revista especialmente editada para Ángela - IESE Business School

P E O P L E
AMIGO
INVISIBLE
WIM DEN TUINDER
Nos conocemos desde hace mucho
tiempo. Como humilde antiguo ya iba
a las GARs, y a algun que otro evento.
Asi que antes de entrar en este equipo
tan flamante. Ya nos encontrabamos
bastante.
Sé que te gusta el orden y la organización
La disciplina y el rigor son relevantes
en tu ambición. Son valores no siempre
fáciles de llevar, pero se aprecian
mucho, y son de agradecer y respetar.
Cuando son los números, que hay que
analizar. No hay nadie ni nada, que
te pueda superar. Ni economistas ni ordenadores,
pueden con tu estimación
de ciertos valores.
Aunque trabajas fielmente con tu
ordenador, es una relación que causa
algún que otro estupor. En ocasión
exclamas: pero porqué me hace esto!?
Y hay que ser rápidos, para evitar que
lo tires al tiesto
Te gusta el castellano, que utilizas con
gusto y autoridad. A veces selectiva en
lo que escuchas, según tu prioridad.
Pero te enteras de todo, estoy seguro,
con toda claridad.
Sabes que lo de hacer mis gastos me
gusta mogollón. Los voy acumulando
para disfrutar así de un buen montón.
Totalmente en contra de tu naturaleza
y convicción.
Me persigues e intentas corregir esta
maldición. Te lo agradezco sinceramente,
sé que no tiene perdón. Sin tu
paciencia, insistencia y amable persecución.
Me saldrían los gastos por las
orejas y tendría un buen follón.
Tu actitud de servicio ya me parecia
muy asombroso. Ahora ya sé que es
algo mundialmente famoso. Celebrando
que eres alguien que no tiene
parangón. Te doy este detalle traído de
Harrods - of Londón .
Y supongo que ya no es dificil adivinar
- por fín, que hablo de nuestra querida
Ángela Martín.
Con mucho afecto!
60 ENERO 2011 / Nº 001
Marga SaLeSa
Sitges o el
sentido
del deber
Conozco a Ángela desde que empecé a trabajar
en el IESE por allá los años 70, aunque no hemos
coincidido trabajando en ninguno de los departamentos
del IESE, si hemos compartido mesa
durante todo este tiempo.
Recuerdo que desde un principio, en las tertulias
de sobremesa, y en especial los días que hacia
buen tiempo y con un sol espléndido, su propuesta
era, que un viernes nos tenemos que ir a
comer a Sitges y pasar la tarde allí, sin informar a
nadie claro, como una travesura, todas nos animábamos
pero nunca nos atrevimos; somos de
esa generación que la obligación es antes que de
devoción.
Este año, con motivo de una celebración, fuimos
a comer a Sitges un grupo de compañeras y amigas,
incluida Ángela, y de alguna manera vimos
cumplida nuestra travesura, disfrutamos mucho
recordando viejas anécdotas como esta.”
Revista de Ángela Martín IESE