“¿Una solución internacional para Palestina?” - 28 y 29 de ... - FRIDE

______FUNDACIÓN______
PARA LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Y EL DIÁLOGO EXTERIOR
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TOLEDO PEACE PROJECT
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“¿Una solución internacional para Palestina?” - 28 y 29 de noviembre de 2003
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Bienvenida
VIERNES 28 DE NOVIEMBRE
Diego Hidalgo, Presidente de la Fundación para las Relaciones
Exteriores y el Diálogo Exterior (FRIDE)
Primera sesión: Experiencias recientes en el uso de fuerzas internacionales y
presencias civiles: éxitos, fracasos y lecciones para el futuro.
Richard Caplan, University of Oxford, Reino Unido
Bernard Kouchner, ex Representante del Secretario General de las
Naciones Unidas en Kosovo
Juan Ortuño Such, Teniente General Jefe de la Fuerza de Maniobra,
España (Moderador)
Ian Martin, Vicepresidente, International Centre for Transitional
Justice, ex Representante del Secretario General de la ONU en Timor
Oriental
Patrick Clawson, Director Adjunto, Washington Institute for Near
East Policy
******************
Diego Hidalgo:
Buenos días señoras y señores, querido amigos, soy Diego Hidalgo,
Presidente para la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo
Exterior, FRIDE. Quiero darles la bienvenida a esta conferencia: Una solución
internacional para Palestina. Se trata de un esfuerzo del Foro Universal de las
Culturas de Barcelona 2004, presidido por Joan Clos, alcalde de Barcelona; de la
fundación Tres Culturas y la Junta de Andalucía, cuyo presidente Manuel Chaves
estará con nosotros mañana; de la fundación Ortega y Gasset, cofundadora del
proyecto de paz de Toledo y dirigida por el señor Garrigues Walker; y de FRIDE.
FRIDE es una fundación dirigida a analizar los grandes problemas del mundo
actual, sobre todo centrada en la pobreza, la desigualdad y la democracia, y que
trabaja en la resolución de conflictos que afectan la estabilidad del mundo y sobre
todo de Oriente Medio. Nuestra vocación, bastante ambiciosa por cierto, es ser un
grupo de análisis teórico pero dar pie a acciones y actuaciones. Unos de los logros
más importantes es la creación del Club de Madrid, formado por cuarenta y pico
antiguos jefes de estado de gobierno que trabajan en el fomento de la democracia
en todo el mundo. Pero quién organiza esta conferencia es lo menos importante. El
objetivo común de todas las asociaciones que colaboran en esta reunión es intentar
encontrar soluciones al problema de Oriente Medio. Doy la bienvenida a nuestros
amigos de Israel y Palestina. Esta conferencia está dividida en cuatro sesiones. La
primera correrá a cargo de personas con experiencia académica y se hablará en ella
de experiencias recientes en el uso de fuerzas internacionales y presencias civiles:
éxitos, fracasos y lecciones para el futuro. La segunda sesión se centrará en el

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tema de cuál debería ser la contribución de la presencia internacional en el proceso
de paz palestino-israelí.
La tercera sesión que tendrá lugar mañana presentará los puntos de vista de
los observadores externos sobre la viabilidad de una presencia internacional en el
conflicto. Y la cuarta sesión, la ultima, estará protagonizada por israelíes y
palestinos y tratará precisamente de la viabilidad de dicha presencia internacional.
Esperamos que esta conferencia resulte positiva y constructiva para la paz y
fructífera para todos los participantes. Y ahora voy a dar la palabra a Juan Ortuño,
que va a ser el moderador de esta sesión junto con Ian Martin y Bernard Kouchner.
Juan Ortuño:
Buenos días y bienvenidos. Soy Juan Ortuño. Compartí una experiencia muy
interesante por cierto en Kosovo con mi buen amigo Bernard Kouchner. Como
moderador no tenía intención de intervenir pero creo que soy el único de los aquí
presentes que tiene experiencia en mando de fuerzas militares en uno de estos
escenarios y creo que debo compartir con ustedes mi experiencia para poder
hablarles de la misma. Soy consciente que no es lo mismo Kosovo que Palestina o
la zona del Oriente Medio, Palestina e Israel. El objetivo es ligeramente distinto. No
voy a intentar dar consejos o indicaciones sobre esta zona, solamente quiero
hablarles de mi experiencia. Fui comandante de la KFOR, en el regimiento KFOR 3.
Justo antes de entrar en Kosovo fui nombrado comandante y se creó un cuartel,
por vez primera, dentro de la estructura de la OTAN al mando de las operaciones
en la zona, lo que no fue fácil. Voy a hablarles de mi experiencia inicial. Después de
haberme preparado para esta tarea, después de leer y estudiar mucho, estuve diez
días visitando la zona. Un mes antes de llegar a la zona estuve visitando a los
comandantes de diferentes ejércitos de diferentes países. Colaboré muy
estrechamente con Bernard Kouchner y con varias organizaciones civiles y también
visitando a los comandantes locales. De todo ello extraje varias conclusiones
importantes. En primer lugar, antes de una intervención, hace falta tener un
objetivo real. Mis predecesores, el General Jackson por ejemplo, había intentado
conseguir un acuerdo con Serbia después de los intentos de bombardeos y demás.
Según este acuerdo, el ejército de Serbia debería haber dejado Kosovo para ser
sustituido por las fuerzas internacionales. En vista de la posibilidad de que surgiera
cualquier confrontación, la misión era bastante complicada. Después se trató de
establecer una presencia en toda la zona de Kosovo intentando proporcionar una
seguridad en toda la zona para que Bernard Kouchner y su equipo pudieran
empezar a trabajar. También era importante conseguir el compromiso de las
organizaciones locales, que fueron desmovilizadas e integradas en el llamado
“cuerpo de protección de Kosovo”. Esto se llevó a cabo dentro de una etapa inicial
desde que comenzaron las operaciones iniciales. Mi predecesor también tuvo que
enfrentarse a la ardua tarea de acoger a 800.000 refugiados desplazados, en pleno
invierno, cuyas viviendas habían sido destrozadas. Yo creo que éste es el periodo
inicial de la ayuda humanitaria. Una ayuda humanitaria que solamente puede
conseguirse gracias a la intervención de grandes organizaciones civiles y también
gracias a la participación de fuerzas terrestres, por supuesto. Solamente mediante
la capacidad logística que permite que llegue la ayuda a todo Kosovo en el duro
invierno, se pudo conseguir el objetivo: que nadie muriera en Kosovo ese invierno
debido al frío o a la falta de alimentos. Y lo cierto es que tuvimos éxito, pero yo me
di cuenta de que era fundamental intervenir inmediatamente en el proceso de
reconstrucción. Esto no sólo significaba hacer lo que suele hacer la comunidad
internacional y para lo que está preparada, que es trabajar en grandes proyectos
con el apoyo de la industria internacional intentando proporcionar electricidad y
demás, sino también se trataba de hacer que la gente notara que algo estaba
cambiando. Esto es algo difícil para la comunidad internacional y por eso el objetivo
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inmediato para mí fue recoger toda esa información, proporcionarla a todos los
comandantes militares.
Lo cierto es que Bernard Kouchner trabajo con gran flexibilidad y consiguió
racionalizar una estructura muy sencilla, tanto civil como militar, para elaborar una
lista de los microproyectos más urgentes de la zona que pudieran encomendarse a
las organizaciones civiles presentes en la zona, y yo creo que funcionó. Dos meses
antes de mi llegada estaba empezando a elaborarse el plan; dos meses después ya
estaba funcionando gracias a esa flexibilidad que he mencionado. Por su parte, la
administración civil ayudo mucho. Y ésta es una idea importante: cómo todos los
presentes en una zona pueden ayudar considerablemente. También hay que
planificar no sólo la reconstrucción civil sino también la reconstrucción de la política
interna, las organizaciones policiales. El señor Kouchner lo explicará posteriormente
con más detalle. Más tarde, llegamos rápidamente a una etapa en la que, aunque
por supuesto la ayuda internacional puede durar un año o dos años, hace falta,
posteriormente, una actividad de inversión. Las reconstrucciones de estas
organizaciones es tan rápida que permite que los inversores internacionales piensen
que les es rentable la inversión porque la zona ya está estabilizada. Fue difícil llegar
a ese entendimiento porque no hay que olvidar que se trataba de un régimen
antiguamente comunista en el que los derechos de la propiedad no estaban muy
claros. Pero en cualquier caso estoy convencido de que la presencia internacional
desde el principio es mejor. Cuanto antes intervenga mayor es la posibilidad de
actuación; cuanto más se retrase es peor. Así, podemos empezar a resolver todas
las cuestiones sobre propiedad y demás. Por eso digo que la intervención
internacional lo antes posible es absolutamente esencial.
Dicho esto me gustaría hacer unos comentarios sobre lo que ocurrió desde el
punto de vista militar. Mi misión estaba muy clara en relación con los serbios, con
el ejército serbio, sobre todo en lo que se refiere a una zona libre de presencia
serbia alrededor de Kosovo. Intenté establecer buenas relaciones con ellos porque
por supuesto esto facilitaría el organizar patrullas comunes que controlaran la zona.
Pero el aspecto fundamental para mí es que, en las etapas iniciales, la policía recién
creada no puede actuar a menos que cuente con el respaldo de las fuerzas
militares. Esto no quiere decir en absoluto que el ejército tenga que estar a
disposición de la policía, pero una de las primeras misiones fue, por ejemplo,
integrar rápidamente el despliegue de la policía incorporado a varios batallones
internacionales para intentar apoyar las misiones policiales correspondientes que
necesitaban el apoyo militar, repito, porque si no habría sido imposible que éstas se
hubieran llevado a cabo.
El resto de los problemas supongo que no les interesaran tanto, pero creo
que es muy importante un aspecto. Había unos 44.000 soldados de 39 países
distintos en Kosovo. En algunos momentos, sobre todo cerca de las elecciones,
llegamos a un máximo de 54.000 y desde luego es muy difícil coordinar este gran
número de soldados. Para ello hace falta una intervención inmediata, cuanto antes,
y después celebrar una conferencia de comandantes, es decir, una reunión entre
todos los comandantes que se hacía a veces una o incluso dos veces por semana en
mi cuartel general para intentar llegar a una visión común entre los comandantes y
el personal militar clave, para analizar cuáles eran los siguientes pasos, las
lecciones aprendidas etcétera, y hacer un esfuerzo común para que todo el mundo
explicara como se llevaban a cabo las actuaciones, para que las describieran no
como imposición sino por lo menos para que sirvieran de ejemplo en algunos
casaos. Y la verdad es que funcionó, fue muy positivo. Pero no hay que olvidar que
coordinar tal número de soldados es algo así como construir sobre la arena. El
ritmo de cambio y reposición de soldados es muy rápido y a lo mejor uno o dos
meses después de conseguir una gran cohesión, si había habido una renovación de
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efectivos, había que volver a iniciar este esfuerzo de coordinación. Éstos son los
aspectos de mi intervención que más me enorgullecen.
Me habría gustado poder reducir el número de niños muertos por explosivos
o minas terrestres, aumentando quizás el ritmo de las operaciones de limpieza de
minas, pero al mismo tiempo tendríamos que haber hecho un esfuerzo considerable
en los colegios explicando a los niños el problema de las minas. Pero creo que
hicimos un esfuerzo importante y esto me enorgullece. También me enorgullece el
grado de cohesión al que llegamos. Cuando empezamos a establecer cuál debía ser
la medida del éxito, es decir, la consecución de acuerdos, el acuerdo con los
albano-kosovares etcétera, mi éxito se iba a medir por el apoyo prestado a la
administración civil a conseguir sus objetivos Es decir, era la administración civil la
que iba a medir el éxito de las actuaciones. Esto, y estoy seguro que Bernard
Kouchner lo confirmará, se materializó en una reunión semanal en sábado. Nos
reuníamos en el cuartel general con el equipo del señor Kouchner. Había un
esfuerzo de planificación y debate diario. En cierto punto me di cuenta de que la
fértil imaginación de nuestro buen amigo Bernard Kouchner introducía unos
aspectos de estrategia imprevistos, y decidimos celebrar una cena una vez al mes
para hablar los dos de la estrategia para intentar ayudar a la coordinación de
proyectos en curso, etcétera. Y ésta es, en resumen, mi experiencia en mi
intervención en Kosovo. Lo más importante quizás fue todo el esfuerzo realizado en
lo que se refiere a la propiedad de las tierras. Lo cierto es que fue una labor difícil
que quizás quedara más allá de las capacidades reales de una fuerza militar
desplegada que tuvo que distribuir un gran número de soldados, intentar controlar
los movimientos, etcétera. Por último, me gustaría comentar que también hicimos
la preparación de las elecciones que permitió hacer un censo de todos los
habitantes de la zona, preparar las elecciones locales y también hacer frente a una
increíble solicitud del señor Bernard Kouchner: la estrategia del sí pero no. Se
trataba de un momento en el que en Serbia se iban a celebrar elecciones. La
decisión es que debíamos permitirles esas elecciones pero no aceptarlas como
elecciones legítimas sino intentar, en cambio, hacer un gesto para la comunidad
internacional para que el dictador no pudiera utilizar los resultados de las elecciones
a su favor. También tuvimos éxito en este empeño gracias a la colaboración civilmilitar.
Proporcionamos equipos de seguridad militar y observadores civiles que
contaron uno por uno a todos los votantes que llegaron a las urnas e informaron del
número de personas que habían votado al final del día para que no hubiera
pucherazo o manipulación del número de votos a favor del dictador. Creo que esto
tuvo bastante influencia porque, aunque Milosevich infló un poquito las cifras de los
votos, no fue demasiado gracias a esta labor de supervisión coordinada entre las
organizaciones civiles y las fuerzas militares. Dicho esto, le voy a dar la palabra al
señor Ian Martin, que como saben es vicepresidente del centro internacional de
justicia transicional, ha trabajado en la ONU como representante especial del
secretario de la ONU para Timor Oriental y Etiopía. Así que, Ian Martin.
Ian Martin:
Gracias. No, no he trabajado en Estados Unidos Señor Ortuño sino para las
Naciones Unidas. Me temo que ha sido un pequeño desliz. Lo cierto es que debería
empezar explicando mis antecedentes, mi preparación como ponente en esta
conferencia. En primer lugar yo no soy un experto en temas de Israel o Palestina.
En el año 87 visité Palestina por primera vez como Secretario General de Amnistía
Internacional y la verdad es que la experiencia no me enseñó las claves que
debería seguir una intervención, una presencia internacional en Palestina.
En Amnistía Internacional trabajé en primer lugar el Haití, y luego en
Ruanda, en la supervisión de los derechos humanos, y en un gran número de
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misiones que también incluían la construcción de instituciones, y en Haití la
preparación de condiciones para elecciones libres. En la mayoría de los casos, la
presencia civil no iba respaldada por una presencia militar, pero en algunos casos
trabajábamos en paralelo, no integrados, en una misión de paz bajo el mandato de
la ONU.
En Bosnia trabajé también como representante de derechos humanos y del
Estado de Derecho dentro de la oficina del representante, que no es un organismo
de la ONU sino una estructura totalmente ad hoc de pacificación conforme al
acuerdo de paz firmado en Bosnia. Entre sus responsabilidades, está la
coordinación del trabajo de las organizaciones internacionales en el campo de los
derechos humanos y del Estado de Derecho en un contexto en el que el objetivo
principal era el regreso de los refugiados y la restitución de la propiedad. Por
supuesto esto se hizo con la presencia del SFOR de la OTAN.
También dirigí la misión que en el año 99 analizó el tema de la
autodeterminación. En esa época, en el año 99, no había una presencia militar, sino
que había muchos asesores que aconsejaban a las fuerzas de seguridad indonesias
acerca de sus tareas de mantener la seguridad y el orden público. Pero todo esto
fracasó y la ONU envió una fuerza dirigida por los australianos, y más tarde una
administración interina que yo ocupé antes de la llegada de Sergio Vieira de Mello,
que es la persona que debería estar hablando aquí de las lecciones de la
administración transicional en Timor Oriental.
En Etiopia y Eritrea fui también miembro civil de una operación
principalmente militar con pocas funciones civiles, cuyo objetivo era el
establecimiento y mantenimiento de una zona de seguridad desmilitarizada de
25km de radio entre dos ejércitos que estaban librando una guerra
extremadamente sangrienta. También había una serie de tareas de carácter
humanitario, de ayuda a los refugiados a volver a sus hogares en zonas de
conflicto. Por supuesto, todas estas misiones son totalmente distintas y todas ellas,
a su vez, son totalmente distintas de cualquier posible misión en Palestina. Es a los
organizadores a los que deben pedirles cuentas acerca de por qué me han invitado
a hablar de estas experiencias cuando tienen tan poco que ver con Palestina. Sin
embargo, a pesar de las diferencias existentes en los países en los que yo he
trabajado, hay una constante que se produce siempre. Siempre se puede trasladar
la experiencia de un caso al contexto operativo de otro. Quisiera hablar, por tanto,
de las funciones civiles en las que la comunidad internacional tiene experiencia y
sugerir una serie de lecciones operativas que se pueden aprender de ellas. Voy a
referirme a siete funciones civiles: supervisón de derechos humanos, policía,
elecciones, desarme o desmovilización y reintegración, regreso de los refugiados y
de los desplazados, la constitución de instituciones y del Estado de Derecho y
administración transicional. Después intentaré apuntar algunas lecciones extraídas
de todas estas actividades.
En primer lugar, supervisión de derechos humanos. Hay algunos contextos
en los cuales el mero despliegue de fuerzas internacionales puede tener un efecto
disuasorio sobre las infracciones y violaciones de los derechos humanos. Así
ocurrió, por ejemplo, con las misiones en las que yo participé en las primeras fases
en Haití, Ruanda y Timor Occidental. Evidentemente, en Palestina ya ha pasado el
momento en el que la presencia internacional pudiera aliviar las tensiones. Yo creo
que los requisitos para la efectividad de una intervención en el campo de la
protección de los derechos humanos incluyen la aceptación de un marco normativo
que incluye una serie de normas, de derechos humanos y de Estado de Derecho
como base para la labor supervisora. Por otra parte, tanto en número como en
capacidades de supervisar el grado de cumplimiento e incumplimiento de dichas
normas, es necesaria una capacidad de intervención local rápida. Y no me refiero a
labores de fuerzas de seguridad sino que me refiero a la posibilidad de representar
un interlocutor con las fuerzas militares y la cadena de mando, después tener una
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capacidad de interlocución a todos los niveles, cosas que hace muy bien por el
comité internacional de la Cruz Roja, por ejemplo. Pero hay algo que no hace este
comité, que es informar públicamente con posibilidad de avergonzar a aquellos que
incumplen constantemente los acuerdos alcanzados sobre los derechos humanos y
el Estado de Derecho. Y por último, la disposición de establecer, si fuera necesario,
sanciones en caso de que continúen las violaciones de los derechos humanos.
En estos casos yo creo que la supervisión de los derechos humanos puede
tener una importancia crucial. En Hebrón, por ejemplo, hubo un informe que
indicaba lo lejos que estaban las condiciones acordadas de cumplirse. De hecho, en
esta reunión seguramente hablaremos de si se puede dar un contexto distinto en el
futuro en el que se pudieran aplicar esas condiciones. Pero, cuidado, por
experiencia propia hace tiempo aprendí, ahora sin pensar en concreto en Palestina,
que la supervisión de los derechos humanos debe ser parte de una estrategia
política mucho más completa. En Haití, en el año 93, desplegamos observadores de
derechos humanos en un contexto en el que el pueblo estaba siendo ocupado por
su propio ejército, si me permiten la expresión, e inicialmente la presencia de
observadores de derechos humanos animó, desde luego, a aquellos que habían
sufrido represión feroz y demás a ejercer de nuevo sus derechos de libertad de
expresión y libertad de asociación en un contexto provisional antes del retorno a un
gobierno constitucional. Los estudiantes empezaron a manifestarse otra vez, las
organizaciones de campesinos reanudaron sus actividades y las negociaciones de
paz se atascaban. Todo esto era muy negativo. Por eso digo que los derechos
humanos deben ir siempre unidos a un contexto político más amplio.
Además, hay dos contextos en los que la comunidad internacional ha
asumido deberes policiales, no de supervisión o control, sino las labores de
mantenimiento del orden público: en Kosovo y en Timor Oriental.
A diferencia de cómo ocurrió en Bosnia, en la que primero Estados Unidos y
más tarde la Unión Europea, además de la ONU, han ejercido un papel supervisor
muy fuerte respaldado por uso poderes ejecutivos reales que permiten escrutar y
excluir a aquellos que tienen complicidad con casos pasados de violaciones de
derechos humanos, con lo cual unos de los objetivos es observar el cumplimiento
de una serie de mínimas normas de derechos humanos dentro de la labor policial.
Además de esto, la comunidad internacional también ha participado en la
formación, asesoría y supervisión de la creación de fuerzas de policía.
Un aspecto evidente es la capacidad de llevar a cabo las labores de orden
público, que dependen por supuesto en estos contextos de una presencia militar
eficaz que garantice las principales funciones de seguridad. Pero hay otro
problema: los militares odian a los policías, o mejor dicho, desempeñar labores de
policía. Pero es absolutamente fundamental que en algunos casos los militares
desempeñen estas labores, y lo cierto es que los militares han podido desempeñar
muy bien ese papel, cosa que se puede ver, por ejemplo, en el caso de Irak hoy en
día.
Uno de los problemas con cualquier labor internacional policial es la
inexistencia relativa de fuerzas nacionales policiales en estos países en conflicto. El
reclutamiento es lento y difícil y la policía, al contrario que los militares, no se
despliega en unidades previamente formadas, por lo que les resulta muy difícil
integrarse con policías de otros países, de antecedentes, formación y métodos
distintos.
El International Herald Tribune, que leí esta mañana en el hotel, incluye un
articulo sobre la mala preparación de Estados Unidos para participar activamente
en misiones policiales posteriores a un conflicto. Desde luego yo comparto esta
opinión. Por cierto, quiero recordar el hecho de que es imposible hacer de policía en
un contexto cultural con un idioma y un sistema jurídico totalmente distinto al
nuestro. Es imposible hacer de policía en un país que no es el nuestro. Hay
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momentos, como ocurrió en Kosovo o en Timor Oriental, en los que hubo que
hacerlo de forma temporal, y quizás se podría haber hecho mejor, pero nunca se
podría haber hecho bien del todo. Es imposible, es una imposibilidad inherente. Por
lo tanto, en última instancia hay que devolver este papel al Estado lo antes posible,
para que se encargue de sus fuerzas policiales, formación, reclutamiento y demás.
En cuanto a las elecciones, las noticias sobre este tema son más
prometedoras, en mi opinión. Las Naciones Unidas y otras organizaciones como la
CDE, la Unión Europea y otras tienen experiencia significativa, razonablemente
positiva, a la hora de contribuir a la organización y supervisión de elecciones en
muchos países. La mejor experiencia, en mi opinión, está en manos del
Departamento de las Naciones Unidas de Asuntos Políticos, que realizaron una labor
técnica excelente en el 99 en Timor Oriental, donde fue responsable de la
organización de la votación. No ya sólo de observar y controlar que se realizaran
bien las votaciones, sino de todo el proceso electoral, todo el proceso de la
votación. Una lección muy evidente que podemos extraer de todo esto es que la
justicia electoral no es cuestión únicamente de las urnas y del votante, sino de las
condiciones que se dan desde el principio del proceso, la capacidad de que los
partidos organicen libremente campañas. En el 99, en Timor Oriental, vimos que,
cuando estas condiciones no se dan, incluso en estos casos, los votantes pueden
tener una decisión muy clara que les permite sortear la intimidación y ejercer su
derecho al voto.
En cuarto lugar, la desmovilización y desarme, un ámbito de mucho
potencial en el contexto de este debate. Los grandes programas en este ámbito se
han dado en África, en la República Democrática del Congo, en Liberia y en otros
países, pero creo que esta experiencia no tiene demasiada aplicación al contexto de
esta conferencia. La experiencia evidente de Kosovo tiene mucho más que ofrecer a
esta reunión que la de Timor Oriental. Ahora bien, Timor Oriental sí nos da una
advertencia muy valiosa. Se realizó allí una tarea de desarme y desmovilización,
que puede parecer trivial en comparación con otros contextos (unos 1500 antiguos
combatientes las guerrillas independentistas, un grupo bastante benigno, con
buena disposición frente a las Naciones Unidas, y también frente al pujante
liderazgo político que surgía en su país). No obstante, la comunidad internacional
no consiguió articular una estrategia desde el principio relativa al futuro de estas
milicias, lo que se convirtió en un problema que todavía se da hoy, un problema
que empeoró con el tiempo.
Dos lecciones evidentes que podemos extraer de este caso: nadie ha
conseguido nunca un desarme completo en una zona o país, siempre hay armas
disponibles. Por tanto, lo más importante es eliminar la motivación que lleva a la
gente a utilizar armas, más que creer que se pueden eliminar todas, cosa que es
imposible. Evidentemente, hay que proporcionar modos de vida alternativos a los
que, si no, se verían tentados a utilizar las armas.
En quinto lugar, la vuelta de refugiados y personas desplazadas. En Timor
Oriental, casi un 33% de la población había abandonado su hogar cruzando la
frontera hacia el Timor Occidental. La vuelta de todos estos desplazados y
refugiados es una historia de éxito en Timor Oriental, aunque no tiene demasiada
aplicación al contexto de los refugiados palestinos. Kosovo tendría más aplicaciones
directas. Bosnia es otro ejemplo bastante valioso. Yo sé que Patrick Clawson en su
intervención dice que se hace poco para facilitar la vuelta de refugiados o para
desmantelar situaciones ilegales en Bosnia y Kosovo. Es una afirmación que yo
hubiera hecho en el 98 en Kosovo, pero ya no es cierta en Bosnia en la actualidad.
Contra muchas expectativas, la comunidad internacional ha insistido muchísimo en
la restitución de las propiedades, lo cual ha facilitado la vuelta de muchos
refugiados y desplazados. Las Naciones Unidas, el alto Comisariado de Refugiados,
es el que más experiencia tiene en este ámbito, lo cual suscita una cuestión muy
interesante con relación a Palestina, un contexto en el que el mandato del alto
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Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados se ha visto desplazado, como
si dijéramos, por el UNRA.
En el sexto lugar, constitución de instituciones e implantación del Estado de
Derecho. Este es el talón de Aquiles de las operaciones posconflicto, como se ha
llamado. Es éste un nombre muy adecuado.
Casi todos afirman que éste ha sido el fracaso más importante de la mayor
parte de los conflictos o de los periodos de posconflicto. Paddy Ashdown lo dice en
relación con Bosna, Lagdar Brahumi en relación con Afganistán. Se dice también
con relación al Timor Oriental y otras partes del mundo: los esfuerzos para
implantar el Estado de Derecho tendrían que haberse desplegado mucho antes y
tendrían que haber sido mucho más eficaces. Es una de las quejas que se oye por
todo el mundo. Este fallo se debe en parte a la dificultad inherente de conseguirlo.
La comunidad internacional intenta arreglar rápidamente estos problemas y sin
embargo solamente se pueden resolver mediante un proceso a largo plazo. Se
intenta resolver rápidamente porque hay un vacío que hay que llenar de alguna
forma, lo cual suscita un dilema entre la falta de disponibilidad de personas del
lugar capaces y formadas, dispuestas y competentes para establecer el Estado de
Derecho. Por lo tanto, hacen falta participantes internacionales en el sistema
judicial, lo cual suscita los mismos problemas que mencionamos antes en el caso de
la policía. También existe el peligro de que no se vaya formando una fuerza a nivel
local.
En Timor Oriental y en Kosovo, por ejemplo, al principio se dependió de
profesionales del lugar, hasta que se dieron cuenta que desde el principio habría
hecho falta una participación internacional mucho más amplia. En mi opinión, las
organizaciones internacionales, las Naciones Unidas u otros organismos
multilaterales o los donantes internacionales, pueden prestar apoyo en este
esfuerzo. Sin embargo, tales apoyos siguen siendo bastante débiles y están
caracterizados por una gran falta de coordinación entre los diversos protagonistas.
No creo que el nombrar una nación principal, como en el caso de Italia en
Afganistán, resuelva el problema, es decir, nombrar un país principal o líder.
En último lugar quiero referirme a la gobernabilidad y la administración del
gobierno de transición. La experiencia de Sergio en Timor Oriental arroja
muchísima luz en este ámbito y estoy seguro de que el señor Kouchner nos hablara
de este tema y nos proporcionara bastante información. Las Naciones Unidas no
estaban preparadas en el 99 para la situación de Timor Oriental y Kosovo.
No creo que ni las Naciones Unidas ni ningún otro organismo estén mejor
preparados hoy que entonces. El Consejo de Seguridad y el Departamento de
Operaciones de Paz de las Naciones Unidas, en mi opinión, no son en absoluto los
organismos adecuados para supervisar un proceso de estas características sobre el
terreno. Sin embargo, no creo que ni el Pentágono en Irak ni la autoridad
provisional de coalición estén demostrando ahora mayor capacidad para aplicar una
experiencia de mayor calidad. En Bosnia, el organismo de supervisón era la Junta
Permanente del Consejo de Paz, una propuesta muy parecida a la del artículo de
Martin Indyk, una especie de comité permanente de estados participantes. Sin
embargo, mis observaciones de cerca sobre la eficacia de un organismo de estas
características no son demasiado alentadoras.
En Timor Oriental había unas desventajas muy claras desde el principio, o
por lo menos una desventaja muy clara: su falta absoluta de profesionales
competentes. En Irán, Afganistán y Palestina la situación es, evidentemente,
totalmente distinta a este respecto, pero en Timor también había grandes ventajas:
un territorio no demasiado grande, sin divisiones étnicas, con liderazgo político
cuya legitimidad estaba reconocida de forma abrumadora. Incluso en un contexto
como éste, el problema principal en Timor Oriental en el año 2000, como en Irak en
la actualidad, era saber cómo tendría que ser la transición hacia un gobierno
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propio, la naturaleza de esta transición y su ritmo. Si se establece esta transición
tiene que haber una estrategia muy clara en lo que se refiere a responsabilidades
de gobierno, cómo se van devolviendo a los locales.
El señor Perhimi tuvo un planteamiento muy distinto en Afganistán,
basándose en la experiencia en Timor Oriental. Primero, la gente del lugar apoyada
por la Naciones Unidas. Creo que llevó a Sergio a Irak a hablar con el señor Bremen
de la importancia de la responsabilidad política irakí.
Éstos eran los siete elementos que quería revisar relativos a la capacidad
civil o incapacidad civil en operaciones internacionales. Quisiera concluir con ocho
lecciones operativas rápidas que en mi opinión podemos extraer de toda esta
experiencia.
En primer lugar, la importancia de tener objetivos claros. Es un tópico
decirlo, pero fue extremadamente importante para que la administración de
transición, por ejemplo en Timor Oriental, tuviese éxito, puesto que en Timor
Oriental se definió el objetivo fundamental: independencia desde el principio. Sin
embargo, en Kosovo había mucha incertidumbre relativa a los objetivos principales,
cosa que sigue siendo un problema. Esto nos lleva a pensar con muchísimo
detenimiento en la idoneidad de este tipo de soluciones mientras siguen en curso
las negociaciones sobre los objetivos finales.
La segunda lección es la importancia de la integración o coherencia de la
presencia internacional. En Timor Oriental, en mi opinión, tenemos el modelo ideal
en el que una única autoridad política civil, el Representante Especial del Secretario
General de las Naciones Unidas, ostentaba toda la responsabilidad operativa sobre
todos los componentes internacionales, militares y civiles, con el comandante de las
fuerzas, el comisario de policía y todos los componentes civiles en contacto directo
con él y bajo su coordinación. En Bosnia me parece que tenemos el ejemplo más
disfuncional. Es una advertencia que nos da la arquitectura internacional más
disfuncional que nunca se ha articulado, con una coordinación muy débil entre los
militares y militares, muy poca coordinación civil, a pesar del ostentoso titulo del
alto representante, con mandatos que se solapan y se duplican y con muchísimos
problemas relativos a la coherencia de las operaciones sobre terreno. En mi opinión
esta experiencia desembocó en planteamientos totalmente distintos en Kosovo y en
Timor Oriental. Evidentemente, Bernard Kouchner es la persona adecuada para
tratarlos. El tema de los diversos pilares de responsabilidad en manos de varios
organismos internacionales bajo el paraguas de un representante especial sin
demasiada coordinación. En Afganistán se recalco muchísimo la integración bajo la
autoridad del señor Brahimi, y en cierta medida se ha conseguido una cierta
integración, aunque la coalición militar en Afganistán sigue actuando de forma
bastante independiente. No obstante, hay otras personas más capaces que yo para
evaluar en qué medida esta organización desemboca en la coherencia.
La tercera lección tiene que ver con la importancia de la planificación. Las
Naciones Unidas tuvieron muy poco tiempo de planificar el papel que iban a
desempeñar en Kosovo, por ejemplo. En mi opinión ni siquiera utilizó
adecuadamente el tiempo disponible que tenia para articular bien su presencia
internacional de transición en Timor Oriental. Este debate puede preceder el debate
de lo que puede ocurrir en otros territorios.
En cuarto lugar, la importancia de un mandato y el poder de la presencia
internacional, una presencia internacional que tenga una cierta aceptación por parte
de los habitantes del territorio. En Haití tuvimos la experiencia de que los militares
se negaron a que las fuerzas u observadores internacionales pudieran visitar a los
detenidos, a pesar de acuerdos anteriores al respecto. En otros lugares también nos
hemos topado con obstáculos, a pesar de que se hubiera llegado a acuerdos
anteriores.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
En quinto lugar, la importancia del apoyo diplomático con un tipo de
organización u otra: grupos de amigos en relación con las operaciones de las
Naciones Unidas y apoyo diplomático que puede desembocar en una imposición de
sanciones reales por infracción de acuerdos.
En sexto lugar, la necesidad de que haya imparcialidad en la presencia
internacional y lo difícil que es conseguir esta imparcialidad. Uno de los problemas
que tuvimos, por ejemplo en Timor Oriental, es que el gobierno indonesio, siempre
que informábamos de lo que hacían las milicias pro indonesias, que nos decían que
no éramos neutrales a la hora de criticar, por ejemplo, a las guerrillas pro
independentistas, pero estábamos hablando de una asimetría enorme y la conducta
de ambas guerrillas o fuerzas no tenían nada que ver la una con la otra.
Pensábamos que éramos imparciales, pero era imposible que sugiriésemos que
ambas guerrillas eran iguales. La presencia internacional en cualquier caso necesita
un grupo muy nutrido de personas del lugar entre sus fuerzas, lo cual esta muy
relacionado con cuestiones como, por ejemplo, la percepción de lo que es la
imparcialidad.
En séptimo lugar, quiero referirme a la importancia de las comunicaciones.
Para que una fuerza o presencia internacional no dependa demasiado de los medios
de un partido o de otro para proyectar su mensaje o para describir que está
haciendo en el lugar y que resultados está consiguiendo, sobre todo en situaciones
que suelen ser muy confusas. En un mundo ideal, cualquier presencia internacional
tendría que contar con sus propias radios o con sus propios medios que le
permitiesen difundir sus mensajes.
Y por último, la clave en mi opinión para la eficacia de cualquier presencia
internacional es su relación con la sociedad local, no solamente en términos de su
capacidad para ser o para tener como interlocutor al liderazgo político sino que
también me refiero a sus relaciones con la sociedad civil, cuyo desarrollo debe
apoyar. Muchas gracias.
Diego Hidalgo:
Muchísimas gracias por estas dos intervenciones tan interesantes que nos
han proporcionado información de primera línea. Y ahora le voy a dar la palabra al
doctor Bernard Kouchner, antiguo Representante Especial del Secretario General de
las Naciones Unidas, jefe de la misión provisional de organización en Kosovo y
fundador de Médicos Sin Fronteras. Es una persona con una carrera muy sólida en
Francia y también con muchísimas misiones de las Naciones Unidas a sus espaldas.
Bernard Kouchner:
Muchas gracias. Bueno, no sé nada sobre la misión de Estados Unidos en
Oriente Medio. Sé que sí ha trabajado en este frente. Me refiero sobre todo al
proyecto canadiense. Tengo la impresión, sin embargo, de que podría ser parte de
la solución. Ciertamente, no en la forma en la que lo hemos hecho antes, porque
estamos hablando de algo totalmente distinto. Aunque, al mismo tiempo, por
supuesto, las directrices son las mismas. Pero estamos hablando de una situación
totalmente distinta entre Israel-Palestina, Palestina-Israel debido a sus
antecedentes, a su historia, al enorme odio que existe en la zona; un odio
enconado fruto de luchas durante muchísimos años y también fruto de los últimos
acontecimientos. Pero veamos, por partes. Podría ser posible, no lo sé, pero podría
ser posible. Quisiera recalcar, no obstante, el hecho de que estos días, no
solamente esta iniciativa concreta de la fundación –y muchísimas gracias
presidente, muchísimas gracias director por esta iniciativa que me parece tan
acertada – y en conjunción con la iniciativa de Ginebra y con otras iniciativas, como
por ejemplo Peace Now (Paz Ahora), nos brinda una cierta esperanza para llegar a
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una solución en Oriente Medio, a pesar de los últimos fracasos en la hoja de ruta,
aunque no haya acabado del todo. Así que me ha pedido mi gran amigo el General
Ortuño que les hable de los éxitos, fracasos y lecciones para el futuro.
Es un tema muy difícil porque hay una gran distancia entre la teoría y la
realidad en las misiones de paz. Por cierto, que una cosa es establecer la paz y otra
es mantenerla. Mantenerla es mantener algo que ya se ha creado, pero crear la paz
supone que tenemos que imponer la paz y, evidentemente, estamos hablando de
cosas totalmente distintas, con sus problemas correspondientes. Estoy de acuerdo
con el señor Martin en que muchas operaciones o misiones de paz de las Naciones
Unidas fueron más o menos 50% éxito 50% fracaso Es difícil decir exactamente
cuál es el porcentaje. Pero lo que nos han enseñado Bosnia Herzegovina, Kosovo,
Macedonia y Timor Oriental son misiones, la mayoría, que tuvieron un éxito parcial.
¿Y qué es un éxito? Kosovo oriental está en mejor situación ahora que antes, esto
es innegable, gracias a la paz. La paz no es comparable a la guerra, lo siento, pero
el resultado fundamental es que hay paz y no hay guerra. Dayton fue muy difícil de
implantar debido la complejidad de este acuerdo. Con mi buen amigo Richard
Holbrooke he podido visitar, hace tres cuatro semanas si no recuerdo mal, Bosnia,
Belgrado, Serbia y Kosovo y, evidentemente, en todos los sitios que he visto que la
situación es mejor que antes. Está bien, en Bosnia, la opinión publica, y con
frecuencia los medios, suelen criticar y reírse de esta especie de sistema o plan
Marshall. En Bosnia vemos hasta trece primeros ministros y tres presidentes. Sí, de
acuerdo, la situación es ridícula, pero es mucho mejor que la guerra, es mucho
mejor que las muertes. Y no solamente esto, en los últimos ocho años, han
transcurrido ocho desde el acuerdo de Dayton, ya no se han cometido más ataques.
No ha habido más explosiones ni más ataques. ¿Es mejor la situación?
Indudablemente.
Hay mucho que hacer, pero la primera lección que tenemos que aprender de
las misiones de paz, la lección más importante, es darle tiempo al tiempo, no
pensar que podemos juzgar ni siquiera a la denominada “misión irakí” ahora
mismo. Es imposible. Seis meses después de nuestra participación conjunta en
Kosovo nos enfrentábamos a una situación en la que había de 40 a 50 asesinatos a
la semana, y ahora como mucho hay uno o dos, cuatro años después, no seis
meses después de que empezásemos con nuestra presencia. Así que no hay que
apresurarse a juzgar la participación internacional en un territorio.
La primera lección y más importante es darle tiempo al tiempo. Hace falta
por lo menos una generación. No podemos creer que nosotros, la comunidad
internacional, podemos retirar tropas después de dos meses y tampoco hay que
pensar que Kabul es Afganistán. Están todos de acuerdo entonces ¿no? Bien,
podemos trabajar en colaboración, trabajar juntos, darle tiempo al tiempo y darse
cuenta de que hace falta por lo menos una generación. No podemos tampoco
borrar de un plumazo el odio de la población. Hace falta tiempo para conseguirlo.
Estoy de acuerdo, y voy a pasar revista rápidamente a las siete partes del
discurso de Ian Martín sobre mi experiencia . Para comenzar una misión de paz
siempre es demasiado tarde. A veces tenemos que lamentarnos por la falta de
participación de la comunidad internacional, nunca tendríamos que lamentarnos por
la participación e intervención de la comunidad internacional, aunque lleve mucho
tiempo y sea muy difícil. Uno puede lamentarse por la no intervención, no por la
intervención. Yo lo llamo interferencia, el derecho a intervenir, el derecho a
interferir. Es el deber de la comunidad internacional y se convertirá en una ley. El
deber y la obligación de proteger a las minorías se convertirá en deber más tarde o
más temprano. Y ahí estamos, siempre es demasiado tarde. Fue demasiado tarde
en Bosnia. Fijémonos en la secuencia en los Balcanes y Bosnia, hemos perdido de
tres a cuatro años antes de comenzar con los bombardeos. 250.000 muertos, sobre
todo civiles. Sabemos ahora que del 95 al 96 % de las victimas de los conflictos
armados son civiles. Ya no hay tantas victimas militares. Después de los
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bombardeos, tres semanas de bombardeos, viene Dayton, la conferencia y el
acuerdo de Dayton. Algunos de nosotros pedíamos que se interviniese en Kosovo
de forma preventiva para impedir la guerra. En el 92, en el 93, yo era miembro del
gobierno francés. Escribí un articulo en Le Monde contra mi presidente Miterrand,
contra mi primer ministro, porque la segunda lección es que si queremos cambiar la
ley, lo mejor que podemos hacer es ser ilegales. Segunda lección, para cambiar la
ley tenemos que, durante un corto periodo de tiempo y con las mejores intenciones
por supuesto, tenemos que meternos en la ilegalidad. Por ejemplo, mi buen amigo
el señor Herrero lo sabe. Es la diferencia entre la realidad y la teoría. Tenemos que
estar en la ilegalidad durante muy poco tiempo para cambiar la ley. Fuimos a
Kosovo, fue un gran error, y tuvimos que aplicar la ley, sí claro, y los buenos
luchadores por los derechos civiles de los que yo formo parte teníamos todos una
idea muy clara: aplicar la ley, ¿cuál? la más moderna, la de Milosevich, ¡sorpresa!
Queríamos liberar a los kosovares con las leyes de Milosevich, como si
estuviéramos obligando al señor Mandela a aplicar el apartheid. Lo hicimos en
Kosovo durante seis meses, fue un gran error, tuvimos que cambiar la ley y
mientras tanto fuimos ilegales durante esos seis meses. Hay que ser político. Un
militante político es alguien que inventa, que es creativo, que está con el pueblo, no
alejado del pueblo sino que es parte integral del pueblo.
Tercera lección, esto es lo más importante, tenemos no sólo que hablar con
la gente, sino que tenemos que estar con ellos, pasar tiempo con ellos. Pero con
esto no basta, también hay que conseguir que la gente se involucre en nuestras
decisiones. No tomar decisiones por nuestra cuenta. Si lo hacemos, transcurridas
unas semanas nos percibirán como una fuerza de ocupación, como en Irak. Hay
que hacer que la población participe en todas y cada una de las decisiones. A fin de
cuentas, tenemos que decidir si el pueblo, los protagonistas, los antagonistas, no
llegan a un acuerdo y somos nosotros los que tenemos que decidir. Antes o
después tenemos que decidir contra ellos, y es nuestra obligación hacerlo, como
representantes de la comunidad internacional. Pero nunca debemos hacerlo sin
haber insistido hasta el aburrimiento en que son ellos los que tienen que tomar la
decisión. Ésta es la lección más importante. No estamos en casa, somos
extranjeros, somos foráneos. Los civiles y los militares son extranjeros que ofrecen
su ayuda. Pero es su país, no el nuestro. No actuemos nunca como si el periodo
colonial estuviese volviendo a nuestra historia. Es muy difícil hacerlo y es muy fácil
decirlo: ¡hablen con la población! Pero ¿con quién vamos a hablar? ¿Quiénes son
sus representantes? En otras ocasiones, por ejemplo, y me refiero al caso israelípalestino,
son países en los que más o menos sabemos quiénes son los
representantes, conocemos más o menos quién es quién. Éste no es el caso en los
Balcanes después de siglos de luchas y de enfrentamientos. Insisto en mi tercera
conclusión a la que vuelvo ahora. A veces es difícil decidir. A veces es difícil
conseguir una influencia suficiente en la comunidad para poder intervenir. Yo
estuve en Ruanda, donde nadie interfirió, donde nadie intervino. Fuimos testigos
del genocidio más enorme del siglo XX. Yo estaba con el General Romeo, mi gran
amigo, el general canadiense, que llamó a Boutros Ghali. Y el señor Boutros Ghali
Gali se puso en contacto con los 19 países que habían prometido enviar tropas para
detener el genocidio en Kigali y en otros lugares, pero no reaccionaron a tiempo.
Créanme, intervenir es siempre mejor que no hacerlo.
Por supuesto con el acuerdo de la comunidad internacional. Por supuesto no
de forma independiente sino con el apoyo internacional. Pero incluso en algunas
ocasiones no. Por ejemplo, yo estuve a favor de la intervención francesa en Ruanda
porque fui testigo directo de estas masacres, un genocidio con machetes, entre
niños. Los niños Tutsi matados por los Hutus que también eran niños con
machetes.
Fuimos testigos mudos; no mudos pero sí impotentes ante el primer
genocidio retransmitido por televisión. Por supuesto, el Consejo de Seguridad y el
sistema de las Naciones Unidas tiene que apoyar estas intervenciones. Pero quiero
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insistir: siempre es demasiado tarde para intervenir e intervenir siempre es mejor
que no hacerlo. Otras directrices o lecciones, y me remonto ahora a mi experiencia
en Kosovo y en otros lugares: la acción preventiva siempre es preferible y, lamento
decirlo, pero es así, siempre es mejor.
El derecho a intervenir sería, espero, como ha dicho Mohammed Sahnoun y
Gareth Evans en un documento muy importante publicado por la ONU y debatido y
aprobado por el Consejo de Seguridad, la responsabilidad de proteger, por
supuesto no quieren hablar de interferencia porque ésta es una palabra incorrecta,
pero la responsabilidad de proteger es un término aceptable. Se trata de una
intervención preventiva por parte de la comunidad internacional. No se trata de ir a
al guerra sino de impedir la guerra.
Y se ha hecho por ejemplo en Macedonia. 250.000 muertos en Bosnia, la
intervención fue demasiado tarde. En Kosovo también muy tarde, un poquito antes,
pero también tarde. Unas 10.000 victimas. Y en Macedonia no hay victimas, no
hubo casi ninguna victima porque enviamos entre 800 y 900 soldados, sobre todo
americanos, cascos azules etcétera. Como se hizo antes de una forma preventiva,
de forma anticipada, no estalló la guerra en Macedonia. Fue difícil mantener la paz,
es cierto, pero no estalló la guerra. Por supuesto, no ocurre lo mismo en Oriente
Medio. Algunas observaciones adicionales: en Kosovo las ONG eran excesivas.
Había 527 ONG nada menos, excesivo. Es imposible decir nada, coordinar nada.
Médicos Sin Fronteras, Médicos del Mundo, lo que sea. Esas ONG de por sí son otra
fuerza pacificadora. Insisto, se intentó coordinar pero fue imposible porque el
número de ONG era excesivo.
Es mejor, como ha dicho el señor Ian Martin, un mando único, como Ian por
ejemplo hizo en el caso de Timor Oriental. Es segundo lugar, Juan Ortuño ha
hablado de la necesidad de una buena coordinación entre civiles y militares. Hace
falta un entendimiento perfecto. Tres civiles y militares. Muy bien, nosotros
estamos a cargo de la política, muy bien, perfecto, y qué. No se puede separar uno
del otro porque el mínimo malentendido tendría unos efectos enormes, así que
teníamos unas reuniones diarias a las cinco de la tarde. Muy diplomáticamente, nos
dirigíamos al cuartel general de los militares, que era más seguro, por supuesto,
como dice el señor Ortuño, y no hablábamos con secretos. Eso es una estupidez,
hay que compartir información. Las conferencias de prensa también eran conjuntas.
En cuanto a la rotación de los soldados, querido Juan, déjame que te diga que los
civiles estuvieron allí dos años mientras que los soldados estuvieron tres o cuatro
meses nada más. Insisto en que hace falta una coordinación completa. Esta
relación militar-civil es crucial porque, entre otras cosas, no ha sido tan fácil
mantener este orden. La UE, la OCDE, las Naciones Unidas, todos éstos son los
distintos organismos que intervinieron. Yo tuve la suerte de trabajar en la
coordinación, en el mando, y la verdad es que no resultó fácil. Lo cierto es que no
era un buen organigrama. Sí que tuvimos una buena coordinación porque éramos
amigos, y eso es importante cuando estás pasando uno o dos años en lugares que
en principio no son demasiado acogedores. En cuanto a la policía y al ejército, es
cierto que es muy difícil que el ejército haga labores de policía, como hemos visto
en Irak.
Estuvimos en Washington en uno de los grupos teóricos con mi buen amigo
Sergio, y éramos parte de diez mesas redondas teóricas en las que se hablaba de
directrices para Timor Oriental, Sierra Leona, Kosovo, etcétera. Es como si el señor
Bush nunca se hubiera parado a pensar en estas cuestiones y tampoco, al parecer,
el señor Rumsfeld. Y esto me parece un error porque nosotros lo sabemos antes,
tenemos la experiencia de que es imposible solicitar a los militares que realicen
labores de policía ya que, entre otras cosas, no han recibido entrenamiento para
ello ni están preparados ni saben cómo investigar, cómo arrestar, cómo interrogar
a la gente. No son tareas militares. Al principio, en Kosovo, nosotros no podíamos
encargarnos de estas tareas, y se lo pedimos a nuestros compañeros militares, que
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lo hicieron, pero no eran los más indicados. Ante esto, la Unión Europea hizo un
esfuerzo de entrenamiento y adiestramiento de policías para que trabajaran en
coordinación con los soldados. Ahora tenemos una especie de cuerpo de policía
europeo, por así llamarlo, que interviene y puede participar en estas misiones de
pacificación. Pero los militares no pueden estar al cargo de las labores de
mantenimiento del orden.
Es imposible, están entrando, en primer lugar, en un país en el que no hay
ley, y, por favor, no caigamos tampoco en la tentación de intentar ejecutar las
ultimas resoluciones del Parlamento Europeo sobre derechos humanos porque son
países en los que no hay ley. Por supuesto que el objetivo es intentar aplicar la ley,
pero se trata de una intervención política, y en estos casos hay que ser político en
el buen sentido de la palabra, es decir, hay que tener en cuenta la realidad de las
personas, su cultura, su historia. La ley es importante, por supuesto, pero no pidan
al ejército que, como recuerdo que nos dijo el general Jay Gardner por ejemplo, yo
creo que es imposible que los militares se encarguen del orden público porque ésa
es una especialidad del personal local, de especialistas, abogados y civiles sobre
todo.
Quisiera concluir, y creo que cumpliendo el horario además, haciendo
referencia a una serie de cuestiones que yo creo que son muy importantes, desde
mi punto de vista. En primer lugar la dignidad. Yo creo que la palabra dignidad es
más importante que la palabra libertad. La dignidad es lo más importante que
llevamos en nuestro equipaje para ofrecer a la gente. Sé que me estoy repitiendo.
Pero repito, no decidamos por ellos, no decidamos por ellos, ellos son los que nos
reciben, son nuestros anfitriones. Por tanto, la dignidad pasa por hacerles
comprender que el objetivo es estar cerca de ellos, ser parte de ellos y no aparecer
como caídos del cielo con decisiones ya tomadas de antemano. Así que si entienden
esto, y si la receta es fácil de entender pero difícil de ejecutar, hay que vivir con
ellos. No puede estar uno separado, en cuarteles generales militares con vallas y
demás. Uno tiene que estar con ellos, convivir con ellos, como algunas de las
brigadas han podido hacer, por ejemplo, en Pristina, donde los británicos vivían, y
lo mismo se puede decir de Basora, con el pueblo, en los sótanos, en las cuevas, en
los pueblos, donde había gente, en los campamentos. Fue difícil, porque al principio
había muchas sospechas y poco a poco, paso a paso, mes a mes, año a año,
descubrieron que no éramos enemigos. No lo sabían. Ellos no conocían el sistema
de las Naciones Unidas. No estaban al tanto de los objetivos de imponer la
democracia y el bien común. No se puede imponer la democracia, se puede intentar
que la gente se interese por ella, pero no intentemos lanzar la democracia en un
paracaídas sobre Kosovo, sobre Oriente Medio, sobre Irak. Eso es imposible, repito.
Cómo preparar las elecciones. Hacen falta activistas de derechos humanos,
no abogados, juristas, que llegan allí con sus trajes oscuros. No, no. Hace falta
gente que esté en contacto con el pueblo para poder preparar un clima favorable
para las elecciones. Las primeras elecciones fueron las municipales, con las que no
estaban de acuerdo ni el presidente Chirac ni Clinton, pero lo hicimos. A veces hay
que decir, bueno, pues muy bien, háganlo sin mí, porque si no aceptan transferirles
el poder de votar en unas elecciones municipales, yo dimito. Como ha dicho Ian
Martin, en Kosovo no había un estatus final incorporado a la declaración, es decir,
que no saben hacia donde están avanzando y todavía siguen sin saberlo. Esto es
una estupidez, porque hay que definir los objetivos claramente cuanto antes.
Y gracias a estos esfuerzos, las elecciones y demás, fuimos consiguiendo su
confianza. La dignidad, repito, supone saber quiénes son los otros. Todo depende,
no del sistema de las Naciones Unidas, sino de la nación en cuestión, porque las
Naciones Unidas es un sistema compuesto por naciones. Por supuesto, mi buen
amigo Lakhdar Brahimi es responsable no de Afganistán sino de Kabul. Lo siento
pero es un fracaso. Me encontré con el hace tres días en París y fue instado por Kofi
Annan, mi buen amigo, para hacerse con el control en Afganistán. Pero Karzai no
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ha podido. No ha podido porque sin fuerzas militares y policiales, sin medios, no es
posible. Tiene que limitarse a observar cómo crece el opio, la adormidera, que
después se recoge para el tráfico de heroína. Además está rodeado de los talibanes,
está en cierta forma sitiado. Es pesimista pero es realista.
Si no recibe ayuda es imposible que haga su trabajo. Como Ian Martin ha
dicho, hay que dejar muy claro cual es el contenido del mandato, y éste debe
incorporar un calendario, y por supuesto definir todos los pasos hacia la paz. Todo
depende, repito, de la nación. Pero claro, una reconstrucción es una cuestión de
dinero: si no hay dinero no se puede reconstruir nada, obviamente. Pero si hay
dinero, hay que intentar ser eficaz, porque si tienes que pasar por todas las
organizaciones, las ONG y demás, acabarás protegiendo a la gente cuando haya
acabado el invierno. En invierno se llega a 30º bajo cero en Kosovo, por lo que yo
empecé a hacerlo todo por la vía legal con mi buen amigo José Luis y muy
amablemente se puede ser legal y se puede ser amable al mismo tiempo, por qué
no. Yo le ofrecí a Kofi Annan darle los fondos directamente, dar el dinero
directamente a los propietarios de las casa derruidas. Me dijo ¿cómo es posible?
No, no, tiene que pasar por el sistema de la ONU. Si, pero el sistema de la ONU
supone que les llegara el dinero dentro de un año, y dentro de un año estarán
muertos porque habrán pasado el invierno a la intemperie. Me dirigí, por tanto,
directamente al gobierno francés y al gobierno japonés y fuimos dando el dinero
lenta y gradualmente a los propietarios de las viviendas que habían sido destruidas
por los bombardeos. Así, en dos tres meses se reconstruyeron 2.300 casas.
Reconstrucción que realizaron en sus propias viviendas, una vez que Kofi Annan,
que es un hombre inteligente, visitó la zona y dijo: no, no, por supuesto que esto
debe ser así, es muy sensato. Y lo aprobó.
Por último, tengo que decir que, evidentemente, el mundo e Irak están
mejor sin Saddam Hussein, pero desde luego la situación en Irak ahora es muy
difícil. Y quiero recordar a mi buen amigo que murió en el atentado en Bagdad,
Sergio Vieira de Mello, Nadia Yunes, Fiona Watson y Jean-Selim Kanaan, que eran
miembros de ese "dream team", o yo era miembro de su "dream team" por así
decirlo. Creo que eran gente excelente, vigilantes de la paz, activistas de la paz que
arriesgaron su vida en todo el mundo, como era la tradición dentro del personal de
la ONU. Ellos fueron los que influyeron en el señor Paul Brener lo suficiente como
para permitir formar este consejo provisional. Yo creo que todos, los demócratas,
los tolerantes, todo el mundo, los tolerantes islámicos por cierto que son la mayoría
del mundo musulmán, todos hacemos frente a una amenaza muy concreta, el
terrorismo religioso.
Así que Kosovo, Timor, Bosnia y demás casos pueden llevarnos a hacernos
la siguiente pregunta: ¿estamos obligados a querer a aquellas personas a las que
tenemos que ayudar? Ésa es la principal cuestión. Uno no está obligado a quererles,
pero desde luego es mucho mejor si es así. Si la gente piensa que no se les está
ayudando y que no estamos cerca de ellos, sería mucho más difícil. Eso es todo,
muchas gracias.
Bueno, creo que estas últimas palabras del señor Kouchner son una buena
frase para tener presente durante esta pausa que vamos a hacer ahora para tomar
un café hasta las once y media.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
uan Ortuño
De acuerdo, buenos días, otra vez. Quisiera decir algo a título personal: en
primer lugar, quiero disculparme ante todos ustedes porque, tendríamos que pasar
directamente a Irak...
Como me tengo que ir, no voy a quedarme con ustedes después del
almuerzo y es una pena, realmente, el no poder oír todas sus conclusiones, que
prometo seguir con mucho detenimiento.
Antes de continuar, quiero aprovechar esta oportunidad para hacer un
comentario personal sobre algunas de las ideas, de las numerosas ideas, que ha
presentado mi amigo Bernard Kouchner.
En primer lugar, quiero referirme al tiempo, al momento y a la duración de
las misiones. Voy a dejarlo muy claro, desde un punto de vista militar, debiéramos
imaginarnos que lo que es importante es el esfuerzo que despliegan las naciones en
una operación para que ésta continúe, puesto que la presencia militar en un
territorio no actúa únicamente como fuerza de disuasión, para que no se sigan
matando los unos a los otros, sino que, al mismo tiempo, en nuestra presencia se
excusa, porque la gente piensa: puedo amenazar a mi vecino con la muerte y
decirle “te mataría, si no estuvieran aquí las tropas”.
La forma de medir la continuidad de una operación es plantearse la siguiente
pregunta: ¿puede reducirse lo suficiente para facilitar su mantenimiento y, al
mismo tiempo, proporcionar el tiempo necesario para que la población cambie su
actitud, como ya se ha dicho hace falta por lo menos una generación?
En segundo lugar, quiero referirme a las 527 ONG’s que trabajaron en
Kósovo, pidiéndole a la administración civil que no interfiriera. Desde nuestro punto
de vista como militares, sabemos perfectamente que aquí no se puede intervenir;
son libres de hacer lo que quieran. Pero sí podemos ayudarles y normalmente les
ayudamos proporcionándoles diariamente, organizando diariamente, una gran
reunión, en la que el personal militar recibe información sobre las necesidades
fundamentales sobre el terreno, necesidades que están siendo satisfechas, las que
no... el tipo de seguridad existente en los diversos barrios o el tipo de apoyo
logístico que podemos prestar a los que decidan hacer algo o internarse en ciertas
zonas. Y en cierta medida, este tipo de organización funciona bastante bien.
Por último, quiero referirme al comentario que ha hecho el Sr. Kouchner
sobre la dignidad... tiene toda la razón del mundo. La semana que viene estaré en
Irak y quiero decir que a nuestras tropas les hemos transmitido instrucciones muy
claras instándoles a mostrar siempre un enorme respeto frente a la población.
Nuestros nombres, los tenemos escritos en árabe; también para el mundo árabe,
España es Al-Andalus, como para los judíos es Sefarat, pero de hecho, llegamos al
extremo en el que le decimos a nuestras tropas, que ni beban ni coman durante el
Ramadán nada frente a un árabe, para que no se sienta mal.
Ahora paso rápidamente al resto de nuestra... o paso directamente a la
segunda sesión, al debate. En primer lugar voy a darle la palabra a Patrick
Clawson, que es subdirector del Instituto de Washington para la política de Oriente
Medio; ha sido cinco años profesor de investigación en el Instituto de Estudios
estratégicos de la Universidad Nacional de Defensa y economista senior durante
cinco años en el Instituto de Investigación de Políticas para el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial. Tiene usted la palabra...
Muchas gracias, el análisis de hoy se va a centrar muchísimo en un estudio
reciente del Instituto de Washington, titulado “Intervención militar internacional: un
desvío en el camino hacia la paz entre Israel y Palestina”. Tengo aquí algunos
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
ejemplares de este estudio. Desde la guerra del 48, las fuerzas internacionales han
intervenido en siete ocasiones, cinco de las cuales, bajo mandato de las Naciones
Unidas y dos mediante coaliciones. Cinco de estas fuerzas siguen activas. De las
siete fuerzas han sido. La Organización de supervisión de treguas de las Naciones
Unidas establecida después de la guerra del 48 y que sigue activa. La fuerza de
emergencia de Naciones Unidas creada en 1957 para supervisar el cese de
hostilidades en el Sinaí, disuelta en el 67. La segunda UNEF, establecida en el 73
disuelta en el 79. La fuerza de observación de desarme de las Naciones Unidas en
Dorf establecida en 1974, para mantener el alto el fuego entre Israel y Siria, una
fuerza que sigue activa. La fuerza internacional de las Naciones Unidas en Líbano,
creada en el 78, que sigue activa además. La fuerza multilateral de observadores
creada en el 81 para supervisar el Tratado Egipcio-Israelí, que sigue activa. Y la
presencia internacional provisional en Hebrón establecida en el 94 y que ahí sigue.
Esto nos muestra que normalmente estas intervenciones han sido
irrelevantes o inefectivas, poco eficaces, por ejemplo: la fuerza de emergencia de
las Naciones Unidas o UNEF se retiró frente las adversidades en el 67 y no protegió
el derecho de Israel en el Estrecho, lo que llevó a la guerra posterior. La UNIFEF, no
ha cumplido su mandato de impedir las actividades de Hezbolá en el sur de Líbano.
En ningún caso, una fuerza internacional se ha desplegado de forma que facilitase
el cese de hostilidades en el conflicto de Oriente Medio, árabe-israelí; sin embargo,
estos despliegues normalmente han sido operaciones a largo plazo. Los
observadores de UNSCO estuvieron en la frontera entre Egipto e Israel más de
veinte años después de que se llegase a un tratado de paz entre estos dos países.
Este hecho dice muchísimo sobre la tenacidad burocrática de estas instituciones,
más que de otra cosa. Nada más que dos de los despliegues internacionales de los
siete que he enumerado se consideran como éxitos: Onda-Fengolán y el de Sinaí. El
motivo de su éxito es muy sencillo: más que nada, UNDOF y el MFO representan el
compromiso de Siria, Israel y Egipto de mantener la paz a lo largo de sus fronteras
respectivas. Las dos fuerzas multinacionales son manifestaciones de esta decisión
estratégica, no son el motivo de que se hubiera tomado esta decisión. Por tanto, si
tenemos que extraer una lección de la amplia experiencia de despliegues
internacionales en el pasado en el escenario árabe-israelí, la lección es que la clave
para la paz no es la presencia de una fuerza multinacional, sino más bien, la
voluntad de todas las partes implicadas de poner en práctica sus compromisos e
impedir la violencia. Si ambas partes no llegan a un acuerdo, la historia sugiere que
una fuerza internacional carecería del mandato y las capacidades necesarias para
intervenir e imponer el fin del conflicto, esto es, no hay ningún modelo existente
que nos explique cuál debe ser el despliegue con éxito de fuerzas internacionales
en este escenario.
De acuerdo, hemos hablado del pasado, quizás, como Comunidad
internacional, estemos mejorando en las intervenciones, a fin de cuentas, en los
últimos diez años, hemos visto muchísimas intervenciones internacionales en
conflictos de toda índole. Voy a centrarme en tres casos que tienen una importancia
grande para Oriente Medio: la de Somalia, la intervención más grande en un país
de la Liga Árabe, y Bosnia y Kósovo. Ambas intervenciones tienen mucho que ver
con el pensamiento europeo actual sobre las intervenciones.
Y también quisiera hablar brevemente de Irak. En primer lugar, voy a
referirme a Somalia. Después del fracaso de la primera operación de las Naciones
Unidas en Somalia, que se llamaba UNOSOM I, en 1992, el Consejo de Seguridad
estableció la UNITAF, que creció rápidamente y llegó a incluir hasta 38000
soldados, 25000 de los cuales eran estadounidenses y hasta 20000 soldados de
combate norteamericanos en un momento dado. Estos soldados se retiraron en el
94 en marzo, mientras que las fuerzas de UNOSOM II se retiraron un año después
acabando con esto con la intervención de las Naciones Unidas en Somalia. Aunque
EEUU y las Naciones Unidas comprometieron numerosos efectivos en esta
operación en Somalia, el resultado final fue un auténtico fracaso. Segundo ejemplo:
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Bosnia. Después de la decisión del 92 de crear la UNPROFOR, la Fuerza de
Protección de las Naciones Unidas empezó a desplegarse en Croacia en el 92, abril,
y posteriormente en Bosnia. Del 92 al 94, las Naciones Unidas se centraron en
mantener su imparcialidad, Lord Owen, el copresidente de la Conferencia
internacional sobre la antigua Yugoslavia, ha descrito con mucha elocuencia la
importancia de la imparcialidad en las intervenciones de las Naciones Unidas. Que
un político europeo eminente como Lord Owen al reflexionar sobre la experiencia de
las Naciones Unidas llegue a la conclusión de que lo más importante es mantener la
imparcialidad frente al genocidio, evidentemente esto debe desanimar a cualquier
israelí que piense que su seguridad puede dejarse en cierto modo en manos de las
fuerzas de intervención de las Naciones Unidas. En 1995, un alto al fuego puso fin a
las hostilidades de Bosnia, Currelt Bild, que sucedió a Lord Owen en el 95 explicó
los motivos del alto al fuego. Dijo que fundamentalmente fue fruto de las acciones
y decisiones de los propios partidos y que el papel de la comunidad internacional
fue claramente un papel secundario. Yo quiero recalcar estas palabras de Bilt,
porque muchos tienen la impresión errónea de que fue el Occidente el que impulsó
la paz en Bosnia, y que posiblemente puede hacer lo mismo en el conflicto árabeisraelí.
