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Tamalameque Historia y leyenda

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<strong>Tamalameque</strong><br />

<strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong><br />

Diógenes Armando Pino Avila


Primera Edición, Mil ejemplares. Mayo de 1991. Impreso: Fundación para la<br />

promoción de la cultura y la Educación Popular, FUNPROCEP,<br />

Bucaramanga.<br />

Coordinación: Luís Emiro Millán M. Angelmiro Suárez.<br />

Dibujo de la Portada: Edgar Guerra Noriega.<br />

i


<strong>Tamalameque</strong> historia y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Avila<br />

INDICE<br />

INTRODUCCIÓN 9<br />

ALGO DE HISTORIA 11<br />

NUESTRAS RAICES 16<br />

ORDENAMIENTO POLÍTICO - SOCIAL 16<br />

VALENTÍA INDÍGENA 17<br />

LA RELIGIÓN 17<br />

COSTUMBRES DE NUESTROS INDÍGENAS 18<br />

ANIQUILAMIENTO DEL INDÍGENA: 19<br />

GENERALIDADES 22<br />

SEGREGACIONES 23<br />

TRADICIÓN ORAL 25<br />

ESCRITO EN LETRAS DE ORO 26<br />

LOS INCENDIOS DE TAMALAMEQUE 28<br />

TRADICIÓN RELIGIOSA 29<br />

SAN MIGUEL 29<br />

EL SANTO CRISTO: 29<br />

EL CLAVO MILAGROSO: 29<br />

EL ALCALDE Y EL CRISTO: 30<br />

LOS PAILITEOS NOS CAMBIARON EL CRISTO: 30<br />

EL GANADO DEL CRISTO: 31<br />

LAS PRENDAS DEL CRISTO: 31<br />

OTROS SANTOS: 33<br />

RENACER DE LAS TAMBORAS 35<br />

RASGOS Y PERFILES 37<br />

LA LENGUA TAMALAMEQUERA 37<br />

LOS APODOS 39<br />

REFRANES, DICHOS Y EXPRESIONES COMUNES 41<br />

UNA ZANJA PARA EL ALCALDE 43<br />

EL NUEVO SÍNDICO 45<br />

RICARDO CHAJÍN, GARCÍA MÁRQUEZ Y HUGO CÁLIZ. 46<br />

LA EDAD DE ADÁN 47<br />

LAS GALAPAGAS DE LA VIOLENCIA 48<br />

CREENCIAS: 50<br />

EL MAL DE OJO: 50<br />

LA TIERRA DEL CEMENTERIO: 51<br />

ENTERRAR EL OMBLIGO: 51<br />

LA BRIZNA EN EL OJO: 51<br />

SANTA LUCÍA 51<br />

EL AZUFRE EN LA TINAJA: 52<br />

AGUA EN LA SAL DERRAMADA: 52<br />

EL LLANTO DEL NIÑO AMAINA TEMPESTADES: 52<br />

LOS RAMOS BENDITOS: 52<br />

EL DIENTE EN EL TECHO: 52<br />

LA FLOR DEL TOTUMO: 53<br />

HUÉSPED EN EL FOGÓN: 53<br />

EL ABEJÓN: 53<br />

EL PERRO BOCARRIBA: 53<br />

UNA MARIPOSA NEGRA: 53<br />

LA ESCOBA VOLTEADA: 53


VOLTEAR EL MUÑECO: 54<br />

LAS ORACIONES: 54<br />

LOS BRUJOS: 54<br />

LAS BRUJAS: 55<br />

LAS BRUJAS VOLADORAS: 55<br />

LAS BRUJAS HECHICERAS: 55<br />

LOS CURIOSOS: 56<br />

DETENER LA DEFECACIÓN DEL PERRO: 56<br />

MISTERIO DE LA MARIAPALITO: 56<br />

LA SALIVA EN AYUNAS: 56<br />

VOLTEAR EL MUÑECO: 56<br />

JUEGOS Y RONDAS 57<br />

CACHO: 58<br />

LIBERTAD: 58<br />

LA CORREA ESCONDIDA: 59<br />

LA NONÍNA: 59<br />

LA LLEVA: 59<br />

LA CAÑIJUELA: 60<br />

PAJUIL - PAJUIL: 60<br />

LA CINTA: 61<br />

EMILIANO: 61<br />

REQUEMA: 62<br />

HACER CASITAS: 62<br />

CANCIONES DE CUNA 63<br />

PUNDERO 63<br />

AREPITA 63<br />

SE LE CAE 63<br />

CABECITA LOCA 63<br />

SEÑORA SANTANA 64<br />

CÁLLATE NIÑITO 64<br />

DUÉRMETE NIÑO 64<br />

SANA SANA 64<br />

LEYENDAS 65<br />

LA LLORONA LOCA: 65<br />

LA LLORONA LOCA: (Paseo) Benito Barros 67<br />

LA LUZ CORREDORA: 68<br />

LAS ÁNIMAS DE LOS PALOS GRANDES: 68<br />

EL CABALLO COJO: 69<br />

EL CUERO ARRASTRAO: 69<br />

LOS CUCURUCUS: 69<br />

EDUCACIÓN 71<br />

COLEGIO SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS 72<br />

INSTITUTO TAMALAMEQUE. 72<br />

COLEGIO PIO XII 73<br />

FIGURAS TÍPICAS 74<br />

DON ANDRÉS ROBLES 74<br />

EL TELEGRAMA: 74<br />

LOS ZAPATOS APRETADOS: 74<br />

QUIENES ESTAMOS MANDANDO: 74<br />

EL DISCURSO: 74<br />

MODESTO VEGA: 74<br />

WACHIMAN 74<br />

EL VIEJO LASCA 74<br />

FAUSTO LA MONA 74<br />

EL TIGRE DE JUANONA 74<br />

MAYORCA 74<br />

iii


MARÍA MANTILLA: 74<br />

DON JULIO ARIAS: 74<br />

NATALIO GÓMEZ 74<br />

POR FIN PARIÓ PAULA: 74<br />

DOMINGO NACIÓ DOMINGO: 74<br />

EL QUE NO SABE: 74<br />

LA HORMIGA LOCA: 74<br />

LOCALISMOS DE USO CORRIENTE 74<br />

BIBLIOGRAFÍA 74<br />

DIÓGENES ARMANDO PINO AVILA 74<br />

iv


v<br />

TAMALAMEQUE<br />

HISTORIA Y LEYENDA<br />

DIÓGENES ARMANDO PINO AVILA


A Mi madre:<br />

A Petra:<br />

vi<br />

DEDICATORIA<br />

QUE ME ENSEÑO A VOLAR CON IMAGINACIÓN.<br />

QUE ME HACE POSAR LOS PIES SOBRE LA TIERRA.


AGRADECIMIENTOS<br />

Al Lic. .ERNESTO GUTIÉRREZ MEJIA (Q.e.p.d)..<br />

A ÓSCAR SURMAYRAMÍREZ.<br />

A JOSÉ HERNÁNDEZ ROBLES.<br />

Alcalde, Contralor y Tesoreros respectivamente del municipio de <strong>Tamalameque</strong><br />

Colombia, en el año 1.991. Ellos hicieron posible la viabilidad económica del<br />

proyecto de publicación de estos escritos.<br />

vii


"Fermina Daza se asustó cuando empezó a<br />

sentir la sirena del buque dentro del oído<br />

sano, pero al segundo día de anís oía mejor<br />

con ambos. Descubrió que las rosas olían<br />

más que antes, que los pájaros cantaban al<br />

amanecer mucho mejor que antes, y que<br />

Dios había hecho un manatí y lo había<br />

puesto en el playón de TAMALAMEQUE<br />

solo para que la despertara". 1<br />

1<br />

GARCÍA MARQUEZ, GABRIEL, El amor en los tiempos del cólera, Bogotá, Editorial Oveja Negra, 1.985,<br />

p. 468.<br />

viii


<strong>Tamalameque</strong> historia y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Avila<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Desde pequeño me han fascinado las historias y cuentos, y todas las noches, de<br />

esa infancia apacible, escuchaba extasiado las que contaba el Tío Sixto, hermano<br />

de mi abuela, quien tenía la facultad de contar y contar historias sin repetir<br />

ninguna.<br />

Mi madre, Bonifacia Ávila, mujer sencilla, quien posee la rara característica de<br />

saber escuchar, oía de sus tías, Felipa y Signecia, las historias y anécdotas del<br />

<strong>Tamalameque</strong> de ayer. Ella —mi madre— entretenía y entretiene aún, mis ratos<br />

libres contándome las historias y <strong>leyenda</strong>s que ella oyó. Yo heredé esta afición —<br />

la de escuchar— y nunca pierdo la ocasión, de escuchar una buena historia, un<br />

verso o una frase que pinte cualquier realidad de la vida. Nunca me falta en la<br />

cartera un pedazo de papel, donde anotar algo curioso que oiga. Y mantengo una<br />

colección de anécdotas, frases, chistes, dichos, versos y refranes, pescados en<br />

cualquier parranda, garrapateados de cualquier forma, en cajas de fósforos,<br />

billetes o cajetillas de cigarrillos, que después son sacadas en limpio, anotadas en<br />

cualquier papel o grabadas en mi memoria. Hoy he querido desempolvar toda esta<br />

serie de datos, para darlos a conocer, tratando de contribuir con ello al rescate de<br />

nuestra historia local y a la divulgación escrita de nuestra cultura popular.<br />

Sobre la historia local, no pretendo hacer un compendio ni un estudio del caso,<br />

sencillamente, trato de hacer un aporte a la recopilación de ella, publicando una<br />

serie de datos recogidos desde mi vida de estudiante; esperando que esto sea el<br />

abrebocas, para que los profesionales y estudiosos de mi pueblo, se preocupen<br />

por ello, y, en serio, comiencen a recabar los datos con la aplicación de técnicas<br />

de investigación, para así, de verdad, escribirle la historia a <strong>Tamalameque</strong>.<br />

En lo referente, a las costumbres, personajes, <strong>leyenda</strong>s y demás anotaciones que<br />

contiene éste escrito, quiero confesarles: "No son mías". Son en realidad,<br />

propiedad de todos. Son en verdad, la herencia cultural de cuatrocientos cincuenta<br />

años de historia. Yo sencillamente, las tomé prestadas, las procesé<br />

condimentándolas con mi estilo, poniéndoles un poco de mi inventiva, y hoy, ¡las<br />

quiero devolver públicamente, para que quede evidencia!<br />

En otros aspectos —en forma por demás atrevida— a más de fantasear para<br />

divertirme, hago una serie de comentarios y análisis donde dejo sentada mi<br />

personal forma de ver esos fenómenos. Tomando al <strong>Tamalameque</strong>ro, como lo que<br />

es, en su verdadera dimensión de hombre creador, acomodado felizmente dentro<br />

de su ambiente, reconciliado con su medio, preciso en su forma ecológica de<br />

enfrentar su cotidianidad, dejando siempre para después lo que puede hacer<br />

ahora, encarnando el prototipo perfecto del famoso " complejo del dejao”, que<br />

Orlando Fals Borda describe en su obra " y Loba. <strong>Historia</strong> doble de la Costa".<br />

Es que, éste, nuestro pueblo, detenido en el tiempo, por su ancianidad ha


contagiado a sus moradores con el estatismo histórico-físico que padece. Aquí son<br />

validas las palabras de Pedro U. Socarras Rivera en sus "Leyendas y<br />

Cuentos”, donde dice refiriéndose a <strong>Tamalameque</strong>:<br />

"...Ahí su gente está, durmiendo siesta de siglos a las orillas del<br />

Gran Río, como contagiado con la pereza de aguas casi<br />

inmóviles". 2<br />

En fin, con pedazos de cosas de aquí y de allá, recogidas al paso de los años, y<br />

recicladas después, he formado esta recopilación de escritos, para gritarle al<br />

mundo que <strong>Tamalameque</strong> vive. Que este sitio que escogió Dios, para posar el<br />

manatí que hizo para despertar a Fermina Daza, en "El Amor en los Tiempos<br />

del Cólera" de Gabo, palpita pletórico de <strong>leyenda</strong>s y fantasías, sumergido en su<br />

historia centenaria.<br />

A las nuevas generaciones <strong>Tamalameque</strong>ras, que posiblemente leerán mis líneas,<br />

les dejo estos versos de José Coronel, un Poeta popular de la Nicaragua<br />

después de la Revolución Sandinista:<br />

"No volverá el pasado<br />

Ya todo es de otro modo<br />

Todo de otra manera<br />

Ni siquiera lo que era es<br />

ya como era<br />

Ya nada de lo que es será<br />

lo que era<br />

Ya es otra cosa todo<br />

es otra era". 3<br />

Decirles a ellos, los de las futuras generaciones, que tengan presente el pasado,<br />

para afirmarse en el presente y poder proyectar el futuro.<br />

2<br />

SOCARRAS, RIVERA, PEDRO U. Leyendas y cuentos, Barranquilla, Universidad Simón Bolívar, 1.984,<br />

p. 209.<br />

3<br />

CORONEL, JOSÉ, No volverá el pasado, En Envío, publicación mensual del Instituto Histórico Centro<br />

Americano, año 7, número 87, Managua 1.988, p 47.<br />

10


<strong>Tamalameque</strong> historia y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Avila<br />

ALGO DE HISTORIA<br />

Hablar de la historia de <strong>Tamalameque</strong>, es hablar de la historia del Río Magdalena,<br />

que es lo mismo que hablar de la historia de la Conquista y Colonia de Colombia.<br />

Con razón Rafael Gómez Picón al referirse a <strong>Tamalameque</strong> dice:<br />

"Movida estuvo la fundación de este antiguo poblado cuyas<br />

raíces hunden en la entraña de la conquista y la Colonia,<br />

situado en diferentes sitios de las rutas que aquellos iban<br />

determinando. El nombre está muy vinculado a la historia<br />

como resistente eslabón que liga el alma indígena con la<br />

hispánica. Es a manera de un elipse de descubrimiento, de<br />

conquista, que constituyó la obsesión de los españoles desde el<br />

foco de Santa Marta, al dividir en dos brazos sus Expediciones,<br />

que enrumbaban el uno por tierra, siguiendo la hoya del Cesar,<br />

y el otro por agua tomando la ruta del Magdalena. El foco de<br />

encuentro era éste". 4<br />

Aquí se denota, a las claras, la importancia de este pueblo, escala obligada de los<br />

españoles en sus expediciones hacia el interior del País. Para introducirnos en<br />

materia, hablemos de las expediciones que tuvieron que ver con <strong>Tamalameque</strong>:<br />

Primero fue Pedro de Lerma y sus gentes, que exploraron el Valle de Upar y en<br />

su afán de exploración llegaron al Río Grande pasando por <strong>Tamalameque</strong>.<br />

El Clérigo y Bachiller Diego de Viana con ciento cincuenta hombres capitaneados<br />

por Juan Céspedes y Juan de San Martín, por tierra y tres barcos capitaneados<br />

por Rodrigo Liaño, Alonso Martín v Juan Chamorro, por el río. Después de<br />

muchas peripecias, se encuentran en la región de <strong>Tamalameque</strong> a orillas de la<br />

ciénaga de Zapatosa. En esta región muere el Clérigo Diego de Viana y se da la<br />

disputa de liderazgo entre Céspedes y San Martín contra Santos de Saavedra.<br />

Esta expedición es diezmada por los indios.<br />

Ambrosio Alfinger en 1.531 salió de Maracaibo, decidido a llegar al valle que<br />

queda al lado de la Sierra Nevada. Después de atravesar semejante extensión de<br />

terreno y avasallar a cuanta nación indígena encontraba a su paso, dejando una<br />

estela de espanto, crímenes, violaciones y saqueos, que mostraban sus<br />

sanguinarios instintos, cayó en la región de <strong>Tamalameque</strong>. Aquí ataca a los<br />

indios:<br />

"Ya sobre la enorme laguna, los indios huyeron, unos a la selva<br />

y otros se refugiaron en una isla en cuyo centro se encontraba<br />

una pintoresca población, resguardada por centenares de<br />

canoas, circunstancia esta que, (...) les infundía tal confianza,<br />

que impasibles y sonrientes se asomaban a las puertas de<br />

las casas mostrando sus alhajas de oro (...) Y se<br />

4 GÓMEZ PICÓN, RAFAEL, Magdalena río de Colombia, Bogotá, Editorial, Santa Fé, 1.945. p. 273.


lanzaron al agua (los españoles) jinetes en sus corceles,<br />

semejando extraños y poderosos seres a quienes nada<br />

ni nadie detenía (...) Cuando los sintieron cerca. Salieron<br />

en precipitada fuga (...) Siendo aprisionado el Cacique<br />

<strong>Tamalameque</strong> o Comunujagua, quien desde ese instante<br />

constituyó un valioso rehén para dominar a los demás<br />

Jefes que opusieran resistencia". 5<br />

En esta cómoda posición, Alfinger, para desgracia de los indígenas Chimilas,<br />

montó su, centro de operaciones en las tierras de <strong>Tamalameque</strong>, aniquilando y<br />

vejando la población indígena, que no atinaba a revelarse por temor a las<br />

consecuencias de esto le podría traer a su prisionero cacique. Alfinger, por último,<br />

pidió un elevado rescate en oro que los Chimilas pagaron (más de 100.000<br />

ducados). Liberando al cacique, decidió abandonar el territorio, partiendo hacia<br />

Chinácota, donde murió a causa de una flecha envenenada que le traspasó la<br />

garganta.<br />

En 1.536. el Gobernador de Santa Marta Fernández de Lugo, autoriza y nombra<br />

Teniente General al Licenciado Don Gonzalo Jiménez de Quesada para que<br />

parta en expedición a descubrir el nacimiento del Río Grande de la Magdalena.<br />

Este marcha con quinientos hombres por tierra y doscientos cincuenta en siete<br />

embarcaciones que suben por el río. Estos últimos, naufragan en las costas de<br />

Cartagena unos y otros llegan hasta Malambo (antigua Guamal), donde fueron<br />

acogidos hospitalariamente por el cacique Milo o Melo. Sin embargo Quezada,<br />

después de extraviarse varias veces llegó a <strong>Tamalameque</strong>.<br />

"A los veinte días de estar en <strong>Tamalameque</strong> recibe noticias de<br />

los barcos que envió el gobernador García de Lerma para<br />

reemplazar los bergantines que habían naufragado".Fernández<br />

de Lugo había muerto. 6<br />

Quesada parte de ahí hacia Sompallón y luego rumbo a la Tora, Opón arriba, no<br />

sin antes tener que reforzar el valor de sus hombres con la ayuda del padre Las<br />

Casas:<br />

"El padre Las Casas usó de su elocuencia para amortiguar la<br />

resistencia que presentaba la mayor parte de la expedición a la<br />

continuación de aquellas andanzas que a tantos descalabros<br />

venía siempre aparejados. 7<br />

Aquí es necesario hacer un alto en la narración histórica, para aclarar ideas y<br />

ubicarnos realmente sobre la verdadera dimensión de <strong>Tamalameque</strong>;<br />

comenzando por analizar los siguientes puntos:<br />

<strong>Tamalameque</strong> inicial mente fue un pueblo indígena enclavado en una isla en la<br />

Ciénaga de Zapatosa -posiblemente Isla Grande- ahí habitaba el Cacique<br />

Tamalaguataca o <strong>Tamalameque</strong>, una especie de Rey Indio que gobernaba toda<br />

la nación Chimila.<br />

5<br />

Ibidem, p. 279.<br />

6<br />

MORALES PADRÓN FRANCISCO, <strong>Historia</strong> del descubrimiento y Conquista de América, Madrid, Editora<br />

Nacional, 1981, p. 629.<br />

7<br />

RANGEL PAVA, GENECCO, El país del Pocabuy, Bogotá, Editora Nelly, 1947, p. 25.<br />

12


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

Por los constantes ataques de los colonizadores españoles, los indios mudaron la<br />

población hasta junto el Río Cesar y le dieron el nombre de THAMARA o<br />

TAMALAMEQUE.<br />

"Nos dice OVIEDO que, Aqüeste pueblo de THAMARA está<br />

junto al río que se dijo de susso llamado Xirirí, e allí luego<br />

entra en una laguna grande, que tiene de ancho cuatro o cinco<br />

leguas, la cual falta poco que no ciña todo el pueblo con el río.<br />

Es aquella población mejor e mayor que los cristianos han<br />

visto en aquellas partes, y goza de buenos aires e tiene<br />

alrededor muchas sabanas e muy poco monte". 8<br />

Con el paso obligado de los expedicionarios españoles, los indios trasladan esta<br />

población a los playones de Sompallón donde forman el poblado de<br />

Sompallón o <strong>Tamalameque</strong> (hoy El Banco).<br />

En 1.53.6, Quesada lo fundó frente a en un sitio denominado Barbudo:<br />

"Le cupo en buena suerte a este pueblo de recibir el bautismo<br />

de Don Gonzalo Jiménez de Quesada en el año 1.536, que a<br />

quizá de ensayo dejó esta fundación con el nombre de<br />

BARBUDO antes de darle cimiento a la ciudad de Santa Fé" .9<br />

Que es lo mismo que decir que <strong>Tamalameque</strong> es más viejo que Bogotá, lo<br />

anterior es corroborado, en parte, por De la Rosa:<br />

"La primera vez estuvo situado en la misma orilla del Río<br />

Grande, frontero a la Villa de, y esto consta de la Ley Real de<br />

las recopiladas para Indias". 10<br />

También fue fundado un poco más arriba donde hoy queda la población de<br />

Tamalamequito: En las Sabanas que hoy se llaman de <strong>Tamalameque</strong> viejo". 11<br />

Por último donde nos encontramos hoy día "en las sabanas de Chingalé,<br />

donde hasta hoy permanece desde el año 1.680 del siglo pasado". 12<br />

Todo lo anterior nos da una base sólida para afirmar, como ya lo hice en otro<br />

escrito: “La historia de <strong>Tamalameque</strong>, nos da para concluir, que debido a los<br />

constantes cambios de sitios de la población, hicieron de sus moradores, unos<br />

irradiadores de costumbres y cultura a lo largo del Río , dando origen a una serie<br />

de poblados". 13<br />

De esta manera y siguiendo siempre a <strong>Tamalameque</strong> se fue fraguando la<br />

Tambora, como expresión folklórica y cultural del hombre del Río,<br />

constituyéndose en el canto primigenio, fuente matriz de los otros cantos, de la<br />

región de la Costa Atlántica.<br />

8<br />

Ibidem, p. 38.<br />

9<br />

Ibidem, p. 54.<br />

10<br />

DE LA ROSA, JOSÉ NICOLÁS, La Floresta de Santa Marta, Bogotá, Biblioteca Banco Popular, 1.975, p.<br />

206.<br />

11<br />

Ibidem, p. 206.<br />

12<br />

Ibidem, p. 206.<br />

13 PINO AVILA, DIÓGENES ARMANDO, La Tambora, Universo Mágico, Editorial Fumprocep,<br />

Bucaramanga, 1.989, p. 25.<br />

13


Establecerle un fundador, es por tanto difícil, pues sería necesario escoger entre<br />

Diego de Viana, Alfinger, Quesada o cualquier otro español integrante de estas<br />

expediciones, tal como, en efecto fue Lorenzo Martín. Veamos que dice Gómez<br />

Picón sobre el particular:<br />

"Hasta quedar definitivamente en el sitio donde hoy se<br />

encuentra, en la Recopilación de Leyes de India se afirma que<br />

Jiménez de Quesada lo trasladó a un sitio llamado BARBUDO,<br />

(...). En 1.544 el capitán MANJARRES volvió a fundarlo<br />

frente a en un sitio denominado SAN JUDAS TADEO DE<br />

PORTACA -hoy el PALOMAR- y en 1.680 el padre<br />

BARTOLOMÉ BALZERA o CÉSPEDES le vino en ganas<br />

trasladarlo a las bellas sabanas de CHINGALÉ,<br />

sombreadas por cejas de monte y esbeltas palmeras y<br />

erizada de tacanes o comejeneras que blanquean cual<br />

puntiagudas tumbas de extraño cementerio; ya con el<br />

nombre de NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO y SAN<br />

MIGUEL DE LAS PALMAS DE TAMALAMEQUE. Sin<br />

embargo otros historiadores, la dan por fundada en el<br />

año 1.544 por el Capitán JUAN DE CÉSPEDES en<br />

obedecimiento a ordenes del Adelantado LUGO". 14<br />

El cuento no para ahí, ya que otros historiadores sostienen que <strong>Tamalameque</strong> fue<br />

fundado por Lorenzo Martín en el año de 1.544 en los playones de Sompallón<br />

con el nombre de San Miguel de las Palmas de <strong>Tamalameque</strong> o San Miguel de<br />

las Palomas de <strong>Tamalameque</strong>.<br />

"Luego, por algunas circunstancias fue mudado sucesivamente<br />

de sitios. La memoria colectiva preservada por la tradición<br />

oral, cuenta de tres incendios que destruyeron a<br />

<strong>Tamalameque</strong>..." 15<br />

Precipitando con esto, -aún más- al cambio constante de sitios de la ciudad. Luego<br />

dos siglos largos después, viene don Fernando de Mier y Guerra, re-fundando<br />

poblaciones a orillas del Magdalena, y refunda a Guamal, El Banco,<br />

Chimichagua, Chiriguaná y <strong>Tamalameque</strong> entre otras, en el año de 1.747,<br />

cumpliendo órdenes del Rey.<br />

Por último, todos los historiadores consultados están de acuerdo en afirmar que la<br />

