Tamalameque Historia y leyenda
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<strong>Tamalameque</strong><br />
<strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong><br />
Diógenes Armando Pino Avila
Primera Edición, Mil ejemplares. Mayo de 1991. Impreso: Fundación para la<br />
promoción de la cultura y la Educación Popular, FUNPROCEP,<br />
Bucaramanga.<br />
Coordinación: Luís Emiro Millán M. Angelmiro Suárez.<br />
Dibujo de la Portada: Edgar Guerra Noriega.<br />
i
<strong>Tamalameque</strong> historia y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Avila<br />
INDICE<br />
INTRODUCCIÓN 9<br />
ALGO DE HISTORIA 11<br />
NUESTRAS RAICES 16<br />
ORDENAMIENTO POLÍTICO - SOCIAL 16<br />
VALENTÍA INDÍGENA 17<br />
LA RELIGIÓN 17<br />
COSTUMBRES DE NUESTROS INDÍGENAS 18<br />
ANIQUILAMIENTO DEL INDÍGENA: 19<br />
GENERALIDADES 22<br />
SEGREGACIONES 23<br />
TRADICIÓN ORAL 25<br />
ESCRITO EN LETRAS DE ORO 26<br />
LOS INCENDIOS DE TAMALAMEQUE 28<br />
TRADICIÓN RELIGIOSA 29<br />
SAN MIGUEL 29<br />
EL SANTO CRISTO: 29<br />
EL CLAVO MILAGROSO: 29<br />
EL ALCALDE Y EL CRISTO: 30<br />
LOS PAILITEOS NOS CAMBIARON EL CRISTO: 30<br />
EL GANADO DEL CRISTO: 31<br />
LAS PRENDAS DEL CRISTO: 31<br />
OTROS SANTOS: 33<br />
RENACER DE LAS TAMBORAS 35<br />
RASGOS Y PERFILES 37<br />
LA LENGUA TAMALAMEQUERA 37<br />
LOS APODOS 39<br />
REFRANES, DICHOS Y EXPRESIONES COMUNES 41<br />
UNA ZANJA PARA EL ALCALDE 43<br />
EL NUEVO SÍNDICO 45<br />
RICARDO CHAJÍN, GARCÍA MÁRQUEZ Y HUGO CÁLIZ. 46<br />
LA EDAD DE ADÁN 47<br />
LAS GALAPAGAS DE LA VIOLENCIA 48<br />
CREENCIAS: 50<br />
EL MAL DE OJO: 50<br />
LA TIERRA DEL CEMENTERIO: 51<br />
ENTERRAR EL OMBLIGO: 51<br />
LA BRIZNA EN EL OJO: 51<br />
SANTA LUCÍA 51<br />
EL AZUFRE EN LA TINAJA: 52<br />
AGUA EN LA SAL DERRAMADA: 52<br />
EL LLANTO DEL NIÑO AMAINA TEMPESTADES: 52<br />
LOS RAMOS BENDITOS: 52<br />
EL DIENTE EN EL TECHO: 52<br />
LA FLOR DEL TOTUMO: 53<br />
HUÉSPED EN EL FOGÓN: 53<br />
EL ABEJÓN: 53<br />
EL PERRO BOCARRIBA: 53<br />
UNA MARIPOSA NEGRA: 53<br />
LA ESCOBA VOLTEADA: 53
VOLTEAR EL MUÑECO: 54<br />
LAS ORACIONES: 54<br />
LOS BRUJOS: 54<br />
LAS BRUJAS: 55<br />
LAS BRUJAS VOLADORAS: 55<br />
LAS BRUJAS HECHICERAS: 55<br />
LOS CURIOSOS: 56<br />
DETENER LA DEFECACIÓN DEL PERRO: 56<br />
MISTERIO DE LA MARIAPALITO: 56<br />
LA SALIVA EN AYUNAS: 56<br />
VOLTEAR EL MUÑECO: 56<br />
JUEGOS Y RONDAS 57<br />
CACHO: 58<br />
LIBERTAD: 58<br />
LA CORREA ESCONDIDA: 59<br />
LA NONÍNA: 59<br />
LA LLEVA: 59<br />
LA CAÑIJUELA: 60<br />
PAJUIL - PAJUIL: 60<br />
LA CINTA: 61<br />
EMILIANO: 61<br />
REQUEMA: 62<br />
HACER CASITAS: 62<br />
CANCIONES DE CUNA 63<br />
PUNDERO 63<br />
AREPITA 63<br />
SE LE CAE 63<br />
CABECITA LOCA 63<br />
SEÑORA SANTANA 64<br />
CÁLLATE NIÑITO 64<br />
DUÉRMETE NIÑO 64<br />
SANA SANA 64<br />
LEYENDAS 65<br />
LA LLORONA LOCA: 65<br />
LA LLORONA LOCA: (Paseo) Benito Barros 67<br />
LA LUZ CORREDORA: 68<br />
LAS ÁNIMAS DE LOS PALOS GRANDES: 68<br />
EL CABALLO COJO: 69<br />
EL CUERO ARRASTRAO: 69<br />
LOS CUCURUCUS: 69<br />
EDUCACIÓN 71<br />
COLEGIO SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS 72<br />
INSTITUTO TAMALAMEQUE. 72<br />
COLEGIO PIO XII 73<br />
FIGURAS TÍPICAS 74<br />
DON ANDRÉS ROBLES 74<br />
EL TELEGRAMA: 74<br />
LOS ZAPATOS APRETADOS: 74<br />
QUIENES ESTAMOS MANDANDO: 74<br />
EL DISCURSO: 74<br />
MODESTO VEGA: 74<br />
WACHIMAN 74<br />
EL VIEJO LASCA 74<br />
FAUSTO LA MONA 74<br />
EL TIGRE DE JUANONA 74<br />
MAYORCA 74<br />
iii
MARÍA MANTILLA: 74<br />
DON JULIO ARIAS: 74<br />
NATALIO GÓMEZ 74<br />
POR FIN PARIÓ PAULA: 74<br />
DOMINGO NACIÓ DOMINGO: 74<br />
EL QUE NO SABE: 74<br />
LA HORMIGA LOCA: 74<br />
LOCALISMOS DE USO CORRIENTE 74<br />
BIBLIOGRAFÍA 74<br />
DIÓGENES ARMANDO PINO AVILA 74<br />
iv
v<br />
TAMALAMEQUE<br />
HISTORIA Y LEYENDA<br />
DIÓGENES ARMANDO PINO AVILA
A Mi madre:<br />
A Petra:<br />
vi<br />
DEDICATORIA<br />
QUE ME ENSEÑO A VOLAR CON IMAGINACIÓN.<br />
QUE ME HACE POSAR LOS PIES SOBRE LA TIERRA.
AGRADECIMIENTOS<br />
Al Lic. .ERNESTO GUTIÉRREZ MEJIA (Q.e.p.d)..<br />
A ÓSCAR SURMAYRAMÍREZ.<br />
A JOSÉ HERNÁNDEZ ROBLES.<br />
Alcalde, Contralor y Tesoreros respectivamente del municipio de <strong>Tamalameque</strong><br />
Colombia, en el año 1.991. Ellos hicieron posible la viabilidad económica del<br />
proyecto de publicación de estos escritos.<br />
vii
"Fermina Daza se asustó cuando empezó a<br />
sentir la sirena del buque dentro del oído<br />
sano, pero al segundo día de anís oía mejor<br />
con ambos. Descubrió que las rosas olían<br />
más que antes, que los pájaros cantaban al<br />
amanecer mucho mejor que antes, y que<br />
Dios había hecho un manatí y lo había<br />
puesto en el playón de TAMALAMEQUE<br />
solo para que la despertara". 1<br />
1<br />
GARCÍA MARQUEZ, GABRIEL, El amor en los tiempos del cólera, Bogotá, Editorial Oveja Negra, 1.985,<br />
p. 468.<br />
viii
<strong>Tamalameque</strong> historia y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Avila<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Desde pequeño me han fascinado las historias y cuentos, y todas las noches, de<br />
esa infancia apacible, escuchaba extasiado las que contaba el Tío Sixto, hermano<br />
de mi abuela, quien tenía la facultad de contar y contar historias sin repetir<br />
ninguna.<br />
Mi madre, Bonifacia Ávila, mujer sencilla, quien posee la rara característica de<br />
saber escuchar, oía de sus tías, Felipa y Signecia, las historias y anécdotas del<br />
<strong>Tamalameque</strong> de ayer. Ella —mi madre— entretenía y entretiene aún, mis ratos<br />
libres contándome las historias y <strong>leyenda</strong>s que ella oyó. Yo heredé esta afición —<br />
la de escuchar— y nunca pierdo la ocasión, de escuchar una buena historia, un<br />
verso o una frase que pinte cualquier realidad de la vida. Nunca me falta en la<br />
cartera un pedazo de papel, donde anotar algo curioso que oiga. Y mantengo una<br />
colección de anécdotas, frases, chistes, dichos, versos y refranes, pescados en<br />
cualquier parranda, garrapateados de cualquier forma, en cajas de fósforos,<br />
billetes o cajetillas de cigarrillos, que después son sacadas en limpio, anotadas en<br />
cualquier papel o grabadas en mi memoria. Hoy he querido desempolvar toda esta<br />
serie de datos, para darlos a conocer, tratando de contribuir con ello al rescate de<br />
nuestra historia local y a la divulgación escrita de nuestra cultura popular.<br />
Sobre la historia local, no pretendo hacer un compendio ni un estudio del caso,<br />
sencillamente, trato de hacer un aporte a la recopilación de ella, publicando una<br />
serie de datos recogidos desde mi vida de estudiante; esperando que esto sea el<br />
abrebocas, para que los profesionales y estudiosos de mi pueblo, se preocupen<br />
por ello, y, en serio, comiencen a recabar los datos con la aplicación de técnicas<br />
de investigación, para así, de verdad, escribirle la historia a <strong>Tamalameque</strong>.<br />
En lo referente, a las costumbres, personajes, <strong>leyenda</strong>s y demás anotaciones que<br />
contiene éste escrito, quiero confesarles: "No son mías". Son en realidad,<br />
propiedad de todos. Son en verdad, la herencia cultural de cuatrocientos cincuenta<br />
años de historia. Yo sencillamente, las tomé prestadas, las procesé<br />
condimentándolas con mi estilo, poniéndoles un poco de mi inventiva, y hoy, ¡las<br />
quiero devolver públicamente, para que quede evidencia!<br />
En otros aspectos —en forma por demás atrevida— a más de fantasear para<br />
divertirme, hago una serie de comentarios y análisis donde dejo sentada mi<br />
personal forma de ver esos fenómenos. Tomando al <strong>Tamalameque</strong>ro, como lo que<br />
es, en su verdadera dimensión de hombre creador, acomodado felizmente dentro<br />
de su ambiente, reconciliado con su medio, preciso en su forma ecológica de<br />
enfrentar su cotidianidad, dejando siempre para después lo que puede hacer<br />
ahora, encarnando el prototipo perfecto del famoso " complejo del dejao”, que<br />
Orlando Fals Borda describe en su obra " y Loba. <strong>Historia</strong> doble de la Costa".<br />
Es que, éste, nuestro pueblo, detenido en el tiempo, por su ancianidad ha
contagiado a sus moradores con el estatismo histórico-físico que padece. Aquí son<br />
validas las palabras de Pedro U. Socarras Rivera en sus "Leyendas y<br />
Cuentos”, donde dice refiriéndose a <strong>Tamalameque</strong>:<br />
"...Ahí su gente está, durmiendo siesta de siglos a las orillas del<br />
Gran Río, como contagiado con la pereza de aguas casi<br />
inmóviles". 2<br />
En fin, con pedazos de cosas de aquí y de allá, recogidas al paso de los años, y<br />
recicladas después, he formado esta recopilación de escritos, para gritarle al<br />
mundo que <strong>Tamalameque</strong> vive. Que este sitio que escogió Dios, para posar el<br />
manatí que hizo para despertar a Fermina Daza, en "El Amor en los Tiempos<br />
del Cólera" de Gabo, palpita pletórico de <strong>leyenda</strong>s y fantasías, sumergido en su<br />
historia centenaria.<br />
A las nuevas generaciones <strong>Tamalameque</strong>ras, que posiblemente leerán mis líneas,<br />
les dejo estos versos de José Coronel, un Poeta popular de la Nicaragua<br />
después de la Revolución Sandinista:<br />
"No volverá el pasado<br />
Ya todo es de otro modo<br />
Todo de otra manera<br />
Ni siquiera lo que era es<br />
ya como era<br />
Ya nada de lo que es será<br />
lo que era<br />
Ya es otra cosa todo<br />
es otra era". 3<br />
Decirles a ellos, los de las futuras generaciones, que tengan presente el pasado,<br />
para afirmarse en el presente y poder proyectar el futuro.<br />
2<br />
SOCARRAS, RIVERA, PEDRO U. Leyendas y cuentos, Barranquilla, Universidad Simón Bolívar, 1.984,<br />
p. 209.<br />
3<br />
CORONEL, JOSÉ, No volverá el pasado, En Envío, publicación mensual del Instituto Histórico Centro<br />
Americano, año 7, número 87, Managua 1.988, p 47.<br />
10
<strong>Tamalameque</strong> historia y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Avila<br />
ALGO DE HISTORIA<br />
Hablar de la historia de <strong>Tamalameque</strong>, es hablar de la historia del Río Magdalena,<br />
que es lo mismo que hablar de la historia de la Conquista y Colonia de Colombia.<br />
Con razón Rafael Gómez Picón al referirse a <strong>Tamalameque</strong> dice:<br />
"Movida estuvo la fundación de este antiguo poblado cuyas<br />
raíces hunden en la entraña de la conquista y la Colonia,<br />
situado en diferentes sitios de las rutas que aquellos iban<br />
determinando. El nombre está muy vinculado a la historia<br />
como resistente eslabón que liga el alma indígena con la<br />
hispánica. Es a manera de un elipse de descubrimiento, de<br />
conquista, que constituyó la obsesión de los españoles desde el<br />
foco de Santa Marta, al dividir en dos brazos sus Expediciones,<br />
que enrumbaban el uno por tierra, siguiendo la hoya del Cesar,<br />
y el otro por agua tomando la ruta del Magdalena. El foco de<br />
encuentro era éste". 4<br />
Aquí se denota, a las claras, la importancia de este pueblo, escala obligada de los<br />
españoles en sus expediciones hacia el interior del País. Para introducirnos en<br />
materia, hablemos de las expediciones que tuvieron que ver con <strong>Tamalameque</strong>:<br />
Primero fue Pedro de Lerma y sus gentes, que exploraron el Valle de Upar y en<br />
su afán de exploración llegaron al Río Grande pasando por <strong>Tamalameque</strong>.<br />
El Clérigo y Bachiller Diego de Viana con ciento cincuenta hombres capitaneados<br />
por Juan Céspedes y Juan de San Martín, por tierra y tres barcos capitaneados<br />
por Rodrigo Liaño, Alonso Martín v Juan Chamorro, por el río. Después de<br />
muchas peripecias, se encuentran en la región de <strong>Tamalameque</strong> a orillas de la<br />
ciénaga de Zapatosa. En esta región muere el Clérigo Diego de Viana y se da la<br />
disputa de liderazgo entre Céspedes y San Martín contra Santos de Saavedra.<br />
Esta expedición es diezmada por los indios.<br />
Ambrosio Alfinger en 1.531 salió de Maracaibo, decidido a llegar al valle que<br />
queda al lado de la Sierra Nevada. Después de atravesar semejante extensión de<br />
terreno y avasallar a cuanta nación indígena encontraba a su paso, dejando una<br />
estela de espanto, crímenes, violaciones y saqueos, que mostraban sus<br />
sanguinarios instintos, cayó en la región de <strong>Tamalameque</strong>. Aquí ataca a los<br />
indios:<br />
"Ya sobre la enorme laguna, los indios huyeron, unos a la selva<br />
y otros se refugiaron en una isla en cuyo centro se encontraba<br />
una pintoresca población, resguardada por centenares de<br />
canoas, circunstancia esta que, (...) les infundía tal confianza,<br />
que impasibles y sonrientes se asomaban a las puertas de<br />
las casas mostrando sus alhajas de oro (...) Y se<br />
4 GÓMEZ PICÓN, RAFAEL, Magdalena río de Colombia, Bogotá, Editorial, Santa Fé, 1.945. p. 273.
lanzaron al agua (los españoles) jinetes en sus corceles,<br />
semejando extraños y poderosos seres a quienes nada<br />
ni nadie detenía (...) Cuando los sintieron cerca. Salieron<br />
en precipitada fuga (...) Siendo aprisionado el Cacique<br />
<strong>Tamalameque</strong> o Comunujagua, quien desde ese instante<br />
constituyó un valioso rehén para dominar a los demás<br />
Jefes que opusieran resistencia". 5<br />
En esta cómoda posición, Alfinger, para desgracia de los indígenas Chimilas,<br />
montó su, centro de operaciones en las tierras de <strong>Tamalameque</strong>, aniquilando y<br />
vejando la población indígena, que no atinaba a revelarse por temor a las<br />
consecuencias de esto le podría traer a su prisionero cacique. Alfinger, por último,<br />
pidió un elevado rescate en oro que los Chimilas pagaron (más de 100.000<br />
ducados). Liberando al cacique, decidió abandonar el territorio, partiendo hacia<br />
Chinácota, donde murió a causa de una flecha envenenada que le traspasó la<br />
garganta.<br />
En 1.536. el Gobernador de Santa Marta Fernández de Lugo, autoriza y nombra<br />
Teniente General al Licenciado Don Gonzalo Jiménez de Quesada para que<br />
parta en expedición a descubrir el nacimiento del Río Grande de la Magdalena.<br />
Este marcha con quinientos hombres por tierra y doscientos cincuenta en siete<br />
embarcaciones que suben por el río. Estos últimos, naufragan en las costas de<br />
Cartagena unos y otros llegan hasta Malambo (antigua Guamal), donde fueron<br />
acogidos hospitalariamente por el cacique Milo o Melo. Sin embargo Quezada,<br />
después de extraviarse varias veces llegó a <strong>Tamalameque</strong>.<br />
"A los veinte días de estar en <strong>Tamalameque</strong> recibe noticias de<br />
los barcos que envió el gobernador García de Lerma para<br />
reemplazar los bergantines que habían naufragado".Fernández<br />
de Lugo había muerto. 6<br />
Quesada parte de ahí hacia Sompallón y luego rumbo a la Tora, Opón arriba, no<br />
sin antes tener que reforzar el valor de sus hombres con la ayuda del padre Las<br />
Casas:<br />
"El padre Las Casas usó de su elocuencia para amortiguar la<br />
resistencia que presentaba la mayor parte de la expedición a la<br />
continuación de aquellas andanzas que a tantos descalabros<br />
venía siempre aparejados. 7<br />
Aquí es necesario hacer un alto en la narración histórica, para aclarar ideas y<br />
ubicarnos realmente sobre la verdadera dimensión de <strong>Tamalameque</strong>;<br />
comenzando por analizar los siguientes puntos:<br />
<strong>Tamalameque</strong> inicial mente fue un pueblo indígena enclavado en una isla en la<br />
Ciénaga de Zapatosa -posiblemente Isla Grande- ahí habitaba el Cacique<br />
Tamalaguataca o <strong>Tamalameque</strong>, una especie de Rey Indio que gobernaba toda<br />
la nación Chimila.<br />
5<br />
Ibidem, p. 279.<br />
6<br />
MORALES PADRÓN FRANCISCO, <strong>Historia</strong> del descubrimiento y Conquista de América, Madrid, Editora<br />
Nacional, 1981, p. 629.<br />
7<br />
RANGEL PAVA, GENECCO, El país del Pocabuy, Bogotá, Editora Nelly, 1947, p. 25.<br />
12
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
Por los constantes ataques de los colonizadores españoles, los indios mudaron la<br />
población hasta junto el Río Cesar y le dieron el nombre de THAMARA o<br />
TAMALAMEQUE.<br />
"Nos dice OVIEDO que, Aqüeste pueblo de THAMARA está<br />
junto al río que se dijo de susso llamado Xirirí, e allí luego<br />
entra en una laguna grande, que tiene de ancho cuatro o cinco<br />
leguas, la cual falta poco que no ciña todo el pueblo con el río.<br />
Es aquella población mejor e mayor que los cristianos han<br />
visto en aquellas partes, y goza de buenos aires e tiene<br />
alrededor muchas sabanas e muy poco monte". 8<br />
Con el paso obligado de los expedicionarios españoles, los indios trasladan esta<br />
población a los playones de Sompallón donde forman el poblado de<br />
Sompallón o <strong>Tamalameque</strong> (hoy El Banco).<br />
En 1.53.6, Quesada lo fundó frente a en un sitio denominado Barbudo:<br />
"Le cupo en buena suerte a este pueblo de recibir el bautismo<br />
de Don Gonzalo Jiménez de Quesada en el año 1.536, que a<br />
quizá de ensayo dejó esta fundación con el nombre de<br />
BARBUDO antes de darle cimiento a la ciudad de Santa Fé" .9<br />
Que es lo mismo que decir que <strong>Tamalameque</strong> es más viejo que Bogotá, lo<br />
anterior es corroborado, en parte, por De la Rosa:<br />
"La primera vez estuvo situado en la misma orilla del Río<br />
Grande, frontero a la Villa de, y esto consta de la Ley Real de<br />
las recopiladas para Indias". 10<br />
También fue fundado un poco más arriba donde hoy queda la población de<br />
Tamalamequito: En las Sabanas que hoy se llaman de <strong>Tamalameque</strong> viejo". 11<br />
Por último donde nos encontramos hoy día "en las sabanas de Chingalé,<br />
donde hasta hoy permanece desde el año 1.680 del siglo pasado". 12<br />
Todo lo anterior nos da una base sólida para afirmar, como ya lo hice en otro<br />
escrito: “La historia de <strong>Tamalameque</strong>, nos da para concluir, que debido a los<br />
constantes cambios de sitios de la población, hicieron de sus moradores, unos<br />
irradiadores de costumbres y cultura a lo largo del Río , dando origen a una serie<br />
de poblados". 13<br />
De esta manera y siguiendo siempre a <strong>Tamalameque</strong> se fue fraguando la<br />
Tambora, como expresión folklórica y cultural del hombre del Río,<br />
constituyéndose en el canto primigenio, fuente matriz de los otros cantos, de la<br />
región de la Costa Atlántica.<br />
8<br />
Ibidem, p. 38.<br />
9<br />
Ibidem, p. 54.<br />
10<br />
DE LA ROSA, JOSÉ NICOLÁS, La Floresta de Santa Marta, Bogotá, Biblioteca Banco Popular, 1.975, p.<br />
206.<br />
11<br />
Ibidem, p. 206.<br />
12<br />
Ibidem, p. 206.<br />
13 PINO AVILA, DIÓGENES ARMANDO, La Tambora, Universo Mágico, Editorial Fumprocep,<br />
Bucaramanga, 1.989, p. 25.<br />
13
Establecerle un fundador, es por tanto difícil, pues sería necesario escoger entre<br />
Diego de Viana, Alfinger, Quesada o cualquier otro español integrante de estas<br />
expediciones, tal como, en efecto fue Lorenzo Martín. Veamos que dice Gómez<br />
Picón sobre el particular:<br />
"Hasta quedar definitivamente en el sitio donde hoy se<br />
encuentra, en la Recopilación de Leyes de India se afirma que<br />
Jiménez de Quesada lo trasladó a un sitio llamado BARBUDO,<br />
(...). En 1.544 el capitán MANJARRES volvió a fundarlo<br />
frente a en un sitio denominado SAN JUDAS TADEO DE<br />
PORTACA -hoy el PALOMAR- y en 1.680 el padre<br />
BARTOLOMÉ BALZERA o CÉSPEDES le vino en ganas<br />
trasladarlo a las bellas sabanas de CHINGALÉ,<br />
sombreadas por cejas de monte y esbeltas palmeras y<br />
erizada de tacanes o comejeneras que blanquean cual<br />
puntiagudas tumbas de extraño cementerio; ya con el<br />
nombre de NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO y SAN<br />
MIGUEL DE LAS PALMAS DE TAMALAMEQUE. Sin<br />
embargo otros historiadores, la dan por fundada en el<br />
año 1.544 por el Capitán JUAN DE CÉSPEDES en<br />
obedecimiento a ordenes del Adelantado LUGO". 14<br />
El cuento no para ahí, ya que otros historiadores sostienen que <strong>Tamalameque</strong> fue<br />
fundado por Lorenzo Martín en el año de 1.544 en los playones de Sompallón<br />
con el nombre de San Miguel de las Palmas de <strong>Tamalameque</strong> o San Miguel de<br />
las Palomas de <strong>Tamalameque</strong>.<br />
"Luego, por algunas circunstancias fue mudado sucesivamente<br />
de sitios. La memoria colectiva preservada por la tradición<br />
oral, cuenta de tres incendios que destruyeron a<br />
<strong>Tamalameque</strong>..." 15<br />
Precipitando con esto, -aún más- al cambio constante de sitios de la ciudad. Luego<br />
dos siglos largos después, viene don Fernando de Mier y Guerra, re-fundando<br />
poblaciones a orillas del Magdalena, y refunda a Guamal, El Banco,<br />
Chimichagua, Chiriguaná y <strong>Tamalameque</strong> entre otras, en el año de 1.747,<br />
cumpliendo órdenes del Rey.<br />
Por último, todos los historiadores consultados están de acuerdo en afirmar que la<br />
última fundación obedece a Fray Bartolomé Balzara:<br />
"La razón de estas mutaciones la oí comúnmente a aquellos<br />
vecinos antiguos, y fue que tenían por cura al Lic. BALZERA;<br />
éste era de natural intrépido, y cuando se enojaba con aquellos<br />
Regidores porque no le hacían algún gusto, hacía cargar las<br />
imágenes de la parroquia y las campanas, y trasladándose a<br />
donde les parecía, levantaba Altar portátil para celebrar, y<br />
colgaba las campanas de un árbol y mandaba a repicar la<br />
víspera de fiesta. Preguntábase unos a otros ¿qué era aquello?,<br />
y los que lo sabían respondían: "La ciudad de <strong>Tamalameque</strong><br />
que la han mudado allí el P. BARTOLOMÉ, y se veían<br />
14 GÓMEZ PICÓN, RAFAL, op. Cit., p. 290.<br />
15 PINO AVILA, DIÓGENES ARMANDO, op. Cit., p.25.<br />
14
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
obligados a ir allá, por cumplir con el precepto". 16<br />
Como se podrá observar, la confusión es total; los historiadores discrepan en todo,<br />
pero analizando lo anterior podríamos atrevernos a afirmar que <strong>Tamalameque</strong> fue<br />
fundado varias veces, unas como prueba, otras por cortos períodos de tiempo<br />
siendo mudado y vuelto a fundar, por situaciones como: incendios, inundaciones,<br />
caprichos etc. Lo que si está claro, es que, <strong>Tamalameque</strong> fue fundado en serio en<br />
el año 1.544 por Lorenzo Martín.<br />
El día de su fundación no se conoce con exactitud, pero aplicando un poco de<br />
lógica, respecto a la mentalidad religiosa del español, quienes tenían muy en<br />
cuenta el Santoral Católico en sus fundaciones y actos importantes, y como<br />
costumbre desprendida de lo anterior de dar el nombre del Santo del día al objeto<br />
de su descubrimiento o fundación. Entonces, es fácil aseverar que si<br />
<strong>Tamalameque</strong> se llamó San Miguel de Las Palomas de <strong>Tamalameque</strong> o San<br />
Miguel de Las Palmas de <strong>Tamalameque</strong>, fue porque Lorenzo Martín quería<br />
honrar a dicho Santo por ser ese su día. Por tanto <strong>Tamalameque</strong> tuvo que ser<br />
fundado un 29 de septiembre, día que el Santoral Católico dedica a San<br />
Miguel.<br />
16 DE LA ROSA, JOSÉ NICOLÁS, op. Cit., p. 206.<br />
15
<strong>Tamalameque</strong> historia y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Avila<br />
NUESTRAS RAICES<br />
El elemento aborigen que pobló nuestras tierras, era descendiente directo de la<br />
familia Caribe; es el indio Chimila quien puebla nuestro territorio, emparedándose<br />
con los Malibues y los Pocabuyes, para dominar de ésta manera, la extensa<br />
zona:<br />
Esto explica por qué:<br />
"desde hasta Gamarra, cerrando un triángulo en el Valle de<br />
Upar" .17<br />
"Aún en 1.579 se distinguían dos grupos que hablaban idiomas<br />
emparentados: Los MALIBU del Río y los MALIBU de las<br />
Lagunas. Los Malibú del Río vivían principalmente en las<br />
poblaciones de TAMALAMEQUE, TAMALAGUATACA y<br />
NICAHO, así como los de la ribera entre esta región y<br />
Tenerife; mientras que los Malibú de las lagunas vivían entre<br />
las regiones de SENPEHEGUAS,<br />
PANQUICHE(pancuiche), POTOSÍ, ZAPATOSA,<br />
SIMICHAGUA Y SOLOBA o SALOA". 18<br />
"La toponimia de la región de la ciénaga de Zapatosa, se repite<br />
en la región de, donde existen aún sitios con los nombres de<br />
SEMPEGUA, GUATACA, MENCHIQUEJO Y CHILLOA". 19<br />
ORDENAMIENTO POLÍTICO - SOCIAL<br />
Estos, los indios Chimilas, nuestros antepasados, tenían un ordenamiento<br />
político-Social muy singular:<br />
Un enorme reino regentado por un cacique mayor, El cacique Tamalaguataca,<br />
quien como se dijo, habitaba en el poblado de <strong>Tamalameque</strong> situado en una isla<br />
en la ciénaga de Zapatosa. Todo este reino, muy sabiamente estaba dividido en<br />
pequeños señoríos, regentados por caciques locales como: Cumunujagua,<br />
Chimichagua, Chiriguaná, Chilloa etc. Quienes le debían admiración, cariño,<br />
obediencia y respeto a su señor el Cacique Tamalaguataca o <strong>Tamalameque</strong>.<br />