Bilt evaluó las misiones de paz en Bosnia como un éxito mixto y estoy
citando, porque, y sigo citándole “en vez de una transferencia gradual, de más y
más responsabilidades a las instituciones y partidos bosnios, el período de
consolidación del 97 al 98 fue testigo de un aumento cada vez mayor de los
poderes y funciones de la comunidad internacional presente en el país. Nada ha
cambiado desde entonces, excepto la honradez con la que los representantes de las
Naciones Unidas evaluaron la situación. Es intrigante comparar la evaluación de
Lord Ashdown, el alto representante en Bosnia, frente al grupo de crisis
internacional, un organismo no gubernamental muy respetado radicado en Europa.
Lord Ashdown escribió que “hay motivos para tener esperanzas renovadas debido a
las mejoras consistentes en la policía profesional, la restauración del sistema
judicial sigue lenta y por el contrario, el grupo de crisis internacional, los ministerios
de justicia y de seguridad siguen siendo cáscaras vacías sin presupuesto y sin
contenido. En otros muchos Ministerios, vemos que nadie está al timón o que ni
siquiera hay timón. El informe sigue diciendo que Ashdown y su equipo no serán
capaces de seguir pretendiendo que todo va bien con los gobiernos nacionalistas”,
acabo con esto la cita. Y luego empiezo otra cita: “las palabras felices concebidas
para transmitir cierto optimismo son palabras vacías; Kósovo en junio del 99, el
Consejo de Seguridad creó la administración provisional de Kósovo de las Naciones
Unidas, UNMIC; en enero de 2003, más de tres años y medio después de hacerse
con el control de la administración civil en Kósovo, UNMIC calcula que los
funcionarios internacionales siguen con el 40% de las competencias y funciones en
el territorio. Competencia es el término de las Naciones Unidas que significa
“posiciones o puestos de autoridad”. El objetivo es reducir este porcentaje a un
20%, aunque no se ha hecho ningún avance en la reconciliación entre la población
serbia y Kosovar. Se trata únicamente de una coexistencia pacífica, el objetivo no
explícito de las Naciones Unidas. El papel de las Naciones Unidas no ha tenido
repercusiones apreciables en la reducción de hostilidades. El secretario de defensa
de EEUU, Ronald Rumsfeld, ha descrito el UNMIC con las siguientes palabras:
“cuatro años después de la guerra las Naciones Unidas siguen encargándose de
Kósovo y se encargan de los pasaportes, sellos y carnés de conducir. Las decisiones
del Parlamento son inválidas sin la firma del administrador y, sin embargo, hasta la
fecha, los administradores de Kósovo tiene poder para aprobar o desaprobar
decisiones. El análisis del secretario Rumsfeld es que la intervención internacional
puede crear independencias y convertirse en algo demasiado duradero. Dice y cito:
“una presencia extranjera en cualquier país es algo poco natural, s como un hueso
roto, si no consolida bien al principio, los tendones y músculos crecerán alrededor
del callo y el cuerpo acabará acostumbrándose a esta situación tan anormal. Esto
es lo que ha ocurrido en experiencias anteriores: llegan extranjeros bien
intencionados al territorio, analizan los problemas y dicen “vamos a solucionarnos”.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Cuando los extranjeros llegan con soluciones para problemas locales, esto puede
crear un gran problema de dependencia. Para resumir: la evaluación de las
experiencias tanto en Bosnia como en Kósovo sugiere en mi opinión que como
mucho han sido imperfectas o imperfectos sus resultados. No es sorprendente que
la administración Bush no tenga muchas ganas de ver esta experiencia replicada en
otros lugares del mundo.
Pasemos ahora a hablar de Irak. Esta claro, por lo menos en América, como
se plantea en la intervención internacional, este planteamiento se verá muy influido
por la experiencia en Irak. Puede que nuestras evaluaciones de la experiencia
varíen, la experiencia en Irak. Sin embargo, podemos, en mi opinión, llegar a un
acuerdo sobre un punto: que una participación de Naciones Unidas en Irak hará
que EEUU estén menos dispuestos a desplegar fuerzas en Oriente Medio y lo mismo
podría decirse de otros países de la coalición en Irak. En primer lugar, la escala de
la coalición en Irak ha sido desde luego costosísima para las arcas estadounidenses,
por no mencionar las muchísimas sorpresas con las que se han topado. EEUU lleva
estudiando Irak en detalle durante doce años y sin embargo, se han topado con
muchísimos problemas inesperados basándose en esta experiencia, los EEUU son
ahora mucho más cautelosos en lo que se refiere a las intervenciones
internacionales. Somos ahora más conscientes que nunca, de que las cosas pueden
perfectamente ir mal y que las mejores previsiones no tendrán en cuenta nunca
todo lo que se puede producir en el futuro. Resumiré entonces mi conferencia
diciendo lo siguiente: la experiencia reciente en el campo del as intervenciones
internacionales nos enseña bastantes lecciones difíciles para los que estén
considerando una intervención internacional para resolver el conflicto de Palestina.
En primer lugar, un acuerdo político es necesario antes de que las fuerzas
internacionales puedan disfrutar del apoyo de la población, tan necesario para el
éxito, esto nos lo ha enseñado Somalia. En segundo lugar, la comunidad
internacional no ha logrado imponer acuerdos con éxito en ningún caso, más bien
ha insistido a los partidos a que sean ellos los que lleguen a los acuerdos. En tercer
lugar, algunos extremistas siempre se opondrán a cualquier fuerza internacional y
recurrirán a la violencia contra sus propias poblaciones, que cooperen con estas
fuerzas. En cuarto lugar, la fuerza internacional tiene que tener los recursos y el
apoyo político necesarios para utilizar la fuerza y poner fin a los extremistas. Las
fuerzas internacionales han tenido, en términos generales, muy poco éxito a la hora
de convencer a las partes implicadas de que pongan en práctica las partes del
acuerdo de paz que exigen transigir. Y luego, las fuerzas internacionales no han
tenido demasiado éxito a la hora de mitigar el odio de las comunidades. Una
intervención internacional, en mi opinión, no pondrá fin al conflicto entre israelíes y
palestinos en nuestra vida. Estoy de acuerdo con Kouchner cuando dice que hace
falta que transcurra una generación antes de poder juzgar si ha tenido éxito o no
una intervención internacional. Mientras tanto, el rechazo de los islamistas radicales
a Israel seguirá existiendo y el no reconocimiento de Israel como país. Será muy
difícil convencer al Gobierno estadounidense a desplegar fuerzas para una
presencia internacional, lo cual me sugiere que los esfuerzos internacionales sería
mejor que se centrasen en convencer a las partes a que se comprometieran para la
paz, más que plantearse la posibilidad de desplegar una fuerza internacional en la
zona. Muchas gracias...
(Aplausos)
Quisiera ahora entonces darle las gracias al señor Patrick Clawson, por su
interesante punto de vista, también muy original, que nos da muchísimo material
para la reflexión. Después de esta ronda de presentaciones, habrá un tiempo para
el debate, durante el cual, debatiremos estos puntos tan interesantes. Y ahora,
llega el momento de darle la palabra al señor Richard Caplan, profesor de
Relaciones Internacionales en Oxford, Reino Unido; antes trabajaba en la
Universidad como investigador en el Jesus College de Oxford; del 99 al 2000 fue
asesor especial frente a la Cámara de los Comunes, el Comité de Asuntos
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Extranjeros de la Casa o de la Cámara de los Comunes; también ha sido editor del
World Policy Journal, y subdirector del Instituto de Informes de guerra y paz. Su
investigación se centra en organizaciones internacionales, gestión de conflictos,
intervención humanitaria y cuestiones contemporáneas de seguridad europea.
Muchísimas gracias, voy a volver yo en mi intervención a las experiencias
fuera de la región y mi intervención va a ser un poco más breve que la de mis
estimados colegas, sobre todo porque ellos han mencionado algunas
consideraciones que yo iba a mencionar. No sé si somos un montón de sabios con
los mismos pensamientos o un montón de tontos igualmente equivocados. Yo soy
académico, no tengo experiencia práctica y como académico, puedo ofrecer una
perspectiva comparativa sobre una serie de iniciativas paralelas que puede que
tengan incidencia o aplicación al conflicto de Oriente Medio. Creo que es
importante, en cualquier caso, explorar las posibilidades existentes y quiero felicitar
a los responsables de organizar esta reunión tan interesante. Mi investigación se ha
centrado sobre todo en lo que yo denomino la administración internacional de
territorios en conflicto. Me he centrado sobre todo en Camboya, Eslovenia Oriental,
Bosnia-Herzegovina, Kósovo y Timor Oriental. Son todas experiencias similares,
pero evidentemente no idénticas; la mayor parte han sido operaciones encabezadas
por las Naciones Unidas, pero no todas. La de Bosnia, como ya se ha señalado,
estaba dirigida por un organismo especial, la oficina del alto representante. Algunas
intervenciones tenían mandos civiles y militares independientes (Bosnia y Kósovo),
otras contaban con estructuras más integradas (Eslovenia Oriental y Timor
Oriental), algunas dependían de fuerzas de las Naciones Unidas (Camboya, Timor
Oriental), otras en fuerzas de la OTAN (Bosnia, Kósovo), y una en fuerzas de las
Naciones Unidas, con apoyo de la OTAN (Eslovenia Oriental. Y también hay
lecciones muy importantes que pueden extraerse de la ocupación militar
norteamericana de Irak, aunque ésta no sea en términos estrictos, para nada una
administración internacional. ¿Qué tipo de lecciones podemos extraer entonces de
estas experiencias que puedan aplicarse al conflicto de Oriente Medio? La primera,
y esto ya se ha visto esta mañana, es que el contexto tiene mucho que ver con el
éxito, y esto es algo extremadamente importante. En Timor Oriental había una
población, que cuando llegaron las fuerzas internacionales estaba casi al cien por
cien a favor de esta intervención, y siguen apoyándola, y siguieron apoyándola
incluso cuando surgieron frustraciones y desacuerdos con las autoridades
internacionales desplegadas sobre el terreno. En Eslovenia Oriental, la población
tenía mucho menos entusiasmo que en Timor Oriental, aunque sí reconoció que no
había otra alternativa. Los serbios sabían que tenían dos cosas que hacer: o
trabajar con las autoridades internacionales o enfrentarse a un ataque militar del
ejército croata. Optaron por la primera opción. En ninguno de los casos que he
mencionado ha habido una hostilidad patente contra la presencia internacional,
cosa muy significativa. Incluso en Bosnia, donde hubo oposición, sobre todo por
parte de los serbio-bosnios, esta oposición nunca se manifestó en forma de
resistencia activa, aunque la resistencia activa precisamente era lo que más temían
las autoridades internacionales y los Estados Unidos más concretamente. Por un
par de motivos: cuando estaban desplegándose las tropas en el 95-96, los serbiobosnios
estaban exhaustos después de tres años de hostilidades y de guerra, no
estaban preparados entonces para luchar contra la OTAN. Además la OTAN
desplegó una fuerza abrumadora, 65000 efectivos, además muy bien armados; y
por tanto, esto redujo la probabilidad de que surgiese una resistencia activa. Y esto
tiene mucho que ver con otra cuestión muy importante, la credibilidad de las
fuerzas internacionales, las de Bosnia y las de Kósovo, fuerzas lideradas por la
OTAN, que han disfrutado de mucha más credibilidad que las fuerzas
norteamericanas. Cuando hablo de credibilidad, hablo de respeto. Se consideraban
fuerzas merecedoras de respeto. La resistencia activa en todos estos casos ha
estado muy limitada y esto ha sido una ventaja muy clara para las autoridades
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
internacionales. Irak es un caso muy distinto. Tenemos los restos del régimen de
Hussein, oportunistas militares de otros países que aprovechan para atacar con
muchísimo ímpetu a blancos bastante vulnerables para expulsar a los invasores
(como ellos los llaman. ¿Y han tenido éxito? Las Naciones Unidas se han retirado,
Japón, muchas ONG’s ya no están sobre el terreno, y yo creo que, a no ser que las
autoridades locales en Oriente Medio hagan bien su trabajo, éste podría ser un
problema en esta zona. Una fuerza internacional robusta podría encargarse de esta
función, sería una empresa sin precedentes y francamente yo creo que haría falta
que participasen los líderes palestinos en este esfuerzo. Y este liderazgo tendría
más probabilidades de cooperar si considerasen que está dentro de lo posible llegar
a un acuerdo definitivo y si la resistencia por parte de Palestina se considerase
como un obstáculo para llegar a una resolución definitiva. En cualquier caso,
cualquier tipo de intervención, en mi opinión, exigiría la intervención de las
autoridades locales. Sin embargo, hay un factor que hay que tener en cuenta en
Oriente Medio: el tamaño importa. Todas las administraciones internacionales en
estas intervenciones han sido relativamente pequeñas, como resultado de lo cual,
ha sido mucho más fácil que las autoridades internacionales ejerzan la autoridad en
el territorio, en los territorios ocupados y en Gaza estamos hablando también de
territorios muy pequeños, que son mucho más fácil de controlar. Ahora, parte del
motivo que explica la dificultad a la hora de pacificar Irak, y especialmente
Afganistán, es la enormidad de estos países en comparación con estos territorios en
Oriente Medio. Otra lección muy importante, y sé que Bernard Kouchner y Ian se
han referido ambos a esto, es saber exactamente a donde nos dirigimos. En
Eslovenia Oriental y en Timor Oriental, los objetivos estaban claros, reintegración
de Eslovenia Oriental en Croacia y la independencia para Timor Oriental. En Bosnia
el objetivo estaba menos claro, y en Kósovo para nada estaba claro, la
independencia, la reintegración de Kósovo... ; En Serbia todavía no lo sabemos,
transcurridos tres años y pico. La administración internacional de Palestina, si es
que acaba habiendo una, tendría que considerarse como una administración que
desembocará más tarde o más temprano en un estado palestino, es decir, una
continuación, y nunca una continuación de la ocupación israelí, lo cual constituiría
una fuente de inestabilidad. Incluso si se llega a un acuerdo sobre los estados y en
principio si hay un acuerdo entre israelíes y palestinos, incluso si se llega a un
acuerdo general, los detalles hay que refinarlos: las delimitaciones de las fronteras,
Jerusalén, vuelta de refugiados y en este aspecto, Palestina puede compararse a
Kósovo, cuyo futuro está todavía incierto. Las cuestiones que dividen a los
palestinos e israelíes, sin embargo, y quizá Bernard Kouchner esté de acuerdo o no,
pero yo creo que Belgrado estaría dispuesto a ofrecer Kósovo por un precio y lo
mismo podría decirse de los israelíes y sus territorios ocupados. Y esto tiene que
ver con algo que dijo Patrick: “me temo que no hay demasiados precedentes de
una fuerza internacional que ponga en práctica o que implante acuerdos muy poco
populares”. Otra lección, ya lo hemos oído anteriormente, un requisito tan evidente
que alomejor muchos no mencionan, pero yo voy a mencionarlo; todas estas
operaciones se han concebido muy tarde y por tanto, se han realizado
apresuradamente, sobre todo, en lo que se refiere a los civiles. Y esto se ha
traducido en un precio muy alto en la eficacia de las fuerzas de intervención
internacional, aun en los casos en los que ha habido tiempo necesario para planear,
como en Irak, hemos visto que los resultados han sido desastrosos. Otra lección:
hay que tener los recursos necesarios desde el principio; muchas de estas
misiones, como se han concebido demasiado tarde, han tenido demasiado poco
tiempo para captar profesionales competentes en número adecuado para cumplir
sus misiones, sobre todo en el caso de la policía civil, un cuerpo esencial sobre todo
en las primeras fases de una misión en Kósovo. Llevó muchísimo tiempo conseguir
el número necesario de policías internacionales y KAFOR como resultado de este
retraso tuvo que encargarse de muchas misiones policiales en varios territorios,
cosa que no les gustó nada. Cuando estamos sobre el terreno, es muy fácil que los
oponentes locales se exploten, este punto flaco, esta debilidad. Otra lección, que
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
me parece que no se ha mencionado esta mañana, tiene que ver con ofrecer
incentivos por buenos comportamientos, comportamientos, esto es, que apoyen el
espíritu del acuerdo. En Kósovo esto adopta la forma de “normas antes de status”,
standars antes que status, no hay norma para la independencia de Kósovo, a no ser
y hasta que los albanos respeten los derechos humanos, sobre todo los de las
minorías. En Eslovenia de Oriente esto adoptó la forma de una transferencia
gradual de la autoridad al gobierno croata, a medida que éste acordaba y ponía en
práctica garantías para las minorías. Entonces las Naciones Unidas estaban
dispuestas a transferir el control. Aunque las Naciones Unidas en esta zona tenían
un plazo de dos años, cosa que es una lección negativa. No hay que establecer
fechas fijas de terminación para operaciones de estas características. En Bosnia las
ayudas también se vinculan al buen comportamiento, aunque la eficacia de esta
medida es cuestionable. Otra lección: hay que asumir la autoridad ejecutiva; es
preferible para una administración de transición poder ejercer o tener poderes para
una autoridad ejecutiva plena, sin esta autoridad, los representantes
internacionales acabarán frustrados, puesto que no podrán cumplir con su mandato
cuando se enfrentan a la oposición de la población local, cuyos intereses y objetivos
estratégicos con mucha frecuencia tiene poco que ver con los de la comunidad
internacional. Esta ha sido la experiencia clara en Bosnia. También es mucho más
fácil descentralizar o devolver la autoridad a la comunidad local, como se ha hecho
en Kósovo o en Timor Oriental. Es mucho más fácil hacer esto que acumular
autoridad internacional a expensas de las locales. Hay que establecer una
supremacía internacional, por llamarlo de laguna manera, solamente en algunas
zonas concretas del principio, pero al mismo tiempo es importante escuchar y
responder a las necesidades locales y es lo que ha dicho Kouchner cuando se
refería a la dignidad. No hay que ser arrogante, no hay que pensar nunca que uno
tiene todas las respuestas, que la población local tiene estrechez de miras, puesto
que a fin de cuentas es la población local quien más tarde o más temprano tendrá
que acabar gestionando sus propios asuntos. Hay que tener como objetivo devolver
toda la autoridad a la población local. En Timor Oriental, en Kósovo, hablábamos de
este objetivo, pero solamente en palabras. Se habla mucho del sentimiento local de
propiedad de los procesos, el darles poder y demás; se habla mucho de ello, pero
es muy difícil para las fuerzas de intervención internacional dejar esta autoridad en
manos de la población local, por varios motivos, pero en cualquier caso, estamos
hablando de países que tienen que salir adelante por sí mismos. Y en lo que se
refiere a mi propuesta general, sería “cuidado con las propuestas generales”. Es
muy útil tener en cuenta las experiencias del pasado, que nos enseñan lecciones
muy valiosas, pero al mismo tiempo es muy importante tener en cuenta las
circunstancias locales y los límites de aplicación de las lecciones extraídas en otros
lugares. Muchas gracias...
(Aplausos)
Muchas gracias, Richard. Ahora vamos a pasar a la parte más interesante de
esta sesión, el coloquio. Voy a intentar que esto sea lo más ágil posible, voy a
intentar, en primer lugar, dar prioridad a las preguntas provenientes de las
personas sentadas en estas dos mesas a izquierda y derecha de la presidencia,
porque ustedes son invitados especiales, cuya contribución se espera de esta
reunión. Pero, en cualquier caso, todo el mundo tendrá oportunidad de hacer
preguntas. Por favor, no hagan todas las preguntas al mismo tiempo e intentemos
racionalizar el coloquio. Por supuesto, lo interesante siempre será el coloquio, el
diálogo que se establezca y no el orden de intervención. Por supuesto, si piden
ustedes la palabra, yo tomaré nota de todos ustedes, así que no piensen que les he
olvidado ni mucho menos. Dani Yatom, de la delegación israelí.
En primer lugar quiero dar las gracias a los oradores por sus presentaciones,
que me han parecido muy útiles, sobre todo debido al hecho de que hay algunas
diferencias entre las opiniones de los oradores, que nos indican que no solamente
no se puede hablar de una situación como si fuera idéntica a otra, sino que también
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han hecho hincapié en que la situación de Oriente Medio es enormemente
complicada. Me gustaría decir lo siguiente, yo estoy a favor de la idea de que en
primer lugar y por encima de todo, tiene que haber una serie de condiciones
previas antes de cualquier intervención o interferencia de cualquier fuerza u
observadores internacionales y en Oriente Medio, lo más importante por supuesto
es el acuerdo, es decir, que o bien las partes tanto la palestina como la israelí
apoyan la idea de una presencia internacional, o lo que es más probable, en primer
lugar, las partes deberían volver a sentarse en la mesa de negociaciones para llegar
a un acuerdo y sólo entonces, si es que fuera necesario por supuesto, surgiría la
necesidad de la presencia internacional. Por supuesto que en la etapa de
negociaciones puede haber un apoyo de la comunidad internacional, sobre todo
como ha ocurrido anteriormente, que pasaba de una de las partes a otra, pero
bueno, después de haber participado en el proceso de paz entre Israel y sus
vecinos durante los últimos quince años, yo pienso que este es un acuerdo que
debe alcanzarse en primer lugar entre las partes, y sólo después podemos empezar
a plantearnos la posibilidad de que intervenga alguna otra parte, alguna tercera
parte. Entonces la pregunta en concreto: ¿hay alguien entre los miembros de la
mesa que piense que existe la posibilidad de suavizar la situación mediante el envío
de presencia internacional, de fuerzas internacionales, en ausencia de un acuerdo
previo israelí-palestino? Esa es la pregunta.
Muchas gracias señor presidente. Me gustaría hacer un comentario sobre
algo que ha dicho el señor Patrick Clawson, el fracaso de las fuerzas internacionales
en la región árabe, por ejemplo hablando de la presencia internacional en
Hebrón.Las fuerzas en Hebrón tienen una autoridad muy limitada, prácticamente
carecen de autoridad. El mandato, como ha dicho Ian Martin, o bien había sido mal
definido o había sido definido insuficientemente sin garantías de éxito, por eso el
fracaso estaba cantado. Me gustaría empezar haciendo un comentario: si
abordamos el conflicto palestino-israelí, el problema principal es en las dos
percepciones de la situación de ambas partes. Los israelíes pensamos que
cualquier acuerdo permanente se convertirá en improvisional, ese es el prisma
desde el que debemos considerar el conflicto. Desgraciadamente discrepo con mi
compañero Dani, antiguo comandante mío por cierto (lo siento ese comentario ha
sido hecho fuera de micrófono).
Tenga cuidado con sus comentarios (parece que le ha dicho).
Le aseguro que nunca tengo cuidado con mis comentarios.
Pues debería, Dr. Bitibi.
Déjenme no obstante que los haga. Puede que tenga razón, pero lo cierto es
que ahora mismo la situación actual es que hay una desconfianza absoluta por
ambas partes. No creo que se pueda conseguir ningún acuerdo entre ambas partes,
que puedan ejecutar ambas partes bilateralmente. Lo que hace falta, creo, es un
proceso impuesto, no un acuerdo impuesto, sino un proceso impuesto. Necesitamos
un canguro, alguien que se encargue de supervisar que se cumple el contenido de
los acuerdos firmados, por eso, se puede esperar a que se consiga un acuerdo
entre las partes, pero no se puede esperar indefinidamente. Se puede conseguir
resultados si alguna de las partes suscribe acuerdos con otras terceras partes; si se
intenta conseguir demasiado poco y demasiado tarde y si la estrategia es salir de
allí pitando en cuanto que se produzca la primera baja, pues me temo que la
situación así va a ser muy difícil de abordar. Por eso, yo creo que nos hace falta
tiempo para curar las heridas, no podemos hacerlo solos, necesitamos apoyo, y la
pregunta es: ¿la comunidad internacional tiene la disposición, la voluntad, el
incentivo, el dinero como para hacerse cargo de la situación? Por que si no, si se
interviene demasiado poco y demasiado tarde, pues no se molesten. Pero sí les
necesitamos para protegernos a nosotros de nosotros mismos.
Gracias.
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Antes de continuar quisiera hacer un pequeño comentario, era de prever lo
que está ocurriendo, pero les recuerdo que el resto de las presentaciones se
centrarán más concretamente sobre estas cuestiones y quizás tengamos más
tiempo para abordar las cuestiones fundamentales. En cualquier caso, pues, seguiré
con el orden de intervenciones pedidas. –
Soy Abdel-Elah Alkhatib de Jordania. Me gustaría continuar en el hilo del
último comentario por lo que hemos oído de las conversaciones entre los miembros
de la Delegación israelí, evidentemente, si no hay consenso entre los propios
israelíes, sería muy difícil esperar que haya un acuerdo entre palestinos e israelíes.
La cuestión es ¿quién debe decidir cuál debe ser el contenido de un posible
acuerdo? ¿Debemos dejar que los palestinos y los israelíes tengan la última palabra
o tenemos que ejercer los aspectos preventivos de la diplomacia internacional y
dejar que la decisión la tome la comunidad internacional? Yo no creo que en el
futuro próximo, sea probable que los israelíes y palestinos acuerden aceptar una
intervención o cualquier presencia internacional que intervenga en la zona. Yo creo
que es responsabilidad por tanto, de la comunidad internacional y me gustaría que
Bernard Koechner hablara con [FIN CARA A, CINTA 3]
[INICIO CINTA 3, CARA B]
Una serie de preguntas realmente complejas, que se centran en el mismo
tema: ¿quién debe decidir? De nuevo se espera que haya una solución para abordar
un problema. Bueno, hay una respuesta muy sencilla, no hagan nada, dejen que la
gente se organice su éxito, su fracaso, que se maten entre sí y no hagan nada, no
pidan la paz. Bueno, esta es una posición, pero desde luego no es la mía. Quiero
hacer referencia a algo que ha dicho Patrick Clawson, tiene razón acerca de lo que
ha dicho sobre Hebrón, pero no fue un fracaso la intervención de Somalia, en
absoluto, fue un mandato insuficiente y muy limitado. Nosotros llegamos allí bajo
supervisión del Consejo de Seguridad para permitir que las ONG’s pues, facilitaran
alimentos a la población, eso es todo. Y yo estuve allí, y no soy teórico, soy
académico también, pero estuve allí y puedo hablar de ello en primera persona. Y
fue un éxito, porque después de la retirada, la salida, la evasión si quieren, de las
fuerzas de interposición, pues la gente ya recibía los alimentos; pero claro, hubo
tres zonas distintas, bajo autoridad distinta en la zona, en el país, y lo cierto es que
hubo algunos soldados americanos muertos, es cierto. Pero el mandato estaba muy
claro, las fuerzas internacionales estaban allí para proteger el reparto de alimentos
y eso se hizo. El objetivo no era cambiar el gobierno ni volver a reunificar Somalia
en absoluto, por eso es crucial que el mandato sea muy concreto y, en el caso de
Kósovo, no sé si fue muy inteligente por parte del Consejo de Seguridad decir que
había que organizar una autonomía substancial, vaya por Dios. Una autonomía
substancial, ¿y eso que es? Bueno, lo organizamos pero, no sabíamos muy bien lo
que había que organizar, porque ¿autonomía substancial qué es? Independencia,
cerca de independencia, integración, en fin... Hay un debate todavía al respecto,
con lo cual, eso dificulto mucho las operaciones en Kósovo. Pero la intervención de
la Unión Europea cambia mucho las cosas desde fuera, desde el interior, porque
cambiar el comportamiento de las personas no debe ser el objetivo de una
intervención internacional. Eso alomejor puede ser labor para Dios o para Freud, o
para la historia, con lo cual, nosotros nos limitamos a facilitar las cosas para que la
gente pudiera organizarse. Y yo creo que el tema de la autonomía substancial pues
se hizo realidad en Belgrado, porque Yugoslavia quería entrar en la Unión Europea,
y por eso la intervención de la Unión Europea fue fundamental dentro de toda la
cuestión de Serbia-Montenegro. Y yo estoy seguro de que las autoridades
democráticas de Belgrado encontrarán la solución. Es muy importante aclarar el
contenido de los mandatos, porque si no podemos mantener soldados
indefinidamente, es como podemos reducir el número de efectivos para mantener
una cierta estabilidad. No indefinidamente, durante largos períodos de tiempo sí,
por supuesto. Richard Caplan también tiene razón en que todas las misiones son
distintas, el número de efectivos también, etc. pero de momento, no hay ninguna
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decisión del Consejo de Seguridad que imponga la presencia de fuerzas
internacionales en Oriente Medio, desde luego que no. Patrick tiene razón en que
las lecciones de la historia más reciente nos indican que no es así. Si entiendo bien
los sondeos, la mayoría de la población israelí está a favor de una intervención
internacional, cosa que no ocurría hace tres, cuatro o cinco años... No es cierto, me
dicen por aquí. Bueno pues entonces los sondeos de opinión no son ciertos. En vista
de la situación de desesperación, cualquier plan de paz tiene un apoyo en principio
de un 60%, aunque sea contradictorio con cualquier otra realidad. Por eso digo que
la gente está muy abierta a nuevas ideas. Muy bien, de acuerdo, pero en cualquier
caso, la opinión pública israelí ha cambiado. Entonces usted exige una comprensión
por adelantado, un acuerdo, que se llegue a un acuerdo entre ambas partes antes
de cualquier intervención. Pero la iniciativa de Ginebra, por ejemplo, es un acuerdo
o algo parecido. La sociedad civil, por lo menos, parece que está más dispuesta a
aceptar algún tipo de acuerdo. Esta es la iniciativa de Ginebra, que aboga por una
frontera permanente entre estado y Palestina, un status especial para Jerusalén,
etc. Evidentemente, esta no es la respuesta definitiva a la paz, pero es parte de
ella, significa que los políticos no son los único reyes de esta guerra y que la
sociedad civil está dispuesta a luchar de otra forma, a través de distintas iniciativas
como ha dicho Shlomo Ben-Ami. Las cosas están avanzando, no puedo decir que el
Consejo de Seguridad vaya a decidir de la noche a la mañana enviar soldados,
desde luego que no. Pero la sociedad civil en Palestina y la opinión pública
internacional está más dispuesta que antes a hacer algo. Estábamos totalmente a
favor de la Hoja de Ruta, que sigue estando en la agenda política, pero de
momento está bloqueada, con lo cual, habrá que buscar otras iniciativas. Muy bien,
muchas gracias.
Nos queda una petición de palabra, después le daré la palabra de nuevo al
señor Shlomo Ben-Ami, ya que ha estado usted ausente hasta ahora, con lo cual
tiene derecho a intervenir si así lo desea. Señor Calet, cuando se da una situación
extremadamente grave y que además va a peor, cuando no hay una situación an la
cual hay una potencia ocupadora que niega los derechos básicos y los medios de
subsistencia al otro lado, a la otra parte. Cuando se da una situación en la que
ambas partes están metidas en sus propios círculos viciosos, cuando se llega al
punto de que ambas partes son incapaces de resolver sus problemas ellos solos,
cuando se da esta situación... ¿qué salida hay? ¿Qué opciones, qué alternativas
hay? ¿Deberíamos sencillamente seguir peleando entre nosotros o podemos
presentar, plantear nuevas opciones, nuevas soluciones? ¿Es responsabilidad de
ambas partes resolver este problema espantoso o bien existe el derecho de que la
comunidad internacional intervenga? La cuestión entonces es: ¿la comunidad
internacional debe esperarse y limitarse a intentar evitar las agresiones o bien
deben ayudar a ambas partes a redactar, llegar a un acuerdo que pueda poner fin a
esta muertes, a este goteo incesante de muertes?
Antes he dicho que le daría al señor Ben-Ami la posibilidad de intervenir.
¿No quiere hacer uso de la palabra entonces? Pero antes de dar la palabra, quisiera
recordar una vez más, la importancia de esta reunión en el momento en el que
estamos. Esta reunión se convocó dentro de un proceso de preparación, de un
diálogo más amplio, y yo creo que esta reunión se produce en un momento muy
importante, ya que parece que hay un cierto avance hacia una posible solución.
Como moderador no voy a intervenir en el debate. Señor Ben-Ami, ¿quiere usted
intervenir?
Sí, si me lo permite señor presidente. Yo creo que las dos partes, aunque
estuvieron de acuerdo con la Hoja de Ruta, también estaban de acuerdo con algún
grado de intervención internacional. Yo creo que la Hoja de Ruta incorpora
implícitamente algún tipo de intervención internacional en los órganos de
supervisión y demás, de hecho, una de las deficiencias que arrastra la Hoja de Ruta
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es el hecho de que estos propios ingredientes de la Hoja de Ruta no se han llevado
a la práctica, no han llegado a hacerse realidad. Y la gente que intenta que este
proceso siga hacia adelante intenta no caer en la falacia de Oslo, del acuerdo entre
caballeros, y no han aceptado ningún mecanismo de supervisión. Si los palestinos
dicen que los israelíes han violado el acuerdo de Oslo, pues tienen razón, pero si la
crítica es la inversa, pues también tienen razón, porque no hay un mecanismo
internacional que se haya creado para poder supervisarlo. Los americanos
intentaron supervisar todo este proceso por mando a distancia, por control remoto,
y no funcionó. John Woolf se suponía que iba a disponer de un mayor número de
herramientas disponibles y no las tuvo, y los palestinos por cierto, querían que
fueran los americanos, los yanquis, los gringos, los que fueran la única fuerza
internacional, mientras que el presidente abogaba por la presencia de una fuerza
multilateral. Estoy de acuerdo con el último interveniente, en el sentido de que la
cuestión no es cual es la mejor solución, porque la mejor solución es que las dos
partes se sienten en una mesa de negociación y lleguen a un acuerdo razonable,
esa es la mejor solución. Y si no fuera así, si no llegamos a eso, pues tendríamos
entonces que acercarnos a la solución más cercana a la solución idónea. El señor
Clawson creo que nos ha dicho que habría que esperar a la siguiente generación.
Alomejor en Washington pueden permitirse el lujo de esperar a la siguiente
generación, pero cuando uno vive en Oriente Medio no puede esperar. La situación
se está deteriorando rapidísimamente, en Israel la situación económica se está
deteriorando, hay una sensación de desesperanza, de desesperación. Y no bromeo
cuando dije que cualquier plan de paz estaba respaldado por la mayoría. En el
acuerdo de Ginebra empezó con un 39% de apoyo y con un poquito de campaña a
favor, se puede conseguir porcentajes más altos. Una retirada unilateral también
recibiría un gran apoyo, pero el sistema político de ambas partes, israelíes y
palestinos es incapaz de responder a la voluntad de la sociedad civil. Por supuesto,
nadie ha dicho que esto se haga igual que Kósovo, en eso estamos de acuerdo. Hay
que trabajar de una forma digamos modular, intentando averiguar lo que mejor se
puede adaptar a la situación palestino-israelí. Hemos envejecido todos en este
proceso de negociaciones que empezó hace tantísimos años. Entonces hay otra
falacia: la derecha no puede llegar a la paz, y que pasa, que eso supone, que la
izquierda puede conseguir la paz, pero no es cierto, ya hemos pasado por la
izquierda y tampoco han sido capaces de llegar a la paz ni Rabin, ni ningún político
de la izquierda, con lo cual, seguimos sin acuerdo. Por eso hace falta intentar llegar
a elaborar un nuevo paradigma que no tiene por qué ser igual que Timor Oriental,
pero sí pasa por una presencia internacional bajo supervisión de EEUU, donde haya
también presencia de europeos, no sé, Martin parece estar a favor de los
canadienses o los australianos, quien sea... En cualquier caso van a recibir los
refugiados, con lo cual, por qué no intervenir también.
Soy Nomi Bar-Yaacov. Yo creo que la cuestión no es si va a haber una
intervención internacional, sino qué tipo de intervención internacional y cuándo.
Estoy totalmente de acuerdo con Khaled El Yazji, la situación es muy grave, se
deteriora rápidamente y el tiempo no está de nuestra parte. No podemos
permitirnos que las partes continúen negociando entre comillas, no creo que
negociar sea la palabra adecuada, el verbo adecuado. La siguiente sesión se va a
centrar en el tipo de intervención necesaria desde la gestión del conflicto o etapa
actual hasta una posible resolución del conflicto. No creo que el Gobierno de
Estados Unidos con su intervención actual en Irak, con la OTAN desplegada en
muchos lugares del mundo, incluyendo Afganistán. No creo que nadie pueda pensar
en una misión de pacificación israelí-palestina en este momento, porque hay
escasez de efectivos entre otras cosas. Habrá que plantear nuevas ideas, todos las
tenemos seguro, pero tendremos que analizar que es lo que puede hacer la
comunidad internacional para impedir mayores daños y mayor empeoramiento de
la situación. El tiempo no está de nuestra parte, repito. Yo creo que la comunidad
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
internacional tiene una obligación moral y política de intervenir ahora mismo. No es
una misión completa, como la que preveríamos para una etapa posterior y yo creo
que el contenido del tipo de acuerdo al que se puede llegar pues no es ningún
secreto para nadie. No tenemos los planos originales ni los detalles, pero sabemos
más o menos cuál sería el contenido. Luego tendremos una sesión precisamente
sobre estos temas, con lo cual no quiero entrar en demasiados detalles, pero quería
dejar eso claro, que estamos hablando de la intervención de una tercera parte
ahora, y luego una planificación a largo plazo, una solución exhaustiva completa,
una supervisión, sociedad civil, presencia militar, elecciones... en fin hay muchas
cuestiones que incorpora este tema que deberían formar parte de esa planificación
a más largo plazo. En primer lugar estoy totalmente de acuerdo con Ahmad Tibi, en
el sentido de que un mandato limitado podría crear unas condiciones imposibles
para una fuerza internacional, y también estoy de acuerdo con el doctor Kouchner,
en el sentido de que el mandato limitado de Somalia pues tuvo un éxito es como el
viejo chiste del cirujano que dijo que la operación fue un éxito pero
desgraciadamente el paciente murió. Y una de las lecciones que tenemos que
extraer de las intervenciones internacionales más recientes es que tenemos que
definir el mandato para cualquier intervención de forma tal que se ajuste a las
expectativas de los pueblos correspondientes y en los pueblos quieren paz, no
esperan un cese de hostilidades, no se quedaran satisfechos con un cese de las
hostilidades, quieren la paz. En ese contexto, yo creo que merece la pena reconocer
que en una situación desesperada, de poco vale optar por una solución que
empeore las cosas como dice el refrán, pues es salir de la sartén para caer en el
fuego, y les aseguro que las cosas pueden empeorar aunque parezca difícil. Y hay
buenos ejemplos de soluciones impuestas cuyos efectos fueron mucho peores en
casos, alguno... incluso de genocidio, y la Administración de Estados Unidos es
perfectamente consciente de que si las expectativas son excesivas, la decepción
puede provocar una mayor violencia. Muchos han dicho que la comunidad
internacional debería participar en la resolución de este problema. La
Administración Bush tiene la opinión del porqué deberían hacerlo, el mandato moral
no basta, dennos una razón por la que debamos participar. Cuando dos perros
pelean, uno no quiere meterse a separarlos; necesitamos un buen motivo para
hacerlo. Y ahora mismo, Estados Unidos está muy ocupado en Irak evidentemente,
con lo cual, no es el momento más indicado para que Estados Unidos centre su
atención ahora en Oriente Medio, sobre todo, si se espera de EE UU que resuelva
un conflicto que las propias partes indicadas se han mostrado absolutamente
incapaces de resolver. A mí me gustaría hacer unos comentarios. En inglés incluso,
hay diferencias profundas entre las palabras participación, intervención e
interferencia. Participación sí, interferencia e intervención mediante una imposición
u obligar a aceptar otras ideas para el proceso, ideas para la solución, pues no
estoy a favor, porqu esto no funcionará ni entre los palestinos, por supuesto no
hablo en nombre de ellos, ni siquiera hablo en nombre de los israelíes, no somos
una delegación oficial israelí, como saben. Por eso, como iba diciendo, imponer una
solución, imponer un proceso es algo que alomejor está bien hablar de ello, pero
me temo que no funcionaría. En lo que se refiere a la teoría y a la realidad, no creo
que sea una cuestión meramente teórica hablar hoy en día de la reanudación de las
conservaciones. Dahlan y yo participamos estrechamente en las rondas de
conversaciones desde el gobierno de Rabin hasta hace muy poco. Y déjenme que
les hable de mi experiencia. Fracasamos sí, pero conseguimos la paz con Egipto,
conseguimos también la paz con Jordania, pero no como resultado de una
imposición, sino de la aceptación de ambas partes en sentido de que ya era hora de
que llegar a un acuerdo. Contrariamente a lo que ha dicho el señor Clawson, yo
creo que no hará falta esperar a la siguiente generación para conseguirlo. No
tenemos por qué esperar a la siguiente generación. Yo creo que, en términos
generales, conocemos cuales son las posiciones respectivas, ellos conocen la
nuestra y nosotros la suya, y la verdad es que estamos muy cerca de llegar a un
acuerdo, eso es cierto. Por cierto, me gustaría mencionar algo en relación con las
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diferencias de opiniones entre israelíes. En primer lugar, como ya he dicho antes,
ninguno de nosotros representa formalmente al Gobierno. Yo soy miembro de la
oposición, soy un político de la oposición, así que no estoy aquí hablando ni
representando al gobierno israelí, ni tampoco al señor Meidan. En segundo lugar, el
hecho de que tengamos discrepancias, creo que es una señal muy positiva, ya que
indica muy claramente que Israel es una sociedad abierta donde hay libertad de
pensamiento y libertad de opinión. Y lo que quisiera recalcar, y con esto concluiré
mi breve intervención, es que hay una cierta mezcolanza de elementos; si
hablamos de supervisión y control y vigilancia, como ha hecho el doctor Ben-Ami,
esto significa que previamente se ha llegado a un acuerdo, y la presencia
internacional tiene el objetivo de supervisar y vigilar el contendio de un acuerdo
que ya se ha alcanzado. Si estamos hablando de la comunidad internacional, que
plantea una idea, en el sentido de que un posible acuerdo debería incluir las
siguientes características. No sé si los palestinos lo harían, pero los israelíes desde
luego no estamos dispuestos a aceptar algo que viene caído del cielo y que se nos
impone. Bueno, yo estoy a favor de la participación, los americanos lo hicieron en
el Cuarteto, estoy a favor de la supervisión y vigilancia del cumplimiento de la Hoja
de Ruta, y el componente de supervisión y vigilancia es muy importante en la Hoja
de Ruta, pero fue objeto de acuerdo entre ambas partes antes. Y sólo después ya
aceptamos la supervisión y la vigilancia, eso es lo que quería decir.
En primer lugar quiero hacer un comentario, utilizando unas palabras que
utilizaría Kouchner . “Esta ha sido una sesión de trainage, de entrenamiento, para
calentar motores y abordar con más ímpetu los debates de las siguientes sesiones.”
Voy a darle la palabra al señor Ian Martin, que va a hacer unos comentarios y luego
se la daré a usted, y luego usted. Es la segunda vez que se la daré a usted. Un
comentario muy breve y quiero referirme a la intervención primera del señor Dani
Yatom, intervención, que no interferencia. Creo que la forma más útil de realizar
este debate es basándonos en las condiciones previas necesarias para llegar a una
participación internacional en la zona que tenga visos de éxito. Yo creo que no
resulta útil referirse a otras experiencias en Oriente Medio o en otros lugares del
mundo para decir únicamente que como ha fracasado, la intervención internacional
es insana. En todas las experiencias que hemos oído se pueden ver elementos tanto
de éxito como de fracaso. El análisis de estos elementos es precisamente el que
nos da las condiciones previas necesarias para que una intervención internacional
tenga éxito y sea útil en otras circunstancias. Quizás Somalia también sea una
experiencia que nos enseñe lecciones útiles y valiosas. Por supuesto, las
circunstancias ideales para la participación internacional, como he dicho en mi
intervención, es que todas las partes lleguen a un acuerdo total, una negociación
abierta entre todas las partes implicadas, cooperación para la implantación de los
acuerdos por parte de todos, etcétera, etcétera... condiciones que no se han dado
nunca en conflictos reales, como todos sabemos, en su totalidad, y por tanto, no
puede hablarse de este tema exclusivamente en términos absolutos. Afganistán se
describe en muchas ocasiones como un proceso continuo de negociación de paz con
elementos de pacificación e implantación de paz que coexisten a la vez, en una
coexistencia problemática, pero quizás necesaria. Si un proceso lo deciden los
partidos o la comunidad internacional esta no es una respuesta demasiado clara, no
es exclusivamente uno u otro. En el caso de Timor Oriental fueron los indonesios
los que invitaron a la participación internacional, los invitaron cuando les habían
doblado el brazo hasta que casi les rompen el húmero. En una especie de
consentimiento inducido, por decirlo de alguna manera, siempre hay un equilibrio
en la intervención internacional en los lugares o en los territorios donde ya hay un
cierto compromiso previo, así que yo creo que para que este debate sea útil
tendríamos que intentar extraer con esto unas lecciones más de aplicación.
Muy bien, todavía nos queda mucho tiempo, no hay que preocuparse, nos
queda tiempo para seguir con el debate y también el momento ha llegado para
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
extraer las lecciones más útiles. Sería entonces muy útil que tuviéramos en cuenta
lo que acabamos de oír y por favor que nos digan su nombre antes de tomar la
palabra. Como hablamos de una solución internacional para Palestina, esta reunión
de hoy, hablará hoy y mañana de este tema tan importante y como hablamos
además de un tema muy complicado, lo más razonable en mi opinión sería
plantearnos diversos escenarios con visos de éxito. Hay dos formas de resolver el
conflicto: un escenario, en primer lugar, en el que haya un acuerdo o un acuerdo
futuro y un segundo escenario, en el que tenemos en cuenta que no se llega a un
acuerdo, en el que es imposible llegar a un acuerdo. Tenemos la Hoja de Ruta
respaldada por ambas partes. También se ha propuesto un mecanismo de
verificación y observación que nunca se ha puesto en práctica y quizás sea
necesario ahora debatir y hablar de cómo contribuir a la implantación de las
condiciones necesarias, la forma más adecuada también de realizar la observación
o poner en práctica este mecanismo de control y supervisión. Las negociaciones de
Taba nos ofrecen otro ejemplo; llegamos casi a un acuerdo entonces, estuvimos
muy cerca de llegar a un acuerdo, las condiciones entonces eran muy difíciles,
teníamos muy poco tiempo en ese momento para concluir un acuerdo, las partes
entonces negociaron con mucha valentía los temas más espinosos y difíciles y
llegamos muy muy cerca del acuerdo final. Casi lo rozamos con los dedos, quería
recordarles simplemente que se han realizado en el pasado negociaciones muy
importantes. Si entonces, cuando las negociaciones de Taba, el proceso hubiese
dado resultados positivos, estoy seguro de que se hubiera solicitado la presencia de
fuerzas de paz para demarcar o para ayudar a los partidos a poner en práctica la
conclusión de sus acuerdos. Lo que quiero decir es que siguen existiendo estas dos
opciones, el escenario uno o el escenario dos, uno con acuerdo y otro sin acuerdo.
Sugiero, por tanto, que en estas dos jornadas nos centremos en estos dos
escenarios, es mi propuesta, la propuesta que hago. En lo que se refiere a la
aplicabilidad de la presencia internacional, este es un tema que me gustaría dejarlo
para más tarde. Bueno muchas gracias por esta sugerencia que me parece muy
interesante y que debiera tenerse en cuenta para el resto de esta jornada. Creo que
ahora estamos todos muy tensos, intentamos llegar a un resultado práctico.
Debiera haber dicho, debiera haber recordado antes, que antes de tomar la
palabra, se presentasen y nos dijeran quienes son, para facilitar el diálogo, aunque
todavía nos queda muchísimo tiempo, 45 minutos según el orden del día. Así que
tenemos tiempo de sobra para seguir profundizando en estos temas y para ir
madurando nuestro debate. Es el horario español, esta es la hora de España, se ha
atrasado el reloj en España para acercar más nuestro horario al europeo. ¿Quién
pidió la palabra? Aquí, usted. Bueno es la segunda vez que toma la palabra, bueno
es la última vez, porque luego seré orador.
Yo soy Milo Fenach era antes asesor de política exterior para Barat, fui
miembro también del equipo de negociación con los palestinos dirigido por el
profesor Barami. Quiero recordarles a todos algunas cosas bastante fundamentales:
venimos de un fracaso, no pudimos llegar a un acuerdo ninguno de nosotros, no es
cuestión de atribuir culpas, todos cometimos errores, pero fracasamos y no
conseguimos la paz. Este es el punto de partida, no es como Kósovo, donde el
punto de partida es muy distinto, sabemos perfectamente cómo no hacer las cosas.
La cuestión ahora es que no repitamos errores pasados, esta es una cosa. En
segundo lugar, en respuesta a las palabras de mi antiguo jefe Dani Yatom, sí hay
un proceso impuesto en la Hoja de Ruta, que es una especie de imposición, no es
un acuerdo impuesto, sino un proceso impuesto, una imposición de un proceso.
Esto es una reacción a lo que dijo Patrick anteriormente, no me refería a un
acuerdo, sino a un proceso que se impone sobre una población, una imposición de
la que no hay manera de salirse. ¿Cuál es el problema con la Hoja de Ruta? El
problema es que estamos en la fase uno, de la que no podemos salir, no nos
ofrecen un proceso auténtico de control y supervisión, y esto no nos basta,
necesitamos algo más. En lo que se refiere a lo que ha dicho Bernard Kouchner y el
acuerdo de Ginebra, está bien que tengamos un acuerdo, la cuestión es no tenerlo.
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Podemos seguir los principios del Presidente Clinton, pero de esto no estamos
hablando, me parece que esto queda fuera del debate. La cuestión es saber cómo
llegar a la paz, estamos atascados en la fase uno. ¿A qué esperamos? ¿A un
acontecimiento caótico que obligue a la comunidad internacional a intervenir? ¿A
qué esperamos a una catástrofe? Esta es la pregunta que tenemos que
plantearnos, no hay ninguna otra. Y es por este motivo, que en mi opinión, la única
solución posible para el conflicto entre palestinos e israelíes, y yo esto lo digo desde
mi perspectiva, no desde la perspectiva palestina, no podemos pasar por alto el
hecho de que, desde una perspectiva israelí, cuando miramos a la sociedad
palestina, la sociedad palestina está ahora inmersa en una lucha de sucesión,
¿quién asume la responsabilidad? Si quiero un interlocutor, ¿quién es? Hay un
entorno de enorme falta de confianza entre ambas partes, así como dije
anteriormente, la única forma, no es la mejor como dijo Shlomo Ben-Ami
anteriormente, no buscamos lo mejor, sino que buscamos algo viable, que nos
permita salir de este círculo de violencia.
Acabo de volver de Bagdad, donde he pasado una semana y quiero hacer un
comentario si me lo permiten. Quería referirme al hecho de que muchos ministros
iraquíes con los que he hablado mostraron una gran decepción ante la retirada de
las Naciones Unidas y Cruz Roja, que han salido de Bagdad con destino a Manh.
Esto lanza una señal muy clara a los iraquíes: no pueden confiar en la comunidad
internacional y creo que esto está alimentando un cierto resentimiento. Entre otras
cosas, por ejemplo la UNESCO ha organizado una videoconferencia con Bagdad, ni
siquiera se han molestado en estar sobre el terreno. Quiero referirme a los
comentarios de Dani Yatom, las partes, es cierto, llegaron a un acuerdo para que
hubiese un mandato y una fuerza internacionales. Tenemos que plantearnos cual va
a ser la seguridad para esta fuerza internacional. Yo estaba nada más que a 500
metros de la base de la red de la Cruz Roja, que fue atacada por un terrorista
suicida, entonces mi comentario se refiere a que lo que acabo de ver en Bagdad
todavía aumenta más mi pesimismo sobre las posibilidades de un mandato
internacional, el problema es que son las fuerzas de pacificación internacional las
que se convierten en blanco de ataques. Gracias.
Soy Stephanie Court. Soy de la Unidad de Apoyo de las Negociaciones en
Amala. Quiero hacer una pregunta, por cierto estoy de acuerdo con la mayor parte
de los comentarios que se han oído por parte de palestinos e israelíes, creo que en
mi opinión, las partes pueden llegar a una solución negociada, sin embargo hace
falta que el contexto sea el adecuado, lo cual quiere decir que tiene mucho que ver
con lo que acabamos de oír, salir del círculo de violencia. Mi pregunta es la
siguiente, basándose en la experiencia de todos ustedes, mi pregunta para la mesa,
su experiencia en otros conflictos internacionales, ¿cómo se consigue salir del
círculo de violencia, sobre todo en el contexto palestino-israelí, evidentemente no
se puede enviar a 20000 tropas por paracaídas para que se interpongan entre
ambas naciones? ¿Pero qué experiencia tienen ustedes en el campo de empezar a
abordar en el círculo de violencia para salir de él? ¿Y cómo piensan ustedes que los
abusos de los derechos humanos socavan cualquier proceso político destinado a
una solución definitiva? Yo creo que la crisis en Oriente Medio se ve socavada
diariamente por estos abusos de los derechos humanos, violaciones de los derechos
humanos diarias. Voy a intentar hacer un comentario inicial y luego probablemente
los miembros de la mesa harán su aportación. Es muy importante el tema que
usted acaba de plantear evidentemente, pero está claro también, que las
actividades terroristas siempre intentan conseguir algo que es muy fácil de
conseguir y que además tiene muchísima visibilidad. Si hay una reacción,
consideran que su acción ha tenido un éxito total. En primer lugar, la gente de la
zona tiene que cambiar de actitud, en primer lugar, hay que suponer que cuando
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estamos en una misión internacional, estamos en peligro todos nosotros y por
tanto, tenemos que tomar medidas para protegernos, pero al mismo tiempo,
debiéramos limitar nuestra reacción, que no tendría que ser demasiado dramática,
puesto que si lo es, le estamos dando la victoria a los terroristas. Esta es
simplemente la opinión de un militar. Pueden pensar que estoy influido por mi
profesión, pero es mi opinión personal como militar y quería compartirla con
ustedes. Ahora, los demás miembros de la mesa darán su opinión.
En lo que se refiere a este último comentario que acabamos de oír, estoy de
acuerdo más o menos con Martin, en el sentido de que los elementos de éxito y de
fracaso en todas estas operaciones internacionales se han simplificado
excesivamente, para hablar de las experiencias como éxitos o fracasos totales. Yo
creo que no se puede hablar de absolutos en este ámbito, nada es un éxito total o
arrollador o un fracaso clamoroso, pero si empezamos a plantearnos las lecciones
más importantes que pueden aplicarse extraídas de experiencias paralelas, pues
resulta que yo también soy bastante pesimista cuando me planteo qué es
precisamente lo que desembocó, en muchos de estos casos, en una solución de un
tipo u otro: administraciones internacionales o presencia internacional amplia, que
ha contribuido al proceso de pacificación. Yo temo que, en muchísimos casos, estas
fuerzas internacionales, bueno por ejemplo en Bosnia-Herzegovina, no fue
únicamente el bombardeo de la OTAN, sino también el ejército croata y el ejército
musulmán bosnio desplegado sobre el terreno los que obligaron a los serbiobosnios
a retirarse, un ejército que hasta entonces había tendió muchísimo éxito y
que tres años después estaba exhausto y que no había conseguido mucho de lo que
se planteaba. Así que las partes del conflicto llegaron a un momento en el que
estaban muy cansadas y ya consideraban la paz como una salida a la situación, y
éste es un fenómeno muy claro en guerras civiles como hemos visto en El Salvador,
después de muchísimos años de guerra civil, las negociaciones se celebraron por fin
en un momento, que era el momento adecuado, cuando las partes estaban muy,
muy cansadas y agotadas. En Eslovenia Oriental, los serbios sabían que el juego se
había acabado, estaban o derrotados o exhaustos, pero me temo que esta situación
no se da en Israel; no creo que ninguna de las partes del conflicto se sienta
derrotada e independientemente de la desesperación, de lo desesperado de esta
situación, no creo que ninguna de las partes le vea las orejas al lobo, en el sentido
de que piense para nada que ha sido derrotada. Desde un punto de vista
internacional, no es que tengamos que recalcar la derrota de una parte u otra, pero
ésta es, en cualquier caso, una de las lecciones más tristes que podemos extraer de
nuestra experiencia. En Camboya, algo parecido ocurrió; estaban en tablas, se
ejerció una cierta presión a nivel internacional. La partes regionales, China,
Australia, Estados Unidos, la Unión Soviética, por último, consiguieron ejercer la
suficiente presión. Y cuando me planteo el papel de los Estados Unidos y su relación
especial con Israel...
...podemos aprender de otras experiencias, pero no estoy seguro, sin
embargo, de que haya tantas lecciones que podamos aplicar directamente en
Oriente Medio. No sé cómo salir del círculo de violencia, cómo responder a esta
pregunta. Acabo de venir de un país donde se han utilizado más que en ningún otro
los bombardeos suicidas, Sri Lanka. Después del cese de hostilidades en Sri Lanka,
no se ha producido ningún otro ataque suicida con bombas, y tampoco se ha
infringido de forma significativa el alto al fuego, ¿por qué? Porque los actos
violentos eran autoría de personas que eran parte de una cadena de mando,
cadena de mando que tenía suficiente interés en los resultados potenciales del
proceso que estaba dispuesta a emitir órdenes para que se detuviesen los ataques
con hombre bomba. Así que esto nos enseña las siguiente lecciones: en primer
lugar, hay que actuar cuando todavía hay una cadena de mando, cuanto más se
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individualice la violencia, más difícil es ponerle fin. En segundo lugar, hay que
asegurarse de que los que están en la parte más alta de la cadena de mando,
aunque no nos gusten nada, aunque les consideremos como terroristas, tenemos
que garantizar que tengan posibilidad de participar en el proceso político.
Hice una intervención a el problema de la ciudadanía, no se podía responder
a los problemas de la ciudadanía, sobre todo económicos, porque no estaba
resuelto el problema de paz. Me ha parecido muy interesante la intervención de
Shlomo Ben-Ami, porque habla de un nuevo paradigma y esto va en consonancia
con la reestructuración de las Naciones Unidas, una nueva visión del mundo para
afrontar los problemas de la humanidad. Lo que les puedo decir es que Europa está
muy preocupada por el problema de Oriente Medio, porque es un problema que
afecta a la seguridad de Europa. Dentro de unos días va a haber un mitin, un
encuentro en la universidad de Marshall, en el que se va a hablar del tema de la
Homeland Security europea, porque tenemos que ver que hay una serie de
debilidades, insuficiencias, en nuestra seguridad y no sabemos muy bien cómo
podemos responder a esta situación. Por tanto, es un reto mundial ahora mismo,
que se solucione el problema de Oriente Medio, porque nos podemos encontrar, y
lo estamos viendo en Irak, que la zona se está extendiendo hacia Europa, por lo
tanto, estamos igualmente amenazados. Tenemos que ayudar con todas nuestras
fuerzas para solucionar, de una vez por todas con este problema. Muchas gracias...
Bueno, ahora unos comentarios. En primer lugar, yo sé que le proceso de la
iniciativa de Ginebra no es la solución, es parte de un movimiento y como tal, es
muy importante, porque el origen es que la sociedad civil se niega a aceptar que la
única solución pasa por la posición del señor Sharon o la del señor Arafat. Eso no lo
acepta la sociedad civil, ni tampoco el final de la negociación seguramente será el
milagro que todos esperamos, aunque todos esperamos ese milagro y se lo
pedimos a Dios, no al sistema de la ONU, porque el sistema de la ONU es el
sistema del que disponemos como herramienta, ¿quieren cambiar el sistema de la
ONU? Pues perfecto, buena suerte. El objetivo de cualquier gran movimiento como
éste es por supuesto armonizar, cambiar, modificar el sistema de la ONU, perfecto,
pero no acabemos con él, ya que de momento está un poquito enfermo, ¿por qué?
Por la situación en Irak, el veto francés, la posición americana, el resultado es
conocido por todos. Así que, respondiendo a su pregunta, yo creo que, desde la
creación de la Cruz Roja Internacional, como asociación privada en Ginebra, no
quieren protección, porque su neutralidad es su escudo; por eso rehusaron la ayuda
en Somalia, cuando el reparto de comida era enormemente peligrosa, la Cruz Roja
se negó a aceptar esa ayuda. Esa es por definición la neutralidad, y no me hablen
de neutralidad, porque a mí me encanta la imparcialidad, no la neutralidad. La
víctima es la víctima, el asesino es el asesino, no se pueden compartir culpas, no.
Por eso, yo fundé Médicos del Mundo, porque me gusta la imparcialidad, no la
neutralidad. Por supuesto que la protección podría venir de una fuerza internacional
aceptada por el Consejo de Seguridad, pero como se ha dicho, pues la protección
fue insuficiente, como tristemente se demostró en Bagdad, y la gente de la Cruz
Roja pues murió allí. Pero la cuestión es cuáles son los medios, los efectivos de que
disponemos, el dinero de que disponemos. Yo estaba a favor de la Unidad de la
comunidad internacional y estaba en contra de la posición del Gobierno francés,
pero después del veto, la guerra quedó en una situación de ilegalidad, al igual que
Kósovo. Kósovo, en términos de legitimidad, fue exactamente igual que Irak, la
diferencia es que después se consiguió un apoyo al sistema de la ONU, incluso por
parte de los rusos, cosa que no ha ocurrido en Irak. ¿Cuál es el objetivo de la
participación del sistema de la ONU en Irak? ¿Cuál es la zona de libertad en la que
se pueden mover? ¿Para qué? ¿Para preparar unas elecciones? No, me temo que
los problemas son bastante más serios que eso, porque la falta de confianza por
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parte de la población y de las fuerzas de ocupación tienen que ser nivelados. Es un
juego bastante extraño, la verdad. La resolución se rechazó, se interpuso el veto,
después se retiró. La resolución y después de la guerra, una nueva resolución, a
favor de la que votaron quince miembros del Consejo, pero que nadie quiere
aplicar. ¿Esto es diplomacia o qué es? Es muy difícil de entender, y lo cierto es que
la situación ha empeorado. Evidentemente yo entiendo que la señal que se
transmitió fue bastante clara y los terroristas fueron muy inteligentes en los
atentados y usted tenía razón en lo que ha dicho. Desde luego, porque todos somos
objetivos, eso es cierto, esto significa que, poniendo una bomba en la Embajada
jordana, en el sistema de la ONU, en la sede de la Cruz Roja, eso significa que
todos somos objetivos, por supuesto, ¿y qué? No estábamos preparados para ser
objetivos y por eso no estábamos preparados para intervenir, ¿para qué?
¿Intervenir para qué? ¿Para construir un hotel bombeado o bombardeado? Pues no
lo entiendo... Yo estoy a favor de la intervención, pero hay que definir, ampliar el
mandato y dar la responsabilidad política de las elecciones y devolver el poder lo
antes posible a los iraquíes, al sistema de la ONU. Y no todo pasa por la retirada de
los soldados norteamericanos. ¿Es posible conseguir esto? Pues no lo sé. Como dice
el señor Ortuño, nos hace falta la colaboración de la sociedad civil, abogados, que
se cree el sistema jurídico, etcétera, nos hace falta una labor que sólo pueden
hacer los civiles, no los soldados. Luego también, por ejemplo yo tenía como asesor
a John Koubek, era el miembro del gabinete de Bremen y lo desesperante es ¿por
qué los americanos no aprendieron la lección de la misión de pacificación? Desde el
año 74, estábamos dispuestos a deshacernos de Saddam Hussein, porque en el 74
se produjo una primera misión de Doctores sin Fronteras en Irak, es decir que
nosotros, como comunidad internacional, pudimos intervenir en Irak para proteger
los pozos de petróleo kuwaitíes, pero no los pueblos. Nosotros sabíamos que no
había arma de destrucción masiva, por ejemplo, lo sabíamos porque llevábamos
buscándolas años. ¿Por qué el presidente Bush no habló claro de los peligros que
representaba el régimen de Hussein? Todos estamos amenazados por supuesto, es
cierto, y por eso significa que tenemos que cambiar totalmente nuestra mentalidad.
Muchas gracias Bernard. Antes de levantar la sesión, me gustaría hacer
algunos comentarios. Al principio de la reunión, parecía que había dos partes
enfrentadas, intercambiando opiniones, mientras que ahora empezamos a hablar
de una situación global que nos afecta a todos y en cuya solución todos debemos
participar y a todos nos afecta. Disponemos todavía de la tarde de hoy y todo el día
de mañana para tratar estas cuestiones. Estoy seguro de que se centrará mucho
más el debate.
Soy el Representante de la OLP de la autoridad palestina en Washington,
conozco a mi buen amigo Patrick Clawson muy bien y asisto a sus conferencias en
Washington al menos una vez al mes. Yo he tenido el privilegio, entre otros, de ser
testigo del proceso de paz israelí-palestino, que se inició en Madrid en el año 91. En
los años 90, después de muchos años de conversaciones con nuestros amigos
israelíes, el lema que se seguía en Washington es que hay mucho proceso pero
poca paz. Y lo cierto es que proceso no nos falta, porque los procesos por sí solos
no producen la paz, sobre todo en vista de la asimetría entre israelíes y palestinos,
y también debido al abismo que nos separa en cuanto al resultado de las
negociaciones. Y ahí es donde no hemos llegado a un acuerdo, en cómo resolver
este problema. Si dejamos el proceso en manos de una de las partes, Estados
Unidos en este caso, ese es precisamente el motivo del fracaso del proceso. Si nos
fijamos hoy en día en la Hoja de Ruta, que todos mencionamos, yo creo que la Hoja
de Ruta está en estado de coma, de congelación profunda. Y eso era previsible, en
cualquier caso, porque el mismo día que aceptaron la Hoja de Ruta los israelíes, no
se lo tomaron en serio, el señor Sharon introdujo catorce reservas a los artículos de
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
la Hoja de Ruta que la convertían en papel mojado. Tampoco EE UU se tomó en
serio la Hoja de Ruta, por eso la Hoja de Ruta está ahora mismo como está, como
ya he dicho, en coma. Lo que intento explicar es que no nos hace falta un proceso,
porque procesos hemos tenido para dar y tomar. Y si hoy le hablas a los palestinos
de un proceso, van a ser muy escépticos. Ni siquiera hacen falta negociaciones,
porque nos hemos pasado, hemos sobrenegociado todas las cuestiones, sin llegar a
un acuerdo. Por eso, yo creo que la propuesta presentada por mi amigo Shlomo
Ben-Ami es muy importante, que todos lleguemos a un acuerdo sobre las
cuestiones. Y ahí es donde sólo entonces es cuando podría participar la comunidad
internacional, definiendo las condiciones del acuerdo entre nosotros y los israelíes,
siguiendo las líneas de las fronteras del año 67. Entonces sin la ayuda de la
comunidad internacional sobre el acuerdo, no sobre las negociaciones en sí, sino
sobre el acuerdo, porque ningún conflicto ha sido tan sobrenegociado como el
israelí-palestino. Necesitamos un acuerdo, y por eso nos hace falta que la
comunidad internacional plantee, venga con ese acuerdo debajo del brazo. Sí que
hay algunos en Washington, que preferirían que desapareciera la ONU, no
solamente que no interviniera en el conflicto, sino que desapareciera. Pero hay que
recordar que este conflicto se inició en el año 47 en la ONU y la ONU tiene
responsabilidades sobre este conflicto. Han ignorado, no han hecho caso a tres de
las partes del Cuarteto y eso un intento de quitarse de en medio a Europa y a
Rusia, que deberían haber formado parte del proceso. Una de las partes se hizo con
el control, porque las demás no estaban dispuestas a enfrentarse con el señor
Sharon. Lo que intento plantear es, mejor dicho no una, sino dos cosas, en primer
lugar, cuál debe ser el papel de la comunidad internacional. Es el de ayudar a las
partes a llegar a un acuerdo, no en definir el proceso, porque no nos hace falta. Y
después en la supervisión y vigilancia de la ejecución del acuerdo y no hablar en
términos generales, sobre el papel de la comunidad internacional. Eso es lo que
necesitamos. Gracias.
