Infante muerto, José Piquer y Duart, 1855 - Museo del ...
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(<strong>Museo</strong> <strong>del</strong> Romanticismo, inv. 30010), anteriormente reproducida.<br />
Sin embargo, el recurso a las nodrizas estaba únicamente al<br />
alcance de unos pocos. En las clases populares, las madres trabajadoras,<br />
no pudiendo alimentar a sus hijos, los dejaban al cuidado de otras<br />
personas que los alimentaban con lo que tenían a su alcance,<br />
frecuentemente biberones de leche de mala calidad y sin esterilizar, lo<br />
que convertía a estos objetos en un verdadero caldo de cultivo de<br />
microbios. En Francia terminó prohibiéndose el uso y la fabricación <strong>del</strong><br />
biberón de tubo, pues si bien descargaba a la nodriza, provocaba<br />
enfermedades intestinales en los bebés y dio lugar a no pocas muertes. No<br />
obstante, gracias a Pasteur, a partir de 1888 los aparatos esterilizadores<br />
mejoraron la conservación de la leche y la limpieza de los biberones y<br />
tetinas.<br />
Retrato de Bernardo López<br />
<strong>José</strong> <strong>Piquer</strong><br />
Mármol de Carrara, 1860-1870<br />
Inv. E-100<br />
<strong>Museo</strong> de la Real Academia de Bellas<br />
Artes de San Fernando<br />
Réclame pour un biberon Robert<br />
(Anuncio publicitario de un biberón Robert)<br />
L. Revon<br />
Placa de chapa pintada, 1873<br />
Inv. A.P.2003.16.2<br />
Musée de l’Assistance Publique – Hôpitaux de Paris<br />
© f.marin/AP-HP<br />
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