br />

con la realidad.<br />

La enseñanza de la lengua tiene que ayudar<br />

a configurar en los alumnos un repertorio<br />

lingüístico rico, variado y creativo que les<br />

sirva para aumentar y diversificar sus<br />

posibilidades de interacción social En este<br />

sentido, saber lengua o gramática significa<br />

dominar los usos orales y escritos del mayor<br />

número posible de dialectos y de registros. El<br />

alumno más preparado <strong>lingüística</strong>mente es el<br />

que puede hablar y escribir en su variedad<br />

dialectal propia y en el estándar correspondiente,<br />

con varios registros, y también el que<br />

puede comprender otras variedades distintas<br />

a la suya.<br />

A nivel práctico esto se traduce en llevar la<br />

diversidad al aula. Los textos que el alumno<br />

debe comprender y producir tienen que ser<br />

tan variados y tan reales como sea posible.<br />

La enseñanza de la lengua puede transmitir<br />

sólo un modelo de lengua, ni puede tener la<br />

excusa de preservar la lengua de los<br />

alumnos de influencias "externas"<br />

falsamente empobrecedoras. A continuación<br />

se presentan algunas propuestas:<br />

- Seleccionar los textos que el alumno tiene<br />

que leer o escuchar, de manera que sean<br />

representativos del máximo número de


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

variedades y de registros lingüísticos.<br />

Proponer actividades didácticas orales y<br />

escritas en las que el alumno tenga que<br />

escoger entre el uso de la variedad dialectal<br />

propia o estándar y deba producir diversos<br />

registros. Proponer actividades de cambio de<br />

registro de un texto a partir del cambio de<br />

alguno de los factores de la situación que lo<br />

determinan.<br />

Proponer actividades en las que el alumno<br />

deba identificar rasgos diferenciales de<br />

variantes no-propias. Por ejemplo, ¿cómo<br />

sabemos que un determinado hablante es<br />

andaluz, madrileño o santanderino?, ¿en que<br />

se nota?, ¿cuales son las características más<br />

evidentes y fáciles de reconocer de estos<br />

dialectos? O, desde otro punto de vista, ¿en<br />

qué se diferencia la forma de hablar el<br />

castellano de catalanes, vascos y gallegos?<br />

- Promover el contacto con personas de<br />

variedades diversas (viajes, correspondencia,<br />

audio-visuales, etc.).<br />

- Promover el contacto con hablantes de<br />

lenguas diversas.<br />

-Reemplazar, en general, el concepto de<br />

corrección por el de adecuación en lo que se<br />

refiere a la valoración de la expresión oral y<br />

escrita de los alumnos.<br />

-Transmitir el concepto de adecuación para<br />

que los alumnos posean criterios para valorar<br />

los textos de otras personas o de los medios<br />

de comunicación.<br />

-Hablar explícitamente de prejuicios<br />

lingüísticos en clase. Comentarlos, buscar<br />

ejemplos y pedir a los alumnos que<br />

expongan su propia opinión sobre el tema.<br />

-Evitar la identificación de alguna variedad<br />

con la lengua general. Transmitir de manera<br />

implícita y explícita que cualquier hablante<br />

usa un dialecto y que todos los dialectos son<br />

validos desde el punto de vista lingüístico.<br />

En el apartado siguiente (8.3.<br />

"Socio<strong>lingüística</strong>") se dedica una sección a<br />

las actitudes, donde se pueden ampliar estas<br />

propuestas con una visión más global.<br />

PARA LEER MÁS<br />

GREGORY, Michael; CARROLL, Susan.<br />

Lenguaje y situación. México. Fondo de<br />

Cultura Económica, 1978.<br />

Análisis detallado de la variación<br />

socio<strong>lingüística</strong> debida a la situación.<br />

• Castellano:<br />

ZAMORA VICENTE, Alonso. Dialectología<br />

española. Madrid. Credos 1960. (4 a<br />

reimpresión, 1980).<br />

Clásico manual sobre los dialectos del<br />

castellano.<br />

•Catalán<br />

ALEGRE, M. Dialectología catalana.<br />

Barcelona. Teide, 1990.<br />

Breve y moderno manual sobre los dialectos<br />

del catalán.<br />

BADIA I MARGARIT, Antoni. Llengua i cultura<br />

als Paϊsos Catalans. Barcelona. Ed. 62, 1964.<br />

Breve introducción a la lengua y a la cultura<br />

catalana.<br />

• Gallego:<br />

GARCIA, Constantino. Temas de <strong>lingüística</strong><br />

galega. La Coruña. Biblioteca gallega, 1985.<br />

ALONSO MONTERO, Xesús. Informes sobre a<br />

lingua galega. Presente e<br />

pasado. Edicións do Cumio. Vilaboa<br />

(Pontevedra), 1991.<br />

Dos visiones socio<strong>lingüística</strong>s sobre la<br />

situación actual del gallego.<br />

•Euskera:<br />

EUSKALTZAINDA. Conflicto lingüístico en<br />

147


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

Euskadi. Bilbao. Argitaletxea 1979.<br />

Descripción socio<strong>lingüística</strong> de los procesos<br />

de sustitución y de normalización de la<br />

lengua vasca, firmada por la. Real Academia<br />

de la Lengua Vasca.<br />

URKIZU, P. Lengua y literatura vasca.<br />

Donostia. Haranburu ed., 1978. Sucinta<br />

descripción de las principales características<br />

de la lengua vasca, con algunas muestras<br />

ilustres de su literatura.<br />

COLLINS, R. Los vascos. Madrid. Espasa-<br />

Calpe, 1985. Aproximación histórica y<br />

sociológica a la cultura vasca.<br />

LA LENGUA COMO HECHO SOCIAL<br />

Quien haya tenido la suerte de poder conocer<br />

y aprender lenguas alejadas, sabe por<br />

experiencia que para comunicarse en un<br />

nuevo idioma hay que aprender mucho más<br />

que algunos sonidos, letras o formas<br />

gramaticales. Hay que saber cómo vive la<br />

gente que habla esa lengua, como se<br />

relaciona entre si y, sobre todo, que usos<br />

hacen del instrumento verbal de<br />

comunicación.<br />

Una amiga que se casó con un joven japonés<br />

y que vivió durante un tiempo en Japón nos<br />

explicaba que en japonés tenía que usar<br />

pronombres distintos según si se dirigía a la<br />

abuela de su marido, a su madre o a su<br />

hermana. No hacerlo así suponía una grave<br />

infracción de los códigos de respeto y<br />

tratamiento de la sociedad japonesa. En un<br />

contexto más cercano, todos hemos podido<br />

detectar que el gran número de veces que<br />

los ingleses dicen "sorry" durante el día no<br />

tiene nada que ver con el uso de la palabra<br />

"perdón" en castellano, ya que tenemos<br />

normas de comportamiento y de educación<br />

bastante diferentes. En este sentido, la sutil<br />

148<br />

distinción entre "excuse me", "sorry" y "I'm<br />

terribly sorry" es de difícil comprensión si no<br />

se explica y ejemplifica.<br />

La situación no varía sustancialmente si se<br />

trata de una primera lengua. El alumno ya<br />

conocerá los usos y las normas básicas de su<br />

habla, pero todavía necesitara una reflexión<br />

profunda sobre la realidad multilingüe, sobre<br />

el contacto entre lenguas y hablantes de<br />

diversas culturas. La disciplina que estudia<br />

todos estos factores y que ayuda a<br />

comprender esta compleja realidad es la<br />

socio<strong>lingüística</strong>.<br />

La socio<strong>lingüística</strong> es una ciencia<br />

interdisciplinaria que se originó en los Estado<br />

Unidos de América y en Canadá a principios<br />

de los años 50 y que estudia las relaciones<br />

mutuas entre lengua y sociedad. Los<br />

estudios sociales del lenguaje arrancan de<br />

las investigaciones procedentes de diferentes<br />

disciplinas: la propia <strong>lingüística</strong> con estudios<br />

históricos y geográficos, la sociología, la<br />

etnografía, la antropología, el estudio de la<br />

conducta, etc. Según el punto de partida del<br />

enfoque, las denominaciones de este estudio<br />

social de la lengua son diversas: sociología<br />

del lenguaje, <strong>lingüística</strong> social,<br />

socio<strong>lingüística</strong>, etc.<br />

Según Hymes (1967), la socio<strong>lingüística</strong> se<br />

basa en el hecho que los seres humanos se<br />

comunican y producen el lenguaje dentro de<br />

un grupo, y fija su atención en la variabilidad<br />

de este código verbal, condicionada por las<br />

circunstancias sociales. Este teórico introdujo<br />

el concepto de competencia comunicativa,<br />

que amplía considerablemente el concepto<br />

de competencia <strong>lingüística</strong>, y que es de<br />

orientación más funcional y contextual, ya<br />

que considera la actividad <strong>lingüística</strong> como<br />

interacción social y viceversa (ver pan 85).<br />

Este concepto ha sido decisivo para las


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

teorías más innovadoras de aprendizaje de la<br />

lengua y para los métodos didácticos más<br />

recientes.<br />

Así pues, se debe interpretar el uso de la<br />

lengua bajo parámetros sociológicos,<br />

relacionar las conductas <strong>lingüística</strong>s con<br />

factores como el estatus social, el rol<br />

adquirido en un contexto, la profesión, el<br />

sexo, etc. y otras condiciones de situación<br />

social. Algunos de los temas de estudio más<br />

importantes de la socio<strong>lingüística</strong> han sido los<br />

siguientes:<br />

- teorías <strong>lingüística</strong>s y del texto con<br />

componentes pragmáticos, relacionados con<br />

factores sociales y situacionales;<br />

-estratos de lengua y estatus de los medios<br />

de comunicación;<br />

-determinaciones<br />

lingüísticos;<br />

sociales de los usos<br />

- transformaciones históricas y sociales de<br />

los sistemas y de los usos lingüísticos;<br />

- normalización, planificación, política y<br />

lealtad <strong>lingüística</strong>;<br />

- roles sociales, motivación, repertorios<br />

<strong>lingüística</strong>s, lenguaje y percepción, lenguaje<br />

e identidad personal;<br />

-ecología evolutiva de la comunicación,<br />

lenguaje y cultura;<br />

-socialización,<br />

social, etc.<br />

aculturación, interacción<br />

Un único vistazo a estos temas ya nos da una<br />

idea de la gran importancia de la<br />

socio<strong>lingüística</strong>, y también de su capacidad<br />

como ciencia para facilitarnos conceptos y<br />

elementos para analizar y comprender la<br />

realidad <strong>lingüística</strong> y social tan compleja de<br />

nuestro país.<br />

La socio<strong>lingüística</strong> y la sociología del lenguaje<br />

suponen un enfoque mucho más amplio del<br />

estudio de la lengua con respecto a los<br />

estudios gramaticales, que se centran sobre<br />

todo en el código y en sus reglas de<br />

funcionamiento. 0 sea, el lenguaje, además<br />

de su función referencial, tiene una función<br />

socio-interactiva, eminentemente pragmática<br />

y comunicativa.<br />

Según Labov, la socio<strong>lingüística</strong> tiene como<br />

campo de estudio todos los temas<br />

relacionados con el uso, las funciones y la<br />

situación comunicativa, y debe completar el<br />

análisis de las estructuras <strong>lingüística</strong>s. En su<br />

obra (1966, 1969) se fijan una serie de<br />

búsquedas empíricas y métodos cuantitativos<br />

sobre la variación y el cambio lingüísticos.<br />

Según Fishman 1968, la conducta social<br />

representa siempre el contexto necesario<br />

para la conducta <strong>lingüística</strong>; las sociedades<br />

dependen del lenguaje como medio de<br />

comunicación y/o interacción. Por lo tanto,<br />

las conductas <strong>lingüística</strong>s y las conductas<br />

sociales pueden tener múltiples correlaciones<br />

regulares y observables.<br />

Hymes 1967, que utiliza la denominación de<br />

sociología del lenguaje, intenta definir su<br />

campo de estudio desde estos<br />

planteamientos: la sociología del lenguaje<br />

intenta comprender quien habla a quien, en<br />

que variedad <strong>lingüística</strong>, donde, cuándo y<br />

sobre que tema, que intención explícita e<br />

implícita tiene el discurso y que<br />

consecuencias sociales se derivan de él.<br />

Considera un problema fundamental la<br />

formulación de las reglas contextuales de<br />

adecuación que dirigen la selección de las<br />

variantes <strong>lingüística</strong>s, condicionada por la<br />

situación.<br />

Durante los-últimos años los métodos<br />

sociolingüísticos de investigación y análisis<br />

se han perfeccionado en el estudio del uso<br />

de las lenguas y de los cambios de uso. Se<br />

han definido variables sociales (edad, sexo,<br />

clase social, profesiones, etc.) y ámbitos<br />

149


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

(público/privado, trabajo/ocio, etc.) que<br />

ayudan a interpretar los comportamientos<br />

lingüísticos de los individuos y de las<br />

comunidades.<br />

Especialmente en Euskadi, Galicia, País<br />

Valencia y Catalunya hay importantísimas<br />

aportaciones de estudiosos en el campo de la<br />

socio<strong>lingüística</strong>. Sin duda, lo que motiva sus<br />

trabajos es la situación de contacto de<br />

lenguas que caracteriza a estos territorios<br />

desde hace siglos, además de una coyuntura<br />

política que todavía margina la lengua dentro<br />

de su propio territorio. Esta diversidad de<br />

estudios genera polémica y tendencias<br />

irreconciliables, ya que en ellos se pueden<br />

encontrar posturas catastrofistas, realistas e<br />

incluso optimistas, que se traducen en<br />

conceptos incompatibles para explicar una<br />

misma realidad.<br />

A pesar de esta diversidad de puntos de vista<br />

en la interpretación de los fenómenos de<br />

lenguas en contacto, las aportaciones de la<br />

socio<strong>lingüística</strong> han sido cada vez más<br />

reconocidas por los estudios lingüísticos. La<br />

socio<strong>lingüística</strong> es una asignatura en muchas<br />

universidades del estado español y<br />

prácticamente no hay estudios de lengua que<br />

no tengan en cuenta su dimensión social.<br />

Además, las investigaciones han ido<br />

perfeccionando su metodología. No cabe<br />

duda de que las aportaciones de esta ciencia<br />

social han sido y son imprescindibles para<br />

definir criterios y objetivos en la<br />

normalización <strong>lingüística</strong> y en la enseñanza.<br />

Es necesario que los alumnos de lengua y<br />

todos los hablantes comprendan el hecho<br />

comunicativo como hecho social, como un<br />

intercambio donde interviene una proporción<br />

importante de elementos no lingüísticos:<br />

quien emite el mensaje, a quien se dirige,<br />

con qué intencionalidad, por medio de qué<br />

estrategias, en qué contexto inmediato y en<br />

150<br />

qué entorno social. Toda esta serie de<br />

relaciones sociales y personales determinan<br />

los actos y los usos lingüísticos.<br />

En referencia a las actitudes de enseñantes y<br />

alumnos, la socio<strong>lingüística</strong> tiene especial<br />

importancia porque aporta elementos de<br />

juicio para que unos y otros puedan adquirir<br />

una actitud crítica respecto a los procesos de<br />

cambio lingüístico, de contacto de lenguas o<br />

de penetración de idiomas francos como el<br />

inglés o el francés. En definitiva, tener<br />

conocimientos de socio<strong>lingüística</strong> puede<br />

ayudarnos a comprender mejor la realidad<br />

plurilingüe del estado español, a respetar<br />

todos los idiomas y las personas que los<br />

hablan, a tener interés en aprender<br />

segundas y terceras lenguas, o a adoptar<br />

una postura critica ante las manipulaciones<br />

políticas que demasiado a menudo sufren las<br />

lenguas y sus comunidades.<br />

CONCEPTOS BÁSICOS<br />

A continuación se intentan definir algunos<br />

conceptos que pueden ser útiles para la<br />

tarea docente. A menudo unos mismos<br />

conceptos hacen referencia a realidades<br />

diversas, también otros conceptos se<br />

presentan como un fenómeno positivo desde<br />

unos puntos de vista y negativo desde otros.<br />

•Ámbito de uso: Conjunto de situaciones<br />

sociales en que se usa una determinada<br />

lengua.<br />

•Comunidad <strong>lingüística</strong>: Grupo de personas<br />

que comparten una lengua, o sea, que se<br />

relacionan mediante un mismo conjunto de<br />

signos lingüísticos. El uso de este sistema de<br />

signos diferencia este núcleo o grupo social<br />

de los demás grupos. Algunos autores distinguen<br />

con mayor precisión entre comunidad<br />

de habla y comunidad <strong>lingüística</strong>. Este último<br />

término sería equivalente a comunidad


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

idiomática, es decir, al conjunto de personas<br />

que utilizan la misma lengua, incluso si no<br />

comparten el mismo contexto geográfico,<br />

cultural o social (es el caso de las lenguas<br />

más usadas en comunicaciones<br />

internacionales o más extendidas<br />

actualmente). En cambio, se cita el término<br />

comunidad de habla cuando una determinada<br />

comunidad comparte una competencia<br />

<strong>lingüística</strong>, enmarcada dentro de una<br />

competencia comunicativa; o sea, cuando no<br />

solo hay conocimiento de la lengua y de la<br />

gramática, sino también un conocimiento<br />

más amplio que incluye las normas sociales<br />

que regulan las situaciones comunicativas.<br />

La comunidad <strong>lingüística</strong> suele compartir un<br />

territorio y una historia, además de ciertos<br />

referentes culturales y de la conciencia de<br />

pertenecer a un mismo grupo.<br />

•Bilinguismo: Este ha sido uno de los<br />

conceptos más polémicos en socio<strong>lingüística</strong>,<br />

y concretamente en nuestro país. El<br />

bilingüismo se ha considerado durante<br />

mucho tiempo como el dominio equivalente<br />

de dos lenguas. Sin embargo, bilingüismo y<br />

multilingüísmo son sinónimos de lenguas en<br />

contacto y se caracterizan por la práctica de<br />

utilizar alternadamente dos lenguas. En<br />

Catalunya, Badia i Margarit (1964) distinguió<br />

el bilingüismo individual o natural (adquirido<br />

generalmente por los hijos de parejas mixtas<br />

<strong>lingüística</strong>mente que no abandonan ninguna<br />

de las dos lenguas) del bilingüismo ambiental<br />

(alternancia de lenguas con un grado de<br />

especialización de funciones para cada una),<br />

ya muy cercano al concepto de diglosia.<br />

El bilingüismo como fenómeno social es tan<br />

antiguo como la propia diversidad de<br />

lenguas. A lo largo de toda la historia de la<br />

humanidad ha habido individuos y<br />

situaciones que alternaban el uso de más de<br />

una lengua. De otro modo no se explicarían<br />

hechos como las relaciones comerciales, la<br />

navegación, las conquistas o las guerras.<br />

El estudio del bilingüismo sobrepasa el<br />

interés lingüístico. Según Mackey (1976),<br />

hay que distinguir el bilingüismo como<br />

fenómeno individual y el contacto<br />

interlingüístico como manifestación de grupo.<br />

Es cierto que el conocimiento activo o pasivo<br />

de dos o más lenguas por parte d e un<br />

individuo se podría ver simplemente como un<br />

fenómeno positivo y enriquecedor. Pero se<br />

prefieren palabras como poliglotismo para<br />

hacer referencia a ello, ya que cuando el uso<br />

de una u otra lengua esta mediatizado por<br />

fenómenos sociales (y no por criterios de<br />

comunicabilidad con el interlocutor, por<br />

ejemplo), y cuando conviven dos<br />

comunidades y sólo una de ellas conoce las<br />

dos lenguas, el termino bilingüismo esconde<br />

realidades de conflicto social, de hegemonía<br />

de un grupo sobre otro y de sustitución<br />

<strong>lingüística</strong>.<br />

•Diglosia: El término diglosia fue usado<br />

originariamente por Ferguson (1959) para<br />

referirse al grado de distanciamiento que se<br />

producía en algunas comunidades<br />

<strong>lingüística</strong>s entre las variedades coloquiales<br />

de la lengua y los modelos usados en<br />

ámbitos de alto prestigio. Existe un desfase<br />

entre una variedad considerada culta o más<br />

alta y todas las demás, que funcionan en<br />

ámbitos distintos, a menudo jerárquicamente<br />

establecidos. Es el caso, por ejemplo, de las<br />

comunidades árabes que emplearon, a partir<br />

de un determinado momento, el árabe<br />

clásico, como lengua de cultura, muy alejado<br />

de los diverosos árabes coloquiales de<br />

distintos países. El término fue usado<br />

posteriormente por Fishman (1967) para<br />

incluir también la alternancia de otra lengua.<br />

151


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

De este modo, una situación de diglosia seria<br />

aquella en que, en una misma comunidad<br />

<strong>lingüística</strong>, una lengua A ocupa los ámbitos<br />

de comunicación altos (administración,<br />

escuela, televisión, radio, periódicos),<br />

mientras que otra lengua B, la propia o<br />

natural de la zona, queda reducida a los usos<br />

bajos (familia, amigos, relaciones privadas,<br />

etc.).<br />

El concepto de diglosia por lo tanto, ha sido<br />

también útil para explicar fenómenos de<br />

cambio de lengua y de procesos de<br />

sustitución. Es indiscutible que si en una<br />

comunidad o territorio hay una lengua útil<br />

para todas las funciones y otra reducida a<br />

ciertos usos generalmente más privados, si el<br />

proceso continúa, lleva de manera irreversible<br />

a la sustitución de una lengua por otra.<br />

La gama de funciones de una lengua excede<br />

la de la otra y las incluye. Si una llega a ser<br />

indispensable y la otra prescindible, la<br />

primera desplazará a la segunda.<br />

Sustitución <strong>lingüística</strong>: Las situaciones de<br />

multilingüísmo y de contacto de lenguas son<br />

a menudo solo una etapa, larga pero irreversible,<br />

de transformaciones sucesivas, de un<br />

proceso de sustitución <strong>lingüística</strong>. La historia<br />

de la humanidad esta repleta de procesos de<br />

este tipo, pero el enfoque con que a veces se<br />

investigan tergiversa la interpretación de los<br />

mismos. En principio, procesos como la<br />

romanización o la colonización de América<br />

son procesos de conflicto lingüístico, de<br />

aniquilación de lenguas propias y de culturas<br />

nacionales. Que se hayan analizado desde<br />

puntos de vista negativos o positivos<br />

depende de criterios, a priori, extra<br />

lingüísticos.<br />

Simplificando, es el proceso, o los procesos<br />

correlativos, mediante el cual una lengua<br />

dominante va ganando terreno en detrimento<br />

152<br />

de otra lengua (recesiva), que por desuso<br />

puede ser llevada a su extinción. Según<br />

Aracil (1982), el desplazamiento es<br />

cuantitativo (en términos de número de<br />

hablantes y frecuencias de uso) y/o<br />

cualitativo (en términos de ámbitos<br />

diferenciales y normas de uso). Este cambio<br />

provoca también una recesión de la<br />

estructura y del corpus de la lengua en<br />

retroceso, mientras que la otra amplia su<br />

corpus y se enriquece. En estos procesos se<br />

producen etapas más o menos largas de<br />

convivencia de las dos lenguas, en las que se<br />

puede hablar de "bilingüismo". Generalmente<br />

se anima a los hablantes de la lengua<br />

minorizada a ser bilingües y a actuar en<br />

consecuencia.<br />

A pesar de todo, los conflictos presentan<br />

dilemas y posiciones que permiten modificar<br />

las normas preexistentes. Hay procesos de<br />

sustitución <strong>lingüística</strong> que pueden responder<br />

a un intento posterior de normalización; es<br />

decir, que se justifican en tanto que intentan<br />

hacer retroceder otro proceso anterior. Es el<br />

caso de estados como Quebec con la<br />

integración de los anglohablantes, Irlanda,<br />

Gales o el territorio catalán del Reselló,<br />

donde se pueden comprobar procesos de<br />

restablecimiento en periodos relativamente<br />

recientes y que, en general, responden a una<br />

concienciación de la voluntad popular. En<br />

Cataluña se ha podido comprobar como<br />

muchos inmigrantes y sus hijos han<br />

adoptado la lengua propia del país en donde<br />

viven, pero manteniendo su lengua para las<br />

relaciones familiares. En Euskadi la situación<br />

precaria del uso social de la lengua se ha<br />

visto fuertemente contrarestada por una<br />

función identificadora de grupo y por unos<br />

factores actitudinales absolutamente capaces<br />

de cambiar una realidad que parecía<br />

irreversible. Las opciones practicadas por los


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

hablantes en estos procesos citados son un<br />

ejemplo muy valioso de actitud activa en<br />

procesos de recuperación <strong>lingüística</strong>.<br />

• <strong>Normal</strong>ización <strong>lingüística</strong>: Se entiende por<br />

