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LOS ÚLTIMOS DÍAS DE LA VALENCIA BORBÓNICA EN LA<br />

CORRESPONDENCIA DEL VIRREY MARQUÉS DE VILLAGARCÍA<br />

Enrique GIMÉNEZ LÓPEZ<br />

Universidad de Alicante<br />

A primeros de agosto de 1704 F<strong>el</strong>ipe V ordenó que <strong>el</strong> Consejo de Aragón<br />

propusiera medios para poder fortificar Altea en evitación de desembarcos futuros de<br />

fuerzas enemigas 1 . El Consejo trasladó al Virrey Villargarcía la responsabilidad de<br />

discurrir cómo amurallar la desembocadura d<strong>el</strong> río Algar, donde los buques hacían<br />

habitualmente sus aguadas 2 . En su respuesta expresaba <strong>el</strong> Virrey las muchas dificultades en<br />

que se encontraba <strong>el</strong> Reino, "hallándose todo tan exhausto", y señalaba problemas de tipo<br />

técnico, como la necesidad de contar con un ingeniero que proyectara y presupuestara la<br />

obra, sin que en tierras valencianas existiera ningún especialista capacitado para <strong>el</strong>lo 3 .<br />

En enero de 1705, descartada la fortificación "porque <strong>el</strong> tiempo no es a propósito y<br />

la estrechez de la Hacienda no lo permite", <strong>el</strong> rey ordenó a Villagarcía que incrementara <strong>el</strong><br />

número de sus guardias y que un destacamento acudiera a Altea para proteger su costa 4 .<br />

Tampoco resultaba viable cumplimentar <strong>el</strong> Real Despacho, no sólo por <strong>el</strong> estado carencial<br />

en que se hallaba la Real Hacienda, donde "no se encuentra un maravedí para este gasto",<br />

sino por impedirlo la legislación foral. La experiencia d<strong>el</strong> Virrey anterior, Cast<strong>el</strong> Rodrigo,<br />

que había visto cómo había resultado conflictivo su proyecto de incrementar la guardia<br />

virreinal en 25 jinetes para combatir más eficazmente a los bandoleros, era un antecedente<br />

próximo y explícito para Villagarcía 5 . Nada podía esperarse de la Generalitat para financiar<br />

<strong>el</strong> aumento de jinetes a disposición d<strong>el</strong> Virrey. Únicamente podría efectuarse ese gasto<br />

1 A.H.N. Consejos, leg. 18.474 El Rey al Duque de Montalto, 7 de agosto de 1704.<br />

2 A.H.N. Consejos Leg. 18.473 Consulta d<strong>el</strong> Consejo de Aragón, 12 de agosto de 1704. Sobre este asunto,<br />

vid. Enrique GIMENEZ LOPEZ: "El desembarco aliado de Altea en 1704 y <strong>el</strong> Virrey Marqués de<br />

Villagarcía", en Homenatge al doctor Sebastià García Martínez, Vol. II, Valencia 1988, pp. 269-284.<br />

3 Ibidem. Villagarcía a Juan Bautista Pérez Roca, Valencia 19 de agosto de 1704.<br />

4 Ibidem. El Rey a Villagarcía, 13 de enero de 1705.<br />

5 Ibidem. Villagarcía a Juan Bautista Pérez Roca, Valencia 20 de enero de 1705. Sobre las dificultades d<strong>el</strong><br />

Virrey Cast<strong>el</strong> Rodrigo, vid. Sebastián GARCIA MARTINEZ: Valencia bajo Carlos II, Valencia 1991, pp.<br />

246-260.


mediante medios extraordinarios, y esa posibilidad, ya contemplada por Villagarcía cuando<br />

en 1703 y 1704 la Armada aliada recorrió la costa valenciana, se había mostrado<br />

infructuosa 6 . Según cálculos efectuados, un jinete uniformado y montado suponía un gasto<br />

que oscilaba entre los 1.125 y 1.295 rls. anuales, y la Bailía valenciana, encargada de las<br />

finanzas reales, sólo tenía consignadas cantidades suficientes para mantener 25 jinetes,<br />

viéndose sus ingresos reducidos en un tercio respecto a 1700, lo que suponía dificultades<br />

graves para poder hacer frente a los gastos ordinarios. Una posibilidad extraordinaria,<br />

aunque remota y de imprevisibles consecuencias, propuso <strong>el</strong> Virrey: "aplicar los su<strong>el</strong>dos de<br />

las dos Compañías d<strong>el</strong> Grao y Moncofa", con <strong>el</strong> consentimiento de la Generalitat, es decir,<br />

utilizar <strong>el</strong> dinero destinado a las milicias de los gremios. La denuncia de contrafuero sería<br />

contraproducente en las circunstancias que se vivían 7 . Un mes después de sugerirlo, <strong>el</strong><br />

propio Villagarcía comunicaba al Consejo de Aragón la imposibilidad de lograr la<br />

colaboración de las milicias, cuya lealtad comenzaba a ser dudosa. Según confesaba <strong>el</strong><br />

Virrey, "los gremios que al principio estaban fervorosos se habían entibiado" 8 .<br />

Para obtener los fondos necesarios, estimados en 4.500 doblones, e incrementar la<br />

caballería de la Guardia virreinal hasta la cifra de cien jinetes, se consideró la posibilidad<br />

de conceder <strong>el</strong> título de villa a aqu<strong>el</strong>las poblaciones que lo solicitaran a cambio de un<br />

donativo. F<strong>el</strong>ipe V ordenaba en mayo de 1705: "...descarriáis medios con que subvenir a<br />

este gasto, y entre <strong>el</strong>los veréis si hay algunos lugares que quieran ser villas" 9 . La respuesta<br />

de Villagarcía descartaba ese posible arbitrio, pues ninguna población valenciana se<br />

planteaba otra cosa que no fuera hacer frente a sus necesidades más perentorias: "todos<br />

están en tan miserable estado que no discurren en otra cosa que en su precisa<br />

conservación". Otros planes tampoco dieron resultado, como los intentos de obtener dinero<br />

de los fondos que algunos particulares habían recogido para construir un pantano en<br />

6<br />

Ibidem. Villagarcía a Juan Bautista Pérez Roca Valencia, 3 de febrero de 1705.<br />

7 Ibidem. Consulta d<strong>el</strong> Consejo de Aragón, 26 de febrero de 1705.<br />

8 Ibidem. Villagarcía a Juan Bautista Pérez Roca, Valencia 31 de marzo de 1705.<br />

9 Ibidem. El Rey a Villagarcía, Mayo de 1705.


Onteniente, o poner en venta las plazas vacantes en las bolsas de insaculados en aqu<strong>el</strong>los<br />

municipios donde existieran 10 .<br />

La Generalitat no estaba en disposición de efectuar nuevos sacrificios. En 1704 se<br />

había comprometido a financiar durante dos años un tercio de 600 infantes para la defensa<br />

de Andalucía, y en febrero de 1705 fueron remitidos a Barc<strong>el</strong>ona 50 caballos para la<br />

remonta de Cataluña, envío que completaba un donativo voluntario de cien caballos. Los<br />