17 PINO AVILA, DIÓGENES ARMANDO, op. Cit., p. 11.<br />
18 REICHF _ DELMATOF, GERARDO, Datos Histórico-Culturales sobre las Tribus de la Antigua<br />
Gobernación de Santa Marta, Bogotá, Banco de la República, 1.951, p. 105<br />
19 PINO AVILA, DIÓGENES ARMANDO, op. Cit., pp.28-29.
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
VALENTÍA INDÍGENA<br />
Nuestros antepasados aborígenes, fueron guerreros valientes que defendieron<br />
con furia sus territorios contra la invasión española. Pruebas de ello hay muchas:<br />
De los 150 hombres que acompañaron a Viana en la expedición auspiciada por el<br />
gobernador de Santa Marta, García de Lerma, solo regresaron 70, pues, los<br />
restantes fueron diezmados por los indios <strong>Tamalameque</strong>s.<br />
Otro pasaje interesante narrado por Aguado es el que narra la expedición de<br />
Quesada después de partir de <strong>Tamalameque</strong> hacia la Tora:<br />
"Al llegar a la TORA, en vista de que los enfermos, por su<br />
estado de gravedad, pedían mucha quietud, resolvieron<br />
regresarlos a Santa Marta bajo el cuidado del Licenciado<br />
JUAN GALLEGOS. Y así, con ciento cincuenta hombres,<br />
entre sanos y enfermos, echaron sus embarcaciones agua<br />
adelante. Pero el Diablo, que en todo anda metido, había<br />
dispuesto que el indio ALONSO XEQUE, natural de<br />
THAMARA, viniera envuelto en esta gente, que rabiando de<br />
saña y de despecho por muchas desazones que había recibido<br />
de los expedicionarios, traía la intención firme y valedera de<br />
cobrar con prima todos los agravios recibidos. Y así, con cierto<br />
ardid y zalema ganó la voluntad de los Gallegos para llevar las<br />
embarcaciones hasta su pueblo donde puso en aviso a todas las<br />
tribus, de sus diabólicos planes, que fue como haber tocado un<br />
avispero, porque fue tal la refriega, que todas las<br />
embarcaciones quedaron en completa ruina" 20<br />
LA RELIGIÓN<br />
Podemos mencionar la existencia del Dios Marayajna, citado por Jorge Isaac en<br />
su "Libro Sobre Los Chimilas". Además tenían un Demonio llamado "Ytaylas"<br />
al que ruegan por conducto del "Mayhan Mayhuan" o sacerdote en términos<br />
cristianos, al que llamaban los españoles: "Mohán".<br />
"En honrar a Ytaylas le realizaban pequeñas festividades,<br />
aunque por lo encontrado en documentos parece que no tenía<br />
mucha importancia para los aborígenes, a excepción hecha en<br />
los días que iban a la guerra, donde ésta se convertía en un<br />
verdadero rito sagrado, en honor del señor. De ahí la<br />
preocupación de los blancos por enseñarles el Ave María y<br />
otras oraciones para sacarles el Diablo y luego sí bautizarlos en<br />
la fe de Cristo". 21<br />
20<br />
RANGEL PAVA, GENECCO, op. Cit. Pp. 28-29.<br />
21<br />
REY SINNING, EDGAR, Configuración Histórico-Cultural del Bajo Magdalena, Bucaramanga, 1.987, p.<br />
7.<br />
17
COSTUMBRES DE NUESTROS INDÍGENAS<br />
Es muy nutrida en documentos de la época, la narración de las costumbres de los<br />
Chimilas, en dichos documentos los españoles, que tienen otro ordenamiento,<br />
jurídico - cultural y religioso, ven con malos ojos las costumbres de los aborígenes,<br />
escandalizándose de sus "Herejías" - según ellos -por tener y adorar unos Dioses<br />
diferentes y por tener normas de comportamiento y costumbres diametralmente<br />
opuestas a las del blanco.<br />
Los españoles narran escandalizados las formas de vida de los indios Chimilas,<br />
quienes en poco tiempo consumían lo que a ojo de buen español - debía<br />
alcanzarles para todo el año. Desconociendo con esto que la forma de producción<br />
del indígena no concebía la acumulación de riquezas, si no que se producía<br />
únicamente para satisfacer las necesidades primarias de su población.<br />
Los Chimilas, como casi todos los indígenas americanos<br />
cultivaban maíz." a éste producto lo llamaban: á, u ajkua y los<br />
Caribes: Acuassi". 22<br />
Nuestros aborígenes, sacaban del ajkua (maíz) una especie de fermento, que<br />
utilizaban para emborracharse al que llamaban "MAN", esto lo hacían con<br />
frecuencia y escandalizaban a los mojigatos españoles.<br />
"Estas fiestas o festejos permanentes en que se regocijaban<br />
dando gracias posiblemente a la naturaleza las llamaban<br />
'Antai'". 23<br />
El mismo Rey Sinning, para no remitimos a otra fuente, cita un documento tomado<br />
de la obra de Juan Freide diciendo:<br />
22 Ibidem, p. 2.<br />
23 Ibidem, p. 5.<br />
24 Ibidem, p. 4.<br />
18<br />
"Otro documento en tal sentido y muy significativo es el<br />
producido por ANTONIO RODRÍGUEZ DE MEDINA<br />
Alcalde de <strong>Tamalameque</strong>, el Licenciado FRANCISCO<br />
GÓMEZ RONDÓN y por el Vicario ALONSO BERMÚDEZ,<br />
solicitado por el Gobernador de Santa Marta don LOPE DE<br />
OROZCO quien a su vez había recibido orden del Rey DON<br />
FELIPE DE ESPAÑA y fechado en SAN MIGUEL DE LAS<br />
PALMAS DE TAMALAMEQUE el 5 de Marzo de 1.579, en<br />
el cual se reseñan todas las actividades características de la<br />
Provincia de Santa Marta y afirman los europeos que " cuando<br />
no ocupan el tiempo en borracheras que entre ellos son<br />
continuas, lo gastan en dormir" (...) "todos hacen borracheras<br />
tan desordenadas e inconsideradamente que pudiendo con lo<br />
que cogen pasar el año sin padecer necesidades, lo gastan y<br />
'consumen en sus convites y bebidas que cada día hacen". 24
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
ANIQUILAMIENTO DEL INDÍGENA:<br />
Con la llegada del invasor blanco comienza el vía crucis del indígena americano,<br />
vía crucis éste, que a punto de cumplir 515 años (1.492 a 2.006) no termina aún.<br />
La historia de la conquista y la colonia está plagada de hechos que aterran la<br />
mente civilizada de hoy; sucesos en los cuales se da el aniquilamiento<br />
indiscriminado del indígena en lo físico, espiritual y cultural. Nuestros indígenas<br />
son asesinados, vejados, esclavizados y aculturizados por el blanco en nombre de<br />
Dios y los reyes de España, implantándole violentamente la religión católica, el<br />
idioma castellano, la cultura y el ordenamiento jurídico del europeo.<br />
Bajo la forma de la encomienda, se disfraza el descarado abuso de la explotación<br />
a los indios con el pago de múltiples gravámenes como el quintaje y otros. Como<br />
la única vía de comunicación era e río Magdalena, hizo esto que el Español<br />
utilizara a indígena en la dura labor del Boga, lo cual lo aniquilaba<br />
inmisericordemente; tomemos un aparte de la "Carta A Su Majestad" que le<br />
envía Martín Camacho, visitador de la corona en el año de 1.596 que dice:<br />
"... Los cuales indios como no son marineros ni bogaron en su<br />
vida, y el trabajo de la boga es tan grande, se mueren como<br />
moscas, y de ésta manera afirmo a Vuestra Majestad, según he<br />
sido informado de cristianos religiosos doctrineros, y yo he<br />
visto que no hay un año que no consuma la boga más de<br />
quinientos de éstos indios". 25<br />
Esto en lo que hace referencia únicamente a. Pero en el mismo documento<br />
Camacho le dice a su Majestad que él a más de servir a Dios vino además a<br />
liberar de éste martirio a los indios, sobre lo cual anota que de más de cuarenta<br />
mil ha venido a reducirse el censo a menos de dos mil. Aterradora realidad que<br />
demuestra los estragos catastróficos del genocidio cometido por el español sobre<br />
nuestros indígenas.<br />
Los españoles, por lo menos en el papel:<br />
"Como consecuencia de la campaña de FRAY BARTOLOMÉ<br />
DE LAS CASAS, a raíz del exterminio de la población nativa<br />
en tierras antillanas, la corona<br />
española promulgó en 1.542 las Leyes Nuevas, con las cuales<br />
se pretendía contener el creciente poder de los encomenderos<br />
que ávidos de enriquecimiento, explotaban a los indígenas con<br />
tareas extenuantes y mortíferas". 26<br />
En cumplimiento de éstas Leyes Nuevas, en el año de 1.556, se le siguió<br />
"Proceso En TAMALAMEQUE A JUAN ESPELETA,<br />
DIEGO GÓMEZ Y Otros, Quienes Diciéndose Encomenderos<br />
25<br />
NOGUERA MENDOZA, Crónica Grande del río, Bogotá, Edit. Sol y Luna, 1.980, p. 68.<br />
26<br />
PEÑA GALINDO, DAVID ERNESTO, Los Bogas de Mompox, <strong>Historia</strong> del Zambaje, Bogotá, Tercer<br />
Mundo Editores, 1,988, p. 21.<br />
19
De Dichos Naturales, Les Daban Crueles Tratamientos Y Sin<br />
Conciencia Los Explotaban". 27<br />
Como caso curioso es bueno registrar "El Intríngulis Jurídico" armado por los<br />
"Arriscados Momposinos", quienes para evadir el peso de la ley y:<br />
"Con el fin de salirse con la suya, bajo una mampara de<br />
legalidad, los encomenderos de Mompox hábilmente fabrican<br />
un caso de política territorial sin precedentes: El Cabildo<br />
Momposino solicita en 1.574 el traslado de la Villa a la<br />
población de <strong>Tamalameque</strong> (...) en territorio perteneciente a la<br />
gobernación de Santa Marta, y sorprendentemente la Audiencia<br />
lo autoriza". 28<br />
Lo anterior lo argumentan aduciendo que <strong>Tamalameque</strong> está más lejos del Río<br />
que Mompox y que por lo tanto no sufrirían las arremetidas de las enormes<br />
crecidas frecuentes del Magdalena, donde perdían sus casas, enseres, ganado y<br />
cosechas.<br />
"... En 1.577 el cabildo momposino plantea una novedosa tesis<br />
jurisdiccional, que la convertiría en " Caso Aparte" dentro de la<br />
legislación Colonial Expresa que a pesar del traslado de la<br />
ciudad a la otra ribera, y por consiguiente a otra gobernación,<br />
desean que continúe bajo la jurisdicción del Gobernador de<br />
Cartagena". 29<br />
Esto, óigase bien, trae como resultado que el gobernador de Santa Marta, al sentir<br />
disminuido sus dominios, tercie en el pleito:<br />
"... él era de la opinión que la jurisdicción de los futuros<br />
vecinos procedentes de debían estar en el gobernador de Santa<br />
Marta, aunque admitía que las apelaciones a las sentencias<br />
dictadas por la justicia ordinaria fuesen falladas por el<br />
Gobernador de Cartagena". 30<br />
Tamaño lío jurídico, ampliado a la máxima expresión al pronunciarse<br />
FERNANDEZ DE BUSTO, Gobernador de Cartagena.<br />
"... Observando socarronamente que no es su intención<br />
oponerse, pero que, ante los problemas que se derivarían de<br />
una población 'enclave de Cartagena dentro de la provincia<br />
samaria, con respecto a TENERIFE, que había sido fundado<br />
para contrarrestar la influencia de sobre el río, por parte de<br />
Santa María, y que seguiría dependiendo administrativamente<br />
de esa Gobernación, sugiere - súplica - 'que pese a su<br />
jurisdicción el poblado de Tenerife, perteneciente hasta<br />
entonces a la Gobernación de Santa María. Aduce como<br />
justificación que también el citado poblado tributaba por el<br />
sistema de boga, y podía darse el caso. Si no se integraba, que<br />
las ordenanzas y medidas que él como Gobernador dictase para<br />
<strong>Tamalameque</strong>, entrasen en colisión con las que promulgasen el<br />
27 Archivo Nacional, Salón de la Colonia, Tomo XXXI, pp. 224-264.<br />
28 PEÑA GALINDO, DAVID ERNESTO, op. Cit., p. 28.<br />
29 Ibid, p. 29.<br />
30 Ibid, p. 33.<br />
20
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
Gobernador de Santa María para Tenerife". 31<br />
Con todo éste "Enredalapita" los encomenderos y traficantes de la zona<br />
quedaron con las manos libres, en ésta "tierra de nadie", para seguir explotando<br />
inmisericordemente al indio. Vistas así las cosas, no podían ser más desoladoras<br />
para los indios de la ribera del río, y sobre todo para los Chimilas.<br />
Todos éstos avatares hacen que sea urgida una solución y<br />
"MARTÍN CAMACHO (1.596) sugiere, ante la pavorosa<br />
visión del genocidio, la clásica solución lascasiana: Sustituir<br />
las canoas por fragatas, embarcaciones mayores, y de superior<br />
calado -sería uno de sus principales inconvenientes, los que<br />
darían al traste con su buena intención- pero con tripulación<br />
mixta, indio y negros, con predominio de éstos últimos". 32<br />
Trajo, naturalmente como consecuencia este hecho, el cruce racial entre negro e<br />
indio, dando inicio al zambaje. En ésta historia de negros, indios y blancos,<br />
cruzados entre si, estas tres étnias, se fermenta la formación de nuestra raza, una<br />
raza nueva, una RAZA CÓSMICA, como diría José Vasconcelos.<br />
31 Ibid, p. 33<br />
32 Ibid, p. 35<br />
21
GENERALIDADES<br />
<strong>Tamalameque</strong>, municipio del departamento del Cesar, situado al sur del<br />
departamento, a cuatro horas por carretera a Valledupar y a cinco horas a<br />
Bucaramanga, se halla enclavado a un kilómetro de la margen derecha del río<br />
Magdalena; distante 17 kilómetros de la carretera al Mar, comunicado a ésta por<br />
un ramal nacional que parte de la población de El Burro.<br />
Limita por el Norte con el municipio de Chimichagua y Pailitas, por el Oriente con<br />
Pelaya, por el Sur con el municipio de La Gloria y por el Occidente con los<br />
departamentos de Bolívar y Magdalena.<br />
Su cabecera municipal está localizada a los 8- 52' de Latitud Norte y 73- 49' de<br />
Longitud, al Oeste de Greenwich. Está a una altitud de 50 metros sobre el nivel del<br />
mar, con una temperatura promedio de 28° - 30°C.<br />
Tiene una población aproximada de 12.000 habitantes el municipio, de los cuales<br />
7.358 viven en su cabecera en 650 casas de habitación (Dane Censo 1985).<br />
Cuenta con los corregimientos de: Puerto Boca, Antequera, Palestina, San<br />
Bernardo y Zapatosa. Además con los caseríos de Las Palmas, Pueblo Nuevo,<br />
Mundo Nuevo y Pasa Corriendo, veredas como: Coloradito, Sábana Larga,<br />
incrementadas últimamente por la formación de asentamientos campesinos, que<br />
han invadido los grandes latifundios del municipio formando pequeños caseríos<br />
como:<br />
El Leñal 25 de Marzo de 1.971<br />
Mahoma y Flojera 21 de Abril de 1.972<br />
Alianza Campesina 5 de Junio de 1.983<br />
12 de Octubre, en esa fecha de 1.984<br />
Bella Esperanza Noviembre 20 de 1.986<br />
Los naranjos Enero 25 de 1.988<br />
El recreo febrero 21 de 1.984<br />
Hacaritama Julio 20 de 1.987.<br />
<strong>Tamalameque</strong> está adornado en su topografía con las ciénagas de Zapatosa,<br />
Alfaro, Bijao, Cascajo, Combú, Cristo, Guamalito, Guarumal, Sahaya, Totumito,<br />
Los Caballos, Las Bolsas, La Juanona, Achihotal entre otras, las cuales cubren<br />
una superficie de 5.428 Hectáreas (Instituto Geográfico Agustín Codazzi,<br />
ESTUDIO DE SUELOS DEL MUNICIPIO DE TAMALAMEQUE, Bogotá 1.972)<br />
22
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
SEGREGACIONES<br />
<strong>Tamalameque</strong> antaño gran ciudad, es la cabecera del Municipio del mismo<br />
nombre. Este municipio extendía sus dominios a una vasta zona, tal que<br />
Chimichagua, Chiriguaná, Pailitas y Pelaya estaban comprendidos dentro de ellos.<br />
Con el andar del tiempo, <strong>Tamalameque</strong> comenzó a ser desmembrado en<br />
mutilaciones permanentes que le recortaban su pujanza y su extensión territorial,<br />
para crear nuevos municipios: Primero fue Chimichagua, a quien FERNANDO DE<br />
MIER Y GUERRA, según atestigua<br />
"JUAN DE DIOS FONSECA, presbítero y cura interino de los<br />
sitios de San Vicente Ferrer de la Nueva Saloa y Nuestra<br />
Señora de la Purísima Concepción de Chimichagua (...) en el<br />
gobierno del Excelentísimo Señor Eslava, Virrey que fue de<br />
éste Nuevo Reino, se hallaba este sitio de San Vicente situado<br />
con corto número de vecinos en la sabana del Empalagado,<br />
jurisdicción del municipio de <strong>Tamalameque</strong>, en suma desdicha<br />
por no tener comercio alguno, motivo por el cual el señor<br />
Mariscal de Campo Don José Fernando de Mier y Guerra, del<br />
Orden y Caballería de Santiago, vecino de la Villa de<br />
Mompox, por cuya cuenta corren las nuevas fundaciones y<br />
adelantamientos de sus agregaciones en ésta provincia de Santa<br />
Marta, lo hizo trasladar a las orillas del Río Cesar en el mismo<br />
puerto de Saloa, un cuarto e legua más abajo desde Cascajal,<br />
haciendo medio entre Chiriguaná y el río Grande de la<br />
Magdalena, (...) siendo ésta y sus vecinos de gran contención a<br />
los indios Caribes, que de dicha serranía hostilizan en los hatos<br />
de <strong>Tamalameque</strong> y para que los Chimilas no pasen a éste lado<br />
a comunicar y matar con ellos. (...) y porque todo lo referido es<br />
cierto y verdadero asilo certifico y firmo a pedimento del Señor<br />
Mariscal de Campo de ésta Provincia en éste sitio de San<br />
Vicente Ferrer a 9 días del mes de Diciembre de 1.751. Juan de<br />
Dios Fonseca". 33<br />
La segunda segregación se da con Chiriguaná, quienes mediante<br />
"Documento fechado el 14 de Septiembre de 1.810, signado<br />
por Don José Pío del Río, Don Basilio Rodríguez, Don Luís<br />
José Peinado y Don Braulio Leyva dirigido al Gobernador<br />
donde le decían:" que en junta el pueblo plebe menor, hizo<br />
comparecer a la junta de Blancos y allí proclamaron todos<br />
absolutamente independencia de la ciudad de<br />
<strong>Tamalameque</strong>". 34<br />
La tercera segregación ocurre con Pailita mediante Ordenanzas Números 038 de<br />
Noviembre 28 de 1.968<br />
“por la cual se crea al municipio de Pailitas y se dictan otras<br />
33<br />
MEDINA LIMA, ISMAEL, Mi Chimichagua de ayer, Centro de Publicaciones Facultad de Ciencias –<br />
Universidad del Valle, 1.990, p. 7.<br />
34<br />
MEJÍA GÓMEZ, JUAN, Chiriguaná: Ayer, hoy y mañana, Edit. A. B. C. Bogotá, 1.979, p. 54.<br />
23
disposiciones. La Asamblea Departamental del Cesar, en uso<br />
de sus facultades legales y especialmente las que le confiere el<br />
ordinal 4° del Artículo 187 de la Constitución Nacional<br />
ORDENA:<br />
Articulo 1°.-Créase el municipio de Pailitas, cuya cabecera<br />
municipal será la población del mismo nombre, constituido por<br />
los corregimientos de Pailitas y Palestina y los caseríos de<br />
Floresta, Rivera y Rayita del distrito de <strong>Tamalameque</strong>" .35<br />
La cuarta segregación obedece a la creación de municipio de Pelaya, mediante la<br />
Ordenanza número 006 de noviembre 25 de 1.980. 36 Ordenanza ésta que se<br />
cayó debido a providencia del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Cesar.<br />
Tres años después la<br />
"Ordenanza número 004 de noviembre de 1.983 crea al<br />
municipio de Pelaya<br />
Ordena; Articulo 1°- Créase el municipio de Pelaya, segregado<br />
del municipio de <strong>Tamalameque</strong>, cuya cabecera será la<br />
población de Pelaya; integrado por el corregimiento de Costilla<br />
y los caseríos que hacen parte de estos así: Guitarrilla, Las<br />
Damas, Santana, Floresta, y las Veredas de El tigre, La Lejía,<br />
La Virgen y Raíces, El Tanque, y Santa de la Loma ". 37<br />
Como se puede observar, parece que la historia le ha reservado, como destino, a<br />
<strong>Tamalameque</strong>, el de ser padre de otros pueblos. En la actualidad hay los conatos<br />
de rebeldía y emancipación de los corregimientos de Zapatosa y San Bernardo.<br />
Posiblemente en un mañana no lejano se conviertan en pujantes municipios,<br />
como los otros que al cumplir la mayoría de edad, salieron de la tutela<br />
<strong>Tamalameque</strong>ra para hacer vida independiente.<br />
35<br />
RECOPILACIÓN DE ORDENANZAS, 1.968-1.984, Asamblea Departamental del Cesar, Valledupar,<br />
1.985, p. 46.<br />
36<br />
Ibidem, p. 801<br />
37<br />
Ibid, p. 801<br />
24
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
TRADICIÓN ORAL<br />
25
ESCRITO EN LETRAS DE ORO<br />
Desde niño oigo repetir a grandes y pequeños, ancianos y jóvenes:<br />
"<strong>Tamalameque</strong> está escrito en letras de oro en Bogotá". Yo ta6mbién lo decía, con<br />
mucha seriedad confieso hoy, decía lo mismo. Repetía convencido, ésta<br />
expresión, como si fuera un axioma, y por tanto, no se tenía porque demostrar.<br />
Jamás averigüé si esto era verdad o mentira. Lo di por cierto sencillamente.<br />
Es que los <strong>Tamalameque</strong>ros somos así. Con una fe ciega en lo nuestro, en el<br />
legado histórico-cultural que heredamos de nuestros antepasados. Por eso nunca<br />
nos preocupemos de indagar, de buscar las fuentes y orígenes de lo nuestro. Por<br />
eso nunca ningún <strong>Tamalameque</strong>ro se preocupó de escribir su propia historia, de<br />
redescubrir su propio pasado. Estamos conformes con él, sencillamente<br />
pensamos: El pasado está allí. Nuestro pasado ¿para qué? Pensábamos y<br />
pensamos en el presente.<br />
Tampoco nos inquieta el Futuro. El pasado nos es —aparentemente— ajeno, pero<br />
en realidad lo sentimos tan nuestro que creemos conocerlo al dedillo. Sin tomar<br />
conciencia que son 450 años de historia, la cual se ha ido diluyendo, con el paso<br />
del tiempo, quedándose tan solo retazos dispersos aquí y allá, los cuales hay que<br />
desenredar, para, siguiendo el hilo del ovillo, llegar como Teseo, con la ayuda de<br />
Ariatna a salir del laberinto y matar al Minotauro de la duda.<br />
En éstos últimos años, que me dediqué de lleno a investigar sobre el pasado de<br />
<strong>Tamalameque</strong>, es cuando me asaltó la duda sobre ésta afirmación, y me<br />
cuestioné la conformidad, e inicié la búsqueda de él porqué de ésta expresión. He<br />
buscado por todas partes, he preguntado a muchos y no he hallado respuesta.<br />
Parece que la expresión, es tal vez la distorsión de: "<strong>Tamalameque</strong> está en el<br />
Museo del Oro en Bogotá", pues en efecto, en dicho museo hay una nutrida<br />
muestra, de esculturas y joyas indígenas de la Cultura <strong>Tamalameque</strong>. Veamos lo<br />
que dice AGUADO refiriéndose a los habitantes de la antigua población de<br />
Thamara o <strong>Tamalameque</strong>:<br />
26<br />
"Los vecinos de éste pueblo por mayor parte labran oro, e<br />
tienen sus forjas, e yunques, e martillos, que son de piedra<br />
fuerte: Algunos dicen que son de metal negro a manera de<br />
esmeril. Los martillos son tamaños como huevos o más<br />
pequeños, e yunques tan grandes, como quezo marroquí, de<br />
piedras foríissimas: los fuelles son unos canutos tan gruesos<br />
como tres dedos o más, y tan luengos como dos palmos. Tienen<br />
unas romanas sotiles con que pesan, y son de un hueso blanco,<br />
que quiere parecer marfil; y también los hay de un palo negro,<br />
como ébano. Tienen sus muescas e puntos para crescer e<br />
menguar el peso, como nuestras romanas; pesan en ellas desde<br />
pesso de medio castellano, que son cuarenta e ocho granos,<br />
