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EL CASTILLO Y SANTA CRUZ TRAS EL CONJUNTO
DE VIVIENDAS.
la ciudad, atravesando el desagüe del Canal, y deberían ser recuperados
antes de su pérdida total. Las reformas llevadas a cabo a
mediados del siglo XX, en las márgenes del Sequillo, modificaron
totalmente su imagen, pero cualquier persona que supere los 60
años recordará el aspecto que ofrecía su cauce y los desbordamientos
que ocurrían entre el invierno y la primavera.
Centrando ya la vista en el casco urbano, y comenzando
nuestro recorrido por la izquierda, encontramos el convento de
Santa Clara con lo que parece ser una pequeña torrecilla. A continuación
podremos ver un gran edificio con torres en las esquinas y
unos arcos en la parte inferior. Se trata del cuartel que fue construido
a expensas del Ayuntamiento, en 1755 para albergar al regimiento
de caballería de Dragones del Rey. Este gran inmueble
estaba ya abandonado en 1804, sirviendo durante años de depósito
gratuito de materiales de construcción. Cincuenta años más
tarde, Ventura García Escobar denunció su estado de desolación
en una colaboración en el Semanario Pintoresco Español, incluyendo
un dibujo de la fachada principal que coincide con exactitud
con el de Vernet. Hoy su solar lo ocupan los «pisos viejos» del
Barrio de Ajújar. Pegado a él advertimos la cúpula y la torre de
San Francisco, con las dependencias conventuales aledañas, aún
conservadas hoy día y ocupadas por la Residencia de Ancianos.
Seguimos nuestro recorrido por la obra de Vernet y un poco
más a la derecha aparece una nueva torre: el hospital de Santa
Ana, que ocupaba el solar en el que hoy se encuentra la Casa de
Cultura y el Ayuntamiento. Algo más a la derecha, y en la altura,
se observa el Castillo. Podemos ver que tenía una forma cuadran-
gular con torres circulares en los ángulos
y cubiertas poco elevadas, lo que le daría
un aspecto parecido al que hoy tiene la
fortaleza de Villafranca del Bierzo. Si bajamos
la vista de manera perpendicular,
hallaremos un par de edificios de grandes
dimensiones, son las dependencias de la
Cofradía de la Vera Cruz, capilla, hospital
y corral de comedias. Siguiendo el recorrido
visual hacia arriba, encontramos
el templo de Santa Cruz, con su imponente
fachada, rematada por una cruz
pétrea y su torre coronada por un chapitel
barroco, ambos elementos desaparecidos
tras la salvaje y horrenda restauración
llevada a cabo tras su derrumbe (no
todo fue culpa de los franceses).
Tras unas viviendas y tapias de
corrales emergen los dos templos de
Santiago y Santa María. Marcando la
cota más alta del municipio, podemos ver
«la torre» y junto a ella el otro templo.
Por suerte uno y otro -al menos exteriormente-
no han sufrido cambio alguno
hasta hoy. De manera consecutiva a
Santiago vemos la cubierta del crucero de un nuevo templo, coronado
por un chapitel o un pararrayos, es la iglesia conventual de
San Pedro Mártir (Sto. Domingo).
El templo de San Miguel queda oculto por las casas que conforman
el arrabal del mismo nombre –aunque emerge parte de la
torre–, lo que induce a pensar en una construcción de dimensiones
y alturas modestas. Al fondo se atisba un molino de viento y
siguiendo el recorrido hacia la derecha, separada del casco urbano
(al lado del tronco de un árbol), puede verse el Arco de San
Sebastián. En ningún momento se ven restos de murallas, por lo
que hay que suponer que en aquella época ya se habían derribado
en parte y utilizado como muros de apoyo de algunas viviendas.
En 2008, con motivo del bicentenario de la Batalla de
Rioseco, quise, junto a mi marido, regalar al Ayuntamiento una
copia de este dibujo a tamaño natural y enmarcada. Allí pueden
contemplarlo todos los que lo deseen y estudiar por si mismos,
cómo era el aspecto que ofrecía nuestra querida ciudad, cuando la
habitaban nuestros tatarabuelos, aquellos que tuvieron por vecino
–aunque sólo fuera por dos días– al propio Napoleón Bonaparte.
Y para todos aquellos curiosos que quieran ver otra imagen de
Rioseco, más antigua aún, les recomiendo una visita al templo de
Santa María y la observación detenida del lienzo de la Inmaculada
que cuelga en una de las naves laterales. Fíjense en la ciudad que
se ve tras la Virgen María y encontraran algo que reconocerán...
LOS TEMPLOS DE SANTIAGO, SANTA
MARÍA Y SANTO DOMINGO.
RESTOS DEL
ANTIGUO PUENTE DE SANTIAGO.
VISTA ACTUAL DE LA CIUDAD, DESDE LA POSICIÓN QUE TOMÓ VERNET EN 1808.
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MEDINA DE RIOSECO
SEMANA SANTA
TERESA CASQUETE RODRÍGUEZ
Licenciada en Historia del Arte, periodista y gestora cultural