1 Graciela Fandiño Cubillos.*** Inés Elvira Castaño ... - Prometeo
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<strong>Graciela</strong> <strong>Fandiño</strong> <strong>Cubillos</strong>. <strong>***</strong> <strong>Inés</strong> <strong>Elvira</strong> <strong>Castaño</strong> Silva. **<br />
HACIÉNDOSE MAESTRO: EL PRIMER AÑO DE TRABAJO DE LAS<br />
MAESTRAS DE EDUCACIÓN INFANTIL *<br />
Universidad Pedagógica Nacional de Colombia<br />
Resumen. La presente investigación hace parte de la línea “Concepciones y<br />
creencias de los maestros de educación infantil” que se viene desarrollando en la<br />
licenciatura en Educación Infantil de la Universidad Pedagógica Nacional de<br />
Colombia (UPNC). El estudio se enfoca en los problemas de enseñanza de los<br />
maestros principiantes o sea de aquellos que inician su trabajo profesional, una<br />
vez concluida su formación inicial en la universidad. Las investigaciones muestran<br />
que los primeros años de ejercicio profesional son difíciles por ser la transición de<br />
estudiantes a profesores. La investigación se ha realizado sobre el primer año de<br />
trabajo de las exalumnas de la primera y segunda promoción que egresaron en el<br />
año 2005 de la licenciatura de Educación Infantil en la UPNC. Se describen y<br />
analizan los problemas de enseñanza que perciben, en el proceso de<br />
socialización, las profesoras principiantes en los niveles personal, didáctico,<br />
institucional y social. La metodología de investigación utilizada es de corte<br />
<strong>***</strong> Profesora del Programa de Educación Infantil de la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá. E-mail:<br />
gmfandino@pedagogica.edu.co, grafandino@yahoo.com<br />
** Profesora del Programa de Educación Infantil de la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá.<br />
E-mail: iecastano@pedagogica.edu.co<br />
1
cualitativo y la técnica es la de “grupos focales de discusión”. Se presentan<br />
algunos resultados en cada uno de los niveles descritos: el problema de la<br />
búsqueda de empleo, las condiciones laborales y de reconocimiento profesional;<br />
los relacionados con los enfoques pedagógicos llamados “tradicionales” de las<br />
instituciones educativas que atienden a la infancia, tanto las privadas, más<br />
centradas en la escolarización, como las públicas, cuyo énfasis es el cuidado; el<br />
conflicto con los padres de familia, que son las maestras principiantes es uno de<br />
los problemas más sentidos en el inicio de su trabajo profesional, así como las<br />
falencias en su trabajo con lo niños más pequeños, de 0 a 3 años, tanto por su<br />
propias percepciones como por las de las mismas instituciones y la sociedad en<br />
general.<br />
Problema<br />
La iniciación en el trabajo docente abarca los primeros años laborales del<br />
egresado de una facultad de educación. La transición del rol de estudiante al de<br />
profesor conlleva angustias que el joven docente deberá resolver en poco tiempo,<br />
a fin de conservar la ocupación y afirmarse como profesional en el campo para el<br />
cual fue formado. Como lo sugiere Carlos Marcelo en varias de sus<br />
investigaciones (1999:103), “es una etapa de tensiones y aprendizajes nuevos en<br />
contextos desconocidos, en el que los profesores principiantes deben adquirir<br />
conocimiento profesional, además de conseguir mantener un cierto equilibrio<br />
personal”.<br />
La literatura sobre el tema (Sarramona, 1998), plantea que los estudios<br />
sobre los problemas que perciben los maestros principiantes permiten, entre otros,<br />
la evaluación de la pertinencia de los planes de estudio de la formación inicial y de<br />
su capacidad para dotar al futuro maestro, de recursos personales, sociales y<br />
científicos suficientes como para resolver los problemas habituales de su<br />
profesión, así como conocer lo que pasa en las instituciones desde el punto de<br />
vista de los maestros.
Veenman (1984), quien sistematizó 84 investigaciones sobre maestros<br />
principiantes, ha popularizado el concepto choque con la realidad, para<br />
caracterizar la situación que atraviesan los profesores en su primer año de<br />
docencia, en el cual se da un intenso aprendizaje —del tipo ensayo-error, en la<br />
mayoría de los casos—, caracterizado por un principio de supervivencia y por un<br />
predominio del valor de lo práctico.<br />
Hablar de maestros principiantes es reconocer en la formación de los<br />
maestros tres momentos relacionados pero diferenciados: la formación inicial, es<br />
decir, la formación que se imparte en las instituciones de formación, sean estas<br />
universidades o institutos; la iniciación a la docencia, referida a los primeros años<br />
de ejercicio profesional; y quesegún Marcelo (1999), es un periodo difícil pues es<br />
la transición de estudiantes a profesores en el que surgen dudas y tensiones que<br />
se reflejan en inseguridades y falta de confianza en sí mismos, pero a su vez es el<br />
momento en el que se debe adquirir un adecuado conocimiento y competencia<br />
profesional (este periodo, para algunos dura tres años para otros cinco). Y por<br />
último, la formación permanente para profesores experimentados (Imbernón,<br />
1998).<br />
El proceso que siguen los profesores para aprender a enseñar, ha sido<br />
explicado, principalmente, desde tres perspectivas teóricas (Marcelo, 1992, 1999):<br />
la primera hace hincapié en las etapas evolutivas de las preocupaciones, como<br />
indicadores de diferentes momentos de desarrollo profesional, (Fuller y Brown,<br />
1975). Un segundo marco lo representa la teoría cognitivo-evolutiva (Feiman y<br />
Floden, 1981), que se fundamenta en el supuesto de que el desarrollo humano es<br />
consecuencia de los cambios en la organización del pensamiento de las personas,<br />
cambios que representan nuevas formas de percibir el mundo.<br />
El tercer marco de análisis del proceso de iniciación se denomina<br />
socialización del profesor. “Este enfoque estudia el período de iniciación como<br />
proceso mediante el cual los nuevos profesores aprenden e interiorizan las
normas, valores, conductas, etc., que caracterizan la cultura escolar en la que se<br />
integran” (Marcelo, 1992: 12). El período de iniciación a la enseñanza, desde esta<br />
perspectiva, es una situación que ha de cumplir los objetivos de transmitir la<br />
cultura docente al profesor principiante (los conocimientos, modelos, valores y<br />
símbolos de la profesión), integrar la cultura en la personalidad del propio profesor,<br />
así como permitir su adaptación al entorno social en que desarrolla su actividad<br />
docente (Lucas Martín, 1986).<br />
Este enfoque fue propuesto por Jordell (1987) quien estudió el proceso de<br />
socialización del profesor principiante. A partir de su estudio, propuso un modelo<br />
en el que relaciona cuatro niveles de influencia en la socialización de los<br />
profesores principiantes:<br />
1.El nivel personal. Representado por las experiencias previas (biografía),<br />
además de la experiencia en la institución de formación del profesorado. Este nivel<br />
influye de manera interiorizada sobre los profesores principiantes.<br />
2.El nivel de clase (o nivel didáctico). Las investigaciones muestran que los<br />
alumnos, así como los elementos estructurales que caracterizan a la enseñanza<br />
(historia, multidimensionalidad, simultaneidad, inmediatez, impredicibilidad),<br />
ayudan a socializar a los profesores en este nivel. Es así como los estudiantes, el<br />
ambiente de clase y la interacción en el aula son elementos que influyen en la<br />
socialización de los profesores principiantes.<br />
3.El nivel institucional. En este nivel se han de considerar influencias como<br />
las de los propios colegas, los directivos y los padres, el currículo y la<br />
administración.<br />
4.El nivel social. Es el más lejano y oculto, y está dado por la estructura<br />
económica, social y política en que la institución educativa se inserte.<br />
En la investigación que llevó a cabo Marcelo (1992) en Sevilla, que<br />
utilizando el modelo de Jordell en el que se trabajó con 107 profesores de<br />
diferentes niveles educativos, empleando cuestionarios y entrevistas. Nuestra
investigación retoma este modelo y asume los cuatro niveles como las grandes<br />
categorías que describen la problemática de los maestros principiantes 1 .<br />
En el estudio de Veenman (1987) y en posteriores estudios (Marcelo, 1992;<br />
Jiménez, 2005) se encontró que los problemas didácticos son los más sentidos<br />
por los principiantes en su primer año de trabajo, siendo el control del grupo, la<br />
motivación de los estudiantes, el tratamiento de los problemas individuales los tres<br />
más destacados.<br />
Es importante recalcar que si bien muchos de estos estudios se han<br />
realizado con maestros de preescolar, primaria y secundaria, las conclusiones no<br />
discriminan entre los niveles. Sin embargo, consideramos que la educación infantil<br />
tiene unas peculiaridades interesantes de indagar, en tanto que en muchos países<br />
latinoamericanos todavía no existe, a nivel de políticas educativas, una división<br />
clara entre la mirada asistencialista, que centra el trabajo de esta etapa<br />
únicamente en el cuidado y atención de las necesidades básicas del niño, y la<br />
mirada que busca una intervención que promueva, además, el desarrollo de sus<br />
capacidades.<br />
En esta investigación nos centramos en el primer año laboral de las<br />
Bullough, Jr. (2000) maestras principiantes de la licenciatura en Educación Infantil<br />
de la UPNC, considerado por los especialistas como el período crítico. Autores<br />
como Johnston y Ryan afirman:<br />
[…] los profesores en su primer año de docencia son extranjeros<br />
en un mundo extraño, un mundo que les es conocido y desconocido a<br />
la vez. Aunque hayan dedicado miles de horas en las escuelas viendo<br />
a profesores e implicados en los procesos escolares, los profesores<br />
1 Un primer avance de la investigación en donde se esponen las diferentes categorías centrándose<br />
en los problemas sociales se presentó en el IV encuentro internacional de la Red Kipus realizado<br />
en Margarita, Venezuela el 4.5 y 6 de octubre de 2006. Así mismo ha sido publicado por la revista<br />
Educación y Pedagogía # 46, 2006, de la Universidad de Antioquia de 2006.