<strong>el</strong>ectos de los tres estamentos justificaban la modestia de su contribución en la pésima<br />

situación económica d<strong>el</strong> momento:<br />

"pero no sent possible, que lo llimitat de aquest Regne, lo exaust de ses forces, lo<br />

estéril de <strong>el</strong> temps i los altres donatius en que ha servit i está servint, donen lloch a<br />

igualar lo ánimo ab les eixecución" 11 .<br />

La llegada d<strong>el</strong> verano acrecentó la angustia de las autoridades borbónicas pues era<br />

previsible la llegada de una flota aliada a las costas valencianas, como había sucedido en<br />

los dos años anteriores. El 16 de junio de 1705 <strong>el</strong> Consejo de Aragón recibió un escrito d<strong>el</strong><br />

Virrey en <strong>el</strong> que mostraba su temor a una inminente invasión de las fuerzas que apoyaban<br />

al Archiduque. A Villagarcía le preocupaba esencialmente la indefensión en que se hallaba<br />

la plaza de Peñíscola, un probable objetivo de los partidarios de D. Carlos ya que por su<br />

situación podía convertirse en cabeza de puente desde donde atacar Valencia, Aragón y<br />

Cataluña. Por esa razón <strong>el</strong> Virrey planeó concentrar en Peñíscola sus exiguas fuerzas y<br />

solicitó al Consejo de Aragón que algunas tropas de infantería y caballería que se hallaban<br />

en Barc<strong>el</strong>ona marcharan a Tortosa y quedaran acuart<strong>el</strong>adas allí para socorrer Peñíscola en<br />

caso de ataque 12 .<br />

El 26 de julio la flota aliada formaba por más de cincuenta buques de guerra<br />

ingleses y holandeses, con 8.000 hombres y <strong>el</strong> Archiduque Carlos a bordo, partió de<br />

Lisboa. El plan de actuación no estaba claramente definido y debía adaptarse, con<br />

flexibilidad, a las circunstancias que se presentaran. Se suponía que un ataque a Cádiz<br />

10 Ibidem. Villagarcía a Juan Bautista Pérez Roca, Valencia 12 de mayo de 1705.<br />

11 Ibidem. Los Electos de los Tres Estamentos d<strong>el</strong> Reino de Valencia a S.M. 26 de abril de 1705.<br />

12 Ibidem. Consulta d<strong>el</strong> Consejo de Aragón 23 de junio de 1705.


esultaría inviable por lo bien equipada que se encontraban sus defensas. El objetivo debía<br />

ser alentar y apoyar levantamientos populares en Valencia y Cataluña, preparados con<br />

ant<strong>el</strong>ación por la tupida red de agentes austracistas que venían operando desde años<br />

anteriores, y en <strong>el</strong> caso de que estos alzamientos no contaran con <strong>el</strong> apoyo suficiente o<br />

fueran reprimidos, la Armada pasaría a Italia para ayudar al duque de Saboya en su lucha<br />

contra los franceses 13 . El comandante en jefe, conde de Peterborugh, y <strong>el</strong> almirante adjunto<br />

Sir Cloudesley Shov<strong>el</strong>l evaluarían en cada momento la situación junto a D. Carlos y a<br />

Jorge de Darmstadt, quien fuera Virrey de Cataluña entre 1698 y 1701 14 y que por <strong>el</strong>lo era<br />

considerado experto conocedor de la situación en los territorios de la Corona de Aragón.<br />

Dos días después de partir de Lisboa la escuadra, <strong>el</strong> Virrey de Valencia había<br />

dictado algunas providencias y efectuado algunos nombramientos. Para la defensa de<br />

Alicante, la "plaza más visible d<strong>el</strong> Reino", había nombrado al Mestre de Campo conde de<br />

Cerv<strong>el</strong>lón; para la de Peñíscola al General de artillería Jaime Borrás, "por su habilidad,<br />

parentesco con muchos caballeros d<strong>el</strong> Maestrazgo y de Mor<strong>el</strong>la, tener su hacienda en<br />

Benicarló y ser caballero de la Orden de Montesa"; y para la de Denia al Sargento Mayor<br />

de Valencia Pascual de Córdoba. Altea, importante foco de desafección en La Marina en<br />

1703 y 1704, contó con <strong>el</strong> nombramiento d<strong>el</strong> magistrado de la Audiencia Andrés<br />

Monserrat Crespí de Valldaura 15 : "me ha parecido nombrarle para que asista en Altea y lo<br />

restante de aqu<strong>el</strong> distrito, dejando a su discreción y buena conducta ocurrir a cualquier<br />

desorden, y precaver los inconvenientes que pueden nacer en caso de ancorar la armada<br />

enemiga en aqu<strong>el</strong>la Bahía en la esfera de lo posible, según la desprevención en que está<br />

todo esto (con harto dolor mío)" 16 .<br />

13 David FRANCIS: The first Peninsular War, 1702-1713, Londres 1975, pp. 174-176.<br />

14 Joaquin RAGON CARDONER: "El último Virrey de la administración Habsburguesa en Cataluña:<br />

Jorge de Darmstadt y Landgrave de Hassia (1698-1701)", en Pedralbes 2 (1982), pp. 263-271.<br />

15 Monserrat era oidor de causas criminales de la Audiencia foral desde <strong>el</strong> 11 de marzo de 1702. Huyó a<br />

Madrid tras la toma de Valencia por los austracistas, siendo rehabilitado en 1707. Cfr. Teresa CANET<br />

APARISI: La magistratura valenciana (s. XVI-XVII) Valencia 1990, p. 186.<br />

16 A.H.N. Consejos Leg. 18.473 Villagarcia a Juan Bautista Pérez Roca Valencia, 28 de julio de 1705.


Los nombramientos eran puras formalidades de los que <strong>el</strong> Virrey no esperaba<br />

resultado alguno - "aunque sin esperanza de favorable efecto por faltar todo" -, pues era<br />

imposible perseguir y reprimir a los agentes autracistas que actuaban desde hacía muchos<br />

meses en <strong>el</strong> interior al carecer de medios. Según sus informes la Tesorería sólo disponía de<br />

1.600 libras procedentes d<strong>el</strong> derecho de Coronaje, una cantidad inferior, no precisada, de<br />

retrasos d<strong>el</strong> derecho de Morabatín recolectado en 1696 y la posibilidad remota de que se<br />

libraran cantidades adeudadas d<strong>el</strong> derecho de Maridaje. La solicitud efectuada a los<br />

Síndicos de la Junta de la Costa para encontrar algún arbitrio con <strong>el</strong> que socorrer a<br />

Peñíscola, había recibido la respuesta de "no tener facultad ni efectos prontos con que<br />

subvenir a Peñíscola en esta urgencia" 17 . En los últimos días de julio, <strong>el</strong> marqués de<br />

