De dónde viene la reputación y cómo puede cambiar la suya - EAN
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DE DónDE viEnE <strong>la</strong> rEputación y <strong>cómo</strong> puEDE <strong>cambiar</strong> <strong>la</strong> <strong>suya</strong><br />
nosotros mismos como inteligentes, que creemos que<br />
no necesitamos escuchar lo que nos dicen; somos lo<br />
bastante listos como para desconectarnos de los demás<br />
y, aun así, tener éxito.<br />
No todo el mundo se comporta de esta manera. Existen<br />
personas dispuestas a sacrificar <strong>la</strong> necesidad pasajera<br />
de ser inteligentes por <strong>la</strong> sensación, más valiosa, de<br />
ser eficientes, o entregar <strong>la</strong>s cosas a tiempo, o hacer que<br />
aflore lo mejor de los demás, o encontrar <strong>la</strong> vía más simple<br />
para solucionar un problema.<br />
Piense, por ejemplo, que es usted un ingeniero de<br />
diseño que está desarrol<strong>la</strong>ndo un producto para su empresa.<br />
Los ingenieros se enfrentan constantemente a <strong>la</strong><br />
opción de construir algo bril<strong>la</strong>nte o diseñar algo práctico.<br />
En este caso, usted <strong>puede</strong> proponer una solución<br />
elegante que será rechazada por <strong>la</strong> empresa (debido a<br />
los costes, <strong>la</strong>s dificultades de producción o cualquier<br />
otra causa) o una solución un 20% peor, pero que será<br />
aceptada. ¿Cuál de el<strong>la</strong>s prefiere? ¿Quiere ser conocido<br />
como alguien que construye objetos elegantes que nunca<br />
llegan a fabricarse o como alguien que proporciona<br />
soluciones prácticas que siempre se materializan? No<br />
existe una respuesta correcta. Algunas personas no<br />
comprometerán su talento o sus principios para ser<br />
más eficientes, otras sí.<br />
Lo que quiero sugerir es que no deberíamos entender<br />
estas decisiones en términos de compromiso. Esto<br />
implica una opción poco auténtica, algo que no es fiel a<br />
nuestras creencias y nuestros objetivos. Por el contra-<br />
La <strong>reputación</strong> es lo que<br />
obtenemos cuando sumamos<br />
lo que somos y lo que hemos<br />
hecho y arrojamos el resultado<br />
de esta suma al mundo para<br />
ver <strong>cómo</strong> responden los demás<br />
rio, me gustaría p<strong>la</strong>ntear que estas opciones son más<br />
fáciles de entender y de adoptar si tenemos una idea<br />
más c<strong>la</strong>ra de <strong>la</strong> <strong>reputación</strong> que nos estamos intentando<br />
construir.<br />
Personalmente, estoy en una posición en mi carrera<br />
profesional en <strong>la</strong> que puedo hacer muchas cosas para<br />
configurar mi <strong>reputación</strong>. Escribo libros, artículos y entradas<br />
en blogs, además de ofrecer char<strong>la</strong>s y entrevistas,<br />
y todo ello me permite transmitir un mensaje medita-<br />
do de <strong>la</strong> <strong>reputación</strong> que deseo generar. También expreso<br />
c<strong>la</strong>ramente <strong>cómo</strong> quiero que sea mi <strong>reputación</strong>: quiero<br />
que los demás me vean como alguien muy eficiente<br />
que ayuda a los líderes de éxito a conseguir un cambio<br />
positivo y duradero en su conducta. No sólo quiero ser<br />
bueno en mi campo. Quiero tener <strong>la</strong> <strong>reputación</strong> de ser<br />
uno de los mejores. Y no tengo mucho margen de error<br />
para que se me considere como uno de los mejores.<br />
En parte debido al objetivo que me he fijado para mi<br />
<strong>reputación</strong>, muchas decisiones de mi carrera se reducen<br />
a <strong>la</strong> siguiente pregunta: ¿me hará parecer más inteligente<br />
o me hará ser más eficiente? Siempre voto por <strong>la</strong> eficiencia.<br />
No espero ser conocido como <strong>la</strong> persona más inteligente<br />
con <strong>la</strong> teoría más sofisticada para ayudar a <strong>cambiar</strong><br />
a <strong>la</strong>s personas. Quiero que se me conozca como un<br />
tipo eficiente al ayudar a <strong>la</strong>s personas a <strong>cambiar</strong>.<br />
Por ejemplo, hace muchos años me pidieron que trabajara<br />
personalmente con un alto cargo de una de <strong>la</strong>s<br />
empresas más grandes y admiradas del mundo. Había<br />
trabajado en organizaciones bastante grandes con anterioridad,<br />
pero éste era, con diferencia, el proyecto más<br />
amplio y prestigioso de mi vida. Las personas con <strong>la</strong>s<br />
que trabajaría me situarían en un nivel totalmente nuevo.<br />
El hecho de que una empresa de referencia me l<strong>la</strong>mara<br />
a mí y no a otro formador no sólo era ha<strong>la</strong>gador,<br />
sino que también era prueba de que me estaba acercando<br />
a mi <strong>reputación</strong> objetivo. El directivo en cuestión era<br />
un sabelotodo arrogante, inteligente, motivado, con un<br />
elevado rendimiento, que cumplía los presupuestos y<br />
que se había aproximado a <strong>la</strong> cúpu<strong>la</strong> de <strong>la</strong> pirámide corporativa<br />
a pesar de graves fallos interpersonales. Era el<br />
responsable de <strong>la</strong> división más rentable de <strong>la</strong> empresa,<br />
lo que debería haberlo convertido en uno de sus profesionales<br />
más valiosos y el primero en <strong>la</strong> línea de sucesión<br />
del consejero delegado. Mi tarea consistía en ver si<br />
era posible suavizar algunas de <strong>la</strong>s aristas más ásperas<br />
de su conducta.<br />
Llevé a cabo mis entrevistas habituales de feedback de<br />
360 grados con los colegas del directivo. Mi explicación<br />
de los resultados se encontró con un brusco rechazo y,<br />
dijera lo que dijera, ese hombre jamás aceptaría que debía<br />
<strong>cambiar</strong>. Simplemente, no le importaba.<br />
Yo podía elegir: ¿aceptaba el trabajo o me iba? Una<br />
parte de mí –<strong>la</strong> que quería que los altos cargos de <strong>la</strong> empresa<br />
pensaran que yo era lo bastante inteligente como<br />
para codearme con ellos– se sentía tentada a aceptarlo.<br />
El éxito sería una posibilidad muy remota, pero me decía<br />
a mí mismo que sin riesgo no hay recompensa.<br />
Otra parte de mí –<strong>la</strong> que vigi<strong>la</strong>ba los objetivos que había<br />
fijado para mi <strong>reputación</strong>– sabía que me estaría <strong>la</strong>nzando<br />
al vacío si trabajaba con ese directivo imposible.<br />
74 h a r va r d d e u s t o b u s i n e s s r e v i e w