30 El espléndido arte <strong>de</strong> <strong>Mongolia</strong> por Namsrain Ser-Odjav
Tortuga <strong>de</strong> granito <strong>de</strong> Karakorum, uno <strong>de</strong> los vestiglos que nos quedan <strong>de</strong> la antigua capital <strong>de</strong> Ogo<strong>de</strong>l, hijo <strong>de</strong> Gengls Kan, situada en la orilla <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>l Orjon, alpie <strong>de</strong> las montañas Jangai (<strong>Mongolia</strong>). De su caparazón se elevaba antiguamente una estela en la que estaban grabados los edictos <strong>de</strong> fundación <strong>de</strong> la ciudad. En el lugar <strong>de</strong>l monumento pue<strong>de</strong>n verse pie¬ dras colocadas a modo <strong>de</strong> ofrendas, prác¬ tica que con el nombre mongol <strong>de</strong> obo se ha conservado hasta nuestros días. Afines <strong>de</strong>l siglo XIX la comunidad científica internacional se enteró <strong>de</strong> que en el valle superior <strong>de</strong>l Orjon se había realizado un <strong>de</strong>scubrimiento arqueo¬ lógico <strong>de</strong> extraordinaria importancia. Allí don<strong>de</strong> el río forma un recodo y fluye por la llanura tras atravesar profundas gargantas se habían encontrado los vestigios <strong>de</strong> una ciudad inmensa sobre la cual parecía velar una gigantesca tortuga <strong>de</strong> piedra, símbolo <strong>de</strong> eternidad. Se trataba <strong>de</strong> la célebre Karakorum, ca¬ pital <strong>de</strong>l Imperio Mongol fundado por Gengis Kan en el siglo XIII. Erigida en la mar¬ gen <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>l río, estaba situada a 400 kilómetros al sudoeste <strong>de</strong> Ulan Bator, ac¬ tual capital <strong>de</strong> <strong>Mongolia</strong>, en una región apta tanto para la agricultura como para la gana¬ <strong>de</strong>ría y en la que existían yacimientos mine¬ ros sobremanera antiguos: la región <strong>de</strong> Dalajin-tal, verda<strong>de</strong>ra cuna <strong>de</strong> numerosas dvilizadones <strong>de</strong>l Asia central. Las extrañas inscripciones que figuraban en las estatuas y estelas <strong>de</strong> piedra encontradas en la ciudad se atribuyeron posteriormente a los "Tur¬ cos Azules", grupo <strong>de</strong> cuya gloria y trágico <strong>de</strong>stino nos hablan numerosos textos que datan <strong>de</strong> los siglos VI al VIH. Ciudad <strong>de</strong> unos cuantos millares <strong>de</strong> habi¬ tantes, Karakorum poseía una agricultura y una artesanía bastante <strong>de</strong>sarrolladas, un co¬ mercio muy activo y una vida intelectual refinada. Su fundación data <strong>de</strong> 1220, época en que el cuartel general <strong>de</strong> Gengis Kan se trasladó a orillas <strong>de</strong>l Orjon, seguramente cerca <strong>de</strong>l monte Melejit o "montaña <strong>de</strong> la tortuga". En la cumbre que hoy domina la al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Jarkorim pue<strong>de</strong> verse la imponen¬ te tortuga <strong>de</strong> granito. En torno a esa plaza fuerte fueron cons¬ truyéndose barrios <strong>de</strong> artesanos y comerdantes y viviendas hasta que el espado así ocupado adquirió hada 1230 un aspecto urbano. Posteriormente, el gran kan Ogö¬ <strong>de</strong>i, tercer hijo <strong>de</strong> Gengis Kan, or<strong>de</strong>nó que se emprendiera la construcción <strong>de</strong> impor¬ tantes edificios don<strong>de</strong> alojar a la adminis¬ tración <strong>de</strong> que había dotado al imperio y recibir dignamente a los embajadores que llegaban a su corte. En los diversos documentos extranjeros que se ocupan <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong> los primeros gengiskánidas, ésta aparece ante todo como una suerte <strong>de</strong> <strong>de</strong>pósito misterioso <strong>de</strong>l que surgen, en olas sucesivas, hordas <strong>de</strong> con¬ quistadores <strong>de</strong>senfrenados, luego como el centro económico, político y cultural <strong>de</strong> las tribus mongolas unidas en el siglo XIII y, finalmente, como un cementerio arqueoló¬ gico. Pero la realidad fue muy distinta. El monje Guillaume <strong>de</strong> Rubrouck, envia¬ do <strong>de</strong>l rey Luis IX <strong>de</strong> Francia, que fue recibido por Mongke Kan en 1256, nos ha <strong>de</strong>jado una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> la du¬ dad. Había en Karakorum doce religiones diferentes, por lo cual podían verse junto a El i<strong>de</strong>ograma <strong>de</strong>l soyombo que figura en la ban<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la República Popular <strong>de</strong> Mon¬ golia es para los mongoles el emblema nacional <strong>de</strong> la libertad y <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n¬ cia. Cada signo, perteneciente a una simbologfa antigua, cobra en este contexto un sentido particular. Por ejemplo, el signo <strong>de</strong>l fuego colocado sobre un sol y un cuar¬ to <strong>de</strong> luna padre y madre, respectiva¬ mente, <strong>de</strong>l pueblo mongol según la leyen¬ da significa aquí "Que el pueblo mongol viva y prospere en el tiempo". las mezquitas musulmanas monasterios bu¬ distas y una iglesia cristiana. La muralla <strong>de</strong> tierra que ro<strong>de</strong>aba la ciuda<strong>de</strong>la tenía cuatro puertas, cada una con su mercado propio. Obra maestra <strong>de</strong> la arquitectura <strong>de</strong> la época, el palacio <strong>de</strong>l kan Ogo<strong>de</strong>i constaba <strong>de</strong> dos pisos. La amplia sala central <strong>de</strong> recepción, sostenida por 64 columnas, era ejemplar por su refinamiento. Sus muros estaban adornados con pinturas y el suelo revestido <strong>de</strong> baldosas vidriadas <strong>de</strong> color ver<strong>de</strong>. Los techos, todos <strong>de</strong> tejas ver<strong>de</strong>s y rojas, tenían relieves ornamentales. La pre¬ dilección por la ornamentación y el ingenio¬ so empleo <strong>de</strong> unos cuantos recursos <strong>de</strong>cora¬ tivos, rasgos característicos <strong>de</strong>l arte arqui¬ tectónico <strong>de</strong> la época, creaban en el palado un ambiente festivo. Las excavaciones realizadas en los últi¬ mos años en Karakorum han corroborado ciertas afirmaciones <strong>de</strong> los testimonios es¬ critos. El palacio y los <strong>de</strong>más edificios eran <strong>de</strong> ladrillos cocidos, algunos <strong>de</strong> los cuales conservan aún el sello <strong>de</strong>l fabricante; las casas disponían <strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> calefac¬ ción situado en el subsuelo. Los barrios aristocráticos se extendían <strong>de</strong> norte a sur a lo largo <strong>de</strong>l Orjon; en los <strong>de</strong> los artesanos y comerdantes, así como en los <strong>de</strong> la adminis¬ tración, recientemente <strong>de</strong>scubiertos, se ha encontrado un abundante material arqueo¬ lógico: fragmentos <strong>de</strong> porcelana y <strong>de</strong> cerᬠmica vidriada, instrumentos agrícolas, he- 31