Villagarcía era sabedor de que la llegada a la costa de la Armada anglo-holandesa sería <strong>el</strong><br />

detonante de una revu<strong>el</strong>ta campesina, como lo había sido en 1693 en Xátiva y La Marina<br />

tras sufrir Alicante <strong>el</strong> bombardeo de la escuadra d<strong>el</strong> almirante D'Estrés dos años antes, que<br />

se extendería por la Huerta:<br />

"...pues los mal vivientes que ahora, por temor de su rigor, habitan los montes y<br />

cuevas, en lo más fragoso y oculto d<strong>el</strong> Reino, si llegare <strong>el</strong> caso de la turbación que<br />

causaría cualquier novedad de desembarco, viendo ocupados a los ministros en la<br />

mayor importancia de la defensa, ejecutarían lo que en tras ocasiones se ha<br />

experimentado, y tomarían cuerpo y avilantez para dejarse ver en lo llano más<br />

vecino a esta ciudad, como sucedió en 1690, 1691 y 1692 por <strong>el</strong> bombardeo de<br />

Alicante" 18 .<br />

El 9 de agosto los temores se confirmaron. El gobernador de Alicante informaba<br />

haber avistado al amanecer de dicho día la escuadra enemiga y puesto la ciudad en estado<br />

de alarma. Una lancha se había aproximado hasta la costa para parlamentar y hacer entrega<br />

de un escrito para las autoridades locales, pero los jurados de la ciudad no lo aceptaron 19 .<br />

17 Ibidem. Consulta d<strong>el</strong> Consejo de Aragón Madrid, 12 e agosto de 1705.<br />

18 Ibidem. Villagarcía a Juan Bautista Pérez Roca, Valencia 28 de julio de 1705.<br />

19 Jesús PRADELLS NADAL: D<strong>el</strong> foralismo al centralismo. Alicante, 1700-1725, Alicante 1984, p. 52.


La Armada se había dirigido a fondear <strong>el</strong> 10 de agosto en Altea y a Denia después, y se<br />

había iniciado las operaciones de desembarco de armas y agitación campesina tan temidas<br />

por las autoridades borbónicas. Denia fue ocupada <strong>el</strong> 17 de agosto por la acción combinada<br />

de un pequeño contingente de hombres, al mando de Joan Baptista Basset 20 ,<br />

desembarcados d<strong>el</strong> buque de guerra inglés "Orford", secundados por campesinos de La<br />

Marina que habían sido movilizados por agentes austracistas que actuaban activamente en<br />

la comarca desde <strong>el</strong> año anterior. El gobernador militar de la plaza, F<strong>el</strong>ipe Antonio Gavilá,<br />

no opuso resistencia alguna, mientras que <strong>el</strong> responsable d<strong>el</strong> gobierno civil, Pascual<br />

Per<strong>el</strong>ló, procurador general d<strong>el</strong> marqués de Denia, pudo escapar "deslizándose por la<br />

muralla", según <strong>el</strong> testimonio de Miñana 21 . La rápida caída de Denia se había debido a sus<br />

escasas defensas pero también al apoyo de la población a la causa d<strong>el</strong> pretendiente D.<br />

Carlos 22 .<br />

Un día después de que Denia fuera controlada por los austracistas, <strong>el</strong> Consejo de<br />

Aragón exponía en consulta a F<strong>el</strong>ipe V la indefensión de Valencia. El p<strong>el</strong>igro no sólo<br />

procedía de la sublevación campesina y d<strong>el</strong> foco dianense, sino de la posible llegada de<br />

austracistas catalanes que "se verán obligados a introducirse en aqu<strong>el</strong> Reino hallando las<br />

fronteras desprevenidas y ocasionando los irreparables daños que se dejan considerar" 23 .<br />

Era, por tanto, necesario que una parte de las tropas que debían pasar a Aragón y Cataluña<br />

quedaran en Valencia para expulsar a los austracistas de Denia y castigar a los campesinos<br />

revoltosos. El rey prometió <strong>el</strong> envío de 1.800 jinetes, pero la sublevación de Cataluña<br />

trastrocó los propósitos reales. El 3 de septiembre, un patrón genovés daba la noticia en<br />

Vinaroz d<strong>el</strong> desembarco en las playas de Barc<strong>el</strong>ona de varios miles de hombres, artillería y<br />

20 Sobre Basset, Vid. Jordi QUEROL: Joan Baptista Basset. Militar i maulet. Valencia,1991, y Roque<br />

CHABAS: "Basset y la Guerra de Sucesión", en El Archivo I (1886), pp. 105-107, 113-115, 120-123 y 129-<br />

131.<br />

21 José Manu<strong>el</strong> MIÑANA: La Guerra de Sucesión en Valencia (De b<strong>el</strong>lo rvstico valentino), Valencia 1985,<br />

p.43.<br />

22 Carme PEREZ APARICIO: De l'alçament maulet al triomf botifler, Valencia 1981, p. 40.<br />

23 A.H.N. Consejos Leg. 18.473 Consejo de Aragón, 18 de agosto de 1705.


caballería, y que Mataró y Sitges se habían declarado austracistas 24 .<br />

Peterborough, asesorado por Darmstadt, que moriría en la acción, había atacado<br />

Montjuich que se rindió <strong>el</strong> 14 de septiembre, y desde aqu<strong>el</strong>la altura los aliados hostigaron<br />

la ciudad, defendida por <strong>el</strong> Virrey V<strong>el</strong>asco y por <strong>el</strong> duque de Populi 25 . La defensa de<br />

Barc<strong>el</strong>ona se convirtió para F<strong>el</strong>ipe V en prioritaria 26 , y las consecuencias fueron<br />

desastrosas para la causa borbónica en Valencia.<br />

Desde la toma de Denia por Basset a mediados de agosto hasta los primeros días de<br />

septiembre, en que llegaron a la comarca tropas de caballería al mando d<strong>el</strong> mariscal de<br />

campo Luis de Zúñiga, la revu<strong>el</strong>ta campesina se había extendido ampliamente hacia Oliva,<br />

Gandía y Alcira, y habían surgido nuevos focos en Vinaroz y Benicarló. Para ganar<br />

adhesiones los líderes austracistas utilizaban las reivindicaciones que se habían escuchado<br />

durante la Segunda Germanía de 1693: exención d<strong>el</strong> pago de censos y partición de frutos a<br />

los señores 27 . En Vinaroz y Benicarló había un descontento generalizado desde que en<br />

1702 las dos poblaciones habían quedado sometidas a la jurisdicción de la orden de<br />

Montesa, lo que contribuyó decisivamente a que apoyaran la causa austracista. El oidor<br />

Francisco Faus informaba de los contactos de los austracistas de Vinaroz con los de<br />

Tortosa, y que un grupo de <strong>el</strong>los, tras apoderarse de una embarcación francesa surta en los<br />

Alfaques, habían marchado a Barc<strong>el</strong>ona para unirse a la sublevación. Según <strong>el</strong> magistrado,<br />