normalización <strong>lingüística</strong> todo proceso que<br />

ponga las condiciones necesarias para que el<br />

uso de una lengua llegue a ser normal. 0 sea,<br />

para que sea la lengua usada en todos los<br />

ámbitos y para todas las funciones en una<br />

determinada comunidad <strong>lingüística</strong> y, por<br />

extensión, en el territorio que le es propio.<br />

Se trata, en principio, de una tarea<br />

institucional, y exige un grado elevado de<br />

soberanía política de la comunidad <strong>lingüística</strong><br />

implicada.<br />

Según Aracil (1982) es justamente el estado<br />

quien puede conceder o prohibir a los<br />

idiomas, directa o indirectamente, el ejercicio<br />

de la mayor parte de las funciones<br />

"públicas". El mismo autor define claramente<br />

el proceso: La normalización <strong>lingüística</strong><br />

consisten reorganizarlas funciones<br />

<strong>lingüística</strong>s de la sociedad para readaptar las<br />

funciones sociales de la lengua a unas condiciones<br />

"externas" cambiantes... Por otro<br />

lado, la normalización es a menudo la única<br />

alternativa práctica al retroceso o extinción<br />

de un idioma.<br />

La normalización supone un proceso inverso<br />

a la sustitución <strong>lingüística</strong> o, según el punto<br />

de vista que adoptemos, un proceso de<br />

sustitución <strong>lingüística</strong> que provoca, entre<br />

otros fenómenos, una nueva asignación<br />

social a las funciones de las dos lenguas. En<br />

el territorio español, supone una ampliación<br />

de los ámbitos de uso de las lenguas<br />

nacionales respecto a periodos<br />

inmediatamente anteriores en los que habían<br />

quedado relegadas a los usos privados,<br />

familiares o de determinados círculos<br />

culturales muy reducidos.<br />

El termino normalización siempre hace<br />

referencia al uso y no tiene como objetivo la<br />

reestructuración interna de la lengua, a<br />

pesar de que es una condición paralela. Por<br />

lo tanto, no podemos confundir este término<br />

con el concepto de normativización o<br />

codificación del corpus de la lengua.<br />

Tampoco se debe confundir la normalización<br />

de la lengua con su enseñanza. El<br />

conocimiento no garantiza su uso. Los<br />

alumnos son sujetos activos de un proceso<br />

de normalización en tanto que amplían sus<br />

ámbitos de uso de la lengua como medio de<br />

comunicación real fuera del aula.<br />

A continuación, en los dos apartados<br />

siguientes, se entra con más detalle en dos<br />

cuestiones de la socio<strong>lingüística</strong> que son<br />

especialmente importantes para entender la<br />

situación de las lenguas de España y por su<br />

relación con la enseñanza: el contacto de<br />

lenguas y la relación lengua/dialecto. El<br />

primero, por la importancia que ha tenido en<br />

la enseñanza de la segunda lengua con<br />

destinatarios y objetivos que van mucho más<br />

allá de la enseñanza de un idioma<br />

extranjero; y el segundo, por la importancia<br />

que tiene la definición del propio objeto de<br />

estudio en la enseñanza de la lengua en<br />

general.<br />

CONTACTO DE LENGUAS Y<br />

CONFLICTO LINGÜÍSTICO EN EL<br />

ESTADO ESPAÑOL<br />

El estado español es un estado multinacional<br />

y multilingüe que no ha reconocido su<br />

condición y tal vez sólo lo haya hecho en<br />

términos ambiguos hasta hace relativamente<br />

poco tiempo. Además, toda una serie de<br />

movimientos migratorios ocasionados por la<br />

industrialización desequilibrada de su<br />

153


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

territorio ha hecho que comunidades de<br />

lenguas distintas convivan en un mismo<br />

contexto. Gran parte del territorio español es<br />

un ejemplo evidente de lenguas en contacto<br />

y de conflicto lingüístico.<br />

Según el censo de 1991, más del 40% de la<br />

población española vive en comunidades<br />

autónomas (Catalunya, País Valencia, Illes<br />

Balears, Galicia y Euskadi) con una lengua<br />

propia distinta del castellano, lo cual significa<br />

que sus habitantes tienen otra lengua<br />

materna, o que están en contacto<br />

permanente con hablantes de esta. Si<br />

además tenemos en cuenta fenómenos<br />

modernos como la creciente mezcla de<br />

población (inmigración extranjera, viajes,<br />

zonas fronterizas, etc.) y el incremento del<br />

aprendizaje de idiomas francos (inglés,<br />

francés), deberemos concluir que las<br />

situaciones de contacto de lenguas o<br />

bilingüismo no son ni extrañas ni exclusivas<br />

de un territorio. La enseñanza básica no<br />

puede olvida esta realidad plurilingüe si<br />

pretende formar personas preparadas para la<br />

vida actual y contribuir a la convivencia<br />

social.<br />

El fenómeno no se puede analizar desde un<br />

punto de vista exclusivamente lingüístico, ni<br />

puede simplificarse con la mitificación del<br />

bilingüismo como solución salomónica.<br />

Factores económicos, sociales e ideológicos<br />

determinan el grado de integración de las<br />

comunidades recién llegadas, que ya residen<br />

en segunda y tercera generación en un<br />

determinado territorio. Los papeles que<br />

pueden jugar estos grupos sociales son<br />

básicamente dos: su integración en la<br />

comunidad receptora o su conversión en un<br />

factor favorecedor del proceso de sustitución<br />

de las lenguas nacionales, las propias de la<br />

zona, par el castellano. La asimilación o<br />

integración ha sido un proceso rápido y fácil<br />

154<br />

cuando los recién llegados han convivido en<br />

un mismo contexto con la población<br />

autóctona (zonas rurales y núcleos urbanos),<br />

pero todavía es lento cuando las condiciones<br />

económicas llevan a estos recién llegados a<br />

vivir en barrios de nueva construcción,<br />

periféricos, aislados y mal comunicados.<br />

La enseñanza de la lengua nacional y en la<br />

lengua nacional la autóctona en los planes de<br />

educación general garantiza que los niños,<br />

ya sean de familia autóctona o foránea,<br />

tengan conocimiento de las dos lenguas<br />

nacional y estatal al acabar el periodo de<br />

escolaridad obligatoria. Este es el único<br />

modo de que todos los hablantes puedan<br />

integrarse plenamente en su comunidad<br />

<strong>lingüística</strong>, de que todos puedan ejercer<br />

libremente sus derechos lingüísticos, y de<br />

que se puedan frenar los procesos de<br />

sustitución idiomática.<br />

La realidad es desigual en cada territorio con<br />

lenguas en contacto. La escuela ha generado<br />

avances indispensables pero insuficientes<br />

para conseguir una cierta normalidad en el<br />

uso complementario de las lenguas. Las<br />

políticas desarrolladas por los diferentes<br />

gobiernos autónomos no han favorecido de<br />

la misma manera en cada territorio la<br />

extensión del conocimiento de la lengua<br />

propia ni su valoración social. Incluso en<br />

algunos territorios la población autóctona ha<br />

caído en actitudes pasivas y negligentes<br />

respecto al incremento del uso de su lengua.<br />

También son actitudes significativas las de<br />

algunos políticos que en sus discursos<br />

confunden la convivencia con el bilingüismo<br />

(ya se ha citado la problemática que puede<br />

esconder el término). El respeto mutuo entre<br />

dos comunidades no puede suponer nunca la<br />

marginación ni la infravaloración de la lengua<br />

autóctona. Al contrario, a menudo no se han<br />

ofrecido a las comunidades de emigrantes


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

las oportunidades necesarias para conocer la<br />

lengua propia del país que les acoge, incluso<br />

cuando han mostrado una actitud abierta y<br />

activa. La enseñanza, en todos sus niveles, y<br />

especialmente la formación permanente de<br />

adultos, debe garantizar paulatinamente<br />

unos mínimos: primero la competencia<br />

pasiva de la nueva lengua para poder<br />

respetar los derechos lingüísticos de la<br />

población autóctona, o sea, para que estos<br />

no tengan que cambiar forzosamente de<br />

lengua; y después la competencia activa,<br />

para que la población inmigrada pueda optar<br />

por una lengua o por otra. Actualmente, aún<br />

es una falacia decir que los ciudadanos<br />

catalanes, vascos y gallegos pueden escoger<br />

libremente y usar su lengua. Sólo puede<br />

escoger entre dos lenguas aquel que tenga<br />

conocimiento de ellas y capacidad para<br />

expresarse en ambas.<br />

Es indiscutible que las actitudes de los<br />

inmigrados (¿se les puede llamar inmigrados<br />

todavía cuando su permanencia ha sido de<br />

largos años?) serán decisivas para el<br />

desarrollo del proceso de normalización.<br />

Afortunadamente, la realidad cotidiana y<br />

algunas encuestas demuestran que las<br />

actitudes de las clases mayoritarias<br />

trabajadoras son positivas y abiertas al<br />

dominio pasivo y al aprendizaje de la lengua.<br />

Por ejemplo, en Catalunya, del 79% que<br />

declaraban entender el catalán en el año<br />

1981, se paso al 90,35 en el año 1986. En el<br />

área metropolitana de Barcelona, donde en el<br />

año 1986 solo un 43% de la población tenía<br />

el catalán como lengua principal, un 79% de<br />

los que no lo hablaban lo consideraban muy<br />

necesario (Gimeno y Montoya, 1989).<br />

No sólo las actitudes de los nuevos<br />

ciudadanos vascos, gallegos y catalanes son<br />

importantes; también lo son las de las<br />

respectivas poblaciones autóctonas que con<br />

demasiada frecuencia se muestran reticentes<br />

a mantener con naturalidad una<br />

conversación bilingüe con<br />

castellanohablantes que aprenden o ya<br />

conocen su lengua. No tiene sentido<br />

marginar o culpabilizar a los inmigrantes de<br />

fenómenos que son fruto de factores<br />

económicos y políticos históricamente muy<br />

complejos. Un respeto mutuo hacia las<br />

diversas culturas de origen es condición<br />

indispensable para la integración.<br />

LENGUA Y DIALECTO<br />

La palabra dialecto proviene del griego y<br />

originariamente significaba "manera de<br />

hablar, conversación, coloquio". La historia<br />

de las lenguas nos demuestra que la palabra<br />

dialecto no se puede definir con criterios<br />

estrictamente lingüísticos, sino que tiene una<br />

difusión eminentemente social; esta repleta<br />

de connotaciones ideológicas y de prejuicios<br />

que manifiestan el menosprecio de ciertas<br />

variedades y, por lo tanto, de ciertos<br />

hablantes.<br />

Desde un punto de vista objetivo, habría que<br />

definir cualquier lengua como un conjunto de<br />

dialectos; o sea, considerar cada dialecto<br />

como la forma particular de usar una lengua,<br />

y la lengua como la suma de todos sus<br />

dialectos. De este modo, el criterio que<br />

delimita una lengua es la intercomprensión,<br />

teniendo en cuenta que los niveles de<br />

comprensión pueden variar según la cantidad<br />

de intercambios que hayan tenido los<br />

hablantes, según su nivel cultural y también<br />

según otros factores más actitudinales como<br />

su receptividad o sus intereses.<br />

Otro criterio para delimitar una lengua es la<br />

variedad estándar. Podemos afirmar que las<br />

variedades que toman como marco de<br />

155


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

referencia un mismo estándar pertenecen a<br />

la misma lengua. Este criterio se basa en una<br />

de las funciones primordiales de la lengua<br />

estándar: ser elemento cohesionador e<br />

identificador de la comunidad <strong>lingüística</strong>,<br />

tanto en la práctica de elaboración de<br />

modelos de lengua como en la conciencia de<br />

los hablantes. Este concepto de estándar es<br />

congruente con el hecho de que este pueda<br />

incluir todos aquellos matices dialectales que<br />

no impiden la comprensión entre los hablantes<br />

de toda la comunidad (ver Pág. 455).<br />

La relación variedades/estándar también<br />

suele estar mediatizada por criterios y<br />

prejuicios sociales. El prestigio de la variedad<br />

usada en los ámbitos considerados más<br />

elevados puede comportar una<br />

infravaloración de las variedades regionales,<br />

incluso por parte de los usuarios, que pueden<br />

llegar a abandonar su dialecto en situaciones<br />

que no lo requieran por ningún motivo. El<br />

polo opuesto de este fenómeno es la creación<br />

de una falsa conciencia de diferenciación que<br />

puede ser manipulada con intereses<br />

segregacionistas y contrarios a la unidad de<br />

la lengua.<br />

Es responsabilidad de los educadores entre<br />

otros sectores, obviamente transmitir un<br />

modelo de estándar lo bastante flexible y<br />

representativo de todo el ámbito de la<br />

comunidad <strong>lingüística</strong>. Es necesario, por<br />

ejemplo, flexibilizar los criterios de corrección<br />

con criterios más amplios de adecuación,<br />

promover en el habla de los alumnos los<br />

rasgos diferenciadores de su origen social y<br />

geográfico que sean genuinos y no afecten la<br />

comprensión, según el alcance del acto<br />

comunicativo, y no presentar ninguna<br />

variedad como punto de referencia con la<br />

que se comparan las demás, sino otorgarles<br />

a todas un mismo rango. Con demasiada<br />

frecuencia, para hablar de dialectos en clase,<br />

156<br />

se leen textos o se escuchan canciones en<br />

dialectos periféricos, de manera que se da a<br />

entender implícitamente que hay un modelo<br />

"más normal"; por ejemplo, los dialectos<br />

centrales del castellano o del catalán.<br />

El enfoque de la unidad de la lengua y su<br />

diversidad es determinante para el desarrollo<br />

de los procesos de normalización. Muy a<br />

menudo los conceptos de lengua y dialecto<br />

han sido sometidos a instrumentaciones<br />

políticas, y se han utilizado para trazar<br />

fronteras que no son ni culturales ni étnicas,<br />

sino que responden a una jerarquización<br />

social y política que puede afectar a la<br />

conciencia <strong>lingüística</strong> de los hablantes. Por<br />

ejemplo, las divisiones estatales que afectan<br />

al dominio lingüístico catalán (Francia,<br />

Andorra, España e Italia) y las divisiones en<br />

"comunidades autónomas" dificultan en gran<br />

medida el proceso general de normalización<br />

<strong>lingüística</strong>. En cambio, si se reflexiona y se<br />

observa la realidad europea y mundial,<br />

contrariamente a lo que se quiere manifestar<br />

como normal (la identificación entre estadonación-lengua),<br />

hay muy pocas lenguas con<br />

un dominio geográfico que coincida con una<br />

frontera política y muy pocos territorios<br />

estatales monolingües. La realidad más<br />

generalizada es la diversidad y el contacto de<br />

lenguas.<br />

Visiones poco científicas de la unidad de las<br />

lenguas catalana, gallega y vasca, sobre<br />

todo por parte de algunos sectores políticos,<br />

ha generado graves problemas, como el uso<br />

de nombres distintos de una misma lengua<br />

(catalán/valenciano/mallorquín,<br />

gallego/portugués) en textos legales, en la<br />

enseñanza e incluso en libros y otros<br />

materiales de aprendizaje. Es muy claro que<br />

todo ello, además de fomentar la ignorancia<br />

y la confusión, responde a motivaciones<br />

claramente políticas.


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

ACTITUDES, VALORES Y NORMAS<br />

La enseñanza no consiste, evidentemente, en<br />

la mera transmisión de conocimientos y en la<br />

profundización de contenidos. Es también la<br />

transmisión de una serie de valores y normas<br />

de conducta social. Uno de los principales<br />

objetivos de la enseñanza general es<br />

conseguir gradualmente lo que la psicología<br />

social llama "socialización" del alumno, es<br />

decir, la creación de actitudes relacionadas<br />

con los valores y las normas sociales de un<br />

grupo.<br />

De la misma manera, la enseñanza de la<br />

lengua transmite y debe transmitir otros<br />

elementos además del conocimiento del<br />

sistema de la lengua. Por otro lado, un<br />

hablante, desde su infancia, se encuentra<br />

inmerso en un grupo social que tiene unas<br />

determinadas conductas <strong>lingüística</strong>s.<br />

En situaciones de contacto de lenguas, un<br />

niño o una niña tardan relativamente poco en<br />

darse cuenta de la existencia de dos lenguas<br />

y del uso diverso que se hace de cada una de<br />

ellas. Familiares, compañeros y maestros,<br />

adultos y medios de comunicación, le darán<br />

paulatinamente información de los usos<br />

lingüísticos de la comunidad y le transmitirán<br />

unas determinadas actitudes.<br />

Valores, actitudes, hábitos y normas son ejes<br />

que determinan las conductas individuales y<br />

sociales. A continuación nos centraremos en<br />

estos conceptos de la psicología que<br />

recientemente tienen un enfoque pedagógico<br />

muy importante, tal como demuestran los<br />

propios programas de la Reforma educativa<br />

con el bloque Actitudes, valores y normas.<br />

•Los valores son modelos ideales, proyectos<br />

de conducta ideal; son un concepto abstracto<br />

y ético que tiene componentes conscientes e<br />

inconscientes. Pueden cambiar según las<br />

circunstancias históricas, sociales y<br />

culturales. Ejemplos de valores individuales<br />

pueden ser el espíritu de libertad, la<br />

honestidad, la responsabilidad, etc. En la<br />

vertiente social podemos citar la paz, la<br />

igualdad, la justicia o la felicidad.<br />

• Los valores determinan las actitudes, que<br />

son la predisposición a una determinada<br />

actuación en situaciones y contextos<br />

concretos. Participan de componentes<br />

ideológicos y éticos (valores), emocionales<br />

(placer, aceptación, rechazo) y cognitivos<br />

(conocimientos, creencias), y se van<br />

configurando a lo largo de las experiencias<br />

individuales. Así pues, están sometidas a<br />

cambios. Estos cambios pueden ser provocados<br />

por diferentes factores: el aumento de<br />

la información, la identificación con una<br />

persona, la integración en un grupo, el grado<br />

de implicación, etc.<br />

Es posible, por ejemplo, que una persona no<br />

tenga ninguna actitud definida hacia los<br />

inmigrantes africanos hasta el momento en<br />

que uno de ellos se incorpora al núcleo<br />

familiar o, simplemente, vive en su barrio.<br />

Tal vez esta persona tenia una visión lejana<br />

o teórica del racismo, pero un cambio en su<br />

entorno hará que se forme una opinión sobre<br />

la convivencia con personas de otra raza, e<br />

incluso puede implicarse directamente en su<br />

problemática.<br />

Los cambios de actitudes se traducen en<br />

cambios de conducta. Hay una tendencia<br />

clara a mantener actitudes y conductas que<br />

sean congruentes con el sistema de valores<br />

personal. Mientras que los valores son<br />

abstractos, las actitudes tienen ciertas<br />

manifestaciones observables: juicios<br />

emitidos, comportamientos, hábitos, toma de<br />

157


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

decisiones, reacciones afectivas y, en<br />

definitiva, normas de conducta.<br />

Si se busca alguna manifestación de este tipo<br />

en relaciòn con los comportamientos<br />

lingüísticos, se puede pensar, por ejemplo,<br />

en los comentarios que puede provocar una<br />

manera determinada de hablar en el caso<br />

que sea una lengua o una variedad diferente<br />

de la de los receptores. La reacción de los<br />

oyentes puede ser diversa en dos sentidos:<br />

rechazar la diversidad ("habla muy raro", "no<br />

se le entiende nada", "habla mal") o bien<br />

aceptarla ("no es de aquí", " probablemente<br />

es andaluz", " pronuncian distinto", "es<br />

interesante"). La primera actuación<br />

manifiesta e implica toda una serie de<br />

prejuicios: ¿hay una única manera de hablar<br />

bien?, ¿cuál?, ¿la propia?, ¿las demás no son<br />

lo suficientemente buenas?, ¿son extrañas?<br />

• Las normas de conducta son formas de<br />

comportamiento, prescripciones para actuar<br />

de una manera determinada en unas<br />

situaciones específicas. Cualquier sociedad,<br />

por el hecho de serlo, tiene una serie de<br />

normas de conducta social, convencional y<br />

externa al individuo, que limitan y orientan el<br />

comportamiento de sus miembros leyes,<br />

costumbres, prohibiciones, etc.<br />

Pero no todas las normas de conducta<br />

interiorizadas y asumidas por una persona<br />

son de procedencia externa. Hay normas de<br />

conducta individuales que se desarrollan al<br />

margen de actuaciones no-prescritas<br />

socialmente. Las normas de conducta se<br />

observan por la creación de hábitos o<br />

comportamientos estables que se repiten en<br />

situaciones parecidas y que se producen con<br />

cierta frecuencia.<br />

Se llaman normas de uso lingüístico las<br />

normas de comportamiento que determinan<br />

la utilización que hace un individuo de la<br />

158<br />

lengua. Son normas de uso, por ejemplo,<br />

que optemos par el trato de usted o de tú<br />

para hablar con el jefe de la oficina; que<br />

cuando viajemos al extranjero utilizamos la<br />

lengua del país, una lengua franca (el inglés<br />

o el francés) o la nuestra propia para<br />

dirigirnos a los autóctonos; o también que un<br />

vascoparlante en Euskadi se dirija a un<br />

desconocido en castellano o en euskera. Los<br />

usos lingüísticos son la exteriorización de<br />

algo más profundo que el conocimiento de la<br />

lengua. La enseñanza tiene un papel<br />

importante a realizar en este sentido.<br />

La relaciòn que se produce entre un valor,<br />

una actitud y una norma de conducta sigue<br />

una dirección de abstracto a concreto:<br />

Actitudes y normas de uso son, por lo tanto,<br />

dos dimensiones una más psicológica y la<br />

otra más social que pueden determinan la<br />

actuación <strong>lingüística</strong> de los hablantes de una<br />

comunidad. En la situación socio<strong>lingüística</strong><br />

actual de las lenguas gallegas, euskera y<br />

catalana existen unas normas<br />

(prescripciones, leyes, etc.) que son el<br />

resultado de un sistema de valores sociales y<br />

de unas determinadas circunstancias<br />

históricas. Más allá de estas normas sociales,<br />

hay un margen de actuación individual que<br />

se materializa según las actitudes <strong>lingüística</strong>s<br />

personales. Diversos valores configuran una<br />

visión determinada del estatus y del prestigio<br />

de la lengua, de su uso y de sus<br />

interacciones, de su evolución y de la propia<br />

necesidad de conocer y dominar el código.