Desde luego, por mi experiencia en otros conflictos, lo más normal es que
las partes se centren en las partes del acuerdo que no le gustan y que no están
dispuestas a aceptar, y la verdad es que es muy útil es que éstas acepten parte del
acuerdo. Esto ha ocurrido en el conflicto árabe-israelí también, y la parte de la Hoja
de Ruta que exigía que Estados Unidos fuera sincero acerca de las infracciones del
acuerdo por parte de ambas partes no era del gusto de la administración de Bush, y
por eso no lo han ejecutado. Por eso digo que en la Hoja de Ruta exigía que los
palestinos desmantelaran una serie de estructuras que no han hecho, no les
gustaba y no lo han hecho, se pedía a Israel que también desmantelara algunos
asentamiento y no lo han hecho, y a Estados Unidos se exigía que incluyera una
mención a los incumplimientos, cosa que no ha hecho. Es decir, que la Hoja de
Ruta exigía a las tres partes algo y ninguna de las tres partes ha estado dispuesta a
llevarlo a cabo, se ha negado.
Si me permiten quisiera hacer un comentario final antes de que levantar la
sesión. Hemos avanzado, creo, bastante y podríamos incluso avanzar más, si todos
nosotros pensáramos en el contenido del acuerdo más que en quién lo ha
presentado o quién es el promotor del mismo, quién está detrás de él. Si
adoptáramos un planteamiento más racional acerca de las condiciones de este tipo
de acuerdos que parecen inalcanzables, pues yo creo que sería más positivo que
pararnos a pensar en quién está detrás de este acuerdo, de esta propuesta o esta
otra. Ese es el comentario final y yo creo que así podríamos avanzar. Muchas
gracias.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
VIERNES 28 DE NOVIEMBRE
2ª sesión
Segunda sesión: ¿Qué debería hacer una presencia internacional en el proceso de
paz palestino-israelí?
17:30-18:15
Pini Meida-Shani, Consultor independiente, ex Consejero del
Gobierno de Israel
Nomi Bar-Yaacov, Investigadora, The International Institute for
Strategic Studies (IISS), Reino Unido
Emilio Lamo de Espinosa, Director, Real Instituto Elcano de
Estudios Internacionales y Estratégicos, España (Moderador)
Khaled El Yazji, ex consejero del Ministro de Estado para Asuntos de
Seguridad, Autoridad Nacional Palestina
Peter Bartu, ex Consejero Político, Oficina del Coordinador Especial
de Naciones Unidas para el Proceso de Paz en Medio Oriente (UNSCO)
Pini Meida-Shani, Consultor independiente, ex Consejero del
Gobierno de Israel
Nomi Bar-Yaacov, Investigadora, The International Institute for
Strategic Studies (IISS), Reino Unido
José Luis Herrero, Director, FRIDE (Moderador)
Khaled El Yazji, ex consejero del Ministro de Estado para Asuntos de
Seguridad, Autoridad Nacional Palestina
Miguel Angel Moratinos, ex Enviado Especial de la Unión Europea
para Oriente Próximo
Peter Bartu, ex Consejero Político, Oficina del Coordinador Especial
de Naciones Unidas para el Proceso de Paz en Medio Oriente (UNSCO)
******************
Quisiera comenzar dando las gracias a Fride por haberme invitado a moderar
esta sesión. Es para mi una gran satisfacción estar aquí y poder cooperar una vez
más con otro de los think tanks españoles que se ocupan de temas de relaciones
internacionales y de política exterior. Gracias de verdad por invitarme.
Algunas palabras de introducción:
Yo creo que hablar de Palestina o de Israel hoy es lamentablemente hablar
del horror. Un horror que nos confronta a diario en periódicos en televisiones con
imágenes que resultan frecuentemente imposibles de asumir: una terrible
carnicería que continua día a día, año a año, sin que sepamos bien no ya que
hacer, sino lo que es peor cómo juzgarla, como enjuiciar el fenómeno. Un horror
que nos interpela a todos como ciudadanos del mundo, y que como todos los
horrores que son inexplicables e injustificables nos obligan a pesar de nuestra
perplejidad a tomar partido y a buscar culpables. No se soporta un horror que
carece de sentido e inevitablemente buscamos una explicación aunque sea a
tientas. No es pues de sorprender que ante esta necesidad psicológica de
explicación emerjan maniqueísmos de todo tipo:
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
De una parte un antiarabismo alimentado al fuego del terrorismo palestino
o de al-qaeda al fuego de Irak, y al fuego de un conflicto de civilizaciones
lamentablemente cada día mas cerca. De otra parte también un antisemitismo que
salta con facilidad desde la critica a Sharon y a su gobierno y a su política a la
culpabilización de los israelíes y de ello a la culpabilización de todos los judíos sea
cual fuere su nacionalidad.
En los últimos meses lo cierto es que hemos asistido a la emergencia de una
oleada terrible de estereotipos y estigmatizaciones que nos envuelve a todos; un
antiamericanismo furibundo, un antieuropeísmo naïf, un antisemitismo, un anti-
Islam. Semillas de odio que vamos sembrando todos con irresponsabilidad; y qué
grave es en este contexto la tarea, y qué responsabilidad de los medios de
comunicación.
Han transcurrido tres años ya desde la última negociación entre israelíes y
palestinos, la cumbre de Camp David, promovida por Bill Clinton y las
negociaciones de Taba. A punto se estuvo de alcanzar un acuerdo que bien pensado
si se mira con distancia no parece tan difícil de alcanzar. Marx, a quien ya casi
nadie cita hoy, decía que la humanidad solo se plantea los problemas que puede
resolver. Yo no lo creo, más bien ocurre al contrario: Los problemas suelen serlo
precisamente porque no tienen solución o la tienen muy mal. Y cuando un problema
no tiene solución hay que aislarlo y gestionarlo, y eso es en cierto modo lo que
estamos haciendo con Oriente Medio: intentar aislarlo e intentar gestionarlo, por
cierto sin conseguirlo.
Sin embargo yo creo que esta vez Marx sí que tendría razón pues el
problema es, objetivamente visto, de fácil solución, y Taba lo muestra. Lo que falta
es la voluntad política de firmar esa solución y esa voluntad necesita líderes, sin
ellos no hay solución, y de nuevo, Taba también lo muestra.
Son ya tres años desde la segunda Intifada. Muchos los cientos de muertos
de uno y otro lado, Arafat se muestra al parecer incapaz de controlar el terrorismo,
Sharon no ha proporcionado más, sino menos seguridad y la construcción del muro
parece llevar a un apartheid de facto. Pero cómo no entender la desesperación de
algunos israelíes, cómo no ponerse en el lado de las otras victimas. El terrorismo
nunca tiene justificación, pero la violencia innecesaria tampoco, y Palestina es una
drama de los derechos humanos. La propuesta de hoja de ruta del cuarteto abre
una esperanza frágil, que la ONU lo haya reafirmado en la resolución 15-15,
refuerza esa esperanza.
La opinión pública israelí parece que empieza a desfallecer del programa de
Sharon que cuenta ya sólo, al parecer, con el apoyo del 34% de los israelíes. En
una entrevista conjunta al diario Yediot aHaronot cuatro ex - jefes de los servicios
de seguridad aseguraban que el país iba camino de la catástrofe y algo parecido ha
venido a señalar el jefe del estado mayor de las fuerzas armadas Mosei Yalon.
Bush acaba de aprobar sanciones por la construcción de muro, ciertamente
muy débiles. También la Unión Europea las ha aprobado y es importante, y
ciertamente Sharon no ha hecho caso ni de unas ni de otras sanciones.
Por otra parte Hamer Curei propone una nueva tregua de modo que podrían
comenzar a darse las condiciones para un salto adelante. En este contexto emergen
los acuerdos de Ginebra, creo que de extrema importancia pues ponen de
manifiesto lo falso de muchas presunciones: la presunción de que no hay
interlocutores, de que no hay soluciones, que el enfrentamiento está enquistado en
las sociedades civiles. Bienvenido es pues al tiempo que juega a la contra el
crecimiento del muro de la vergüenza. El acuerdo de Ginebra, hecho publico a
mediados de octubre, como sabemos ha sido formalmente rechazado por el
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gobierno de Sharon que incluso ha acusado a sus promotores de traición a la patria
por intentar negociar con el enemigo. Sin embargo un sondeo Hasch indica que
hasta el 40% de los israelíes lo ven favorablemente.
Mientras tanto, la autoridad nacional palestina no lo ha rechazado aunque
tampoco parece haberlo aprobado. Puede abrir una ventana a la esperanza de los
palestinos e interrumpir la deriva derechista en la opinión israelí que también
maneja Sharon. No voy a exponer aquí los detalles del acuerdo, bien conocido
supongo, simplemente resaltar que en ellos se prevé la creación de una fuerza
internacional de interposición. Y todos somos conscientes de que con o sin acuerdo
esa será al final la única solución, y no solo para Jerusalén, como está previsto en
el acuerdo de Ginebra. Enviar una fuerza de interposición que sustituya al muro,
una fuerza que, desde luego, debería contar con el respaldo firme de la comunidad
internacional, el respaldo de Naciones Unidas, de la Unión Europea, el del cuarteto,
y de los países árabes.
Yo creo que la opinión publica está ya madura para esta medida. Según los
datos de la encuesta Transatlantic Trends de German Massel Fund el 67% de los
europeos, incluso el 55% de los americanos, apoyarían el envío de una fuerza de
paz que se interponga entre las partes. En España son los datos del barómetro del
instituto El Cano que presenté justamente ayer por la mañana este porcentaje sube
desde el 67% de media en Europa a 78%. El mas alto de Europa junto con
Portugal. Hay pues acuerdo en la opinión publica para esto. Pero como todo en
oriente Medio parece que la solución es fácil pero la ejecución es extremadamente
compleja. Cómo alcanzar ese consenso de modo realista, qué papel tiene esa
fuerza de interposición, qué composición, bajo qué mandato.
Son preguntas que justamente trataremos o trataré de que respondan los
analistas, los expertos, que me acompañan en esta mesa. A quien les pido que
intervengan aproximadamente 15 o 20 minutos para acabar o intentar acabar en la
hora prevista. En primer lugar pediré que intervenga Nomi Bar-Yacoov a quien
presento: es investigadora en gestión de conflictos del Instituto Internacional de
Estudios Estratégicos de Londres. Entre el 93 y el 96 trabajó para las Naciones
Unidas, no solamente en Nueva York sino también en Haití, Guatemala,
Mozambique África del Sur; entre el 97 y el 98 fue consejera legal de la OSCE en
los Balcanes incluyendo Albania y Bosnia y en los últimos años ha sido corresponsal
de la agencia France Press cubriendo justamente el conflicto israelí-palestino. Cedo
pues la palabra a Nomi Bar-Yacoov.
Muchas Gracias. Muchísimas gracias señor presidente, muchísimas gracias a
todos por brindarme la oportunidad de presentarles mi ponencia.
En primer lugar voy a empezar con una presentación general de las tareas
que una fuerza internacional debería realizar o podría asumir en varios escenarios
distintos y proporcionaré más detalles sobre estas tareas en la sesión de preguntas
y respuestas, puesto que en 15-20 minutos no tengo demasiado tiempo para entrar
en detalles más concretos. Ahora si tienen preguntas posteriormente sobre la
composición de las fuerzas, las tareas que pueden realizar y las que no, estaré
encantada de responderlas. Así que me limitaré en estos 20 minutos a una
presentación muy general de la situación actual.
Creo que sin una presencia de un tercero que se encargue de la verificación,
el control de la supervisión, la garantía del cumplimiento de los acuerdos, es decir
una fuerte presencia de un tercero, este conflicto nunca se resolverá. Tenemos que
ser realistas sin embargo y ceñirnos a lo que va a funcionar en las circunstancias
actuales: entre la fecha actual y enero de 2005 no creo que tenga sentido debatir a
gran escala la posibilidad de una misión internacional, tenemos que hablar de
gestión de conflicto o de una especie de misión por parte de un tercero de
observación de seguimiento y de control, pero nunca hablaremos antes de esta
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
fecha de un despliegue a gran escala de una fuerza internacional, puesto que la
comunidad internacional no va a estar presente.
Sin embargo, sí tendríamos que planificar el despliegue de esta misión en el
futuro y establecer un debate muy serio al respecto barajando las diversos tipos de
mandato que podrían ser aceptables para las partes del conflicto, cuáles serían las
estrategias de salida y cuáles serían las estrategias aceptables para la comunidad
internacional. Así que voy a referirme a lo que yo pienso que en la comunidad
internacional deben y tiene que hacer hasta el 2005, fecha que coincide con las
próximas elecciones presidenciales en EEUU. Todos sabemos que, pase lo que pase,
esta fuerza no va a ser en ningún caso un esfuerzo unilateral de EEUU, puesto que
este tipo de esfuerzos, como hemos visto esta mañana, siempre han fracasado.
Oslo fracasó, y yo creo que el motivo principal del fracaso de la hoja de ruta,
aunque esta contemplaba una presencia multinacional, ha sido una presencia de
EEUU por motivos que no tengo tiempo de detallar.
Yo no creo que existiera la voluntad política necesaria por parte de los EEUU
y la Unión Europea y Rusia, por su parte no tenían demasiado que hacer en estas
fechas. Sin embargo quisiera perfilar algunos factores esenciales. El objetivo de una
presencia internacional, sea provisional en gestión de conflicto o en estabilización o
sea una fuerza a gran escala, sería conseguir el objetivo fundamental de la solución
de dos estados, que, como todos sabemos, no es necesariamente la única solución.
Se habla largo y tendido sobre los estados binacionales o una solución posible de
un estado binacional. No son los israelíes y los palestinos los únicos en hablar de
esta posible solución, pero un estado binacional, en mi opinión, sería un desastre
absoluto que podría desembocar en mayores matanzas. La comunidad internacional
tiene que ayudar a los israelíes y a los palestinos a conseguir una independencia
soberana palestina viable, de forma que ambos países convivan en seguridad y en
paz.
Yo creo que la solución que buscamos tiene que definirse mucho más que en
la hoja de ruta, la hoja de ruta, entre otros errores, adolece de una falta de
descripción clara del objetivo final. Sea cual sea la misión de pacificación en la zona
tendría que tener un mandato clarísimo y un objetivo también muy definido. Por
cierto que las fronteras habría que negociarlas por adelantado y no posponer su
negociación al momento en el que se despliega esta misión internacional.
La salida. Esta misión evidentemente proporcionaría una estrategia de salida
para Israel como fuerza ocupadora. Esta ocupación ya no es sostenible ni política
ni económicamente ni moralmente, yo creo que esta fuerza ayudaría a Israel a
mantener presencia en ciertas zonas y también ayudaría a los palestinos. Son dos
sociedades con expectativas, necesidades y preocupaciones distintas que se
abordarán en esta sesión en mayor detalle posteriormente.
Cuáles son las preocupaciones principales en Palestina e Israel, cuándo,
cómo, con qué mandato, cuál será su composición, con qué estrategia de salida de
la misión, todas estas son cuestiones que merecen muchísima reflexión, en cuanto
a la pregunta, cuando estamos hablando en primer lugar de fortalecer elementos
de terceros sobre el terreno, para una eventual presencia de esta fuerza
internacional el despliegue parcial que hemos visto en Ebron y otros lugares no
tiende a funcionar demasiado bien si surgen problemas con los despliegues
parciales. Evidentemente se socava la confianza de todos en esta posible solución
y la idea de la presencia internacional sale por la ventana, se borra de un plumazo,
así que vale la pena planificarlo todo muy detalladamente antes de hacer nada
sobre el terreno, y tenemos que aprender de la experiencia de otras misiones, que
hemos oído esta mañana.
El mandato tiene que ser clarísimo, con hitos y con calendarios, y con limites
claramente delimitados, estos serían los contornos básicos.
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En lo que se refiere a lo que podemos hacer ahora, yo creo que la situación
es muy grave: Khaled El Yazji esta mañana ha mencionado que la situación es un
desastre. Tiene toda la razón, y yo creo que las tendencias regresivas siguen cada
vez más patentes, cada vez es más urgente que la comunidad internacional se
centre en la construcción de capacidades en la zona y que intente que las dos
partes por lo menos lleguen a un alto al fuego: esta seria la primera prioridad.
La ayuda humanitaria y la construcción institucional, el estado de derecho,
todas las tareas que se están realizando ahora en Palestina son criticas y
esenciales, pero hace falta una cierta coherencia, está muy mal coordinado, todo
este trabajo y carece bastante de transparencia en algunos ámbitos. Creo además
que tenemos que ser conscientes de que la internacionalización del conflicto ya se
está dando, ya se ha producido, no me refiero únicamente a la hoja de ruta, la que
pide una presencia internacional.
Los elementos que vemos ahí son los que se han mencionado anteriormente,
no voy a hablar tanto de la MCO y demás, porque todos sabemos que no
funcionaron estas soluciones, y es algo que menciono Martín anteriormente y me
parece muy importante. La mayor parte de las misiones de pacificación contienen
tanto éxitos como fracasos. Cuando concibamos una nueva misión tenemos que
tener en cuenta cuáles fueron los éxitos y fracasos pasados y por qué. Una vez que
se firme un acuerdo ya podremos contar con presencia internacional en la zona,
siempre y cuando las partes apoyen esta presencia y estén dispuestas a aceptarla
en su terreno, si redunda en el beneficio de ambas.
Yo creo que los EEUU siguen teniendo un papel de intermediación de
seguridad, aunque sea un papel no demasiado importante. Es importante también
la participación de los Estados Árabes moderados. Aquí tenemos bastantes
representantes de estas zonas del mundo, que sigan prestando formación a las
fuerzas de seguridad palestinas y que sigan intentando conseguir un alto al fuego
viable.
Está claro en mi opinión que cualquier tipo de misión de pacificación seria
predominantemente una fuerza occidental. Ahora bien, yo creo que el papel de los
Estados Árabes adyacentes es esencial y nunca ha de pasarse por alto. El
organismo de coordinación de donantes que se encarga de las cuestiones
humanitarias y de otra construcción internacional en Palestina y otros esfuerzos en
este ámbito está haciendo muy buena tarea, pero hace falta que exista una mayor
coherencia para que haya una presencia de terceros mucho más amplia y
coordinada con un único mando.
Las preparaciones para las elecciones: hay muy poca presencia de las
Naciones Unidas y el departamento de asuntos políticos de Nueva York que esta
trabajando en este campo. Es importante que exista esta presencia. Se podría
hacer más al respecto, pero siempre y cuando coordinen su labor con los demás
organismos presentes en la zona. Estamos bastante seguros en este ámbito, el
problema es que los organismos que trabajan en Palestina en la actualidad, como
dije anteriormente, no están demasiado coordinados y no hay demasiada
coherencia en todas sus actividades. Una de las mejores operaciones sobre el
terreno, que desgraciadamente ha acabado, ha sido la misión de micro-seguridad
de la Unión Europea, dirigida por Alex Coork, cuyo objetivo era alcanzar un alto al
fuego, después de negociar con varias organizaciones de la oposición en Palestina.
En mi opinión es importante contar con personas como ella, misiones de
estas características, que cuenten con el apoyo de muchas de las partes implicadas,
y esto nunca puede sustituirse por recursos locales, no creo que esta tarea puedan
hacerla ni los palestinos ni los israelíes. Y esto es más o menos lo que yo quería
decirles, esto resume la fase que podríamos llamar de estabilización.
Evidentemente, podemos decir que como los EEUU están ocupados en Irak,
y la OTAN en Afganistán, nadie quiere hacer nada en la zona, me parece que esta
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
es un conclusión terriblemente peligrosa. Cuando hablamos de una solución
internacional y del papel de las fuerzas internacionales, esto forma parte de la
internacionalización, y necesitamos profundizar en estos esfuerzos y también
planificar todo lo necesario para que funcione un eventual acuerdo.
Pasaré ahora a la Fase 2, la post-acuerdo. Los contornos, los perfiles de una
cuerdo entre israelíes y palestinos están más o menos claros, parecidos a lo del
acuerdo de Ginebra, la hoja de ruta, y los parámetros de Clinton.
Todas las iniciativas más o menos utilizan el mismo lenguaje y todas exigen
o contemplan la presencia de un tercero. El acuerdo de Ginebra desde luego invoca
la presencia de un tercero, aunque no da demasiados detalles al respecto, cosa que
me parece bastante peligrosa. El peligro seria la eternalizacion de este conflicto.
Cuando hablamos de la presencia de terceros, de misiones de pacificación, sin
definir con exactitud de qué estamos hablando, no estamos haciendo nada positivo.
Yo creo que deberíamos aprovechar esta sesión para dejar fuera de toda duda que
esto nunca se va a resolver a no ser que exista un compromiso pleno por parte de
la comunidad internacional, y se llegue a una acuerdo sobre, podríamos decir, la
división de tareas.
En cuanto a una misión a gran escala, yo creo que tendría que ser liderada
por EEUU porque si no Israel no la aceparía, tendría que contar también con un
objetivo muy claro. La visión de Bush es bastante clara, sin embargo, en la
intervención del 24 de Junio ya no quedo tan claro cuál era el objetivo de Bush.
Creo también que tendría que ser una misión lo suficientemente fuerte con
capacidad de contar con más efectivos, en la misión de Kosovo se hablaba también
de estas necesidades.
Podemos hablar de seguridad blanda o dura, en este caso no pueden
separarse estas seguridades, la lección de Bosnia y de Kosovo es que no se
pueden tener dos misiones separadas, hace falta un mando unificado. En Bosnia la
experiencia fue un desastre, como nos ha dicho Bernard Kouchner. La misión de
Kosovo, con mando civil, ha funcionado muchísimo mejor.
Hace falta una organización paraguas con una única persona a cargo de la
coordinación, tiene que haber consentimiento por ambas partes, yo creo que nos
acercamos a un consentimiento, se percibe fatiga de la batalla, la gente está
agotada, y también cada vez hay un acuerdo más general sobre lo que puede y lo
que no puede conseguir una fuerza internacional.
Tendría que haber un mandato de las Naciones Unidas, aunque no tendría
que ser dirigido por las Naciones Unidas. Que fuera legitimizado por una resolución
del Consejo de Seguridad seria extremadamente positivo, esencial. La brecha
trasatlántica esperemos que haya desaparecido para entonces, está ahora
curándose, por decirlo de alguna manera, no creo que llegue a una situación tan
mala como la que teníamos antes de la invasión de Irak La Unión Europea de
acercará más a EEUU y viceversa, tiene que haber una mejor coordinación y esto
sería imposible sin que los EEUU llegaran a un acuerdo también con la OTAN.
Acabamos de asistir a una conferencia de la OTAN para el fortalecimiento de
la Organización del Tratado del Atlántico Norte, se ha apuntado que tiene que haber
más cooperación entre los EEUU y la Unión Europea a la OTAN y la OCD. Aunque no
se reconoce a nivel publico, sí que se esta hablando en el seno de estas
organizaciones sobre el papel que desempeñaría esta misión que tendría que tener
un mandato extremadamente fuerte y claro. La composición de las fuerzas creo que
incluiría Canadá, Australia, Noruega, países que se consideran neutrales. Por lo
menos por parte de Israel.
El aspecto civil de la misión tendría que centrarse en la situación
humanitaria, las elecciones, derechos humanos, supervisión de las elecciones. La
OCD y las Naciones Unidad hicieron muy buen trabajo en Bosnia en estos ámbitos.
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También me refiero a la creación de instituciones y a la implantación del Estado de
derecho; tenemos organismos con amplia experiencia en estos ámbitos siempre y
cuando lleguen a un acuerdo y no luchen entre ellos creo que estaremos... (bueno
solo 5 minutos para acabar)
Resumiré lo que he dicho: la fuerza de estabilización se encargaría de
fortalecer los elementos de terceros y establecer una cierta coherencia, no voy a
entrar ya en detalles al respecto, no tengo tiempo. La planificación de una fuerza
de pacificación más amplia y a gran escala tendría que definir el objetivo, el
mandato, la autoridad de esta fuerza, tiene que ser una fuerza internacional con
supremacía internacional, y evidentemente tendría que tener muy en cuenta las
preocupaciones locales y las expectativas de la sociedad civil.
La presencia de esta fuerza no debe tener mandatos solapados, como hemos
visto en otros casos. Sería aconsejable que tuviese una especie de líder civil que
trabajase en colaboración con las fuerzas militares. Tendría que poner fin, esta
fuerza, al unilateralismo de las Naciones Unidas, tendrían que participar en ella
otras organizaciones incluida la OTAN, tendría que ser una intervención legitimizada
por una decisión de las Naciones Unidas.
Posteriormente creo que otros dos oradores hablaran de los incentivos que
se pueden ofrecer para aprovechar o para aumentar las posibilidades de éxito;
tiene que haber un mecanismo de resolución de conflictos en todas las fases de
esta misión, (esto es lo que faltó parcialmente en la hoja de ruta), y el presupuesto
evidentemente tienen que proporcionarlo las organizaciones que he mencionado.
EEUU y la OTAN se encargarían de las cuestiones de más peso y las demás de las
de menos peso. Pues muchas gracias.
Muy bien: Nuestro segundo analista, nuestro segundo conferenciante, esta
tarde es Pini Meidan Zani, es conferenciante frecuente en muchos circuitos sobre el
tema del conflicto palestino-israelí, ha tenido diversos puestos en la administración
Israelí. Recientemente ha sido consejero en política exterior del primer ministro y
del ministro de defensa Arat, desde el año 2000 al 2001. Fue también miembro del
equipo de negociación, y ha sido también oficial de las fuerzas aéreas israelitas y ha
servido en el ejército y en el aparato de seguridad en diversos puestos tanto en
Israel como fuera de Israel.
Muchas gracias. Toda esta presentación sobre mí intentaré justificarla.
En primer lugar, yo no represento aquí al gobierno israelí, ni a la oposición
tampoco. Solo me gustaría compartir con ustedes mis opiniones en relación a la
presencia internacional o la idea de un papel de una tercera parte en la perspectiva
israelí. Yo voy a hablar no en nombre de los palestinos, evidentemente, sino en
nombre propio, de los israelíes y qué es lo que pensamos al respecto.
Aparentemente, mientras que continúa el deterioro actual, no hay necesidad
de interferir. Esa es la opinión que sostienen algunos amigos míos norteamericanos.
Por eso se aboga por no intervenir: Por ejemplo: se habla de que no es necesario
intervenir en Oriente Medio para resolver un conflicto que, al fin y al cabo, se limita
a dos vecinos.
El pueblo israelí votó, les guste o no, por el partido Likud. Esto no quiere
decir que el votante israelí no desee la paz, sino que, lo que les voy a decir, es que
ha rechazado los intentos de conseguir este acuerdo, y en segundo lugar el votante
israelí necesita garantías y piensa “¿qué necesitamos?”: Un colaborador que nos
garantice el cumplimiento de los acuerdos, es decir, que desde el punto de vista
israelí no hemos hecho lo que se esperaba de nosotros.
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Por otra parte, la idea de una sociedad palestina metida en una batalla por
la sucesión no es demasiado alentadora. Esa es una perspectiva que se suele
adoptar desde el exterior. Mientras que la situación palestina no aclare sus
posiciones, su liderazgo, sus responsabilidades, la sensación en la sociedad israelí
es que no hay ningún socio que este dispuesto y sea capaz de cumplir con lo que se
espera de él.
¿Como podemos salir de este follón en el que estamos actualmente metidos?
Personalmente yo estoy de acuerdo con el papel de una tercera parte, pero hay
argumentos a favor y en contra, desde el punto de vista israelí.
Empezaré hablando de los aspectos positivos: En una situación de
desconfianza total entre ambas partes la única forma de encontrar una salida es a
través de una tercera parte que sea creíble para ambas partes y, como he dicho
antes, en la sesión anterior, que nos pueda obligar a mantenernos dentro del
proceso, pasar por todas las etapas, y que pueda encargarse de que ambas partes
cumplan el contenido de los acuerdos.
Sea cual sea el contenido, debe ser permanente y no interino, provisional,
mientras que estoy seguro de que para mis amigos palestinos será todo lo
contrario, que lo que es provisional no se convierta en permanente.
Y para poder retirarnos de los territorios ocupados, Gaza, Cisjordania y
demás, necesitamos alguien que se responsabilice del cumplimiento. La ocupación
no es buena para nosotros, nos hace falta una solución de dos estados, pero no
sólo para los palestinos sino para los israelíes también. Queremos que el estado
democrático judío siga siendo democrático judío. No me gusta la solución de un
estado para dos pueblos. Y por eso es importante separarnos de los palestinos,
ellos con su país y nosotros con el nuestro, cada uno viviendo en paz en su propio
territorio.
Pero para poder retirarnos de los territorios tiene que haber alguien que
asuma la responsabilidad, una tercera parte internacional y yo creo que su función
principal es asumir esa responsabilidad. La sociedad palestina, como ya he dicho
antes, está metida en una lucha por la sucesión, tal y como lo vemos nosotros.
Para permitirles que se reformen, que lleven a cabo las reformas reales, no
podemos estar ahí presentes, como fuerzas de ocupación, y este es otro elemento
que nos lleva a considerar la idoneidad de retirarnos para que ellos, los palestinos,
puedan hacer lo que quieran con su sociedad. La situación económica en la región,
y en Israel también, se deteriora muchísimo a causa de la situación de seguridad.
Para poder reforzar la economía en general, y para poder invertir en la prosperidad
del estado de Israel no debemos gastar dinero en áreas en las que no tenemos
intención de permanecer.
La solución de dos estados fue aceptada por el actual gobierno, que yo
puedo no estar de acuerdo porque no sé cómo van a llevarla a cabo, pero bueno, es
la única solución, con lo cual yo tengo que invertir mi capital en la prosperidad de
Israel y por eso habría que hacerlo en áreas donde tenemos voluntad de
permanencia, no en áreas que vayamos a abandonar.
Yo creo que los lideres israelíes podrían dar paso a la retirada de las fuerzas
de ocupación; acabar con los asentamientos ilegales, si hay alguien que asume la
responsabilidad en estas zonas.
Si le preguntamos a los israelíes cuál es el papel de esa tercera parte, te
dirán que, no en los lugares donde hay residentes israelíes, sino solamente en
lugares donde no hay israelíes, es decir, es una combinación de retirada de israelíes
de algunos territorios y por otra parte el desmantelamiento de los asentamientos y
en las zonas donde viven israelíes entonces ahí si se puede ejercer la idea de una
intervención internacional.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Como he dicho al principio, esta presencia internacional debería obligar a
ambas partes a entrar en fase de negociación hasta conseguir una solución
permanente.
Sin ella no conseguiremos nada, entonces ¿Cuáles son los obstáculos o
impedimentos para acertar la intervención de esa tercera parte? Desde un punto de
vista práctico impediría la capacidad operativa del ejercito israelí, es una cuestión
meramente militar: Donde haya una tercera parte el ejercito israelí no podrá
intervenir.
Esta bien si la tercera parte cumple su cometido pero si no existe una
tercera parte que lo cumpla de poco sirve. Es posible que la comunidad
internacional no tenga ni la capacidad ni la voluntad de hacer frente al tema de las
infraestructuras terroristas.
La presencia internacional lo único que hará será limitar, restringir el
conflicto, sin llegar a resolverlo. La presencia internacional asumiría la
responsabilidad de los palestinos evitando que los propios palestinos tuvieran que
luchar contra la violencia. Es decir, ellos se harían con la responsabilidad en zonas
donde son los palestinos lo que tienen que tomar las medidas necesarias por si
mismos.
Como ha dicho Nomi, sea cual sea la solución, debe ser una operación
dirigida por EEUU. Una operación dirigida por EEUU puede evidentemente producir
bajas, porque no vivimos en un mundo perfecto, ni en el paraíso, conocemos la
experiencia del Líbano y del resto de Oriente Medio, que nos dice que cualquiera
que intervenga en esa zona tiene que estar dispuesto a aceptar bajas, muertes. Y
esto es un punto que no puede pasarse por alto, lógicamente.
La idea de que una tercera parte asuma la responsabilidad de la zona, en
primer lugar, da la impresión de que se alinean del lado del débil, se considera que
Israel es el lado fuerte y los débiles son los palestinos. Los israelíes tienen miedo
de que esta fuerza internacional juzgue la situación a favor de los palestinos.
Estos son los argumentos que yo planteé en relación con los argumentos
positivos y negativos de una posible presencia internacional, aunque sigue
subsistiendo la cuestión de ¿qué hacemos ahora? Porque en lo que se refiere a los
acuerdos de Ginebra, estos abordan una tercera fase de la hoja de ruta, no se
refieren a la primera fase, la fase actual, qué hacemos mañana por la mañana. En
Cambridge una sugerencia que se hizo hace algunos meses fue crear una especie
de protectorado en la franja de Gaza. ¿Por qué? Porque es un territorio unido,
podemos desmantelar los asentamientos ilegales, podemos aprovechar la voluntad
de la comunidad internacional de invertir en la región. Porque no solamente se
trata de luchar contra el terrorismo, hay que dar una alternativa a la infraestructura
de Jamás y la Yihad, desde el punto de vista de educación, sanidad, y demás.
En cierta forma esto puede servir de modelo ya que si tiene éxito, podemos
implantar este modelo en otros lugares, en cierta forma podría ser una cierta salida
a la situación actual.
Quiero hacer una referencia a un aspecto que estaba presente en Kosovo,
por ejemplo, la cuestión de las elecciones. Si se celebran demasiado pronto, cuando
la situación no está preparada todavía, están condenadas al fracaso.¿Cuáles son las
reglas de actuación en el caso de organización de elecciones? ¿Qué pros y que
contras? Ahí yo apoyo la intervención de una tercera parte pero tengo la sensación
de que solamente habrá una intervención cuando se produzca una catástrofe, un
caos.
Tendríamos que contar con una serie de países, EEUU, dispuestos a aceptar
los riesgos e intervenir. Y por supuesto los riesgos son claros: intervenir demasiado
poco, demasiado tarde, y al primer revés tirar la toalla. Este es el miedo. Se puede
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
cambiar el equilibrio interno dentro de la región, pero en vez de para bien, a lo
mejor sería negativo, contraproducente.
Yo creo que la única solución del conflicto palestino-israelí, porque no se
puede llegar a un acuerdo bilateral entre ambas partes, es que una tercera parte
asuma la responsabilidad, ayude a las partes a retirarse y a reconstruir la sociedad,
las infraestructuras y la administración, y permita a ambas partes continuar
negociando y llegar a una solución definitiva, permanente. Esa es la única forma,
creo, gracias.
Finalmente nuestro tercer ponente antes de la pausa, Khaled El Yazji, ha
sido subsecretario del ministerio del interior y jefe de gabinete de Mohammed
Butahalan, ex ministro del interior. Es además profesor de relaciones
internacionales en la Universidad Al-Azar en Gaza:
Mis palabras abogan por una presencia internacional, una autoridad
internacional que sustituya a la autoridad palestina en Cisjordania y Gaza.
ellos.
Me baso en cinco argumentos que creo que son bastante evidentes, todos
En primer lugar, la situación es extremadamente grave, y además va a peor.
La paz entre israelíes y palestinos está más lejos que nunca, creo, y no soy el único
que piensa así. Nunca ha habido un punto muerto tan grande ni una animosidad ni
una desesperación tan grande. Todo el mundo acaba perdiendo en este juego.
Por otra parte, hay una autoridad ocupante que esta cometiendo grandes
violaciones de los derechos humanos con el aparente respaldo de la mayoría de la
población israelí. Por otra parte, los militantes palestinos y los grupos radicales
continúan sus campañas contra los civiles israelíes con el apoyo aparente de la
mayoría de la población palestina. Por tanto, las perspectivas son cada vez menos
prometedoras, y todo parece conducir al desastre. Desempleo, pobreza, hambre, y
mala salud, y mala estructura sanitaria.
En una escala un tanto mayor, la situación representa una amenaza también
para las relaciones con otros países. La comunidad internacional, creo, se juega
algo directamente, y, moralmente, al menos tiene obligación de intervenir.
En segundo lugar, la situación nunca ha estado tan cerca de una solución y
esa es la otra cara de la moneda. Según los sondeos, la mayoría de los israelíes
esta dispuesta a retirarse de los territorios ocupados y evacuar la mayoría de los
asentamientos, y vivir en paz con el estado palestino. En otro sondeo, los
palestinos han indicado su disposición en estas condiciones, a reconciliarse con el
pueblo y con el estado israelí. Además hay un consenso regional e internacional sin
precedentes sobre los parámetros que podría tener un acuerdo de paz exhaustivo y
completo que se centrara en dos estados viables. Una visión que entre otros
contaba con el apoyo del presidente Bush.
En tercer lugar las partes son incapaces de resolver sus problemas por si
solas. En primer lugar ya hay una desconfianza total entre Israel y palestina, de
forma que cualquier concesión de una de las partes puede considerarse como una
recompensa al terrorismo o rendirse ante la represión. No hay nada que puedan
ofrecer los palestinos a un gobierno israelí de extrema derecha, que satisfaga sus
ambiciones territoriales o sus necesidades de seguridad en Gaza y Cisjordania o su
agenda política ideológica.
La cuestión de reformar la administración palestina no haría tampoco
cambiar de posición al gobierno israelí, y yo creo que de poco vale reanimar las
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negociaciones, ya que dentro de los parámetros actuales me temo que no sería
más que una perdida de tiempo, por los motivos que he citado.
El quinto argumento es que en consecuencia es necesaria (...) del territorio
administrado, como quieran llamarlo. Lo importante es la sustancia, el contenido, lo
importante es el mandato. La cuestión más importante, que es a la que tendría que
hacer frente esta autoridad, es poner fin a la ocupación israelí de territorios
palestinos , y esta es una cuestión que debe abordarse al principio, no postergarla
hasta un posible fin indeterminado del proceso.
El mecanismo propuesto para la independencia palestina está dirigido a
asegurar a los palestinos que no correrían riesgo ni su independencia ni su
autonomía. Entonces: Esta presencia internacional tendría en su mandato entre sus
tareas principales una ayuda directa a los palestinos para ayudar a reestablecer los
servicios básicos, revitalizar la sociedad civil, reconstruir las instituciones nacionales
y construir una infraestructura estatal con vistas a un estado palestino totalmente
independiente y democrático en un plazo de 3 a 5 años. Para supervisar también
los planes de ayuda al desarrollo, coordinar los proyectos de ayuda internacional,
también supervisar las elecciones nacionales y la ejecución de los acuerdos de
seguridad y establecer el cuerpo supervisor correspondiente. En general se trataría
de garantizar un buen gobierno, una buena administración del proceso. Incluso
podría iniciar un programa de regreso de los refugiados.
Prácticamente ninguna de estas tareas cruciales puede llevarse a cabo
adecuadamente siempre y cuando Israel siga siendo el poder ocupante, porque
esta ocupación seguirá siendo un imán que provoque los atentados palestinos,
mucho me temo. Gracias.
Muchas gracias. Creo que es la primera vez que en una reunión de este tipo
termina antes de lo previsto. Lo normal es acabar bastante más tarde, pero no
antes. Creo que es el momento de aprovechar, hacer la pausa ahora y el café para
regresar después en 15 minutos si le parece a los organizadores. En la segunda
parte, como saben ustedes moderará Jose Luis Herrero, director de Fride, e
intervendrá Peter Bartu y Miguel Ángel Moratinos, y posteriormente habrá un
debate con los cinco ponentes de esta tarde. Muchas Gracias.
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MODERADOR: Dos presentaciones más. Una del señor Peter Bartu y otra del
señor Miguel Ángel Moratinos.
MR. ABED ALLOUN: Yo no voy a hacer una intervención, no sé demasiado
del Oriente Medio, pero me gustaría recalcar una serie de cuestiones que mis
colegas han planteado esta mañana y esta tarde. Sobre todo, quiero referirme a los
siete puntos del señor Yazji, que enumeró tan claramente, en una presencia
internacional en Palestina para contribuir a resolver esta situación. La presencia
internacional tendría que cumplir una serie de funciones, a saber: contribuir a la
reconstrucción o construcción de infraestructuras, contribuir al desarrollo y fomento
de las instituciones, contribuir a la creación de un fondo de desarrollo y coordinar la
asistencia de donantes, organizar y supervisar las elecciones, o probablemente
solamente supervisarlas, establecer un poder judicial independiente, facilitar o
mediar en una solución definitiva y enfrentarse al problema de los refugiados. Estas
siete funciones se han realizado en muchos lugares del mundo ya, y en cierta
medida se han conseguido éxitos. Esta mañana nos han hablado al respecto desde
diversas perspectivas. Si uno analizase estos casos uno por uno, encontraríamos,
en mi opinión, un éxito moderado en por lo menos un caso para cada una de las
siete funciones que hemos enumerado. Así que no es una situación tan rara ni tan
singular. Por supuesto que todos los conflictos son distintos y tienen sus
complicaciones propias.
Luego quiero recalcar lo que ha dicho Nomi: no hay demasiadas esperanzas
de que se produzcan cambios significativos antes del 2005. Y yo, a pesar de mi
limitado conocimiento, tiendo a estar de acuerdo con esta afirmación. También esta
mañana se ha dicho, sin embargo, que en Kosovo, en Timor Oriental y todavía más
en Irak, se adoleció de falta de preparación y de claridad cuando se desplegaron las
fuerzas internacionales. No creo que sea un ejercicio fútil plantearnos esta
intervención más tarde o más temprano, aunque por el momento no parezca
demasiado viable.
Quiero ahora presentarles a Peter Bartu, que ha participado en bastantes
misiones en todo el mundo como asesor senior político al coordinador especial de
las Naciones Unidas para Oriente Medio. Antes, Peter trabajó asimismo como
representante de prensa político en Timor Oriental, en la Oficina de Coordinación
para la Supervisión de Derechos Humanos en Congo, y antes era miembro del
Ministerio australiano de Asuntos Exteriores y Comercio, en el departamento del
primer ministro australiano.
MR. PETER BARTU: Bueno, yo creo que hay que tener una comprensión
bastante profunda y exacta de las limitaciones que tiene cada tipo de intervención,
y es algo que nunca tenemos que pasar por alto. En varios ámbitos funciona bien
esta intervención, funciona mejor o peor en otros campos, y esto es algo que hay
que tener muy en cuenta.
Basándome en mi experiencia, puedo decir que han tenido poco éxito a la
hora de cambiar las modalidades culturales del poder, y tampoco han tenido
demasiado éxito a la hora de establecer y consolidar sistemas democráticos, sea un
gobierno responsable en todos sus aspectos, leyes de la propiedad, protección de
bienes públicos o privados o construcción de capacidad en prestación de servicios
como sanidad, educación y sistemas judiciales. Es necesario que nos hagamos
cargo del hecho de que estas limitaciones están presentes incluso en las mejores de
las circunstancias. Donde se ha llegado ya a un acuerdo entre todas las partes,
donde existe aceptación por parte de todos de la fuerza de intervención
internacional, donde existe aceptación por parte de la población local, hay un
entendimiento de los motivos de esa misión. Cuando intentamos realizar este tipo
de actividades en circunstancias donde existe un acuerdo ambiguo entre las partes
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en conflicto, estamos realmente en un entorno que carece de marco legal y las
perspectivas de éxito en este caso son mucho menores.
En las circunstancias que acabo de describir ahora mismo, los esfuerzos de
paz en los últimos dos años en Oriente Medio, empezando por el Comité de Mitchell
a mediados de 2001, luego las tres misiones seguidas por el Cuarteto con su “Hoja
de ruta”, cada vez que hemos tenido que revisar o cada vez que hemos realizado
unos esfuerzos, hemos partido de una plataforma a un nivel más bajo, cada vez
más bajo. Desde septiembre del 2000, cuando la II Intifada, Mitchell, Cheney,
todas las misiones desde entonces, la implantación de la “Hoja de ruta” en verano,
en todas estas ocasiones, a pesar del apoyo y de los fondos prestados por la
comunidad internacional, a pesar de muchos debates y discusiones sobre
soluciones posibles, a fin de cuenta estamos hablando de un esfuerzo bilateral
liderado por Estados Unidos, que ha intentado llevar a las partes a una solución.
Esfuerzos que, evidentemente, no han tenido demasiado éxito, como todos hemos
visto. Ahora, cuando la “Hoja de ruta” se ha detenido, las circunstancias han
empeorado todavía más. Quisiera referirme con más detenimiento a este punto,
para que entendamos perfectamente la altura de las montañas que tenemos que
escalar para intentar que este proceso de paz vuelva a enderezarse.
Es cierto que por fin tenemos un consenso internacional en cuanto a la
solución de dos Estados, pero el compromiso por parte de la comunidad
internacional, sobre todo elementos clave de ésta, es más que cuestionable.
Aparte, hay cinco dinámicas regresivas, cinco tendencias regresivas que ahora se
oponen con mucha energía a un éxito de esta solución. En primer lugar, la
incoherencia palestina; en segundo lugar, la estrategia de asentamientos israelí; en
tercer lugar, el muro de seguridad o la valla de seguridad; en cuarto lugar, la
separación de Jerusalén del este de la parte occidental de los territorios ocupados y
el papel que podría desempeñar Jerusalén en un eventual Estado palestino; y en
quinto lugar quiero referirme a la mala gestión de Cisjordania y la franja de Gaza.
Voy a resumir estos cinco puntos.
Incoherencia palestina. El liderazgo palestino es incoherente, está
totalmente desequilibrado y es ilegítimo. Su mandato ha acabado hace mucho
tiempo, lo cual parcialmente explica por qué ha sido incapaz y por qué la
comunidad palestina ha sido incapaz de poner fin a los hombres bomba suicidas y
establecer una cierta paz en la zona. Y digo parcialmente, puesto que la
acumulación de los cuatro restantes aspectos también desempeña un papel
importantísimo en esta incoherencia que estamos intentando diagnosticar. La clave
es la dinamización del liderazgo palestino. Hay varios dispositivos que podemos
utilizar para conseguirlo. En una situación más normal se recurriría a las elecciones,
en otros lugares se han establecido Consejos de transición, en el modelo actual nos
seguimos fiando de los mismos líderes, que se renuevan a sí mismos una y otra
vez. No digo que ésta no sea la forma más adecuada de actuar, lo único que digo
es que ésta es la realidad. Hay un grupo de jóvenes líderes palestinos que quieren
participar en este proceso, y que en mi opinión pueden hacer una aportación muy
importante, y que no les dejan; lo cual, evidentemente, está aumentando
muchísimo la tensión en el seno del liderazgo palestino.
La estrategia de asentamientos israelí tiene que detenerse para crear un
Estado palestino viable, y no voy a entrar en demasiados detalles al respecto, todos
somos conscientes de este problema. Baste decir que así como los palestinos no
pudieron cumplir su responsabilidad de seguridad, Israel también fue incapaz de
enfrentarse adecuadamente a ninguna de sus responsabilidades en el ámbito de los
asentamientos, ni siquiera fue capaz de detener la expansión de asentamientos. No
hay un equivalente moral entre hombres bomba y asentamientos, pero sí existe
una equivalencia en lo que se refiere a que ambos son obstáculos insalvables para
una solución biestatal.
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El muro de seguridad es un problema que hay que gestionar
adecuadamente, y además tiene repercusiones profundísimas en ambas
comunidades, a ambos lados del muro. Como la “Hoja de ruta” se redactó antes de
que se construyera este muro, no hay disposiciones al respecto en la “Hoja de
ruta”, no hay ninguna cláusula. Tenemos, por ejemplo, una ciudad, Qalqilya, de
treinta y cinco mil personas, cuando la población original era de cuarenta y dos milcuarenta
y tres mil personas, que viven rodeados por un muro, personas que no
pueden acceder a sus tierras, que cultivaban, sin fuentes de subsistencia, que viven
únicamente de la caridad de la comunidad internacional, personas que no pueden
moverse, que está rodeadas por un muro.
Las negociaciones durante el verano para la implantación de la “Hoja de
ruta” se vinieron abajo, fracasaron porque los palestinos no consiguieron llegar a un
acuerdo con Israel en lo que se refiere a las condiciones bajo las cuales asumirían
responsabilidades de seguridad en Qalqilya. Israel inicialmente dijo: Aquí está la
llave, ustedes tiene el ojo de llave de ocho milímetros. Palestina dijo: No podemos
ser vuestro subcontratista de seguridad, esta gente necesita acceso a su tierra y a
Cisjordania. No es sorprendente el que no pudieran llegar a un acuerdo en estas
circunstancias tan difíciles. Con un problema de estas características, ¿qué va a
hacer una fuerza internacional?, ¿arrebatarle las llaves a Israel o a las fuerzas de
seguridad Palestina?, ¿qué puede hacer en una ciudad rodeada por un muro? No
demasiado. Y éste es uno de los muchos ejemplos de la red de repercusiones que
tiene el muro de seguridad. Si no volvemos a implantar la “Hoja de ruta”, si no
hacemos nada al respecto, este problema se va a convertir en un problema
inmanejable.
La gestión del muro de seguridad: ¿un nuevo trazado?, ¿una demolición?,
esto es algo que podemos dejar para el debate de las posibles soluciones al
problema del muro. Otra implicación que hay que tener muy en cuenta son las
repercusiones que tiene esto en la viabilidad económica de un Estado palestino.
Jerusalén Este, el cuarto problema, separada totalmente de Cisjordania.
Estamos hablando de una serie de muros, vallas concéntricas, sucesivas
expansiones de asentamientos en Jerusalén este. Y ahora, a medida que yo hablo,
la única forma en la que los palestinos de Jerusalén este pueden conectarse con
Cisjordania es una serie de túneles bastante laberínticos y carreteras que ni
siquiera se han construido en algunas situaciones. Yo creo que éste es otro
problema que se opone a una solución definitiva.
El quinto problema tiene que ver con la gestión de Cisjordania. Se está
gestionando en un sistema que se llama “siete microcosmos”, con la excepción de
Jericó, con una administración civil con un mando central que trata cada una de las
ciudades como un microcosmos individual. Se inculca en unos entornos políticos,
económicos y de seguridad idiosincráticos que no tienen nada que ver con la
relación con Ramala, lo cual tiene aspectos tanto positivos como negativos. Por la
parte positiva, como me han explicado, es que de esta forma se facilita mejor la
ayuda humanitaria para los palestinos, están en mejor disposición para gestionar
adecuadamente las peticiones de ayuda, acceso de palestinos a los hospitales
israelíes y demás, lo cual está muy bien. Pero un sistema como este socava de
forma muy significativa la capacidad de Ramala de implantar políticas coherentes
en toda Cisjordania para todos sus elementos ejecutivos, sean de seguridad, de
administración civil o de los diversos municipios. Se trata, en cualquier caso, de un
cambio estructural y estratégico bastante significativo en la gestión de Cisjordania y
que se remonta a principios de este año, a enero, estos microcosmos.
Si volvemos entonces a arrancar la “Hoja de ruta” con liderazgo
norteamericano o con invitación al Cuarteto, tendremos, no solamente nosotros,
sino también los israelíes, que abordar cada una de estas cinco tendencias
estratégicas, puesto que si no ponemos fin a estas tendencias nunca vamos a
acabar con una solución biestatal. Y si no queremos esta solución, bueno, me
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
parece muy bien; pero si la queremos, si queremos esta solución, no nos queda
más que enfrentarnos con eficacia a estos problemas. Ahora la “Hoja de ruta” se ha
calado, por decirlo de alguna manera, no se mueve, hay una gran incertidumbre en
Oriente Medio en lo que se refiere al futuro, ya lo hemos oído, y no es sorprendente
que en esta incertidumbre hayan surgido muchísimas nuevas iniciativas y
propuestas para llenar este vacío, propuestas que se están llevando a cabo de una
forma u otra: el Acuerdo de Ginebra, las perspectivas de una solución
unilateralmente impuesta por Israel, la posibilidad de un acuerdo provisional entre
la Autoridad Palestina y Shalom, un plan que se está desarrollando para formalizar
un Estado nacional, el Partido Laborista tiene sus propios planes... No sé si me he
dejado a alguien en el tintero, pero digamos que han surgido muchísimas
iniciativas. El problema, en cualquier caso, es que todos estos planes apartan la
atención de lo que ocurre sobre el terreno, de la dinámica, aunque la existencia de
tantísimos planes es un síntoma clarísimo de la situación a la que nos enfrentamos.
Cuanto más esperemos, más compleja será esta situación y más difícil será que
respondamos satisfactoriamente a la pregunta de cómo de aquí acá, del punto A al
punto B. Digamos que el Acuerdo de Ginebra lo adoptan ambas comunidades y se
dan otra serie de condiciones. A pesar de todo esto, será muy difícil ir perfilando de
forma gradual un camino viable para llegar a una solución definitiva de forma
bilateral.
Ésta es la situación actual tal y como yo la veo. Ahora se habla de cómo
rearrancar o volver a arrancar la “Hoja de ruta”, la necesidad o no de actuar con
audacia. Desgraciadamente, a mí me da la impresión de que no hay demasiada fe
en la “Hoja de ruta”, no disfruta de demasiada confianza, tampoco nadie piensa que
un proceso bilateral liderado por Estados Unidos vaya a funcionar, todo el mundo
tiende a pensar que hace falta algo más. El motivo por el que hay esta falta de fe,
esta desconfianza profunda tiene mucho que ver con el ejemplo que hemos oído
anteriormente de Qalqilya, una proceso bilateral o una fuerza internacional. Sea
cual sea la solución -un proceso bilateral o una fuerza multinacional- es muy, muy
difícil resolver estos problemas sobre el terreno y mantener el apoyo y el
entusiasmo de la población cuando estas circunstancias tan difíciles no se pueden
cambiar de ninguna manera.
Quisiera concluir comentando algo sobre posibles soluciones, fuerzas de
estabilización y fórmulas posibles de resolver este problema mediante el
establecimiento de una administración provisional o mediante otra forma.
A nivel operativo, tenemos que abordar una cuestión fundamental: cómo
armonizar las obligaciones geográficas legales y operativas de la intervención, es
decir, cuánta tierra se le da a la fuerza internacional, Cisjordania, Jerusalén este,
Gaza, o solamente parte de estos lugares, o nada más que uno o dos de ellos.
Porque el problema es que si se despliega una fuerza internacional en la zona y
luego esperamos renegociar sus términos de referencia geográficos, evidentemente
nos estamos metiendo de cabeza en un problema irresoluble, cosa que no es nada
recomendable.
La jurisdicción es algo bastante claro, como ya se ha mencionado varias
veces en esta jornada. Hace falta un marco claro jurídico basado en el Derecho
internacional, que nunca hemos tenido en Oriente Medio, con apoyo del Consejo de
Seguridad, este apoyo sería extremadamente útil. Procedimientos transparentes,
procedimientos operativos transparentes, esta transparencia también sería
extremadamente positiva para ambas comunidades. Acuerdos de misión entre la
fuerza de intervención y las partes implicadas, lo cual sería un gran avance en
Oriente Medio. Sorprendentemente, todos estos principios son también principios
que exigimos en otras zonas y que, sin embargo, nunca han existido durante
cincuenta años en Oriente Medio.
En términos operativos, el escenario peor posible es una situación en la que
tenemos IDF, colonos, fuerzas palestinas y fuerzas internacionales, todas
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mezcladas intentando asignar responsabilidades en varios campos: una receta para
el desastre garantizado.
La intervención internacional podría ofrecer muchísimas ventajas y también
introducir muchísima coherencia a los esfuerzos que se despliegan sobre el terreno.
Tenemos MGO(?) en el Sinaí, HUCSO(?) en Jerusalén, presencia internacional
temporal en Hebrón (HUMSCO), organismos de las Naciones Unidas por doquier,
teníamos antes la EC, ahora la Unión Europea, todos los organismos que trabajan
sin coordinación y coherencia. Simplemente, planteémonos la cantidad que
podríamos ahorrar si racionalizamos todos estos esfuerzos bajo el paraguas de una
única organización. Están ahí de todas formas, no hay que introducir elementos
nuevos, nada más que los que fomentan la seguridad, están ya ahí y están
creciendo, no se van a ir, no van a abandonar el terreno. Esta es la realidad con la
que tenemos que enfrentarnos. Es caótica, incoherente, y yo creo que sí es posible
por lo menos racionalizar todos estos elementos de la presencia extranjero, y
tendríamos que ser capaces de hacerlo sin asustar a demasiados miembros de la
población, y también podríamos abordar las acusaciones, Patrick, que tú has
vertido esta mañana de ineficiencia con bastante eficacia.
DON JOSÉ LUIS HERRERO (Chair): Gracias por estas recomendaciones
basadas en el sentido común. El último orador de hoy es Miguel Ángel Moratinos.
Presentar al señor Moratinos en un foro dedicado a Oriente Medio es un ejercicio
fútil, desde luego. Todo el mundo sabe que fue enviado especial de la Unión
Europea al proceso de paz en Oriente Medio durante siete años, ¿no es así? Antes
de eso ocupó varios cargos en el servicio diplomático español, en Yugoslavia, en
Rabat, director adjunto para África del norte en España y antiguo embajador.
DON MIGUEL ÁNGEL MORATINOS: Gracias, José Luis. En primer lugar
quisiera pediros un favor. Llevo siete años viajando, limitándome o ligado a hablar
en inglés. Entonces, ya que estamos en España, si me lo permiten, prefiero
expresarme en español, idioma en el que me siento más cómodo. (...) Por haberme
invitado a participar en este seminario (...) de Toledo. Mis agradecimientos a Diego
Hidalgo y a ti, José Luis Herrero, por crear, yo creo, este debate importante hoy,
muy oportuno y que cae en la coyuntura de que por primera vez después de
muchos meses de hablar de violencia, de seguridad y de bombas suicidas, por
primera vez los últimas semanas, los últimos días estamos bombardeados, gracias
a Dios, por iniciativas de paz. Son todas iniciativas, como ha dicho Peter Bartu, que
desgraciadamente no sabemos si harán su camino y si podrán cambiar el destino
de las gentes y ciudadanos de Palestina e Israel; pero, en cualquier caso, sí han
cambiado la dinámica del debate. Y yo me imagino que Slomo, que nos ha reunido
aquí, no querrá este seminario con otra iniciativa de paz. Yo creo que podríamos
hacerla incluso esta noche, teniendo en cuenta el golden teem(?) que hay alrededor
de esta mesa, todos mis viejos amigos de esos momentos mágicos del año 2000,
donde todos estuvimos muy cerca de la paz, y quiero rendir homenaje a todos los
que participaron más directamente, porque ya saben que la Unión Europea fuimos
unos actores más bien indirectos, pero tanto mi buen amigo Martin Inding(?), como
Dani Yatoon(?), como Abdalá Al Jatif, Slomo, principalmente, tuvieron una enorme
contribución. Y siempre les digo a todos ellos que deben sentirse orgullosos de
haber sido los equipos, los responsables de haber demostrado que la paz es casi
posible, no digo posible porque todavía no la hemos alcanzado, pero se tienen que
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sentir extremadamente orgullos, y todos debemos rendir un homenaje formal y
especial por su trabajo y su dedicación.
El panel de esta tarde es, yo creo, un panel importante, porque lo que
imagino que ha dado de sí la jornada de esta mañana y esta tarde es ser
operativos, tratar de explorar de manera franca cuáles son las vías y los métodos
para salir de esta encrucijada. Y por lo tanto, dentro de esta encrucijada creo que
se está consolidando un nuevo enfoque, que es el nuevo papel de la comunidad
internacional. Un papel de la comunidad internacional que no era tan obvio, ni
mucho menos, hace tan solo unos años y que progresivamente va abriéndose
camino y va implantándose en el concepto de cualquier solución que pueda tener
viabilidad en el conflicto isarelopalestino.
Digo esto porque la internacionalización ha sido un viejo concepto que
siempre ha estado presente en las largas décadas de búsqueda de paz en Oriente
Próximo, internacionalización a la que nuestros amigos israelíes y, por qué no
decirlo, también nuestros amigos norteamericanos, no eran muy favorables, porque
siempre veían el fantasma de Naciones Unidas, el fantasma de una mayoría árabe,
de una comunidad internacional exigente con el comportamiento de Israel, y que
cualquier documento que se pudiese elaborar el término internacional o
involucración de la comunidad internacional era de inmediato rechazado por parte
de la administración israelí y de la administración norteamericana. No hace mucho
tiempo, en esta misma mesa, nos recordaba el ex presidente del gobierno español,
Felipe González, que cuando se organizó aquí, en Madrid, la Conferencia de Paz,
cuando todos los batches y todas las identificaciones personales para celebrar la
conferencia mencionaban Conferencia Internacional de Paz sobre Oriente Medio,
pues la delegación norteamericana nos hizo trabajar como locos a la administración
española para revisar los batches y las tarjetas identificadoras para cambiar y
eliminar ese término internacional.
¿Por qué? Porque lo que era la involucración internacional era algo, digamos,
que molestaba profundamente al sentir de la visión israelí, creo que con una
enorme equivocación. Creo que lo que no hemos hecho a lo largo de estos años en
tratar de convencer a nuestros amigos israelíes de que no siempre la comunidad
internacional está en contra de ellos, todo lo contrario, su propia creación como
Estado y posteriormente, yo creo que ha habido siempre un recelo visceral a todo
lo que pudiese provenir de esa sede perversa que es Naciones Unidas y que
siempre quiere el mal y no el bien para Israel. Yo creo que tenemos que hacer
todavía un esfuerzo pedagógico para demostrar, y sobre todo en estos momentos,
que una participación internacional bien discutida, bien negociada con nuestros
amigos israelíes, puede ser beneficiosa no solamente para los palestinos, sino
también para la propia ciudadanía israelí y para los propios intereses israelíes.
En cualquier caso, de lo que queremos hablar hoy no es de esa
internacionalización tradicional, de lo que queremos hablar hoy es de cómo romper
ese círculo vicioso que nos ha llevado a concluir que, desgraciadamente, la solución
ideal, que es una solución bilateral y que al final tiene que haber contactos
bilaterales, no puede en estos momentos resolver el contencioso. Hoy, por mucho
que deseemos, aunque se reúnan en Londres delegaciones israelopalestinas, con
representantes más o menos autorizados para acercar posiciones, no veo, o por lo
menos no estoy convencido, que la relación o la negociación bilateral será suficiente
para encauzar el proceso. Como tampoco veo el enfoque trilateral que se ha
ensayado en muchas ocasiones y que tuvo su punto auge y su punto de mayor
importancia durante ese mandato de la administración de Clinton, donde yo no creo
que ningún presidente de Estados Unidos haya dedicado tanto tiempo, y su
administración, a buscar una paz definitiva. Martin Inding formó parte del equipo,
podrá mañana ampliar todo lo que fue su experiencia. Pero yo, que fui testigo
indirecto de los esfuerzos, pues no creo que con mayor empeño una administración
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pueda tratar de acercar posiciones y resolver las disputas entre palestinos e
israelíes.
El monopolio de la tercera parte norteamericana, con todos mis respetos, es
necesario, pero no es suficiente. Hace falta una involucración mayor, porque la
complejidad de la realidad que se tiene que resolver es mucho más diversa, mucho
más difícil que una simple presión norteamericana hacia unos u otros. Hay otros
niveles, otras implicaciones que no simplemente el poder de la hiperpotencia, como
diría Hubert Vedrín(?), puede resolver este conflicto.
Y vamos al Cuarteto. De los dos, del tándem, al triciclo, al cuarteto musical.
Y el cuarteto musical, por mucha voluntad de armonizar nuestras sinfonías, lo
tengo que decir con sentido crítico, no ha sabido tampoco dar o no ha podido dar
una solución al conflicto y a las difíciles relaciones entre palestinos e israelíes. No
significa que tenga que desaparecer, lejos de mí llevar a una desaparición de unos
de los elementos en lo que he participado personalmente, y por lo tanto sería un
suicidio colectivo por mi parte señalar que el cuarteto tenga que desaparecer. Pero
sí cero que al cuarteto le tenemos que dar un nuevo mandato, un mandato
diferente al que hasta ahora ha desempeñado, y con un compromiso y unas
obligaciones diferentes a las que hasta ahora se ha identificado.
El cuarteto se ha identificado con la “Hoja de ruta”. En la última reunión del
Cuarteto a nivel ministerial que yo participé, en Washington, en junio de este año,
señalaba al alto representante, señor Solana, que tendríamos que el Cuarteto
buscar su propia vida. La vida del Cuarteto no es la “Hoja de ruta”, el Cuarteto
tiene muchas otras cosas que hacer y no exclusivamente obsesionarse con la
aplicación, que es una de ellas, pero no es la única y exclusiva obligación del
Cuarteto. En cualquier caso, lo que hace falta es ver en qué medida y cómo
podemos en estos momentos utilizar a la comunidad internacional, y en este
sentido una presencia internacional en los territorios y en Israel, para resolver y
facilitar una vuelta a la negociación y, por ende, a una solución definitiva del
conflicto.
Me preguntarán ustedes, y como ha dicho muy bien Peter Bartu, presencia
internacional ya existe, y existe, como muy bien ha concluido, de una manera
irracional, de una manera incoherente, falta de cohesión y sin un objetivo político
claro. Se refería Peter Bartu de manera muy clarividente a los aspectos legales,
operacionales y geográficos. Yo me voy a referir más a los aspectos políticos,
porque creo que lo que ha faltado precisamente en la presencia internacional y en
los nuevos intentos o propuestas internacionales para involucrar a la comunidad
internacional, es una visión política clara de qué es lo que queremos hacer.
Y en este sentido, les diría que en primer lugar lo que hace falta es
preguntarnos: ¿es que los modelos utilizados en otras esferas internacionales, en
otras áreas internacionales, sea Kosovo, sea Timor, pueden ser válidos para Oriente
Próximo o para la crisis israelopalestina? Mi respuesta sería negativa. Yo creo que la
crisis israelopalestina necesita un modelo específico, sui generis, diferente, donde
no se excluya la posibilidad, ni mucho menos, de un envío de una presencia
internacional a la zona, pero en el que precisamente no tenemos que prostituir o,
digamos, renegar de lo que se ha avanzado o se ha alcanzado en los últimos años.
