la tapa de Crítica del

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critica de la argentina
Domingo 22 de junio de 2008
fidel rompió el silencio oficial
La isla de
dos cabezas
El ex presidente se adelantó a la reacción de
su hermano Raúl y denunció la “hipocresía”
de la Unión Europea al levantar las sanciones.
silvia ayuso
desde la Habana
El “desprecio” de Fidel
Castro por la “enorme hipocresía”
que, a su juicio,
demostró la Unión Europea al levantar
las sanciones que pesaban
contra Cuba es un balde de agua
fría para los líderes europeos, pero
también para el gobierno de su
hermano Raúl. Después de que la
UE acordó poner fin a las sanciones
impuestas cinco años antes
y que llevaban dos congeladas,
Estados Unidos y buena parte de
la disidencia cubana pusieron el
grito en el cielo. Por eso sorprendió
tanto la virulenta y rápida reacción
de Fidel Castro. Más aún
cuando La Habana había dado
a entender que se tomaría un
tiempo para responder la oferta
de diálogo de Bruselas.
Las claves del “desprecio” del
ex presidente cubano podrían
estar en el uso de ciertos términos:
Fidel Castro plantea que no
habla de “eliminación” o “levan-
Opinión
Roberto Quiñones Molina*
tamiento” de las sanciones sino
de “suspensión”, que implica
que esta medida podría no ser
tan definitiva como esperaba el
líder. La UE decidió además que
la postura será nuevamente revisada
dentro de un año, ante la
reticencia que mostraron algunos
miembros, como República
Checa, Suecia y Alemania.
Aunque no figura como condición
para la apertura oficial del
diálogo con la isla, la declaración
de la UE hace un llamamiento a
La Habana para que mejore “la
situación de los derechos humanos
mediante, entre otras cosas,
la liberación incondicional de todos
los presos políticos, incluidos
los que fueron detenidos y encarcelados
en 2003”. Fue ese incidente
el que dio pie a las sanciones.
“A Cuba, en nombre de los
derechos humanos, le exigen la
impunidad de los que pretenden
entregar, atados de pies y manos,
la patria y el pueblo al imperialismo”,
replicó Castro, y aprovechó
para atacar a la disidencia inter-
La sorpresiva acusación del comandante Fidel
Castro de que yo habría violado normas éticas
en el año 1994 por haberme enamorado de Verónica
Scarpati, argentina, que visitaba a su hermano Pablo en
su tratamiento médico en el Centro Internacional de
Restauración Neurológica de La Habana, Cuba, es una
acusación que me alivia y me sorprende.
Me tranquiliza respecto de la cantidad de infamias
que se dijeron en todo este tiempo. Por ejemplo, de
haberme quedado yo con dinero mal habido; no es lo
mismo ser un ladrón que pecar por amor.
Saber hoy por boca del propio Fidel que mi falta
fue el haber encontrado a quien desde entonces es la
compañera de toda mi vida, con quien he tenido dos
hijos maravillosos y he construido una familia, hace
ya 15 años y que eso me ha convertido en un “ gusano
imperialista”, merece por lo menos una consideración.
En el año 1994 tomamos con Verónica la decisión
de casarnos. Fue en La Habana, por lo que para llevar
a cabo este matrimonio tuvimos que pedir permiso
a la Juventud primero, luego al Partido Comunista y
a la seguridad del Estado, lo cual fue autorizado. El
14 de febrero de 1994 contrajimos enlace, que quedó
debidamente asentado en la Consultoría Jurídica
Internacional de este país. Todos estos trámites son
necesarios para poder casarse, todos fueron realizados
sin ninguna oposición. La prueba definitiva es que me
casé en esa ciudad, sin que nadie me acusara de haber
violado norma alguna. Es más: mi trabajo en la clínica
del Estado de Cuba siguió normalmente, al punto que
gané una beca para perfeccionarme en Japón en la
especialidad de neurocirugía.
Supongo que eso de “nada brillante en su expediente
profesional” no era el criterio que tuvieron las
autoridades de salud de Cuba de ese entonces y las
de Japón, puesto que para acceder a este beneficio
fui elegido entre muchos aspirantes. Para poder salir
de La Habana a Tokio, saqué mi pasaporte y pedí
autorización al gobierno, entre otros requisitos. Todo
mundo
Fidel es siempre el mismo Fidel. Cuba difundió esta semana las primeras imágenes del ex presidente en los últimos cinco meses.
Efectos especiales de ultramar
Los cancilleres de la Comunidad Andina repudiaron en
Lima la Directiva Retorno, aprobada el miércoles por el
Parlamento Europeo para endurecer las medidas migratorias,
ya que “no se condice” con los acuerdos existentes entre los
dos bloques regionales. El jefe de la delegación de la Comisión
Europea en Perú, Antonio Cardoso, reconoció que la medida
tiene “efectos de lectura complicados” y que “debe analizarse y
estudiarse en detalle”, pero aseguró que tendrá “efectos positivos”
para evitar la trata de personas y el crimen organizado.
na, compuesta por “mercenarios”
y “vendepatrias”.
