Leccion UNIVERSITARIOS 2013-02-02 - recursos escuela sabática
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Dios no era quien llevaba las riendas de sus arados, sino otras naciones.<br />
¿Cuántas veces no habremos caído nosotros en la misma trampa? Confiamos en<br />
nosotros mismos y en las cosas terrenales en vez de confiar en Dios. Luego deambulamos<br />
con un pesado yugo alrededor de nuestro cuello, preguntándonos por<br />
qué nos vemos en tan tristes circunstancias. Pero aún entonces, Dios nos llama<br />
a la libertad. «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les<br />
daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y<br />
humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es<br />
suave y mi carga es liviana» (Mat. 11: 28-30). Esta no es una sugerencia, sino una<br />
exhortación para llevar el yugo de Cristo en lugar del yugo del mundo.<br />
¡Qué interesante es saber que en medio de nuestra rebelión<br />
Dios no nos olvida!<br />
Un niño pequeño (Ose. 11: 1, 3)<br />
En Oseas 11: 1-3, somos testigos de la intimidad que existía entre Dios y su<br />
pueblo. En esos versículos Dios se refiere a su pueblo como «su niño». ¡Qué interesante<br />
es saber que en medio de nuestra rebelión Dios no nos olvida! Él nos enseña<br />
a caminar en sus sendas. Él sana nuestras transgresiones. Y cuando nos descarriamos,<br />
pacientemente vela sobre nosotros con un tierno amor y con una<br />
delicada disciplina (Heb. 12: 6).<br />
El poderoso amor de Dios (Ose. 11: 8, 9; Rom. 5: 8)<br />
No debemos olvidar que a pesar del enojo de Dios, él siempre estuvo dispuesto<br />
a extender su perdón y compasión a Israel. Incluso en el caso de nuestro<br />
pecado y rebelión, Dios demuestra su amor a través del don de su Hijo (Rom.<br />
5: 8). No debemos dar el amor de Dios por sentado. Más bien, reconozcamos<br />
que su amor por nosotros es incomprensible y que escapa a toda razón. Lo que<br />
nos corresponde es confiar en que su amor por nosotros es real y que puede<br />
transformar nuestras vidas.<br />
PARA COMENTAR<br />
1. ¿Qué metáfora utilizarías para describir tu relación actual con Dios?<br />
2. ¿En qué sentido Dios ha sido paciente contigo?<br />
3. ¿Cuál debería ser tu respuesta a las manifestaciones del amor divino en tu<br />
vida?<br />
* Ver apuntes respecto a Proverbios 1: 14 en el Comentario bíblico adventista, tomo 3.<br />
Daniel Ortega, Tulsa, Oklahoma, EE. UU.<br />
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