Abril 2009 - Percano Grupo Corporativo
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m/P58<br />
Lujuria<br />
en torno a lo obsceno, ya que los protagonistas de la escena<br />
son una mujer semidesnuda con los ojos vendados,<br />
apenas ataviada con zapatos, medias, guantes y sombrero,<br />
y un cerdo al que ella sujeta mediante un lazo. Algunos intérpretes<br />
afirman que este cerdo es un símbolo de la lujuria<br />
y del lucro masculino que controla a la mujer, pero también<br />
se ha dicho que la pintura representa al hombre conducido<br />
por la ella, bestial e idiotizado.<br />
La idea del Diablo siempre ha estado relacionada de forma<br />
directa con la lujuria. Es así que una de las soluciones<br />
tradicionales para representar al rey de los infiernos consta<br />
de torso masculino y patas de macho cabrío, ya que este<br />
animal se asociaba con los deseos carnales. De acuerdo con<br />
tradiciones hebraicas de raigambre mesopotámico, y continuadas<br />
por algunos cabalísticos medievales, la diablesa Lilit<br />
era quien personificaba la lujuria. Ella había sido la primera<br />
esposa de Adán, creada igual que éste de barro y animada<br />
gracias al soplo divino, por lo que se asumió con las mismas<br />
capacidades. Resulta que cuando Adán quiso cohabitar con<br />
ella, Lilit se negó a permanecer recostada, bajo el cuerpo<br />
de su esposo, tal como éste le ordenaba; enfurecida, esta<br />
mujer huyó del Edén y llegó hasta el Mar Rojo, donde se<br />
unió con los demonios que se decía allí habitaban y procreó<br />
una estirpe del mal. Condenada ella y su descendencia por<br />
Yahvé, Lilit vagaba por el mundo en busca de semen para<br />
engendrar nuevos diablos.<br />
Los simbolistas revivieron<br />
el mito de Lilit en la iconografía<br />
y lo dotaron de una<br />
carga erótica, convirtiéndose<br />
en el prototipo de mujer<br />
fatal, ya que por su lujuria<br />
embauca a los hombres con<br />
una seductora apariencia,<br />
pese a su naturaleza terrorífica.<br />
Los poetas consagraron<br />
algunos versos a las mujeres<br />
diabólicas, “hijas de Lilit”, en<br />
tanto que los pintores la<br />
plasmaron como una bella<br />
fémina que convive con demonios<br />
y serpientes.<br />
En la literatura<br />
Existen dos poemas de<br />
Charles Baudelaire que pertenecen<br />
a su libro Las flores<br />
del mal, a través de los cuales<br />
se muestra la lujuria:<br />
Mujeres condenadas<br />
Como un rebaño pensativo/<br />
sobre la arena acostadas,/<br />
entornan los ojos hacia el<br />
horizonte marino,/ y sus<br />
pies que se buscan y sus<br />
manos enlazadas/ tienen<br />
dulces languideces, amargos<br />
escalofríos.<br />
Unas, corazones que aman<br />
las largas confidencias,/ en<br />
el corazón de los bosques<br />
y junto a los arroyos,/ deletrean<br />
el amor de las tímidas<br />
infancias/ y marcan en el<br />
tronco los jóvenes arbolillos;/<br />
otras, como hermanas,<br />
andan lentas, graves,/ a<br />
través de las rocas llenas<br />
de apariciones,/ donde san<br />
Antonio vio surgir como lavas,/<br />
desnudo el seno, a sus<br />
purpúreas tentaciones.<br />
Cesare Ripa<br />
imaginó a<br />
la lujuria<br />
como una<br />
joven hermosa<br />
sentada sobre<br />
un cocodrilo<br />
(símbolo de<br />
la lascivia) y<br />
llevando en<br />
las manos una<br />
perdiz (alegoría<br />
de la líbido<br />
desenfrenada).