Ciro, el festin de una noche y la caida de un imperio - Escritores ...

Ciro
EL FESTÍN DE UNA NOCHE Y LA CAÍDA DE UN IMPERIO
Por
EMMERICH

CIRO ₪ Emmerich
_________________________________________________________________________
- 1 -
CUENTOS·TEOCRATICOS EDICIONES

© Noviembre 2006
Autor: Emmerich
Obra:
―Ciro‖
El festín de una noche y la caída de un imperio
© Abril 2007
Publicado por:
Cuentos·Teocráticos Ediciones
WWW.CUENTOSTEOCRATICOS.NET
Cuentos·Teocráticos Ediciones

EL FESTÍN DE UNA NOCHE
Y LA CAÍDA DE UN IMPERIO
Emmerich
_________________________________________________
ESCENA I
UN GRAN NÚMERO DE PERSONAS se movía dentro del enorme recinto, las cuales
estaban efectuando distintas tareas bajo la atenta mirada del superintendente Rashid. Este
recibía a cada momento toda clase de consultas en cuanto a la limpieza y ordenamiento de
dicho salón. Rashid sabía de su responsabilidad dado que al día siguiente, en este recinto
tan particular, se daría cabida a una gran fiesta, un enorme banquete que tendría como
anfitrión nada menos que al rey, a Belsasar. Por dicha causa la responsabilidad de este
superintendente era de una enorme envergadura, dado que no solamente debía conformar a
su rey, sino también a la gran cantidad de invitados que estarían presentes en ese día del
mes de Arahshamnú. Teniendo en cuenta este objetivo, dicho funcionario extremaba su
trabajo hasta en los más pequeños detalles. El piso del enorme salón debía brillar a niveles
de un espejo, los complicados capiteles tendrían que estar desprovisto de telarañas o del
mínimo rastro de polvo. Los sillones, numerosos debido a la gran cantidad de invitados,
estarían ubicados en lugares estratégicos, al igual que las mesas en donde se depositarían
los exquisitos manjares que ya se estaban preparando para este evento. Por este motivo el
trabajo de Rashid estaba coordinado con el de Shamir, el superintendente de la cocina. Para
dicho lugar estaban llegando los mejores manjares que se podían elaborar en el mundo
antiguo en el arte culinario: carne de ternera, productos porcinos, faisanes, los más
exquisitos pescados provenientes del Tigris y el Éufrates, frutas, vinos, licores, etc. Se
calculaba que el número de invitados sería aproximadamente de unas mil personas, la flor y
nata de la sociedad Caldea. Debido a ello ambos superintendentes querían mostrarse en su
mejor forma en sus respectivas áreas, querían evidenciar su máxima capacidad ante el rey
como demás cortesanos: ¡nada podía salir mal!
_________________________
ESCENA II
Una enorme columna de soldados se movía desde el oeste hacia las cercanías de la
capital caldea, Babilonia. Era el ejército medo–persa el cual marchaba en perfecto orden
militar. Al frente, rodeado por su oficialidad, estaba el comandante en jefe de todo este
ejército, el cual iba montado sobre un caballo negro. Se trataba de una persona de origen
- 3 -

CIRO ₪ Emmerich
_________________________________________________________________________
persa–arqueménida. Era de estatura relativamente baja, pero de complexión física fuerte,
musculosa y con varias cicatrices recibidas en múltiples batallas. Su nombre era Ciro, hijo
de Cambises y nieto de Ciro, es decir, llevaba el nombre de su abuelo. Los soldados, si bien
avanzaban de manera disciplinada, lo hacían lentamente, sin mayores exigencias. Sin duda
todos ellos, los cuales eran de origen medo–persa, se lo merecían después de la gran derrota
que le infligiera a los caldeos el día 14 del mes de Yashritú en la región de Sippar. Esto
llevó a Ciro preguntarle a uno de sus oficiales:
—¡Gobryas!
Este se le aproximó rápidamente y se puso a su lado.
—¡A tus órdenes mi señor!
—Así que hemos tenido pocas bajas en Sippar.
—Si mi señor, pues recuerda que nuestra artillería hizo el mayor trabajo y luego la
caballería remató rápidamente a los caldeos. Es cierto que algunos de nuestros soldados sí
fueron heridos y se perdieron algunos caballos, pero todo ello fue mínimo. Además, la
moral de todos tus soldados sigue muy alta y están dispuestos para lo que tú quieras.
—Bien Gobryas, esas son buenas noticias pues tengo en mente algo muy importante
y voy a necesitar un trabajo muy eficaz de parte de todos ustedes.
Esto despertó la curiosidad de Gobryas, el cual, después de meditarlo un poco,
inquirió a Ciro.
—Mi señor, ¿me autorizas a levantarte una pregunta?
—Si Gobryas, con toda confianza.
Ante esta autorización dicho oficial hizo su lógica pregunta.
—¿Cuál es ese proyecto que ocupa tu mente mi señor?
Ciro no contestó de inmediato a la pregunta del subalterno. Seguía cabalgando como
meditando y ensimismado ante la idea que tenía en mente. Gobryas, respetuosamente calló
en espera de la respuesta de su comandante en jefe, aunque por dentro seguía intrigado en
cuanto a cuál sería el proyecto de Ciro. Finalmente y después de un largo silencio éste
habló. Sus palabras dejaron a Gobryas estupefacto:
—¡VAMOS A TOMAR POR ASALTO A BABILONIA!
_________________________
ESCENA III
Rashid observaba con atención el ordenamiento del salón. Realmente estaba
conforme con lo que habían hecho sus siervos. Todo estaba en orden y dispuesto para la
gran fiesta del día siguiente. Es indudable que el más de centenar de sirvientes había
trabajado con esmero, sí, el gran salón estaba impecable. Pero ahora vendría una tarea
sumamente importante: hacer entrar al gran salón el monumento tan sagrado para los
caldeos: la esfinge del dios Marduk. Esta tarea no sería dirigida por Rashid sino por un
conjunto de sacerdotes debidamente seleccionados por ellos mismos. El transporte de esta
esfinge constituía un verdadero privilegio y por dicha causa la misma no podría ser dirigida
por cualquier subalterno de Belsasar. Rashid reconocía esto con plena conciencia. La
enorme estatua del dios pagano se ubicaría en un determinado lugar estratégico, ya
predeterminado. En realidad toda la festividad se desarrollaría dedicada a esta deidad.
- 4 -

