Tamalameque Historia y leyenda
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<strong>Tamalameque</strong> <strong>Historia</strong> y <strong>leyenda</strong> Diógenes Armando Pino Ávila<br />
EL TELEGRAMA:<br />
Cuentan que siendo Alcalde don Andrés Robles, envió a Santa Marta —antes<br />
pertenecíamos al Magdalena— un telegrama, dirigido al jefe Liberal del momento,<br />
quejándose de la desidia y abandono del liberalismo <strong>Tamalameque</strong>ro, que no<br />
quería ponerse en movimiento político ante la próxima campaña electoral.<br />
El texto del mensaje fue el siguiente: "Liberales echaos como El Pundungo".<br />
De Santa Marta después de afanosas consultas sobre la significación del término<br />
tan raro (Pundungo) —Así llamamos la perezosa—, le respondieron con otro<br />
telegrama, —con el tono humorístico de la época— "Húrguelos para que se<br />
muevan".<br />
LOS ZAPATOS APRETADOS:<br />
Cuentan de un individuo que había perjudicado a una muchacha (Así llaman<br />
nuestros abuelos a la desfloración sexual), el cual siendo apresado, hubo de<br />
presentarse al despacho de la Alcaldía, donde Don Andrés Robles impartiendo<br />
Justicia al buen estilo del Rey Salomón, le exigió que se casara con la niña, de lo<br />
contrario le caería el peso riguroso de la Ley, a lo que respondió negativamente el<br />
Reo. Don Andrés quedó pensativo ante la respuesta firme y retadora del<br />
sindicado. Se rascó la cabeza y se quedó mirando los enormes pies cuadrados y<br />
de cuarteados callos del individuo; sumido por unos instantes en la meditación<br />
contemplativa de esos enormes pies descalzos, resolló con fuerza y levantando la<br />
cabeza miró directamente a los ojos del violador, preguntando: "Que número<br />
calza". El individuo respondió: "Cuarenta y dos".<br />
Con una seña le indicó al guardián que lo devolviera al calabozo, después indicó<br />
que le dieran buena comida y le facilitaran un toldo para que el mosquito no lo<br />
molestara: "Pues lo quiero en la mejores condiciones para se case mañana en la<br />
tarde".<br />
Al otro día se presentó don Andrés muy temprano en su oficina con un paquete<br />
envuelto en la mano, el cual colocó sobre el escritorio, fijando la vista en el<br />
envoltorio, dijo: "Secretario, mándeme a traer el tipo que perjudicó a la muchacha,<br />
por que ésta tarde se casa".<br />
Cuando se hizo presente el guardia con el Reo le dijo: "¿Ya cambió de parecer?<br />
¿se va a Casar? El reo desafiante levantó la barbilla y dijo con voz seca: "No".<br />
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