Tamalameque Historia y leyenda
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JUEGOS Y RONDAS<br />
Nostalgia siento al momento de evocar los juegos y diversiones de nuestra<br />
infancia <strong>Tamalameque</strong>ra, y al igual que en el resto de temas sobre nuestro pueblo,<br />
fluye a borbollones desordenados un cúmulo de recuerdos y parece que ante mis<br />
ojos pasaran cual transparencias nítidas, la película mas divertida de mi vida.<br />
Ah tiempos aquellos, donde la inocencia y el candor asomaba a los ojos del niño,<br />
donde el <strong>Tamalameque</strong>ro como elemento lúdico apelaba a la tradición. Donde,<br />
tomando de su entorno ciertas vivencias, re-elaboraba como juego, hechos en su<br />
propia cotidianidad. Donde demostrando su condición de ser ecológico,<br />
magnificaba ciertos animales armando fábulas, donde dotaba a estos del don del<br />
habla y de una inteligencia muchas veces superior a la del hombre. Siempre<br />
defendiendo unos principios de vida, de moralidad, plasmando en ello una<br />
experiencia de saber, dejando sentado en ello una enseñanza.<br />
La violencia y frustración no había llegado a los humildes hogares, -por lo<br />
menos no la percibíamos, estos elementos de violencia no socavaban todavía,<br />
nuestros sueños de intrépida aventura, de intrépida fantasía. Nuestros héroes<br />
infantiles y juveniles eran tan sencillos como nuestra vida misma,<br />
descomplicados, como nosotros.<br />
Pero el tiempo no se detiene, la tecnología invade al mundo y la televisión llegó a<br />
nuestro universo de ensueño, abriéndonos los ojos a una realidad que no era la<br />
nuestra. Trocando un buen trompo de totumo por una ametralladora de rayos<br />
láser, trasmutando al Juan, al Pedro y al Manuelito, que comían bollo limpio con<br />
suero y café negro como nosotros, por un señor de gafas, con vestido entero,<br />
llamado Clark Kent, que al desnudarse quedaba con una segunda piel azul con un<br />
tatuaje rojo en el pecho conformado por un escudo con una gran "S" en el centro.<br />
El cual volaba, era de acero tenía superpoderes, se llamaba Superman y lo jodía<br />
una piedra verde llamada Kriptonita.<br />
Con Superman llegó una invasión de individuos -Gringos creo yo- que opacaron al<br />
criollaje y reacomodaron nuestra mente joven, con otros esquemas y otra visión<br />
del mundo. Abandonamos las narraciones tradicionales de la fugas de Modesto<br />
Vega -por ejemplo- cambiándolas por las aventuras de Batman, Ultraman,<br />
Llanero Solitario, Tarzán, etc. Llegó además el cretino del Tío Rico Mac Pato, a<br />
enseñarnos como explotar a los demás, así como él explotaba a su servil sobrino<br />
Pato Donald y a toda su parvada de niños patos, idénticos, difíciles de diferenciar,<br />
por sus nombres cursis de Hugo, Paco, Luís.<br />
Estos últimos con sus culos blancos y sus cuellos de marineros reemplazaron a<br />
los representantes de nuestra fantástica fauna, El Tío Conejo, El Tío Tigre, El Tío<br />
Burro, La Tía Zorra y otra cantidad de tíos y tías buenos unos y traviesos otros,<br />
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