Leccion UNIVERSITARIOS 2013-02-02 - recursos escuela sabática

More documents

Recommendations

Info

1 Reyes 15: 19; Evidencia Romanos 5: 8 Prosperidad: una señal de advertencia El libro de Oseas es el primero de los llamados «profetas menores». Los eruditos han ubicado los escritos de Oseas entre los años 750 y 725 a. C. Esto coloca a Oseas en medio de uno de los períodos más turbulentos de la historia de Israel. En apariencia Israel, bajo Jeroboam II, era próspero y exitoso, mucho más que en cualquier otro período desde David y Salomón. Sus fronteras al norte eran tan extensas como las que existían en el tiempo de aquellos reyes (2 Rey. 14: 25, 28).* A pesar de aquella aparente prosperidad, Israel se hallaba deteriorado física y moralmente. Adoraban ídolos, adulteraban, se emborrachaban e incluso sacrificaban niños. El Dios de Abraham, Isaac y Jacob había sido reemplazado por la codicia, la violencia y la avaricia. Oseas escribió acerca del eterno amor de Dios por su pueblo. La inestabilidad social de Israel pronto dio lugar a la inestabilidad política después de que en el reinado de Jeroboam se produjeran una serie de asesinatos. Comenzando con el rey Zacarías en el 747 a. C., cinco reyes consecutivos de Israel accedieron al poder tras haber matado al monarca reinante. De esa forma se abrió la puerta a la invasión de los asirios, el vecino norteño de Israel. En el 722 a. C. las tropas asirias invadieron el reino de Israel asestando un golpe demoledor. Como resultado de la decadencia moral y de su alejamiento de Dios, el gran reino de Israel cayó, comenzando así el período conocido como «la cautividad asiria». Es triste pensar que el pueblo le diera la espalda al Señor después de todo lo experimentado en su en su relación con él. No se debe olvidar que fue durante un período de prosperidad social y económica que los pecados de la nación alcanzaron su punto máximo. ¿En qué sentido se parece el mundo actual a los tiempos de Oseas? ¿Acaso nuestros modernos lujos y comodidades han alterado nuestra relación con Dios? Resulta irónico que al entrar una civilización en un período de gran prosperidad la brújula social de la gente deje de apuntar a Dios para señalar a los hombres. Según eso sucede, se abandonan las normas morales y la sociedad pasa de la prosperidad a la incertidumbre y finalmente al caos. De acuerdo con las profecías de Oseas, el desvarío de Israel dio lugar a su derrota ante un invasor extranjero. Aun así, Oseas habla acerca del eterno amor de Dios por su pueblo. PARA COMENTAR 1. ¿Qué aspectos de la vida moderna te roban tiempo que podrías dedicar a Dios? 2. ¿Qué comodidades estarías en condiciones de abandonar con el fin de tener una relación más íntima con Cristo? * Ver notas acerca de 2 Reyes 14 en el Comentario bíblico adventista, tomo 2, pp. 925-928. Craig Mattson, Broken Arrow, Oklahoma, EE. UU. martes 9 de abril 21
miércoles 10 de abril 22 Cómo actuar Poniendo a prueba la compasión divina Alexa Fisher, Bristow, Oklahoma, EE. UU. Oseas 11: 1-3 Mi hermanito y yo manteníamos en vilo a nuestra madre cuando teníamos tres años. Vivíamos en el campo, en una extensa finca. Un día decidí investigar hasta dónde me llevaría el camino de tierra que pasaba por nuestra finca. Apenas había caminado unos diez minutos cuando una gran nube de polvo apareció ante mí. Era mi abuela que había salido a buscarme en auto. Mientras tanto, mi mamá me buscaba en el sótano de la casa y por todas partes. Si no hubiera sido por su gracia y compasión probablemente habría recibido unos buenos azotes. Lo que ella hizo fue abrazarme y recordarme cariñosamente que yo no debía salir del patio en ningún momento. Su enojo había sido superado por el perdón. En el libro de Oseas, Dios compara las acciones de Israel con las de un niño que camina sin rumbo. Dios tenía todo el derecho a sentirse enojado con ellos, sin embargo, responde de forma compasiva y perdonadora. ¿Cómo podemos responder a un amor de ese tipo? Dios se compadece de nosotros incluso cuando lo ponemos a prueba. Dedica un minuto para orar. Del mismo modo que mi madre se compadeció de mí, Dios se compadece de nosotros incluso cuando lo ponemos a prueba. Quizá no nos demos cuenta, pero constantemente estamos haciendo eso mismo a causa de nuestros pecados. Cuando surgen las tentaciones, tratamos de justificarnos. Cuanto más pensemos en nuestros pecados, peores ideas nos vendrán a la mente. La próxima vez que te sorprendas tratando de racionalizar algo que sabes que es incorrecto incluye a Dios en esa dinámica. Si crees que no vale la pena acercarse a él en ese momento ¡ora fervientemente! Es en esos momentos cuando más necesitamos a Dios. Cuando hacemos presente a Dios en nuestras vidas ¡el pecado se desvanece! Sé considerado con los demás. Cuando alguien ponga a prueba tu paciencia pídele a Dios que te ayude a no pensar mal de esa persona. Después de todo, quizá haya recibido una mala noticia, o algo no le haya salido bien. En vez de responder en forma airada, trata de hacerlo de manera compasiva. Intenta mostrarte amistoso o amistosa. Practica la compasión que Dios le mostró a Israel una y otra vez. PARA COMENTAR 1. El hecho de que Dios se compadece de nosotros, ¿significa que no deberíamos preocuparnos tanto por lo que hacemos, decimos o pensamos? Explica tu respuesta. 2. ¿Qué puedes hacer cuando alguien te incomoda demasiado? 3. ¿En qué sentido el perdón de Dios afecta a tu forma de pensar respecto a la relación que crees que existe entre la fe y las obras?
Page 1 and 2: lección 2 6 al 12 de abril 16 Amor
Page 3 and 4: domingo 7 de abril 18 Logos Habland
Page 5: lunes 8 de abril 20 Testimonio Cult
Page 9: viernes 12 de abril 24 Exploración

Leccion UNIVERSITARIOS 2013-02-02 - recursos escuela sabática

Create successful ePaper yourself

Delete template?

Save as template?