Tamalameque Historia y leyenda
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<strong>Tamalameque</strong> historia y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Avila<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Desde pequeño me han fascinado las historias y cuentos, y todas las noches, de<br />
esa infancia apacible, escuchaba extasiado las que contaba el Tío Sixto, hermano<br />
de mi abuela, quien tenía la facultad de contar y contar historias sin repetir<br />
ninguna.<br />
Mi madre, Bonifacia Ávila, mujer sencilla, quien posee la rara característica de<br />
saber escuchar, oía de sus tías, Felipa y Signecia, las historias y anécdotas del<br />
<strong>Tamalameque</strong> de ayer. Ella —mi madre— entretenía y entretiene aún, mis ratos<br />
libres contándome las historias y <strong>leyenda</strong>s que ella oyó. Yo heredé esta afición —<br />
la de escuchar— y nunca pierdo la ocasión, de escuchar una buena historia, un<br />
verso o una frase que pinte cualquier realidad de la vida. Nunca me falta en la<br />
cartera un pedazo de papel, donde anotar algo curioso que oiga. Y mantengo una<br />
colección de anécdotas, frases, chistes, dichos, versos y refranes, pescados en<br />
cualquier parranda, garrapateados de cualquier forma, en cajas de fósforos,<br />
billetes o cajetillas de cigarrillos, que después son sacadas en limpio, anotadas en<br />
cualquier papel o grabadas en mi memoria. Hoy he querido desempolvar toda esta<br />
serie de datos, para darlos a conocer, tratando de contribuir con ello al rescate de<br />
nuestra historia local y a la divulgación escrita de nuestra cultura popular.<br />
Sobre la historia local, no pretendo hacer un compendio ni un estudio del caso,<br />
sencillamente, trato de hacer un aporte a la recopilación de ella, publicando una<br />
serie de datos recogidos desde mi vida de estudiante; esperando que esto sea el<br />
abrebocas, para que los profesionales y estudiosos de mi pueblo, se preocupen<br />
por ello, y, en serio, comiencen a recabar los datos con la aplicación de técnicas<br />
de investigación, para así, de verdad, escribirle la historia a <strong>Tamalameque</strong>.<br />
En lo referente, a las costumbres, personajes, <strong>leyenda</strong>s y demás anotaciones que<br />
contiene éste escrito, quiero confesarles: "No son mías". Son en realidad,<br />
propiedad de todos. Son en verdad, la herencia cultural de cuatrocientos cincuenta<br />
años de historia. Yo sencillamente, las tomé prestadas, las procesé<br />
condimentándolas con mi estilo, poniéndoles un poco de mi inventiva, y hoy, ¡las<br />
quiero devolver públicamente, para que quede evidencia!<br />
En otros aspectos —en forma por demás atrevida— a más de fantasear para<br />
divertirme, hago una serie de comentarios y análisis donde dejo sentada mi<br />
personal forma de ver esos fenómenos. Tomando al <strong>Tamalameque</strong>ro, como lo que<br />
es, en su verdadera dimensión de hombre creador, acomodado felizmente dentro<br />
de su ambiente, reconciliado con su medio, preciso en su forma ecológica de<br />
enfrentar su cotidianidad, dejando siempre para después lo que puede hacer<br />
ahora, encarnando el prototipo perfecto del famoso " complejo del dejao”, que<br />
Orlando Fals Borda describe en su obra " y Loba. <strong>Historia</strong> doble de la Costa".<br />
Es que, éste, nuestro pueblo, detenido en el tiempo, por su ancianidad ha