El hecho de que Castro haya
manifestado su opinión antes de
la reacción oficial de La Habana
es una muestra de la “lucha interna”
que existe en la cúpula de
la isla. Aunque ya no ocupa nominalmente
ningún puesto en el
Carta abierta al comandante Fidel Castro
me fue concedido, por lo que emitieron el pasaje sin
que jamás me hubieran manifestado que había violado
normas éticas de ninguna naturaleza.
Sólo en el aeropuerto, seis meses después de mi
casamiento, y con el pasaporte emitido un mes antes,
la autorización del gobierno obtenida con veinte días
de anticipación, las valijas despachadas y mi mujer ya
embarcada, me fue comunicado que ella viajaría pero
yo no. Para esto, no hubo justificación alguna, lo que
causó mi sorpresa junto con la de mi madre y mi abuela
que habían ido a despedirme. Luego de este duro
momento, las autoridades del aeropuerto consultaron
con un funcionario y me autorizaron a subir al avión.
Tengo a disposición toda esa documentación.
Vuelvo a reiterar que me casé con todas las
autorizaciones que se requieren en mi país, y nadie
me lo impidió. Ante el mal momento vivido en el
aeropuerto, tomamos la decisión de radicarnos en la
Argentina. Sí, a la Argentina y no a Estados Unidos,
porque somos gente de familia y lo que nos interesaba
era vivir con nuestros afectos primarios.
Quiero decirle, comandante, que sí tuve ofertas
de instalar una clínica similar al CIREN en Miami
con muy buenos honorarios, y las rechacé porque
eso significaba transitar por otro camino que no era
ni es mi intención, además de separarnos de nuestra
familia argentina.
Llegué a este país en 1994 y empecé a trabajar.
Desde ese momento pedí al gobierno del doctor
Menem que me acompañara en el reclamo de que mi
madre, Hilda Molina, y mi abuela, Hilda Morejón,
pudieran reencontrarse conmigo en Buenos Aires. No
tuve suerte: recién en el año 2004, con el gobierno
no imperialista del doctor Néstor Kirchner, fui
escuchado. Me recibió la Cancillería primero y luego
la entonces primera dama, Cristina Fernández,
quien me invitó a su despacho con mi mujer y mi
dos hijos y se solidarizó con mi reclamo, siendo el
propio Presidente quien le enviara a usted dos cartas:
Ejecutivo cubano, Fidel Castro sigue
teniendo un papel muy influyente
en la isla. Por un lado, sigue
liderando el Partido Comunista,
“fuerza dirigente de la sociedad y el
Estado”. Además, al asumir la presidencia
en febrero, su hermano
Raúl anunció públicamente que le
“consultaría” todas las decisiones
la primera, en noviembre de 2004, y la segunda,
entregada en mano a su canciller Felipe Pérez Roque
en Córdoba, el 21 de julio de 2006, durante su visita
a esa ciudad, por parte del ministro de Relaciones
Exteriores argentino, licenciado Jorge Taiana.
Nunca he recurrido al gobierno de Estados Unidos;
ha sido el gobierno del doctor Kirchner el que
siempre planteó el caso.
Respecto de Hilda Molina, comandante, la discusión
en aquellos años giró en torno de si se sacaba a los
pacientes cubanos que estaban internados en el
CIREN, para que vinieran los extranjeros, porque Cuba
necesitaba de dólares ante la caída de la URSS. Quizá
mi madre se había encariñado mucho con sus pacientes
cubanos y por ello se negó a aceptar esta medida, sin
por eso pretender quedarse con la clínica.
Comandante, como médico sé que frente a cualquier
enfermedad prolongada la contención afectiva es muy
importante, por lo tanto en el día de ayer, cuando lo
vi por televisión junto al presidente Hugo Chávez
de Venezuela, que también se interesó por nuestro
caso, me puse muy contento y pensé cuán importante
debe haber sido para usted el acompañamiento de su
mujer, hijos y nietos en el duro trance que le tocó vivir.
Qué bien se lo ve, rezo por usted. Y eso es lo que yo
quisiera para mi familia: que mi abuela, que gracias al
gobierno de Cuba tengo conmigo, y mi madre, Hilda
Molina, junto a mi mujer y mis hijos estemos juntos un
tiempo para disfrutarnos, como usted en este tiempo
de menos actividad pública puede
disfrutar de los suyos. Por eso rezo,
comandante, sin ningún rencor,
por su salud, por su familia y por
la reunificación de la mía.
Que así sea.
*Hijo de la médica
cubana Hilda Molina reside
en Buenos Aires.
afp
más importantes que tomara el
gobierno tanto en política interior
como exterior.
No es la primera vez que Castro
expresa públicamente su
disconformidad con una medida
decidida por su hermano. A fines
de 2007, cuando Raúl Castro aún
gobernaba de manera interina,
La Habana anunció su intención
de firmar dos pactos internacionales
de derechos humanos.
Poco después, Fidel Castro reiteró
los motivos de su negativa
a rubricar esos textos. Aun así,
los pactos fueron firmados poco
después de que Raúl asumiera la
jefatura de Estado en febrero, en
una decisión aplaudida internacionalmente
y que fue uno de los
detonantes para que la UE decidiera
variar su postura respecto
de la isla (DPA). l