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Descargar - Hermandad Veteranos Tropas Nomadas del Sáhara

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La Jabar <strong>del</strong> Nómada - núm. 29 - marzo 2011<br />

soportar. No teniamos ropa ni leña ni lugar donde<br />

refugiamos y con el mechero <strong>del</strong> conductor solo<br />

pudimos quemar algunos papeles y unas cuantas<br />

vendas <strong>del</strong> botiquín de coche. Nunca creí que se<br />

pudiera llorar de frio y aún hoy me pregunto como se<br />

pueden cazar leones con granadas de mano.<br />

No hay mucho mas, en la rutina de constantes<br />

desplazamientos a Tichla y Aguenit para inspeccionar<br />

mis pelotones y, al mismo tiempo, recurrir a la<br />

caza para complementar sus víveres, pasaron dias y<br />

semanas hasta sumar los cuatro meses de estancia en<br />

el vértice sur oriental de nuestro Sahara.<br />

Pero no quiero terminar sin resaltar lo que ocurrió<br />

en Aguenit con aquel pelotón y aquellos soldaditos<br />

de reemplazo. Cuando en uno de mis viajes de inspección<br />

llegué al puesto, encontré al Sargento enfermo<br />

y tan deprimido por la fiebre, que tuve que decidir<br />

llevármelo a Auserd y proponer su traslado a<br />

Villa Cisneros con urgencia. Pero en Aguenit, un<br />

pelotón sin su Jefe y sin moral quedaba en situación<br />

muy preocupante.<br />

Cuando al principio de este relato me refería a los<br />

quintos de la provincia de Cadiz, a su fibra, a su<br />

espíritu y a su saber estar, pensaba en Aguenit. No<br />

puedo recordar el nombre <strong>del</strong> Jefe de Escuadra que<br />

quedó al mando, pero si que insistí en la responsabilidad<br />

y la imagen que, tanto él como sus hombres<br />

debían dar en el puesto y su misión en orden a defender<br />

los pozos de agua y vigilar la frontera. Hoy, en<br />

algún pueblecillo de la provincia de Cádiz, un hombre<br />

de 70 años quizas sienta la añoranza de su "mili"<br />

en el Sahara español y habrá presumido mil veces de<br />

lo que "ellos" hicieron allí. Sean para él y para sus<br />

hombres la admiración y el reconocimiento de este<br />

viejo coronel. Solos, completamente solos, sin el<br />

marchamo de la profesionalidad y a miles de kilómetros<br />

de su tierra, dieron un ejemplo mas de dignidad<br />

y saber hacer. Con problemas en Tichla y tener que<br />

desplazarme hasta allí por obligación, tardé más de<br />

una semana en poder volver a Aguenit. De entrada<br />

me recibieron con alegría y sin complejos. Me invitaron<br />

a comer con un pan blanco riquísimo y unos<br />

filetes de gacela exquisitos. Sin salir de mi asombro<br />

ví que habían construido un pequeño horno de adobes<br />

y se hacían pan todos los días. Que para conseguir<br />

carne, habían seleccionado a un saharaui de la<br />

guarnición, le daban un único proyectil y tenía que<br />

<strong>Sáhara</strong><br />

desplazarse<br />

antes <strong>del</strong> amanecer<br />

en busca de<br />

una pieza, sin<br />

opciones de<br />

fallar el tiro. La<br />

gacela se repartía<br />

con la familia<br />

<strong>del</strong> saharaui. El<br />

servicio de imaginaria<br />

por la<br />

noche era doble:<br />

un hombre en la<br />

oscuridad y<br />

fuera <strong>del</strong> puesto,<br />

con otro en las<br />

inmediaciones<br />

<strong>del</strong> clásico fuego de campamento. No quise indagar<br />

ni hacer preguntas sobre una esclava de Mauritania<br />

que bailaba por las noches a la luz de la hoguera y<br />

que, al parecer, era propiedad de todo el pelotón.<br />

Pesaba unos ciento treinta kilos y adoraba a mis<br />

hombres. En cualquier caso en aquel pelotón había<br />

moral y eficacia estando asegurado el cumplimiento<br />

de la misión.<br />

Termino, pocas semanas después la compañía<br />

recibió la orden de replegarse y finalizar la misión.<br />

Recuperé mis pelotones y nos trasladamos a Villa<br />

Cisneros. Mas tarde embarcamos en el transporte<br />

Almirante Lobo para regresar a Santa Cruz de<br />

Tenerife. El 28 de agosto de 1956 la compañía se<br />

integra en la Plana Mayor <strong>del</strong> Cuartel de San Carlos<br />

y es disuelta como compañía expedicionaria.<br />

Actualmente se edita por la <strong>Hermandad</strong> de<br />

<strong>Veteranos</strong> de <strong>Tropas</strong> Nómadas en Madrid, una revista<br />

"La Jabar <strong>del</strong> Nómada" que reune a todos aquellos<br />

que, marcados por el Sahara y su mágica belleza, se<br />

titulan "nómadas" y colaboran en la misma con sus<br />

recuerdos, fotos, anécdotas y artículos, y creo también,<br />

que con otra razón mas profunda e importante:<br />

devolver al pueblo saharahui su libertad y su dignidad,<br />

su tierra y sus raices. Años después, cuando terminé<br />

el curso de Estado Mayor, solicité las "prácticas"<br />

en el Sahara y podría de nuevo relatar otros<br />

meses en el Sahara y otras odiseas en la Huel de<br />

reciente creación con el capitán Agustin Muñoz<br />

Grandes, pero todo ello sería otra historia. <br />

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