última fundación obedece a Fray Bartolomé Balzara:<br />

"La razón de estas mutaciones la oí comúnmente a aquellos<br />

vecinos antiguos, y fue que tenían por cura al Lic. BALZERA;<br />

éste era de natural intrépido, y cuando se enojaba con aquellos<br />

Regidores porque no le hacían algún gusto, hacía cargar las<br />

imágenes de la parroquia y las campanas, y trasladándose a<br />

donde les parecía, levantaba Altar portátil para celebrar, y<br />

colgaba las campanas de un árbol y mandaba a repicar la<br />

víspera de fiesta. Preguntábase unos a otros ¿qué era aquello?,<br />

y los que lo sabían respondían: "La ciudad de <strong>Tamalameque</strong><br />

que la han mudado allí el P. BARTOLOMÉ, y se veían<br />

14 GÓMEZ PICÓN, RAFAL, op. Cit., p. 290.<br />

15 PINO AVILA, DIÓGENES ARMANDO, op. Cit., p.25.<br />

14


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

obligados a ir allá, por cumplir con el precepto". 16<br />

Como se podrá observar, la confusión es total; los historiadores discrepan en todo,<br />

pero analizando lo anterior podríamos atrevernos a afirmar que <strong>Tamalameque</strong> fue<br />

fundado varias veces, unas como prueba, otras por cortos períodos de tiempo<br />

siendo mudado y vuelto a fundar, por situaciones como: incendios, inundaciones,<br />

caprichos etc. Lo que si está claro, es que, <strong>Tamalameque</strong> fue fundado en serio en<br />

el año 1.544 por Lorenzo Martín.<br />

El día de su fundación no se conoce con exactitud, pero aplicando un poco de<br />

lógica, respecto a la mentalidad religiosa del español, quienes tenían muy en<br />

cuenta el Santoral Católico en sus fundaciones y actos importantes, y como<br />

costumbre desprendida de lo anterior de dar el nombre del Santo del día al objeto<br />

de su descubrimiento o fundación. Entonces, es fácil aseverar que si<br />

<strong>Tamalameque</strong> se llamó San Miguel de Las Palomas de <strong>Tamalameque</strong> o San<br />

Miguel de Las Palmas de <strong>Tamalameque</strong>, fue porque Lorenzo Martín quería<br />

honrar a dicho Santo por ser ese su día. Por tanto <strong>Tamalameque</strong> tuvo que ser<br />

fundado un 29 de septiembre, día que el Santoral Católico dedica a San<br />

Miguel.<br />

16 DE LA ROSA, JOSÉ NICOLÁS, op. Cit., p. 206.<br />

15


<strong>Tamalameque</strong> historia y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Avila<br />

NUESTRAS RAICES<br />

El elemento aborigen que pobló nuestras tierras, era descendiente directo de la<br />

familia Caribe; es el indio Chimila quien puebla nuestro territorio, emparedándose<br />

con los Malibues y los Pocabuyes, para dominar de ésta manera, la extensa<br />

zona:<br />

Esto explica por qué:<br />

"desde hasta Gamarra, cerrando un triángulo en el Valle de<br />

Upar" .17<br />

"Aún en 1.579 se distinguían dos grupos que hablaban idiomas<br />

emparentados: Los MALIBU del Río y los MALIBU de las<br />

Lagunas. Los Malibú del Río vivían principalmente en las<br />

poblaciones de TAMALAMEQUE, TAMALAGUATACA y<br />

NICAHO, así como los de la ribera entre esta región y<br />

Tenerife; mientras que los Malibú de las lagunas vivían entre<br />

las regiones de SENPEHEGUAS,<br />

PANQUICHE(pancuiche), POTOSÍ, ZAPATOSA,<br />

SIMICHAGUA Y SOLOBA o SALOA". 18<br />

"La toponimia de la región de la ciénaga de Zapatosa, se repite<br />

en la región de, donde existen aún sitios con los nombres de<br />

SEMPEGUA, GUATACA, MENCHIQUEJO Y CHILLOA". 19<br />

ORDENAMIENTO POLÍTICO - SOCIAL<br />

Estos, los indios Chimilas, nuestros antepasados, tenían un ordenamiento<br />

político-Social muy singular:<br />

Un enorme reino regentado por un cacique mayor, El cacique Tamalaguataca,<br />

quien como se dijo, habitaba en el poblado de <strong>Tamalameque</strong> situado en una isla<br />

en la ciénaga de Zapatosa. Todo este reino, muy sabiamente estaba dividido en<br />

pequeños señoríos, regentados por caciques locales como: Cumunujagua,<br />

Chimichagua, Chiriguaná, Chilloa etc. Quienes le debían admiración, cariño,<br />

obediencia y respeto a su señor el Cacique Tamalaguataca o <strong>Tamalameque</strong>.<br />

17 PINO AVILA, DIÓGENES ARMANDO, op. Cit., p. 11.<br />

18 REICHF _ DELMATOF, GERARDO, Datos Histórico-Culturales sobre las Tribus de la Antigua<br />

Gobernación de Santa Marta, Bogotá, Banco de la República, 1.951, p. 105<br />

19 PINO AVILA, DIÓGENES ARMANDO, op. Cit., pp.28-29.


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

VALENTÍA INDÍGENA<br />

Nuestros antepasados aborígenes, fueron guerreros valientes que defendieron<br />

con furia sus territorios contra la invasión española. Pruebas de ello hay muchas:<br />

De los 150 hombres que acompañaron a Viana en la expedición auspiciada por el<br />

gobernador de Santa Marta, García de Lerma, solo regresaron 70, pues, los<br />

restantes fueron diezmados por los indios <strong>Tamalameque</strong>s.<br />

Otro pasaje interesante narrado por Aguado es el que narra la expedición de<br />

Quesada después de partir de <strong>Tamalameque</strong> hacia la Tora:<br />

"Al llegar a la TORA, en vista de que los enfermos, por su<br />

estado de gravedad, pedían mucha quietud, resolvieron<br />

regresarlos a Santa Marta bajo el cuidado del Licenciado<br />

JUAN GALLEGOS. Y así, con ciento cincuenta hombres,<br />

entre sanos y enfermos, echaron sus embarcaciones agua<br />

adelante. Pero el Diablo, que en todo anda metido, había<br />

dispuesto que el indio ALONSO XEQUE, natural de<br />

THAMARA, viniera envuelto en esta gente, que rabiando de<br />

saña y de despecho por muchas desazones que había recibido<br />

de los expedicionarios, traía la intención firme y valedera de<br />

cobrar con prima todos los agravios recibidos. Y así, con cierto<br />

ardid y zalema ganó la voluntad de los Gallegos para llevar las<br />

embarcaciones hasta su pueblo donde puso en aviso a todas las<br />

tribus, de sus diabólicos planes, que fue como haber tocado un<br />

avispero, porque fue tal la refriega, que todas las<br />

embarcaciones quedaron en completa ruina" 20<br />

LA RELIGIÓN<br />

Podemos mencionar la existencia del Dios Marayajna, citado por Jorge Isaac en<br />

su "Libro Sobre Los Chimilas". Además tenían un Demonio llamado "Ytaylas"<br />

al que ruegan por conducto del "Mayhan Mayhuan" o sacerdote en términos<br />

cristianos, al que llamaban los españoles: "Mohán".<br />

"En honrar a Ytaylas le realizaban pequeñas festividades,<br />

aunque por lo encontrado en documentos parece que no tenía<br />

mucha importancia para los aborígenes, a excepción hecha en<br />

los días que iban a la guerra, donde ésta se convertía en un<br />

verdadero rito sagrado, en honor del señor. De ahí la<br />

preocupación de los blancos por enseñarles el Ave María y<br />

otras oraciones para sacarles el Diablo y luego sí bautizarlos en<br />

la fe de Cristo". 21<br />

20<br />

RANGEL PAVA, GENECCO, op. Cit. Pp. 28-29.<br />

21<br />

REY SINNING, EDGAR, Configuración Histórico-Cultural del Bajo Magdalena, Bucaramanga, 1.987, p.<br />

7.<br />

17


COSTUMBRES DE NUESTROS INDÍGENAS<br />

Es muy nutrida en documentos de la época, la narración de las costumbres de los<br />

Chimilas, en dichos documentos los españoles, que tienen otro ordenamiento,<br />

jurídico - cultural y religioso, ven con malos ojos las costumbres de los aborígenes,<br />

escandalizándose de sus "Herejías" - según ellos -por tener y adorar unos Dioses<br />

diferentes y por tener normas de comportamiento y costumbres diametralmente<br />

opuestas a las del blanco.<br />

Los españoles narran escandalizados las formas de vida de los indios Chimilas,<br />

quienes en poco tiempo consumían lo que a ojo de buen español - debía<br />

alcanzarles para todo el año. Desconociendo con esto que la forma de producción<br />

del indígena no concebía la acumulación de riquezas, si no que se producía<br />

únicamente para satisfacer las necesidades primarias de su población.<br />

Los Chimilas, como casi todos los indígenas americanos<br />

cultivaban maíz." a éste producto lo llamaban: á, u ajkua y los<br />

Caribes: Acuassi". 22<br />

Nuestros aborígenes, sacaban del ajkua (maíz) una especie de fermento, que<br />

utilizaban para emborracharse al que llamaban "MAN", esto lo hacían con<br />

frecuencia y escandalizaban a los mojigatos españoles.<br />

"Estas fiestas o festejos permanentes en que se regocijaban<br />

dando gracias posiblemente a la naturaleza las llamaban<br />

'Antai'". 23<br />

El mismo Rey Sinning, para no remitimos a otra fuente, cita un documento tomado<br />

de la obra de Juan Freide diciendo:<br />

22 Ibidem, p. 2.<br />

23 Ibidem, p. 5.<br />

24 Ibidem, p. 4.<br />

18<br />

"Otro documento en tal sentido y muy significativo es el<br />

producido por ANTONIO RODRÍGUEZ DE MEDINA<br />

Alcalde de <strong>Tamalameque</strong>, el Licenciado FRANCISCO<br />

GÓMEZ RONDÓN y por el Vicario ALONSO BERMÚDEZ,<br />

solicitado por el Gobernador de Santa Marta don LOPE DE<br />

OROZCO quien a su vez había recibido orden del Rey DON<br />

FELIPE DE ESPAÑA y fechado en SAN MIGUEL DE LAS<br />

PALMAS DE TAMALAMEQUE el 5 de Marzo de 1.579, en<br />

el cual se reseñan todas las actividades características de la<br />

Provincia de Santa Marta y afirman los europeos que " cuando<br />

no ocupan el tiempo en borracheras que entre ellos son<br />

continuas, lo gastan en dormir" (...) "todos hacen borracheras<br />

tan desordenadas e inconsideradamente que pudiendo con lo<br />

que cogen pasar el año sin padecer necesidades, lo gastan y<br />

'consumen en sus convites y bebidas que cada día hacen". 24


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

ANIQUILAMIENTO DEL INDÍGENA:<br />

Con la llegada del invasor blanco comienza el vía crucis del indígena americano,<br />

vía crucis éste, que a punto de cumplir 515 años (1.492 a 2.006) no termina aún.<br />

La historia de la conquista y la colonia está plagada de hechos que aterran la<br />

mente civilizada de hoy; sucesos en los cuales se da el aniquilamiento<br />

indiscriminado del indígena en lo físico, espiritual y cultural. Nuestros indígenas<br />

son asesinados, vejados, esclavizados y aculturizados por el blanco en nombre de<br />

Dios y los reyes de España, implantándole violentamente la religión católica, el<br />

idioma castellano, la cultura y el ordenamiento jurídico del europeo.<br />

Bajo la forma de la encomienda, se disfraza el descarado abuso de la explotación<br />

a los indios con el pago de múltiples gravámenes como el quintaje y otros. Como<br />

la única vía de comunicación era e río Magdalena, hizo esto que el Español<br />

utilizara a indígena en la dura labor del Boga, lo cual lo aniquilaba<br />

inmisericordemente; tomemos un aparte de la "Carta A Su Majestad" que le<br />

envía Martín Camacho, visitador de la corona en el año de 1.596 que dice:<br />

"... Los cuales indios como no son marineros ni bogaron en su<br />

vida, y el trabajo de la boga es tan grande, se mueren como<br />

moscas, y de ésta manera afirmo a Vuestra Majestad, según he<br />

sido informado de cristianos religiosos doctrineros, y yo he<br />

visto que no hay un año que no consuma la boga más de<br />

quinientos de éstos indios". 25<br />

Esto en lo que hace referencia únicamente a. Pero en el mismo documento<br />

Camacho le dice a su Majestad que él a más de servir a Dios vino además a<br />

liberar de éste martirio a los indios, sobre lo cual anota que de más de cuarenta<br />

mil ha venido a reducirse el censo a menos de dos mil. Aterradora realidad que<br />

demuestra los estragos catastróficos del genocidio cometido por el español sobre<br />

nuestros indígenas.<br />

Los españoles, por lo menos en el papel:<br />

"Como consecuencia de la campaña de FRAY BARTOLOMÉ<br />

DE LAS CASAS, a raíz del exterminio de la población nativa<br />

en tierras antillanas, la corona<br />

española promulgó en 1.542 las Leyes Nuevas, con las cuales<br />

se pretendía contener el creciente poder de los encomenderos<br />

que ávidos de enriquecimiento, explotaban a los indígenas con<br />

tareas extenuantes y mortíferas". 26<br />

En cumplimiento de éstas Leyes Nuevas, en el año de 1.556, se le siguió<br />

"Proceso En TAMALAMEQUE A JUAN ESPELETA,<br />

DIEGO GÓMEZ Y Otros, Quienes Diciéndose Encomenderos<br />

25<br />

NOGUERA MENDOZA, Crónica Grande del río, Bogotá, Edit. Sol y Luna, 1.980, p. 68.<br />

26<br />

PEÑA GALINDO, DAVID ERNESTO, Los Bogas de Mompox, <strong>Historia</strong> del Zambaje, Bogotá, Tercer<br />

Mundo Editores, 1,988, p. 21.<br />

19


De Dichos Naturales, Les Daban Crueles Tratamientos Y Sin<br />

Conciencia Los Explotaban". 27<br />

Como caso curioso es bueno registrar "El Intríngulis Jurídico" armado por los<br />

"Arriscados Momposinos", quienes para evadir el peso de la ley y:<br />

"Con el fin de salirse con la suya, bajo una mampara de<br />

legalidad, los encomenderos de Mompox hábilmente fabrican<br />

un caso de política territorial sin precedentes: El Cabildo<br />

Momposino solicita en 1.574 el traslado de la Villa a la<br />

población de <strong>Tamalameque</strong> (...) en territorio perteneciente a la<br />

gobernación de Santa Marta, y sorprendentemente la Audiencia<br />

lo autoriza". 28<br />

Lo anterior lo argumentan aduciendo que <strong>Tamalameque</strong> está más lejos del Río<br />

que Mompox y que por lo tanto no sufrirían las arremetidas de las enormes<br />

crecidas frecuentes del Magdalena, donde perdían sus casas, enseres, ganado y<br />

cosechas.<br />

"... En 1.577 el cabildo momposino plantea una novedosa tesis<br />

jurisdiccional, que la convertiría en " Caso Aparte" dentro de la<br />

legislación Colonial Expresa que a pesar del traslado de la<br />

ciudad a la otra ribera, y por consiguiente a otra gobernación,<br />

desean que continúe bajo la jurisdicción del Gobernador de<br />

Cartagena". 29<br />

Esto, óigase bien, trae como resultado que el gobernador de Santa Marta, al sentir<br />

disminuido sus dominios, tercie en el pleito:<br />

"... él era de la opinión que la jurisdicción de los futuros<br />

vecinos procedentes de debían estar en el gobernador de Santa<br />

Marta, aunque admitía que las apelaciones a las sentencias<br />

dictadas por la justicia ordinaria fuesen falladas por el<br />

Gobernador de Cartagena". 30<br />

Tamaño lío jurídico, ampliado a la máxima expresión al pronunciarse<br />

FERNANDEZ DE BUSTO, Gobernador de Cartagena.<br />

"... Observando socarronamente que no es su intención<br />

oponerse, pero que, ante los problemas que se derivarían de<br />

una población 'enclave de Cartagena dentro de la provincia<br />

samaria, con respecto a TENERIFE, que había sido fundado<br />

para contrarrestar la influencia de sobre el río, por parte de<br />

Santa María, y que seguiría dependiendo administrativamente<br />

de esa Gobernación, sugiere - súplica - 'que pese a su<br />

jurisdicción el poblado de Tenerife, perteneciente hasta<br />

entonces a la Gobernación de Santa María. Aduce como<br />

justificación que también el citado poblado tributaba por el<br />

sistema de boga, y podía darse el caso. Si no se integraba, que<br />

las ordenanzas y medidas que él como Gobernador dictase para<br />

<strong>Tamalameque</strong>, entrasen en colisión con las que promulgasen el<br />

27 Archivo Nacional, Salón de la Colonia, Tomo XXXI, pp. 224-264.<br />

28 PEÑA GALINDO, DAVID ERNESTO, op. Cit., p. 28.<br />

29 Ibid, p. 29.<br />

30 Ibid, p. 33.<br />

20


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

Gobernador de Santa María para Tenerife". 31<br />

Con todo éste "Enredalapita" los encomenderos y traficantes de la zona<br />

quedaron con las manos libres, en ésta "tierra de nadie", para seguir explotando<br />

inmisericordemente al indio. Vistas así las cosas, no podían ser más desoladoras<br />

para los indios de la ribera del río, y sobre todo para los Chimilas.<br />

Todos éstos avatares hacen que sea urgida una solución y<br />

"MARTÍN CAMACHO (1.596) sugiere, ante la pavorosa<br />

visión del genocidio, la clásica solución lascasiana: Sustituir<br />

las canoas por fragatas, embarcaciones mayores, y de superior<br />

calado -sería uno de sus principales inconvenientes, los que<br />

darían al traste con su buena intención- pero con tripulación<br />

mixta, indio y negros, con predominio de éstos últimos". 32<br />

Trajo, naturalmente como consecuencia este hecho, el cruce racial entre negro e<br />

indio, dando inicio al zambaje. En ésta historia de negros, indios y blancos,<br />

cruzados entre si, estas tres étnias, se fermenta la formación de nuestra raza, una<br />

raza nueva, una RAZA CÓSMICA, como diría José Vasconcelos.<br />

31 Ibid, p. 33<br />

32 Ibid, p. 35<br />

21


GENERALIDADES<br />

<strong>Tamalameque</strong>, municipio del departamento del Cesar, situado al sur del<br />

departamento, a cuatro horas por carretera a Valledupar y a cinco horas a<br />

Bucaramanga, se halla enclavado a un kilómetro de la margen derecha del río<br />

Magdalena; distante 17 kilómetros de la carretera al Mar, comunicado a ésta por<br />

un ramal nacional que parte de la población de El Burro.<br />

Limita por el Norte con el municipio de Chimichagua y Pailitas, por el Oriente con<br />

Pelaya, por el Sur con el municipio de La Gloria y por el Occidente con los<br />

departamentos de Bolívar y Magdalena.<br />

Su cabecera municipal está localizada a los 8- 52' de Latitud Norte y 73- 49' de<br />

Longitud, al Oeste de Greenwich. Está a una altitud de 50 metros sobre el nivel del<br />

mar, con una temperatura promedio de 28° - 30°C.<br />

Tiene una población aproximada de 12.000 habitantes el municipio, de los cuales<br />

7.358 viven en su cabecera en 650 casas de habitación (Dane Censo 1985).<br />

Cuenta con los corregimientos de: Puerto Boca, Antequera, Palestina, San<br />

Bernardo y Zapatosa. Además con los caseríos de Las Palmas, Pueblo Nuevo,<br />

Mundo Nuevo y Pasa Corriendo, veredas como: Coloradito, Sábana Larga,<br />

incrementadas últimamente por la formación de asentamientos campesinos, que<br />

han invadido los grandes latifundios del municipio formando pequeños caseríos<br />

como:<br />

El Leñal 25 de Marzo de 1.971<br />

Mahoma y Flojera 21 de Abril de 1.972<br />

Alianza Campesina 5 de Junio de 1.983<br />

12 de Octubre, en esa fecha de 1.984<br />

Bella Esperanza Noviembre 20 de 1.986<br />

Los naranjos Enero 25 de 1.988<br />

El recreo febrero 21 de 1.984<br />

Hacaritama Julio 20 de 1.987.<br />

<strong>Tamalameque</strong> está adornado en su topografía con las ciénagas de Zapatosa,<br />

Alfaro, Bijao, Cascajo, Combú, Cristo, Guamalito, Guarumal, Sahaya, Totumito,<br />

Los Caballos, Las Bolsas, La Juanona, Achihotal entre otras, las cuales cubren<br />

una superficie de 5.428 Hectáreas (Instituto Geográfico Agustín Codazzi,<br />

ESTUDIO DE SUELOS DEL MUNICIPIO DE TAMALAMEQUE, Bogotá 1.972)<br />

22


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

SEGREGACIONES<br />

<strong>Tamalameque</strong> antaño gran ciudad, es la cabecera del Municipio del mismo<br />

nombre. Este municipio extendía sus dominios a una vasta zona, tal que<br />

Chimichagua, Chiriguaná, Pailitas y Pelaya estaban comprendidos dentro de ellos.<br />

Con el andar del tiempo, <strong>Tamalameque</strong> comenzó a ser desmembrado en<br />

mutilaciones permanentes que le recortaban su pujanza y su extensión territorial,<br />

para crear nuevos municipios: Primero fue Chimichagua, a quien FERNANDO DE<br />

MIER Y GUERRA, según atestigua<br />

"JUAN DE DIOS FONSECA, presbítero y cura interino de los<br />

sitios de San Vicente Ferrer de la Nueva Saloa y Nuestra<br />

Señora de la Purísima Concepción de Chimichagua (...) en el<br />

gobierno del Excelentísimo Señor Eslava, Virrey que fue de<br />

éste Nuevo Reino, se hallaba este sitio de San Vicente situado<br />

con corto número de vecinos en la sabana del Empalagado,<br />

jurisdicción del municipio de <strong>Tamalameque</strong>, en suma desdicha<br />

por no tener comercio alguno, motivo por el cual el señor<br />

Mariscal de Campo Don José Fernando de Mier y Guerra, del<br />

Orden y Caballería de Santiago, vecino de la Villa de<br />

Mompox, por cuya cuenta corren las nuevas fundaciones y<br />

adelantamientos de sus agregaciones en ésta provincia de Santa<br />

Marta, lo hizo trasladar a las orillas del Río Cesar en el mismo<br />

puerto de Saloa, un cuarto e legua más abajo desde Cascajal,<br />

haciendo medio entre Chiriguaná y el río Grande de la<br />

Magdalena, (...) siendo ésta y sus vecinos de gran contención a<br />

los indios Caribes, que de dicha serranía hostilizan en los hatos<br />

de <strong>Tamalameque</strong> y para que los Chimilas no pasen a éste lado<br />

a comunicar y matar con ellos. (...) y porque todo lo referido es<br />

cierto y verdadero asilo certifico y firmo a pedimento del Señor<br />

Mariscal de Campo de ésta Provincia en éste sitio de San<br />

Vicente Ferrer a 9 días del mes de Diciembre de 1.751. Juan de<br />

Dios Fonseca". 33<br />

La segunda segregación se da con Chiriguaná, quienes mediante<br />

"Documento fechado el 14 de Septiembre de 1.810, signado<br />

por Don José Pío del Río, Don Basilio Rodríguez, Don Luís<br />

José Peinado y Don Braulio Leyva dirigido al Gobernador<br />

donde le decían:" que en junta el pueblo plebe menor, hizo<br />

comparecer a la junta de Blancos y allí proclamaron todos<br />

absolutamente independencia de la ciudad de<br />

<strong>Tamalameque</strong>". 34<br />

La tercera segregación ocurre con Pailita mediante Ordenanzas Números 038 de<br />

Noviembre 28 de 1.968<br />

“por la cual se crea al municipio de Pailitas y se dictan otras<br />

33<br />

MEDINA LIMA, ISMAEL, Mi Chimichagua de ayer, Centro de Publicaciones Facultad de Ciencias –<br />

Universidad del Valle, 1.990, p. 7.<br />

34<br />

MEJÍA GÓMEZ, JUAN, Chiriguaná: Ayer, hoy y mañana, Edit. A. B. C. Bogotá, 1.979, p. 54.<br />

23


disposiciones. La Asamblea Departamental del Cesar, en uso<br />

de sus facultades legales y especialmente las que le confiere el<br />

ordinal 4° del Artículo 187 de la Constitución Nacional<br />

ORDENA:<br />

Articulo 1°.-Créase el municipio de Pailitas, cuya cabecera<br />

municipal será la población del mismo nombre, constituido por<br />

los corregimientos de Pailitas y Palestina y los caseríos de<br />

Floresta, Rivera y Rayita del distrito de <strong>Tamalameque</strong>" .35<br />

La cuarta segregación obedece a la creación de municipio de Pelaya, mediante la<br />

Ordenanza número 006 de noviembre 25 de 1.980. 36 Ordenanza ésta que se<br />

cayó debido a providencia del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Cesar.<br />

Tres años después la<br />

"Ordenanza número 004 de noviembre de 1.983 crea al<br />

municipio de Pelaya<br />

Ordena; Articulo 1°- Créase el municipio de Pelaya, segregado<br />

del municipio de <strong>Tamalameque</strong>, cuya cabecera será la<br />

población de Pelaya; integrado por el corregimiento de Costilla<br />

y los caseríos que hacen parte de estos así: Guitarrilla, Las<br />

Damas, Santana, Floresta, y las Veredas de El tigre, La Lejía,<br />

La Virgen y Raíces, El Tanque, y Santa de la Loma ". 37<br />

Como se puede observar, parece que la historia le ha reservado, como destino, a<br />

