10.05.2013 Views

De dónde viene la reputación y cómo puede cambiar la suya - EAN

De dónde viene la reputación y cómo puede cambiar la suya - EAN

De dónde viene la reputación y cómo puede cambiar la suya - EAN

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

DE DónDE viEnE <strong>la</strong> rEputación y <strong>cómo</strong> puEDE <strong>cambiar</strong> <strong>la</strong> <strong>suya</strong><br />

en el trabajo. Puede reaccionar con equilibrio o con pánico,<br />

con c<strong>la</strong>ridad o con confusión, con agresividad o con<br />

pasividad. Usted decide. En este caso, no se distinguirá<br />

como líder; si mete <strong>la</strong> pata, su grupo recibe el golpe. Afortunadamente<br />

para usted, éste no es el momento en el<br />

que se forma su <strong>reputación</strong> como alguien que no <strong>puede</strong><br />

soportar <strong>la</strong> presión. Es demasiado pronto para ello. Sin<br />

embargo, de nuevo, se ha sembrado <strong>la</strong> semil<strong>la</strong>, y los demás<br />

están observando, esperando a que se repita <strong>la</strong> ac-<br />

Nos interesa tanto<br />

presentarnos a nosotros<br />

mismos como inteligentes<br />

que creemos que no<br />

necesitamos escuchar lo que<br />

nos dicen; somos lo bastante<br />

listos como para<br />

desconectarnos de los demás<br />

y, aun así, tener éxito<br />

tuación. Sólo cuando usted demuestre su ineficiencia en<br />

otra crisis, y después en otra, tomará forma su <strong>reputación</strong><br />

de mostrar debilidad en momentos de presión.<br />

Lo realmente asombroso de esto es lo poco que pensamos<br />

en el poder de <strong>la</strong>s conductas repetidas en nuestras<br />

acciones. Siempre lo observamos en los demás,<br />

buscamos patrones en <strong>cómo</strong> nos responden, igual que<br />

un jugador de póquer busca pistas en los gestos del resto<br />

de jugadores. Si usted es vendedor, se trata de saber,<br />

tras muchos tratos con un cliente, que siempre compra<br />

si le dice que alguien más está interesado. Si es usted<br />

directivo, se trata de saber, después de varias experiencias,<br />

que su asistente responde a los sarcasmos con lágrimas.<br />

Si es usted asistente, se trata de darse cuenta,<br />

tras varias explosiones de ira, de que no hay que p<strong>la</strong>ntear<br />

un problema al jefe hasta que se haya tomado el<br />

café de <strong>la</strong> mañana.<br />

Somos listos, despiertos y en ocasiones intuitivos en<br />

<strong>la</strong>s “minirreputaciones” que asignamos a <strong>la</strong>s personas<br />

con <strong>la</strong>s que trabajamos. Sin embargo, rara vez aplicamos<br />

esta intuición a nosotros mismos. Probablemente,<br />

el cliente que jadea como un perro ansioso cuando se<br />

entera de que otros están interesados en el mismo acuerdo<br />

no sea consciente de ello; si lo fuera, <strong>cambiar</strong>ía su<br />

forma de actuar. <strong>De</strong> modo simi<strong>la</strong>r, el jefe que necesita<br />

café para calmarse al empezar <strong>la</strong> jornada probablemente<br />

ignora que su asistente le está “dirigiendo”.<br />

Puesto que no llevamos un seguimiento de nuestras<br />

conductas repetidas, nunca vemos los patrones que<br />

otros ven. Éstos son precisamente los patrones que configuran<br />

nuestra <strong>reputación</strong>, y, con todo, no los tenemos<br />

muy en cuenta, como ocurre con nuestra <strong>reputación</strong>.<br />

Puede que sienta usted cierto impulso a desafiar esta<br />

controversia, pero, ¿cuándo fue <strong>la</strong> última vez que realizó<br />

su propia evaluación de conducta y registró, literalmente,<br />

sus “actuaciones repetidas”, tanto <strong>la</strong>s buenas como<br />

<strong>la</strong>s ma<strong>la</strong>s? Si en seis ocasiones a lo <strong>la</strong>rgo del año ha<br />

propuesto una gran idea universalmente reconocida en<br />

una reunión, ¿ha analizado esos seis momentos para<br />

medir el impacto que han tenido en su <strong>reputación</strong> como<br />

“persona de grandes ideas”? ¿Sabe siquiera si tiene<br />

usted esa <strong>reputación</strong>, aunque íntimamente crea que <strong>la</strong><br />

merece?<br />

En mi experiencia, pocos de nosotros realizamos este<br />

tipo de análisis. Estamos demasiado ocupados avanzando,<br />

afrontando los desafíos inmediatos, como para<br />

volver atrás en busca de patrones que son tan obvios para<br />

los demás.<br />

<strong>cómo</strong> <strong>cambiar</strong> nuestra <strong>reputación</strong><br />

La <strong>reputación</strong> –<strong>la</strong> <strong>suya</strong> y <strong>la</strong> de cualquier otra persona–<br />

no se conforma de un día para otro. <strong>De</strong>l mismo modo<br />

que un único acontecimiento no <strong>puede</strong> configurar su<br />

<strong>reputación</strong>, un único gesto correctivo tampoco <strong>puede</strong><br />

reformar<strong>la</strong>. Es necesaria una secuencia de acciones coherentes<br />

y simi<strong>la</strong>res para empezar el proceso de reconstrucción.<br />

Puede hacerse, pero requiere un conocimiento personal<br />

profundo y, por encima de todo, disciplina. Cuando<br />

empiezo a trabajar personalmente con clientes para<br />

<strong>cambiar</strong> su conducta, quieren resultados instantáneos.<br />

Si su problema es, por ejemplo, que hacen comentarios<br />

sarcásticos, dan por supuesto que <strong>puede</strong>n dejar de proferir<br />

sarcasmos de <strong>la</strong> noche a <strong>la</strong> mañana y que sus colegas<br />

les ap<strong>la</strong>udirán instantáneamente por ello. Sin embargo,<br />

esto no funciona así. La impresión negativa de<br />

los demás se ha formado durante un período de meses<br />

o años y necesitarán ver un <strong>la</strong>rgo tiempo de conducta<br />

no sarcástica para eliminar esa impresión.<br />

Si es usted conocido como un jefe sarcástico, debe<br />

morderse <strong>la</strong> lengua durante mucho tiempo para que los<br />

demás reconozcan el cambio y empiecen a aceptar su<br />

nueva personalidad. Puede pasar semanas sin desviarse<br />

de ese camino, pero con una so<strong>la</strong> aparición de su antiguo<br />

yo sarcástico es posible que los demás olviden por<br />

78 h a r va r d d e u s t o b u s i n e s s r e v i e w

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!