Investiga a través del entorno y exponlo - El Corte Inglés

Pero, por desgracia, se alejaron los ecos del primer aviso. Los ciudadanos y los países se acomodaron
a las nuevas cuotas y los apoyos a la investigación en nuevas fuentes de energía, principalmente solar,
se diluyeron al mismo tiempo que lo hacía la alarma despertada.
Sin embargo, los recursos energéticos fósiles son agotables y, por tanto, son, en sí mismos, ajenos al
concepto de sostenibilidad y llegará alguna generación futura que ya no podrá disponer de ellos. Es
considerablemente arriesgado predecir ahora si será la generación próxima o la siguiente la que tendrá
que enfrentarse a una carencia tan notable.
Desde nuestra posición ciudadana, individual y colectiva, podemos actuar para retrasar la llegada del
agotamiento de los recursos fósiles mediante la práctica de la “racionalización del consenso y del
ahorro energéticos”. Se ha dicho, y con acierto, que la mejor y más limpia fuente de energía es el
ahorro. Y ésta es la primera gran práctica en la dirección de la sostenibilidad: racionalizar y ahorrar
para nuestro beneficio y, sobre todo, para el de futuras generaciones.
No debemos olvidar que los recursos fósiles, especialmente el petróleo, no son sólo fuente de energía
sino que, además, son materia prima para la obtención de multitud de productos y materiales,
fundamentalmente del ámbito de la vida desarrollada: plásticos, alimentos, abonos, tejidos, medicinas,
etc. Desde hace tiempo ya se ha hecho notar la alarma: es lamentable que estemos quemando
compulsivamente una materia prima tan valiosa como el petróleo.
Ante la agotabilidad de los recursos energéticos actuales sólo cabe una opción realista: dotarnos de
recursos energéticos renovables y dejar, como maravilloso legado para las futuras generaciones, un
futuro tranquilizador.
SEGUNDO AVISO: DETERIORO DEL ENTORNO NATURAL
Ahora nos ha llegado el “segundo aviso”. Esta vez, también de manos de la agotabilidad de los recursos,
manifestada en especulativas subidas de precios de los combustibles comunes: en los meses de agostonoviembre
de 2004, las petroleras aumentaron sus beneficios netos en más de un 50%. Pero, además,
este segundo aviso se presenta con un nuevo rostro: el progresivo deterioro de nuestro entorno natural.
El aire, el mar, las costas, los ríos, etc., sufren pacientemente el maltrato que reciben de los ciudadanos
del primer mundo, voraces devoradores de energía. La sostenibilidad, en su vertiente de herencia que
recibirán futuras generaciones, exige que ellos también puedan disfrutar de la maravillosa y
sorprendente, quizás única, naturaleza de este planeta.
El ciudadano puede adaptarse y aceptar como un mal necesario e inevitable la creciente pérdida de las
cualidades de nuestro mundo natural. Pero también puede preguntarse si esa pérdida es del todo
inevitable.
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CONCURSO DE BECAS
“INVESTIGA A TRAVÉS DEL ENTORNO Y EXPONLO”