Los Unitarios - Ministerios: Vida & Verdad
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con Pedro estaban asombrados, debido a que el don del Espíritu Santo había sido también<br />
derramado sobre los Gentiles. Pues los escuchaban hablar con lenguas y exaltando a Dios.<br />
Pedro entonces respondió: (NVI).<br />
Estas personas fueron salvas. El regalo del Espíritu Santo fue sobre los Gentiles y estaban<br />
hablando en otras lenguas. Esto es significativo ya que las lenguas es un don dado sólo a los<br />
creyentes. (1ª Corintios 14:1-5). Además, los no creyentes no alaban a Dios ya que para<br />
alabar al Dios verdadero es una cuestión de profundidad espiritual que es extraña al no<br />
salvado (1ª Corintios 2:14). Por lo tanto aquellos que en Hechos 10:44-46 estaban<br />
hablando en lenguas y alabando a Dios eran en definitiva personas salvadas los cuales eran<br />
salvos antes de ser bautizados. Esto no es una excepción; es una realidad. Esto prueba que<br />
el bautismo no es necesario para la salvación y que Hechos 2:38 tampoco está enseñando<br />
su necesidad. Pero si no lo está diciendo, entonces, ¿por qué el bautismo es mencionado<br />
aquí?<br />
El Contexto Bíblico del Pacto<br />
Un pacto es un acuerdo entre dos o más partes. Con frecuencia, los pactos tienen señales<br />
visibles que los representan. En la comunión, los elementos del pan y del vino son buenos<br />
ejemplos de esto. La circuncisión fue tanto una señal de pacto como el rito inicial en el pacto<br />
de Abraham (Génesis 17:10); pero ninguna de estas señales en esos pactos salvó a<br />
alguien.<br />
Dios le dijo a Abraham: “Estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia, como pacto<br />
perpetuo, por todas las generaciones por venir, seré tu Dios y el Dios de tus descendientes<br />
después de ti.” (Génesis 17:7, NVI). Más tarde, Dios instruyó a Abraham para que se<br />
circuncidasen no sólo cada adulto mayor, sino también todos los niños como una señal del<br />
pacto (Génesis 17:9-13). Si los niños no eran circuncidados, no eran considerados para<br />
estar bajo el pacto promisorio dado a Abraham. Esta es la razón por la cual la esposa de<br />
Moisés circuncidó al hijo de ella y tiró el prepucio a los pies de Moisés después de que<br />
hubiera fallado en circuncidarlo a él (Éxodo 4:25-25). Ella conocía la importancia del pacto<br />
entre Dios y el hijo de ella; pero al mismo tiempo debemos entender que la circuncisión no<br />
garantizaba la salvación de aquellos que se la hacían. Este fue un rito con un significado sólo<br />
para el pueblo de Dios, para quienes habían nacido en la familia de Dios (quienes entonces<br />
eran los Judíos), la cual era una señal externa de la promesa del pacto. Para rechazarlo había<br />
que rechazar el pacto; pero aún aceptándolo, éste no garantizaba la salvación.<br />
Aquí existe un riesgo de otro debate teológico<br />
Existe un debate dentro de la Cristiandad acerca de la naturaleza del bautismo y a quién debe<br />
ser este administrado. Aquí no estoy tratando de convencer a alguien de los objetivos propios<br />
del bautismo; si es para niños o si es sólo para adultos. Presento la siguiente información solo<br />
como una prueba de que el bautismo es una señal de pacto, el cual no es esencial para la<br />
salvación.<br />
En el Nuevo Testamento, la circuncisión es mencionada muchas veces; pero con relación al<br />
bautismo éste se menciona específicamente en Colosenses 2:11-12: “En él ustedes<br />
también fueron circuncidados, en el despojamiento de la naturaleza pecaminosa, no con una