hasta un marco, que son cincuenta castellanos, que es ocho
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
onzas no mas; porque son pequeñas romanas". 38<br />
El adelanto del indígena nuestro, en cuanto a la fundición del oro, era asombroso,<br />
por tanto, no es de extrañar que abunden estas piezas en el museo del Oro en<br />
Bogotá. Lo cual probablemente dio pié para la distorsión de la expresión y con el<br />
paso de los años quedó en la conciencia colectiva del <strong>Tamalameque</strong>ro como:<br />
"<strong>Tamalameque</strong> está escrito en letras de oro en Bogotá".<br />
No he podido encontrar otra respuesta razonable a la expresión y me resisto a<br />
creer que nuestros abuelos nos metieron un golazo con ésta. Para mi siempre<br />
"<strong>Tamalameque</strong> está escrito en letras de oro en Bogotá". No se discuta más.<br />
38 RANGEL PAVA, GENECCO, op. Cit., pp. 38-39.<br />
27
LOS INCENDIOS DE TAMALAMEQUE<br />
La memoria colectiva registra tres grandes incendios que desbastaron a<br />
<strong>Tamalameque</strong>. Anotan nuestros abuelos que el fuego corría por las calles y solo<br />
fue detenido ante la imagen del Santísimo Cristo. Sobre éste particular de la Rosa<br />
refiriéndose a <strong>Tamalameque</strong> afirma:<br />
"...Creció bastante aquella ciudad, principalmente con el<br />
comercio, que la introdujo el registro de el cargo de D. Juan de<br />
Zaracondegui, que vino a ésta provincia el año de 1.699,<br />
en que trasladó a ella sus almacenes, por estar en el comercio<br />
de la provincia, y en el continuo tráfico del Río Grande. Si bien<br />
la mayor parte de las casas eran de palma, pero muy capases, y<br />
así se mantuvo hasta el año de 1.708, en que ardiéndose una<br />
cocinilla, fformó un incendio el día 9 de febrero, que devoró<br />
ochenta y tres casas de la calle Real, sin exceptuarse las de<br />
tejas que había entre ellas; y por la gran perdida de caudales<br />
que hubo, ha aminorado tanto aquella población, que aún no<br />
se ha podido perfeccionar el convento de S. Agustín que tenía<br />
aquella ciudad, y ha quedado desierto, con solo los paredones<br />
de la iglesia, que de nuevos se había levantado. De éste<br />
incendio ha quedado la memoria con misa cantada que se dice<br />
en aquella parroquia todos los años el día del suceso, en honor<br />
de Santa Apolonia, que es a quien en aquel día celebra la<br />
iglesia, y sacando de tarde en tarde en procesión por el cuadro<br />
de la plaza el soberano Sacramentado, porque fue la reliquia<br />
que se expuso para resistir el fuego". 39<br />
No he conseguido registro escrito de los otros dos incendios pero los doy por<br />
ciertos ya que encuentro posible la eventualidad debido a la gran cantidad de<br />
casas de palma que siempre ha habido en <strong>Tamalameque</strong>.<br />
39 DE LA ROSA, JOSÉ NICOLÁS, op. Cit., p. 207-208.<br />
28
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
TRADICIÓN RELIGIOSA<br />
29
SAN MIGUEL:<br />
Es éste nuestro Patrono oficial, epónimo Santo que dio nombre a nuestro pueblo y<br />
a nuestra parroquia. En la iglesia de <strong>Tamalameque</strong> hay dos imágenes de San<br />
Miguel Arcángel: Una grande, casi del tamaño natural, hecha de yeso, donde con<br />
las alas desplegadas, el dorso desnudo y blandiendo una reluciente espada,<br />
pisotea la cabeza del dragón ignívomo; otra mediana, de unos ochenta<br />
centímetros aproximadamente con parecidas características.<br />
El <strong>Tamalameque</strong>ro creyente, tiene más fe en la eficacia milagrosa de éste último,<br />
y es al que se sacan en las procesiones y ofrendan en las fiestas, el 29 de<br />
septiembre.<br />
EL SANTO CRISTO:<br />
El feligrés <strong>Tamalameque</strong>ro ha trasladado sus afectos, de San Miguel Arcángel<br />
hacía el Santo Cristo, hasta el punto que a San Miguel le ofrendan, con los<br />
sobrantes de pólvora que quedan de las fiestas del Cristo. Obedece tal fenómeno<br />
a la cercanía de las dos fiestas: 14 de septiembre El Cristo y 29 del mismo mes<br />
San Miguel.<br />
Sobre la imagen del Santo Cristo de <strong>Tamalameque</strong> se teje gran cantidad de<br />
creencias y anécdotas que son repetidas de generación en generación, dándose<br />
por ciertas. Veamos algunas de ellas, por lo menos las más sobresalientes.<br />
EL CLAVO MILAGROSO:<br />
Uno de los milagros más sonados, por la descarnada narración que de él se hace,<br />
por la seriedad de quien lo narra, es el siguiente, consignado en la Floresta de<br />
Santa Marta:<br />
30<br />
"... Venérase en ésta parroquia fuera de sus titulares y otras<br />
devotas imágenes, la Soberana hechura de Cristo Crucificado,<br />
flor dolorosísima de la pasión, y muy milagrosa; y para<br />
ejemplo de ésta verdad, pondré el caso siguiente, de que fui<br />
ocular testigo.<br />
Con motivo de colocar ésta divina hechura en un nuevo<br />
tabernáculo que en el año pasado de 1.705 se le erigió en<br />
devoción del Licenciado D. Juan Jacinto de Salas, Cura y
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
Vicario que entonces era de aquella parroquia, se encomendó<br />
el sermón de la fiesta de colocación al P-Juan Lorenzo de<br />
Medina, de la Compañía de Jesús, Procurador de las Haciendas<br />
que en aquella jurisdicción tiene el colegio de la Villa de . Vino<br />
el padre a la ciudad ocho días antes de la fiesta, y retentóle con<br />
vehemencia un riguroso mal de orina, de que adolecía. Se le<br />
hicieron innumerables remedios, y no fueron suficientes a su<br />
alivio, por lo que estuvo tres días naturales en continuo grito,<br />
con grave inflamación de la parte, sin poder orinar. Viendo,<br />
pues, el venerable padre que las diligencias humanas no<br />
bastaban, acudió fervoroso a las divinas, y pidió que le trajesen<br />
un clavo del Santísimo Cristo, diciendo: "Pues he venido a<br />
predicar en su fiesta, su Majestad ha de ser mi médico y mi<br />
medicina".<br />
Trajéronle el clavo de los pies, y con aquella gran fe que lo<br />
tomó y lo aplicó a la parte paciente, fue lo mismo sentir la<br />
medicinal reliquia, que arrojar por la vía un caño de sangre,<br />
que llenó una vasija, y descansar del dolor e inflamación. Visto<br />
el milagro que allí fue patente a cuantos estábamos con el<br />
padre, éste comenzó con lágrimas a decir a descompasadas<br />
voces el himno TEDEUM LAUDAMUS, y postrado regó con<br />
su llanto la sacra reliquia. Mandó el vicario que se repicasen<br />
las campanas y se conmovió todo el pueblo, dando gracias al<br />
Señor por tan pública maravilla, el padre Juan Lorenzo pasó al<br />
tercero día a darlas con una misa cantada muy solemne el<br />
nuevo altar del Santísimo Cristo, y así finalizaron aquellas<br />
fiestas con doble regocijo". 40<br />
EL ALCALDE Y EL CRISTO:<br />
Cuentan que, el Cristo, cuando no quería salir a procesión, se ponía pesado, o<br />
hacía crecer tanto e] nicho que no cabía por la puerta de la iglesia.<br />
En uno de ésos días, en que el Cristo se negaba a salir, llegó un banqueño (nadie<br />
recuerda su nombre) a hacerse cargo de la Alcaldía municipal, nombrado desde<br />
Santa Marta. Al serle comentada la situación del Cristo que rebelde se negaba a<br />
salir en la procesión, repuso incrédulo:" Si no sale yo le hago salir”. Y dirigiéndose<br />
a la iglesia, seguido de una nube de curiosos, penetró a ella, y acercándose a la<br />
Santa Imagen, la señaló con el bastón y le ordenó con voz enérgica:" Te ordeno<br />
que salgas". Sostienen los abuelos, que el Cristo se dejó sacar en andas, siendo<br />
acompañada la procesión por el encopetado alcalde. Pero por la noche, el alcalde<br />
40 Ibidem, pp. 205-206.<br />
31
murió, victima del colerín.<br />
LOS PAILITEROS NOS CAMBIARON EL CRISTO:<br />
El <strong>Tamalameque</strong>ro afirma convencidamente, que con la complicidad del cura de<br />
entonces, los pailiteros (habitantes de Pailitas), una noche vinieron y sigilosamente<br />
nos cambiaron la imagen milagrosa.<br />
La imagen de nuestro Cristo -dicen los feligreses-era grande, color un poco<br />
moreno, y sobre todo con una enorme capacidad de milagros. El Cristo que nos<br />
dejaron los pailiteros -según la historia- es un poco más pequeño, de un color un<br />
poco más claro v menos milagroso que el original. Cuando se vertió ésta<br />
información -producto de la fantasía calenturienta de cualquier beata, insatisfecha<br />
con el cura- creció el rumor, al punto que los <strong>Tamalameque</strong>ros intentaron<br />
organizar brigadas de rescate. Otros se conformaron con sentar su enérgica<br />
protesta ante el Obispo de la diócesis de Ocaña. El cura se defendió diciendo, que<br />
el Cristo era el mismo, que lo único que había hecho era mandarlo a retocar.<br />
Nadie le creyó.<br />
Como producto de lo anterior floreció la versión que aún los abuelos afirman, de<br />
que el Cristo verdadero enfadado por tamaño sacrilegio, se volvió pesado, y por<br />
tanto los pailiteros no han podido sacarlo nunca a la calle en una procesión.<br />
Verdad o mentira lo dejo escrito para que la tradición siga.<br />
EL GANADO DEL CRISTO:<br />
La familia Ávila por tradición tenía, -Ya no, la cosa está dura- la de dar la primera<br />
parte de los frutos de sus cosechas al Cristo, como una manera de garantizar su<br />
bienestar. Esta especie de diezmo, no 0 daban directamente a la iglesia ni al cura,<br />
sino que vendían los frutos y con el dinero de la venta, compraban un ternero, el<br />
cual entraba a engrosar ' el ganado del Cristo", como Ellas lo llamaban.<br />
Cuando notaban que en la iglesia hacía falta algo, Ellas (las Ávila) vendían una res<br />
y mandaban a fabricar o reparar lo que la iglesia requería (Bancas, puertas,<br />
andas, nichos, sotanas, imágenes, etc.).<br />
Llegóse al pueblo como cura de la Parroquia, el padre Ramírez, de la Orden de<br />
Jesús, quien al enterarse de tan singular relación entre la familia Ávila y los santos<br />
de la iglesia, se presentó a casa de Tía Felipa, la mayor de las Avilas, y quien<br />
manejaba todos los asuntos de la familia, inquiriéndola por " el ganado de Cristo ",<br />
y exigiendo la entrega del mismo, al manejo y administración de la parroquia.<br />
La tía Felipa lo escuchó muy atentamente hasta cuando el cura termina de<br />
esbozar muy elocuentemente todos los argumentos que llevaba preparados para<br />
32
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
convencerla de la entrega. “¿Terminó ya reverendo? -pregunta tía Felipa-Porqué<br />
le voy a decir lo siguiente: Si el Ganado del Cristo lo hubiese dado el pueblo, yo<br />
con mucho gusto se lo entregaría, pero ocurre que éste es producto de una<br />
tradición de nuestra familia, que viene de tiempos de mis tatarabuelos. Por tanto<br />
no se lo puedo entregar.<br />
El cura monta en cólera, y recordando el acendrado sentido liberal de la Tía<br />
Felipa, la increpa: "Felipa, si el ganado fuera para hacerle una fiesta a Olaya<br />
Herrera, ¿lo darías?". A lo que responde la Tía Felipa sin arredrarse: " Tampoco,<br />
padre, daría el mío que es mayor en número que el del Cristo".<br />
LAS PRENDAS DEL CRISTO:<br />
Debido a la gran cantidad de Milagros que el Cristo realizaba, los feligreses en<br />
agradecimiento cumplían su "manda" (penitencia) honrándolo con prendas de oro<br />
alusivas a su favor. Esto hizo que se juntara gran cantidad de prendas engrosando<br />
el patrimonio físico del Cristo. Entre " las prendas del Cristo " -que eran muchas,<br />
por cierto- se contaba, con una corona pesada de oro y plata, una ballena de oro<br />
con incrustaciones de esmeralda, la figura de un pene (tal vez recuerdo de alguna<br />
impotencia o una venérea curada milagrosamente), amén de medallones, anillos,<br />
crucifijos, figurillas de vacas, toros, caballos, etc.<br />
Era de conocimiento público, para el <strong>Tamalameque</strong>ro la existencia de éste tesoro<br />
de incalculable valor, como también se conocía por todos, que el custodio era don<br />
Eloy Mejía, honesto comerciante de la localidad, quien celoso guardaba " las<br />
prendas del Cristo" en un viejo baúl de madera -más parecido a un cofre pirata-<br />
que le fabricó para tal efecto el carpintero Cantillo, antes de que se envenenara en<br />
una borrachera donde tomó alcohol impotable a falta de ron.<br />
Alguien -no se sabe quién- armó la alharaca por las emisoras de El Banco y<br />
Aguachica, enterando de esto a los extraños.<br />
Ante toda ésta problemática, la junta católica, las hijas de María, las hermanas de<br />
Corazón del Jesús, los nazarenos, el cura, el Concejo, las acciones comunales, el<br />
comité cívico, la defensa civil y todo organismo gremial de <strong>Tamalameque</strong>, se<br />
reunió, debatiendo el caso. Primando la argumentación de que era un peligro tener<br />
tamaña fortuna, guardada en un baúl, bajo la cama de la niña Tibe, esposa de don<br />
Eloy decidiendo valorarlas y darlas en depósito a la Caja Agraria de la localidad.<br />
Poco tiempo después, el 20 de marzo de 1.975, un grupo de 4 hombres armados,<br />
quienes dijeron ser miembros del ELN. se las llevaron de la caja Agraria, en un<br />
asalto sin precedentes.<br />
Algunos maliciosamente, acusaban al cura. El cura acusaba a la comunidad, la<br />
comunidad acusaba a quien informó por las emisoras, en un" tiraquejala" que no<br />
aclaraba las cosas. En tanto, los jóvenes estudiantes de la época, parodiaban la<br />
conocidísima "Custodia de Badillo" del Maestro Rafael Escalona:<br />
33
Después, nunca más, nadie dijo nada.<br />
“El pueblo de <strong>Tamalameque</strong><br />
se ha puesto de malas,<br />
de malas porque sus reliquias<br />
ya se las robaron.<br />
Con cuatro cuarentaicinco<br />
en la puerta de la caja<br />
se llevaron las prendas del Cristo<br />
y también las empleadas.<br />
(Coro) Se las robaron...<br />
se las robaron,<br />
se las robaron ya se perdieron<br />
se las llevaron de la Caja Agraria<br />
junto al cajero y tres secretarias..."<br />
OTROS SANTOS:<br />
Además de los anteriores el <strong>Tamalameque</strong>ro honra a otros santos. Algunos de<br />
devoción familiar, ya que de generación en generación, ciertas familias, se<br />
encargan de festejarlos. En éstos festejos familiares, realizados en las casa, era<br />
común la costumbre de velar el santo acompañado de grandes toques de<br />
tambora.<br />
Entre éstos festejos, los más sobresalientes, son: El San Judas Tadeo, de Ana<br />
María Vides; El San Martín de Loba, de Chico Pedraza, El San Rafael, de Adolia<br />
Pava; La Cruz de Mayo, de Eliécer Romero; La Santa Bárbara, de Vicenta<br />
Miranda, y el San Antonio de los Ávila.<br />
Todos estos festejos de santos, vienen muy hondamente arraigados en<br />
la tradición <strong>Tamalameque</strong>ra, desde siglos atrás, como lo demuestra la crónica<br />
de De la Rosa:<br />
34<br />
"Hacíase la fiesta de la Purísima Concepción, que se venera en<br />
aquella parroquia, con tal exceso, que aunque por lo que mira<br />
el culto divino, era solo el primer día, se proseguían los de<br />
octava con varias invenciones y entre ellas, como por<br />
costumbre se jugaba toros y se representaban comedias. Era<br />
Mayordomo para el gasto de la fiesta en el año de 1.702 D.<br />
Francisco Antonio Díaz Fajardo, y estándose previniendo de<br />
éstas profanas invenciones, llegaron de paso a aquella ciudad<br />
los PP. Matías Tapias y Tomas Osorio Bolaños, de la compañía<br />
de Jesús, y sabiendo de las preparaciones que hacía el<br />
Mayordomo, y que el culto en la iglesia era un solo día, le<br />
desagrado tanto, que pasaron a ofrecerle predicar entre los dos
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
toda la octava sin limosna alguna, solo porque se siguiese culto<br />
más decente a la Reina de los Cielos, Abominándole al<br />
Mayordomo la celebridad de los toros y las comedias, cuyo<br />
gasto no era en honor de su Majestad.<br />
El Mayordomo les respondió que bien lo conocía, pero que si<br />
variaba aquella costumbre, le tendrían por hombre mísero, y se<br />
diría en el lugar que por no gastar dejaba las comedias y los<br />
toros. Los padres le replicaron que si la fiesta consistía en que<br />
los hubiese, que ellos le ofrecían hacer la fiesta de toros y<br />
comedias en los ocho sermones, por que viese el pueblo que no<br />
faltaban estas circunstancias, aún con el adelantamiento de la<br />
octava, seguida con más ente culto. Aceptólo D. Francisco; y<br />
los padres detuvieron por lograr ésta transformación de. estas<br />
fiestas. Predicaron alternativamente los ocho días,<br />
introduciendo en sus sermones el uno fiesta de toros, y el otro<br />
fiesta de comedias, de que quedó edificadísimo aquel<br />
vecindario, y se desterraron totalmente allí estas<br />
profanidades". 41<br />
Tamaña proeza la de los curas Tomás y Tobías. Infructuosa tarea la de ellos, ya<br />
que aquí en mi pueblo todavía se hacen corralejas y se hacen comedias.<br />
Es que el espíritu fiestero del <strong>Tamalameque</strong>ro es algo ancestral, y la pasión por<br />
las manifestaciones culturales, danza y teatro, es de vieja data, que ni siquiera el<br />
paso de los años nos ha podido quitar el gusto por deleitar cualquier tipo de éstas<br />
manifestaciones.<br />
41 Ibidem, pp. 207-208.<br />
35
RENACER DE LAS TAMBORAS<br />
En éste pueblo, desde tiempos inmemoriales se ejecuta un son electrizante de<br />
reminiscencias triétnicas, llamado "LA TAMBORA". Son hechizante y sensual,<br />
ejecutado desde el 5 de diciembre hasta el 6 de enero, recibiendo su máximo<br />
esplendor a la entrada del "Año Nuevo", donde los <strong>Tamalameque</strong>ros al compás de<br />
la tambora (hembra), y el currulao (macho), recorren las calles el Poblado,<br />
cantando "El Pajarito", deteniéndose las puertas de las casas de personas<br />
prestantes, danzando y cantando Este "Berroche": "Volá, volá volaba el pajarito,<br />
volá, volá, volaba el pajarito" Obligando al dueño de la morada a gratificar al<br />
tamborero con una botella de ron; recibida la cual continúan el recorrido, hasta<br />
darle la vuelta al poblado.<br />
La tradición nos indica, que por éstas fechas, cualquier persona se aprovisionaba<br />
de un bulto de ron (antes el ron venía así: en bulto.), se ubicaba en la esquina de<br />
"La Casa Amazona", o frente a la casa de Isabel Vega o cualquier esquina del<br />
barrio "El Machín", "El Colorado", "La Mochila", "Palmira",o "Flores de Sabana", y<br />
diciendo ser "Cabeza de Guacherna", llamaba a los tamboreros y comenzaban a<br />
ejecutar el ritmo.<br />
Al Dum-dum de las tamboras, se van acercando los curiosos y al cabo de un rato,<br />
arman la "Guacherna", donde las "cantadoras" vistiendo sus largos pollerones de<br />
colorines, con sus "pañoletas", "colegallos" y "Sensevieres", pasando por el<br />
hombro derecho y anudadas a la cintura por el lado izquierdo en bandolera;<br />
improvisan versos preñados de gracia y picardía, dedicados a los asistentes;<br />
cuando no interpretan los nostálgicos -casi lamentos- cantos tradicionales de los<br />
"Pozos brillantes", "La Hierba buena", "La Verdolaga", "Los Tres Golpes" y mil<br />
ritmos más que la sabiduría popular ha creado dejándonoslos como herencia en la<br />
tradición oral, siendo transmitidos de generación en generación, enriqueciendo<br />
con ello nuestro vasto patrimonio cultural y folklórico.<br />
Cabe mencionar el hecho mágico, que la tradición afirma: En noches de tambora,<br />
cuando el silencio nocturno es roto apenas por el acompasado ritmo de las<br />
tamboras y la dulzona y nostálgica voz cantarina de las tamboreras, se alcanza a<br />
escuchar el grito espeluznante de "LA LLORONA LOCA", al parecer,<br />
lamentándose no poder participar en el jolgorio popular. Nuestros abuelos -tal vez<br />
alucinados por el hechizo de la danza, o el ron-aseguran, jurando, haberla visto<br />
alguna vez en su vida.<br />
Estas costumbres tradicionales, desafortunadamente se han ido perdiendo.<br />
Nuestra misión es rescatarlas, haciendo renacer nuestros valores culturales<br />
vernáculos, diluidos por el tiempo y opacados por la nefasta influencia de<br />
corrientes musicales de corte modernista de penetración cultural extranjera.<br />
36
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
Hechos éstos que mal forman nuestra juventud en detrimento de nuestro folclor<br />
nacional y regional. Nosotros, todos estamos llamados por responsabilidad<br />
histórica a hacerlos renacer.<br />
El <strong>Tamalameque</strong>ro actual, apegado a sus ancestros, ha vuelto por la mística de<br />
las tamboras, conformando una serie de grupos que ejecutan este son, y hoy se<br />
preparan para enfrentarse a los grupos de los pueblos vecinos, dentro del marco<br />
del FESTIVAL NACIONAL DE LA TAMBORA, que por los días del mes de<br />
diciembre se efectúa bajo la programación de La Casa de Cultura y Turismo de<br />
<strong>Tamalameque</strong>. 42<br />
42 PINO AVILA, DIÓGENES ARMANDO, Diario Vallenato, viernes 20 de diciembre de 1.997, p. 2<br />
(Valledupar).<br />
37
38<br />
RASGOS Y PERFILES
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
LA LENGUA TAMALAMEQUERA<br />
"En <strong>Tamalameque</strong> no se ha hecho lo de mañana, cuando está en la calle<br />
hoy". Sabias palabras que le escuché un día a Carmen Villarreal, mientras me<br />
servía un almuerzo con cabeza de bagre, en la fonda que tiene en Puerto Bocas.<br />
Con ellas plasmó fielmente uno de los fenómenos culturales propios de los<br />
pueblos de la costa.<br />
Es que si los guajiros le temen a la lengua Sanjuanera y los Loriqueros a la del<br />
barrio Kennedy, en el Cesar y la Depresión Momposina deben temerle a la lengua<br />
<strong>Tamalameque</strong>ra. Porque el <strong>Tamalameque</strong>ro tiene una lengua de fuego, que<br />
fustiga y castiga sin piedad. Este fenómeno cultural, obedece, tal vez, a la falta de<br />
sitios de recreación y a la falta de espectáculos que sirvan de vía de escape para<br />
liberarnos de la tensión que el ocio nos provoca.<br />
Además, como el pueblo es pequeño, todo nos queda cerca, nos conocemos unos<br />
con otros, conocemos el mínimo secreto de nuestros vecinos y paisanos, y muy<br />
comunicativamente lo hacemos público, sin importarnos la privacidad del otro. Por<br />
el otro lado, parece que nos sobra tiempo -mucho tiempo- y ese sobrante, que no<br />
sabemos utilizar en cosas más edificantes, lo aprovechamos, para dejar escapar<br />
nuestra imaginación, nuestra fantasía creadora, y la enfilamos a contar historias, a<br />
inventar historias, a comentar sobre los demás, en pocas palabras, usamos ese<br />
sobrante de tiempo en socializarnos muy comunicativamente "comiendo prójimo".<br />