<strong>Tamalameque</strong>, el de ser padre de otros pueblos. En la actualidad hay los conatos<br />

de rebeldía y emancipación de los corregimientos de Zapatosa y San Bernardo.<br />

Posiblemente en un mañana no lejano se conviertan en pujantes municipios,<br />

como los otros que al cumplir la mayoría de edad, salieron de la tutela<br />

<strong>Tamalameque</strong>ra para hacer vida independiente.<br />

35<br />

RECOPILACIÓN DE ORDENANZAS, 1.968-1.984, Asamblea Departamental del Cesar, Valledupar,<br />

1.985, p. 46.<br />

36<br />

Ibidem, p. 801<br />

37<br />

Ibid, p. 801<br />

24


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

TRADICIÓN ORAL<br />

25


ESCRITO EN LETRAS DE ORO<br />

Desde niño oigo repetir a grandes y pequeños, ancianos y jóvenes:<br />

"<strong>Tamalameque</strong> está escrito en letras de oro en Bogotá". Yo ta6mbién lo decía, con<br />

mucha seriedad confieso hoy, decía lo mismo. Repetía convencido, ésta<br />

expresión, como si fuera un axioma, y por tanto, no se tenía porque demostrar.<br />

Jamás averigüé si esto era verdad o mentira. Lo di por cierto sencillamente.<br />

Es que los <strong>Tamalameque</strong>ros somos así. Con una fe ciega en lo nuestro, en el<br />

legado histórico-cultural que heredamos de nuestros antepasados. Por eso nunca<br />

nos preocupemos de indagar, de buscar las fuentes y orígenes de lo nuestro. Por<br />

eso nunca ningún <strong>Tamalameque</strong>ro se preocupó de escribir su propia historia, de<br />

redescubrir su propio pasado. Estamos conformes con él, sencillamente<br />

pensamos: El pasado está allí. Nuestro pasado ¿para qué? Pensábamos y<br />

pensamos en el presente.<br />

Tampoco nos inquieta el Futuro. El pasado nos es —aparentemente— ajeno, pero<br />

en realidad lo sentimos tan nuestro que creemos conocerlo al dedillo. Sin tomar<br />

conciencia que son 450 años de historia, la cual se ha ido diluyendo, con el paso<br />

del tiempo, quedándose tan solo retazos dispersos aquí y allá, los cuales hay que<br />

desenredar, para, siguiendo el hilo del ovillo, llegar como Teseo, con la ayuda de<br />

Ariatna a salir del laberinto y matar al Minotauro de la duda.<br />

En éstos últimos años, que me dediqué de lleno a investigar sobre el pasado de<br />

<strong>Tamalameque</strong>, es cuando me asaltó la duda sobre ésta afirmación, y me<br />

cuestioné la conformidad, e inicié la búsqueda de él porqué de ésta expresión. He<br />

buscado por todas partes, he preguntado a muchos y no he hallado respuesta.<br />

Parece que la expresión, es tal vez la distorsión de: "<strong>Tamalameque</strong> está en el<br />

Museo del Oro en Bogotá", pues en efecto, en dicho museo hay una nutrida<br />

muestra, de esculturas y joyas indígenas de la Cultura <strong>Tamalameque</strong>. Veamos lo<br />

que dice AGUADO refiriéndose a los habitantes de la antigua población de<br />

Thamara o <strong>Tamalameque</strong>:<br />

26<br />

"Los vecinos de éste pueblo por mayor parte labran oro, e<br />

tienen sus forjas, e yunques, e martillos, que son de piedra<br />

fuerte: Algunos dicen que son de metal negro a manera de<br />

esmeril. Los martillos son tamaños como huevos o más<br />

pequeños, e yunques tan grandes, como quezo marroquí, de<br />

piedras foríissimas: los fuelles son unos canutos tan gruesos<br />

como tres dedos o más, y tan luengos como dos palmos. Tienen<br />

unas romanas sotiles con que pesan, y son de un hueso blanco,<br />

que quiere parecer marfil; y también los hay de un palo negro,<br />

como ébano. Tienen sus muescas e puntos para crescer e<br />

menguar el peso, como nuestras romanas; pesan en ellas desde<br />

pesso de medio castellano, que son cuarenta e ocho granos,<br />

hasta un marco, que son cincuenta castellanos, que es ocho


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

onzas no mas; porque son pequeñas romanas". 38<br />

El adelanto del indígena nuestro, en cuanto a la fundición del oro, era asombroso,<br />

por tanto, no es de extrañar que abunden estas piezas en el museo del Oro en<br />

Bogotá. Lo cual probablemente dio pié para la distorsión de la expresión y con el<br />

paso de los años quedó en la conciencia colectiva del <strong>Tamalameque</strong>ro como:<br />

"<strong>Tamalameque</strong> está escrito en letras de oro en Bogotá".<br />

No he podido encontrar otra respuesta razonable a la expresión y me resisto a<br />

creer que nuestros abuelos nos metieron un golazo con ésta. Para mi siempre<br />

"<strong>Tamalameque</strong> está escrito en letras de oro en Bogotá". No se discuta más.<br />

38 RANGEL PAVA, GENECCO, op. Cit., pp. 38-39.<br />

27


LOS INCENDIOS DE TAMALAMEQUE<br />

La memoria colectiva registra tres grandes incendios que desbastaron a<br />

<strong>Tamalameque</strong>. Anotan nuestros abuelos que el fuego corría por las calles y solo<br />

fue detenido ante la imagen del Santísimo Cristo. Sobre éste particular de la Rosa<br />

refiriéndose a <strong>Tamalameque</strong> afirma:<br />

"...Creció bastante aquella ciudad, principalmente con el<br />

comercio, que la introdujo el registro de el cargo de D. Juan de<br />

Zaracondegui, que vino a ésta provincia el año de 1.699,<br />

en que trasladó a ella sus almacenes, por estar en el comercio<br />

de la provincia, y en el continuo tráfico del Río Grande. Si bien<br />

la mayor parte de las casas eran de palma, pero muy capases, y<br />

así se mantuvo hasta el año de 1.708, en que ardiéndose una<br />

cocinilla, fformó un incendio el día 9 de febrero, que devoró<br />

ochenta y tres casas de la calle Real, sin exceptuarse las de<br />

tejas que había entre ellas; y por la gran perdida de caudales<br />

que hubo, ha aminorado tanto aquella población, que aún no<br />

se ha podido perfeccionar el convento de S. Agustín que tenía<br />

aquella ciudad, y ha quedado desierto, con solo los paredones<br />

de la iglesia, que de nuevos se había levantado. De éste<br />

incendio ha quedado la memoria con misa cantada que se dice<br />

en aquella parroquia todos los años el día del suceso, en honor<br />

de Santa Apolonia, que es a quien en aquel día celebra la<br />

iglesia, y sacando de tarde en tarde en procesión por el cuadro<br />

de la plaza el soberano Sacramentado, porque fue la reliquia<br />

que se expuso para resistir el fuego". 39<br />

No he conseguido registro escrito de los otros dos incendios pero los doy por<br />

ciertos ya que encuentro posible la eventualidad debido a la gran cantidad de<br />

casas de palma que siempre ha habido en <strong>Tamalameque</strong>.<br />

39 DE LA ROSA, JOSÉ NICOLÁS, op. Cit., p. 207-208.<br />

28


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

TRADICIÓN RELIGIOSA<br />

29


SAN MIGUEL:<br />

Es éste nuestro Patrono oficial, epónimo Santo que dio nombre a nuestro pueblo y<br />

a nuestra parroquia. En la iglesia de <strong>Tamalameque</strong> hay dos imágenes de San<br />

Miguel Arcángel: Una grande, casi del tamaño natural, hecha de yeso, donde con<br />

las alas desplegadas, el dorso desnudo y blandiendo una reluciente espada,<br />

pisotea la cabeza del dragón ignívomo; otra mediana, de unos ochenta<br />

centímetros aproximadamente con parecidas características.<br />

El <strong>Tamalameque</strong>ro creyente, tiene más fe en la eficacia milagrosa de éste último,<br />

y es al que se sacan en las procesiones y ofrendan en las fiestas, el 29 de<br />

septiembre.<br />

EL SANTO CRISTO:<br />

El feligrés <strong>Tamalameque</strong>ro ha trasladado sus afectos, de San Miguel Arcángel<br />

hacía el Santo Cristo, hasta el punto que a San Miguel le ofrendan, con los<br />

sobrantes de pólvora que quedan de las fiestas del Cristo. Obedece tal fenómeno<br />

a la cercanía de las dos fiestas: 14 de septiembre El Cristo y 29 del mismo mes<br />

San Miguel.<br />

Sobre la imagen del Santo Cristo de <strong>Tamalameque</strong> se teje gran cantidad de<br />

creencias y anécdotas que son repetidas de generación en generación, dándose<br />

por ciertas. Veamos algunas de ellas, por lo menos las más sobresalientes.<br />

EL CLAVO MILAGROSO:<br />

Uno de los milagros más sonados, por la descarnada narración que de él se hace,<br />

por la seriedad de quien lo narra, es el siguiente, consignado en la Floresta de<br />

Santa Marta:<br />

30<br />

"... Venérase en ésta parroquia fuera de sus titulares y otras<br />

devotas imágenes, la Soberana hechura de Cristo Crucificado,<br />

flor dolorosísima de la pasión, y muy milagrosa; y para<br />

ejemplo de ésta verdad, pondré el caso siguiente, de que fui<br />

ocular testigo.<br />

Con motivo de colocar ésta divina hechura en un nuevo<br />

tabernáculo que en el año pasado de 1.705 se le erigió en<br />

devoción del Licenciado D. Juan Jacinto de Salas, Cura y


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

Vicario que entonces era de aquella parroquia, se encomendó<br />

el sermón de la fiesta de colocación al P-Juan Lorenzo de<br />

Medina, de la Compañía de Jesús, Procurador de las Haciendas<br />

que en aquella jurisdicción tiene el colegio de la Villa de . Vino<br />

el padre a la ciudad ocho días antes de la fiesta, y retentóle con<br />

vehemencia un riguroso mal de orina, de que adolecía. Se le<br />

hicieron innumerables remedios, y no fueron suficientes a su<br />

alivio, por lo que estuvo tres días naturales en continuo grito,<br />

con grave inflamación de la parte, sin poder orinar. Viendo,<br />

pues, el venerable padre que las diligencias humanas no<br />

bastaban, acudió fervoroso a las divinas, y pidió que le trajesen<br />

un clavo del Santísimo Cristo, diciendo: "Pues he venido a<br />

predicar en su fiesta, su Majestad ha de ser mi médico y mi<br />

medicina".<br />

Trajéronle el clavo de los pies, y con aquella gran fe que lo<br />

tomó y lo aplicó a la parte paciente, fue lo mismo sentir la<br />

medicinal reliquia, que arrojar por la vía un caño de sangre,<br />

que llenó una vasija, y descansar del dolor e inflamación. Visto<br />

el milagro que allí fue patente a cuantos estábamos con el<br />

padre, éste comenzó con lágrimas a decir a descompasadas<br />

voces el himno TEDEUM LAUDAMUS, y postrado regó con<br />

su llanto la sacra reliquia. Mandó el vicario que se repicasen<br />

las campanas y se conmovió todo el pueblo, dando gracias al<br />

Señor por tan pública maravilla, el padre Juan Lorenzo pasó al<br />

tercero día a darlas con una misa cantada muy solemne el<br />

nuevo altar del Santísimo Cristo, y así finalizaron aquellas<br />

fiestas con doble regocijo". 40<br />

EL ALCALDE Y EL CRISTO:<br />

Cuentan que, el Cristo, cuando no quería salir a procesión, se ponía pesado, o<br />

hacía crecer tanto e] nicho que no cabía por la puerta de la iglesia.<br />

En uno de ésos días, en que el Cristo se negaba a salir, llegó un banqueño (nadie<br />

recuerda su nombre) a hacerse cargo de la Alcaldía municipal, nombrado desde<br />

Santa Marta. Al serle comentada la situación del Cristo que rebelde se negaba a<br />

salir en la procesión, repuso incrédulo:" Si no sale yo le hago salir”. Y dirigiéndose<br />

a la iglesia, seguido de una nube de curiosos, penetró a ella, y acercándose a la<br />

Santa Imagen, la señaló con el bastón y le ordenó con voz enérgica:" Te ordeno<br />

que salgas". Sostienen los abuelos, que el Cristo se dejó sacar en andas, siendo<br />

acompañada la procesión por el encopetado alcalde. Pero por la noche, el alcalde<br />

40 Ibidem, pp. 205-206.<br />

31


murió, victima del colerín.<br />

LOS PAILITEROS NOS CAMBIARON EL CRISTO:<br />

El <strong>Tamalameque</strong>ro afirma convencidamente, que con la complicidad del cura de<br />

entonces, los pailiteros (habitantes de Pailitas), una noche vinieron y sigilosamente<br />

nos cambiaron la imagen milagrosa.<br />

La imagen de nuestro Cristo -dicen los feligreses-era grande, color un poco<br />

moreno, y sobre todo con una enorme capacidad de milagros. El Cristo que nos<br />

dejaron los pailiteros -según la historia- es un poco más pequeño, de un color un<br />

poco más claro v menos milagroso que el original. Cuando se vertió ésta<br />

información -producto de la fantasía calenturienta de cualquier beata, insatisfecha<br />

con el cura- creció el rumor, al punto que los <strong>Tamalameque</strong>ros intentaron<br />

organizar brigadas de rescate. Otros se conformaron con sentar su enérgica<br />

protesta ante el Obispo de la diócesis de Ocaña. El cura se defendió diciendo, que<br />

el Cristo era el mismo, que lo único que había hecho era mandarlo a retocar.<br />

Nadie le creyó.<br />

Como producto de lo anterior floreció la versión que aún los abuelos afirman, de<br />

que el Cristo verdadero enfadado por tamaño sacrilegio, se volvió pesado, y por<br />

tanto los pailiteros no han podido sacarlo nunca a la calle en una procesión.<br />

Verdad o mentira lo dejo escrito para que la tradición siga.<br />

EL GANADO DEL CRISTO:<br />

La familia Ávila por tradición tenía, -Ya no, la cosa está dura- la de dar la primera<br />

parte de los frutos de sus cosechas al Cristo, como una manera de garantizar su<br />

bienestar. Esta especie de diezmo, no 0 daban directamente a la iglesia ni al cura,<br />

sino que vendían los frutos y con el dinero de la venta, compraban un ternero, el<br />

cual entraba a engrosar ' el ganado del Cristo", como Ellas lo llamaban.<br />

Cuando notaban que en la iglesia hacía falta algo, Ellas (las Ávila) vendían una res<br />

y mandaban a fabricar o reparar lo que la iglesia requería (Bancas, puertas,<br />

andas, nichos, sotanas, imágenes, etc.).<br />

Llegóse al pueblo como cura de la Parroquia, el padre Ramírez, de la Orden de<br />

Jesús, quien al enterarse de tan singular relación entre la familia Ávila y los santos<br />

de la iglesia, se presentó a casa de Tía Felipa, la mayor de las Avilas, y quien<br />

manejaba todos los asuntos de la familia, inquiriéndola por " el ganado de Cristo ",<br />

y exigiendo la entrega del mismo, al manejo y administración de la parroquia.<br />

La tía Felipa lo escuchó muy atentamente hasta cuando el cura termina de<br />

esbozar muy elocuentemente todos los argumentos que llevaba preparados para<br />

32


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

convencerla de la entrega. “¿Terminó ya reverendo? -pregunta tía Felipa-Porqué<br />

le voy a decir lo siguiente: Si el Ganado del Cristo lo hubiese dado el pueblo, yo<br />

con mucho gusto se lo entregaría, pero ocurre que éste es producto de una<br />

tradición de nuestra familia, que viene de tiempos de mis tatarabuelos. Por tanto<br />

no se lo puedo entregar.<br />

El cura monta en cólera, y recordando el acendrado sentido liberal de la Tía<br />

Felipa, la increpa: "Felipa, si el ganado fuera para hacerle una fiesta a Olaya<br />

Herrera, ¿lo darías?". A lo que responde la Tía Felipa sin arredrarse: " Tampoco,<br />

padre, daría el mío que es mayor en número que el del Cristo".<br />

LAS PRENDAS DEL CRISTO:<br />

Debido a la gran cantidad de Milagros que el Cristo realizaba, los feligreses en<br />

agradecimiento cumplían su "manda" (penitencia) honrándolo con prendas de oro<br />

alusivas a su favor. Esto hizo que se juntara gran cantidad de prendas engrosando<br />

el patrimonio físico del Cristo. Entre " las prendas del Cristo " -que eran muchas,<br />

por cierto- se contaba, con una corona pesada de oro y plata, una ballena de oro<br />

con incrustaciones de esmeralda, la figura de un pene (tal vez recuerdo de alguna<br />

impotencia o una venérea curada milagrosamente), amén de medallones, anillos,<br />

crucifijos, figurillas de vacas, toros, caballos, etc.<br />

Era de conocimiento público, para el <strong>Tamalameque</strong>ro la existencia de éste tesoro<br />

de incalculable valor, como también se conocía por todos, que el custodio era don<br />

Eloy Mejía, honesto comerciante de la localidad, quien celoso guardaba " las<br />

prendas del Cristo" en un viejo baúl de madera -más parecido a un cofre pirata-<br />

que le fabricó para tal efecto el carpintero Cantillo, antes de que se envenenara en<br />

una borrachera donde tomó alcohol impotable a falta de ron.<br />

Alguien -no se sabe quién- armó la alharaca por las emisoras de El Banco y<br />

Aguachica, enterando de esto a los extraños.<br />

Ante toda ésta problemática, la junta católica, las hijas de María, las hermanas de<br />

Corazón del Jesús, los nazarenos, el cura, el Concejo, las acciones comunales, el<br />

comité cívico, la defensa civil y todo organismo gremial de <strong>Tamalameque</strong>, se<br />

reunió, debatiendo el caso. Primando la argumentación de que era un peligro tener<br />

tamaña fortuna, guardada en un baúl, bajo la cama de la niña Tibe, esposa de don<br />

Eloy decidiendo valorarlas y darlas en depósito a la Caja Agraria de la localidad.<br />

Poco tiempo después, el 20 de marzo de 1.975, un grupo de 4 hombres armados,<br />

quienes dijeron ser miembros del ELN. se las llevaron de la caja Agraria, en un<br />

asalto sin precedentes.<br />

Algunos maliciosamente, acusaban al cura. El cura acusaba a la comunidad, la<br />

comunidad acusaba a quien informó por las emisoras, en un" tiraquejala" que no<br />

aclaraba las cosas. En tanto, los jóvenes estudiantes de la época, parodiaban la<br />

conocidísima "Custodia de Badillo" del Maestro Rafael Escalona:<br />

33


Después, nunca más, nadie dijo nada.<br />

“El pueblo de <strong>Tamalameque</strong><br />

se ha puesto de malas,<br />

de malas porque sus reliquias<br />

ya se las robaron.<br />

Con cuatro cuarentaicinco<br />

en la puerta de la caja<br />

se llevaron las prendas del Cristo<br />

y también las empleadas.<br />

(Coro) Se las robaron...<br />

se las robaron,<br />

se las robaron ya se perdieron<br />

se las llevaron de la Caja Agraria<br />

junto al cajero y tres secretarias..."<br />

OTROS SANTOS:<br />

Además de los anteriores el <strong>Tamalameque</strong>ro honra a otros santos. Algunos de<br />

devoción familiar, ya que de generación en generación, ciertas familias, se<br />

encargan de festejarlos. En éstos festejos familiares, realizados en las casa, era<br />

común la costumbre de velar el santo acompañado de grandes toques de<br />

tambora.<br />

Entre éstos festejos, los más sobresalientes, son: El San Judas Tadeo, de Ana<br />

María Vides; El San Martín de Loba, de Chico Pedraza, El San Rafael, de Adolia<br />

Pava; La Cruz de Mayo, de Eliécer Romero; La Santa Bárbara, de Vicenta<br />

Miranda, y el San Antonio de los Ávila.<br />

Todos estos festejos de santos, vienen muy hondamente arraigados en<br />

la tradición <strong>Tamalameque</strong>ra, desde siglos atrás, como lo demuestra la crónica<br />

de De la Rosa:<br />

34<br />

"Hacíase la fiesta de la Purísima Concepción, que se venera en<br />

aquella parroquia, con tal exceso, que aunque por lo que mira<br />

el culto divino, era solo el primer día, se proseguían los de<br />

octava con varias invenciones y entre ellas, como por<br />

costumbre se jugaba toros y se representaban comedias. Era<br />

Mayordomo para el gasto de la fiesta en el año de 1.702 D.<br />

Francisco Antonio Díaz Fajardo, y estándose previniendo de<br />

éstas profanas invenciones, llegaron de paso a aquella ciudad<br />

los PP. Matías Tapias y Tomas Osorio Bolaños, de la compañía<br />

de Jesús, y sabiendo de las preparaciones que hacía el<br />

Mayordomo, y que el culto en la iglesia era un solo día, le<br />

desagrado tanto, que pasaron a ofrecerle predicar entre los dos


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

toda la octava sin limosna alguna, solo porque se siguiese culto<br />

más decente a la Reina de los Cielos, Abominándole al<br />

Mayordomo la celebridad de los toros y las comedias, cuyo<br />

gasto no era en honor de su Majestad.<br />

El Mayordomo les respondió que bien lo conocía, pero que si<br />

variaba aquella costumbre, le tendrían por hombre mísero, y se<br />

diría en el lugar que por no gastar dejaba las comedias y los<br />

toros. Los padres le replicaron que si la fiesta consistía en que<br />

los hubiese, que ellos le ofrecían hacer la fiesta de toros y<br />

comedias en los ocho sermones, por que viese el pueblo que no<br />

faltaban estas circunstancias, aún con el adelantamiento de la<br />

octava, seguida con más ente culto. Aceptólo D. Francisco; y<br />

los padres detuvieron por lograr ésta transformación de. estas<br />

fiestas. Predicaron alternativamente los ocho días,<br />

introduciendo en sus sermones el uno fiesta de toros, y el otro<br />

fiesta de comedias, de que quedó edificadísimo aquel<br />

vecindario, y se desterraron totalmente allí estas<br />

profanidades". 41<br />

Tamaña proeza la de los curas Tomás y Tobías. Infructuosa tarea la de ellos, ya<br />

que aquí en mi pueblo todavía se hacen corralejas y se hacen comedias.<br />

Es que el espíritu fiestero del <strong>Tamalameque</strong>ro es algo ancestral, y la pasión por<br />

las manifestaciones culturales, danza y teatro, es de vieja data, que ni siquiera el<br />

paso de los años nos ha podido quitar el gusto por deleitar cualquier tipo de éstas<br />

manifestaciones.<br />

41 Ibidem, pp. 207-208.<br />

35


RENACER DE LAS TAMBORAS<br />

En éste pueblo, desde tiempos inmemoriales se ejecuta un son electrizante de<br />

reminiscencias triétnicas, llamado "LA TAMBORA". Son hechizante y sensual,<br />

ejecutado desde el 5 de diciembre hasta el 6 de enero, recibiendo su máximo<br />

esplendor a la entrada del "Año Nuevo", donde los <strong>Tamalameque</strong>ros al compás de<br />

la tambora (hembra), y el currulao (macho), recorren las calles el Poblado,<br />

cantando "El Pajarito", deteniéndose las puertas de las casas de personas<br />

prestantes, danzando y cantando Este "Berroche": "Volá, volá volaba el pajarito,<br />

volá, volá, volaba el pajarito" Obligando al dueño de la morada a gratificar al<br />

tamborero con una botella de ron; recibida la cual continúan el recorrido, hasta<br />

darle la vuelta al poblado.<br />

La tradición nos indica, que por éstas fechas, cualquier persona se aprovisionaba<br />

de un bulto de ron (antes el ron venía así: en bulto.), se ubicaba en la esquina de<br />

"La Casa Amazona", o frente a la casa de Isabel Vega o cualquier esquina del<br />

barrio "El Machín", "El Colorado", "La Mochila", "Palmira",o "Flores de Sabana", y<br />

diciendo ser "Cabeza de Guacherna", llamaba a los tamboreros y comenzaban a<br />

ejecutar el ritmo.<br />

Al Dum-dum de las tamboras, se van acercando los curiosos y al cabo de un rato,<br />

arman la "Guacherna", donde las "cantadoras" vistiendo sus largos pollerones de<br />

colorines, con sus "pañoletas", "colegallos" y "Sensevieres", pasando por el<br />

hombro derecho y anudadas a la cintura por el lado izquierdo en bandolera;<br />

improvisan versos preñados de gracia y picardía, dedicados a los asistentes;<br />

cuando no interpretan los nostálgicos -casi lamentos- cantos tradicionales de los<br />