En East Timor o en Kosovo no ha habido, creo yo, todos los esfuerzos diplomáticos
que prácticamente concluyeron con la paz. Yo no veo en estos momentos volviendo
al mandato británico. Yo creo que para la población palestina sería una tremenda
frustración, una tremenda humillación, el que de nuevo se le dijese: “Señores,
ustedes no son adultos, ustedes no saben gobernarse, ustedes no pueden asumir
sus responsabilidades, ustedes han negociado estrepitosamente mal, y por lo tanto
les tenemos que poner para gobernarse, tanto desde el punto de vista político,
económico, social, humanitario y de seguridad, a un mandato internacional”. Yo
creo que sería tirar por la borda los esfuerzos impresionantes que han demostrado
muchos responsables israelíes y muchos responsables palestinos, que han logrado
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
crear una complicidad como la que vemos aquí, en esta reunión durante estos dos
días; gentes que han negociado y que saben que son responsables, pero que las
condiciones políticas y de seguridad no han permitido concluir de forma
contundente.
Por lo tanto, mi primera reflexión: sí a un modelo sui generis específico para
Palestina, pero no al mandato tradicional de Naciones Unidas. Tenemos que
alejarnos de esa visión de un mandato, de una resolución del Consejo de Seguridad
similar a la que envío tropas a Timor Oriental y, desde luego, buscar una fórmula
en la que se haga frente a los problemas reales que impiden una solución específica
de los problemas.
Por lo tanto, en la actual situación tenemos formalmente un plan de paz o
una iniciativa, que es la “Hoja de ruta”, que goza de muy mala salud, con enormes
críticas y con pocos adherentes, pero que es la única que en estos momentos es
más o menos aceptada por el gobierno de Israel y por la Autoridad Palestina y por
la comunidad internacional, y que además ha tenido, gracias a Dios, el sostén y el
endoso del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que no es elemento a
desdeñar. Yo creo que el elemento de que Naciones Unidas, el Consejo de
Seguridad, reconozca que haya que alcanzar la solución de dos Estados en el año
2005, es un elemento importante. Por lo tanto, como diplomático que siempre
busco, pues, buscar soluciones creativas y también pragmáticas, el imaginar un
escenario del big-bang actualmente, de que el Consejo de Seguridad decida de la
noche a la mañana, de aquí a un año o dos años, el envío de un mandato o la
creación de una fuerza multinacional de interposición, desgraciadamente, no lo veo.
Creo que tenemos que jugar con las propias dinámicas internas y con las iniciativas
que están sobre la mesa y que podrán avanzar y queremos hacer avanzar en la
buena dirección. Digo que en uno o dos años porque, como bien describía Peter
Bartu, si no acudimos a solucionar los problemas en este corto periodo de tiempo,
la situación de fait accomplí del muro, de los asentamientos, de la falta de
confianza, de la ruptura de negociaciones, hará casi imposible el que en su futuro
podamos ni siquiera imaginar incluso el envío de unas fuerzas multinacionales con
un objetivo eficaz y productivo para alcanzar un acuerdo definitivo.
En segundo lugar quería reseñar que precisamente si tenemos la “Hoja de
ruta” como elemento de referencia, pero que no es suficiente, porque tenemos un
mecanismo de verificación que no se ha utilizado y que, por lo tanto, también el
mecanismo de verificación preveía la presencia internacional, había observadores,
hablamos de observadores, el Cuarteto, a nivel de enviados, negociamos un
organigrama para tratar de las cuestiones de reforma institucional política de la
Autoridad Palestina, de la reforma y de las atenciones en carácter humanitario, de
los elementos de seguridad, pero todo esto ha quedado en agua de borrajas,
prácticamente no ha habido movimiento sobre el terreno para hacer presente y
aplicar las obligaciones y responsabilidades del mecanismo de vigilancia y aplicación
de la “Hoja de ruta”. Por lo tanto, ha sido insuficiente y, por lo tanto, si es
insuficiente, tendremos que imaginar nuevas fórmulas.
Les debo decir que este debate de la fuerza de interposición y de, por lo
tanto, una presencia internacional fuerte y robusta, fue objeto ya, incluso en los
propios debates ministeriales del Cuarteto, de una discusión importante. Hace casi
un año, en el Cuarteto ministerial de Washington de diciembre del año 2002,
cuando contemplábamos la situación de deterioro de la situación en los territorios y
en Israel, en el almuerzo con Colin Powell, Solana y la Presidencia danesa, ya se
habló en su momento de por qué no ya ir pensando en la solución de work case(?)
escenario de enviar fuerzas multinacionales. Y la idea de Martin Inding, de su
instituto, del Trans---(?) o de buscar una fórmula original, fue objeto de un cierto
debate a la hora del almuerzo. Es verdad que aunque la administración
norteamericana actual no rechazó de hecho la iniciativa y la idea, la guardó como
posibilidad, pero una vez fracasen todos los demás intentos diplomáticos para
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
poner en marcha la “Hoja de ruta”. Desde entonces, yo no creo que haya habido un
debate formal sobre este tipo de iniciativas; pero creo que el momento ha llegado
para precisamente combinar lo que es la aplicación de la “Hoja de ruta” con una
presencia internacional en los territorios. Y creo que, en este sentido, cuando
decimos ¿qué deberíamos hacer ahora mismo, a corto plazo, para poner la “Hoja de
ruta” en funcionamiento?, yo creo que tenemos que ir a una aceleración importante
de la primera fase de la “Hoja de ruta”, para acercarnos definitivamente a la
segunda fase, que es esa fase muy complicada, pero que tiene que ser objeto de
debate serio, de la creación del Estado palestino con fronteras provisionales.
Yo sé que mis amigos palestinos lo miran con enorme recelo. Yo si fuese
palestino haría la misma cosa. Si me dan un Estado palestino con fronteras
provisionales, sin ningún tipo de garantías, y me dan sólo un 40 por ciento o un 45
por ciento del territorio, y por lo tanto no hay un peso específico de las
posibilidades de que ese Estado, esas fronteras puedan volver a lo que
históricamente y desde el punto de vista del Derecho internacional les corresponde,
pues rechazaría el concepto de Estado palestino con fronteras provisionales.
La única solución para que, me imagino, la Autoridad Palestina y la sociedad
palestina acepte este concepto, que está incluido en la “Hoja de ruta”, es
precisamente que haya un blindaje de garantías internacional que les permita decir:
“Miren ustedes, no resolvemos, no negociamos hasta la última coma, pero, dado
que queremos avanzar y queremos crear una situación de normalidad y de
estabilidad, vayamos a aceptar el Estado palestino con fronteras provisionales, pero
hagamos una garantía internacional endosada por el Consejo de Seguridad”, de la
misma manera que se ha endosa precisamente road map y la “Hoja de ruta”. Y en
ese endoso aquí entrarían las ideas, muchas veces discutidas con Slomo Ben-Ami,
de los parámetros de Clinton o de Taba. En definitiva, se diría: “Bueno, para
terminar de negociar y avanzar, parémonos, creemos el Estado, sean provisionales,
pero el Consejo de Seguridad endosa que la solución definitiva será más o menos lo
que significan los parámetros de Clinton”. Y en ese sentido, yo creo que la
Autoridad Palestina y muchos palestinos podrían entender la necesidad y la
viabilidad y, por lo tanto, la oportunidad de aceptar este planteamiento. Y en ese
momento es donde yo vería el envío de una presencia internacional bien, bien, bien
dirigida. Lo vería, lógicamente, para garantizar esas fronteras provisionales, lo vería
ya con un acuerdo de las partes, lo vería, lógicamente, con los temas de seguridad
y luego lo vería, de manera más estudiada y más detallada, en los distintos
sectores que son necesarios para consolidar el proceso de evolución de la parte
palestina, la parte institucional y de reforma política. Es necesario que la presencia
internacional ayude a la formación y al proceso electoral. Quizá el proceso electoral
es el primer paso precisamente para renovar a la clase política en Palestina, pero
para eso también necesitamos crear espacios de convivencia y estructuras políticas
para vertebrar la sociedad palestina. Presencia internacional de soldados
únicamente en las fronteras o en los puntos fronterizos en los check points, no
basta. Hace falta también ayudar a la clase política palestina, a la sociedad
palestina, a crear espacios modernos de desarrollo que hoy día no tienen y que
desgraciadamente la comunidad internacional ha olvidado. Las ONGs se ...
[CARA B]
(...) que los otros sectores, porque si no hay un sector laico moderno en
Palestina, al final no habrá interlocutor en Palestina, y cuando se llegué a negociar
el acuerdo final no encontremos interlocutores, encontraremos señores de la
guerra, encontraremos tanzin (?), o distintos sectores de Hamás o bandas
armadas, etc., etc., y perderemos la ocasión de estructurar y vertebrar la sociedad
palestina. Y por lo tanto, también habrá que pensar en una presencia internacional
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
en todos los aspectos, económicos, financieros, administrativos, pero no como una
especie de vigilancia, sino como ayuda, y dejar a la autoridad política, a aquellos
que hayan sido elegidos, la responsabilidad de negociar libremente el final y, por lo
tanto, los acuerdos con sus homólogos israelíes.
Evidentemente, esto es una apuesta difícil, compleja, no va a ser
sencilla. La primera pregunta es si la comunidad internacional, y por lo tanto
Estados Unidos y la Unión Europea, tienen la capacidad política en estos momentos
de acelerar la aplicación de la “Hoja de ruta”. Si no lo hacen, y no sé si el ánimo
existente en la actualidad conduce a ser optimistas en este sentido, porque nos
encontraremos de nuevo con que el año 2004, con plenas elecciones
norteamericanas, será muy difícil, lógicamente, movilizar a la administración
norteamericana, y por lo tanto, si no hay movilización norteamericana será muy
difícil que los europeos únicamente, exclusivamente, puedan abordar toda esta
problemática.
Podemos empezar los europeos a presentar planes, iniciativas
pragmáticas serias, que no sean consideradas maximalistas, explicarlas a la
sociedad israelí y a la comunidad internacional, no creo que tengamos que estar de
brazos tampoco porque haya un impasse electoral norteamericano; pero desde
luego no tendrán el mismo impacto si la administración norteamericana no se
siente obligada a movilizarse.
Y yo siempre llego a la misma conclusión: Lógicamente, Estados
Unidos se moviliza por sus intereses, como toda potencia internacional, pero
también se nos olvida a veces que en gran medida la mejor presión que puede
tener Estados Unidos no es una presión europea o no es una presión o no es una
presión de los denominados “lobbys judíos” u otros grupos en Estados Unidos, es la
presión de la propia sociedad israelí. Si no hacemos cambiar a la sociedad israelí,
sino trasladamos a Estados Unidos mensajes claros y contundentes de esa clase
política israelí que aunque ahora no gobierne tiene ideas, tiene iniciativas, tiene
propuestas serias, pragmáticas, difícilmente la administración norteamericana se
movilizará. Por lo tanto, hay una corresponsabilidad de Europa y del sector,
digamos, más progresista israelí, que tendrían que trabajar al alimón, de forma
concertada, para precisamente cambiar lo que es la actitud tradicional de la actual
administración norteamericana, de dejarse exclusivamente movilizar por cuestiones
electorales o cuestiones del gobierno en funciones actual.
Es por ello que terminaré aquí señalando que mi petición es que
hagamos un compromiso político serio, un compromiso político por parte de la
Unión Europea y de los miembros del Cuarteto, utilicemos los instrumentos que
tengamos que utilizar, adaptémoslos a estas nuevas ideas que surgen de una
presencia internacional. Creo que la aceleración y la creación del Estado palestino
con fronteras provisionales y con garantías suficientes podía ser el momento crucial
de cambio, y precisamente de cambiar la dinámica. Y si no es así, entonces habrá
que buscar ese bigbang, que quizás se lo den la propia tragedia que nos viene
acostumbrando la calle palestina y la calle israelí con los atentados y los
contraataques que se celebran.
DEBATE
Muchísimas gracias.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
MODERADOR: Hemos concluido con el tiempo de intervención de los
ponentes. Vamos a dar la oportunidad ahora a los miembros de las mesas de que
dirijan sus preguntas a los ponentes, y después abriremos un turno de
intervenciones y de preguntas.
MR. XXX: Por lo que yo tengo entendido, ésta es una conferencia que habla
de la posible solución internacional para Palestina. Yo sugiero, por tanto, que todos
comprendamos que incluso aunque se dé una presencia internacional o un tipo de
actividad internacional en Oriente Medio, ésta debe ser limitada, no es algo que
esté formado por pacificación más mantenimiento de la paz más formas de hacer
presente la presencia internacional, porque incluso los que han intervenido han
recalcado que no hay ni siquiera un debate acerca de la presencia israelí en Israel o
en Palestina. Incluso aquí se está debatiendo, en esta mesa, entre los propios
ponentes. Yo creo, por tanto, que conviene entender que sólo una presencia
internacional no tendría ningún problema en principio.
En segundo lugar, sea cual sea la solución definitiva, sea cual sea el estatus,
el acuerdo a que llegue, debe basarse en dos principios. Uno, sobre todo y por
encima de todo, en una negociación directa entre las partes, y si ésta es una
intervención internacional, pues yo estoy totalmente de acuerdo y apoyo
plenamente la intervención internacional que obligue o que haga, mejor dicho, que
las partes se vuelvan a sentar a la mesa. Pero ninguna tercera parte puede inventar
una solución, la solución deben alcanzarla las dos partes. No hablo en nombre de
Mohamed Al Jalam(?), hablo en mi propio nombre. Si nos metemos en una
habitación Mohamed Al Jalam y yo, después de tres días seguro que hemos llegado
a una solución. Desgraciadamente, nosotros no somos los responsables de las
negociaciones. [Por favor, los comentarios con micrófono.] Pero no me llamo Ehud,
ni me llamo Barak, lo siento mucho.
No, no, no creo que tengamos que tener tanto miedo como para decir
claramente que hay una forma de llegar a la solución entre las partes. ¿Debería
darnos miedo, debería preocuparnos, tengo yo miedo de estar con él en la misma
habitación? Pues lo cierto es que todas estas ideas ya han sido planteadas hace
muchos años.
Pero bueno, a lo que iba, yo creo que mientras que hablamos de llegar a
algún tipo de solución, y, por cierto, me gustaría continuar donde lo dejó el señor
Moratinos, según la “Hoja de ruta”, que está en situación de coma, como se ha
dicho antes, ambas partes asumieron una serie de compromisos. El gobierno israelí
tiene que desmantelar todos los asentamientos construidos después del 1 de marzo
del 2000, o 2001, o 2002, no me acuerdo exactamente. No, 2004 no, 2003, según
lo estipulado en la “Hoja de ruta”. Y por supuesto, Israel debe interrumpir todas las
actividades de reconstrucción de asentamientos o construcción de nuevos
asentamientos. También los palestinos se comprometieron a desmantelar las
infraestructuras del terrorismo. Pero yo creo que con esto no basta, porque si
esperamos a que se vuelva a producir, podemos esperar hasta la vuelta del Mesías.
Hay un chiste en Israel que dice que cuando venga el Mesías vendrá subido
en un burro. Y burros hay, y el burro lo tenemos, tenemos muchos burros, lo que
nos falta es el Mesías que venga cabalgando en él. Por eso digo que lo que puede
hacer la comunidad internacional es, sin intervenir, animar, invitar a las partes a
que se sienten a reanudar las conversaciones inmediatamente, mañana, sin
ninguna condición previa. Si nos ponemos en lo peor, que hoy mucha gente
pregunta qué pasa si no se reanudan las negociaciones o si se tuercen, yo no
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
represento aquí, ya lo he dicho, a la coalición que ocupa el poder de momento,
claro, lo que sugerimos es que la primera fase sea que Israel retire unilateralmente
sus fuerzas y desmantele los asentamientos de Gaza sin esperar a ningún
compromiso por parte de Palestina. Si, por supuesto, existe ese compromiso,
bienvenido sea, no queremos vivir en una burbuja, en un vacío. Por supuesto,
aunque yo confío en los palestinos, en el sentido de que estarían dispuestos a
cumplir los compromisos en relación con Gaza, pero bueno, en cualquier caso, yo
no soy favorable, no soy partidario de esperar a que ninguna de las partes cumpla
ninguno de los compromisos. Y como señal de confianza nos comprometemos a
retirarnos de Gaza aunque las negociaciones no fructifiquen, y retiraremos nuestras
fuerzas hasta las fronteras antes del año 67. No sé, Pini qué pensarás tú. Pero la
cuestión es qué pensaría la sociedad israelí, porque para muchos israelíes parece
que estamos cediendo ante el terrorismo. Porque si abandonamos los territorios sin
ningún compromiso por la otra parte, muchos israelíes esto lo interpretarían como
rendirse ante el error, ceder ante el terrorismo. Y yo creo que es contrario a los
intereses de Israel tener una presencia en Gaza. Con lo cual, si hablamos de lo que
habría que hacer, yo creo que, bueno, he intentado explicar cuál es mi opinión al
respecto.
Por último, Peter ha dicho, y creo que tiene toda la razón, que hay muchas
iniciativas israelíes, muchísimas, desde luego. Es cierto, las hay. Estoy mirando a
mis amigos palestinos y estoy esperando que surja por lo menos una, una iniciativa
de Palestina, no estaría mal.
Muchas gracias.
MR. XXX: Tengo que hablar árabe, sobre todo si quiero responder a lo que
acabamos de oír.
Yo ruego que escuchar a Beni Tome(?) cuando estaba en el gobierno, no
ahora, además espero que estas ideas las tenga cuando esté en el gobierno si tiene
éxito en las próximas elecciones. Pero prácticamente cuando recuerdo la historia de
las negociaciones, no acordamos con la parte israelí ni con los israelíes en ninguna
parte, no hemos ido a ninguna parte sin una tercera parte y sin la intervención de
una tercera parte. Quizás la Oslo(?) de Gaza y Jericó ha sido con la ayuda de la
sociedad internacional; lo de Hebrón, también con la ayuda de la sociedad
internacional; y el --- también con una presión de Clinton, y bueno, fue..., incluso
secuestraron algunas maletas del mismo primer ministro israelí, etc., etc., hasta el
final de las fases de las distintas negociaciones. Ha habido una tercera parte, pero
la idea del beneficio de la presencia internacional, yo creo que Dani Hutton(?) no
está en contra del principio, no es porque..., sino porque en la sociedad israelí hay
una idea de que la presencia internacional es enemiga del avance israelí, porque no
confía en la tercera parte. Hemos intentado llegar a un acuerdo con la parte israelí
sin parte tercera, pero si llegamos a un acuerdo, no hemos podido llevarlo a la
práctica. Nunca Israel se ha comprometido en cumplir los acuerdos si no ha habido
una presión internacional, a veces la Unión Europea, otras veces Estados Unidos,
Egipto solo, a veces también Jordania. Una parte internacional debe de tomar su
parte para convencer a ambas partes y tratar de colar los ---(?) testimonios en los
últimos nueve años. Pero la idea de los compromisos y la aplicación de los
compromisos en un periodo determinado, la parte israelí, por el miedo que tenían
de la presencia de una tercera parte, rechazaba muchas veces incluso la presencia
norteamericana como socio supervisor o testigo.
Yo recuerdo en las reuniones de seguridad que la parte americana ha sido
alejada de los encuentros de seguridad durante ocho meses, sólo porque no
querían un testigo. Por eso nosotros, cuando revisamos la idea del fracaso del alto
el fuego en los últimos tres años, hemos experimentado todos los medios, todas las
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
maneras, hemos agotado todas ideas, el punto único que estaba ausente en todos
los encuentros es la presencia de una tercera parte. En todos los encuentros con la
parte israelí hemos echado de menos una tercera parte. Siempre los palestinos
decíamos que nosotros los correctos y ellos son los erróneos. Ellos pensaban lo
mismo: ellos son correctos, nosotros no. Pero no había quién decidiera quién es el
que ha superado, quién es el que ha cumplido, quién es el que ha violado los
acuerdos. La única exclusión ha sido después de..., no perdón, hablando sobre el
Cuarteto, ha sido alejado el Cuarteto incluso tres partes, y sólo ha sido monopolio
de Estados Unidos. Tal como han dicho esta mañana, el señor Wolf vino sin una
delegación seria para comprometer a ambas partes a cumplir el acuerdo o la “Hoja
de ruta”. Por eso yo no quiero hablar mucho de lo que dice mi amigo Hutton, pero
los últimos ocho o nueve años de negociaciones estoy convencido de que la
confianza quizá no hace falta, no sea necesaria. Si existe, bien; pero no es
suficiente. Porque la confianza, construir confianza, ya hemos pasado cuatro años,
la confianza entre la Autoridad e Israel era excelente, y desde abril de 1996 hasta
el inicio de la II Intifada la confianza era excelente, había un combate al terrorismo
que fue muy positivo por parte de la Autoridad. Israel vivió sus mejores días de
seguridad, sólo tuvieron lugar tres operaciones en cuatro años. ¿Pero qué es lo que
nos han dado? Prácticamente nada: un primer ministro sucede a otro, cada uno
trae su propia teoría, su propia filosofía, la quiere aplicar al pueblo palestino. Y por
consiguiente, siempre la tercera parte yo creo que es el ausente permanente
durante los últimos ocho o nueve años. Y cualquier iniciativa en futuro, si no hay
una tercera parte con capacidad de comprometer, de obligar a Israel y a la
Autoridad Palestina a cumplir lo que acuerdan, no habrá esperanza de salir de esta
crisis. Pero el complejo actual de que nos sentamos tú y yo y otra tercera persona
en una habitación cerrada, eso no es complejo, no hay complejo en los encuentros
palestinos-israelíes y no hay obstáculos en la relación entre palestinos e israelíes.
Existen diferencias en la lógica de pensar entre el palestino que gobierna y el
palestino que está bajo ocupación. Yo no soy de aquellos acomplejados por vivir
bajo la ocupación, yo viví muchos años en la franja israelí, pero la lógica de la
fuerza es la que gobierna en la mayor parte de los negociadores israelíes. Si cambia
esta mentalidad, yo creo que todos los temas de las negociaciones que hemos
tratado en los últimos nueve años, si la mentalidad actual mía --- palestino-israelí,
pero si no hay dirigentes osados para tomar las decisiones convenientes para abrir
un nuevo camino para los dos pueblos Pero que nos los demos a nosotros mismos,
que nosotros y los israelíes podemos traer soluciones, esto es algo imposible, es
una idea imaginaria imposible y no es aplicable en la historia del conflicto árabeisraelí.
Había unas relaciones entre Rabin y Arafat, excelentes relaciones. Pero es lo
mismo, lo que quería decir Londres(?) es que ceda Arafat, Barak era excelente, con
grandes slogan, pero rechazó cumplir lo que se había acordado, incluso con
Nethanyahu. Entonces, la cuestión es que no necesitamos construir confianza o no,
lo que se necesita es cómo podemos llegar a algo común con testigos
internacionales y que esos testigos continúen desde el principio hasta el final.
Gracias.
[Hay un problema con la traducción.]
MR. XXX: Lo más importante es saber que Arafat se negó a poner en
práctica lo acordado con Netanyahu. Arafat se negó a poner en práctica los
acuerdos con Netanyahu.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
MR XXX: Soy miembro del Knesset. Y esto es precisamente a lo que yo me
quería referir. Hablamos de crear una confianza bilateral entre dos partes que, a fin
de cuentas, son asimétricas, y hablamos de esto como condición previa para la
continuación del proceso de paz, para poner fin a la ocupación, etc., etc. Desde el
principio vemos que no hay probabilidades de que lleguemos a un resultado
positivo.
Damas y caballeros, no habrá para nada confianza entre israelíes y
palestinos siempre y cuando la ocupación continúe, no existirá coexistencia entre
los palestinos y los colonos. A veces, durante las reuniones entre israelíes y
palestinos, el equipo israelí siempre le pregunta al palestino en primer lugar...,
bueno, en primer lugar se pide confianza del más débil; luego, coexistencia con los
colonos; luego, no utilizar una u otra palabra cuando uno habla de Israel o de la
ocupación. Son imposiciones, y estas exigencias, en mi opinión, son los detalles, los
signos de un fenómeno de continuación del mismo concepto: una parte poderosa y
otra parte muy, muy débil en la mesa de negociaciones.
Este concepto hay que cambiarlo. Vivimos en un periodo de conceptos
congelados, por decirlo de alguna manera. Israel dice, y me refiero a todos los
gobiernos, laboristas o del Likud, “no aceptaremos la presencia internacional o la
intervención internacional”, pero Israel sí acepta presencia internacional de una
forma u otra, por ejemplo, en Hebrón, o la intervención limitada de ciertos
organismos internacionales, treinta inspectores como mucho. Hablamos de una
situación en la que una parte puede imponer sus condiciones y la otra no tiene más
que aceptarlas, en cuyo caso hablamos de una situación que carece de
posibilidades de avanzar y mucho menos de conseguir una solución satisfactoria.
Cuando la comunidad internacional se preocupa, por ejemplo, sobre el muro
de seguridad. El presidente Bush todos sabemos cómo ha descrito este muro
después de su reunión con el presidente Sharón. Primero el presidente Bush dice
que le parece mal el muro y luego, después de hablar con el presidente Sharón,
dice que es un muro defensivo, cosa evidentemente que carece de toda
credibilidad. De la noche a la mañana pasa de ser un muro de apartheid a un
mecanismo de defensa, un mecanismo que lleva a cabo el gobierno israelí para
defender a sus ciudadanos. Peter se ha referido en términos muy claros a Qalqilya
como modelo de este conflicto y proporcionó descripciones detalladas. Yo creo que
ir realmente allí para ver cómo viven los palestinos en una jaula. Los palestinos en
Qalqilya son prisioneros, 31.000 palestinos de Qalqilya encarcelados por un muro,
por lo menos 125 agricultores de Qalqilya que ya se han quedado fuera del muro de
Qalqilya, el ejército les impidió la entrada durante dos semanas porque los soldados
se negaron a abrir la puerta durante dos semanas completas.
Lo que quiero decir es que hay que cambiar este concepto de partida para
poner en práctica lo que ambos pueblos desean. La mayoría israelí busca una paz
auténtica, una estabilidad una seguridad, y los palestinos también están muy
dispuestos a ser tratados como personas normales y corrientes. Muchas gracias.
MODERADOR: Muchas gracias, ahora le doy la palabra a Pini Meidan y
también a los miembros de la mesa en caso de que quieran hacer algún
comentario. Pero, si no, es Pini Meidan.
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MR. PINI MEIDAN: Quiero equilibrar un poco, con su permiso, matizar un
poco lo que dije anteriormente. Hay varios primeros ministros israelíes, pero nada
más que hay un presidente palestino de la Autoridad Palestina. Ha habido muchos
primeros ministros israelíes y nada más que un palestino. Yo no creo que la falta de
implantación de los acuerdos se pueda atribuir únicamente a una de las partes. Hay
una frase en árabe que se refiere precisamente a esta situación, que podría
traducirse en inglés como hacen falta dos para bailar el tango. Son dos los que
bailan el tango, no solamente uno. Han sido ambas partes las que han fallado a la
hora de cumplir sus obligaciones. Ambas sociedades no han hecho lo que estaban
obligadas a hacer. Esto en primer lugar.
Según Peter Bartu, me ha dado la impresión de que el único problema en el
Oriente Medio es el muro. El muro no se ha erigido porque exista un entorno de paz
entre israelíes y palestinos, podríamos quizás hablar de dónde tendría que estar el
muro o qué tipo de muro hay que erigir, pero el muro es una de las obligaciones
que tiene el gobierno israelí para proteger a su pueblo. Podríamos quizás debatir
dónde tendría que estar el muro, pero la idea de separación es eso ni más ni
menos, no se puede uno divorciar y seguir viviendo bajo el mismo tejado, tenemos
que elegir un lado u otro.
Sin embargo, habiendo dicho esto, yo creo que todos podemos llegar a la
misma conclusión. Ambos hemos llegado a la misma conclusión: hace falta un
tercero para garantizar que se ponga en práctica lo que ambas partes hemos
firmado, no una ni otra, sino las dos, porque ambas somos culpables de no poner
práctica nuestros compromisos. Desgraciadamente, no somos ni usted ni yo los que
tomamos decisiones para estos pueblos. Yo estoy de acuerdo con Kaplan(?)... No,
no, si a usted no me refiero, no se ha oído el comentario. Y desgraciadamente no
sé si alguna vez se producirá esto, espero que pronto. Pero, en cualquier caso, no
nos podemos limitar a esperar a que ocurra algo, no nos podemos sentar sin hacer
nada y tampoco tenemos que firmar acuerdos con cualquier persona que esté
dispuesta a firmarlos con nosotros, acuerdos que no valen ni el papel en que están
escritos. Tenemos que encontrar una solución viable para ambas sociedades y
movernos ya, hacer algo ya. Y no podemos actuar solos, necesitamos ayuda, y es
por ello que hace falta un tercero. Gracias.
MODERADOR: Muchísimas gracias, ¿algún otro comentario?
MR. MORATINOS(?): Quisiera referirme a lo que ha dicho Dani, bueno, a los
dos comentarios anteriores. En mi opinión, tendríamos que plantearnos cuál es el
papel de esta tercera parte. Yo supongo que depende de la fase en la que nos
encontremos del proceso. Estoy de acuerdo con Dani en el sentido de que el primer
papel que desempeñaría esta tercera parte, sea el Cuarteto o la comunidad
internacional, sería alentar, instar a ambas partes a restablecer sus contactos, a
sentarse otra vez el uno frente al otro. Esta sería la primera fase para esta
presencia internacional. Pero luego evidentemente haría falta algo parecido a lo que
ha mencionado Mohamed: Vale, volvemos a negociar, volvemos a sentarnos el uno
frente al otro, hay cosas que tenemos que controlar sobre el terreno, tenemos que
establecer medidas para fomentar la confianza, un entorno adecuado para la
negociación, y aquí hace falta un tercero. Cuando hablo de un tercero no hablo
solamente de uno, la tendencia actual es que los Estados Unidos desempeñen un
papel protagonista en estas terceras partes, este tercero que piden los palestinos.
Como europeo, me he sentido muy frustrado en varias ocasiones por no habar sido
capaces de formar parte de este control y supervisión, no solamente por motivos de
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protagonismo para ondear la bandera europea, sino más bien por motivos de
eficacia. Y desgraciadamente no hemos conseguido convencer a nuestros amigos
israelíes para que confíen más en el papel europeo en esta actividad de control y
supervisión, en contactos con los palestinos para intentar ejercer alguna influencia.
Lo hemos hecho, pero sin demasiado éxito y sin demasiada profundidad. Y también
le diría lo mismo a los palestinos, porque en este tipo de formo, y mis buenos
amigos como Mohamed lo saben, a veces se pide que los europeos formen parte de
este mecanismo internacional. Pero la realidad cuando surgen problemas serios,
mis queridos amigos palestinos no son audaces o no tienen la capacidad suficiente,
pero más tarde o más temprano ceden ante la presión de los americanos e israelíes
y dice: Bueno, Miguel, esta vez es imposible, quizás en la siguiente ocasión
encontraremos una forma para que Europa forme parte de este control y
supervisión. Ésta es una pauta de comportamiento que se ha dado una y otra vez,
sin resultado alguno. Incluso en la última parte de esta llamémosle tragedia de la
implantación de la “Hoja de ruta”, nos encontramos con una sorpresa muy
desagradable, no me refiero a la actuación de Sharón y de la administración,
bueno, ni de Sharón ni de Bush, sino me refiero a la actuación de nuestro buen
amigo Abu Mazen, que ni siquiera nos proporcionó un ejemplar del texto que iba a
leer. Me parece que es una lección que nos enseña mucho a todos, porque en esta
segunda fase esta tercera parte puede desempeñar un papel muy distinto, esta
presencia internacional. Yo no digo que siempre esté presente en las negociaciones
y que se siente en la misma mesa, pero sí podemos desempeñar un papel muy
importante de monitorización o control y supervisión, para intentar fomentar la
confianza.
Luego llegamos a la tercera fase, a la negociación del estatus final, de la
solución definitiva. Tenemos un marco de la comunidad internacional en el que
todos estamos de acuerdo, no lo imponemos a nadie, pero más o menos tenemos
una idea general de cuál ha de ser la solución definitiva, y luego dejamos a las dos
partes un lugar, no sé si una habitación de hotel, o un banco, o lo que sea, para
que negocien los detalles. Negociar los detalles no quiere decir que el tercero o
terceras partes se vean totalmente excluidas del proceso de negociación, habrá que
recurrir a ellas en ciertos momentos, cuando las negociaciones lleguen a un punto
muerto. “Por favor”, puede decir este tercero, “no se rindan, reúnanse otra vez,
tenemos ideas, podemos ayudarles, podemos apoyarles con las ideas que ya han
debatido”. Podría decir que en este caso también hace falta que esta presencia
internacional desempeñe un papel como de animador o de impulsor. Luego, el
papel fundamental que debiera desempeñar tiene que ver con las garantías, que va
a garantizar que se va a cumplir el acuerdo, y es aquí donde esta tercera parte
desempeña su papel más importante, y es con todos estos papeles que hay que
tener en cuenta esta intervención internacional.
MODERADOR: ¿Alguien más?
MR. IAN MARTIN: Muchísimas gracias, señor presidente. Quiero disculparme
ante los demás participantes por haber llegado tan tarde a esta reunión. Por tanto,
si lo que voy a decir como respuesta a algunas cosas que he oído esta tarde, ya se
ha mencionado esta mañana, me disculpo.
Me parece a mí, en cualquier caso, que cuando hablamos del papel
internacional, me refiero a esta última sesión, que ha tenido presentaciones muy
interesantes, el problema más crítico que esta presencia internacional tendría que
abordar en la crisis actual me parece que todavía no lo hemos mencionado. Claro
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que es importante que haya controladores internacionales para tender un puente
que salve esta desconfianza, para asegurarse que ambas partes cumplan con sus
compromisos, pero antes de esta fase nos topamos con un problema
importantísimo, que además explica el fracaso de la “Hoja de ruta”, no es su único
problema, pero es un problema de gran amplitud: la falta de capacidad por parte
de los palestinos de cumplir los compromisos adquiridos en el marco de la “Hoja de
ruta”. Yo sé que Mohamed dirá algo al respecto, porque fue él quien, como ministro
del Interior, bueno, es ex ministro, pero me refiero a cuando eras ministro, cuando
ocupabas este cargo, era tú responsabilidad cumplir los compromisos relacionados
con la seguridad y con poner fin a las actividades terroristas y desmantelar las
estructuras terroristas, tal y como se exigía en la “Hoja de ruta”. Sin tener en
cuenta la falta de capacidad de los palestinos para cumplir estos compromisos, la
“Hoja de ruta” nunca tendrá éxito ni llegará a ningún sitio.
Está muy bien que el Partido Laborista sugiera que lo mejor es salir de Gaza
en primer lugar y dejar sólo a los palestinos, pero aunque esto ocurra surge el
mismo problema: ¿tendrán los palestinos capacidad para enfrentarse con éxito a
esta situación o es intención del Partido Laborista dejarlos ahí por su propia cuenta?
Me refiero entonces a que hay que abordar una cuestión esencial: cómo se puede
estructurar la presencia internacional para reconstruir la capacidad palestina de
cumplir con sus compromisos, que ahora brilla por su ausencia.
Luego quiero decir algo en respuesta a lo que ha dicho mi amigo Miguel.
Creo recordar una conferencia celebrada en Madrid hace unos ocho o nueve meses,
si no recuerdo mal, en la que dije que el Cuarteto era una estupenda idea (creo que
estábamos en la misma mesa redonda, ¿no te acuerdas?), pero que el único motivo
que explicaba su funcionamiento es que Estados Unidos no tenía interés alguno en
llegar a una solución del conflicto. Yo predije entonces que tan pronto como
Estados Unidos decidiera que sí estaba interesado en resolver el conflicto, el
Cuarteto ya dejaría de estar operativo, dejaría de funcionar. Nunca esperaba,
cuando dije estas palabras, que la administración Bush actuase de forma tan brutal,
despidiendo a los otros miembros del Cuarteto cuando decidió participar
brevemente en estos esfuerzos. Pero esto no es simplemente una arrogancia por
parte de Estados Unidos, que sí existe, sino que señala una realidad subyacente,
una realidad fundamental que explica por qué los palestinos en los momentos
críticos no dan su apoyo, quieren una tercera parte que tenga influencia frente a
Israel. En su forma más extrema, sería un tercero que les ponga a Israel en una
bandeja, por lo menos que tenga capacidad de influencia sobre Israel. Y el
problema que tiene la Unión Europea, que es un problema que además empeora y
no mejora, desgraciadamente, es que los israelíes no confían en vosotros, no creen
que a la hora de la verdad los europeos vayáis a estar ahí, en las trincheras con
ellos; pero sí confían en Estados Unidos para desempeñar este papel. Y la confianza
en esta fuerza internacional, como ya hemos visto, la confianza es esencia para que
haya probabilidades de éxito. Lo he dicho antes, pero vuelvo a decirlo, hay que
hacer algo para reconstruir la confianza entre la Israel y la Unión Europea, para que
ésta pueda desempeñar un papel que, en mi opinión, puede desempeñar con
muchísima eficacia.
MR. XXX: Yo sólo quiero responder a Martin. Estoy totalmente de acuerdo
con que la Unión Europea tiene que desempeñar un papel muy importante. Desde
luego, Estados Unidos tiene que ayudar a construir la capacidad de la Unión
Europea. Es una especie de división del trabajo dentro de un esfuerzo
multinacional. Estados Unidos se podría ocupar de algunos aspectos de seguridad y
llegar a un acuerdo que deje satisfechas a ambas partes y que haga desaparecer el
conflicto. Pero yo creo que la Unión Europea tiene que desempeñar un papel
importante, que antes se ha mencionado en concreto: elecciones, Estado de
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Derecho, construcción de instituciones, etcétera. Yo creo que ningún otro
organismo puede hacerlo mejor que la Unión Europea. Israel podría cambiar su
opinión acerca de la Unión Europea si Estados Unidos no ayudara a consolidar
confianza, no creo que Estados Unidos pueda desempeñar ese papel principal de
salvaguarda de la seguridad. Yo creo que si de dividen bien, si se reparten bien los
papeles, los papeles funcionarían bien. Yo creo que el Cuarteto no funcionó porque
Estados Unidos no estaba demasiado interesado.
Por eso hablamos de enero 2005, qué hacer después de las elecciones
presidenciales en Estados Unidos. Pero, por supuesto, estamos hablando del aquí y
ahora, qué podemos hacer ahora, cuál es el papel de la tercera parte, cuáles son
las tareas más urgentes, quiénes deben ser esas terceras partes.
Todos sabemos que Estados Unidos no va a intervenir de una forma
importante, por eso esas cuestiones están todavía por resolver. Creo que las
relaciones trasatlánticas nunca han estado peor que ahora y yo creo que hoy
podremos canalizar algunos esfuerzos para intentar llevar a buen puerto toda esta
iniciativa y, repito, para dividirnos las tareas.
MR. XX: No quiero entrar en un debate Estados Unidos-Unión Europea. La
pregunta que le quiero plantear es: ¿Cree usted que los palestinos confían en
Estados Unidos.
MR XXX: Bueno, me imagino que se refiere a si confiamos en que Estados
Unidos pueda ejercer cierta influencia sobre Israel, ¿no? Porque siempre hemos
visto, y ocurrió antes, que los palestinos interpretan las posiciones norteamericanas
como si fueran las posiciones israelíes indirectamente planteadas sobre la mesa. Así
que no es una cuestión de confianza, es una superpotencia a través de la que hay
que negociar, y sencillamente eso es lo importante.
MODERADOR: Tres solicitudes de palabra. El señor Slomon Ben Ami,
después Jonathan y después Peter.
JONATHAN PARRISH(?): Hay algo que ha dicho Ahmed Tibissi(?) que me ha
llamado la atención, me refiero a la idea de hacer las cosas no por imposición, eso
es importante. Yo tengo claro que no hay ninguna posibilidad para un mandato
internacional hasta que acaben los atentados con hombres bomba. Aquí hay una
parte ausente, que es Hamás. Israel ha dicho que hasta que no se desmantele
Hamás no se podrá avanzar. Pero yo quería apuntar la posibilidad de ser un poco
más creativos cuando hablamos de Hamás. Cuando me dieron un visado para
Arabia Saudí, hace un par de semanas, fui a ver a un amigo mío que es asesor del
príncipe, empezamos a hablar del conflicto y a él se le ocurrió una idea muy
ingeniosa que he compartido con algunos de ustedes en privado y que quiero
plantear aquí ahora en público. Hamás, dentro del espectro islámico, no es la
organización más extremista, hay organizaciones islamistas mucho mas
extremistas que Hamás. Hamás tiene simpatizantes dentro del Golfo, en Arabia
Saudí, en Kuwait, el movimiento Salafidja(?) y Ull Hamás(?). Y su idea era
fomentar el diálogo, como éste, en vez de entre israelíes y palestinos, de
académicos Ullamás en el Golfo y Egipto quizás con Hamás, y en ese diálogo una
de las partes no estaría dictándole las instrucciones a la otra, diciéndole “la táctica
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de hombres bomba es errónea y hay que interrumpirla”, sino que quizás gracias a
ese diálogo Hamás vería la luz, ya que si los académicos, los eruditos islamistas
dijeran que según el Derecho islámico esta táctica es errónea, pues esto quizá
serviría para convencer a Hamás.
Aparte de insistir en que Mohamed Daglan(?) tenga que liarse a tiros con
Hamás, pues es evidente que esto no va a funcionar. Yo creo que los israelíes, y
todos, tenemos que aprender a ser más creativos para ayudar a Hamás a avanzar
hacia donde nosotros deseamos. Ése podría ser el contenido de un mandato
internacional.
MODERADOR: Peter.
MR. RICHARD CAPLAN (?): Si refiere a Richard en vez de a Peter, pues ése
soy yo, yo soy Richard.
Si me permite, quisiera hacer un comentario, al hilo de lo que ha dicho uno
de los intervinientes, en lo que se refiere al muro o la valla. Él ha sugerido que
Israel tiene la responsabilidad de defender a su propio pueblo y que el muro, o la
valla, es una respuesta adecuada, ésa es la explicación, y que es algo
comprensible, una medida comprensible que toma el Estado israelí en pro de la
seguridad de su propio pueblo. Por supuesto, hay límites a lo que es un
comportamiento aceptable, por muy legítimas y justificables que sean sus
motivaciones. Yo lo que quiero decir es que también debe equilibrarse dentro del
resto de responsabilidades que tiene el gobierno, y desde luego ponen en peligro la
consecución de una paz duradera, estable.
Si lo que usted da a sugerir es que Israel no tiene ninguna alternativa más
que garantizar la seguridad de su propio pueblo y para eso no tiene más
alternativa, repito, que construir este muro, esta valla, bueno, pues eso es una
visión, pero desde luego hay otras vías alternativas. Y yo creo que si ésta es la
opinión que prevalece sobre las demás, me parece irresponsable realmente.
MR. XXX(?): Quizás la discusión debería centrarse sobre dónde debería
instalarse o construirse el muro, o la valla. Los israelíes dicen que mientras que no
se violen los derechos de los demás, es una responsabilidad del Estado israelí. Yo
he dicho que deberíamos hablar de dónde debería construirse este muro. No hay
que olvidar, no obstante, que la idea de construir esta valla, o muro, como lo
quieran llamar, no surgió gracias a la buna atmósfera que había entre israelíes y
palestinos. Nosotros tenemos nuestras obligaciones, por eso el argumento sería
dónde construirlo y qué tipo de muro, qué tipo de valla, y eso es algo que hay que
tener en cuenta, la ubicación geográfica de la valla. Para no bloquear opciones de
futuro es correcta(?), pero la construcción de un obstáculo físico no es una solución
clara. Por ejemplo, la valla alrededor de Gaza impide la entrada de hombres bomba
que vienen de Gaza. Por eso digo que es muy distinto dónde se coloque, dónde se
construya. Desde el punto de vista práctico, en la franja de Gaza esta valla, este
muro, impidió el acceso de hombres bomba a Jerusalén.
En cuanto a Hamás, no voy a entrar en disquisiciones de quién es más
extremista que quién, no soy especialista en el tema, pero aquí también la
comunidad internacional tiene que desempeñar un papel importante, porque los
fondos, la financiación de Hamás y de otras administraciones(?) viene de los países
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del Golfo. Y para impedir estas actividades habría que cortar el chorro de
financiación que viene de estos países, y ahí es donde interviene de nuevo la
comunidad internacional.
Y también, como creo haber dicho antes, se trata de definir el papel de la
tercera parte, pero no en términos de una mera intervención militar, sino crear una
alternativa, inyectar dinero o capital para crear un sistema de educación
alternativo, un sistema sanitario, etc., todas estas cuestiones que gestiona
actualmente Hamás. Porque si queremos que el Estado palestino tenga credibilidad
a ojos de su población, yo creo que nos hace falta algo que ha dicho Bernard
Kouchner esta mañana: todo aquel que quiera intervenir en la región y formar
parte de la solución, tiene que tener en cuenta el precio que hay que pagar por ello,
no solamente el precio militar, sino el precio económico también, y también tiene
que garantizar que una vez que intervenga se quede allí hasta el final y que no
salga, huya, antes de cumplido el cometido.
En lo que se refiere a la valla, al muro, desde luego no es algo que
iniciáramos ni al principio ni de la primera ni de la segunda Intifada, empezamos a
construirlo hace un año, después de ser testigos de muchísimos atentados
terroristas. El objetivo es defensivo. Y por cierto, estoy totalmente de acuerdo en
que debería interferir lo menos posible en la vida cotidiana de todos los palestinos,
estoy totalmente de acuerdo. Pero en algunos casos la teoría y la realidad no
avanzan codo con codo, en paralelo, y es cierto que en algunos casos interfieren
entre sí. Es cierto que la valla no permite en algunos lugares concretos que algunos
palestinos lleven a cabo su vida normal, pero mientras que continúe el terrorismo
tenemos que seguir luchando contra él, y la solución de la valla es mucho mejor
que la solución de intentar perseguir a los terroristas y localizarlos y detenerlos en
las zonas muy pobladas de Gaza y de Ramala, etcétera. Sin duda, la valla nos
permitirá en primer lugar defendernos mejor a todos aquellos a quienes protege la
valla, el muro, y, en segundo lugar, seguramente nos ayudará a ir reduciendo el
número de operaciones militares que lleva a cabo de vez en cuando Israel y que
pueden causar probablemente muchos más daños y estragos a la población
palestina.
MR. MOHAMED XXX: Voy a hablar en árabe. Quiero que hablar del tema del
muro. No quiero hablar de la polémica de la importancia o los daños que
obstaculizan el proceso de paz, o de si incrementa o estimula, pero puedo afirmar
que el muro en sí no hay un desenlace o un alto el fuego entre la Autoridad e Israel
en las próximas semanas o meses, el muro reforzará el terrorismo de forma
múltiple a lo que estaba..., y además esto lo puedes inscribir, Dani: el muro puede
reforzar el terrorismo contra Israel y contra el pueblo israelí. Y yo pregunté a la
persona más importante en la seguridad de Israel, no quiero mencionar su nombre,
cuáles son sus previsiones con respecto a la seguridad, si está convencido de que el
muro puede impedir el terrorismo, y me contestó que el muro tiene un apoyo
popular israelí y el gobierno debe de hacerlo. Y la cuestión no es una cuestión de
seguridad, es creo, Dani Yatoon(?), que el único que en la institución(?) israelí que
estimuló el muro, con excepto la participación israelí, es el director del Shin Bet,
porque no tenía otra soluciones, porque es el responsable de la seguridad, y
además el ministro de Defensa, porque él no tiene soluciones creativas durante dos
años de operaciones, durante los cuales estábamos en contra. Pero cuando Israel
no pudo conseguir éxitos de seguridad, creó este muro, que se dificultará la llegada
a un acuerdo palestino-israelí, de la misma forma en que las colonias han sido
obstáculo para llegar a un acuerdo en las fases pasadas. No quiero hablar de que el
Estado de Israel pueda levantar un muro en otro sitio que no dañe al pueblo
palestino y que no se anticipe a las negociaciones. Hemos dicho a la Autoridad:
vamos a construir, a participar en levantar este muro, y podíamos mandar oficiales.
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Pero que entren de esta forma a cada casa palestina en Cisjordania, casi cada casa
palestina está pagando el precio de este muro. Por eso yo creo que este muro
fracasará en la primera operación que atraviese el muro, no será un muro de
seguridad. Yo podré enderezarlo, escribir que este muro no será útil para el Estado
de Israel, pero la idea de que aislar Gaza con un muro ha sido un éxito, esto es un
ejemplo que lo utilizan muchos de los que se arrimaron al muro. Hay mucha
diferencia entre el muro alrededor de Gaza y el muro dentro de Cisjordania. Gaza
es una zona aislada, hay zonas aisladas muy largas entre las zonas palestinas y las
zonas israelíes hay grandes espacios de separación. Y por eso es diferente el muro
que se construye en Cisjordania, que incluye, expropia aldeas dentro del muro.
Vamos a suponer que un ciudadano palestino, que Dios no quiera, uno que de
dentro del muro, en la parte israelí, lleva a cabo una operación en el futuro, ¿quién
es el responsable, la Autoridad o Israel? Por eso hay mucha diferencia entre el
muro de Gaza y el muro dentro de Cisjordania.
Pero respeto al segundo punto, lo que Jonathan dijo de Hamás, su
existencia y su fuerza depende de la fuerza o la debilidad del proceso de paz.
Cuando se logra algo en el proceso de paz hay una debilidad tremenda en Hamás y
cuando fracasa el proceso de paz ahí empieza a aumentar la fuerza de Hamás.
Quiero recordar a Dani que quien fundó Hamás, y no digo ningún secreto, fue quien
fundó Israel, y entonces todos los dirigentes de Hamás estaban encerrados en el
mismo sitio, en la Universidad Islámica, era Israel para crear una alternativa a la
Autoridad Palestina, y ahora lo estamos pagando nosotros y también los israelíes,
porque Hamás no es el gran complejo, el gran complejo es si la parte palestina y la
parte israelí pueden tener la osadía de romper el círculo de violencia primero y
después empezar a negociar el estatuto final. El destino de Hamás está relacionado
con el avance o no del proceso de paz. Gracias.
MR. XXX: Aparentemente, el muro ha sido presentado como una medida de
seguridad que tiene como intención poner coto a la violencia contra los israelíes.
Esto nos debe recordar el hecho de que Israel ha estado ensayando distintas
medidas de seguridad, y el muro es una de ellas, durante los últimos treinta y cinco
años de ocupación, sin éxito. Y yo apostaría a que este experimento reciente de
intentar conseguir la seguridad mediante medios puramente de seguridad va a
fracasar. No es que yo sea un experto en seguridad, no tengo ningún argumento
que hacer en el campo de la seguridad, ya que no es mi campo, pero yo diría que
siempre que existan causas políticas para la violencia, las medidas de seguridad
nunca podrán ponerles freno. Tenemos que dejar de pensar en las medidas de
seguridad como la única vía para conseguir la seguridad y la paz. Esto nunca ha
funcionado antes, a pesar de lo ingeniosas que hayan sido las autoridades israelíes
y los comandantes militares. Sólo hay una forma de resolver el problema de la
seguridad, que es mediante medidas políticas. No mezclemos causas con efectos.
Esta medida, el muro, se supone que está siendo construida para poner freno a la
violencia, pero la valla, el muro, es causa de la violencia, y la violencia es resultado
de actuaciones por parte de Israel, como los asentamientos. El muro no es una
medida de seguridad, la prueba es que no se ha construido en las fronteras, sino
que se ha ido trazando ajustándose a la presencia de los asentamientos. Con lo
cual, está más relacionado, yo creo, con los asentamientos que con la seguridad en
sí. Si Israel continúa por esta vía, y creo que el gobierno de derechas de Israel
actual tiene una obsesión, o mejor dicho, un interés mayor en la seguridad que en
la política, pues no lo entiendo, no entiendo... Lo entiendo, lo entiendo cuando lo
dice el gobierno de derechas de Israel, pero no cuando lo dicen otras partes y
alegan que éste es uno de los motivos, intentar poner obstáculos a la violencia. Y
yo creo que eso supone una desviación de esa mentalidad de intentar encontrar la
paz mediante seguridad. Yo creo que esto está fuera del contexto político, porque
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es algo que los israelíes llevan haciendo en los últimos treinta y cinco años sin
éxito, con el único resultado de que estas medidas están empeorando la situación,
generando, dando pie a mayores motivos para la violencia y un deterioro general.
Por eso digo que tenemos que intentar cambiar de mentalidad totalmente, tenemos
que intentar pensar en soluciones políticas y cómo éstas pueden resolver los
problemas de seguridad, y no limitarnos a las medidas de seguridad.
MODERADOR: Señor Moratinos.
MR. MORATINOS: Quiero hacer un comentario sobre lo que ha dicho
Jonathan Parrish sobre Hamás. Estoy totalmente de acuerdo con Mohamed en que
cuando avanza el proceso de paz la fortaleza de Hamás disminuye. Lo cierto es que
hemos intentado hacer que Hamás participara en el proceso político, en conseguir
la llamada Umma(?). La gente que habló con Hamás llegó al límite de lo aceptable.
Les dijimos: formen un partido político, intervengan en el campo de la política y
recibirán apoyo europeo, porque si no lo hacen les incluiremos en la lista de
organizaciones terroristas. Y ellos se dedicaron a retrasar, a retrasar, a jugar, “no,
ahora nos reunimos en Damasco; no, mañana nos reunimos en Qatar” y estuvieron
jugando con nosotros, la verdad. Y la verdad es que esto para mí fue una enorme
decepción. Yo convencí, de hecho, al ministro de Asuntos Exteriores israelí de que
fuera mucho más duro con Hamás. Y no debemos engañarnos, Hamás es el
adversario, es el adversario de los israelíes y de la Autoridad Palestina, yo no sé
qué hacer con Hamás, desde luego. Pero este nuevo concepto que dice que
tenemos que utilizar un guante de seda con Hamás, pues yo no estoy de acuerdo.
No estoy diciendo que sean irrecuperables para la política, pero tienen que
demostrarlo, y hasta ahora me temo que no lo han demostrado. Por eso tenemos
que combatirlos política y militarmente y en cualquier otra forma, porque no están
contribuyendo al proceso de paz, sencillamente.
MODERADOR: Mañana empezamos a las nueve y media de la mañana,
tendremos mucho tiempo, hasta las siete y media de la tarde, para las
intervenciones que quieran hacer, así que, señor Yazji (?)...
MR. YAZJI(?): En lo que se refiere al problema que acaba de plantear el
interveniente, de la falta de capacidad de seguridad por parte de Palestina, que ha
dicho el señor Martin, estoy de acuerdo en que existe esa incapacidad, pero
quisiera recordar que el motivo es que la destrucción sistemática causada por el
ejército israelí en los últimos tres años, sobre todo en el año 2001, y que continuó
posteriormente en el 2002, también quiero recordar que parte del papel de la
primera y quizá segunda fase del mapa de la “Hoja de ruta” pasaba por ayudar a la
Autoridad Palestina a construir o reconstruir su capacidad, con lo cual..., eso es lo
que yo quería mencionar, me parece una cuestión importante en la que tenemos
que trabajar.
Un ejemplo reciente se produjo durante el gobierno de Abu Mazen, en
los últimos tres meses. El señor Abdalá(?) y Abú Mazen pidieron un refuerzo, o
mejor dicho, una construcción de una capacidad de seguridad, y la verdad es que
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consiguieron más bien poco, y eso causó muchos problemas para poder
desempeñar el cometido en la forma deseada.
PREGUNTA: Para el señor Mohamed Daglen(?), en árabe. (...) poder
intervenir y matar a los palestinos. ¿Qué es lo que pueden hacer los palestinos para
defenderse? Israel está construyendo su pared para defenderse, ¿vosotros qué es
lo que queréis para defenderos?
MR. MOHAMED DAGLAN: Tenemos la protección de Dios, pero creo que el
proceso de paz cuando estaba en algunos periodos de prosperidad, el pueblo
palestino estaba protegido de alguna forma u otra, y también los israelíes estaban
protegidos. Pero cuando empezó la II Intifada se perdió la razón y se perdió la
seguridad para ambas partes.
MR. XXX: Te contestaré francamente entre ambas partes, ya te hablaré
francamente más tarde.
MODERADOR: Muy bien, tenemos cinco minutos para preguntas del público,
si es que las hubiera.
MR. XXX: Martin ha dicho que Israel insiste en que los Estados Unidos deben
desempeñar un papel importante en este proceso, porque Israel confía en Estados
Unidos. ¿Es verdad eso? ¿Israel confía en Estados Unidos o Israel confía en que
Estados Unidos quede influido por las posiciones israelíes?
MR. XXX: Bueno, por lo que yo sé de Washington, Israel tiene muchísima
más influencia sobre los dirigentes americanos en lo que se refiere a la cuestión
Palestina que sobre ninguna otra administración, y por eso Israel insiste en el papel
de Estados Unidos, porque sabe que hay muchos miembros de la administración
estadounidenses que son más israelíes que los propios israelíes, y por eso quieren
que Estados Unidos desempeñe ese papel mediador entre Israel y Palestina, porque
piensan que pueden influir sobre los palestinos.
MODERADOR: Gracias. No es una pregunta, más bien un comentario, con lo
cual yo creo que no hace falta que se responda. Un caballero. Tiene usted la
palabra, y con usted acabamos, una respuesta rápida, si me permite.
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MR. XXX: Bueno, Mohamed ha dicho que Hassan y él podrán hablar de este
tema en privado, pero bueno, me gustaría hacer un comentario. Es cierto que los
israelíes son muy listos buscando un mediador que tenga una gran influencia. Y los
palestinos también son muy listos al elegir a los europeos, ya que dicen que los
europeos siempre han apoyado en cierta forma sus puntos de vista. En definitiva, y
esto, por cierto, se aplica a todos los partidos árabes que estaban a favor de la paz,
todos se han dirigido a Estados Unidos, a pesar de la influencia de Israel sobre
Estados Unidos, ya fuera el rey de Jordania o el rey de Siria, o incluso Yaser Arafat
se dirigió a Estados Unidos, porque Estados Unidos tiene esa influencia sobre Israel,
y no sólo porque Israel tenga influencia sobre Estados Unidos. Porque, en
definitiva, cuando Estados Unidos considera que tiene un socio árabe comprometido
por la paz, puede influir sobre Israel, y así lo ha hecho, y ha proporcionado los
medios para asegurar que Israel se haya retirado de las fronteras del año 1967, ya
sea en el caso de Egipto, de Jordania, o Camp David, de los parámetros de Clinton
o las negociaciones de Siria. En fin, cierto, ésta es la cuestión.
MODERADOR: La última pregunta.
MR. XXX: Buenas tardes. Quizás uno de los aspectos que no se ha tratado
mucho acerca de posibles soluciones que ha propuesto la comunidad internacional
es el tema del primer ministro...
MODERADOR: Disculpa, si vas a hacer una pregunta, por favor, puedes decir
a quién la estás dirigiendo. Y si es un comentario...
MR. XXX: Es más bien un comentario, que responda quien consideren.
Hablaba de la figura del primer ministro, que quizá vendría a quitarle un poco de
poder o a tratar de sustituir en algunas funciones a Arafat. Esto quizá pudiera ser
debido a cinco puntos fundamentales. Se está hablando mucho de los parámetros
de Taba, Camp David, etc., cuando quizás hablar ahora de ellos sería algo ideal
pero bastante poco factible, ya que ha sido Arafat quien al final se ha levantado, no
ha querido aceptarlo, y no creo que en un futuro, si no hay ciertos cambios, vaya a
ser posible aceptarlo. De hecho, la II Intifada empezó al poco tiempo de terminar
Camp David, y era algo que ya estaba organizado de antemano, que de hecho los
que lo organizaron ya lo dijeron.
Por otro lado, el problema de Arafat también vendría con el tema de
los grupos terroristas. Se ha hablado de Tanzin(?), por ejemplo, se puede hablar
también de los Mártires de Al Aqsa, habría que ver si Arafat tendría el poder o no
tendría el poder de pararlos. Si tiene el poder, desde luego no lo ha hecho. Y si no
tiene el poder, desde luego no sería un socio para la paz. Y como comentaban
también antes, han pasado muchos primeros ministros israelíes, han pasado ya
siete, Arafat ha sido el único que ha pasado por ahí con un poder real, que ni
siquiera, lo que comentaba Dani Yatoon, que creo que es fundamental,
probablemente si Mohamed Daglan estuviera ahora mismo o hubiera estado en su
momento, cuando estaba de primer ministro Abu Mazen, con ciertos poderes reales
para poder hacer la paz en su ministerio, probablemente hoy estaríamos hablando
de otra manera, y no ha sido así porque tampoco lo ha permitido. Se escuchan
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muchas voces discordantes en Israel, pero todavía no hemos escuchado, o yo por
lo menos, leo mucha prensa internacional, leo mucha prensa nacional, no he
escucho entre los palestinos voces discordantes a la figura de su líder, y no creo
que sea porque no las hay.
Y por último, y muy breve, hablando como se está hablando ahora
del tema de la valla, quizá sí estoy muy de acuerdo con lo que ha comentado Pini
Meidan acerca de que el problema no es la valla, la valla ha existido hace mucho
tiempo en Gaza, nunca se ha alza la voz, existe en España también separación con
Marruecos, por ejemplo, tampoco se alza la voz, existen muchos otros países, que
sí estoy de acuerdo con la posibilidad de que el trazado pueda ser correcto o no
pueda ser correcto, pero desde luego no es una cosa nueva el querer para el
terrorismo en muchísima maneras, yo no hablaría de II Intifada, de hecho, muchos
antes de que se creara el Estado de Israel ya eran atacadas las caravanas judías en
los territorios de Palestina, anteriormente bajo el mandato británico, y creo que
después de tantísimos años de terrorismo el intentar poner una valla para frenar el
terror no debería ser el motivo de toda la discusión que está habiendo en los
medios de comunicación, que creo bastante tergiversados. Gracias.
MODERADOR: Muchas gracias por sus comentarios, creo que mañana tal vez
alguno de estos puntos formen parte de la discusión.
Manuel Chaves, Presidente de la Junta de Andalucía
Tercera sesión: Puntos de vista de observadores externos acerca de la viabilidad
de una presencia internacional en el proceso de paz palestinoisraelí.
Martin Ortega, Investigador, EU Institute for Security Studies (EU-
ISS)
Abdel-Elah AlKhatib, ex Ministro de Asuntos Exteriores, Reino
Hachemita de Jordania
Gustavo de Arístegui, Portavoz de la Comisión de Asuntos
Exteriores, Congreso de los Diputados, España (Moderador)
Martin Indyk, Director, Saban Center for Middle East Policy,
Brookings Institution, EEUU
Michael Elliott, Embajada de Canadá, Israel
Manuel Chaves:
*
******************
Buenos días señoras y señores. De una manera muy breve quiero que mis
primeras palabras sean de agradecimiento y reconocimiento. De agradecimiento a
las personas e instituciones que han organizado este encuentro, que se suman al
esfuerzo de quienes todavía creemos que nunca es suficiente el esfuerzo por la paz
y que hay que seguir propiciando encuentros, foros y diálogo para seguir mientras
persista el conflicto y la pérdida de vidas humanas en Oriente Próximo. También
palabras de reconocimiento a la labor de instituciones como éstas, de la Fundación
para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior, que lleva ya muchos años
trabajando por la causa de la paz y del desarrollo. Y también quisiera agradecer a
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
estas personas e instituciones que me hayan invitado a compartir en este foro mis
reflexiones sobre este conflicto.
Creo que esta invitación no es un gesto de cortesía, sino que responde a una
convicción que comparto con los organizadores: la de que las relaciones
internacionales tendrán como una de las más importantes claves de su redefinición
el contar con nuevos actores. No solamente con los Estados, sino también con las
organizaciones de las sociedades civiles fuertes, con ONG… También con el
protagonismo local y el protagonismo de las regiones.
Creo que la política exterior no puede ser, en estos momentos, un coto
vedado como lo fuera en el pasado. Entendemos nuestra acción, desde el
protagonismo local, regional o desde las ONG o desde fundaciones como ésta, como
apoyo al Estado y como asunción de una responsabilidad que nos corresponde ante
problemas que nos preocupan especialmente.
El pasado año, con motivo de la firma de una declaración de intenciones de
cooperación entre la Liga Árabe y la Junta de Andalucía, el Secretario General de la
Liga Árabe, el señor Arm Moussa, bromeaba acerca de la posibilidad de invitar a
Andalucía a que se incorporara a esta institución, la Liga Árabe.
Bromas aparte, este comentario muestra cómo nuestras regiones pueden
ser un puente entre distintos mundos y sensibilidades. Y también es el reflejo de
cómo creemos que la geografía y la historia, en este caso, para Andalucía, y creo
que también para España, nos imponen unas responsabilidades y una coherencia
en nuestra común acción exterior, tanto por nuestra amistad con el mundo árabe
como por nuestra amistad y cercanía con Israel.
Trataré de ser muy sintético y exponer con brevedad estas reflexiones, que
quisiera comenzar por el análisis que hacemos del actual estado de las relaciones
internacionales como marco del conflicto de Oriente Próximo. Un cuadro que, como
a todos, nos parece, cuando menos, preocupante. Yo pienso que hemos pasado de
un entorno internacional positivo, es decir, aquel escenario que se abrió por el
proceso de Madrid, a uno negativo, que en nada facilita la solución, al menos de
momento, que es el que podríamos denominar “proceso de las Azores”. Lo
describiría con dos frases: si en la pasada década Madrid fue un puente entre
árabes e israelíes, Barcelona otro entre ambas orillas del Mediterráneo, hoy, el
muro de Sharon se interpone entre árabes e israelíes y el unilateralismo es también
un muro que separa a Oriente de Occidente.
En los años noventa, se desarrolló el espíritu positivo generado por la caída
del muro de Berlín, que permitió un viento democratizador y también que este
crecimiento se extendiera hacia el este. También, la segunda guerra del Golfo
permitió que una corriente similar se extendiera alrededor del Mediterráneo,
consolidada por la Conferencia de Barcelona. Se debatía el modelo de nuevo orden
internacional y Estados Unidos se acercaba a lo que se ha denominado “la
modernidad positiva de Europa”, es decir, un modelo en que la seguridad se
sostiene sobre todo sobre la base de la cooperación y la prosperidad. Precisamente,
en el año 1992, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunió por primera
vez a nivel de jefes de Estado y de gobierno para certificar la defunción de la
Guerra Fría, y se encomendó a su Secretario General entonces, al señor Boutros
Ghali, que redactara una Agenda para la Paz que permitiera llevar a su máxima
expresión las ideas de diplomacia preventiva de construcción y de mantenimiento
de la paz como ejes de un nuevo orden.
Creo que ése fue el marco, que se fraguó en aquella década, que permitió
que se alcanzara en Oriente Próximo una situación muy cercana a la paz. Que los
enemigos, hasta entonces irreconciliables, se dieran la mano y que trabajaran de
consuno en la elaboración de acuerdos; que la bandera palestina, por ejemplo,
volviera a ondear; que miles de palestinos comenzaran a emprender una vida que
les acercaba a la normalidad, con sus trabajos, sus escuelas, sus instituciones, y su
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
convicción de que había valido la pena poner fin a la Primera Intifada para
adentrarse en un período esperanzador.