principiantes no están familiarizados con la situación específica en la<br />
que empiezan a enseñar (1993, citado por Marcelo, 1999: 104).<br />
Ahora bien, dentro de esta problemática, es necesario recalcar algunos<br />
aspectos específicos de nuestra realidad tanto colombiana como de la misma<br />
Universidad. Los estudiantes de licenciaturas en educación de la UPNC y de las<br />
demás universidades colombianas tienen, a partir de 2000, una formación<br />
universitaria de cinco años. En el caso de la UPNC, las estudiantes de la<br />
licenciatura en Educación Infantil realizan, además, una práctica pedagógica en<br />
instituciones educativas a lo largo de toda la carrera y de manera intensa en los<br />
últimos dos años. Con estas particularidades, las preguntas que orientan nuestro<br />
trabajo son:<br />
—¿Qué problemas de enseñanza perciben las maestras principiantes en los<br />
niveles personal, didáctico, institucional y social, como los más relevantes en su<br />
primer año de trabajo?<br />
—¿Cómo manejan el conocimiento universitario frente al conocimiento<br />
institucional y la vivencia personal?<br />
—¿Perciben las maestras principiantes falencias en su formación que las<br />
haga sentir inseguras en su trabajo?<br />
— ¿La práctica pedagógica intensiva que realizan las estudiantes en su<br />
proceso de formación, disminuye el choque con la realidad que se presenta en el<br />
primer año?<br />
Metodología<br />
El enfoque metodológico de la investigación es cualitativo, busca<br />
comprender desde las propias maestras como perciben los problemas de su<br />
primer año de inserción profesional. El estudio optó por la técnica de grupos<br />
focales de discusión. El grupo focal es un método de investigación colectivista,<br />
más que individualista, y se centra en la pluralidad y variedad de las actitudes,<br />
experiencias y creencias de los participantes (Martínez, 2004). La elección de esta
técnica obedece fundamentalmente a que esta investigación, además de<br />
proporcionar conocimiento sobre los problemas de enseñanza de las profesoras<br />
principiantes de educación infantil, puede constituir para estas una experiencia<br />
formativa en tanto se abordan y discuten sus problemas en sesiones grupales.<br />
Para el análisis de la información se está utilizando la técnica de análisis de<br />
contenido (Martínez, 1991; Bonilla - Castro y Rodríguez, 1997), en la que se parte<br />
de los cuatro niveles de problemas que se asumen como categorías deductivas y<br />
dentro de ellas se construyen las categorías inductivas que emergen de la<br />
información.<br />
La población con la que se está llevando a cabo la investigación es la<br />
primera y segunda promoción de egresadas del programa de licenciatura en<br />
Educación Infantil, que reformó el antiguo programa de licenciatura en Preescolar<br />
y que en la actualidad forma maestras para atender a niños de 0 a 8 años. En los<br />
dos últimos años, las estudiantes optan por uno de los dos énfasis: educación<br />
inicial (0 a 5 años), o primeros grados de la básica primaria (5 a 8 años). Se<br />
realizaron seis (6) reuniones con cada grupo para un total de doce (12) reuniones<br />
con un promedio de concurrencia por reunión de (4) maestras y doce (12)<br />
estudiantes de cada grupo de egresadas.<br />
Algunos resultados<br />
Presentaremos algunos de los problemas más sentidos dentro de cada una<br />
de las cuatro categorías centrándonos más en los problemas del nivel institucional,<br />
dado que para las maestras es el más problemático pues se enfrentan a una gran<br />
tipología de instituciones con características propias que tienen que aprender a<br />
manejar.<br />
Nivel social<br />
En este nivel se ubica el problema de la consecución de empleo, siendo
uno de los más fuertes con los que se encuentran las maestras principiantes al<br />
ingresar al mundo laboral.<br />
La dificultad en la consecución de empleo, refleja las problemáticas sociales<br />
de la Educación Infantil: por ejemplo, la falta una ubicación clara este nivel<br />
educativo dentro del sistema educativo colombiano. Es decir, el Ministerio de<br />
Educación Nacional no regula la educación infantil sino desde el grado de<br />
transición (5 años), único grado obligatorio de la educación preescolar. Aunque en<br />
la actualidad está retomando las edades precedentes. Pero aún hoy, son las<br />
instituciones de bienestar social, (instituto Colombiano de Bienestar Familiar, a<br />
nivel nacional, y Secretaría de Integración Social, a nivel distrital) las que atienden<br />
y regulan las instituciones de atención a la infancia.<br />
Esta situación crea un problema con el que se encuentran las maestras<br />
principiantes al salir a ejercer su profesión, los sectores pobres de la población son<br />
atendidos por los programas de madres comunitarias, por instituciones estatales y<br />
las cajas de compensación que aunque en los últimos años han buscado contratar<br />
licenciadas en Educación Infantil para cualificar su atención, las jornadas de<br />
trabajo, el elevado número de niños, los salarios y el énfasis en los aspectos<br />
asistenciales, no hace muy llamativa la oferta, es decir, el Estado o las<br />
instituciones reguladas directamente por él, no son buenas empleadoras. Por el<br />
contrario, los sectores medios y altos de la población son atendidos por<br />
instituciones privadas que sin desconocer los aspectos asistenciales tienen un<br />
énfasis mayor en el desarrollo integral de los niños y por lo tanto son más<br />
llamativas para las maestras. Sin embargo, cuando las maestras principiantes<br />
salen a buscar empleo, encuentran que estas instituciones ofrecen salarios muy<br />
bajos y poco reconocimiento de su trabajo profesional.<br />
Este enfrentamiento con la realidad educativa de la Educación Infantil<br />
produce un choque muy fuerte que las lleva, incluso, a cuestionar su decisión de<br />
ser maestras.
