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22 :::::: BIENESTAR Y VIDA ::::::<br />
UNA GRAN<br />
EXPERIENCIA<br />
DE VIDA<br />
Nuestra experiencia en Cuidados Intensivos<br />
Neonatales de CHRISTUS MUGUERZA Hospital<br />
Alta Especialidad.<br />
Por la Familia Zamora Leautaud<br />
La bendición de ser padres es, sin duda alguna, el<br />
mejor regalo que hemos recibido. Somos padres<br />
primerizos que buscamos lo mejor durante nuestro<br />
embarazo, definido desde el inicio como embarazo<br />
de alto riesgo por ser múltiple. Así es, recibimos tres<br />
hermosos regalos: Renata, María e Isabella.<br />
Cuando nacieron de inmediato pasaron a Cuidados<br />
Intensivos Neonatales ya que tenían tan sólo 32 semanas<br />
y 1.200 Kg. de peso en promedio. A los tres días partimos<br />
a casa sin ellas… ¿pueden imaginar lo que sentimos al<br />
tener que dejarlas?<br />
Sólo había en ese momento un mejor lugar para ellas, un<br />
lugar que asegurara la mayor probabilidad de sobrevivencia<br />
y la mejor atención y calidad de vida a largo plazo… Ese<br />
lugar era el área de Cuidados Intensivos Neonatales.<br />
Esta área es como una enorme incubadora, protegida con<br />
los más altos controles de higiene y seguridad, pero que<br />
al mismo tiempo permite en todo momento la interacción<br />
de los padres con sus hijos. Esto es importantísimo, la<br />
tranquilidad de estar cerca de tus hijos y darles amor.<br />
No es necesario tener conocimientos médicos para<br />
darse cuenta de la tecnología existente. Nuestras hijas<br />
estuvieron observadas todo el tiempo, con indicadores<br />
proyectados en monitores y registrados automáticamente<br />
en los sistemas.<br />
Pero esta enorme incubadora sería solo aparatos, pantallas<br />
y fierros de no ser por el trato que recibimos del personal<br />
que conoce muy bien su trabajo. La supervisora Lupita y<br />
las enfermeras que logramos recordar, Magda, Margarita,<br />
Miriam, Alma y Raquel, nos tranquilizaban cuando lo<br />
necesitábamos y lo más amado que tenemos, nuestras<br />
bebés, estuvieron siempre muy bien cuidadas.<br />
:::::: www.christusmuguerza.com.mx ::::::<br />
No podemos dejar de mencionar las rondas de Sor Anita,<br />
que a sus 94 años visitó más de una vez a nuestras hijas,<br />
y el padre Ángel, que además de brindarles el bautismo<br />
de emergencia, todos los días rezó pidiendo por la salud<br />
de nuestras bebas durante la misa diaria en el Hospital.<br />
Teníamos una habitación dentro de esta gran incubadora<br />
donde podíamos convivir día y noche con nuestras<br />
princesas. Nos fuimos a “vivir” ahí la semana previa a<br />
que dieran de alta a Renata, la primera en salir. Tuvimos<br />
la oportunidad de darle de comer, bañarla, cambiarla,<br />
dormirla, jugar con ella y también aprendimos a darle sus<br />
medicamentos… siempre monitoreados y apoyados por<br />
las enfermeras.<br />
Cuando nuestros amigos y familiares nos preguntaban<br />
“¿cuánto tiempo más estarán sus bebas en el hospital?”,<br />
nosotros sin pensarlo contestábamos “el tiempo que<br />
sea necesario”. Así de simple. Fue el mejor lugar donde<br />
nuestras tres bendiciones debían estar. Fue la garantía<br />
para que hoy nuestras hijas, que ya cumplieron los seis<br />
meses, estén en nuestro hogar gozando de completa<br />
salud.<br />
Para nosotros, papás primerizos de trillizas, fue una gran<br />
experiencia de vida.