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

PREJUICIOS LINGÜÍSTICOS<br />

Los usos lingüísticos, los modelos verbales y<br />

otros aspectos relacionados con la lengua y<br />

con la normalización <strong>lingüística</strong>, han sido, son<br />

y serán tema de opinión y de debate en los<br />

medios de comunicación, en reuniones y en<br />

las propias aulas. Si bien por un lado este<br />

hecho permite que los hablantes y los<br />

alumnos reflexionen sobre estas cuestiones,<br />

por otro lado tiene el peligro de que ciertas<br />

visiones parciales, poco científicas y menos<br />

objetivas, enturbien la visión de la lengua de<br />

gran parte de los miembros de la comunidad<br />

<strong>lingüística</strong>.<br />

Estas visiones pueden llamarse prejuicios<br />

lingüísticos y forman parte de la opinión<br />

consciente y a veces inconsciente de gran<br />

parte de la sociedad. Hudson 1982 denomina<br />

estereotipos a los valores que provocan<br />

juicios sobre la lengua, determinados por<br />

valores extralingüísticos, que son<br />

generalmente de carácter social. Por<br />

ejemplo, los hablantes suelen valorar un<br />

determinado acento, el uso de una palabra,<br />

etc. negativa o positivamente con criterios<br />

inconscientes y poco científicos. Hay<br />

personas que creen que una determinada<br />

palabra es fea o suena mal por si misma,<br />

cuando, en todo caso, podrían decir que no<br />

es adecuada en determinadas ocasiones.<br />

Un prejuicio lingüístico es el resultado de una<br />

valoración emotiva (negativa o positiva)<br />

sobre un hecho del que se tiene información<br />

escasa o errónea. Es evidente que no hay<br />

ningún criterio lingüístico que otorgue a una<br />

determinada manera de hablar más validez<br />

que a otra, pero de hecho, podemos<br />

comprobar a menudo que se valoran las<br />

diversas maneras de hablar. Ya que la<br />

opinión pública, por un lado, perpetúa<br />

visiones de etapas en las que los métodos<br />

científicos eran casi desconocidos y, sobre<br />

todo, porque a veces esta opinión pública<br />

esconde determinados intereses.<br />

Para poner ejemplos concretos, exponemos a<br />

continuación algunas afirmaciones que bien<br />

seguro se habrán oído e incluso leído en más<br />

de una ocasión. Son muestras de criterios<br />

poco objetivos cuando valoran los diversos<br />

usos lingüísticos:<br />

- Es muy de pueblo, casi no habla castellano.<br />

- En Málaga hablan muy mal, el buen<br />

castellano se habla en Valladolid y<br />

Salamanca.<br />

- El gallego es una lengua muy dulce.<br />

- La madre de Iñaki habla un euskera muy<br />

cerrado.<br />

- El catalán es un idioma muy complicado y<br />

muy difícil de aprender ya que se escribe<br />

diferente de como se pronuncia.<br />

- Hablar gallego en Galicia a un autóctono<br />

que no lo habla es una falta de respeto.<br />

- El mallorquín es una lengua distinta del<br />

catalán, porque un día oí a un mallorquín y<br />

no entendí nada.<br />

- En este pueblo hablan "chapurreao".<br />

- En las series venezolanas se habla un<br />

castellano horrible.<br />

- Los valencianos dicen que no hablan<br />

catalán.<br />

- Los andaluces hablan mal porque se comen<br />

muchos sonidos.<br />

Todas las variantes de la lengua son<br />

maneras diversas de actualizar un mismo<br />

código lingüístico. No hay ninguna razón<br />

para otorgar a la lengua adjetivos que<br />

normalmente van referidos a otras realidades<br />

(dulce, suave, cerrada, etc.). En relaciòn<br />

con las dificultades que puede representar el<br />

estudio y el aprendizaje de una lengua, se<br />

debe tener en cuenta que no hay lenguas<br />

159


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

fáciles de aprender en tanto que todas son<br />

sistemas de comunicación complejos y<br />

completos; la dificultad puede venir<br />

determinada por la distancia de nuestra<br />

primera lengua, por las dificultades de<br />

practicarla y, a veces, por la falta de<br />

motivación, pero nunca por sus<br />

características específicas. Respecto a las<br />

modalidades de las lenguas peninsulares, los<br />

estudios lingüísticos hechos con seriedad no<br />

ponen en duda la unidad de cada una de las<br />

lenguas, incluso si reciben nombres distintos<br />

(gallego/portugués, valenciano/catalán);<br />

diferencias de matiz o pequeños problemas<br />

de intercomprensión son determinados por la<br />

menor frecuencia de contacto entre los<br />

hablantes distantes de una misma comunidad<br />

y no por las características de cada variedad.<br />

Estos tópicos y prejuicios no se limitan a la<br />

visión de la propia lengua, a menudo<br />

traspasan las fronteras:<br />

- En África existen lenguas muy simples y<br />

poco desarrolladas que no tienen ni<br />

gramática ni diccionario.<br />

- No quiero estudiar inglés porque es una<br />

lengua imperialista.<br />

- No vale la pena estudiar una lengua que<br />

solo tiene diez millones de hablantes.<br />

- Escribo en castellano porque en gallego<br />

haría faltas de ortografía.<br />

- El castellano es más fácil porque se escribe<br />

como se pronuncia.<br />

- Seria mucho mejor si todo el mundo<br />

hablara una sola lengua.<br />

Todos los idiomas son lenguas de cultura y<br />

comunicación. Las relaciones económicas y<br />

políticas han provocado que unas sean más<br />

conocidas o más necesarias que las demás<br />

para las relaciones internacionales. En<br />

principio, la lengua o es responsable de<br />

160<br />

ciertos procesos de sustitución y de<br />

minorización, sino otros fenómenos<br />

protagonizados por sus hablantes<br />

(colonialismo, guerras, invasiones, dominio<br />

económico, etc.). Usar otra Lengua y<br />

reconocer el desconocimiento de la propia es<br />

una prueba de falta de fidelidad <strong>lingüística</strong> y<br />

de identidad cultural, que llevada al máximo<br />

extremo seguramente acabaría por unificar<br />

todas las lenguas del mundo, y también por<br />

uniformar a sus habitantes, lo que supondría<br />

la perdida de todo un patrimonio inestimable<br />

de diversidad cultural.<br />

ACTITUDES Y USOS LINGÜÍSTICOS<br />

Dadas las características de las diversas<br />

situaciones socio<strong>lingüística</strong>s de las lenguas<br />

peninsulares, podemos afirmar que los<br />

planes educativos por si solos son<br />

insuficientes para el desarrollo normalizador<br />

de las lenguas vasca, gallega y catalana. El<br />

conocimiento de la lengua es condición<br />

indispensable pero no suficiente para la<br />

normalización <strong>lingüística</strong>. Es necesario que<br />

social e individualmente exista una actitud<br />

positiva hacia el uso creciente de las lenguas<br />

gallega, vasca y catalana en todos los<br />

ámbitos de sus territorios, sobre todo en los<br />

demás incidencia social.<br />

Las normas sociales, explícitas o no en los<br />

textos jurídicos, tampoco son totalmente<br />

suficientes para el proceso normalizador.<br />

También es necesario que las opciones<br />

individuales sean favorables al uso prioritario<br />

de la lengua propia de cada nacionalidad en<br />

el máximo número de contextos sociales. La<br />

enseñanza puede transmitir esta actitud<br />

favorable, del mismo modo que puede<br />

augurarse que determinados tipos de<br />

enseñanza y de política institucional podrían<br />

crear también actitudes desfavorables.


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

Conseguir vivir diaria y plenamente en<br />

catalán, gallago o vasco, en sus respectivos<br />

territorios, exige un alto grado de lealtad<br />

<strong>lingüística</strong>, que no puede ser únicamente<br />

responsabilidad de los individuos. Es<br />

necesario que exista un apoyo social y una<br />

situación motivadora y favorecedora.<br />

El siguiente cuadro clasifica las actitudes y<br />

las normas de uso que debería tener un<br />

hablante ideal, con conocimientos y<br />

predisposición positivos hacia la lengua, y<br />

con voluntad de lealtad <strong>lingüística</strong>. En la<br />

división principal, se entiende por actitudes y<br />

normas inter<strong>lingüística</strong>s (I) aquellas<br />

concepciones y actuaciones relacionadas con<br />

la lengua como medio de comunicación y en<br />

relaciòn con las demás lenguas; y<br />

intra<strong>lingüística</strong>s (II) aquellas que tienen<br />

relación con la visión de la diversidad interna<br />

de la lengua, es decir, variedades y registros.<br />

Son actitudes y normas expresadas en<br />

positivo,<br />

o sea, que superan prejuicios como los<br />

comentados anteriormente y que no<br />

necesitan ser nuevamente reproducidos.<br />

ACTITUDES Y NORMAS DE USO<br />

I. Inter<strong>lingüística</strong>s (entre lenguas diversas)<br />

ACTITUDES<br />

1. Concepción de cualquier lengua como<br />

vehículo de comunicación válido para todos<br />

los ámbitos y usos sociales.<br />

2. Valoración equitativa de todas las lenguas.<br />

3. Concepción de la lengua como patrimonio<br />

colectivo (interpretación del mundo,<br />

identidad, cohesión cultural, etc.) de una<br />

determinada comunidad <strong>lingüística</strong>.<br />

4. Actitud receptiva hacia el aprendizaje de<br />

otras lenguas.<br />

NORMAS DE USO<br />

5. Uso de la lengua propia del territorio como<br />

vehículo de comunicación en todos los<br />

ámbitos y usos sociales dentro de la comunidad<br />

<strong>lingüística</strong> y en todo su ámbito<br />

geográfico.<br />

6. Uso de otras lenguas como recurso de<br />

intercomprensión en las comunicaciones<br />

externas a la propia comunidad <strong>lingüística</strong>.<br />

II. Intra<strong>lingüística</strong>s (entre variedades y<br />

registros de una lengua)<br />

ACTITUDES<br />

7. Aceptación y valoración de la variedad<br />

dialectal propia.<br />

8. Valoración equitativa de las variedades<br />

dialectales no propias.<br />

9. Concepción del estándar como marco de<br />

referencia y modelo lingüístico interdialectal<br />

y de prestigio.<br />

10. Aceptación del uso de diferentes<br />

soluciones <strong>lingüística</strong>s según el registro<br />

adecuado a cada situación comunicativa.<br />

11. Actitud receptiva hacia la mejora del<br />

dominio de la lengua y ampliación del propio<br />

abanico de registros.<br />

NORMAS DE USO<br />

12. Uso adecuado de la variedad dialectal<br />

propia o del estándar según la situación<br />

comunicativa.<br />

13. Uso adecuado de los registros según la<br />

situación comunicativa. Uso de soluciones<br />

<strong>lingüística</strong>s distintas según la variedad propia<br />

o estándar y el registro escogidos.<br />

Por ejemplo, alguien que piense o afirme que<br />

161


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

no se puede enseñar física nuclear en vasco<br />

esta infringiendo los puntos 1 y 5. Un valenciano<br />

que en Barcelona renuncie a su<br />

variedad dialectal únicamente porque quiere<br />

esconder su procedencia, tiene problemas<br />

con los puntos 7, 8 y 12. Un<br />

castellanoparlante que se niegue a usar otra<br />

lengua en situaciones que objetivamente la<br />

requiere, falta en los puntos 4 y 6. Un<br />

gallego que renuncia a su lengua fuera del<br />

ámbito familiar demuestra desequilibrio en<br />

los puntos 1, 3 y 5.<br />

Estas actitudes y normas de uso responder a<br />

una visión más científica y respetuosa de la<br />

diversidad, en comparación con los prejuicios<br />

lingüísticos del apartado anterior. No hay<br />

duda de que deberían figurar en los<br />

programas de lengua en el correspondiente<br />

apartado de actitudes, valores y normas,<br />

relacionadas con conceptos y procedimientos<br />

diversos.<br />

Inmersos como estamos educadores y<br />

alumnos en un proceso nacional y estatal de<br />

normalización <strong>lingüística</strong>, el aprendizaje de la<br />

lengua propia del territorio en que vivimos<br />

será un proceso de cambio de actitudes y<br />

usos lingüísticos, de adquisición paulatina de<br />

conciencia <strong>lingüística</strong>. Se pueden definir tres<br />

fases en un proceso de este tipo. Pongamos<br />

el ejemplo de una alumna gallega que tiene<br />

la costumbre de dirigirse a los desconocidos<br />

en castellano (no utiliza la lengua propia en<br />

todos los ámbitos y usos).<br />

162<br />

El resultado será una norma de uso final: la<br />

alumna se dirige en gallego a personas<br />

desconocidas y espera que la respeten. Se<br />

convierte en un sujeto activo del proceso de<br />

normalización <strong>lingüística</strong>. Otras actitudes<br />

susceptibles de cambio son la del alumno<br />

que no acepta que otras personas hablen<br />

entre si y delante suyo en otra lengua, la de<br />

la alumna que no siente interés por los<br />

idiomas, etc.<br />

En este sentido es importante hacer una<br />

mención especial a la actitud <strong>lingüística</strong> de<br />

los profesores. De nada servirá el esfuerzo<br />

académico si cuando se sale del aula se<br />

fomentan comportamientos contrarios,<br />

actuando de forma opuesta a lo propuesto<br />

en clase. Tal y como manifiestan Toni Mollá y<br />

Carles Palanca (1987), los profesores con<br />

conductas de este tipo presentan un modelo<br />

al alumna que va en dirección contraria, y a<br />

más velocidad, que lo que hacen en clase.<br />

Sobre todo, en relación con los jóvenes,<br />

todos los objetivos actitudinales necesitan


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

también la comprobación de modelos de<br />

conducta en profesores y adultos en general.<br />

ENFOQUE DIDÁCTICO<br />

Como educadores, nos interesa sobre todo<br />

que los alumnos adquieran una visión real de<br />

la lengua que aprenden y que usan, una<br />

visión enmarcada en la dimensión social de la<br />

lengua, desde los primeros niveles de<br />

aprendizaje. Esta conceptualización debería<br />

tener criterios científicos y no reproducir<br />

nunca ningún tipo de prejuicio.<br />

La comprensión y el análisis de la realidad<br />

<strong>lingüística</strong> que nos rodea debería tener como<br />

objetivo la orientación de conductas<br />

<strong>lingüística</strong>s y la creación de determinados<br />

hábitos y actitudes. El objetivo más global es<br />

conseguir crear conductas de fidelidad<br />

<strong>lingüística</strong>, es decir, que los alumnos usen la<br />

lengua de la comunidad <strong>lingüística</strong> a la que<br />

pertenecen en todas las situaciones posibles,<br />

en todos los ámbitos y para todas las<br />

funciones. Que Sean hablantes "normales",<br />

que cambien de lengua sólo cuando se<br />

recorra a una interlengua como recurso si no<br />

fuera posible la comunicación en la lengua<br />

propia. Que respeten el uso de la lengua<br />

propia de los hablantes de otras lenguas y<br />

que valoren todas las lenguas como<br />

herramienta de comunicación real. Que sean,<br />

además, capaces de reclamar sus derechos<br />

lingüísticos en situaciones de conflicto y de<br />

reivindicar el uso de la lengua en todos los<br />

ámbitos de comunicación social, sin que esto<br />

quiera decir rechazar el conocimiento y el<br />

uso de otras lenguas para las relaciones en<br />

que sean necesarias.<br />

Desde una perspectiva socio<strong>lingüística</strong>, la<br />

lengua, con todas sus variaciones, es el<br />

instrumento de relaciòn de una comunidad y<br />

también de las personas que aprenden en<br />

una aula. Hay que recordar que las actitudes<br />

se configuran en gran medida a partir de la<br />

información que se tiene sobre una<br />

determinada cuestión. Pensando en los<br />

alumnos, no es necesario que se trate de<br />

información sobre conceptos teóricos de la<br />

socio<strong>lingüística</strong>, y menos aun en los primeros<br />

niveles del aprendizaje. Esto haría, sin duda<br />

alguna, más difícil el camino que el objetivo<br />

mismo.<br />

Esta lejos de nuestras intenciones aconsejar<br />

a los profesores de lengua que "enseñen" a<br />

su alumnado el vocabulario técnico de una<br />

ciencia social moderna, de campo tan amplio<br />

y al mismo tiempo interdisciplinaria, como es<br />

la socio<strong>lingüística</strong>. Pero unas nociones<br />

básicas sobre los conceptos principales<br />

pueden ayudar a comprender y a analizar el<br />

contexto social y lingüístico en que estamos<br />

inmersos los hablantes. En la enseñanza de<br />

la lengua estos conceptos no son un fin en si<br />

mismos, sino que tienen sentido porque<br />

constituyen una herramienta para explicar<br />

otras realidades: la que se vive en las<br />

comunidades con una lengua propia, una<br />

realidad de lenguas en contacto y de<br />

conflicto lingüístico.<br />

Una idea de especial importancia ya<br />

comentada anteriormente es que no hay<br />

ningún criterio lingüístico que haga que una<br />

lengua o una variedad sea más válida que<br />

otra para determinados usos. Una lengua<br />

dispone de los recursos que ha generado su<br />

uso en los diversos ámbitos de relación<br />

social. Es necesario, por lo tanto, enseñar la<br />

lengua ligada a una gran diversidad de<br />

contextos sociales, aquellos donde se usa y<br />

aquellos en que debería usarse. Por<br />

consiguiente, es necesario plantearse el<br />

aprendizaje del estándar como un<br />

enriquecimiento del repertorio lingüístico y<br />

de las posibilidades del alumnado, nunca en<br />

163


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

detrimento del dominio de la variedad propia,<br />

ni de los registros más familiares o incluso<br />

vulgares. Aprender lengua es sumar<br />

capacidades expresivas, no restarlas ni<br />

cambiarlas.<br />

Se puede poner al alcance de los alumnos<br />

una visión de la lengua como una<br />

herramienta de comunicación real, como un<br />

sistema de signos teórico unificado, como<br />

patrimonio cultural, etc., sin que sean<br />

necesarios demasiados conceptos teóricos.<br />

He aquí un ejemplo: el rechazo hacia una o<br />

diversas variedades geográficas se supera<br />

fácilmente con criterios cuantitativos, o sea,<br />

aumentando el número de intercambios<br />

lingüísticos o de textos orales y escritos en<br />

estas modalidades que se ofrecen al alumno.<br />

Esto es, sin duda, más útil que estudiar los<br />

rasgos fonéticos y morfológicos diferenciales<br />

de cada una de las variedades del dominio<br />

lingüístico.<br />

En un principio puede causar extrañeza leer<br />

textos con soluciones <strong>lingüística</strong>s<br />

diferenciadas. A los alumnos les puede<br />

parecer más difícil, pero en ocasiones<br />

consecutivas se ve como un fenómeno<br />

normal e incluso interesante. Hay que tener<br />

cuidado para no asociar determinadas<br />

variedades con determinados tipos de texto,<br />

de manera unívoca. Demasiado a menudo<br />

aparecen en los materiales didácticos<br />

ejemplos de variedades periféricas<br />

exclusivamente con textos de narrativa<br />

tradicional, folclor o poesía, por poner un<br />

ejemplo.<br />

En definitiva, la misión de los profesores es<br />

transmitir una visión real de la lengua y su<br />

diversidad como hecho social. A continuación<br />

se presentan algunos puntos de reflexión que<br />

pueden ser útiles para analizar actividades en<br />

el aula:<br />

164<br />

- ¿Se da más importancia a las faltas de<br />

ortografía que a otros problemas de<br />

contenido, de coherencia o de adecuación en<br />

un texto elaborado por un alumno?<br />

- ¿Se compara siempre los rasgos distintivos<br />

de las variedades geográficas con la variedad<br />

de más prestigio, como si ésta fuese el punto<br />

y modelo de referencia?<br />

- ¿Se intenta que los alumnos se den cuenta<br />

de que la lengua de la capital es también<br />

otro dialecto?<br />

- ¿Corregimos los coloquialismos de los<br />

alumnos también en la lengua oral y en<br />

situaciones informales?<br />

- ¿Se presenta la lengua normativa como la<br />

única manera posible de hablar y escribir<br />

correctamente?<br />

- Si se utilizan textos de los medios de<br />

comunicación ¿proceden siempre del mismo<br />

ámbito geográfico?<br />

- ¿Se ofrecen siempre a los alumnos<br />

muestras de textos donde la lengua es de<br />

registro formal o se dan cuenta que también<br />

hay cómics, rock, cine policíaco, novelas de<br />

evasión, etc.?<br />

- ¿Se invita al alumno a observar la<br />

normalización <strong>lingüística</strong> o no de su entorno<br />

con criterios lo bastante objetivos y de<br />

valoración?<br />

- ¿Qué respondemos al alumno que pregunta<br />

si "se puede decir" rollo, tío, comerse el<br />

coco, ir chutado, cutre, llevar un cuelgue,<br />

ostia, mierda?<br />

- ¿Qué imagen transmitimos a los alumnos<br />

de la realidad plurilingüe y plurinacional<br />

española?<br />

- ¿Fomentamos el interés por conocer las<br />

lenguas y culturas del estado español?<br />

- ¿Ofrecemos nosotros mismos como<br />

hablantes un modelo de actuación válido<br />

para crear actitudes positivas en nuestros<br />

alumnos?


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

A veces no somos conscientes de la<br />

importancia que pueden tener ciertas<br />

actividades, ciertos comentarios e, incluso,<br />

algunas omisiones importantes. La lectura de<br />

algunos libros o artículos de socio<strong>lingüística</strong><br />

puede facilitar el primer paso: es necesario<br />

que el propio profesor adquiera criterios lo<br />

suficientemente reales y objetivos.<br />

Entre otras, la función del profesor es facilitar<br />

información objetiva y aumentar el grado de<br />

implicación (participación, reflexión, debate,<br />

relaciones personales, etc.) del alumno hacia<br />

el uso real de la lengua. Los objetivos del<br />

profesor deben ser: favorecer la formación<br />

de criterios de opinión, facilitar argumentos<br />

para el debate, dar elementos de valoración<br />

de la propia lengua y fomentar la<br />

participación en los cambios sociales y<br />

lingüísticos.<br />

Para terminar, se proponen algunas ideas<br />

para organizar actividades dentro y fuera del<br />

aula, que comporten un trabajo práctico de<br />

socio<strong>lingüística</strong> por parte de los alumnos, y<br />

que pueden ayudar a alcanzar los objetivos<br />

comentados en este apartado:<br />

- Elaboración de encuestas dentro del aula y<br />

de la escuela sobre las actitudes <strong>lingüística</strong>s<br />

de alumnos y profesores. Se puede plantear<br />

por ejemplo: nivel y ámbitos de uso de la<br />

lengua propia del territorio, grado de<br />

conocimiento de diversos idiomas, opiniones,<br />

interés, etc.<br />

"Safaris lingüísticos" tal como los llama J.<br />

Solé 1989, consistentes en recoger<br />

información sobre el estado de la lengua en<br />

una calle, barrio y población, a través de la<br />

observación de carteles, lugares de atención<br />

al publico, folletos informativos, actividades<br />

culturales, etc.<br />

- Análisis de los modelos lingüísticos de los<br />

medios de comunicación: lengua, variedad,<br />

corrección, adecuación, temáticas, etc.<br />

- Debates, conversaciones y discusiones<br />

dentro de la clase sobre temas lingüísticos.<br />

- Lecturas y comentarios de textos de<br />

opinión sobre temas sociolingüísticos.<br />

PARA LEER MÁS<br />

GARCIA MARCOS, F. Nociones de<br />

socio<strong>lingüística</strong>. Barcelona. Ed. Octaedro.<br />

1993.<br />

Una introducción a la socio<strong>lingüística</strong> para el<br />

ámbito escolar.<br />

MARCELLESI, J.B.; GADÍN, B. Introducción a<br />

la socio<strong>lingüística</strong>. La <strong>lingüística</strong> social.<br />