Vinaroz podía darse por perdida sino se enviaban rápidamente tropas regulares para<br />

castigar a los sediciosos: "los naturales de aqu<strong>el</strong>la villa están muy insolentes, que la razón<br />

no la oyen, y entienden que no pueden ser castigados según obran, y hablan<br />

desbocadamente" 28<br />

24 A.H.N. Consejos Leg. 18.473 Francisco Faus a Villagarcía Vinaroz, 3 de septimebre de 1705.<br />

25 David FRANCIS: Op. cit. pp. 185-190.<br />

26 Joaquin ALBAREDA I SALVADÓ: Els catalans i F<strong>el</strong>ip V. De la conspiració a la revolta (1700-1705),<br />

Barc<strong>el</strong>ona 1993, pp.186-200.<br />

27 Carmen PEREZ APARICIO: "La Guerra de Successió: una revolució camperola", en Primer Congreso<br />

de Historia d<strong>el</strong> País Valenciano, Valencia 1976, vol. III, pp. 511-524.<br />

28 Ibidem. Francisco Faus a Villagarcía Vinaroz, 6 de septiembre de 1705.


Las operaciones iniciales de la caballería de Zúñiga estuvieron dirigidas a evitar la<br />

extensión de la sublevación desde <strong>el</strong> foco dianense. Desde Oliva las tropas borbónicas<br />

tomaron posiciones en <strong>el</strong> Puerto de Sagra y en <strong>el</strong> cauce d<strong>el</strong> río Molin<strong>el</strong>l, con <strong>el</strong> fin de sitiar<br />

Denia, se enviaron cien infantes al Vall de Gallinera y una compañía de caballería a<br />

Cocentaina y Gorga para que los austracistas no las ocuparan, mientras que algunos<br />

borbónicos colaboraban en las tareas de pacificación, como Pedro Corbí 29 , un caballero de<br />

Ibi que había formado a sus expensas una compañía de cien hombres, y que a las órdenes<br />

de Zúñiga había logrado reprimir la revu<strong>el</strong>ta en la baronía de Alcalá. No obstante, <strong>el</strong><br />

problema de las milicias parecía no tener solución, pues se fracasó en los intentos de<br />

recomponer aqu<strong>el</strong>las compañías que habían desertado.<br />

Se procuró por todos los medios obtener cebada para la caballería y trigo para <strong>el</strong><br />

abasto de la tropa y se efectuaron algunas detenciones de agentes austracistas, entre <strong>el</strong>los<br />

algunos eclesiásticos, como la de fray Antonio Mójica en Gandía, acusado de espía d<strong>el</strong><br />

Archiduque 30 . En cualquier caso, Zúñiga esperaba incrementar sus fuerzas con tropas de<br />

caballería procedentes de Castilla, con hombres reclutados en Onteniente por <strong>el</strong> duque de<br />

Gandía y con gentes de Xátiva al mando de su gobernador Francisco Rocafull 31 , y con<br />

munición y pólvora para sus piezas de artillería de 3 y 6 libras, que escaseaba en Valencia<br />

por haberse enviado las existencias al Campo de Gibraltar 32 .<br />

29 Corbí fue hecho prisionero por Nebot en diciembre de 1705 aunque logró escapar y regresó a su comarca<br />

natal, la Hoya de Castalla, donde de nuevo levantó hombres a favor de la causa borbónica, con los que<br />

impidió que los austracistas ocuparan Jijona, pasando posteriormente a la Huerta de Alicante con <strong>el</strong> propósito<br />

de levantar <strong>el</strong> bloqueo que los partidarios de Don Carlos hacían a la fortaleza alicantina de Santa Bárbara.<br />

Más tarde prosiguió sus acciones de acoso a los austracistas en los alrededores de Onteniente y Fuente la<br />

Higuera, donde contactó con las tropas vencedoras en Almansa. Su destacada actuación le valió ser nombrado<br />

Gobernador Militar con <strong>el</strong> grado de Coron<strong>el</strong> y, desde 1709, Corregidor de Jijona, <strong>el</strong>evada a la categoría de<br />

ciudad y convertida en cabeza de uno de los nuevos corregimientos por su lealtad a la causa de F<strong>el</strong>ipe V. En<br />

1747 fue ascendido a Brigadier por su actuación contra los corsarios berberiscos en la marina de Elche,<br />

perteneciente al territorio de su corregimiento. Su fallecimiento se produjo en mayo de 1753 siendo todavía<br />

Corregidor de Jijona. Vid. A.H.N. Consejos Leg. 17.984, 18.238 y 18.450; Gaceta de Madrid 29-VIII-1747,<br />

30 A.H.N. Consejos Leg. 18.473 Luis de Zúñiga a Villagarcía Campo de Denia, 1 de septiembre de 1705.<br />

31 A.H.N. Consejos Leg. 18.473 La ciudad de Xátiva al Rey Xátiva, 7 de septiembre de 1705. Xátiva había<br />

resu<strong>el</strong>to contribuir a la recuperación de Denia con dos Compañías de caballería de 40 jinetes, y otras dos de<br />

infantería de 75 hombres cada una.<br />

32 Ibidem. Zúñiga a Villagarcía Campo de Denia, 3 de septiembre de 1705.


El 4 de septiembre las tropas de Zúñiga recibieron 328 cahices de cebada y trigo,<br />

pero se había decidido no utilizar las milicias, pues las deserciones eran frecuentes y su<br />

fiabilidad nula: "pues a ser bisoña la d<strong>el</strong> País y sin la menor disciplina, se añade también la<br />

desconfianza que se puede tener de su intención". La caballería de Zúñiga había logrado<br />

detener la expansión de la revu<strong>el</strong>ta, circunscrita ahora a los focos de Denia y Vinaroz, pero<br />

se temía que la marcha de los sucesos en Barc<strong>el</strong>ona tuviera una inmediata consecuencia en<br />

los asuntos valencianos. El propio Virrey lo señalaba así a José Grimaldo: "pero en la plebe<br />

no me aseguro de una perfecta salud, y pensaré yo que la suspensión pende d<strong>el</strong> suceso de<br />

Barc<strong>el</strong>ona, pues de cualquier suerte hará eco aquí de malo o bueno" 33 . Un día después de<br />

expresar sus temores, Villargarcía conoció las órdenes de F<strong>el</strong>ipe V para que cuatro<br />

regimientos pasara a Cataluña, acompañando una solicitud para que se formasen dos o tres<br />

regimientos de infantería y caballería a cargo d<strong>el</strong> Reino, lo que Villagarcía descartó de<br />

plano por imposible y arriesgado: "los pueblos de que se podía intentar sacar la gente, más<br />

inmediatos a los confines de Cataluña, como son Cast<strong>el</strong>lón, Villareal, <strong>el</strong> Maestrazgo y lo<br />

que corre desde Peñíscola a Vinaroz, están tal malhumorados que no sobra toda la<br />

aplicación para mantenerlos en sospechosa obediencia" 34 .<br />

El p<strong>el</strong>igro de un desembarco en Alicante no era una posibilidad a descartar. Su<br />

gobernador, Vicente Falcó, comunicó al Virrey la indefensión de la plaza ante cualquier<br />

ataque procedente de los sublevados en La Marina, si recibía <strong>el</strong> apoyo desde <strong>el</strong> mar de<br />

buques aliados. Como medida de emergencia, Falcó había formado nueve compañías de<br />

milicias, de cien hombres cada una, con vecinos de la ciudad de las que tres permanecían<br />

cada día de guardia en <strong>el</strong> baluarte de San Carlos, la Lonja y en <strong>el</strong> Puerta d<strong>el</strong> mu<strong>el</strong>le,<br />

mientras los componentes de las restantes se dedicaban a sus trabajos cotidianos. Dos<br />

circunstancias hacían poco eficaz la defensa. En primer lugar, la baja capacitación militar<br />

de las milicias, mal disciplinadas y de lealtad dudosa. Según Falcó "se puede rec<strong>el</strong>ar<br />

acudan pocos, unos por cuidar de sus familias, y otros por la de los terratenientes y ropa<br />