Hoy, creo que esas agendas con que Naciones Unidas pretendía vertebrar un
nuevo orden internacional, pretenden en estos momentos ser reemplazadas por
otras bastante menos desinteresadas. La llamada, por ejemplo, a la cooperación del
0,7% del PIB de cada país se ha quedado simplemente en un 0,2%.
En Europa se propugna un acercamiento a las doctrinas más ultraliberales y
militaristas norteamericanas. Y en Oriente Próximo se ha optado por una estrategia,
digámoslo de modo caricaturesco, donde se desplaza la diplomacia preventiva por
la guerra preventiva. Y resulta triste comparar cómo esa nueva estrategia se ha
estrellado precisamente en Irak, mientras que los viejos principios de otros años,
los principios basados en la paciencia, en el diálogo, en el encuentro, han
permitido, por ejemplo, encauzar la crisis provocada por el desarrollo nuclear iraní.
Donde no había armas de destrucción masiva, se desencadenó sin embargo una
guerra para crear un nuevo conflicto y desestabilizar totalmente la región.
Permítanme que, en esta descripción de la actual situación, me detenga algo
más en el conflicto de Irak, precisamente por que en su momento era el
instrumento que podía terminar con una solución del conflicto árabe-israelí. El
conflicto de Irak ha pasado de ser el trampolín desde el que íbamos a saltar hacia la
solución del Oriente Próximo a convertirse en una piscina vacía donde se han
estrellado buena parte de nuestras esperanzas. Señalaré algunas consecuencias
preocupantes que me parece importante señalar aquí y en este sentido.
• En primer lugar se ha vuelto a dar la imagen del doble rasero
internacional en la exigencia del cumplimiento de las resoluciones de
Naciones Unidas, dando un paso más que complica las posibilidades
de solución propuestas desde Occidente.
• En segundo lugar, se ha fracturado a Europa en una cuestión y en
una región crucial para sus intereses, y se ha dado además un paso
atrás en el proceso euro-mediterráneo.
• En tercer lugar, se ha creado un foco de resistencia a la ocupación,
que servirá de ejemplo para los que se oponen al diálogo y creen que
la única estrategia debe ser el combate, como ocurriera con Hezbolá
en el sur del Líbano.
• En cuarto lugar, se está atrayendo a un número importante de
terroristas internacionales vinculados a AlQaeda, que, a través de las
muy permeables fronteras de la región, podrían representar una seria
amenaza para la seguridad de Israel. Creo que en esta clave debe
interpretarse, precisamente, la terrible serie de atentados en Turquía.
• Y por último, y desde una perspectiva, se ha dañado de manera
gravísima y, esperamos que no irreversible, la imagen de España en
el mundo árabe y su capacidad de ofrecer propuesta.
Hoy, cuando hubo muchos que nos preocupamos por la situación abierta por
el conflicto de Irak, creo que también nos vemos obligados a exigir a aquellos que
provocaron el conflicto que asuman su responsabilidad y que no huyan al
considerar que es mejor perder esta guerra si se pueden ganar unas elecciones.
Que se queden y que aseguren, junto a la organización de Naciones Unidas y bajo
la tutela de ésta, la transición a un orden democrático y estable. Labor que, por
supuesto, será costosa en términos humanos y materiales.
Y respecto a Oriente Próximo, hemos de decirles que también deben asumir
su responsabilidad, no volver la cara, y que no dejen que las fórmulas que se han
auspiciado por toda la comunidad internacional queden ahora en papel mojado. Yo
creo que debemos propugnar, y se debe propugnar, una clara respuesta
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
internacional a la aún grave crisis de Israel y Palestina, el verdadero cáncer de la
comunidad internacional desde hace muchos años.
Esta afirmación me permite adentrarme en la segunda parte de mi
intervención, en la apuesta por el tipo de solución internacional bajo el que se ha
convocado precisamente este encuentro y que yo comparto plenamente.
La primera conclusión que podemos sacar, desde mi punto de vista, es que
las partes en el conflicto árabe-israelí no pueden, por sí mismas, alcanzar una
solución definitiva. Y ante esta evidencia, quedan dos alternativas: una, que no lo
es, la de renunciar al diálogo, y otra que es, precisamente, solicitar ayuda exterior.
Hoy, sin embargo, prima el unilateralismo. Esta misma semana hemos visto cómo
se pretenden legalizar algunos asentamientos ilegales, desafiando la Hoja de Ruta,
y cómo el primer ministro Sharon insiste en la construcción del muro aunque
implique la renuncia a algunos territorios.
Pero los muros no solucionan los problemas.
El primer ministro Begin solía hablar en momentos difíciles de la vuelta a
Berlín, a la terrible tragedia del holocausto, cuando hablaba del muro. Y hoy parece
que tenemos otro tipo de regreso a Berlín, a rememorar aquel monumento a la
frustración humana que fue el muro de Berlín. Como clamaba la voz le poema
“Murallas”, de Cavafis:” el levantamiento de éstas sólo lleva a la desesperación y a
un destino que devora el alma de quienes quedan tras ellas.”
La segunda conclusión es que no puede existir una solución unilateral. Y
llegados a este punto, hemos de preguntarnos: ¿por qué se rechaza el diálogo?, ¿es
porque no se considera que pueda llevar a una solución? La respuesta no puede ser
positiva, pues sabemos que ya existen fórmulas, como la de Taba, cuya estela son
los acuerdos de Ginebra, y marcos de solución desarrollados en contacto con las
partes, como, por ejemplo, los Parámetros del ex presidente Clinton.
En consecuencia, el rechazo al diálogo no puede estar motivado por la
desesperación ante la imposibilidad de llegar a una solución por el miedo a ésta.
Pero es cierta que esa solución, la del diálogo, no ha llegado de una forma
definitiva. En mi opinión, el problema radica en la manera en que se deben aplicar
estas soluciones. Debe existir un paraguas internacional que debe arropar de
manera efectiva a las partes para que puedan llevar al convencimiento a sus
ciudadanos de que se trata de la única salida. Y ello sólo puede llegar en forma de
un mandato internacional.
La comunidad internacional debe, en primer lugar, definir con claridad una
solución final, algo que puede hacer sobre la base de las múltiples rondas
negociadoras que las partes han llevado a cabo hasta el presente, y de los pasos
dados en este sentido anteriormente por relevantes personalidades o países desde
el exterior, como los Parámetros de Clinton o la propuesta de Arabia Saudí, las
iniciativas de apoyo como las jordano-egipcias, que han tenido buena acogida entre
las partes tanto en el mundo árabe como en los demás actores internacionales. Y
no se trataría de una imposición, sino de recoger lo mucho que ya se ha hecho, de
buscar con consistencia y de manera articulada su aplicación. La Hoja de Ruta es
precisamente un buen continente en este sentido. Pero el siguiente paso son los
contenidos, y para ellos debemos implicarnos todos, como se hizo para aprobar y
arropar el Plan Mitchell. Creo, con mi buen amigo Shlomo Ben-Ami, que ese
mandato internacional es hoy la única solución. ¿De qué otro modo es concebible
contemplar una solución para la cuestión de Jerusalén o de los refugiados? ¿Cómo
afrontar el desarme o el desmantelamiento de los asentamientos? La comunidad
internacional no puede ser sólo un convidado de piedra que resuelva los retos
económicos que la paz planteará en el futuro o bien la viabilidad del futuro Estado
palestino o la construcción de infraestructuras, que son desde hace años una
necesidad vital y que se están retrasando a causa de la permanente situación de
conflicto.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Estas reflexiones, señoras y señores, no las hago desde el vacío, no es una
posición teórica. La institución que presido, la Junta de Andalucía, y con esto
termino, mantiene un firme compromiso en la búsqueda de soluciones y el
seguimiento de la cuestión de Oriente Próximo y el impulso de la Conferencia de
Barcelona. Ello, precisamente, justifica mi presencia en este foro.
Con este objetivo, con nuestro propósito de colaborar en la búsqueda de
soluciones, creamos, con el Reino de Marruecos, la Fundación de las Tres Culturas
del Mediterráneo, una institución que trabaja muy activamente a favor del diálogo
entre árabes e israelíes y que ha organizado distintos encuentros y publicaciones en
este ámbito. Entre ellas quiero destacar citas como la reunión preparatoria de este
año de las Kronberg talks, organizada con la Fundación Bertelsmann.
Muchos de los presentes aquí han sido invitados en el pasado a algunas de
las actividades de esta Fundación, aunque tal vez no todos conozcan que, entre sus
actividades, también desarrolla una intensa labor cultural, y que la Orquesta West
Eastern Divan, dirigida por Barenboim y Edward Said, fallecido recientemente, es
también un proyecto de esta Fundación.
Y en un ámbito más cultural, pero que tiene asimismo una indudable
dimensión política, se creó la Fundación del Legado Andalusí. De la gran capacidad
de acción de esta fundación es una buena muestra la exposición “Esplendor de las
Omeyas”, que permitió invitar a España al presidente de Siria, Bachar el Assad, en
lo que fue su primera visita a Occidente. La propia Junta de Andalucía realiza
directamente actividades de alto nivel político vinculadas a Oriente Próximo, como
la reunión del foro Unión Europea-Israel, que tuvo lugar el pasado año y que se
enmarca dentro de nuestra amistad con Israel, o la reciente reunión co-organizada
con Naciones Unidas en septiembre bajo el título “Hacia una solución de dos
Estados”.
Estas reuniones se complementan con nuestra política de cooperación en la
zona, que nos ha llevado, por ejemplo, a desarrollar programas de formación como
los que en el campo de la informática desarrollamos junto al Centro Peres para la
Paz en Jericó o los programas en curso de refuerzo de la sociedad civil con jóvenes
y mujeres en Gaza, unido a la importante ayuda humanitaria y de emergencia que
la Junta de Andalucía aporta.
Nuestra vocación es coordinar ese esfuerzo con el de la comunidad
internacional. Contribuir a que todos podamos ayudar a los hombres de paz de
ambos bandos a que la aspiración de llegar a una solución justa y duradera y la
creación de un Estado palestino viable y democrático sean algo más que una letanía
utópica.
Recuerdo una dura frase que Juan Goytisolo escuchó de un intelectual de
Jerusalén respecto al sueño de los descendientes de Isaac e Ismael. Y dijo este
intelectual: “ese sueño es la desaparición o la inexistencia del otro. Pero el
problema” –concluía Juan Goytisolo–, “que es tanto nuestro como de ellos, estriba
en saber si estamos dispuestos a aceptar algo menos que nuestros sueños.”
Creo que la realidad es bien distinta y que los gobiernos tienen sus agendas.
Pero el verdadero sueño de cualquier ciudadano es la paz y la normalización. Creo
que la única opción que queda para que ese sueño se haga realidad es la de una
enérgica intervención internacional. Y no debemos pensar que nuestro esfuerzo
caerá en saco roto. Esta misma semana se están reuniendo en Londres personas
muy próximas a Sharon, que parecen comienzan a aceptar lo que hasta ahora muy
pocos defendían. Por ello, yo les animo a todos ustedes, a estas instituciones, a los
responsables de FRIDE, a continuar con esta importante labor, y a no cejar en su
empeño, pues estoy convencido de que la paz no es solamente urgente sino
también posible. Muchas gracias por su atención.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Tercera sesión: Puntos de vista de observadores externos acerca de la viabilidad de
una presencia internacional en el proceso de paz palestino-israelí.
Gustavo de Arístegui:
Buenos días. Vamos a iniciar el primer papel de discusión. Yo creo que el
papel de moderador no tiene que ser el de intervenir, pero sí me gustaría hacer
tres o cuatro comentarios que sirvan de provocación o de incitación al diálogo de
personas tan relevantes como tenemos en la mesa. Creo que huelga presentarlos,
pero en todo caso, sobre todo a quienes tuvieron funciones públicas en el pasado,
como Martin Indyk o el ex ministro Abdel-Elah AlKhatib. Son personas que han
participado de forma directa en la construcción de una esperanza de paz, y en el
caso de Jordania e Israel, ya una realidad de paz. Yo tuve el honor de ser testigo de
la firma del Tratado de Guadiaraba, siendo un joven diplomático destinado en
Jordania, y hoy me toca también como político español y persona profundamente
comprometida, igual que todos los españoles, con el proceso de paz. Para que esa
esperanza no sea sólo una esperanza sino una realidad.
En Oriente Medio se han producido, y me podrán desmentir algunos, hasta
dieciocho iniciativas diferentes de paz. Se podría decir, sin que nos equivoquemos
en absoluto, que todo está inventado. Quizá sólo haya que aplicar lo ya inventado.
Por lo tanto, en este momento de requiere audacia, prudencia, visión y sobre todo
equilibrio. Y eso significa que el statu quo no es aceptable y la imprudencia
tampoco lo es. La mediación internacional, y lo ha dicho el presidente Chaves, es
imprescindible, pero la solución sólo va a estar entre las partes, promovida,
auspiciada, ayudada por la comunidad internacional, pero tampoco sustituyendo a
las partes. Eso no va a ocurrir.
Y hay una reflexión que sí conviene que hagamos los europeos. Yo no pude
estar aquí ayer y no pude escuchar las intervenciones de otras personas, pero sí
conviene que hagamos una reflexión seria desde Europa. No se trata sólo de ser
equilibrados, no se trata de pretenderlo e intentarlo, sino que se trata más de
parecerlo. Tenemos un problema de percepción pública: los estadounidenses en el
mundo árabe, los europeos en al opinión pública israelí. Decía un embajador israelí
que en Israel no existía una opinión pública, existía el estado de ánimo, y que el
estado de ánimo había que seducirlo, y que sólo dos líderes árabes lo habían
conseguido: uno fue Anuar el-Sadat y otro fue Hussein II de Jordania. Pues hay que
volver a seducir a la opinión pública árabe y hay que volver al seducir a la opinión
pública israelí, porque en las encuestas se ve, con abrumadora circunstancia, el
poder, la fuerza de la voluntad de paz. Más del 70% en ambas partes.
Ahora bien, ¿cuál es el fin de todo esto? Es, evidentemente, una solución de
dos Estados. Una solución que propugne la existencia en fronteras seguras,
internacionalmente reconocidas para el Estado de Israel y un Estado palestino,
decía el presidente Chaves, viable y democrático, y yo añadiría además creíble. Y
es tarde. Si no es creíble para su pueblo, no habrá paz. Y si no es estable, acabará
habiendo otra vez inestabilidad y conflicto en la región.
Yo no voy a prolongar muchas más mis palabras. Tan sólo para recordar que
es preciso que aquellos actores y perturbadores de la paz, aquellos que no
reconocen la solución de dos Estados, en una parte y otra, no son, ni deben ser, los
protagonistas del diálogo y de la paz. Cuando vemos que alguna organización, mal
llamada “política”, dice que sólo tolerará la presencia de judíos en Palestina como
en el siglo XIX, no estamos hablando de paz. Y cuando otros dicen que no tolerarán
la existencia del Estado palestino en sus fronteras, no estamos hablando de paz.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Éstas son las posiciones maximalistas que sólo nos llevan a la prolongación
ad calendas grecas del conflicto. Se produjo un hito histórico en marzo del año
2002, con el reconocimiento del Estado de Israel por parte de la cumbre de la Liga
Árabe. Ya va siendo hora de que todos los pilares sobre los que se han ido
construyendo las diferentes iniciativas de paz se pongan en práctica. Existen ya,
hagámoslo. Aunemos los esfuerzos y sepamos que aún hay espacio para la
esperanza, lo que no hay es mucho tiempo.
Empezamos la discusión.
Martin Indyk:
Muchas gracias, Gustavo. Quiero en primer lugar darle las gracias a Diego
Hidalgo y a FRIDE por haber organizado este foro. Es para mí desde luego un placer
estar de nuevo en Madrid.
En primer lugar voy a centrarme en la actitud norteamericana frente a la
intervención internacional y los esfuerzos para resolver el conflicto entre Israel y
Palestina. Y lo hago no sólo porque yo soy norteamericano sino porque creo
firmemente en que esta intervención internacional sólo tendrá éxito si está liderada
por Estados Unidos. Ayer por la tarde hablamos brevemente de este tema. La
realidad es que sólo Estados Unidos disfruta de la confianza de Israel. Israel tiene la
llave de la solución puesto que tiene las cartas territoriales. Así que Estados Unidos,
no sólo porque es una superpotencia sino por sus relaciones con Israel, tiene que
desempeñar un papel protagonista en la intervención internacional. Y no creo que
sea éste un tema al que se opongan nuestros amigos europeos.
Sí se oponen a la forma en la que Estados Unidos desempeña o no
desempeña su papel. Es decir, cómo hace su papel. Estados Unidos, en la
actualidad, se enfrenta a una realidad práctica que reduce su papel en la
comunidad internacional o en esta solución final a prácticamente cero, puesto que
Estados Unidos está muy ocupado con otra parte de Oriente Medio, como todos
sabemos. Tenemos grandes problemas con nuestra misión en Irak, que dista
mucho de ser una misión cumplida. Personalmente considero que es una misión
sometida a muchísimos peligros, muy amenazada, lo cual no sólo quiere decir que
Washington no puede hacerse cargo de este papel que ha de asumir Estados
Unidos, puesto que como mucho Washington sólo puede ocuparse de una de estas
misiones a la vez. Washington está preocupado, y esto debiera preocuparnos a
todos, puesto que si tiene muchas preocupaciones en Irak, esto va a tener
repercusiones en cualquier esfuerzo eventual que realicen para resolver el
problema entre Israel y Palestina. Lo que hemos hecho en Irak ha sido, en términos
eficaces, intervenir y cambiar el gobierno. Ahora intentamos crear un nuevo
gobierno. Es una especie de participación internacional muy intensa por parte de
Estados Unidos, y no funciona, lo que establece un precedente muy negativo
evidentemente para el futuro de Estados Unidos en la zona. Esta es la realidad
práctica. Pero también tengo que decir que Estados Unidos está muy interesado en
resolver el conflicto entre árabes e israelíes y en centrarse, cuando vuelva, en su
resolución, lo que hará, evidentemente, que antes o después, su papel como líder
de una intervención internacional será esencial, en mi opinión.
Y es precisamente en este contexto, en mi opinión, en el que es muy
importante analizar cómo han cambiado las percepciones que tiene Estados Unidos
de su propio papel. Si nos remontamos a las primeras intervenciones para resolver
este conflicto en el 73 con Kishenjar, veremos que siempre entonces pensábamos
que nuestro papel era el de intermediarios, mediadores de Camp David, uno a dos.
Éste ha sido fundamentalmente el papel que ha desempeñado Estados Unidos.
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Pero también hemos adoptado con el tiempo un segundo papel, el de
controladores y observadores del cumplimiento de los compromisos.
Observadores, por ejemplo, de la Fuerza Multinacional en Sinaí que se encargó de
asegurar el cumplimiento del tratado entre Israel y Egipto. En lo que se refiere a lo
que hará Estados Unidos en el contexto de una solución al conflicto entre Israel y
Palestina en Camp David, como Shlomo Ben-Ami y Abel Ajman recordarán, Estados
Unidos estaba dispuesto a comprometerse en Camp David a enviar unas fuerzas
internacionales lideradas por Estados Unidos que se desplegarían a lo largo de la
frontera entre el Estado palestino y Jordania. Un papel que, inicialmente, sería
indefinido para garantizar la seguridad en las fronteras, tanto para el estado
palestino, que sería un Estado no militarizado, como para Israel, a medida que se
fueran retirando los efectivos del ejército israelí del valle.
En el contexto de la Hoja de Ruta vemos que Estados Unidos está dispuesto
a hacer algo para lo que no está preparado: controlar el cumplimiento de los
compromisos de ambas partes. Los palestinos dirán ahora que el compromiso es
insuficiente, y los israelíes dirán probablemente que es excesivo. Pero, en cualquier
caso, el principio se estableció, ya existe. Reconociendo que los compromisos de
Oslo no se cumplieron ni por una parte ni por otra, y reconociendo además que la
realidad es que Estados Unidos estaba dispuesto a desplegar, enviar, observadores
sobre el terreno para garantizar el cumplimiento de los compromisos de ambas
partes, lo cierto es que esto supone un cambio en el planteamiento norteamericano
en esta zona, un cambio de perspectiva.
Sin embargo, Estados Unidos tiene que enfrentarse ahora a otra realidad. Y
la administración Bush se la está planteando. La realidad es que la intermediación y
el control o la observación no bastan para desempeñar un buen papel en la
resolución de este conflicto, el necesario papel del tercero. Y no basta por muchas
cosas que descubrimos en la elaboración de la Hoja de Ruta. Entre ellas, un
problema fundamental: la falta de un liderazgo palestino capaz, responsable y
capaz de cumplir los compromisos que asume satisfactoriamente. Esta capacidad,
evidentemente, se traduce en que el gobierno israelí no está dispuesto a cumplir
sus correspondientes compromisos y, por tanto, la Hoja de Ruta nunca despega.
Cualquier otro esfuerzo para intentar fomentar una resolución del conflicto se
topará con este obstáculo fundamental, esta falta estructural por parte de los
palestinos. Nos podríamos preguntar quién es responsable de este problema. Pero
sea quien sea el responsable, esta es la realidad a la que se tendrá que enfrentar
cualquier fuerza internacional o intervención internacional.
Y la situación empeora día a día, no mejora. La autoridad palestina se viene
abajo. Yasser Arafat está decidido a mantener el poder a medida que se hunde su
barco. Y Sharon y Bush no negociarán con Arafat, así que estamos en una partida
que ha llegado a unas tablas perfectas. Como resultado del agotamiento de ambas
partes, puede que se abra un resquicio de esperanza, pero no creo que por el
momento haya posibilidad de que vuelvan a hacer la Hoja de Ruta. Estamos como
si estuviésemos en la cubierta del Titanic, esperando que bien se produzca una
catástrofe, cosa bastante fácil de predecir, un ataque terrorista grave que se
traduzca en una respuesta de Israel, expulsión de Arafat o invasión de Gaza para
intentar destruir la infraestructura. Gran pérdida de vida en ambas partes, en
cualquier caso. Y necesidad todavía más acuciante de intervención internacional.
Éste es el primer escenario posible.
El segundo, que es el que parece que va a darse, es que los israelíes,
después de acabar el muro, decidan retirarse unilateralmente. En primer lugar, de
Gaza, según los laboristas, y también me parece que el primer ministro Sharon
piensa en la posibilidad de esta solución. Ahora más que nunca se habrá fijado en
una solución unilateral, así que se trataría de una retirada de aproximadamente el
40% de Cisjordania.
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En cualquier caso, catástrofe o retirada unilateral, los dos escenarios más
probables a los que nos enfrentamos, yo creo que habría que contemplar algo
mucho más fuerte, en términos de intervención internacional. Algo que Estados
Unidos nunca había estado dispuesto a realizar antes en este escenario. Me refiero
al concepto de administración, trust ship, es decir, la comunidad internacional se
hace con la autoridad de Yasser Arafat y controla el territorio palestino sin
intervención de Israel y lleva a cabo una administración tutelada, por decirlo de
alguna manera. Un Estado establecido por la comunidad internacional… ¿Está usted
de acuerdo? …Con la segunda mitad (le responde). La comunidad internacional
asume el control sobre el proceso. Los palestinos van construyendo instituciones
democráticas transparentes, un poder judicial independiente y reestructuran sus
fuerzas de seguridad para que Palestina sea capaz de cumplir sus compromisos, de
mantener el orden y de poner fin y coto al terrorismo en el territorio, bajo el control
del Estado palestino que se está constituyendo bajo esta administración tutelada.
No hablo de una fuerza internacional que llegue a la zona para separar a los
israelíes de los palestinos, hablo de un protectorado internacional que le de a los
palestinos la posibilidad de rehabilitar su sistema político, de echar a Arafat y a su
estructura para que los jóvenes palestinos, la joven guardia y otras personas que
en la actualidad no pueden contribuir a la creación de un Estado palestino capaz,
crear las condiciones para que haya un liderazgo político y una estructura que haga
que el Estado palestino sea capaz de cumplir sus compromisos.
En este contexto, una fuerza internacional especial será necesaria. Su papel,
sin embargo, no será el de mantener la paz y hacer de observadores, sino el de
fomentar la capacidad de los servicios y estructuras palestinas para cumplir con sus
obligaciones. El contexto de este protectorado es muy importante, como hemos
visto en Irak. Si se considera como una segunda ocupación, es decir, como una
sustitución de la ocupación israelí por una ocupación internacional, nunca va a
funcionar. Hay que presentarlo de forma que los palestinos sepan perfectamente
que se trata únicamente de ayudarles a crear el Estado, crear las condiciones
necesarias para esta construcción y eliminar las condiciones que ahora
imposibilitan, de todo punto, el establecimiento de un Estado capaz y responsable.
El contexto, por tanto, tiene que ser muy claro desde el principio. Qué tipo de
Estado vamos a crear. Qué tipo de Estado va a ser Palestina. Es por ello que la
comunidad internacional tendrá que establecer ciertos parámetros que,
evidentemente, Israel tendrá que aceptar. Es decir, hasta dónde se va a extender
el Estado palestino una vez que las instituciones de un Estado democrático
palestino se establezcan. Los detalles finales tendrán que negociarse a medida que
se establece el protectorado, como proceso independiente. Algo parecido a los
Parámetros de Clinton. Algo como esto tendrán que presentarse como parámetros
para la solución final una vez que el protectorado sea capaz o tenga las condiciones
necesarias para que empiece a funcionar un liderazgo palestino bien articulado.
Este proceso nunca funcionará sin la cooperación israelí. No se me ocurre ninguna
circunstancia en la que la comunidad internacional vaya a decidir desplegar fuerzas
en la zona para obligar al ejército israelí a salir del territorio.
Por supuesto, si Israel hace una retirada unilateral, en mi opinión, redundará
en beneficio de Israel que la transferencia de autoridad se realice en las condiciones
adecuadas, para no dejar un vacío detrás en el que fuerzas como Hamas y otras
pueden aprovechar la oportunidad para rellenar este vacío. Como redunda a favor
de Israel que haya un gobierno palestino capaz y bien consolidado, yo creo que es
posible garantizar la cooperación israelí de una forma u otra en este proceso.
La cuestión más crítica tiene que ver con la disponibilidad o la voluntad de
Estados Unidos de apoyar este proceso. En la actualidad, y como ya he dicho, esta
posibilidad no existe. Pero la situación nunca es estática.
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Y es muy importante, en mi opinión, en foros como éste, que volvamos a
examinar y analizar esta idea y a reflexionar sobre ella, porque cualquier esfuerzo
que se realice para resolver el conflicto entre israelíes y palestinos va a toparse
inevitablemente con este problema fundamental que existe en la actualidad: la falta
de un interlocutor palestino responsable, capaz de cumplir con sus compromisos y
serio. Los palestinos dirán que éste no es el problema, que el problema es la
ocupación israelí. Sin embargo, la mayoría de los israelíes, Gustavo lo mencionó en
sus comentarios introductorios, está deseando salir de los territorios palestinos. No
van a retirarse frente al terror de la violencia.
Esto nos lleva otra vez a lo que describo como el problema fundamental:
cómo puede la comunidad internacional intervenir de forma que haga posible que
los palestinos creen un liderazgo responsable y capaz de cumplir con sus
compromisos y por tanto se erija en portavoz creíble frente a al comunidad
internacional e Israel para resolver este problema. Y es precisamente en este
contexto en el que un protectorado internacional me parece la única vía plausible
para el futuro. Muchas gracias.
Gustavo de Arístegui:
Muchas gracias Martin. Ha sido extraordinariamente interesante tu punto de
vista, máxime cuando has ejercido labores de mediación durante tanto tiempo y
ahora haces, desde la Brookings Institution, una labor extraordinariamente
importante de investigación en torno al conflicto árabe-israelí.
Voy a darle la palabra al ex Ministro de Asuntos Exteriores del Reino
Hachemita de Jordania, Abdel-Elah AlKhatib para que nos haga su presentación.
Abdel-Elah AlKhatib:
Muchas gracias Gustavo. Desde el principio quiero darle las gracias a
nuestros anfitriones por haber organizado esta reunión que, además de permitirnos
intercambiar ideas y opiniones sobre un tema de tantísima importancia, me parece
una reunión muy oportuna, y quiero aprovecharla para mostrar mi apoyo a todas
las personas (…) a las poblaciones de la región, me refiero a la gente normal y
corriente. Algunos políticos pueden pensar que aún no están agotados, pero las
mujeres y hombres, la población de esta región se siente agotada por el conflicto,
que ha impedido que los jóvenes y otras generaciones tengan una vida normal en
este mundo nuestro.
Se supone que esta sesión va a centrarse en las perspectivas de
observadores externos. Me encantaría teóricamente considerar a Jordania como un
observador externo. Sin embargo, la realidad es que el conflicto entre palestino e
israelíes es una cuestión que nos toca muy de cerca, a mi país, a mi gobierno, a la
sociedad jordana en general, debido a factores muy complejos de proximidad
geográfica, complejidad demográfica y otros elementos que hacen que este
problema esté muy cerca de todos los jordanos. Me voy a referir a dos ejemplos
muy cercanos.
El primero es el acuerdo de Ginebra. Los acuerdos de Ginebra, que han
recibido muchísimo interés por parte de los jordanos, tanto positivo como negativo.
He de decir que fundamentalmente negativo. Para la mayoría de los jordanos, tanto
de origen jordano como palestino, la cuestión de derecho al retorno es una cuestión
muy espinosa y sensible. Me gustaría abordar esta cuestión como un retorno
político al Estado palestino, para que sea menos compleja.
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Otros jordanos, de origen palestino sobre todo, abordan esta cuestión como
un intento de impedirles que ejerciten o disfruten de derechos inalienables. Para
otros jordanos, esto supone la repatriación de muchos refugiados en Jordania, lo
cual iría en contra de los intereses del país a largo plazo. Es una cuestión, como ya
he dicho, muy compleja, como lo es el conflicto entre Israel y Palestina, a pesar de
que, para mí, los acuerdos de Ginebra constituyen una herramienta muy útil para
dar un nuevo impulso a la paz en la sociedad palestina e israelí. Y no me refiero
únicamente a la reacción política, me refiero también a la reacción popular del
ciudadano de a pie, y es una reacción que no es tan clara.
Otro ejemplo al que me quiero referir es al muro de separación, esta
“vallita”. Se percibe en Jordania, entre los jordanos de origen jordano y palestino,
como uno de los acontecimientos más graves después de las actividades de
asentamiento de Israel. Un intento de poner fin a las perspectivas de establecer un
Estado palestino viable e independiente. También se percibe como un gesto contra
los palestinos para crear algún tipo de transferencia interna. Peter se refirió ayer a
Kalkiria. Yo hablo casi diariamente con personas que entran y salen de Palestina y
yo sé que la población de Kalkiria, por ejemplo, y Chaius ha disminuido
considerablemente después de la construcción del muro. Existe pues una gran
posibilidad de que las poblaciones de ciudades como Yenin, Tulkarem y otras
tengan que enfrentarse a elecciones muy, muy difíciles en los próximos meses.
Otra cuestión que preocupa mucho a la población jordana, aunque a veces
algunos de nuestros amigos norteamericanos nos critican por centrarnos
supuestamente demasiado en la defensa, o perdón, por centrarnos demasiado en el
muro. Pero no creo que éste sea el caso. No se habla tanto del muro y sus
implicaciones como a lo mejor tendríamos que hablar. Normalmente se dice que
existe un abismo entre los gobiernos y los ciudadanos de la región en la actualidad.
Yo diría que existe una gran brecha que separa el proceso de paz de las realidades
de la región. Es muy necesario lo que hacemos en estas reuniones para ofrecer a la
población de la zona una solución que mejore sus vidas. Y esta brecha entre el
proceso de paz y las expectativas de la población, entre la realidad y el terreno,
hace que perdamos muchísima credibilidad. Y yo creo que la credibilidad es
importantísima para que nuestros esfuerzos puedan tener visos de éxito. Tenemos
que hacer esfuerzos que sean creíbles y que cuenten con el apoyo de la población.
Cuando hablamos de la internacionalización para que haya una intervención de un
tercero, no tenemos que pasar por alto este importante aspecto.
Ayer, aunque hablamos largo y tendido de las implicaciones de la situación
en esta región y del proceso de paz, no nos referimos a las repercusiones de lo que
ocurre en Irak sobre el proceso de paz, la influencia de Irak sobre el proceso de
paz. Hay un nuevo plazo que ha adoptado la administración americana para
“transferir” el poder a los irakís antes de junio. Yo creo que es un plazo que
tenemos que tomarnos muy seriamente en lo que se refiere al conflicto palestinoisraelí.
Estamos hablando de una radicalización muy fuerte desde el principio de la
Intifada, yo creo que lo que ocurre en Irak está intensificando esta radicalización.
Alguien ha mencionado el concepto de doble baremo. ¿Por qué se va a transferir un
poder a los irakís después de seis meses si no se transfiere ningún poder a los
palestinos después de 36 años? Me parece una cuestión de muchísimo calado y
muchísima importancia, no solamente para nosotros aquí en esta sala sino para el
ciudadano de a pie en al región. Lo de Irak está radicalizando todavía más la
región. Yo no tengo duda alguna, y llevo participando en el proceso de paz durante
más de 26 años, de que tengo razón al decir que los israelíes y los palestinos no
podrán llegar nunca a una solución conjunta. No necesitamos más pruebas. Hay
pruebas suficientes para demostrar que los palestinos e israelíes no pueden llegar
por sí mismos a una solución. Esto está claro, y me refiero a una solución
sostenible.
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Asimismo, existe entre los palestinos una percepción –desgraciadamente
esta percepción existe y yo creo que los palestinos podrán hablar y darnos detalles
al respecto – de que Israel, con su gobierno actual, realmente no busca una
solución. La percepción es que el gobierno de Israel está ganado tiempo para
cambiar la realidad con varias actuaciones, incluida la construcción del muro de
separación. Martin se ha referido esta mañana en su intervención a la posibilidad de
declarar una retirada unilateral de tropas después de que finalice la construcción
del muro de separación. Hay algunos que contemplan esta posibilidad seriamente.
La población de Jordania, y supongo que también en Palestina y en ciertas partes
de Israel, tomaron nota del hecho de que los intentos palestinos de reforma se
vieron socavados por acciones realizadas por el gobierno de Israel. El gobierno de
Israel no ha ayudado demasiado, no ha prestado su apoyo a los intentos genuinos
de la nueva guardia, por decirlo de alguna manera, para conseguir una auténtica
reforma de sus instituciones. Estos intentos se han topado con una total falta de
apoyo de Israel.
Por lo tanto, es necesaria la intervención de un tercero. Es una necesidad
clarísima. Como jordano, no puedo ser objetivo cuando me planteo las diferentes
posibilidades y perspectivas. No creo que podamos pasar de la situación actual a
otra en la que una presencia internacional a gran escala sea posible. Lo que
necesitamos en primer lugar es una voluntad política, que existe entre muchos,
pero necesitamos que sea general en Washington, que predomine en Washington
fundamentalmente. Una voluntad de intervenir, de ejercer influencia, de obligar, de
persuadir a ambas partes a establecer un proceso de negociación serio, instándoles
a llegar a un acuerdo. Yo creo que la presencia de un tercero es esencial; no
tenemos que inventar la rueda, ya se inventó hace mucho tiempo. Podemos
acordar los Parámetros de la propuesta de Clinton o decir nos gustan éstos o no, si
no son aceptables – que no lo son para algunos de nuestros amigos en ciertas
capitales – podemos darles otro nombre, conocemos cuáles son los parámetros, así
que podemos cambiarles de nombre. La comunidad internacional y casi todos los
protagonistas saben perfectamente lo que hay que hacer, saben cuales son los
parámetros para una posible solución a este conflicto, llamémosles como les
llamemos. Nosotros, a nivel regional, Jordania, Egipto, Arabia Saudí y otros países
y otros actores en la comunidad internacional, no debiéramos permitir que las dos
partes sigan sin llegar a una solución por falta de voluntad o capacidad. Yo creo que
la región no puede permitirse la continuación de este conflicto y tampoco
tendríamos que ser rehenes de la incapacidad o falta de disposición por parte de
una o ambas partes para llegar a un acuerdo.
Tras la conclusión del acuerdo, existe la convicción de que ambas partes son
incapaces de llevarlo a cabo o de mantener sus compromisos. Es por ello necesario
otra vez que esté presente un tercero, una intervención internacional que se
encargue del cumplimiento de los compromisos. Necesitamos observadores y
también garantes del cumplimiento de este compromiso. Y es así como yo veo, y
esto intentando ser lo más práctico posible, el papel de este tercero: fomentar el
acuerdo y garantizar su cumplimiento. Después de llegarse al acuerdo, éste debiera
tener el apoyo del Consejo de Seguridad para que su implantación sea obligatoria.
Necesitamos, por tanto, el respaldo del Consejo de Seguridad una vez llegados al
acuerdo, porque ya tenemos la experiencia de los acuerdos de Oslo y de otros
muchos que nunca se han puesto en práctica. Tenemos una bonita ceremonia de
firma de un acuerdo, y más tarde cada uno de los firmantes hace de su capa un
sayo. Es por ello que ideas como la de Shlomo relativa a la resolución del Consejo
de Seguridad, precedida, con toda probabilidad, de una conferencia internacional,
me parecen ideas de gran valor en estos debates.
En mi opinión, Jordania y otros actores regionales pueden desempeñar un
papel muy importante en la resolución de este conflicto. Me refiero a la
implantación y garantía de un acuerdo.
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Como Jordania participa con una gran presencia en esfuerzos de pacificación
en todo el mundo, y aunque no se ha debatido mucho este tema, no creo que
Jordania dudara en participar en un esfuerzo de estas características para
implantar, garantizar y mantener estos acuerdos. El concepto de un protectorado
me gusta, no como el protectorado de Irak, que conste. Pero en principio me gusta
este concepto, esta propuesta. Yo creo que a muchos en Washington les encantaría
la definición que ha hecho Martin de protectorado, porque en Irak desde luego lo
que hay no es protectorado, y esto es algo en lo que estamos todos de acuerdo en
la región. A mí me parecería muy bien una solución como la que ha perfilado
Martin. No creo, sin embargo, que los palestinos, a no ser que estén convencidos
de que la implantación de los compromisos del acuerdo está garantizada o que sea
un acuerdo adoptado por todos los palestinos, no creo, repito, que le den la
bienvenida a una solución de protectorado. Y si los israelíes están planteándose una
retirada unilateral, no creo tampoco que les parezca bien esta solución, puesto que
no debería basarse en el muro de separación sino en las fronteras de 1970.
Cualquier esfuerzo internacional debiera garantizar a los palestinos de que
se va a mantener el consenso internacional en lo que se refiere a la independencia
de su Estado, que no se va a apartar la solución de este consenso internacional.
Además hay que garantizar la constitución de este Estado independiente palestino
dentro de un plazo de tiempo aceptable. Por motivos diversos, y lo diré muy
brevemente, la gente es muy escéptica. Cuando oímos hablar de las posibilidades
que presentan los israelíes, de retirarse primero de Gaza. La gente piensa que
antes o después Gaza se va a convertir en solamente Gaza, cosa que
evidentemente no es aceptable para la mayoría de los palestinos. Pudimos hablar
de este tema con nuestros amigos palestinos e israelíes posteriormente. En mi
opinión, la iniciativa árabe de paz no se ha utilizado adecuadamente, no se ha
aprovechado. Esta iniciativa es una respuesta en cierta forma a la exigencia de
Israel de coexistencia en la región. Hay una iniciativa árabe que ha recibido el
apoyo unánime de todos los países árabes, incluyendo Irak, Siria y Libia. Una
propuesta para la coexistencia con Israel a cambio de la retirada de los territorios
ocupados y de, por supuesto, de la constitución de un Estado independiente
palestino.
Quiero referirme brevemente ahora a la credibilidad del proceso de paz. En
la región, el sentimiento general es que en todas las ocasiones en las que hemos
estado cerca de conseguir nuestro objetivo, nos retiramos y cambiamos las reglas
del juego. Es por ello que me alarma tanto lo que se oye ahora en Israel y
Palestina: la “muerte” de la solución biestatal, es decir, entre dos Estados. Nadie
puede afirmar que ésta sea una solución perfecta. Tan sólo diré al respecto lo que
decían los antiguos griegos sobre la democracia: “el sistema menos malo de
gobierno posible”. Diría entonces que, en comparación con las demás opciones
existente, incluido el Estado binacional, la solución de dos Estados es la menos
mala entre todas las posibles.
Martin y otros han hablado largo y tendido del destino de la Hoja de Ruta.
No voy a decir nada más al respecto. No creo que necesitemos nuevas iniciativas
en la región. Puede que hagan falta ideas nuevas y frescas, pero sobre todo lo que
hace falta es voluntad política para seguir adelante. Y esta voluntad política no
existe, desgraciadamente, en el nivel necesario en la actualidad. Muchas gracias.
Gustavo de Arístegui:
Muchas gracias Abdel-Elah. Yo recupero de las palabras de Abdel-Elah
AlKhatib, la necesidad de recuperar el consenso internacional en torno a la
necesidad del Estado palestino.
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Mantener, más bien, ese consenso. Recupero también la recuperación, valga
la redundancia, de los espíritus de Madrid, Oslo, Guadiaraba… el espíritu también,
por qué no decirlo, de Camp David y de Taba. Espíritus sin los cuales no se puede
crear el clima de confianza necesario para avanzar en el terreno de la paz. También
me ha parecido muy interesante lo que ha hablado en torno a la necesidad de los
padrinos. Padrinos, en este proceso, existen. Hay que otorgar mayor peso a estos
padrinos. O a lo mejor los padrinos tienen que asumir mayor riesgo y protagonismo
en este tema. Siempre, por supuesto, sin sustituir a las partes porque son los
protagonistas principales.
Y por aquello de la cortesía, y siendo Martín Ortega español, aunque en este
momento trabaje en la Unión Europea, vamos a dar la palabra a Michael Elliot.
Michael Elliot:
Muchas gracias. Ayer, y también hoy, hemos oído hablar bastante de las
lecciones aprendidas de las intervenciones internacionales en otros casos y también
hemos hablado en profundidad del conflicto palestino-israelí. Hay aquí expertos que
tienen mucho más conocimiento que yo.
Yo quiero centrarme en la posible contribución de mi país, en el sentido de
nuestra intención de intervenir y colaborar en cualquier iniciativa y también quiero
hablar de las posibles medidas que podría llevar a cabo la comunidad internacional.
Lo haré desde la perspectiva de un país que no sólo ha participado en misiones
como Andof y F2, sino también en toda una serie de misiones dirigidas por la ONU,
sobre todo la SFOR en Bosnia y la AISAF en Afganistán. Me refiero a la intervención
de mi país, Canadá. Hablaré desde lo específico hasta lo genérico. Luego dejaré que
extraigan ustedes sus propias conclusiones acerca de mis perspectivas sobre la
situación palestino-israelí.
En Canadá, a mediados de los noventa, se desarrollaron una serie de
directrices generales basadas sobre todo en nuestra experiencia en labores de
pacificación en África, en la Antigua Yugoslavia. Estas directrices, y repito no son
directrices ni criterios definitivos grabados en piedras, son principalmente una
herramienta burocrática. No obstante, yo creo que son directrices instructivas ya
que demuestran una serie de consideraciones a las que un país activo en labores de
pacificación como Canadá tiene que enfrentarse a la hora de decidir si participa o
no en una misión en concreto. ¿Cuáles son estas directrices? En primer lugar existe
un requisito previo fundamental por el que las partes de un conflicto aceptan e
invitan a una intervención internacional. Evidentemente, este requisito no se ha
dado siempre, como por ejemplo en el caso de Kosovo. No obstante, hay una regla
general en el sentido de que la eficacia de la misión es el resultado del
consentimiento estratégico de las partes. Es decir, si las dos partes no quieren que
estés ahí, vas a tener dificultades, evidentemente.
En segundo lugar, quizás también igual de importante: la existencia de un
proceso político. Esto no significa necesariamente que sea un acuerdo de paz final y
definitivo como en el caso de bosnia, sino más bien recalca la necesidad de un
marco político que muestre el impulso decidido por supuesto relacionado sobre todo
con los objetivos de la misión, que es el tercer punto que me gustaría tratar y que
ya han tratado otros oradores, y que para nosotros es muy importante,
especialmente desde principio de los años noventa. Hay que fijar un objetivo claro
de la misión del el principio de la misma. No tiene por qué ser tan preciso como el
contenido del texto de un acuerdo de paz ya alcanzado entre las partes, por
supuesto. Pero sí hay que tener una cierta idea de lo que se espera de la presencia
internacional y cómo va a llevar a cabo esto.
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Como dijeron varios oradores ayer, no sirve de nada desplegar fuerzas en un
territorio para luego cambiar su mandato una y otra vez durante el transcurso de
sus operaciones.
En cuarto lugar, tenemos una serie consideraciones de carácter más
operativo. No son necesariamente ideales a los que tenemos que llegar sino
factores que influyen. Me refiero a si queremos participar o no en la misión y en
segundo lugar qué contenido tiene que tener esa misión. Y luego hay otro aspecto
importante: si hay unidad de mando en la misión. ¿Hay diferentes fuerzas bajo
diferentes mandos en el terreno? (como ha ocurrido en ocasiones anteriores), ¿va a
haber otras fuerzas internacionales con su propia cadena de mando? (esto también
ha sido un problema en casos pasados e incluso algunos dirían que también en
casos presentes).
Hay otra cuestión más amplia relacionada con esto: si hay una unidad en el
esfuerzo. Me refiero a que si hay un mecanismo que afiance la estructura de las
misiones. El doctor Kouchner ayer habló de las dificultades en Kosovo para
coordinar organizaciones gubernamentales y hasta 300 o 400 y pico ONG.
A parte de estas cuestiones estratégicas, está la cuestión de la composición
de las fuerzas. Desde la perspectiva de un país como Canadá y otros muchos que
participan activamente en misiones de paz pero no las lideran, hay una cuestión
fundamental: quién es el socio, quién más va a participar, cuáles son sus intereses,
si están bien entrenadas y equipadas sus fuerzas y sus efectivos, si recibe el apoyo
necesario. Estas cuestiones pueden parecer detalles nada más, pero lo cierto es
que en el pasado se han convertido en grandes impedimentos estratégicos para el
éxito de las operaciones.
Por último, dentro de esta breve lista de directrices, tenemos la cuestión,
también importante, del riesgo a cual que están dispuestos a enfrentarse en el
terreno. Ésta es una cuestión que obviamente implica aspectos políticos, pero
también aspectos muy prácticos, como las reglas de intervención, el estatus de
acuerdo sobre estatus de fuerzas. Yo creo que aquí entramos de nuevo en el
terreno del consentimiento. No en el consentimiento estratégico de las autoridades
gobernantes sino me refiero a cuestiones de carácter táctico. Estamos dispuestos a
asumir el riesgo que representan. Creo que éstas son todas cuestiones importantes
para el debate. Como he dicho al principio son directrices, no criterios. Aquellos que
hayan estudiado las misiones de pacificación de los años noventa se darán cuenta
de que las hemos incumplido una y otra vez. Pero, en cualquier lugar son muy
importantes ala hora de decidir si queremos participar o no y cuál debe ser el perfil
de la misión en la que estamos dispuestos a participar.
Por último quisiera hablar de algo que se ha dado en llamar la caja de
herramientas internacional. En el conflicto palestino-israelí, se piensa en una
presencia internacional como en una intervención militar de miles de efectivos en el
caso de un (…) o por el otro lado del espectro como Pini Meidan. Se piensa en una
labor más vigilante y supervisora, pero, evidentemente, entre esos dos extremos
hay muchos matices, muchas posiciones intermedias. En Canadá, hemos
participado en muchas misiones de pacificación dirigidas por la ONU y la OTAN y
tenemos bastante experiencia en los últimos quince años en las tareas de
pacificación que podíamos denominar “no tradicionales”: supervisión de derechos
humanos y misiones similares. Así que en Canadá no tenemos una gran experiencia
en unidades militares que forman parte de grandes misiones militares
internacionales, sino más bien pequeñas unidades de pocos efectivos dedicadas a
tareas muy concretas como ocurrió con las misiones auspiciadas por la OTAN en
Macedonia. En este caso, la tarea encomendada a las fuerzas canadienses fue la de
localizar y destruir armas ilegales, lo que se llevó a cabo con gran éxito. También
hemos llevado a cabo una serie de misiones no militares, como por ejemplo,
labores de policía, supervisión de elecciones, supervisión de derechos humanos,
expertos forenses y jueces y juristas, por supuesto.
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Todas estas personas han participado no solamente en misiones de
vigilancia o supervisión, dentro de esfuerzos más grandes, sino también en la
construcción de capacidades. La OCDE, por ejemplo, dirigió el proceso de
reconstrucción desde cero en el cuerpo de policía de Kosovo. También, en otros
casos, hemos realizado funciones ejecutivas, en las que ha habido civiles que han
participado en estas labores, mientras que había otros dedicados a otras tareas.
Ninguna de estas situaciones es idéntica. A lo mejor los modelos no pueden
intercambiarse ni aplicarse de uno a otro. La situación de Israel y Palestina no es
parecido a Timor Oriental ni a Bosnia. No obstante, la comunidad internacional
tiene un planteamiento modular a este tipo de intervenciones. No hay una solución
única para todos los casos, sino que más bien hay una serie de capacidades que
pueden adaptarse y ajustarse individualmente a cada situación y así ha ocurrido en
algunos casos recientes con bastante éxito.
En resumen, Canadá, y otras muchas naciones que participan en misiones
de pacificación, nunca va a permitirse el lujo de decir a Israel o a Palestina qué tipo
de intervención internacional necesitan. Pero países como Canadá, Jordania o
España tienen un bagaje muy importante de experiencia en este tipo de
operaciones. Así que las naciones que participan, como la nuestra, no pueden
decirles a ustedes lo que necesitan, pero sí podemos decirles, en base a nuestra
experiencia, lo que ha funcionado y lo que no ha funcionado en el pasado.
Gustavo de Arístegui:
Por la claridad y el orden de tu exposición, yo me quedo con varias cosas.
Creo que tu lista de guidelines es realmente útil. Pero hemos visto cómo, a
lo largo de estos años, lamentablemente, ahí sigue habiendo una discusión en el
ámbito internacional sobre la necesidad de repartir las cargas en la imposición de la
paz o en el mantenimiento de la paz. Convencionalmente, hay tres fases
aceptadas: peace making, peace keeping y nation building. Pero hay fases
intermedias que no se tienen en cuenta. Tú has hablado de una: sed ediem
pudisim, es decir, el que se pueda estabilizar la seguridad de un país para que se
pueda poner en marcha el proceso de reconstrucción integral que es nation
building. Obviamente, además de la reconstrucción material de los países cuando
es necesario, se requiere sobre todo la reconstrucción de las bases y los pilares y
principios constitucionales democráticos que sirvan a lo que, en ayuda oficial al
desarrollo moderno, se llama el fortalecimiento institucional, y que esas naciones se
puedan convertir en naciones democráticas serias con una separación de poderes
verdadera y con instituciones sólidas que les permitan superar sus crisis pasadas.
Tiene la palabra Martín Ortega.
Martín Ortega:
Muchas gracias. Yo represento el punto de vista europeo. No obstante, voy a
hacer una serie de comentarios que son reflexiones personales sobre una serie de
cuestiones, lo que por supuesto significa que esto que voy a decir no tiene ningún
carácter de declaración oficial.
Voy a intentar responder a tres preguntas. En primer lugar, ¿por qué la
Unión Europea busca una solución pacífica al conflicto?; en segundo lugar, ¿cuál es
la visión regional que apoya la Unión Europea?; y en tercer lugar, ¿cuál es el papel
de la Unión Europea en las labores de pacificación, sobre todo con relación al papel
de otros mediadores y principalmente los Estados Unidos?
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Pero antes de pasar a debatir esta tres cuestiones, quisiera, a modo de
introducción, demostrar que la Unión Europea cada vez participa más en el conflicto
palestino-israelí. No sólo desde una perspectiva histórica, porque, en los últimos
meses, la Unión Europea ha tomado una serie de medidas que quizá no son tan
conocidas para todos. Quisiera recordarlas aquí porque estos pasos significan que la
Unión Europea está utilizando un lenguaje algo más asertivo, más decidido. Como
saben, la Unión Europea opera bajo consenso, y es muy difícil llegar a un consenso
a veces entre los estados miembros. Sobre Irán se ha producido este consenso,
pero sobre Irak no, no hay una misma política exterior. Sobre Palestina e Israel, yo
creo que podemos decir que tenemos un terreno común que cada vez es mayor. Yo
diría que Irak obligará a los estados europeos a encontrar un mayor terreno común
en la región. Es decir, la situación actual en Irak llevará a los miembros de la Unión
Europea a desarrollar más políticas comunes en Oriente Medio.
En los últimos meses, la Unión Europea ha desarrollada un posición más
firme sobre el conflicto, en parte debido por la frustración por a la nueva ejecución
de la Hoja de Ruta. Antes de la guerra, si recuerdan, el mensaje norteamericano
era que el conflicto palestino-israelí iba a ser un tema que se abordaría después de
Irak. Y así fue. Si recuerdan, en la cumbre de Aqaba significó que el presidente
Bush apoyaba abiertamente la Hoja de Ruta. Pero, en cualquier caso, no había
forma de llevarla a cabo, por lo que hubo frustración sobre Irak. Pero también hubo
frustración por la falta de interés de la actual administración norteamericana
republicana sobre la Hoja de Ruta.
La Comisión aprobó una comunicación sobre los derechos humanos en el
Mediterráneo en mayo de 2003, en la que se incluían críticas a ambas partes. Yo
creo que es importante indicar que normalmente, en los textos de la Unión
Europea, cuando se habla de Israel, siempre se le da un gran eco en los medio de
comunicación. Pero la Unión Europea también utiliza un lenguaje muy duro cuando
se trata de los estados árabes y de la autoridad palestina. Voy a citar textualmente
de este documento: “En primer lugar, la Unión Europea critica la falta de respeto de
los derechos humanos, critica el apoyo palestino al terrorismo”. Sobre Israel dice:
“el cumplimiento de las normas sobre derechos humanos de Israel no es
satisfactorio. Hace falta abordar dos áreas importantes: la reconciliación de la
declaración del Estado judío de Israel con el reconocimiento de las minorías no
judías y, en segundo lugar, la violación de los derechos humanos en el contexto de
la ocupación de los territorios palestinos.” Por supuesto, se puede decir que éste es
el estilo declarativo de la Unión Europea. Estamos acostumbrados a este estilo. No
obstante, es la primera vez que la Unión Europea se expresa tan firmemente acerca
de estas cuestiones.
También hemos incluido Hamas en la lista de organizaciones terroristas.
Esta es una nueva posición de la Unión Europea al respecto. También tenemos la
estrategia de Solana, aprobada el mesa pasado en Roma; tenemos la iniciativa
trilateral sobre Irán, que, por supuesto, no es Israel-Palestina, no es una iniciativa
de la Unión Europea. En todo caso fue apoyada inmediatamente por la Unión
Europea. Hay que tener en cuenta también las resoluciones aprobadas en la
Asamblea General de la ONU sobre la llamada “valla”. Éstas son dos de las
resoluciones adoptadas por la Asamblea General de la ONU sobre los atentados
contra el presidente Arafat (…) en el Consejo de Seguridad de Estados Unidos
ejerció dos veces su derecho al voto. Dos días después, la cuestión llegó a la
Asamblea General y la resolución fue apoyada por 444 votos a favor. Todos los
estados miembros, y los diez nuevos miembros de la Unión Europea que se unirán
el año próximo, votaron a favor. Y si se forzó un veto contra Estados Unidos, fue
porque los europeos, incluyendo Inglaterra, decidieron no votar junto con Estados
Unidos sino forzar el veto. Esto significa que la política es más decidida.
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También hay una mayor protesta contra la negativa a recibir al enviado
especial Mark Otte, que no fue recibido por las autoridades israelíes. Los europeos,
por primera vez, hablaron de extorsión diplomática.
También tenemos el consejo económico entre la Unión Europea e Israel. La
Unión Europea no ha intervenido. Ha renovado sus acuerdos comerciales con Israel.
No obstante, este cuarto consejo asociativo mencionado, apunta hacia nuevas
políticas hacia ambas partes. Cuando la Unión Europea dice en su declaración del
17 de noviembre, hace un par de semanas, que está planteándose la retirada de la
ayuda a la autoridad palestina, por vez primera, esto sería algo negativo para los
palestinos, pero también para los israelíes, porque la Unión Europea parece sugerir,
por vez primera, que los israelíes deberían hacerse cargo de las consecuencias de la
ocupación. Por supuesto, la Unión Europea paga a la autoridad palestina, pero lo
hace, no para apoyar y respaldarla, sino más bien por el bien de una atmósfera
más pacífica.
En cuanto a la pregunta de por qué busca la Unión Europea una solución
pacífica al conflicto, hay cuestiones de principios y cuestiones de interés. A veces
tendemos a pensar que Estados Unidos sólo tiene intereses y la Unión Europea sólo
tiene principios, pero lo cierto es la Unión Europea también tiene intereses. El
proceso de Barcelona no está funcionando debido a ese punto muerto actual en la
región. Esto tendrá malas consecuencias, sobre todo en lo que se refiere al
terrorismo. Por otra parte, nuestros intereses económicos también están en peligro
a causa del conflicto. Pero, al mismo tiempo, la Unión Europea está intentando
ayudar a las partes. Es decir, este es el tercer motivo por el que a la Unión Europea
le gustaría llegar a la pacificación de los países. Ayudar a las partes significa que la
degradación en la que están ahora mismo metidas ambas partes desde el inicio de
la Segunda Intifada es un aspecto que hay que tener en cuenta para es muy grave:
se trata de degradación económica, social, política y, lo que es más importante
quizás, moral. Aquí, creo yo, tiene razón la Unión Europea cuando propone la
necesidad de esta intervención internacional porque ambas partes sencillamente no
consiguen llegar a una solución. Un experto dice que la comunidad internacional no
puede permitir el suicidio colectivo de estas sociedades y que éste modelo se vaya
difundiendo por toda la región; son palabras de Shlomo Ben-Ami, aquí presente.
Hemos tenido muchos conflictos en el mundo en los que las partes no querían una
participación internacional. En un contexto distinto, en el África negra, el África
subsahariana, por ejemplo, hay lugares donde les encanta matarse entre sí. En los
Balcanes no querían una intervención internacional en los noventa, porque querían
seguir matándose y odiándose entre sí. No tenían ningún problema con esto. Pero
la sociedad europea occidental, o la sociedad occidental en general, decidió que eso
era inaceptable.
Por eso, y yo creo que la opinión pública está de acuerdo, no podemos
permitirnos dejar que esta situación se enquiste porque no consideramos que las
dos sociedades sean lo bastante maduras como para hacer frente a la situación, y
esto es algo que, en un mundo globalizado, puede permitirse, porque permite la
intervención de la comunidad internacional. Sudáfrica, por ejemplo, hablaba de
estas cuestiones de apartheid como si fueran cuestiones de política interna, pero la
comunidad internacional no lo admitió.
Es posible que, en el futuro, la comunidad internacional acabe harta. Incluso
Estados Unidos ha amenazado con retirar los préstamos a Israel debido a la
construcción del muro. Esto quizás indique que Estados Unidos a lo mejor está
dispuesto a poner en práctica (…) la Unión Europea tiene una visión regional que
ofrecer a la región de Oriente Medio. Es decir, Estados Unidos ya es otra historia
porque Estados Unidos es una superpotencia tradicional que ahora mismo tiene una
presencia militar sobre el terrero, y además tiene intereses creados en la zona. Por
supuesto, la influencia de Estados Unidos puede ser positiva.
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Pero Estados Unidos no puede ofrecer un modelo regional por sí mismo a la
región, sino que es la Unión Europea la que tiene un modelo que ofrecer. Un
modelo de acercamiento regional gradual. No hablo de integración, por supuesto.
Antes de la integración en el este de Europa, teníamos el Acta de Helsinki y la
experiencia de la CSCE. Este tipo de iniciativas, que también recibieron el apoyo y
el protagonismo de Estados Unidos, que ayudó a crear una nueva atmósfera. Me
refiero a la vieja idea de Simón Pérez a mediados de los noventa: una nueva
región, un nuevo Oriente Medio, cosa que ahora mismo sé que es difícil de
plantearse como idea factible. Pero desde luego no hay ninguna otra solución.
Si pensamos que Estados Unidos está ofreciendo garantías a Israel en una
situación tan controvertida, y esto va a servir de protección a Israel, desde luego
no hemos entendido nada de lo que significa el siglo XXI. Puede llegar un avión
procedente de Hong Kong y destrozar una ciudad. Los terroristas pueden llegar de
cualquier lugar. De Gran Bretaña llegaron terroristas de Israel, con sus pasaportes
británicos, cogieron las bombas y las hicieron explotar. Por lo tanto, es posible que
las garantías de seguridad de la Unión Europea en Oriente Medio sean más
importantes en el futuro que las garantías de seguridad más duras (por supuesto,
Israel tiene suficientes medios para defenderse). Pero me pregunto si, en un
mundo globalizado, este tipo de medios, incluyendo medios de defensa nuclear,
bastan para defender no sólo un territorio sino también a la sociedad y la
democracia. Porque de democracia se trata, y si Israel quiere jugar a este juego,
tiene que aceptar que la democracia impone una serie de reglas.
Por último, ¿cuál es el papel de la Unión Europea en la pacificación del
conflicto? La Unión Europea reconoce el liderazgo de Estados Unidos en las
negociaciones internacionales. No obstante, la Unión Europea ha desempeñado un
papel cada vez más importante en los últimos años. El cuarteto es un invento de la
Unión Europea tanto como de Estados Unidos. Yo pienso, de hecho, que es más
iniciativa de la Unión Europea que de Estados Unidos, que inventó el cuarteto, que
tiene un año y medio ya que fue creado aquí en Madrid en abril de 2002. Si uno lee
la Hoja de Ruta, verá que muchas de las obligaciones y sugerencias que se hacen a
las partes son de procedencia europea. Podemos coger un rotulador y subrayar en
rojo las frases introducidas por Estados Unidos y en azul las presentadas por la
Unión Europea, porque la Hoja de Ruta establece obligaciones para ambas partes.
Por ejemplo, hay una obligación clara de no apoyar al terrorismo, lo que está
haciendo la autoridad de Palestina indirectamente, cosa que la Unión Europea ha
criticado. Pero también se obliga a Israel a no crear nuevos asentamientos. En
octubre, el gobierno israelí abrió un concurso para adjudicar la construcción para
adjudicar la construcción de 600 nuevas viviendas en los territorios ocupados.
La presentación del cuarteto en Aqaba fue realizada por el presidente Bush.
El resto de miembros del cuarteto no fueron invitados, pero nosotros quedamos
muy contentos porque queríamos que se llevaran a cabo los contenidos del
acuerdo. No queríamos aparecer en la foto, no queríamos protagonismo. Así, la
gente empezó a hablar de la Hoja de Ruta del presidente Bush, cuando era en
realidad la Hoja de Ruta del cuarteto y el texto era mucho más equilibrado. Pero,
como he dicho al principio, en la Unión Europea hay cada vez una mayor frustración
por la falta de ejecución de la Hoja de Ruta.
Esto significa, en mi opinión, que la Unión Europea empieza a darse cuenta
de que es muy importante la supervisión de cualquier plan de paz. Y lo que es
importante, y con esto acabaré, es que si queremos verificar y ejecutar cualquier
plan de paz, hacen falta palos y zanahorias. No podemos pretender implantar,
ayudar a las partes a ejecutar una Hoja de Ruta, sin medios, sólo con buenas
palabras. Es imposible. Hacen falta palos y hacen falta zanahorias, por ambos
lados, ya que esto no quiere decir que la Unión Europea apoye a los palestinos
frente a Israel. Más bien se trata de insistir a ambas partes en que ambas deben
comportarse.
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Si queremos tomárnoslo en serio, yo creo que en el futuro tendremos que
desarrollar este sistema. Tenemos todo tipo de diplomacia, incluyendo diplomacia
económica –la Unión Europea tiene una muy buena colaboración con Israel –, y yo
creo que tenemos en la Unión Europea más poder de lo que se piensa. Al menos
podemos utilizar una diplomacia de carácter económico en los contactos con ambas
partes. Muchas gracias.
Gustavo de Arístegui:
Muchas gracias Martín. Es raro dos españoles hablando en inglés entre sí.
Sólo quiero hacer unos comentarios finales para concluir esta sesión.
La intervención humanitaria no ha sido considerada como una medida que
se pueda utilizar. Hay que combinar, como has dicho, las medidas blandas con las
duras. Muchas gracias.
Cuarta sesión: Puntos de vista de israelíes y palestinos acerca de la viabilidad de
una presencia internacional en el proceso de paz. (I)
Almuerzo:
Dani Yatom, Miembro del Knesset, Partido Laborista, Israel
Mohammed Dahlan , ex Ministro de Estado para Asuntos de
Seguridad, Autoridad Nacional Palestina
Gustavo de Arístegui, Portavoz de la Comisión de Asuntos
Exteriores, Congreso de los Diputados, España (Moderador)
Gideon Sa’ar, Miembro del Knesset, Likud, Israel
Ahmad Tibi, Miembro del Knesset, Hadash-Ta`al, Israel
Joan Clos, Presidente del Foro Universal de las Culturas Barcelona
2004, Alcalde de Barcelona
Quinta sesión: Puntos de vista de israelíes y palestinos acerca de la viabilidad de
una presencia internacional en el proceso de paz. (II)
Despedida
Dalia Itzik, Miembro del Knesset, Partido Laborista, Israel
Ghassan Khatib, Ministro de Trabajo, Autoridad Nacional
Palestina
Narcis Serra, ex Vicepresidente del Gobierno y ex Ministro de
Defensa, España (Moderador)
Shlomo Ben-Ami, ex Ministro de Asuntos Exteriores, Israel
Majdi Khaldi, Ministro Adjunto de Asuntos Exteriores para
Asuntos Políticos, Autoridad Nacional Palestina
Diego Hidalgo, Presidente de la Fundación para las Relaciones
Exteriores y el Diálogo Exterior (FRIDE)
******************
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Gustavo de Arístegui:
Vamos a empezar ya nuestro segundo panel de la mañana. No voy a hacer
introducción en esta mesa, para dar más posibilidad a que haya debate después.
Digamos que podamos hacer aproximadamente intervenciones de quince minutos,
en torno a quince minutos, y que después, podamos dejar margen por si alguien se
prolonga y que pueda haber algún tipo de debate. Tenemos una mesa muy
distinguida. Voy a empezar por orden alfabético en el que están los currícula.
Tengo a mi derecha a Mohammed Dahlan, que es una personalidad muy
relevante del mundo político palestino, de Gaza sobre todo, es un hombre que
muchas personas en el mundo árabe consideran que es esta nueva raza de políticos
palestinos, que puede tener un papel importante en el futuro del Estado palestino.
Ha sido Ministro para cuestiones de seguridad y fue antes de eso, el encargado de
seguridad en la Franja de Gaza.