Madrid. Gredos. 1978.<br />

Manual completo sobre las aportaciones de<br />

disciplinas y autores varios al estudio social<br />

del lenguaje.<br />

SCHLIEBEN-LANGE, B. Iniciación a la<br />

socio<strong>lingüística</strong>. Madrid. Credos. 485 1958.<br />

Buena introducción histórica al desarrollo de<br />

la socio<strong>lingüística</strong> como disciplina.<br />

ROTAETXE AMUSATEGI, K. Socio<strong>lingüística</strong>.<br />

Madrid. Síntesis. 1988. Manual sintético,<br />

actual y completo sobre las cuestiones más<br />

importantes que tiene planteadas hoy la<br />

socio<strong>lingüística</strong> (diglosia, procesos de<br />

sustitución y normalización, planificación<br />

Lingüística, etc.). Centrado en el ámbito<br />

español.<br />

INTRODUCCIÓN<br />

El término cultura es muy difícil de definir,<br />

pero tiene principalmente dos usos: uno se<br />

refiere al bagaje cultural de un individuo;<br />

otro, al patrimonio de una comunidad<br />

determinada. Indudablemente la enseñanza<br />

tiene como función aumentar el nivel y el<br />

bagaje cultural de la persona, pero su<br />

165


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

función en el sentido más social no es menos<br />

importante.<br />

La clase de lengua es un lugar privilegiado<br />

para la transmisión de la cultura de un<br />

pueblo: el conjunto de tradiciones (literarias,<br />

histórico-sociales, científicas v de formas de<br />

vida) de una sociedad y de toda la<br />

humanidad. Según el sociólogo Guy Rocher,<br />

del Canadá francés, (citado por Mari, 1985),<br />

cultura es un conjunto ligado de maneras de<br />

pensar, de sentir y de actuar más o menos<br />

formalizadas que, aprendidas y compartidas<br />

por una pluralidad de personas, sirven, de<br />

una manera a la vez objetiva y simbólica,<br />

para constituir estas personas en una<br />

comunidad particular y distinta.<br />

Por consiguiente, la cultura permite la<br />

adaptación del ser humano al entorno, al<br />

medio en el que vive. Para comunicarse en<br />

castellano, por ejemplo, es necesario adquirir<br />

un cierto saber cultura, compartir o<br />

comprender unos ciertos signos comunes en<br />

la comunidad <strong>lingüística</strong> castellana. La<br />

competencia <strong>lingüística</strong> se complementa<br />

nuevamente con otra competencia que la<br />

engloba, la competencia cultural. La lengua<br />

es también un vehículo cultural.<br />

Un curso de lengua no es únicamente el<br />

marco apropiado para recibir información<br />

sobre la cultura de la comunidad <strong>lingüística</strong><br />

que usa la lengua objeto de estudio, sino<br />

también un marco de creación y de<br />

participación activa en las actividades<br />

culturales del entorno. También es relevante<br />

la función integradora de este tipo de<br />

actividades dentro y fuera del aula. Tal y<br />

como se ha comentado en otros capítulos,<br />

uno de los objetivos de la enseñanza es<br />

favorecer el grado de participación social de<br />

los alumnos. La participación en la cultura de<br />

una sociedad es una faceta más de lo que se<br />

entiende por integración social y, al mismo<br />

166<br />

tiempo, va configurando el modelo de ciudadano<br />

activo necesario para que una cultura<br />

evolucione.<br />

En este sentido, también hay que tener en<br />

cuenta el tratamiento de la diversidad. Una<br />

comparación que puede ser muy útil es la<br />

siguiente. En tecnología, industria,<br />

informática o economía es siempre más fácil<br />

y más económico para la sociedad mundial<br />

tender a la uniformizacion, a la<br />

estandarización. De la misma manera que la<br />

declaración mundial de los derechos<br />

humanos supone un progreso, lo es también<br />

que podamos comprar un tornillo o un<br />

enchufe con un simple número de referencia,<br />

sin tener que llevar el aparato estropeado a<br />

la tienda. La sociedad esta viviendo un<br />

proceso de cambios y transformaciones a<br />

todos los niveles, las generaciones actuales<br />

hemos visto como países que se habían<br />

mantenido muy alejados hablan de suprimir<br />

fronteras y de unificar mercados; tal vez<br />

muy pronto podremos comprar con la misma<br />

moneda en lugares muy distantes.<br />

Al hablar de cultura, los planteamientos<br />

deben ser diametralmente diferentes: la<br />

diversidad de lenguas, de costumbres, de<br />

músicas, de comidas, de tradiciones, de<br />

manifestaciones artísticas... es siempre<br />

enriquecedora para la humanidad. Todos los<br />

pueblos del mundo tienen unas<br />

características que los hacen en estos<br />

aspectos diferentes de los pueblos que los<br />

rodean y más distintos, aun, de los que son<br />

más distantes. El patrimonio cultural de las<br />

naciones no puede valorarse por criterios<br />

cuantitativos ni de rentabilidad, tal como se<br />

hace con la relación monetaria o con la<br />

producción de cereales.<br />

Es más, debemos entender que si el mundo<br />

de la tecnología, bien coordinado y<br />

estandarizado, hace más fácil la vida de las


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

personas, todos tendremos más tiempo para<br />

dedicarnos al ocio y a la cultura, y también<br />

para conocer culturas totalmente diferentes<br />

de la nuestra. En ningún caso supondría una<br />

progreso para la humanidad una uniformización<br />

en poesía, cine, instrumentos o<br />

géneros musicales, gastronomía, pintura o<br />

escultura.<br />

La enseñanza de la lengua tiene un papel<br />

especial en este sentido, desde la misma<br />

conceptualización del lenguaje humano, que<br />

es al mismo tiempo manifestación de la<br />

diversidad cultural y vehículo de<br />

intercomunicación, de contacto entre las<br />

personas y las sociedades. De hecho, las<br />

actividades didácticas, al igual que la misma<br />

lengua, son también vehículo de transmisión<br />

de cultura.<br />

CONTENIDOS CULTURALES<br />

En principio, resulta difícil saber que es y que<br />

no es cultura en la enseñanza de lengua. Es<br />

poco ajustado aunque muy práctico<br />

diferenciar los contenidos sobre arte,<br />

historia, geografía, formas de vida, etc. de<br />

las habilidades <strong>lingüística</strong>s. Son fenómenos<br />

muy relacionados entre si: por ejemplo, el<br />

bagaje cultural de un alumno determina su<br />

nivel de comprensión de textos. Lo mismo<br />

sucede con las actitudes: el grado de<br />

participación en la vida cultural depende de<br />

los conocimientos culturales y del dominio de<br />

las habilidades <strong>lingüística</strong>s. Para nosotros la<br />

información cultural, que esta también<br />

vinculada a otras áreas de la enseñanza,<br />

tiene que reforzarse de una manera especial<br />

con un enfoque esmerado y objetivo de los<br />

componentes actitudinales.<br />

Al leer el apartado anterior sobre la<br />

uniformización y diversidad es fácil pensar en<br />

fenómenos como las modas juveniles, la<br />

influencia de la publicidad, la gran<br />

comercialización de la música en inglés, o en<br />

la proliferación de hamburgueserías<br />

americanas en Europa. El imperialismo de<br />

ciertas culturas es evidente y responde a<br />

intereses eminentemente económicos.<br />

Parece que el imperialismo histórico colonial<br />

haya sido sustituido por este otro tipo de<br />

conquista. La influencia de la sociedad de<br />

consumo nos uniformiza y nos resta<br />

personalidad.<br />

Ante esta inercia es necesario ayudar a los<br />

alumnos a ser críticos y analíticos, y a<br />

aportar una actitud de autoestima y de<br />

respeto, que podríamos llamar "ecológica"<br />

con la cultura. Una lengua minoritaria, un<br />

estado plurilingüe y pluricultural, cada forma<br />

distinta de cultura que haya generado una<br />

comunidad, son elementos enriquecedores<br />

que deben ser preservados de la destrucción,<br />

como si se tratase de las ballenas blancas o<br />

de las focas polares. Que todo el mundo<br />

cantase lo mismo, que todos comiéramos lo<br />

mismo y que todo el mundo viviese de la<br />

misma manera y pensase lo mismo seria el<br />

fin de la humanidad tal como la entendemos<br />

hoy.<br />

Sin embargo, la cultura no es neutra, ni fija.<br />

Evoluciona con el paso del tiempo y varía en<br />

función de los grupos sociales y del nivel<br />

económico dentro de una misma comunidad.<br />

Si con actividades y contenidos culturales<br />

explícitos o implícitos es posible favorecer<br />

541 el grado de interacción de los alumnos<br />

en su entorno inmediato, también se puede<br />

favorecer el desarrollo de una actitud critica<br />

y selectiva de los modelos culturales más<br />

enriquecedores.<br />

Evidentemente, el alumno tiene que ser<br />

capaz de situarse en puntos de vista<br />

distintos, de personas de otros lugares y de<br />

167


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

otros tiempos, v valorar las aportaciones de<br />

culturas diversas. En definitiva, hay que<br />

evitar al máximo los planteamientos<br />

etnocéntricos.<br />

De la misma manera, también hay que huir<br />

de las concepciones elitistas de la cultura y<br />

abrir el aula a todas las manifestaciones<br />

culturales, incluidas las más populares y las<br />

más modernas. La música clásica y la poesía<br />

culta pueden convivir perfectamente con el<br />

rock y el comic.<br />

Incluir la cultura en la enseñanza de la<br />

lengua no es sólo explicar las costumbres de<br />

las personas que hablan una lengua. Era el<br />

caso de un método tradicional de enseñanza<br />

de inglés, que añadía información sobre los<br />

desayunos típicos ingleses o el origen de la<br />

costumbre de tomar té (en nuestro caso<br />

podríamos hablar de las tapas y de la paella).<br />

Estos aspectos anecdóticos revelan un<br />

enfoque de la cuestión decididamente<br />

folklórico, a menudo lleno de prejuicios y<br />

tópicos.<br />

Para el diseño de objetivos didácticos de<br />

índole cultural, es más valido y amplio el<br />

concepto de dinamización cultural, que no<br />

solamente incluye informaciones culturales<br />

en la clase, sino que convierte al aula en un<br />

marco de actividad cultural y pretende la<br />

proyección externa y activa de los<br />

procedimientos y de las actitudes.<br />

EL CURRÍCULUM IMPLÍCITO<br />

Los recursos didácticos, los libros, las<br />

actividades y también los programas de<br />

enseñanza, no son neutros. Es un hecho<br />

indiscutible que desde la misma selección de<br />

los contenidos lo que se estudia y lo que no<br />

se debe estudiar existen una serie de<br />

implicaciones ideológicas y éticas.<br />

168<br />

Es interesante aprovechar la oportunidad de<br />

observar algún libro de escuela perteneciente<br />

a nuestros padres o abuelos de los que se<br />

llamaban "enciclopedia", ya que<br />

comprendían todas las asignaturas, de las<br />

escuelas de la época del franquismo.<br />

Podemos horrorizarnos, o pensándolo mejor:<br />

podemos herirnos muchísimo. Eran libros<br />

muy odiados, tal vez por esta razón son<br />

difíciles de localizar actualmente. Allí la<br />

transmisión de valores morales, históricos y<br />

de ideas políticas era tan evidente que<br />

llegaban a utilizarse mentiras sin escrúpulos<br />

de ninguna clase.<br />

La realidad actual, evidentemente, es muy<br />

diferente. En los materiales didácticos parece<br />

una tendencia más clara hacia razonamientos<br />

científicos y puntos de vista más<br />

objetivos. Pero no debemos olvidar que nos<br />

falta perspectiva para analizar la realidad en<br />

la que estamos inmersos. En la enseñanza<br />

siempre existe un componente básico de<br />

transmisión de informaciones implícitos, de<br />

valores ideológicos, de modelos sociales y<br />

culturales.<br />

Esta dimensión ética de la tarea de<br />

enseñanza-aprendizaje es el objeto de<br />

estudio de algunos pedagogos modernos,<br />

dedicados a estudiar y reflexionar sobre lo<br />

que ellos mismos llaman currículum implícito<br />

o currículum oculto.<br />

Según palabras de Jurjo Torres 1989,<br />

pedagogo especializado en el tema del<br />

currículum oculto, los: materiales de<br />

aprendizaje son productos políticos, va que<br />

manifiestan y pretenden transmitir determinadas<br />

actitudes hacia el mundo. Transmiten<br />

de forma implícita ideas, teorías, prejuicios,<br />

etc. que en general coinciden con las<br />

concepciones ideológicas y políticas<br />

dominantes.<br />

Al observar un libro de texto cualquiera, de


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

cualquier materia, con una mentalidad crítica<br />

y analítica: ¿Qué visión da de la cultura?<br />

¿Cuantas mujeres aparecen fotografiadas?<br />

¿Cuantas personas de raza negra? ¿Y si<br />

aparecen, que están haciendo?<br />

Jurjo Torres ha establecido una topología de<br />

libros de texto según este enfoque y ha<br />

determinado los siguientes grupos de libros:<br />

- Sexistas: las mujeres no aparecen, o bien<br />

siempre desarrollan actividades<br />

tradicionalmente asignadas a las mujeres.<br />

- Clasistas: transmiten valores de una<br />

determinada clase social e ignoran la<br />

existencia de clases menos favorecidas.<br />

- Racistas: ignoran la existencia de varias<br />

razas y de minorías étnicas que a menudo<br />

tenemos muy cerca, como los gitanos. No<br />

aparecen en las fotografías, ni tampoco se<br />

explica nada sobre su manera de vivir, su<br />

cultura ni sus problemas.<br />

Urbanos: ignoran las realidades rurales o<br />

marineras, o si no lo hacen, las presentan a<br />

través de perspectivas desfiguradas, idealizadas<br />

o llenas de tópicos.<br />

-Centralistas: no incluyen la diversidad<br />

nacional. Están hechos desde la capital y<br />

para la capital.<br />

Los libros de lengua no son ninguna<br />

excepción. Si se sometieran a los ojos<br />

clínicos de los estudiosos del currículum<br />

oculto muchos de los libros que existen en el<br />

mercado, podrían clasificarse en alguno de<br />

los tipos expuestos anteriormente.<br />

Por otra parte, la enseñanza de la lengua<br />

tiene un margen muy amplio de tratamiento<br />

de contenidos. Podemos, por ejemplo, decidir<br />

los temas al organizar un debate para<br />

practicar la lengua oral; podemos escoger los<br />

textos de lectura; podemos fomentar el<br />

intercambio y las relaciones personales<br />

dentro del grupo, o no. Cuando se toma una<br />

decisión de este tipo, que en principio tiene,<br />

aparentemente, un objetivo meramente<br />

académico o didáctico, sus consecuencias<br />

van más allá de facilitar el dominio de la<br />

lengua.<br />

Hemos dividido los contenidos implícitos de<br />

los materiales de enseñanza de lengua en<br />

cuatro tipos: modelo de lengua, modelo de<br />

cultura, modelo de sociedad y modelos<br />

didácticos. Son cuatro ejes que se<br />

manifiestan de alguna manera a través de<br />

muchos detalles y que aparecen de manera<br />

ineludible.<br />

MODELO DE LENGUA<br />

Muchos de los materiales existentes todavía<br />

son eminentemente gramaticales y<br />

presentan modelos siempre cultos y<br />

correctos en sus textos. El modelo de lengua<br />

de la enseñanza no puede ser un modelo<br />

único y absoluto: el preceptivo, correcto y<br />

digno de imitar. La enseñanza debe vehicular<br />

al máximo la diversidad de la lengua, y por<br />

lo tanto debe presentar manifestaciones muy<br />

variadas.<br />

Tal y como se ha comentado en los capítulos<br />

dedicados a la diversidad socio<strong>lingüística</strong>, los<br />

ámbitos de uso de la lengua son diversos y<br />

las situaciones en las que un alumno se<br />

encontrara fuera de la escuela también lo<br />

son. La enseñanza tiene que proporcionarle<br />

elementos para que pueda seleccionar las<br />

estructuras <strong>lingüística</strong>s necesarias para cada<br />

tipo de texto o de situación, y también<br />

criterios para seleccionar el modelo de<br />

lengua más adecuado en cada caso.<br />

Que la escuela sea el entorno más adecuado<br />

para transmitir modelos de lengua correctos,<br />

modélicos, cuidados y literarios, no quiere<br />

decir que pueda prescindir de otras<br />

169


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

manifestaciones del idioma. Antes, en el<br />

ámbito educativo, se trabajaba casi<br />

exclusivamente con textos escritos y<br />

literarios. Hacerlo hoy en día, seria<br />

completamente obsoleto.<br />

Nos parecen también erróneos ciertos<br />

planteamientos afortunadamente minoritarios<br />

hoy en día que mantenían que la escuela era<br />

la encargada de preservar el espíritu genuino<br />

de la lengua nacional y de conservar una<br />

serie de vocabulario "que se está perdiendo".<br />

Nos detendremos un instante en esta<br />

cuestión del vocabulario.<br />

Es cierto que el vocabulario de los jóvenes no<br />

es, en general, tan rico como se podría<br />

desear; pero también es cierto que si una<br />

serie de palabras se pierden es por razones<br />

que van más allá del papel de la escuela o de<br />

la capacidad y el interés de los alumnos. A<br />

veces se pierden algunas palabras porque<br />

también desaparecen determinadas<br />

actividades. Poca gente, sobre todo en<br />

medios urbanos, sabe que es un serón, un<br />

escardillo o un tendal, pero tal vez antes de<br />

enseñar a los alumnos estas palabras, hay<br />

que ofrecerles soluciones <strong>lingüística</strong>s<br />

correctas y genuinas para las nuevas<br />

herramientas que va aportando la tecnología<br />

actual, que son las que ellos y ellas usan:<br />

ordenadores, vídeos, software, hardware,<br />

etc.<br />

La misión de la escuela es ampliar los<br />

recursos léxicos de los alumnos, pero no<br />

preservar ciertas realidades que desaparecen<br />

porque la misma sociedad evoluciona.<br />

Evidentemente sabe mal que desaparezcan<br />

algunas cosas, pero más que las<br />

herramientas del campo de la era anterior a<br />

los tractores, nos sabe mal que los jóvenes<br />

urbanos no distingan un abeto de un pino o<br />

de un roble (¡y esperemos que no<br />

desaparezcan nunca!).<br />

170<br />

En resumen, el concepto de lengua que<br />

debemos transmitir a los alumnos tiene que<br />

ser real y objetivo, alejado de los discursos<br />

románticos que exaltaban la lengua del<br />

pasado en detrimento de los modelos más<br />

actuales, y que aplicaban a la lengua<br />

adjetivos muy poco científicos como: suave,<br />

dulce, cristalina, etc. No se trata de exaltar<br />

la propia lengua. La lengua actual no es<br />

mejor ni peor que la de otras épocas y<br />

mucho menos que la de las demás<br />

comunidades <strong>lingüística</strong>s; es sencillamente,<br />

y ni más ni menos, nuestro medio de<br />

comunicación.<br />

MODELO DE CULTURA<br />

Hemos comentado anteriormente que hoy en<br />

día se produce un fenómeno de imperialismo<br />

cultural de tendencia uniformizadora. Se<br />

trata de un claro proceso de aculturación que<br />

puede acabar con las culturas minoritarias y<br />

minorizadas. Por otro lado, también somos<br />

testigos de un resurgimiento de los<br />

nacionalismos: las grandes potencias<br />

mundiales habían asentado sus poderes con<br />

unas fronteras más que artificiales.<br />

Todo el mundo necesita sentirse identificado<br />

con unos determinados referentes culturales,<br />

un espacio, una comunidad, una forma de<br />

vivir, una visión del mundo, un ámbito de<br />

información y de comunicación, etc. Las<br />

"fronteras" culturales las establecen estos<br />

referentes; la enseñanza y los medios de<br />

comunicación son sus principales<br />

configuradores. El conocimiento de este<br />

entorno inmediato es un punto de partida<br />

para conocer otras culturas. De este modo,<br />

el proceso de culturización que debe seguir<br />

la escuela parte necesariamente del entorno<br />

inmediato del alumno (pueblo, región,<br />

comunidad <strong>lingüística</strong>, nación) para ir


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

ampliando su radio de acción (estado,<br />

comunidad europea) hasta el infinito.<br />

También es cierto que el incremento de los<br />

medios de comunicación favorece el<br />

conocimiento de otras realidades. Nuestro<br />

continente se esta convirtiendo en un espacio<br />

multicultural que, en principio, no se ha de<br />

construir en detrimento de ninguna cultura,<br />

sino que debe demostrar el enriquecimiento<br />

que pueden comportar el respeto y la<br />

intercomunicación. Europa esta configurando<br />

un nuevo modelo de convivencia<br />

internacional gracias a la riqueza de lenguas<br />

y culturas, y a la necesidad de respetar la<br />

diferencia y de favorecer a las minorías.<br />

Los materiales de enseñanza tendrán que<br />

superar este reto. Conservar unos<br />

determinados referentes culturales,<br />

históricos, sociales, geográficos no puede<br />

significar quedarse anclado en el pasado y<br />

preservar solo aquellas manifestaciones más<br />

superficiales o folclóricas de una comunidad.<br />

Conservar una identidad no quiere decir<br />

cerrarse en ciertos valores y desconocer<br />

realidades más amplias.<br />

Los modelos culturales que se transmiten a<br />

través de la enseñanza de la lengua, a pesar<br />

de estar ligados a la comunidad <strong>lingüística</strong> y<br />

de mantener unas señales de identidad,<br />

deberán cumplir otros requisitos<br />

importantes: la cultura deberá caracterizarse<br />

por la diversidad y el dinamismo. Por lo<br />

tanto, tendrá que ser:<br />

No-androcéntrica: la presentación de una<br />

cultura y un mundo exclusivamente para<br />

hombres, o el uso de un lenguaje claramente<br />

sexista y machista, contribuyen a perpetuar<br />

el estado actual de marginación de las<br />

mujeres. Debemos abandonar expresiones<br />

desafortunadas como los derechos del<br />

hombre, el origen del hombre o los<br />

españoles, y utilizar las correspondientes: los<br />

derechos humanos, el origen del género<br />

humano y el pueblo español. También<br />

deberíamos ser más cautos con los ejemplos<br />

lingüísticos que ofrecemos a los alumnos,<br />

con el tratamiento de los autores y las<br />

autoras e incluso con las fotografías y las<br />

imágenes de los libros de texto, buscando<br />

siempre un equilibrio entre ambos sexos.<br />

En este sentido, los análisis sobre sexismo<br />

realizados sobre los principales materiales<br />

didácticos españoles son, literalmente,<br />

escandalosos. Según Lledó (1992), que<br />

analizó los textos de primero y segundo de<br />

bachillerato, la percepción de ejemplos<br />

lingüísticos que hablen de hombres y<br />

mujeres es, respectivamente, de 92,2% y<br />

7,8%; en las imágenes, de 80,7% y 19,8%;<br />

y en la autoría de los textos, de 95% y 5%.<br />

Sobran los comentarios.<br />

Para un tratamiento más a fondo de esta<br />

cuestión ver Lledó (1992), Lledó y Otero<br />

(1992), García Meseguer (1988) y Moreno<br />

(1986).<br />

•No-etnocéntrica: el conocimiento de un<br />

único modelo cultural referencial conduce a<br />

la valoración negativa de otras culturas y<br />

favorece actitudes cerradas o indiferentes<br />

hacia fenómenos de aculturación y de<br />

genocidio cultural. El alumno tiene que<br />

adquirir una perspectiva cultural amplia,<br />

autocrítica y comunicativa, que le haga<br />

entender, relativizar y valorar puntos de<br />

vista, formas de vida y códigos morales<br />

propios y distintos.<br />

• No-elitista: un concepto abierto de cultura<br />

debe incluir los productos y las actividades<br />

de todos los grupos sociales y no solamente<br />

los de las clases más ricas o más cultas. En<br />

el aula no solamente tiene que estudiarse la<br />

cultura oficial promovida por las instituciones<br />

y una cierta inercia de los propios<br />

171


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

estudiosos. Hay que abrir la escuela a<br />

manifestaciones culturales marginales,<br />

alternativas y críticas con la cultura<br />

