INFUNDIBULO CRONOSINCLASTICO
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Más tarde, cuando parpadea por un instante el sol, ella lo vuelve a encontrar en el<br />
patio, sentado en el cemento como un niño inexperto con los pies por delante, cegado en los<br />
restos de un mirlo muerto. Flora se queda de pie, esperando ser vista. Y cuando falla el<br />
intento de captar su atención, ella dice:<br />
-El gato de la señora Deschamps debe habérselo despachado, ¿no crees?<br />
El no responde en el lapso de un diluvio. Entonces alza la mirada y su esposa puede<br />
notar que ha llorado. El comenta algo que irrealmente se queda atorado en su garganta.<br />
-No entiendo lo que me dices...- Flora dice. Entonces se dá la media vuelta y regresa<br />
a la cocina. La realidad es que no desea que su esposo perciba el agujero en el estómago<br />
que sus palabras le provocan.<br />
-Amor, la persona que abre una puerta...¿es la misma que también la cierra?<br />
Ella espera en la cocina. Ella espera que la noche levante vuelo y por el sonido de<br />
pasos entrando a la casa para preguntar qué hay de cenar. Pero él sigue sentado en la<br />
obscuridad.<br />
Finalmente entra a la casa. La tregua singular sigue hasta la cama. Por repetida<br />
ocasión, él permanece en alerta toda la noche. Flora, en la flaqueza de ser isla, se hunde<br />
primero en el profundo océano del sueño.<br />
A la mañana siguiente Roberto ha desaparecido.<br />
Ella permanece en la cama. Su Roberto se ha escapado, llevándose consigo sus<br />
khakis y sus Hush-Puppies. Ella sabía que no volvería jamás. Simplemente lo sabía. Y ya<br />
tendría el suficiente tiempo para llorar su partida por el resto del día.<br />
Lejos, torciendo la vista dentro del cuello del telescopio, la Reina de España repara<br />
la entrada de las imágenes sueltas y frunce el ceño. Entonces el siguiente cuadro al fondo<br />
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