"Pozos brillantes", "La Hierba buena", "La Verdolaga", "Los Tres Golpes" y mil<br />

ritmos más que la sabiduría popular ha creado dejándonoslos como herencia en la<br />

tradición oral, siendo transmitidos de generación en generación, enriqueciendo<br />

con ello nuestro vasto patrimonio cultural y folklórico.<br />

Cabe mencionar el hecho mágico, que la tradición afirma: En noches de tambora,<br />

cuando el silencio nocturno es roto apenas por el acompasado ritmo de las<br />

tamboras y la dulzona y nostálgica voz cantarina de las tamboreras, se alcanza a<br />

escuchar el grito espeluznante de "LA LLORONA LOCA", al parecer,<br />

lamentándose no poder participar en el jolgorio popular. Nuestros abuelos -tal vez<br />

alucinados por el hechizo de la danza, o el ron-aseguran, jurando, haberla visto<br />

alguna vez en su vida.<br />

Estas costumbres tradicionales, desafortunadamente se han ido perdiendo.<br />

Nuestra misión es rescatarlas, haciendo renacer nuestros valores culturales<br />

vernáculos, diluidos por el tiempo y opacados por la nefasta influencia de<br />

corrientes musicales de corte modernista de penetración cultural extranjera.<br />

36


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

Hechos éstos que mal forman nuestra juventud en detrimento de nuestro folclor<br />

nacional y regional. Nosotros, todos estamos llamados por responsabilidad<br />

histórica a hacerlos renacer.<br />

El <strong>Tamalameque</strong>ro actual, apegado a sus ancestros, ha vuelto por la mística de<br />

las tamboras, conformando una serie de grupos que ejecutan este son, y hoy se<br />

preparan para enfrentarse a los grupos de los pueblos vecinos, dentro del marco<br />

del FESTIVAL NACIONAL DE LA TAMBORA, que por los días del mes de<br />

diciembre se efectúa bajo la programación de La Casa de Cultura y Turismo de<br />

<strong>Tamalameque</strong>. 42<br />

42 PINO AVILA, DIÓGENES ARMANDO, Diario Vallenato, viernes 20 de diciembre de 1.997, p. 2<br />

(Valledupar).<br />

37


38<br />

RASGOS Y PERFILES


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

LA LENGUA TAMALAMEQUERA<br />

"En <strong>Tamalameque</strong> no se ha hecho lo de mañana, cuando está en la calle<br />

hoy". Sabias palabras que le escuché un día a Carmen Villarreal, mientras me<br />

servía un almuerzo con cabeza de bagre, en la fonda que tiene en Puerto Bocas.<br />

Con ellas plasmó fielmente uno de los fenómenos culturales propios de los<br />

pueblos de la costa.<br />

Es que si los guajiros le temen a la lengua Sanjuanera y los Loriqueros a la del<br />

barrio Kennedy, en el Cesar y la Depresión Momposina deben temerle a la lengua<br />

<strong>Tamalameque</strong>ra. Porque el <strong>Tamalameque</strong>ro tiene una lengua de fuego, que<br />

fustiga y castiga sin piedad. Este fenómeno cultural, obedece, tal vez, a la falta de<br />

sitios de recreación y a la falta de espectáculos que sirvan de vía de escape para<br />

liberarnos de la tensión que el ocio nos provoca.<br />

Además, como el pueblo es pequeño, todo nos queda cerca, nos conocemos unos<br />

con otros, conocemos el mínimo secreto de nuestros vecinos y paisanos, y muy<br />

comunicativamente lo hacemos público, sin importarnos la privacidad del otro. Por<br />

el otro lado, parece que nos sobra tiempo -mucho tiempo- y ese sobrante, que no<br />

sabemos utilizar en cosas más edificantes, lo aprovechamos, para dejar escapar<br />

nuestra imaginación, nuestra fantasía creadora, y la enfilamos a contar historias, a<br />

inventar historias, a comentar sobre los demás, en pocas palabras, usamos ese<br />

sobrante de tiempo en socializarnos muy comunicativamente "comiendo prójimo".<br />

Es común ver en <strong>Tamalameque</strong>, a cualquier hora del día o de la noche, a<br />

pequeños grupos de personas haciendo corrillos en las esquinas o sentados a las<br />

puertas de las casas, en el trabajo de hablar de sus vecinos. Hay incluso sitios<br />

plenamente identificados como comentaderos públicos, donde el <strong>Tamalameque</strong>ro<br />

llega con el propósito de enterarse de lo que pasa en el pueblo. Muy conocidos el<br />

del palito de maíz tostado de la plaza frente a Adpostal, El parquecito del mercado<br />

en horas de madrugada, cuando se compra la carne, y el de las bancas que hay<br />

en la entrada del hospital. Hay en cada barrio personas -por lo general mujeres-<br />

que tienen la fama bien merecida de habladoras, a las cuales Kennedy Vargas<br />

tiene catalogadas de acuerdo a su radio de acción como: La de Alguacil, La del<br />

Cabrito, La de Chocontá, La parabólica, etc. refiriéndose a las repetidoras de la<br />

televisión.<br />

Para ilustrar un poco la situación transcribo la anécdota que Fabián Rodríguez<br />

me contó: "Una vez -dijo Fabián- venía con Jaime Cadena de un baile de carnaval<br />

en Flores de Sabana, era bastante tarde, no sabia la hora. La calle estaba<br />

desierta, oscura, a tan altas horas de la noche no se veía a ningún ser humano<br />

aparte de nosotros dos, tan solo divisábamos muy difusamente el bulto de los<br />

burros que duermen recostados a los alares de las casas para que el sereno de la<br />

noche no les caiga encima Jaime silbaba una pachanga de moda, y el silbido se<br />

alargaba como un elástico en el silencio de la noche. Caminábamos y mientras<br />

39


Jaime silbaba, yo le hablaba de la pareja que había macizado toda la noche, una<br />

hermosa picolera a punto de conquistar, la que un antequereño en un barato me<br />

acababa de quitar.<br />

Cuanto terminé de contarle, Jaime dejó de silbar y distraídamente me preguntó:<br />

¿como que horas son Don Fabio? yo no tenia reloj y conteste: "No sé viejo Jaime,<br />

pero es tardísimo". No había terminado de hablar cuando desde el oscuro, por la<br />

rendija de una ventana cerrada nos contestaron: "Falta un cuarto para las tres".<br />

"No te digo quien, viejo Pino, porque lo metes en tus escritos y me comprometes".<br />

Este es mi pueblo. Con razón -pienso ahora- que lo que Roberto Galván, una<br />

noche jugando dominó, me dijo sobre el particular, es verdad: "La lengua<br />

<strong>Tamalameque</strong>ra, viejo Pino, no es viperina. Es más, es: triperina".<br />

40


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

LOS APODOS<br />

Tenemos la costumbre —como costeños que somos— de utilizar apodos<br />

cariñosos, para llamar a los niños. Estos, al pasar el tiempo, reemplazan por<br />

completo el propio nombre de pila. Por lo cual el portador crece y llega a adulto,<br />

cargado con el remoquete familiar. Por tanto, es común oír llamar a: Los Muñes,<br />

los Papis, las Mamis, los Tatas, los Pichis, y otra gran cantidad de remoquetes<br />

familiares.<br />

Por otra parte, somos muy dados a poner sobrenombres a las gentes por el solo<br />

gusto de llamarlos de otra manera. Tan generalizada está esta costumbre aquí en<br />

<strong>Tamalameque</strong>, que hemos convivido toda una vida con personas, que siempre<br />

llamamos por su apodo y nunca conocemos sus nombres; veamos quienes saben<br />

los nombres de: Bocha, Firofiro, Mafufo, Juan Platino, Tolamba, José Taco, Polín,<br />

Peye, Pana, Barichara, Picapica, Wachiman, Fausto la mona, Mono, Cuco, y<br />

tantos otros que abundan en <strong>Tamalameque</strong>.<br />

También es común, rebautizar a toda la familia con apodos que inicialmente llevó<br />

un miembro de ésta, y encontramos: Los perros, los nutrias, los tigres, los micos,<br />

los culeperros, las culonas, las cosconas, los come-hielos, etc.<br />

Encontramos la costumbre de agregarle al nombre de la persona como un apellido<br />

el oficio o la empresa donde trabaja, por lo cual no nos extrañamos al oír<br />

mencionar a: Toño planta, Pedro Idema, Jaime Hospital, Humberto Telecom.<br />

Por otro lado, cuando hay varias personas con el mismo nombre, para<br />

diferenciarlos, le agregan como apellido el nombre de la madre, así: Fermín<br />

Dionisia, Javier Chinda, Chiqui Felicidad, Mañe Dora, Jairo Gil, Carlos Carmen<br />

Ana, Pacho Querida, Lucho Belisa, Pacho Celia, etc.<br />

Pero además existen apodos que poca relación guardan con el nombre de quien<br />

los lleva: "Martín Kolino, Cuyo, Galón en Trocha, Alemán Perdido, Águila Mocha,<br />

Marlboro, Lucky, Siete Perfumes, Pín, Nacho Loco, Buche de Agua, Toloncho,<br />

Arremango, Pito, Bullerengue, Cayayá, El Mulo, Rafael la Vaca, Cristo Caído, El<br />

Padre Ríos, Tico Burro, etc.<br />

Encontramos casos "sui generis", como el de Daniel Pedraza que a sus hijos el<br />

mismo apodó con los nombres de ritmos musicales de la época: Mambo,<br />

Merecumbé (ahora simplificado a Memé), y a los muchachos de entonces que se<br />

colgaban a su carro de mula también bautizó con nombres musicales, de los que<br />

se recuerda a Bullerengue, Macumba y Mapalé.<br />

Cuando se estaba construyendo la carretera <strong>Tamalameque</strong> - El Banco, la<br />

compañía constructora trajo del interior gran cantidad de operarios, cachacos,<br />

por supuesto, y de <strong>Tamalameque</strong> empleó obreros rasos. Se asombraban los<br />

41


interioranos de la manera tan peculiar de llamarse los <strong>Tamalameque</strong>ros, pues ahí<br />

se escuchaban llamados a: Bigote-gato, veinticuatro, Bellos ojos, Panzuto,<br />

Culepato, Garagara, Mochólo, Tuntún, Toyo, Manteca de Burra, Tolondrón, Pacho<br />

bobo, Pichirilo, Locato, etc.<br />

La cosa no terminó ahí, sino que comenzaron a rebautizar a los cachacos con<br />

apodos como: El eléctrico, Me voy cagando, Mentira fresca, El amarillo, El sapo, El<br />

avión, etc.<br />

Un día, comentando sobre este particular, bajo un campano, en el Chorro de Lina,<br />

en un descanso del almuerzo, un cachaco dijo dirigiéndose amenazadoramente a<br />

los <strong>Tamalameque</strong>ros:<br />

—"A vustedes les encanta apodar la gente, pero el que se meta conmigo, el que<br />

me ponga un apodo a mí, lo mato".<br />

Tenía fama de pendenciero y hombre peligroso, por lo que nadie le mamaba gallo.<br />

Pero Fermín Dionisia, pensativo, aún terminó la expresión el interiorano,<br />

sentenció:<br />

—“Serás el único".<br />

De ahí en adelante, al pobre cachaco, todo el Pueblo le llamó así: "El Único". El<br />

se moría de la risa, pues le hizo gracia la forma tan elegante como lo bautizó<br />

Fermín.<br />

42


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

REFRANES, DICHOS Y<br />

EXPRESIONES COMUNES<br />

El <strong>Tamalameque</strong>ro es dado a la utilización de dichos, máximas y expresiones, que<br />

le ha oído a sus mayores, para referirse a hechos de su vida o sortear situaciones.<br />

En algunos de estos dichos al momento de ser pronunciados se da crédito a su<br />

autor, veamos algunos, los más usuales:<br />

—Vea cuerda —dijo Mano Nacho.<br />

— ¡Burra! —dijo Villadiego.<br />

— ¡Escupo! —dijo Juan Caballero.<br />

— ¡Meo! —dijo Juan Caballero.<br />

— ¡La Guayaba! —dijo Juan Caballero.<br />

— ¡Me Jushe! —dijo Wasto.<br />

— ¡La copa! —dijo Ana Ávila.<br />

— ¡Barrio! —dijo Picapica.<br />

— ¡No hay margen! —dijo Jausen.<br />

— ¡Conmigo la guayaba es pelándola maestro! —dijo Lámina.<br />

¡Que sistemita! —dijo Carlos Jaime.<br />

— ¡Y el discuento! —dijo Lucho Carlos.<br />

— ¡En fin, la plata es de Mejía! — dijo La niña Tibu.<br />

Hay otros muchos, de mucha antigüedad que no recuerdo en el momento; pero en<br />

la actualidad tenemos a Domingo Gómez que es un hacedor de este tipo de<br />

dichos y que el <strong>Tamalameque</strong>ro está utilizando y dándole a él su crédito, veamos:<br />

"Uno tiene que servir para que lo conozcan, tiene que dar para que lo quieran".<br />

«Al carajo lo respeta hasta el tigre".<br />

"Anda triste como al que en el sancocho no le tocó presa".<br />

"El que no va al velorio del papá, no le toca herencia''.<br />

"La mujer que se casa con viejo, no conoce la razón, a comé paloma vieja,<br />

habiendo tanto pichón".<br />

"Cada uno jode con su pinga".<br />

"Son ni los puercos, van en carro y van chillando".<br />

43


“A mi no me asustan zorras, porque ni gallina tengo".<br />

"Están creyendo que porque el indio es pobre, la maleta es de hoja".<br />

"Lo que fuere sonará, sea pandero o sea coca".<br />

"Uno va con el amigo hasta el cementerio, pero no se entierra con él.<br />

"Entre más camina uno, más ve, más come y más sinvergüenza se pone".<br />

"El santo que no es visto, no es adorno".<br />

"La vida no es tronco de jobo que retoña"<br />

"La vida no es bella, el bellaco es uno".<br />

"Unos cantan lo que saben y otros lo que han aprendido".<br />

"No van lejos los de adelante, si los de atrás no se paran".<br />

"El miedo no tiene grande, sino el grande que lo quiera hacer uno".<br />

"Los hombres flojos a veces se resuelven".<br />

"La gallina es mansa, y pica".<br />

"Al que está quieto, hay que dejarlo quieto".<br />

"El que se casa con viuda siempre le queda un defecto, aún que caminando anda<br />

vivo, siempre huele a muerto".<br />

'Conmigo caga o da la mica".<br />

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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

UNA ZANJA PARA EL ALCALDE<br />

Desde Santa Marta nos mandaban facturados los alcaldes, quienes por lo regular<br />

no conocían al pueblo ni sus necesidades, la mayoría eran banqueños. Algunos<br />

fueron buenos administradores, pero otros venían con una ignorancia supina<br />

rayana en la estupidez.<br />

Por esos días había uno, cuyo nombre no menciono por razones obvias. El pobre<br />

tenía seis meses de estar calentando silla y cobrando nómina, sin hacer nada,<br />

absolutamente nada que beneficiase al pueblo. El Honorable Concejo Municipal<br />

estaba en sesiones ordinarias y en la de esa noche se debatía una serie de<br />

proyectos de importancia para la comunidad. La discusión era agitada, las barras<br />

aplaudían y rechiflaban de acuerdo a las palabras de los ponentes. Todos los<br />

concejales participaban aguadamente, la discusión era acalorada. Tomas Gómez<br />

era el único concejal que no participaba. Este estaba silencioso y pensativo —<br />

pensaba en la inoperancia del alcalde, elucubraba la manera de tocar el punto, sin<br />

que la mayoría de concejales, que eran de la corriente del alcalde, se opusieran—,<br />

Tomando la palabra —dijo de pronto Tomas— por favor Señor presidente,<br />

concédame el uso de la palabra".<br />

El Presidente de la corporación se la concedió. Él, Poniéndose de pie, luego de<br />

aclararse la garganta, muy clara y pausadamente comenzó diciendo:<br />

—"Propongo a los honorables Concejales aquí reunidos en este recinto, a que en<br />

beneficio de los electores y del pueblo en general, aprueben la apertura de una<br />

zanja de un metro de profundidad y medio metro de ancho, que cruce la calle en<br />

diagonal, desde la esquina de Don Eloy Mejía hasta la esquina de las monjas".<br />

Pronunciadas estas palabras tomó asiento y volvió a quedar sumido en su<br />

mutismo del comienzo.<br />

Los concejales y la barra quedaron en suspenso ante la extraña proposición<br />

lanzada. Leovigildo Muñoz, concejal de la contraparte, viendo la oportunidad de<br />

ridiculizar a Tomas, se levanta y pidiendo la palabra a la presidencia dice: —<br />

"Parece, honorables concejales, que el respetable edil Don Tomas Gómez, esta<br />

noche vino de guasa y pretende tomarnos el pelo, con tan absurda propuesta. Por<br />

lo cual y debiéndole respeto a ésta honorable corporación, exijo al honorable<br />

concejal Gómez, aclare o retire su proposición, ya que la dejó inconclusa".<br />

Tomas Gómez, como despertando de un sueño, se palmea la frente y<br />

levantándose de la silla dice:<br />

—"Perdón, honorable concejal Muñoz, tiene usted toda la razón. Se me olvidaba<br />

concluir. Esa zanja, la debe autorizar el honorable concejo municipal, para que sea<br />

abierta mañana por la policía, para que se interrumpa el tráfico y a ver si el<br />

inoperante copartidario suyo, que tenemos, en mala hora, como alcalde, se inmuta<br />

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y es capaz de mandarla a tapar- No es otra mi intención". —Cuentan que la barra<br />

irrumpió en atronadores aplausos—.<br />

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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

EL NUEVO SÍNDICO<br />

Tomas Gómez y Marciana Pozo habían liderado un movimiento cívico, contra la<br />

mala administración del Hospital, lo cual provocó el despido de Pedro Claver del<br />

Río, un cartagenero rubicundo, que se desempeñaba como síndico. En su<br />

reemplazo a petición del pueblo y con la bendición del doctor Emilio Abuabara, fue<br />

nombrado Maximino Caballero.<br />

El nuevo síndico al tomar posesión del cargo, recibió el inventario de los muebles,<br />

enseres y equipos del hospital, y entre fórceps, pinzas hemostáticas,<br />

fonendoscopios y bisturís recibió un aparato de esterilización que en el inventario<br />

aparecía con el nombre de Autoclave. Reunió Maximino a los empleados del<br />

hospital, para -según él- poner los puntos sobre las íes y terminar el desgreño<br />

administrativo, su discurso fue encendido y elocuente, el cual terminó así:<br />

"ES que en el hospital todo tiene que cambiar, todos han de someterse a las<br />

nuevas normas que desde hoy regirán. La disciplina se aplicará desde los<br />

Pacientes hasta el empleado de menor rango. Y ése aparatico que ustedes llaman<br />

Autoclave, en honor a Pedro Claver el síndico saliente, desde hoy en adelante<br />

pasará a llamarse Aut0caballero. He dicho señores".<br />

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RICARDO CHAJÍN, GARCÍA MÁRQUEZ Y<br />

HUGO CÁLIZ.<br />

Que bien suenan las guitarras, desgajando un hermoso Vallenato, que en la voz<br />

de Agustín Pantoja, penetra sin tropiezos, por los corredores del corazón, para<br />

instalarse en los aposentos del alma, a donde tan solo llegan las cosas buenas. La<br />

verdad, nunca había oído a Efraín Pantoja y Otoniel Miranda, Puntear con tanta<br />

maestría la guitarra y el requinto. Tampoco nunca había sentido tan delicado,<br />

suave y sabroso, con tanto bouquet, el ambarino Ron Caña. "Ah! —saboreaba e]<br />

negro Armesto— a éste trago lo único que le falta es mejorarle la etiqueta. Es un<br />

wiskie".<br />

Al fondo, por la puerta el patio, podía divisar a La Chacha, que con una tapa de<br />

perol, abaniquea por entre las piedras el fogón de leña, donde hierve un sancocho<br />

de gallina, el cual deja escapar su exquisito aroma, que penetra por entre mis<br />

desplegadas aletas nasales, poniéndome a trabajar a prisa las papilas gustativas,<br />

haciéndome relamer anticipadamente los labios.<br />

Seguía la melodía. No, no era la misma, ahora era una ranchera mexicana que<br />

hablaba de machos y hembras enamorados con verraquera. Que voz la de<br />

Agustín, qué guitarras, qué requinto, que sabroso está el ron, qué delicioso huele<br />

el sancocho. Sigue la melodía. Escucho un ruido lejano que interrumpe las<br />

guitarras. El ruido se acerca, no lo puedo identificar, se confunde con la música de<br />

las guitarras, ahora es un bolero de Lucho Gatica el que canta Agustín. Oigo el<br />

ruido más cerca por encima de las guitarras. "¡Coño, el teléfono!". Despierto, abro<br />

los ojos, miro el reloj, son las dos de la madrugada. "¡Miércole!, estaba soñando".<br />

Tomo conciencia de las cosas. "Carajo no estoy en Meque, estoy en Bogotá".<br />

Suena nuevamente el teléfono. Me despabilo, lo agarro lleno de aprehensión.<br />

"Algún muerto en el pueblo". "Aló, aló!". Del otro lado de la línea oigo la voz alegre<br />

de Hugo Cáliz que a grandes voces me dice: "viejo Rica, García Márquez en El<br />

Amor En Los Tiempos Del Cólera, en la página 468 menciona a <strong>Tamalameque</strong>".<br />

No entiendo, no oigo bien y digo: "¿Qué, qué?", y Hugo, feliz me suelta de nuevo<br />

la noticia. Entonces si entiendo y lleno de piedra le respondo: "No joda Hugo, son<br />

las dos de la mañana, ¡no seas marica!". Y cuelgo bruscamente el teléfono. Perdí<br />

la parranda y no probé el sancocho.<br />

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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

LA EDAD DE ADÁN<br />

Me contaba Adán Vega, sobre los bailes de carnaval, en donde las mujeres con<br />

antifaz y capuchón escondían su identidad y hacían de las suyas, en esas noches<br />

en que el parejo encendido Por el licor y espoleado por la curiosidad de conocer la<br />

identidad de su pareja, la enamoraba durante toda la noche. Ella distorsionando su<br />

propia voz, le daba una serie de pistas falsas para confundir aún más al pobre<br />

parejo, en una burla que duraba los tres días de las festividades carnestoléndicas.<br />

Me hablaba con tanta seguridad, cayendo en detalles minuciosos que me llamaron<br />

la atención y a la seguridad de preguntarle por su edad:<br />

—Cuántos años tienes Adancho?<br />

—Yo tengo —sonrió pícaramente— treinta y siete años.<br />

—No puede ser —le dije— tu no puedes tener mi edad, tu eres mayor.<br />

—Que va mano —sostuvo— esa es mi edad, treinta y siete añitos, ni uno mas, ni<br />

uno menos.<br />

—Carajo Adancho —dudé— tú eres de la edad de mi hermano Humberto; déjate<br />

de vainas.<br />

—No compa —se defendió— treinta y siete, compa ya le dije.<br />

—Allá viene Humberto —señalé—, vamos a preguntarle.<br />

—Mire viejo Pino —me dijo— deje eso así, ese es un problema de familia, hombe<br />

no complique las cosas.<br />

— ¿Cómo que de familia? —le interrogué— ¿Qué tiene que ver la edad con la<br />

familia?<br />

—En mi caso si —me contestó— fíjate, mi hermana Imera es mayor que yo, pero<br />

ella esta plantada en cuarenta, y yo soy menor, de modo de que no me la puedo<br />

pasar, yo entonces tengo treinta y siete. ¿Contento?<br />

—Pues sí Adancho —asentí— tienes razón.<br />

Y seguimos hablando del carnaval, pero a mi quedó sonando la verdadera edad<br />

de Adán.<br />

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LAS GALAPAGAS DE LA<br />

VIOLENCIA<br />

En esos días en que se estremeció de horror el país, en que el odio y la barbarie<br />

se enseñoreaban en campos y ciudades; aquí en <strong>Tamalameque</strong>, ocurrieron<br />

hechos, no de las dimensiones de la tragedia nacional, pero si hechos que<br />

rompieron la quietud y la paz familiar del pueblo. Sucesos que rompieron la<br />

convivencia pacífica de Godos y Cachiporros locales. Veamos:<br />

La radio informaba de las matanzas y monstruosos crímenes que se cometían por<br />

los dos bandos en pugna a todo lo largo y ancho del país. Aquí se hacían corrillos,<br />

donde cada bando interpretaba a su manera los sucesos; sin interferir tal cosa, en<br />

las relaciones entre personas. Todo andaba bien. Hasta que llego el prepotente<br />

Berbicí, —ante cuyo nombre todavía se estremecen los liberales viejos— éste era<br />

un policía de la época y por tanto representante del partido de gobierno: El<br />

conservador. Desde su llegada comenzó a hostigar a los pacíficos liberales,<br />

insultándolos y amedrentándoles a todo momento, sin que los cachiporros<br />

asumieran una actitud agresiva —entendían que los conservadores no tenían<br />

culpa de ello— Pero algún día la copa se rebosaría y ese día, en efecto, se<br />

derramó:<br />

Venía el cachaco Saúl Navarro por la calle "El Palotal", con su<br />

acostumbrado tabaco "Culotapao", encendido en la boca, y en sentido contrario<br />

iba Berbicí. Al momento de cruzarse muy liberalmente Saúl expelió una enorme<br />

bocanada de humo que cubrió su rostro y el del temido policía. Berbicí retira el<br />

rostro y prende por el cuello al irreverente liberal y con la palma de la mano le<br />

restriega el tabaco apagándoselo en la cara.<br />

Tal suceso conmovió la población, comentándose y censurándose por liberales y<br />

conservadores. Alguien —liberal naturalmente— llevó la noticia a Pailas y los<br />

liberales de allí comenzaron a organizarse para venir a cobrar la afrenta. Se corrió<br />

la noticia y los prohombres liberales se reunieron y discutieron el caso, llegando al<br />

acuerdo de avisarle a los conservadores y esconderlos y protegerlos hasta tanto el<br />

peligro pasara.<br />

Optaron por esconderlos en los playones de Solera al otro lado del río<br />

Magdalena. En efecto, Salvador Vanegas siendo muchacho aún, muy<br />

diligentemente les trasladó en una canoa, hacia la otra orilla donde permanecieron<br />

escondidos por una semana.<br />

Los liberales de Pailas vinieron varias veces, recorrieron el pueblo dando vivas al<br />

partido liberal y abajos a los conservadores, preguntando amenazadoramente por<br />

ellos, pero los lidere liberales, de aquí, les explicaron que no había problemas<br />

