Querida hija: Hasta aquí hemos llegado... No aguanto más, todo esto me supera, estoy harta... Harta <strong>de</strong> pasarme los días llorando, harta <strong>de</strong> no tener amigas porque no me <strong>de</strong>ja salir con ellas, harta <strong>de</strong> no reír, harta <strong>de</strong> no tener voz para expresarme, harta <strong>de</strong> no tener libertad, harta <strong>de</strong> parecer su criada, harta <strong>de</strong> escon<strong>de</strong>rme, harta <strong>de</strong> cubrirme bajo el maquillaje, harta <strong>de</strong> ser <strong>un</strong> cero a la izquierda, harta <strong>de</strong> no ser alguien feliz, harta <strong>de</strong> soñar con algo mejor que n<strong>un</strong>ca llega, harta <strong>de</strong> ver que me maneja a su antojo, harta <strong>de</strong> no tener la fuerza necesaria para acabar con esto, harta <strong>de</strong> carecer <strong>de</strong> valor, harta <strong>de</strong> sentirme discriminada, harta <strong>de</strong> sentir mis labios sellados, harta <strong>de</strong> la rutina, <strong>de</strong>l acoso, <strong>de</strong> las vejaciones, harta <strong>de</strong> que no me tenga respeto, harta <strong>de</strong> soportar todos sus comentarios, todas sus retorcidas palabras, sus humillaciones, harta <strong>de</strong> sentirme inferior a él... Harta <strong>de</strong> él. Anoche fue la gota que colmó el vaso, cuando llegamos <strong>de</strong>l viaje nos estaba esperando, sentado ahí con su vaso <strong>de</strong> ginebra, con sus ojos todos rojos, llenos <strong>de</strong> ira que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>scargaría sobre mí. Se dirigió hacia mí como <strong>un</strong> ogro, con <strong>un</strong>a expresión que ni las peores veces había visto... Me acorraló, me empezó a pegar patadas y sentí cómo mis costillas se rompían en mil pedazos... Sólo me queda el recuerdo <strong>de</strong> <strong>un</strong>a sensación agria recorriendo mi boca, sí... me había roto el labio y <strong>de</strong>spués, todas las imágenes que pasan por mi cabeza son borrosas, son como fugaces recuerdos que se pier<strong>de</strong>n en el dolor y que tampoco quiero molestarme en recordar... Sentí que ese había sido mi final, por eso hoy estallé al ver a toda la familia rota por el dolor, al ver que podía haberme matado, al ver que me tenía totalmente en su dominio... Pero he visto que os tengo a vosotros, a la gente que ha permanecido a mi lado, que me quiere ver feliz. Así que he hecho lo que todos me llevabais diciendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace tiempo, pero que no me atrevía por las consecuencias que pudiera ocasionar... Hoy me he armado <strong>de</strong> valor, me he dado cuenta <strong>de</strong> que puedo ser feliz si quiero. Sí, quiero ser feliz: he <strong>de</strong>n<strong>un</strong>ciado. <strong>Cartas</strong> a <strong>un</strong> Maltratador 45
Y a ti cariño, siempre te estaré eternamente agra<strong>de</strong>cida. Gracias por apoyarme, consolarme, ser ese hombro que necesitaba para llorar, sacar la fuerza para seguir a<strong>de</strong>lante a mi lado, ayudarme a dar el paso, enseñarme a vivir, <strong>de</strong>mostrarme que merezco ser feliz. Por eso, te prometo que estaré contigo por siempre... De alg<strong>un</strong>a manera, te <strong>de</strong>bo que siga en pie ahora. Mamá MARA 46 <strong>Cartas</strong> a <strong>un</strong> Maltratador