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4 :::::: BIENESTAR Y VIDA ::::::
EL INCURABLE VALOR
DE UNA OPORTUNIDAD
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Era un 28 de marzo, un día como cualquier
otro, cuando Fernando sintió un dolor en el
pecho que se fue extendiendo poco a poco. Se
recostó, pero el dolor no cedía; al contrario, se
extendió por todo el pecho y el brazo. Le avisó
a su esposa. No quiso alarmarla, pero él ya lo
presentía: “esto es un infarto”, se dijo.
Como la familia contaba con servicio médico,
hablaron a 7-24. Ese día, Miguel, paramédico
de 7-24, había dado un curso y estaba a
punto de irse a su casa cuando le avisaron
del servicio. Al llegar, le preguntó al paciente
cómo se sentía, sí sabía lo que tenía, y le pidió
que estuviera tranquilo, comenta Miguel. “El
paciente estaba muy inquieto porque sentía
que se ahogaba. Lo subimos a la ambulancia
y le expliqué que necesitábamos que se
tranquilizara. En el trayecto, le pregunté si
había tenido un chequeo de su médico, pero
no me contestó. Vi el monitor y en ese
momento sonó la alarma”.