“Si se compara el trabajo con un vendedor o un impulsador, ellos<br />
ganan 400.000. El ser docente requiere una responsabilidad<br />
mayor…”(r1, p82)<br />
“El asunto es la experiencia, en las entrevistas a uno le venden que no<br />
se puede ganar el escalafón porque no se tiene experiencia, pero uno<br />
no puede regalarse por 300 o 400 sólo por trabajar. Porque uno<br />
estudió, uno tiene que valorar su carrera, así en el lenguaje común se<br />
nos diga que eso no da plata. Pues es una visión de la docencia y la<br />
educación que nos ha perjudicado mucho.” (r1, p85).<br />
“… de pronto tú a veces piensas que porque es en el norte te van a<br />
pagar mejor y tampoco, uno se estrella porque llega allá, también 500,<br />
y lo que pasa es que ven a las profesoras de preescolar y todo lo que<br />
ellas hacen es fácil, entonces, que como que la carrera es lo más fácil,<br />
¡ay! son las que cantan, juegan y que nada de intelectuales…” (r6,<br />
p126).<br />
Nivel institucional<br />
El choque con la institución educativa es para las maestras principiantes el<br />
más fuerte que tienen. Es así que al remitirse a sus años de práctica comentan<br />
cómo ellas pensaban que la educación era un asunto de los maestros y se<br />
encuentran con que la escuela es una institución social compleja en la que inciden<br />
varios actores y el maestro es solo uno de ellos, incluso, en muchos casos, de los<br />
que tienen menor peso.<br />
“nosotras siempre que íbamos a las prácticas uno, ¡uy pero esas<br />
maestras tan uy¡, pero ya uno estar en esa posición, me doy cuenta<br />
que uno tiene la presión de los papás, de la directora… Uno allá no
podía comentar nada, es que te controlan hasta el peinado, hasta lo<br />
que escribes en el tablero, todo…” (r13,p13)<br />
“…entonces empecé a trabajar allá y ha sido bien difícil, empezando<br />
porque uno cree que la educación la hace uno, el maestro, entonces,<br />
yo me invento esto y yo hago esto, pero cuando uno se enfrenta con la<br />
realidad, se da cuenta que la educación no la termina haciendo el<br />
maestro sino el papá, la coordinadora, la dirección general, empezando<br />
que…. es una empresa y como tal ven a los niños y a los papás y lo<br />
ven a uno…, todo el tiempo le están diciendo a uno llene el formato de<br />
atención al cliente y es así, textual, es cliente”( r13,p96)<br />
Las dificultades que deben enfrentar las maestras principiantes varían con<br />
el tipo de institución que las emplea. La gran mayoría de maestras se ubica en la<br />
educación formal: jardines infantiles privados de sectores altos y medios, en donde<br />
las directivas buscan una forma de negocio lucrativo. Otras trabajan en<br />
instituciones que cubren sectores pobres de la población como los jardines<br />
oficiales o las redes de jardines, atendidos por las Cajas de Compensación<br />
Familiar 2 . También se encuentran maestras trabajando los en grados iniciales de<br />
colegios privados laicos y religiosos, y en los grados iniciales de los Centros<br />
Educativos Distritales.<br />
Pero, en el afán por entrar rápidamente al campo laboral, se ubican también<br />
en trabajos de diferente índole que no siempre son los más adecuados para el<br />
nivel de formación obtenido en la Universidad. Como ejemplo de esto, están los<br />
Centros Amar, centros manejados por ONGs para atender a niños y jóvenes de<br />
diferentes edades en la jornada contraria a la escolar. Por lo general, estos<br />
jóvenes viven en condiciones difíciles, para las que las maestras principiantes no<br />
están preparadas. Así mismo, se encuentran maestras trabajando en los grados<br />
2<br />
Instituciones prestadoras de servicios de salud, recreación, subsidio de vivienda y ahora<br />
educación.
superiores de la básica primaria e incluso en educación secundaria.<br />
Tres son los problemas más sentidos en el nivel institucional, sin negar que<br />
los demás también lo sean, las exigencias de la jornada escolar, las normas<br />
institucionales, el enfoque pedagógico, el currículo y la relación con los padres de<br />
familia.<br />
La jornada escolar completa: ya en el institución educativa, uno de los<br />
primeros choques es con la jornada escolar completa. A diferencia de la práctica,<br />
las maestras se encuentran con el hecho de tener que estar todo el día, todos los<br />
días y responder por los niños todos el tiempo. Si bien las maestras saben que los<br />
niños requieren cuidado y atención permanente, solamente cuando llegan a su<br />
trabajo profesional esto se vuelve evidente.<br />
Esta atención ininterrumpida termina siendo muy agotante para ellas tanto<br />
física como emocionalmente. El número de niños es en general muy alto y<br />
solamente en los jardines de estratos altos existen auxiliares que les colaboran en<br />
su trabajo. La gran mayoría tiene que enfrentar el alto número de niños sola. Es<br />
común oír decir a las maestras principiantes que no les queda tiempo ni siquiera<br />
para ir al baño. Esta situación, si bien es más crítica en las maestras que trabajan<br />
con niños pequeños de sectores pobres, es general para todas las maestras de la<br />
educación infantil, incluso las que trabajan en los primeros grados de la básica.<br />
“… las rutinas de aseo, son 35 niños, entonces, a 35 niños lavar<br />
las manos, cepillar, antes y después de ir a comer y después del<br />
almuerzo, organizar y acostarse a dormir, entonces, que<br />
acostúmbralos a dormir a todos a las mismas horas y levantarlos,<br />
acicalarlos” ( r11,p144)<br />
“Entonces uno tiene que estar ahí siempre con ellos llamándoles<br />
la atención y no hay ni un minuto de descanso, todo el tiempo tiene que
estar ahí mirando todo, que si se reparte tijeras, que se cortó la<br />
chaqueta, la camisa o el pelo.”(r12,p92)<br />
Enfoques pedagógicos institucionales. Otro de los problemas<br />
advertidos por las maestras es el enfrentamiento con los enfoques<br />
pedagógicos institucionales: la disciplina escolar, el manejo del currículo y<br />
los métodos de trabajo exigidos, son, en muchas ocasiones, fuente de<br />
conflicto y desesperanza.<br />
Las maestras han recibido una formación en la Universidad que busca la<br />
generalización de nuevas metodologías y formas de trabajo con los niños, pero al<br />
llegar a las instituciones se presentan desacuerdos debido a que en estas se<br />
tienen ya instituidas unas formas de trabajo que no son fáciles de cambiar y que<br />
por la poca experiencia que traen las maestras principiantes, los directivos y<br />
docentes no están dispuestos a dejar de poner en práctica.<br />
Las maestras encuentran que en muchas instituciones, las directivas y<br />
algunos colegas son muy exigentes con las normas de control disciplinar y muy<br />
poco tolerantes; les molesta el ruido propio de una actividad infantil, cuando los<br />
niños juegan, pintan, pelean, en general cuando interactúan entre ellos,<br />
exigiéndoles mayor normatización con los pequeños.<br />
“entonces era un lío. porque ¡profe!, que más disciplina, que<br />
ponte seria, y cuando yo hacia actividades pues los niños gritaban,<br />
hablaban, normal y a veces lo no normal para las otras profesoras,<br />
entonces que por favor, que este salón es el más bullicioso, que hacen<br />
mucho ruido, que la fila, que los ejercicios de manos arriba, manos a<br />
los lados” (r2, p90).<br />
“A veces iba el coordinador y decía, ¡hoy se quedaron sin<br />
descanso¡ y yo no podía hacer nada, y eso en el salón con los niños a
veces es traumático porque no juegan, no liberan energías, no<br />
desfogan, entonces, para uno eso es tenaz, era un salón pequeño con<br />
30 y algo, el ruido es bastante.... ” (r2, p113).<br />
Esto es más evidente en algunas instituciones como los jardines manejados<br />
por las Cajas de Compensación o los jardines públicos en donde se atienden a los<br />
sectores bajos. En ellos se maneja un discurso lúdico pedagógico, enmarcado<br />
dentro de un contexto disciplinar y normativo muy fuerte. Lo fundamental parece<br />
ser las normas de llegada, alimentación, limpieza, sueño, quedando incluso muy<br />
poco tiempo para el juego y el trabajo pedagógico. El número excesivo de niños<br />
por maestra contribuye a que la función asistencial no haya dejado de ser para<br />
estas instituciones el centro de su trabajo. Sin negar la importancia del los<br />
cuidado, las maestras encuentran excesivo este énfasis.<br />
“De ellas he recibido mucho, ellas siempre le dicen a uno, -<br />