33 Ibidem. Villagarcía a José Grimaldo Valencia, 5 de septiembre de 1705.<br />

34 Ibidem. Villagarcía a Grimaldo Valencia, 5 de septiembre de 1705.


cuidarán poco de venir a socorrer esta ciudad teniendo cada uno hecha su prevención de<br />

gentes para cuando llegue <strong>el</strong> caso". En segundo lugar, la plaza se encontraba desabastecida<br />

de armas y municiones. En opinión d<strong>el</strong> gobernador, "si llegare <strong>el</strong> conflicto, de la p<strong>el</strong>ea,<br />

sólo toman las armas muy pocos, pues hay Compañías que entra la guardia con treinta o<br />

cuarenta hombres, y que la más setenta, y les mantengo en este género de ejercicio tan<br />

suave por la dificultad que he experimentado en todas ocasiones de juntarles aún en esta<br />

forma, pues <strong>el</strong> día 9 de agosto en que pasó la Armada y ancoraron 6 navios, sobre haberse<br />

publicado <strong>el</strong> Bando a las 7 de la mañana para que arrimasen las armas cada uno bajo su<br />

Bandera eran cerca de las 2 de la tarde cuando la lancha de los enemigos, y no pude juntar<br />

de entre todas las Compañías una manga de 25 hombres para que un capitán ocupase la<br />

Puerta d<strong>el</strong> mu<strong>el</strong>le" 35 . El pesimismo en Alicante era general, y se esperaba que lo acaecido<br />

en Denia pudiera repetirse en la ciudad. Era un síntoma poco satisfactorio que <strong>el</strong> 9 de<br />

agosto, cuando fue avistada la Armada enemiga y se solicitó <strong>el</strong> alistamiento de los<br />

insaculados, ni uno sólo atendió al llamamiento. Gran parte de los franceses y muchos<br />

comerciantes habían abandonado la ciudad, y muchos vecinos habían trasladado a sus<br />

familias a poblaciones d<strong>el</strong> interior y puestos sus bienes muebles en lugar seguro. El<br />

gobernador hablaba de un "terror pánico" que se había apoderado de los alicantinos 36 . El<br />

Consejo de Aragón recordaba que los comerciantes estaban obligados a la defensa de la<br />

ciudad y que si bien se podía consentir la salida de mujeres y niños a lugares más seguros,<br />

no debía permitirse la marcha de varones en edad militar, "antes bien se les ha de obligar a<br />

la asistencia con la persuasión, y si ésta no bastare, con <strong>el</strong> rigor que permite <strong>el</strong> derecho",<br />

pues lo contrario sería un "mal ejemplo y espanto a la gente de inferior condición" 37 .<br />

35 A.H.N. Ibidem, Vicente Falcó a Villagarcía, Alicante 6 de septiembre de 1705.<br />

36 El Virrey propuso medios para mejorar las fortificaciones de Alicante. De los fondos procedentes de la<br />

Bula de la Santa Cruzada, Subsidio y Excusado d<strong>el</strong> Obispado de Orihu<strong>el</strong>a creía poder lugar 2.000 ducados<br />

anuales; la ciudad debía conceder 2.000 modines de sal para que <strong>el</strong> producto de su venta, calculado <strong>el</strong> 5.000<br />

pesos anuales se aplicase a las obras; y, por último, d<strong>el</strong> derecho de Quema y d<strong>el</strong> Tiraje de Levante, se<br />

calculaba lograr unos 2.300 ducados también anuales. Cfr. A.H.N. Ibidem, Villagarcía a José Grimaldo,<br />

Valencia 22 de septiembre e 1705.<br />

37 A.H.N. Ibidem, Presidente d<strong>el</strong> Consejo de Aragón a Villagarcía, Madrid 30 de septiembre de 1705.


La misma inquietud que se vivía en Alicante se percibía en Peñíscola, la plaza<br />

militar situada al norte d<strong>el</strong> reino. El general de artillería Jaime Antonio Borrás se quejaba<br />

también de su escasa guarnición, y temía enfrentarse a la táctica usada en Denia,<br />

consistente en un ataque combinado de la Armada aliada y de paisanos austracistas que ya<br />

controlaban las inmediaciones de Vinaroz. Al igual que en Alicante, la milicia era de nula<br />

efectividad y nada fiable, "porque está tan viciada y ciega en su pasión como <strong>el</strong>los, aunque<br />

no tan declarada". En opinión de Borrás, era vital para la conservación de Peñíscola en<br />

manos f<strong>el</strong>ipistas, <strong>el</strong> envío de caballería regular a Vinaroz, donde la infid<strong>el</strong>idad era ya<br />

manifiesta. "Una vez encendido en Vinaroz <strong>el</strong> fuego será trascendental a toda esta parte d<strong>el</strong><br />

Reino, y mucho más dificultuoso <strong>el</strong> desalojar <strong>el</strong> enemigo si le ocupaba que en los lugares<br />

de Poniente, con gran riesgo de esta Plaza" 38 .<br />

Las esperanzas de las autoridades f<strong>el</strong>ipistas estaban puestas en la llegada de las<br />

tropas d<strong>el</strong> teniente general José de Salazar, cuya llegada a Gandía se esperaba hacia <strong>el</strong> 8 de<br />

septiembre, y su colaboración con las fuerzas de Luis de Zúñiga. "Con él -- escribía<br />

Villagarcía -- mudará semblante la temeridad de los sediciosos" 39 . El leve optimismo d<strong>el</strong><br />

Virrey se apoyaba en algunos éxito logrados por Zúñiga en las proximidades de Denia. Los<br />

austracistas habían sido desalojados d<strong>el</strong> Puerto de Sagra, de las inmediaciones de Pego, d<strong>el</strong><br />

Molin<strong>el</strong>l y de la Gola d<strong>el</strong> Mar, logrando que en Ondara se rindieran 400 hombres que<br />

capitaneaba José Gil. Al mediodía d<strong>el</strong> 8 de septiembre llegaban a Gandía, procedentes de<br />

Almansa, las tropas de socorro mandadas por Salazar. Esperaba unirse a Zúñiga, preparar<br />

<strong>el</strong> asalto a Denia y tomar la plaza "con brevedad" 40 .<br />

Sin embargo, pronto se oscureció <strong>el</strong> panorama para los f<strong>el</strong>ipistas. Salazar y Zúñiga<br />

convinieron que la toma de Denia era imposible con los medios a su disposición. La<br />

fortificación de la ciudad y su castillo, bien pertrechados de municiones y víveres, y<br />

defendida por Basset, un "ingeniero que sabe bien su oficio", hacían necesario sitiar<br />