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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

que en <strong>Tamalameque</strong> liberales conservadores eran una sola familia y que<br />

habían huido desde hacía varios días. Los Pailiteros se fueron y no volvieron más.<br />

Mandaron un mensajero a los playones de Solera con la razón de que el peligro<br />

había pasado y que regresaran. A la llegada de ellos al pueblo, fueron recibidos<br />

con grandes muestras de cariño y aprecio. Todos le preguntaban por su salud y<br />

les explicaban los pormenores de la estadía de los pailiteros, ellos a su vez<br />

explicaban sus desdichas en los playones y el castigo de los mosquitos.<br />

Iban en montón compacto por la calle central, camino a sus casas, al pasar por<br />

frente al granero de Wastín Chajín, un turco liberal que se volvió <strong>Tamalameque</strong>ro<br />

de viejo, con un gran sentido del humor, muy afectuoso les saludó diciendo:<br />

—"Hooombeeee, hooombeee! Como les fueee?<br />

Los conservadores en coro respondieron cortésmente que bien, que gracias por<br />

todo. Y Wasto haciendo alarde de su sentido del humor para despedirlos les dice:<br />

—"y no me trajeron una galapaguita —refiriéndose a las del playón— cooompas,<br />

uuuunaaa gaaaalaaapaaaguitaaa?".<br />

Los conservadores, maltrechos por las inclemencias del medio y con la<br />

sensibilidad a flor de piel, entienden la tomadura de pelo del turco, y la clara<br />

alusión al playón.<br />

Con rabia mal contenida Eudoro Pantoja responde: —Galapaguita?... ¡esperen los<br />

vueltos!".<br />

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CREENCIAS:<br />

Una de las cosas curiosas y de más arraigo popular fieles testigos de nuestras<br />

tradiciones son las creencias. Unas por observación empírica, se han aferrado<br />

tanto a nuestras vidas que difícilmente podemos desterrar, con las cuales<br />

hacemos panacea para remediar ciertos males; mientras que otras, por ese creer<br />

mágico del hombre del Río, le damos poderes y presagios que no sabemos por<br />

qué ley de la casualidad o casualidad, con asombrosa precisión se cumplen.<br />

Todo lo anterior hace que el <strong>Tamalameque</strong>ro y en general el ribereño las perpetúe<br />

en su idiosincrasia y como dogma de fe le dé todo crédito. Tomemos al azar las<br />

creencias más arraigadas en la mentalidad <strong>Tamalameque</strong>ra.<br />

EL MAL DE OJO:<br />

Cree el <strong>Tamalameque</strong>ro que hay personas con unos grandes poderes<br />

extrasensoriales que se transmite a través de la vista (Telequinesis), las personas<br />

con estos poderes, con solo mirar lo que le llame la atención, que le agrade o<br />

desagrade, basta para que el objeto de su atención sufra una desgracia.<br />

El niño —y esto ocurre frecuentemente— que es muy gracioso, al recibir la mirada<br />

de este tipo personas, recibe con ello "la descarga" de desgracia, que se traduce<br />

en una diarrea incontrolable y la presencia perniciosa de alta fiebre, esto puede<br />

ser acompañado de vómitos, lo que hace que el niño pierda la fibra muscular por<br />

deshidratación y desnutrición y en pocos días le ocasiona la muerte.<br />

Hay otra modalidad llamado "Ojo seco", el cual va consumiendo al niño<br />

físicamente sin presentar los síntomas gastrointestinales del anterior. Este tipo de<br />

"Ojo" es más pernicioso que el otro, volviéndose crónico.<br />

Sobre "El mal de ojo" vale la pena anotar, que cuando el niño sufre dicho mal, no<br />

puede ser llevado donde el médico, porque "El ojo no quiere nada con medicina"<br />

—dicen los abuelos—. Ese niño enfermo hay que llevarlo donde el Rezandero el<br />

cuál establecerá que clase de "Ojo" sufre.<br />

Es de advertir -como se advierte en mi pueblo- que antes de llevar al niño donde el<br />

rezandero, hay que averiguar si este cura con diezmos, ya que el rezandero que<br />

cura con esto, a pesar de ser más eficaz, tiene la desventaja que de cada diez<br />

niños que cura deja morir uno para mantener sus Poderes.<br />

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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

La madre des pues de haber probado en casa todas las tomas o bebedizos<br />

caseros, hace caso a las vecinas y resuelve llevar al niño donde el rezandero, el<br />

cual con solo mirarlo sabe el tipo de ojo que padece, algunos hasta pueden<br />

adivinar la persona que provocó el mal.<br />

El Rezandero conjura al niño con una oración que no divulga a nadie, advirtiéndole<br />

a la madre la necesidad de "Asegurar" al niño para evitar que lo vuelvan a "Ojear".<br />

El mal de Ojo no solo lo padecen los niños, sino cualquier cosa que reciba la<br />

atención de la persona con "electricidad en la vista". Puede ser un animal, una<br />

planta o un objeto. Por lo regular el animal ola plantase muere, mientras que el<br />

objeto "ojiado" puede perderse o romperse.<br />

La aseguranza para prevenir el mal de 'ojo" consiste en una bolsita de hule, rojo o<br />

negro que contiene dentro una piedra, semilla o imán que venden los indios en las<br />

esquinas, de pueblo en pueblo. Dicha aseguranza se la coloca al niño en la<br />

muñeca derecha como una pulsera o se la tercia al hombre como un carriel.<br />

LA TIERRA DEL CEMENTERIO:<br />

Existe la creencia, que con la tierra del cementerio se puede "salar" a las<br />

personas, casas o negocios. Temor grandísimo siente una persona cuando en el<br />

piso frente a su casa amanecen unas cruces hechas con tierra. Esto significa que<br />

la persona, casa o negocio ha sido "salado" -le va ir mal en los negocios o<br />

relaciones con su pareja-. Este hechizo se conjura lavando la casa con azul de<br />

metileno y hojas mirto.<br />

ENTERRAR EL OMBLIGO:<br />

Cuando una persona se amaña en un sitio, o se entrega amorosamente a una<br />

mujer, el vecindario rumora que "le enterraron el ombligo". Lo cual consiste en<br />

tomarle las medidas del ombligo, estando dormido, y esa medida -hilo, tela o<br />

cuerda con que fue medido- sea enterrado al píe de cualquier árbol. El efecto de<br />

tal sortilegio -dicen-es la entrega total y sin condiciones.<br />

LA BRIZNA EN EL OJO:<br />

Cuando un sucio o una brizna se le introduce en el ojo a un <strong>Tamalameque</strong>ro este<br />

opta por los siguientes procederes:<br />

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SANTA LUCÍA: Al sentirse el sucio en el ojo, la persona abre el ojo afectado y<br />

cerrando el otro, se masajea el párpado pronunciando con fe: "Santa Lucía, Santa<br />

Lucía, ponéme el ojito como lo tenía". ESCUPIR PARA LIMPIAR EL OJO: Si lo<br />

anterior no surte efecto, con dos dedos se abre el ojo afectado y mirando hacia el<br />

suelo se escupe.<br />

EL AZUFRE EN LA TINAJA:<br />

Creencia generalizada en <strong>Tamalameque</strong>, que el azufre previene el resfriado, por lo<br />

tanto en el fondo de la tinaja, "santuario de gusarapos" como diría García Márquez<br />

-hay siempre un terrón de azufre, para que las personas que estando sofocadas<br />

beban agua y no se resfríen.<br />

AGUA EN LA SAL DERRAMADA:<br />

Se cree que la sal trae consigo ruina y miseria, de tal suerte que cuando a una<br />

persona se le derrama la sal al suelo, ésta no puede recogerla ni barrerla, sino<br />

regarla con agua para que se disuelva, de lo contrario le irá mal en los negocios o<br />

vida sentimental.<br />

Es tal el agüero que a este condimento se le tiene, que un ama de casa<br />

<strong>Tamalameque</strong>ra se negaría a regalarle una porción de sal, dándole por el contrario<br />

el dinero para que lo compre.<br />

EL LLANTO DEL NIÑO AMAINA<br />

TEMPESTADES:<br />

Cuando hay tormentas, es costumbre hacer llorar a los niños sin bautizar, para que<br />

el llanto de éstos conduela a Dios y amaine el temporal.<br />

LOS RAMOS BENDITOS:<br />

Los Domingos de Ramos, en Semana Santa, el <strong>Tamalameque</strong>ro asiste a misa<br />

levando consigo, un ramo de olivo según la tradición cristiana, sino una hoja tierna<br />

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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

de palmera, la cual, el cura bendice y el <strong>Tamalameque</strong>ro guarda celosamente en<br />

casa; Cuando hay tormentas desatadas, se hacen cruces con estas palmas y se<br />

les prende fuego, como un sacrificio a Dios para que amaine la tempestad.<br />

EL DIENTE EN EL TECHO:<br />

Cuando un niño comienza mudar los dientes de leche por los de hueso, se les<br />

enseña la tradición de lanzar el diente removido al techo, exclamando: "Ratoncito,<br />

ratoncito, dame un dientecito bonito como los tuyos".<br />

LA FLOR DEL TOTUMO:<br />

Esta flor a más de las propiedades curativas que se le atribuyen, se cree, que<br />

cuando nace, no en las ramas del árbol, sino en el tronco o "pata". Hasta ese nivel<br />

-donde nació la flor-- va a llegar el agua de las inundaciones del río.<br />

HUÉSPED EN EL FOGÓN:<br />

El combustible tradicional con que se cuecen los alimentos, aquí en tamalameque,<br />

es la leña, unos troncos de madera apilados entre tres piedras que llamamos<br />

fogón, encima de los cuales se sitúa la olla con los alimentos a cocinar.<br />

Cuando combuste la leña, en el interior del fogón, entre el fuego, se origina un<br />

rumor sordo, como el de abejas en el panal; el <strong>Tamalameque</strong>ro lo interpreta como<br />

el anuncio de una visita agradable y dice: "hay huésped en el fogón, vamos a tener<br />

visitación".<br />

EL ABEJÓN:<br />

Este insecto coleóptero de color negro-tornasol, que agujerea los maderos de los<br />

techos; cuando revolotea insistentemente dentro de una casa o alrededor de una<br />

persona, anuncia también visita.<br />

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EL PERRO BOCARRIBA:<br />

Cuando el perro de la casa se duerme en posición de cubito dorsal, -Con las patas<br />

para arriba--anuncia visita.<br />

UNA MARIPOSA NEGRA:<br />

Cuando al interior de una casa entra una mariposa negra, el <strong>Tamalameque</strong>ro trata<br />

de sacarla, ya que ella anuncia la muerte de uno de los moradores de la vivienda;<br />

esta mariposa es identificada como luto.<br />

LA ESCOBA VOLTEADA:<br />

El <strong>Tamalameque</strong>ro por las noches, como un ritual, antes de acostarse voltea las<br />

escobas de barrer, con as Pajas o cerdas hacia arriba, para evitar con esto que las<br />

brujas visiten su casa. El mismo procedimiento usan para retirar visitas incómodas<br />

o malos vecinos.<br />

VOLTEAR EL MUÑECO:<br />

Cuando una visita es incómoda se tiene un mal vecino, es común oír al<br />

incomodado que "Le va a voltear el muñeco"; lo anterior consiste en poner<br />

invertido un cuadro con la imagen de San Alejo.<br />

LAS ORACIONES:<br />

Somos muy dados a rezar fervorosamente oraciones para protegernos. Las<br />

raciones, cada una de ellas, preserva al creyente contra asechanzas, enemigos<br />

brujas, culebras, bestias, etc. La oración de San Silvestre, se cree, cuida al que la<br />

reza contra las brujas voladoras, hechiceras y hombre malhechor.<br />

La de San Pedro Y San Pablo protege contra las culebras (Que muerden) y<br />

animales ponzoñosos.<br />

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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

La oración del Justo Juez es una aseguranza contra los enemigos, dándole a<br />

quien la sepa el don de no ser visto sin que tenga la necesidad de esconderse, se<br />

dice de ella: que una persona se puede esconder detrás de una escoba y no ser<br />

visto por el enemigo.<br />

La oración de La Magnifica, sirve para ahuyentar todo tipo de animal; sostiene la<br />

creencia que los pescadores que se saben ésta oración, cuando recuerdan de ella<br />

no pescan nada, así los otros pescadores que le acompañan capturen cientos de<br />

peces.<br />

LOS BRUJOS:<br />

Cada tanto tiempo, llegan al pueblo avivatos que se las dan de Brujos, con<br />

poderes, sortilegios, pócimas y bebedizos, que sirven para asegurar maridos,<br />

arreglar matrimonios, atraer suerte, alejar la ruina; los cuales exigen al pobre<br />

incauto que va a sus "consultorios" una prenda o dinero para "asegurársela";<br />

cuando ya en su haber tiene un buen número de sortijas, aretes, cadenas de oro,<br />

dinero y otro tipo de prendas, se van del pueblo sin dejar rastro, dejando burlados<br />

a mas de un incauto, que esconde su frustración negando que ha sido robado.<br />

Florentino Estrada que los conoce y se da la tarea de averiguar por los nombres<br />

de los "tumbados" los desenmascara ante el pueblo con sus canciones que narran<br />

estos sucesos.<br />

Hace años llegaban otros brujos con el cuento de que sacaban males supuestos y<br />

realizaban misteriosas “operaciones" de cirugía sin bisturí y sin dejar heridas,<br />

sacando del interior del paciente, sapos, murciélagos y otros animales que eran la<br />

causa supuesta del mal.<br />

Recuerdo éstos, ya que en mi infancia proliferaron por estos lares operando a<br />

muchos incautos, incluso mujeres y hombres de nuestra "Sociedad" local, los<br />

cuales permanecían en cama convaleciendo de la cirugía por varias semanas,<br />

recibiendo diariamente la visita de amigos y parientes donde se hablaba del<br />

cambio en la salud del paciente y de las bondades del tratamiento y el talento del<br />

cirujano (curioso lo llamaban).<br />

LAS BRUJAS:<br />

A diferencia de los anteriores, se cree que estas si tienen poderes sobrenaturales;<br />

se distinguen de dos clases:<br />

57


LAS BRUJAS VOLADORAS:<br />

Las cuales, por las noches se transforman en grandes pájaros que cruzan por los<br />

aires del poblado, posándose en los caballetes de las casas, lanzando carcajadas<br />

grotescas, son brujas juguetonas y mamagallistas, las cuales se divierten<br />

haciendo perder el camino a los borrachitos que deambulan de noche; sacan del<br />

dormitorio a las personas y las ponen a dormir en el patio, la cocina etc.<br />

De éstas brujas se sostiene que pueden cambiar de forma, convirtiéndose en<br />

animales» preferiblemente cerdas o marranas, que con sus hocicos empujan y<br />

hostigan a los caminantes por las noches haciéndoles huir despavoridos.<br />

Las brujas voladoras son fáciles de repeler, solo basta usar la ropa interior<br />

al revés.<br />

La tradición cuenta de brujas voladoras que han sido atrapadas por hombres<br />

valerosos, quienes valiéndose de "Hojas en Cruz" --una espada o puñal con<br />

cruceta en la empuñadura— las detienen y apresan, hasta que ellas, al acercarse<br />

el alba se ven obligadas a revelar su identidad, para poder ser liberadas.<br />

LAS BRUJAS HECHICERAS:<br />

Estas hacen pócimas, filtros, bebedizos y hechizos para hacer el mal. A diferencia<br />

de las voladoras, éstas dañan a la gente, causándoles enfermedades incurables,<br />

la ruina y la muerte.<br />

LOS CURIOSOS:<br />

Son individuos revestidos de poderes mágicos, que sirven para hacer el bien.<br />

Estos —cree la gente—, curan hechizos, maleficios, males supuestos, sortilegios,<br />

incluso con su saber, su magia y su arte, son capaces de curar la locura, la<br />

impotencia, el cáncer y otras e nfermedades mayores y menores que los médicos<br />

desahucian.<br />

DETENER LA DEFECACIÓN DEL PERRO:<br />

Cuando un animal, en especial el perro, va a defecar en la calle, frente a la casa o<br />

en un sitio inadecuado se entrelazan los dedos en medio con fuerza formando dos<br />

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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

eslabones que se halan fuertemente-así el niño <strong>Tamalameque</strong>ro, cree detener la<br />

impertinencia del can.<br />

MISTERIO DE LA MARIAPALITO:<br />

Mariapalito, es el nombre con que el <strong>Tamalameque</strong>ro nomina a la "Mantis<br />

Religiosa". En <strong>Tamalameque</strong> se tiene la creencia que estos insectos paren (de<br />

parir) culebras, por lo cual son temidos por chicos y grandes.<br />

LA SALIVA EN AYUNAS:<br />

A ésta se le da propiedades curativas, con ella la persona se masajea los golpes o<br />

se unta en los granos y estos -se supone- curan.<br />

VOLTEAR EL MUÑECO:<br />

Cuando una visita es incómoda se tiene un mal vecino, es común oír al<br />

incomodado que "Le va a voltear el muñeco"; lo anterior consiste en poner<br />

invertido un cuadro con la imagen de San Alejo.<br />

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JUEGOS Y RONDAS<br />

Nostalgia siento al momento de evocar los juegos y diversiones de nuestra<br />

infancia <strong>Tamalameque</strong>ra, y al igual que en el resto de temas sobre nuestro pueblo,<br />

fluye a borbollones desordenados un cúmulo de recuerdos y parece que ante mis<br />

ojos pasaran cual transparencias nítidas, la película mas divertida de mi vida.<br />

Ah tiempos aquellos, donde la inocencia y el candor asomaba a los ojos del niño,<br />

donde el <strong>Tamalameque</strong>ro como elemento lúdico apelaba a la tradición. Donde,<br />

tomando de su entorno ciertas vivencias, re-elaboraba como juego, hechos en su<br />

propia cotidianidad. Donde demostrando su condición de ser ecológico,<br />

magnificaba ciertos animales armando fábulas, donde dotaba a estos del don del<br />

habla y de una inteligencia muchas veces superior a la del hombre. Siempre<br />

defendiendo unos principios de vida, de moralidad, plasmando en ello una<br />

experiencia de saber, dejando sentado en ello una enseñanza.<br />

La violencia y frustración no había llegado a los humildes hogares, -por lo<br />

menos no la percibíamos, estos elementos de violencia no socavaban todavía,<br />

nuestros sueños de intrépida aventura, de intrépida fantasía. Nuestros héroes<br />

infantiles y juveniles eran tan sencillos como nuestra vida misma,<br />

descomplicados, como nosotros.<br />

Pero el tiempo no se detiene, la tecnología invade al mundo y la televisión llegó a<br />

nuestro universo de ensueño, abriéndonos los ojos a una realidad que no era la<br />

nuestra. Trocando un buen trompo de totumo por una ametralladora de rayos<br />

láser, trasmutando al Juan, al Pedro y al Manuelito, que comían bollo limpio con<br />

suero y café negro como nosotros, por un señor de gafas, con vestido entero,<br />

llamado Clark Kent, que al desnudarse quedaba con una segunda piel azul con un<br />

tatuaje rojo en el pecho conformado por un escudo con una gran "S" en el centro.<br />

El cual volaba, era de acero tenía superpoderes, se llamaba Superman y lo jodía<br />

una piedra verde llamada Kriptonita.<br />

Con Superman llegó una invasión de individuos -Gringos creo yo- que opacaron al<br />

criollaje y reacomodaron nuestra mente joven, con otros esquemas y otra visión<br />

del mundo. Abandonamos las narraciones tradicionales de la fugas de Modesto<br />

Vega -por ejemplo- cambiándolas por las aventuras de Batman, Ultraman,<br />

Llanero Solitario, Tarzán, etc. Llegó además el cretino del Tío Rico Mac Pato, a<br />

enseñarnos como explotar a los demás, así como él explotaba a su servil sobrino<br />

Pato Donald y a toda su parvada de niños patos, idénticos, difíciles de diferenciar,<br />

por sus nombres cursis de Hugo, Paco, Luís.<br />

Estos últimos con sus culos blancos y sus cuellos de marineros reemplazaron a<br />

los representantes de nuestra fantástica fauna, El Tío Conejo, El Tío Tigre, El Tío<br />

Burro, La Tía Zorra y otra cantidad de tíos y tías buenos unos y traviesos otros,<br />

60


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

pero al fin y al cabo nuestros, quienes fueron reemplazados violentamente, hasta<br />

la extinción, sin que el Ministerio del Medio Ambiente hiciera nada por impedirlo.<br />

Se acabaron los juegos, desaparecieron los juegos de gran tradición como "El<br />

Cacho", "La Libertad", "La Nonína" y otros y fueron reemplazados por los Ataris,<br />

por los autos a control remoto y por las muñecas que hablaban, lloran caminan,<br />

hacen necesidades fisiológicas, etc., privando al niño de la oportunidad de echar a<br />

andar su fantasía creadora, pues éstos juguetes inteligentes lo hacen todo.<br />

CACHO:<br />

Se inicia con un círculo, formado por los jugadores, uno de los cuales, golpeando<br />

suavemente con la palma de la mano el pecho de los demás, por cada palabra<br />

que recita, va diciendo: "Ti marin de, dos pingué, cúcara mácara, tití rigüe, estando<br />

la vaca en chorro coposo, que pinta el leñoso, que pinta el leñoso, que pinta el<br />

potroso, (no sé a que se refieren estas palabras mágicas). Lo cierto es que a quien<br />

le va correspondiendo la palabra potroso va quedando fuera de sorteo y así<br />

sucesivamente se van eliminando hasta quedar el último, a quien le corresponde<br />

"el cacho".<br />

Realizada esta elección se escoge un poste, un árbol, una ventana o cualquier<br />

otro punto de referencia, al que se llama "La raya" desde la cual se grita "cacho" a<br />

esta exclamación todos huyen siendo perseguidos por aquel que en la elección le<br />

correspondió el "Cacho".<br />

Quienes huyen tienen por garantía, que al tocar "La raya" ya no se pueden<br />

apresar. Cuando el perseguidor apresa a cualquiera, el aprehendido a su vez se<br />

convierte en perseguidor, relevando al primero, así sucesivamente hasta el<br />

cansancio.<br />

LIBERTAD:<br />

En este juego hay dos árboles o postes previamente escogidos, uno como "La<br />

raya" y otro como "La cárcel". A diferencia de "El cacho", este es un juego de dos<br />

equipos, unos huyen y otros persiguen.<br />

Para iniciar el juego, dos líderes se sortean el derecho a escoger de primero a su<br />

primer compañero, en una singular competencia de salto, malicia y agilidad. Los<br />

dos líderes se abren unos veinte pasos y con las piernas juntas y las manos a la<br />

cintura, se miran y comienzan a saltar el uno hacia el otro mientras gritan: "Pico",<br />

respondiendo el otro "Monto"; esto lo harán hasta llegar a una distancia desde la<br />

cual, de un tremendo salto, uno de ellos pise los pies al otro.<br />

61


Quien gane esta competencia inicial tendrá el derecho a escoger su primer<br />

compañero diciendo: "Cojo o fulano", a lo cual responde el otro "yo cojo a zutano".<br />

Así en ese orden van escogiendo a sus compañeros de equipos, hasta dividirse en<br />

dos bandos.<br />

Aquel bando, cuyo líder ganó la primera prueba, le corresponde pedir "Libertad",<br />

siendo perseguidos por los del otro bando. Aquel jugador ha sido apresado se<br />

sitúa en el árbol o poste escogido como cárcel o prisión, pudiendo, dentro del<br />

juego, ser liberado por cualquiera de sus amigos que logre tocarlo. La "Raya"<br />

cumple la función de salvaguarda para quienes huyen, pero cuando cualquiera de<br />

los miembros de su equipo grita: "Libertad para todos", aquel que este en ella<br />

debe huir.<br />

El juego concluye en su primera parte cuando todos los que huyen son apresados,<br />

después de lo cual se tornan los papeles, convirtiéndose los perseguidores en<br />

perseguidos.<br />

LA CORREA ESCONDIDA:<br />

Uno cualquiera de los jugadores, sin que se den cuenta los demás, mientras<br />

cuenta hasta veinte en voz alta, esconde una correa. Al grito de "Ya", los demás<br />

comienzan a buscarla, mientras que quien la escondió va diciendo para que todos<br />

los oigan: "frío, frío, frío", si los buscadores están lejos de la correa, o "caliente,<br />

caliente, caliente", si alguno de los buscadores está cerca.<br />

Esto hasta que alguno encuentra la correa y con ella en la mano persigue a los<br />

demás, hasta la Raya azotando a quien se deje alcanzar. Quien encuentre la<br />

correa la esconde y se repite el juego las veces que se quiera.<br />

LA NONÍNA:<br />

Mas conocido como: "Esconde la piedrecita", es un juego de niños que consiste en<br />

sentar en un andén (Pretinel a lo <strong>Tamalameque</strong>ro) a un grupo de niños con las manos<br />

a la espalda. Mientras un niño se para frente al grupo, otro lo recorre agachado por la<br />

parte de atrás, tocándoles las manos y diciendo: Esconde, esconde, esconde la<br />

nonína"; la nonína es una pequeña piedra que lleva en la mano, la cual "deja en<br />

manos de cualquiera de los que están sentados: terminado lo cual, el niño que está<br />

en frente recorre la fila de los sentados y tocándoles la c abeza va recitando: "Tu<br />

cagarruta, tu cágala, tu que la tienes, dámela acá". Tratando de adivinar cuál tiene<br />

la nonína.<br />

Este juego se repite cambiando a los dos de pie.<br />

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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