ustedes son nuevas, la mitad somos casi recién egresadas,- y llegan<br />
con el amor alborotado, todo a flor de piel, y eso es muy bueno y es<br />
importante tenerlo, pero hay algo que a ustedes les falta y es un<br />
poquito de seriedad con los niños, que los niños tienen que aprender<br />
que el amor y las normas no tienen por qué pelear, acuérdense que si<br />
vamos al comedor tienen que estar serias y acordarse de un NO, que<br />
dijo hace tres horas para mantenerlo”.(r12,p129)<br />
“…si tienen un componente pedagógico que uno puede decir,<br />
desde el discurso, es fuerte, pero en la práctica no, porque siempre va<br />
a pesar que el niño antes de aprender algo, tiene que comer y tiene<br />
que comerse todo y tienen que dormir… yo sigo diciendo es<br />
demasiado tiempo que le dejan al niño para que coma, para que<br />
duerma.” (r15, p33).<br />
Otro gran conflicto es con las formas de enseñanza en muchas instituciones
de atención infantil, especialmente en las privadas. Podríamos aventurarnos a<br />
decir que si bien ha habido avances en las formas de enseñanza en otros niveles<br />
de la educación básica, en el preescolar parecería que las metodologías y las<br />
didácticas no se modifican. Las maestras principiantes se quejan de encontrar en<br />
las instituciones preescolares exigencias de escolarización muy fuertes para estas<br />
edades que ellas creían superadas en la Universidad.<br />
“ Era un jardín cerca al parque Simón Bolívar y pues yo llegué y<br />
quería hacer una propuesta de psicomotricidad, de comunicación y de<br />
lenguaje, de escritura y pues lo hice desde lo que yo creía, que los<br />
niños escribieran su nombre, que exploraran una cantidad de cosas,<br />
pero la directora me decía, yo necesito algo concreto, yo necesito que<br />
empiecen a llenar los cuadernos y yo pues ni idea o sea y tampoco<br />
quería, ni sabia cómo hacerlo, cómo iniciar el método tradicional, ella<br />
me pedía que hiciera eso y yo me sentía como defraudando todo para<br />
lo que fuimos formadas” ( r11,p15)<br />
“Mi primera experiencia desde que salí de la universidad fue en<br />
un jardín bilingüe, fue terrible, porque es llegar allí a estrellarse con un<br />
tipo de educación del que uno no se enamoró. Es una educación<br />
totalmente tradicionalista, allá la rectora me obligaba a enseñarle a los<br />
niños las planas: ma, me, mi, mo, mu, pa, pe, pi, po, pu, que uno como<br />
maestra es el que le debe poner la guía al niño en el cuaderno, que si<br />
el niño produce por si solo no, eso es lo más horrible, arranque hojas…<br />
Yo alcancé a llevar a cabo un proyecto de aula con mis niños de kinder<br />
y transición acerca de los dinosaurios”. (r13,p1)<br />
Las exigencias curriculares son otro elemento con las que las maestras<br />
jóvenes difieren; aquellas, desde luego, están ligadas a las formas de trabajo y<br />
son una exigencia institucional que las principiantes se ven abocadas a cumplir,<br />
algunas terminan cumpliéndolas, aunque tratan de combinarlas con sus propias
ideas.<br />
“Los niños tienen cuatro años ya están cumpliendo cinco y<br />
bueno ya llegué al 100 ayer llegué al 100, porque es que yo iba en el 8<br />
y los de pre jardín iban en el 4, entonces, yo decía, no, pero si el<br />
símbolo no sé que,… pero me tocó correr con las familias de los<br />
números y entonces, ya terminamos y, precisamente hoy, estaba<br />
diciendo, no ya cumplí, listo… y pues ahorita vamos a trabajar con la<br />
yupana, pues nunca he trabajado, pero sé que se puede utilizar, quiero<br />
trabajarles mucho material concreto en estos dos meses que nos<br />
quedan para hacer algo de otra manera, quiero correr con las letras<br />
que las aprendan también para poder estar relajada y trabajar lo que a<br />
mi modo de ver ellos deben hacer…” (.r12,p 190)<br />
En los jardines infantiles de los sectores populares, la situación como ya<br />
veíamos es casi a la inversa, el énfasis en el aspecto asistencial no deja casi<br />
espacio al trabajo pedagógico. Esto también se convierte en un problema, aunque<br />
algunas maestras principiantes terminan aceptando que ese es el trabajo<br />
necesario para estos sectores, otras sienten que no pueden desplegar sus<br />
capacidades como maestras y que los niños no se desarrollan adecuadamente.<br />
Los aspectos asistenciales parecen ser los que están en los estándares de calidad<br />
que manejan las instituciones de Cajas de Compensación, pero no se encuentra<br />
una valoración del trabajo dirigido al desarrollo integral del niño.<br />
“Lo que yo planteaba… es que lo pedagógico no deberían verlo<br />
como un valor agregado, porque ahí el maestro es más el que va a<br />
cuidar… O sea, si pudo hacer la actividad o no se pudo hacer, eso<br />
como que no tiene relevancia, lo pedagógico, no solo desde el punto<br />
de vista de que se sienten y manejen los cubiertos, sino desde el punto<br />
de vista, de los proyectos de aula, de poder indagar cosas, preguntar,<br />
mirar, observar y jugar. Puede que se haga, pero que se le dé el valor<br />
que tiene dentro de lo que está escrito y está planteado y lo que se le
presenta al comité tripartito y al ICONTEC 3 , que no se vea como<br />
chévere que si aprendió eso, sino que se le dé la importancia que para<br />
mí se merece.” (r 17, p 125)<br />
“… a nosotros nos dejaron perfectamente claro y es lo que yo he<br />
evidenciado ahorita, que durante todo el trabajo que yo estoy haciendo<br />
de rutinas, hay un valor pedagógico impresionante porque los niños<br />
aprenden, no solamente de decir lávate las manos o las manos se<br />
lavan así, sino la conciencia de por qué necesitamos hacer tales cosas,<br />
o por qué la salud es tan importante pese a los lugares donde viven,<br />
porque los niños viven en medio de ropa sucia, revuelto todo, no se<br />
sabe qué es una cosa o la otra.” (r 17, p 127)<br />
En los primeros grados de los colegios grandes, los métodos tradicionales<br />
parecen persistir con mayor énfasis.<br />
“Entonces, ha sido como esa, una de esas crisis, porque la<br />
hermana directora me habla de los trazos, de las bolitas, de los palitos,<br />
que eso es importante, yo veo que de pronto sií pero hacerlo desde<br />
una orientación más significativa, pero ha sido como difícil eso…” (r6,<br />
p7).<br />
Si bien las maestras son conscientes de que están iniciando su trabajo, se<br />
sienten formadas y capacitadas para explorar y poner en práctica sus propias<br />
ideas para construir su manera de manejar la disciplina y los procesos<br />
pedagógicos, con ciertos niveles de autonomía más acordes con la formación<br />
adquirida.<br />
“Entonces hay unas posturas, con Sor he tenido problemas, ella<br />
dice que los hábitos y las rutinas se forman de la repetición que es<br />
necesario inculcarlas. Y la postura mía, digamos desde lo que uno se<br />
3 ICONTEC Instituto Colombiano de Normas Técnicas.
forma, uno trata de que vaya más allá de la obediencia, porque ellos le<br />
dicen ¡pero es que tú no eres obediente!. Más que la obediencia, yo los<br />
hago entender que es por convicción propia, qué pasa si tú te caes ahí,<br />
te rajas la cabeza y ¿quién te la repone, o no te duele cuando te caes?<br />
Es tratar de cuestionar…” (r2, p56).<br />
Sin embargo, algunas jóvenes maestras sienten que a pesar de ciertas<br />
limitaciones institucionales ya en su clase tienen cierta autonomía, incluso<br />
perciben que las directivas confían en ellas y que a pesar de tener que cumplir con<br />
ciertos requerimientos, tienen cierto poder de decisión sobre cómo trabajar en el<br />
aula.<br />
“La cosa es que ella lo aconseja y lo sugiere y no hay como esa<br />
autoridad de decirle a uno hágalo así, para nada. Stella es totalmente<br />
respetuosa y le da autonomía de trabajo y dice si tú crees que eso es<br />
lo que necesitas hacer, perfecto…Entonces, eso a mí me da mucha<br />
tranquilidad y seguridad de trabajar, yo siento que lo que estoy<br />
haciendo lo estoy haciendo bien porque no me siento tachada, además<br />
yo sentiría que eso me bajaría el ánimo” (r16,p45)<br />
“El salario, el escalafón con afiliación a todo, bien y pues<br />
además el espacio se presta para hacer tantas cosas, en los salones<br />
se trabaja como por rincones, que el salón de armar, muñequeros,<br />
títeres, muchos juguetes y el trabajo que hago gira alrededor de eso”<br />
(r11, p77)<br />
Las que trabajan en las escuelas públicas afirman que en cuanto a las<br />
formas de trabajo en estas instituciones se permite una mayor autonomía.