mayoritaria o establecida. Si relativizamos la<br />

cuestión, nos daremos cuenta de que<br />

durante todas las épocas de la historia han<br />

existido manifestaciones artísticas<br />

claramente opuestas al poder político<br />

establecido que posteriormente han sido<br />

reconocidas por toda la sociedad. Los<br />

alumnos no solo deben conocer el máximo<br />

número de manifestaciones culturales, sino<br />

que también deben comprender estos<br />

fenómenos de oposición e integración.<br />

• Actual: existen materiales didácticos que<br />

demuestran tendencias arcaicas y<br />

nostálgicas, insistiendo en las realidades<br />

esplendorosas del pasado e ignorando las<br />

más actuales. Implícitamente se puede<br />

transmitir la idea de que "cualquier tiempo<br />

pasado fue mejor ", o de que los productos<br />

culturales son siempre del pasado o muy<br />

antiguos, que su entorno habitual es un<br />

museo o un libro y no el aula, la calle, los<br />

bares, los cines, etc.<br />

• Atractiva y participativa: una concepción<br />

abierta de la cultura tendrá que incluir<br />

necesariamente actividades que impliquen<br />

directamente los gustos, las preferencias y<br />

los hábitos de los alumnos: televisión, cine,<br />

cómics, rock, deportes, talleres de teatro,<br />

juegos, grafittis, etc. Es evidente que un<br />

enfoque de este tipo es mucho más<br />

motivador que el hecho de presentar la<br />

cultura como algo lejano, complejo y poco<br />

frecuente. Hay que relacionar la cultura con<br />

el ocio y el placer, dos dimensiones que<br />

determinan la misma existencia de los<br />

productos culturales desde sus orígenes.<br />

Puede ser un error pensar que el resultado<br />

de un enfoque adecuado de la dimensión<br />

cultural se reduce a una serie de actitudes<br />

172<br />

que los alumnos tendrán la oportunidad de<br />

demostrar en clase y en la vida cotidiana.<br />

Para configurar estas actitudes en relación<br />

con las realidades culturales, hay que ofrecer<br />

procedimientos y sistemas conceptuales que<br />

transmitan de manera eficaz las<br />

características configuradoras de la cultura<br />

ya expuestas.<br />

MODELO DE SOCIEDAD<br />

Los materiales de enseñanza suelen<br />

transmitir una serie de presupuestos sobre la<br />

organización de la sociedad. Algunos son<br />

caducos y superados, y otros corresponden a<br />

una concepción social arquetípica. En el<br />

discurso que utilizan estos materiales, a<br />

menudo se ignoran las clases sociales menos<br />

favorecidas o bien se presentan como<br />

normales hechos que solo son más<br />

frecuentes. Nos referimos, por ejemplo, a la<br />

presentación de ciertos fenómenos como la<br />

división de roles en la pareja, la atribución<br />

de ciertos oficios a hombres y otros a<br />

mujeres, la organización por unidades<br />

familiares convencionales, la estigmatización<br />

de determinadas conductas sexuales o la<br />

división de clases como hechos "naturales" o<br />

normales.<br />

No hay duda de que estos son fenómenos<br />

absolutamente variables según diversos<br />

factores y que implícitamente existe una<br />

voluntad de perpetuar el orden social<br />

establecido. No hay lugar a dudas, por<br />

ejemplo, de que cada día hay más maneras<br />

de vivir (personas solas, parejas separadas,<br />

hijos que solo tienen padre o madre, o que<br />

tienen más de dos, etc.) y que aún no<br />

aparecen o no son tratados con naturalidad<br />

en los materiales de aprendizaje.<br />

Según los nuevos programas, los aprendices<br />

deben desarrollar su mentalidad crítica, y la


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

enseñanza debe favorecer su autonomía de<br />

opinión. A grandes rasgos, el principal<br />

objetivo del desarrollo de la mente crítica es<br />

la interpretación del mundo que nos rodea, la<br />

organización social en la que estamos<br />

inmersos y también los cambios sociales. Los<br />

conocimientos y las habilidades que se<br />

desarrollan en la enseñanza de cualquier<br />

materia tienen que permitir analizar la realidad<br />

que nos rodea, no solo para conocerla<br />

sino también con el objetivo de construir<br />

otros proyectos sociales alternativos.<br />

El modelo de ciudadanos que debe surgir de<br />

la Reforma, las nuevas generaciones, deben<br />

ser ciudadanos activos, participativos,<br />

responsables y comprometidos. La<br />

enseñanza no puede eludir este trabajo de<br />

configuración de criterios, y tiene que hacerlo<br />

de la manera más objetiva y justa posible. El<br />

entorno social debe ser presentado no como<br />

una realidad inamovible, sino cuestionable y<br />

susceptible de cambios.<br />

Temas como, el sexismo, la publicidad, la<br />

guerra, la paz, la degradación del medio<br />

ambiente, la problemática del Tercer Mundo,<br />

las bolsas de pobreza de los países ricos, el<br />

racismo, etc. no pueden ser<br />

sistemáticamente olvidados en el aula y en<br />

toda la variedad de recursos didácticos. No<br />

se puede limitar la realidad de los<br />

aprendices, hay que favorecer el<br />

conocimiento de realidades plurales y de<br />

puntos de vista variados, y se debe hacer de<br />

una manera interdisciplinaria.<br />

Naturalmente, estos enfoques requieren<br />

coordinación con otras materias. El<br />

planteamiento interdisciplinario de la<br />

Reforma favorece la organización de<br />

actividades conjuntas y de programaciones<br />

multitemáticas. Además, estas temáticas no<br />

deben ser tratadas solo como un motivo de<br />

conversación o de debate. El enfoque<br />

didáctico de estas cuestiones puede llegar a<br />

niveles muy prácticos y de implicación social.<br />

Para no extendernos excesivamente,<br />

pensemos sólo en algunas de las temáticas<br />

sugeridas anteriormente: el medio ambiente.<br />

El tratamiento didáctico del tema puede ir<br />

desde la ampliación de información hasta la<br />

implicación de los aprendices en prácticas<br />

cotidianas de protección del medio ambiente<br />

y de ahorro de energía. Un medio, ambiente<br />

óptimo es el que permite el desarrollo físico,<br />

mental y sociológico de sus habitantes e<br />

incluye temas como la sanidad, los derechos<br />

humanos, los medios de transporte, la<br />

educación, etc. Como formadores de las<br />

nuevas generaciones debemos transmitir<br />

nuestras preocupaciones y también nuestras<br />

esperanzas. Los materiales de trabajo<br />

(textos, películas, canciones), los temas de<br />

discusión, los trabajos de expresión escrita,<br />

etc. pueden tener como contenido una larga<br />

lista de temáticas relacionadas con la<br />

cuestión.<br />

De hecho, el aula es también un medio<br />

idóneo para promover entre los aprendices<br />

modelos de vida sana, actitudes de<br />

colaboración con campañas de defensa de<br />

entornos naturales o bien pequeñas acciones<br />

encaminadas al mismo objetivo: el uso de<br />

papel reciclado, el interés por el<br />

conocimiento de la naturaleza, la selección<br />

de productos de consumo no-contaminantes,<br />

enterrar las basuras en el bosque, etc. Hay<br />

que ayudarles a tomar conciencia y a<br />

trabajar para solucionar los problemas<br />

ecológicos.<br />

Si no escogemos cuidadosamente los<br />

materiales de trabajo para que den una<br />

imagen lo suficientemente diversa de la<br />

realidad social y también para que incluyan<br />

propuestas de mejora, no podremos evitar<br />

que, de manera ineludible, se transmitan<br />

173


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

ciertos modelos presentes en gran cantidad<br />

de materiales. Son imágenes de una<br />

sociedad de consumo y consumista, donde<br />

los jóvenes son objetivo y víctima de la<br />

publicidad más salvaje; imágenes de una<br />

sociedad con valores en forma de producto,<br />

en la que el prestigio de una persona se mide<br />

por el número de válvulas que posee su<br />

automóvil, imágenes de una realidad con<br />

abismos de injusticia que se presenta<br />

inalterable.<br />

MODELOS DIDÁCTICOS<br />

Los materiales, los programas y las<br />

actividades de un curso también dejan<br />

traslucir algunos modelos didácticos que<br />

suponen una determinada relación entre el<br />

aprendiz y lo que tiene que aprender, entre<br />

el alumno y el profesor, e incluso entre el<br />

objeto del aprendizaje y la realidad del<br />

entorno.<br />

Un planteamiento actual no puede basarse<br />

en el papel del profesor como única fuente de<br />

información y como único miembro del grupo<br />

que puede presentar propuestas o tomar<br />

iniciativas. La participación de todos en la<br />

selección de actividades y en el ritmo de<br />

aprendizaje requiere un enfoque más abierto<br />

y al mismo tiempo más complejo.<br />

Durante mucho tiempo, e incluso hoy en día,<br />

la enseñanza parte de un modelo basado en<br />

el libro de texto, y deja al profesor en un<br />

segundo plano. A menudo, son los propios<br />

profesores los que eligen libros "cómodos",<br />

en los que esta explicado todo y donde<br />

existen infinidad de ejercicios para prácticar.<br />

Dar un papel predominante al libro de texto<br />

favorece muy poco la adaptación de la<br />

enseñanza a las necesidades y a las<br />

características del alumnado. También hace<br />

muy difíciles otras actividades más interdis-<br />

174<br />

ciplinarias y globalizadoras, y en general es<br />

un freno para la iniciativa de los aprendices.<br />

Aprender se convierte en "pasar pagina" y en<br />

el sufrimiento del mes de mayo, porque se<br />

descubre que no se llega a la última.<br />

Profesor y libro no pueden ser las únicas<br />

fuentes de información. Hay que abrir el aula<br />

a otros medios de comunicación, a otras<br />

realidades y, sobre todo, a la aportación que<br />

pueden hacer todos los miembros del grupo.<br />

El profesor puede coordinar, asesorar,<br />

marcar objetivos a través del análisis de las<br />

necesidades de los aprendices, etc. Los libros<br />

no son indispensables, pero si se utilizan,<br />

deben ser un recurso y no una fuente de<br />

sufrimientos.<br />

En una enseñanza más centrada en el<br />

alumno, la interacción en la clase debe ser<br />

múltiple y variada: entre alumnos, por<br />

parejas, en pequeño grupo, con todo el<br />

grupo, de profesor a grupo y de grupo a<br />

profesor. Además, no tiene porque quedar<br />

restringida a las paredes del aula, puede<br />

participar gente de fuera, del centro, del<br />

barrio. La información puede llegar por<br />

libros, pero también a través de videos,<br />

fotocopias, películas, paseos, visitas, etc.<br />

El tipo de actividades que presentan algunos<br />

materiales también es un elemento<br />

interesante de observar. A menudo las<br />

actividades son siempre mecánicas y del<br />

mismo tipo, poco variadas y repetitivas. A<br />

menudo solo van referidas a un aspecto<br />

parcial del tema de estudio y no proponen<br />

actividades más globales.<br />

La manera de formular las instrucciones para<br />

los alumnos, al principio de cada ejercicio,<br />

también nos da información sobre el tipo de<br />

interacción que preven. La mayoría de los<br />

libros de texto dan siempre instrucciones en<br />

imperativo singular e ignoran la existencia<br />

del grupo-clase y del propio profesor.


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

En resumen, la organización del aula y de las<br />

personas que trabajan y aprenden en ella<br />

también transmite una determinada<br />

concepción de la enseñanza. Las actitudes,<br />

los roles y el estatus de profesor y alumnos<br />

configuran el modo de actuar de ambos. Por<br />

este motivo, debemos buscar un enfoque<br />

flexible, dinámico y humano de las relaciones<br />

en el aula. Los alumnos tienen que poder<br />

aportar todo lo que llevan dentro, deben<br />

sentirse en libertad para trabajar y<br />

preguntar, deben sentirse a gusto.<br />

ANÁLISIS<br />

MATERIALES<br />

Y SELECCIÓN DE<br />

Si se utiliza un libro de texto, ¿cómo<br />

podremos escoger el mejor o el más<br />

adecuado para nuestros alumnos? Si se<br />

quiere emplear material complementario o<br />

cuadernos de ejercicios, ¿cómo podremos<br />

observar sus características?<br />

Somos conscientes de que con todo lo<br />

expuesto anteriormente la tarea de tomar<br />

una decisión en el momento de elegir los<br />

materiales didácticos de un curso se hace, si<br />

cabe, más difícil. No solo hay que valorar si<br />

el diseño de los materiales se adapta al nivel<br />

de los alumnos y a los objetivos del<br />

aprendizaje, sino también si reúne toda una<br />

serie de características respecto de los<br />

modelos y los contenidos culturales, sociales,<br />

de lengua y didácticos que transmite cada<br />

material.<br />

Existen ciertos indicios que nos dan<br />

información sobre los aspectos comentados.<br />

A continuación se presenta una ficha que<br />

puede ser útil para analizar libros de texto u<br />

otros materiales impresos, y puede ayudar a<br />

tomar la difícil decisión final. Se han definido<br />

algunos factores de observación y sobre cada<br />

uno de ellos se formulan preguntas que<br />

deberían poder responderse ante el material.<br />

FICHA DE ANALISIS DE<br />

MATERIALES<br />

1. TIPOS DE PROGRAMACIÓN<br />

- Cíclica<br />

- Lineal<br />

- Integradora<br />

- Orden (planos lingüísticos, grado de<br />

dificultad, a partir de un eje, etc.)<br />

2. RELACIÓN CON LOS PROGRAMAS<br />

DE LENGUA Y LITERATURA DE LA<br />

REFORMA<br />

-¿incluye conceptos, procedimientos y<br />

actitudes?<br />

- ¿Separa de manera excesiva lengua y<br />

literatura?<br />

- ¿Da prioridad a las habilidades?<br />

- ¿Aparecen, de alguna manera, los medios<br />

de comunicación?<br />

- Etc.<br />

3. TIPOS DE ACTIVIDADES Y<br />

EJERCICIOS QUE PROPONE<br />

- De respuesta: - múltiple<br />

-única<br />

-abierta<br />

-divergente/creativa<br />

-¿Hay actividades que integran varios<br />

objetivos?<br />

- ¿Hay actividades interdisciplinarias?<br />

- Interacción: - individual<br />

-parejas<br />

-pequeño grupo<br />

-grupo-clase<br />

175


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

- Función del profesor<br />

- Tipo de corrección: - no-explícita<br />

-autocorrección<br />

-en la clase<br />

-a cargo del profesor<br />

-¿Hay actividades de elaboración de textos<br />

completos?<br />

- Hay temáticas motivadoras?<br />

4. MATERIAL DE APOYO<br />

- Textos: tipos, temáticas, registro, variedad,<br />

etc.<br />

- Fotografías: atractivas, variadas, reales,<br />

temas ausentes, etc.<br />

-¿Qué tratamiento se da a los textos<br />

literarios?<br />

5. MODELOS CULTURALES QUE<br />

TRANSMITE<br />

- Modelo de lengua<br />

- Modelo de cultura<br />

- Modelo de sociedad<br />

- Modelos didácticos<br />

De manera práctica podemos responder a los<br />

cuatro factores con una pregunta. ¿Tiene en<br />

cuenta la diversidad?<br />

6. ASPECTOS FORMALES<br />

- ¿Como está dispuesto el texto? ¿Bien<br />

distribuido?<br />

espacio?<br />

- ¿Hay índice?<br />

¿Aprovecha demasiado el<br />

- ¿Contiene materiales de consulta? Listas de<br />

verbos, vocabulario, etc.<br />

- ¿Es fácil de consultar?<br />

176<br />

- ¿Es atractivo? (colores, fotografías, dibujos,<br />

tintas de impresión, etc.)<br />

- ¿Es abierto? Dirige a los alumnos a buscar<br />

información fuera del propio material<br />

(material de audio, video, bibliotecas, medios<br />

de comunicación, etc.).<br />

Si se someten muchos materiales a un<br />

análisis de este tipo, posiblemente se verá<br />

que no hay ninguno que nos convenza<br />

totalmente, o bien que algunos nos gustan<br />

sólo en parte. Es una situación muy<br />

frecuente ya que hay que tomar conciencia<br />

de que no hay ningún material que se haya<br />

hecho expresamente para nuestro grupoclase,<br />

ni tampoco pensando en nuestra<br />

manera de trabajar.<br />

Se puede prescindir del libro de texto, o bien<br />

aprovechar sólo una parte, completarlo con<br />

otros materiales, trabajar con dos o más<br />

libros alternativamente, etc. Un material<br />

confeccionado o decidido por un profesor<br />

consciente de las necesidades de los<br />

alumnos y de los diversos objetivos de<br />

aprendizaje es siempre adecuado. Al<br />

elaborar terceros niveles de concreción, a<br />

menudo nos encontraremos con falta de<br />

materiales adecuados en el mercado.<br />

DINAMIZACIÓN CULTURAL EN UN<br />

CURSO DE LENGUA<br />

Ya hemos visto que la cultura, en un sentido<br />

amplio, impregna muchos detalles de la vida<br />

cotidiana que tienen un papel importante en<br />

las actividades y los materiales didácticos.<br />

En la vida normal y en el aula hacemos y<br />

reproducimos cultura constantemente. La<br />

propia clase, la interacción que en ella se<br />

produce, las temáticas, las relaciones con el<br />

entorno, etc. son un lugar de reflexión y de<br />

descubierta, y también de interés por toda<br />

una serie de conocimientos y de habilidades


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

extra <strong>lingüística</strong>s indispensables para la<br />

comunicación.<br />

Esto no significa que no sea necesario o útil<br />

tener un espacio dedicado a las actividades<br />

didácticas que tradicionalmente se entienden<br />

como explícitamente culturales: leer o<br />

comentar un texto literario, recordar un<br />

episodio histórico, ir a un museo, asistir a la<br />

representación de una obra de teatro o ver<br />

una película.<br />

Hay que entender estas actividades, en<br />

principio, como incluidas intrínsecamente en<br />

la programación del curso. No obstante,<br />

tienen una proyección que va más allá, ya<br />

que son la práctica didáctica de la<br />

dinamización sociocultural.<br />

El aula es sobre todo un espacio cultural. Por<br />

un lado genera cultura y por otro puede ser<br />

un foco de intercambio y de participación<br />

activa en las actividades del entorno (centro,<br />

barrio, pueblo, etc.). La escuela es un centro<br />

de promoción de la cultura; ciertas<br />

actividades en grupo fuera del aula, como<br />

pueden ser visitas a museos, viajes, salidas<br />

al cine o al teatro, cumplen muchos objetivos<br />

al mismo tiempo y no sólo de índole<br />

académica.<br />

Respecto a esto, hay que dar un toque de<br />

atención. La sociedad no puede dejar<br />

únicamente en manos de los enseñantes la<br />

tarea del fomento de la participación en<br />

actividades culturales. La escuela organiza<br />

salidas con unos determinados objetivos de<br />

aprendizaje, pero no puede asumir toda la<br />

responsabilidad de la culturización de los<br />

alumnos.<br />

Es triste comprobar, un día que la clase<br />

asiste a una representación teatral, por<br />

ejemplo, como algún alumno, con gran<br />

entusiasmo por la actividad, nos comenta:<br />

"Es la primera vez que he visto una obra de<br />

teatro". Es necesario implicar a los padres en<br />

la educación integral de sus hijos y no<br />

permitir que se sientan liberados de sus<br />

responsabilidades educativas por el hecho de<br />

haber matriculado a su hijo en un<br />

determinado centro.<br />

Al preparar actividades de dinamización<br />

cultural fuera del aula entramos en una<br />

actividad compleja, larga y poco reconocida.<br />

Para conseguir que no resulten una carga<br />

excesiva para los profesores, a continuación<br />

presentamos algunas ideas prácticas para<br />

organizarlas y, al mismo tiempo, economizar<br />

esfuerzos.<br />

- Programar conjuntamente con otros<br />

profesores las salidas del curso y la<br />

elaboración del material didáctico si es<br />

necesario para enfocar la salida.<br />

- Confeccionar un archivo de actividades y de<br />

información (programas, críticas, pianos,<br />

mapas, etc.) para que en el próximo curso<br />

sea más fácil preparar el material de la<br />

salida.<br />

- Aprovechar los servicios que ofrecen<br />

algunas instituciones: visitas guiadas,<br />

dossiers didácticos, entrada gratuita, etc.<br />

- Enterarse de actividades organizadas por<br />

los departamentos de la comunidad<br />

autónoma, dirigidas a las escuelas. Son<br />

actividades ya preparadas, como conciertos,<br />

recitales, charlas con un escritor, etc. y<br />

normalmente sólo se debe reservarlas con<br />

antelación para que nos lo sirvan todo<br />

hecho, gratuito y en el mismo centro.<br />

Generalmente, esta información se consigue<br />

en los CEPS.<br />

Evidentemente no solo se hace dinamización<br />

socio-cultural fuera del centro. Por<br />

imperativos de tiempo, entre otros, no<br />

podemos programar todas las salidas que<br />

podrían resultar interesantes, pero podemos<br />

motivar a los alumnos hacia la participación<br />

177


LENGUA, CULTURA Y SOCIEDAD_____________________________________________<br />

en actividades culturales de diversas<br />

maneras. A continuación se presentan unas<br />

ideas para aprovechar los esfuerzos, las<br />

propuestas de todos y los recursos que nos<br />

aportan los medios de comunicación.<br />

- Tablón de anuncios: es una buena idea<br />

disponer de un tablón de anuncios en el aula.<br />

De este modo podremos poner al alcance del<br />

grupo mucha información cultural del barrio y<br />

de la ciudad: charlas, obras que se estrenan,<br />

exposiciones que se inauguran, conciertos,<br />

fiestas de vecinos, etc. Los propios alumnos<br />

pueden ser los encargados de renovar la<br />

información. Sobre todo en cursos de adultos<br />

y de secundaria, se ha comprobado que a<br />

menudo el ambiente de la clase favorece las<br />

citas para asistir a este tipo de actividades.<br />

Para los más pequeños, el profesor puede<br />

seleccionar la información y escoger, por<br />

ejemplo, carteles muy vistosos de actos<br />

dirigidos al público infantil, y aconsejar a los<br />

niños y a las niñas que pidan a sus padres<br />

que les lleven a una actividad determinada.<br />

-También se puede remitir a los alumnos a<br />

alguna actividad que se organice en el barrio<br />

o en la ciudad, y después preparar alguna<br />

actividad en clase que esté relacionada. Es<br />

conveniente que los aprendices empiecen a<br />

participar de manera autónoma en<br />

actividades culturales. Nosotros les podemos<br />

facilitar toda la información necesaria, pero<br />

no es indispensable que vayan en grupo o<br />

acompañados de sus profesores.<br />

-Grabar en video películas, debates o<br />

programas informativos de la televisión. El<br />

video permite detenerse, rebobinar, etc. y<br />

facilita mucho la organización de la actividad.<br />

Se puede hacer lo mismo con la radio.<br />

-Preparar actividades de comprensión lectora<br />

con material real como carteles, programas,<br />

agendas, guías, etc. De una manera<br />

implícita, hay que informar al aprendiz de las<br />

178<br />

posibilidades que le ofrece el pueblo, el<br />

barrio o la ciudad donde vive.<br />

-En actividades orales hay que favorecer el<br />

intercambio de información cultural. Los<br />

aprendices son, seguramente, de procedencia<br />

diversa y pueden explicar como es su<br />

lugar de origen, que tradiciones hay, que<br />

fiestas se celebran, explicar una leyenda de<br />

su país e incluso cantar una canción.<br />

-En el calendario escolar no se deben olvidar<br />

las fechas de las celebraciones tradicionales.<br />

De esta manera los alumnos podrán<br />

relacionar información o actividades de la<br />

clase con otras que encontraran en la calle o<br />

en los medios de comunicación. No se puede<br />

olvidar tampoco el dedicar un espacio a<br />

fechas de repercusión internacional (día de la<br />

tierra, día de la mujer trabajadora, día del<br />

trabajo, día mundial para la paz o contra el<br />

hambre, etc.).<br />

-Hay que aprovechar las reuniones de padres<br />

para recordar que las visitas organizadas<br />

desde la escuela no son la única manera de<br />

ir al cine o al teatro. Es necesario que se<br />

sientan implicados y que programen otras<br />

salidas con sus hijos.