Mohammed Dahlan es una persona conocida en ámbitos europeos y
obviamente también en Oriente Medio. Tenemos también a Gideon Sa’ar, una
persona que conozco ya desde hace años. Le conocí en su anterior puesto, cuando
era Secretario del Gobierno israelí. He tenido algunas conversaciones muy
profundas y muy interesantes con él. Es un joven político israelí con mucho futuro y
con mucho prestigio. Es miembro de la Knesset, y además es, una cosa que nos
importa a los españoles, es el Presidente del grupo de amistad hispano-israelí, en el
Parlamento de Knesset de Israel, y es miembro también de la Comisión de
Exteriores y Defensa, que en el Parlamento israelí es la misma.
Tenemos también a Ahmad Tibi, que es miembro de la Knesset, desde el
año 99, y es una persona también de extraordinaria relevancia entre los israelíes
árabes. Una persona que tiene mucho que aportar y que yo creo que va a
enriquecer extraordinariamente esta mesa, en la que tenemos un árabe-israelí,
tenemos un miembro del partido en el poder en Israel, tenemos un ex Ministro de
la autoridad palestina y tenemos también a un miembro de la Knesset, del partido
laborista, Dani Yatom, que además es un hombre de amplísima experiencia en el
campo de la seguridad y la estrategia.
Dani Yatom fue miembro de la Inteligencia militar, pero lo más relevante
fueron sus últimos puestos en la política israelí, porque fue Jefe del Comando
Central en los años 90 y fue Secretario del Primer Ministro de Israel, y sobre todo,
fue Jefe de los servicios de Inteligencia israelíes en Mossad. Es miembro de la
Knesset y creo yo que va a tener importante papel también en nuestro panel.
Vamos a dar la palabra en el mismo orden en que he presentado a los panelistas,
rogándoles encarecidamente que nos ajustemos lo más posible al límite de quince
minutos.
Muchísimas gracias. Intentaré cumplir con el horario, a pesar de que
intentaré quitar algo del tiempo de Dani Yatom, ya que él se llevó todo. En
principio, permítanme expresar mi agradecimiento a FRIDE, la Fundación para las
Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior, y expreso mi agradecimiento a
todos los asistentes, los participantes en esta conferencia y espero salir con algunas
ideas que puedan relanzar el proceso de paz.
Todos nosotros sabemos que es lo que sufre el proceso de paz entre
nosotros, los palestinos y el nivel trágico al que ha llegado, para que se convierta
en un conflicto sanguinario, que pudo acabar con lo que quedaba de este proceso
de paz, a pesar de las distintas iniciativas e ideas que se tuvieron. Yo creo que todo
el mundo árabe, así que ahora estoy hablando en árabe. Así que ha habido
proyectos e iniciativas diversas para frenar aquella tormenta de violencia. Aquí no
voy a hablar de los detalles de, ni pretendo restar importancia de las mismas, a
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pesar de que sea de... la hoja de Derek Osheni, o la iniciativa egipcio-jordana, o la
iniciativa del príncipe Abdala, que terminó con la Hoja de Ruta que está en camino
hacia la muerte.
Permitirme centrarme en esta conferencia sobre algunos temas y requisitos
que creo que es la responsabilidad de todas las partes para salir de la actual crisis.
Allí hay requisitos y una responsabilidad de la sociedad internacional y de las
fuerzas que deciden en esta sociedad, y también sobre la cuestión estratégica para
dirigir el conflicto en la zona, ya que en la sociedad internacional ha habido una
teoría de administrar la crisis y lo que se suele llamar dominar el nivel de las llamas
de fuego, es decir, que no se nos escape la crisis de las manos. Esta versión de
gestión del conflicto ha demostrado su fracaso, en tratar al conflicto palestinoisraelí,
porque lo que se necesita es un mecanismo que garantice que salgan ambas
partes de los actos de violencia, ayudarles a encontrar soluciones prácticas para
superar las dificultades, es decir, ayudar a quitar la legalidad de algunos conceptos
erróneos que dominaban en los últimos años, tal como el derecho de defensa, el
derecho a la réplica de agresión, el derecho de garantizar la seguridad de una parte
por la cuenta del otro, e incluso por métodos sanguinarios que han causado una
tormenta de violencia cerrada de la cual no hay salida. Cambiar las reglas del juego
y las normas de conflicto por parte de la sociedad internacional acompañado por
mecanismos eficaces convenientes, que obliguen a ambas direcciones, palestinoisraelí,
de forma equilibrada. Es la única forma de garantía para poner fin a los
actos de violencia.
Pero esto también requiere un cambio esencial en los mecanismos de la
sociedad internacional, la comunidad internacional, que tiene una fuerza de presión
hacia ambas partes palestino-israelí, y en particular, si nosotros valoramos y
objetivamente el cansancio y la fatiga que sufren ambos pueblos, palestino e
israelí, este estado de fatiga que influye con su peso en ambas partes y ocurre al
mismo tiempo con una aceptabilidad de admitir un cambio de división en ambas
partes, es decir, me refiero a los pueblos.
Queridas señoras y señores, los ámbitos de extremismo nacionalista y
religioso, a consecuencia de la violencia y la violencia contraria, han causado un
caso de caos en la dirección política en ambas partes y en ambas direcciones, en la
palestina y en la israelí, y además han empujado a la sociedad en ambos lados que
adopten ideas extremistas y violentas, a pesar de sus distintas formas.
Permítanme que mencione los motivos por los que se incrementa esta crisis
y quiero poner focos a lo que se llamó la reforma de la autoridad como motivo o
pretexto de parte israelí y palestina y de la sociedad internacional, de cumplir sus
compromisos hacia ambas partes. Aquí no quiero reducir la importancia de la
reforma en el trabajo o el acto político palestino o a nivel interno palestino, sino
que lo que esperaba y rogaba al pueblo palestino, y lo que puede afectar a la
reforma son dos factores. El primero es la continuidad de la violencia mutua y
objetivamente sin que haya una reforma seria, y además, la permanencia de la
ocupación israelí en los territorios palestinos, y el incremento de los actos de
represión indiscriminados. Si esto es un factor añadido que impida la reforma de la
administración palestina, en mi opinión, además mi convicción es que no quiere y
no desea haber una autoridad palestina limpia, recta, que carece de caos y sin
corrupción, porque el Gobierno israelí actual tiene interés en ello.
Permítanme también, señoras y señores, que presente ante ustedes y
apoyar la idea de la presencia internacional, que ha sido un motivo durante los
últimos años pasados, del lento e incluso del fracaso del proceso de paz, porque
ambas partes deseaban que en una parte de confianza que intervenga para que
cumplan ambas partes, para que obligue a ambas partes a que cumplan los
acuerdos firmados. Todos los proyectos que se plantearon anteriormente en parar
la violencia fracasaron en este punto y ya que carecía de un controlador supervisor
serio y limpio para que imponga su voluntad a ambas partes. Por eso yo prefiero
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que haya una presencia eficaz que pueda influir para cerrar este hueco y salir de
esta tormenta de violencia.
Las experiencias de protección en Timor Oriental, en Kósovo, a pesar de que
son diferentes y distintas situaciones, pero son modelos que pueden participar en
acabar con la violencia en nuestra zona. Estoy convencido de que la sociedad
internacional y en particular los Estados Unidos y la OTAN y la Unión Europea
tienen experiencia y posibilidades, y fuerza e influencia suficientes para hacer que
ambas partes, palestinos e israelíes, acepten el papel de esta gente si existe una
voluntad de la sociedad internacional para que desempeñen su papel y no renuncie
a este papel bajo el pretexto de que una parte no lo quiera. El volumen de los
obstáculos de distintos núcleos del conflicto requiere adoptar un plan de protección
y de separación, para que vuelva la tranquilidad y convicción o por imposición y
además para que vuelva la esperanza contra aquellas partes de violencia de los
extremistas.
Crear una actuación de esta validez que nos permita a los palestinos
celebrar elecciones generales transparentes, libres totalmente, en un ambiente
democrático, bajo una fuerza de separación internacional. Esta protección de
garantizar puede ofrecer apoyo a las fuerzas de paz en las sociedades palestina e
israelí y puede limitar la fuerza de la extrema derecha y de la institución militar
israelí, que inició la construcción de un muro racista que no tiene nada que ver con
la seguridad que cuesta cientos de millones y que expropia mucho terreno palestino
y además, este muro puede matar cualquier esperanza en el futuro de llegar a una
paz, tal como lo hicieron las colonias los años pasados. ¿Pero acaso este muro
puede garantizar estas acciones de actos unilaterales en la seguridad de Israel?
Yo reafirmo, tal como he mencionado antes, que la separación entre ambos
pueblos a través de una fuerza internacional es lo que garantiza reconstruir la
confianza, garantizar la paz y tranquilidad para ambos pueblos. Israel, que sufre
una situación difícil no puede recuperar la seguridad tan fácilmente. El slogan del
ejército israelí al principio de la Intifada de que “si no podemos traer la seguridad
por la fuerza, podemos imponerlo con más fuerza todavía”, esto ha fracasado, este
slogan del ejército, y ha tendido resultados destructivos para ambas partes. A los
israelíes primero, y a los palestinos en segundo lugar.
Todas estas experiencias de parte de los israelíes se han experimentado con
la sangre y la carne palestinas pero han fracasado, ha aumentado el odio y ha
separado la posibilidad de tener buenas relaciones humanas normales entre ambos
pueblos. Creo que esta fuerza que siempre Israel ha rechazado, es decir la tercera
fuerza internacional, puede hacer volver estos puentes tal y como lo decía el ex
Primer Ministro israelí Isaac Rabin. Ya que existe una diferencia esencial entre los
dirigentes palestinos y los israelíes, creo que la única alternativa que puede
recuperarnos la esperanza es la presencia de una tercera parte, que pueda hacer
cumplir u obligar a ambas partes a reconstruir la confianza y ayudar a un régimen
democrático palestino a través de las elecciones, formar dirigentes, cuadros
políticos en ambas sociedades, para la continuidad y la comprensión y el contacto,
lejos del extremismo y además todo esto por el bien de ambos pueblos palestinoisraelí.
También esta tercera parte puede limitar o definir las competencias de
seguridad y de política de ambas partes y tiene que haber un control eficaz y
apoyar al pueblo palestino, respaldarle y ayudarle a recobrar sus instituciones
civiles y humanas y de seguridad que Israel ha destruido últimamente. Israel, que
siempre decía que quiere volver la infraestructura del turismo, lo que ha hecho es
golpear la infraestructura de Palestina y ha dejado el terrorismo vivo ahí.
Esta orientación de la tercera parte internacional no tiene que ser un papel
de seguridad, sino también económico, humano y también que esté inmerso en la
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sociedad civil para preparar un Estado palestino viable, una zona próspera. Eso
requiere un mecanismo común, un cuerpo internacional común para dirigir esta
iniciativa, además del marco legal que requiere un calendario de tiempo claro por el
que haga cumplir a ambas partes, además de la transparencia y también de
nosotros como palestinos y desde esta reunión, hacemos un llamamiento a la
sociedad internacional y a todas las partes interesadas por la paz justa y
permanente, que hagan más esfuerzos y que incrementen para llegar a la
convicción lo mas pronto posible, de que ambas partes, palestina e israelí puedan
regresar al proceso de paz y romper este circulo de violencia sin una tercera parte.
Cada parte, palestina o israelí, tiene lo que reafirma su postura, pero al fin y al
cabo, no se romperá el circulo de violencia.
Aquí no quiero repetir las ventajas de la presencia de una tercera parte
internacional, pero quiero hablar de mi experiencia de nueve años, los últimos
nueve años, de negociaciones entre nosotros y la parte israelí, y nosotros estamos
interesados en que las negociaciones humanas naturales y viables para el futuro de
las generaciones de ambas partes. En los últimos nueve años, no se ha
demostrado, palestinos e israelíes no hemos podido llegar a un acuerdo sin
presencia internacional.
Y la catástrofe se aumentó, porque no pudimos cumplir ninguno de los
acuerdos firmados sin presión internacional a ambas partes, y por eso y por
consiguiente, todas esta propuestas que obligan a ambas partes a que no hay mas
remedio que sentarse cara a cara entre ambas partes, palestina e israelí, sino que
tienen que sentarse, no puede ser convincente y efectivo sin una presencia de una
tercera parte influyente y fuerte. Lejos de la manipulación de la sangre palestina e
israelí bajo eslóganes políticos, ya que la presencia internacional no quiere decir
internacionalizar conflictos, es lo que ha rechazado Israel y es lo que nosotros
esperamos que se acepte para proteger a sus hijos y al futuro de Israel.
No quiero alargarme mucho y gracias por haberme escuchado. Espero que
este encuentro y diálogo salga con algún grupo de ideas que se presenten a los
dirigentes políticos de ambas partes para romper el círculo de violencia y acabar.
Muchísimas gracias.
Mohammed Dahlan miembro de la Knesset, del partido Likud y anterior
Secretario del Gobierno de Israel.
Mohammed Dahlan
Muchísimas gracias a todos los que han hecho posible esta conferencia.
Comenzaré hablando del muro de defensa. Estamos construyendo una valla
defensiva. Después de tres años de terror a gran escala contra los ciudadanos
israelíes, durante estos años hemos visto como la autoridad palestina no está
dispuesta de ninguna forma a enfrentarse con el terror de las organizaciones
terroristas palestinas, algunas de ellas patrocinadas y apoyadas por la propia
autoridad palestina y este es el caso más claro del derecho de Israel a la defensa
propia, y este derecho no es menos importante que el de otros países del mundo,
que también tienen derecho a defenderse. Israel ha mostrado muchísima paciencia,
hasta que decidió construir la valla defensiva.
Dalia Itzik está aquí con nosotros, que fue Ministro en el gobierno anterior,
fue una de las personas que apoyó la construcción de esta valla. Les digo que el
problema, los argumentos contra la valla defensiva fundamentalmente se limitaban
a la derecha en el Parlamento. Desde un punto de vista ideológico, muchos de mis
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amigos se opusieron a la construcción de esta valla defensiva, pero no hay nada, ni
dinero ni críticas internacionales que pueda socavar nuestra decisión y nuestro total
compromiso para brindar protección a los ciudadanos de Israel en autobuses, en
cafeterías, a nuestros hijos en las discotecas, y seguiremos construyendo esta valla
defensiva y lo haremos desde la postura de alguien que está convencido de que
está haciendo lo que tiene que hacer, lo adecuado.
Quisiera también referirme a algunos comentarios que se han oído aquí. Yo
no creo que la presencia internacional pueda impedir el terror, no creo que la
presencia internacional puede desligitimizar el terrorismo como tal. A los ojos de la
opinión pública palestina, yo creo que el principal problema es que la OLP nunca ha
abandonado la vía del terror, y la ética del terror, como ha indicado Martin, el
problema son los compromisos que asumieron los palestinos y que nunca
cumplieron, evidentemente esto nunca lo podría hacer un tercero en nombre de los
palestinos. Este tipo de presencia es imposible que cree un interlocutor fiable, y
estoy de acuerdo con lo que ha dicho usted de que la opinión pública en Israel está
muy dispuesta a hacer grandes concesiones, bajo una única condición: si estamos
convencidos de negociar con un interlocutor fiable.
Quiero referirme ahora a la posible participación internacional en el proceso
de paz para resolver el conflicto israelí-palestino y también la participación
internacional en las negociaciones entre Israel y otros países árabes. Qué tipo de
participación sería aceptable para nosotros y qué tipo de participación
rechazaríamos. La postura de Israel es que, la participación internacional es
significativa únicamente si la aceptan ambas partes del conflicto, y si no existe esta
aceptación, no hay nada que hacer, y si esta presencia no socava o desvía la vía de
las conversaciones bilaterales, que es la única vía que nos llevará a un acuerdo y en
última instancia a la paz. El contenido de los acuerdos, soluciones y compromisos
debiera ser resultado, fruto directo de los debates y discusiones entre ambas partes
y pudiera ser también fruto del acuerdo. Una participación fuera de estos
parámetros es inaceptable, una intervención fuera de estos parámetros, el principio
según el cual, ningún país aceptaría que organismos foráneos o extranjeros decidan
el trazado de sus fronteras o la estructura de sus instituciones. También se da en el
conflicto del que hablamos, estoy seguro y no quiero nombrar a ningún país, todos
sabemos, conocemos nuestros propios conflictos nacionales, planteémonos si
aceptaríamos que una presencia extranjera decidiese el trazado de nuestras
fronteras y otros muchos aspectos importantísimos.
Son únicamente las dos partes del conflicto, las que pueden negociar
soluciones a problemas extremadamente complicados como las fronteras, los
asentamientos y un largo etcétera. Debatir la Hoja de Ruta, la cuestión de la
verificación y la postura israelí a favor de una verificación por parte de los
norteamericanos me parece que hay que analizarla detenidamente, no podemos
verificar cuestiones relativas al terrorismo, poner final terrorismo, sin compartir
información. Y está claro que no podemos compartir información ampliamente y
diariamente únicamente con Estados Unidos. Por supuesto, no aceptaríamos una
verificación por parte de organismos internacionales que, en nuestra opinión, no
son objetivos.
Una persona bastante bien conocida de las Naciones Unidas afirmó, hace
mucho tiempo, que los palestinos ya habían completado la primera fase de la Hoja
de Ruta, las reformas correspondientes, y que por tanto, había llegado el momento
de pasar a la segunda fase. Lo cierto es que esto no es verdad, cuando Arafat
aceptó la idea de un Primer Ministro palestino, parecía que esto podía ser verdad,
desde entonces, transcurridos cien días, se las arregló para darle una puñalada en
el corazón al proyecto de la comunidad internacional liderado por Estados Unidos,
me refiero al Gobierno de Abu Mazen, en el que Mohammed desempeñaba un papel
muy importante. En este Gobierno, sabemos muy bien lo que ha hecho Arafat con
él, y está claro ahora que Arafat está concentrando la autoridad y el poder de todas
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las fuerzas de seguridad a su alrededor y además lo está haciendo con mucha
eficacia.
Si ésta es la situación, si así la vemos, ¿cómo podemos aceptar esta
afirmación del representante de la ONU, si hablamos de cuestiones que están
estrechamente vinculadas a nuestro futuro? Cuando ciertos actores internacionales
hablan a favor de la participación o intervención internacional de una forma bien
articulada, nos podemos plantear qué es lo que ha hecho la comunidad
internacional hasta ahora para garantizar la implantación de la resolución 425 del
Consejo de Seguridad de Israel, después de que Israel implantara unilateralmente
sus compromisos hace ya bastantes años.
Hemos visto como se despliega el ejército libanés a lo largo de nuestras
fronteras y como todos saben, una de las organizaciones terroristas más peligrosas,
la Hezbolá, está desplegándose, está desplegada y destacada para estar cerca de
Israel y en disposición de atacarnos con actos terroristas en cualquier momento. Yo
no he visto para nada que la comunidad internacional haya ejercido presión de
forma eficaz en Siria y en Líbano para que se ponga en práctica esta resolución, a
pesar de que Israel cumplió con sus compromisos hace ya muchos años, a este
respecto. Si menciono la cuestión del Líbano, hay que recordar la presencia de
UNICEM en el sur del Líbano, creo que llevan ya ahí casi tres décadas, y yo no creo,
que yo sepa, que hayan podido impedir ni siquiera un ataque terrorista. Los
terroristas y el personal de algunas organizaciones internacionales coexisten
felizmente en el Líbano y también menciono a las Naciones Unidas. Todavía
recordamos la afirmación del secuestro de tres soldados en el año 2000, una
afirmación que no estuvo a nuestra disposición, estamos hablando de
representantes políticos que no tuvieron posibilidad de ejercer en este caso su
autoridad, estamos hablando de una situación que para nada nos favorece, una
resolución favorable, a favor de nuestros intereses nacionales.
Estamos muy en contra de una participación militar extranjera:
• En primer lugar, no queremos que nuestros amigos y soldados
extranjeros pierdan la vida o arriesguen su vida en nuestra tierra.
• En segundo lugar, es muy difícil, verificar o intentar controlar a las
organizaciones terroristas y resulta muy fácil, sin embargo, verificar o
controlar un Estado como el nuestro, con sus propias fuerzas
armadas.
• En tercer lugar, la experiencia nos muestra que este tipo de fuerza
internacional se convierte fácilmente en un blanco elegido de ataques
terroristas.
En Irak cualquier presencia occidental, incluso el Cuartel General de la ONU,
como hemos visto, o la Cruz Roja, se convierten en objetivos de ataques
terroristas, no solamente las fuerzas estadounidenses y otras fuerzas occidentales,
sino también organismos internacionales de esta índole y por tanto, este tipo de
intervención ha de descartarse, porque no creo que nunca pueda realmente
resolver el conflicto. Lo cual me lleva a la conclusión básica: son únicamente las
partes del conflicto las que pueden resolverlo.
Cuando hay acuerdos, pueden quizás aceptar o llegar a un acuerdo sobre
algún tipo de presencia o de participación internacional en el proceso. Vamos a
utilizar como ejemplo la paz entre Israel y Egipto, que conseguimos mediante
conversaciones bilaterales con intermediación norteamericana; ahora fue
únicamente la voluntad política más los intereses nacionales de ambos países los
que mantuvieron la paz, no las fuerzas americanas en el Sinaí, que ahora Estados
Unidos quiere reducir considerablemente. No es esta presencia militar la que
mantuvo la paz, sino la voluntad de ambos pueblos. Lo mismo podemos decir del
acuerdo de paz entre Israel y Jordania.
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En el conflicto palestino-israelí y en le proceso de paz, hemos visto una
cierta participación internacional acordada por ambas partes, pero nunca
directamente relacionada con el contenido de los acuerdos. Como todos sabemos,
el proceso se remonta a unos doce años, a esta ciudad, aquí a Madrid.
Quiero darles ahora unos ejemplos de intervención o participación
internacional en los acuerdos de Oslo.
Las elecciones, para el Consejo de la autoridad palestina se realizaron bajo
verificación internacional, Jordania y Egipto desempeñaron un papel relevante en
ciertos ámbitos, en el acuerdo de Hebrón de enero del 97, se preveyó una
presencia internacional temporal en la ciudad de Hebrón, ambas partes acordaron
los procedimientos, el número de efectivos, actividades, ámbito de intervención y
demás, y en virtud de este acuerdo, cientochenta europeos se desplegaron en la
zona. Pero déjenme decirles algo, esta fuerza para nada está impidiendo el
terrorismo y es imposible que nunca sea un actor eficaz en la resolución del
conflicto, que desempeñe un papel importante, y tienen sentido que no lo sea. Se
acordó que habría un comité trilateral entre Israel, Palestina y Estados Unidos para
la cooperación y la seguridad que desempeñaría un cierto papel en la lucha contra
el terrorismo, y las partes acordaron este triángulo, por decirlo de alguna manera.
El Comité Mitchell mencionó también la posibilidad de una fuerza internacional que
se desplegaría en territorio palestino, algo que resultó extremadamente polémico
entre las partes, y el Comité afirmó que este tipo de fuerza nada más que puede
tener eficacia si se cuenta con el apoyo de ambas partes. Los palestinos intentaron
que las Naciones Unidas hicieran una resolución sobre la verificación internacional,
pero fue vetada por los americanos. El anuncio de los G8, en junio de 2001, se
hablaba de una verificación por parte de un tercero del cumplimiento de los
acuerdos a los que llegaran ambas partes. El consenso internacional, por tanto, se
ha dado en varias ocasiones, posteriormente se establecieron condiciones para la
intervención internacional, la aceptación de los acuerdos por ambas partes. Para
que los palestinos puedan tener ilusión, esperanza, para que piensen que existe
una oportunidad realista para la paz, si obligamos a las partes a aceptar una
presencia internacional, lo único que estamos consiguiendo es alejarnos todavía
más del final del túnel, y alejarnos todavía más de una vía que nos lleve a la
solución del conflicto. Esta presencia internacional no puede en ningún caso
sustituir o hacer las veces de acuerdo entre las partes, cualquiera que quiera paz
en Oriente Medio no ha de aferrarse a ilusiones, a dos mil kilómetros del conflicto.
No se ilusionen, no ilusionen a otros, no piensen que un conflicto que se
lleva desarrollando más de ciento veinte años, se resolverá por intervención de
terceros. La clave para la solución está en la Tierra Santa y está en manos de
ambas partes. Muchas gracias.
Gustavo de Arístegui:
Tenemos en la mesa a cuatro actores políticos de primerísimo nivel, cada
uno representando un partido diferente en el caso de los políticos israelíes, partido
laborista, partido Likud y un prominente miembro de la Knesset, que es político
árabe-israelí y por supuesto, como es un ex Ministro de la autoridad palestina. Voy
a dar la palabra a Ahmad Tibi, que además de lo que dice en el currículo que tienen
ustedes en sus carpetas, es Doctor en Medicina y además fue asesor del Presidente
de la autoridad palestina, Yasser Arafat, desde 1993 a 1999, y fue un hombre muy
activo en tratar de construir puentes de entendimiento entre israelíes y palestinos.
Tiene la palabra Ahmad Tibi.
Ahmad Tibi:
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Muchas gracias por haber organizado este coloquio. Ante todo quisiera
afirmar lo que ha dicho mi amigo Gustavo, que nosotros aquí representamos a
diferentes partidos políticos. Yo represento, dentro del Knesset, un partido árabe
para el cambio. Existen ocho diputados en la Knesset, de un total de ciento veinte
diputados, nosotros, los árabes representamos una población de un millón de
personas, somos parte del pueblo árabe, pero tenemos la nacionalidad israelí.
Representamos casi un total de diecisiete a veinte por ciento dentro del
Estado israelí, sin embrago, nosotros estamos aquí para que cada uno plantee su
postura en cuanto a un tema de tanta importancia, este tema es la necesidad o la
no necesidad (como piensan algunos) de la presencia internacional en los territorios
ocupados palestinos.
¿Cuál es la situación actual en los territorios ocupados palestinos? Nosotros
hablamos de la ocupación de un Estado reconocido, un pueblo que no tiene
soberanía, y en todo caso, siempre la parte ocupante que controla la situación,
provoca violencia. Es decir, la violencia es un fenómeno paralelo a la ocupación, es
decir, la ocupación es el motivo y la violencia es como un efecto secundario de esta
ocupación, entonces.
Por eso, yo he optado por empezar con este preludio, ya que tenemos un
profundo sentimiento de que lo que surge en la comunidad internacional,
especialmente por parte de la administración norteamericana, que controla el
escenario político, están centrando sus esfuerzos sobre los efectos secundarios en
vez de centrarse en los motivos o las causas de la enfermedad.
Y yo, desde mi punto de vista como médico, yo creo que lo mejor es
centrarnos en los síntomas, en los motivos para poder recetar algo que puede curar
la enfermedad. Esta es la situación actual y mientras la comunidad internacional no
perciba dos factores importantes o dos autores importantes que son los Estados
Unidos y el Gobierno israelí, y yo en este sentido quiero separar el pueblo israelí del
Gobierno israelí.
(…)
Necesitamos encontrar la palabra entre la gente que tiene el poder y la
decisión, es decir, el Gobierno israelí y el resto del pueblo israelí. Sí, es verdad, que
el pueblo israelí y el pueblo palestino ambos quieren la paz, porque existe una falta
de seguridad, existe una falta de normalidad en la vida de ambos pueblos. Y yo
creo que gran parte del pueblo israelí ya está harto de pagar este alto precio de la
ocupación. Por eso, yo creo que los esfuerzos se tienen que centrar en convencer a
la sociedad israelí de que la política del Gobierno israelí va encaminada a plantear
tantas iniciativas con el fin de no finalizar la ocupación como queremos nosotros,
sino en la reorganización de las fuerzas ocupadas o de la ocupación, tal como han
hecho los diferentes gobiernos sucesivos, es decir, ellos quieren reorganizar las
tropas o reestructurar otra vez la ocupación. Y aquí vemos que nunca han cesado
de construir sus asentamientos y están hablando de la forma de garantizar la
protección de esos asentamientos, entonces, ahora existen factores añadidos para
mantener la ocupación: el hecho o el alegato de las colonias o asentamientos. Con
el pretexto de proteger a los ciudadanos en los asentamientos tienen que mantener
a sus fuerzas ocupantes en los territorios palestinos.
Asimismo, nosotros también tenemos que eliminar otro motivo que ha sido y
sigue siendo una justificación o un alegato para mantener la ocupación, quiero
decir, el elemento de los asentamientos, de la colonización. Nosotros últimamente
estamos enfrentando un fenómeno que ha llegado a unos límites increíbles e
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inhumanos de fenómenos, es decir, de asentamientos. Estoy hablando en concreto
sobre la pared de separación, nosotros ayer cuando hemos escuchado a Bush
cuando calificaba el muro de separación como algo inaceptado, pero después de
una semana, al encontrarse con Sharon, se convirtió esta palabra de ‘muro’ en una
palabra de ‘pared’ o ‘valla’, es decir, quitándole importancia, incluso las posturas de
principio, las posturas elementales no se pueden negociar así, porque yo quiero
aclarar a todos los que están aquí que el problema en cuanto a la construcción de
este muro no ha salido del Likud, sino que el problema consiste en las posturas del
partido laborista ya que ellos mismo han fomentado y animado la construcción de
esta valla, ya que la ideología de la derecha no cree en este muro, porque cree que
va en contra de la doctrina del gran Israel. Mientras ellos, los laboralistas, en
cuanto habló Dalia, que es una Ministra de Medio Ambiente en Israel de este muro,
Sharon entonces se reía ridiculizando el tema de la pared, pero luego se convirtió
en uno de los grandes defensores y animadores de este proyecto. También los que
están aquí no eran los promotores de este proyecto, sino los laboralistas, y
entonces ahora lo que vemos es que, ya que estamos en el siglo XXI, después del
derrumbamiento del muro de Berlín, ahora damos otra vez una vuelta al pasado.
Esta pared o este muro no tiene nada que ver con la seguridad y eso lo confirmo
aquí.
Por eso y ante todo lo que está pasando, es imprescindible que los civiles
sientan que exista alguien que les está protegiendo. Yo he dicho que sí que existe
una falta de seguridad individual y colectiva, es decir, los civiles israelíes e Israel es
un Estado con soberanía y ejército y sienten esa falta de seguridad, mientras el
pueblo palestino es un pueblo sin soberanía, aislado, enorme, entonces, lo que se
requiere es que venga una fuerza internacional, que haya una presencia
internacional para que esté en la línea verde y así se eliminen todos los pretextos
de elevar este muro. Yo comprendo esto desde el punto de vista de Indyk para
proteger a los civiles, pero no puedo entender por qué debe el señor Indyk cuando
presenta esta propuesta, que lo nutre con un... basado en derrocar a la dirección
palestina. ¿Cómo podemos aceptar esto, cuando sobra decir que ha sido elegida
democráticamente, y en especial, que la moda hoy en día es la democratización del
mundo árabe a la manera americana? ¿Cómo podemos democratizar al mundo
árabe al modo norteamericano?
Yo soy virtual árabe y creo que hay algunos regímenes árabes que reprimen
a sus ciudadanos y yo como árabe quiero difundir la democracia interna en el
mundo árabe, pero yo también quiero, nosotros los pueblos árabes, en la zona
árabe somos los que tenemos que defender la democracia.
Es nuestro asunto interno, no por factores los aviones F16 y los tanques
norteamericanos. Nosotros ya hemos dicho que el valor de la democracia es un algo
sagrado para EE UU y para Occidente, como podemos interpretar que la prestación
norteamericana que quiere derrocar a un presidente elegido democráticamente. En
segundo lugar, los palestinos quieren hacer elecciones presidenciales y legislativas
ahora mismo. ¿Por qué se oponen a ello? Porque los dos estados democráticos, EE
UU e Israel, impiden ahora al pueblo palestino celebrar elecciones por miedo a que
se vuelva a elegir a Yasser Arafat de nuevo. Entonces, ¿acaso existe allí valores
democráticos para Occidente y otro concepto de manga corta para los palestinos?
Así, nosotros estamos con la presencia de fuerzas internacionales para proteger a
los civiles.
Ante todo esto, la carencia de equilibrio del “fuerte y débil”, además de la
congelación y el concepto de que nosotros los palestinos solucionamos las cosas
entre nosotros, pero esta fórmula es muy cómoda para el señor Barasahat, porque
es la parte más fuerte, porque es el que influye en la política norteamericana y tal
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como dijo Abdel Rahaman hay alguien que..., muy pocas veces lo contrario es lo
correcto, y por esto, influyen en la fabricación de la decisión en Oriente Medio, y se
refiere al Gobierno israelí. Yo soy de los que siempre he representado a las masas,
unas masas amplias, dentro de la línea verde cerca de Israel. Yo apoyo el
establecimiento de dos Estados vecinos, un Estado palestino en la frontera del
cuadro de junio del 67, concretamente Jerusalén, al lado de Israel. Pero allí hay
muchos obstáculos que aumentan para crear este Estado, creo que la presencia de
unas fuerzas de protección internacionales en las fronteras. Su objetivo principal
sería acelerar y empezar, valga la redundancia, por el principio de los Estados y la
retirada de las fuerzas ocupantes.
También que se haga un objetivo de estas fuerzas internacionales, para
romper este pensamiento modélico tradicional de que siempre han tratado una y
otra iniciativa hasta que la gente se hartó. Los palestinos y los israelíes se han
hartado de tantas iniciativas que se debaten. ¿Por qué crece cada día un obstáculo
nuevo frente al establecimiento de un Estado palestino independiente? Por distintos
motivos, por varios factores. El primero es la continuidad de la colonización, no ha
parado, no ha frenado ni un segundo, a pesar de las promesas que llevó a cabo el
Presidente del Gobierno israelí, Ariel Sharon, en ese sentido, de parar la
colonización.
Pero más que esto, nosotros sabemos que cuando el Presidente Bush no dice
la verdad o dice que me ha mentido, se convierte en no... este hombre, este
Presidente. Pero, ¿por qué el señor Powell dice que el Primer Ministro israelí mintió
ocho veces con respecto a los núcleos de asentamiento palestinos? Incluso en la
cuestión de la sinceridad y de la mentira, hay doble criterio, doble vara para la
administración norteamericana. Si decimos que la colonización es un obstáculo, el
segundo obstáculo es la construcción de este muro, a pesar de la postura suave
que rechaza el levantamiento de este muro, es lo que se suele denominar el Estado
provisional, en la Hoja de Ruta.
Es uno de los puntos más graves, más peligroso. Ariel Sharon quiere con
esta condición al fin y al cabo, ya que él introdujo esta cláusula, crear un Estado
enano sin superar en cuarenta o cuarenta y dos por ciento de Cisjordania, es decir,
lo que nos promete el señor Sharon, es establecer un Estado en cuarenta y dos por
ciento de los territorios nuestros ocupados, de los veintidós por ciento que es
Cisjordania, de ochenta por ciento que es Cisjordania, sin Jerusalén, es decir, todo
no alcanza un seis u ocho por ciento de todo el territorio de Palestina, no hay
palestino que acepte esto.
Los israelíes, la prensa israelí y muchos políticos israelíes dicen que esto es
algo que es una propuesta inaceptable. Hablar de un Estado provisional, que
además no existe en el mundo político y en las relaciones internacionales es muy
peligroso, ¿por qué? Porque no existe más, lo máximo que tienen es algo
provisional. Cuando los palestinos que aceptan lo que se llama un Estado
provisional (y espero que no lleguemos a esta etapa) esto será para Ariel Sharon la
solución definitiva, eterna.
El punto cuarto es el obstáculo ante el establecimiento de un Estado
palestino independiente son las previsiones: que la derecha israelí continúe en el
poder, a pesar de los fracasos del Gobierno israelí a nivel social, económico,
político, incluso de seguridad, pero parece que la organización de la sociedad israelí
es que se permanezca la derecha israelí en el Gobierno. Ante todos estos
obstáculos, la posibilidad de llegar a un acuerdo verdadero entre los palestinos y los
israelíes, mientras esté Ariel Sharon, es algo que no puede ser posible...
Se inician ahora voces, flotan voces que dicen: “bueno, no hay Estado
palestino independientemente al lado de Israel y cuál es la solución ideal para los
palestinos, para los israelíes y para la sociedad internacional” Entonces, ¿qué
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opináis de que haya un Estado democrático?, Ya que estamos hablando de la
democracia como valor supremo, un Estado palestino, un hombre, un voto. Que
llámenle democracia. Un solo Estado democrático y así no habrá israelí que acepte
esto, porque esto deja que la mayoría judía no sea mayoría. Pero también hay que
decirles esto a la sociedad internacional: la no existencia de un Estado palestino
nos pone ante una petición en crecimiento de que haya un Estado único para
ambos pueblos. Y aquellos que quieren una solución para los dos Estados, y yo soy
uno de ellos, la sociedad internacional debe de manifestar una intervención
distinta: quizás la protección internacional sea la solución. Pero no hay duda, de
que la situación en la que estamos no puede continuar. Gracias.
Gustavo de Arístegui:
Dani Yatom, que es una figura muy prominente en el mundo militar,
estratégico y de la Inteligencia en Israel y últimamente también, una figura
prominente política. Sí querría decir a los presentes que Gideon Sa’ar es, además
de los cargos que figuran en los currícula que están distribuidos, el líder de la
mayoría del Parlamento israelí, lo que en España sería el Portavoz de grupo o lo
que los mejicanos llaman el Jefe de la Bancada, y lo que en inglés se dice Majority
Leader, y por lo tanto, es también el Presidente de la coalición de Gobierno. Creo
que es importante que se sepa eso, puesto que es el Wip y Jefe de su Bancada, la
Bancada de Likud del grupo de la coalición. Tiene la palabra Dani Yatom.
Dani Yatom:
Gracias Gustavo. Sabes que en Israel se habla el hebreo y se habla el árabe
también. Debido a que los ciudadanos, algunos han preferido el árabe, yo preferiría
hablar en hebreo, y Mohammed Dahlan puede traducirme. Bueno, no era más que
una broma, por supuesto. Quisiera en primer lugar agradecer a FRIDE, a la
organización y a todos los que han contribuido a la organización de este acto por su
invitación. Y por supuesto muchísimas gracias, Gustavo de Arístegui, por moderar
esta sesión.
Estamos aquí para hablar en primer lugar y por encima de todo, de la
participación o intervención internacional, pero como hemos podido ver durante el
día de hoy y ayer también, el diálogo y las conferencias también se celebran en
otros lugares, cosa que es bastante lógica, con lo cual voy a intentar hablar del
tema por el que se nos ha pagado para hablar (no pagado en términos de salario,
unos honorarios, sino en fin, el vuelo y el alojamiento al menos). Como miembros
de Knesset, no podemos aceptar ninguna oferta por debajo de un millón de dólares
(es broma, por supuesto).
También voy a hablar de una serie de cuestiones que se han suscitado
también en ciertas ocasiones durante estos dos días de tan fructífero debate,
personalmente yo participo o he participado en el proceso de paz, mejor dicho,
desde los últimos doce años en sus distintas fases. He conocido a Dahlan, a Tibi y a
muchos de los aquí presentes en esta mesa en muchas mesas de negociación, en
muchos foros de contacto formal bilateral entre las partes.
Según mi experiencia en este campo, me gustaría intentar resumir en
primer lugar, mi opinión sobre la participación internacional. Y ahí hay bastante
variedad, de tipos de intervención propuestas. Algunos hablan de una participación,
en el sentido de facilitar, mediar y garantizar, y otros abogan por otro tipo de
intervención, como por ejemplo, la imposición, la pacificación, que es mucho más
que un mero mantenimiento de la paz. También se han mencionado aquí palabras
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como intervención, interferencia, etcétera. Yo, en principio, no estoy en contra de
la participación o la intervención internacional, pero tampoco estoy dispuesto a
aceptar cualquier tipo de participación. Yo creo que en algunos casos, este tipo de
intervenciones propuestas serían más negativas que otra cosa, y además
impedirían que el rumbo del proceso de paz sea el adecuado. Déjenme que les diga
cuál es mi opinión acerca de qué tipo de participación internacional debe darse para
fomentar no solamente el proceso de paz, sino la consecución real de la paz en
Oriente Medio, y además por supuesto, hablaré como israelí, no como observador
neutro.
• En primer lugar, sea cual sea el organismo internacional que dé
cuerpo a esta presencia, debe de estar dirigido por Estados Unidos,
eso en primer lugar.
• En segundo lugar, en la etapa anterior a cualquier negociación, lo que
habría que hacer en el campo internacional es ayudar a las partes a
alcanzar un alto al fuego y a reanudar las conversaciones en la
misma mesa.
Dahlan y yo, por supuesto, no compartimos las mismas posiciones, así que
contrariamente a Dahlan, yo creo que existe una posibilidad de reanudar las
conversaciones. Y yo creo que tenemos que hacer el mayor esfuerzo posible ambas
partes y con la buena voluntad de ambas partes y de la comunidad internacional,
entonces podremos llegar quizás a algo. En cuanto a por ejemplo si hablamos de
las negociaciones entre palestinos e israelíes no han llegado a ningún fruto ni hay
una situación de estabilidad en estas negociaciones. En cualquier caso recibimos
ayuda de los americanos del Cuarteto, los europeos y yo creo que este tipo de
ayuda es aceptable, ya que facilita la labor de intermediación de plantear ideas,
pero nunca obligar a las partes a aceptar algo que no están dispuestas a aceptar. Ni
siquiera rechazo la posibilidad de que, de vez en cuando, un representante de una
tercera parte, europeo o americano, se siente en la sala, pero eso no
necesariamente tiene que ayudar. Por ejemplo, Martin Indyk ha dicho que en todas
nuestras reuniones con los sirios, a las que yo asistí también, los americanos
estuvieron metidos hasta el cuello en ellas, bueno hasta el casco si me lo permiten.
Y a pesar de lo cual, se consiguieron resultados, con lo cual... Sí, por supuesto que
nos acercamos, tiene usted razón, pero también con los palestinos nos hemos
acercado mucho, pero no alcanzamos el objetivo, nos faltaba el goleador, la
persona que metiera el gol. Después daré una lección privada de fútbol.
Muy bien, entonces, si las partes no están dispuestas a colaborar, si no se
esfuerzan en encontrar ellos mismos formas y soluciones innovadoras, yo creo que
poco se puede hacer, y por supuesto en la fase de ejecución, estoy dispuesto a
aceptar la presencia de observadores para supervisar y vigilar, pero no fuerzas que
utilicen armas de fuego o fuerzas militares, sino me refiero a observadores que
comprueben que la ejecución de una posible solución se realiza conforme a las
reglas. Una participación o intervención internacional no puede alcanzar la paz ni
aliviar la situación, amenos que una de las partes rechace ese tipo de intervención;
por ejemplo, llegamos a un acuerdo entre Israel y Jordania, un acuerdo muy bueno
por cierto, sin ninguna intervención de ninguna tercera parte, al contrario, se
ocultaron estos contactos a los europeos y a los americanos, a los que informamos
solamente cuando ya teníamos la paz en la mano, entonces les informamos. Otro
ejemplo, Oslo, no quiero hacer referencia a las circunstancias y al resultado de
Oslo, pero llegamos a un acuerdo con los palestinos por vez primera en la historia,
sin ningún tipo de intervención de ninguna tercera parte, y ni siquiera los noruegos
proporcionaron el local, pero no participaron en las negociaciones.
Entonces, ¿de qué tipo de paz estamos hablando? Bueno voy a hacer
referencia aquí a temas que se han planteado anteriormente.
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En primer lugar, las partes se conocen perfectamente entre sí y conocen
perfectamente cuáles son las posiciones respectivas, yo creo que deberíamos por
tanto, centrar la atención en los temas más importantes: seguridad, fronteras,
asentamientos y disposiciones de seguridad. En mi opinión, yo creo que la pista ya
está marcada y los americanos ya la marcaron mediante la propuesta que
plantearon en Camp David, así que si se llega a conseguir este acuerdo entre las
partes, será más o menos el resultado de un toma y daca alrededor de la propuesta
estadounidense de Camp David. Se refiere a Clinton, no a Camp David. Bueno,
Clinton. ¿Y Camp David no era Clinton? ¿No? Bueno. Por eso necesitamos
supervisores y vigilantes. A mí me parece bien Clinton, pero es cierto que en
algunas capitales hoy en día está prohibido mencionar el nombre de Clinton, así
que no quiero mencionar a Clinton.
El siguiente punto: nosotros y los palestinos debemos comprender y aceptar
algunos principios básicos que deben aplicarse tanto a israelíes como a palestinos,
que es lo necesario para dar un paso adelante.
• En primer lugar, la solución son dos Estados para dos pueblos, y el
Estado palestino debe ser independiente pero contiguo. Este es un
primer hecho que deben asumir los israelíes.
• En segundo lugar, deben aceptar también que la frontera
probablemente se basará en la ruta marcada el 4 de junio del 67, con
menores modificaciones debido a cuestiones de seguridad y
geográficas. Pero modificaciones pequeñas, nada de grandes
cambios.
Hasta entonces, nosotros los israelíes deberíamos interrumpir y congelar
totalmente la actividad en los asentamientos y deberíamos empezar a desmantelar
los asentamientos que empezaron a construirse después del 1 de marzo de 2003,
fecha que indica la Hoja de Ruta, que debería aceptar los palestinos.
• En primer lugar, los palestinos deben aceptar y reconocer a Palestina
como la patria del Estado judío, no aceptar a Israel como Estado
independiente, sino aceptar a Israel como patria del pueblo judío, es
decir, que no tendrán derecho de regreso a Israel los refugiados, sino
a Palestina.
• En segundo lugar, los palestinos deben reconocer que tienen que
desempeñar un papel muy activo, no aisladamente sino en
colaboración con otros, en la lucha contra el terrorismo. Una vez que
ambas partes asuman ambas cosas, entonces juntos podemos
empezar a preparar a pavimentar el camino para un mejor futuro.
Me gustaría también hablar en favor de la valla o del muro. Es, repito, una
valla de seguridad. Yo soy pacifista, pero estoy a favor de la valla, ¿por qué? En
primer lugar, no es la primera vez que construimos una valla, tenemos vallas a lo
largo de toda la frontera entre Israel y Líbano para evitar el terrorismo, tenemos
una valla en toda la frontera entre Israel y Siria. Sí, sí, Siria. Tenemos más o
menos ciento treinta kilómetros de valla entre Israel y Jordania, a lo largo del valle
del Jordán, desde el valle de Galilea hasta el mar Muerto, y tenemos unos setenta
kilómetros de valla que transcurren a lo largo del perímetro de Gaza. ¿Por qué
construimos la valla, proyecto en el que gastamos muchísimo dinero? Para poder
luchar contra el terrorismo. Nadie puede decir que queremos anexionarnos Líbano
ni los altos de Elgolán, ni desmantelar los poblados libaneses. Así que si lo hemos
construido, y es bueno y sirve y desempeña una función positiva en las fronteras,
¿por qué no para separarnos de los palestinos?
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Bueno, quizás entonces el problema no sea la valla en sí, sino el trazado de
la misma. Muy bien, por lo menos hemos aclarado algo: que no están en contra de
la valla, sino de su trazado. Muy bien, en lo que se refiere al trazado, diré sólo una
cosa: yo creo que debe transcurrir a lo largo de la frontera de junio del 67, con
pequeñas modificaciones, ajustándose repito, a las fronteras anteriores al 67 entre
Israel y Jordania.
Yo creo, estoy convencido, de que existe la posibilidad de que dentro de
nuestra generación, lleguemos a alcanzar un acuerdo honorable y justo entre
nosotros y los palestinos, en el peor de los casos, y si Israel llega a la conclusión de
que no hay posibilidad de reanudar las negociaciones o si fracasan las
negociaciones, en ese caso, deberíamos hablar primero, y por encima de todo, con
los palestinos y después tomar medidas unilaterales, como por ejemplo, retirarnos
de Gaza. Como primera fase, por supuesto, yo prefiero que la responsabilidad sea
cedida, transferida en la tercera parte, como ha apuntado Martin Indyk, pero me
temo que esto no es más que una quimera. Cuando hablamos de un futuro próximo
o a medio plazo, por tanto.
Si esta es la conclusión a la que llegamos, Israel no puede permitirse el lujo
de esperar a que un posible tercero esté dispuesto a asumir la responsabilidad
sobre Gaza. Desgraciadamente tendríamos que retirarnos militarmente y
desmantelar los asentamientos, sin que hubiera nadie que asumiera la
responsabilidad de supervisar la ejecución de esa medida.
En resumen, yo creo que lo que la comunidad internacional debería hacer es
presentar un menú de posibilidades a ambas partes, y solamente son las partes, y
sólo ellas, las que podrían entonces decidir cuál es la vía elegida. Y repito esto sólo
debe ser decidido por ambas partes. Ambas partes deben ser conscientes de que la
solución la tenemos nosotros en nuestras manos, no en las de la comunidad
internacional, y desde luego, si nos quedamos inactivos y no hacemos nada, desde
luego no vamos a conseguir nada. Por último, tampoco hay que abandonar la
posibilidad de creer, no hay que abandonar la idea de que esta posibilidad existe.
Gracias.
Gustavo de Arístegui:
El Alcalde de Barcelona, Joan Clos, que se acaba de unir a nuestro seminario
y tenemos en este momento aproximadamente veinticinco minutos, media hora a
lo sumo antes del almuerzo, que nos ofrece además Joan Clos, como Alcalde de
Barcelona y Presidente de FORUM 2004. Y por tanto querría que las intervenciones
que tengo pedidas, que hasta este momento son tres, fueran extraordinariamente
breves, sobre todo porque a lo mejor, al final de la discusión le voy a dar un minuto
a cada panelista para que haga una conclusión a la vista de las intervenciones en la
mesa.
Como tengo tres peticiones de participantes israelíes, la primera palabra me
la había pedido Dalia Itzik al principio, pero se la voy a dar en primer lugar a
Ghassan Khatib, para que haga la primera intervención y después, Dalia Itzik.
Ghassan Khatib:
“La parte palestina fue incapaz de cumplir con sus obligaciones”, me refiero
a la intervención anterior de Martin Indyk. No creo que esta afirmación que hizo,
que los palestinos, que la autoridad palestina es incapaz de cumplir sus
compromisos, es una afirmación injusta. Me parece extraño que pasen por alto
otros motivos de mayor importancia que pueden explicar el incumplimiento de
algunos compromisos.
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Diría, por ejemplo, que en mi opinión, el motivo principal es que en Israel
existe una coalición que tiene el poder, una coalición de gobierno cuya actitud
política e ideológica es totalmente incompatible con las disposiciones de la Hoja de
Ruta y sus cláusulas y con la legitimidad de la autoridad internacional, en términos
generales. Me refiero a una coalición de derechas extremista en Israel, que tiene
unos conceptos políticos e ideológicos absolutamente incompatibles con la Hoja de
Ruta. La Hoja de Ruta tiene como objetivo poner fin a la ocupación y sin embargo,
el Gobierno israelí quiere mantenerla y expandir los asentamientos. Así que hay
una incompatibilidad aquí de principio.
El Gobierno israelí, por otra parte, nunca ha proporcionado o nunca ha
aceptado directamente la Hoja de Ruta, la aceptaron catorce reservas, que
acabaron sofocando las posibilidades de la Hoja de Ruta, haciéndola perecer. Pero
esto no es lo que yo quería decir, bueno sí quería decirlo, pero quería aclara sobre
todo otro concepto. Quiero decir que la autoridad palestina está dispuesta y
decidida a cumplir sus obligaciones con respecto a la Hoja de Ruta, sin embargo, la
autoridad palestina, en mi opinión, de forma sistemática, ha sido incapaz de
cumplir con sus obligaciones, debido a las prácticas realizadas por el Gobierno
israelí, cuyo objetivo era echarle la culpa a la autoridad palestina por el
incumplimiento de sus obligaciones. Quiero recordarles a todos que, después de los
Acuerdos de Oslo, cuando ambas partes intentaron o empezaron a ponerlo en
práctica y cuando la autoridad palestina se estableció, se realizaron bastantes
ataque terroristas contra los israelíes. Entonces la autoridad palestina fue capaz,
con éxito, de enfrentarse a esta situación de terror en cooperación con las
autoridades israelíes, por tres motivos. Hay tres motivos que explican por qué la
autoridad palestina pudo poner fin al terror entonces y que también explican por
qué ahora no pueden conseguirlo. Son los siguientes tres motivos:
En primer lugar, entonces cuando se implantaron los acuerdos de Oslo había
perspectivas políticas. Responsables de convencer a la mayoría de los palestinos de
que hay una forma pacífica de acabar con la ocupación, de que no es necesario
utilizar otros métodos, incluida la violencia, sin embargo, en la situación actual, la
ausencia de perspectivas políticas sirve como aliciente al elemento violento, que
sigue con sus actividades, alentado por esta situación.
En segundo lugar, entonces había un acuerdo entre ambas partes para darla
a la autoridad palestina el espacio necesario que necesitaba para el cumplimiento
de nuestras obligaciones con respecto a la seguridad y en otros ámbitos, había un
espacio político, geográfico y de seguridad disponibles, la autoridad palestina tenía
que actuar exclusivamente a nivel de seguridad para cumplir con sus compromisos,
también existía un espacio económico, etcétera. Sin embargo, en la actualidad,
después de las actividades sistemáticas realizadas por el Gobierno israelí en los
últimos dos o tres años, estos espacios han desaparecido, el geográfico, el de
seguridad, el económico... todos los espacios en los que se supone que ha de
funcionar la autoridad palestina. Resulta que como se han eliminado todos estos
espacios, la autoridad palestina se ha debilitado cada vez más, no tenía aire para
respirar, y esto me parece un resultado deliberado por parte de Israel.
La tercera diferencia es que entonces la autoridad palestina, cuando los
Acuerdos de Oslo, se le autorizaba a tener un monopolio en las autoridades de
seguridad, en los territorios palestinos. En este período, Israel, en el ámbito de
seguridad, actúa de forma que si la autoridad palestina tiene el mismo objetivo en
sus esfuerzos que Israel, acabaría cometiendo un suicidio político. Y no nos
olvidemos de la violencia estatal del Estado israelí, que es la que fomenta y alienta
la violencia palestina. He de decir que Israel ha creado una situación, en la que los
que se oponen a la paz en ambos lados, los opositores, Palestina y el Gobierno
israelí, ambos han realizado actividades que se alimentan la una a la otra.
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Sharon, por su parte, lo único que hace es fortalecer a Hamas y debilitar
todavía más a la autoridad palestina. Todo lo que hace Hamás en Israel, por su
parte, es fortalecer el Gobierno de derechas extremista israelí y socavar las
perspectivas de paz.
Antes de echarle la culpa a la autoridad palestina por su incapacidad o
capacidad para cumplir con sus obligaciones en la Hoja de Ruta, obligaciones de
seguridad, resulta útil recordar el hecho de que la autoridad palestina también es
objetivo de esta violencia, también es víctima de esta violencia, sea violencia
palestina o violencia israelí. La autoridad palestina está dispuesta y será capaz de
cumplir con sus obligaciones, si Israel nos permitiera hacerlo. Y esto puede hacerse
de forma muy sencilla: Israel tendría que corroborar la Hoja de Ruta y cumplir con
sus obligaciones en virtud de este documento, lo cual fomentaría la creación de las
condiciones adecuadas en las que la autoridad palestina sería más capaz de cumplir
con sus objetivos en virtud de la Hoja de Ruta. Muchas gracias.
Dalia Itzik:
Con su permiso, señor presidente, un par de comentarios.
En primer lugar no me castiguen esperando que voy a proteger o defender
al gobierno de Sharon pero tengo que decir algo: hay que preguntarse por qué los
palestinos se oponen tanto a la valla. Puesto que uno de los instrumentos, una de
las herramientas para luchar contra Israel consiste en recurrir al terror, utilizar
ataques terroristas. Si hacemos que esto sea imposible, pues mejor que mejor.
Creo que la Comunidad internacional, incluida la unión europea, cantan la misma
música que los palestinos. ¡Oh Dios mío la valla! ¿Por qué erigen este muro? Y al
mismo tiempo nadie proporciona una respuesta satisfactoria al terrorismo palestino
es por ello que todos los Gobiernos israelíes están obligados a proporcionar algún
tipo de seguridad a sus ciudadanos.
Hay un debate una polémica relativa al trazado, de la valla, del muro, ahora
en general la mayoría de los israelíes pensamos que sería mucho mejor
evidentemente llegar a un acuerdo para acabar con la violencia. Mientras que este
acuerdo no llega es necesario articular defensas o algún instrumento que nos
permita permitir este brutal terror. Me pregunto, otra vez ¿por qué a los palestinos
les da tanto miedo esta valla, si llegamos a un acuerdo, desaparecerá la valla de
defensa de separación.
Yo creo que la valla es mejor que sigan los ataques, que siga el
derramamiento de sangre. En este caso entre israelíes. Asan te entiendo
perfectamente si, la postura que tú mantienes. Dame la respuesta a una pregunta
muy sencilla ¿cómo podemos impedir el terrorismo? Vosotros no podéis impedirlo,
nosotros tampoco, lo único que nos queda es construir una valla. Llegaste a un
acuerdo con nosotros. Si llegas a un acuerdo con nosotros, la valla desaparecerá.
Lleguemos a un acuerdo.
Gidon ha dado un ejemplo de por qué la sociedad israelí desconfía de una
intervención por parte de la Comunidad Europea, tenemos un motivo muy claro.
Uno de los ejemplos que proporcionó, es que cuando nos retiramos de la frontera
del norte hace tres años, Shlomo no me equivoco, ¿cuándo fue? Mayo del 2000,
efectivamente. La comunidad internacional nos aplaudió, aplaudió nuestra valentía,
nuestra decisión. Barat desempeñó un papel importantísimo entonces, y por
supuesto la oposición le atacó, pero él lo hizo y siguió hacia delante, sin embargo
ahora, día tras día tenemos que sufrir ataques contra civiles brutales ataques
terroristas que matan a nuestros ciudadanos. No oigo nada de la comunidad
internacional, no dicen ni pío, ¿por qué? ¿Cómo que no todos los días?, Bueno
quizás no sean todos los días, sean todas las horas, o cada minuto o cada hora, no
cada día sino cada hora. Bueno muchas gracias por haberme corregido.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Ahora hay otro ejemplo. Quiero recordarles la guerra del 67 en Nasser le
dijo a la Fuerza Internacional que saliera y nadie interfirió y la Comunidad
internacional no abrió la boca es decir, tenemos muy mala experiencia en el ámbito
de la intervención internacional. Has dicho Martin que sin los americanos una
solución no será posible. Dani incluso el acuerdo entre israelíes y jordanos dijiste
que lo hicimos solos y no es cierto, puesto que los jordanos y los israelíes
negociaron bajo el paraguas de los americanos que también ofrecieron incentivos
sin los cuales este acuerdo no estoy seguro de que se hubiese cerrado. ¿Qué ha
dicho? Martin ¿cuándo te enteraste del acuerdo?, la primera vez que oíste hablar de
él. Bueno estoy de acuerdo, no me gusta estarlo pero sí, sin estos incentivos
proporcionados por los americanos no creo que nunca hubiéramos llegado a un
acuerdo. Ahora bien el factor principal es que el Rey quería llegar a un acuerdo de
paz con Israel, gracias a lo cual disfrutamos ahora de paz con Jordania a beneficio
de ambos pueblos, quisiera simplemente recalcar el hecho de que la sociedad israelí
desconfía de esta intervención internacional, sobre todo europea. Lamento
mencionarlo así tal cual pero es cierto. Creo que tenemos motivos de peso para
desconfiar. Estoy generalizando, por supuesto. Pero la mayoría israelí está en
contra de una presencia o intervención de la Comunidad Europea.
Hace falta evidentemente hablar con los palestinos, hacen falta los israelíes,
y hacen falta los americanos. En lo que a mí concierne, para mí son los
norteamericanos los que ofrecerán el paraguas necesario para que ambas partes
lleguemos a un acuerdo. Hasta entonces sin ellos, los palestinos y los israelíes
parece que no vuelven a la mesa de negociaciones y me parece entonces que la
valla es uno de los instrumentos para intentar prevenir el terror y también es uno
de los obstáculos.
Gustavo de Arístegui:
Muchas gracias Dalia, quiero darle la palabra ahora a Pini Meidan y luego a
Martín Ortega. No sé Abdel-Elah, si quieres decir algo... Peter bueno después de
Martín Ortega tú. Y luego el Embajador israelí en Madrid.
Pini Meidan:
Me parecía que esto era como un debate parlamentario en el Knesset.
Quisiera recalcar unas consideraciones que se han oído en la primera sesión y en
esta de la mañana.
En primer lugar la participación de un tercero o el papel que éste podría
desempeñar en la resolución del conflicto. No hay solución mágica a este conflicto.
Si alguien piensa que esta intervención va a ser la clave está equivocado, puesto
que las partes no se reconciliarán, únicamente porque hay una presencia de un
tercero. Ahora bien la estabilización se puede ver fomentada por la presencia de un
tercero. Debe además servir de puente hacia una solución definitiva, no hablo de
palabras ni de papeles, sino de actos y hechos sobre el terreno para ambas
sociedades. Hemos agotado ya la idea de negociar con la otra parte, Dani a ti te lo
digo y a otros. Lo único que buscamos es un acuerdo de solución definitiva apoyado
por ambas partes.
Por otra parte no podemos llegar a una solución sostenible de forma
bilateral, cosa que ya se ha oído antes. Necesitamos ayuda. Bilateralmente no
podemos conseguirlo. No podemos limitarnos a esperar que alguien venga o a que
se sigan dando acontecimientos negativos, tampoco podemos presentar iniciativas
llenas de ilusión prometiendo paz, puesto que es imposible que lo consigamos sin
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
intervención de un tercero. Tenemos derecho y obligación de defender a nuestros
ciudadanos y con Dani y otros fue una de las personas que desarrolló la idea de la
separación coordinada unilateralmente a falta de un interlocutor válido de los
palestinos, no porque se trate de la mejor solución ni siquiera de una solución
brillante, sino porque quizás sea la única solución disponible que teníamos
entonces, porque necesitábamos algo para defender a nuestros ciudadanos. Ya lo
hemos dicho antes podemos quitar, discutir o debatir donde tiene que transcurrir el
muro, pero es obligación del Estado Israelí de defender a sus ciudadanos, es la
única opción que teníamos.
En mi opinión la presencia internacional por parte de un tercero, esta
intervención internacional es un componente esencial. No es la solución es un
componente importante de la solución para cualquier tipo de acuerdo o de estilo de
solución que acuerden ambas partes. En cuanto a lo que ha dicho Dahlan con
relación a la destrucción militar de la infraestructura y edificios de la autoridad
palestina, me pregunto lo siguiente ¿es verdad eso? ¿Aniquilamos, derruimos
instituciones democráticas de un régimen fallido de la autoridad palestina que en 9
años no consiguió ni erigir un estado ni introducir algún tipo de regulación, ni nada?
Puede que hayamos destruido los edificios, pero eran edificios vacíos, puesto que
las obligaciones de la autoridad palestina nunca fueron realizadas. La autoridad
palestina no ayuda a su propio pueblo, no presenta soluciones viables, yo dudo
muchísimo de las probabilidades de una autoridad como la autoridad palestina de
reformarse así misma sin ayuda de un tercero. No he visto en la historia ningún
caso que sirva de precedente, ninguna autoridad que consigue sin intervención de
un tercero, reformarse.
En cuanto al modelo de solución europeos se dice lentamente mentalmente,
otra vez pero lento, despacio. El problema es que no tenemos tiempo no tenemos
el lujo de hacer las cosas despacito. Necesitamos una actuación decidida sobre el
terreno para ayudarnos a salir de este terror. Rechazo totalmente la comparación
entre la valla de separación y el muro de Berlín, no tiene nada que ver una cosa
con la otra. El muro de Berlín era la separación de un pueblo que era el mismo,
pero nosotros necesitamos divorciarnos de los palestinos por nuestro propio bien,
por su propio bien no queremos un único Estado con dos pueblos, queremos una
solución de dos Estados. Rechazo totalmente esta idea y también Dr. Tibi ya no es
creíble la carta que siempre han jugado ustedes, de ser el más débil, siempre
jugando la misma jugada, somos los más débiles, somos los más débiles, ya esta
jugada no tiene ninguna eficacia, se ha agotado la eficacia de esta carta.
Dr. Tibi yo no soy miembro del Parlamento, gracias a dios y yo creo que los
argumentos que se están esgrimiendo han dejado de ser correctos, han dejado de
ser válidos, la idea general es que ambas partes necesitan ayuda para salir de la
situación en la que se encuentran en la actualidad de hoy. Muchas cosas con las
que estoy de acuerdo, lo que ha dicho Dani Yatom, sobre los principios de un
acuerdo para solución definitiva entre ambas partes, estoy de acuerdo con casi todo
lo que ha dicho, necesitamos saber cuáles son los límites, la delimitación de esta
solución definitiva. Abdel-Elah Alkhatib ha dicho algo antes en lo que yo estoy de
acuerdo, que las partes y que los países vecinos ya no pueden permitirse el lujo de
seguir aguantando esta lucha continua, este conflicto continuo que está socavando
la estabilidad en toda esta zona. Todos conocemos, todos sabemos que los
jordanos, los egipcios y otros están dispuestos desde luego a participar muy
activamente a ayudar a ambas partes, quizás bajo el paraguas de un tercero y
desempeñar un papel importante en la articulación de una solución definitiva a esta
situación y a este problema tan grave. Muchas gracias.
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Gustavo de Arístegui:
Voy a pedirles a todos los que van a hablar ahora que por favor tengan en
cuenta que nos queda muy poco tiempo y quisiera que todos tengan oportunidad
de hacer uso de la palabra y esto solamente será posible si todos somos breves,
puesto que tenemos que irnos a y cinco como mucho.
Dos breves preguntas, pero antes quiero hacer un comentario sobre la idea
que ha expresado Ud. de actuar rápidamente. En Europa todo se hace
gradualmente, paso a paso, despacito, pero por supuesto algunos han propuesto
resolver el conflicto aceptando Israel y Palestina como candidatos a la Unión
Europea, quizás esta sería una solución inmediata para este problema. La primera
pregunta quiero hacérsela a Mohammed Dahlan, hay un debate en curso en Europa
y en Estados Unidos, sobre la voluntad de la autoridad palestina de poner fin al
terrorismo, luchar de forma decidida contra el terrorismo. ¿Piensa Ud. que si
contaran con los medios apropiados serían capaces de poner fin al terrorismo?, esto
es ¿si fuera Ud. Ministro de Seguridad de la Autoridad Palestina, cree que su
planteamiento sería distinto para abordar estos problemas o no? ¿Cree usted que la
Autoridad Palestina tiene voluntad de poner fin al terror o no? Y esto retoma los
comentarios de Ghassan Khatib. Segunda pregunta. Su presentación concluyó con
una frase muy reveladora, dijo no intente vendernos más ilusiones, ilusiones que
han sido creadas y pergeñadas a miles de kilómetros de la Tierra Santa, puesto que
la solución reside en la Tierra Santa y no en ningún otro lugar. Si no acepta usted
visiones provenientes del extranjero o ideas, y por cierto entre paréntesis, he de
decir que estamos obligados a proporcionarles una visión y una ilusión puesto que
ustedes ya no tienen ni visión ni ilusión. Supongamos, sin embargo que tienen
ustedes su propia visión y que su visión es la de Sharon, es decir un Israel más
grande con una entidad palestina muy débil, no el estado palestino, sino una
especia de entidad palestina muy débil, un protectorado, no un estado, sino una
entidad. Si escudriñamos, si miramos al futuro, dentro de 20 o 25 años, ¿qué
perspectivas contemplan ustedes? Normalmente hablamos de la viabilidad del
estado palestino. ¿Cree usted que este estado israelí es viable en un contexto
regional? Si no se aceptan las visiones externas, si quiere usted poner en práctica,
hacer realidad su propia visión sin interferencias de fuera ¿piensa usted que esta
visión es viable, se convertirá en realidad en el futuro?¿, ¿Qué futuro tiene esta
visión en un contexto regional como el suyo? ¿Qué papel regional desempeñaría
Israel, que relaciones tendría con la Unión Europea en este proyecto? Si es que se
consigue este proyecto.