“Con transición hay un proceso bien interesante porque existe la<br />
posibilidad en la educación oficial que la maestra pueda hacer cosas, o<br />
sea pueda hacer más abierta la educación…” (r13, p80)<br />
Los padres de familia: Otro de los problemas difíciles de enfrentar, es la<br />
relación con los padres de familia ya que es una relación que muy pocas veces se<br />
vive en la práctica de la universidad y sobre la que solo hasta que comienzan a<br />
trabajar en las instituciones, pueden empezar a construir una mirada que les<br />
permita comprenderla y manejarla.<br />
“…una cosa que no se ve en la Universidad y en la práctica, es<br />
el enfrentar los padres de familia; ya eres directora de grupo y tienes<br />
que responder...” (r1, p42).<br />
“porque intentan sobreproteger mucho a sus hijos, entonces uno<br />
tiene que saber manejar esa situación, saberle hablar al papá,<br />
entender la preocupación de papá, especialmente porque cuando uno<br />
está en la Universidad uno no tiene contacto directo con los papás, no<br />
has tenido la experiencia.” (r5, p50).<br />
Los problemas con los padres son de varios tipos, algunos tienen que ver<br />
con la edad de los niños, otros con el sector social o con estos dos relacionados.<br />
Con los niños pequeños, los mayores problemas tienen que ver con los cuidados,<br />
con los niños más grandes son las expectativas de enseñanza y aprendizaje.<br />
Para las maestras principiantes, los padres de los niños pequeños,<br />
especialmente los de sectores medios y altos, no entienden que en el jardín<br />
pueden pasar accidentes y los niños se pueden lastimar, igualmente que los niños<br />
en ocasiones se pegan entre sí y que aunque la maestra quiera, es muy difícil<br />
evitar estas situaciones. Ellas se quejan de que los padres no entienden que su<br />
hijo no es el único del jardín y que ellas tienen que estar pendientes de todos.
“hay muchos papás que son jóvenes y pues son padres que<br />
ellos quieren que los niños aquí aprendan, que sean felices, que nunca<br />
se caigan que nunca se peguen, les cuesta mucho comprender lo que<br />
pasa cuando estas tú con 20 niños.” (r3, p268).<br />
“Si por ejemplo las caídas, para mi es tenaz que un niño se me<br />
caiga, porque los papás me dicen dónde estaba usted en ese<br />
momento, y uno dice estaba con los otros 15 niños o no ella salió al<br />
baño y se resbaló, entonces, ellos no entienden, porque es mi hijo y los<br />
otros 15, no sé, pero es mi hijo, entonces uno tiene que responder por<br />
ellos, por la comida que llevan, porque se le regó el yogurt encima,<br />
entonces el niño queda oliendo a yogurt, entonces son cosas como que<br />
se le multiplican a uno, el niño que no le hace caso a uno y todos los<br />
niños corren detrás de él y la mamá cree que es un santo.” ( r12,p91)<br />
Otro motivo de roce con los padres es su excesiva preocupación porque los<br />
niños coman, lo que se convierte en el énfasis del trabajo de la maestra y de la<br />
institución.<br />
“Llaman a toda hora, son muy quisquillosos, que si se comió la<br />
lonchera, uno tiene que fijarse qué comió, porque ellos dicen que el<br />
niño dice que no está comiendo, entonces, si mira, se comió el ponqué,<br />
ay el niño me dice que no jugó ayer, que no pudo montarse en el<br />
carrito, porque hay unos carritos y si a veces no se los prestan, pues<br />
uno tampoco puede quitar todos los días al niño para que el otro se<br />
suba y juegue siempre.” (r2, p184).<br />
Pero así como algunos padres sobreprotegen a sus hijos, otros según las<br />
maestras se despreocupan totalmente. En algunos casos ellas atribuyen esto a la<br />
juventud de los papás. Un ejemplo es la recogida tarde de los niños, lo que les<br />
implica quedarse un tiempo adicional a su jornada laboral.
“…mejor dicho tenerlos ocupados hasta que vengan los papás, y<br />
así dan las 5:00 o 5:30 y los papás no han ido por una niña nos toca<br />
quedarnos”. (r2, p60).<br />
Esta queja de despreocupación aumenta en los jardines de los sectores<br />
bajos. Las maestras se quejan de la falta de continuidad en la familia del trabajo<br />
que se hace en el jardín, fundamentalmente en cuanto a hábitos de higiene y<br />
aseo. Este es un reclamo que parece ser de las maestras antiguas de la<br />
institución y que las principiantes, aunque tratan de cuestionar, parecen ir<br />
asumiéndolo.<br />
“Pues a mi no me ha tocado duro pues al entrar en esta época<br />
del año ya los niños llegan bien; la mayoría son limpiecitos, los traen<br />
peinaditos, hay uno que otro que trae piojos, que no falta el que no<br />
bañaron un día, pero la mayoría de los papás son puntuales. Tiene que<br />
ver mucho con la exigencia de la maestra, porque ellas me decían que<br />
Lilian, que es la otra maestra que lleva siete meses, era muy boba, era<br />
muy consentidora con los papás y ya ellos iban y le botaban los niños y<br />
ni siquiera les ponían el delantal, sino póngaselo usted. Entonces,<br />
también es decir que estas mujeres tienen razón, porque si uno no se<br />
pone bravo, si uno no está en un tono más o menos estricto, la gente<br />
no…” (r15, p159)<br />
“Sobre todo hay papás muy atentos con los niños como otros<br />
que se ven muy descuidaditos o sea los niños que no los bañan, que<br />
llegan tarde por ellos. “ (r14,p148)<br />
En cuanto a los niños más grandes, sobre todo en los sectores medios y<br />
altos, bien sea de los jardines o de los grados iniciales de los colegios grandes el<br />
problema principal es el de las expectativas de aprendizaje, las maestras se<br />
encuentran con que los padres tienen sus propias concepciones de lo que deben
aprender y de lo que debe ser el trabajo escolar y a través de ellas controlan y<br />
juzgan los métodos y formas de trabajo e incluso los aprendizajes que van<br />
realizando los niños.<br />
“…es muy difícil porque también me he encontrado con los<br />
papitos que tienen sus concepciones, me han dicho: ¿profesora por<br />
qué usted no le pone caritas felices y caritas tristes a las niñas, por qué<br />
usted no le pone planas… eso me lo han expresado los papás.” (r6,<br />
p19).<br />
“Y si tuve un problema con un papá pues que me decía que yo no<br />
experimentara con los niños, que experimentara con el que quisiera<br />
menos con su hijo, que yo podría ser muy estudiada, ser todo lo que<br />
quisiera tener… Pues yo trataba de sacar argumentos y pero me veía<br />
corta porque yo dije tiene toda la razón, porque si las maestras desde<br />
párvulos vienen trabajando todo un método tradicional: que van<br />
soltando con palios y bolitas las manitos, que después la combinación<br />
fonética y luego la formación de palabras, yo no puedo llegar a romper<br />
eso” (r11,p30)<br />
Uno de estos controles es la comparación que hacen los padres con los de<br />
otros colegios, lo que termina en ciertos casos con la amenaza de sacar al niño<br />
del colegio. Igualmente está la preparación para los “colegios grandes”.<br />
“…Porque se presentan a los mejores colegios, entonces se<br />
trabaja como de acuerdo a las exigencias del colegio, no a conciencia<br />
de lo que si necesita realmente el niño en este momento, los papás<br />
siempre comparan: -pero es que los del Santa Paula salen leyendo y<br />
escribiendo y no sé que más, y aquí solo los ponen a jugar hacer<br />
cositas y como que no se ve que aprenden. Los papás califican por<br />
eso.” (r6, p219).