38 A.H.N. Ibidem, Jaime Antonio Borrás a Villagarcía, Peñíscola 8 de septiembre de 1705.<br />

39 A.H.N. Ibidem, Villagarcía a Grimaldo, Valencia 7 de septiembre de 1705.<br />

40 A.H.N. Ibidem, José de Salazar a Villagarcía, Gandía 8 de septimebre de 1705.


formalmente Denia, cubrir con cestones las cuatro piezas de artillería con que se contaba, y<br />

solicitar tropas de infantería suficientes para <strong>el</strong> asalto. Con 350 jinetes y 100 infantes "no<br />

se puede hacer más que hostilizar y castigar, porque la gente d<strong>el</strong> País tan solamente sirve<br />

de hacer ruido" 41 .<br />

Las órdenes para que las tropas que sitiaban Denia pasaran a Barc<strong>el</strong>ona para<br />

defender la ciudad, disipó cualquier posibilidad de contrarrestar <strong>el</strong> auge austracistas y aún<br />

de mantener <strong>el</strong> Reino 42 . El 10 de septiembre, Villagarcía hacía saber al teniente general<br />

Salazar su convencimiento de que su marcha a Cataluña suponía la pérdida de Valencia "en<br />

pocos días" 43 , y que las milicias, "flacas y malhumoradas" eran inútiles para intentar<br />

cualquier acción militar. El 12 de septiembre las tropas de Salazar y Zúñiga dejaron las<br />

inmediaciones de Denia y se encaminaron a Cataluña. La noche antes habían efectuado un<br />

último ataque, incendiando <strong>el</strong> arrabal anexo a las murallas de la ciudad. Una vez más se<br />

demostró la inutilidad de las milicias, que huyeron nada más sonar los primeros disparos 44 .<br />

El cruce de correspondencia entre los militares y <strong>el</strong> Virrey a mediados de<br />

septiembre denotan la certidumbre de todos de que, con la marcha de las tropas a Cataluña,<br />

se entregaba Valencia a los austracistas de forma irremediable. Zúñiga aseguraba que la<br />

orden de abandonar La Marina le había causado "toda mortificación", pues "casi todos los<br />

lugares d<strong>el</strong> Marquesado que se habían apartado de la obediencia d<strong>el</strong> Rey Nro. Sr. han<br />

vu<strong>el</strong>to a tomarla como antes, y muchos de los desengañados de las promesas falsas que les<br />

había dado Baset, si hubiéramos durado aquí algunos días no dudo se nos hubiera<br />

entregado Denia, aún con la mala disposición que tenemos de todas cosas hallarnos solos<br />

con cien caballos de las Guardias de S.M. y un Regimiento nuevo de caballería de<br />

41 A.H.N. Ibidem, José de Salazar a Villagarcía, Campo de Gandía, 10 de septiembre de 1705.<br />

42 Según Kamen, "la defensa de Valencia fue r<strong>el</strong>egada a un segundo plano, y <strong>el</strong> Gobierno ordenó que las<br />

pocas tropas que hubiera disponibles en Valencia, se dirigieran inmediatamente hacia Cataluña", en Henry<br />

KAMEN: La Guerra de Sucesión en España, 1700-1715, Barc<strong>el</strong>ona 1974, p. 305.<br />

43 A.H.N. Ibidem, Villagarcía a Salazar Valencia, 10 de septiembre de 1705.<br />

44 Según Zúñiga, "las Milicias, así de caballería como de infantería, no valen cosa ninguna, ni se puede fiar<br />

de <strong>el</strong>los cosa ninguna", en A.H.N. Ibidem, Zúñiga a Villagarcía, Campo de Denia 12 de septiembre de 1705.


trescientos y tantos hombres" 45 .<br />

Las autoridades valencianas, sin excepción, se habían movilizado para impedir la<br />

salida de las tropas. El Virrey había solicitado a F<strong>el</strong>ipe V que quedaran tropas en Valencia,<br />

en número suficiente para mantener <strong>el</strong> reino. A Grimaldo le había confesado Villagarcía<br />

que la orden de marchar a Cataluña "me deja sorprendido", y que "en la ejecución de esta<br />

marcha no se aventura menos que perder este Reino". Su diagnóstico no dejaba lugar a<br />

dudas: "este Reino se perderá sin poder remediarlo porque <strong>el</strong> bloqueo de Denia no podrá<br />

mantenerse, la gente d<strong>el</strong> País se volverá a sus casas, los lugares sublevados, aunque<br />

algunos se hayan reducido habiéndose su gente refugiado a las montañas, bajará después<br />

de apartado <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro, más obstinada con la irritación d<strong>el</strong> castigo para intentar y lograr<br />

cuantos insultos le facilitare no hallar oposición, pues la gente de las Milicias no le hará<br />

ninguna por su calidad y deserción, porque quizá se hará de su parte". La Generalitat<br />

solicitaba la permanencia de tropas en Valencia y, muy especialmente, en La Marina, pues<br />

era vital la recuperación de Denia para evitar la extensión de la revu<strong>el</strong>ta, "porque demás de<br />

estar <strong>el</strong> fuego ardiendo en muchas partes, se teme que en otras está bajo la ceniza, y si<br />

sucediese venir algunos navíos y socorro a Denia, arderá sin medio para extinguirle<br />

faltando la caballería, porque introducidas en <strong>el</strong> Reino tropas regladas enemigas,<br />

ciertamente no podremos resistir, se seguirá infaliblemente nuestra ruina" 46 . Los Síndicos<br />

de los tres Estamentos d<strong>el</strong> Reino ponían <strong>el</strong> acento en la ineficacia de las milicias, por su<br />

inexperiencia, por <strong>el</strong> carácter de conflicto civil que tenía ya <strong>el</strong> levantamiento austracista y,<br />

finalmente, por su escasa fiabilidad, ya que "en las influencias presentes y ocultas no sabe<br />

la <strong>el</strong>ección de que tropas se ha de valer con seguridad para <strong>el</strong> remedio" 47 . La ciudad de<br />

Valencia, en memorial al rey, reiteraba <strong>el</strong> riesgo de nuevas sediciones y pérdida d<strong>el</strong> Reino,<br />

y solicitaba la revocación de la orden de pasar a Cataluña las tropas, y los canónigos de la<br />

45 A.H.N. Ibidem, Luis de Zúñiga a Villagarcía, Campo de Denia 12 de septiembre de 1705.<br />

46 A.H.N. Ibidem, Los Diputados d<strong>el</strong> Reino de Valencia al Virrey Villagarcía, Valencia, 13 de septiembre<br />

de 1705,<br />

47 A.H.N. Ibidem, Los Síndicos de los Tres Estamentos d<strong>el</strong> Reino de Valencia al Virrey, Valencia 13 de<br />

septiembre de 1705.