Es común ver en <strong>Tamalameque</strong>, a cualquier hora del día o de la noche, a<br />
pequeños grupos de personas haciendo corrillos en las esquinas o sentados a las<br />
puertas de las casas, en el trabajo de hablar de sus vecinos. Hay incluso sitios<br />
plenamente identificados como comentaderos públicos, donde el <strong>Tamalameque</strong>ro<br />
llega con el propósito de enterarse de lo que pasa en el pueblo. Muy conocidos el<br />
del palito de maíz tostado de la plaza frente a Adpostal, El parquecito del mercado<br />
en horas de madrugada, cuando se compra la carne, y el de las bancas que hay<br />
en la entrada del hospital. Hay en cada barrio personas -por lo general mujeres-<br />
que tienen la fama bien merecida de habladoras, a las cuales Kennedy Vargas<br />
tiene catalogadas de acuerdo a su radio de acción como: La de Alguacil, La del<br />
Cabrito, La de Chocontá, La parabólica, etc. refiriéndose a las repetidoras de la<br />
televisión.<br />
Para ilustrar un poco la situación transcribo la anécdota que Fabián Rodríguez<br />
me contó: "Una vez -dijo Fabián- venía con Jaime Cadena de un baile de carnaval<br />
en Flores de Sabana, era bastante tarde, no sabia la hora. La calle estaba<br />
desierta, oscura, a tan altas horas de la noche no se veía a ningún ser humano<br />
aparte de nosotros dos, tan solo divisábamos muy difusamente el bulto de los<br />
burros que duermen recostados a los alares de las casas para que el sereno de la<br />
noche no les caiga encima Jaime silbaba una pachanga de moda, y el silbido se<br />
alargaba como un elástico en el silencio de la noche. Caminábamos y mientras<br />
39
Jaime silbaba, yo le hablaba de la pareja que había macizado toda la noche, una<br />
hermosa picolera a punto de conquistar, la que un antequereño en un barato me<br />
acababa de quitar.<br />
Cuanto terminé de contarle, Jaime dejó de silbar y distraídamente me preguntó:<br />
¿como que horas son Don Fabio? yo no tenia reloj y conteste: "No sé viejo Jaime,<br />
pero es tardísimo". No había terminado de hablar cuando desde el oscuro, por la<br />
rendija de una ventana cerrada nos contestaron: "Falta un cuarto para las tres".<br />
"No te digo quien, viejo Pino, porque lo metes en tus escritos y me comprometes".<br />
Este es mi pueblo. Con razón -pienso ahora- que lo que Roberto Galván, una<br />
noche jugando dominó, me dijo sobre el particular, es verdad: "La lengua<br />
<strong>Tamalameque</strong>ra, viejo Pino, no es viperina. Es más, es: triperina".<br />
40
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
LOS APODOS<br />
Tenemos la costumbre —como costeños que somos— de utilizar apodos<br />
cariñosos, para llamar a los niños. Estos, al pasar el tiempo, reemplazan por<br />
completo el propio nombre de pila. Por lo cual el portador crece y llega a adulto,<br />
cargado con el remoquete familiar. Por tanto, es común oír llamar a: Los Muñes,<br />
los Papis, las Mamis, los Tatas, los Pichis, y otra gran cantidad de remoquetes<br />
familiares.<br />
Por otra parte, somos muy dados a poner sobrenombres a las gentes por el solo<br />
gusto de llamarlos de otra manera. Tan generalizada está esta costumbre aquí en<br />
<strong>Tamalameque</strong>, que hemos convivido toda una vida con personas, que siempre<br />
llamamos por su apodo y nunca conocemos sus nombres; veamos quienes saben<br />
los nombres de: Bocha, Firofiro, Mafufo, Juan Platino, Tolamba, José Taco, Polín,<br />
Peye, Pana, Barichara, Picapica, Wachiman, Fausto la mona, Mono, Cuco, y<br />
tantos otros que abundan en <strong>Tamalameque</strong>.<br />
También es común, rebautizar a toda la familia con apodos que inicialmente llevó<br />
un miembro de ésta, y encontramos: Los perros, los nutrias, los tigres, los micos,<br />
los culeperros, las culonas, las cosconas, los come-hielos, etc.<br />
Encontramos la costumbre de agregarle al nombre de la persona como un apellido<br />
el oficio o la empresa donde trabaja, por lo cual no nos extrañamos al oír<br />
mencionar a: Toño planta, Pedro Idema, Jaime Hospital, Humberto Telecom.<br />
Por otro lado, cuando hay varias personas con el mismo nombre, para<br />
diferenciarlos, le agregan como apellido el nombre de la madre, así: Fermín<br />
Dionisia, Javier Chinda, Chiqui Felicidad, Mañe Dora, Jairo Gil, Carlos Carmen<br />
Ana, Pacho Querida, Lucho Belisa, Pacho Celia, etc.<br />
Pero además existen apodos que poca relación guardan con el nombre de quien<br />
los lleva: "Martín Kolino, Cuyo, Galón en Trocha, Alemán Perdido, Águila Mocha,<br />
Marlboro, Lucky, Siete Perfumes, Pín, Nacho Loco, Buche de Agua, Toloncho,<br />
Arremango, Pito, Bullerengue, Cayayá, El Mulo, Rafael la Vaca, Cristo Caído, El<br />
Padre Ríos, Tico Burro, etc.<br />
Encontramos casos "sui generis", como el de Daniel Pedraza que a sus hijos el<br />
mismo apodó con los nombres de ritmos musicales de la época: Mambo,<br />
Merecumbé (ahora simplificado a Memé), y a los muchachos de entonces que se<br />
colgaban a su carro de mula también bautizó con nombres musicales, de los que<br />
se recuerda a Bullerengue, Macumba y Mapalé.<br />
Cuando se estaba construyendo la carretera <strong>Tamalameque</strong> - El Banco, la<br />
compañía constructora trajo del interior gran cantidad de operarios, cachacos,<br />
por supuesto, y de <strong>Tamalameque</strong> empleó obreros rasos. Se asombraban los<br />
41
interioranos de la manera tan peculiar de llamarse los <strong>Tamalameque</strong>ros, pues ahí<br />
se escuchaban llamados a: Bigote-gato, veinticuatro, Bellos ojos, Panzuto,<br />
Culepato, Garagara, Mochólo, Tuntún, Toyo, Manteca de Burra, Tolondrón, Pacho<br />
bobo, Pichirilo, Locato, etc.<br />
La cosa no terminó ahí, sino que comenzaron a rebautizar a los cachacos con<br />
apodos como: El eléctrico, Me voy cagando, Mentira fresca, El amarillo, El sapo, El<br />
avión, etc.<br />
Un día, comentando sobre este particular, bajo un campano, en el Chorro de Lina,<br />
en un descanso del almuerzo, un cachaco dijo dirigiéndose amenazadoramente a<br />
los <strong>Tamalameque</strong>ros:<br />
—"A vustedes les encanta apodar la gente, pero el que se meta conmigo, el que<br />
me ponga un apodo a mí, lo mato".<br />
Tenía fama de pendenciero y hombre peligroso, por lo que nadie le mamaba gallo.<br />
Pero Fermín Dionisia, pensativo, aún terminó la expresión el interiorano,<br />
sentenció:<br />
—“Serás el único".<br />
De ahí en adelante, al pobre cachaco, todo el Pueblo le llamó así: "El Único". El<br />
se moría de la risa, pues le hizo gracia la forma tan elegante como lo bautizó<br />
Fermín.<br />
42
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
REFRANES, DICHOS Y<br />
EXPRESIONES COMUNES<br />
El <strong>Tamalameque</strong>ro es dado a la utilización de dichos, máximas y expresiones, que<br />
le ha oído a sus mayores, para referirse a hechos de su vida o sortear situaciones.<br />
En algunos de estos dichos al momento de ser pronunciados se da crédito a su<br />
autor, veamos algunos, los más usuales:<br />
—Vea cuerda —dijo Mano Nacho.<br />
— ¡Burra! —dijo Villadiego.<br />
— ¡Escupo! —dijo Juan Caballero.<br />
— ¡Meo! —dijo Juan Caballero.<br />
— ¡La Guayaba! —dijo Juan Caballero.<br />
— ¡Me Jushe! —dijo Wasto.<br />
— ¡La copa! —dijo Ana Ávila.<br />
— ¡Barrio! —dijo Picapica.<br />
— ¡No hay margen! —dijo Jausen.<br />
— ¡Conmigo la guayaba es pelándola maestro! —dijo Lámina.<br />
¡Que sistemita! —dijo Carlos Jaime.<br />
— ¡Y el discuento! —dijo Lucho Carlos.<br />
— ¡En fin, la plata es de Mejía! — dijo La niña Tibu.<br />
Hay otros muchos, de mucha antigüedad que no recuerdo en el momento; pero en<br />
la actualidad tenemos a Domingo Gómez que es un hacedor de este tipo de<br />
dichos y que el <strong>Tamalameque</strong>ro está utilizando y dándole a él su crédito, veamos:<br />
"Uno tiene que servir para que lo conozcan, tiene que dar para que lo quieran".<br />
«Al carajo lo respeta hasta el tigre".<br />
"Anda triste como al que en el sancocho no le tocó presa".<br />
"El que no va al velorio del papá, no le toca herencia''.<br />
"La mujer que se casa con viejo, no conoce la razón, a comé paloma vieja,<br />
habiendo tanto pichón".<br />
"Cada uno jode con su pinga".<br />
"Son ni los puercos, van en carro y van chillando".<br />
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“A mi no me asustan zorras, porque ni gallina tengo".<br />
"Están creyendo que porque el indio es pobre, la maleta es de hoja".<br />
"Lo que fuere sonará, sea pandero o sea coca".<br />
"Uno va con el amigo hasta el cementerio, pero no se entierra con él.<br />
"Entre más camina uno, más ve, más come y más sinvergüenza se pone".<br />
"El santo que no es visto, no es adorno".<br />
"La vida no es tronco de jobo que retoña"<br />
"La vida no es bella, el bellaco es uno".<br />
"Unos cantan lo que saben y otros lo que han aprendido".<br />
"No van lejos los de adelante, si los de atrás no se paran".<br />
"El miedo no tiene grande, sino el grande que lo quiera hacer uno".<br />
"Los hombres flojos a veces se resuelven".<br />
"La gallina es mansa, y pica".<br />
"Al que está quieto, hay que dejarlo quieto".<br />
"El que se casa con viuda siempre le queda un defecto, aún que caminando anda<br />
vivo, siempre huele a muerto".<br />
'Conmigo caga o da la mica".<br />
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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
UNA ZANJA PARA EL ALCALDE<br />
Desde Santa Marta nos mandaban facturados los alcaldes, quienes por lo regular<br />
no conocían al pueblo ni sus necesidades, la mayoría eran banqueños. Algunos<br />
fueron buenos administradores, pero otros venían con una ignorancia supina<br />
rayana en la estupidez.<br />
Por esos días había uno, cuyo nombre no menciono por razones obvias. El pobre<br />
tenía seis meses de estar calentando silla y cobrando nómina, sin hacer nada,<br />
absolutamente nada que beneficiase al pueblo. El Honorable Concejo Municipal<br />
estaba en sesiones ordinarias y en la de esa noche se debatía una serie de<br />
proyectos de importancia para la comunidad. La discusión era agitada, las barras<br />
aplaudían y rechiflaban de acuerdo a las palabras de los ponentes. Todos los<br />
concejales participaban aguadamente, la discusión era acalorada. Tomas Gómez<br />
era el único concejal que no participaba. Este estaba silencioso y pensativo —<br />
pensaba en la inoperancia del alcalde, elucubraba la manera de tocar el punto, sin<br />
que la mayoría de concejales, que eran de la corriente del alcalde, se opusieran—,<br />
Tomando la palabra —dijo de pronto Tomas— por favor Señor presidente,<br />
concédame el uso de la palabra".<br />
El Presidente de la corporación se la concedió. Él, Poniéndose de pie, luego de<br />
aclararse la garganta, muy clara y pausadamente comenzó diciendo:<br />
—"Propongo a los honorables Concejales aquí reunidos en este recinto, a que en<br />
beneficio de los electores y del pueblo en general, aprueben la apertura de una<br />
zanja de un metro de profundidad y medio metro de ancho, que cruce la calle en<br />
diagonal, desde la esquina de Don Eloy Mejía hasta la esquina de las monjas".<br />
Pronunciadas estas palabras tomó asiento y volvió a quedar sumido en su<br />
mutismo del comienzo.<br />
Los concejales y la barra quedaron en suspenso ante la extraña proposición<br />
lanzada. Leovigildo Muñoz, concejal de la contraparte, viendo la oportunidad de<br />
ridiculizar a Tomas, se levanta y pidiendo la palabra a la presidencia dice: —<br />
"Parece, honorables concejales, que el respetable edil Don Tomas Gómez, esta<br />
noche vino de guasa y pretende tomarnos el pelo, con tan absurda propuesta. Por<br />
lo cual y debiéndole respeto a ésta honorable corporación, exijo al honorable<br />
concejal Gómez, aclare o retire su proposición, ya que la dejó inconclusa".<br />
Tomas Gómez, como despertando de un sueño, se palmea la frente y<br />
levantándose de la silla dice:<br />
—"Perdón, honorable concejal Muñoz, tiene usted toda la razón. Se me olvidaba<br />
concluir. Esa zanja, la debe autorizar el honorable concejo municipal, para que sea<br />
abierta mañana por la policía, para que se interrumpa el tráfico y a ver si el<br />
inoperante copartidario suyo, que tenemos, en mala hora, como alcalde, se inmuta<br />
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y es capaz de mandarla a tapar- No es otra mi intención". —Cuentan que la barra<br />
irrumpió en atronadores aplausos—.<br />
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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
EL NUEVO SÍNDICO<br />
Tomas Gómez y Marciana Pozo habían liderado un movimiento cívico, contra la<br />
mala administración del Hospital, lo cual provocó el despido de Pedro Claver del<br />
Río, un cartagenero rubicundo, que se desempeñaba como síndico. En su<br />
reemplazo a petición del pueblo y con la bendición del doctor Emilio Abuabara, fue<br />
nombrado Maximino Caballero.<br />
El nuevo síndico al tomar posesión del cargo, recibió el inventario de los muebles,<br />
enseres y equipos del hospital, y entre fórceps, pinzas hemostáticas,<br />
fonendoscopios y bisturís recibió un aparato de esterilización que en el inventario<br />
aparecía con el nombre de Autoclave. Reunió Maximino a los empleados del<br />
hospital, para -según él- poner los puntos sobre las íes y terminar el desgreño<br />
administrativo, su discurso fue encendido y elocuente, el cual terminó así:<br />
"ES que en el hospital todo tiene que cambiar, todos han de someterse a las<br />
nuevas normas que desde hoy regirán. La disciplina se aplicará desde los<br />
Pacientes hasta el empleado de menor rango. Y ése aparatico que ustedes llaman<br />
Autoclave, en honor a Pedro Claver el síndico saliente, desde hoy en adelante<br />
pasará a llamarse Aut0caballero. He dicho señores".<br />
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RICARDO CHAJÍN, GARCÍA MÁRQUEZ Y<br />
HUGO CÁLIZ.<br />
Que bien suenan las guitarras, desgajando un hermoso Vallenato, que en la voz<br />
de Agustín Pantoja, penetra sin tropiezos, por los corredores del corazón, para<br />
instalarse en los aposentos del alma, a donde tan solo llegan las cosas buenas. La<br />
verdad, nunca había oído a Efraín Pantoja y Otoniel Miranda, Puntear con tanta<br />
maestría la guitarra y el requinto. Tampoco nunca había sentido tan delicado,<br />
suave y sabroso, con tanto bouquet, el ambarino Ron Caña. "Ah! —saboreaba e]<br />
negro Armesto— a éste trago lo único que le falta es mejorarle la etiqueta. Es un<br />
wiskie".<br />
Al fondo, por la puerta el patio, podía divisar a La Chacha, que con una tapa de<br />
perol, abaniquea por entre las piedras el fogón de leña, donde hierve un sancocho<br />
de gallina, el cual deja escapar su exquisito aroma, que penetra por entre mis<br />
desplegadas aletas nasales, poniéndome a trabajar a prisa las papilas gustativas,<br />
haciéndome relamer anticipadamente los labios.<br />
Seguía la melodía. No, no era la misma, ahora era una ranchera mexicana que<br />
hablaba de machos y hembras enamorados con verraquera. Que voz la de<br />
Agustín, qué guitarras, qué requinto, que sabroso está el ron, qué delicioso huele<br />
el sancocho. Sigue la melodía. Escucho un ruido lejano que interrumpe las<br />
guitarras. El ruido se acerca, no lo puedo identificar, se confunde con la música de<br />
las guitarras, ahora es un bolero de Lucho Gatica el que canta Agustín. Oigo el<br />
ruido más cerca por encima de las guitarras. "¡Coño, el teléfono!". Despierto, abro<br />
los ojos, miro el reloj, son las dos de la madrugada. "¡Miércole!, estaba soñando".<br />
Tomo conciencia de las cosas. "Carajo no estoy en Meque, estoy en Bogotá".<br />
Suena nuevamente el teléfono. Me despabilo, lo agarro lleno de aprehensión.<br />
"Algún muerto en el pueblo". "Aló, aló!". Del otro lado de la línea oigo la voz alegre<br />
de Hugo Cáliz que a grandes voces me dice: "viejo Rica, García Márquez en El<br />
Amor En Los Tiempos Del Cólera, en la página 468 menciona a <strong>Tamalameque</strong>".<br />
No entiendo, no oigo bien y digo: "¿Qué, qué?", y Hugo, feliz me suelta de nuevo<br />
la noticia. Entonces si entiendo y lleno de piedra le respondo: "No joda Hugo, son<br />
las dos de la mañana, ¡no seas marica!". Y cuelgo bruscamente el teléfono. Perdí<br />
la parranda y no probé el sancocho.<br />
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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
LA EDAD DE ADÁN<br />
Me contaba Adán Vega, sobre los bailes de carnaval, en donde las mujeres con<br />
antifaz y capuchón escondían su identidad y hacían de las suyas, en esas noches<br />
en que el parejo encendido Por el licor y espoleado por la curiosidad de conocer la<br />
identidad de su pareja, la enamoraba durante toda la noche. Ella distorsionando su<br />
propia voz, le daba una serie de pistas falsas para confundir aún más al pobre<br />
parejo, en una burla que duraba los tres días de las festividades carnestoléndicas.<br />
Me hablaba con tanta seguridad, cayendo en detalles minuciosos que me llamaron<br />
la atención y a la seguridad de preguntarle por su edad:<br />
—Cuántos años tienes Adancho?<br />
—Yo tengo —sonrió pícaramente— treinta y siete años.<br />
—No puede ser —le dije— tu no puedes tener mi edad, tu eres mayor.<br />
—Que va mano —sostuvo— esa es mi edad, treinta y siete añitos, ni uno mas, ni<br />
uno menos.<br />
—Carajo Adancho —dudé— tú eres de la edad de mi hermano Humberto; déjate<br />
de vainas.<br />
—No compa —se defendió— treinta y siete, compa ya le dije.<br />
—Allá viene Humberto —señalé—, vamos a preguntarle.<br />
—Mire viejo Pino —me dijo— deje eso así, ese es un problema de familia, hombe<br />
no complique las cosas.<br />
— ¿Cómo que de familia? —le interrogué— ¿Qué tiene que ver la edad con la<br />
familia?<br />
—En mi caso si —me contestó— fíjate, mi hermana Imera es mayor que yo, pero<br />
ella esta plantada en cuarenta, y yo soy menor, de modo de que no me la puedo<br />
pasar, yo entonces tengo treinta y siete. ¿Contento?<br />
—Pues sí Adancho —asentí— tienes razón.<br />
Y seguimos hablando del carnaval, pero a mi quedó sonando la verdadera edad<br />
de Adán.<br />
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LAS GALAPAGAS DE LA<br />
VIOLENCIA<br />
En esos días en que se estremeció de horror el país, en que el odio y la barbarie<br />
se enseñoreaban en campos y ciudades; aquí en <strong>Tamalameque</strong>, ocurrieron<br />
hechos, no de las dimensiones de la tragedia nacional, pero si hechos que<br />
rompieron la quietud y la paz familiar del pueblo. Sucesos que rompieron la<br />
convivencia pacífica de Godos y Cachiporros locales. Veamos:<br />
La radio informaba de las matanzas y monstruosos crímenes que se cometían por<br />
los dos bandos en pugna a todo lo largo y ancho del país. Aquí se hacían corrillos,<br />
donde cada bando interpretaba a su manera los sucesos; sin interferir tal cosa, en<br />
las relaciones entre personas. Todo andaba bien. Hasta que llego el prepotente<br />
Berbicí, —ante cuyo nombre todavía se estremecen los liberales viejos— éste era<br />
un policía de la época y por tanto representante del partido de gobierno: El<br />
conservador. Desde su llegada comenzó a hostigar a los pacíficos liberales,<br />
insultándolos y amedrentándoles a todo momento, sin que los cachiporros<br />
asumieran una actitud agresiva —entendían que los conservadores no tenían<br />
culpa de ello— Pero algún día la copa se rebosaría y ese día, en efecto, se<br />
derramó:<br />
Venía el cachaco Saúl Navarro por la calle "El Palotal", con su<br />
acostumbrado tabaco "Culotapao", encendido en la boca, y en sentido contrario<br />
iba Berbicí. Al momento de cruzarse muy liberalmente Saúl expelió una enorme<br />
bocanada de humo que cubrió su rostro y el del temido policía. Berbicí retira el<br />
rostro y prende por el cuello al irreverente liberal y con la palma de la mano le<br />
restriega el tabaco apagándoselo en la cara.<br />
Tal suceso conmovió la población, comentándose y censurándose por liberales y<br />
conservadores. Alguien —liberal naturalmente— llevó la noticia a Pailas y los<br />
liberales de allí comenzaron a organizarse para venir a cobrar la afrenta. Se corrió<br />
la noticia y los prohombres liberales se reunieron y discutieron el caso, llegando al<br />
acuerdo de avisarle a los conservadores y esconderlos y protegerlos hasta tanto el<br />
peligro pasara.<br />
Optaron por esconderlos en los playones de Solera al otro lado del río<br />
Magdalena. En efecto, Salvador Vanegas siendo muchacho aún, muy<br />
diligentemente les trasladó en una canoa, hacia la otra orilla donde permanecieron<br />
escondidos por una semana.<br />
Los liberales de Pailas vinieron varias veces, recorrieron el pueblo dando vivas al<br />
partido liberal y abajos a los conservadores, preguntando amenazadoramente por<br />
ellos, pero los lidere liberales, de aquí, les explicaron que no había problemas<br />
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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
que en <strong>Tamalameque</strong> liberales conservadores eran una sola familia y que<br />
habían huido desde hacía varios días. Los Pailiteros se fueron y no volvieron más.<br />
Mandaron un mensajero a los playones de Solera con la razón de que el peligro<br />
había pasado y que regresaran. A la llegada de ellos al pueblo, fueron recibidos<br />
con grandes muestras de cariño y aprecio. Todos le preguntaban por su salud y<br />
les explicaban los pormenores de la estadía de los pailiteros, ellos a su vez<br />
explicaban sus desdichas en los playones y el castigo de los mosquitos.<br />
Iban en montón compacto por la calle central, camino a sus casas, al pasar por<br />
frente al granero de Wastín Chajín, un turco liberal que se volvió <strong>Tamalameque</strong>ro<br />
de viejo, con un gran sentido del humor, muy afectuoso les saludó diciendo:<br />
—"Hooombeeee, hooombeee! Como les fueee?<br />
Los conservadores en coro respondieron cortésmente que bien, que gracias por<br />
todo. Y Wasto haciendo alarde de su sentido del humor para despedirlos les dice:<br />
—"y no me trajeron una galapaguita —refiriéndose a las del playón— cooompas,<br />
uuuunaaa gaaaalaaapaaaguitaaa?".<br />
Los conservadores, maltrechos por las inclemencias del medio y con la<br />
sensibilidad a flor de piel, entienden la tomadura de pelo del turco, y la clara<br />
alusión al playón.<br />
Con rabia mal contenida Eudoro Pantoja responde: —Galapaguita?... ¡esperen los<br />
vueltos!".<br />
51
CREENCIAS:<br />
Una de las cosas curiosas y de más arraigo popular fieles testigos de nuestras<br />