LA LLEVA:<br />

Uno cualquiera de los muchachos persigue a los demás hasta tanto toque a uno<br />

cualquiera, gritando "La lleva" al momento de tocarlo, automáticamente le<br />

transmite la penitencia quedando liberado, mientras que el que fue tocado tiene<br />

que perseguir a los demás; así sucesivamente.<br />

LA CAÑIJUELA:<br />

Los niños hacen una ronda con las manos cogidas, al compás de un coro dicen:<br />

"Tin-Tin, Tin-Tin, Tin-Tin la cañijuela a quien se descuide le meto una pela". Un<br />

niño con una correa o una rama delgada de un árbol, danza alrededor de la ronda,<br />

la cual dejará caer detrás de cualquier niño de la ronda y seguirá danzando como<br />

si nada. Si el niño al cual le quedó detrás la correa no se da cuenta, el danzarín al<br />

dar la vuelta completa a la ronda, tomará la correa y castigará al desprevenido;<br />

pero si por el contrario, ese niño se da cuenta persigue danzando al primero hasta<br />

su puesto, donde es remplazado por el primero, teniendo que proseguir la ronda<br />

danzando alrededor de ella y dejando la correa detrás de otro, siempre cantando:<br />

"Tintín, tintín, tintín Tin-Tin la cañijuela al que se descuide le doy una pela... Tin-<br />

Tin, Tin-Tin, Tin-Tin la cañijuela..."<br />

— ¿Pajuil-Pajuil?<br />

— ¡Señor, señor!<br />

— ¿Fuiste al campo?<br />

—Si fluí<br />

— ¿Qué viste?<br />

— ¡Un ave!<br />

— ¿Cómo qué ave?<br />

— ¡Como el azulejo!<br />

— ¿Azulejo, azulejo?<br />

—Señor, señor...<br />

PAJUIL - PAJUIL:<br />

Haciendo una ronda formada por todos los niños, de los cuales uno al oído da a<br />

63


los demás el nombre de un ave diferente, nombre que hay que memorizar. Luego<br />

ese niño pregunta: Pajuil-Pajuil? siendo respondido por el niño que le correspondió<br />

este nombre, y diciendo que vio al ave tal, al niño que le correspondió este nuevo<br />

nombre deberá responder que vio a otra ave y éste a su vez responderá que vio a<br />

otra y así sucesivamente.<br />

Al ave que se mencione y no responda se le sanciona con una penitencia que<br />

realizará en el centro de la ronda.<br />

—Tun - tún!<br />

— ¿Quién es?<br />

— ¡El Ángel!<br />

— ¿Qué busca?<br />

— ¡Una cinta!<br />

— ¿De qué color?<br />

— ¡Azul!<br />

— ¡Tun - tún!<br />

— ¿Quién es?<br />

— ¡El Diablo!<br />

— ¿Qué busca?<br />

—Una cinta...<br />

LA CINTA:<br />

Aquí el Ángel y el Diablo se trenzan en una competencia sin igual, donde el bien y<br />

el mal se enfrentan, repartiéndose uno a uno los niños de la competencia, de<br />

acuerdo al color que le correspondió a cada niño; luego agarrados de la cintura los<br />

dos bandos se enfrentan en una prueba de fuerza ganando quien no caiga a tierra.<br />

Emiliano que le dan<br />

la cebolla con el pan.<br />

Emiliano que le dan<br />

la cebolla con el pan.<br />

64<br />

EMILIANO:


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

—Periquito atrás<br />

— ¡Señora mamá!<br />

—Vaya a ver que hace Emiliano<br />

—Se está bañando.<br />

Emiliano qué le dan...<br />

Cantando así, la ronda avanza; el primero pregunta y el último averigua qué hace<br />

Emiliano, quien es representado por otro niño que está fuera de la ronda, haciendo<br />

mímicamente las actividades que se le ocurran. Cuando ya se lleva largo rato de<br />

ronda, la mamá manda averiguar si Emiliano está vivo o muerto. Cuando se halle<br />

muerto todos huyen en desbandada siendo perseguidos por él.<br />

—Compae Raspao<br />

—Que dice compae Raspao.<br />

— ¿Cuantos perritos tiene a su lao?<br />

—Veintiuno y uno quemao.<br />

-¿Quién se le requemó?<br />

—El hijo de... come pescao.<br />

REQUEMA:<br />

—Requémalo, requémalo pero bien requemao...<br />

Tomados de la mano, todos los niños, comienzan el anterior diálogo, desde los<br />

dos extremos, Preguntando uno y respondiendo otro, dando el nombre de la<br />

mamá del requemao. Por debajo del brazo del cual pasa toda la hilera de niños,<br />

dejándolo de espaldas y con los brazos cruzados.<br />

Este diálogo con el mismo recorrido, se hace por debajo de los brazos de todos<br />

los niños, hasta que todos queden en la misma posición del primero, con los<br />

brazos cruzados sobre el pecho, agarrados así mano con mano haciendo una<br />

hilera. Después de lo cual se halarán con fuerza los extremos y gana el extremo<br />

que al romperse la hilera quede con más niños agarrados.<br />

HACER CASITAS:<br />

Tradicional juego, en que los niños imitan al matrimonio y las relaciones cotidianas<br />

de un hogar común y corriente, donde hay siempre mamá, papá y naturalmente<br />

hijos.<br />

65


Aquí en el juego, se imita todo el quehacer del hogar, desde el alba hasta el<br />

amanecer. Las madres cocinan los alimentos simulados en hojas del jardín, vainas<br />

de leguminosas (bicho) son los plátanos, hojas de tamarindo por arroz, el vástago<br />

del plátano es la carne y la flor de la bailarina o bonche reemplaza las verduras. El<br />

papá imita la actividad cotidiana de su propio progenitor, mientras que los otros<br />

niños hacen mandados en la tienda de mentirillas o van al colegio.<br />

En nuestro medio, tal vez por el consumo de fósforo proveniente del pescado, o la<br />

sangre caliente del costeño, o quien sabe por que afrodisíaca circunstancia; muy<br />

pícaramente los niños que hacen las veces de papá y mamá, aprovechan los<br />

mandados o el colegio de los niños que en el juego hacen el papel de hijos, para<br />

ellos realizar sus primeras experiencias sexuales, a escondidas y a temprana<br />

edad.<br />

Esta circunstancia anterior, ha hecho que este juego haya sido proscrito por parte<br />

de los padres o en el mejor de los casos, sea estrechamente vigilado por los<br />

mayores.<br />

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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

Pundero, pundero<br />

tu mamá te parió en cuero<br />

sin camisa y sin fajero<br />

detrás de un gallinero. (Bis)<br />

Arepita, arepita<br />

arepita con manteca<br />

Pa' mamá que le da la teta.<br />

CANCIONES DE CUNA<br />

4repita, arepita Pepita con maíz tostao<br />

pa' papá que no ha almorzao.<br />

Se le cae, se le cae<br />

se le cae, la manito al nene<br />

se le cae, se le cae<br />

PUNDERO<br />

AREPITA<br />

SE LE CAE<br />

67


se le cae sino se lo tiene. (Bis)<br />

Cabecita loca, loca, loca, loca<br />

Cabecita loca, loca, loca, loca<br />

y si se le toca se vuelve más loca. (Bis)<br />

CABECITA LOCA<br />

SEÑORA SANTANA<br />

Señora Santana porque llora el niño<br />

por una manzana que se le ha perdido<br />

él no quiere una él no quiere dos<br />

él quiere la misma que se le perdió. (Bis).<br />

Callate niñito que tengo que hace<br />

lavá los pañales<br />

y ponente a cosé. (Bis)<br />

Duérmete niño duérmete ya<br />

antes que venga la zorra pelá.<br />

Duérmete niño duérmete tú<br />

antes que venga el Cucurucú.<br />

68<br />

CÁLLATE NIÑITO<br />

DUÉRMETE NIÑO


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

Sana, sana<br />

culito de rana<br />

tres peítos<br />

Por la mañana. (Bis)<br />

SANA SANA<br />

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LEYENDAS<br />

Como en todo pueblo pequeño y sobre todo aislado de otras culturas, mi pueblo,<br />

sus gentes, somos dados a dar contestación mágica y sobrenatural a los<br />

fenómenos que ocurren y se esquivan a nuestro entender. Esa contestación<br />

mágica o sobrenatural, es el comienzo de la <strong>leyenda</strong>.<br />

Curioso es anotar que cuando el investigador interroga sobre la existencia de una<br />

de ellas, hay cientos de personas dispuestas a responder y a dar testimonio del<br />

fenómeno, con el condimento -diría yo- que es de oídas, pues la persona que<br />

sufrió la experiencia, ya no vive en el pueblo o pasó a mejor vida.<br />

Otro obstáculo, es a mí entender, la deformación que sufre la <strong>leyenda</strong> al paso del<br />

tiempo, deformación motivada en el querer de ciertos elementos, a dar respuestas<br />

racionales al fenómeno, deformándolo con explicaciones acomodadas que<br />

contravienen la esencia popular del mismo.<br />

Como dije al comienzo, <strong>Tamalameque</strong> es un filón de tales <strong>leyenda</strong>s unas con un<br />

arraigo popular entrañable que vienen de siglos atrás, siendo transmitidas de<br />

generación en generación; otras más cercanas aún, en el tiempo, pero que de<br />

igual forma han ido tomando fuerza en la mentalidad del <strong>Tamalameque</strong>ro,<br />

enriqueciendo con ello nuestro patrimonio cultural y folclórico.<br />

Algunas de estas <strong>leyenda</strong>s, al menos las más sobresalientes, las trataré de<br />

bosquejar, respetando la tradición:<br />

LA LLORONA LOCA:<br />

¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde? y ¿a Quién? se le presentó por primer vez, es<br />

difícil precisar, esta <strong>leyenda</strong>, este ser legendario,"este aparato", (Como el<br />

<strong>Tamalameque</strong>ro nombra estos fenómenos), que, desde siempre ha estado con<br />

nosotros asustándonos unas veces, otras inspirando a nuestros juglares y<br />

narradores de cuentos. Leyenda o realidad siempre está con nosotros.<br />

Los abuelos de nuestros abuelos, contaron a éstos y ellos a su vez a nuestros<br />

padres, y éstos a nosotros, a nuestros hijos, siempre siguiendo la cadena de la<br />

tradición tejida, con los eslabones de la fantasía mágica de las noches de<br />

"luminarias", fabricando pacientemente la cadena de nuestra cultura<br />

popular, cincelando artísticamente ese legendario ser.***<br />

había luz eléctrica y que estas eran alumbradas (Las calles) por mecheros de<br />

70


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

Kerosén, llamados pomposamente "Luminarias". Los gritos aterraban la población<br />

y ningún parroquiano osaba salir a la calle.<br />

Sostenían y sostienen los ancianos de mi pueblo, que en las épocas en que se<br />

escuchaban esos gritos, sobrevenía muerte, miseria y ruina sobre la población.<br />

¿Quién era la Llorona y cómo era? No. Eso no tenía respuesta. Andando el<br />

tiempo, podríamos decir, ayer, comenzaron a florecer versiones explicatorias de<br />

acuerdo a la fantasía popular, que mitificaban aún más la <strong>leyenda</strong> tales como:<br />

"La historia de una doncella, niña bien, que empujada a la agitada corriente del<br />

amor, no supo nadar buscando la orilla, sino que por el contrarío, se sumergió en<br />

el piélago de la pasión, entregándose sin reserva ninguna a su amante. De esa<br />

entrega resultó como consecuencia un embarazo. Entonces, al comentar con su<br />

amante sobre el fruto que latía en sus entrañas, El montó en cólera, evadiendo<br />

toda responsabilidad y huyendo del poblado, dejando abandonada a la desflorada<br />

doncella.<br />

Ella, ante tal circunstancia, se llena de infinita tristeza, no hallando para su mal<br />

ninguna salida satisfactoria, comienza a consumirse envuelta en su melancolía.<br />

Un día cualquiera decide ir a bañarse a las aguas del "Caño Tagoto" y estando<br />

bajo la fresca sombra de una ceiba gigantea, empieza a fraguar su macabro plan:<br />

EL ABORTO. Vuelve al pueblo, consulta con una comadrona amiga de su casa,<br />

por las hierbas malditas que pueden truncar una vida en gestación esto lo hace sin<br />

levantar ningún tipo de sospecha; pues, nadie, absolutamente nadie, puede<br />

pensar que ella ha entregado su virginidad-. Sabida de tan terrible secreto, marcha<br />

al campo y reúne las hierbas, y por la noche cuando todos duermen en su hogar,<br />

se levanta sigilosa y prepara el fatídico brebaje, el cual consume desesperada.<br />

A la mañana siguiente, pide permiso para salir a pasear, concedido éste, parte<br />

para el campo en busca de la sombra cómplice de la ceiba gigantea que le dio la<br />

inspiración del aborto. Ahí tendida, espera ansiosa los espasmos de agonía que le<br />

provoca el brebaje consumido la noche anterior, Revolcándose, presa de<br />

agudos dolores, sintiéndose morir, siendo la mujer más desgraciada del mundo,<br />

sufre los dolores del pecado y la angustia de la maldad; ahí, sola bajo la ceiba,<br />

cubierta por la sombra cómplice de esa silenciosa testigo, desnuda bajo la mirada<br />

de Dios, siente el desgarrar de sus carnes y el ansia de vida que reclama ese<br />

ser en formación. Trata de arrepentirse, no hay remedio, el mal estaba hecho.<br />

Con dolores que subían en intensidad, se desprende de su interior, el hijo<br />

del pecado rodando por sus piernas, cayendo sobre el pasto todo ensangrentado,<br />

haciendo movimientos espasmódicos de vida.<br />

Ella, transida de dolor observa aterrada a ese pedazo de su vida que acaba de<br />

malparir; desquiciada por el dolor y tal vez por su crimen, lo toma en brazos, besa<br />

al amasijo de carne sanguinolenta que es el feto -su hijo- y en sus ojos<br />

trastornados por la locura ve a un sonrosado y sonriente niño, que le acaricia los<br />

labios, con su piel de rosa.<br />

Levantándose del suelo camina lento hacia la orilla del Caño "Tagoto", donde<br />

musitando frases de cariño, lo eleva al cielo y murmurando el nombre del pérfido<br />

71


que la abandonó, lo arroja a las tormentosas aguas que dibujan el paisaje de la<br />

orilla.<br />

Loca, totalmente desquiciada vaga por la orilla del "Tagoto" todo el día y parte de<br />

la noche, hasta que decide en su locura volver al poblado. Allí recorre sus calles<br />

lanzando alaridos sobrehumanos, acompañados de sollozos y lamentos donde<br />

pregunta por su hijo.<br />

Siempre llorando y lanzando sus alaridos infrahumanos, se dirige de nuevo al<br />

"Caño Tagoto”, lanzándose a sus aguas y hundiéndose por siempre en él.<br />

De esa noche en adelante, desde las orillas del "Tagoto", parte la <strong>leyenda</strong> hacia<br />

<strong>Tamalameque</strong> lanzando sus alaridos, que recorren todas sus calles,<br />

sobrecogiendo de espanto a todos sus moradores."<br />

Otra versión es "de la mujer infiel, aquella que aprovechaba la ausencia del marido<br />

y por las noches, cual fantasma salía cubierta con una sábana blanca, lanzando<br />

gritos lastimeros y tenebrosos; alaridos que atemorizaban al vecindario, el cual<br />

lleno de susto cerraba puertas y ventanas desde tempranas horas de la noche,<br />

dejando expedito el camino al amante, quien después de los gritos se deslizaba al<br />

amparo de las sombras hasta la casa de la infiel y postiza Llorona".<br />

No podría terminar esta crónica, sin antes mencionar al maestro JOSÉ BENITO<br />

BARROS, quien narró en sus cantos, la <strong>leyenda</strong> de la inmortal "Llorona", haciendo<br />

con ello posible que el mundo conociera nuestra <strong>leyenda</strong> y el sonoro nombre de<br />

nuestro pueblo: TAMALAMEQUE.<br />

LA LLORONA LOCA: (Paseo) Benito Barros<br />

En una calle de <strong>Tamalameque</strong><br />

dicen que sale una Llorona Loca.<br />

En una calle de <strong>Tamalameque</strong><br />

dicen que sale una Llorona Loca.<br />

Que baila por aquí<br />

Que baila por allá<br />

con un tabaco encendido en la boca<br />

A mi me salió una noche<br />

una noche de carnaval<br />

me meneaba la cintura<br />

como iguana en matorral<br />

72


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

Le dije pare un momento<br />

no mueva tanto el motor.<br />

Y al ver que era un espanto<br />

ay compadre que sofocón.<br />

Que te coge<br />

ay que te agarra<br />

ay que te coge<br />

la Llorona por detrás.<br />

(Versión Hermanos Pantoja)<br />

LA LUZ CORREDORA:<br />

Es otra de las muchas <strong>leyenda</strong>s <strong>Tamalameque</strong>ras. Según la tradición, "La Luz<br />

Corredora" es un espanto o "Aparato" que hace su aparición en despoblado.<br />

Siempre aparece de noche, en las dilatadas sabanas <strong>Tamalameque</strong>ras llenando<br />

de aprehensión a los campesinos y viajeros en general que osen cruzar de noche<br />

esa dilatada extensión de tierra erizada de "tacanes".<br />

Quienes la han visto, -y hay muchos- cuentan que es una luz que va paralela al<br />

suelo, a la altura de (Depende del susto y la persona) las rodillas y la cabeza de<br />

una persona adulta.<br />

La luz corredora anda a una velocidad endemoniada, acercándosele a la víctima y<br />

dando vueltas alrededor, obligando a la persona a huir despavorida,<br />

persiguiéndola por largos ratos.<br />

La única fórmula para burlar a este espanto o aparato", sostiene la tradición, es<br />

decir todo lo contrario de lo que Ella hace, así: si se dice "Allá va", Ella se acerca,<br />

pero si al contrario se dice: "Allá viene", Ella se aleja.<br />

Nuestros abuelos sostienen que es una mujer con una lámpara en la cabeza que<br />

persigue a las personas, esa mujer vaga eternamente por las sabanas<br />

<strong>Tamalameque</strong>ras, como pena por haber quemado el poblado de "García"<br />

(Poblado que existió entre "Coloradito" y "Palestina", a sus habitantes les decían<br />

73


"Garcieros" y los apodaban "Come mona").<br />

LAS ÁNIMAS DE LOS PALOS GRANDES:<br />

Dos de noviembre "Día de difuntos", por las noches de esta fecha apunta la<br />

tradición, que ningún <strong>Tamalameque</strong>ro se atrevía a acercarse por el cementerio<br />

"Laico" de "Carrasquillo", ubicado en un hermoso paraje de umbría frescura, que<br />

rodeaba un riachuelo llamado "Los Palos Grandes" su nombre proviene de la gran<br />

cantidad de árboles centenarios, de inmensa altura y frondoso follaje que crecían<br />

a la vera del riachuelo y que desafortunadamente nuestros abuelos talaron.<br />

Muchos que arriesgaron acercarse al sitio, por la noche de cualquier dos de<br />

noviembre, tuvieron que huir despavoridos, al observar, una procesión de cientos<br />

de personas, todas iguales, vestidas con túnicas blancas, levitando sobre el suelo,<br />

sosteniendo en la mano derecha un enorme cirio mortuorio y entonando cánticos<br />

luctuosos, en una lengua de ultratumba.<br />

Dicen nuestros abuelos que son "las ánimas del purgatorio que vienen a recorrer<br />

sus pasos y purgar sus culpas".<br />

EL CABALLO COJO:<br />

En "El Callejón Del Peligro", misterioso callejón, por las noches se oía el dispar:<br />

Toc –tac -toc, producido por un caballo cojo, que se paseaba de arriba abajo, por<br />

ese lúgubre callejón.<br />

Muchos llenos de valor, al ver que era un caballo, trataron de acercársele para<br />

observarlo mejor; pero en la medida que lo hacían se sentía mas penetrante el<br />

olor a azufre que despedía y pudieron ver, pasmados de estupor que sus equinos<br />

ojos eran fosforescentes y que por su boca, cual dragón, despedía fuego.<br />

Tal circunstancia llamó a la prudencia a los vecinos, que desde entonces<br />

comenzaron a esquivar, por las noches "El Callejón del Peligro".<br />

EL CUERO ARRASTRAO:<br />

En ese mismo callejón -Válgame Dios; tortuoso "Callejón del Peligro"-- narran los<br />

abuelos, que por las oscuras noches <strong>Tamalameque</strong>ras, se oía el arrastrar de algo<br />

sobre la fría arena de la calle.<br />

Ese arrastrar de algo, comparado al ruido de una piel de res, al ser arrastrada, fue<br />

74


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

tan escuchado y tan comentado en la población que se involucró de Heno en<br />

nuestra tradición como "EL CUERO ARRASTRAO" que aún en nuestros días hay<br />

quienes aseguran haberlo escuchado.<br />

LOS CUCURUCUS:<br />

Hay épocas, en que por las noches, se oye un canto característico de un pájaro<br />

grande, de plumaje pardo y presencia asustadiza, parecido al búho, y que los<br />

<strong>Tamalameque</strong>ros llamamos "Cucurucú" -(Onomatopeya de su canto)-.<br />

Este canto, es temido por los <strong>Tamalameque</strong>ros, ya que lo relacionan con fuerzas<br />

maléficas del más allá. Por las épocas en que se escucha el canto de "El<br />

Cucurucú", los vecinos evitan salir por las noches, ya que la presencia del<br />

"Cucurucú", es presagio de luto y desgracia.<br />

Tal temor por el canto del pájaro, hizo que desde años atrás, los cacos y<br />

ladronzuelos del poblado lo imitarán a la perfección, para intimidar al vecindario y<br />

hacer sus fechorías.<br />

En la actualidad, en noches de "Cucurucú", es común escucharlos cantar,<br />

simulando esta ave; cantan en una esquina y le responden en la otra cuadra.<br />

Cuando esto ocurre, el vecindario no duerme, pendiente a sus pertenencias (la<br />

gente comenta: Van a robar por aquí.); Ellos (Los Cucurucú), vuelven la noche<br />

siguiente, y la siguiente y trasnochan al vecindario, hasta que por falta de sueño,<br />

algún vecino se duerme y los ladrones hacen su faena.<br />

Es tan tradicional esta forma de robar en mi pueblo, que ya las noches de<br />

"Cucurucú" se han familiarizado tanto, que no es de extrañar que en cualquier<br />

corrillo se diga en voz baja: "Fulano de tal es curucucú", refiriéndose a cualquier<br />

ladronzuelo pueblerino, catalogado de robatapas y robaperoles.<br />

75


EDUCACIÓN<br />

Como dijimos al comienzo, <strong>Tamalameque</strong> era una población netamente agrícola y<br />

ganadera; la pesca era un oficio doméstico, pues solo se llegaba a ella con el<br />

objeto de proveerse del pescado necesario para la manutención de la familia y<br />

para atender la demanda local. De que <strong>Tamalameque</strong> fuese un pueblo agrícola y<br />

ganadero se desprende y explica su educación pastoril.<br />

Pastoril por cuanto se compaginaba la educación con el quehacer doméstico, de<br />

tal forma que tan solo se enseñaban las bases elementales de la educación, como<br />

las operaciones matemáticas, algo de lectura y escritura; dándole salida a los<br />

alumnos, para el corte de leña, venta de almojábanas y la atención y pastoreo del<br />

ganado de ordeño y cría, (Todo <strong>Tamalameque</strong>ro tenía por lo menos una vaca o un<br />

burro.).<br />

El alumno, un niño de 10 a 12 años, entraba por primera vez al colegio,<br />

comenzando la primaria y si no desertaba, repetía el curso quinto hasta tanto se<br />

pusiera los pantalones largos. Hecho ceremonioso que se cumplía con religiosa<br />

precisión a los veintiún años de edad. Época en que ya podía devengar salario<br />

para proveerse de su propio peculio, con lo que quedaba en libertad de consumir<br />

licor, cigarrillos y apto para conseguir compañera.<br />

Con las mujeres sucedía otro tanto similar, con variantes propias de la sociedad<br />

machista, pues las niñas entraban al colegio poco más crecidas que los varones y<br />

salían de esta cuando cumplían los 15 o 18 años, época en que se desposaban,<br />

con lo cual solo alcanzaban unos dos o tres años de estudios.<br />

En lo referente a métodos, era una educación ruda a base de férula y castigos<br />

infrahumanos, causa más que sobrada para la infinidad de traumas que sufrieron<br />

nuestros abuelos.<br />

El lema de esta educación era: "La Letra Con Sangre Entra". apoyándose en<br />

castigos crueles como hincarse sobre granos de maíz o tapas de cervezas, parado<br />

con los brazos en alto cargando ladrillos, etc. Esto explica la aterradora deserción<br />

escolar de entonces, causal del acentuado analfabetismo de la época.<br />

En este tipo de educación se le daba más valor a la entonación que a la<br />

comprensión de la lectura y mayor importancia a la caligrafía que a la idea que se<br />

trataba de plasmar en el escrito.<br />

Los educadores más sobresalientes de entonces, en que esta profesión se hacía<br />

cosa de familia, puesto que familias enteras se dedicaban a ese honroso trabajo,<br />

fueron Edmundo Rengifo, señora e hijos, El Maestro "Ñungo", "Golero En<br />

Tronco" (famoso Por las borracheras monumentales que cogía, a los Maestros se<br />

les pagaba con ron.).<br />

76


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

El ampliamente recordado por su dicción Don Simón Armesto Y Flórez, con su<br />

estirpe de apellidos y nobleza de abolengos.<br />

Cástulo Avendaño, de quien la numerosa prole también se dedicó y dedica a<br />

educar.<br />

Luego, cuando el gobierno oficializó la educación primaria y se fundaron los<br />

primeros colegios públicos que laboraron en las casas de los maestros, vinieron<br />

como educadores:<br />

Carmen Casado, Fidelina Rocha, Efraín Acosta, Ernestina Pantoja, Ruth María<br />