CIRO ₪ Emmerich
_________________________________________________________________________
En determinado momento entró al salón el sumo sacerdote Napur, conversó
brevemente con Raschid, el cual le expresó que todo estaba en orden y cuando el religioso
así lo dispusiera podrían efectuar tan sagrada tarea. Luego de ello este sacerdote dio la
orden. Se abrió el enorme portal del recinto y entraron la enorme esfinge del dios Marduk.
La misma era transportada por jóvenes sacerdotes hacia un lugar que estaba en las cercanías
del trono del rey, hacia su derecha. Mientras la enorme estatua era trasladada a través del
salón, todo el personal se postraba en tierra en señal de la adoración más absoluta. Cuando
el endiosado monumento se ubicó en su correspondiente lugar, fue cubierto de inmediato
con un enorme manto. Recién entonces los sacerdotes autorizaron al resto de la gente a que
se incorporara y continuara con sus correspondientes trabajos.
_________________________
ESCENA IV
El campamento del enorme ejército medo–persa no estaba situado lejos de la ciudad
de Babilonia. Se había instalado hacia poco tiempo, y si bien estaba en las cercanías de la
capital de los caldeos, estos últimos no los podían ver dado que Ciro ubicó a sus hombres
detrás de una gran lomada ubicada al oeste de la hermosa ciudad de los jardines colgantes.
Cumplida esta etapa, Ciro llamó a su tienda a los oficiales de mayor rango para un consejo
de guerra. Una vez que todos ellos estuvieron presentes les expuso sin ningún preámbulo lo
que pocos días atrás le había expresado a Gobryas: tomar por asalto a la ciudad de
Babilonia. Obviamente este último estaba presente y ya conocía las intenciones de Ciro.
Pero dicho oficial de algo rango no traicionó la confianza de su comandante en jefe puesto
que no dijo nada al resto de la oficialidad del proyecto de su superior. Por esta causa, para
él no constituyó sorpresa alguna cuando escuchó el solemne anuncio: ¡capturar a Babilonia!
Pero cuando el comandante en jefe del ejército medo–persa expresó este proyecto al resto
de la oficialidad, estos quedaron con la boca abierta, y se empezaron a mirar unos a otros
como desconcertados. Ciro se dio cuenta de la situación.
—Señores oficiales, se que están sorprendidos y que dicha empresa les parece
imposible. es por esta causa que los he reunido, para determinar las diferentes y posibles
tácticas para llevar a cabo esta empresa. Los autorizo desde este momento a que se
expresen con la más alta libertad; pueden ponerse en posición de descanso.
Ante este anuncio uno de sus oficiales, el cual tenía una contextura física parecida a
Ciro, de piel oscura por años de sol y también circada de cicatrices, levantó su mano.
—Si Rahman, te escucho, se que tendrás que decir algo con relación a mi proyecto.
—Mi señor —respondió este respetuosamente—, ¿cómo es que piensas tomar por
asalto dicha ciudad con muros de más de 200 codos de altura y 25 de ancho? Además
están protegidos por el río Éufrates. Si tu táctica es atacar por los muros, recuerda mi
señor en cómo los escitas y hurrianos se desgastaron contra semejantes paredes y con
pérdidas cuantiosas de miles de vidas: se tuvieron que retirar completamente derrotados.
Si tu propósito es la de entrar por debajo de los muros mediante excavaciones, se que los
caldeos pusieron los cimientos a gran profundidad. Esto también sería una tarea
imposible. Por otra parte, si tu idea es la de efectuar el ataque atravesando el río Eufrates
con barcazas y balsas, las cuales primero tendríamos que construir, seremos detectados de
inmediato y presa fácil de los artilleros caldeos.
- 5 -