Gustavo de Arístegui:
Quiero insistir otra vez en la necesidad de que seamos breves, hay cuatro
personas más que han pedido la palabra y queremos también que cada miembro de
la mesa intervenga durante 1 minuto, a modo de conclusión y nos tenemos que ir
antes de las 2,05, así que por favor.
Una respuesta muy rápida a la presentación de Martin y a su idea del
protectorado. Si yo fuese asesor del primer ministro australiano, ministro que ha
rechazado mi asesoría y consejos en el futuro, no me quedaría más que decir que
la idea de llegar a ciertas zonas de Cisjordania y Gaza para crear o intentar crear
las condiciones que posibiliten el desarrollo de una autoridad palestina capaz y
creíble y al mismo tiempo realizar negociaciones sobre refugiados, Jerusalén Este,
una zona geográfica más amplia de responsabilidad para esta fuerza internacional,
evidentemente yo le recomendaría a mi supuesto ministro que no se fuera ni a
Gaza ni a Cisjordania con sus tropas, puesto que si no se pueden por ejemplo
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
cumplir los objetivos de los palestinos, esta fuerza o esta presencia internacional
estaría en una situación muy peligrosa. Ayer hablamos largo y tendido y dijimos
que una de las zonas más débiles de la intervención internacional en experiencias
anteriores ha tenido que ver con todo lo que tiene que ver con inculcar valores
democráticos que también es necesario en este caso, aunque no estoy muy seguro
de como conseguirlo. En segundo lugar a alguno de los miembros de la mesa han
mencionado la necesidad de tener un interlocutor capaz y creíble por parte de los
palestinos, yo creo que es muy importante que intentemos definirlo de una forma u
otra. ¿Un interlocutor palestino creíble es una persona que tiene un mandato
legítimo de su pueblo para negociar con los israelíes de igual a igual, o a lo mejor
un interlocutor palestino creíble es una persona que no revindique el derecho de
regreso, que no revindique Jerusalén Este y que acepte una solución provisional del
40% de Cisjordania y eliminación de los asentamientos?.
Gustavo de Arístegui:
Bueno, gracias Peter. Víctor Harry que es el embajador israelí en Madrid.
Víctor Harry
Simplemente quería decirle a Gustavo que estoy impresionadísimo con la
forma en la que esta mañana se ha organizado el debate, muy interesante.
Quiero referirme a la presentación del Sr. Ortega sobre las relaciones entre
Israel y Estados Unidos, siempre y cuando la postura europea siga siendo como la
actual, totalmente desequilibrada las posibilidades de la Unión Europea o de
Europa, de desempeñar un papel real y de peso en el conflicto son muy pequeñas e
incluso puede que se hagan todavía más pequeñas si sigue la situación así. Rechazo
totalmente la comparación con Sudáfrica. La mención de Sudáfrica como ejemplo
me parece en sí misma un error que no tendría que haberse oído. Al mismo tiempo
la amenaza de sanciones de la Unión Europea es contraproducente y se opone a
una eventual solución del conflicto. También es negativa para el comercio entre la
Unión Europea e Israel que asciende a unos 22.000 millones de dólares, dos tercios
son exportaciones de la Unión Europea a Israel, así que la balanza comercial está
mucho más a favor de Europa que de Israel y es algo que hay que dejar claro.
También quizás se le olvidó mencionar una decisión del Parlamento Europeo que ha
condenado a Israel y que también pide sanciones contra el Estado Israelí en el
marco del acuerdo que tenemos con la Unión Europea.
Me refiero a la resolución del Parlamento Europeo que exigía sanciones y la
suspensión del acuerdo del 95 entre Unión Europea e Israel. No se oyen estos
comentarios porque no se está utilizando el micrófono. Antes, quiero recalcarlo, en
el pasado los fondos europeos también se han canalizado para apoyar las
actividades terroristas. Bueno, y por último el euro barómetro que hemos visto ha
dejado muy clara cual es la situación, por favor, déjenme acabar. Queremos que los
europeos desempeñen un papel auténtico y positivo en la zona, pero tal y como
está la situación en la actualidad, creo que no hay probabilidades de que nunca
esto llegue a darse. Gracias.
Gustavo de Arístegui:
Yo quisiera decir que sigamos siendo breves pero tengamos en cuenta que
cualquier tipo de referencia personal la guardemos dentro de la más estricta
urbanidad, de las normas de debate, que no nos interrumpamos, porque además
hacemos imposible la labor de los intérpretes. Tiene la palabra Hassan Abdum-
Haman, Embajador de Palestina en Washington.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Hassan Abdum-Haman
Después de escuchar a nuestros amigos israelíes me he acordado de lo que
decía Movi Stein en las negociaciones anteriores, decía: “por favor, acepten mi
punto de vista para poder llegar a un acuerdo”, es lo que los israelíes nos dicen
hoy, no?. En aras del compromiso acepten nuestra perspectiva. Esta es la postura
de los israelíes. Resulta que es el único punto de vista que vale, el israelí, pero en
cualquier caso no es lo que quería decir, quiero referirme solo a tres cosas. Muy
brevemente, los israelíes hablan de las víctimas israelíes inocentes, a mí me
gustaría, por mi parte expresar mi más sentido pésame a las víctimas israelíes
inocentes y condenar todos los ataques que se realizan a civiles israelíes, pero
también hay civiles palestinos inocentes que son víctimas de la violencia israelí. Me
gustaría oir que mi homólogo israelí condene asimismo la muerte de palestinos
inocentes. 900 israelíes han caído víctimas y 3.000 palestinos, me parece que todos
merecen nuestro más sentido pésame y nuestra condena de los responsables de su
muerte. Los hombres bomba, en mi opinión, y puede que no oigan esta opinión con
demasiada frecuencia, son responsables de estas muertes, pero también los
tanques israelíes en los pueblos y poblaciones palestinas son instrumentos de
violencia que también hay que condenar.
En segundo lugar, quiero referirme al muro, yo estuve con Abu Mazen
cuando habló con el Presidente Bush en la Casablanca, dijo: no nos gusta el muro,
pero si los israelíes construyen el muro en su territorio con motivos de defensa no
nos va a parecer nada mal. Tengo aquí a mi homólogo israelí, frente a mí hoy,
quiero que también se refiera al trazado del muro que es mucho más importante
que el propio muro, no me parece un asunto baladí. El trazado de dicho muro,
porque el muro es una provocación, no es lo que tu piensas Dalia, es lo que sienten
los palestinos frente al muro, que es igualmente importante. Tenemos que
realmente considerar este tema que no es baladí para los palestinos, no se puede
pasar así de un plumazo. La cuestión del muro es muy importante para los
palestinos y así hay que tenerla en cuenta. Porque es como lo percibimos, porque
nuestra percepción es tan importante como la suya frente a la seguridad de su
propio pueblo, porque la seguridad del pueblo israelí se consigue, no se consigue
con el trazado del muro.
En tercer lugar nosotros, como todo el mundo sabe, pedimos una
intervención o una participación internacional. Basándome en lo que he oído hasta
ahora llego a la conclusión de que es imposible un acuerdo con su Gobierno, porque
lo que me dice aquí usted hoy que Israel no acepta el consenso internacional sobre
los parámetros que se han acordado.
Si me dijera hoy que Israel acepta las fronteras del 67 y una solución para el
problema de los refugiados, yo desde luego no pediría una intervención
internacional, insisto en la necesidad de esta presencia internacional, porque
resulta que es imposible llegar a un acuerdo con su Gobierno y por tanto la paz en
la región no es únicamente una cuestión que atañe a israelíes y palestinos, es una
cuestión de repercusiones regionales e internacionales, y es por tanto
responsabilidad de la comunidad internacional facilitar, proporcionar paz a los
palestinos de la misma forma que también es su responsabilidad proporcionar y
facilitar la paz a los israelíes, ahora bien lo que no les resulta a ustedes aceptable
es que los acuerdos también van a ser inaceptable para los palestinos. El derecho
ajeno no puede existir la paz. Muchas gracias.
Gustavo de Arístegui:
El embajador palestino en Madrid. Tiene usted un minuto, nada más que un
minuto, que si no le corto.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
No quería repetir lo que habían dicho algunos compañeros y colegas de aquí,
gracias señor presidente. Si quiero hoy con todo lo relativo que existe quiero
expresar mi felicidad y alegría porque existe un nuevo discurso dentro de la
sociedad israelí. Esto puede ser algo que también, una señal para posibilitar llegar a
una paz en la zona. Lejos, yo creo, que el problema principal para no alargarme,
será que el mundo árabe, todo el mundo árabe, e incluso los palestinos reconoce la
frontera del 4 de Junio de 1967 como fronteras internacionales, por ello si hubo los
acuerdos con Jordania era fácil, el acuerdo con Egipto también se llevó a cabo de
forma natural e incluso en la frontera Siria hay una aceptación de israelíes e incluso
se está hablando de la diferencia sobre la frontera siria, porque el mundo árabe
cree que la frontera del 4 de Junio de 1967 sean las fronteras entre Israel y el resto
de los países árabes. Lo que sufrimos los palestinos es que los israelíes no
reconocen la frontera del 4 de Junio del 67 como frontera internacional entre
Palestina e Israel, cuando Israel reconoce que la frontera del 4 de Junio es la
frontera internacional entre Palestina e Israel, no habrá problema y quizás no
necesitemos de fuerzas internacionales. Lo negativo hoy en día es el parte principal
de la sociedad israelí encabezado por el Gobierno israelí rechaza reconocer que el 4
de Junio son las fronteras internacionales y sigue solicitando, reivindicando
territorio de Cisjordania como parte de territorio de Israel. Eso es lo que impide
llegar a un acuerdo. Si continúa así además va a impedir que haya paz en la zona.
Muchísimas gracias.
Gustavo de Arístegui:
Todos han dado su opinión, simplemente quiero agradecer muy
especialmente a la Fundación FRIDE y a Diego Hidalgo, esta magnífica idea. Esta es
una Fundación que tiene cada vez más peso y prestigio internacional. El que
estemos todos alrededor de esta mesa y estemos hablando de una manera
civilizada y cordial nos renueva a todos la esperanza en la paz, agradecérselo
realmente a FRIDE y a Diego Hidalgo.
***
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Narcis Serra:
Estábamos esperando al señor Ghassan Khatib, pero, como él no va a ser el
primer interviniente, si les parece, vamos a dar comienzo a esta sesión.
Mi sentimiento es que, en un segundo día de debates, el publico puede estar
ya más cansado, pero la mesa de panelistas garantiza, creo yo, el interés y la
seriedad del debate. Vamos a ordenar el debate de la tarde de la forma siguiente.
Primero vamos a tener la intervención de los cuatro panelistas con los que
contábamos, a los que les ofrezco que hablen hasta un máximo de 20 minutos.
Después “coffee break”, que podíamos hacerlo exactamente a la hora prevista,
aproximadamente, que es a las 17:15, y después del “coffee break”, haremos el
debate, con lo cual esta sesión, esperemos, tenga más tiempo para el debate que
las precedentes, y en cualquier caso unos minutos antes de las 17:30, Diego
Hidalgo cerrará la reunión que estamos manteniendo.
En primer lugar voy a dar la palabra a Majdi Khaldi. Majdi Khaldi es
Viceministro de Asuntos Políticos en la autoridad palestina. Después daremos la
palabra a Dalia Itzik. En tercer lugar a Ghassan Khatib, ministro de trabajo en la
autoridad palestina, y en último lugar al amigo Shlomo Ben-Ami. Empecemos por
lo tanto, sin más introducciones. Ya habrá tiempo en el debate si quiero hacer
alguna observación. Mejor que ahora demos la palabra a los panelistas, y por lo
tanto: “Majdi Khaldi, you have the floor!”
Majdi Khaldi:
Gracias. Quiero empezar agradeciendo a los organizadores de este acto, que
me parece una iniciativa excelente pasar dos días hablando del tema tan
importante de la posible solución internacional para el conflicto de la zona. Sé que
todo el mundo estará cansado, después de estos dos días de trabajo, por lo cual
vamos a intentar ser breves, sobre todo después de que los anteriores
intervinientes ya han abordado el tema desde todos los puntos de vista posibles,
con lo cual yo no voy a perder el tiempo hablando de lo que estoy de acuerdo o no
en relación con sus opiniones, voy a dedicarme a hablar de lo que yo considero que
es importante.
En mi opinión el papel más importante de la tercera parte en el conflicto
israelí-palestino sería ayudar a poner fin a la ocupación israelí. Y también poner fin
a los asentamientos en los territorios ocupados, incluyendo el este de Jerusalén, y
también resolver el tema de los refugiados. Una tercera parte debería resolver el
problema de un estado libre, soberano e independiente palestino viviendo en una
vecindad pacífica con su vecino Israel.
La intervención internacional debería proporcionar garantías a ambas partes.
Y estas garantías incluyen varios apartados: yo diría que se podrían englobar en
cinco grandes apartados.
• Además de ayudar a las partes a llegar a un acuerdo es importante
garantizar que el acuerdo fuera una solución permanente y no
temporal, y que representara el final del conflicto y el final de todas
las reivindicaciones.
• En segundo lugar, asegurar a los israelíes que no sufrirían ataques de
extremistas, interponiendo una serie de fuerzas en la frontera.
• En tercer lugar, garantizar a los palestinos que el ejército israelí no
seguiría siendo utilizado contra la población palestina.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
• Ayudar a los palestinos a reconstruir su estructura de seguridad,
garantizar el estado de derecho y luchar contra el extremismo.
• En quinto lugar, ayudar a Palestina a construir un estado plenamente
democrático, y una sociedad civil fuerte, ayudándoles en sus labores
de reforma de todos los sectores, además de proporcionar la ayuda
económica y financiera necesaria para la reconstrucción y el
desarrollo de la sociedad palestina.
Un estado palestino, en estos términos, tendría una relación normal con el
resto de sus vecinos, incluyendo Israel, sobre la base de unos intereses mutuos, y
cooperación, y no sobre la base de un dominio militar y económico por parte de
Israel. Además también garantizaría un mejor futuro para ambos pueblos.
Estas medidas, y la participación de una tercera parte, pueden garantizar
una buena seguridad y una paz duradera para ambas partes, en vez de perpetuar
la ocupación israelí de los territorios ocupados, y aquí se incluiría incluso el
proyecto de construcción del muro actualmente en curso, y de expansión de sus
asentamientos. Ambas partes han aceptado la hoja de ruta, con diferencias, por
supuesto, pero en definitiva ambas la han aceptado. La hoja de ruta, como bien
saben, es un plan que dibuja la vía para acabar con la ocupación y poner punto
final al conflicto. Pero la base de este plan es el compromiso de ambas partes, y
también una presencia internacional fuerte en la zona. Todos sabemos que la hoja
de ruta nació sin dientes, y necesita definir unos mecanismos sólidos para
garantizar su ejecución, pero la falta de estos mecanismos hizo que fuera imposible
arrancar y ejecutar las etapas iniciales de la hoja de ruta. Esto ha permitido a su
vez que el gobierno de Israel continúe con sus actividades de ocupación, y que siga
haciendo uso de su poder militar en la zona.
Evidentemente, no se trata de echarle la culpa a nadie, ambas partes tienen
su parte de responsabilidad. Yo creo que es hora de avanzar, sobre todo ahora que
el nuevo gobierno palestino está disponiéndose a renovar las negociaciones con los
israelíes. Durante estos dos días de reunión se han realizado varias presentaciones,
numerosas. No voy a decir con quién estoy de acuerdo y con quién no. Basta decir
que el nuevo gobierno palestino se ha comprometido a colaborar con el gobierno
israelí, y con la comunidad internacional, sobre todo el cuarteto, para diseñar un
calendario que indique una serie de obligaciones específicas que deben cumplir
ambas partes dentro de un cierto plazo de tiempo.
Para que el gobierno palestino tenga éxito en el cumplimiento de sus
obligaciones y en sus esfuerzos de contribuir a la paz, hará falta lo siguiente:
En primer lugar, empezar a aplicar las labores de supervisión y vigilancia
propuestas por el cuarteto. Como saben este documento tiene la forma de un
borrador no publicado, pero en cualquier caso incorpora todos los elementos de
supervisión, vigilancia, que requiere una labor importante que requiere una labor
importante en el campo de la colaboración. En cualquier caso yo creo que es un
buen mecanismo de supervisión y vigilancia, que velaría por un cumplimiento
adecuado. Este mecanismo es además robusto, y multifuncional, en el sentido de
que debería disponer del personal y de los recursos necesarios en cuanto a numero
de efectivos y recursos para poder hacer frente a las tareas encomendadas.
Pero no ocurrió eso, lo que ocurrió fue que se creo la misión Wolf, que
excluyó a los miembros del cuarteto. Además fue una misión bastante limitada en
cuanto a envergadura, recursos y mandato. No incluía referencias ni calendario, dos
elementos que son absolutamente cruciales para su éxito. Además se produjeron
también otras desviaciones en relación con la hoja de ruta. Por ejemplo: las dos
partes, conforme a la hoja de ruta, están obligadas a emitir un comunicado
renunciando a la violencia contra la otra parte. Además Israel estaría obligada a
reconocer el estado palestino.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Estas obligaciones fueron sustituidas por una serie de discursos en la
cumbre de Ácabah que no cumplían las obligaciones estipuladas en la hoja de ruta,
y que tampoco hicieron especial hincapié en poner freno a las acciones israelíes
contra los palestinos, por lo cual no servían para garantizar la seguridad de los
palestinos. Es decir, los israelíes no cumplían las obligaciones pero eso no les
impedía exigir a los palestinos el cumplimiento de las suyas.
Luego, hay un segundo apartado, importante creo, para que la seguridad
palestina pueda tener éxito en su cometido. Habría que ayudar a reconstruir la
capacidad de seguridad de los palestinos, y, en este sentido, la comunidad
internacional puede exigir que los palestinos cumplan una serie de obligaciones de
seguridad, y además pueden exigir la reunificación de toda la estructura de
seguridad, proporcionando ayuda financiera para ayudar a construir una economía
palestina viable y sostenible, preparando el camino para un mejor futuro de las
nuevas generaciones palestinas, y además ayudar a la consolidación de estructuras
democráticas, instituciones, y la imposición del estado de derecho. Esto incluiría
también el apoyo a la organización, preparación de las elecciones en Palestina,
además de un referéndum constitucional en su debido momento.
Si nosotros cumplimos con nuestras obligaciones y si Israel acaba con la
ocupación, incluyendo los asentamientos, e interrumpe la construcción de la valla,
yo creo que al final se podrá conseguir esa misión de paz que anhelan ambos
pueblos.
Narcis Serra:
Thank you very much, Ahora cedo la palabra a Dalia Itzik. Dalia Itzik es
también miembro del parlamento israelí, y miembro del partido laborista en este
parlamento y preside el grupo parlamentario.
Dalia Itzik:
Muchas gracias. Quiero agradecer a los organizadores el haberme brindado
esta oportunidad de hablar, y de aclarar una serie de cuestiones. La atmósfera es
bastante buena, como pueden ver. El clima es muy amistoso, y yo intentaré
contribuir a que siga siendo así, aunque sea difícil, cuando hablamos de lo que está
ocurriendo, pero en cualquier caso es importante que nos escuchemos unos a
otros.
Voy a ser muy breve, voy a hablar de mi opinión acerca de lo que a ocurrido
entre Israel y Palestina. Yo fue miembro del gobierno de Barak cuando Shlomo
Ben-Ami era ministro de Asuntos Exteriores y yo creo que tanto Barak como Ben-
Ami dieron un paso adelante muy decidido y muy valiente cuando le ofrecieron a
los palestinos grandes concesiones. Todos los primeros ministros de Israel se han
comprometido a jamás dividir Israel y Jerusalén. Incluso Barak, antes de las
elecciones, prometió que no estaba dispuesto a dividir Jerusalén, aunque de hecho
estuvo a punto de firmar la división, pero es importante lo que hizo, porque preparó
a la opinión pública israelí para que asumiera la división de Jerusalén como una de
las dolorosas concesiones que habría que hacer dentro del proceso.
Lo cierto es que en vez de ir por la buena senda, se redobló el terrorismo.
Perdimos las elecciones y, en fin, se podría describir la situación de muchísimas
formas, pero les aseguro que el principal motivo de que perdiéramos las elecciones
fue que, en primer lugar, hicimos demasiadas concesiones y, en segundo lugar,
recibimos una serie de atentados brutales.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Cuando mi amigo Ahmad Tibi habla de que no sabe muy bien cúal es la paz
que propone Sharon y dice que se opone a Sharon, dice no obstante que la mayoría
de la sociedad israelí está dispuesta a aceptar una retirada, quizás hasta las
fronteras de pre-4 de junio de 1967.
La cuestión es quién va a propulsar el proceso de paz, si no es el partido
laborista, porque yo postulo, y mi partido postula, que la única vía posible es el
regreso a la mesa de negociación. La mayoría de la opinión pública israelí piensa
que no hay una solución militar posible, la sociedad israelí está convencida de que
el consenso es absolutamente necesario si queremos conseguir la paz. Yo recuerdo
haberle preguntado a Arafat, cuando Peres perdió las elecciones “¿Quién sacó a
Peres de su cargo?”. ¡Fue Arafat! Y Sharon... ¿también fue Arafat, eso es cierto! Yo
creo que si por parte palestina se decidiera llegar a la paz con nosotros, los
asentamientos no serían ningún problema, se desmantelarían. Incluso el gobierno
el partido Likut pueden hablar todo lo que quieran, pero créanme, desmantelarían
los asentamientos, seguro. Yo no creo que los asentamientos sean ningún
obstáculo, es una excusa que utilizan los palestinos.
Cuando me reuní con Arafat, le pregunté: “Señor presidente, déjeme que
entre en su corazón 5 minutos nada más. ¿Por qué reaccionó usted de esa forma
cuando se hizo la propuesta del gobierno de Barak? Y me dijo “Bueno, pues es que
no me ha tratado muy bien”. Bueno, pero eso es normal, él no trataba a nadie bien,
ni siquiera a Shlomo Ben-Ami ni a mí, pero eso en cualquier caso no era excusa
para que el reaccionara como lo hizo. Recuerdo que Peres, cuando fue asesinado el
primer ministro israelí, llamó a Arafat y le dijo “Por favor, ponga fin a la violencia”
porque las elecciones estaban a la vuelta de la esquina, y le dijo “Por favor, haga
algo porque si novamos a perder las elecciones”. Pero bueno, la campaña de
bombas en autobuses continúa. ¿Por qué hablo de esto? Bueno, todo esto es
historia, y quizá hay que abordar el futuro. Intento convencerles de que los
israelíes, si son recelosos en relación con la intervención internacional tienen
motivos.
Le he contado un chiste a Shlomo Ben-Ami. Cuando Barak hizo este
gobierno me nombró a mí ministra del medio ambiente. Y el primer día me metí
con él en la radio, además despiadadamente. Me llamó un amigo y me dijo “¿Qué
es lo que haces? ¡Te va a cesar! ¿Por qué le has atacado?” Y le dije “Gozo de
mucha reputación, porque le he protegido muchas veces, así que tampoco es para
tanto que me haya metido con él”. Me dijo “¿Qué quieres decir con eso de que
tienes mucho crédito con él? El crédito está en tu cabeza”. Tenía razón, por
supuesto. Tres meses después de ofrecer estas grandes confesiones, yo estuve en
Brasil. Recuerdo haberme reunido con un ministro de Asuntos Exteriores y se metió
conmigo brutalmente y me dijo “pero bueno, ¿qué estáis haciendo con los
palestinos?” y recordé el chiste de mi amigo sobre el crédito. Yo pensé que
teníamos crédito, sí. Pero éste estaba sólo en mi cabeza.
También tuvimos una muy mala experiencia en relación a la intervención de
la comunidad internacional. Incluso en la guerra del Sinaí, en el 67, prácticamente
todos los días violaban el acuerdo, pero tampoco quiero entrar en eso. Lo que
quiero decir es que en una democracia, como es Israel, y no quiero provocar a
Ahmad Tibi, pero el asesor de Arafat es uno de los miembros del Kneset . Es
increíble. Nadie lo entiende. Y si uno quiere convencer a la sociedad israelí, hay que
convencer no sólo al primer ministro, sino por encima de todo, a la propia sociedad.
Y yo creo que con los palestinos ocurre lo contrario: si convences a Arafat, tienes el
trato hecho. Claro, convencer a Arafat no es fácil, pero si le has convencido ya has
cumplido lo más importante. Y lo digo porque hay que convencer los recelos que
tenemos en relación con la intervención o interferencia internacional.
Yo creo, no obstante, que hay que aclarara algo. Cuando hablamos de
solución internacional, ¿qué es lo que queremos decir? ¿A qué nos estamos
refiriendo? ¿A una serie de condiciones fijas para una solución internacional?
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
¿Una fuerza, unas fuerzas de ejecución del acuerdo? En fin, creo que la
sociedad israelí no aceparía todas las condiciones, pero, como ha dicho Dani Yatom,
quizá parte de ellas.
En cualquier caso, cuando Martin Indyk dijo que sin los americanos no se
puede hacer nada, podríamos decir que sí, claro, los americanos, porque los
israelíes confían en ellos. Pues sí. Sin israelíes no puede haber paz, y sin palestinos
tampoco, pero yo creo que sin el paraguas de EEUU tampoco puede haber paz. Ni
siquiera con los jordanos. Como he dicho antes, ocurría lo mismo. Si los palestinos
deciden que no hay paz, es que no hay paz. Si los israelíes deciden que no quieren
la paz, no habrá paz. Pero si ambas partes deciden intentar hacer todos los
esfuerzos posibles por llegar a algún tipo de acuerdo, es muy importante contar con
ese paraguas de los norteamericanos. Y digo paraguas, nada más que eso. Por
supuesto me refiero a dinero, a incentivos, es decir, a una serie de mecanismos que
acercan a ambas partes. Y si se hace así podremos ver los beneficios de un acuerdo
sobre el terreno, en las líneas del acuerdo de Ginebra. La mayoría del partido
laborista está a favor de la hoja de ruta, no a favor del acuerdo de Ginebra. ¿Por
qué? En primer lugar porque no es un gobierno, a nivel gubernamental, en una
democracia, el gobierno es el que tiene la responsabilidad y la autoridad para firmar
una acuerdo. En segundo lugar, porque, como hemos visto en los sondeos, ni
siquiera en el partido laborista hay una posición mayoritaria al respecto.
El acuerdo de Ginebra puede estar muy detallado, pero no hay apoyo. La
hoja de ruta a lo mejor no tiene tanto detalle, pero tiene el respaldo amplio de la
mayoría. Y el apoyo es fundamental para convencer a la mayoría en Israel de que
tenemos que intentar llegan a un acuerdo. Finalmente solamente quisiera rezar por
que, el próximo año, cuando nos volvamos a reunir... espero que podamos volver a
reunirnos, echar la vista atrás, y decir: ¿ Por qué hemos hecho lo que hemos
hecho? Tanta sangre derramada... ¿Por qué?. Por eso digo que espero que recen
por el pueblo israelí y por el pueblo palestino, por los niños israelíes y los
palestinos, por el bien de ellos, esperemos que acabe esta tragedia. Gracias.
Narcis Serra:
Y ahora tiene la palabra Ghassan Khatib, que es ministro de trabajo en la
autoridad palestina, y que tiene una gran formación en temas de ciencias sociales,
de opinión pública, y de medios de comunicación.
Ghassan Khatib:
Muchas gracias me gustaría comenzar refiriéndome, o más bien
identificándome con los deseos y oraciones de Dalia. Creo que nuestros pueblos, los
dos, necesitan desesperadamente este tipo de sentimientos, y de apoyo.
En mi opinión esta conferencia ha sido un acto muy oportuno, y
extremadamente útil. No ha sido para nada una conferencia como todas las demás,
puesto que nos ha permitido debatir un tema que nunca antes se había debatido así
en público debido a las fuertes objeciones israelíes. Crea una especie de entorno
entre muchos grupos y personas a nivel internacional con interés en este campo.
La idea de la interferencia internacional no es aplicable para la resolución del
conflicto. Esta idea se convirtió en una especie de premisa inamovible entre muchos
círculos académicos y estudiosos, cosa que no es muy sorprendente, porque en
cualquier conflicto el más fuerte se resiste a la interferencia internacional, puesto
que normalmente puede hacer un poco lo que le venga en gana.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
La voluntad que muestra este respetado foro de debatir en público este
tema es en mi opinión un gran paso adelante, de gran importancia, y espero que
marque el comienzo de un debate serio, detallado y sistemático en el futuro para
perfilar e ir definiendo varios escenarios posibles que las partes del conflicto puedan
ir refinando para acercarse más a una solución. Ahora, cuando no hay ningún
proceso de paz en curso, es muy oportuno que personas como nosotros nos
reunamos para aprovechar nuestro tiempo presentando ideas, argumentos, y
perfilando mecanismos que puedan utilizarse en el futuro, una vez se reanude el
proceso de paz.
El documento de Ginebra es un ejemplo de esto. No se trata de un
documento oficial, no creo además que vaya a adoptarse nunca como tal. Sin
embargo, cuando se reanuden las negociaciones de paz estoy seguro de que ambas
partes sabrán aprovechar en su justa medida todos los esfuerzos realizados a nivel
no oficial para aclarar los aspectos más sustantivos de estos documentos. Además
acontecimientos como este, foros como este, pueden seguir mejorando las ideas y
opiniones en el tema de la intervención internacional. Esta puede adoptar una
amplia gama de posibilidades y de formas. Desde las más extremas, como, por
ejemplo, un protectorado, o un mandato, hasta las de menos presencia, como por
ejemplo la hoja de ruta. A fin de cuentas, la hoja de ruta ha de considerarse en sí
misma como una intervención internacional. Tan suave, tan poco evidente, que a
veces no se ve como tal.
Yo creo que es muy útil entonces que aprovechemos este tiempo para dotar
de más detalles los escenarios que van perfilándose como posible solución para el
futuro. Yo estoy a favor de incrementar la interferencia internacional para la
solución del conflicto palestino-israelí. Antes de extraer conclusiones sobre lo que
se puede hacer en la práctica para la resolución de este conflicto y lo que no,
quisiera enumerar siete argumentos, tanto a nivel político como teórico, a favor de
una presencia internacional, para alentar la intervención internacional en el
conflicto palestino-israelí. Y digo alentar la presencia, y no introducirla, puesto que
siempre ha habido un nivel significativo de interferencia y participación
internacional en este conflicto.
El primer argumento es que el conflicto ya ha sido objeto de interferencia
internacional. Es un conflicto que se remonta a hace 50 años, y en toda esta
historia, hemos visto una serie de ejemplos clarísimos de intervención
internacional. El mandato que se puso en manos de Gran Bretaña en los territorios
de Palestina es el ejemplo clásico de interferencia internacional. La resolución de la
ONU 1181 para la creación del estado de Israel es también un ejemplo clarísimo de
intervención internacional. Podríamos enumerar una larga lista de ejemplos en los
últimos 20 años de intervención internacional. Mis estimados colegas también han
mencionado anteriormente muchos casos en que la intervención internacional ha
sido esencial para que prosiguiese el proceso de paz. El último ejemplo podría ser el
de las reformas de la autoridad palestina, proceso que parcialmente es fruto de la
intervención internacional. Me refiero al Dust Force, o grupo especial internacional,
que ha trabajado denodadamente sobre el terreno con el comité ministerial de la
reforma para Palestina, y han conseguido unos resultados bastante impresionantes
en los últimos 18 meses.
El segundo argumento es el hecho de que las partes del conflicto dependan
tanto de factores externos, de las superpotencias, lo cual brinda a la comunidad
internacional, o por lo menos a ciertos gobiernos como el de la UE o EEUU
muchísimo espacio de maniobra que pueden aprovechar de forma eficaz y sabia
para una intervención positiva y constructiva con objeto de ayudar a las partes
mediante este cierto nivel de interferencia o intervención.
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En tercer lugar esta región tiene una importancia estratégica indudable para
todo el mundo, para la comunidad internacional, para las superpotencias... lo cual
supone un estímulo para que la comunidad internacional intervenga, nos guste o
no, puesto que la estabilidad de la región es muy importante para la estabilidad
mundial, y este va a ser siempre un factor importantísimo que empuje a la
comunidad internacional a intervenir, como ya lo ha hecho en el pasado
El cuarto argumento que quería presentar tiene que ver con la grandísima
injusticia inherente a este conflicto, partiendo de la creación del problema de los
refugiados en el 48, y acabando con todo el sufrimiento e injusticias que han tenido
que soportar los palestinos, lo cual supone una obligación para la comunidad
internacional y las superpotencias. La obligación de intervenir, como resultado de
las obligaciones que asumen en el campo del derecho internacional.
En quinto lugar, el desequilibrio es entre ambas partes. Hay una asimetría
de poderes clarísima, en la medida en que este desequilibrio impide que se
desarrolle una dinámica fructífera en la relación entre ambas partes. Esta dinámica
normalmente es necesaria para que las partes de un conflicto puedan avanzar en el
proceso de paz. Para contrarrestar la ausencia de esta dinámica, que a la vez es
fruto de esta asimetría de poderes resultaría muy útil que hubiese un tercero
presente, es decir, la intervención de un tercero.
En sexto lugar, invitamos a la comunidad internacional a que nos ayude a
poner en práctica esta solución. Este no podría haber sido un argumento válido
hace 20 años, pero ahora sí lo es. Muchos habrían dicho que la comunidad
internacional no puede interferir o intervenir porque no sabe exactamente cuál es el
objetivo final. Esto hubiera ocurrido hace algunos años, pero ahora, en la
actualidad, la situación ha cambiado. Todos sabemos más o menos cómo sería la
solución definitiva, y es por ello que la misión de intentar ayudar a las partes del
conflicto a llegar a un acuerdo definitivo y detallado, y a ponerlo en práctica con
garantías, yo creo que es una labor mucho más fácil de lo que nunca ha sido. O
debería serlo, porque ya sabemos más o menos cuáles son las características de
esta solución definitiva.
Otro argumento tiene que ver con el tiempo, que es un factor
importantísimo. Si dejamos a las partes a su aire, yo creo que más tarde o más
temprano, yo creo que más bien más temprano, llegaremos a un punto irreversible,
a partir del cual la paz ya no podrá ser conseguida. Voy a poner como ejemplo dos
procesos que se están desarrollando en la actualidad. Si estos dos procesos llegan a
su madurez en mi opinión la paz será completamente imposible en la región. En
primer proceso es la expansión de los asentamientos israelíes, que, como muchos
han dicho ya, está transformando la realidad sobre el terreno. El estado palestino,
si sigue esta política, será prácticamente imposible, y, entonces, la solución de dos
estados, que ahora se considera la visión del presidente Bush será irrealizable. Y,
sin solución de dos estados, yo personalmente ni siquiera me puedo imaginar que
haya ni un asomo de posibilidad de paz. Así que este es un proceso que no
solamente es responsable de imposibilitar la paz en la actualidad, sino que también
lo será de hacerla imposible en el futuro.
Otro proceso que si dejamos que madure imposibilitará una solución pacífica
y llegará a un punto irreversible son las políticas y prácticas sistemáticas israelíes,
cuyo objetivo es el desmantelamiento de la autoridad palestina, y la aniquilación
del espacio en el que se supone esta autoridad debe existir. Yo creo que el pueblo
palestino no va a ser capaz de vivir una situación con este statu quo. Una situación
de facto que han creado las actuaciones israelíes. Me refiero a una división
funciona. Israel está ahora a cargo de los territorios palestinos en el ámbito de la
seguridad, y luego la autoridad palestina, que se supone se encarga del pueblo
palestino en todo lo que se refiere a la administración. Esta es la división funcional
que el gobierno de Likut ha empleado para sustituir, y reemplazar la filosofía de
Oslo, que se basaba en una división territorial entre ambas partes.
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Esta división funcional nunca va a ser aceptada por el pueblo palestino.
Algunos palestinos siguen pensando que es una situación irreversible a partir de la
cual podemos retornar a una situación en la que tengamos la autoridad estipulada
en Oslo.La autoridad que, se supone, acabará convirtiéndose en un estado. Cuando
los palestinos se den cuenta de que esta situación no es provisional, me parece que
el pueblo palestino será incapaz de aguantar este status quo, esta situación,
demasiado tiempo. Este es otro proceso que, si permitimos que madure,
desembocará en una situación donde la paz será probablemente imposible.
Y habiendo dicho esto, y habiendo escuchado las aportaciones tan valiosas
de muchos de los intervinientes de esta mesa y de otras, es fácil llegar a las
siguientes conclusiones:
En primer lugar, la interferencia o intervención internacional debería
limitarse a lo que las partes del conflicto estén dispuestas a aceptar. Esto es, la
intervención internacional que pedimos no es necesariamente una intervención que
se imponga sobre las partes del conflicto, sino más bien una intervención acordada,
en coordinación con las partes
En segundo lugar, las partes del conflicto parecen estar dispuestas a aceptar
un nivel más elevado de intervención del existente hasta ahora. Un ejemplo es el
de la hoja de ruta. Esta delimita ciertos papeles que iba a desempeñar la
comunidad internacional que ambas partes aceptaron cuando la verificaron. Sin
embargo, ni el cuarteto, ni EEUU han cumplido con sus obligaciones, y este es un
mero ejemplo de los muchos que podría mencionar. La interferencia o intervención
internacional puede centrarse en ayudar a las partes a llegar a una acuerdo
fructífero o puede ayudar a las partes a ponerlo en práctica. O ambas cosas. En
nuestra historia vemos numerosos ejemplos de intervenciones con éxito, y muy
constructivas, y también hay muchos ejemplos de intervenciones fallidas en el
conflicto palestino-israelí. Es por ello que yo creo que si evitamos los conceptos
extremos para una intervención internacional, si evitamos los extremos podemos
decir claramente que una reunión como esta parece ser algo muy positivo que
puede sugerir o exigir a la comunidad internacional una intensificación de su
intervención en la zona, aumentar ligeramente el nivel de intervención, teniendo
siempre en cuenta el requisito de que ambas partes acepten esta mayor
intervención, y también teniendo en cuenta el requisito de que esta intervención
tendría que basarse y ceñirse estrictamente a las estipulaciones y requisitos en
virtud del derecho internacional . Muchísimas gracias.
Narcis Serra:
Muchas Gracias. Pasamos ahora la palabra a Shlomo Ben-Ami, la persona
que se ha dedicado a estudiar nuestra historia y a publicar sobre nuestra historia.
Vamos a ver, esto en casa te da un título que va a quedar para siempre. Gracias
Shlomo Ben-Ami:
Muchísimas gracias señor Serra, quisiera unirme a mis colegas de la mesa y
expresar mi satisfacción por asistir a este acto tan interesante. Quiero felicitar a los
organizadores por haber permitido que todos intercambiemos opiniones de forma
muy abierta y animada sobre un tema, además, tiene usted razón, durante muchos
años un anatema en Israel. Ahora empezamos a abordarlo, y a hablar de él, no
necesariamente de acuerdo con todos los parámetros que se están aquí planteando
sobre una interferencia o participación internacional, pero por lo menos ya no
abandonamos la sala cuando se menciona este tema, cosa que para el Oriente
Medio no está nada mal.
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Hemos visto aquí una escalada de intensidad de la participación o
intervención internacional en la zona. Desde el concepto de protectorado que ha
planteado Martin Indyk, a otras propuestas que directamente rechazan la idea de la
intervención internacional. Yo en esta escala estaría más cerca de la postura de
Martin que de la que se opone totalmente.
No tengo mucho que añadir en cuanto a los detalles técnicos de este
concepto, sin embargo sí me gustaría explicar por qué yo he llegado a esta
conclusión personal, la conclusión de que puede que para resolver este conflicto no
nos queda más que plantearnos algún tipo de protectorado o administración
tutelada internacional y además a una escala bastante intensiva, tal y como yo lo
veo. La conclusión a la que he llegado es esta: no hay otra salida. Una conclusión a
la que llegué hacia el final de la presidencia de Clinton. De hecho estábamos
intentando entonces articular alguna especie de sobre, o de paquete internacional
que prestara legitimidad a los acuerdos que negociábamos entonces con los
palestinos, recuerdo entonces decirle al Primer Ministro, que como Israel
tradicionalmente se había opuesto a la intervención internacional en la zona,
podíamos suponer que esta oposición se debía al hecho de que los palestinos
siempre habían pedido una intervención, digamos que abierta, sin fin, sin ningún
tipo de delimitación, dentro de la cual pudiéramos negociar un acuerdo, pero, como
le dije al Primer Ministro, como ya hemos adoptado los parámetros de Clinton, ya
contamos con esta especie de protección virtual, ya podemos contar con la
comunidad internacional. Esto es lo que yo intenté explixcar al Primer Ministro.
Evidentemente nos pareció entonces muy adecuado crear esta especie de perímetro
teórico para la intervención internacional, puesto que enconces parecía que no
había otra salida.
Otro motivo que me llevó a esta conclusión es evidentemente nuestra triste
experiencia política, que no tenemos que repetir. Quizás la nueva generación de
políticos lo haga mucho mejor que nosotros, pero en cualquier caso en mi
experiencia el sistema político israelí es un sistema en el que cuando uno tiene que
tomar una decisión sustancial dolorosa resulta que la coalición en gobierno empieza
a temblar, y más tarde o más temprano se desploma. Cuando fuimos a Camp
David, antes de hacer ninguna concesión, nos quedamos sin dos partidos de la
coalición que, antes de ir a Camp David, ya nos habían abandonado. Cuando
salimos de Camp David resulta que un tercer partido había abandonado la coalición
también. Fuimos a Taba, y ahí estaba yo prácticamente solo con Barak, por
supuesto había otros, pero el núcleo del gobierno y un grupo muy reducido de
diputados, personas que no podrían considerarse para nada como partido, sino un
grupo de gente que parece que se reunieran sólo para tomar café. Así que
estábamos solos. Yo creo que el primer ministro Sharon en la actualidad, y lo digo
no solamente en este foro, creo que a estas alturas de su carrera política le
gustaría hacer algo importante o bueno para la estabilidad de la región, para los
israelíes y los palestinos. Creo que a Sharon le gustaría impulsar algún tipo de
proceso con visos de éxito. Yo creo que si se empezasen a desmantelar algún tipo
de asentamientos, aunque no fuesen los más importantes, le abandonaría su
coalición, se quedaría sin apoyo político. La UNEM Nacional y el Magdag le
abandonarían inmediatamente. Así que aunque desmantelara un solo asentamiento
la parte más de derechas de la coalición le abandonaría inmediatamente. Bueno, yo
no quiero hablar en su nombre. En cualquier caso, yo creo que el sistema político
israelí se desintegra, se viene abajo, se desploma, siempre que hay que tomar
decisiones difíciles, que, además, en esta zona, son muy necesarias. Cuando hay
que tomar decisiones que tienen que ver con el corazón del conflicto.
La política palestina tampoco es nada fácil de gestionar, como todos
sabemos y como se ha oído aquí. Y supongo que conseguir el consenso en la
autoridad palestina, un consenso general, que también resulte aceptable para las
condiciones políticas que prevalecen en Israel es algo tremendamente difícil, como
ya hemos visto en el pasado.
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Así que hay que tener muy en cuenta las condiciones políticas de ambos
sistemas, que a mí me llevaron, personalmente, a la conclusión que presenté al
principio de mi intervención. Una conclusión que no es solamente política sino
también digamos que filosófica.
El proceso de Oslo se basaba en un concepto como el de Kibuts, un concepto
que me parece que es un poco contra natura, o que se opone a la naturaleza
humana, y es por eso que los Kibuts acabaron desintegrándose o están ahora en
curso de desaparecer. Lo que va contra la naturaleza humana es el concepto de
que es posible crear confianza entre el ocupante y el ocupado, y, a partir de esta
confianza, forjar la paz. Evidentemente no funcionó para nada este concepto, y no
ha funcionado nunca en toda la historia humana. ¿Vamos a reinventar la rueda?
¿Vamos a reinventar la naturaleza humana? ¿Pensamos que la naturaleza humana
tiene visos de cambiar de forma tan radical? Todos sabemos a fin de cuentas que
no solamente tenemos esta dificultad inherente de reconciliar a los ocupados con
los ocupadores. Pero además también tenemos el problema de los asentamientos
creados bajo los gobiernos tanto laboristas como de derechas, y se nos olvida
también que, con Rabin los asentamientos aumentaron en un 50% de los
territorios. La filosofía de los asentamientos está más cerca de la perspectiva
mundial, o de la laborista, que de la del Likut. ¿Quién votó contrael
desmantelamiento de los asentamientos en el norte del Sinaí? Uno de los líderes del
partido laborista. Estaba en contra de este desmantelamiento. No porque estuviese
en contra de la paz, sino porque para el partido laborista, para su filosofía, resulta
extremadamente difícil apartarse del asentamiento de la tierra como filosofía
básica. Nos topamos entonces con un problema fundamental, y es por ello que
quiero expresar mi desacuerdo con lo que ha dicho Dani, de que le gustaría
sentarse con Muhammed Ahlad y en una hora seguro que llegarían a un acuerdo.
Esto lo dijo ayer. Bueno, dos horas, vale.
Creo que hay dos motivos, bueno, no me parece nada descabellado, después
de oír a Dani, por lo menos, porque los parámetros que presentó Dani aquí para
una solución definitiva me parecen parámetros no demasiado descabellados. Sin
embargo, creo que la analogía que presentó Dani con Jordania, Siria, Egipto,
cuando dijo que nosotros conseguimos la paz con Egipto y con Jordania... me
parece que ahora estamos hablando de algo completamente distinto con los
palestinos. Es harina de otro costal, no tiene nada que ver. En la historia reciente,
no se yo de ningún otro proceso de paz tan complicado como este, porque es un
proceso que tiene que ver con todos los centros neurálgicos de la existencia
humana. No es simplemente tierra por paz, es mucho más que todo esto, es
memoria, historia, religión, capital, Jerusalén, tierra santa, asentamientos,
refugiados... No es 425, no es una retirada unilateral del sur de Líbano, ni siquiera
es Sinaí. Es algo que es extremadamente difícil. La mayor parte de nosotros, o
todos nosotros, queremos un acuerdo. Pero cuando salen a la palestra estas
cuestiones mitológicas es casi imposible que las dos partes lleguen a un acuerdo.
Creo que George Antallana dijo una vez que los problemas de este mundo se
dividen en dos tipos: los problemas triviales que tienen una solución muy fácil, y los
problemas importantes que no tienen solución. Nos enfrentamos a problemas muy
muy importantes...
Por cierto, otra reflexión personal que quiero compartir con ustedes, yo sé
que Barak, desde que dejó la política, por lo menos temporalmente, intenta decir
que no le interesaba demasiado Taba, espero que lea el libro que estoy a punto de
publicar (estoy seguro de que lo leerá) donde podrá leer que estoy muy en
desacuerdo con lo que dice ahora, yo creo que sí estaba muy interesado, incluso en
Taba, en llegar a un acuerdo, que no le pareció algo tan poco importante, tan
baladí. Luego nos separamos porque él no abandonó la idea de llegar a un acuerdo
basándose en los parámetros Clinton.
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Hoy en la actualidad dice que por supuesto hay que remontarse más a Camp
David como punto de partida. Pero en mi opinión Barak sigue leal a la idea de llegar
a un acuerdo basándose en los parámetros Clinton. Luego decidió no obstante que
la alternativa a la ausencia de un acuerdo es la separación unilateral. Yo sigo
aferrándome a los parámetros Clinton pero mi conclusión no es la de la separación
unilateral, puesto que me parece una solución con muchísimas carencias y
desventajas sino que sigamos con estos parámetros, intentando conseguir la
participación de la comunidad internacional, porque lo que nos ha fallado en las
últimas fases de la negociación, en mi opinión, ha sido el hecho de que nos lideraba
un presidente extraordinario, una persona realmente comprometida con la paz. Un
proceso que nació con Clinton, y que murió cuando él dejó de ser presidente. Un
hombre extremadamente comprometido. Lo que nos falló fue el hecho de que Bill
Clinton no tuvo el suficiente tiempo político para dedicarlo a este asunto. Y espero
que Martin no esté en desacuerdo conmigo.
Lo que nos falló fue no solamente la falta de tiempo político por parte de
Clinton, sino también el hecho de que la diplomacia americana internacional, a la
hora de construir este paquete tan importante para la construcción del proceso, a la
hora de ejercer presión sobre las partes implicadas, se quedó corta. No tuvo tiempo
ni capacidad para hacer todo lo que tenía que haber hecho en tan poco tiempo.
Otra reflexión relativa a los precedentes: Estoy de acuerdo con Ghassan
Khatib en el sentido de que la internacionalización no es nada nuevo. Los israelíes
siempre se han manifestado en contra de la internacionalización del conflicto por
supuesto. Todo el mundo estaría en contra de que un conflicto como este se hiciera
internacional. No queremos una guerra mundial fruto del conflicto israelo-palestino,
evidentemente. Y por tanto es necesario que comprendamos que la
internacionalización no es un fenómeno nada nuevo como ha dicho el señor Khatib.
Mencionó usted algunos casos, permítame a mí mencionar un par de casos más:
Todo el mundo ahora santifica las fronteras del 67. Ahora bien, las fronteras
del 67 son resultado de negociaciones realizadas bajo auspicios de las Naciones
Unidas en Rodas. Rojsbaulch. Las líneas del amnisticio, ¿no?. Así que en cierta
forma no es solamente la resolución 181, ni otras resoluciones de las Naciones
Unidas. Digamos que, estos movimientos nacionales, nacimos como mellizos, y la
comadrona fue la comunidad internacional, no hay nada nuevo bajo el sol. Hay
casos de acuerdos entre Israel y partidos árabes, que siempre se han realizado por
intermediación de un tercero. Luego se produjo un cierto desacuerdo entre nosotros
con respecto a Jordania. Quizá Jordania fue un caso distinto. Dani Yatom sabe
mejor que nadie lo que ocurrió con los jordanos, así que creo lo que me dice. A lo
mejor no hubo intervención internacional, pero con los egipcios y con los sirios sí la
hubo. Creo yo por tanto que la internacionalización, no de los conflictos, sino de la
solución, se remonta a la gestación de este conflicto. Siempre ha estado presente.
También contamos con fuerzas internacionales en la región, evidentemente.
Y esto es algo que no podemos nunca pasar por alto. Siempre que hay una fuerza
internacional se despliega en el marco de un contexto político acordado o
consensuado. Yo siempre me manifesté en contra de la postura palestina cuando
era ministro. Luché contra ella cuando decía que necesitaban fuerzas
internacionales ya, para llenar un vacío político. En primer lugar, yo no veo a
ningún país dispuesto a enviar a sus hijos a morir por no se sabe qué objetivos
políticos. Enviarlos simplemente para interponerse en una situación caótica.
Las fuerzas en los altos del Golán son harina de otro costal, porque se
desplegaron en el marco de algún tipo de acuerdo político. Esto es, yo no creo que
haya espacio en el que sea eficaz que haya una presencia internacional en la región
si no existen objetivos políticos previamente acordados entre ambas partes. Hace
falta un marco para la intervención internacional porque si no, no va a funcionar de
ninguna de las maneras.
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Otro motivo que me impulsa a esta conclusión, de que hace falta una
presencia internacional tiene que ver con las alternativas que nos quedan si no. En
primer lugar, dicen, los palestinos y los israelíes se sentarán para llegar a un
acuerdo. No. Yo no creo que esto sea posible. Podemos llegar a un acuerdo en
Ginebra. Cuando nos aislamos en una especie de burbuja, cuando nos olvidamos de
las linitaciones y realidades políticas de la zona . Es estas condiciones artificiales sí
se puede redactar una especie de documento ideal, pero en la vida real para nada.
Esto supera a la capacidad humana, y esta es, simplemente, mi opinión personal.
Si el señor Sharon elimina los asentamientos en el futuro próximo, estaría
haciendo una enorme aportación a la posibilidad de llegar más tarde o más
temprano a un acuerdo con los palestinos para la paz. Puede que les interese saber
que el señor Amid Ayhalón, que tiene esta iniciativa con el señor Sheiba, basada en
dos principios muy sencillos, yo me siento mucho más cercano a los principios de
Sheiba y Ayhalón , esta iniciativa, que a los documentos de Ginebra. Son dos cosas
muy sencillas: fronteras del 67, y renunciar al derecho de retorno de los refugiados.
Amid Ayhalón, no se puede decir que no sea un hombre de paz, y, sin
embargo, se opone al documento de Ginebra. ¿Por qué? Porque piensa que este
documento es una forma de socavar políticamente a Sharon, cosa que él no quiere,
porque piensa que si la derecha desmantela los asentamientos, este
desmantelamiento será una importantísima contribución para la paz. Entonces no
hay que olvidarse, por cierto, de que Rabin no estaba dispuesto a desmantelar
Necharim, y tampoco quería, estuvo a punto, y además de esto sabes más Dani
Yatom que yo, era su asesor militar y además, después de la matanza de Golshteim
estaba dispuesto a hacerlo, pero le faltó... no, no, no fue exactamente esa
matanza, pero en cualquier caso.. estuvo a punto de hacerlo, pero al final le faltó el
último paso.
Y luego por supuesto también existe la posibilidad de que se llegue a un
acuerdo provisional de algún tipo u otro, y suponer que en el contexto de este
acuerdo provisional los palestinos puedan enfrentarse con éxito al terrorismo. Lo
hicieron durante muy poco tiempo. No creo. Quizá me equivoque, ¿eh? Pero yo
creo que sin un objetivo claro, sin saber exactamente cuando acaba el juego, los
palestinos, por su cuenta, nunca podrán poner fin a Jamás y a otros movimientos
terroristas.
Otra reminiscencia histórica: los sionistas, antes de que se creara Israel.
Había esta mayoría de Bengurión, la tendencia más centrista del sionismo. Antes lo
que hacían era extraditar a derechistas judíos, o libertarios/terroristas, depende de
quién lo vea, a los británicos. Los palestinos nunca lo hicieron. Nunca. Nunca.
Firmaron todo tipo de documentos. Yo nunca pensé que fueran a hacerlo, y de
hecho jamás lo hicieron. Jamás concedieron la extradición de un terrorista palestino
a las autoridades israelíes. Lo cual dice bastante de la ética. Dice dos cosas. En
primer lugar dice muchísimo de la ética, del movimiento nacional palestino, de la
necesidad de que haya un consenso total, etc. Y también indica que quizá no lo han
hecho hasta ahora porque tienen sensación de nunca haberse acercado a la tierra
prometida. Nosotros empezamos a conceder estas extradiciones cuando sentimos
que los terroristas eran un obstáculo para la tierra prometida. Entonces habría que
sincronizar este encuentro entre ver la luz al final del tunel, y ver que es el
terrorismo, el obstáculo que se interpone entre nosotros y el final del tunel. Si no
tenemos un objetivo definitivo con este concepto provisional nunca va a funcionar,
es por ello que nunca he creído en este grotesco concepto de un estado palestino,
el que se plasma en la hoja de ruta. Dalia tú lo sabes mejor que yo.
Pero cuando Simon Peres negoció con Abu Alá, en el gobierno de Sharon,
algún tipo de acuerdo, también negociaron el estado palestino temporal. Abu Alá
dijo “De acuerdo, estoy listo para aceptar este estado palestino, pero yo quiero
saber cuál va a ser la solución definitiva”, “2x2, o 242” “No, 242 es demasiado
ambiguo, yo quiero las fronteras del 67”, es lo que dijo Abú Alá.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Lo cual quiere decir que cualquier fase provisional tendrá que ir acompañada
por una idea clarísima de lo que va a ser el resultado definitivo, y hay que ponerlo
sobre la mesa, porque si no, no hay posibilidad alguna, y me alegro mucho de leer
en el artículo de Martin un párrafo en este sentido. Más tarde o más temprano
habrá que poner sobre la mesa un objetivo final para legitimizar el concepto de
protectorado por el que tú abogas. Incluso las reformas del sistema palestino,
como ha dicho el señor Khatib. Yo desde luego felicito a los palestinos por todas las
reformas que consiguen hacer pero ¿Para qué hacerlas? Yo estoy dispuesto a
hacerlas si me llevan a algún sitio, pero si no... Por tanto, tanto las reformas como
la definición de un objetivo definitivo tienen que sincronizarse.
Quiero concluir refiriéndome al muro. Dalia recordará, estoy de acuerdo con
lo que han dicho mis amigos israelíes al respecto...expresa una ansiedad real por
parte de la población israelí, el público israelí está muy preocupado por la
seguridad, comprensiblemente. Recuerdo que un ministro británico de Asuntos
Exteriores, cuando le preguntaron cuál era su política de Asuntos Exteriores,
respondió “ser capaz de ir a la estación Victoria, comprar un billete e ir a donde me
dé la gana, esta es mi política exterior” Yo creo que la política exterior del gobierno
israelí tiende también a centrarse en por ejemplo ir a la estación de autobuses en
Jerusalén, comprar un billete e ir a cualquier lugar del país. Es decir, política de
asuntos exteriores que se reduce a supervivencia física. Entiendo perfectamente la
ansiedad del pueblo israelí pero me temo que no hay ninguna solución a la vista.
Estoy muy contento de que los asistentes a esta conferencia hayan mencionado
esta posibilidad. Si existe o si se da, una retirada unilateral, evidentemente la
comunidad internacional tendrá que participar en ella.
Cuando era más joven y era un político mucho más activo, con un amigo
común de Davian y mío presenté esta misma moción a la conferencia nacional del
partido laborista, es decir, si realizamos una separación unilateral, es necesario que
la comunidad internacional intervenga para asumir control de los territorios, pero
luego evidentemente la comunidad internacional no estará dispuesta a hacerlo si no
aclaramos perfectamente que esta retirada es sólo un paso en el camino hacia una
solución definitiva. Nunca van a venir a legitimizar una intervención unilateral por
parte de Israel. La retirada unilateral no es una expresión malsonante, lo que
importa es si el contexto es el adecuado. Si no es una decisión definitiva sino
provisional y decimos claramente lo que buscamos estamos marcando la diferencia.
Barak hablaba de la separación unilateral y siempre decía que era una posibilidad. Y
luego invitaría a los palestinos a seguir con las negociaciones, no a la comunidad
internacional, pero en este caso no estamos hablando de fronteras definitivas. Si no
existe este contexto adecuado la separación unilateral, en mi opinión, es un
desastre. Si aplicamos esta política en mi opinión será un paraíso en comparación
con lo que se daría esta zona después de esta retirada. Si queremos impedir que
los palestinos tengan armas, si queremos impedir que realicen actividades
terroristas y demás tendríamos que cerrar el valle del Jordán, es decir, crear una
especie de prisión colectiva para los palestinos. Si esta retirada unilateral se
produce fuera del contexto de un proceso bien articulado, nos vemos obligados a
cerrar antes o después el valle del Jordán. Yo creo por tanto que la separación
unilateral no es una mala idea, pero solamente si antes o después decidimos que
participe la comunidad internacional e implantar algún tipo de protectorado en los
territorios de los que se retire Israel.
Y concluyo con la siguiente consideración: La comunidad internacional no
está desde luego haciendo cola para venir a la zona, no están pidiendo turno para
rescatar a los palestinos y a los israelíes de un problema común. Lo sabemos.
Somos conscientes de ello. Hay experiencias del pasado, que, estoy seguro, no les
animan nada a intentar rescatar a estas dos tribus locales enzarzadas en una lucha
incesante de muchísimos años. ¿Qué es lo que podría entonces facilitar esta
intervención?
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Por cierto, quiero expresar mi acuerdo con algo que se dijo aquí
anteriormente, me refiero al escepticismo en Israel en lo relativo a una eventual
intervención internacional y las garantías que podría prestar, y este es un mensaje
que transmito directamente a los europeos. Quiero que os lo toméis como un
mensaje de amigo, ¿eh? Quizás en Europa los israelíes tengamos muy mala prensa,
pero debe preocuparos el hecho de que Europa también tiene muy mala prensa en
Israel. Puede que no seamos una superpotencia de peso mundial, pero los europeos
tenéis muy, muy mala prensa en Israel, y las imágenes y los conceptos es muy
difícil cambiarlos. Son duros de matar, como decimos en inglés. Europa tiene que
arreglar sus relaciones con Israel para convertirse en un socio eficaz en cualquier
tipo de contexto internacional, esto es esencial. Y lo raro de la situación es que
cuando comparamos las posturas de los americanos con las de los europeos en lo
que se refiere a una situación definitiva, no detectamos ninguna diferencia. Los
americanos siempre han dicho que los asentamientos son un obstáculo para la paz,
nunca han reconocido a Jerusalén como la capital de Israel. Las posturas
americanas son las mismas que las europeas, sin embargo, nosotros sí confiamos
en los americanos y no en los europeos. Tenéis que hacer algo. Una vez hicimos
una encuesta en un centro de paz en la Universidad de Tel Aviv sobre la solución
internacional. El otro día por cierto llegaron a un 67% a favor de una solución
internacional. Dije una vez de broma que todos los planes tendrían siempre un
apoyo del 70%. La siguiente pregunta es ¿Qué países querrían ustedes que
participasen? Creo que la primera era EEUU, luego Gran Bretaña, Francia tuvo
menos porcentaje de votos que Arabia Saudí. Así que los israelíes estaban más
dispuestos a que Arabia Saudí interviniera en el conflicto que lo hiciera Francia.
Evidentemente esto no refleja para nada la realidad. Y por tanto es necesario que
hagamos algo. Yo no me refiero únicamente a Europa. A ambos. Hay un kilometraje
que todos tenemos que cubrir para llegar a una solución.
Beguín solía decir: “los europeos nos quieren dan garantías, pero hemos
aprendido muchísimo de la lección del 66- 67, ¿quién garantiza al garante? ¿Quién
avala al avalista? Los israelíes entonces son muy escépticos respecto a los
europeos, tenemos que hacer algo al respecto. ¿Cuáles serán entonces las
condiciones necesarias para que cambie esta situación? Me temo que una catástrofe
es una posibilidad nada desdeñable. Un gran ataque terrorista, o represalias
israelíes que acaben antes o después en una catástrofe. Si la situación actual, si
este círculo vicioso de violencia sigue, ahora estamos en un periodo de relativa
calma, pero puede darse perfectamente esta tragedia, en cuyo caso supongo que la
comunidad internacional actuará. Pero hay otra posibilidad, aparte de esta. Algunos
pensarán que es descabellada, pero el problema palestino, no hay que ser como
Ben Laden o como Saddam Hussein para darse cuenta de que el problema palestino
es una fuente de conflicto enorme y de histeria en la región. Pueden ocurrir cosas
en Jordania o en Egipto. ¿Qué ocurrirá si uno de estos gobiernos cae en mano de
los fundamentalistas? No es tan descabellado, en Argelia hace no muchos años
celebraron elecciones libres y gano el Fiss. El Frente Islamista. Y esto no se puede
desdeñar como posibilidad. Cuando dicen los americanos que los palestinos quieren
elecciones libres pero que no quieren que gane Arafat están contradiciéndose, o sea
no tiene mucho sentido. Si queremos celebrar elecciones totalmente libres en una
situación de ocupación es muy problable que Jamás gane las elecciones. No es
improbable ni implausible, así que todas estas posibilidades pueden hacerse
realidad, no hay que desdeñarlas. Pueden darse muchísimas cosas que obliguen a
la comunidad internacional a intervenir.
Los israelíes también tendrían que apoyar a los europeos en un problema
que les afecta. A veces no nos damos cuenta de que el problema de Oriente Medio
también es un problema de Europa. En Francia han dejado de contar el número de
musulmanes, del Magreb y del Mashome y se ha convertido, esto, en un problema
de estabilidad. La estabilidad mediterránea es un interés estratégico de los
europeos. Así que yo veo perfectamente el interés de los europeos.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Y me encantaría que pudiesen participar o intervenir en la zona, pero antes
hay que limar las diferencias con Israel, mejorar nuestras relaciones.
Una última palabra: Nosotros los israelíes tenemos que tener mucho cuidado
con lo que los franceses llaman le Droit d’Ingérence, es decir, todo esto está
ganando terreno. En el derecho internacional, en el discurso de la comunidad
internacional, la santidad de la soberanía de los estados se atenúa a favor de los
derechos de las minorías de las nacionalidades y demás. Y esta es una tendencia
que no hay que pasar por alto, y que puede desembocar en algunos
acontecimientos de peso. Yo no creo que Sharon se lo estuviese planteando, pero
me pregunto si Sharon estaba a favor o no de los bombardeos de Kosovo. Un líder
occidental sí estaba en contra. Evidentemente es difícil imaginar un escenario
parecido. Lo que quiero decir es que si la situación se descontrola con condiciones
impredecibles, por ejemplo un mega atentado terrorista o unas represalias más allá
de la imaginación humana, y bien podría darse, yo creo que, en cualquier caso,
tendríamos que hacerlo sin que se dieran estas circunstancias porque habría que
hacer frente a este conflicto en Europa. Gracias.
Narcis Serra:
Gracias, Shlomo. Estamos ligeramente retrasados pero yo creo que
podremos recuperar después el tiempo perdido. Tenemos ahora un café y después
dispondremos de un amplio tiempo para el debate. Así que por favor, cualquiera
que quiera intervenir que me lo diga durante el café o bien ahora, antes de
empezar la siguiente sesión. Gracias.
***
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Narcis Serra:
DEBATE
Reanudamos la sesión abriendo el periodo de debate, que será el periodo de
debate final de toda esta conferencia. Me han pedido la palabra, por este orden,
Dani Yatom, Abdel-Elah AlKhatib, luego Martín Ortega, tengo anotado, y José Luis
Hierro. ¿Más peticiones de palabra? Vamos a empezar, entonces, dando la palabra
a los que la han solicitado. Tengo nueve peticiones de palabra, así que, por favor,
les ruego brevedad, ya que así tendremos tiempo, espero, de darle oportunidad al
público de hacer preguntas. Dani Yatom tiene la palabra.
Dani Yatom:
En primer lugar me gustaría agradecer a los organizadores y a los
promotores de esta iniciativa, y sobre todo a los participantes, por su paciencia, su
amabilidad. Yo, lo cierto es que he asistido a muchísimas reuniones similares, en
las que los debates se convirtieron en debates muy hostiles, la verdad, y he visto
que éste no es el caso, y espero que cunda el ejemplo.