Nieto, Nina Amparo Restrepo, Teresa Avendaño, (conocida como Angeliltos<br />

negros), Manuel Robles y Sabas Ravelo.<br />

Tiempo después, se construyeron los tres primeros locales de educación primaria,<br />

“El De La Seño Ernestina”, el de "El Palito De Mango", el de "Las Mojas" y en<br />

última instancia el que queda frente al hospital; ya la educación estaba<br />

reglamentada y se seguían programas, los profesores más recordados de la<br />

época son: Charito y Julio Avendaño, en lo referente a educación de varones.<br />

Las monjas misioneras de la Congregación Madre Laura, se hicieron cargo de la<br />

educación de las niñas, siendo las fundadoras de la escuela "Madre Laura": Sor<br />

María Eufrosina, Sor María Savina, La Madre Modestina, Y Sor María Nazareth.<br />

Hasta aquí en lo que se refiere a educación pública, puesto que hubo otras<br />

escuelas dignas de mención, estas con carácter privado, que dieron las primeras<br />

letras a decenas de generaciones <strong>Tamalameque</strong>ras.<br />

COLEGIO SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS<br />

Propiedad del ilustrísimo (ya fallecido) profesor Desiderio Mallorca Crespo.<br />

Hombre este que quemó su juventud, su vida, forjando juventudes aquí en nuestro<br />

terruño. Algo admirable el apostolado de éste hombre, recto hasta la terquedad,<br />

honesto hasta la muerte.<br />

Al momento de escribir estas notas lo evoco, erguido sobre su delgada anatomía,<br />

la frente levantada, donde espejean unas gafas de monturas de carey, rodeado de<br />

exhortos alumnos, atentos a sus sabias explicaciones.<br />

Cuantas rabietas le hicimos coger con nuestras pillueladas y pilatunas, que "mala<br />

maldad", que hoy, en la cercana lejanía del recuerdo, hace evocar una nostálgica<br />

sonrisa ante el recuerdo.<br />

INSTITUTO TAMALAMEQUE.<br />

Propiedad del profesor Rafael Argote De La Hoz; "El Alma Mater" de<br />

77


<strong>Tamalameque</strong>, según la apreciación conceptual del dueño, como rezaba en un<br />

letrero que pendía de una de las rejas de madera que protegía la puerta de<br />

entrada.<br />

Colegio querido, donde muchos de nosotros aprendimos Las primeras letras,<br />

donde tímidamente aprendimos a amar, enviando a hurtadillas, papelitos<br />

razoneros a nuestras compañeras de estudios.<br />

Qué bello es el pasado, cuan hermoso es evocar esos momentos de timidez y<br />

locura vividos en esas aulas. Aún recuerdo, como el pueblo se alborozaba los<br />

domingos, en que con el vestido de gala, las caras sonrientes y los estómagos<br />

vacíos, en marcha, tras "La Banda de Guerra" del Instituto <strong>Tamalameque</strong>, dirigida<br />

por su singular batutero "Gollo Cuca", partíamos a escuchar la misa dominical<br />

obligatoria.<br />

Recuerdo muy bien como escuchábamos, de pie, en la nave central de la iglesia,<br />

al Padre González, en sus interminables y apocalípticos sermones, sintiendo<br />

correr por dentro de la camisa las gotas de sudor, que el calor sofocante de la<br />

iglesia (sin ventiladores en esa época) nos arrancaba. —Recuerdo sentir gruñir el<br />

estómago de hambre y el flaquear de piernas, la palidez del rostro y el desmayo<br />

repentino de varios compañeros en esas largas misas.<br />

Después de estos dos grandes colegios se fundaron otros que cumplieron gran<br />

labor educativa, entre estos últimos podemos mencionar:<br />

COLEGIO PIO XII<br />

Laboró de cuatro a cinco años, era propiedad de Domingo de la Cruz. Por último el<br />

colegio Pedro Castro Monsalvo, regentado por el profesor Luís Agudelo<br />

Armenta.<br />

La situación económica del municipio y la atención que el gobierno departamental<br />

le dio a la educación primaria en esos primeros años de creación del<br />

departamento del Cesar, hizo que estos colegios privados cerraran sus puertas<br />

por la poca rentabilidad del negocio, teniendo sus dueños que emigrar hacia otros<br />

lares, cerrando así una de las mejores etapas de la educación del hombre<br />

<strong>Tamalameque</strong>ro.<br />

Los esfuerzos anteriormente mencionados no fueron suficientes y nuestras<br />

juventudes veían trunco el progreso intelectual, pues, no podían proseguir<br />

estudios por la falta de medios para desplazarse y radicarse fuera de la localidad.<br />

Esto era motivo de muchas frustraciones y no menos desengaños y desilusiones,<br />

viéndose la juventud abocada al letargo intelectual, teniendo que entrar desde<br />

temprano a desempeñarse en los más inverosímiles quehaceres. Solo una<br />

pequeña minoría podía salir a estudiar a otros pueblos o a la capital; esta minoría<br />

formada por los hijos de los acaudalados caciques locales y uno que otro hijo de<br />

familias pobres; de estos, un grupo muy reducido lograba terminar, los ricos se<br />

78


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

retiraban de los estudios por sinvergüenzas y los pobres por física hambre.<br />

Los colegios en boga de esa época, a los cuales iban a parar los afortunados<br />

<strong>Tamalameque</strong>ros que tenían por ventura la oportunidad de salir a estudiar, eran:<br />

El Colegio Pinillos de Mompox, El Liceo Celedón De Santa Marta, y<br />

últimamente El Colegio Nacional Loperena De Valledupar.<br />

De los pocos bachilleres que lograron graduarse, algunos siguieron carreras<br />

profesionales, entre ellos podemos mencionar al doctor Manuel Mejia, primer<br />

abogado natural de <strong>Tamalameque</strong>, mucho tiempo después el doctor Alonso<br />

Beleño Robles, médico. Luego, andando el tiempo, al comienzo de la década de<br />

los sesenta, comenzaron a titularse una serie de profesionales muy destacados<br />

marcando una era de progreso intelectual.<br />

De esta gama de profesionales, sin demeritar a ninguno, pues todos merecen mi<br />

respeto y consideración, hubo dos, quienes por sus dotes intelectuales y por su<br />

extracción popular ganaron un reconocido respeto y admiración de los<br />

ciudadanos. Son ellos Bienvenido Gómez Pava Y Luís Eduardo Vides Gómez,<br />

de quienes todavía encontramos personas de su generación que siguen<br />

admirando y considerando a éstos ilustres <strong>Tamalameque</strong>ros como ejemplo de<br />

superación y paradigma de inteligencia. La verdad, son dos profesionales con<br />

calidades y cualidades muy distinguidas.<br />

A partir de ellos, ha salido una larga lista de profesionales ya graduados y otros a<br />

punto de graduarse que enaltecen la sociedad <strong>Tamalameque</strong>ra, pero sería largo y<br />

dispendioso mencionarlos a todos; solo tomamos los cuatro anteriores por sus<br />

rasgos singulares, ya que marcaron hechos de connotaciones histórico -sociales<br />

en mi pueblo.<br />

Como se ha podido observar, al joven <strong>Tamalameque</strong>ro, por la falta de medios para<br />

estudiar el bachillerato en su propia tierra, veía trunco el camino del progreso<br />

intelectual ya que si bien es cierto, algunos podían estudiar por fuera, la gran<br />

mayoría se tenía que conformar con quedarse en el pueblo a engrosar la fila de<br />

desocupados locales. Creándose con ello la necesidad de abrir un espacio donde<br />

se aprendiera un oficio, y comenzaron los padres de familia a entregar sus hijos a<br />

Elí Garrido para que les enseñara la mecánica.<br />

Después Eufrasia Mejía De Duncan abrió su escuela de mecanografía y<br />

Herminio Noriega. Enrique Duran Y Miguel Restrepo, cada uno por su lado,<br />

comenzaron a enseñar el oficio de telegrafista, con sus escuelas donde los<br />

jóvenes iban a aprender el sistema Morse de comunicación.<br />

Todas estas escuelas de oficios, por falta de demanda de mano de obra, fueron<br />

abandonadas.<br />

Por esas fechas comenzaron a llegar noticias de los cursos que dictaba el SENA<br />

en Santa Marta y de lo cómodo del sistema, ya que eran internados donde con<br />

una cuota mínima pagada por un hacendado patrocinador, se podía asegurar la<br />

pensión, comida y estudio. Entonces el grueso de jóvenes de la localidad, se fue a<br />

Santa Marta a aprender el oficio de obreros calificados como Reparadores de<br />

Maquinarias Agrícolas, tractorismo y ganadería entre otros.<br />

79


Todo lo anterior no colmaba las expectativas de nuestra juventud, haciendo<br />

necesario la urgente solución al enorme problema educacional que afectaba a<br />

<strong>Tamalameque</strong>. Y se comienza la posesión de parte de los líderes políticos, de las<br />

personalidades y del pueblo en general, pugnando mancomunadamente para<br />

hacer realidad la creación de La Escuela Agropecuaria.<br />

hábilmente fueron matriculando en las mismas casas a los futuros alumnos.<br />

En verdad, el día 22 de abril de 1.968 abre por primer vez sus puertas la<br />

ESCUELA AGROPECUARIA De <strong>Tamalameque</strong>. Ese día desde temprano la<br />

población vio desfilar a cincuenta jóvenes de ambos sexos con los taburetes en la<br />

cabeza y un cuaderno bajo el brazo camino a la escuela. Esos jóvenes cuya edad<br />

oscilaba entre los 18 y 25 años, vencieron la timidez y la pena, entrando a marcar<br />

un hito en la historia de la educación local, en esa escuela donde se podía hacer<br />

hasta el cuarto de bachillerato.<br />

Por la importancia del hecho mencionaré la lista de profesores y alumnos<br />

fundadores de esta institución:<br />

PROFESORES: Efraín Guerrero Miranda (Rector), Luís Osorio, Nohora Beltrán,<br />

Carlos De León, Rafael Noriega, Marlene Castaño, Luís Roberto Barrios, Enna<br />

Luz Fonseca Y El Profesor Castiblanco.<br />

ALUMNOS: Enrique Arenas, Joaquín Castro, Ciro Peñaloza, José Antonio<br />

Quintero, Salvador Vanegas, David Noriega, Orlando Pérez, Robinson Chajin,<br />

Edgar Coronel, José Aguilar Pava, José Antonio Montesino, Ornar Mizar, Jairo<br />

Montesinos, Clara Moreno, Graciela Gómez, María Del Socorro Torres, Teresa<br />

Castaño, Lirida Torrejano, Julia Restrepo, Zaida Rizzo, Glennis Lascarro, Yolanda<br />

Lascarro, Nivia Páez, Martín Castaño, Edgardo Duncan, Carlos Julio Robles,<br />

Horacio Pava, Rubén Restrepo, Marina Garrido, Lucina Pino, Jorge Corpas,<br />

Rodrigo De La Cruz, Dennys Armesto, Isabel Cristina Del Valle, Agustín Del Valle,<br />

Lucy Machuca, Floralba Vega, Nubia Martínez, Luís Santodomingo, Roberto<br />

Rosado, Hernando Ovalle, Isabel Robles, Orlando Amaya, Jairo Hidalgo, María<br />

Etelvina Ortiz, Melva Aviles, Meryluz Machuca, Dorfis Montesinos, Faride<br />

Villamizar Y Manuel Noriega.<br />

De la anterior lista, tan solo los 28 primeros lograron terminar y cuatro años<br />

después, el día 30 de noviembre de 1971 tomaron grado, siendo la primera<br />

promoción de Prácticos Agrícolas, título que se otorgaba al llegar al cuarto de<br />

bachillerato. La ceremonia de graduación fue muy solemne, se realizó en el<br />

Teatro Magdalena y asistió todo el pueblo <strong>Tamalameque</strong>ro. (Fue la primera vez<br />

que vi tanto <strong>Tamalameque</strong>ro con saco y corbata).<br />

Ya en 1981 se abrió el quinto de bachillerato, y el 28 de noviembre de 1982 se le<br />

dio graduación a la primera promoción de bachilleres agrícolas, siendo los<br />

alumnos: Dionisio Ávila, Óscar Ávila Amaño, William Herrera Alfaro, Carlos<br />

Peñaloza Romero, Donel Gómez Cadena, Humberto Molina Hoyos, Rodrigo<br />

Pérez Núñez, Nolvis Ospino Miranda Y Rodrigo Ramírez Vides.<br />

PROFESORES; Héctor Serrano Zafra, Doris Angarita, Eulalia Barrera, Alvaro Rico<br />

Hernández, Jaime Jaraba, Hernán Mieles, David Noriega, Mariano Medina,<br />

80


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

Rodolfo Reyes, Libardo Martínez Y Jesús Mosquera.<br />

Hoy, 22 años después, queremos decirle a todos los <strong>Tamalameque</strong>ros que es una<br />

obligación la vinculación de todos los estamentos a la promoción del desarrollo de<br />

esa institución tan cara a nuestros afectos.<br />

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FIGURAS TÍPICAS<br />

Como en todos los pueblos del mundo, en <strong>Tamalameque</strong> también hay seres<br />

humanos que por sus rasgos, ingenio, decires o estilo de vida, constituyen las<br />

figuras típicas del universo local, son los personajes que representan el querer<br />

popular, que ejemplarizan dentro de la comunidad, son el sentir o el saber del<br />

pueblo.<br />

En este universo local es común emular a ciertos personajes del pasado, o repetir<br />

con cierto gracejo anécdotas o pasajes de la vida de esas personas, que nunca<br />

conocimos físicamente, pero que sentimos, admiramos y recordamos como si<br />

hubiésemos convivido con Ellas; Debido a que la tradición oral nos legó un acervo<br />

de anécdotas que no nos cansamos de repetir ante propios y extraños, sirviendo<br />

estas de ejemplo a las generaciones venideras, como un conjunto de pautas preestablecidas<br />

por el saber popular, para delinear la conducta del hombre<br />

<strong>Tamalameque</strong>ro, o cuando mucho entrar a engrosar nuestro ya vasto patrimonio<br />

cultural y folclórico.<br />

De todas ellos tomaremos algunos que por sus rasgos sobresalientes se ajustan al<br />

espíritu de éste libro, para así mostrar una especie de revista del pensamiento<br />

<strong>Tamalameque</strong>ro en las diferentes épocas, y de esta manera saborear los cambios<br />

de una época a otra, detectándose así la movilidad social que se ha generado al<br />

seno de <strong>Tamalameque</strong>.<br />

DON ANDRÉS ROBLES<br />

Cuando un <strong>Tamalameque</strong>ro oye mencionar el nombre de Don Andrés Robles,<br />

aflora de inmediato una picara sonrisa en su faz, ya que de éste personaje se<br />

cuenta una serie de insólitas anécdotas, de las cuales resumiremos algunas.<br />

Don Andrés Robles fue alcalde Municipal de <strong>Tamalameque</strong>. Fue un liberal<br />

probado, que dentro de su empírico saber (era iletrado) hizo aplicación de justicia,<br />

a su leal saber y entender, unas veces como un tirano rígido y otras como el<br />

magnánimo y mas piadoso de los dirigentes. Veamos:<br />

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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

EL TELEGRAMA:<br />

Cuentan que siendo Alcalde don Andrés Robles, envió a Santa Marta —antes<br />

pertenecíamos al Magdalena— un telegrama, dirigido al jefe Liberal del momento,<br />

quejándose de la desidia y abandono del liberalismo <strong>Tamalameque</strong>ro, que no<br />

quería ponerse en movimiento político ante la próxima campaña electoral.<br />

El texto del mensaje fue el siguiente: "Liberales echaos como El Pundungo".<br />

De Santa Marta después de afanosas consultas sobre la significación del término<br />

tan raro (Pundungo) —Así llamamos la perezosa—, le respondieron con otro<br />

telegrama, —con el tono humorístico de la época— "Húrguelos para que se<br />

muevan".<br />

LOS ZAPATOS APRETADOS:<br />

Cuentan de un individuo que había perjudicado a una muchacha (Así llaman<br />

nuestros abuelos a la desfloración sexual), el cual siendo apresado, hubo de<br />

presentarse al despacho de la Alcaldía, donde Don Andrés Robles impartiendo<br />

Justicia al buen estilo del Rey Salomón, le exigió que se casara con la niña, de lo<br />

contrario le caería el peso riguroso de la Ley, a lo que respondió negativamente el<br />

Reo. Don Andrés quedó pensativo ante la respuesta firme y retadora del<br />

sindicado. Se rascó la cabeza y se quedó mirando los enormes pies cuadrados y<br />

de cuarteados callos del individuo; sumido por unos instantes en la meditación<br />

contemplativa de esos enormes pies descalzos, resolló con fuerza y levantando la<br />

cabeza miró directamente a los ojos del violador, preguntando: "Que número<br />

calza". El individuo respondió: "Cuarenta y dos".<br />

Con una seña le indicó al guardián que lo devolviera al calabozo, después indicó<br />

que le dieran buena comida y le facilitaran un toldo para que el mosquito no lo<br />

molestara: "Pues lo quiero en la mejores condiciones para se case mañana en la<br />

tarde".<br />

Al otro día se presentó don Andrés muy temprano en su oficina con un paquete<br />

envuelto en la mano, el cual colocó sobre el escritorio, fijando la vista en el<br />

envoltorio, dijo: "Secretario, mándeme a traer el tipo que perjudicó a la muchacha,<br />

por que ésta tarde se casa".<br />

Cuando se hizo presente el guardia con el Reo le dijo: "¿Ya cambió de parecer?<br />

¿se va a Casar? El reo desafiante levantó la barbilla y dijo con voz seca: "No".<br />

83


Don Andrés tomó el paquete en la mano lo acarició y dijo tome le regalo esto para<br />

la boda y se lo lanza al pecho; "Póngaselo".<br />

El reo desenvuelve el paquete y encuentra unos relucientes zapatos número<br />

cuarenta y dice: "No me vienen, yo soy cuarenta y dos".<br />

"No importa —responde Don Andrés— póngaselos o se los pone a la fuerza la<br />

policía". Y dirigiéndose al guardián le dice: "Aún se los calce sáquelo a pasear por<br />

el pueblo y que no se detenga hasta tanto diga que se va a casar".<br />

Cuentan que el Reo después de caminar las tres primeras calles decidió casarse.<br />

QUIENES ESTAMOS MANDANDO:<br />

Un 20 de julio, de uno de esos tantos julios, de los 450 calendarios que ha malvivido<br />

mi pueblo, un 20 de julio de esos patrióticos de banderas izadas con un sentimiento<br />

nacionalista, con un sentimiento de esa Patria que esquiva no nos ve, no nos mira ni<br />

tiene en cuenta, con obras. En fin ese 20 de julio, al pasar Don Ramón Noriega, gran<br />

jefe conservador, por frente la casa de Don Andrés, observa que el tricolor que ha<br />

izado el dueño de casa ¡está invertido! En la creencia de que hay una equivocación y que<br />

Don Andrés tal vez no se ha fijado en tamaño detalle, le llama diciéndole<br />

amablemente: “Don Andrés, perdone Usted, pero la bandera colombiana que<br />

Usted acaba de izar está invertida", —Mirándolo detenidamente Don Andrés<br />

responde— "¿Invertida como?". —Piensa que es una estrategia política del<br />

conservatismo, que en esos momentos está en oposición al gobierno de Olaya Herrera—<br />

"A ver, ¿invertida cómo?, ¿Dígame?".<br />

Don Ramón se toma su tiempo, para darse importancia, responde parsimonioso,<br />

como el que está dictando una cátedra: "El rojo está en la parte de arriba, y el amarillo<br />

en la parte de abajo".<br />

Don Andrés sintiéndose ridículo ante la presencia azul del conservador que le corrige<br />

responde: "Ah, y quiénes estamos mandando, a ver, ¿quiénes? Los liberales Ramón,<br />

los liberales".<br />

84


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

EL DISCURSO:<br />

Cuentan que una vez que el Gobernador Del Magdalena visitó nuestro pueblo;<br />

siendo Alcalde Don Andrés, se hizo preparar un discurso por uno de los leguleyos<br />

del poblado, para recibir a tan alto personaje; ya para cuando esto ocurría don<br />

Andrés estaba aprendiendo a leer, mediante la diligencia y el cariño que le<br />

profesaba su hija Chepa.<br />

La lectura la hacía con dificultad, deletreando una a una las letras hasta formar<br />

sílabas, y de estas formar palabras, hasta llegar a la frase.<br />

Llegado el momento de la Bienvenida, don Andrés, con su saco de lino blanco<br />

inmaculado, su leontina plateada que de la orejera del pantalón, de lino blanco<br />

también, partía en perfecta curva hacia la raída relojera, perdiéndose en sus<br />

profundidades íntimas, sus pies calzados para la ocasión con los zapatos de<br />

charol relucientes, que don Pacho Celano le había traído de Cúcuta, plantado en<br />

su figura patriarcal, erguida su frente, levantada su barbilla con mal contenido<br />

orgullo, dirige la vista a la concurrencia y sacando del bolsillo de su saco, una hoja<br />

de papel manuscrita con impecable letra en tinta verde, comienza a leer su<br />

discurso de bienvenida a su propio estilo de lectura: "Ese - e : se, eñe - o : ñor;<br />

señor - ge - o: go, be - e - ere: ber, ene - a: na, de - o - ere: dor; gobernador, e-ele;<br />

el, pe-u: pu-e: pue-be-ele-o: blo, pueblo; de-e: de. Te-te-te ...". —Llegado a este<br />

punto interrumpe su monótono y singular discurso, diciendo: Chepita —su hija—<br />

“Hasta aquí llegamos mija, aquí hay un palo atravesado que no me deja pasar".<br />

La palabra <strong>Tamalameque</strong> estaba escrita en abreviatura: T/meque.<br />

85


MODESTO VEGA:<br />

Este es un personaje único en nuestro universo parroquial, un personaje<br />

novelesco, que ya en vida le rodeó siempre una aureola de misterio y <strong>leyenda</strong>, con<br />

la cual grandes y chicos, deleitaban esas noches de narración de cuentos, con<br />

que se entretejía la rutina rural, en la trama de la cotidianidad.<br />

Este personaje de fuerte personalidad, desde mi infancia me ha impresionado al<br />

punto de inquietarme y creo que más adelante en otro trabajo, solo dedicado a él,<br />

narraré su vida y milagros; por lo pronto, lo bosquejaré a grandes rasgos.<br />

De Modesto Vega se dice lo divino y lo humano; para unos era un romántico,<br />

trashumante, una especie de Robin Hood criollo, que quitaba a los ricos para darle<br />

a los pobres.<br />

La creencia popular desde siempre le rodeó de un mito legendario, atribuyéndole<br />

poderes tales como: desaparecer físicamente en los momentos de peligro,<br />

convertirse en cualquier animal para huir de sus enemigos, esconderse detrás de<br />

una escoba, escapar de los calabozos sin violar rejas ni candados, etc.<br />

Lo cierto es, que fue un romántico soñador, que en cada caserío donde le llevó su<br />

trashumancia, dejó un amor, una mujer amada, un hijo y su estela de <strong>leyenda</strong>.<br />

