Junio-2010 - Colegio VIRGEN MEDIADORA

EL PARTE 6 – MAYO 2010 10
siempre reinaba la misma frase: “Siempre pagan justos por pecadores, no es justo… “.
Pocos recuerdos nos quedan ya de esa época, pero aún rememoramos a veces nuestras
divertidas clases de inglés con Eva, o los kilométricos análisis sintácticos de Verónica
que, a pesar de ellos, se supo ganar el cariño de la, por aquella época, clase de 6º A.
La ESO llegó junto con
nuestra adolescencia.
Aparecían los primeros
amoríos, la rebeldía, y las
ganas de crecer. Ya no
éramos unos niños y eso se
reflejaba también en clase.
Los primeros suspensos, las
primeras tensiones frente a
las notas. Empezábamos a
sufrir los duros exámenes de
Margot, con sus notas en
forma de palitos y como no,
su palo característico con el que nos preguntaba la lección, pero también teníamos
momentos más relajados, aunque llenos de cosas que aprender, por ejemplo junto a
Carlos en música o con Gemma y Carmen en lengua. Pero dejando atrás todo esto, la
ESO marcó para nosotros un antes y un después porque sabíamos que no todos
pasaríamos a la siguiente etapa juntos. Por ello queremos recordar hoy a personas como
Alba Rodil, Yas, Fran, Álvaro, Bea y Cova, por mencionar algunos, con quienes pasamos
muchos buenos y malos momentos, pero que aún así siguen formando parte de nosotros.
El Bachillerato marcó posiblemente nuestra vida en el Colegio. Las grupos, A y B, se
unieron en una sola clase, y descubrimos otra manera de ver la vida en el Centro. Los
estudios pasaron a un nivel indudablemente más importante, pero también los
compañeros tomaron un papel crucial. Siempre nos clasificaban como un gran grupo en el
que había grandes diferencias, pero con la ayuda de unos sobre otros llegamos a cruzar
la meta.
Juntos nos
fuimos de viaje
a Lisboa y
Sevilla, una
aventura llena
de anécdotas
de esas que se
cuentan a los
nietos. Juntos
sufrimos los
nervios de los
exámenes finales, y ahora, juntos luchamos por entrar en la universidad. Siempre
recordaremos las largas partidas de cartas al “chúpate un par” o como diría Lore, al
“chúpate un pan”, las parrilladas, las cenas… ¡el buen rollo que se sentía en esos
momentos tan distendidos! También nuestras famosas canciones para intentar superar
los nervios, y por supuesto, ¡el inconfundible mariachi! Lo que le han hecho sufrir a la
pobre Tamara cantándoselo durante toda la mañana…
En definitiva, gracias a todos, a los que se gradúan hoy junto a nosotras y a los que
alguna vez pasaron por nuestras clases, por todos los pequeños momentos inolvidables.