CIRO ₪ Emmerich
_________________________________________________________________________
Varios oficiales hicieron observaciones similares. Aún con la enorme experiencia
que poseían en cuanto a tácticas militares, no entendían cómo su comandante en jefe tenía
en mente semejante proyecto: ¡tomar por asalto a la capital de mundo! Cada uno de estos
aguerridos soldados anteponía sus objeciones ante el intrépido proyecto de Ciro. Sin
embargo, una vez que éste hizo una señal con su mano, todos se sumieron nuevamente en
un respetuoso silencio. De inmediato Ciro tomó el hilo de la conversación.
—Mis soldados, ¿conocen ustedes a Safé y Rubatán?
—Si mi señor —respondió de inmediato Rahman— son dos de nuestros más
prestigiosos ingenieros, pero ¿por qué lo mencionas?
—Los menciono porque probablemente mi proyecto esté muy relacionado con la
capacidad de ellos y la colaboración mancomunada de todos ustedes. Por este motivo los
he citado también a ambos y se que están afuera a la espera de que reciban mi orden para
entrar. Rahman, ve afuera y hazlos pasar.
Obedeciendo el mandato de su jefe, éste salió fuera de la carpa y de inmediato
volvió acompañado de dos personas. Estos no estaban vestidos con indumentaria militar.
Eran civiles. Se trataba de los ingenieros persas Safé y Rubatán. Entraron a la espaciosa
tienda y efectuaron una respetuosa inclinación ante la oficialidad, especialmente delante de
Ciro.
Siendo Safé el mayor, se dirigió ante su superior.
—Ciro, mi señor, estamos profesionalmente a tu servicio para lo que dispongas.
—Si, desearía plantearles un asunto importante, pero para tratarlo con mayor
tranquilidad, les pediría a ustedes, mis oficiales, que se retiren un poco a ese rincón y se
sirvan de alguna bebida y algo de comida. Incluso pueden discutir este asunto entre
ustedes con toda tranquilidad y sin mi presencia. Deseo hablar a solas con mis ingenieros.
Todos los oficiales, incluso Gobryas, hicieron el saludo militar ante Ciro y se
retiraron a una mesa que estaba servida con distintos manjares y bebidas. Empezaron a
servirse de los mismos, pero en vez de discutir entre sí el ambicioso plan de Ciro, se
dedicaron a observar en silencio y desde lejos la conversación entre su comandante en jefe
y los dos ingenieros.
Pudieron deducir que el primero de ellos les exponía el propósito de su estadía
cercana a la capital de los caldeos y luego su temerario objetivo. Los dos ingenieros
callaban respetuosamente, luego de lo cual pudieron ver que Rubatán le decía algo a Ciro.
Este último asintió con su cabeza, se retiró hacia un rincón de la enorme tienda, abrió un
armario del cual sacó un voluminoso rollo que enseguida puso en manos de uno de sus
ingenieros. Entre algunos sorbos y algo de comida, los oficiales observaron en cómo estos
dos profesionales de la construcción abrían el rollo sobre la mesa: era un mapa topográfico
de la ciudad de Babilonia y de sus alrededores, incluido el río Eufrates. Pudieron constatar
que los ingenieros estudiaban el mapa minuciosamente y que hablaban en voz baja entre sí.
Esta vez era Ciro el que callaba en señal de respeto ante el nivel técnico de estos
profesionales. Luego, después de un largo rato, observaron en cómo se dirigieron a su
superior y cómo Safé tomó la palabra y comenzó hablarle a Ciro. Vieron que mientras el
ingeniero mayor daba las explicaciones, Rubatán hacía distintos señas sobre el mapa. Era
una verdadera explicación en equipo. Pero los oficiales también observaron algo muy
curioso, y que les llamó mucho la atención. Mientras ambos ingenieros daban a su jefe lo
que ellos intuían que era una larga explicación, Ciro levantaba lentamente su vista como si
estuviera mirando hacia la lejanía, como observando algo abstracto en el espacio y en el
tiempo. También pudieron observar que Ciro cruzó sus brazos por delante de su
- 6 -