tradiciones son las creencias. Unas por observación empírica, se han aferrado<br />
tanto a nuestras vidas que difícilmente podemos desterrar, con las cuales<br />
hacemos panacea para remediar ciertos males; mientras que otras, por ese creer<br />
mágico del hombre del Río, le damos poderes y presagios que no sabemos por<br />
qué ley de la casualidad o casualidad, con asombrosa precisión se cumplen.<br />
Todo lo anterior hace que el <strong>Tamalameque</strong>ro y en general el ribereño las perpetúe<br />
en su idiosincrasia y como dogma de fe le dé todo crédito. Tomemos al azar las<br />
creencias más arraigadas en la mentalidad <strong>Tamalameque</strong>ra.<br />
EL MAL DE OJO:<br />
Cree el <strong>Tamalameque</strong>ro que hay personas con unos grandes poderes<br />
extrasensoriales que se transmite a través de la vista (Telequinesis), las personas<br />
con estos poderes, con solo mirar lo que le llame la atención, que le agrade o<br />
desagrade, basta para que el objeto de su atención sufra una desgracia.<br />
El niño —y esto ocurre frecuentemente— que es muy gracioso, al recibir la mirada<br />
de este tipo personas, recibe con ello "la descarga" de desgracia, que se traduce<br />
en una diarrea incontrolable y la presencia perniciosa de alta fiebre, esto puede<br />
ser acompañado de vómitos, lo que hace que el niño pierda la fibra muscular por<br />
deshidratación y desnutrición y en pocos días le ocasiona la muerte.<br />
Hay otra modalidad llamado "Ojo seco", el cual va consumiendo al niño<br />
físicamente sin presentar los síntomas gastrointestinales del anterior. Este tipo de<br />
"Ojo" es más pernicioso que el otro, volviéndose crónico.<br />
Sobre "El mal de ojo" vale la pena anotar, que cuando el niño sufre dicho mal, no<br />
puede ser llevado donde el médico, porque "El ojo no quiere nada con medicina"<br />
—dicen los abuelos—. Ese niño enfermo hay que llevarlo donde el Rezandero el<br />
cuál establecerá que clase de "Ojo" sufre.<br />
Es de advertir -como se advierte en mi pueblo- que antes de llevar al niño donde el<br />
rezandero, hay que averiguar si este cura con diezmos, ya que el rezandero que<br />
cura con esto, a pesar de ser más eficaz, tiene la desventaja que de cada diez<br />
niños que cura deja morir uno para mantener sus Poderes.<br />
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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
La madre des pues de haber probado en casa todas las tomas o bebedizos<br />
caseros, hace caso a las vecinas y resuelve llevar al niño donde el rezandero, el<br />
cual con solo mirarlo sabe el tipo de ojo que padece, algunos hasta pueden<br />
adivinar la persona que provocó el mal.<br />
El Rezandero conjura al niño con una oración que no divulga a nadie, advirtiéndole<br />
a la madre la necesidad de "Asegurar" al niño para evitar que lo vuelvan a "Ojear".<br />
El mal de Ojo no solo lo padecen los niños, sino cualquier cosa que reciba la<br />
atención de la persona con "electricidad en la vista". Puede ser un animal, una<br />
planta o un objeto. Por lo regular el animal ola plantase muere, mientras que el<br />
objeto "ojiado" puede perderse o romperse.<br />
La aseguranza para prevenir el mal de 'ojo" consiste en una bolsita de hule, rojo o<br />
negro que contiene dentro una piedra, semilla o imán que venden los indios en las<br />
esquinas, de pueblo en pueblo. Dicha aseguranza se la coloca al niño en la<br />
muñeca derecha como una pulsera o se la tercia al hombre como un carriel.<br />
LA TIERRA DEL CEMENTERIO:<br />
Existe la creencia, que con la tierra del cementerio se puede "salar" a las<br />
personas, casas o negocios. Temor grandísimo siente una persona cuando en el<br />
piso frente a su casa amanecen unas cruces hechas con tierra. Esto significa que<br />
la persona, casa o negocio ha sido "salado" -le va ir mal en los negocios o<br />
relaciones con su pareja-. Este hechizo se conjura lavando la casa con azul de<br />
metileno y hojas mirto.<br />
ENTERRAR EL OMBLIGO:<br />
Cuando una persona se amaña en un sitio, o se entrega amorosamente a una<br />
mujer, el vecindario rumora que "le enterraron el ombligo". Lo cual consiste en<br />
tomarle las medidas del ombligo, estando dormido, y esa medida -hilo, tela o<br />
cuerda con que fue medido- sea enterrado al píe de cualquier árbol. El efecto de<br />
tal sortilegio -dicen-es la entrega total y sin condiciones.<br />
LA BRIZNA EN EL OJO:<br />
Cuando un sucio o una brizna se le introduce en el ojo a un <strong>Tamalameque</strong>ro este<br />
opta por los siguientes procederes:<br />
53
SANTA LUCÍA: Al sentirse el sucio en el ojo, la persona abre el ojo afectado y<br />
cerrando el otro, se masajea el párpado pronunciando con fe: "Santa Lucía, Santa<br />
Lucía, ponéme el ojito como lo tenía". ESCUPIR PARA LIMPIAR EL OJO: Si lo<br />
anterior no surte efecto, con dos dedos se abre el ojo afectado y mirando hacia el<br />
suelo se escupe.<br />
EL AZUFRE EN LA TINAJA:<br />
Creencia generalizada en <strong>Tamalameque</strong>, que el azufre previene el resfriado, por lo<br />
tanto en el fondo de la tinaja, "santuario de gusarapos" como diría García Márquez<br />
-hay siempre un terrón de azufre, para que las personas que estando sofocadas<br />
beban agua y no se resfríen.<br />
AGUA EN LA SAL DERRAMADA:<br />
Se cree que la sal trae consigo ruina y miseria, de tal suerte que cuando a una<br />
persona se le derrama la sal al suelo, ésta no puede recogerla ni barrerla, sino<br />
regarla con agua para que se disuelva, de lo contrario le irá mal en los negocios o<br />
vida sentimental.<br />
Es tal el agüero que a este condimento se le tiene, que un ama de casa<br />
<strong>Tamalameque</strong>ra se negaría a regalarle una porción de sal, dándole por el contrario<br />
el dinero para que lo compre.<br />
EL LLANTO DEL NIÑO AMAINA<br />
TEMPESTADES:<br />
Cuando hay tormentas, es costumbre hacer llorar a los niños sin bautizar, para que<br />
el llanto de éstos conduela a Dios y amaine el temporal.<br />
LOS RAMOS BENDITOS:<br />
Los Domingos de Ramos, en Semana Santa, el <strong>Tamalameque</strong>ro asiste a misa<br />
levando consigo, un ramo de olivo según la tradición cristiana, sino una hoja tierna<br />
54
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
de palmera, la cual, el cura bendice y el <strong>Tamalameque</strong>ro guarda celosamente en<br />
casa; Cuando hay tormentas desatadas, se hacen cruces con estas palmas y se<br />
les prende fuego, como un sacrificio a Dios para que amaine la tempestad.<br />
EL DIENTE EN EL TECHO:<br />
Cuando un niño comienza mudar los dientes de leche por los de hueso, se les<br />
enseña la tradición de lanzar el diente removido al techo, exclamando: "Ratoncito,<br />
ratoncito, dame un dientecito bonito como los tuyos".<br />
LA FLOR DEL TOTUMO:<br />
Esta flor a más de las propiedades curativas que se le atribuyen, se cree, que<br />
cuando nace, no en las ramas del árbol, sino en el tronco o "pata". Hasta ese nivel<br />
-donde nació la flor-- va a llegar el agua de las inundaciones del río.<br />
HUÉSPED EN EL FOGÓN:<br />
El combustible tradicional con que se cuecen los alimentos, aquí en tamalameque,<br />
es la leña, unos troncos de madera apilados entre tres piedras que llamamos<br />
fogón, encima de los cuales se sitúa la olla con los alimentos a cocinar.<br />
Cuando combuste la leña, en el interior del fogón, entre el fuego, se origina un<br />
rumor sordo, como el de abejas en el panal; el <strong>Tamalameque</strong>ro lo interpreta como<br />
el anuncio de una visita agradable y dice: "hay huésped en el fogón, vamos a tener<br />
visitación".<br />
EL ABEJÓN:<br />
Este insecto coleóptero de color negro-tornasol, que agujerea los maderos de los<br />
techos; cuando revolotea insistentemente dentro de una casa o alrededor de una<br />
persona, anuncia también visita.<br />
55
EL PERRO BOCARRIBA:<br />
Cuando el perro de la casa se duerme en posición de cubito dorsal, -Con las patas<br />
para arriba--anuncia visita.<br />
UNA MARIPOSA NEGRA:<br />
Cuando al interior de una casa entra una mariposa negra, el <strong>Tamalameque</strong>ro trata<br />
de sacarla, ya que ella anuncia la muerte de uno de los moradores de la vivienda;<br />
esta mariposa es identificada como luto.<br />
LA ESCOBA VOLTEADA:<br />
El <strong>Tamalameque</strong>ro por las noches, como un ritual, antes de acostarse voltea las<br />
escobas de barrer, con as Pajas o cerdas hacia arriba, para evitar con esto que las<br />
brujas visiten su casa. El mismo procedimiento usan para retirar visitas incómodas<br />
o malos vecinos.<br />
VOLTEAR EL MUÑECO:<br />
Cuando una visita es incómoda se tiene un mal vecino, es común oír al<br />
incomodado que "Le va a voltear el muñeco"; lo anterior consiste en poner<br />
invertido un cuadro con la imagen de San Alejo.<br />
LAS ORACIONES:<br />
Somos muy dados a rezar fervorosamente oraciones para protegernos. Las<br />
raciones, cada una de ellas, preserva al creyente contra asechanzas, enemigos<br />
brujas, culebras, bestias, etc. La oración de San Silvestre, se cree, cuida al que la<br />
reza contra las brujas voladoras, hechiceras y hombre malhechor.<br />
La de San Pedro Y San Pablo protege contra las culebras (Que muerden) y<br />
animales ponzoñosos.<br />
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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
La oración del Justo Juez es una aseguranza contra los enemigos, dándole a<br />
quien la sepa el don de no ser visto sin que tenga la necesidad de esconderse, se<br />
dice de ella: que una persona se puede esconder detrás de una escoba y no ser<br />
visto por el enemigo.<br />
La oración de La Magnifica, sirve para ahuyentar todo tipo de animal; sostiene la<br />
creencia que los pescadores que se saben ésta oración, cuando recuerdan de ella<br />
no pescan nada, así los otros pescadores que le acompañan capturen cientos de<br />
peces.<br />
LOS BRUJOS:<br />
Cada tanto tiempo, llegan al pueblo avivatos que se las dan de Brujos, con<br />
poderes, sortilegios, pócimas y bebedizos, que sirven para asegurar maridos,<br />
arreglar matrimonios, atraer suerte, alejar la ruina; los cuales exigen al pobre<br />
incauto que va a sus "consultorios" una prenda o dinero para "asegurársela";<br />
cuando ya en su haber tiene un buen número de sortijas, aretes, cadenas de oro,<br />
dinero y otro tipo de prendas, se van del pueblo sin dejar rastro, dejando burlados<br />
a mas de un incauto, que esconde su frustración negando que ha sido robado.<br />
Florentino Estrada que los conoce y se da la tarea de averiguar por los nombres<br />
de los "tumbados" los desenmascara ante el pueblo con sus canciones que narran<br />
estos sucesos.<br />
Hace años llegaban otros brujos con el cuento de que sacaban males supuestos y<br />
realizaban misteriosas “operaciones" de cirugía sin bisturí y sin dejar heridas,<br />
sacando del interior del paciente, sapos, murciélagos y otros animales que eran la<br />
causa supuesta del mal.<br />
Recuerdo éstos, ya que en mi infancia proliferaron por estos lares operando a<br />
muchos incautos, incluso mujeres y hombres de nuestra "Sociedad" local, los<br />
cuales permanecían en cama convaleciendo de la cirugía por varias semanas,<br />
recibiendo diariamente la visita de amigos y parientes donde se hablaba del<br />
cambio en la salud del paciente y de las bondades del tratamiento y el talento del<br />
cirujano (curioso lo llamaban).<br />
LAS BRUJAS:<br />
A diferencia de los anteriores, se cree que estas si tienen poderes sobrenaturales;<br />
se distinguen de dos clases:<br />
57
LAS BRUJAS VOLADORAS:<br />
Las cuales, por las noches se transforman en grandes pájaros que cruzan por los<br />
aires del poblado, posándose en los caballetes de las casas, lanzando carcajadas<br />
grotescas, son brujas juguetonas y mamagallistas, las cuales se divierten<br />
haciendo perder el camino a los borrachitos que deambulan de noche; sacan del<br />
dormitorio a las personas y las ponen a dormir en el patio, la cocina etc.<br />
De éstas brujas se sostiene que pueden cambiar de forma, convirtiéndose en<br />
animales» preferiblemente cerdas o marranas, que con sus hocicos empujan y<br />
hostigan a los caminantes por las noches haciéndoles huir despavoridos.<br />
Las brujas voladoras son fáciles de repeler, solo basta usar la ropa interior<br />
al revés.<br />
La tradición cuenta de brujas voladoras que han sido atrapadas por hombres<br />
valerosos, quienes valiéndose de "Hojas en Cruz" --una espada o puñal con<br />
cruceta en la empuñadura— las detienen y apresan, hasta que ellas, al acercarse<br />
el alba se ven obligadas a revelar su identidad, para poder ser liberadas.<br />
LAS BRUJAS HECHICERAS:<br />
Estas hacen pócimas, filtros, bebedizos y hechizos para hacer el mal. A diferencia<br />
de las voladoras, éstas dañan a la gente, causándoles enfermedades incurables,<br />
la ruina y la muerte.<br />
LOS CURIOSOS:<br />
Son individuos revestidos de poderes mágicos, que sirven para hacer el bien.<br />
Estos —cree la gente—, curan hechizos, maleficios, males supuestos, sortilegios,<br />
incluso con su saber, su magia y su arte, son capaces de curar la locura, la<br />
impotencia, el cáncer y otras e nfermedades mayores y menores que los médicos<br />
desahucian.<br />
DETENER LA DEFECACIÓN DEL PERRO:<br />
Cuando un animal, en especial el perro, va a defecar en la calle, frente a la casa o<br />
en un sitio inadecuado se entrelazan los dedos en medio con fuerza formando dos<br />
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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
eslabones que se halan fuertemente-así el niño <strong>Tamalameque</strong>ro, cree detener la<br />
impertinencia del can.<br />
MISTERIO DE LA MARIAPALITO:<br />
Mariapalito, es el nombre con que el <strong>Tamalameque</strong>ro nomina a la "Mantis<br />
Religiosa". En <strong>Tamalameque</strong> se tiene la creencia que estos insectos paren (de<br />
parir) culebras, por lo cual son temidos por chicos y grandes.<br />
LA SALIVA EN AYUNAS:<br />
A ésta se le da propiedades curativas, con ella la persona se masajea los golpes o<br />
se unta en los granos y estos -se supone- curan.<br />
VOLTEAR EL MUÑECO:<br />
Cuando una visita es incómoda se tiene un mal vecino, es común oír al<br />
incomodado que "Le va a voltear el muñeco"; lo anterior consiste en poner<br />
invertido un cuadro con la imagen de San Alejo.<br />
59
JUEGOS Y RONDAS<br />
Nostalgia siento al momento de evocar los juegos y diversiones de nuestra<br />
infancia <strong>Tamalameque</strong>ra, y al igual que en el resto de temas sobre nuestro pueblo,<br />
fluye a borbollones desordenados un cúmulo de recuerdos y parece que ante mis<br />
ojos pasaran cual transparencias nítidas, la película mas divertida de mi vida.<br />
Ah tiempos aquellos, donde la inocencia y el candor asomaba a los ojos del niño,<br />
donde el <strong>Tamalameque</strong>ro como elemento lúdico apelaba a la tradición. Donde,<br />
tomando de su entorno ciertas vivencias, re-elaboraba como juego, hechos en su<br />
propia cotidianidad. Donde demostrando su condición de ser ecológico,<br />
magnificaba ciertos animales armando fábulas, donde dotaba a estos del don del<br />
habla y de una inteligencia muchas veces superior a la del hombre. Siempre<br />
defendiendo unos principios de vida, de moralidad, plasmando en ello una<br />
experiencia de saber, dejando sentado en ello una enseñanza.<br />
La violencia y frustración no había llegado a los humildes hogares, -por lo<br />
menos no la percibíamos, estos elementos de violencia no socavaban todavía,<br />
nuestros sueños de intrépida aventura, de intrépida fantasía. Nuestros héroes<br />
infantiles y juveniles eran tan sencillos como nuestra vida misma,<br />
descomplicados, como nosotros.<br />
Pero el tiempo no se detiene, la tecnología invade al mundo y la televisión llegó a<br />
nuestro universo de ensueño, abriéndonos los ojos a una realidad que no era la<br />
nuestra. Trocando un buen trompo de totumo por una ametralladora de rayos<br />
láser, trasmutando al Juan, al Pedro y al Manuelito, que comían bollo limpio con<br />
suero y café negro como nosotros, por un señor de gafas, con vestido entero,<br />
llamado Clark Kent, que al desnudarse quedaba con una segunda piel azul con un<br />
tatuaje rojo en el pecho conformado por un escudo con una gran "S" en el centro.<br />
El cual volaba, era de acero tenía superpoderes, se llamaba Superman y lo jodía<br />
una piedra verde llamada Kriptonita.<br />
Con Superman llegó una invasión de individuos -Gringos creo yo- que opacaron al<br />
criollaje y reacomodaron nuestra mente joven, con otros esquemas y otra visión<br />
del mundo. Abandonamos las narraciones tradicionales de la fugas de Modesto<br />
Vega -por ejemplo- cambiándolas por las aventuras de Batman, Ultraman,<br />
Llanero Solitario, Tarzán, etc. Llegó además el cretino del Tío Rico Mac Pato, a<br />
enseñarnos como explotar a los demás, así como él explotaba a su servil sobrino<br />
Pato Donald y a toda su parvada de niños patos, idénticos, difíciles de diferenciar,<br />
por sus nombres cursis de Hugo, Paco, Luís.<br />
Estos últimos con sus culos blancos y sus cuellos de marineros reemplazaron a<br />
los representantes de nuestra fantástica fauna, El Tío Conejo, El Tío Tigre, El Tío<br />
Burro, La Tía Zorra y otra cantidad de tíos y tías buenos unos y traviesos otros,<br />
60
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
pero al fin y al cabo nuestros, quienes fueron reemplazados violentamente, hasta<br />
la extinción, sin que el Ministerio del Medio Ambiente hiciera nada por impedirlo.<br />
Se acabaron los juegos, desaparecieron los juegos de gran tradición como "El<br />
Cacho", "La Libertad", "La Nonína" y otros y fueron reemplazados por los Ataris,<br />
por los autos a control remoto y por las muñecas que hablaban, lloran caminan,<br />
hacen necesidades fisiológicas, etc., privando al niño de la oportunidad de echar a<br />
andar su fantasía creadora, pues éstos juguetes inteligentes lo hacen todo.<br />
CACHO:<br />
Se inicia con un círculo, formado por los jugadores, uno de los cuales, golpeando<br />
suavemente con la palma de la mano el pecho de los demás, por cada palabra<br />
que recita, va diciendo: "Ti marin de, dos pingué, cúcara mácara, tití rigüe, estando<br />
la vaca en chorro coposo, que pinta el leñoso, que pinta el leñoso, que pinta el<br />
potroso, (no sé a que se refieren estas palabras mágicas). Lo cierto es que a quien<br />
le va correspondiendo la palabra potroso va quedando fuera de sorteo y así<br />
sucesivamente se van eliminando hasta quedar el último, a quien le corresponde<br />
"el cacho".<br />
Realizada esta elección se escoge un poste, un árbol, una ventana o cualquier<br />
otro punto de referencia, al que se llama "La raya" desde la cual se grita "cacho" a<br />
esta exclamación todos huyen siendo perseguidos por aquel que en la elección le<br />
correspondió el "Cacho".<br />
Quienes huyen tienen por garantía, que al tocar "La raya" ya no se pueden<br />
apresar. Cuando el perseguidor apresa a cualquiera, el aprehendido a su vez se<br />
convierte en perseguidor, relevando al primero, así sucesivamente hasta el<br />
cansancio.<br />
LIBERTAD:<br />
En este juego hay dos árboles o postes previamente escogidos, uno como "La<br />
raya" y otro como "La cárcel". A diferencia de "El cacho", este es un juego de dos<br />
equipos, unos huyen y otros persiguen.<br />
Para iniciar el juego, dos líderes se sortean el derecho a escoger de primero a su<br />
primer compañero, en una singular competencia de salto, malicia y agilidad. Los<br />
dos líderes se abren unos veinte pasos y con las piernas juntas y las manos a la<br />
cintura, se miran y comienzan a saltar el uno hacia el otro mientras gritan: "Pico",<br />
respondiendo el otro "Monto"; esto lo harán hasta llegar a una distancia desde la<br />
cual, de un tremendo salto, uno de ellos pise los pies al otro.<br />
61
Quien gane esta competencia inicial tendrá el derecho a escoger su primer<br />
compañero diciendo: "Cojo o fulano", a lo cual responde el otro "yo cojo a zutano".<br />
Así en ese orden van escogiendo a sus compañeros de equipos, hasta dividirse en<br />
dos bandos.<br />
Aquel bando, cuyo líder ganó la primera prueba, le corresponde pedir "Libertad",<br />
siendo perseguidos por los del otro bando. Aquel jugador ha sido apresado se<br />
sitúa en el árbol o poste escogido como cárcel o prisión, pudiendo, dentro del<br />
juego, ser liberado por cualquiera de sus amigos que logre tocarlo. La "Raya"<br />
cumple la función de salvaguarda para quienes huyen, pero cuando cualquiera de<br />
los miembros de su equipo grita: "Libertad para todos", aquel que este en ella<br />
debe huir.<br />
El juego concluye en su primera parte cuando todos los que huyen son apresados,<br />
después de lo cual se tornan los papeles, convirtiéndose los perseguidores en<br />
perseguidos.<br />
LA CORREA ESCONDIDA:<br />
Uno cualquiera de los jugadores, sin que se den cuenta los demás, mientras<br />
cuenta hasta veinte en voz alta, esconde una correa. Al grito de "Ya", los demás<br />
comienzan a buscarla, mientras que quien la escondió va diciendo para que todos<br />
los oigan: "frío, frío, frío", si los buscadores están lejos de la correa, o "caliente,<br />
caliente, caliente", si alguno de los buscadores está cerca.<br />
Esto hasta que alguno encuentra la correa y con ella en la mano persigue a los<br />
demás, hasta la Raya azotando a quien se deje alcanzar. Quien encuentre la<br />
correa la esconde y se repite el juego las veces que se quiera.<br />
LA NONÍNA:<br />
Mas conocido como: "Esconde la piedrecita", es un juego de niños que consiste en<br />
sentar en un andén (Pretinel a lo <strong>Tamalameque</strong>ro) a un grupo de niños con las manos<br />
a la espalda. Mientras un niño se para frente al grupo, otro lo recorre agachado por la<br />
parte de atrás, tocándoles las manos y diciendo: Esconde, esconde, esconde la<br />
nonína"; la nonína es una pequeña piedra que lleva en la mano, la cual "deja en<br />
manos de cualquiera de los que están sentados: terminado lo cual, el niño que está<br />
en frente recorre la fila de los sentados y tocándoles la c abeza va recitando: "Tu<br />
cagarruta, tu cágala, tu que la tienes, dámela acá". Tratando de adivinar cuál tiene<br />
la nonína.<br />
Este juego se repite cambiando a los dos de pie.<br />
62
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
LA LLEVA:<br />
Uno cualquiera de los muchachos persigue a los demás hasta tanto toque a uno<br />
cualquiera, gritando "La lleva" al momento de tocarlo, automáticamente le<br />
transmite la penitencia quedando liberado, mientras que el que fue tocado tiene<br />