86


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

Pedro: se llamaba, le decíamos<br />

sana y cariñosamente Wachiman,<br />

a ese viejecito que llevábamos<br />

de la mano, que pedía limosna y pan ...<br />

De tez negra y arrugada. Amábamos<br />

su ceguera, sus achaques y su mal,<br />

de su negra mano lo cruzábamos<br />

de una acera a otra, con lento caminar.<br />

Se murió; pobrecito limosnero<br />

cuánta falta nos haces, que pesar<br />

te llevamos a tu fúnebre agujero ...<br />

... y dejaste un vacío por llenar,<br />

Adiós te digo pobre pordiosero;<br />

WACHIMAN<br />

Tu no has muerto, no has muerto Wachiman.<br />

87


A pie descalzo, bastón en mano<br />

Pelo canoso, de mirada inquieta,<br />

resumen claro del dolor humano,<br />

camina lento, Lascarro El Poeta.<br />

Cara de mono comiendo banano<br />

de tez arrugada, un poco prieta,<br />

andar inseguro de dipsómano,<br />

Es "Lasca" el pordiosero musajeta.<br />

Rima buenos versos -por unos tragos-<br />

mordaces y agudos como una espada,<br />

pide limosna y versa por pago...<br />

Mientras, yo miro su cara arrugada<br />

EL VIEJO LASCA<br />

-pienso- si ese hombre hubiese estudiado.<br />

Hasta de pronto... no fuera nada.<br />

88


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

FAUSTO LA MONA<br />

Tan pobre como eras, Fausto La Mona,<br />

desarrapado, fuiste en la vida<br />

y al morirte tuviste más coronas<br />

—por rara razón cualitativa—<br />

Que muchos ricos -última broma<br />

de todas las bromas que fue tu vida-<br />

y moriste pobre ¡oh casta paloma!<br />

como mueren los héroes ¡de ti nadie olvida!<br />

Moriste Fausto. Imitador de animales,<br />

limosnero gracioso, harás historia<br />

tu vida pasará a los anales.<br />

Te guardaremos en la memoria<br />

con bellos recuerdos sentimentales<br />

Fausto La mona ... tú fuiste la gloria.<br />

89


EL TIGRE DE JUANONA<br />

Nicolás se llama el pobre cegato,<br />

carretero es su oficio, pues transporta,<br />

en su carreta de tres ruedas, la compra<br />

de los tenderos, por un precio barato.<br />

Politiquero liberal... lagarto<br />

sin corbata, pues no es burócrata,<br />

más nadie dice: Juanona, al cegato,<br />

por temor a una fuerte palabrota.<br />

Es un tomador de trago ocasional,<br />

pues no bebe -pendiente a su trabajo-<br />

y de vez en cuando se embriaga -es normal<br />

Para tomar ánimos con los tragos,<br />

y poder gritar: ¡Arribas y Abajos!<br />

en reunión del Cabildo Municipal.<br />

90


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

Quién del pueblo no sufrió los rigores<br />

de este educador de férula y rejo,<br />

que a los traviesos los hacía mejores<br />

y a los dispares hacía parejos?<br />

Quién no guarda recuerdos añejos,<br />

alegrías, penas y sinsabores<br />

de Aniana y Mayorca, maestros viejos<br />

con caras adustas de inquisidores?<br />

Quién en su escuela no sufrió el temor<br />

de verse hincado ante su presencia?<br />

MAYORCA<br />

y quién no tembló, al dar la elemental lección ...<br />

temiendo hacerle perder la paciencia,<br />

esperando siempre un fuerte coscorrón,<br />

por aquello de: ¡La letra con sangre, entra!.<br />

91


MARÍA MANTILLA:<br />

De baja estatura, esta mujer santandereana, se caracterizaba por su sombrero<br />

sabanero de amplias alas, que usaba para esconder su abundante cabellera, que<br />

ocultaba en una recogida moña.<br />

Vestía siempre ropa de hombre, pantalón y camisas holgadas, para disimular sus<br />

formas de mujer. Su trabajo: Vocear pasajeros, anunciando a voz en cuello, los<br />

buses que salían, de las empresas Santa Rosa y Cosita Linda, hacia<br />

Bucaramanga la primera y Valledupar la segunda.<br />

Otro de sus quehaceres consistía en recoger por las noches, en una lista, los<br />

pedidos de carne para la comida de los miembros de "La Sociedad", (cuatro ricos<br />

o acomodados del pueblo) y por la madrugada ir al mercado, hacer la compra y en<br />

la mañana bien temprano, repartir la carne casa por casa, evitando así que los<br />

caciques del poblado perdieran las más deliciosas horas de sueño en tan prosaica<br />

y vulgar tarea.<br />

Ella aprovechaba esta última actividad, para sacar a flote su inmenso amor por los<br />

animales, ya que por el simple hecho de madrugar era el primer y mejor cliente de<br />

los peseros, lo cual le daba cierto privilegio, por tanto le regalaban los desperdicios<br />

de la res o reses sacrificadas; con lo cual Ella por las mañanas, recorría el poblado<br />

y al momento de repartir la carne de los Ricos, le repartía alimento a los perros<br />

vagabundos del villorrio, dando a entender, tal vez, —pienso yo—, en ese lenguaje<br />

cabalístico, muy propio de Ella, que era igual y lo mismo alimentar a unos y otros.<br />

No se por qué. Pero Ella abandonó el pueblo, sin decir su destino y luego de<br />

muchos años volvió, totalmente distinta, con el pelo suelto, sin sombrero, vistiendo<br />

prendas de mujer, convertida en una auténtica señora; Después de lo cual se fue<br />

de nuevo y no volvió jamás.<br />

92


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

DON JULIO ARIAS:<br />

Curioso personaje, del cual se tejen tantas anécdotas, de las que tomaremos en<br />

general, la más sobresaliente: Su estilo al llegar al poblado -El vivía en Bogotá-.<br />

Debido a la ubicación geográfica, nuestro pueblo se encuentra perdido en una<br />

dilatada sabana, a orillas del Caño 'Tagoto" y a uno o dos kilómetros del río<br />

Magdalena, retirado de las troncales, lo cual hacía y hace aún difícil la penetración<br />

y roce con otras culturas.<br />

Las personas que rompían su mundo para salir de él y viajar y conocer ciudades,<br />

estudiar por fuera, se rodeaban de gran prestancia y eran admiradas como ídolos,<br />

a los cuales rodeaban para escuchar sus anécdotas de la ciudad.<br />

Don Julio era natural de <strong>Tamalameque</strong>, o por lo menos sus padres lo eran; El<br />

desde muy joven emigró a la capital de la República y de vez en cuando "honraba"<br />

a los moradores de esta población, con su presencia, lo cual era un<br />

acontecimiento digno de relatar en estos bosquejos de la vida <strong>Tamalameque</strong>ra.<br />

Anunciaba su llegada con muchos días de antelación, con el objeto de que los<br />

caciques locales hicieran los preparativos y le dieran el realce que su arribo merecía.<br />

Cuando llegaba la fecha de su arribo, con mucha antelación, los alumnos de las<br />

escuelas, debidamente uniformados con sus vestidos de ceremonia, en perfecta<br />

formación, bajo la mirada inquisidora de los maestros, esperaban a don Julio a la<br />

entrada del pueblo, claro está, acompañados de las autoridades civiles,<br />

eclesiásticas y personalidades del pueblo, quienes para la fecha desembaulaban<br />

sus mejores prendas, las cuales después de orear para espantar el olor de la<br />

naftalina, vestían.<br />

Erguido en su pequeña, gorda y fofa estatura, se pavoneaba, rozagante su<br />

rubicunda cara, lleno de una satisfacción e importancia y mirando con ojos de Rey<br />

a sus vasallos, les saludaban con un delicado e indolente gesto de mano, mientras<br />

montaba en el brioso potro alazán, que don Victorio Ávila (mi Abuelo) le había<br />

traído para la ocasión.<br />

Jinete en su potro, se iniciaba el recorrido, acompañado de toda la población, que<br />

sumisa marchaba tras él, entre dos filas indias, formadas por los alumnos, al son<br />

de las notas monocordes que lanzaba al aire la banda "14 de Septiembre",<br />

interrumpida a trechos por los vivas que lanzaba Pacho Valle, coreado por los<br />

prohombres de la localidad. relevo generacional significativo, —los valores habían<br />

cambiado. Llegó solo, sorprendiéndose de la indiferencia de la gente que no lo<br />

conocía. Visitó los amigos que aún le quedaban vivos y todo lleno de tristeza<br />

regresó a la Capital para nunca más volver, muriendo allá rodeado de sus<br />

recuerdos gloriosos.<br />

93


De rancia prosapia <strong>Tamalameque</strong>ra,<br />

es popular versista vernácula,<br />

y como tal duerme y ronca en estera<br />

o en una troja de palma o en hamaca.<br />

Vende plátanos, persigue quimeras,<br />

improvisa versos a las muchachas<br />

que ante su senil mirada le pasan<br />

vistiendo, bellas, vistosas polleras.<br />

Natalio Gómez su nombre de pila<br />

-más conocido por Natalito-<br />

de lucia calva, no gasta peinillas ...<br />

... y es el dueño de la finca "El Cañito"<br />

donde es un rey, al cinto la machetilla,<br />

Sancho Panza negro en su burrito!<br />

NATALIO GÓMEZ<br />

El tío Natalio, es por su despierta inteligencia y su empírico modo de filosofar<br />

frente a los hechos de la vida, uno de los más típicos personajes de mi<br />

<strong>Tamalameque</strong> natal, de él solo, podría llenar páginas enteras y hacer un libro de<br />

sus anécdotas, sus versos y su manera peculiar de analizar la vida. Por lo pronto<br />

narraré algunas de sus muy nutridas colecciones de versos y anécdotas.<br />

POR FIN PARIÓ PAULA:<br />

Es común oír, decir a los <strong>Tamalameque</strong>ros esta expresión, al término de una<br />

ardua labor o al finalizar cualquier faena que ha causado tanta molestia.<br />

94


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

La razón de esta expresión está contemplada en uno de los pasajes de la vida de<br />

Natalio; "Cuentan que en sus años mozos Natalio vivía maritalmente con dos<br />

mujeres hermanas entre sí, llegando a dejar encinta a una y meses después a la<br />

otra. La gente del poblado murmuraban sobre este hecho, citando que Cayetana,<br />

la mayor había dado luz a un niño, pero que Paula estaba embarazada del mismo<br />

hombre.<br />

Cuando se presentó el momento de dar a luz a Pabla; un muchacho corrió a darle<br />

aviso a Natalio, quién departía con unos amigos. Recibida la noticia, al ser<br />

inquirido por los amigos expresó:<br />

"Por fin parió Paula la gente se lo supone<br />

También parió Cayetana<br />

del mismo Natalio Gómez.<br />

DOMINGO NACIÓ DOMINGO:<br />

El hijo mayor Natalio Gómez se llama Domingo, este nombre obedece a la<br />

coincidencia de haber nacido un Domingo, por lo cual Natalio le buscó de padrino<br />

a Domingo Cadena, y un día domingo le llevaron a bautizar.<br />

Saliendo de la iglesia con sus compadres y el niño, en el atrio de la misma se<br />

detuvo y exclamó:<br />

"Domingo nació Domingo,<br />

Domingo lo bautizamos<br />

Domingo fue el Padrino<br />

y Domingo fue el ahijado".<br />

EL QUE NO SABE:<br />

Un día cualquiera Natalio llega a las oficinas de Adpostal en la localidad, la cual<br />

se halla en un edificio viejo de aire republicano, donde funcionan todas las demás<br />

95


oficinas públicas de <strong>Tamalameque</strong>; allí fue atendido por Agustín Pantoja, agente<br />

de Adpostal, mamagallista de profesión, cantante y guitarrista local, quien lo<br />

inquiere:<br />

—A la orden don Natalio, ¿qué se le ofrece?.<br />

Natalio, rascándose la garganta, con ese sonidito gutural muy característico en él,<br />

antes de iniciar cualquier frase le dice:<br />

—Vengo a reclamar un giro.<br />

: —De dónde viene el giro". —Pregunta acuciosos Agustín.<br />

—De Bogotá. —responde Natalio, Tamborileando los dedos contra el mostrador<br />

de madera.<br />

—A nombre de quién?" —Pregunta Agustín abriendo el libro,<br />

Natalio empieza a sospechar que Agustín le quiere tomar el pelo, y muy<br />

seriamente responde:<br />

—A nombre de Natalio Gómez.<br />

Encuentra Agustín el resquicio por donde dejar escurrir su mamadera de gallo,<br />

recordando la separación de Natalio con su esposa le dice:<br />

—Natalio Gómez Pava?<br />

Picado por el mal humor, Natalio, sin disimular su bilis dice:<br />

—Bien sabe Usted que yo no soy Pava, mi nombre completo es Natalio Gómez<br />

Ospino".<br />

—Señor Natalio, perdone —dice Agustín— pero es que el que no sabe es como el<br />

que no ve".<br />

Poniendo las dos manos sobre el mostrador e inclinando el pecho por encima del<br />

mismo, Natalio con respiración agitada de ira mal contenida dice:<br />

—Mira Agustín, yo no comulgo con ese dicho, por que el que no sabe aprende,<br />

pero el que no ve, no ve.<br />

LA HORMIGA LOCA:<br />

Cuentan que Natalio Gómez un día de mercado se acercó al expendio de Idema<br />

a hacer compras, entre ellas unos kilogramos de azúcar. Al ser atendido por el<br />

dependiente, observa que el azúcar está lleno de unas diminutas hormigas negras<br />

—Hormigas locas llamamos los <strong>Tamalameque</strong>ros a ésta— Elevando su protesta,<br />

devuelve el azúcar diciendo: "Veme muchacho, yo ese azúcar no lo llevo porque<br />

96


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

está lleno de hormigas".<br />

El dependiente tratando de minimizar el hecho le dice en son de disculpas: "Son<br />

hormigas locas don Natalio". A lo cual responde rápidamente —rascándose la<br />

garganta— "Si son hormigas locas porque no se meten en un bulto de sal".<br />

Apartándome un poco de esas anécdotas de Natalio, no quiero dejar pasar la<br />

oportunidad, sin aprovechar incluir algunos de sus versos más dicientes, que han<br />

hecho carrera en la tradición <strong>Tamalameque</strong>ra, algunos de ellos:<br />

"Si mi mujer fuere mala<br />

que la mate Dios con una bala,<br />

y si yo lo soy con ella<br />

que la mate siempre a Ella".<br />

"Cuando dos seres se quieren<br />

con uno que coma basta<br />

que coma el hombre<br />

porque la mujer aguanta".<br />

"El que es de cagá madruga, o de no el culo lo llama".<br />

"De las mujeres me gustan<br />

las flacas y delgaditas<br />

porque ellas tienen la carne<br />

donde mas se necesita".<br />

97


LOCALISMOS DE USO CORRIENTE<br />

En el proceso de búsqueda de nuestra propia identidad en que me he empeñado<br />

en éste trabajo, donde intento recuperar los elementos más sobresalientes de<br />

nuestra cultura popular autóctona, he encontrado un maravilloso lenguaje popular<br />

que hace parte de nuestro acervo cultural, por lo cual no podría terminar este<br />

trabajo por la inclusión de algunos términos de uso corriente en el universo local<br />

de nuestra parroquia.<br />

A<br />

Aguaje: Orgullo. Vanidad (Cual es tu aguaje?)<br />

Aliprujo: Persona o animal pequeño y magro.<br />

Apolismar: Derrotar a golpes.<br />

Arrecho: Con vivo deseo sexual. Bravo, enfadado.<br />

Arrimuesco: Detalle, indumentaria. (Viste con mucho arrimuesco).<br />

Atolondrao: Algo loco. Persona anormal.<br />

Atorontao: Aturdido por un golpe. Mareado.<br />

B<br />

Bachere: Exclamación equivalente a: ¡No hombre!.<br />

Barbuliao: Cocido con abundante agua y sal.<br />

Batuquear: Agitar enérgicamente algún líquido dentro de un recipiente.<br />

Bechereque: Algo que se mueve de un lado para otro, sin control.<br />

Bonche: Pelea, disputa, baruyo.<br />

Bochinche: Rumor, enredo, chisme.<br />

Boquinche: De labio leporino.<br />

Búchere: Bachere. Exclamación equivalente a :¡No hombre!. ¡Que va!.<br />

Burrero: Que le gustan las burras.<br />

Burriao: Abundante. (En la ciénega el pescao está burriao).<br />

98


C<br />

<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

Casquillo: Extremo del pene. Glande.<br />

Coroto: Equipaje. Utensilio de cocina.<br />

Corotear: Buscar, requisar.<br />

Coclana: Testículos.<br />

Culimbo: Gallo o gallina sin cola,<br />

Curribaliao: Juego de trompos, donde el ganador golpea con la punta de hierro<br />

de su trompo contra el del jugador.<br />

Cuscú: De pelo quieto.<br />

Cosiaca: Objeto o cosa cuyo nombre no recordamos.<br />

Cosiaquejo: Derivado de cosiaca.<br />

Cospe: Pedazo grande de una cosa.<br />

Cotopla: Expresión que reemplaza al pene.<br />

CH<br />

Changongueria: Burla, recocha.<br />

Chechere: Enceres, equipaje, elementos de cocina.<br />

Chencla: Pedazo de algo arrancado violentamente.<br />

Chocoros: Elementos del hogar que debe comprar el futuro marido. (Se casa<br />

con Ella siempre y cuando le compre sus chocoros).<br />

Chischí: LLovizna pertinaz.<br />

Choneto: Mal hecho. Maltrecho.<br />

Chirrete: Chorro a presión de algún líquido.<br />

Choyo: Peludo. Intonso.<br />

D<br />

Desviróle: Locura, desorden.<br />

Desvirolao: Loco.<br />

99


E<br />

Emputao: Enojado, con rabia.<br />

Embilao: Untado de miel o algo parecido.<br />

Embromao: En mal estado.<br />

Encarmao: Flaco y torcido, con joroba, enteco.<br />

Esgualetao: En mal estado.<br />

Esmierdao: Esgualetao, en mal estado.<br />

Esmigajao: Hecho migas, esgualetao, esmierdao.<br />

Esguañañao: Esgualetao, esmierdao, esmigajao.<br />

Escascarañado: En mal estado, roto, abollado.<br />

Espelucao: Sin peinar.<br />

Esmasmilar: Caer de lo alto una persona.<br />

F<br />

Farto: Bobo.<br />

Firoleao: Sin orden. De cualquier manera.<br />

Fruscao: Despeinado, espelucado, sin peinar.<br />

Fo!: Expresión para demostrar desagrado por algún mal olor.<br />

G<br />

Güimbia: Cosa, objeto cuyo nombre no recordamos, cosiaca.<br />

Güicho: Cachaco, de los Santanderes.<br />

Güerguero: Esófago. Paño envuelto que se cuelga al cuello.<br />

Guindarejo: Colgantes. Indumentaria extravagante.<br />

I<br />

¡Isto!: Expresión de asombro cuando alguien exagera algo.<br />

Imbombo: Demasiado lleno, harto.<br />

100


J<br />

<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

Jarto: Harto, imbombo.<br />

Jecho: Fruto en sazón. En edad adulta.<br />

Jila: Voz para echar los perros<br />

Juca: Voz para azuzar los perros.<br />

Jualepe: Pelea, zambra.<br />

L<br />

Lambón: Rodillón, adulador.<br />

Lambonería: Adulación.<br />

M<br />

Maco: Bobo, idiota.<br />

Mamerta: Grande, enorme.<br />

Mamorteña: Mamerta, grande, enorme.<br />

Mejoñe: Expresión que denota negación.<br />

Marmaja: Dinero, ganancia.<br />

Mejushe: Mejoñe.<br />

Melar: Errar, no atinar.<br />

Meneca: Burra pequeña.<br />

Meróla: Piedra, roca.<br />

Mepea: Cabeza.<br />

Meahuma: Mepea, cabeza.<br />

N<br />

No embróme: No moleste.<br />

Nargas: Expresión que equivale a nada.<br />

101


Ñ<br />

Ñeca: Especial, raro (Este tipo es la ñeca).<br />

Ñoña: Estiércol, excrementos.<br />

Ñequerito: Pequeño, acabado (Escribí con un lápiz ñequerito).<br />

O<br />

Orto: Trasero.<br />

Ojerolo: Orto, trasero.<br />

P<br />

Pan: Vulva.<br />

Panocha: Vulva, pan.<br />

Perratear: Burlar.<br />

Penca: Correa, zurriago.<br />

Perendengue: Argumento en contra, Atavío, arrimuesco.<br />

Perrenque: Fuerza, voluntad, hombría.<br />

Pretinel: Piso, andén. Sardinel.<br />

Poima: Nombre familiar con que se llaman a el caserío de Antequera.<br />

(Antiguamente Mantequera).<br />

Polenca: Meneca, burra.<br />

Pretinazo: Golpe violento. Trago de ron.<br />

R<br />

Recorcoma: Resquemor, malestar causado por alguna acción que no nos gustó.<br />

Recocha: Juego, desorden.<br />

Recochar: Jugar, retozar.<br />

Ripio: Andrajos, indumentaria maltrecha, rota.<br />

Remondillar: Lacerar. Perder la piel.<br />

Retruquear: Repicar un instrumento de percusión, (retruqueame la tambora<br />

e el currulao).<br />

Rota: Sin virginidad.<br />

S<br />

Sanguletear: Mover de un lado para otro, agitar.<br />

102


<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />

Sanguleteo: Acción de sanguletear.<br />

Sardinel: Piso, pretinel<br />

Sonso: Bobo, lerdo, lento.<br />

Soplatierra: Trasero, ojeloro, ojepava.<br />

Sopeo: Salsa hecha con aceite, cebolla y tomates sofritos, que reemplaza la<br />

carne, cansamano.<br />

T<br />

Tastabillar: Tropezar, intentar caerse.<br />

Tilín: A punto de caer.<br />

Tiríllo: Amarillo, fruto en sazón.<br />

Timbo: Recipiente plástico para envasar líquidos.<br />

Tolete: Cospe, pedazo de algo.<br />

Tolillo: Pedazo de plátano cocido en el sancocho.<br />

Tolondrón: Torozón, bocado. Grumo que se forma al echar un polvo en un<br />

líquido, cuando el polvo no se disuelve bien.<br />

Trimotile: Equipaje.<br />

Trola: Pene, viril del hombre.<br />

Turrumuto: Terraplén, cerro pequeño.<br />

Turma: Testículo, coclana. Persona sin voluntad.<br />

Vacio: Expresión que denota negación. VERIJA: Pubis.<br />

Viche: Verde, fruto no maduro. Persona demasiado joven. Sin experiencia.<br />

103


BIBLIOGRAFÍA<br />

GARCÍA MÁRQUEZ, GABRIEL, El amor en los tiempos de! cólera, Bogotá,<br />

Editorial Oveja Negra, 1.985.<br />

SOCARRAS RIVERA, PEDRO U., "Leyendas y Cuentos" Barranquilla, Ediciones<br />

Universidad Simón Bolívar, 1.984.<br />

CORONEL, JOSÉ, No volverá el pasado, En Envío, Publicación mensual del<br />

Instituto Histórico Centroamericano, año 7, número 87, Managua 1.988<br />

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GÓMEZ PICÓN, RAFAEL, Magdalena Río de Colombia, Bogotá, Editorial Santa<br />

Fé, 1.945.<br />

MORALES PADRÓN, FRANCISCO, <strong>Historia</strong> del Descubrimiento y Conquista de<br />

América, Madrid, Editora Nacional, 1.981.<br />

RANGEL PAVA. GENECCO, El país del Pocabuy, Bogotá, Editora Kelly, 1.947.<br />

DE LA ROSA, JOSÉ NICOLÁS, La Floresta de Santa Marta, Bogotá, Biblioteca<br />

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PINO AVILA, DIOGENES ARMANDO, La Tambora Universo Mágico, Editorial<br />

Fumprocep. Bucaramanga, 1.989.<br />

REICHF -DOLMATOF-, GERARDO. Patos Histórico - Culturales sobre las Tribus<br />

de la Antigua Gobernación de Santa María. Bogotá Banco de la República. 1 951.<br />

REY SINN1NG, EDGAR, Configuración Histórico-Cultural del Bajo Magdalena,<br />

Bucaramanga, 1.987.<br />

NOGUERA MENDOZA, Crónica Grande del río Magdalena, Bogotá, Edit. Sol y<br />

Luna, 1.980.<br />

104


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PEÑA GALINDO, DAVID ERNESTO, Los Bogas de Mompox, <strong>Historia</strong> del<br />

Zambaje, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1.988.<br />

Archivo Nacional, Salón de la Colonia, Tomo XXXI, pp.224-264.<br />

MEDIAN LIMA, ISMAEL E., Mi Chimichagua de ayer, Cali, Centro de<br />

Publicaciones Facultad de Ciencias -Universidad del Valle, 1.990.<br />

MEJIA GÓMEZ, JUAN, Chiriguaná: Ayer, hoy y mañana, Edit. A.B.C. Bogotá,<br />

1.979.<br />

RECOPILACIÓN DE ORDENANZAS, 1.968 - 1.984, Asamblea<br />

Departamental del Cesar, Valledupar, 1.985.<br />

PINO AVILA, DIÓGENES ARMANDO, Darío El Vallenato, Viernes 20 de<br />

Noviembre de 1.987, p.2. (Valledupar).<br />

DIÓGENES ARMANDO PINO AVILA<br />

Nació en <strong>Tamalameque</strong> en 1.953, cursó sus estudios hasta tercero de bachillerato<br />

en al Instituto Agrícola de esa localidad, después de lo cual prosiguió sus estudios<br />

en Cartagena, donde la Normal Piloto de Bolívar le otorgó el Título de Maestro.<br />

Tiempo después obtuvo el título de Licenciado en comercio y contaduría otorgado<br />

por la Universidad Mariana de Pasto en convenio con la Universidad San<br />

Buenaventura de la ciudad de Medellín Colombia.<br />

Se desempeñó como maestro de escuela en Valledupar y en tamalameque, fue<br />

Alcalde de su pueblo y Concejal por varios períodos. Trabajó con la Contraloría<br />

General como Rvisor Fiscal Director ad-hoc de la Casa de la Cultura de<br />

<strong>Tamalameque</strong>, donde impulsó el rescate del festival Nacional de la Tambora y la<br />

Guacherna, fundando e impulsando grupos folclóricos y de teatro.<br />

Ha publicado con este tres obras: <strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> Y Leyenda, La<br />

Tambora Universo Mágico Y Agua De Tinaja. Acaba de terminar su cuarto libro<br />

titulado: Evadiendo La Misteriosa Puerta Del Olvido, una serie de poemas<br />

escritos desde su época de estudiante hasta el día de hoy.<br />

105


106<br />

Impreso: Publicaciones Funprocep. Bucaramanga

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