CIRO ₪ Emmerich
_________________________________________________________________________
voluminoso pecho y que comenzaba acariciarse con la mano derecha su ondulada y rubia
barba mientras asentía ligeramente con la cabeza y también comenzaba a esbozar una ligera
sonrisa en señal de satisfacción y aprobación.
Luego de ello llamó a sus oficiales para que se reunieran nuevamente con él.
—Mis oficiales, he tomado la decisión final. ¡Vamos atacar a Babilonia! Safé y
Rubatán me han explicado cuál es la única forma de hacerlo. De inmediato y de forma
urgente ambos se van a poner a trabajar en este asunto. No bien baje el sol comenzaremos
con una tarea muy importante.
_________________________
ESCENA V
El inmenso salón del templo mayor de Babilonia se iba llenado. Los distintos
personajes entraban conversando. Se trataba de nobles, banqueros, también lo hacían
comerciantes, exportadores e importadores, fabricantes, militares de alto rango, etc. Todos
estos dignatarios provenían incluso de las regiones más distantes del Imperio Caldeo. Bajo
la mirada supervisora de Rashid, los esclavos se inclinaban ante todos ellos y
respetuosamente los conducían a los distintos lugares ya debidamente reservados para ellos.
En los mismos ya habían acomodado sillones con confortables almohadones. Junto a estos
habían ubicado mesas para poner sobre las mismas los manjares y bebidas que Shamir
había preparado con tanto esmero. Estos no serían solamente de gran exquisitez y calidad,
sino que también se pondrían a disposición de los numerosos comensales en cantidades
colosales. Pero esto se haría recién una vez que el rey, Belsasar, estuviera presente. En
teoría la fiesta duraría largas horas, quizás hasta el amanecer.
No pasó mucho tiempo hasta que se escuchó una voz potente desde el gran portón
de entrada al salón; era el jefe del protocolo de la colosal reunión. Se trataba de Shamah el
cual hizo el siguiente anuncio:
—¡Queridos conciudadanos y distinguidos invitados de nuestro gran Imperio
Caldeo: en este momento entra nuestro rey Belsasar, corregente con su padre Nabonido.
Este último, desgraciadamente no nos honrará con su presencia debido a que se encuentra
en la ciudad de Borsippa y por razones de estado.
A partir de este anuncio se hizo un silencio sepulcral en todo el salón: hacía su
entrada prácticamente el monarca del mundo. De todas maneras su apariencia no hubiera
impresionado a uno que no lo conociera. Caminaba con cierta dificultad la cual trataba de
disimular. Se decía que estaba gravemente enfermo y lo único distintivo en él era su ropaje
real. El cortejo que lo seguía era inmenso: a ambos lados, aunque un poco detrás de él,
entraron dos oficiales militares de alto rango, los cuales eran sus edecanes; luego sus
esposas, concubinas y una larga fila de sátrapas. A medida que Belsasar iba atravesando el
salón con su prolongado cortejo, todos se pusieron de pie e hicieron una profunda
reverencia. Esta posición la mantuvieron hasta que Belsasar subió los escalones en donde
estaba su trono. Una vez que el rey caldeo ocupó su lugar de privilegio, se escuchó la voz
del sumo sacerdote Napur, el cual anunció:
—¡Queridos Babilonios!: esta reunión, la cual es honrada por nuestro rey
Belsasar, se hace en homenaje al dios supremo de todo el universo: Marduk. ¡En este
momento, todos y sin excepción debemos de rendirle la máxima adoración!
- 7 -

CIRO ₪ Emmerich
_________________________________________________________________________
Mientras se sacaba el manto que hacía de cobertura sobre la gigantesca estatua, se
escuchó el sonido de arpas, flautas y pequeños golpes de triángulo. De inmediato todos los
presentes, incluido Belsasar, se arrodillaron e inclinaron su cabeza hasta el suelo mientras
el sumo sacerdote, prácticamente en un estado de éxtasis, elevaba una oración a su dios
Marduk. Luego de ello este religioso autorizó a que cada uno volviera a su correspondiente
lugar. La fiesta ya podía comenzar.
_________________________
ESCENA VI
Los ingenieros salieron presurosos de la tienda de Ciro. Los oficiales daban
significativas muestras de curiosidad ante el motivo que justificaba la decisión de su
comandante en jefe.
—¡Soldados míos! ¡Ya está decidido y el plan está en marcha! Ahora ustedes
tendrán que trabajar mucho, rápida y de manera sumamente ordenada. Safé y Rubatán me
han demostrado que la única vía para entrar a Babilonia es desviando el río Éufrates. Este
plan ya se ha puesto en marcha.
Ante este anuncio los oficiales volvieron a quedar estupefactos. Iban de sorpresa en
sorpresa.
—Soldados… soldados, comprendo vuestro asombro —dijo Ciro hasta sonriendo—
esta empresa aunque aparentemente complicada, es bien factible de realizarse. Safé y
Rubatán me explicaron que en cierto trayecto del río existe en sus cercanías un gran
pantano y lago. Pues bien, la separación de estos lugares con respecto al cause del río no
es muy grande. En dicho lugar existe una especie de represa conformada por numerosas
piedras, y si las retiramos esto contribuirá a que se desvíe el río hacia esa zona inhóspita.
Con una buena cantidad de gente se pueden hacer esa tarea rápidamente. Estos ingenieros
ya se han puesto en marcha con gran cantidad de personal. Además los caldeos que
pudieran estar apostados en los muros, no nos podrán ver dado que estaremos protegidos
por la oscuridad de la noche.
—Pero mi señor —objetó tímidamente uno de los oficiales—, ¿crees tú que el río
descenderá en forma suficiente como para que nuestro ejército lo cruce de manera rápida
y eficaz?
—Los cálculos matemáticos que ellos me hicieron rápidamente —respondió Ciro—
demostraban que con la velocidad y magnitud de agua que fluye en la unidad de tiempo, el
retiro de las piedras de contención y el encauce del agua por el canal, posibilita que
nuestros soldados tengan dentro de unas pocas horas la superficie del río a la altura del
muslo. Ello posibilitaría entonces que no tengan que nadar y que transporten sus armas
cómodamente. Bueno, ¡ved de inmediato y organizad a los pelotones de la infantería y aún
la caballería dado que antes del amanecer, y con la ayuda de nuestros dioses, podemos
hacer nuestra entrada en esta ciudad!
Los oficiales se cuadraron ante Ciro, hicieron el saludo militar y salieron
rápidamente de su tienda.
- 8 -