que perseguir a los demás; así sucesivamente.<br />
LA CAÑIJUELA:<br />
Los niños hacen una ronda con las manos cogidas, al compás de un coro dicen:<br />
"Tin-Tin, Tin-Tin, Tin-Tin la cañijuela a quien se descuide le meto una pela". Un<br />
niño con una correa o una rama delgada de un árbol, danza alrededor de la ronda,<br />
la cual dejará caer detrás de cualquier niño de la ronda y seguirá danzando como<br />
si nada. Si el niño al cual le quedó detrás la correa no se da cuenta, el danzarín al<br />
dar la vuelta completa a la ronda, tomará la correa y castigará al desprevenido;<br />
pero si por el contrario, ese niño se da cuenta persigue danzando al primero hasta<br />
su puesto, donde es remplazado por el primero, teniendo que proseguir la ronda<br />
danzando alrededor de ella y dejando la correa detrás de otro, siempre cantando:<br />
"Tintín, tintín, tintín Tin-Tin la cañijuela al que se descuide le doy una pela... Tin-<br />
Tin, Tin-Tin, Tin-Tin la cañijuela..."<br />
— ¿Pajuil-Pajuil?<br />
— ¡Señor, señor!<br />
— ¿Fuiste al campo?<br />
—Si fluí<br />
— ¿Qué viste?<br />
— ¡Un ave!<br />
— ¿Cómo qué ave?<br />
— ¡Como el azulejo!<br />
— ¿Azulejo, azulejo?<br />
—Señor, señor...<br />
PAJUIL - PAJUIL:<br />
Haciendo una ronda formada por todos los niños, de los cuales uno al oído da a<br />
63
los demás el nombre de un ave diferente, nombre que hay que memorizar. Luego<br />
ese niño pregunta: Pajuil-Pajuil? siendo respondido por el niño que le correspondió<br />
este nombre, y diciendo que vio al ave tal, al niño que le correspondió este nuevo<br />
nombre deberá responder que vio a otra ave y éste a su vez responderá que vio a<br />
otra y así sucesivamente.<br />
Al ave que se mencione y no responda se le sanciona con una penitencia que<br />
realizará en el centro de la ronda.<br />
—Tun - tún!<br />
— ¿Quién es?<br />
— ¡El Ángel!<br />
— ¿Qué busca?<br />
— ¡Una cinta!<br />
— ¿De qué color?<br />
— ¡Azul!<br />
— ¡Tun - tún!<br />
— ¿Quién es?<br />
— ¡El Diablo!<br />
— ¿Qué busca?<br />
—Una cinta...<br />
LA CINTA:<br />
Aquí el Ángel y el Diablo se trenzan en una competencia sin igual, donde el bien y<br />
el mal se enfrentan, repartiéndose uno a uno los niños de la competencia, de<br />
acuerdo al color que le correspondió a cada niño; luego agarrados de la cintura los<br />
dos bandos se enfrentan en una prueba de fuerza ganando quien no caiga a tierra.<br />
Emiliano que le dan<br />
la cebolla con el pan.<br />
Emiliano que le dan<br />
la cebolla con el pan.<br />
64<br />
EMILIANO:
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
—Periquito atrás<br />
— ¡Señora mamá!<br />
—Vaya a ver que hace Emiliano<br />
—Se está bañando.<br />
Emiliano qué le dan...<br />
Cantando así, la ronda avanza; el primero pregunta y el último averigua qué hace<br />
Emiliano, quien es representado por otro niño que está fuera de la ronda, haciendo<br />
mímicamente las actividades que se le ocurran. Cuando ya se lleva largo rato de<br />
ronda, la mamá manda averiguar si Emiliano está vivo o muerto. Cuando se halle<br />
muerto todos huyen en desbandada siendo perseguidos por él.<br />
—Compae Raspao<br />
—Que dice compae Raspao.<br />
— ¿Cuantos perritos tiene a su lao?<br />
—Veintiuno y uno quemao.<br />
-¿Quién se le requemó?<br />
—El hijo de... come pescao.<br />
REQUEMA:<br />
—Requémalo, requémalo pero bien requemao...<br />
Tomados de la mano, todos los niños, comienzan el anterior diálogo, desde los<br />
dos extremos, Preguntando uno y respondiendo otro, dando el nombre de la<br />
mamá del requemao. Por debajo del brazo del cual pasa toda la hilera de niños,<br />
dejándolo de espaldas y con los brazos cruzados.<br />
Este diálogo con el mismo recorrido, se hace por debajo de los brazos de todos<br />
los niños, hasta que todos queden en la misma posición del primero, con los<br />
brazos cruzados sobre el pecho, agarrados así mano con mano haciendo una<br />
hilera. Después de lo cual se halarán con fuerza los extremos y gana el extremo<br />
que al romperse la hilera quede con más niños agarrados.<br />
HACER CASITAS:<br />
Tradicional juego, en que los niños imitan al matrimonio y las relaciones cotidianas<br />
de un hogar común y corriente, donde hay siempre mamá, papá y naturalmente<br />
hijos.<br />
65
Aquí en el juego, se imita todo el quehacer del hogar, desde el alba hasta el<br />
amanecer. Las madres cocinan los alimentos simulados en hojas del jardín, vainas<br />
de leguminosas (bicho) son los plátanos, hojas de tamarindo por arroz, el vástago<br />
del plátano es la carne y la flor de la bailarina o bonche reemplaza las verduras. El<br />
papá imita la actividad cotidiana de su propio progenitor, mientras que los otros<br />
niños hacen mandados en la tienda de mentirillas o van al colegio.<br />
En nuestro medio, tal vez por el consumo de fósforo proveniente del pescado, o la<br />
sangre caliente del costeño, o quien sabe por que afrodisíaca circunstancia; muy<br />
pícaramente los niños que hacen las veces de papá y mamá, aprovechan los<br />
mandados o el colegio de los niños que en el juego hacen el papel de hijos, para<br />
ellos realizar sus primeras experiencias sexuales, a escondidas y a temprana<br />
edad.<br />
Esta circunstancia anterior, ha hecho que este juego haya sido proscrito por parte<br />
de los padres o en el mejor de los casos, sea estrechamente vigilado por los<br />
mayores.<br />
66
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
Pundero, pundero<br />
tu mamá te parió en cuero<br />
sin camisa y sin fajero<br />
detrás de un gallinero. (Bis)<br />
Arepita, arepita<br />
arepita con manteca<br />
Pa' mamá que le da la teta.<br />
CANCIONES DE CUNA<br />
4repita, arepita Pepita con maíz tostao<br />
pa' papá que no ha almorzao.<br />
Se le cae, se le cae<br />
se le cae, la manito al nene<br />
se le cae, se le cae<br />
PUNDERO<br />
AREPITA<br />
SE LE CAE<br />
67
se le cae sino se lo tiene. (Bis)<br />
Cabecita loca, loca, loca, loca<br />
Cabecita loca, loca, loca, loca<br />
y si se le toca se vuelve más loca. (Bis)<br />
CABECITA LOCA<br />
SEÑORA SANTANA<br />
Señora Santana porque llora el niño<br />
por una manzana que se le ha perdido<br />
él no quiere una él no quiere dos<br />
él quiere la misma que se le perdió. (Bis).<br />
Callate niñito que tengo que hace<br />
lavá los pañales<br />
y ponente a cosé. (Bis)<br />
Duérmete niño duérmete ya<br />
antes que venga la zorra pelá.<br />
Duérmete niño duérmete tú<br />
antes que venga el Cucurucú.<br />
68<br />
CÁLLATE NIÑITO<br />
DUÉRMETE NIÑO
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
Sana, sana<br />
culito de rana<br />
tres peítos<br />
Por la mañana. (Bis)<br />
SANA SANA<br />
69
LEYENDAS<br />
Como en todo pueblo pequeño y sobre todo aislado de otras culturas, mi pueblo,<br />
sus gentes, somos dados a dar contestación mágica y sobrenatural a los<br />
fenómenos que ocurren y se esquivan a nuestro entender. Esa contestación<br />
mágica o sobrenatural, es el comienzo de la <strong>leyenda</strong>.<br />
Curioso es anotar que cuando el investigador interroga sobre la existencia de una<br />
de ellas, hay cientos de personas dispuestas a responder y a dar testimonio del<br />
fenómeno, con el condimento -diría yo- que es de oídas, pues la persona que<br />
sufrió la experiencia, ya no vive en el pueblo o pasó a mejor vida.<br />
Otro obstáculo, es a mí entender, la deformación que sufre la <strong>leyenda</strong> al paso del<br />
tiempo, deformación motivada en el querer de ciertos elementos, a dar respuestas<br />
racionales al fenómeno, deformándolo con explicaciones acomodadas que<br />
contravienen la esencia popular del mismo.<br />
Como dije al comienzo, <strong>Tamalameque</strong> es un filón de tales <strong>leyenda</strong>s unas con un<br />
arraigo popular entrañable que vienen de siglos atrás, siendo transmitidas de<br />
generación en generación; otras más cercanas aún, en el tiempo, pero que de<br />
igual forma han ido tomando fuerza en la mentalidad del <strong>Tamalameque</strong>ro,<br />
enriqueciendo con ello nuestro patrimonio cultural y folclórico.<br />
Algunas de estas <strong>leyenda</strong>s, al menos las más sobresalientes, las trataré de<br />
bosquejar, respetando la tradición:<br />
LA LLORONA LOCA:<br />
¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde? y ¿a Quién? se le presentó por primer vez, es<br />
difícil precisar, esta <strong>leyenda</strong>, este ser legendario,"este aparato", (Como el<br />
<strong>Tamalameque</strong>ro nombra estos fenómenos), que, desde siempre ha estado con<br />
nosotros asustándonos unas veces, otras inspirando a nuestros juglares y<br />
narradores de cuentos. Leyenda o realidad siempre está con nosotros.<br />
Los abuelos de nuestros abuelos, contaron a éstos y ellos a su vez a nuestros<br />
padres, y éstos a nosotros, a nuestros hijos, siempre siguiendo la cadena de la<br />
tradición tejida, con los eslabones de la fantasía mágica de las noches de<br />
"luminarias", fabricando pacientemente la cadena de nuestra cultura<br />
popular, cincelando artísticamente ese legendario ser.***<br />
había luz eléctrica y que estas eran alumbradas (Las calles) por mecheros de<br />
70
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
Kerosén, llamados pomposamente "Luminarias". Los gritos aterraban la población<br />
y ningún parroquiano osaba salir a la calle.<br />
Sostenían y sostienen los ancianos de mi pueblo, que en las épocas en que se<br />
escuchaban esos gritos, sobrevenía muerte, miseria y ruina sobre la población.<br />
¿Quién era la Llorona y cómo era? No. Eso no tenía respuesta. Andando el<br />
tiempo, podríamos decir, ayer, comenzaron a florecer versiones explicatorias de<br />
acuerdo a la fantasía popular, que mitificaban aún más la <strong>leyenda</strong> tales como:<br />
"La historia de una doncella, niña bien, que empujada a la agitada corriente del<br />
amor, no supo nadar buscando la orilla, sino que por el contrarío, se sumergió en<br />
el piélago de la pasión, entregándose sin reserva ninguna a su amante. De esa<br />
entrega resultó como consecuencia un embarazo. Entonces, al comentar con su<br />
amante sobre el fruto que latía en sus entrañas, El montó en cólera, evadiendo<br />
toda responsabilidad y huyendo del poblado, dejando abandonada a la desflorada<br />
doncella.<br />
Ella, ante tal circunstancia, se llena de infinita tristeza, no hallando para su mal<br />
ninguna salida satisfactoria, comienza a consumirse envuelta en su melancolía.<br />
Un día cualquiera decide ir a bañarse a las aguas del "Caño Tagoto" y estando<br />
bajo la fresca sombra de una ceiba gigantea, empieza a fraguar su macabro plan:<br />
EL ABORTO. Vuelve al pueblo, consulta con una comadrona amiga de su casa,<br />
por las hierbas malditas que pueden truncar una vida en gestación esto lo hace sin<br />
levantar ningún tipo de sospecha; pues, nadie, absolutamente nadie, puede<br />
pensar que ella ha entregado su virginidad-. Sabida de tan terrible secreto, marcha<br />
al campo y reúne las hierbas, y por la noche cuando todos duermen en su hogar,<br />
se levanta sigilosa y prepara el fatídico brebaje, el cual consume desesperada.<br />
A la mañana siguiente, pide permiso para salir a pasear, concedido éste, parte<br />
para el campo en busca de la sombra cómplice de la ceiba gigantea que le dio la<br />
inspiración del aborto. Ahí tendida, espera ansiosa los espasmos de agonía que le<br />
provoca el brebaje consumido la noche anterior, Revolcándose, presa de<br />
agudos dolores, sintiéndose morir, siendo la mujer más desgraciada del mundo,<br />
sufre los dolores del pecado y la angustia de la maldad; ahí, sola bajo la ceiba,<br />
cubierta por la sombra cómplice de esa silenciosa testigo, desnuda bajo la mirada<br />
de Dios, siente el desgarrar de sus carnes y el ansia de vida que reclama ese<br />
ser en formación. Trata de arrepentirse, no hay remedio, el mal estaba hecho.<br />
Con dolores que subían en intensidad, se desprende de su interior, el hijo<br />
del pecado rodando por sus piernas, cayendo sobre el pasto todo ensangrentado,<br />
haciendo movimientos espasmódicos de vida.<br />
Ella, transida de dolor observa aterrada a ese pedazo de su vida que acaba de<br />
malparir; desquiciada por el dolor y tal vez por su crimen, lo toma en brazos, besa<br />
al amasijo de carne sanguinolenta que es el feto -su hijo- y en sus ojos<br />
trastornados por la locura ve a un sonrosado y sonriente niño, que le acaricia los<br />
labios, con su piel de rosa.<br />
Levantándose del suelo camina lento hacia la orilla del Caño "Tagoto", donde<br />
musitando frases de cariño, lo eleva al cielo y murmurando el nombre del pérfido<br />
71
que la abandonó, lo arroja a las tormentosas aguas que dibujan el paisaje de la<br />
orilla.<br />
Loca, totalmente desquiciada vaga por la orilla del "Tagoto" todo el día y parte de<br />
la noche, hasta que decide en su locura volver al poblado. Allí recorre sus calles<br />
lanzando alaridos sobrehumanos, acompañados de sollozos y lamentos donde<br />
pregunta por su hijo.<br />
Siempre llorando y lanzando sus alaridos infrahumanos, se dirige de nuevo al<br />
"Caño Tagoto”, lanzándose a sus aguas y hundiéndose por siempre en él.<br />
De esa noche en adelante, desde las orillas del "Tagoto", parte la <strong>leyenda</strong> hacia<br />
<strong>Tamalameque</strong> lanzando sus alaridos, que recorren todas sus calles,<br />
sobrecogiendo de espanto a todos sus moradores."<br />
Otra versión es "de la mujer infiel, aquella que aprovechaba la ausencia del marido<br />
y por las noches, cual fantasma salía cubierta con una sábana blanca, lanzando<br />
gritos lastimeros y tenebrosos; alaridos que atemorizaban al vecindario, el cual<br />
lleno de susto cerraba puertas y ventanas desde tempranas horas de la noche,<br />
dejando expedito el camino al amante, quien después de los gritos se deslizaba al<br />
amparo de las sombras hasta la casa de la infiel y postiza Llorona".<br />
No podría terminar esta crónica, sin antes mencionar al maestro JOSÉ BENITO<br />
BARROS, quien narró en sus cantos, la <strong>leyenda</strong> de la inmortal "Llorona", haciendo<br />
con ello posible que el mundo conociera nuestra <strong>leyenda</strong> y el sonoro nombre de<br />
nuestro pueblo: TAMALAMEQUE.<br />
LA LLORONA LOCA: (Paseo) Benito Barros<br />
En una calle de <strong>Tamalameque</strong><br />
dicen que sale una Llorona Loca.<br />
En una calle de <strong>Tamalameque</strong><br />
dicen que sale una Llorona Loca.<br />
Que baila por aquí<br />
Que baila por allá<br />
con un tabaco encendido en la boca<br />
A mi me salió una noche<br />
una noche de carnaval<br />
me meneaba la cintura<br />
como iguana en matorral<br />
72
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
Le dije pare un momento<br />
no mueva tanto el motor.<br />
Y al ver que era un espanto<br />
ay compadre que sofocón.<br />
Que te coge<br />
ay que te agarra<br />
ay que te coge<br />
la Llorona por detrás.<br />
(Versión Hermanos Pantoja)<br />
LA LUZ CORREDORA:<br />
Es otra de las muchas <strong>leyenda</strong>s <strong>Tamalameque</strong>ras. Según la tradición, "La Luz<br />
Corredora" es un espanto o "Aparato" que hace su aparición en despoblado.<br />
Siempre aparece de noche, en las dilatadas sabanas <strong>Tamalameque</strong>ras llenando<br />
de aprehensión a los campesinos y viajeros en general que osen cruzar de noche<br />
esa dilatada extensión de tierra erizada de "tacanes".<br />
Quienes la han visto, -y hay muchos- cuentan que es una luz que va paralela al<br />
suelo, a la altura de (Depende del susto y la persona) las rodillas y la cabeza de<br />
una persona adulta.<br />
La luz corredora anda a una velocidad endemoniada, acercándosele a la víctima y<br />
dando vueltas alrededor, obligando a la persona a huir despavorida,<br />
persiguiéndola por largos ratos.<br />
La única fórmula para burlar a este espanto o aparato", sostiene la tradición, es<br />
decir todo lo contrario de lo que Ella hace, así: si se dice "Allá va", Ella se acerca,<br />
pero si al contrario se dice: "Allá viene", Ella se aleja.<br />
Nuestros abuelos sostienen que es una mujer con una lámpara en la cabeza que<br />
persigue a las personas, esa mujer vaga eternamente por las sabanas<br />
<strong>Tamalameque</strong>ras, como pena por haber quemado el poblado de "García"<br />
(Poblado que existió entre "Coloradito" y "Palestina", a sus habitantes les decían<br />
73
"Garcieros" y los apodaban "Come mona").<br />
LAS ÁNIMAS DE LOS PALOS GRANDES:<br />
Dos de noviembre "Día de difuntos", por las noches de esta fecha apunta la<br />
tradición, que ningún <strong>Tamalameque</strong>ro se atrevía a acercarse por el cementerio<br />
"Laico" de "Carrasquillo", ubicado en un hermoso paraje de umbría frescura, que<br />
rodeaba un riachuelo llamado "Los Palos Grandes" su nombre proviene de la gran<br />
cantidad de árboles centenarios, de inmensa altura y frondoso follaje que crecían<br />
a la vera del riachuelo y que desafortunadamente nuestros abuelos talaron.<br />
Muchos que arriesgaron acercarse al sitio, por la noche de cualquier dos de<br />
noviembre, tuvieron que huir despavoridos, al observar, una procesión de cientos<br />
de personas, todas iguales, vestidas con túnicas blancas, levitando sobre el suelo,<br />
sosteniendo en la mano derecha un enorme cirio mortuorio y entonando cánticos<br />
luctuosos, en una lengua de ultratumba.<br />
Dicen nuestros abuelos que son "las ánimas del purgatorio que vienen a recorrer<br />
sus pasos y purgar sus culpas".<br />
EL CABALLO COJO:<br />
En "El Callejón Del Peligro", misterioso callejón, por las noches se oía el dispar:<br />
Toc –tac -toc, producido por un caballo cojo, que se paseaba de arriba abajo, por<br />
ese lúgubre callejón.<br />
Muchos llenos de valor, al ver que era un caballo, trataron de acercársele para<br />
observarlo mejor; pero en la medida que lo hacían se sentía mas penetrante el<br />
olor a azufre que despedía y pudieron ver, pasmados de estupor que sus equinos<br />
ojos eran fosforescentes y que por su boca, cual dragón, despedía fuego.<br />
Tal circunstancia llamó a la prudencia a los vecinos, que desde entonces<br />
comenzaron a esquivar, por las noches "El Callejón del Peligro".<br />
EL CUERO ARRASTRAO:<br />
En ese mismo callejón -Válgame Dios; tortuoso "Callejón del Peligro"-- narran los<br />
abuelos, que por las oscuras noches <strong>Tamalameque</strong>ras, se oía el arrastrar de algo<br />
sobre la fría arena de la calle.<br />
Ese arrastrar de algo, comparado al ruido de una piel de res, al ser arrastrada, fue<br />
74
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
tan escuchado y tan comentado en la población que se involucró de Heno en<br />
nuestra tradición como "EL CUERO ARRASTRAO" que aún en nuestros días hay<br />
quienes aseguran haberlo escuchado.<br />
LOS CUCURUCUS:<br />
Hay épocas, en que por las noches, se oye un canto característico de un pájaro<br />
grande, de plumaje pardo y presencia asustadiza, parecido al búho, y que los<br />
<strong>Tamalameque</strong>ros llamamos "Cucurucú" -(Onomatopeya de su canto)-.<br />
Este canto, es temido por los <strong>Tamalameque</strong>ros, ya que lo relacionan con fuerzas<br />
maléficas del más allá. Por las épocas en que se escucha el canto de "El<br />
Cucurucú", los vecinos evitan salir por las noches, ya que la presencia del<br />
"Cucurucú", es presagio de luto y desgracia.<br />
Tal temor por el canto del pájaro, hizo que desde años atrás, los cacos y<br />
ladronzuelos del poblado lo imitarán a la perfección, para intimidar al vecindario y<br />
hacer sus fechorías.<br />
En la actualidad, en noches de "Cucurucú", es común escucharlos cantar,<br />
simulando esta ave; cantan en una esquina y le responden en la otra cuadra.<br />
Cuando esto ocurre, el vecindario no duerme, pendiente a sus pertenencias (la<br />
gente comenta: Van a robar por aquí.); Ellos (Los Cucurucú), vuelven la noche<br />
siguiente, y la siguiente y trasnochan al vecindario, hasta que por falta de sueño,<br />
algún vecino se duerme y los ladrones hacen su faena.<br />
Es tan tradicional esta forma de robar en mi pueblo, que ya las noches de<br />
"Cucurucú" se han familiarizado tanto, que no es de extrañar que en cualquier<br />
corrillo se diga en voz baja: "Fulano de tal es curucucú", refiriéndose a cualquier<br />
ladronzuelo pueblerino, catalogado de robatapas y robaperoles.<br />
75
EDUCACIÓN<br />
Como dijimos al comienzo, <strong>Tamalameque</strong> era una población netamente agrícola y<br />
ganadera; la pesca era un oficio doméstico, pues solo se llegaba a ella con el<br />
objeto de proveerse del pescado necesario para la manutención de la familia y<br />
para atender la demanda local. De que <strong>Tamalameque</strong> fuese un pueblo agrícola y<br />
ganadero se desprende y explica su educación pastoril.<br />
Pastoril por cuanto se compaginaba la educación con el quehacer doméstico, de<br />
tal forma que tan solo se enseñaban las bases elementales de la educación, como<br />
las operaciones matemáticas, algo de lectura y escritura; dándole salida a los<br />
alumnos, para el corte de leña, venta de almojábanas y la atención y pastoreo del<br />
ganado de ordeño y cría, (Todo <strong>Tamalameque</strong>ro tenía por lo menos una vaca o un<br />
burro.).<br />
El alumno, un niño de 10 a 12 años, entraba por primera vez al colegio,<br />
comenzando la primaria y si no desertaba, repetía el curso quinto hasta tanto se<br />
pusiera los pantalones largos. Hecho ceremonioso que se cumplía con religiosa<br />
precisión a los veintiún años de edad. Época en que ya podía devengar salario<br />
para proveerse de su propio peculio, con lo que quedaba en libertad de consumir<br />
licor, cigarrillos y apto para conseguir compañera.<br />
Con las mujeres sucedía otro tanto similar, con variantes propias de la sociedad<br />
machista, pues las niñas entraban al colegio poco más crecidas que los varones y<br />
salían de esta cuando cumplían los 15 o 18 años, época en que se desposaban,<br />
con lo cual solo alcanzaban unos dos o tres años de estudios.<br />
En lo referente a métodos, era una educación ruda a base de férula y castigos<br />
infrahumanos, causa más que sobrada para la infinidad de traumas que sufrieron<br />
nuestros abuelos.<br />
El lema de esta educación era: "La Letra Con Sangre Entra". apoyándose en<br />
castigos crueles como hincarse sobre granos de maíz o tapas de cervezas, parado<br />
con los brazos en alto cargando ladrillos, etc. Esto explica la aterradora deserción<br />
escolar de entonces, causal del acentuado analfabetismo de la época.<br />