iglesia metropolitana de Valencia hacían saber al monarca <strong>el</strong> general desconsu<strong>el</strong>o que<br />

había producido su orden, "novedad que nos deja tan sobresaltados, como justamente<br />

temerosos que de viendo los enemigos enflaquecidas nuestras fuerzas han de cobrar<br />

nuevos alientos, no sólo para mantenerse en lo adquirido, sino para ad<strong>el</strong>antar sus designios<br />

con daño irreparable d<strong>el</strong> Reino" 48 .<br />

El malestar de las autoridades, y la consiguiente desmoralización de los<br />

borbónicos, era evidente. El Virrey solicitó a Salazar que suspendiese su marcha a<br />

Cataluña hasta que se resolviesen las súplicas <strong>el</strong>evadas al rey para que revocase su orden,<br />

pues la salida de las tropas "es lo mismo que desplomarse todo <strong>el</strong> edificio" 49 . Villagarcía<br />

ordenó que pasasen a las inmediaciones de Denia las compañías de Milicias d<strong>el</strong> Grao y<br />

Moncofa, "que aunque no buenas son las menos malas" 50 , para que los austracistas, al<br />

menos, no volvieran a ocupar las posiciones recuperadas por Zúñiga y Salazar, pero las<br />

deserciones se multiplicaron en tal grado que las dos Compañías quedaron inoperantes y<br />

fueron finalmente licenciadas.<br />

El 18 de septiembre, una real orden permitía que un regimiento de caballería de las<br />

tropas de Salazar, que ya se encontraba en Nules, quedara en tierras valencianas a las<br />

órdenes d<strong>el</strong> teniente coron<strong>el</strong> Rafa<strong>el</strong> Nebot para poder "contener a los sublevados y que no<br />

vu<strong>el</strong>van a inquietar <strong>el</strong> Marquesado de Denia, como ha comenzado a hacer alguna gente de<br />

a pie y a caballos que ha salido de Denia a este efecto" 51 . El 29 de setiembre, tras atravesar<br />

las tropas de Salazar la frontera de Valencia con Aragón, camino de Lérida, sólo quedaba<br />

en Valencia <strong>el</strong> Regimiento de caballería al mando de Rafa<strong>el</strong> Nebot. El momento se<br />

presentaba especialmente d<strong>el</strong>icado, pues se acababa de producir la ocupación de Tortosa<br />

por los austracistas, y se había detectado la presencia de seis buques ingleses en La Marina.<br />

48 A.H.N. Ibidem, Representación de los Canónigos y Cabildo de la Iglesia Metropolitana de Valencia,<br />

Valencia 13 de septiembre de 1705.<br />

49 A.H.N. Ibidem, Villagarcía a José de Salazar, Valencia 12 de septiembre de 1705.<br />

50 A.H.N. Ibidem, Villagarcía a Grimaldo, Valencia 15 de septiembre de 1705.<br />

51 A.H.N. Ibidem, Zúñiga a Villagarcía, 21 de septiembre de 1705.


La posibilidad de una acción coordinada en tenaza de los partidarios d<strong>el</strong> Archiduque hacia<br />

Valencia desde los focos de Tortosa y La Marina, obligó a reiterar la petición de tropas por<br />

parte de los poderes civiles y eclesiásticos regnícolas. El último día de septiembre, los<br />

Diputados de la Generalitat remitieron un memorial al rey solicitando "se serveixa manar<br />

que les tropes que transiten per aquest Regne, es detinguen en <strong>el</strong>l, i aixi mateix aumentarles<br />

ab lo matjor número de Cavalleria i Infanteria per a impedir les hostilitats que rez<strong>el</strong>am per<br />

les males consequencies que pot produhir <strong>el</strong> eixemplar de Tortosa" 52 . Temían que un nuevo<br />

desembarco de tropas en Denia y un ataque austracista desde Tortosa provocara <strong>el</strong> rápido<br />

hundimiento de la autoridad borbónica. Una consideración similar hacían en otro<br />

memorial, fechado <strong>el</strong> mismo día que <strong>el</strong> anterior, los Jurats, <strong>el</strong> Racional y <strong>el</strong> Síndic de la<br />

ciudad de Valencia. Un muy probable levantamiento popular, alentado por la incapacidad<br />

de contrarrestar militarmente los focos de Denia y Tortosa, era inminente, "prendiéndose <strong>el</strong><br />

fuego de la sublevación en algunos ánimos de los que en este Reyno, olvidados de sus<br />

obligaciones y conveniencia pública, viven con poco gusto bajo <strong>el</strong> suave yugo d<strong>el</strong> dominio<br />

de V.M., se aumente <strong>el</strong> número de los mal contentos e intente tiránicamente, y sin<br />

oposición, extraer d<strong>el</strong> Rl. Patrimonio de V.M. este Reyno (...) o ejecutar los violentos<br />

rigores con que su<strong>el</strong>e cebarse una multitud desenfrenada" 53 . Las autoridades eclesiásticas<br />

remitieron sus memoriales <strong>el</strong> primer día de octubre. El arzobispo Folch de Cardona<br />

consideraba insuficiente <strong>el</strong> regimiento comandado por Nebot, y alarmante la caída de<br />

Tortosa, pues posibilitaba la ocupación d<strong>el</strong> Maestrazgo, donde estaban "dispuestos los<br />

ánimos para que prenda <strong>el</strong> fuego de la sedición". Según sus noticias Basset, desde Denia,<br />

había remitido por mar a Vinaroz armas y municiones. Sin embargo, estando en la frontera<br />

septentrional <strong>el</strong> mayor p<strong>el</strong>igro, no era conveniente movilizar hasta allí la caballería de<br />

Nebot por dos razones: por un lado, quedaría expuesta la capital a sufrir un ataque desde<br />

Denia al quedar desguarnecido su flanco meridional; por otro, "no es conveniente enviarlos<br />

52 A.H.N. Ibidem, Memorial de los Diputados de la Generalitat d<strong>el</strong> Reino de Valencia al Rey, Valencia 30<br />

de septiembre de 1705.<br />

53 A.H.N. Ibidem, Los Jurats, Racional y Síndico de Valencia al Rey, Valencia 30 de septiembre de 1705.


a aqu<strong>el</strong>la frontera porque son catalanes, y tan poco seguros que cada día desertan muchos y<br />

se pasan a Denia" 54 , palabras premonitorias d<strong>el</strong> Arzobispo de la posterior traición d<strong>el</strong><br />

teniente coron<strong>el</strong> Nebot a primeros de noviembre. Quizá Folch era conocedor de que un<br />

hermano de Rafa<strong>el</strong>, José Nebot, ya encabezaba por entonces en <strong>el</strong> Campo de Tarragona<br />

una numerosa partida de voluntarios austracistas. Los canónigos, por indicación d<strong>el</strong><br />

Arzobispo, se sumaron a la solicitud de tropas que impidieran la propagación de la marea<br />

austracista.<br />

Las peticiones no fueron atendidas, y sólo se permitió que dos escuadrones de<br />

caballería al mando de Luis de Zúñiga permanecieran en las inmediaciones de Altea. En <strong>el</strong><br />

entorno de F<strong>el</strong>ipe V prevalecía <strong>el</strong> criterio de que la conservación de Cataluña, Aragón y<br />