CIRO ₪ Emmerich
_________________________________________________________________________
_________________________
ESCENA VII
La fiesta ya había comenzado. Gran cantidad de esclavos entraban al salón portando
amplias bandejas con los más exquisitos manjares. Shamir, realmente se había lucido.
Obviamente, el primero en ser servido fue el rey Belsasar, sus esposas y recién después la
gran cantidad de comensales. Hay que destacar que esta festividad no se celebraba
únicamente en el palacio del rey. Los más de 300 templos paganos de la ciudad estaban
abarrotados de gente rindiendo plena adoración a Marduk y demás deidades secundarias.
En esos lugares también se estaba banqueteando a pleno.
Shamir tuvo además en cuenta la gran cantidad de bebidas alcohólicas que tendrían
que servirse esa noche: para ello se proveyó un cuantioso número de jarras que se iban
llenando con los vinos más exquisitos que disponía todo el territorio de Caldea, incluso un
alto porcentaje de dicha bebida era importada.
Pero con el transcurso del tiempo empezó a ocurrir algo bastante lamentable: la
proporción de lo que se comía y bebía comenzó a desequilibrarse. Los manjares
comenzaron a dejarse de lado; ante la exigencia de Belsasar y la mayoría de los comensales
Shamir no tuvo más remedio que ordenar que se sirviera cada vez mayor cantidad de vino y
licores. Los brindis eran efusivos hacia el dios Marduk. Además, toda esta festividad estaba
coreografiada por grupos femeninos de baile, constituido por bellas bailarinas las cuales
estaban escasamente cubiertas de ropa y que hacían gestos y movimientos de evidente
demostración sexual durante sus respectivas danzas.
Pero, ¿sabrían los caldeos que el ejército medo–persa estaba acampado en las
cercanías de la ciudad y que ya se había puesto en marcha un plan de ataque? Por supuesto
que sí. Pero, ¿quién podría penetrar en la inexpugnable ciudad de Babilonia? ¡Todos los
ejércitos podrían atacar a la capital del mundo y no pasaría nada! Con relación a esto los
babilonios se sentían completamente seguros y protegidos. Pero Belsasar, como el resto de
los habitantes de Babilonia estaban en ignorancia de la suerte que correrían dentro de poco
tiempo... muy poco tiempo.
_________________________
ESCENA VIII
Los sudorosos y musculosos soldados contemplaban finalmente el resultado del
intenso trabajo que habían estado haciendo, es decir, cargando enorme cantidad de piedras,
las cuales incluso eran verdaderamente pesadas y voluminosas. Parte del líquido precioso
comenzó de esta forma a desviarse hacia un enorme lago y ciénaga. Tanto los atléticos
soldados —rubios la mayoría de ellos— como los oficiales, comprobaban en cómo los
cálculos físico–matemáticos de los ingenieros Safé y Rubatán habían sido exactos. Debido
al desvío producido, el nivel de las aguas estaba descendiendo de manera uniforme.
Rubatán envió entonces a uno de sus auxiliares en una barcaza a medir el nivel de
profundidad del río mediante una plomada. Esta penetró en el agua hasta un nivel de unos 5
pies. Al cabo de un rato los ingenieros recibían un nuevo informe: la plomada tocaba fondo
- 9 -