ACTIVIDADES DE OBSERVACION E INVESTIGACION_____________________________<br />

TEXTO, CONTEXTO Y SITUACIÓN<br />

Cerezo Arriaz, Manuel, "Los códigos<br />

sociolingüísticos" y<br />

"Glosario", en Texto, contexto y situación,<br />

Barcelona, Octaedro, 1997, pp. 115-125 y 167169.<br />

ACTIVIDADES DE OBSERVACIÓN E INVESTIGACIÓN<br />

1. Lee este texto con atención.<br />

Clasifica, en primer lugar el tipo de<br />

texto. En él se aprecia una diferencia<br />

en la lengua que emplean los personajes: la<br />

de Espeleta de un lado, y Missy J. Antonio,<br />

de otro. ¿Qué variedad dialectal emplea<br />

Espeleta?<br />

2. El texto reproduce una supuesta<br />

conversación, por lo cual trata de<br />

representar, con todas sus características<br />

orales, un discurso hablado, que ha sido<br />

transcodificado al lenguaje escrito. Por ello,<br />

se ha tratado de recoger la pronunciación de<br />

Espeleta de la forma más fiable. Caracteriza<br />

sus rasgos lingüísticos. El idiolecto de<br />

Espeleta tiene también unos rasgos sociales<br />

precisos, representa la jerga de una<br />

profesión determinada y de una actitud ante<br />

la vida, señala de que profesión se trata y<br />

cuál esa actitud,<br />

3. Se trata de una lengua escrita como si<br />

fuera hablada. ¿En qué tono habla Espeleta<br />

del mundo del toreo? indica los marcadores<br />

de tono empleados por el personaje.<br />

4. ¿Qué rango social tiene el repertorio<br />

lingüístico de Espeleta? ¿Usa eufemismos,<br />

hipercorrecciones o vulgarismos? Su código<br />

lingüístico ¿es personal o representa el de<br />

una posición social y profesional? ¿Cómo<br />

clasificarías la lengua de este personaje?:<br />

culta, vulgar, familiar,<br />

jergal, coloquial?<br />

REFLEXIÓN SOBRE EL USO<br />

SOCIAL DEL DISCURSO<br />

Ya nos hemos referido al hecho de que los<br />

hablantes no pensamos en comunicar<br />

oraciones, sino en expresar mediante el<br />

lenguaje nuestras intenciones a través de<br />

textos o discursos, es decir, de unidades<br />

semánticas en las que esta presente lo que<br />

queremos significar y en las que nos<br />

involucramos como hablantes. El texto<br />

forma, pues, un todo unificado, tiene textura<br />

y funciona como una unidad expresiva en la<br />

situación o contexto en la que se inserta.<br />

Ahora bien, los textos no son todos de la<br />

misma naturaleza, sino que por el contrario<br />

están estratificados socialmente. Dentro de<br />

una misma lengua se pueden observar<br />

variedades de cuatro tipos:<br />

a) Diatópicas. Las variedades geográficas del<br />

castellano, por ejemplo: andaluz, murciano,<br />

extremeño, español de América, castellano<br />

central, occidental y oriental.<br />

b) Diacrónicas. Las variedades de una lengua<br />

que se dan a lo largo de su evolución en el<br />

tiempo. Así el castellano medieval, de los siglos<br />

de oro, del siglo XVIII, del XIX o el<br />

actual.<br />

c) Diastráticas. Derivadas de la<br />

179


ACTIVIDADES DE OBSERVACION E INVESTIGACION_____________________________<br />

estructuración de la sociedad en clases,<br />

llamadas también sociolectos o variedades<br />

sociales: lengua de la clase alta, de la clase<br />

media, del pueblo; lengua rural o urbana;<br />

grupos marginales, lengua de barrio;<br />

lenguajes de edad: argot juvenil. Y dentro de<br />

cada una de ellas, variedades dependientes<br />

de la situación de uso del lenguaje<br />

(registros): castellano culto, coloquial,<br />

familiar, estándar, etc.<br />

La adquisición de un dialecto social<br />

determinado depende de la clase de que uno<br />

forme parte, de su profesión, de su situación<br />

económica, etc. Hay hablantes que utilizan<br />

variantes <strong>lingüística</strong>s estigmatizadoras, como<br />

los vulgarismos, sin embargo las mantienen<br />

sin alterarlas a pesar de ser conscientes de<br />

su valor peyorativo para las personas ajenas<br />

a su ambiente social. Para ellos, son, en<br />

cambio, signos de identidad y de lealtad a<br />

sus propias condiciones de vida y de grupo.<br />

El rango social de un repertorio lingüístico<br />

esta en función de su consideración social<br />

prestigiada o desprestigiada. Por ejemplo, el<br />

ceceo tiene un rango menor que el seseo y<br />

éste, en ocasiones, un rango inferior a la<br />

distinción; aunque últimamente el rango de<br />

repertorio del seseo ha aumentado.<br />

En determinados sectores de la clase media<br />

baja hay una tendencia excesiva a la<br />

hipercorrección que pretende evitar el<br />

vulgarismo a toda costa, creando formas algo<br />

cómicas: "bacalado”, “Bilbado” y “freido”,<br />

etc.<br />

El eufemismo es un uso que tiende a<br />

disfrazar aspectos desagradables en la<br />

mención de la realidad. Se habla de<br />

“invidentes”, para llamar a los ciegos, la<br />

“tercera edad”, para nombrar la vejez, el<br />

"desempleo estructural” para nombrar el<br />

paro permanente, etc. A veces su función es<br />

la de un mero disimulo de las facetas más<br />

180<br />

crudas de la realidad, que se tratan de evitar<br />

dejando de llamar a las cosas por su<br />

nombre, sin pretender modificar situaciones<br />

injustas. El escritor Antonio Gala critíca esta<br />

tendencia al eufemismo:<br />

“Ahora los viejos son la tercera edad, los<br />

porteros administradores de fincas y los<br />

practicantes técnicos auxiliares de no sé qué.<br />

Como decía Ortega, si todos bajásemos un<br />

peldaño, la escalera social sería más cómoda<br />

y exacta” (Entrevista en El Mundo Magazine,<br />

1O-X-92.)<br />

d) Variedades diatipicas, Originadas por la<br />

división técnica del trabajo, en profesiones<br />

diferenciadas, dan lugar a los lenguajes<br />

especializados o jergas profesionales:<br />

lenguaje jurídico, administrativo, deportivo,<br />

técnico, tecnocrático, político, periodístico,<br />

de germanía, etc.<br />

La jerga tecnocratita se caracteriza por su<br />

oscuridad, sus eufemismos, por el hecho de<br />

tomar a los otros como simples destinatarios<br />

incompetentes o ignorantes de realidades de<br />

un mayor rango. Los políticos se refugian a<br />

veces, en el lenguaje tecnocrático para hacer<br />

más “digeribles” sus decisiones o embellecer<br />

la realidad. La economía se ha convertido en<br />

el lenguaje tecnocrático de la política,<br />

observemos estas declaraciones de Santiago<br />

Mendioroz, secretario general de<br />

Planificación del Ministerio de Sanidad y<br />

Consumo, recogidas en el país (1- X-<br />

92):<br />

EL PAÍS<br />

«El Ministerio hace hincapié, con el<br />

optimismo de haber ganado a batalla al<br />

fantasma del recorte, en que este año con<br />

2.632.263 millones de pesetas, se hace por


ACTIVIDADES DE OBSERVACION E INVESTIGACION_____________________________<br />

primera vez un “presupuesto real”. En 1992,<br />

se presupuestaron 2.389.140 millones de<br />

pesetas, pero se gastaron 2.551.000, es<br />

decir, un 7% más. La desviación, sin<br />

embargo, es la más baja de los últimos<br />

ejercicios que subía por encima del 12%. Y<br />

ello podría explicarse en que por primera vez<br />

en la baja no se haya contabilizado la carga,<br />

año tras año, de una pesada deuda de<br />

mediobillón de pesetas acumulada tras<br />

ejercicios de financiación ficticia y que se<br />

está sufragando aparte mediante la emisión<br />

de una deuda pública.”<br />

El conjunto de las variedades diatópicas,<br />

diastráticas y diatipicas pueden ser llamadas<br />

diatipos. Todos poseemos una serie de<br />

marcas diatipicas en nuestra forma de usar la<br />

lengua dentro de una situación determinada:<br />

es el idiolecto, o dialecto personal, que nos<br />

caracteriza individualmente y nos adscribe a<br />

un origen geográfico, profesional social<br />

concreto, incluso a una psicología propia.<br />

Nuestro idiolecto puede tener una mayor o<br />

menor riqueza de registros. El registro es una<br />

denominación útil para poner de manifiesto<br />

las variedades de la lengua en relación con<br />

las variaciones del contexto.<br />

Nuestro registro cambiara si nos situamos en<br />

el ambiente de la familia de la escuela, de la<br />

profesión, de los amigos, en una<br />

conversación en el bar, etc. La capacidad<br />

para cambiar de registro refleja un dominio<br />

amplio de modalidades y le da a nuestra<br />

lengua variedad y riqueza. Hay personas que<br />

tienen un registro monocorde y lo emplean<br />

siempre cualquier situación. Es el caso, por<br />

ejemplo, de las personas que “hablan como<br />

un libro” o, en el extremo opuesto, la de los<br />

que en cualquier situación emplean la jerga<br />

amistosa de la calle. La pobreza de registros<br />

puede ser el resultado de una escasa<br />

dimensión social. Así el aburrido que en una<br />

fiesta sólo sabe hablar de su trabajo. Este es<br />

un fenómeno común en determinados grupos<br />

sociales o profesionales.<br />

Las dimensiones contextuales de la variación<br />

<strong>lingüística</strong> se pueden caracterizar como<br />

campo, modo y tono.<br />

El campo del discurso es la consecuencia de<br />

los objetivos del hablante y por tanto se<br />

refiere a aquello de lo que trata su discurso.<br />

Por ejemplo, si lo que se propone es<br />

establecer un contacto personal, hablará<br />

seguramente del “tiempo” la “salud”, los<br />

“planes para las vacaciones”, etc.<br />

Hay un uso ideológico del lenguaje por medio<br />

del cual se trata de justificar lo que<br />

difícilmente seria admisible si se presentara<br />

con toda su crudeza. El lenguaje totalitario<br />

de las dictaduras se viste de justificaciones<br />

basadas en el “orden público” el “bien<br />

común”, la “salvación de la patria”, etc.,<br />

creando un discurso paternalista y protector.<br />

Determinadas ideologías políticas no<br />

democráticas presentan sus argumentos con<br />

eufemismos tecnocráticos o retóricos. Así,<br />

alguien que quiera justificar el totalitarismo<br />

no declarara: Creo que matar a los<br />

opositores es la mejor manera de obtener un<br />

buen resultado”. Sino que declarara algo así:<br />

“Debemos estar de acuerdo en que cierta<br />

reducción del derecho a la oposición política<br />

es una concomitante inevitable de periodos<br />

de transición, y que los rigores que el pueblo<br />

ha debido sufrir han sido ampliamente<br />

justificados en la esfera de lo concretamente<br />

logrado”.<br />

En el lenguaje militar se emplean<br />

expresiones eufemísticas: "rectificación de<br />

fronteras, para hablar de la perdida de una<br />

batalla, “operación de limpieza”, para<br />

nombrar una matanza de enemigos,<br />

“interrogar al prisionero” con el significado<br />

181


ACTIVIDADES DE OBSERVACION E INVESTIGACION_____________________________<br />

de torturarlo, etc., que esconden realidades<br />

mucho más sórdidas. El suicido o el<br />

homicidio se suelen nombrar en estos medios<br />

con la expresión ose le disparó la pistola<br />

accidentalmente”.<br />

El modo del discurso esta en relación con el<br />

medio de transmisión elegido: lengua oral o<br />

escrita. Hay formas de usar la lengua<br />

hablada, como el monólogo, en las que se<br />

excluye la posibilidad de interrupción por<br />

parte de otros. En la conversación se puede<br />

dialogar, aunque un hablante hable más que<br />

otro, o se puede monologar (el llamado<br />

“diálogo de sordos”). Hay profesiones que<br />

tienden al monólogo cuando usan el lenguaje<br />

oral: los Abogados, los predicadores, los<br />

profesores. Los textos que producen son más<br />

coherentes, pero tienden a desconectarse del<br />

otro. Los oradores generalmente dependen<br />

de un texto escrito que tratan de recitar o<br />

enunciar. En estos formatos de comunicación<br />

se tiende a cruzar la modalidad oral con la<br />

escrita, dando lugar a los matices.<br />

182


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

LA COCINA DE LA ESCRITURA<br />

DANIEL CASSANY<br />

13. NIVELES DE FORMALIDAD<br />

El proceso de aprender una lengua se<br />

nos presenta como el<br />

ensanchamiento gradual del<br />

repertorio verbal (…) conjunto de dialéctos y<br />

registros que cada hablante domina<br />

ISIDOR MARÍ,<br />

Lo recuerdo al mirar la agenda: iEXAMEN!<br />

Dejo una nota en el recibidor para avisar a<br />

mi familia: Hoy tengo examen y llegaré tarde<br />

a cenar. No me esperéis. Pido permiso en el<br />

trabajo para ausentarme: ...solicito permiso<br />

con el fin de poder asistir a una prueba<br />

evaluativa de mis estudios de redacción... El<br />

justificante del profesor pone: ... certifico<br />

que... ha realizado una comprobación de la<br />

asignatura de comunicación escrita<br />

durante...Al regresar a casa, por la noche,<br />

tomo nota en mi diario intimo: Vaya rollo ha<br />

resultado ser el examen... Y me acuesto con<br />

la satisfacción del deber cumplido.<br />

¿Te imaginas una nota manuscrita, dejada en<br />

la mesita del recibidor, para la familia, con<br />

este tono: Lamento tener que informarles<br />

que, a consecuencia de la realización de una<br />

prueba evaluativa para mis estudios de<br />

comunicación escrita, no me será posible<br />

comparecer a la cena a la hora<br />

acostumbrada? ¡Qué risa! ¿O una solicitud<br />

para el trabajo que dijera: ¡Tengo un<br />

examen! Dejadme salir antes!? No sólo no<br />

conseguiría el permiso, sino que nos tildarían<br />

de maleducados o torpes. Cada situación<br />

requiere un nivel de formalidad distinto,<br />

adecuado al interlocutor, a la función y al<br />

texto; si no se respeta, como en los<br />

ejemplos anteriores, peligra el éxito de la<br />

comunicación y la relación entre los<br />

interlocutores. Vamos a ver: ¿Qué pasa<br />

cuando nos presentamos desharrapados en<br />

una reunión de etiqueta?<br />

El nivel de formalidad es la sal y la pimienta<br />

del escrito. Una instancia con vocablos<br />

vulgares tiene un sabor vetusto, como un<br />

bacalao salado o reseco, y una carta de amor<br />

con prosa neutra o cientifica aburre como un<br />

filete insípido. Pero aunque el comensal lector<br />

se percate de los sinsabores de la<br />

comida, no es nada fácil hallar punto justo<br />

de condimentación pares cada comunicación:<br />

el tono directo y picante de una nota, la<br />

sintaxis precisa de la solicitud, o la<br />

terminología técnica para un informe.<br />

Dominar la escritura significa también<br />

percibir el valor sociolingüístico de la lengua.<br />

MARCAS DE INFORMALIDAD<br />

Todos los usuarios y las usuarias más o<br />

menos competentes de una lengua pueden<br />

discriminar los escritos formales de los<br />

informales, pero solo los autores más<br />

183


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

conscientes del valor de las palabras saben<br />

determinar las causas de ello. La impresión<br />

global de formalidad 0que puede<br />

desprenderse de una instancia, o el tono más<br />

familiar de un monólogo, dependen de<br />

factores concretos y analizables: la selección<br />

del vocabulario, los usos sintácticos o los<br />

recursos estilísticos. Llamamos marcas de<br />

[informalidad, de formalidad o de informalidad,<br />

a cada uno de los elementos que<br />

otorgan al escrito su nivel de formalidad. La<br />

«impresión» global que causa un texto depende<br />

de la suma de todas sus marcas.<br />

Por ejemplo, la frase La Merche se largo<br />

deprisa de la habitación puede calificarse a<br />

simple vista de familiar y muchos<br />

destacaríamos como marcas el uso del<br />

hipocorístico Merche o la locución adverbial<br />

deprisa. Pero un análisis atento revela más<br />

marcas de informalidad, por contraste con<br />

otras posibilidades expresivas:<br />

I<br />

La adjudicación de formalidad o informalidad<br />

a un rasgo verbal depende de los usos<br />

lingüísticos que haga de el su comunidad de<br />

hablantes. Si una palabra como charlar suele<br />

utilizarse en contextos coloquiales,<br />

184<br />

distendidos, entre amigos o conocidos,<br />

queda marcada con ese valor y, cuando se<br />

usa en situaciones más formales, conserva<br />

ese carácter. Además, en el diccionario<br />

mental de cada hablante este vocablo<br />

contrasta con todos los que pertenecen al<br />

mismo campo semántica y que podrían<br />

utilizarse en situaciones padecidas, con sus<br />

respectivas marcas: conversar, hablar,<br />

también coloquiales, y parlotear y darle a la<br />

sin hueso, vulgares; o comunicar, argumentar,<br />

deliberar, departir, mucho más<br />

formales.<br />

De este modo, no existe nada neutro.<br />

Cualquier palabra, construcción o giro carga<br />

con sus propias marcas, con sus connotaciones,<br />

con la historia de los usos lingüísticos<br />

que de ellos ha hecho la comunidad<br />

hablante. En general, los rasgos informales<br />

suelen asociarse a situaciones espontáneas<br />

(conversaciones, notas personales, etc.), al<br />

lenguaje corriente y conocido, al que se ha<br />

adquirido de manera natural, por la<br />

interacción con la familia, los amigos, etc. En<br />

cambio, los rasgos formales se relacionan<br />

con el lenguaje menos popular, más culto,<br />

aprendido en la escuela con instrucción<br />

programada, y con las comunicaciones más<br />

controladas, aquellas en que los usuarios<br />

«vigilamos» más y mejor lo que decimos y<br />

como lo decimos.<br />

Por otra parte, la carga formal/informal de la<br />

lengua no es un valor estable ni absoluto<br />

para todos los usuarios. No se puede trazar<br />

una frontera estricta entre lo coloquial y lo<br />

formal; más bien deberíamos entender estas<br />

variaciones como un continuo paulatino,<br />

como una escala de colores. La valoración<br />

varia a lo largo de la historia: construcciones<br />

como vos y vostro, muy corrientes siglos<br />

atrás suenan hoy formales e incluso


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

extrañas. También cambia con la geografía:<br />

por ejemplo, liviano es más coloquial que<br />

ligero, y prieto lo es más que oscuro o negro,<br />

en el español de América, al revés de lo que<br />

ocurre en la península. Pero incluso en un<br />

mismo lugar y espacio, cada individuo tiene<br />

una experiencia <strong>lingüística</strong> distinta (origen,<br />

viajes, migraciones, nivel de estudios, etc.),<br />

que le da un conocimiento personal y parcial<br />

de las marcas de [informalidad.<br />

Vallverdu (1987) preparó un curioso ejercicio<br />

para valorar el conocimiento que tenía un<br />

grupo de correctores lingüísticos de las<br />

marcas de formalidad del catalán. Se trata de<br />

una buena práctica para desarrollar la<br />

sensibilidad socio<strong>lingüística</strong> sobre estas<br />

cuestiones y para tomar conciencia de<br />

algunas de las marcas más habituales. La<br />

siguiente propuesta es una adaptación al<br />

castellano de la idea original. Para cada<br />

frase, debemos decidir si es formal (F) o<br />

informal (I) y subrayar las marcas que lo<br />

determinan. ¡anímate a intentarlo! Luego<br />

vienen las soluciones.<br />

1. Si no quieres eso, dalo.<br />

2. Pese a las intensas investigaciones, no las<br />

han localizado.<br />

3. Olvidaros, dejarlo correr.<br />

4. Súbitamente, la revuelta se propago por<br />

todas las provincias del país.<br />

5. No pensaba llamarlo.<br />

6. Están la mar de contentos.<br />

7. ¿Manzanas?, las compra a montones la<br />

Maria.<br />

8. Comprendió las razones por las cuales no<br />

había sido admitido.<br />

9. Si se da cuenta, ya la has liado.<br />

10. El lunes partirán en dirección a Nueva<br />

York.<br />

He aquí el análisis y los comentarios de cada<br />

frase:<br />

1. Informal. La forma dalo se considera<br />

incorrecta porque carece del objeto indirecto<br />

se: dáselo. Otras marcas son el demostrativo<br />

neutro eso, con un cierto matiz despectivo<br />

además de impreciso, que en un estilo más<br />

formal sustituiríamos por una expresión más<br />

especifica (el libro, el objeto, el yogur..); el<br />

tratamiento de tu, que contrasta con el<br />

usted.<br />

2. Formal. La selección léxica es bastante<br />

culta y homogénea.<br />

Y. Podemos usar soluciones mucho más<br />

familiares: búsqueda por investigaciones;<br />

encontrado por localizado; o muchas o<br />

bastantes por intensas. A pesar de o aunque<br />

también son más corrientes que pese a. En<br />

conjunto, la misma frase con bastante<br />

menos formalidad podría ser: Aunque las<br />

han buscado mucho, no las han encontrado.<br />

Fijémonos que la subordinada verbal<br />

introducida por aunque suena mucho más<br />

coloquial que la nominal con pese a.<br />

3. Informal. Es coloquial el uso del infinitivo<br />

olvidar y dejar, en, lugar del imperativo que<br />

corresponderla a la frase: olvidaos, dejadlo.<br />

También tiene claras connotaciones<br />

informales la expresión dejarlo correr.<br />

4. Formal. Súbitamente y propago tienen<br />

equivalencias coloquiales en de golpe y<br />

expandió, extendió o llego, de más a menos<br />

formal. Posiblemente en un estilo familiar<br />

seriamos menos precisos y diríamos: por<br />

todas partes del país, por todas partes o por<br />

todo el país.<br />

5. Formal. El pronombre de persona<br />

masculino lo es bastante menos frecuente<br />

que el equivalente le, en este contexto; se<br />

trata del leísmo de persona, unánimemente<br />

185


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

aceptado.<br />

6. Informal. La expresión la mar de tiene<br />

claras connotaciones expresivas y<br />

coloquiales.<br />

7. Informal. La expresión a montones es<br />

propia de la conversación, además de la<br />

anteposición y la repetición del objeto directo<br />

manzanas. El orden de las palabras también<br />

remite a un discurso dialogado improvisado.<br />

8. Formal. El relativo culto por las cuales y la<br />

construcción pasiva no había. sido destacan<br />

como marcas muy formales y poco habituales<br />

en el lenguaje cotidiano. Además, también<br />

podríamos considerar soluciones más bien<br />

formales el verbo comprender en vez del más<br />

coloquial entender o el uso de las razones en<br />

plural. Una versión mucho más coloquial<br />

seria: Entendió por que no lo habían querido<br />

o por que no lo quieren.<br />

9. Informal. La expresión ya la has liado<br />

resulta muy popular. Algunas curiosas<br />

equivalencias formales de la frase podrían<br />

ser: Si descubre el hecho, no habrá ninguna<br />

posibilidad o Si se fija en ello, habrá<br />

terminado el juego.<br />

10. Formal. El verbo partir con la acepción de<br />

irse o marcharse no es muy habitual. La<br />

licuación en dirección a también resulta<br />

mucho más formal que la corriente hacia.<br />

La oposición formal/informal se cruza con la<br />

de especifico/general. Fíjate en las siguientes<br />

expresiones paralelas: responder a un test o<br />

resolver una ecuación. Tienen el mismo nivel<br />

de formalidad que realizar una prueba, muy<br />

por encima de redactar o escribir un examen,<br />

y todavía más alejada de la coloquial hacer el<br />

186<br />

examen. Pero las dos primeras son bastante<br />

más especializadas que el resto, porque<br />

detallan el tipo concreto de prueba<br />

evaluativa y el acto especifico de realizarla.<br />

Siguiendo el ejercicio anterior, pero<br />

incorporando otras fuentes, he resumido en<br />

el siguiente esquema algunas de las marcas<br />

de [in-] formalidad más corrientes del<br />

castellano actual:


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

Sustantivos<br />

COLOQUIALES<br />

Reducciones consonánticas: setiembre,<br />

conciencia, trascendente, trasmitir,<br />

<br />

sustantivo, oscuro<br />

Abreviaciones: mili, poli, bici, mates,<br />

uni, bacata, mami, profe.<br />

Hipocorísticos: merche, pili, teo, dani.<br />

Comodines: cosa, eso, fulano, esto,<br />

tema.<br />

Pronombre<br />

Combinaciones dialectales: dalo, le vi a<br />

la<br />

(país vasco), la dije (septentrional)<br />

tia<br />

Leísmo aceptado: le he visto (a José)<br />

Leísmo no aceptados: le he visto (a<br />

Maria)<br />

Holismo, laísmo: los dio un regalo, la di<br />

un paquete.<br />

Formas proclíticas: se los quiso<br />

<br />

preguntar, la va a cantar, nos lo quería<br />

dar (y también un triste ejemplo que<br />

dio la vuelta al mundo el 23-2-1981:<br />

(se sienten coño.)<br />

Formas neutras: eso, esto, aquello.<br />

Relativos más usuales: el chico que<br />

vino a verme…; lo que significa que…;<br />

el hijo del cual llamó a la puerta (su<br />

hijo que llamó)<br />

Verbos<br />

Participios analógicos: elegido impreso.<br />

Uso de perífrasis de futuro: voy a ir, va<br />

a cantar.<br />

MARCAS DE [IN]FORMALIDAD<br />

FORMALES<br />

Forma sin reducción: septiembre,<br />

conciencia, trascendente, transmitir,<br />

sustantivo, obscuro.<br />

Formas originales: servicio militar,<br />

policía, bicicleta, matemática,<br />

universidad, bocadillo, madre o mama,<br />

profesor.<br />

Formas completas: mercedes, pilar,<br />

teodulo, Daniel.<br />

Uso de vocablos más precisos y<br />

específicos.<br />

Combinaciones normativas: dáselo, vi a<br />

la tia, le dije.<br />

Sin leismo: lo he visto (a José)<br />

Forma normativa: lo he visto (a Maria)<br />

Formas normativas: le dio un regalo, le<br />

di el paquete.<br />

Formas encliticas: quiso preguntárselo,<br />

va a cantarla, quería dárnoslo,<br />

siéntense.<br />

Formas más especificas para cada<br />

<br />

contexto.<br />

Formas cultas: el chico, el cual vino a<br />

verme…; lo cual significa que…; cuyo<br />

hijo llamó a la puerta.<br />

Participios latinos: electo, impreso.<br />

Futuro morfológico: iré, cantara.<br />

Imperativo<br />

marchaos.<br />

morfológico: callad,<br />

187


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

188<br />

Infinitivo con valor de imperativo: a<br />

callar, marcharos.<br />

Conectores<br />

Polisemia de algunos conectores por<br />

ejemplo, que, además de conjunción y<br />

relativo actúa como conector general:<br />

Objeción hipotética en forma<br />

<br />

interrogativa ¿Qué riñes? ¿Qué te vas?<br />

Introduce estilo indirecto sin verbum<br />

dicendi: que no quiere que vendrá<br />

mañana.<br />

Conjunción explicativa, de justificación:<br />

que me molesta.<br />

Uso con valores de cómo que, pues,<br />

que.<br />

Otros aspectos<br />

Escrito verbal: aunque las buscamos<br />

mucho…; cuando llegaron la grito…<br />

Orden de las palabras más flexible<br />

Uso general de formas activas<br />

Muletillas: o sea, pues entonces a nivel<br />

de.<br />

Onomatopeyas, interjecciones, frases<br />

<br />

hechas, refranes<br />

Formulas de referencia oral: lo que te<br />

dije, lo que te acabo de decir, te lo di<br />

antes.<br />

Sintaxis irregular: anacolutos,<br />

oraciones sincopadas, discordancias<br />

gramaticales (silepsis, zeugmas)<br />

CORRESPONDENCIA<br />

La variación de formalidad afecta a todos los<br />

Formas en –mente: rápidamente,<br />

gratuitamente, súbitamente.<br />

Uso de conectores y formulas más<br />

específicos:<br />

¿es verdad?, ¿es cierto que te vas?<br />

Sin elipsis: que dice que no quiere me<br />

dijo que vendrá mañana.<br />

Conjunciones habituales: por que me<br />

molesta, ya que causa molestias.<br />

Estilo nominal: a pesar de la búsqueda<br />

intensa…; a su llegada la gente grito…<br />

Orden de las palabras más fijo: sujetoverbo-objeto-complementos.<br />

Uso más frecuente de formas pasivas<br />

Formulas de referencia escrita: lo que<br />

mencione más arriba, en la pagina XX<br />

(s 44)<br />

Sintaxis regular: oraciones completas,<br />

grado superior de gramaticalidad.<br />

aspectos textuales, además del léxico y de la<br />

morfosintaxis. Desde la caligrafía o la<br />

presentación hasta la organización de la<br />

información o el estilo retórico, todo se<br />

adapta a cada situación comunicativa, como


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

un camaleón que se camufla en cada paisaje.<br />

De este modo, una carta íntima es fresca,<br />

personal, desordenada, con grafía<br />

espontánea, original (parecida al payaso de<br />

la literatura); mientras que una carta<br />

comercial repite los modelos estructurales y<br />

la fraseología típicos fijados por el uso.<br />

El nivel de formalidad adquiere mucha<br />

relevancia en la correspondencia, porque<br />

autor y lector se interpelan el uno al otro par<br />

medio de la escritura. Las cartas, las<br />

solicitudes o las felicitaciones reflejan la<br />

interrelación entre ambos, como también los<br />

factores que condicionan la comunicación<br />

(estatus social, propósito, tipo de texto).<br />

Veámoslo en las tres cartas siguientes, que<br />

podrían haberse extraído de un periódico<br />

cualquiera:<br />

189


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

190


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

!Uau! ¡Que diversidad! Los textos no son<br />

auténticos aunque puedan parecerlo, sobre<br />

todo los dos primeros. Los elaboraron<br />

aprendices de redacción atendiendo a la<br />

siguiente instrucción: a partir de un rol<br />

determinado, otorgado previamente (turista<br />

alemán, ama de casa y punqui), se tenia que<br />

escribir una carta para la sección Cartas al<br />

director, comentando alguna noticia del<br />

periódico [Avui, 6-9-84]. Aunque no se<br />

trataba de un ejercicio premeditado de<br />

formalidad, los estudiantes tenían que<br />

adaptarse a su nueva identidad y utilizar el<br />

lenguaje apropiado a las circunstancias. Las<br />

cartas muestran un variado caudal de<br />

recursos de formalidad. Fijémonos en ello:<br />

Los tres textos mantienen una misma<br />

estructura de cita de la noticia original y del<br />

tema, comentario personal y conclusión o<br />

cierre; pero la [in]formalidad, el estilo y la<br />

selección de la información varían<br />

notablemente. Por ejemplo, solo en la simple<br />

referencia a la fecha del periódico ya se<br />

pierde información según el grado de<br />

formalidad:<br />

1. ...una carta del periódico Avui, fechada el 6 de<br />

setiembre de 1984,...<br />

2. En el periódico Avui con fecha 6 de setiembre...<br />

3. Las informaciones del día 6...<br />

El primer texto es el más formal y<br />

diplomático. Una sintaxis compleja y cargada<br />

de incisos permite precisar todos los detalles<br />

del contenido. Cada párrafo consta de una<br />

única oración principal; no hay puntos y<br />

seguido. Las marcas de formalidad abarcan<br />

desde la variación léxica (manifiestan,<br />

afirma, se muestren críticos), los adverbios<br />

cultos (completamente, rápidamente) o la<br />

adjetivación literaria (maravillosas playas,<br />

paulatina degradación), hasta el uso de<br />

relativos cultos: en la cual.<br />

El segundo resulta bastante más familiar:<br />

combina algunas soluciones formales con<br />

otras más coloquiales. Entre las primeras<br />

deberemos notar las expresiones el hecho de<br />

que, por una parte, por la otra o tengan<br />

tendencia a poner adjetivos calificativos (en<br />

vez de la equivalencia más corriente<br />

acostumbrar a comentar/calificar). También<br />

son rasgos coloquiales el estilo directo y la<br />

introducción de voces distintas (contra la<br />

explicación indirecta monologada), el uso de<br />

interrogaciones retóricas, o la sintaxis breve<br />

y llana, casi sin incisos.<br />

La escasa verosimilitud de la tercera carta<br />

proviene del contraste: un periódico<br />

raramente publicaría un escrito tan vulgar,<br />

en el que incluso se liega al insulto desnudo,<br />

ni un punqui posiblemente estaría interesado<br />

en escribir una carta parecida -¡que no se<br />

ofendan los punquis!-. Pero se trata de un<br />

buen ejercicio de redacción y creo que esta'<br />

bastante bien resuelto. Expresiones vulgares<br />

y de argot (empezar a ligar, la pena, gastar<br />

guita, gente más legal...) e insultos (me la<br />

trae floja, cursi, medio mierda, paliza) se<br />

ponen al servicio de oraciones directas,<br />

cortas, ágiles, que dan al texto un tono<br />

cáustico y espontáneo.<br />

Un último ejemplo nos introduce en un<br />

terreno delicado: la formalidad es una parte<br />

de la educación social. Dicho de otro modo,<br />

la urbanidad o las buenas maneras también<br />

enseñan ¿enseñaban? como debemos<br />

dirigirnos a cada persona en cada situación.<br />

Por suerte, la comunicación actual no sufre<br />

la rigidez de antaño. Pero tampoco hace<br />

tanto tiempo que se escribían aquellas cartas<br />

de sociedad tan elegantes y protocolarias.<br />

Fíjate en esta joya, extraída de un manual<br />

de correspondencia amorosa (Nogales, sin<br />

fecha):<br />

191


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

DE UN VIUDO DE CIERTA EDAD<br />

A UNA JOVEN SOLTERA<br />

Señorita: Aunque con pocas esperanzas de<br />

éxito, dada mi edad y condiciones, la gracia y<br />

la gentileza de usted me han cautivado hasta<br />

el punto de que, saltando por todos los<br />

obstáculos morales que hasta hoy me han<br />

detenido, me atrevo a dirigirme a usted<br />

pintándola, aunque con lividos colores, el<br />

fuego de esta pasión, algo tardía, es cierto,<br />

pero no, exenta de firmeza y de lealtad,<br />

unidas a una decisión inquebrantable de<br />

hacerla mi esposa.<br />

Tras largas vacilaciones y dudas, tras largos<br />

temores e incertidumbres, hoy llego a usted<br />

con la firme pretensión de hacerla mi esposa,<br />

pues de todas las mujeres que he conocido,<br />

ninguna me ha parecido tan digna de ocupar<br />

el puesto de la que fue compañera de mi<br />

vida, y Dios fue servido de arrebatarme.<br />

Esta circunstancia será para usted una<br />

garantía, si no de vehemente y apasionada<br />

felicidad, por lo menos de seriedad, pues,<br />

dadas mis condiciones, no me esta permitido<br />

perder el tiempo en insulsos galanteos.<br />

Quede, pues, firme el jalón de lo que puede<br />

ser para los dos el comienzo de una vida<br />

tranquila y sin desvelos, y esperando su<br />

respuesta en sentido afirmativa, le ofrece la<br />

expresión de su admiración respetuosa.<br />

Pedro.<br />

¡Que delicia! Al margen de las costumbres<br />

sociales de otros tiempos que se reflejan en<br />

la carta (declararse formalmente, mantener<br />

correspondencia...), destaca el estilo retórico<br />

de la prosa. Cada idea se formula con un<br />

barroquismo y una retórica ¡o una cursileria!que<br />

hoy nos sorprenden. Fíjate en esta doble<br />

columna:<br />

192<br />

Notamos la delicadeza del estilo en la<br />

adjetivación refinada (lividos colores,<br />

insulsos galanteos, decisión<br />

inquebrantable...) o, también, en el curioso<br />

uso que se hace de los incisos, para<br />

, para decir solo de manera<br />

velada, sin darle importancia -y la lectora<br />

que los entienda, si quiere y puede-, algunos<br />

detalles importantes para el caso: ... los<br />

obstáculos morales que hasta hoy me han<br />

detenido... (Me pregunto: ¿a que obstáculos<br />

se refiere?, y todavía más, ¿cuanto tiempo<br />

hace que el autor siente estas pasiones en<br />

silencio?),..si no de vehemente y apasionada<br />

felicidad... (Obviamente, esta hablando de lo<br />

que no puede ofrecer a la dama por edad y<br />

condiciones, ¿a que se refiere?..., mejor no<br />

imaginarlo). Me paro aquí porque ya me<br />

estoy pasando bastante de lo lingüístico.<br />

Acabo con un pequeño florilegio de disfraces.<br />

Se trata de modificar el nivel de formalidad<br />

de las cartas anteriores, cambiando el contexto<br />

comunicativo en el que surgieron. Así,<br />

un punqui alemán escribe sobre ecología en<br />

las islas Baleares y las dos amas de casa se


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

quejan del periódico:<br />

Escucha tío:<br />

El otro día leí la carta del que controla el rollo<br />

turístico. Vomitaba que las Islas se están<br />

pudriendo. He paseado por sus playas y me<br />

apunto al rollo éste, tío. Si no sacáis pronto<br />

la mierda, la pena emigrar a la China.<br />

Un punqui alemán (Al)<br />

Sr. director:<br />

Me dirijo a usted, como máximo responsable<br />

del periódico Avui, para manifestarle mi más<br />

absoluto desacuerdo con la iniciativa que<br />

esta tomando al publicar noticias, como las<br />

fechadas el día 6 de setiembre de 1984,<br />

sobre los cantantes Julio Catedrales y Maria<br />

Nerviz.<br />

Creo que los lectores nos merecemos otro<br />

tipo de informaciones, que no incluyan los -<br />

devaneos amorosos de los famosos -entre<br />

otras cuestiones-, dado que para eso ya<br />

existe la llamada prensa del corazón. Seria<br />

conveniente que su publicación adoptara un<br />

punto de vista más serio, y que prestara más<br />

atención a temas culturales, políticos,<br />

sociales, de ámbito nacional e internacional.<br />

Confió en que tenga presente esta opinión en<br />

el futuro. Atentamente,<br />

Dos amas de casa [Al]<br />

COMO SE ENVUELVEN LOS<br />

ESCRITOS CON PAPEL DE REGALO Y<br />

LACITOS DE COLORES.<br />

Este capítulo trata de la retórica. El objetivo<br />

del capítulo es enseñar a los lectores como<br />

pueden utilizar recursos retóricos en sus<br />

escritos. La cuestión es que escribir bien no<br />

es nada fácil. La razón de que escribir bien<br />

no sea fácil es que muchos escritores y<br />

escritoras cometen algunas faltas básicas. La<br />

falta más básica que cometen es ser repetitivos.<br />

La otra falta básica que cometen es<br />

repetir cada punto. La siguiente falta básica<br />

es ser redundante o ser demasiado pesado,<br />

o continuar escribiendo hasta el punto de<br />

que un punto que ya ha sido explicado debe<br />

ser explicado de nuevo para estar seguros<br />

que se haya entendido este punto preciso.<br />

Otra falta básica importante es empezar casi<br />

todas las frases con los mismos<br />

determinantes (el, la, este...). ;!Y así sin<br />

parar!<br />

Otra cuestión es que, para garantizar la<br />

motivación lectora de la audiencia hasta el<br />

final del escrito, tiene que producirse una<br />

intensa interacción entre autor y lector, a<br />

través del medio comunicativo de la prosa,<br />

para que el receptor active su conocimiento<br />

del mundo y pueda conseguir una<br />

construcción del sentido del mensaje. La<br />

organización textual de la prosa que haga el<br />

autor tiene que estimular los focos<br />

perceptivos del lector y debe conectar con su<br />

experiencia personal., de modo que pueda<br />

proyectar en el texto su concepción del<br />

mundo y pueda, así, representarse<br />

mentalmente y de manera única y activa, el<br />

universo semántico del escrito. En el<br />

discurso oral espontáneo este tipo de<br />

construcción interactiva y compartida de<br />

193


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

significados se realiza con presencia espaciotemporal<br />

de los interlocutores verbales y con<br />

plurigestion textual, pero en el discurso<br />

escrito el contacto lingüístico se vincula a<br />

través de la prosa, y el diálogo autor-lector<br />

se articula necesariamente en el<br />

pensamiento de cada uno. Es evidente,<br />

¿verdad?<br />

¿Todavía éstas aquí? ¿Aun éstas leyendo?<br />

¡agracias! Te agradezco la paciencia. He<br />

querido mostrarte lo que no debería<br />

escribirse nunca. Son ejemplos de prosa<br />

amodorrada, vacía, gris. Escribe con ese<br />

estilo, si quieres deshacerte de tus lectores y<br />

lectoras, si quieres que pierdan el tiempo,<br />

que tengan que aperrearse en comprender el<br />

sentido profundo de tus palabras. Cuando no<br />

tengas nada que decir, cuando sea poco o<br />

nada interesante, o cuando prefieras que<br />

nadie te siga... utiliza las palabras de este<br />

modo y nadie resistirá una paliza parecida.<br />

¡Todos te abandonaremos! [Doy gracias a<br />

Greif (1969) por la idea y ahora si que, de<br />

verdad, empieza el capítulo.]<br />

NUEVA INTRODUCCION<br />

Durante una temporada asesore una revista<br />

de información económica, editada por una<br />

entidad financiera. Mi trabajo consistía en<br />

formar a sus redactores y sugerir mejoras<br />

<strong>lingüística</strong>s. Tuve que leerme bastantes<br />

artículos sobre temas, como la declaración de<br />

renta, los planes de ahorro, las inversiones,<br />

los seguros... que, sea dicho en voz baja, en<br />

aquel momento... ¡no me atraían en<br />

absoluto!<br />

La mayor parte de escritos respondía al perfil<br />

previsible de revista casi especializada:<br />

textos técnicos, espesos, cargados de conceptos<br />

y terminología, con una sintaxis<br />

194<br />

tortuosa..., que exigían un esfuerzo<br />

importante de lectura y que, al final, se<br />

convertían en soporíferos y crípticos. Pero de<br />

vez en cuando espigaban algunos artículos<br />

que se leían con fluidez, que despertaban<br />

curiosidad e, incluso, que al final -¡con no<br />

poca sorpresa mía! llegaban a interesarme.<br />

Echabas una ojeada a las primeras líneas y<br />

lo sentías arrastrado a seguir la prosa hasta<br />

el final, como si se tratara de una novela<br />

negra.<br />

Todos los artículos cumplían unas mínimas<br />

condiciones de calidad, porque pasaban por<br />

una corrección minuciosa: eran normativos,<br />

con buena puntuación, cohesionados y más o<br />

menos coherentes y adecuados. Pero, ¿Qué<br />

hacia que unos fueran tan atractivos y otros<br />

tan poco?, por que te enganchabas a leer<br />

unos hasta el final?, ¿por que resistías poco<br />

más de un par de párrafos en otros? La respuesta<br />

tiene ocho letras: RETORICA. 0<br />

también el arte de comunicarse, o de saber<br />

convencer, atraer, persuadir... ¿Qué más da<br />

como lo llamemos?<br />

Los escritos más conseguidos eran<br />

magníficos ejemplos de oratoria clasica. No<br />

solo acertaban en el tono divulgativo y llano,<br />

sino que aprovechaban todo tipo de recursos<br />

expresivos para atrapar al lector despistado<br />

y para mantenerlo con interés hasta el final:<br />

vacíos de información, preguntas retóricas,<br />

comparaciones, juegos, anécdotas. Tanto la<br />

información como - la estructura o la prosa<br />

ayudaban a la audiencia a comprender las<br />

ideas. En cambio, los artículos menos<br />

afortunados se despreocupaban de hacer el<br />

articulo, presuponiendo quizás que la<br />

motivación y la dedicación de los lectores ya<br />

estaban garantizadas -ivana ilusión!-. Con<br />

enunciaciones largas, monótonas, se<br />

contentaban con exponer el contenido de<br />

forma docta y fundamentada.