En primer lugar, en relación con lo que ha dicho mi buen amigo Abdalá
Ragman(?), embajador de la OLP en Washington, acerca de quién es un terrorista,
quién es terrorista, bueno, la forma de definir a los terroristas es la siguiente:
grupos de personas que llevan a cabo atentados continuos y deliberados contra
inocentes y civiles, éstos son el objetivo, inocentes y civiles. Y ésta no es la forma
de actuar de las fuerzas israelíes militares. Es cierto también que en muchos casos
las operaciones del ejército israelí han tenido como resultado bajas entre la
población civil, bajas inocentes; pero estos no son nuestro objetivo, si ocurre a
veces es fruto de accidentes. Por supuesto, estos son casos que lamentamos
siempre y que no tenemos ninguna intención de daño. Lo que no acepto es que se
afirme que Israel aterroriza a la población palestina.
En segundo lugar, en lo que se refiere a los asentimientos, se ha dicho que
los asentamientos son el principal obstáculo para la paz, pero aquí los israelíes
presentes representan quizás una facción del mapa político, pero yo estoy seguro
de que los israelíes del otro partido también estarían de acuerdo en que Israel está
dispuesta a retirarse de los territorios ocupados y desmantelar los asentamientos.
Si es así, ¿por qué entonces los asentamientos siguen siendo un obstáculo para la
paz?, sigo sin entenderlo.
En cuanto a la Autoridad Palestina, es cierto que la Autoridad Palestina
perdió gran parte de sus capacidades como resultado de los acontecimientos de los
últimos dos años, pero conviene no olvidar que la Autoridad Palestina fue creada,
establecida, con el apoyo y el respaldo pleno de Israel, como parte de los Acuerdos
de Oslo. Y la Intifada no la declararon los israelíes precisamente, y lamentamos que
uno de los resultados de esta nueva Intifada es que ya no existe una Autoridad
Palestina que pueda combatir contra el terror con eficiencia. En Gaza, por lo menos,
se ha podido luchar contra el terrorismo de forma eficaz, y yo creo que éste es un
ejemplo que deberían seguir los palestinos. No creo que los palestinos estén
dispuestos a emprender una guerra civil, pero no voy a referirme a lo que
Mohammed Dahlan intentó hacer en Gaza cuando era ministro de Seguridad
Interior. Sí que hay otras formas de intentar eliminar a Hamás y a la Yihad
Islámica, incluso movilizándoles para que se incorporen al aparato de seguridad.
Así que no es cierto que cuando Israel dice que la Autoridad Palestina deba
combatir el terrorismo esto suponga un llamamiento a la guerra civil entre
palestinos, ni mucho menos.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
En lo que se refiere a lo que ha dicho mi bueno amigo Shlomo Ben-Ami, es
cierto que es un tema difícil, de difícil resolución. En los últimos años está claro que
no se ha podido resolver. Pero fíjense en lo que ha ocurrido con la opinión pública
en Israel, que tiene una influencia muy grande sobre el resultado de las elecciones,
como ocurre en cualquier Estado democrático, hace unos años era difícil encontrar
partidarios de la idea de un Estado palestino entre los israelíes; hoy en día la
mayoría de los israelíes está a favor de dicho Estado. Hace algunos años,
prácticamente nadie estaba dispuesto a hablar de la división de Jerusalén; hoy, la
mayoría de los israelíes comprenden que una solución viable [Comentario en contra
de esta afirmación.] Bueno, no la mayoría, vale; la mitad, si quiere. Bueno, el 35
por ciento, pero no es un 0 por ciento, es un avance. Antes no había ninguno,
ahora hay un 35 por ciento. Incluso el Partido Laborista, como ha dicho Dalia, no se
ha atrevido a hablar nunca de la división de Jerusalén, mientras que hoy abogan
por una solución que dice que la parte musulmana de Jerusalén pertenecerá a los
palestinos y la parte judía pertenecerá a Israel. Es cierto que en Israel hemos
intentado educar a nuestra gente para que comprendan que si se llega a un
acuerdo se alcanzará, pues, después de negociaciones arduas y haciendo
concesiones duras. Pero si la opinión pública palestina está de acuerdo con este
postulado, yo creo que estaremos más cerca de una posible solución.
Abdel-Elah Alkhatib:
Gracias, señor presidente. Se han hecho referencias diversas al acuerdo de
paz entre Israel y Jordania y el papel que ahí desempeñó la ONU. Esta mañana he
dicho que tenía que estar de acuerdo con Dani en lo que se refiere al proceso de
redacción del tratado de paz; pero no hay que olvidar que Estados Unidos abrió la
vía que lo hizo posible, firmando la Agenda jordano-israelí del Tratado de Paz en
Washington y mediante el apoyo de Washington al Tratado de Paz, que recibió
todas las garantías como garante de la Administración de Clinton. Y la redacción del
acuerdo se realizó directamente entre Israel y Jordania. Tampoco hay que olvidar el
hecho de que dos líderes históricos, uno de cada lado, aprovecharon el momento y
no desperdiciaron la espléndida oportunidad que se les presentó.
He disfrutado trabajando con Shlomo, aunque he tenido mis discrepancias y
mis diferencias con él; pero, en cualquier caso, yo agradezco su coherencia. Sólo
quiero mencionar la falta de tiempo del presidente Clinton, como se ha mencionado
antes. Yo creo que se perdió muchísimo tiempo muy valioso entre el final de las
negociaciones de Camp David y la fecha de diciembre en la que el presidente
Clinton presentó los parámetros a las partes. Repito: se perdió muy tiempo, y muy
valioso. A veces decimos que hay gente que quiere ir a la mezquita, pero cuando
llega ya está cerrada, con lo cual quedan exentos de la obligación de rezar. Este
planteamiento se aplica también al contenido de los acuerdos de Camp David. No
quiero abrir un debate sobre Camp David, todos sabemos que el señor Barak
preparó a la opinión pública de una forma extraordinaria. El señor Arafat fue reacio
a asistir a las negociaciones, por eso digo que es muy importante no perder tiempo
valioso.
La Comunidad Internacional no tiene prevista ninguna intervención. Yo
acabo de volver de Nueva York y estoy, pues, al tanto de los grandes esfuerzos que
se están haciendo en labores de pacificación, y no está dispuesta a abrir ningún
otro frente en este sentido. Yo creo que tenemos que ayudar a que la gente
colabore en la aportación o intervención internacional en colaboración con el
proceso de paz.
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Martín Ortega:
Quiero hacer un comentario breve, una pregunta a Shlomo Ben-Ami al
comentario sobre las relaciones Israel-Unión Europea. Yo creo que aquí hay una
paradoja, porque estas relaciones funcionan bastante bien en la práctica, pero no
en la teoría. Yo no creo que sea culpa de los europeos, seamos francos. Somos
conscientes de que la percepción de la Unión Europea no es muy buena en Israel,
pero tampoco en Europa hay una percepción muy positiva de Israel, tampoco. Yo
no creo que haya que concluir que los europeos están condenados en ambos casos.
Si la imagen de Europa en Israel es mala, los europeos tienen que trabajar para
mejorarla, y nosotros en Europa tenemos que hacer lo mismo, trabajar para evitar
el antisemitismo, etcétera. Yo creo que es una calle de dos sentidos, sobre todo
porque nuestras relaciones van muy bien, la verdad. Por eso digo que tenemos que
tomarnos en serio la necesidad de mejorar las respectivas percepciones en nuestras
sociedades: es responsabilidad de Europa, pero también de Israel.
Por supuesto, ustedes tienen un buen aliado en Washington, pero también lo
tienen en Europa, así que quizás puedan ustedes poner fin a esta retórica de
criticar y machacar a Europa tildándola de inútil y hacer caso omiso a cualquier
iniciativa proveniente de Europa.
Ése ha sido el comentario. La pregunta es: En su idea de una intervención
internacional, los recientes artículos publicados por usted en el International Herald
Tribune han sido bastante más claros a favor de una presencia internacional, pero
me ha parecido detectar una cierta nota de mayor pesimismo en su presentación de
esta tarde; ¿ha cambiado de opinión, cree usted que esta nueva resolución del
Consejo de Seguridad es factible, es viable? Y después, la segunda parte de la
pregunta es si esta resolución debe ser de obligatoria ejecución o bien, si las
intervención internacional es declarada como obligatoria para ambas partes, ¿qué
significa esto?, ¿la Comunidad Internacional tiene, quizás, que conceder
recompensas o sanciones a este tipo de intervención?, ¿o sencillamente es una
resolución obligatoria del Consejo de Seguridad que incorpora al mecanismo para
su propia ejecución?
Narcis Serra:
Shlomo Ben-Ami, contesta a esta pregunta brevemente, y luego pasamos a
otros temas. Entonces, Shlomo, tienes la palabra para contestar las cuestiones de
Martín Ortega.
Shlomo Ben-Ami:
Lo cierto es que son preguntas muy difíciles de responder. La primera es
más fácil. Sí que he dicho, en lo que se refiere a la Unión Europea e Israel, que es
una tarea que deben emprender conjuntamente, para ir marcando los hitos
necesarios para salvar esta brecha de confianza que hay entre ambas partes. Y
además he dicho que no hay ningún motivo real por el cual Arabia Saudí tenga que
ser más popular que Francia. Por supuesto, yo creo que se trata de un problema de
percepciones, sobre el que hay que hacer algo. Estuve hace poco en París
inaugurando con el ministro de Economía francés la Cámara de Comercio, y él
habló de la necesidad de potenciar los intercambios económicos, y estábamos de
acuerdo en que era bastante difícil incluso consolidar las relaciones económicas,
que hacía falta que estuvieran fundadas en una relación de confianza.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Antes has mencionado el proceso de Barcelona y has hablado del problema
israelí-palestino como el principal obstáculo para ese proceso. Bueno, yo he leído
muchísimo sobre el proceso de Barcelona, hay muchos europeos que no creen que
éste sea al principal problema que ha atascado el proceso de Barcelona, hay otros
muchos factores que intervienen. Como ya he dicho, el problema israelí-palestino
no facilita las cosas en absoluto, pero hay otros muchos capítulos dentro de este
proceso de Barcelona que han quedado atascados por motivos distintos. En primer
lugar, yo creo que Europa cambió de interés, digamos, del sur al este. Empezaron a
centrarse en cuestiones como la ampliación de la Unión..., en fin, cuestiones que
están en la agenda europea, pero que desde luego no incluyen el problema israelípalestino.
En cuanto al resto de preguntas. Bueno, en primer lugar haré un comentario
de carácter general.
Concluida la Guerra Fría, la gente empezó a pensar en la relación en las
relaciones internacionales con una perspectiva, digamos, nueva, fresca. El concepto
de alianzas, coaliciones, fue el resultado consiguiente, la idea de América como
primus inter pares. Bush padre empezó a luchar contra los regímenes díscolos,
empezó a hacerlo en el año 1991. Y el concepto en este nuevo mundo es que sólo
se puede movilizar y conseguir alianzas internacionales para librar una guerra, pero
no para ayudar o colaborar en la resolución de un conflicto. Y quizás éste sea uno
de los inconvenientes que tiene esta visión del mundo, en el sentido de que no hay
que crear alianzas solamente cuando tenemos que luchar contra un enemigo común
o para librar una guerra, sino que se pueden formar también para ayudar a resolver
conflictos, conflictos cuyas partes ya han demostrado hasta la saciedad que son
incapaces de resolverlos ellas solas, conflictos que además dan pie a iras, brotes de
fundamentalismo, etcétera. Pero esto, por supuesto, no es solamente el caso del
conflicto que nos ocupa.
En mi opinión, la contribución de Estados Unidos a la resolución del conflicto
palestino-israelí es una forma, quizás no la única, pero sí una forma de mejorar
algo que se está convirtiendo en un problema casi estratégico para Estados Unidos:
su posición en el mundo árabe. Pueden decirme que es un problema de
percepciones. Yo no creo que haya habido nunca un estadista que haya hecho más
en pro de la resolución de problema palestino como Clinton, a pesar de lo cual se
dice que Estados Unidos no ha hecho lo suficiente para resolver el problema, y
probablemente se deba al comportamiento de Bush.
Yo creo que es importante introducir una forma más..., no tan firme o tan
fuerte de realizar alianzas, no para librar guerras, sino para ayudar a colaborar a
resolver o llegar a cabo procesos.
Yo estoy a favor de una solución que combine la “Hoja de ruta”, con sus
cláusulas obligatorias, y los parámetros de Clinton, y que se convierta en base de
negociación para las partes. No hay que olvidar que en la “Hoja de ruta” hay algo
que va más allá de los parámetros de Clinton. La propuesta de paz saudí también
forma parte de esa propuesta, aunque no deja de ser una propuesta bastante vaga
o poco concreta, los parámetros de Clinton son mucho más precisos. Por eso digo
que la comunidad internacional tendrá una versión de lo que es aceptado
internacionalmente como la interpretación de la 242, porque la 242 puede ser
todavía hoy una herramienta que nos lleva a la solución, porque está abierta a
diferentes interpretaciones. Los israelíes piensan que en el partido de la derecha, el
señor Sard(?), pues dirán que la 242 ya se ejecutó cuando nos retiramos del Sinaí y
con eso basta, mientras que hay otros en el Partido Laborista que te dirán otra
cosa. Por cierto, cuando llegamos a Camp David, el asesor jurídico, el fiscal general
del Gobierno, dijo que la 242 no significa la retirada de los territorios. Y ésa es la
base sobre la que tenemos que trabajar: una interpretación aceptada
internacionalmente de lo que significa la 242. Y yo creo que la combinación de la
“Hoja de ruta” con los parámetros de Clinton cumpliría este cometido.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Narcis Serra:
Muy bien, Mohammed Dahlan.
Mohammed Dahlan:
¿Puedo hablar en hebreo? No. Hablaré en árabe.
La pregunta del señor Ortega sobre si la Autoridad Palestina tiene voluntad
de defenderse del terrorismo, puedo decir claramente que sí. Antes, o cuando
estábamos en el Gobierno que presidía el señor Abu Mazen, o el en futuro. Ésta es
una línea política y una convicción de la Autoridad Palestina. Pero la pregunta debe
de ser cómo y cuándo y cuáles son las circunstancias que permitan a la Autoridad
Palestina que tenga éxito cuando los aviones sobrevuelan sobre los oficiales de la
seguridad palestina que están encargados de combatir a Hamás y a Yihad. No
puede, si continúa Israel en la destrucción de la sede de la Autoridad, que su
número, más de sesenta, para la estación de seguridad, que ha sido destruida en
su totalidad, al cien por cien casi. Y no quiero entrar en detalles, pero creo que si
hay condiciones para empezar esta actividad mutua entre nosotros y los israelíes
durante la esta de Abu Mazen como primer ministro, él asesinó al primer ministro
israelí Ariel Sharon, no quiero entrar en detalles, no espero que no asesinen al
Gobierno de Abu Ala para que siga la esperanza abierta. Pero la explotación del
nombre de Arafat como pretexto siempre, el presidente es acusado siempre por
Israel, pero eso es injusto y, segundo, no es una solución. Porque cuando vino Abu
Mazen, el primer día que se le entrega el poder Israel asesinó a diecisiete palestino.
Y en el momento del primer encuentro del Gobierno palestino, Israel destruyó un
edificio completo en Nablus. Y aquí no quiero comentar mucho sobre lo que dijo el
señor Atton ---(?), amigo antiguo, pero quiero corregir algunas cifras.
Yo estoy seguro de que no hay intención de matar a inocentes palestinos,
pero el resultado es todo lo contrario: se asesina a inocentes palestinos de forma
diaria. Yo creo que el piloto israelí no pretendió matar a diecisiete o dieciocho
palestinos cuando intentaron matar a Salahs---(?), el dirigente de Hamás, pero, al
fin y al cabo, asesinaron a dieciocho palestinos.
Y quiero volver a las cifras. Durante la Intifada mataron a dos mil trescientos
palestinos. Ochenta y dos son los que son solicitados por ----, tal como lo dice ---
(?), y el resto son inocentes. Yo no voy a utilizar nuestros números, sino que utilizo
números israelíes, cifras israelíes: sólo 82 de los 2.300 son los que han sido
solicitados, hay 800 niños menores de 16 años, también otros fueron asesinados,
que Israel algunas veces lamenta, otras veces se olvida de lamentar la muerte de
estos palestinos, porque el asesinato es asesinato, no hay diferencia entre que
muera asesinado un inocente en los campos de refugiados de Gaza o en las
operaciones que llevan a cabo Hamás y Yihad en las calles de Tel-Aviv, la sangre no
se puede distinguir. Por ello nosotros hemos intentado, la Autoridad Palestina,
poner solución a ello, pero no nos dieron la oportunidad en los cuatro meses que
tuvimos del gobierno de Abu Mazen.
Sin embargo, la posibilidad de si puede la Autoridad combatir el terrorismo
en estas circunstancias, yo creo que es no es real en absoluto. Y no quiero añadir
más de lo que dijo el señor Shlomo Ben-Ami con respecto a la actuación o poner un
programa para luchar contra el terrorismo dentro de un marco general, una acción
mutua de Palestina e Israel, que no se aísle la lucha contra el terrorismo de una
visión política de compromiso claro de ambas partes.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Y yo también a veces digo que pido una sola paz sobre el ---(?), y dicen
algunos colegas que Israel dice que ha aceptado la “Hoja de ruta”, pero Israel hasta
hoy día no reconoce la “Hoja de ruta”, el gobierno de Israel, claro. En el discurso
que hizo Sharon en Aqaba no habló nada de la “Hoja de ruta” en un reconocimiento
directo de la “Hoja de ruta”, sino que reconoció catorce condiciones que impuso,
catorce condiciones. Cuando nos sentamos con Israel en las negociaciones, cuando
nos sentamos con los sentamos con los israelíes se convierten en 140 condiciones.
Esta es la “Hoja de ruta”. Por esto tengo la esperanza de que no volvamos al
pasado, que nos domine, tenemos que valorar las cosas con realismo, con deseo de
llegar a un acuerdo.
Y el último punto que quiero comentar con mi amigo el embajador Yndyk, es
el protectorado. Es una idea que puede discutirse, que merece la pena discutirse,
pero lo que no se puede discutir es que esta idea sea parecida, muy similar a la ---
(?), porque eso es inaceptable. Gracias.
Narcis Serra:
Ahora la palabra de José Luis Herrero.
José Luis Herrero:
Muchas gracias. Me ha gustado mucho el comentario del señor Khatib hoy,
me parece valioso lo que hemos realizado estos últimos dos días, porque la
cuestión de la intervención internacional, según él, nunca se debate, porque todo el
mundo sabe –según él- que nunca se va a dar, y por tanto no vale la pena
debatirla. Estoy muy contento de haber podido crear un espacio para debatir esta
posibilidad aunque nunca se convierta en realidad, puesto que siempre vale discutir
opciones políticas. Es como la economía, aunque siga creciendo, es mucho mejor
que sigamos debatiendo y perfeccionando nuestras políticas económicas.
Segundo comentario. Yo no conozco demasiado la región, pero sí puedo
haceros observaciones. Me doy cuenta de que siempre es la población que sufre el
conflicto la que piensa que su conflicto es especial, diferente a los demás y,
evidentemente, la historia de cada de los pueblos del mundo ha seguido su propio
curso, pero siempre hay similitudes y podemos presentar ciertas referencias.
Planteémonos, por ejemplo, el caso de los serbios, cuyos símbolos de identidad
están en zona albanesa. Mucho peor todavía que el muro, ¿no?, y las mezquitas de
Jerusalén. ¿Y qué pasa con los tutsis? Que creen que tenían que invadir la mitad del
país vecino para garantizar o protegerse contra un eventual genocidio. No creo,
entonces, que la situación palestina sea necesariamente ni la más compleja ni la
peor.
Me ha pedido alguien que intente resumir el contenido de nuestros debates
de estas dos jornadas. Voy a intentar hacerlo de forma extremadamente simplista,
para que de alguna forma lleguemos a un entendimiento común. Voy a ser muy
simplista en mis comentarios, por favor, no se sienta ninguno de ustedes ofendido
por mi esfuerzo de resumen.
En la primera sesión hemos pasado revista a las experiencias del pasado.
Ian Martin y Bernard Kouchner nos explicaron experiencias de éxito, experiencias
que funcionaron, aunque también enumeraron las experiencias fallidas y ejercicios
que han funcionado en otros lugares. Luego tomaron la palabra dos académicos.
Uno nos dijo que la intervención internacional le produce un gran escepticismo en
cuanto a su utilidad futura y justificó esta afirmación refiriéndose a la política
exterior norteamericana. Luego oímos otro tipo de opiniones, una lista muy bien
elaborada por Canadá, que nos indica cuándo intervendría Canadá.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Y también hemos oído conceptos que han presentado otros expertos
internacionales. El señor Moratinos, por su parte, nos dijo que no pensaba que la
práctica tradicional de las Naciones Unidas fuese aplicable en esta región, una
resolución de las Naciones Unidas que diera lugar a una misión en gran escala en
Palestina, una intervención a gran escala. Sin embargo, él sí contemplaba la
posibilidad de ciertos elementos de estas misiones que podrían aplicarse en la
región, en Palestina, y su actitud era muy positiva al respecto.
Luego oímos a los representantes de los partidos. Yo creo que ésta no es la
primera vez que intercambian ustedes estas opiniones e ideas. Yo no creo que sea
inútil nunca realizar estos intercambios, aunque sólo sea en aras de la
comunicación y el diálogo, no crea que ésta sea una experiencia nueva. Voy a
intentar resumir las posturas que se oyeron en esta sesión.
Los palestinos parece que están a favor de una intervención internacional,
que les gustaría que fuese una solución aceptada por ellos, no impuesta. Sin
embargo, su actitud general parece ser muy positiva y abierta a esta posibilidad de
una intervención internacional, incluso un interviniente entró en más detalles, los
componentes deseables de esta presencia internacional. Creo que vale la pena
repetirlos a modo de conclusión: una presencia internacional que les ayude a
reconstruir las infraestructuras, a desarrollar sus instituciones, y a establecer un
mecanismo de coordinación de donantes o fondo de desarrollo, contribuir a
organizar y a verificar las elecciones, prestar ayuda para la construcción de un
poder judicial independiente, facilitación e intermediación para una solución
definitiva y también una cierta ayuda en el problema de los refugiados, lo que yo
supongo también está vinculado con una ayuda en la cuestión de los
asentamientos. Yo añadía por mi parte que la desmovilización, la disminución de la
capacidad de las organizaciones terroristas es realmente una de las mayores
prioridades. Quizás la comunidad internacional podría prestar aquí una gran ayuda.
Por último, la demarcación de fronteras y quizás un control provisional de las
mismas en manos de esta fuerza internacional.
Éste es el resumen muy simplista, simplificado, de lo que han dicho los
palestinos.
En cuanto a los israelíes, hemos oído varias perspectivas distintas. Israel es
menos positivo, en cierta medida, a la intervención internacional, adopte la forma
que adopte ésta. Los israelíes siempre aceptan en la aceptación, en que no se debe
imponer nada en absoluto, Israel siempre tiene que aceptar la solución. Luego, los
laboristas..., por cierto, se me ha olvidado decir que todos somos conscientes, la
gente que está aquí hoy somos conscientes de que no hay una representación
proporcional de la realidad ni de Israel, ni de Estados Unidos, de la comunidad
global. Somos todos conscientes de que algunas visiones están aquí
sobrerepresentadas en comparación con la realidad política de la actualidad. Pero
me parece que, en general, los laboristas están más dispuestos a analizar las
posibilidades de una intervención internacional, aunque para ella exigirían una
aceptación explícita de ambas partes. En cuanto al Gobierno, me parece que está
mucho menos dispuesto a aceptar una intervención internacional basándose en el
hecho o en la opinión de que nunca podría fin al terrorismo, que una presencia
internacional nunca puede hacer los deberes de los palestinos y que además no hay
un interlocutor fiable.
Con esto concluyo mi aburridísimo resumen, espero que nadie se sienta
malinterpretado y por lo menos tenemos una serie de conclusiones que podemos
debatir. Muchísimas gracias.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Narcis Serra:
Ahora le toca al embajador israelí. Por cierto, que si alguien quiere tomar la
palabra para referirse a lo que acaba de decir José Luis Herrero, ahora es el
momento de hacerlo. Le doy entonces la palabra a Pini Meidan y Michael Elliot.
Pini Meidan:
Voy a intentar hacer comentarios muy breves. En primer lugar, estoy
totalmente de acuerdo con la necesidad de contar con parámetros acordados,
consensuados, para la solución definitiva, como ha dicho Shlomo, antes de que
intervenga ningún tercero en este conflicto. Sin embargo, suponiendo que
conseguimos acordar algunos parámetros por consenso, me parece que sigue
existiendo un obstáculo: un régimen que reconoce su incapacidad de hacer lo que
tiene que hacer, un régimen que somete su autoridad o que deja su autoridad en
manos de un tercero, parte de su autoridad, aunque sea por un periodo limitado de
tiempo, esto es el protectorado.
Suponiendo que llegamos a estos parámetros, acordamos una serie de
parámetros, entonces ya tenemos un marco viable para la intervención
internacional, para que la sociedad palestina realice reformas auténticas y
construya un liderazgo creíble, y no reformas a medias. Así que aunque lleguemos
a un acuerdo claro sobre estos parámetros, la situación seguirá siendo difícil y
tenemos un larguísimo camino que recorrer.
Un breve comentario para Dahlan. Tendemos a olvidar que en las primeras
fases de la “Hoja de ruta” se habla de la reunificación de todas las fuerzas del
aparato de seguridad palestino, no tiene esto nada que ver con Sharon. Lo siento,
pero es así. Se trata de un debate interno y forma parte además de las reformas de
un régimen que tiene que reformarse para ser capaz de hacer lo que tiene que
hacer. Israel no ha desmantelado los asentamientos conforme a la “Hoja de ruta”,
pero la Autoridad Palestina o el nuevo gobierno de Abu Mazen, que ha expresado
muy buenas intenciones, no basta, puesto que no han cumplido lo que tenían que
cumplir. Yo creo que si no se cumple esta reunificación de fuerzas de seguridad
bajo un único paraguas, nunca llegaremos a ningún sitio.
Hemos visto ya desde fuera cuáles son los resultados del Gobierno de Abu
Ala, que son incluso peores que antes, ya que el poder, el control sobre el aparato
de seguridad, en vez de ponerse bajo el paraguas del ministro de Interior del nuevo
gobierno palestino, resulta que volvió a las manos del presidente. Por cierto, que no
debiéramos olvidar que parte de los activistas del aparto de seguridad palestino
participaron en actos terroristas, no todos, pero parte de ellos, algunos sí han
participado en actos terroristas. Así que, a mí no me gusta esta reacción israelí,
pero tiene que ser defensa propia. Muchas gracias.
Narcis Serra:
Muchas gracias. Ahora le doy la palabra al embajador.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
Michael Elliott:
Muchísimas gracias, señor presidente. Quisiera referirme a lo que parece
ser mi tema favorito las relaciones entre Israel y Europa en relación con el triángulo
que ha mencionado Shlomo: Israel, Estados Unidos y Europa.
Muy brevemente, me gustaría expresar mi desacuerdo con Shlomo, y digo
mi ligero desacuerdo porque Shlomo fue mi jefe, y quién sabe si lo será en el
futuro. Estoy de acuerdo en que, a fin de cuentas, más tarde o más temprano, para
la solución definitiva hay muy pocas diferencias entre Estados Unidos y Europa.
Ahora bien, esto, a largo plazo. Pero en lo que se refiere a la vida diaria, en las
relaciones entre nosotros y Europa y en las relaciones entre nosotros y Estados
Unidos hay enormes diferencias, que se inclinan, desde nuestro punto de vista, a
favor de Estados Unidos. Muy brevemente, yo diría que la cuestión del terrorismo
es absolutamente distinta desde la perspectiva de Washington, Estados Unidos,
después del 11 de septiembre, por supuesto, que desde la perspectiva de la Unión
Europea. Y evidentemente, esto da lugar a una serie de diferencias muy profundas.
Por ejemplo, Hamás, Hizbolá. Los americanos no tienen problema en incluirlos en la
lista de terroristas, mientras que Europa tardó muchísimo en incluir a Hamás en la
lista de los grupos terrorista, y Hizbolá todavía no está en la lista.
Quiero decir algo también sobre Arafat. Estados Unidos, como nosotros,
tiende a considerar Arafat como parte del problema, no como parte de la solución,
cosa que no hacen los europeos. Bueno, no hay diferencias en la Unión Europea con
respecto a Arafat y, sin embargo, en la vida diaria hay enormes diferencias, que el
señor Ortega desgraciadamente, digo desgraciadamente porque llevo en el campo
de las relaciones europeas muchísimo tiempo, las relaciones entre Israel y Europa
no son todo lo buenas que tendrían que ser.
En tercer lugar, cuando hablamos de las Naciones Unidas, del Consejo de
Seguridad, resoluciones anti-israelíes, tenemos a los Estados Unidos para ejercer su
veto. Europa, en términos generales, una y otra vez vota contra Israel, una
situación que se traduce en relaciones extremadamente difíciles y conflictivas entre
Israel y Europa. Hablamos más bien de la posibilidad de una solución internacional
para Palestina, por tanto, Siria e Irán son también dos países que se ven muy
distintos desde Washington que desde una capital europea. Vuelvo a decirlo,
tenemos un grave problema de imagen en Europa los israelíes; pero, como se ha
oído anteriormente, Europa también tiene un serio problema de imagen en Israel.
Pero este problema no lo tenemos en Estados Unidos. Los medios de comunicación
en Estados Unidos nos tratan, según como lo vemos, de una forma mucho más
objetiva y justa. Por tanto, creo que hay que trabajar muchísimo. A lo mejor a
FRIDE en el futuro le apetezca abordar este tema de las relaciones entre Israel y
Europa y organizar una reunión al respecto.
Narcis Serra:
Muchas gracias, señor Embajador. Ahora el embajador de la Autoridad
Palestina en Washington.
Embajador de la Autoridad Palestina en Washington:
Después de oír a mis queridos amigos, me acuerdo de la historia esa del
niño que mata a sus padres y luego pide misericordia porque es un huérfano.
Lo que vemos aquí es que los israelíes se quejan de la imagen que tiene
parte del mundo de la descripción que se hace en otras partes del mundo de sus
acciones contra los palestinos.
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
No hay ningún país europeo que no reconozca el derecho que tiene Israel a
vivir en paz y seguridad, se trata únicamente de reconocer asimismo el derecho de
los palestinos de vivir en paz y en seguridad. Y esto parece molestar a los israelíes.
Si uno no es al cien por cien proisraelí, pues ya directamente le llaman antisemita;
y si uno es judío, entonces se le llama “un judío que se odia a sí mismo” si no está
al cien por cien a favor de Israel. Es una situación la que tenemos en la que la
comunidad internacional describe exactamente lo que le está pasando al pueblo
palestino, y esto molesta a los israelíes. Yo, por mi parte, leí en los periódicos
norteamericanos, no en Le Monde, ni en El País, ni en La Repubblica, sino en el
Washington Post, (…) los puntos de control en los propios hogares palestinos, lo
que hacen los colonos contra los palestinos. Por fin esta información llega a la
opinión pública europea. Y en vez de rebelarse contra la oscuridad, hay que
encender la luz; en vez de enfadarse con la gente por dar una imagen fidedigna de
lo que ocurre con el pueblo palestino, lo que hay que hacer es conseguir la paz,
porque, a fin de cuentas, como ya hemos oído una y otra vez, somos nosotros,
ustedes y nosotros, los únicos que podemos conseguir la paz. Y si no sienten
ustedes compasión por la angustia y el dolor que siente el pueblo palestino, están
ustedes creando una mala imagen pública, están ustedes haciendo que el público
sea hostil, redunda en sus propios intereses y en los nuestros, nos ayudará a
nosotros y a ustedes, ayudarán también a todas las personas que trabaja
denodadamente por la paz para aliviar el dolor de los palestinos no intentando
inventar excusas ni pretextos para los asesinatos, y el dolor de los palestinos no va
a ayudarles ni a ustedes ni a nosotros.
Estoy seguro de que son sinceros en sus deseos de llegar a una solución
pacífica para la región, y nosotros también somos sinceros, queremos la paz, no
dudamos de su sensibilidad, estamos seguros de que ustedes no dudan de la
nuestra, tenemos experiencia suficiente que demuestra nuestra seriedad en este
empero, pero, créanme, es muy contraproducente en cualquier momento pasar por
alto el dolor de los 3.200.000 palestinos en Cisjordania y Gaza que viven sitiados,
en una situación de sitio. Todos sabemos cómo viven los palestinos en Cisjordania,
y este tema no se puede tratar de forma ligera, porque estamos hablando de seres
humanos, de niños, de personas humilladas, que mueren de hambre, cuando
tenemos un 50 por ciento de paro en Cisjordania. Se ha dicho antes que la política
exterior para este primer ministro o ministro inglés era comprar un billete de tren
en la Estación Victoria e ir a cualquier lugar del Reino Unido. Para un palestino es
simplemente la calle sin perder la vida o sin sufrir un percance, éste es el dolor del
pueblo palestino. Aunque yo vivo en Washington, siempre que tengo la
oportunidad, mi pueblo está a cuatro kilómetros de Ramala y a mí me lleva seis
horas viajar esa distancia, en el año 2001 tuve que montarme en un burro para ir
de Ramala a Suda(?), mi pueblo. Estamos hablando de setenta mil palestinos que
diariamente tienen que pasar por esta agónica experiencia, me parece que esto no
genera para nada el tipo de buena voluntad entre el pueblo palestino, que ambos
necesitamos para hacer avances y progresos en este proceso de paz.
A mí me han impresionado muy agradablemente las palabras de Dani Yatom
hoy, cuando dijo que los israelíes tendrán que aceptar las fronteras de 1967 con
pequeñas modificaciones por ambas partes. Él no dijo por ambas partes, pero luego
hablé con él fuera, en el pasillo, y me dijo “claro, modificaciones presentadas a
ambos lados del muro”. Me ha encantado oír a mi querido amigo Shlomo Ben-Ami.
Y si ésta es la actitud de los israelíes, evidentemente este tipo de actitud va a
contribuir muchísimo a disipar el escepticismo de los palestinos. El problema no es
la intervención o no intervención internacional, el problema es lo que vamos a
negociar. Sí, por supuesto, no se han oído los comentarios, y yo, aunque no soy el
más veterano de mis colegas aquí, estoy con ministros, en nombre de mi pueblo
digo que los palestinos aceptan las fronteras de 1967 con pequeñas modificaciones
planteadas por ambas partes de forma equitativa.
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Tiene que haber una solución también para el problema de los refugiados,
una solución negociada y consensuada al problema de los refugiados. ¿Reconoce
usted la existencia de este problema, o no, del problema de los refugiados? ¿Es
necesario resolverlo, o no? Hace falta resolver el problema de los refugiados si es
que queremos llegar a una paz permanente y estable con el pueblo palestino.
Tienen ustedes que reconocer este problema, y yo creo que la mayor parte de los
israelíes reconocen la existencia de este problema y la necesidad de que se
resuelva. No hemos dicho todavía cómo resolverlo, lo que hemos dicho es que hace
falta una solución justa y acordada al problema de los refugiados.
Si salimos hoy de aquí con algún tipo de afirmación o declaración que
reconozca que la paz entre los palestinos y los israelíes puede basarse en estos
parámetros, señor Shlomo, yo no creo que usted tenga nada en contra, las
fronteras de 1967 con pequeñas modificaciones por ambas partes, y una solución
justa y acordada entre nosotros dos del problema de los refugiados, me parece que
ya habremos contribuido muchísimo a la paz. Yo creo que ésta es la principal
aportación que puede hacer este grupo para hacer algún avance en el proceso de
paz, para acercarnos más a la paz.
Narcis Serra:
Dani, ¿qué condiciones plantearías tú? Tienes que ser muy breve.
Dani Yatom:
Bueno, me temía que el debate se centraría con demasiada profundidad en
otros temas, pero, como dije anteriormente, es natural. Quisiera recalcar un par de
cosas únicamente.
En primer lugar, la mayor parte de lo israelíes están a favor del cese de la
ocupación. El primer ministro israelí dijo ocupación, ¿por qué no voy a decir yo la
misma palabra? Así que decimos alto y claro que la mayor parte de los israelíes
están a favor del cese.
En segundo lugar, sabemos que el pueblo palestino sufre, pero también
sabemos -y espero que los palestinos también lo entiendan- que los israelíes
también sufren, también hay sufrimiento en el pueblo israelí. Mi amigo Mohammed
Dahlan(?) ha descrito la situación, una situación terrible. Parece que un niño
palestino no puede cruzar la calle. Bueno, déjenme decirles, también es casi
imposible para un niño israelí cruzar la calle, porque los autobuses explotan
[COMENTARIOS] No, déjeme acabar, por favor.
Narcis Serra:
Tiene usted que pedir usted la palabra, porque yo soy inflexible como
moderador. Puede usted tomar la palabra siempre y cuando la pida.
Dani Yatom:
No es mi intención limitarnos a echarnos la culpa el uno al otro, lo que digo
es: vamos a reanudar las conversaciones sin ninguna condición previa, lo que dijo
Abu Ala. Abu Ala dijo que para reunirse con Sharon su requisito previo es que se
detenga la construcción del muro. Hablemos sin condiciones previas. No me parece
que esta condición indique una voluntad de abordar adecuadamente este problema.
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Israel ha de aceptar dos principios y los palestinos también debieran aceptar
los principios, es un paquete indivisible, no se puede decir “vale, para los palestinos
sí, pero para los israelíes no”. Si hay condiciones, hay condiciones para ambas
partes.
Yo digo que en primer lugar hay que aceptar a Israel como patria de los
judíos, es decir, no hay derecho de retorno de ningún refugiado palestino a Israel.
En segundo lugar, hay que aceptar la necesidad de que el pueblo palestino participe
activamente en la lucha contra el terrorismo. Una vez que se den estas condiciones,
estoy dispuesto a hablar con ustedes de todo. Muchas gracias.
Narcis Serra:
Y ahora recuperamos el orden inicial de las personas que han pedido la
palabra. Usted primero y luego Jonathan Parrish(?).
Nomi Bar-Yaacov:
Llevo años esperando, no quiero echarle la culpa a nadie ni hablar de la
solución definitiva, quiero volver al tema principal de esta conferencia, al papel de
un tercero para una solución definitiva para este conflicto. En el resumen breve de
José Luis me parece que se ve que este debate ha sido bastante fructífero. Ha
habido una cierta confusión en la terminología, no sabemos si hablamos de
intervención, participación o interferencia internacional, se han utilizado varios
términos, y parece que había una cierta falta de claridad en cuanto al tipo de
presencia que se desplegaría en la región. Creo que tendríamos que centrarnos
tanto en los plazos como en la composición y el mandato de esta fuerza
internacional. Se han planteado muchas ideas, que flotan en el aire sin demasiada
precisión. Quisiera arrojar alguna luz sobre una solución más práctica.
La tarea más urgente para la comunidad internacional es intentar ayudar a
las partes a llegar a un alto el fuego, no unilateral, que puede que una parte acepte
y la otra no se sabe, sino que la comunidad internacional ha de intentar facilitar un
alto el fuego genuino, auténtico y eficaz, y adoptar, después de llegar a un acuerdo,
un papel activo en la verificación de este alto el fuego. Sé que han empezado
conversaciones en El Cairo. Sea cual sea el resultado de estas conversaciones, creo
que han de seguirse y ampliarse. En mi opinión, también la comunidad
internacional debe apoyar más los derechos israelíes de lo que está haciendo ahora.
Uno de los problemas con la Unión Europea (y por favor no se sientan ofendidos si
representan aquí a la Unión Europea) es que tienden a dirigirse más a la izquierda
que a la derecha. Ciertos miembros de la derecha israelí, sobre todo el ministro de
Defensa, no se sienten responsables de nada, puesto que nadie se dirige a ellos en
la comunidad internacional, piensan que nada más tienen que responder frente al
primer ministro, y es mucho más fácil responder únicamente al primer ministro que
a alguien en Washington o a un alto cargo en Europa. Así que, estos son los dos
ámbitos que yo quiero perfilar y donde tenemos que centrarnos con más ímpetu.
Ya ha habido internacionalización, ya hay una presencia en la región de
terceros, ya se ha hablado de todas las experiencias anteriores, los éxitos de la
comunidad internacional, incluido el de la Unión Europea en Palestina, junto con la
Unión Europea y la coordinación de donantes, las elecciones. Yo creo que también
se están realizando tareas sobre el terreno extremadamente útiles para preparar
las elecciones, grupos especiales, la constitución de un poder judicial
independiente.
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Esto no es papel para una misión internacional únicamente en el futuro,
tenemos que aprovechar los elementos ya existentes, simplemente mejorando la
coherencia y la coordinación de muchos esfuerzos dispersos que ya se están
realizando sobre el terreno, no tenemos que volver a inventar la rueda.
En mi opinión, en un contexto como éste, tenemos que distinguir entre lo
que ocurre en el presente, en esta fase de gestión del conflicto. No pensamos
ninguno que, evidentemente, antes de las próximas elecciones presidenciales
norteamericanas se llegue a una solución satisfactoria. Y luego tendríamos ya que
planificar de forma más seria y más amplia una presencia internacional a gran
escala en las líneas que aquí se han propuesto, puesto que más tarde o más
temprano estoy segura de que será necesaria una presencia mucho más firme y
amplia de la comunidad internacional.
Habiendo dicho esto, yo creo que los debates que hemos celebrado estos
días han sido extremadamente productivos y fructíferos y a todos nos han
satisfecho mucho.
Jonatan Parrish(?):
Solamente quiero agradecer a José Luis el esfuerzo de organización que ha
hecho José Luis, como alguien que ha participado en la organización de muchos
encuentros, lo difícil que es.
Cuando yo llegué a la mayoría de edad había otros planes sobre la mesa, y
yo creo que es importante que nos tomemos en serio la distinción que ha hecho el
señor Shlomo Ben-Ami entre entonces y ahora. Ahora estamos hablando de la
ejecución de parámetros que ya se han acordado.
La segunda cuestión que quería mencionar es que yo estoy de acuerdo con
un intento de intervención internacional, no porque yo crea que vaya a funcionar
conforme a lo previsto, pero quién sabe lo que puede ocurrir mientras tanto, quizás
algunos de los resultados puedan fomentar una mayor cooperación entre ambas
partes.
En segundo lugar, como dije ayer, hay que ser conscientes de que desde el
punto de vista de Estados Unidos su preocupación principal es Irak, y hay que
comprender que el resultado de la intervención de Estados Unidos en Irak tendrá
una influencia muy importante sobre lo que estén dispuestos a hacer en Israel y
Palestina. Así que mantengámonos al tanto de lo que ocurre en Irak, a ver que
ocurre con la transmisión, la transferencia de poderes el próximo verano. Quizá los
americanos aprendan algo que les ayude a ser un poco más sabios a la hora de
abordar la situación en Israel y Palestina.
Por último, yo creo que es cada vez menos probable que de aquí a dentro de
un año George Bush sea reelegido. No estoy a favor ni en contra, sencillamente
digo lo que creo, no creo que sea reelegido. Eso no significa que vaya a haber el
mismo equipo disfuncional que hay actualmente a cargo de la política en Oriente
Medio, hay que mirar hacia el futuro. Lo que yo considero como problemático es
que el Departamento de Defensa no está dispuesto a tocar el problema israelípalestino,
es una cuestión para el Departamento de Estado. Yo creo que en la
próxima presidencia habrá una emigración de personajes clave del Ministerio de
Defensa y del gabinete de Chenney al Departamento de Estado, con lo cual habrá
más gente con talento dedicada a la resolución del problema de Israel y Palestina, y
todo eso es para bien.
Dicho esto, muchísimas gracias, José Luis y Shlomo, por haberme
invitado, creo que esta conferencia ha sido muy productiva.
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XXX:
Gracias. Quiero hacer un comentario o dos. En primer lugar sobre la valla, el
muro. Cuando oigo al representante palestino hablar del trazado del muro, de la
valla, entiendo que el precio que piden por la construcción de esta valla es el precio
de tres años más de terror. La iniciativa de construir un muro a lo largo de la
frontera, en cierta forma prejuzga el resultado de la negociación. Nuestro objetivo
es afianzar la seguridad de los ciudadanos de poblaciones israelíes. Por supuesto,
no es una cuestión de frontera política. Cuando nos retiramos de Líbano vimos que
ésa era una cuestión diferente, pero sí que es cierto que en algunos casos a veces
levantamos la valla unos metros nada más. Se puede derribar una valla si hay otra
solución política, por supuesto, pero la valla lo que está haciendo es reducir las
oportunidades de terrorismo palestino, y al mismo tiempo impide la posibilidad de
una escalada terrorista. Porque si se previenen los atentados terroristas no hay
oportunidad de devolver el golpe y se impide que se entre en esa espiral de
violencia. Lo que es importante es entender es que es importante tener en cuenta
que la valla, la propiedad, la tierra, todas estas cosas son reversibles, pero la
pérdida de vidas humanas es irreversible. Y durante más de tres años la Autoridad
Palestina no solamente fracasó en impedir el terrorismo, sino que contribuyó a él, y
yo creo que eso es lo último que debe hacer un Estado soberano. Por eso digo que
no estamos dispuestos a detener la construcción de la valla a no ser que haya un
buen motivo, cuando hablo de un buen motivo me refiero a las condiciones
impuestas por los palestinos para entrar en conversaciones, que me parecen
inaceptables. Yo creo que Abu Ala ha afrontado la posibilidad de volver a una vía
bilateral. Yo sé por lo que lo hace, para poder establecer una serie de requisitos
previos y así reforzar su poder en la opinión pública palestina o el poder político,
aunque el resultado podría ser empujar a Israel hacia una vía unilateral, y yo creo
que la mayoría de los israelíes piensan que la vía bilateral es la mejor.
El representante de la OLP en Washington y el señor Dahlan han hablado de
las bajas, las muertes palestinas, y desde luego siempre son de lamentar las bajas
inocentes, sin duda, pero los terroristas y la Autoridad Palestina son responsables
de los muertos en ambos lados, porque los terroristas se ocultan entre la población
civil y cuando no se arresta a estos terroristas de Hamás ponen en peligro la
seguridad de sus vecinos. Y eso lo saben perfectamente. Así que no vengan aquí a
llorar a los hombros de los europeos, cuando no están haciendo lo mínimo que
deben para proteger a su pueblo, y no incluyo aquí a mi pueblo porque no tengo
ninguna ilusión al respecto, por supuesto. Cuando hablamos de terrorismo de las
organizaciones islámicas, sabemos que la mayoría de los atentados terroristas son
cometidos por la OLP, por Al-Fatah y El-Aqs(?), financiados por la Autoridad
Palestina. Es decir, no vienen aquí, no abordan esta cuestión con las manos limpias,
por los motivos que he descrito.
Por último, en lo que se refiere a la intervención de una tercera parte,
recomiendo que lean el libro, mejor dicho, un capítulo del último libro de Kissinger,
que habla de si necesita realmente Estados Unidos una política exterior en relación
con la cuestión de Israel y Palestina. Y el presidente Clinton demostró estar más
dispuesto a llegar a un acuerdo que las otras dos partes. No solamente no se llegó
a un acuerdo, sino que además se daño a la superpotencia, a Estados Unidos, y su
posición estratégica en la región.
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Narcis Serra:
Le voy a dar la palabra a la última persona que la ha pedido, el señor Martin
Yndyk, y después le daré la palabra a los miembros de la mesa para que
intervengan durante un minuto, y después Diego Hidalgo procederá a la conclusión.
Martin Yndyk:
Gracias, Narcis. Creo que la discusión en esta última media hora se ha
ceñido más bien a una realidad bastante más genuina que de lo que hemos estado
hablando en los últimos dos días. Hemos estado hablando del papel de una tercera
parte en el conflicto. Lo que ha demostrado la Intifada, creo, y además muy
claramente, es que si no se interviene, si no se hace nada, los israelíes y los
palestinos son incapaces, sencillamente incapaces de salir por sí mismos de esta
crisis. Si alguien piensa que se va a conseguir un alto el fuego y después un avance
de la “Hoja de ruta” solamente por intervención de las dos partes, pues están
soñando. Referirse a las elecciones previas de Abu Ala, como han hecho aquí
algunos compañeros, ilustra las dificultades que tendría este planteamiento. Yo
creo que es una cuestión, como ha dicho Pini, de capacidad, en el sentido de que
por una parte los partidos parecen no poder ser capaces de salir de esta crisis sin
ayuda externa, y por otra parte hay una asimetría fundamental. Sea quien sea a
quien echemos la culpa, Ghassan me ha dicho que es injusto que yo acuse a los
palestinos. No los he acusado, sencillamente ha hablado de la situación real que
existe, una asimetría: Israel puede detener las operaciones de su ejército, y así lo
ha hecho en varios casos, la Autoridad Palestina no puede ordenar ni tiene la
capacidad para hacerlo, ni siquiera Abu Mazen pudo poner freno al terrorismo de
Hamás o de las brigadas de Al-Aqsa. Y ésa es una realidad que no creo que puedan
cambiar los palestinos por sí solos y es ago que la comunidad internacional también
tiene que abordar. Y por eso, intentando hacer frente a este problema, a algunos
de nosotros se nos ha ocurrido este concepto de protectorado, que daría a los
palestinos una segunda oportunidad de reconstruir sus instituciones en una forma
que les hiciera conseguir una capacidad de ser un socio efectivo.
En cuanto al tema de Jordania y el papel de Estados Unidos, no se rinde
usted, ¿verdad?, nada más quiero hacer una observación que considero importante.
En el caso de los acuerdos de Oslo y del tratado de paz entre Israel y Jordania, el
tratado de paz se negoció directamente, y es así como tiene que ser. Pero en el
caso de Jordania, Estados Unidos hizo algo más de lo que dijo Abu Ala. El
presidente Clinton dejó claro al rey Hussein que dispondría de una red de seguridad
si estaba dispuesto, mediante las relaciones bilaterales con Estados Unidos, la
condonación de la deuda por parte de Estados Unidos y convencer a los sirios para
crear una situación en la que permitió que el rey Hussein diera ese paso adelante.
Yo creo que Estados Unidos en ese caso perfiló un papel muy importante,
conformar el contexto. Y el gran error al final de la Administración Clinton no fue
haber hecho todos los esfuerzos por llegar a un acuerdo o llevar adelante el
proceso, yo creo que fue error de Arafat. Sí, nos estábamos quedando sin tiempo,
pero a Arafat sólo se le pidió que aceptara los parámetros para base para
negociación, no como contenido final de la negociación, y el equipo de Bush dejó
muy claro que si hubieran sido aceptados los parámetros la Administración Bush los
habría respetado. Pero Arafat prefirió escuchar a aquellos que le susurraban al oído
que podría conseguir un mejor trato de Bush y que debería esperar al cambio de
administración. Ése fue su error, no el exceso de entusiasmo por parte del
presidente Clinton.
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Por último, hemos hablado mucho del papel de la intervención internacional,
Nomi ha mencionado varios aspectos al respecto, pero hay un aspecto que no tocó
y que yo creo que merece ser tratado. Aunque en términos generales hay un
creciente consenso entre el público palestino y el público israelí acerca de cuáles
deben ser las líneas generales de un acuerdo sobre el tema de los asentamientos,
no existe este acuerdo sobre la cuestión de Jerusalén (Hamal Al-Sharif)(?). Y luego
hay una posible ampliación de los parámetros de Clinton que concedería soberanía
a los palestinos sobre Haram y soberanía a los israelíes del muro, pero yo no creo
que ésa sea una solución que vaya a ser aceptada, no creo que haya un consenso
entre Israel, el mundo judío, y los palestinos, y el mundo musulmán, sobre esta
cuestión, y yo creo que ahí es precisamente donde un régimen internacional es la
idea que hay que examinar.
Narcis Serra:
Muchas gracias, Martin Yndyk. Hemos concluido con las intervenciones, así
que le voy a dar la palabra ahora a los miembros de la mesa antes de concedérsela
al señor Hidalgo para que clausure oficialmente esta reunión.
Majdi Khaldi
La mayor parte de los debates se han centrado en el marco de la solución
política, más que en los mecanismos para una posible presencia internacional. Y
entiendo por qué ha sido así, porque las partes están hablando hoy más que los
invitados internacionales de otros países. Hemos oído las opiniones de ambas
partes, sobre todo en el día de hoy, y hemos visto cómo hay diferencias de opinión
y de interpretación de los mismos términos, de los mismos conceptos, cosa que es
normal y de esperar. Pero lo que es importante es poder salir de esta discusión de
hoy consiguiendo que cada una de las partes reconozca un terreno común mínimo o
unos requisitos mínimos. Si lo consiguiéramos, yo creo que podríamos hablar de
haber conseguido el éxito de llegar a un terreno común entre ambas partes. Por
ejemplo, es muy importante reconocer el problema de las asentamientos, del muro,
la errónea política de emplear cada vez una fuerza mayor del gobierno de Israel en
los territorios palestinos, pero al mismo tiempo es muy importante para los
palestinos reconocer el punto de vista de los israelíes sobre cuestiones de
seguridad, la necesidad de seguridad, la necesidad de protección, la importancia de
comprender todas las posiciones. Pero, en definitiva, hay que llegar a un terreno
común. Cuando concluyamos este debate, yo creo que todos pensaremos en cuál
es este terreno común y cómo podemos ir ampliándolo. Por supuesto, puede que
estas consideraciones se alejen de la realidad, cada parte volverá a su lugar de
origen y continuará trabajando en las líneas anteriores, pero yo creo que ha sido
importante, que esta conferencia ha abierto un debate muy importante sobre el
marco político y sobre la cuestión de la presencia internacional. Gracias.
Dalia Itzik:
Con todo el debido respeto, Ghassan, le respeto muchísimo personalmente,
se lo aseguro, pero ha hablado usted de los soldados jóvenes y cómo tratan a los
niños en Gaza. Yo creo que nosotros tenemos el ejército más ético, más respetuoso
del mundo, así que no nos insulte, por favor, hablo con sinceridad. Quizás se le
haya olvidado la franja de Gaza porque lleva usted muchos años en Washington, no
lo sé. Porque, si no, no tiene por qué intentar explicarme por qué en estas terribles
circunstancias, durante cincuenta y cuatro años de dificultades, cómo hemos podido
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“¿Una solución internacional para Palestina?” 28 y 29 de noviembre de 2003
construir un país tan hermoso. Ustedes pueden hacerlo también, y no me
sermonee, por favor.
Como ministra de Medio Ambiente, yo me he ocupado también del pueblo
palestino, porque yo creo que seremos buenos vecinos si ustedes llevan un buen
nivel de vida, una buena vida, eso es beneficioso para mí, por eso lo he hecho, por
interés propio, aparte de su interés, del interés de los palestinos.
Usted quiere la frontera conforme a la línea verde, también quiere el
derecho de regreso de los palestinos para crear otro territorio palestino dentro del
Estado de Israel. Pues mire, hay un hombre sabio, cuyo nombre es Henry
Kissinger, que dijo que un buen compromiso es aquel que deja a ambas partes
ligeramente insatisfechas. Con lo cual, le ruego que aproveche esta oportunidad y
otras oportunidades similares para seguir reuniéndonos y hablar y hablar y hablar
hasta que lleguemos a encontrar la fórmula adecuada para una solución definitiva.
Yo creo que está en nuestras manos poder resolver la situación en Oriente Medio y
les repito que yo rezaré y les ruego que recen también conmigo para que no
necesitemos ni a los americanos ni a la comunidad europea ni a la Unión Europea,
porque nosotros solos podemos encontrar una forma de vivir juntos en paz.
Gracias.
Ghassan Khatib
Lo que estamos haciendo aquí, Dalia, estemos de acuerdo o no, es en cierta
forma la contribución a esa idea que tú has planteado: intentos de llegar a una
coexistencia pacífica. Yo creo que estamos avanzando en esta dirección y estos
debates son útiles para este fin. Tengo que hacer una serie de comentarios breves
sobre tres cuestiones mencionadas sobre todo por Dani.
En primer lugar, en lo que se refiere a la educación, estoy de acuerdo
contigo en que es fundamental. Pero quisiera añadir que mientras que ha habido
avances considerables entre la opinión pública israelí para reconocer lo que tiene
que dejar, abandonar o ceder Israel para poder llegar a la paz, se están pidiendo
cosas que no le pertenecen a Israel, o sea, que no es una cuestión de generosidad.
Así que igualmente yo puedo decir que los palestinos también han avanzado
mucho, nos ha llevado veinte años educarnos a nosotros mismos y llegar a una
gran mayoría de palestinos que piensan que los derechos por los que luchamos no
son nuestros derechos absolutos o derechos históricos, sino sencillamente los
derechos que nos otorga la legitimidad internacional en relación con los territorios
ocupados en el año 1967, y ése es el compromiso. Si los territorios ocupados,
incluyendo Gaza, Cisjordania y Jerusalén este, no están sujetos a compromiso, son
precisamente objeto de compromiso de esa lucha histórica. Por eso digo que
tenemos que continuar educando a nuestros pueblos: los límites de nuestros
derechos están en las fronteras de 1967. Ustedes, a su vez, tienen que continuar
educando a sus conciudadanos en que la solución para la paz pasa por renunciar a
aquello que no les pertenece, me refiero a los territorios ocupados en 1967.
En cuanto a los asentamientos, no estoy de acuerdo con lo que ha dicho. Los
asentamientos no son fáciles de desmantelar o de echar marcha atrás dentro de
esta política de asentamientos. Lo cierto es que cuando ambas partes negociaban
hubo intentos de que las fronteras incluyeran algunos asentamientos, es decir,
durante la búsqueda de una solución no se da marcha atrás en la política de
asentamientos; al revés, abarca la política de asentamientos, con lo cual se llegará
a un punto en el que ya estarán fuera de toda posible negociación, con lo cual será
imposible llegar a una solución al respecto.
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Por último, en lo que se refiere al terrorismo, no estoy de acuerdo con
usted, lo siento. Tal y como nosotros lo vemos, como objeto de la violencia israelí
contra los palestinos, desde nuestra perspectiva, yo creo que esto encaja
perfectamente en su definición de terrorismo, me refiero a la actuación israelí.
Y puedo decir fuerte y claro que los asesinatos de palestinos por parte del
ejército israelí pueden ser definidos y catalogados de terrorismo de Estado, y no me
refiero a los ejemplos que ha mencionado Dahlan, no me refiero a los casos en los
cuales el ejército israelí elige como objetivo una persona que se considera terrorista
y lo sabe por adelantado y saben que el ataque contra esta persona va a causar
muertes civiles. No me refiero a esos casos, me refiero a casos en los que el
ejército israelí elige como objetivos a civiles sabiendo por adelantado que no hay
ningún terrorista en esa zona ni ninguna persona armada. ¿Quiénes son los
terroristas entonces?, le pregunto. Cuando, por ejemplo, el ejército israelí mató a
trece palestinos en Galilea en la primera semana de la Intifada, ¿dónde estaban los
terroristas que eran objetivo de la acción militar y dónde estaban los terroristas
cuando murieron siete palestinos alrededor de la mezquita en los primeros días de
la Intifada? El asesinato de civiles es el asesinato de civiles. La gente puede buscar
excusas de lo justifiquen, pero los hechos son los hechos. Durante las primeras
semanas y meses de la Intifada, la principal actividad israelí fue matar palestinos y
no hubo prácticamente bajas del lado israelí, y la mayoría de los muertos fueron
civiles palestinos, y eso fue lo que luego provocó la reacción de los grupos y
organizaciones y facciones palestinas. No mezclemos ni confundamos la causa con
el efecto. ¿Qué fue primero el huevo o la gallina? Podríamos hablar de ello durante
años. Pero ya es hora de aceptar que hay que interrumpir simultáneamente la
muerte, los asesinatos de civiles por ambos lados, porque si no podemos seguir
condenando eternamente la violencia israelí y la otra parte puede condenar hasta el
infinito la violencia palestina. Yo creo que habría que poner fin a esta discusión y
acordar que ambas partes deben poner punto final a cualquier actividad de la que
resulten muertes civiles.
Shlomo Ben-Ami:
Voy a ser muy breve. Voy a intentar responder a algunos de los
comentarios. Lo que ha dicho Martin sobre los parámetros de Clinton, yo creo que
fue un gran error estratégico de Arafat no haberlos aceptado en su momento,
podría haberlos negociado al menos. Pero su rechazo, su negativa a aceptarlos yo
creo que fue una gran metedura de pata que tuvo unos efectos muy negativos
sobre las perspectivas de llegar a un acuerdo.
En segundo lugar, quisiera hacer referencia a algo que ha dicho Ghassan, ---
AlKhatib(?) lo acaba de repetir, me refiero a que no debemos intentar monopolizar
el martirio. Ambas partes han cometido atrocidades en esta lucha que dura ya cien
años, algunos han sido accidentes [CINTA 7] Dalia yo creo que lo expresó de una
forma muy emotiva cuando dijo que debemos cerrar la cuenta ya por fin, porque es
una cuenta de muertos que por supuesto jamás llegará a su fin.
Una de las principales críticas que se hizo contra la Intifada, por cierto,
crítica palestina, es que carecía de un objetivo estratégico claro. Por ejemplo, si se
compara con el Hizbolá en el sur del Líbano, tenían un objetivo estratégico que era
viable, era posible de conseguir, es decir, la retirada de Israel del sur del Líbano y
que volviera a los límites de la frontera internacional. Pero la sociedad israelí no
comprendió el mensaje, el mensaje de cuál era el objetivo estratégico real de
Hizbolá. Y yo creo que de una u otra forma, y de forma quizás accidental, o quizás
no tanto, llegamos a un punto en el que estamos de acuerdo en cuál podría ser el
objetivo estratégico: fronteras de 1967, renuncia al derecho del regreso de los
palestinos a los territorios.
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Hay cosas que los palestinos yo creo que no acaban de entender, y a mí me
resulta muy difícil entender a los palestinos, me imagino que para ustedes será lo
mismo con nosotros, la cuestión del regreso de los refugiados al Estado de Israel no
es fácil de explicar, pero es parte integrante fundamental de nuestro ser colectivo.
Si llegamos a un equilibrio entre 1967, con las modificaciones apuntas por Dani
Yatom, y luego renuncia al derecho de regreso con todo tipo de indemnizaciones o
compensaciones, incluyendo morales. Una vez conocí a Ian Alhevi(?), no sé si sigue
en activo. Me dijo cuando yo representé a Israel en las conversaciones sobre
refugiados en Ottawa en 1993, según él me dijo era la primera vez que un
representante oficial de Israel asumía la responsabilidad, aunque fuera moral, en el
problema de los refugiados. Yo creo que hace falta algún tipo de compensación
moral, pero basada siempre en la renuncia al derecho al regreso.
Y luego, por último, en lo que se refiere a las fronteras de 1967, un
problema que hemos tenido siempre en las negociaciones de paz entre israelíes y
palestinos, o el mundo árabe en general, es que los palestinos siempre querían
negociar sobre la base del nuevo estatus quo. Por ejemplo, en el año 1948 se
definieron nuevas fronteras, el mundo árabe quería llegar a un acuerdo con Israel,
pero no sobre la base del estatuto quo. Es la primera vez, creo, después de tres
años de Intifada que cada vez es mayor el número de israelíes que están
dispuestos a negociar, pero no sobre la base de la situación actual, sino que están
dispuestos a remontarse al mundo del año 1967, que legitimó las fronteras del año
1948. Yo creo que es un error estratégico fundamental, importantísimo. Y desde
luego para ustedes el año 1967 es un gran compromiso, pero ahí es donde
convergimos, donde coincidimos. La realidad les ha dado los contenidos
estratégicos de la Intifada, que no quedaban demasiado claro al principio.
Narcis Serra:
Me temo que no tenemos tiempo. Yo me he mordido la lengua porque
también quería intervenir, pero pensaba que son los panelistas los que tenían que
usar ese tiempo, porque no los vamos a tener aquí cada día. Y creo que,
agradeciendo el interés, el entusiasmo, la pasión y también la inteligencia que ha
habido en todas las intervenciones, pedimos a Diego Hidalgo que clausure la
reunión.
Diego Hidalgo:
Voy a ser muy breve. Solamente quiero decir que estos han sido para mí
días muy emotivos y muy interesantes. Quiero agradecer a todo el personal de
FRIDE y colaboradores su excelente labor de organización de la conferencia. En
nombre de José Luis Herrero, director de FRIDE, me gustaría dar las gracias
también a los participantes, a los asistentes, al público, sobre todo a los
embajadores, que han desempeñado un papel fundamental en esta conferencia. Es
para mí un gran honor que se haya celebrado esta conferencia en España.
España siempre ha sido un país abierto, un puente entre Islam y Occidente,
tuvimos al Islam en nuestro territorio español durante muchos siglos, como saben.
Quiero agradecer también la labor de los moderadores. Hemos tenidos
socialistas, como el antiguo vicepresidente, señor Serra, y anteriormente tuvimos al
portavoz de Exteriores del Partido Popular. Quiero agradecer a todos los invitados
que han llegado de Estados Unidos, de la Unión Europea, de Canadá, Australia y
demás regiones del mundo.
Y quiero hacer un agradecimiento, una mención especial a Abdel-Elah
AlKhatib, a nuestros participantes israelíes y palestinos, que por supuesto ha sido
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los protagonistas de esta reunión. He aprendido mucho de todos y a todos debo
darles las gracias, en justicia.
FRIDE tiene lo que se llama en español capacidad de convocatoria, es decir,
la capacidad de sentar a gente muy importante alrededor de una mesa. Esto me lo
dijo la gente hace dos años, cuando conseguí reuní a treinta y cinco jefes de Estado
en la misma sala en Madrid, y hoy lo repetirán. Pero lo cierto es que yo no tengo
ninguna capacidad de convocatoria, yo no soy importante, lo importante es tener
buenos amigos importantes y mi amigo, aquí sentado a mi izquierda, es Shlomo
Ben-Ami, al que le agradezco enormemente su labor, ya que has sido tú realmente
el que has conseguido convocar a toda esta gente tan importante, a todos estos
participantes de gran nivel.
A todos, como conclusión, quiero decirles que ha sido un debate muy rico,
muy fructífero. Les enviaremos en cuanto lo tengamos el documento de
conclusiones.
En FRIDE tenemos el compromiso de no celebrar conferencias como si
fueran fuegos artificiales, porque cuando se hacen estas conferencias tipo fuegos
artificiales, al día siguiente solamente te quedan cenizas en el suelo y a lo mejor un
par de ponencias en una biblioteca que a lo mejor leen dos o tres académicos
algunos años después. Nosotros queremos darle continuidad a todos estos
esfuerzos, tenemos el Proceso de Paz de Toledo, que es un foro permanente,
organizaremos más conferencias, por supuesto, sobre otros temas. Y desde luego
esta conferencia tendrá su continuidad, se lo aseguro.
Solamente quiero, por último, decir que estamos todos plenamente
comprometidos en poner algunos azulejos en el mosaico para conseguir un mejor
mundo y la paz en el mundo. Yo tengo sesenta y un años y éste sería un legado
que me encantaría transmitir a mis hijos y a mis nietos, un mundo en paz. Yo creo
que estos son temas que tenemos que resolver ahora, lo antes posible. Gracias.
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