CIRO ₪ Emmerich
_________________________________________________________________________
a los 4 pies. ¡Excelente! Todo iba a pedir de boca. Obviamente estos ingenieros daban de
inmediato su informa a Ciro. Este demostraba con cada dato mayor satisfacción. Cuando
llegó la noticia de que el agua había descendido unos 3 pies, llamó rápidamente a su
lugarteniente militar Gobryas. Este recibió de inmediato una orden contundente:
—Gobryas, ve de inmediato y da la orden a los oficiales para que agrupen a los
soldados dado que en breves momentos iniciaremos nuestro avance a través del río.
—Sí, mi señor, se hará de acuerdo a tus órdenes —respondió Gobryas haciendo el
saludo militar.
Este partió rápidamente hacia el campamento de los oficiales, los cuales, en cierta
forma ya estaban preparados para la trascendental tarea: el asalto y conquista de Babilonia.
De esta manera comenzaron a bajar al río en forma ordenada. El ruido que hacían ante su
avance era el mínimo y tenían además el mayor cuidado para que sus armas no se chocaran
entre si. En menos de una hora, gran parte del ejército medo–persa ya estaba del otro lado,
saliendo casi sobre el murallón.
_________________________
ESCENA IX
La algarabía dentro del gran salón del palacio real llegó a niveles inusitados. El vino
y demás licores corrían a raudales con lo que se dio rienda suelta a todo desenfreno. La
mayoría de los asistentes perdieron absolutamente su compostura y las prostitutas que
habían traído a la fiesta hicieron en ese sentido su buena parte. El mismo Belsasar había
perdido su equilibrio y dignidad como rey, dado que estaba en completo estado de
embriaguez. Llegado cierto momento, la bacanal tomó un giro inesperado. En efecto, el rey
llamó a Raschid, el cual se mantenía completamente al margen de lo que estaba sucediendo
en el salón. Este superintendente no había probado bocado ni bebido alcohol en toda la
noche. Al llamado de su rey se le aproximó de inmediato:
—Si, mi rey, estoy a tus órdenes.
Belsasar visiblemente borracho y prácticamente arrastrando las palabras dio la
siguiente orden:
—Lo que quiero ahora es que bajes a los sótanos del palacio y nos hagas traer las
copas que en un tiempo habían pertenecido a los israelitas. ¡Ve de inmediato!
Semejante orden tomó a Rashid completamente por sorpresa, era algo
completamente inesperado y estaba fuera del protocolo de la organización del banquete.
Por dicha causa, tímidamente trató de objetar:
—Mi señor, mi rey, las vajillas y las copas que disponemos ahora cubren
perfectamente las necesidades de tus honorables invitados, además, los objetos sagrados
que tu pides los ha traído tu abuelo Nabucodonosor y él mismo los ha hecho guardar
cuidadosamente como reserva del tesoro de nuestro imperio.
A esta altura de los argumentos de Rashid, Belsasar lo interrumpió violentamente,
fuera de sí y prácticamente trabándosele la lengua:
—¡Rashid, me importa poco por cuales motivos mi abuelo trajo el tesoro de los
judíos. Él ya no está más entre nosotros, mi padre se encuentra en este momento lejos, por
lo tanto yo soy el que manda aquí y no tolero que alguien me contradiga! ¡Obedece por lo
tanto mi mandato ¡
- 10 -

CIRO ₪ Emmerich
_________________________________________________________________________
Luego prácticamente gritando ordenó,
—¡Trae de inmediato ese maldito tesoro de los israelitas!
Después de expresarse de ese modo, Belsasar caminó trastabillando por causa de su
evidente estado de embriaguez y se dejó caer prácticamente entre sus concubinas. Rashid
por su parte salió del salón muy contrariado debido a la orden del rey. Al cabo de un corto
tiempo entraron al salón varios esclavos portando sendos cofres. Los mismos contenían los
tesoros que Nabucodonosor había traído a Babilonia en el año 607 a. E.C. desde Jerusalén.
Desde entonces, es decir, durante casi setenta años, nadie había osado tocar tan precioso
botín. Recién ahora se rompía esa respetuosa tradición. A continuación Belsasar dio la
orden que abrieran estos cofres, que se repartieran las finas copas que contenían los mismos
entre sus esposas, concubinas y las llenaran de vino. Luego de ello pidió un brindis muy
especial, ante lo cual todos tuvieron que ponerse de pie y alzar sus copas.
—¡Elevemos todos nuestras copas y brindemos nuevamente por el más grande de
todos los dioses, por Marduk, el dios de todos los cielos y la tierra, el supremo!
Acto seguido los presentes vaciaron sus copas hasta el fondo trasuntando un gran
jolgorio. Pero no bien se cumpliera con este rito, ocurrió algo que estremeció e inquietó a la
mayoría de los presentes. Por todo el inmenso salón corrió como una brisa suave, pero
helada. La misma hasta hizo parpadear las pequeñas llamas de la enorme cantidad de velas
que iluminaban el salón. Pero lo que se pudo ver a continuación sí que estremeció a todos
sin excepción. En una de las grandes paredes del salón se vio una mano la cual empezó a
escribir una gran inscripción. Belsasar se asustó muchísimo dado que se dio cuenta de
inmediato que era un acto sobrenatural. Después que dicho mensaje estuvo estampado en la
pared, Belsasar lo quiso leer, pero no entendió nada. En un verdadero estado de histeria –
sumado a su estado de embriagues – pidió que le tradujeran la misma bajo el ofrecimiento
de una gran recompensa. Trajeron entonces a los adivinos y sortílegos, los cuales invocaron
a todos los dioses babilonios para poder traducir la incógnita de esa misteriosa escritura,
pero nada. Todos quedaron desconcertados. A esta altura de las cosas nuevamente entra
Rashid en escena, y de manera respetuosa se aproxima a Belsasar:
—Señor, mi rey, sugiero respetuosamente a una persona de mi conocimiento el cual
hace varios años atrás ayudó a tu antepasado Nabucondonosor en situaciones parecidas a
esta. Ahora ya es de edad avanzada, se llama Daniel.
—¡Traedlo de inmediato! —ordenó Belsasar—. ¡Y si traduce esta extraña
escritura lo recompensaré!
_________________________
ESCENA X
Cuando los primeros soldados de la infantería medo–persa salieron del agua del
lado del murallón, detectaron a dos guardias que estaban completamente desprevenidos.
Fueron ejecutados de inmediato. Más aun, habían ejercido su indolente vigilancia en un
portón que estaba abierto y el cual era dedicado a la diosa Isthar. A través de la misma los
oficiales de Ciro vieron la oportunidad de entrar a la ciudad. Dicho portón estaba
inexplicablemente abierto. Prácticamente todo el ejército se metió en la capital de los
caldeos por dicha entrada, seguido por la caballería, la cual no tuvo dificultad alguna para
cruzar el río Éufrates. En otras palabras: todo el ejército entró a la ciudad de Babilonia.
- 11 -

