la autopercepción de los reclusos sobre el éxito ... - Juan Herrera .net

• Pérdida de vinculaciones. La entrada en prisión implica el aislamiento tajante e
inmediato. En consecuencia en la cárcel, a causa de la restricción de las relaciones
interpersonales llevará a una pérdida gradual de las vinculaciones emocionales
más intensas. El recluso irá perdiendo su papel relevante e irá perdiendo la noción
de la realidad del exterior y sus recuerdos se irán distorsionando e idealizando,
además el tiempo que pase en prisión será un tiempo vació de contenido, cuando
salga en libertad, para él el tiempo no habrá pasado e intentará retomar las cosas
donde las había dejado claro que para los de su entorno si habrán cambiado.
“Perderá su sitio”, es decir, no encajará, se sentirá fuera de lugar. Tendrá dificultad
para establecer vínculos emocionales.
• Alteraciones de la afectividad: sensación de desamparo y sobredemanda
afectiva. La principal consecuencia del proceso de inadaptación social, ligada a la
inseguridad situacional, es el desapego, que es la huida de las vinculaciones
afectivas como estrategias para evitar las frustraciones. Ese desapego conduce a
una indeferencia afectiva, que lo lleva a despreocuparse de las consecuencias que
tuviese su conducta incluso con personas cercanas a él mismo. En este momento
es cuando aparece la percepción de la propia vulnerabilidad. Todo ello es
consecuencia del ambiente carencial y contradictorio en el que se desarrolla su
proceso de socialización. Como consecuencias dentro de la cárcel podemos
destacar la inefectividad, desconfianza y la dificultad para expresar las emociones.
Pero también podemos destacar las consecuencias que se derivan del
preso una vez en libertad como pueden ser en primer lugar, la recuperación del
tiempo perdido y la autoestima. En segundo lugar, el preso necesita protegerse, se
refugia en la idealización del recuerdo, siente un profundo desaliento y fatalismo y
su capacidad de afecto permanece cuidadosamente oculta.
• Anormalización del lenguaje. El lenguaje sin duda es importante. De alguna
manera, de nuestro nivel de desarrollo lingüístico se desprenderán, no solo
nuestras posibilidades de comunicarnos con los demás, sino también nuestra
capacidad de reflexión, incluso de pensamiento. Conforme va avanzando el
proceso de prisionización, el preso va asumiendo determinados términos verbales
exclusivos de la cárcel, así como una entonación peculiar, e incluso una
gesticulación diferente.
Términos verbales exclusivos de la cárcel:
• Entonación peculiar.
• Gesticulación diferente.
Características del lenguaje penitenciario en cuanto a las palabras:
• Términos exclusivos del medio penitenciario.
En cuanto a las construcciones gramaticales:
• Frases breves y poco elaboradas.
• Lenguaje rígido.
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