“…- que la niña cómo va a escribir un cuento si no lee, y lo más<br />
tenaz es que la niña conmigo lee y con los papás no… me provocó<br />
decirle pero si usted la grita y le va pegando, con qué ganas va a leer.”<br />
(r4, p169).<br />
“Eso es muy complicado el trabajo con ellos y más complicado<br />
cuando los papás están presione, presione, que qué paso que la<br />
maestra no les pone planas, que por qué no hacen nada, que por qué<br />
en el otro colegio ya van en la S y nosotros hasta ahora vamos en no<br />
sé qué, ese tipo de comparaciones, entonces, para eso si están<br />
despiertos los papás” (r11,p55)<br />
Las maestras tienen problemas al comentar a los padres sobre los niños.<br />
Algunos no aceptan las observaciones que se hacen sobre los comportamientos<br />
de sus hijos, ya que según ellos, sus hijos son “perfectos” y es muy difícil que<br />
acepten que se pueden presentar ciertos problemas. En otros casos, ellas saben<br />
que esas observaciones pueden llevar al maltrato de los niños, por lo que sienten<br />
que tienen que ser muy prudentes al hablar con ellos.<br />
“Entonces como qué hacer para hacer que el papá se entere,<br />
que los papás se enteren de una forma que no sea súper escandalosa<br />
y que llegue a afectar al niño. O sea que uno buscando mejorar algo<br />
termine como empeorándolo, eso ha sido muy difícil.” (r3, p111).<br />
Se dan casos en que los padres involucran a las maestras en los conflictos<br />
familiares, las separaciones, los abandonos etc. Lo que se convierte para ellas en<br />
una presión a la que no pueden responder debido a que no tienen una adecuada<br />
formación, ni experiencia de vida para afrontar estas situaciones.<br />
“Por lo menos, el caso del que el papá está en Medellín, cuando<br />
fue a hablar por teléfono: por favor que el niño me dibuje a mí en la
familia, que lo pongas a dibujar, cuando ni está, qué hago y le digo a<br />
Santiago, Santi, hablaste con tu papá ahorita, cómo es que se llama tu<br />
papá y no sabe, no sabe cómo se llama el papá…me cuenta todo el<br />
rollo el papá por el teléfono, entonces, uno también cargar con todos<br />
los problemas que hay, que estoy peleando con mi esposa, así eran en<br />
la salida del colegio, que estoy peleando con mi esposa no le cuenten<br />
a mi esposa, no le cuenten a mi esposo que mi hijo, que el<br />
padrastro…” (r4, p260).<br />
Las relaciones con los padres son diferentes según las instituciones, pero<br />
las maestras piensan que en los jardines privados las buenas relaciones con los<br />
padres son fundamentales, pues por estar la mayoría de instituciones pensadas<br />
como un negocio en donde los padres pagan, si se presentan problemas puede<br />
estar en peligro su trabajo. Algo similar ocurre en las instituciones ligadas a una<br />
entidad como el Jardín Maternal de la UPN o a una empresa.<br />
“Con los papitos pues también como esa imagen que uno tiene<br />
que tener frente a ellos, porque uno tiene que ser súper consentidor,<br />
súper amigo de los papitos, hay que consentir como que más a los<br />
papás que a los niños, pues, como es un negocio…” (r6, p131).<br />
“Otra cosa son los papás, yo dije… yo cuando escogí esta<br />
carrera decía bueno por lo menos veo en la educación una posibilidad<br />
de cambiar muchas cosas en los estudiantes, pero acá es donde uno<br />
se da cuenta que los papás son una presión dificilísima, los papás y la<br />
empresa como tal… tengo una señora que trabaja en el colegio y ella<br />
sabe todos los procedimientos y el niño es una caspa en ese salón. Ya<br />
lleva un proceso desde transición y yo entré a ubicarme en el que era,<br />
y el niño es súper manipulador, el niño maneja una información en un<br />
lado, maneja una información en otra, y al fin y al cabo la señora<br />
terminó ofendiéndome con carta a todo el mundo, o sea, el maestro es
el relegado el cero a la izquierda el que tiene que cumplir con lo que<br />
dicen y ya, no tiene derecho a pensar, ni a discernir ni a andar.” (r13,<br />
p119)<br />
“…para mi ha sido tremendo trabajar con los papás; porque<br />
también yo esperaba mucho de los papás, porque son muchachos<br />
docentes en formación, de alguna manera conocen de esto, tienen<br />
prácticas, deben ser súper conscientes de lo que es la labor con niños<br />
tan pequeños, nos deben valorar y eso no pasa frecuentemente.<br />
Entonces eso es bastante chocante para uno.” (r1, p25).<br />
En general, podríamos decir que la mayoría de las maestras principiantes<br />
ven muy conflictiva la relación con los padres e incluso sienten que no son bien<br />
tratadas por ellos, en algunos casos sienten que son tratadas como “empleadas<br />
del servicio”. Ellas perciben que su trabajo profesional no es valorado por los<br />
padres.<br />
“Y los papás son terribles, la figura de uno es como si fuera la<br />
empleada, no tiene uno legitimidad profesional frente a ellos o sea una<br />
maestra, qué hace una maestra, ellas no hacen nada en todo el día, es<br />
como la niñera, la que no sabe nada, hablar con una profesora de<br />
política es, no. No hay legitimidad profesional.” (r6, p104).<br />
Las maestras de los colegios oficiales también se quejan de los padres, de<br />
su agresividad cuando van al colegio<br />
“Entonces es tenaz, yo creo que para mí lo más agobiante han<br />
sido los padres de familia. Porque son personas muy agresivas y uno<br />
no sabe de qué manera actuar con ellos, entonces uno como que<br />
queda así, ellos llegan ahí peleando, como que ya le pegan a uno y<br />
uno sí, es que la profesora es muy joven, todo les parece mal”(
12,p88)<br />
La mayoría de las maestras que trabajan en jardines infantiles privados<br />
coinciden en que los papás intervienen mucho. Hay jardines donde los papás<br />
pueden entrar al salón a cualquier hora para estar con los niños, lo que no parece<br />
ser explicado por las directivas con las maestras ya que ellas se sienten<br />
observadas y evaluadas por ellos. En otros jardines esto parece evitarse y el que<br />
los padres se reúnan se vive como una situación que puede causar problemas<br />
tanto a las maestras como al mismo jardín.<br />
“precisamente mi jefe hace quince días me dijo eso, como allá<br />
les hacen piñatas casi todos los días, entonces se reúnen a las piñatas<br />
y es terrible, porque allá hablan de todo, que la profesora, que mira que<br />
éste se golpeó, que el otro, que el mío también, es que ella no está<br />
pendiente de los niños” (r6, p318).<br />
Pero también hay maestras que ven como algo muy grato la preocupación<br />
que algunos padres tienen por los niños, esto lo evidencian en el primer año de<br />
colegio o en los jardines de estratos medios altos donde los padres apoyan y<br />
complementan el trabajo que se realiza en la institución. También encuentran que<br />
hay padres agradecidos con el trabajo de las maestras.<br />
“Y además también otra ventaja es que son papás también muy<br />
perceptivos porque es su primer curso entran al colegio, son jóvenes,<br />
son muy colaboradores pero muchas de las docentes me dicen que ya<br />
después se van cansando, ya casi no le ponen atención al colegio,<br />
como que la energía es del primer año que está su hija en el colegio.”<br />
(r6, p60).<br />
“Pero si, las construcciones y las conversaciones son muy<br />
chistosas y entonces al parque que fuimos, al zoológico que me
llevaron, la ultima película, los juguetes, el centro comercial, es muy<br />
distinto, pues obviamente el estrato pesa, pero académicamente si los<br />
papás leen con ellos, el lenguaje que utilizan, la terminología, se refleja<br />