CIRO ₪ Emmerich
_________________________________________________________________________
Avanzaban por las calles principales y lo único que vieron eran algunas personas
civiles que al contemplar semejante ejército, no entendían nada. La vida de todos ellos fue
respetada. Tampoco se vio a soldado alguno por las calles. Ello tenía sus causas: 1) la
mayoría de ellos habían sido licenciados después de la derrota que sufrieran en Sippar,
teniendo en cuenta, además, el elevado costo económico para mantener un ejército en pie
de guerra, 2) dentro de Babilonia prácticamente no había necesidad de mantener un gran
ejército ante la suposición de que estaban ―protegidos‖ por los elevados murallones y el río
Éufrates, y 3) los pocos soldados que estaban de servicio se encontraban en ese momento
en los numerosos lugares de adoración. Por tal motivo, el ejército de Ciro encontró una
resistencia prácticamente nula. Sin embargo, el objetivo principal de este gran soldado era
la captura y ejecución de Belsasar. Además, sus propios espías ya le habían advertido en
dónde estaba el rey caldeo. Sí, había que llegar hasta el gran templo.
_________________________
ESCENA XI: FINAL
Rashid entró al salón acompañado de una persona mayor, muy entrada en canas.
Tenía un porte erguido, que trasuntaba un gran carisma y respeto. Respetuosamente hizo
una reverencia a su rey, pero sin mirar a nadie. Sus altos principios teocráticos le impedían
observar las situaciones lamentables que estaban desarrollándose en ese recinto real. A
continuación Belsasar se dirigió a él.
—Según me dicen Daniel, tú eres capaz de leer e interpretar la escritura que
apareció milagrosamente en esa pared.
Daniel miró al rey con mucha seriedad, hizo una pausa y dijo lo siguiente:
—Leeré la escritura misma al rey, y la interpretación le haré saber. En cuanto a ti,
oh rey, el Dios Altísimo mismo dio a Nabucodonosor tu padre el reino y la grandeza y la
dignidad y la majestad. Y debido a la grandeza que Él le dio, todos los pueblos, grupos
nacionales y lenguajes resultaron estar temblando y mostrando temor delante de él. A
quien quería, mataba; y a quien quería, hería; y a quien quería, ensalzaba; y a quien
quería, humillaba. Pero cuando su corazón se hizo altivo y su propio espíritu se hizo duro,
de modo que actuó presuntuosamente, fue bajado del trono de su reino, y su propia
dignidad le fue quitada. Y de los hijos de la humanidad fue echado, y su corazón mismo
fue hecho como el de una bestia, y con los asnos salvajes su morada fue. Vegetación le
daban a comer tal como a toros, y con el rocío de los cielos su propio cuerpo llegó a ser
mojado, hasta que supo que el Dios Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y
que a aquel a quien quiere coloca sobre él.
Mientras Daniel daba esta interpretación se paseaba lentamente con uno de sus
brazos cruzados al frente y gesticulando con el otro, como si no estuviera hablando con
alguien en particular. Pero llegado cierto momento se plantó de golpe frente a Belsasar, lo
miró fijamente a los ojos, lo señaló con el dedo índice, y las palabras que siguieron fueron
como un mazazo:
—‖Y en cuanto a ti, su hijo Belsasar, tú no has humillado tu corazón, aunque
sabías todo esto. Antes bien, contra el Señor de los cielos te ensalzaste, y trajeron delante
de ti hasta los vasos de su casa; y tú mismo y tus grandes, tus concubinas y tus esposas
secundarias han estado bebiendo vino de ellos, y tú has alabado a meros dioses de plata y
- 12 -