Valencia dependía d<strong>el</strong> mantenimiento de Barc<strong>el</strong>ona en manos de los borbónicos y, por<br />

tanto, todos los recursos militares debían centrarse en la capital d<strong>el</strong> Principado.<br />

Mientras tanto, <strong>el</strong> número de afectos al Archiduque no dejaba de aumentar en<br />

tierras valencianas. El 6 de octubre, <strong>el</strong> Virrey Villagarcía escribía a Juan Bautista Pérez<br />

Roca en tono muy pesimista: " de cada día se descubre más <strong>el</strong> desafecto de muchos que<br />

antes le tenían oculto", y expresaba <strong>el</strong> temor de que Alicante pasara a manos austracistas<br />

sin que sus habitantes defendieran la plaza por "la debilidad de aqu<strong>el</strong>los naturales que<br />

como negociates aborrecen tanto la guerra y los ejércitos militares" 55 . Cuando Zúñiga, al<br />

mando de sus dos escuadrones, llegó a las proximidades de Altea y ocupó temporalmente<br />

la población con la intención de destruir dos molinos que suministraban harina a Denia,<br />

requisó 36 escopetas, y otras muchas armas blancas de variado tipo, remitiendo a las<br />

cárc<strong>el</strong>es de Valencia a 18 alteanos que se habían distinguido en favor de la causa<br />

austracista, muy extendida ya por tierras de La Marina Baja 56 .<br />

La ocupación definitiva de Vinaroz por los austracistas daba la razón a quienes<br />

54 A.H.N. Ibidem, El Arzobispo de Valencia al Rey, Valencia 1 de octubre de 1705.<br />

55 A.H.N. Ibidem, Villagarcía a Juan Bautista Pérez Roca, Valencia 6 de octubre de 1705. En ese mismo<br />

día <strong>el</strong> Gobernador de Alicante, Vicente Falcó, había solicitado a Villagarcía que se le enviara gente veterana<br />

para poder defender la ciudad de un inminente ataque austracista.<br />

56 A.H.N. Ibidem, Consulta d<strong>el</strong> Consejo de Aragón, 17 de noviembre de 1705.


habían augurado una ofensiva austracista desde Tortosa. A primeros de octubre, ante lo<br />

desesperado de la situación, F<strong>el</strong>ipe V ordenó que otro regimiento de caballería, al mando<br />

d<strong>el</strong> marqués de Pozoblanco, quedara en Valencia, pero la medida llegaba tarde y era de<br />

muy escaso fuste para paliar la dimensión que había adquirido <strong>el</strong> auge austracista. La<br />

Generalitat valenciana reiteró su solicitud de socorros "con la mayor brevedad porque los<br />

enemigos, con gran calor, nos estrechan por todas parte", destinando las 5.000 Libras que<br />

todavía quedaban en sus arcas al mantenimiento de las tropas de Pozoblanco. El propio<br />

Consejo de Aragón <strong>el</strong>evó una consulta al rey para que se reforzara la presencia de tropas,<br />

"no bastando a detener <strong>el</strong> precipitado curso de una multitud desenfrenada <strong>el</strong> Regimiento de<br />

caballería de que es Coron<strong>el</strong> <strong>el</strong> Marqués de Pozoblanco" 57 , y tomó algunas iniciativas que<br />

<strong>el</strong>evaran la moral alicaída de los borbónicos, preocupado d<strong>el</strong> estado de ánimo d<strong>el</strong> Virrey,<br />

cuya desmoralización era tan patente que ya transcendía los muros d<strong>el</strong> propio Palau Reial y<br />

que, según <strong>el</strong> Consejo, "nace que la ciudad y demás individuos le notan de falta de<br />

providencias" 58 . Entre éstas se contaba con la posible recluta y mantenimiento a cargo d<strong>el</strong><br />

reino de dos regimientos de infantería de 500 hombres cada uno que permitieran una<br />

mayor movilidad a la caballería de Nebot y Pozoblanco, muy estáticas en las proximidades<br />

de Denia y Vinaroz respectivamente. La sugerencia fue contraproducente, pues nadie creía<br />

en Valencia que los regimientos que se proyectaban ofrecieran "muy vigorosa defensa" y<br />

ninguna seguridad pero, pese a todo, una Real Orden de 15 de noviembre ordenó que se<br />

iniciara la leva de medio millar de hombres para resguardar <strong>el</strong> Reino 59 . La posibilidad de<br />

trasladar hasta Vinaroz al regimiento de Nebot, sugerida por Tserclaës Tilly, fue<br />

desaconsejada por las dudas que ofrecía la lealtad de esas tropas. El 3 de noviembre,<br />

Grimaldo ordenaba desde Madrid "que por ahora no se mueva, ni aparte de las cercanías<br />

de Denia <strong>el</strong> Regimiento de D. Rafa<strong>el</strong> Nebot" 60 .<br />

57 A.H.N. Ibidem, Consulta d<strong>el</strong> Consejo de Aragón de 20 de octubre de 1705.<br />

58 A.H.N. Ibidem, Consulta <strong>el</strong> Consejo de Aragón de 3 de noviembre de 1705.<br />

59 A.H.N. Ibidem, Real Orden de S.M. a los Comunes de la ciudad y Reino de Valencia, 15 de noviembre<br />

de 1705.<br />

60 A.H.N. Ibidem, Grimaldo a Rodrigo Manu<strong>el</strong> Manrique de Lara, Madrid 3 de noviembre de 1705.


Las sospechas sobre Nebot eran fundadas. En diciembre se pasó al bando<br />

austracista e hizo preso a Luis de Zúñiga que, entregado a Basset, fue encarc<strong>el</strong>ado en<br />

Denia. El derrumbe borbónico fue rápido e inevitable. En pocos días los austracistas<br />

controlaron Oliva, Gandía, Tavernes y Alzira sin encontrar resistencia. A mediados de<br />

diciembre se aproximaron hasta la indefensa Valencia campesinos armados dirigidos por<br />

Basset flanqueados por la caballería de Nebot, y <strong>el</strong> Cons<strong>el</strong>l General decidió aceptar al<br />

Archiduque como rey. Al Virrey, acompañado de casi la totalidad de los magistrados de la<br />

Audiencia, y otros leales a F<strong>el</strong>ipe V, le fue permitido salir de la ciudad hacia Castilla. En<br />

carta a Grimaldo fechada <strong>el</strong> 17 de diciembre, Villagarcía resumía, al mencionar la actitud<br />

postrera de la capital valenciana, lo que había acontecido en su último año y medio de<br />

mandato: <strong>el</strong> Reino había caído en manos austracistas sin haber hecho "la menor hostilidad<br />

ni querido disparar un tiro desde los muros" 61 .<br />

61 A.H.N. Estado, leg. 279, Villagarcía a José Grimaldo, 17 de diciembre de 1705. Cfr. H. KAMEN: Op.<br />

cit. p. 307.

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