Resurrección - Cuarto día

Lo que hace
nuestro Señor
Tomado del libro: Objetos que enseñan de Dios
Autores: Cecilio y María McConnel
Jn.:4; 3:36
Objeto: Un trompo u otro juguete de madera que
tenga un rasguño u otro defecto muy visible.
¿Ven este trompo? ¿Les gusta jugar con algo así?
Pero parece que este trompo tiene una herida,
¿verdad? A lo mejor debemos ponerle un ungüento
y dejarlo en alguna parte para que sane. ¿Qué les
parece? ¿Se sanaría este rasguño? ¿Por qué no?
Si yo (o tú) tengo un rasguño en la mano o en el
brazo, ¿se sana? ¿Por qué se sana mi piel y no la
del trompo?
Bueno, tal vez podríamos expresarlo así: Nuestra
carne tiene vida. El Señor hizo nuestros cuerpos, y
se pueden sanar. Hasta una herida en un árbol se
puede sanar, porque Dios hizo los árboles, como lo
hizo todo. Pero cuando un hombre cortó el árbol,
éste se secó y murió, y el hombre usó la madera para
hacer el trompo. Lo que el hombre hace no se sana,
porque no tiene vida. Es Dios que da vida.
En la Santa Biblia, hablando de Jesucristo, se dice:
“En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los
hombres” (Jn. 1:4). Varias veces también dijo Jesús:
“Yo soy la vida.”
En el principio, durante la creación del mundo y
del universo, Él lo hizo todo. Es Él también que lo
sostiene. Además, cuando ponemos nuestra fe,
nuestra confianza en Él, tenemos vida eterna. Bajo
la dirección de Dios, el apóstol Juan escribió en la
Biblia: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero
el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino
que la ira de Dios está sobre él” (Jn. 3:36). Sin fe en
Cristo somos como la madera del árbol ya cortada:
No hay vida.
Nos gusta jugar con un trompo, pero queremos que
nuestro cuerpo tenga vida, ¿no es cierto?
Objetos que
enseñan de Dios
Enviado por Hugo Isaac Valdez
4° Día de Colores
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