CIRO ₪ Emmerich
_________________________________________________________________________
de oro, cobre, hierro, madera y piedra, que nada contemplan y nada oyen y nada saben;
pero al Dios en cuya mano tu aliento está, y al cual pertenecen todos tus caminos, no has
glorificado. Por consiguiente, de delante de ti se enviaba el dorso de una mano, y esta
misma escritura se inscribió. Y esta es la escritura que se inscribió: MENÉ, MENÉ,
TEQUEL y PARSÍN.
A continuación, Daniel alternaba el señalamiento de cada una de estas tremendas
palabras con observaciones directas hacia el rey:
—‖Esta es la interpretación de la palabra: MENÉ: Dios ha numerado los días de
tu reino y lo ha terminado.
‖TEQUEL: has sido pesado en la balanza y has sido hallado deficiente.
‖PERÉS: tu reino ha sido dividido y dado a los medos y los persas‖.
Todos los presentes escucharon esta tremenda sentencia de Daniel, la cual,
obviamente era inspirada. Sin embargo, algunos de los presentes, los más jóvenes, no lo
tomaron muy en serio y hasta se empezaron a reír. Pero los de mayor edad, los que eran de
la edad aproximada de Daniel, se acordaron muy bien de aquel asunto de los tres jóvenes
israelitas que habían sido arrojados a un horno ardiente y luego salieron de ese lugar
completamente ilesos. También recordaron el famoso sueño de Nabucondonosor de un
árbol gigantesco, y cómo este mismo Daniel, bastante más joven entonces, le hizo la debida
interpretación y cómo todo se cumplió al pie de la letra. Sí, estas personas se dieron cuenta
que a Daniel había que tomarlo muy, pero muy en serio; ellos sí que no se rieron, todo lo
contrario, quedaron sumamente preocupados y hasta asustados por lo que habían
escuchado. Belsasar por su parte quedó como en un estado neutro, imperturbable, como no
dándose cuenta real de lo que estaba pasando, de las tremendas consecuencias de lo escrito
milagrosamente en la pared y que había sido interpretado por este anciano israelita. Su
única reacción fue breve y lacónica.
—Recompensadlo y que se retire.
No bien Daniel y Rashid salieron del salón, entró corriendo un soldado visiblemente
perturbado.
—¡Mi señor! ¡Mi rey! ¡Por favor! Poneos a salvo. El ejército medo–persa entró a
nuestra ciudad y avanza a marcha forzada hacia este palacio ¡Por favor, huid!
Aquí sí se produjo un verdadero desorden. Todos empezaron a correr histéricamente
hacia cualquier lado. Los efectos del alcohol mostraban nuevamente sus verdaderos
resultados dado que todos gritaban, se chocaban entre sí, se caían, se volvían a levantar y
nuevamente a correr hacia cualquier lado. Pero ya era tarde. De repente se abrió la
gigantesca puerta del salón y todos los presentes quedaron petrificados, helados. Vieron
ante ellos un gigantesco pelotón de aguerridos y musculosos soldados armados hasta los
dientes. Al frente del mismo estaba Gobryas, el cual obedeciendo el mandato de Ciro dio
con énfasis una orden aterradora:
—¡Ejecutad a todos los presentes!
A partir de ese momento dicho recinto se convirtió en un lugar masivo de ejecución,
en donde la sangre corrió a raudales. Los pocos soldados babilonios presentes nada
pudieron hacer para defender a su rey. Todos ellos como Belsasar fueron muertos a espada.
Las palabras de Daniel se cumplieron plenamente.
- 13 -

CIRO ₪ Emmerich
_________________________________________________________________________
_________________________
EPÍLOGO
En una noche, sí, en una sola noche, en el mes de Arahshamnú del calendario
caldeo, o el mes de Tishri de acuerdo al judío, cayó todo el imperio Babilónico–Caldeo.
Solo Nabonido se había salvado debido a que en esa fecha estaba distante en la ciudad de
Borsippa. Se cuenta que este rey babilónico trató de reconquistar la ciudad pero fue
derrotado por Ciro. Este último, bondadosamente le perdonó la vida y Nabonido
aparentemente se retiró de la vida pública. A partir de esa noche comenzó el dominio ario
de los medos y persas y la caída definitiva del imperio semítico de los caldeos. El reinado
combinado de los primeros parece que fue bueno. Después de esa trágica noche en la cual
fue tomado el palacio, la vida de los caldeos fue respetada. No hubo saqueos e incluso se
les ayudó económicamente. También se les respetó su religión. Lo llamativo es que no fue
Ciro el nuevo rey, sino un medo llamado Darío. Se especula que quizás ambos fueron
corregentes. Otros, que el único rey fue Darío y que Ciro seguía siendo el comandante en
jefe de todo el ejército y que seguía haciendo conquistas importantes. También se especula
que el Gobryas ya citado varias veces, quizás él haya sido en realidad Darío. Pero todo
esto quizás no sea lo más importante. En lo que sí podemos especular es que los israelitas
que estaban cautivos de los caldeos, quizás le pidieron una audiencia a Ciro y le hayan
mostrado los rollos proféticos de Isaías escritos un siglo y medio antes. Le deben de haber
mostrado que su nombre, Ciro, estaba escrito explícitamente, y que llegaría a ser un gran
libertador del futuro y que sería el ―ungido de Jehová‖. Seguramente este gran militar se
debe de haber impresionado por ello. Esto lo debe de haber impulsado a que liberara –entre
otros – a estos israelitas los cuales ya hacía casi setenta años que estaban cautivos en el
imperio que recién había caído en sus manos. Como consecuencia de ello, en los primeros
días del mes de Tishri del año 537 a. E.C. estos fueron autorizados a regresar a su región
original, a Judea. El nuevo Imperio de los medos y de los persas dominó el mundo antiguo
durante unos dos siglos, hasta la aparición de otro gigante, un verdadero coloso llamado
Alejandro Magno.
.oOo.
- 14 -