en el aula.” (r6, p385).<br />
“si hay papás que se desesperan con el niño, mejor dicho ellos<br />
se liberan cuando los llevan al jardín y un fin de semana no se los<br />
soporta y no hallan que hacer, entonces, no usted se aguanta todos<br />
esos chinos, como que lo admiran a uno como profesionales, ver<br />
tantos niños en un salón.” (r 18, p 131)<br />
Algunas han reflexionado sobre el tema y afirman que en muchos casos las<br />
instituciones no hablan con los padres y les explican sus formas de trabajo,<br />
normas, entre otros, lo que dificulta las relaciones entre la institución y los padres y<br />
desde luego entre ellas y los padres, ya que ellas son la cabeza visible de la<br />
institución para ellos. Aunque, desde luego, en algunas instituciones se realizan<br />
talleres o reuniones con padres en donde se argumenta y muestra la importancia<br />
del trabajo pedagógico, lo que redunda en un reconocimiento de su labor.<br />
“…pero en el colegio el problema que hay es la falta de trabajo<br />
con papás, de educación, de concientizarlos sobre el proceso, es algo<br />
que siempre sale a la luz en las reuniones pedagógicas, que es que los<br />
papás no sé qué, pero entonces no se brinda un espacio o no se dan<br />
las condiciones para -hagamos venir a los papás cuatro sábados a<br />
hablarles de cómo es que se va a trabajar…” (r 17, p 214)<br />
“Los papás no creerían que porque yo les haga un ejercicio de<br />
lateralidad eso les va servir para la lectura y la escritura… Hice un taller<br />
con bebés, déjelos gatear porque es que eso es lo que son las bases<br />
para lo lógico matemático, porque está reconociendo el espacio y su<br />
relación y efectivamente la lectura y la escritura, todo el manejo del
tono muscular, o sea, son esas implicaciones que hay más allá.” (r6, p<br />
197,198).<br />
Encontramos también maestras principiantes que parecen haber llevado a<br />
cabo reflexiones más globales sobre las relaciones institución educativa, o<br />
maestros, y padres de familia, tratando de ponerse en la situación de ellos, o sea,<br />
viéndose las mismas maestras como padres (algunas lo son), lo que les permite<br />
matizar un poco sus críticas.<br />
“Yo si pienso que uno aquí como maestro cae, a veces, en una<br />
mirada de criticar mucho a los papás, por ejemplo ahorita con los<br />
aventureros a ese grupo que tengo que son niños ya de dos años y<br />
uno siente por dentro que los niños no tienen como reglas, como que<br />
no hay limites claros, yo digo, eso es de los papás, pero también yo<br />
digo bueno, poniéndome en los zapatos de los papás, no sé qué tan<br />
fácil sea ponerle limites claros a un niño desde el ser papá, entonces<br />
pues no sé, ahí me tocaría ser mamá para entender eso, pero si me da<br />
mal genio eso, como que yo digo bueno dónde están los papás?...pero<br />
desde ese punto de vista pues no está bien eso de criticar tanto el<br />
papel de los papás.” (r 18, p 132)<br />
Nivel didáctico<br />
Los problemas del nivel didáctico no parecen ser los que más afectan a las<br />
maestras, ellas afirman que la práctica pedagógica les permitió manejar los grupos<br />
e incluso en ciertos casos, manejar la enseñanza, desde luego las maestras hacen<br />
referencia a los problemas que tienen a la hora de planear, de manejar niños<br />
difíciles, entre otros. Pero tal vez el problema didáctico a que más mencionado es<br />
el enfrentamiento con los métodos tradicionales, las maestras tienen elementos<br />
teóricos que les permite entender su inconveniencia, pero se sienten carentes de<br />
herramientas didácticas para sustentar, incluso a sí mismas, sus ideas.
“a mí me dijeron, por ejemplo con lo de lectura, que eso a los<br />
niños es mejor por este lado, que estos procesos son más bonitos para<br />
respetar, y yo decía bueno esto es así, pero apartándonos del asunto a<br />
mí me van a proponer esto otro en muchos lugares me van a entregar<br />
las hojas y me van a decir haga esto e incluso hágalo así, el problema<br />
es que la pregunta de nosotros es ¿en qué lugar estamos parados? O<br />
sea ¿Qué es lo que sabemos defender? Yo no sé enseñar a leer y a<br />
escribir como me enseñaron o como le enseñaron a la mayoría,<br />
haciendo combinaciones primero de m, l, p, s y las vocales yo no sé<br />
hacer eso…. Pero yo era boba viendo a mi profesora titular de<br />
transición, cómo lo hacia y cómo esos chinos le aprendían y cómo sí le<br />
salían leyendo.” (r17, p278)<br />
Otro problema parece ser el manejo de niños pequeños. Si bien en los dos<br />
últimos años, el programa tiene dos énfasis, uno en educación inicial y otro el<br />
primeros grados de básica, y la mayoría de las maestras optaron por el segundo,<br />
aún entre las que optaron por el de educación inicial, es común la queja de la<br />
dificultad para trabajar con estas edades, aquí por ejemplo la formación didáctica<br />
en psicomotricidad y en artes es vista como insuficiente.<br />
“Entonces me pasó eso y yo me sentía muy mal y yo decía,<br />
cómo así, yo pasé cinco años y llego aquí con estos niños, quince<br />
niños todos de tres añitos yo no sabia qué hacerles. La ventaja que<br />
tuve el semestre pasado es que yo tenia auxiliar y resulta que la<br />
auxiliar sabia más que yo, ella sí sabia qué hacerles, sabia cómo<br />
tratarlos, entonces, a mi me dio como duro esa parte, pero ya uno<br />
poquito a poco va aprendiendo, por lo menos este semestre me ha ido<br />
mucho mejor pues ya soy consciente qué habilidades debo desarrollar<br />
en el niño y cuáles son importantes en esa edad.” (r6, p125).
Las maestras que trabajan con estas edades encuentran además que su<br />
trabajo no tiene reconocimiento, algo que ellas mismas también han pensado, ya<br />
que consideraban que para trabajar con los más pequeños no se requiere mayor<br />
preparación. Así mismo, los aspectos de cuidado con el que se encuentran, y que<br />
no eran valorados, cobran otra dimensión e igualmente evidencian la importancia<br />
de la educación de estas edades y por lo tanto su preparación.<br />
“La división que uno suele hacer cognitivo y comunicativo que<br />
pues obviamente eso nunca se puede dividir, lo empieza a ver en ellos<br />
porque lo que se hace aquí en literatura se evidencia en ciencias,<br />
cuando los niños de dos años y medio empiezan a generar<br />
predicciones anticipaciones y uno queda… entonces uno ve las<br />
implicaciones si efectivamente se juega, se canta, se lee, se juega a<br />
los títeres… (r6, p200).<br />
“Frente a eso para mí también la parte asistencial que nunca<br />
compartí dentro del proceso de formación, resulta que ahora le estoy<br />
encontrando un cierto sentido, cuando yo decía ay que en el DABS<br />
obligan a dormir a los niños, no pero esto si es el colmo y critiqué y en<br />
las clases no pero como, y ahora aquí con la experiencia de la Escuela<br />
Maternal, porque el anterior jardín los niños si salían a las doce, es<br />
más desgastante la hora de almuerzo de los niños, la hora de sueño<br />
que las clases como tal. Yo me desgasto de las doce a la hora de la<br />
salida, ese es el momento en el que más me desgasto durante la<br />
jornada, y lo del sueño efectivamente sí es necesario, aunque aquí no<br />
se obliga a dormir a los niños, si hay niños que no quieren dormir, los<br />
bajamos a algún espacio a que jueguen pero que la idea es que<br />
nosotras empezamos a consentirlos a todos, que se duerman,<br />
entonces les ponemos música los consentimos igual a ellos ya les<br />
gusta.” (r6, p141).