En este tipo de educación se le daba más valor a la entonación que a la<br />
comprensión de la lectura y mayor importancia a la caligrafía que a la idea que se<br />
trataba de plasmar en el escrito.<br />
Los educadores más sobresalientes de entonces, en que esta profesión se hacía<br />
cosa de familia, puesto que familias enteras se dedicaban a ese honroso trabajo,<br />
fueron Edmundo Rengifo, señora e hijos, El Maestro "Ñungo", "Golero En<br />
Tronco" (famoso Por las borracheras monumentales que cogía, a los Maestros se<br />
les pagaba con ron.).<br />
76
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
El ampliamente recordado por su dicción Don Simón Armesto Y Flórez, con su<br />
estirpe de apellidos y nobleza de abolengos.<br />
Cástulo Avendaño, de quien la numerosa prole también se dedicó y dedica a<br />
educar.<br />
Luego, cuando el gobierno oficializó la educación primaria y se fundaron los<br />
primeros colegios públicos que laboraron en las casas de los maestros, vinieron<br />
como educadores:<br />
Carmen Casado, Fidelina Rocha, Efraín Acosta, Ernestina Pantoja, Ruth María<br />
Nieto, Nina Amparo Restrepo, Teresa Avendaño, (conocida como Angeliltos<br />
negros), Manuel Robles y Sabas Ravelo.<br />
Tiempo después, se construyeron los tres primeros locales de educación primaria,<br />
“El De La Seño Ernestina”, el de "El Palito De Mango", el de "Las Mojas" y en<br />
última instancia el que queda frente al hospital; ya la educación estaba<br />
reglamentada y se seguían programas, los profesores más recordados de la<br />
época son: Charito y Julio Avendaño, en lo referente a educación de varones.<br />
Las monjas misioneras de la Congregación Madre Laura, se hicieron cargo de la<br />
educación de las niñas, siendo las fundadoras de la escuela "Madre Laura": Sor<br />
María Eufrosina, Sor María Savina, La Madre Modestina, Y Sor María Nazareth.<br />
Hasta aquí en lo que se refiere a educación pública, puesto que hubo otras<br />
escuelas dignas de mención, estas con carácter privado, que dieron las primeras<br />
letras a decenas de generaciones <strong>Tamalameque</strong>ras.<br />
COLEGIO SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS<br />
Propiedad del ilustrísimo (ya fallecido) profesor Desiderio Mallorca Crespo.<br />
Hombre este que quemó su juventud, su vida, forjando juventudes aquí en nuestro<br />
terruño. Algo admirable el apostolado de éste hombre, recto hasta la terquedad,<br />
honesto hasta la muerte.<br />
Al momento de escribir estas notas lo evoco, erguido sobre su delgada anatomía,<br />
la frente levantada, donde espejean unas gafas de monturas de carey, rodeado de<br />
exhortos alumnos, atentos a sus sabias explicaciones.<br />
Cuantas rabietas le hicimos coger con nuestras pillueladas y pilatunas, que "mala<br />
maldad", que hoy, en la cercana lejanía del recuerdo, hace evocar una nostálgica<br />
sonrisa ante el recuerdo.<br />
INSTITUTO TAMALAMEQUE.<br />
Propiedad del profesor Rafael Argote De La Hoz; "El Alma Mater" de<br />
77
<strong>Tamalameque</strong>, según la apreciación conceptual del dueño, como rezaba en un<br />
letrero que pendía de una de las rejas de madera que protegía la puerta de<br />
entrada.<br />
Colegio querido, donde muchos de nosotros aprendimos Las primeras letras,<br />
donde tímidamente aprendimos a amar, enviando a hurtadillas, papelitos<br />
razoneros a nuestras compañeras de estudios.<br />
Qué bello es el pasado, cuan hermoso es evocar esos momentos de timidez y<br />
locura vividos en esas aulas. Aún recuerdo, como el pueblo se alborozaba los<br />
domingos, en que con el vestido de gala, las caras sonrientes y los estómagos<br />
vacíos, en marcha, tras "La Banda de Guerra" del Instituto <strong>Tamalameque</strong>, dirigida<br />
por su singular batutero "Gollo Cuca", partíamos a escuchar la misa dominical<br />
obligatoria.<br />
Recuerdo muy bien como escuchábamos, de pie, en la nave central de la iglesia,<br />
al Padre González, en sus interminables y apocalípticos sermones, sintiendo<br />
correr por dentro de la camisa las gotas de sudor, que el calor sofocante de la<br />
iglesia (sin ventiladores en esa época) nos arrancaba. —Recuerdo sentir gruñir el<br />
estómago de hambre y el flaquear de piernas, la palidez del rostro y el desmayo<br />
repentino de varios compañeros en esas largas misas.<br />
Después de estos dos grandes colegios se fundaron otros que cumplieron gran<br />
labor educativa, entre estos últimos podemos mencionar:<br />
COLEGIO PIO XII<br />
Laboró de cuatro a cinco años, era propiedad de Domingo de la Cruz. Por último el<br />
colegio Pedro Castro Monsalvo, regentado por el profesor Luís Agudelo<br />
Armenta.<br />
La situación económica del municipio y la atención que el gobierno departamental<br />
le dio a la educación primaria en esos primeros años de creación del<br />
departamento del Cesar, hizo que estos colegios privados cerraran sus puertas<br />
por la poca rentabilidad del negocio, teniendo sus dueños que emigrar hacia otros<br />
lares, cerrando así una de las mejores etapas de la educación del hombre<br />
<strong>Tamalameque</strong>ro.<br />
Los esfuerzos anteriormente mencionados no fueron suficientes y nuestras<br />
juventudes veían trunco el progreso intelectual, pues, no podían proseguir<br />
estudios por la falta de medios para desplazarse y radicarse fuera de la localidad.<br />
Esto era motivo de muchas frustraciones y no menos desengaños y desilusiones,<br />
viéndose la juventud abocada al letargo intelectual, teniendo que entrar desde<br />
temprano a desempeñarse en los más inverosímiles quehaceres. Solo una<br />
pequeña minoría podía salir a estudiar a otros pueblos o a la capital; esta minoría<br />
formada por los hijos de los acaudalados caciques locales y uno que otro hijo de<br />
familias pobres; de estos, un grupo muy reducido lograba terminar, los ricos se<br />
78
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
retiraban de los estudios por sinvergüenzas y los pobres por física hambre.<br />
Los colegios en boga de esa época, a los cuales iban a parar los afortunados<br />
<strong>Tamalameque</strong>ros que tenían por ventura la oportunidad de salir a estudiar, eran:<br />
El Colegio Pinillos de Mompox, El Liceo Celedón De Santa Marta, y<br />
últimamente El Colegio Nacional Loperena De Valledupar.<br />
De los pocos bachilleres que lograron graduarse, algunos siguieron carreras<br />
profesionales, entre ellos podemos mencionar al doctor Manuel Mejia, primer<br />
abogado natural de <strong>Tamalameque</strong>, mucho tiempo después el doctor Alonso<br />
Beleño Robles, médico. Luego, andando el tiempo, al comienzo de la década de<br />
los sesenta, comenzaron a titularse una serie de profesionales muy destacados<br />
marcando una era de progreso intelectual.<br />
De esta gama de profesionales, sin demeritar a ninguno, pues todos merecen mi<br />
respeto y consideración, hubo dos, quienes por sus dotes intelectuales y por su<br />
extracción popular ganaron un reconocido respeto y admiración de los<br />
ciudadanos. Son ellos Bienvenido Gómez Pava Y Luís Eduardo Vides Gómez,<br />
de quienes todavía encontramos personas de su generación que siguen<br />
admirando y considerando a éstos ilustres <strong>Tamalameque</strong>ros como ejemplo de<br />
superación y paradigma de inteligencia. La verdad, son dos profesionales con<br />
calidades y cualidades muy distinguidas.<br />
A partir de ellos, ha salido una larga lista de profesionales ya graduados y otros a<br />
punto de graduarse que enaltecen la sociedad <strong>Tamalameque</strong>ra, pero sería largo y<br />
dispendioso mencionarlos a todos; solo tomamos los cuatro anteriores por sus<br />
rasgos singulares, ya que marcaron hechos de connotaciones histórico -sociales<br />
en mi pueblo.<br />
Como se ha podido observar, al joven <strong>Tamalameque</strong>ro, por la falta de medios para<br />
estudiar el bachillerato en su propia tierra, veía trunco el camino del progreso<br />
intelectual ya que si bien es cierto, algunos podían estudiar por fuera, la gran<br />
mayoría se tenía que conformar con quedarse en el pueblo a engrosar la fila de<br />
desocupados locales. Creándose con ello la necesidad de abrir un espacio donde<br />
se aprendiera un oficio, y comenzaron los padres de familia a entregar sus hijos a<br />
Elí Garrido para que les enseñara la mecánica.<br />
Después Eufrasia Mejía De Duncan abrió su escuela de mecanografía y<br />
Herminio Noriega. Enrique Duran Y Miguel Restrepo, cada uno por su lado,<br />
comenzaron a enseñar el oficio de telegrafista, con sus escuelas donde los<br />
jóvenes iban a aprender el sistema Morse de comunicación.<br />
Todas estas escuelas de oficios, por falta de demanda de mano de obra, fueron<br />
abandonadas.<br />
Por esas fechas comenzaron a llegar noticias de los cursos que dictaba el SENA<br />
en Santa Marta y de lo cómodo del sistema, ya que eran internados donde con<br />
una cuota mínima pagada por un hacendado patrocinador, se podía asegurar la<br />
pensión, comida y estudio. Entonces el grueso de jóvenes de la localidad, se fue a<br />
Santa Marta a aprender el oficio de obreros calificados como Reparadores de<br />
Maquinarias Agrícolas, tractorismo y ganadería entre otros.<br />
79
Todo lo anterior no colmaba las expectativas de nuestra juventud, haciendo<br />
necesario la urgente solución al enorme problema educacional que afectaba a<br />
<strong>Tamalameque</strong>. Y se comienza la posesión de parte de los líderes políticos, de las<br />
personalidades y del pueblo en general, pugnando mancomunadamente para<br />
hacer realidad la creación de La Escuela Agropecuaria.<br />
hábilmente fueron matriculando en las mismas casas a los futuros alumnos.<br />
En verdad, el día 22 de abril de 1.968 abre por primer vez sus puertas la<br />
ESCUELA AGROPECUARIA De <strong>Tamalameque</strong>. Ese día desde temprano la<br />
población vio desfilar a cincuenta jóvenes de ambos sexos con los taburetes en la<br />
cabeza y un cuaderno bajo el brazo camino a la escuela. Esos jóvenes cuya edad<br />
oscilaba entre los 18 y 25 años, vencieron la timidez y la pena, entrando a marcar<br />
un hito en la historia de la educación local, en esa escuela donde se podía hacer<br />
hasta el cuarto de bachillerato.<br />
Por la importancia del hecho mencionaré la lista de profesores y alumnos<br />
fundadores de esta institución:<br />
PROFESORES: Efraín Guerrero Miranda (Rector), Luís Osorio, Nohora Beltrán,<br />
Carlos De León, Rafael Noriega, Marlene Castaño, Luís Roberto Barrios, Enna<br />
Luz Fonseca Y El Profesor Castiblanco.<br />
ALUMNOS: Enrique Arenas, Joaquín Castro, Ciro Peñaloza, José Antonio<br />
Quintero, Salvador Vanegas, David Noriega, Orlando Pérez, Robinson Chajin,<br />
Edgar Coronel, José Aguilar Pava, José Antonio Montesino, Ornar Mizar, Jairo<br />
Montesinos, Clara Moreno, Graciela Gómez, María Del Socorro Torres, Teresa<br />
Castaño, Lirida Torrejano, Julia Restrepo, Zaida Rizzo, Glennis Lascarro, Yolanda<br />
Lascarro, Nivia Páez, Martín Castaño, Edgardo Duncan, Carlos Julio Robles,<br />
Horacio Pava, Rubén Restrepo, Marina Garrido, Lucina Pino, Jorge Corpas,<br />
Rodrigo De La Cruz, Dennys Armesto, Isabel Cristina Del Valle, Agustín Del Valle,<br />
Lucy Machuca, Floralba Vega, Nubia Martínez, Luís Santodomingo, Roberto<br />
Rosado, Hernando Ovalle, Isabel Robles, Orlando Amaya, Jairo Hidalgo, María<br />
Etelvina Ortiz, Melva Aviles, Meryluz Machuca, Dorfis Montesinos, Faride<br />
Villamizar Y Manuel Noriega.<br />
De la anterior lista, tan solo los 28 primeros lograron terminar y cuatro años<br />
después, el día 30 de noviembre de 1971 tomaron grado, siendo la primera<br />
promoción de Prácticos Agrícolas, título que se otorgaba al llegar al cuarto de<br />
bachillerato. La ceremonia de graduación fue muy solemne, se realizó en el<br />
Teatro Magdalena y asistió todo el pueblo <strong>Tamalameque</strong>ro. (Fue la primera vez<br />
que vi tanto <strong>Tamalameque</strong>ro con saco y corbata).<br />
Ya en 1981 se abrió el quinto de bachillerato, y el 28 de noviembre de 1982 se le<br />
dio graduación a la primera promoción de bachilleres agrícolas, siendo los<br />
alumnos: Dionisio Ávila, Óscar Ávila Amaño, William Herrera Alfaro, Carlos<br />
Peñaloza Romero, Donel Gómez Cadena, Humberto Molina Hoyos, Rodrigo<br />
Pérez Núñez, Nolvis Ospino Miranda Y Rodrigo Ramírez Vides.<br />
PROFESORES; Héctor Serrano Zafra, Doris Angarita, Eulalia Barrera, Alvaro Rico<br />
Hernández, Jaime Jaraba, Hernán Mieles, David Noriega, Mariano Medina,<br />
80
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
Rodolfo Reyes, Libardo Martínez Y Jesús Mosquera.<br />
Hoy, 22 años después, queremos decirle a todos los <strong>Tamalameque</strong>ros que es una<br />
obligación la vinculación de todos los estamentos a la promoción del desarrollo de<br />
esa institución tan cara a nuestros afectos.<br />
81
FIGURAS TÍPICAS<br />
Como en todos los pueblos del mundo, en <strong>Tamalameque</strong> también hay seres<br />
humanos que por sus rasgos, ingenio, decires o estilo de vida, constituyen las<br />
figuras típicas del universo local, son los personajes que representan el querer<br />
popular, que ejemplarizan dentro de la comunidad, son el sentir o el saber del<br />
pueblo.<br />
En este universo local es común emular a ciertos personajes del pasado, o repetir<br />
con cierto gracejo anécdotas o pasajes de la vida de esas personas, que nunca<br />
conocimos físicamente, pero que sentimos, admiramos y recordamos como si<br />
hubiésemos convivido con Ellas; Debido a que la tradición oral nos legó un acervo<br />
de anécdotas que no nos cansamos de repetir ante propios y extraños, sirviendo<br />
estas de ejemplo a las generaciones venideras, como un conjunto de pautas preestablecidas<br />
por el saber popular, para delinear la conducta del hombre<br />
<strong>Tamalameque</strong>ro, o cuando mucho entrar a engrosar nuestro ya vasto patrimonio<br />
cultural y folclórico.<br />
De todas ellos tomaremos algunos que por sus rasgos sobresalientes se ajustan al<br />
espíritu de éste libro, para así mostrar una especie de revista del pensamiento<br />
<strong>Tamalameque</strong>ro en las diferentes épocas, y de esta manera saborear los cambios<br />
de una época a otra, detectándose así la movilidad social que se ha generado al<br />
seno de <strong>Tamalameque</strong>.<br />
DON ANDRÉS ROBLES<br />
Cuando un <strong>Tamalameque</strong>ro oye mencionar el nombre de Don Andrés Robles,<br />
aflora de inmediato una picara sonrisa en su faz, ya que de éste personaje se<br />
cuenta una serie de insólitas anécdotas, de las cuales resumiremos algunas.<br />
Don Andrés Robles fue alcalde Municipal de <strong>Tamalameque</strong>. Fue un liberal<br />
probado, que dentro de su empírico saber (era iletrado) hizo aplicación de justicia,<br />
a su leal saber y entender, unas veces como un tirano rígido y otras como el<br />
magnánimo y mas piadoso de los dirigentes. Veamos:<br />
82
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
EL TELEGRAMA:<br />
Cuentan que siendo Alcalde don Andrés Robles, envió a Santa Marta —antes<br />
pertenecíamos al Magdalena— un telegrama, dirigido al jefe Liberal del momento,<br />
quejándose de la desidia y abandono del liberalismo <strong>Tamalameque</strong>ro, que no<br />
quería ponerse en movimiento político ante la próxima campaña electoral.<br />
El texto del mensaje fue el siguiente: "Liberales echaos como El Pundungo".<br />
De Santa Marta después de afanosas consultas sobre la significación del término<br />
tan raro (Pundungo) —Así llamamos la perezosa—, le respondieron con otro<br />
telegrama, —con el tono humorístico de la época— "Húrguelos para que se<br />
muevan".<br />
LOS ZAPATOS APRETADOS:<br />
Cuentan de un individuo que había perjudicado a una muchacha (Así llaman<br />
nuestros abuelos a la desfloración sexual), el cual siendo apresado, hubo de<br />
presentarse al despacho de la Alcaldía, donde Don Andrés Robles impartiendo<br />
Justicia al buen estilo del Rey Salomón, le exigió que se casara con la niña, de lo<br />
contrario le caería el peso riguroso de la Ley, a lo que respondió negativamente el<br />
Reo. Don Andrés quedó pensativo ante la respuesta firme y retadora del<br />
sindicado. Se rascó la cabeza y se quedó mirando los enormes pies cuadrados y<br />
de cuarteados callos del individuo; sumido por unos instantes en la meditación<br />
contemplativa de esos enormes pies descalzos, resolló con fuerza y levantando la<br />
cabeza miró directamente a los ojos del violador, preguntando: "Que número<br />
calza". El individuo respondió: "Cuarenta y dos".<br />
Con una seña le indicó al guardián que lo devolviera al calabozo, después indicó<br />
que le dieran buena comida y le facilitaran un toldo para que el mosquito no lo<br />
molestara: "Pues lo quiero en la mejores condiciones para se case mañana en la<br />
tarde".<br />
Al otro día se presentó don Andrés muy temprano en su oficina con un paquete<br />
envuelto en la mano, el cual colocó sobre el escritorio, fijando la vista en el<br />
envoltorio, dijo: "Secretario, mándeme a traer el tipo que perjudicó a la muchacha,<br />
por que ésta tarde se casa".<br />
Cuando se hizo presente el guardia con el Reo le dijo: "¿Ya cambió de parecer?<br />
¿se va a Casar? El reo desafiante levantó la barbilla y dijo con voz seca: "No".<br />
83
Don Andrés tomó el paquete en la mano lo acarició y dijo tome le regalo esto para<br />
la boda y se lo lanza al pecho; "Póngaselo".<br />
El reo desenvuelve el paquete y encuentra unos relucientes zapatos número<br />
cuarenta y dice: "No me vienen, yo soy cuarenta y dos".<br />
"No importa —responde Don Andrés— póngaselos o se los pone a la fuerza la<br />
policía". Y dirigiéndose al guardián le dice: "Aún se los calce sáquelo a pasear por<br />
el pueblo y que no se detenga hasta tanto diga que se va a casar".<br />
Cuentan que el Reo después de caminar las tres primeras calles decidió casarse.<br />
QUIENES ESTAMOS MANDANDO:<br />
Un 20 de julio, de uno de esos tantos julios, de los 450 calendarios que ha malvivido<br />
mi pueblo, un 20 de julio de esos patrióticos de banderas izadas con un sentimiento<br />
nacionalista, con un sentimiento de esa Patria que esquiva no nos ve, no nos mira ni<br />
tiene en cuenta, con obras. En fin ese 20 de julio, al pasar Don Ramón Noriega, gran<br />
jefe conservador, por frente la casa de Don Andrés, observa que el tricolor que ha<br />
izado el dueño de casa ¡está invertido! En la creencia de que hay una equivocación y que<br />
Don Andrés tal vez no se ha fijado en tamaño detalle, le llama diciéndole<br />
amablemente: “Don Andrés, perdone Usted, pero la bandera colombiana que<br />
Usted acaba de izar está invertida", —Mirándolo detenidamente Don Andrés<br />
responde— "¿Invertida como?". —Piensa que es una estrategia política del<br />
conservatismo, que en esos momentos está en oposición al gobierno de Olaya Herrera—<br />
"A ver, ¿invertida cómo?, ¿Dígame?".<br />
Don Ramón se toma su tiempo, para darse importancia, responde parsimonioso,<br />
como el que está dictando una cátedra: "El rojo está en la parte de arriba, y el amarillo<br />
en la parte de abajo".<br />
Don Andrés sintiéndose ridículo ante la presencia azul del conservador que le corrige<br />
responde: "Ah, y quiénes estamos mandando, a ver, ¿quiénes? Los liberales Ramón,<br />
los liberales".<br />
84
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
EL DISCURSO:<br />
Cuentan que una vez que el Gobernador Del Magdalena visitó nuestro pueblo;<br />
siendo Alcalde Don Andrés, se hizo preparar un discurso por uno de los leguleyos<br />
del poblado, para recibir a tan alto personaje; ya para cuando esto ocurría don<br />
Andrés estaba aprendiendo a leer, mediante la diligencia y el cariño que le<br />
profesaba su hija Chepa.<br />
La lectura la hacía con dificultad, deletreando una a una las letras hasta formar<br />
sílabas, y de estas formar palabras, hasta llegar a la frase.<br />
Llegado el momento de la Bienvenida, don Andrés, con su saco de lino blanco<br />
inmaculado, su leontina plateada que de la orejera del pantalón, de lino blanco<br />
también, partía en perfecta curva hacia la raída relojera, perdiéndose en sus<br />
profundidades íntimas, sus pies calzados para la ocasión con los zapatos de<br />
charol relucientes, que don Pacho Celano le había traído de Cúcuta, plantado en<br />
su figura patriarcal, erguida su frente, levantada su barbilla con mal contenido<br />
orgullo, dirige la vista a la concurrencia y sacando del bolsillo de su saco, una hoja<br />
de papel manuscrita con impecable letra en tinta verde, comienza a leer su<br />
discurso de bienvenida a su propio estilo de lectura: "Ese - e : se, eñe - o : ñor;<br />
señor - ge - o: go, be - e - ere: ber, ene - a: na, de - o - ere: dor; gobernador, e-ele;<br />
el, pe-u: pu-e: pue-be-ele-o: blo, pueblo; de-e: de. Te-te-te ...". —Llegado a este<br />
punto interrumpe su monótono y singular discurso, diciendo: Chepita —su hija—<br />
“Hasta aquí llegamos mija, aquí hay un palo atravesado que no me deja pasar".<br />
La palabra <strong>Tamalameque</strong> estaba escrita en abreviatura: T/meque.<br />
85
MODESTO VEGA:<br />
Este es un personaje único en nuestro universo parroquial, un personaje<br />
novelesco, que ya en vida le rodeó siempre una aureola de misterio y <strong>leyenda</strong>, con<br />
la cual grandes y chicos, deleitaban esas noches de narración de cuentos, con<br />
que se entretejía la rutina rural, en la trama de la cotidianidad.<br />
Este personaje de fuerte personalidad, desde mi infancia me ha impresionado al<br />
punto de inquietarme y creo que más adelante en otro trabajo, solo dedicado a él,<br />
narraré su vida y milagros; por lo pronto, lo bosquejaré a grandes rasgos.<br />
De Modesto Vega se dice lo divino y lo humano; para unos era un romántico,<br />
trashumante, una especie de Robin Hood criollo, que quitaba a los ricos para darle<br />
a los pobres.<br />
La creencia popular desde siempre le rodeó de un mito legendario, atribuyéndole<br />
poderes tales como: desaparecer físicamente en los momentos de peligro,<br />
convertirse en cualquier animal para huir de sus enemigos, esconderse detrás de<br />
una escoba, escapar de los calabozos sin violar rejas ni candados, etc.<br />
Lo cierto es, que fue un romántico soñador, que en cada caserío donde le llevó su<br />
trashumancia, dejó un amor, una mujer amada, un hijo y su estela de <strong>leyenda</strong>.<br />
86
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
Pedro: se llamaba, le decíamos<br />
sana y cariñosamente Wachiman,<br />
a ese viejecito que llevábamos<br />
de la mano, que pedía limosna y pan ...<br />
