Primera edición en esta Colección; México, 1946 Segunda edición ...
Primera edición en esta Colección; México, 1946 Segunda edición ...
Primera edición en esta Colección; México, 1946 Segunda edición ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Casi no me acordaba yo de ello, cuando un día recibí un<br />
pliego que llevaban para mí dos g<strong>en</strong>tileshombres, que el<br />
marqués de Mancera <strong>en</strong>viaba de ord<strong>en</strong> de S. M., para que me<br />
acompañas<strong>en</strong> a Madrid, <strong>en</strong> donde el rey, sabedor de lo<br />
ocurrido, deseaba verme.<br />
Aquellos g<strong>en</strong>tileshombres, lleváronme además una gran<br />
cantidad de ducados para el avío de mi viaje.<br />
Llegué a Madrid, y no alcanzaría a explicaros cuál me sopló<br />
la fortuna <strong>en</strong> la corte.<br />
Fui allí alojado <strong>en</strong> la casa habitación de los Girones, <strong>en</strong><br />
donde estuve algunos días, antes de ser pres<strong>en</strong>tado a Su<br />
Maj<strong>esta</strong>d.<br />
Llevóme a ver antes que al rey, al Conde-duque, el señor<br />
duque de Medina de las Torres, y luego me condujo al real<br />
monasterio del Escorial, <strong>en</strong> donde Su Maj<strong>esta</strong>d se <strong>en</strong>contraba, y<br />
fue <strong>en</strong> nuestra compañía el señor Patriarca de las Indias.<br />
Recibióme el rey tan plac<strong>en</strong>tero, que me atreví a<br />
pres<strong>en</strong>tarle un libro que <strong>en</strong> latín y <strong>en</strong> alabanza del Conde-duque<br />
había escrito <strong>en</strong> muy pocos días, y al cual libro intitulé: Laudes<br />
Camítis Ducis. El rey hojeó el libro, tomóme de la mano y me<br />
pres<strong>en</strong>tó con la reina y luego con el nuncio de Su Santidad, y<br />
dióme por grande honra una beca <strong>en</strong> el colegio del real<br />
monasterio de San Lor<strong>en</strong>zo del Escorial, con autorización de<br />
t<strong>en</strong>er para mi servicio un familiar y dos criados, y dotándome<br />
para todos aquellos gastos.<br />
Hacíame llamar el rey siempre que iba al Escorial, y.<br />
mirando mi aprovechami<strong>en</strong>to, <strong>en</strong>vióme de colegial mayor a San<br />
Bartolomé de Salamanca.<br />
Continuaba yo allí mis estudios, cuando recibí ord<strong>en</strong> para<br />
salir de allí y acompañar al señor Infante-card<strong>en</strong>al, que pasaba<br />
a Flandes.<br />
Preparábase a la sazón de llegar nosotros, la gran batalla<br />
que se dio al francés <strong>en</strong> Norl<strong>en</strong>guin.<br />
Vacilaba el señor Infante. Hablóme, por la gran confianza<br />
que <strong>en</strong> mí t<strong>en</strong>ía: aconséjele dar la batalla: dióse <strong>en</strong> efecto, y el<br />
francés quedó completam<strong>en</strong>te v<strong>en</strong>cido.<br />
Encontréme también, volvi<strong>en</strong>do de Flandes, <strong>en</strong> la heroica<br />
def<strong>en</strong>sa de Fu<strong>en</strong>te Rabia, y allí acompañé al padre Usassi <strong>en</strong> la<br />
disposición y preparación de los fuegos que se arrojaban a los<br />
<strong>en</strong>emigos de la España.<br />
Volvíme luego a continuar mis estudios, muy querido por<br />
mis servicios, tanto de Su Maj<strong>esta</strong>d como del Conde-duque y de<br />
todos los demás señores de la corte.<br />
Por fin, Su Maj<strong>esta</strong>d me <strong>en</strong>vió a estos reinos, con <strong>en</strong>cargo<br />
secreto y de confianza, dándome órd<strong>en</strong>es para que por las cajas<br />
reales se me ministrase una gran cantidad de ducados.<br />
Gocé de ellos algún tiempo; mas ya veis a lo que reducido<br />
me ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las intrigas de los inquisidores, y ojalá y no acab<strong>en</strong><br />
también con mi vida".<br />
VII<br />
PREPARATIVOS PARA LA FUGA<br />
POR NO fastidiar más a los lectores, he procurado<br />
comp<strong>en</strong>diar, hasta hacerla sobrado diminuta, la historia que de<br />
su vida refirió don Guill<strong>en</strong>, y que consta porm<strong>en</strong>orizada <strong>en</strong> su<br />
proceso.<br />
Los inquisidores declaraban que esa historia era un tejido<br />
de embustes y falsedades; pero lo que hay de notable es que<br />
don Guill<strong>en</strong> conocía a toda la grandeza de España, y que la<br />
Inquisición g<strong>en</strong>eral tomó grandísimo empeño <strong>en</strong> la secuela de<br />
<strong>esta</strong> causa, y quiso que por cada correo se le remities<strong>en</strong><br />
noticias del <strong>esta</strong>do que ella guardaba.<br />
Don Guill<strong>en</strong> no fue un procesado vulgar a qui<strong>en</strong><br />
acobardaban con torm<strong>en</strong>tos, y cuya causa pudiese seguirse sin<br />
dificultades.<br />
Tan audaz como instruido, desde el fondo de su calabozo<br />
escribía a los inquisidores def<strong>en</strong>diéndose con una intelig<strong>en</strong>cia<br />
admirable, atacando los procedimi<strong>en</strong>tos del tribunal y<br />
<strong>en</strong>tablando recursos que más de una vez pusieron al fiscal <strong>en</strong><br />
compromiso.<br />
Escritos hay de clon Guill<strong>en</strong> que ocupan quince y veinte<br />
pliegos, y <strong>en</strong> esos escritos un número increíble de citas — ¿Con<br />
qué instrum<strong>en</strong>tos? No contamos ni con una lima.<br />
—No tocamos el hierro, sino que <strong>en</strong> derredor vamos<br />
rascando el muro hasta desquiciar completam<strong>en</strong>te la tal reja.<br />
—Operación sería esa de mucho tiempo, y además se<br />
conocería el trabajo por el hueco que iba quedando <strong>en</strong> derredor<br />
del marco.<br />
—Hacedme la gracia de examinar.