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

De este modo llegamos a la conclusión que<br />

quizás ya sospechábamos: no basta con<br />

escribir correctamente y con coherencia y<br />

adecuación y cohesión. También hace falta<br />

ingenio retórico y saber preparar trucos para<br />

seducir al lector, para tentarlo con la prosa.<br />

Hoy en día, la retórica puede marcar la<br />

diferencia entre los que se hacen leer y los<br />

que se olvidan en silencio. En la intrincada<br />

selva comunicativa del siglo XX, atiborrada<br />

de documentos, correspondencia, periódicos,<br />

papeles y escritos de todo tipo, que se<br />

disputan a los lectores y las lectoras, la<br />

retórica puede marcar diferencias... puede<br />

ser la única arma para defenderse.<br />

RECURSOS RETORICOS<br />

Cubre a la retórica una cierta aureola de<br />

magia, de disciplina científicamente<br />

inabordable e, incluso, de capacidad<br />

expresiva innata. Parece que no se pueda<br />

descubrir por que unos textos son mejores<br />

que otros, ni que recursos emplean, ni<br />

tampoco que se puedan aprender. Es como si<br />

los buenos comunicadores, los que saben<br />

usar la retórica con eficacia, hubieran nacido<br />

con buena estrella, y el resto tuviéramos que<br />

contentarnos solo con la envidia, condenados<br />

a ser aburridos, sosos o sin gracia. Pero se<br />

trata de prejuicios gratuitos, como tantos<br />

otros en la escritura. La atracción que<br />

resuma un escrito depende de sus figuras<br />

retóricas y de la técnica que, con más o<br />

menos acierto, sepa imprimir el autor en su<br />

prosa. Cada uno puede aprender a usar estos<br />

recursos a su manera.<br />

Por tradición, la retórica se ha centrado en la<br />

literatura de creación, casi en exclusiva, y ha<br />

olvidado el resto de escritos, más funcionales<br />

y pedestres. Encontramos metáforas, juegos<br />

verbales y figuras de todo tipo en poemas y<br />

novelas, pero muy pocos o ninguno en los<br />

informes, los trabajos académicos o las<br />

cartas que redactamos día a día. ¿Por que?<br />

¿Es que estos escritos son menos<br />

importantes, agradables, funcionales o<br />

profundos? En cualquier escrito, sea del tipo<br />

que sea, se pueden aprovechar técnicas<br />

retóricas para hacer más comprensible y<br />

atractiva la comunicación.<br />

Los manuales ingleses de escritura no<br />

creativa (informes, cartas, periodismo, etc.)<br />

ofrecen una larga lista de consejos y<br />

recursos que abarcan todos los niveles<br />

lingüísticos del texto: la economía de la<br />

frase, la selección lexical la presentación<br />

visual, los párrafos... Aquí me referiré sobre<br />

todo a las cuestiones más estratégicas: el<br />

punto de vista, el tono, el enfoque, la voz,<br />

los trucos retóricos o los golpes de efecto<br />

que mantienen el interés del lector, etc. He<br />

aquí seis principios generales de retórica<br />

para la escritura funcional:<br />

1. PUNTO DE VISTA<br />

Tenemos que diferenciar la expresión de la<br />

comunicación. La escritura no acaba cuando<br />

hemos sabido formular una idea con letras<br />

en el papel. Si lo primero que nos preocupa<br />

al escribir es ser capaces de encontrar<br />

palabras para las ideas que rondan, por<br />

nuestra mente, cuando las hallamos<br />

corremos el riesgo de pensar que ya hemos<br />

terminado ¡que sencillo!. Que fácil sería<br />

escribir si solo consistiera en traducir con<br />

vocablos con los vocablos personales- las<br />

ideas de cada uno, Escribir requiere mucho<br />

más esfuerzo: significa comunicar<br />

informaciones a otras personas, a individuos<br />

distintos, que poseen experiencias, puntos<br />

de vista, opiniones y palabras diferentes a<br />

195


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

los nuestros. Lo difícil es poder formular<br />

nuestras ideas con palabras que también<br />

pueda compartir el lector, con palabras de<br />

todos.<br />

Una buena estrategia retórica para salvar<br />

estos agujeros de conocimiento y léxico entre<br />

autor y destinatario consiste en adoptar el<br />

punto de vista del lector cuando formulamos<br />

una idea, en intentar expresarla con sus<br />

palabras, con sus ejemplos, con su forma de<br />

ver el mundo. Algunas ideas para buscar el<br />

punto de vista del lector y de la lectora son:<br />

Utilizar su lenguaje: evitar palabras que<br />

desconozca, controlar las connotaciones que<br />

puedan tener para ellos las expresiones que<br />

usamos, buscar frases hechas que conozcan,<br />

etc.<br />

Explicar las ideas a partir de sus<br />

conocimientos previos: tener siempre<br />

en cuenta lo que saben y lo que no<br />

saben, para no repetirse ni dejar de<br />

explicar lo necesario.<br />

Poner ejemplos relacionados con su<br />

entorno y su realidad: pensar en su<br />

entorno, en sus intereses y adaptar<br />

los ejemplos y las explicaciones a<br />

ello, emplear referentes colectivos.<br />

Implicarles en el texto con preguntas<br />

retóricas, exclamaciones o<br />

interpelaciones en 2. a persona.<br />

El décimo mandamiento del Decálogo del<br />

escritor de Eduardo Torres (Monterroso,<br />

1978) recomienda: Trata de decir las cosas<br />

de manera que el lector sienta siempre que<br />

en el fondo es tanto o más inteligente que el.<br />

De vez en cuando procura que efectivamente<br />

lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser<br />

más inteligente que el En resumen y sin<br />

ironía, se trata de tener siempre en la cabeza<br />

al lector/a, de no olvidarlo nunca y de<br />

196<br />

recordarle, de vez en cuando, que todo lo<br />

que estas imaginando, que todo lo que estas<br />

haciendo, que todo lo que estas<br />

escribiendo..., es para el o ella. ¿Estas de<br />

acuerdo?<br />

CONCRECIÓN<br />

¿Cual es el problema del segundo párrafo de<br />

este capítulo? Pues que se sitúa en un nivel<br />

de abstracción demasiado elevado, que tiene<br />

poca conexión con el tema de la práctica de<br />

la escritura y que los lectores tenemos que<br />

hacer un esfuerzo interpretativo extraordinario<br />

para poder relacionar el contenido con<br />

nuestros conocimientos, con nuestra<br />

realidad. Los hechos concretos son mucho<br />

más comprensibles y atractivos que las<br />

formulaciones abstractas o generales. Nos<br />

interesan mucho más las cosas delimitables,<br />

observables, fijas, perceptibles, que las<br />

reflexiones vagas [ver también Pág. 148]. Se<br />

puede escribir sobre cualquier tema con<br />

concreción. Solo debemos incluir ejemplos,<br />

anécdotas, imágenes visuales, esquemas,<br />

metáforas, comparaciones y nombres<br />

propios (citas, autoridades, referencias, etc.)<br />

para que la prosa gane claridad. Las<br />

metáforas son poderoso recurso imaginativo<br />

para explicar hechos complejos y nuevos de<br />

una manera liana, a partir de lo que uno ya<br />

sabe. ¿Cite: cuerdas cuantas metáforas he<br />

utilizado en lo que va de libro? ¿De cuantas<br />

formas distintas estoy aprovechando la<br />

comparación entre, cocinar y escribir?<br />

3. PERSONALIZACIÓN<br />

No hace falta ser cotilla, pero el tono<br />

personal interesa mucho más que el neutro.<br />

Con personajes reales, con pronombres<br />

personales, el texto se acerca a los géneros


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

de la narrativa y a la explicación oral,<br />

adquiere concreción, un tono más directo, y<br />

la lectura es más asequible. Pero...<br />

¿podemos escribir expresiones como: yo creo<br />

que, estamos de acuerdo en que, compara<br />

los datos o fíjense en el esquema, en un<br />

ensayo, en un artículo científico o en un<br />

informe técnico? ¿La prosa no pierde<br />

objetividad o imparcialidad? ¿No se nos ha<br />

ensenado a evitar expresiones subjetivas de<br />

este tipo?<br />

La verdad es que hoy en día los pronombres<br />

personales no abundan en los escritos -<br />

prescindiendo de la literatura y el periodismo<br />

de opinión. Vivimos en una tradición de<br />

escritura despersonalizada. Asociamos la<br />

claridad de la información, con el tono impersonal<br />

y neutro. Hemos aprendido a evitar<br />

el yo y el lo en los textos. Las sustituimos<br />

por circunloquios y frases pasivas creadas<br />

para la ocasión. Cuando encontramos formas<br />

personales en un escrito supuestamente<br />

«científico», fruncimos el ceño: suenan mal,<br />

dudamos de la calidad de la prosa e incluso<br />

desconfiamos de la objetividad del contenido.<br />

Turk y Kirkman (1982) explican que la<br />

literatura científica inglesa de antes del siglo<br />

XIX utilizaba a - menudo pronombres personales.<br />

Pero que, cuando se impuso el estilo<br />

formal victoriano [sic], el tono impersonal se<br />

convirtió en una norma estricta para cualquier<br />

escritura intelectual, y que esta<br />

tendencia ha sobrevivido hasta nuestros días<br />

en los textos científicos. Quizás nuestra<br />

sensibilidad tenga las mismas raíces y<br />

entronque con esa tradición científica<br />

occidental.<br />

En cualquier caso, no podemos encontrar<br />

argumentos sólidos para desterrar las<br />

referencias personales a autores y lectores.<br />

¡Todo lo contrario! Si el escrito es<br />

comunicación entre dos sujetos, lo más<br />

normal es que estoy aparezcan<br />

explícitamente en la prosa. Reconsulta<br />

mucho más artificioso e incluso falso<br />

pretender , ocultar; cualquier rastro o huella<br />

personales y simular un estilo neutro sin<br />

autoria que no se dirige a nadie. Además, la<br />

objetividad o la claridad de la información no<br />

dependen de la presencia o de la ausencia de<br />

estas referencias: dependen de otros<br />

factores como la actitud del autor, el<br />

tratamiento de los datos, la discriminación<br />

entre información y opinión o el estilo global<br />

de redacción.<br />

La mayor parte de los manuales de redacción<br />

técnica o científica que he consultado<br />

(Bailey, 1990, Barrass, 1978, Blicq, 1990,<br />

Kirkman, 1992 y Turk y Kirkman, 1982)<br />

recomiendan el estilo matizadamente<br />

personal en vez del artificio de lo impersonal.<br />

Algunos ejemplos que aportan son los<br />

siguientes:<br />

197


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

198<br />

IMPERSONAL<br />

Es recomendable que...<br />

Más arriba se ha comentado que... Los<br />

diversos componentes han sido ordenados...<br />

Ha sido argumentado por el autor que...<br />

La hipótesis de la autora es que... El lector /<br />

el usuario tiene que considerar que...<br />

Las frases de la izquierda tienen que recurrir<br />

a construcciones pasivas y a perífrasis<br />

rebuscadas para evitar las referencias<br />

personales. Son más largas, más complejas<br />

y, en consecuencia, más difíciles de escribir y<br />

de comprender. En cambio, las equivalentes<br />

de la derecha son decididamente más<br />

concretas y llanas, también menos sexistas,<br />

¿Te suenan mejor las de la izquierda? ¿Te<br />

parecen más sexistas? ¡Pues solo es un<br />

prejuicio! El peso de la costumbre.<br />

4. PROSA COLOREADA<br />

El párrafo que empieza este capítulo, el<br />

primero de todos, muestra los defectos<br />

habituales de una prosa insulsa que repite un<br />

mismo molde en cada oración. Cada idea se<br />

repite dos o más veces;<br />

cada frase sigue el mismo patrón sintáctico<br />

(sujeto-verbo-complementos), empieza<br />

siempre con un determinante; no hay elipsis<br />

ni pronombres que descarguen la<br />

redundancia; un único tono enunciativo y frío<br />

abarca todo el fragmento. ¡No hay sorpresas<br />

ni variaciones! Has encontrado alicientes<br />

para continuar leyendo? Me atreveria a decir<br />

PERSONAL<br />

Recomendamos que....<br />

He comentado más arriba que... Hemos<br />

ordenado los diversos componentes...<br />

He argumentado que...<br />

Mi hipótesis es que...<br />

Considera (tu) / considere (usted) /<br />

consideren (ustedes) que...<br />

que no: este tipo de prosa acaba<br />

amodorrando al más voluntarioso.<br />

Al contrario, la prosa que anima a leer es la<br />

variada, viva e imaginativa. No solo debemos<br />

evitar las repeticiones y los cliches, sino que<br />

hay que buscar un léxico preciso y claro,<br />

pero abigarrado, vivo, enriquecedor. Se<br />

puede aprovechar la expresividad del léxico<br />

más coloquial o popular, las frases hechas,<br />

las preguntas o las exclamaciones.<br />

¿No es cierto que la modalidad interrogativa<br />

y la admirativa rompen la monotonía? ¿Te<br />

implica una prosa variada como esta,<br />

lector/a? ¡Claro que si! No hay nada más<br />

insípido que decir cosas una detrás de otra,<br />

sin ton ni son, ¡con un mismo triste y simple<br />

tono de voz! Todo ayuda a animar: las<br />

salidas de torso, los cambios de ritmo, el<br />

humor, la ironía o el sarcasmo ¿por que<br />

será?<br />

5. DECIR Y MOSTRAR<br />

Te propongo. Otro juego. Lee el siguiente<br />

fragmento y los dos primeros párrafos del<br />

capítulo anterior [Pág. 186]. Compáralos.<br />

¡Venga! iNo tengas pereza!


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

NIVELES DE FORMALIDAD<br />

Acostumbramos a utilizar lenguajes<br />

diferentes en cada escrito, aunque se trate<br />

de un mismo tema. Imaginemos a una<br />

mujer, estudiante y trabajadora, que un día<br />

tenga que pedir permiso en el trabajo para<br />

poder asistir a un examen en la universidad,<br />

que también tenga que pedir un justificante<br />

al profesor conforme lo ha hecho, que escriba<br />

una nota para sus familiares avisando de que<br />

llegará tarde a cenar por este motivo, y que<br />

además tome nota del hecho en su diario<br />

intimo. Los cuatro escritos, la solicitud del<br />

permiso, el justificante, la nota y el comentario<br />

íntimo, emplearan un nivel de<br />

formalidad distinto, adecuado al interlocutor,<br />

a la función y al mensaje.<br />

La solicitud usara un estilo administrativo, el<br />

justificante será formal y, en cambio,' la nota<br />

y" el diario íntimo tendrán un tono mucho<br />

más coloquial o familiar. El comentario<br />

íntimo, que en principio no tiene que leer<br />

nadie más que su propia autora, incluso<br />

puede incluir palabras o expresiones<br />

vulgares. En conjunto, ésta claro que no<br />

podría ser de otra manera. ¿Te imaginas una<br />

nota para decir que no iras a cenar, escrita<br />

con un lenguaje administrativo? ¿O una<br />

solicitud con estilo de nota casera? Es<br />

absurdo. El texto no conseguiría su función y<br />

el autor seria tildado de maleducado.<br />

¿Qué diferencia hay? Mucha, ¿verdad? Los<br />

dos fragmentos dan la misma información<br />

pero de manera distinta. Este último la dice,<br />

la explica con un tono llano y<br />

pretendidamente atractivo. El otro fragmento<br />

la muestra, la hace sentir y vivir como si<br />

fuera una narración o una obra de teatro.<br />

Murray (1987) y Rebekah Caplan (1987)<br />

distinguen entre decir los hechos y<br />

mostrarlos y aconsejan utilizas esta segunda<br />

posibilidad siempre que sea posible.<br />

Es decir, se trata de describir la información<br />

desde una óptica personal, de ser específico,<br />

de contarlo todo con detalles concretos,<br />

colores, estilo directo, comentarios<br />

personales, etc., como si se tratara de una<br />

pintura o de una fotografía precisa. Al<br />

contrario, limitarse a enunciar los datos<br />

resulta bastante menos atractivo y más<br />

aburrido: el texto carece de aportaciones<br />

personales, la prosa gana abstracción, se<br />

aleja de la realidad. Es la misma diferencia<br />

que encontramos entre ver una película u oír<br />

contarla, por muy bien que se cuente.<br />

6. DESPIECES<br />

El último recurso retórico que comento, a<br />

medio camino entre la elaboración de la<br />

información y la presentación visual, tiene<br />

las siguientes características:<br />

No tiene nombre fijo. Suele llamarse<br />

despiece, complemento, recuadro o<br />

también noticia segregada (sidebar o<br />

follow-up en inglés).<br />

Consiste en segregar o desplazar una<br />

información secundaria y autónoma<br />

del texto principal.<br />

Recibe un tratamiento gráfico<br />

especial. Se presenta dentro de un<br />

recuadro, en forma esquemática o<br />

destacada.<br />

Descarga el cuerpo del texto,<br />

<br />

introduce variación en la prosa y<br />

aligera la tarea de leer.<br />

Se utiliza sobre todo en periodismo,<br />

pero se ha exportado con éxito a<br />

otros campos (libros,<br />

documentación).<br />

199


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

200<br />

Los despieces se relacionan con los<br />

¡ACCION!<br />

esquemas, los gráficos y, en<br />

conjunto, con todos los recursos<br />

visuales para presentar información<br />

escrita. [Consulta el siguiente<br />

capítulo.]<br />

A mi entender, la mejor manera de aprender<br />

recursos retóricos para la redacción es verlos<br />

en acción, es decir, experimentarlos como<br />

lector/a y escritor/a. Una lista de ideas como<br />

la anterior puede ser útil, pero nunca podrá<br />

trasmitir las sensaciones que provocan unos<br />

cuantos trucos bien preparados, situados en<br />

el momento oportuno de la lectura. Por este<br />

motivo, cierro este capítulo con el comentario<br />

retórico de dos textos expositivos.<br />

El primer escrito es necesariamente<br />

fragmentario. ¿Te has planteado alguna vez<br />

la - jubilación? "¿No? Mejor. Iré este modo<br />

podrás valorar si el arranque persuasivo del<br />

articulo lo arrastra a leer o no. Atención:<br />

iAcción! .<br />

¿Es hábil, verdad? Podríamos preguntarnos<br />

si con una introducción menos sofisticada,<br />

con el tono más objetivo , o frió de los


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

científicos o académicos, nos sentiríamos<br />

motivados a leer, si realmente<br />

continuaríamos leyendo este texto. ¡No lo se!<br />

Los lectores y las lectoras tenemos pocas<br />

manías. Cuando un escrito no nos interesa,<br />

lo abandonamos sin piedad. Solo seguimos si<br />

nos sentimos atraídos. La primera frase de<br />

un texto es la más importante porque tiene<br />

que inducir al lector a pasar a la segunda; si<br />

no, el texto esta muerto. Leíste antes esta<br />

frase: ¿dónde?, ¿quién la dijo?<br />

El segundo ejemplo es más socarrón. Una<br />

vez me toco escribir un artículo divulgativo<br />

sobre las excelencias del aire acondicionado -<br />

¿Qué cosas tiene que hacer uno en la vida?-.<br />

Se trataba, claro ésta, de publicidad indirecta<br />

-¡vaya denominación más tramposa!- dirigida<br />

a lectores de periódicos y revistas. Con finura<br />

y picardía, tenia que convencer a todos de<br />

las indudables ventajas, de esta nueva<br />

tecnología, con un lenguaje neutro y sin<br />

aspavientos.<br />

Como sabia poco o nada sobre el tema, mi<br />

cliente me llenó las manos de prospectos<br />

técnicos sobre aire acondicionado:<br />

descripción, tecnología, funciones, modelos,<br />

prestaciones..., ¡todo! Y yo me preguntaba:<br />

¿Cómo puedo hacer atractivos unos datos tan<br />

técnicos y tan desconectados de los intereses<br />

del ciudadano de a pie? Vamos a analizar la<br />

respuesta que pude y supe dar, la mejor que<br />

supe escribir -y reconozco que he introducido<br />

algún -cambio de -última hora para adaptar<br />

el texto a esta cocina-. En la columna de la<br />

derecha, con letra menuda, encontraras<br />

explicados los recursos retóricos que utilice<br />

conscientemente:<br />

201


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

202<br />

UN NUEVO CONFORT: EL<br />

AIRE CONDICIONADO<br />

Cada verano, cuando llega el<br />

bochorno y las temperaturas<br />

suben tanto que resulta<br />

difícil trajinar por que casa,<br />

descansar o hacer algo, muchos<br />

usamos: Quizá podríamos poner<br />

aire<br />

Acondicionado. Tendría que<br />

informarme de lo que cuesta.<br />

;Quizá<br />

no sea muy caro! Algunos lo<br />

hacen y acaban instalándolo;<br />

otros no encontramos<br />

nunca el momento de visitar una<br />

tienda de electrodomésticos o<br />

pensamos que nuestro bolsillo no<br />

llegaría a semejante lujo. Y al<br />

terminar el verano, la idea se<br />

Esfuma. Así vamos tirando y<br />

ya esta. El año que viene –y<br />

el siguiente- empezara todo<br />

Igual... ¡hasta que nos liemos la<br />

manta a la cabeza!<br />

El aire acondicionado es uno de<br />

los hitos importantes del actual<br />

nivel de vida y del confort<br />

domestico. En pocos años, lo que<br />

era un lujo de pocos ha pasado a<br />

ser una necesidad de muchos.<br />

Antaño era exclusivo de empresas<br />

o de locales públicos, hoy lo<br />

encontramos en muchos hogares<br />

familiares. Los avances<br />

tecnológicos y la comercialización<br />

Titulo con las palabras clave del<br />

tema.<br />

Tamaño más grande de letra para<br />

la introducción (tres primeros<br />

párrafos) y para la conclusión (el<br />

último).<br />

Inicio con estilo de cuento<br />

narrativo.<br />

Pensamos: 1.a pers pl. Implica al,<br />

lector, que, se con vierte en<br />

protagonista involuntario.<br />

Establece complicidad entre autor<br />

y lector.<br />

Quizá...: Estilo directo. El uso de<br />

distintas voces es un rasgo<br />

conversacional típico de la<br />

comunicación distendida y<br />

poligestionada (aquella en la que<br />

participan varias personas). Aporta<br />

variación, color y concreción al<br />

discurso técnico.<br />

Juego de oposiciones y<br />

paralelismos: un lujo de pocos/<br />

una necesidad de muchos,<br />

antaño/hoy, empresas/hogares.


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

masiva han permitido esta<br />

difusión generalizada. Ha pasado<br />

a ser un bien tan asequible como<br />

una cadena musical, una<br />

televisión o un frigorífico nuevos.<br />

Del mismo modo, ya ha pasado a<br />

la historia aquel cubo gordo y<br />

ruidoso, encaramado en puertas y<br />

ventanas de bares y restaurantes,<br />

que chorreaba agua y nos procura<br />

súbitas corrientes de aire fresco.<br />

La ultima tecnología nos ofrece<br />

una variada y sofisticadísima<br />

gama de aparatos, utilidades y<br />

formas diversas de aire<br />

acondicionado, que<br />

han arrinconado aquel popular<br />

aire<br />

frió. En definitiva: quien quiere<br />

vivir mejor se instala aire<br />

acondicionado y evita bochornos y<br />

sufrimientos.<br />

UTILIDADES DEL AIRE<br />

ACONDICIONADO<br />

Gracias a una avanzada<br />

tecnología, los actuales equipos<br />

de aire acondicionado (en<br />

…a la historia... Retrato minucioso<br />

de una imagen concreta v<br />

recordada. Conecta el discurso con<br />

la experiencia del lector, aporta un<br />

tono familiar y afectivo.<br />

Fijémonos: hubiera sido mucho<br />

menos efectivo -aunque mucho<br />

más preciso algo como a la historia<br />

los aparatos compactos instalados<br />

en aberturas de salas, de gran<br />

volumen, alto nivel de ruido, con<br />

perdidas relevantes de agua, y con<br />

deficiente graduación de la<br />

temperatura global de la sala.<br />

Frases de cierre de la introducción,<br />

que recuperan el tono del principio<br />

y avanzan los contenidos que se<br />

van a tratar.<br />

Párrafos 1-3: Introduccioncelo<br />

para atraer lectores. El primer<br />

párrafo rastrea la opinión tópica<br />

sobre el AA, que los siguientes<br />

rectifican con una visión<br />

actualizada. Se sitúa el tema del<br />

articulo.<br />

Subtitulo para marcar los<br />

apartados del artículo.<br />

203


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

204<br />

adelante AA) son silenciosos,<br />

potentes, saludables y<br />

manejables; tienen larga vida y<br />

consumen razonablemente. Al<br />

margen de modelos, marcas,<br />

potencias y prestaciones, el AA<br />

ofrece todo lo que sigue:<br />

La regulación de la temperatura<br />

ambiental es la principal función<br />

del AA. Los modelos tradicionales<br />

refrigeran el aire en verano, pero<br />

los más modernos también son<br />

capaces de calentar<br />

en invierno o, dicho de otro<br />

modo, de actuar como autenticas<br />

calefacciones. Con un simple<br />

sistema de bombas de calor, en<br />

verano el aparato saca aire<br />

caliente del interior de la vivienda<br />

hacia el exterior; y en invierno, al<br />

revés, aprovecha el calor de la<br />

calle para calentar el interior. Los<br />

termostatos regulan estas<br />

operaciones y obtienen la<br />

temperatura deseada en cada<br />

habitación y en cualquier<br />

momento del día o de la noche.<br />

Además, se trata de un sistema<br />

bastante económico, si lo<br />

comparamos con el coste sumado<br />

de la refrigeración estival y la<br />

calefacción invernal.<br />

El AA también controla -y esta es<br />

su segunda gran función- el grado<br />

de humedad relativa del ambiente<br />

y lo sitúa en su nivel adecuado:<br />

entre el 40 y el 60 %. El exceso<br />

de humedad dificulta la<br />

evaporación del sudor humano,<br />

causa molestias físicas<br />

AA: Sigla para economizar<br />

palabras.<br />

1er apartado: Después de una<br />

breve presentación general, cada<br />

párrafo desarrolla una utilidad. Los<br />

marcadores textuales muestran al<br />

lector<br />

(1 o : la principal función,<br />

2°: la segunda,<br />

3°: asimismo,<br />

4° finalmente).<br />

Uso de paréntesis para ampliar la<br />

información con ejemplos y<br />

detalles. Estos quedan<br />

perfectamente aislados y el lector<br />

poco interesado puede saltárselos


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

importantes (vías respiratorias,<br />

afecciones reumáticas) y también<br />

puede estropear algunos<br />

electrodomésticos (hifi, video...).<br />

Las zonas acuáticas (costas, ríos,<br />

lagos...) son las más expuestas a<br />

un exceso de humedad.<br />

Asimismo, los equipos de AA<br />

aseguran la salubridad del aire: lo<br />

renuevan periódicamente y<br />

limpian las impurezas que suele<br />

contener. Los filtros del aparato<br />

eliminan las partículas de polvo y<br />

de polen que acostumbran a flotar<br />

en el ambiente, así como<br />

cualquier olor, humo o foco de<br />

contaminación que pueda<br />

penetrar del exterior.<br />

Se garantiza un aire más limpio y<br />

saludable para respirar en la zona<br />

acondicionada. (Esta prestación<br />

es útil sobre todo para las<br />

personas que sufren alergias<br />

estacionales causadas por las<br />

partículas que lleva el aire.)<br />

Finalmente, el AA también regula<br />

la velocidad del aire, de manera<br />

que la temperatura de una sala<br />

sea la misma en todos los puntos,<br />

y que se elimine el calor que<br />

produce el cuerpo humano, que<br />

puede desestabilizar el ambiente.<br />

El movimiento constante y<br />

controlado del aire produce una<br />

agradable sensación en la piel.<br />

EQUIPAMIENTOS DIVERSOS<br />

El AA se adapta a todo tipo de<br />

espacios, tiene un diseño<br />

con facilidad.<br />

Marcadores textuales situados en<br />

puntos estratégicos, en el inicio del<br />

párrafo y de la frase: asimismo,<br />

finalmente...<br />

Detalle añadido después del punto<br />

final y entre paréntesis.<br />

205


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

206<br />

moderno, es fácil de instalar y<br />

ofrece buenas prestaciones y<br />

garantas de funcionamiento. Hay<br />

dos grupos de equipos según la<br />

situación de sus componentes:<br />

producción de frió, tratamiento de<br />

la humedad, renovación... Son los<br />

compactos y los partidos.<br />

Los compactos integran todos los<br />

componentes en un solo armazón,<br />

que se instala en la zona que se<br />

ha de climatizar.<br />

Existen modelos de ventana, de<br />

consola y un tercero que es<br />

portátil. El primero es muy útil<br />

para adaptarlo a edificios viejos y<br />

permite acondicionar zonas<br />

independientes. El segundo se<br />

coloca en el suelo, como un<br />

pequeño mueble en una pared o<br />

en un rincón.<br />

El tercero se maneja con<br />

simplicidad:<br />

se puede transportar de un punto<br />

a otro, es muy útil para pequeñas<br />

salas y solo necesita una abertura<br />

al exterior.<br />

Los partidos sitúan en el exterior<br />

el sistema de evacuación del aire<br />

caliente y en el interior, unido con<br />

un conducto, el resto de<br />

componentes. De esta manera, se<br />

aprovechan los espacios muertos,<br />

se evitan las obras en el inmueble<br />

y se pueden organizar varios<br />

acoplamientos. También se trata<br />

de los equipos más silenciosos,<br />

muy apropiados para dormitorios<br />

y salas-comedores. La unidad<br />

2. ° apartado: Las negritas de las<br />

dos palabras clave se sitúan al<br />

final de la presentación y<br />

determinan la estructura del<br />

apartado. Los siguientes párrafos<br />

arrancan con estas palabras.<br />

Descripción numerada de modelos.


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

interior puede adosarse a la<br />

pared, al suelo, al techo o puede<br />

ser portátil. Las salidas de aire<br />

también varían: verticales,<br />

horizontales, laterales, etc.<br />

Algunos modelos incluso tienen<br />

mando a distancia.<br />

Consejos útiles para poner AA<br />

Ahora bien: ¿Cual de estos<br />

modelos es el mejor para mi<br />

casa? ¿puedo poner AA solo en el<br />

comedor? ¿y para mi pisito<br />

viejo?')) Preguntas difíciles de<br />

responder.<br />

En primer lugar, se tiene que<br />

hacer un análisis de la zona por<br />

acondicionar. Varios factores<br />

influyen en la temperatura del<br />

edificio: el entorno de la<br />

construcción, el grado de<br />

aislamiento térmico, la incidencia<br />

del sol, de la luz y del aire, el<br />

volumen y el espacio que hay que<br />

climatizar, el número de ocupantes,<br />

su actividad física, etc. La<br />

potencia, la situación y las<br />

prestaciones del AA variaran<br />

según estos factores.<br />

Asimismo, también hay que tener<br />

en cuenta si solo se acondicionara<br />

una dependencia o toda una<br />

vivienda, si es posible hacer obras<br />

en el edificio y el coste que<br />

pueden tener, el espacio disponible<br />

para los aparatos, etc. Y<br />

cuando ya se sabe todo, entonces<br />

debemos decidirnos por una<br />

marca o por otra, con las<br />

implicaciones correspondientes de<br />

3.er apartado: Preguntas retóricas<br />

en la persona como presentación.<br />

Marcadores de orden situados en<br />

el inicio del párrafo:<br />

en primer lugar, asimismo, en<br />

definitiva.<br />

207


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

208<br />

precios, atención al cliente y<br />

servicio posventa de reparación y<br />

mantenimiento.<br />

En definitiva, a la vista de todo lo<br />

que debemos vigilar, lo más<br />

recomendable es encomendarse a<br />

un especialista para que prepare<br />

un estudio serio de las<br />

necesidades del inmueble y pro<br />

ponga un sistema ajustado y<br />

garantizado.<br />

¡Ah! Y un último consejo al oído:<br />

si están ustedes interesados en<br />

adquirir un AA no esperen a que<br />

llegue el verano y pace todo lo<br />

que dijimos al principio: ¡entonces<br />

es cuando los concesionarios<br />

están llenos hasta los topes!<br />

[Enher, 1991]<br />

S<br />

Termino con algunos comentarios generales:<br />

El escrito muestra, un lenguaje llano,<br />

evitando el tono demasiado formal o la<br />

terminología excesivamente técnica. Utiliza<br />

con k provecho la expresividad de locuciones,<br />

frases hechas y coloquialismos como: vamos<br />

tirando, liarse la manta a la cabeza, la<br />

pescadilla que se muerde la cola, hasta los<br />

topes. La sintaxis también busca un estilo<br />

Consejo final de resumen del<br />

tercer apartado.<br />

Conclusión final que remite al<br />

inicio por la tipografía más grande<br />

y el tono, como la pescadilla que<br />

se muerde la cola. Dice Josep M.<br />

Espinas que un discurso, oral o<br />

escrito, es como el vuelo de avión<br />

que despega y aterriza. Algunos<br />

escritos y bastantes más<br />

parlamentos pecan precisamente<br />

de no saber acabar a tiempo y dar<br />

vueltas y más vueltas repitiendo<br />

ideas y aburriendo a la audiencia.<br />

El escrito completo es aquel que<br />

finaliza<br />

en, el momento oportuno, ni<br />

antes ni después de decir todo lo<br />

necesario, con el convencimiento<br />

del autor y el beneplácito del<br />

lector.<br />

asequible, con estructuras breves y simples.<br />

El texto revela su organización interna con<br />

subtítulos, apartados y parágrafos muy<br />

pautados. Cada apartado consta de<br />

introducción, desarrollo y conclusión. Cada<br />

párrafo tiene unidad significativa y ordena la<br />

información interna de más a menos<br />

importante y general. Los detalles y los<br />

ejemplos van al final en posiciones marginales<br />

(entre paréntesis o comas, en listas, etc.).


13. NIVELES DE FORMALIDAD______________________________________________<br />

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