Nivel personal<br />
A pesar de los problemas vividos las maestras no sienten que su decisión<br />
de ser maestras fue errada, aunque muchas estudiaron oponiéndose a los<br />
consejos de sus familiares y amigos, se sienten satisfechas con su profesión, y<br />
tienen muchos deseos de hacer un buen trabajo con los niños.<br />
“O sea yo miro a mis niñas, miro a Paula o a ese tipo de chinas<br />
que lo retan a uno que y yo digo uy cuando las vea grandes, si nada<br />
más ahora las veo a final del año y por ahí se me remueve el corazón<br />
cómo será viéndolas ya grandotas, sí me parece eso muy lindo de<br />
permanecer en una institución pero no me hallo en ese plan<br />
honestamente. Pues no, yo pienso que dentro de lo que estoy de<br />
pronto obviamente sigue el sueño con Patricia y Andrea de montar un<br />
colegio, de tener nuestro centro de investigación pedagógica de yo voy<br />
a cambiar el mundo de llegar al Ministerio de Educación y etcétera,<br />
etcétera.” (r17, p190).<br />
Con respecto a su formación, las maestras consideran que sus fortalezas<br />
estuvieron dadas por la práctica, la capacidad de reflexión, el trabajo de grado,<br />
entre otras cosas. Sus debilidades están fundamentalmente en la formación<br />
didáctica.<br />
Sin embargo, las maestras cuestionan las condiciones laborales e<br />
institucionales en las que se encuentran y que les hacen ver con cierta<br />
desesperanza su futuro profesional.<br />
“yo si pudiera volver el tiempo yo volvería a tomar la misma<br />
decisión, porque gracias a Dios estudié preescolar en la Pedagógica,<br />
porque si yo hubiera estudiado en otra universidad de pronto estaría<br />
feliz, entonces, esa incomodidad me hace pensar más allá y me hace
pensar en la educación infantil desde otra mirada, entonces, vivir esta<br />
experiencia ha sido de alguna manera positivo, porque me ha permitido<br />
bueno no me voy a quedar acá, tengo que hacer algo para ir a otro<br />
lado pero trabajar también por la infancia, por la familia, entonces, no<br />
yo creo en mi carrera, yo la amo, y por eso me duele también y no voy<br />
a dejar de hacer lo que yo considero, yo creo que uno no puede<br />
quedarse quieto, uno tiene que hacer las cosas de otra manera, así<br />
sea cambios pequeños,(r12,p64)<br />
“Pero es que fueron 5 años estudiando, gastando plata,<br />
trasnochando, esforzándose, y uno dice, nosotras salimos muy bien, o<br />
sea, somos buenas, por qué uno se va a regalar de esa manera.” (r17,<br />
p271).<br />
Conclusiones<br />
En primer lugar, cada maestra vive el choque del primer año de manera<br />
particular y depende de su personalidad, de su forma de enfrentarse al mundo del<br />
trabajo y sobre todo, de la institución educativa a la que cada una ingresa, lo que<br />
coincide con Bullough (2000). Lo anterior no implica que los problemas de las<br />
principiantes o sus primeras experiencias no se puedan sistematizar y categorizar<br />
para ser analizados, en los relatos encontramos algunas experiencias comunes<br />
que son las que mostramos en este trabajo que si bien no son generales a todas,<br />
si ofrecen una mirada de los problemas que un número significativo de maestras<br />
perciben.<br />
En segundo lugar, a pesar de manifestar las maestras noveles muchas<br />
dificultades en su primer año de trabajo y ser algunas de estas similares a las<br />
encontradas en anteriores investigaciones (Veenman, 1984, Marcelo, 1992),<br />
nuestro estudio nos muestra una diferencia en la jerarquía de los problemas,<br />
porque los problemas didácticos, referidos a su trabajo en el aula y su relación
con los niños, no son los más relevantes para las maestras; sino que es el<br />
enfrentamiento a la institución educativa como tal, por su variedad, la que les<br />
ocasiona más problemas. Consideramos que una de las razones puede estar<br />
dada por la intensidad de las prácticas pedagógicas que realizan las estudiantes<br />
en su proceso de formación, ya que el hecho de estar dos días a la semana<br />
durante los tres primeros años y tres días en los últimos dos, en constate relación<br />
con los niños en las aulas, las hace sentir ciertas seguridades en el nivel didáctico,<br />
sin negar, desde luego, que aquí se encuentren otra variedad de problemas. Otra<br />
razón puede ser que, no obstante que las estudiantes en su formación van a<br />
diferentes instituciones educativas, parece ser insuficiente para conocer la<br />
complejidad del sistema educativo colombiano, especialmente en lo referido a la<br />
educación infantil, y a la variedad de ofertas y enfoques para la atención y<br />
educación de la infancia.<br />
Otra apreciación general nos lleva a plantear que el trabajo de las maestras<br />
de Educación Infantil tiene unas características especiales que difieren de las de<br />
otros niveles de la educación, como son las demandas particulares de afecto y<br />
cuidado que se dan por “naturales”, lo que hace que no sean debidamente<br />
reconocidas por la sociedad.<br />
Las diferencias entre las instituciones que atienden niños de estratos<br />
medios y altos son muy notorias con las de sectores pobres. Los primeros son<br />
atendidos en instituciones privadas con bajo número de niños, inclusive con<br />
auxiliares; algunas con énfasis en el desarrollo y aprendizaje y otras en la<br />
escolarización temprana. Por el contrario, las instituciones que atienden a los<br />
niños de estratos bajos enfatizan están en el cuidado y atención de las<br />
necesidades básicas, el número exagerado de niños hace que el tiempo que se<br />
destine a estos aspectos sea mayor, mientras que a los aspectos de desarrollo<br />
sea menor, dejándose apreciar una concepción o “ideología” sobre las<br />
necesidades de los niños que difiere por clase social. Esto afecta el trabajo de las<br />
maestras quienes a pesar incluso de tener mejores salarios en algunas
instituciones que atienden niños de sectores populares, no sienten que puedan<br />
desplegar sus conocimientos y habilidades como maestras.<br />
El conflicto con los padres de familia es vivido por las maestras e incluso<br />
por las instituciones educativas como una tensión difícil de resolver, creemos que<br />
la juventud y por lo tanto sus experiencias de vida, puede dificultar la comprensión<br />
de algunas de las demandas de los padres. Así mismo, las instituciones en<br />
general, no parecen tener tampoco reflexiones en este sentido que ayuden a las<br />
maestras principiantes a enfrentar esta problemática con mayores elementos.<br />
Igualmente, la relación con los padres de familia no parece ser un tema que se<br />
discuta y reflexione en la universidad, valdría la pena pensar la manera de<br />
abordarlo, ya que ocasiona tanto conflicto que termina incidiendo en el trabajo<br />
pedagógico y sobre todo en las creencias que las maestras van construyendo<br />
sobre esta relación.<br />
El choque con la institución educativa, por la falta de “autonomía”, produce<br />
unas inquietudes que no son fáciles de manejar, serán, seguramente sus<br />
experiencias posteriores las que van a determinar cómo se desarrolle esta<br />
insatisfacción. Aquí encontramos un elemento que ya ha sido estudiado por otros<br />
investigadores. Esteve (1994) por ejemplo, plantea que la universidad forma a los<br />
maestros en una perspectiva idealizada, más que en una perspectiva descriptiva,<br />
lo que lleva a las maestras a desilusionarse pues no pueden llevar a la práctica lo<br />
aprendido. Por su parte, Marcelo (1992) encuentra que los maestros de infantil y<br />
primaria que tienen una mayor formación pedagógica, comparados con los de<br />
secundaria, llegan a la institución educativa con una mirada más “idealizada” lo<br />
que hace que sus frustraciones sean mayores.<br />
Las instituciones no parecen disponer de algún tipo de dispositivo que<br />
permita a las maestras principiantes entrar a ellas de una manera más tranquila,<br />
los excesos de trabajo y el poco apoyo que reciben hacen que esta inmersión sea<br />
en muchos casos traumática para ellas.
Se hace necesario un énfasis en la educación de los niños de 0 a 3, tal<br />
parece que la Universidad y las mismas maestras cuando fueron estudiantes, no<br />
dimensionaron la importancia de estas edades. Algunas han ido complementando<br />
esta formación de manera individual, sin embargo no parece estar construyéndose<br />
una “política” para estas edades que permita un mejoramiento de este nivel<br />
educativo y, por lo tanto, de la profesión de las maestras.<br />
El estudio muestra la necesidad de empezar a debatir “públicamente”, los<br />
problemas de los maestros principiantes, así como la importancia de diseñar<br />
programas de acompañamiento en la inserción a la docencia que les permita<br />
unos años menos traumáticos que eviten el abandono temprano de la profesión, y<br />
fundamentalmente que no pierdan los deseos de mejorar el sistema educativo. .
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