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SEMANA SANTA
2009
Estos necesarios trámites, variados y a los
que dedicar mucho tiempo, se hacen desde el
Ayuntamiento, con la ayuda estimable de los
máximos responsables municipales y el personal
al servicio de la administración, conscientes
de nuestro atractivo turístico basado
en el rico patrimonio cultural y artístico que
acumula la ciudad, en especial el atesorado
en las magnificas esculturas que podemos
contemplar en la iconografía de nuestros
pasos, museos e iglesias.
El patrimonio del que es su máxima representación
nuestra vieja y querida Ciudad,
Medina de Rioseco: el admirado casco urbano,
en especial aquel que se encuentra dentro
del Conjunto Histórico Artístico, en donde
podemos contemplar un variado repertorio:
recónditas y estrechas calles, como la Rúa
Mayor con sus soportales.
Hermosas y recogidas plazas, antiguos
zocos de reunión ciudadana conformadas por
viejos edificios y casas de adobe de las que
son magnífico ejemplo la Plaza Mayor, el
Corro de Santa María, el del Asado con el
singular edificio del Pósito, los Soportales o
Portales del Carbón, entre otros.
Es preciso recorrer y contemplar los restos
de la vieja muralla de la ciudad, recinto
cerrado que en su día la rodeaba y protegía
contra el adversario, del que es necesario
resaltar las puertas de entrada a la ciudad: la
de Zamora o de las Nieves, Ajujar o San
Sebastián.
El conjunto de todo ello, patrimonio, tradición,
cultura, vida cotidiana de los ciudadanos,
conforma y es la rica historia de nuestra
Ciudad, de sus gentes que, como en el mensaje
de las Bienaventuranzas de comienzo en
el presente escrito, clarifica lo que debe ser
«el norte» de nuestra vida cofrade: RESPETO
y TOLERANCIA, mayor IGUALDAD, CARI-
DAD y JUSTICIA entre los seres humanos,
sin SUMISIÓN a los poderosos, en DEFENSA
del débil, siempre, bajo el signo de PAZ y
LIBERTAD para todos.
Por esos principios, hace veintiún siglos,
Dios, hecho hombre en la persona de Cristo,
padeció grandes agravios y persecución, con
sufrimiento y dolor hasta el acontecimiento
más sublime e injusto: la muerte en
PRÓLOGO: ¡BIENAVENTURADOS!
la Cruz para dejar constancia de su AMOR a
la Humanidad. ¡Que mensaje y ejemplo de
afecto e incondicional altruismo hacia los
demás! ¡Muere inocente para la salvación
de los demás! Lo hace en debilidad para
resucitar con fortaleza. ¡Cristo ha muerto
pero ha Resucitado! Esta es la importancia
de la celebración a tener en cuenta en estas
fechas por los creyentes: ¡PASCUA DE
RESURRECCIÓN, VIDA FUTURA!
En estos días tan especiales pretendemos
que se conozca como vivimos y recordamos
los riosecanos esos históricos momentos,
especialmente quienes formamos parte de
alguna de las dieciséis Hermandades y
Cofradías penitenciales que, con nuestro
«Pasos» y el resto de hermanos, llevamos a la
calle la representación de la Pasión, Muerte y
Resurrección de Cristo, en solemnes procesiones,
como fieles «trasmisores» del sentir
religioso de la ciudad.
Desfilaremos por nuestras calles y plazas
portando los «pasos» que representan distintos
momentos de la Pasión: La Oración del
Huerto; La Flagelación; Jesús atado a la
columna; El Ecce-Homo; Nuestro Padre
Jesús Nazareno de Santiago y la Santa
Verónica; Jesús Nazareno (perteneciente a
la antigua iglesia de Santa Cruz); La
Desnudez de Jesús; El Cristo de la Pasión
y La Dolorosa, todos ellos en el Jueves
Santo, durante la procesión del Mandato y
la Pasión.
En la procesión del Dolor o del Viernes
Santo, desfilan los llamados «pasos grandes»,
conocidos popularmente como «El Longinos»
y «La Escalera» o «La Crucifixión del Se -
ñor» y «El Descendimiento de la Cruz», que
es como popularmente se les conoce. Y junto a
ellos lo hacen los pasos conocidos del «Santo
Cristo de la Paz y el de los Afligidos; La
Piedad; el Santo Sepulcro y La Soledad.
El Domingo de Alegría o de
Resurrec ción, como colofón de este
«recordatorio cultural» recorren
las calles de la ciudad los
«pasos» de «Cristo Resucitado»
y «Virgen de la Alegría», que dan
lugar a la conocida como Procesión
del Encuentro.