13 - Parroquia de San Andrés Apostol
13 - Parroquia de San Andrés Apostol
13 - Parroquia de San Andrés Apostol
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Arte y Religiosidad en l’Alcúdia<br />
mandaban a coger moñigos, el excremento <strong>de</strong> las caballerías, y<br />
si no íbamos no nos <strong>de</strong>jaban ver; les traíamos a montones. Algunas<br />
veces nos daban alguna perra; más a los mayores que a los<br />
pequeños. Los moñigos les eran muy útiles. Los <strong>de</strong>smenuzaban<br />
bien y los echaban al barro para hacer el mol<strong>de</strong> <strong>de</strong> las campanas,<br />
para que no se les agrietara, pues tenían que hacer el barro muy<br />
amasado y muy fino, y el cieno <strong>de</strong> los moñigos, bien <strong>de</strong>smenuzado,<br />
lo revolvían junto con el barro, y así no se les agrietaba el mol<strong>de</strong>.<br />
En aquellos tiempos todo lo tenían que hacer a mano. Para hacer<br />
los mol<strong>de</strong>s hicieron un pozo <strong>de</strong> metro y medio <strong>de</strong> hondo, más largo<br />
que ancho, para meter cinco campanas en él. Podéis daros cuenta<br />
poco más o menos cómo tenía que ser.<br />
Primero hacían un mol<strong>de</strong> tosco <strong>de</strong> barro, según el<br />
tamaño <strong>de</strong> la campana que fuera. Luego para ir haciendo la<br />
figura <strong>de</strong> la campana cogían una tabla fuerte y le daban esta<br />
forma. Esa raya que atraviesa la punta <strong>de</strong> arriba era <strong>de</strong><br />
hierro; la sujetaban a unos ma<strong>de</strong>ros que ponían arriba y abajo<br />
con unos agujeros, y daban vueltas a la tabla alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l<br />
mol<strong>de</strong> tosco, y así salía la figura <strong>de</strong> la campana. Cuando<br />
comprendían que ya tenían el tamaño <strong>de</strong> la campana que<br />
querían hacer, le ponían al mol<strong>de</strong> una capa <strong>de</strong> estopa o cáñamo<br />
en rama, bien fregadito, y bien cubierto <strong>de</strong> barro. Una vez<br />
seco le volvían a dar otra capa <strong>de</strong> barro como sus <strong>de</strong>dos <strong>de</strong><br />
gorda; <strong>de</strong>spués otra capa <strong>de</strong> estopa, como la anterior, y una<br />
vez seco, con otro mol<strong>de</strong> más gran<strong>de</strong> le daban el grosor que<br />
comprendían era bastante. Así todo bien seco, con una palanquita<br />
<strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra y con mucho cuidado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> abajo lo<br />
levantaban y salía el último mol<strong>de</strong> como si fuera la campana,<br />
pues como tenía estopa lo <strong>de</strong> abajo y no estaba fregado salía<br />
con facilidad. Después, el mol<strong>de</strong> que había entre estopa y estopa<br />
lo quitaban también a cascos, y una vez quitado y bien limpio<br />
todo, volvían a poner el primero que he dicho con forma <strong>de</strong><br />
campana, quedando hueco el entremedio que es don<strong>de</strong> entraba<br />
el metal <strong>de</strong>rretido, y así salía la campana fundida.<br />
Para fundir el metal hicieron dos hornos uno junto a<br />
otro. Uno para quemar leña y el otro para <strong>de</strong>rretir el metal.<br />
Este tenía por <strong>de</strong>lante dos agujeros como una boina <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s,<br />
y por ellos los campaneros con varas largas removían el metal<br />
<strong>de</strong> vez en cuando para sacar los trozos que todavía no se habían<br />
regalado. Abajo, a flor <strong>de</strong> tierra tenían otro agujero tapado,<br />
pues es por don<strong>de</strong> había <strong>de</strong> salir el metal <strong>de</strong>rretido. Una vez<br />
hechos los mol<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las campanas que iban a fundir, como las<br />
hacían <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l pozo, las enterraban bien, y aprietaban la<br />
tierra; encima <strong>de</strong>l mol<strong>de</strong> ponían otro con cuatro agujeros para<br />
las asas <strong>de</strong> las campanas.<br />
Este quedaba a flor <strong>de</strong> tierra, y por unos canales que<br />
hacían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el horno hasta don<strong>de</strong> estaba cada campana corría<br />
el metal <strong>de</strong>rretido y se metía por los agujeros hasta que se<br />
llenaba el mol<strong>de</strong>; así quedaba la campana fundida. Como era<br />
una cosa poco frecuente venía mucha gente a verlo, y el<br />
campanero, <strong>de</strong> los tres que había, el mayor, que estaba en<br />
camisa (pues hacía mucho calor <strong>de</strong>bido al fuego) se la quitó y<br />
luego dijo en voz alta: " Se va a dar principio a escudillar el<br />
metal, récenle una salve a la Virgen <strong>de</strong> los Dolores". Entonces<br />
todo el mundo rezó la salve a la Virgen y luego el campanero<br />
se santiguó tres veces y con un palo largo rompió el agujero <strong>de</strong><br />
abajo y salía el metal hecho caldo, y se distribuía por los canales<br />
como si fuera agua, hasta que se llenaron los mol<strong>de</strong>s.<br />
Lo que sobró quedó por los canales, y al otro día estaba<br />
muy frío y parecía barras gordas.<br />
Como yo estaba herniado, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> escudillar el<br />
metal, <strong>de</strong>l vapor que <strong>de</strong>jaba el metal, lo aprovecharon así: nos<br />
cogieron a otros chicos y a mí, nos bajaron los pantalones y nos<br />
tuvieron encima <strong>de</strong>l humo o vapor que salía haciéndonos como<br />
cruces; luego nos taparon bien con una manta <strong>de</strong> Palencia y<br />
nos llevaron a nuestros padres a nuestras casas; <strong>de</strong>spués vinieron<br />
ellos y nos prepararon un ungüento con unos polvos colorados<br />
e incienso molido y mezclado con aguardiente me lo colocaron<br />
sobre la hernia. Aquello se quedó más duro que una tabla, y<br />
mientras no se ahuecó no me lo quité. La hernia se me curó,<br />
pero a los 42 años se me reprodujo..."<br />
A través <strong>de</strong> la correspondència que mantenien<br />
María Carrascosa i Narciso Güemes amb la família,<br />
po<strong>de</strong>m situar cronològicament la <strong>de</strong>cadència <strong>de</strong> l'ofici<br />
<strong>de</strong> campaner artesà, doncs les cartes que envien <strong>de</strong>s<br />
d’El Pozuelo (Zaragoza) oferéixen un testimoni directe:<br />
"...<strong>de</strong> mi oficio nada puedo <strong>de</strong>cir por hoy, porque no<br />
he salido por el mal tiempo, supongo será el año escaso <strong>de</strong><br />
campanas pues cada día pier<strong>de</strong> mucho el oficio, ya pue<strong>de</strong>s mirar<br />
si por esa tenemos que fundir que aquí se rematan las campanas,<br />
en cuanto mejore el tiempo subiré a Castilla a ver si sale algo<br />
que hacer..." (1914).<br />
"... respecto a mis campanas, letra muerta, cada día<br />
peor y más con el año <strong>de</strong> crisis que llevamos con la guerra pues<br />
no se pue<strong>de</strong> tocar ningún artículo <strong>de</strong> caro..." (Junio, 1915).<br />
L’Alcúdia Cristiana. Desembre 2003 27