De tez negra y arrugada. Amábamos<br />
su ceguera, sus achaques y su mal,<br />
de su negra mano lo cruzábamos<br />
de una acera a otra, con lento caminar.<br />
Se murió; pobrecito limosnero<br />
cuánta falta nos haces, que pesar<br />
te llevamos a tu fúnebre agujero ...<br />
... y dejaste un vacío por llenar,<br />
Adiós te digo pobre pordiosero;<br />
WACHIMAN<br />
Tu no has muerto, no has muerto Wachiman.<br />
87
A pie descalzo, bastón en mano<br />
Pelo canoso, de mirada inquieta,<br />
resumen claro del dolor humano,<br />
camina lento, Lascarro El Poeta.<br />
Cara de mono comiendo banano<br />
de tez arrugada, un poco prieta,<br />
andar inseguro de dipsómano,<br />
Es "Lasca" el pordiosero musajeta.<br />
Rima buenos versos -por unos tragos-<br />
mordaces y agudos como una espada,<br />
pide limosna y versa por pago...<br />
Mientras, yo miro su cara arrugada<br />
EL VIEJO LASCA<br />
-pienso- si ese hombre hubiese estudiado.<br />
Hasta de pronto... no fuera nada.<br />
88
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
FAUSTO LA MONA<br />
Tan pobre como eras, Fausto La Mona,<br />
desarrapado, fuiste en la vida<br />
y al morirte tuviste más coronas<br />
—por rara razón cualitativa—<br />
Que muchos ricos -última broma<br />
de todas las bromas que fue tu vida-<br />
y moriste pobre ¡oh casta paloma!<br />
como mueren los héroes ¡de ti nadie olvida!<br />
Moriste Fausto. Imitador de animales,<br />
limosnero gracioso, harás historia<br />
tu vida pasará a los anales.<br />
Te guardaremos en la memoria<br />
con bellos recuerdos sentimentales<br />
Fausto La mona ... tú fuiste la gloria.<br />
89
EL TIGRE DE JUANONA<br />
Nicolás se llama el pobre cegato,<br />
carretero es su oficio, pues transporta,<br />
en su carreta de tres ruedas, la compra<br />
de los tenderos, por un precio barato.<br />
Politiquero liberal... lagarto<br />
sin corbata, pues no es burócrata,<br />
más nadie dice: Juanona, al cegato,<br />
por temor a una fuerte palabrota.<br />
Es un tomador de trago ocasional,<br />
pues no bebe -pendiente a su trabajo-<br />
y de vez en cuando se embriaga -es normal<br />
Para tomar ánimos con los tragos,<br />
y poder gritar: ¡Arribas y Abajos!<br />
en reunión del Cabildo Municipal.<br />
90
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
Quién del pueblo no sufrió los rigores<br />
de este educador de férula y rejo,<br />
que a los traviesos los hacía mejores<br />
y a los dispares hacía parejos?<br />
Quién no guarda recuerdos añejos,<br />
alegrías, penas y sinsabores<br />
de Aniana y Mayorca, maestros viejos<br />
con caras adustas de inquisidores?<br />
Quién en su escuela no sufrió el temor<br />
de verse hincado ante su presencia?<br />
MAYORCA<br />
y quién no tembló, al dar la elemental lección ...<br />
temiendo hacerle perder la paciencia,<br />
esperando siempre un fuerte coscorrón,<br />
por aquello de: ¡La letra con sangre, entra!.<br />
91
MARÍA MANTILLA:<br />
De baja estatura, esta mujer santandereana, se caracterizaba por su sombrero<br />
sabanero de amplias alas, que usaba para esconder su abundante cabellera, que<br />
ocultaba en una recogida moña.<br />
Vestía siempre ropa de hombre, pantalón y camisas holgadas, para disimular sus<br />
formas de mujer. Su trabajo: Vocear pasajeros, anunciando a voz en cuello, los<br />
buses que salían, de las empresas Santa Rosa y Cosita Linda, hacia<br />
Bucaramanga la primera y Valledupar la segunda.<br />
Otro de sus quehaceres consistía en recoger por las noches, en una lista, los<br />
pedidos de carne para la comida de los miembros de "La Sociedad", (cuatro ricos<br />
o acomodados del pueblo) y por la madrugada ir al mercado, hacer la compra y en<br />
la mañana bien temprano, repartir la carne casa por casa, evitando así que los<br />
caciques del poblado perdieran las más deliciosas horas de sueño en tan prosaica<br />
y vulgar tarea.<br />
Ella aprovechaba esta última actividad, para sacar a flote su inmenso amor por los<br />
animales, ya que por el simple hecho de madrugar era el primer y mejor cliente de<br />
los peseros, lo cual le daba cierto privilegio, por tanto le regalaban los desperdicios<br />
de la res o reses sacrificadas; con lo cual Ella por las mañanas, recorría el poblado<br />
y al momento de repartir la carne de los Ricos, le repartía alimento a los perros<br />
vagabundos del villorrio, dando a entender, tal vez, —pienso yo—, en ese lenguaje<br />
cabalístico, muy propio de Ella, que era igual y lo mismo alimentar a unos y otros.<br />
No se por qué. Pero Ella abandonó el pueblo, sin decir su destino y luego de<br />
muchos años volvió, totalmente distinta, con el pelo suelto, sin sombrero, vistiendo<br />
prendas de mujer, convertida en una auténtica señora; Después de lo cual se fue<br />
de nuevo y no volvió jamás.<br />
92
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
DON JULIO ARIAS:<br />
Curioso personaje, del cual se tejen tantas anécdotas, de las que tomaremos en<br />
general, la más sobresaliente: Su estilo al llegar al poblado -El vivía en Bogotá-.<br />
Debido a la ubicación geográfica, nuestro pueblo se encuentra perdido en una<br />
dilatada sabana, a orillas del Caño 'Tagoto" y a uno o dos kilómetros del río<br />
Magdalena, retirado de las troncales, lo cual hacía y hace aún difícil la penetración<br />
y roce con otras culturas.<br />
Las personas que rompían su mundo para salir de él y viajar y conocer ciudades,<br />
estudiar por fuera, se rodeaban de gran prestancia y eran admiradas como ídolos,<br />
a los cuales rodeaban para escuchar sus anécdotas de la ciudad.<br />
Don Julio era natural de <strong>Tamalameque</strong>, o por lo menos sus padres lo eran; El<br />
desde muy joven emigró a la capital de la República y de vez en cuando "honraba"<br />
a los moradores de esta población, con su presencia, lo cual era un<br />
acontecimiento digno de relatar en estos bosquejos de la vida <strong>Tamalameque</strong>ra.<br />
Anunciaba su llegada con muchos días de antelación, con el objeto de que los<br />
caciques locales hicieran los preparativos y le dieran el realce que su arribo merecía.<br />
Cuando llegaba la fecha de su arribo, con mucha antelación, los alumnos de las<br />
escuelas, debidamente uniformados con sus vestidos de ceremonia, en perfecta<br />
formación, bajo la mirada inquisidora de los maestros, esperaban a don Julio a la<br />
entrada del pueblo, claro está, acompañados de las autoridades civiles,<br />
eclesiásticas y personalidades del pueblo, quienes para la fecha desembaulaban<br />
sus mejores prendas, las cuales después de orear para espantar el olor de la<br />
naftalina, vestían.<br />
Erguido en su pequeña, gorda y fofa estatura, se pavoneaba, rozagante su<br />
rubicunda cara, lleno de una satisfacción e importancia y mirando con ojos de Rey<br />
a sus vasallos, les saludaban con un delicado e indolente gesto de mano, mientras<br />
montaba en el brioso potro alazán, que don Victorio Ávila (mi Abuelo) le había<br />
traído para la ocasión.<br />
Jinete en su potro, se iniciaba el recorrido, acompañado de toda la población, que<br />
sumisa marchaba tras él, entre dos filas indias, formadas por los alumnos, al son<br />
de las notas monocordes que lanzaba al aire la banda "14 de Septiembre",<br />
interrumpida a trechos por los vivas que lanzaba Pacho Valle, coreado por los<br />
prohombres de la localidad. relevo generacional significativo, —los valores habían<br />
cambiado. Llegó solo, sorprendiéndose de la indiferencia de la gente que no lo<br />
conocía. Visitó los amigos que aún le quedaban vivos y todo lleno de tristeza<br />
regresó a la Capital para nunca más volver, muriendo allá rodeado de sus<br />
recuerdos gloriosos.<br />
93
De rancia prosapia <strong>Tamalameque</strong>ra,<br />
es popular versista vernácula,<br />
y como tal duerme y ronca en estera<br />
o en una troja de palma o en hamaca.<br />
Vende plátanos, persigue quimeras,<br />
improvisa versos a las muchachas<br />
que ante su senil mirada le pasan<br />
vistiendo, bellas, vistosas polleras.<br />
Natalio Gómez su nombre de pila<br />
-más conocido por Natalito-<br />
de lucia calva, no gasta peinillas ...<br />
... y es el dueño de la finca "El Cañito"<br />
donde es un rey, al cinto la machetilla,<br />
Sancho Panza negro en su burrito!<br />
NATALIO GÓMEZ<br />
El tío Natalio, es por su despierta inteligencia y su empírico modo de filosofar<br />
frente a los hechos de la vida, uno de los más típicos personajes de mi<br />
<strong>Tamalameque</strong> natal, de él solo, podría llenar páginas enteras y hacer un libro de<br />
sus anécdotas, sus versos y su manera peculiar de analizar la vida. Por lo pronto<br />
narraré algunas de sus muy nutridas colecciones de versos y anécdotas.<br />
POR FIN PARIÓ PAULA:<br />
Es común oír, decir a los <strong>Tamalameque</strong>ros esta expresión, al término de una<br />
ardua labor o al finalizar cualquier faena que ha causado tanta molestia.<br />
94
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
La razón de esta expresión está contemplada en uno de los pasajes de la vida de<br />
Natalio; "Cuentan que en sus años mozos Natalio vivía maritalmente con dos<br />
mujeres hermanas entre sí, llegando a dejar encinta a una y meses después a la<br />
otra. La gente del poblado murmuraban sobre este hecho, citando que Cayetana,<br />
la mayor había dado luz a un niño, pero que Paula estaba embarazada del mismo<br />
hombre.<br />
Cuando se presentó el momento de dar a luz a Pabla; un muchacho corrió a darle<br />
aviso a Natalio, quién departía con unos amigos. Recibida la noticia, al ser<br />
inquirido por los amigos expresó:<br />
"Por fin parió Paula la gente se lo supone<br />
También parió Cayetana<br />
del mismo Natalio Gómez.<br />
DOMINGO NACIÓ DOMINGO:<br />
El hijo mayor Natalio Gómez se llama Domingo, este nombre obedece a la<br />
coincidencia de haber nacido un Domingo, por lo cual Natalio le buscó de padrino<br />
a Domingo Cadena, y un día domingo le llevaron a bautizar.<br />
Saliendo de la iglesia con sus compadres y el niño, en el atrio de la misma se<br />
detuvo y exclamó:<br />
"Domingo nació Domingo,<br />
Domingo lo bautizamos<br />
Domingo fue el Padrino<br />
y Domingo fue el ahijado".<br />
EL QUE NO SABE:<br />
Un día cualquiera Natalio llega a las oficinas de Adpostal en la localidad, la cual<br />
se halla en un edificio viejo de aire republicano, donde funcionan todas las demás<br />
95
oficinas públicas de <strong>Tamalameque</strong>; allí fue atendido por Agustín Pantoja, agente<br />
de Adpostal, mamagallista de profesión, cantante y guitarrista local, quien lo<br />
inquiere:<br />
—A la orden don Natalio, ¿qué se le ofrece?.<br />
Natalio, rascándose la garganta, con ese sonidito gutural muy característico en él,<br />
antes de iniciar cualquier frase le dice:<br />
—Vengo a reclamar un giro.<br />
: —De dónde viene el giro". —Pregunta acuciosos Agustín.<br />
—De Bogotá. —responde Natalio, Tamborileando los dedos contra el mostrador<br />
de madera.<br />
—A nombre de quién?" —Pregunta Agustín abriendo el libro,<br />
Natalio empieza a sospechar que Agustín le quiere tomar el pelo, y muy<br />
seriamente responde:<br />
—A nombre de Natalio Gómez.<br />
Encuentra Agustín el resquicio por donde dejar escurrir su mamadera de gallo,<br />
recordando la separación de Natalio con su esposa le dice:<br />
—Natalio Gómez Pava?<br />
Picado por el mal humor, Natalio, sin disimular su bilis dice:<br />
—Bien sabe Usted que yo no soy Pava, mi nombre completo es Natalio Gómez<br />
Ospino".<br />
—Señor Natalio, perdone —dice Agustín— pero es que el que no sabe es como el<br />
que no ve".<br />
Poniendo las dos manos sobre el mostrador e inclinando el pecho por encima del<br />
mismo, Natalio con respiración agitada de ira mal contenida dice:<br />
—Mira Agustín, yo no comulgo con ese dicho, por que el que no sabe aprende,<br />
pero el que no ve, no ve.<br />
LA HORMIGA LOCA:<br />
Cuentan que Natalio Gómez un día de mercado se acercó al expendio de Idema<br />
a hacer compras, entre ellas unos kilogramos de azúcar. Al ser atendido por el<br />
dependiente, observa que el azúcar está lleno de unas diminutas hormigas negras<br />
—Hormigas locas llamamos los <strong>Tamalameque</strong>ros a ésta— Elevando su protesta,<br />
devuelve el azúcar diciendo: "Veme muchacho, yo ese azúcar no lo llevo porque<br />
96
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
está lleno de hormigas".<br />
El dependiente tratando de minimizar el hecho le dice en son de disculpas: "Son<br />
hormigas locas don Natalio". A lo cual responde rápidamente —rascándose la<br />
garganta— "Si son hormigas locas porque no se meten en un bulto de sal".<br />
Apartándome un poco de esas anécdotas de Natalio, no quiero dejar pasar la<br />
oportunidad, sin aprovechar incluir algunos de sus versos más dicientes, que han<br />
hecho carrera en la tradición <strong>Tamalameque</strong>ra, algunos de ellos:<br />
"Si mi mujer fuere mala<br />
que la mate Dios con una bala,<br />
y si yo lo soy con ella<br />
que la mate siempre a Ella".<br />
"Cuando dos seres se quieren<br />
con uno que coma basta<br />
que coma el hombre<br />
porque la mujer aguanta".<br />
"El que es de cagá madruga, o de no el culo lo llama".<br />
"De las mujeres me gustan<br />
las flacas y delgaditas<br />
porque ellas tienen la carne<br />
donde mas se necesita".<br />
97
LOCALISMOS DE USO CORRIENTE<br />
En el proceso de búsqueda de nuestra propia identidad en que me he empeñado<br />
en éste trabajo, donde intento recuperar los elementos más sobresalientes de<br />
nuestra cultura popular autóctona, he encontrado un maravilloso lenguaje popular<br />
que hace parte de nuestro acervo cultural, por lo cual no podría terminar este<br />
trabajo por la inclusión de algunos términos de uso corriente en el universo local<br />
de nuestra parroquia.<br />
A<br />
Aguaje: Orgullo. Vanidad (Cual es tu aguaje?)<br />
Aliprujo: Persona o animal pequeño y magro.<br />
Apolismar: Derrotar a golpes.<br />
Arrecho: Con vivo deseo sexual. Bravo, enfadado.<br />
Arrimuesco: Detalle, indumentaria. (Viste con mucho arrimuesco).<br />
Atolondrao: Algo loco. Persona anormal.<br />
Atorontao: Aturdido por un golpe. Mareado.<br />
B<br />
Bachere: Exclamación equivalente a: ¡No hombre!.<br />
Barbuliao: Cocido con abundante agua y sal.<br />
Batuquear: Agitar enérgicamente algún líquido dentro de un recipiente.<br />
Bechereque: Algo que se mueve de un lado para otro, sin control.<br />
Bonche: Pelea, disputa, baruyo.<br />
Bochinche: Rumor, enredo, chisme.<br />
Boquinche: De labio leporino.<br />
Búchere: Bachere. Exclamación equivalente a :¡No hombre!. ¡Que va!.<br />
Burrero: Que le gustan las burras.<br />
Burriao: Abundante. (En la ciénega el pescao está burriao).<br />
98
C<br />
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
Casquillo: Extremo del pene. Glande.<br />
Coroto: Equipaje. Utensilio de cocina.<br />
Corotear: Buscar, requisar.<br />
Coclana: Testículos.<br />
Culimbo: Gallo o gallina sin cola,<br />
Curribaliao: Juego de trompos, donde el ganador golpea con la punta de hierro<br />
de su trompo contra el del jugador.<br />
Cuscú: De pelo quieto.<br />
Cosiaca: Objeto o cosa cuyo nombre no recordamos.<br />
Cosiaquejo: Derivado de cosiaca.<br />
Cospe: Pedazo grande de una cosa.<br />
Cotopla: Expresión que reemplaza al pene.<br />
CH<br />
Changongueria: Burla, recocha.<br />
Chechere: Enceres, equipaje, elementos de cocina.<br />
Chencla: Pedazo de algo arrancado violentamente.<br />
Chocoros: Elementos del hogar que debe comprar el futuro marido. (Se casa<br />
con Ella siempre y cuando le compre sus chocoros).<br />
Chischí: LLovizna pertinaz.<br />
Choneto: Mal hecho. Maltrecho.<br />
Chirrete: Chorro a presión de algún líquido.<br />
Choyo: Peludo. Intonso.<br />
D<br />
Desviróle: Locura, desorden.<br />
Desvirolao: Loco.<br />
99
E<br />
Emputao: Enojado, con rabia.<br />
Embilao: Untado de miel o algo parecido.<br />
Embromao: En mal estado.<br />
Encarmao: Flaco y torcido, con joroba, enteco.<br />
Esgualetao: En mal estado.<br />
Esmierdao: Esgualetao, en mal estado.<br />
Esmigajao: Hecho migas, esgualetao, esmierdao.<br />
Esguañañao: Esgualetao, esmierdao, esmigajao.<br />
Escascarañado: En mal estado, roto, abollado.<br />
Espelucao: Sin peinar.<br />
Esmasmilar: Caer de lo alto una persona.<br />
F<br />
Farto: Bobo.<br />
Firoleao: Sin orden. De cualquier manera.<br />
Fruscao: Despeinado, espelucado, sin peinar.<br />
Fo!: Expresión para demostrar desagrado por algún mal olor.<br />
G<br />
Güimbia: Cosa, objeto cuyo nombre no recordamos, cosiaca.<br />
Güicho: Cachaco, de los Santanderes.<br />
Güerguero: Esófago. Paño envuelto que se cuelga al cuello.<br />
Guindarejo: Colgantes. Indumentaria extravagante.<br />
I<br />
¡Isto!: Expresión de asombro cuando alguien exagera algo.<br />
Imbombo: Demasiado lleno, harto.<br />
100
J<br />
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
Jarto: Harto, imbombo.<br />
Jecho: Fruto en sazón. En edad adulta.<br />
Jila: Voz para echar los perros<br />
Juca: Voz para azuzar los perros.<br />
Jualepe: Pelea, zambra.<br />
L<br />
Lambón: Rodillón, adulador.<br />
Lambonería: Adulación.<br />
M<br />
Maco: Bobo, idiota.<br />
Mamerta: Grande, enorme.<br />
Mamorteña: Mamerta, grande, enorme.<br />
Mejoñe: Expresión que denota negación.<br />
Marmaja: Dinero, ganancia.<br />
Mejushe: Mejoñe.<br />
Melar: Errar, no atinar.<br />
Meneca: Burra pequeña.<br />
Meróla: Piedra, roca.<br />
Mepea: Cabeza.<br />
Meahuma: Mepea, cabeza.<br />
N<br />
No embróme: No moleste.<br />
Nargas: Expresión que equivale a nada.<br />
101
Ñ<br />
Ñeca: Especial, raro (Este tipo es la ñeca).<br />
Ñoña: Estiércol, excrementos.<br />
Ñequerito: Pequeño, acabado (Escribí con un lápiz ñequerito).<br />
O<br />
Orto: Trasero.<br />
Ojerolo: Orto, trasero.<br />
P<br />
Pan: Vulva.<br />
Panocha: Vulva, pan.<br />
Perratear: Burlar.<br />
Penca: Correa, zurriago.<br />
Perendengue: Argumento en contra, Atavío, arrimuesco.<br />
Perrenque: Fuerza, voluntad, hombría.<br />
Pretinel: Piso, andén. Sardinel.<br />
Poima: Nombre familiar con que se llaman a el caserío de Antequera.<br />
(Antiguamente Mantequera).<br />
Polenca: Meneca, burra.<br />
Pretinazo: Golpe violento. Trago de ron.<br />
R<br />
Recorcoma: Resquemor, malestar causado por alguna acción que no nos gustó.<br />
Recocha: Juego, desorden.<br />
Recochar: Jugar, retozar.<br />
Ripio: Andrajos, indumentaria maltrecha, rota.<br />
Remondillar: Lacerar. Perder la piel.<br />
Retruquear: Repicar un instrumento de percusión, (retruqueame la tambora<br />
e el currulao).<br />
Rota: Sin virginidad.<br />
S<br />
Sanguletear: Mover de un lado para otro, agitar.<br />
102
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
Sanguleteo: Acción de sanguletear.<br />
Sardinel: Piso, pretinel<br />
Sonso: Bobo, lerdo, lento.<br />
Soplatierra: Trasero, ojeloro, ojepava.<br />
Sopeo: Salsa hecha con aceite, cebolla y tomates sofritos, que reemplaza la<br />
carne, cansamano.<br />
T<br />
Tastabillar: Tropezar, intentar caerse.<br />
Tilín: A punto de caer.<br />
Tiríllo: Amarillo, fruto en sazón.<br />
Timbo: Recipiente plástico para envasar líquidos.<br />
Tolete: Cospe, pedazo de algo.<br />
Tolillo: Pedazo de plátano cocido en el sancocho.<br />
Tolondrón: Torozón, bocado. Grumo que se forma al echar un polvo en un<br />
líquido, cuando el polvo no se disuelve bien.<br />
Trimotile: Equipaje.<br />
Trola: Pene, viril del hombre.<br />
Turrumuto: Terraplén, cerro pequeño.<br />
Turma: Testículo, coclana. Persona sin voluntad.<br />
Vacio: Expresión que denota negación. VERIJA: Pubis.<br />
Viche: Verde, fruto no maduro. Persona demasiado joven. Sin experiencia.<br />
103
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Editorial Oveja Negra, 1.985.<br />
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GÓMEZ PICÓN, RAFAEL, Magdalena Río de Colombia, Bogotá, Editorial Santa<br />
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MORALES PADRÓN, FRANCISCO, <strong>Historia</strong> del Descubrimiento y Conquista de<br />
América, Madrid, Editora Nacional, 1.981.<br />
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PINO AVILA, DIOGENES ARMANDO, La Tambora Universo Mágico, Editorial<br />
Fumprocep. Bucaramanga, 1.989.<br />
REICHF -DOLMATOF-, GERARDO. Patos Histórico - Culturales sobre las Tribus<br />
de la Antigua Gobernación de Santa María. Bogotá Banco de la República. 1 951.<br />
REY SINN1NG, EDGAR, Configuración Histórico-Cultural del Bajo Magdalena,<br />
Bucaramanga, 1.987.<br />
NOGUERA MENDOZA, Crónica Grande del río Magdalena, Bogotá, Edit. Sol y<br />
Luna, 1.980.<br />
104
<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
PEÑA GALINDO, DAVID ERNESTO, Los Bogas de Mompox, <strong>Historia</strong> del<br />
Zambaje, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1.988.<br />
Archivo Nacional, Salón de la Colonia, Tomo XXXI, pp.224-264.<br />
MEDIAN LIMA, ISMAEL E., Mi Chimichagua de ayer, Cali, Centro de<br />
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MEJIA GÓMEZ, JUAN, Chiriguaná: Ayer, hoy y mañana, Edit. A.B.C. Bogotá,<br />
1.979.<br />
RECOPILACIÓN DE ORDENANZAS, 1.968 - 1.984, Asamblea<br />
Departamental del Cesar, Valledupar, 1.985.<br />
PINO AVILA, DIÓGENES ARMANDO, Darío El Vallenato, Viernes 20 de<br />
Noviembre de 1.987, p.2. (Valledupar).<br />
DIÓGENES ARMANDO PINO AVILA<br />
Nació en <strong>Tamalameque</strong> en 1.953, cursó sus estudios hasta tercero de bachillerato<br />
en al Instituto Agrícola de esa localidad, después de lo cual prosiguió sus estudios<br />
en Cartagena, donde la Normal Piloto de Bolívar le otorgó el Título de Maestro.<br />
Tiempo después obtuvo el título de Licenciado en comercio y contaduría otorgado<br />
por la Universidad Mariana de Pasto en convenio con la Universidad San<br />
Buenaventura de la ciudad de Medellín Colombia.<br />
Se desempeñó como maestro de escuela en Valledupar y en tamalameque, fue<br />
Alcalde de su pueblo y Concejal por varios períodos. Trabajó con la Contraloría<br />
General como Rvisor Fiscal Director ad-hoc de la Casa de la Cultura de<br />
<strong>Tamalameque</strong>, donde impulsó el rescate del festival Nacional de la Tambora y la<br />
Guacherna, fundando e impulsando grupos folclóricos y de teatro.<br />
Ha publicado con este tres obras: <strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> Y Leyenda, La<br />
Tambora Universo Mágico Y Agua De Tinaja. Acaba de terminar su cuarto libro<br />
titulado: Evadiendo La Misteriosa Puerta Del Olvido, una serie de poemas<br />
escritos desde su época de estudiante hasta el día de hoy.<br />
105
106<br />
Impreso: Publicaciones Funprocep. Bucaramanga